SEMANA SANTA EN PEDANÍAS
SEMANA SANTA DE LA ALBERCA José Carrasco Albaladejo y Francisco Javier Aliaga Meroño
Yendo a Santa Catalina y antes de subir la cuesta, allí donde empieza el monte y donde acaba la huerta, hay un lugar que no es pueblo, y que se llama La Alberca
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La población que hoy conocemos como La Alberca, se fundó hace unos 500 años y, a pesar de su rico patrimonio cultural y hondas tradiciones religiosas, adolecía hasta hace bien poco de manifestaciones procesionales en tiempo de Cuaresma. Echando la vista atrás, el antecedente de las procesiones en Semana Santa que ahora disfrutamos en nuestro pueblo, lo tenemos en la que se desarrollaba hasta 1936 entre el Convento Franciscano de Santa Catalina del Monte y la Ermita de San Antonio el Pobre.
(Martínez Tornel)
uando el aire se perfuma de aromas de azahar; cuando dejamos atrás las escarchas de ese primaveral invierno; cuando en la Sierra del Saler el amanecer se llena de limpia y fresca luz; cuando el verde de las praderas de altos pinos es más intenso que nunca, se puede decir que entramos en el tiempo deseado de Semana Santa. El enclave de La Alberca probablemente haya sido de los primeros de la región en tener presencia humana, ya que hay restos prehistóricos del Eneolítico en el cerro de Santa Catalina que datan de hace 5000 años. Posteriormente, hubo asentamientos de la cultura Argárica (2000 a.C), Ibérica (entre los siglos VII y II a,C), romana (El Martirium s. IV) y musulmana.
Semana Santa Murcia 2020
Se realizaba en la noche de Viernes Santo, conmemorando el Entierro de Jesús. El traslado de la imagen del Cristo yacente denominado popularmente “Cristo de la Cama”, en unión de una de la Virgen en su Soledad se llevaba a cabo por los frailes del Convento. Hablamos de un Cristo yacente muy parecido al que vemos hoy en la Iglesia de Santo Domingo de Murcia, que gozaba de gran predicamento entre los lugareños, y la prueba la tenemos como atestiguaban nuestros mayores, en que esa noche subían muchas personas de La Alberca, de su huerta y del entonces barrio de Santo Ángel a presenciar y participar en este único cortejo procesional. La guerra civil puso fin a esta manifestación religiosa y destruyó todas sus imágenes, abriendo un paréntesis en los cortejos religiosos del pueblo hasta el año 1995. La actual Semana Santa de nuestro pueblo, nació de la ilusión y de la inocencia.
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