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Ciud des vela
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El fútbol es de los bajitos. Y más si miden 7,5 centímetros. Aunque la fama como fútbol de mesa se la lleve el Subbuteo y existan muchas otras modalidades, con cartas o con muñecos, los clicks de Playmobil también juegan al balompié y tienen su espacio importante dentro de ese “otro” fútbol. Las figuras de los jugadores de fútbol de Playmobil se crearon justo a tiempo para el campeonato de futbol de 2006, con una plataforma de quita y pon que sirve para que los clicks chuten el balón. La firma juguetera es alemana y la Copa del Mundo se celebraba en el país germano, así que no hubo dudas: había que lanzar futbolistas, aunque todo el mundo asocie a los clicks con piratas o caballeros medievales. El nuevo modelo salió con su estadio, las porterías y el balón. Tampoco es que exista mucha más variedad, pero sí la justa y necesaria para simular el ambiente del fútbol y recrear un partido. Por ejemplo, se vende un trío arbitral o un marcador que incluye un juego de puntería ideal para practicar. Cada figura de futbolista cuesta poco más de cuatro euros. El maletín que se abre y se convierte en un estadio, con sus porterías y las palancas correspondientes para mover a los porteros, que quedan sujetos a esos apéndices, cuesta unos 52 euros. No existe en el catálogo una gran variedad de equipaciones. Apenas las selecciones más importantes. Sí es cierto que en internet, por ejemplo en la famosa página 'I love Clicks' son capaces de personalizar a los futbolistas en miniatura con los colores de equipos insospechados, hasta el Alcoyano de moral inquebrantable, y de recrear algunos momentos históricos de este deporte. Cada año actualizan la Primera y Segunda División que queda 'playmobilizada'. La juguetera alemana calcula que existen 2.700 millones de figuras en el mundo, que si se uniesen todos esos muñequitos por sus manos darían la vuelta al mundo 3,4 veces. Casi nada. Existen unas 4.000 versiones de clicks, por lo que las de fútbol son una pequeña minoría dentro de la familia Playmobil. Una familia que está siempre en crecimiento y que es muy promiscua: cada segundo nacen 3,2 figuras, más que humanos, ya que se estima que solamente llegan al mundo 2,6 personas por segundo. El éxito y el desarrollo de los cliks ha sido algo increíble desde que Horst Brandstätter, el dueño de la fábrica, le pidiera a Hans Beck, su jefe de desarrollo, que diseñara algo nuevo y más pequeño para ahorrar costes debido a la enésima crisis económica originada por el petróleo. En 1974 la empresa presentaría los populares muñequitos con un éxito arrollador. En este 2014 celebran los 40 años por todo lo alto. Actualmente, se sigue fabricando el mismo modelo de futbolista de 2006. Desde entonces, Playmobil ha producido más de 10 millones de pequeños balones de fútbol, por lo que la firma juguetera es el mayor fabricante de balones del mundo. En España existe también un campeonato de fútbol con clicks con su propio reglamento: La Liga Playmobil de fútbol. En otros países también existen campeonatos similares, aunque obviamente son bastante minoritarios. Los equipos los forman tres jugadores de campo, que se suelen colocar con el sistema 1-1-1, además del portero, y se juegan dos tiempos de cinco minutos.
Playmobil ha producido más de 10 millones de pequeños balones de fútbol, por lo que la firma juguetera es el mayor fabricante de balones del mundo
PODRIDAS
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PABLO
Foto: VOLVO OCEAN RACE
ARRARTE «Somos el motor del barco»
Ha navegado con un equipo español y ahora lo hace con uno holandés, ¿nota alguna diferencia? No, especialmente. Quizá ellos tienen menos experiencia porque es la primera vez que forman equipo para esta competición y están un poco a verlas venir, pero también cuentan con gente que ha participado en muchas ocasiones. La organización lo controla todo bastante, así que no se nota tanta diferencia y se cumplen requisitos parecidos. Sí echo de menos el poder hablar en mi idioma o tener cerca alguien de mi cultura porque hay ciertas diferencias entre nuestra mentalidad y la holandesa o la comida, aunque es cierto que navegando al final todos hablamos el mismo idioma o es la misma cultura: la del mar. En nuestra tripulación hay gente de varios países y con algunos ya había navegado. Se hace raro representar a otro país, pero lo asumes como tu equipo… Así que tengo ganas de ganar a los españoles. ¿Disponen de más medios? Más o menos los presupuestos de todos los equipos son similares, todos se han tenido que adaptar a la crisis económica y en ese aspecto no hay muchas diferencias. Aproximadamente, de los 30 millones de presupuesto que tenían los equipos se han reducido a la mitad gracias al uso del mismo modelo de barco para todos, lo que elimina la inversión en mejoras. ¿Cuál es el objetivo del Brunel? Nuestra intención es ganar, aunque es cierto que es una competición muy igualada, todos los barcos son monotipos exactamente iguales, así que las diferencias serán mínimas. Creo que hay cuatro equipos que tienen más opciones de ganar por experiencia y tripulación, entre los que estamos nosotros, pero el nivel es muy similar en todos. El Team Brunel ha realizado una preparación de la prueba muy extensa en tiempo. Recogimos el barco en Inglaterra y fuimos hasta Lanzarote, que ha sido nuestra base de entrenamientos. Allí estuvimos cuatro meses trabajando, desde finales de enero. Hemos subido a Holanda en varias ocasiones por compromisos publicitarios y después hemos sido el primer equipo en llegar a Alicante, un mes antes, para preparar y revisarlo todo. Casi cinco meses en el barco sin parar con el objetivo de conocernos a fondo y hacer equipo. Hay que saber cómo trabaja cada uno y cómo reacciona porque cuando llega la noche y la cosa se pone fea es necesario actuar casi sin hablar, que baste un gesto. ¿Cómo ve al equipo 100% femenino? Tradicionalmente las mujeres han tenido
Santanderino. 33 años. Afronta su tercera Vuelta al mudo a vela consecutiva. Formó parte del equipo olímpico en las clases Finn y Star, en la que fue décimo en los Juegos Olímpicos de Atenas. El patrón de su equipo, Bouwe Bekking, dice de él que «es fuerte como un buey»
menos oportunidades de navegar en este tipo de barcos y competiciones, así que considero que tienen cierta desventaja, aunque espero equivocarme. Es mi opinión. Creo que lo harán bien, pero pueden notar esa falta de experiencia y eso les pasará factura. Cuentan con tres tripulantes más, que eso ayuda, pero no creo que puedan ser tan regulares. En las dos ediciones anteriores participó dentro del programa de tripulantes menores de 30 años (los equipos debían llevar a dos marineros que no rebasasen esa edad), así que habrá sido especial la llamada de un hombre como Bouwe Bekking, que tiene siete Vueltas al mundo a vela (aunque no ha ganado ninguna) y es una leyenda. Sí, para mí ha sido un paso muy grande. Cuando terminó la edición anterior pensé en si sería lo bastante bueno como para participar como sénior, ya que se hay un mercado enorme de regatistas para elegir… Así que cuando me llamó Bouwe el año pasado fue un subidón de ánimo tremendo. Es algo que me motivo mucho para darlo todo. ¿Cuáles serán los puntos neurálgicos de la regata? Los barcos están preparados para todo tipo de condiciones y te puedes encontrar cualquier cosa: mar plana y sin viento o condiciones durísimas sobre todo en el Océano sur con vientos fortísimos, frío y olas gigantescas. Allí las noches son más largas y sufren mucho los barcos y nosotros. En esas zonas vamos con mayor precaución, sabes que si rompes la embarcación estás muy lejos de tierra y es difícil que vengan a ayudarte en un tiempo razonable. ¿Cuál ha sido su peor momento en la Ocean Race? En el Océano sur, sin duda. Pero por ejemplo en esta etapa hasta Ciudad del cabo que puede ser un calentamiento nos pasó otro año que rompimos el barco y fue un calvario. Hombre, en principio es la etapa entre Auckland y Brasil con el paso de cabo de Hornos lo más fuerte a lo que nos enfrentamos. No es leyenda lo del cabo de Hornos… No, para nada. La competición está ideada para que lo atravesemos en la época buena, pero las olas son enormes y vientos muy fuerte… No sé cómo será cuando está duro de verdad, es difícil de imaginar. Ya se puede poner el pendiente del cabo de Hornos, como hacían los marinos antiguamente… Exacto, ya podría pero los tiempos han cambiado y ya no es necesario cumplir con esa tradición.
ÂŤHablando claro, habitualmente se mea por la bordaÂť
¿Queda tiempo para la relajación en una Volvo Ocean Race? Nada. Tenemos guardias de cuatro horas y luego cuatro horas para dormir, comer o asearse si las condiciones lo permiten, y vuelta otra vez a cubierta. Se duerme muy poco. No hay tiempo para relajarse y es un trabajo muy duro y en condiciones extremas en muchas ocasiones. ¿Tenéis baño? ¡Todo un lujo! Bueno, es un agujero negro. Llamarlo baño es mucho decir. Hablando claramente, habitualmente se mea por la borda y ya para necesidades mayores se acude a ese hueco que tenemos abajo. Hay que tener en cuenta que tenemos que quitarnos la ropa, algo que no es fácil, que lleva mucho tiempo y es muy pesado. ¿Se come bien? La alimentación es muy importante, nosotros somos el motor del barco y tenemos que cuidarnos y estar en las mejores condiciones. Es una comida similar a la de los astronautas, liofilizada, con alimentos deshidratados que vienen envasados herméticamente, pero tenemos una dieta de unas 5.000 calorías al día. En mitad del océano con condiciones duras se piensa: ¿qué hago yo aquí? Muchas veces. Yo por ejemplo lo del frío lo llevo fatal y se pasa mucho en esta competición. En días gélidos lo pienso siempre… Luego cuando llegas a puerto no te acuerdas de lo malo y crees que no hacía tanto frío o que las olas no eran tan grandes y tienes ganar de volver a vivir aventuras. Esta competición es una experiencia muy intensa, dura, extrema, pero también con momentos muy buenos, y al final el computo general es siempre positivo. ¡Siempre quieres repetir! ¿Llega a pasar miedo? No, miedo no. Respeto por la mar sí, pero si tienes miedo creo que no te embarcas en algo así. Respeto siempre hay que tener porque es una prueba de condiciones duras y que también tiene factores imprevisibles. Lo bueno es que sabes que tienes que seguir adelante, en muchos puntos no puede venir nadie a rescatarte porque ningún helicóptero tiene autonomía de vuelo suficiente o llegaría a tiempo, así que tienes que seguir como sea, no puedes venirte abajo nunca... Esta prueba es una mezcla perfecta de aventura y competición. Sí, por un lado competir nos gusta a todos los deportistas, terminas haciendo una carrera hasta con el vecino y aquí la hay muy bonita. Tienes que llegar primero y también ves cosas increíbles, paisajes, animales, situaciones… No es estar en una oficina.
Las redes sociales han revolucionado el seguimiento de esta prueba y de alguna manera la aventura se hace muy cercana a todos. Sí, es cierto que han ayudado muchísimo a acercar a más gente la carrera y de manera inmediata, ver casi lo que vemos, pero sin mojarse ni pasar frío. Cuando hay jornadas en tierra y se acerca la gente, ve los barcos, donde dormimos y le explicamos lo que hacemos y como es la regata se engancha enseguida, alucinan. Es algo adictivo. Solamente hay siete barcos y Cantabria, pese a ser tan pequeña, tiene dos tripulantes y el médico oficial de la prueba… En Santander das una patada y salen campeones del mundo. Nuestra bahía es un sitio privilegiado y cada fin de semana tienes unas regatas de un nivel que te puedo asegurar no lo tienen en ningún lugar del mundo. Hay gente que navega muy bien y del que hemos aprendido varias generaciones. Esas competiciones son la mejor escuela. Luego algunos hemos tenido la suerte de salir fuera y de que los equipos potentes nos quieran y estamos bien preparados. Lo decía Jan Santana, patrón y armador catalán, peso pesado de la vela española muchos años: “En cada barco internacional, un neozelandés; y en cada barco nacional, un cántabro”. Eso me lo dicen muchísimo. En las regatas siempre me comentan eso de que “los de Santander estáis por todos lados”. ¡Incluso extrajeros! Alguno me ha llegado a preguntar si todos los que navegan en España son de allí. La verdad es que hay gente buenísima que ha salido de Cantabria. Habrá mirado con cierta envidia la celebración del Mundial de clases olímpicas en Santander, su ciudad. Sí, cuando me enteré de que se celebraba allí miré las fechas y me coincidían con entrenamientos de la Volvo Ocean Race. Hubiese sido bonito regatear en casa, aunque para eso hay que entrenar mucho y de manera diferente. Por lo menos pude ir y disfrutar un fin de semana del evento, el ambiente fue increíble. Los regatistas que llegan a la Volvo Ocean Race o a la America's Cup son un poco las estrellas de la vela. No son sueldos del fútbol, pero no están mal… Lo de cobrar está la cosa difícil en todos los lados, sí es verdad que el evento es enorme y tiene una gran repercusión. Es lo más grande a lo que puede aspirar un regatista, creo que la Copa del América y la Volvo Ocean Race están al mismo nivel, la primera es como si fuesen los 100 metros y esto es una maratón.
«No es el barco lo que cuenta, sino la tripulación»
SANTANDER / AARHUS
A VELA ALICANTE / VALENCIA
Dos ciudades. Dos Mundiales de clases olímpicas de vela. Y un futuro para albergar competiciones náuticas. Analizamos la especialización náutica de Santander, Aarhus y otras ciudades. El Mundial de vela de clases olímpicas de Santander ha sido el mejor de la corta historia de este evento… Y lo será hasta que se celebre la próxima edición en la ciudad danesa de Aarhus en agosto de 2018. El proyecto de la localidad nórdica es muy ambicioso y tiene algunas similitudes con lo que se realizó en la capital cántabra. En Aarhus todo es a lo grande y pensado para perdurar, para convertir a la ciudad en una referencia de la vela en formación e instalaciones. Un objetivo que también persiguen Santander, Alicante o Valencia. Los eventos deportivos parecen estar ligados a las transformaciones urbanísticas de la ciudad, aunque no siempre han resultado cambios exitosos. La especulación urbanística no es patrimonio exclusivo de España. En el caso de la ciudad danesa el Mundial de la ISAF ha servido para poner en marcha 'Aarhus Island', un megaproyecto que cambiará la fisonomía urbana de su costa. El proyecto incluye un nuevo paseo marítimo, una zona de playa, atraques, un teatro, un centro de vela y, por supuesto, muchas viviendas. El plan de desarrollo lo consensuan entre los poderes públicos y las empresas privadas implicadas en la inversión. El alcalde Jacob Bundsgaard, antiguo regatista, presentó el proyecto junto con el arquitecto Bjarke Ingels, que con este trabajo regresa a su país natal tras grandes éxitos internacionales. La idea de albergar el Mundial de clases olímpicas de la ISAF surgió hace mucho tiempo, incluso antes que Santander. Fueron los clubes de vela los que comenzaron la labor. Un trabajo de 15 años que culmina con el evento internacional de 2018. En Aarhus ganó España la última Eurocopa sub 21 de fútbol. Allí se disputó la final. Es la segunda ciudad más grande de Dinamarca con unos 240.000 habitantes, aunque supera los 300.000 contando a los habitantes de todo el municipio. Unos datos similares a Santander. Está situada a 157 kilómetros de la capital, Copenhague. Entre sus mayores atractivos turísticos figura la 'Ciudad antigua', la reconstrucción de un poblado que recrea la vida hace 100 años en tierras danesas, o el Museo de Arte Moderno, ARoS, inaugurado en 2004. Su catedral, del siglo XIII, es la segunda más alta de toda la zona escandinava. Es una ciudad
universitaria, por tanto, bastante animada. Unos 40.000 estudiantes viven en ella durante el periodo lectivo. El sistema de transporte público es excelente y la ciudad está muy bien comunicada. En 2017 Aarhus será Ciudad Europea de la cultura, una distinción a la que se presentó la capital cántabra sin demasiado éxito. El concejal del deportes de la localidad danesa estuvo siguiendo el Mundial de Santander y se marchó encantado por la acogida popular que tuvo el Mundial de vela, algo desconocido hasta entonces en este certamen. Era algo que ocurría en la America's Cup, Juegos Olímpicos, Volvo Ocean Race, Vedée Globe y pocas regatas más. Hacer de la vela un deporte para el gran público es imposible, aunque en Santander, por un momento, lo pareciese. En ese sentido las intenciones del Comité organizador de Aarhus 2018 son similares. Las mareantes y exageradas cifras que exhibe el Ayuntamiento de Santander respecto al evento náutico dejan con la boca abierta:
700.000 personas que pasaron por la Duna y el entorno de Gamazo donde su ubicó el Mundial –la comunidad autónoma apenas tiene medio millón de habitantes– o un impacto económico de 37,18 millones de euros para la ciudad con un increíble gasto medio por regatista de 125,5 durante 21 días de estancia media. Son datos que ponen los dientes largos a cualquier organizador. Ahora esa Duna escalonada está habitualmente
vacía, aunque el Instituto Municipal de Deportes de la ciudad ha ampliado un 5,7% su presupuesto, hasta los 7,5 millones de euros, con el objetivo de organizar eventos “atractivos” que refuercen esa imagen de la ciudad como organizadora de actividades deportivas, aunque no sean exlusivamente náuticos. El proyecto de Aarhus es mucho más especializado y está más avanzado. A Cantabria se desplazó una completa delegación del comité organizador del Mundial danés, nueve personas, y tomaron nota de todo lo que sucedía en la cita santanderina. Ahora tratarán de copiar lo positivo y de solucionar lo malo, como la falta de espacio para las embarcaciones. En lo deportivo, la actuación de Dinamarca en Santander fue un éxito. Ida Marie Baad y Marie Thusgaard, que además con de la propia Aarhus, en 49erFX y Jonas Warrer y Anders Thomsen 49er lograron sendas medallas de plata. Además hubo muy buenos puestos, AnneMarie Rindom fue séptima en Láser Radial. Un sexto y décimo puesto de Jena Hansen y Katja Per Arnold y Maiken y Anne-Julie Schutt en 49erFX terminaron undécimas. Dinamarca logró la clasificación para los Juegos Olímpicos de Brasil en siete de las 10 disciplinas y fue octava en el medallero final. España solamente logró cinco billetes para Brasil en Santander. En la ceremonia de clausura el alcalde de Santander entregó la bandera de la ISAF al concejal de deportes de Aarhus. Íñigo de la Serna sí viajó a Perth a recoger la bandera y a muchos otros sitios para apoyar el evento… El edil ha tenido un protagonismo inusual en la cita, organizada por la Federación Española de Vela no por el Ayuntamiento, aunque pareciese siempre lo contrario. Al alcalde también hay que apuntarle lo positivo y el éxito de “su” evento. El Mundial de Aarhus de 2018 será clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Tokio en 2020. Se espera que participen unos 1.400 regatistas de hasta cien países y 960 embarcaciones, que el evento siga creciendo como hasta la fecha. También serán diez las clases olímpicas, aunque entra el espectacular, y más popular, kitesurf como disciplina olímpica. «Dinamarca es una nación de vela y, además, contamos con un apoyo multitudinario de la gen-
La salida de la Volvo Ocean Race desde Alicante ha sido la de mayor impacto mediático y de público de la historia de la prueba: 315.000 visitantes en diez días, según la organización.
te, del gobierno, de los patrocinadores y la experiencia para hacer de este evento lo que se merece», afirma Lars Lundov, director de eventos deportivos de Dinamarca. Para Thomas Capitani, que será el máximo responsable del Mundial de 2018, será «el evento de vela más grande jamás se haya celebrado en Dinamarca. Todo el mundo de la vela del país participará en esta cita y estoy seguro de que va a establecer nuevos y más altos estándares de cómo nos organizamos y ejecutamos regatas y en general mejorará las pruebas y los clubes de los equipos de vela daneses». En Aarhus todos creen que el Mundial de vela tiene un gran potencial y Santander ha ratificado esa creencia tanto en términos de imagen de la ciudad, experiencia para los ciudadanos y como medio para crear efectos a largo plazo en el desarrollo de la línea de costa urbana. También para hacer la navegación más popular y promover la iniciativa empresarial y la innovación en el deporte de la vela. Una cuestión
organizado pruebas importantes y se propusieron esa meta del Mundial. Cádiz, que ya había acogido un Mundial oficioso (el Mundovela de 1992), se llevó el gato al agua en 2003 gracias a la ingente cantidad de dinero público inyectado por la Junta de Andalucía. Eran los años de las vacas gordas en España. Pese a ese primer fracaso Aarhus no se rindió y los clubes de vela de la ciudad comenzaron una minuciosa estrategia para organizarse y colaborar con las instituciones. En otros países las candidaturas eran manejadas por estamentos públicos y en ese aspecto, tenían que crecer. Con el apoyo organizativo y financiero de la ciudad se ha creado ahora un proyecto descomunal y atractivo internacionalmente macerado y pulido con los años. A última hora retiraron su candidatura en 2007 abriendo la puerta a que el Mundial se disputase en Santander. Todavía no estaban preparados ni tenían recursos económicos. Mejor hacer las cosas despacio y bien. Algo que no
El proyecto de Aarhus Es más que un estadio náutico. Algo futurista que cambiará la ciudad y la revitalizará en lo que ha fallado el Mundial santanderino. No ha habido ninguna promoción de la vela como deporte al alcance de cualquiera, cursos o paseos en veleros para que el gran público conozca el deporte de cerca durante los meses previos y sobre todo los posteriores. Ni hubo un plan anterior ni hay nada en firme de futuro en Santander respecto a la vela, más allá de que continúe el equipo olímpico en la ciudad, aunque siempre sea algo en alambre debido a la alta tasa económica portuaria que supone para la Federación. El sueño de Aarhus comenzó en 1999, cuando una delegación de miembros de clubes náuticos de la ciudad intentó que el primer Mundial oficial se celebrase en Dinamarca en 2003. La ISAF ya había realizado varias pruebas para agrupar todos los mundiales de las clases olímpicas, que se celebran por separado. En Cádiz y en Melburne había salido bastante bien la experiencia y era una manera extraordinaria para la Federación Internacional de vela de hacer caja. Los clubes de la bahía de Aarhus ya habían
pudo hacer Santander, que se vio comida por la falta de dinero y por el apremio de tiempo y eso que el evento se retrasó a septiembre en vez de celebrarse en agosto… Y pese a todo, las obras no se terminaron hasta el último momento. Algunas ni se llegaron a concluir. Aarhus acogió como prueba de preparación el Mundial juvenil de 2008. Una manera de aglutinar fuerzas de todos los estamentos del país. Incluso todos los clubes se agruparon en un solo organismo. El éxito en el Mundial para jóvenes trajo más regatas a la bahía de la ciudad danesa: el World Match Racing Tour de 2009, 505 de la Copa del Mundo, Mundial de X-35 y A-Cat Campeonato del Mundo en 2011, EUROSAF Youth Championships 2010 en 2012, Campeonato Mundial de 29er y Campeonatos 49er europeos en 2013 y más tarde 49er / 49er FX Copa Mundial de la Juventud en 2014. Al Mundial de 2018 la ciudad llega con una experiencia inmejorable. En Santander, primero se ha colocado el techo de la casa y ahora se pretenden construir las paredes.
La capital cántabra tiene ahora la idea de especializarse en la acogida de eventos deportivos relacionados con la náutica, la misma idea que tiene Aarhus, pero con más de una década de ventaja y un futuro esplendoroso que culminará con el Mundial de 2018. En Alicante también se ha trabajado de una manera lenta, pero efectiva. La ciudad es sede permanente de la Volvo Ocean Race y cuenta con un moderno museo de la prueba. Este año acogió la salida de la Vuelta al mundo a vela por tercer año y por la Race Village pasaron 315.000 visitantes en diez días. No han faltado talleres de vela o simuladores de navegación para acercar el deporte al público generalista. Son cifras siempre algo infladas, claro, pero el impacto mediático de la Ocean Race es indudable. En 2017 Alicante volverá a acoger la salida del evento, al que se le calculó un impacto económico en 2011 de 89,28 millones de euros. Su posicionamiento como ciudad náutica es evidente.
declaró Hans Skou, que presidirá la institución. AP Møller también se ha convertido en uno de los patrocinadores importantes de la Volvo Ocean Race reafirmando su compromiso con este deporte. El edificio será un lugar ideal para presenciar las regatas. Con sus hermosas fachadas acristaladas es una Duna como la de Santander, pero cubierta y con asientos. Es la guinda del nuevo paseo marítimo. El edificio será el hogar del equipo olímpico, pero también estará disponible para ofrecer cursos de iniciación, albergando una flota de botes Optimist, la clase ideal para los niños. El centro está equipado para satisfacer los requerimientos de la nueva Ley de Educación Primaria de Dinamarca e incluye tres salas polivalentes para desarrollar en ellas un amplio programa con los colegios e instituciones educativas de la zona. Las noticias de la escuela de vela de Santander no han sido precisamente positivas en los últimos años: recortes, problemas de pagos, etc.
La famosa Duna de Santander corre el riesgo de quedarse como un lugar fantasmal si no acoge más eventos En la ciudad danesa todo lo relacionado con la vela pivotará sobre el Centro Internacional de Vela. Un edificio que permitirá a la ciudad ser una de las capitales mundiales de este deporte. La Fundación AP Møller ha puesto las 36 millones de coronas que cuesta. «El nuevo centro de vela se convierte en un eje central para la navegación y para la vida en Aarhus Island. Es un edificio que servirá para unir la ciudad al mar, y que florecerá con el Mundial de la ISAF en 2018», valoraba el concejal de Deportes y Cultura en Aarhus, Rabih Azad-Ahmad. El Centro de vela, que se presentó en 2014, es el equivalente al Centro de Arte Botín en Santander. Pero museos hay muchos en el mundo y edificios destinados específicamente a la vela, no. Es un Centro de Alto Rendimiento similar al de Santander, pero a lo grande y en moderno. «Es un gran reconocimiento de nuestro proyecto y supondrá un importante impulso para la juventud danesa y para la vela de élite. El Centro de Vela será el punto de partida ideal para enseñar e introducir en la navegación a niños y jóvenes»,
El International Sailing Centre estará terminado a mediados de 2016. «Queremos crear mayor emoción situando a los espectadores más cerca de los regatistas, para que puedan sentir la velocidad del viento y el agua. Cuando observas la acción de cerca creas una conexión directa y eso es lo que haremos en Aarhus. Crearemos una experiencia nunca vista con un estadio situado en medio de una ciudad moderna, joven y divertida. Nuestra pasión por la vela dejará un legado que durará años», afirma Thomas Capitani. «Queremos compartir nuestro conocimiento como una nación líder en la vela y devolverlo al deporte. Como anfitriones, estaríamos completamente comprometidos con el Programa de las Naciones Emergentes y tenemos la esperanza de que Aarhus pueda convertirse en la próxima Academia Regional de Entrenamiento de la ISAF. Aarhus está listo para el 2018 y para el futuro», asegura Capitani. En España, Valencia ha pasado la dura auditoría de la ISAF para convertirse en Centro de formación oficial. La Federación internacional les ha conce-
dido los programas de formación en las clases Láser y Finn. En Santander, no saben nada del tema. En Valencia, como en Santander, se comenzó por lo más alto, acogiendo un gran evento. En el caso valenciano, el más importante de este deporte: la America's Cup. Pero no había ninguna base y todo quedó en nada. Ahora se intenta trabajar en esa especialización náutica desde abajo y aprovechar unas buenas instalaciones, como son las de la Marina Real Juan Carlos I. El sueño valenciano es arrebatar la sede estable del equipo olímpico español a Santander, algo que tuvo cerca de haberse convertido en subsede olímpica si Madrid hubiese acogido los Juegos de 2020. Los proyectos de Alicante y Aarhus, cada uno en su nivel, parecen menos difusos y seguros que los de Santander y Valencia. Aarhus además de estar preseleccionada entre las ciudades candidatas a convertirse en Centro de Formación de la ISAF, también acogerá en 2015 los Mundiales Nacra 17 y los Campeonatos de Europa Láser y 470. Pero además de eventos internacionales también se han puesto en marcha proyectos locales, como una liga de vela con 18 equipos y cuatro campeonatos que se distribuyen a lo largo de la temporada con un máximo de 36 carreras en cada uno de ellos. O una gran fiesta relacionado con el SUP, el Stand Up and Paddle, con clases gratuitas para todos y la presencia del campeón del mundo, Casper Steinfath, que es danés. Toda esa actividad contrasta con el vacío de Santander, sobre todo en cuanto a la vela se refiere. No hay nada a la vista en el horizonte en cuanto a deportes náuticos de alto nivel. «Todo esto es un reconocimiento a la larga tradición de la vela en Aarhus, así como a nuestra capacidad para ofrecer modernidad tanto dentro como fuera del agua, y a nuestro fantástico futuro con la apertura en dos años del nuevo International Sailing Centre. Estamos construyendo algo especial en Aarhus y los Mundiales se beneficiarán de este enorme desarrollo del puerto», se regodea Thomas Capitani. «Los Campeonatos del Mundo de Vela de la ISAF tienen que centrarse en los regatistas. Vemos estos mundiales como la oportunidad perfecta para que la vela crezca más allá de sus fronteras y también para hacer de nuestros regatistas estrellas conocidas. La ISAF comparte esta visión con nosotros y creo que aprecian nuestras iniciativas. Queremos que el Mundial de 2018 sea como un 'big bang' para los regatistas. Hemos preparado un lugar perfecto y será el momento adecuado», afirma Lars Lundov. De hecho, el lema de 'Para los regatistas, por los regatistas' de Santander también es compartido por el proyecto danés. En realidad, a los
regatistas no se les hizo demasiado caso en la cita española, así que está en el aire ver que es lo que ocurre en Aarhus. El regatista Jonas Høgh-Christensen considera que «la vela está en el AND de los daneses y Dinamarca es una de las mejores naciones del mundo en este deporte. Será un honor acoger el Mundial. La vela ha ganado más medallas que cualquier otro deporte en nuestro país». Curiosamente, lo mismo pasa en España y en Santander, donde hay un gran tradición marinera. «La bahía de Aarhus ha demostrado tener un entorno extraordinario para los campeonatos internacionales, ya que cuenta con unas condiciones únicas y muy exigentes para la celebración de regatas. Los regatistas adoran Aarhus. Es un buen lugar para la vela, un buen lugar donde estar», defiende el hombre que logró una plata en los Juegos de Londres solamente por detrás del mito inglés Ben Ainslie. La bahía de Santander es tan privilegiada para la vela como otras cientos de bahías en el mundo, aunque se caiga un mito para los cántabros.
Valencia pasó del todo a la nada, de organizar la Copa del América, el evento náutico más importante, al vacío. Ahora es centro de formación de la ISAF en las clases Láser y Finn.
Aarhus Island para 2017
La construcción de Aarhus Island comenzará en 2015 y espera concluirse en 2017. Son 100.000 metros cuadrados nuevos con más de 200 unidades residenciales. El enfoque urbanístico pretende recuperar población para el centro de la ciudad, sobre todo de familias con niños pequeños. El concejal de urbanismo y medio ambiente, Kristian Würtz, lo considera algo vital: «En este momento hay una tendencia mundial al respecto, se intenta que las familias con niños vuelvan al centro de las ciudades y es algo que también sucede en Aarhus. Es por eso que tenemos que ofrecer los tipos de vivienda y actividades que satisfagan los deseos de las familias con niños. El plan de desarrollo contempla la creación de zonas de patio cerrado para que los pequeños jueguen y se mantengan en un entorno seguro o se enfoca la oferta cultural a este sector». En Santander la pérdida de población es tan alarmante que podría perder en poco tiempo su condición de gran núcleo urbano. Actividades culturales, parques infantiles, comercios, restaurantes y actividades deportivas ayudarán a impulsar el desarrollo urbano en Aarhus. «La zona tiene un gran potencial como un nuevo centro para toda la ciudad, y es el punto de partida para el futuro desarrollo de la ciudad. Todo se ha planificado de manera minuciosa atendiendo a los vientos de la zona, el sol, etc. Se creará un ambiente óptimo para la vida urbana en Aarhus Island», explica el alcalde y antiguo regatista Jacob Bundsgaard. También se prevé establecer una serie de asignaciones marítimas con casetas de baño o huertos ecológicos.
Negros nubarrones
Por José Ramón Rodríguez Se termina una temporada que ha sido bastante buena para el ciclismo español. Seguramente vendrán otras bastante peores en un futuro cercano. Tuvimos un Giro precioso y de muy alto nivel con un ganador que está llamado a ser la referencia de este deporte en los próximos años. Nairo Quintana ya lo había dejado claro en el Tour de Francia del año anterior, pero en Italia confirmó lo que veía todo el mundo: es un grande y lo será todavía más. El Tour nos dejó con la miel en los labios. La etapa del pavés, tan criticada por todos los ciclistas y los directores de equipo, dejó fuera de la carrera a Chris Froome y en otra etapa intrascendente una caída nos privó también de Alberto Contador con lo cual la lucha por la general perdió muchos enteros. En el Tour hay que ser muy regular y tener también esa pizca de fortuna porque siempre suelen surgir este tipo de percances que van eliminando favoritos. Desgraciadamente para el aficionado, no siempre se puede llegar a los últimos días de carrera con todo por decidir o con emoción. La ronda gala no tenía vencedor italiano desde 1998, con Pantani, así el triunfo de Vincenzo Nibali fue muy especial para un país que tanto quiere a este deporte. Al siciliano le acompañaron en el podio dos franceses y eso también fue muy especial porque los anfitriones han sufrido muchos años de sequía en cuanto a ciclistas de nivel. Parece que ahora cambia el ciclo para ellos. En la Vuelta tuvimos esa incertidumbre de saber si Alberto Contador iba o no a participar. Su victoria fue algo importante y revitalizó la prueba. Quizá el de Pinto ya no tenga el nivel que solía mostrar, pero pudimos disfrutar de una muy buena ronda española con Purito, Valverde, Froome… Creo que todo el mundo quedó satisfecho. La guinda para España fue el Mundial de Ponferrada. Quizá la prueba de ruta tenía que haber sido mucho más exigente para beneficiar
los intereses de las selección, pero la medalla de bronce de Valverde cubre el cupo de exigencias redondea una temporada notable para el ciclismo español. El aspecto más negativo de la temporada curiosamente no pertenece a este año ni tiene que ver con la carretera sino con los despachos. Era algo que iba a cambiar el futuro de este deporte. La renuncia de Fernando Alonso a abanderar un proyecto de equipo era la zanahoria que animaba al ciclismo nacional. La ilusión de la que hablaba todo el mundo. Esa portada que todos los diarios deportivos querían mostrar. Un gran equipo avalado por la fama del piloto de Fórmula 1 podía ser el mejor incentivo para una disciplina en horas bajas. La renuncia de Alonso a sacar equipo en 2015 perjudica mucho al ciclismo en general y al español en particular. La situación de crisis, económica y de número de practicantes en la base, es preocupante. La llegada del piloto, con sangre fresca y nuevos patrocinadores, podía dar algo de aliente. Es una ocasión perdida que se dejará notar mucho. Tenemos muy pocos ciclistas en España, igual sucede en Cantabria (Por primera vez en la historia el pelotón de La Vuelta partió sin ningún ciclista cántabro), y un serio problema en las categorías inferiores. Debe cambiar el trabajo en estructura de la base, conseguir que se impliquen las marcas y patrocinadores, aumentar el número de carreras… El futuro de España a corto plazo es limitado, pero cuando se retiren los tres grandes ciclistas del momento -Contador, Purito y Valverde- hay un vacío generacional detrás tremendo. España solamente tiene un equipo profesional, dos con el Caja Rural como equipo Continental, cuando no hace tanto tiempo, en 2006, hubo hasta nueve equipos profesionales. En 25 años ha cambiado radicalmente la situación y todavía quedan por llegar nubarrones más negros. Costará mucho volver a ver un claro.
LUIS AVÍN
MBA
LUIS AVÍN
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Constato una obviedad, pero es que la historia del último medio siglo del baloncesto norteamericano está repleta de casos con características casi calcadas: atletas prometedores, reboteadores natos o finos tiradores –“de raza blanca”, añadiría, seguramente, el inefable Andrés Montes– que, perdidas sus opciones de asentamiento profesional en la NBA, acaban frustrados y deciden hacer las maletas para poner rumbo a alguna exótica competición europea… incluida la 1ªB española de los años ochenta, con jugosa escala en Cantabria (y mi vida), como a continuación tendréis oportunidad de repasar al detalle… En 1975, la otrora poderosa ABA daba sus últimos coletazos, defendiéndose en los tribunales del asedio final de su hermana mayor, una NBA en pleno trance de engullirla y apropiarse del vistoso talento que pululaba por las canchas donde aún mandaba el balón tricolor. En ese contexto crispado, surgió la noticia de un nuevo pleito entre ambas ligas: la NBA reclamaba su derecho a draftear el siguiente verano a cuatro jugadores que habían accedido directamente al profesionalismo, sin graduarse ni ponerse a tiro suyo previamente. Entre aquellos jóvenes aspirantes se encontraba nada menos que el legendario Moses Malone, que con 18 años se comía los tableros a sueldo de los Virginia Squires; y también a un espigado alero lleno de talento que, abandonados sus estudios en la Universidad de Canisius, lucía ahora la camiseta con el número 34 en el equipo de su estado natal, unos Indiana Pacers que aún seguían militando en la ABA. Su nombre: Charles C. Jordan. Charlie Jordan, finalmente, fue escogido por los Buffalo Braves en el draft de la NBA de 1976. Pero nunca llegó a debutar con ellos, y su carrera tomó
dirección a Europa, en un periplo deportivo que se iba a prolongar durante dos décadas: tras tres años en el Villeurbane galo, triunfaría en el segundo equipo de Bolonia (la imparable Virtus de Renato Villalta y Krésimir Cosic mandaba en el basket italiano), el recordado Fortitudo en el que haría pareja con un tremendo jugador que también iba a ser protagonista, con los años, en el FC Barcelona, el gran Marcellus Starks. Era el cénit en la valoración de Jordan como anotador y jugador extremadamente hábil cerca del aro, al que seguirían años de nomadeo (Suecia, una temporada jugando ¡al rugby! de vuelta con los italianos…), hasta aterrizar, ya entrado en la treintena, en esta parte del mundo, enrolándose primero en el Tizona Burgos de nuestra segunda competición nacional de entonces, para terminar jugando –y viviendo de forma permanente– en tierras cántabras. Incluso en su (natural, por otra parte) cuesta abajo física, me costaba –y me cuesta– asumir que un jugador de sus enormes cualidades fuera mi paisano y vecino, una sonrisa permanente con el que te cruzabas a todas horas, visitante habitual de las tumultuosas (y gracias en buena medida a él, muy bailonas) sesiones en locales como el P.I.L. de mis mejores recuerdos. Y es que Mr. Jordan (el del '34', no el del '23') transmitía el mismo entusiasmo vital coreando con gracia infinita a todo un Kool Moo Dee en “How You Like Me Now?” –acabé regalándole el maxi, por cierto– que dando lecciones de imaginación en ráfagas de pura explosividad con el balón en las manos. Un lujo del bueno que varias generaciones de incipientes baloncestistas locales han podido compartir gracias a su prolongada estancia por estos pagos. Ese es el Jordan que conocí (y disfruté), no hay sitio para las comparaciones…
LUIS AVÍN
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Llegó muy tarde al patrocinio deportivo, pero terminó encantado con la inversión. Fue en 2007 cuando su banco desembarcó en la Fórmula 1, la disciplina que logró cambiar su concepto del mecenazgo deportivo. Para entender cómo Emilio Botín veía en sus inicios la aportación de dinero en este tipo de patrocinios resulta muy ilustrativa una anécdota con el golfista Severiano Ballesteros, que terminaría casándose con su hija. El deportista de Pedreña no era un desconocido para la familia Botín, su padre fue caddie de Emilio Botín y cuidaba la casa y el jardín que el banquero tenía en Pedreña. Tenían una relación muy estrecha y familiar, de jefeempleado, pero cordial. Uno de los hermanos de Seve era el profesor de golf de la familia y se veían constantemente. Cuando Seve comenzaba a despuntar necesitó ayuda económica para dar el salto al profesionalismo. Emilio Botín le ofreció unas condiciones leoninas: le prestaba 25.000 pesetas a cambio del 75% de sus ganancias en los torneos que iba a disputar. Usura deportiva. Un trato inaceptable, pero el banquero no “tiraba” el dinero. Afortunadamente, para el genial golfista cántabro el doctor César Campuzano, su mecenas, le prestó 500.000 pesetas a fondo perdido, sin intereses ni cláusulas, y pudo viajar a Sudáfrica rechazando el ofrecimiento del poderoso empresario, que tardaría muchos años en entender lo que significa el patrocinio en el deporte… Dejar dinero a una persona querida sin motivo no lo llegó a entender nunca. Llevaba los negocios y la banca en la sangre. Emilio Botín prefirió orientar ese tipo de inversiones “publicitarias” o desgravatorias en educación, sanidad y cultura. Lo otro era un juego. Precisamente, una persona que dedicaba bastantes horas al golf y que se interesaba un poco por el fútbol, como un aficionado más. Unos días antes de su muerte jugó con 79 años a algo parecido al fútbol en Turín. Incluso se vistió de corto con la equipación de la Juve en un partido organizado por el presidente de la Fiat, John Elkann. «He intentado tirar el penalti como Messi, he mirado a un lado y he chutado al otro, pero no ha entrado», contaba entre risas. La experiencia le gustó mucho. No fue nunca un gran apasionado del balompié, pero seguía con interés las noticias en la prensa y era de los que miraba los resultados del Racing de Santander, el equipo de su tierra. Luego trataba de mantener el equilibrio entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona, quizá para no perder clientes. Admiraba mucho a Leo Messi y se dejaba caer por el palco del Santiago Bernabéu, en muchas ocasiones con motivo de la visita a la capital de los racinguistas. Siempre dijo que era su equipo. El banco se decidió a apostar por el fútbol para entrar en el mercado sudamericano. Enseguida entendieron los directivos que allí el fútbol era la “re-
ligión” mayoritaria. Y el Santander tenía que entrar a lo grande en ese mercado: financió la mejor competición, la Copa Libertadores, el equivalente a la Liga de Campeones. Ocho millones de euros. El empresario cántabro afirmaba: «El Santander es el banco del fútbol en Latinoamérica». Y para ser el embajador del proyecto el elegido fue nada menos que Pelé, uno de los mejores futbolistas de la historia. Luego patrocinarían también a Neymar, la estrella emergente y el resto de competiciones continentales de clubes y selecciones. Pelé y Emilio Botín posaron juntos con sus chaquetas rojas y un balón en una imagen que reafirmaba esa tesis: el banco del fútbol. En su tierra siempre se preguntan por qué no invirtió nunca en el club de su ciudad, en su equipo de niño. Incluso llegaron a preguntárselo en una Junta General de Accionistas de la entidad. El banquero explicó claramente que una cosa era el banco y otra su persona, que la entidad no podía invertir dinero en un club que no podría otorgarles ninguna rentabilidad, que sus accionistas nunca se lo perdonarían. Y en cierta medida tenía razón. El fútbol español era en aquellos años un coladero de dinero y un equipo pequeño en un mercado que iba casi a abandonar, en plena expansión, no era el mejor proyecto de marketing. El banco y la ciudad ya se asocian por sí solos. Curiosamente, en el último año de su vida se interesó de nuevo por el club de fútbol. No como banquero sino como Emilio Botín, a título personal. También es importante destacar que ahora su percepción del marketing deportivo había cambiado radicalmente gracias a la Fórmula 1. Fue a raíz del plante de la plantilla del Racing en Copa del Rey ante la Real Sociedad y la liberación del club, que había caído en malas manos y era víctima de una gestión nefasta que lo había des-
mantelado. Aquel gesto de dignidad dio la vuelta al mundo. Existía un sentimiento de racinguismo insólito en la región. Cantabria amaba al Racing y también Emilio Botín. El banquero, motu proprio, contactó telefónicamente con gente cercana al club y se interesó por la situación financiera del equipo, que había logrado el ascenso a Segunda División. «¿Cómo puedo ayudar?», llegó a preguntar. El empresario, bordeando los 80 años, sabía ya que no le quedaba mucho tiempo y explicó que lo tenía todo, pero que quería ofrecer algo más a la sociedad de su ciudad y también al Racing, ya que había percibido que era algo que calaba mucho en el sentimiento de la gente, también en él. Tal vez su Rose-
«He intentado tirar el penalti como Messi, he mirado a un lado y he chutado al otro… pero no ha entrado»,», comentó tras vestirse de corto pocos días antes de morir bud. El marketing deportivo ya le había conquistado y quería dejar algo más que su Centro de Arte, que había sufrido críticas por parte de algunos sectores de la sociedad debido a su ubicación. Se estudiaron varias fórmulas de manera informal para plasmar su colaboración con el Racing. No era el Banco Santander quien participaría en este apoyo sino Emilio Botín a título personal. Se habló incluso de bautizar el estadio de El Sardinero con su nombre para compensar una inyección económica, de buscar inversores para el club, poner al Consejo de Administración en contacto con empresas que invirtieran en el Racing de la mano del Ban-
co Santander, o de que participase en la futura ampliación de capital del club él mismo de manera individual con una pequeña cantidad, nunca haciéndose con el control del club ni mucho menos. Su fallecimiento repentino fue un varapalo de dimensiones considerables para el Racing. De todo esto seguramente no quedará nada ya que eran conversaciones, aunque el empresario se mostraba ilusionado con la idea. Los negocios buenos ya les había hecho, así que aquello era un pequeño juego. Aunque muchos aficionados racinguistas no comprendan que Emilio Botín si era uno de ellos, más o menos tibio, pero que quería al club, es lógico pensar que el Banco, del que no es dueño, no in-
Emilio Botín prefirió orientar ese tipo de inversiones publicitarias o desgravatorias en educación, sanidad y cultura, hasta que llegó su flechazo con la F1 virtiera en el equipo de la ciudad. Sí lo hizo en 1949 cuando se formó uno de los grandes conjuntos verdiblancos de la historia. La llegada de Manuel San Martín a la presidencia del club fue la clave. Este empresario hostelero, que había hecho grande a la Sociedad de Remo de Pedreña, entendía que había que conformar proyectos ganadores que ilusionasen a la gente y arrastrasen a mucha gente. Lo hizo con la famosa trainera Castilla, a la que Franco entregó varias veces la Bandera de La Concha, y también con el Racing. El dinero salió de unos créditos bastante favorables del Banco de Santander avalados por el propietario de La Austríaca. Es cier-
to que eran créditos y que la entidad ganaba dinero con ellos, pero también que se apostó por un proyecto que no todos veían en aquellos años. Aquel Racing de los Alsúa, Echeveste, Ruiz, Herrero, Nemes, Joseíto o Mathiensen ha perdurado durante décadas en la memoria colectiva del racinguismo. Es algo eterno. Como salió bien, el padre de Emilio Botín prestó también dinero en una condiciones muy favorables al Fútbol Club Barcelona para que construyera el Camp Nou en 1957. El precio inicial del estadio, 67 millones de pesetas, se disparó de una manera brutal hasta los 228. El club presidido por Franscesc Miró-Sans encontró el apoyo financiero en la entidad montañesa, que tuvo la exclusiva de tesorería y financiación del club catalán durante diez años. Los créditos blandos para ayudar a los socios culés a financiar los abonos de varias temporadas ‘adelantados’ para pagar las obras del estadio sirvieron para que el Banco Santander aumentará mucho su popularidad en la Ciudad Condal. La expansión de la entidad bancaria fue brutal y el Santander abrió once nuevas oficinas en Barcelona. Su hijo llegó más tarde a comprender el valor de la inversión en el deporte pero no hace mucho tiempo afirmaba sin rubor que «ganaba cinco euros por cada uno invertido en el circo de la F1». Tal vez eso terminó por convencerle. El Santander entró la Fórmula 1 con la llegada del asturiano Fernando Alonso a McLaren. El banquero terminaría siendo un gran amigo del piloto asturiano. Cuando Alonso dejó la escudería británica y marchó a Ferrari, Emilio Botín le siguió y firmó un patrocinio de 40 millones de euros desde 2010 a 2017 con la escudería de Il Cavallino rampante. «El Banco Santander es hoy a la banca lo que Ferrari es a la Fórmula 1: un símbolo de tradición, éxito y fortaleza», valoró el empresario.
Emilio Botín no tardó en convertirse en un verdadero tifosso ferrarista. «El patrocinio de Ferrari es la mejor acción de marketing de la historia del Santander», se jactaba. Unos años antes había tenido una incursión en el motor con el Mundial de rallys echando una mano al piloto Dani Sordo, que es también de Puente San Miguel. Era algo local. El joven piloto, y vecino, necesitaba dinero para correr el Mundial de rallys y lograron sacarle algo, muy poco, al banquero y sin que tuviera muy claro que era aquello de los rallys. En una rueda de prensa en la Universidad de Cantabria le preguntaron por el acuerdo y su respuesta fue: «¿Ese quién es, el de la motos o el de los coches?». En cambio, la F1 le conquistó completamente. Se movía por el paddock como pez en el agua. Además de su alianza con Ferrari la entidad financiera era el patrocinador principal de los grandes premios de Italia, Reino Unido y Alemania, y colaboraba también de manera importante con los de España, Europa y Brasil. Emilio Botín disfrutaba del espectáculo e incluso aprovechaba para captar clientes entre los millonarios… No podía renunciar a esa faceta de tendero de ultramarinos siempre al quite. El Banco se había introducido en el mundo del mecenazgo deportivo a gran escala casi por obligación con el primer plan ADO de 1992, el primer programa de preparación olímpica que fue pieza clave en las 22 medallas logradas por España en los Juegos Olímpicos de Barcelona. El Gobierno “obligó” a los grandes empresarios del país a invertir en deporte y por una vez los atletas españoles pudieron dedicarse a entrenar en serio sin preocuparse de ganar dinero para vivir. Poco a poco, el Santander fue convirtiéndose en uno de los tres patrocinadores deportivos más conocidos y con mayor visibilidad dentro y fuera de España, aunque la cultura o la educación siempre estuvieron por delante hasta esta última década. En 2004 hubo un primer intento de gran patrocinio deportivo que salió bastante mal. Fue en el ciclismo, en el Tour de Francia, con el equipo Illes Baleares-Banco Santander, dirigido por Eusebio Unzué. Fue también algo heredado del Banesto, que solamente se mantuvo en aquella ronda gala. Dos años después la entidad encontraría con McLaren Mercedes su camino. Emilio Botín también quiso que su banco se sumara al proyecto olímpico de Madrid 2020, aunque seguramente más por “compromiso” político con el poder que por convicción propia. El concepto de apoyo al deporte de su padre fue mucho más modesto y local. Menos estratégico, salvo su éxito con el Camp Nou. Emilio Botín Sanz de Santuola López fundó el club Bansander el 15 de febrero de 1957, coincidiendo con el cente-
nario del Banco. Esta sociedad deportiva para los empleados del Banco en Cantabria, unos 3.000, cuenta con una subvención de unos 200.000 euros para el colectivo y abarca muchas disciplinas deportivas para niños. No hace mucho su sección de fútbol “rompió" una colaboración histórica con el Racing para firmar un convenio con el Real Madrid. Su último “favor” deportivo a Cantabria fue el apoyo al Mundial de vela de Santander. La firma del patrocinio se produjo el día antes de su muerte aunque desde el principio mostró su apoyo al evento. En la ceremonia de inauguración se guardó un minuto de silencio por su fallecimiento. El Banco Santander era el principal patrocinador de la cita con
«El Banco Santander es hoy a la banca lo que Ferrari es a la Fórmula 1: un símbolo de tradición, éxito y fortaleza», declaraba Botín orgulloso medio millón de euros y el propio Emilio Botín influyó ante la ISAF para que la ciudad fuese elegida sede del Mundial de clases olímpicas de vela. El Banco patrocinó también una edición la Copa América con un millón de euros. En aguas santanderinas participó un Botín: Diego, una de las jóvenes promesas del equipo olímpico español. La familia está también muy vinculada al mundo de la vela, sobre todo gracias a Marcelino Botín, hijo de Jaime, uno de los diseñadores de barcos de competición más importantes del mundo. Otro de los jóvenes de la saga, Marcelino Botín, es una gran promesa del surf.
En Cantabria, el banquero apoyó la creación de un torneo de bolo palma, el deporte vernáculo de la región, aunque el certamen se creó a instancias de su amigo Alfonso Ussía, que “lío” al banquero con el invento durante una cena. El trofeo Campeones del Banco Santander es el mejor dotado económicamente de todos los que se celebran en esta disciplina, el ganador se embolsa 15.000 euros. Este año ha cumplido 18 ediciones. El banquero acudió en alguna ocasión a presenciarlo, pero tampoco fue un asiduo de los corros bolísticos. Nada que ver con el circo de la F1. Al margen de la F1 la pasión del banquero fue el golf. Emilio Botín tenía una curiosa forma de
también tenía una empresa de diseño de campos de golf. Es el campo más largo construido en España (6.900 metros de longitud). Nunca patrocinó nada que ver con el golf, su pasión. Quizá porque a lo largo de su vida nunca creyó en los patrocinios deportivos... hasta que descubrió su rendimiento. En sus últimos años de vida aprovechó para jugar algo más al golf, pero aunque disponía de más tiempo seguía recorriendo los hoyos con un andar acelerado. «Voy a aprovechar el brillante equipo que tengo al frente del Banco para hacer más deporte, viajar y pensar», comentaba jocoso, aunque real-
jugar: a la carrera. Así que su caddie terminaba con la lengua fuera. Siempre tenía prisa, no había tiempo para la pausa. En la familia es una tradición recibir clases de golf desde niños y casi todos los miembros del clan practican este deporte. Uno de los hijos de Seve incluso a nivel profesional. El Real Club de Golf de Pedreña fue el campo en el que más veces jugó Emilo Botín, pero se sentía muy orgulloso del campo que ordenó construir en el corazón de su ciudad financiera de Boadilla del Monte. Un circuito que diseñó el famoso Rees Jones para mosqueo de Severiano Ballesteros, que se mostró muy defraudado porque no le hubiera llamado a él, ya que
mente nunca dejó de trabajar. Fue el típico hombre de negocios, obsesionado con el negocio y con amasar más y más dinero. Siempre fue tan competitivo como una estrella del deporte: «La banca es como un juego y al final siempre gana el mejor». Lo decía un hombre que se jactaba de tener como libro de cabecera ‘El arte de la guerra’ de Sun Tzu. Lo cierto es que heredó el séptimo banco español, una entidad de pueblo, casi residual en el sistema bancario español, por decirlo de alguna manera, y lo convirtió en el primero de Europa y en el décimo del mundo. Eso sí, nunca podría haber lanzado un penalti como Messi.
Bilbao Red Bull Cliff Diving
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o fue un salto al vacío. El éxito estaba asegurado. Había un paracaídas o un colchón importante… La gente. La respuesta masiva del público de Bilbao. La primera parada del Red Bull Cliff Diving en la ciudad mereció un 10 de los jueces. Si durante los primeros entrenamientos del jueves y del viernes llegaron a congregarse cerca de 15.000 personas, el sábado, en el gran día de la competición, las cifras de asistencia se dispararon pese a la intensa lluvia y se llegó a los 52.000 espectadores. Todos contuvieron el aliento cuando Alberto, un veterano dantzari del grupo Salbatzaile de Castaños, bailó el aurresku de honor sobre la plataforma desde la que iban a lanzarse los clavadistas. Apenas dos escasos metros cuadrados situados a 27 metros de altura y sin red. Se llevó el aplauso más sonoro de la tarde.
No suele ser habitual que este circuito recale en entornos urbanos desde que comenzara en 2009, pero sin duda es una manera inmejorable de acercar esta modalidad deportiva al gran público. La parada de Bilbao ha sido la que más público ha congregado esta edición, aunque el año pasado en La Rochelle hubo unas 70.000 personas para ver a los clavadistas saltar desde la torre de San Nicolás en el pueblo francés. A las 14 horas y 35 minutos Alessandro de Rose tuvo el honor de ser el primero en lanzarse al agua desde esos 27 metros de altura que parecen muchos más. Los clavadistas habían llegado a la plataforma en tres traineras portando las banderas de sus países. Justo cuando arrancó la competición comenzó a llover, como si las gotas también quisieran tirarse a la ría. Primero fue algo suave y poco después todo un chaparrón. Dio lo mismo, el público permaneció en su sitio, clavado, y cada vez que aparecía un saltador, clavadista, le brindaron una calurosa ovación. Los más aclamados, el colombiano Orlando Duque y el mexicano Jonathan Paredes, que subió a la plataforma con una camiseta del Athletic.
A la final pasaron ocho clavadistas para jugarse la victoria a un solo salto. El ganador fue Artem Silchenko, con un 10 en su tercer salto tenía renta suficiente de puntos como para superar al exolímpico Gary Hunt en el último momento. El británico, con la segunda plaza en Bilbao, se aseguró el triunfo final en de el Red Bull Cliff Diving World Series 2014 aunque quede por disputar la última prueba en México. El inglés ha ganado cuatro de las seis pruebas. «Ha sido mágico saltar aquí y ver a un público tan entusiasta. Haber logrado el título me permite poder ir a México», comentaba Hunt. El polaco Kris Kolanus completó el podio en Bilbao. Silchenko, ganador del campeonato el año anterior, estaba muy feliz por el triunfo y el ambiente que había vivido en Bilbao: «Ha sido increíble ver a tanta gente animando y dando toda esa energía, que he querido devolverla. Me gustaría volver aquí. Lo mejor ha sido el público». Ese fue un sentimiento generalizado, así que parece que habrá Red Bull Cliff Diving a la vizcaína para muchos años. El alcalde de Bilbao, Ibon Areso, destacó que el evento «ayuda a potenciar la proyección internacional que tiene Bilbao». Además, se ha valorado el impacto económico de la prueba en algo más de un millón de euros para la ciudad. Las fotos de los saltadores con el Museo Guggenheim al fondo han dado la vuelta al mundo y las imágenes han sido emitidas por todas las televisiones.
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s va pido a i u g El iado ra mas ,
,
de
,
Asi que esto es una visita interactiva...
,
Me esta gustando mucho el museo de la evolucion ,
, No sabia que visitar , un museo requeria tanto esfuerzo
-, Miles de anos de evolucion y seguimos corriendo como locos...
100 ’
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La historia de la primera vuelta al mundo a vela en solitario y sin escalas no tiene desperdicio, ni por lo que padecieron sus participantes ni por la propia personalidad de aquellos nueve locos que se embarcaron en un reto casi suicida. En aquellos tiempos no había GPS ni otras ayudas tecnológicas que han cambiado la navegación a vela. Peter Nichols, que fue capitán de yate profesional y terminó escribiendo guiones en Hollywood, lo cuenta con una agilidad pasmosa y bien documentada, por lo que logra atrapar a los lectores, aunque no sean aficionados a los deportes náuticos. El estadounidense ha logrado una obra maestra muy recomendable y digna de reivindicar, aunque desde que se publicó en 2001 no ha logrado dar el salto a un público más amplio y lo merece. La regata fue patrocinada por el Sunday Times, que puso sobre la mesa 5.000 libras para el navegante más rápido. Lo cierto es que solamente diez meses antes de la llegada del hombre a la luna nadie había logrado dar la vuelta al mundo sin escalas. Las aventuras y anécdotas de estos nueve marinos con otras tantas embarcaciones de lo más variopintas conmueven, entretienen y enseñan.
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Una regata de locos
PLATAFORMAS: PS4, XONE y PC P.V.P.: 50,29 € DESARROLLADOR: EA Sports Primer FIFA de nueva generación completo en PC, PS4 y Xone que llega adenás cargado de cambios en el sistema de juego, cada vez más pulido. Había muchas cosas que mejorar del FIFA 14 y también otras que recuperar, como las Ligas y torneos de amigos o la Liga de Turquía, que vuelve al redil de lo oficial, aunque siguen faltando algunas selecciones africanas o asiáticas. En definitiva, todavía quedan aspectos que mejorar, pero se ha dado un buen paso y las opciones de tácticas y estrategias del bloque e individuales dotan al juego de una gran complejidad y realismo, aunque siguen existiendo lagunas importantes como por ejemplo en el comportamiento de los porteros. La lista de pistas de la banda sonora y todo el tratamiento televisivo del juego resulta sobresaliente. Como siempre en la saga, el acabado es más que correcto y nunca defrauda.
Futbolista h煤ngaro Naci贸 en 1947 Jugaba de delantero 92 veces internacional Gan贸 el Oro en M茅xico 68 Bota de Plata 79/80 Https://www.facebook.com/RevistaDeportivaDxt?ref=hl
La forja del fútbol Documental producido por la televisión pública asturiana, TPA, y que se puede ver actualmente en YouTube. Es un trabajo más que digno sobre unas instalaciones que fueron la envidia del resto de los clubes españoles y que deben ser un faro para todos ellos que marque el camino del trabajo con la base. También se abordan los malos momentos que ha sufrido Mareo en sus 35 primeros años de vida, como la venta a las instituciones públicas en 2003 para salvar al Sporting de Gijón. Incluso llegaron a cortar la luz de las instalaciones a causa de los impagos. El traspaso de Churruca permitió iniciar la construcción de Mareo hace más de 35 años... Sin derramas ni aportaciones de los socios. Algo de dinero que puso la Federación Española presidida por Pablo Porta gracias a su cariño al Sporting. En el documental se rescatan imágenes de la época y una completa selección de entrevistas a los mitos del club asturiano: Quini, Luis Enrique, etc. Siempre resulta emotivo ver a Manolo Preciado con esa manera suya de hablar tan de la calle y que llegaba al corazón. «Los clubes de fútbol en este país si no quieren acabar en la cárcel, empeñados o en procesos concursales, tienen que mirar por el producto con el que trabajan, por sus futbolistas menores, pero mirar por ellos diez años antes de que lleguen», dice el entrenador cántabro. Construir Mareo costó 500 millones de pesetas, el club tuvo que comprar los terrenos sin que los propietarios supieran que era el Sporting quien estaba detrás de la operación y el motivo. Lo contrario hubiese supuesto un encarecimiento de cada metro cuadrado. El arquitecto que lo diseño, fiel seguidor sportinguista, trabajó por lo mínimo y todos arrimaron el hombro. En definitiva, un esfuerzo colectivo que merecía la pena ser contado... Y visto.
TÍTULO ORIGINAL ‘La forja del fútnol. 35 años de Mareo’ (2013) PAÍS España DIRECTOR Nacho M. Del Campo DURACIÓN 61 minutos GUIÓN Y EDICIÓN Carlos Osorio PRODUCCIÓN EJECUTIVA Kike Rodríguezl COORDINACIÓN Marcos García REALIZACIÓN Borja García Fran Alonso LOCUCIÓN Rocío Macías
Batiburrillo
El atletismo es la esencia de l deporte y de las carreras p ntro del atletis opulares lo má mo son s puro. Javier cántabro que C respo es un co entrena despu rredor és de colocar ladrillos. Sacri ficio. Puro.
«Si quieres correr, corre una milla. Si quieres experimentar una vida diferente, corre una maratón».
Emil Zátopek, Atleta
Más de 4,5 millones de espectadores y un 25,9% de cuota de pantalla tuvo la derrota de España en el Mundial de baloncesto ante Francia. Fue el quinto encuentro de baloncesto más seguido de la historia en España y el que más de un Mundial.
La Cifra 4.572.000
Sabías que... Alicante, salida de la Volvo Ocean Race y sede de su museo, acogió en su puerto a Bernard Moitessier cuando en 1966 atracó tras 14.216 millas sin escalas procedente de Tahití y acompañado de su mujer. Lo que supuso además un récord mundial. El motivo del viaje y la peligrosa ruta, atravesando el cabo de Hornos, fue que querían ver a sus hijos antes de lo previsto.
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