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Endorracismo:
Una Consecuencia Del Racismo
Alejandra Muñoz
El endorracismo es acoger como propia la cultura de su opresor, reproduciendo la dominación y legitimando el poder de un grupo dominante, donde un individuo asume criterios racistas, creyendo que la discriminación hacia un igual, demuestra que su identidad y/o concepción ideológica se encuentra por encima, considerándolo inferior y generando rechazo. Demostrando así, el claro ejercicio de sustraer a una clase del sometimiento de la ideología de otras, generando un dominio moral, político e intelectual sobre los sujetos considerados “inferiores”. Así mismo, la cultura colonialista ha logrado influenciar e impregnar en las ideas de las personas, impartiendo valores que motivan el reconocimiento social a partir de la ambición de homogeneidad y posición de poder, que alejan al individuo de procesos como la autoliberación el autoconocimiento y la visibilidad de sus raíces.
El endorracismo ha evidenciado un escenario histórico de discursos occidentalizados sobre razas, concepciones étnicas e identidad cultural, basado en imaginarios totalizadores que se mantienen en la actualidad. Aunque en el siglo XXI, es posible demostrar que un gran número de países son culturalmente diversos, con esta afirmación es claro que la búsqueda por reconocimiento va más allá de la consecución de derechos civiles. Se especifica y ahonda en la idea de que el endorracismo es consecuencia de sucesos como el concepto de raza, siendo este un proceso histórico e ideológico que ha cobrado fuerza en el marco del multiculturalismo identitario, la colonización y la invisibilidad de las poblaciones negras. Al le- gitimar como propios los criterios racistas se cae en la idea de que un grupo étnico es inferior, por lo tanto, es de vital importancia describir acontecimientos como el desconocimiento histórico, la negación de la ascendencia africana y la vergüenza estética. Llegados a este punto, elementos como el concepto de hegemonía, poder y resistencia permitirán que se evidencien procesos coloniales y neocoloniales, donde un conjunto de individuos logra instaurar ciertas ideologías y dominio cultural sobre otros grupos humanos. constriñe objetivos como la autenticidad porque, el endorracismo es la clara interpretación de los prejuicios convertidos en formas de dominación e inferiorización sistemática.
A medida que, dentro del sujeto la idea de «blanqueamiento» se afianza desde su crianza, en los espacios de enseñanza, de trabajo, de comunidad y en la necesidad de pertenecer y querer alcanzar cierto ápice de igualdad con aquel individuo que produjo y materializó un sistema de castas raciales que, aunque se han transformado, perduran en la actualidad. Por lo tanto, la reproducción de estos comportamientos dentro de una misma comunidad tanto étnica como racializada, genera pérdida de identidad cultural, desconocimiento histórico y desprecio por el autoreconocimiento.
Ahora, al ahondar en lo que el endorracismo significa, es clara la instauración forzosa que la cultura blanca mantiene a través de diferentes herramientas como: doctrinas, identidades, producciones, entre otros instrumentos, los cuales, permiten que las personas que han sido constantemente rechazadas, racializadas e inferiorizadas, pasen por un proceso de autodiscriminación que surge de la instigación y presión por la búsqueda de aceptación natural en el ser humano.
De manera que, el debate está centrado en qué forma los Estados permiten contemplar políticas identitarias de auto reafirmación de aquellos grupos considerados “minorías”. La cuestión endorracista, demuestra que la agenda multiétnica pasa a un segundo plano, ya que se mantiene una fuerte noción de que existen ciudadanos de primera y segunda clase, por lo cual, condicionar a algunos grupos a ciertas formas de lenguaje, simbología e intentar “culturizarlos” se ha convertido en una herramienta que logra disminuir las diferencias etnoculturales dentro de una comunidad.
Por ende, el endorracismo se contrapone a la idea misma de la interseccionalidad, puesto que, deja de lado reflexiones como la coexistencia de diferentes identidades dentro de un grupo social, lo que limita y
Siendo así, es vital que para el desarrollo de una sociedad multi culturizante e integradora se dé paso a conocer la historia negra, no sólo a partir de la esclavitud, el racismo, la desigualdad y la colonización, pues ¿cómo se pueden construir escenarios de reconocimiento si sólo se habla de miseria y barbarie? Por supuesto, el tener claridad en aspectos como la legitimación de la violencia estructural, simbólica, económica, cultural, entre otras, por parte de la visión occidentalizada del hombre blanco hacen parte del sujeto negro, no obstante, esto no define la verdadera esencia de lo que significa llevar la piel oscura.
Por lo anterior, es precioso contemplar que, sí se incentivan escenarios de conmemoración a lo que significa ser afro, negro, palenquero, raizal, cimarron, entre otros, sí se habla de visibilización, justicia y autenticidad, no sólo se generará reciprocidad y empatía por lo que significó la discriminación y el racismo, sino que, se dará pie para hablar de aquellos espacios que velan por la preservación de la historia afro, no sólo en Colombia sino en el mundo. Se dará valor a la lucha de los hombres y mujeres negras, a su cabello, a su belleza y a su coraje como seres humanos que tan tenido aportes considerables en la literatura, en la poesía, en la música, en la riqueza de la diversidad y, sobre todo, en cómo las diferentes formas de cultura negra de los distintos grupos que generan aportes significativos a la memoria colectiva de la experiencia del pueblo negro.
Es por ello que, al lograr deconstruir la historia, la religión, las estigmatizaciones racistas, la noción de superioridad blanca y a nosotros mismos, se daría cuenta de la reproducción y manifestación de un sistema violento. La demostración de una estructura contextual y separar las partes que llevan mucho tiempo, permite ver lo que se encuentra intrínsecamente ligado a la concepción modernizadora. Esta debe ser entendida como el intento de reorganizar el pensamiento occidental, a partir de las lógicas discursivas, es así, como los conceptos que se han reforzado cada vez más, permiten que se cuestione por qué existe el endorracismo y por qué estas ten- siones están presentes si se cree que ya se encuentran sedimentadas.
Empero, la intención de este escrito no es establecer juicios morales ni valorativos. Al contrario, es reconocer que una de las grandes consecuencias de múltiples textos, figuras representativas e ideologías, mantuvieron por décadas la noción de que “otras” razas no son ni serán lo suficientemente aptas para pertenecer a una sociedad en búsqueda de la equívoca idea de que existe la perfección y homogeneización. Ahora, el endorracismo presenta un escenario donde el individuo que antes fue víctima, ahora es victimario y reproductor consciente o inconsciente de los prejuicios, valores y estereotipos racistas, provocando que se legitimen hechos como el racismo externo.
ENTREVISTA