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Presentación Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio – PDPMM Presentación Corporación Nueva Sociedad de la Región Nororiental de Colombia - CONSORNOC

PRESENTACIÓN CORPORACIÓN DESARROLLO Y PAZ DEL MAGDALENA MEDIO – PDP-MM

La región del Magdalena Medio comprende el territorio formado por el río Magdalena desde su curso central, es una espacialidad que comprende varios departamentos: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cesar y Santander; el epicentro de la región es la ciudad de Barrancabermeja. Comprende varias subregiones, pero tienen una identidad regional.

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En esta región surgió el ELN en 1964 en San Vicente de Chucuri, Santander. Allí fue donde se instaló el primer grupo guerrillero del ELN, su región de implantación y donde ha permanecido hasta el día de hoy. Igualmente, ha perdido presencia en zonas históricas como en la región misma de Chucuri, donde perdió su primera guerra regional luego de su recomposición en los años ochenta.

En esta región las estructuras del ELN están agrupadas en el área Darío Ramírez Castro, que tiene frentes guerrilleros en el Sur de Bolívar, el bajo cauca y nordeste antioqueño, que, sin ser regiones del Magdalena Medio, son territorios conectados. En el Sur de Bolívar se desarrolló una intensa violencia desde mediados de los noventa y contó con presencia de la acción paramilitar, que de manera conjunta con la fuerza pública debilitó al ELN.

Planteamientos sobre una perspectiva de paz:

Se debe ambientar el diálogo y ayudar a que en las zonas crezcan sus procesos de construcción de paz sea quien sea el presidente (la Red tendría la primera tarea y el PDP la segunda). Paralelamente, hay que avanzar en los acuerdos humanitarios (retomar ejemplos exitosos como el de Mico Ahumado para desminar), que ayuden a construir comunidad.

¿Cómo trabajar el tema de las vocerías para las negociaciones o representaciones comunitarias ante futuros espacios de participación de la sociedad civil?

¿Cuál es la disposición del ELN a un proceso de justicia restaurativa y transicional? Sobre todo, porque hay infracciones al DIH no resueltas, principalmente frente a temas de reclutamiento. Deben fortalecerse escenarios comunitarios del día a día; ese es el reto de los diálogos regionales. Hay partes del ELN que están interesadas y dispuestas a conversar sobre temas comunitarios, de agua y de soberanía alimentaria. Hay expansión en términos de actividad económica mas no en términos políticos.

Hay que diferenciar la participación en los diálogos según el perfil de afinidad de las comunidades. Pero no debe perderse de vista que hay una extrema derecha que está dispuesta a la guerra y que tiene plata disponible para financiarla.

Líneas rojas sobre las cuales poner cuidado:

• No hay disposición del Estado y del ejército para aceptar los crímenes cometidos por el Estado.

• Sigue existiendo decisión de guerra y resistencia creativa de bases sociales que buscan continuar la insurgencia como opción.

En el Magdalena Medio persiste la acción del ELN en algunas subregiones donde es más evidente y en otras es más discreta su presencia, pero de conjunto se mantienen en el territorio. Hoy hay variaciones importantes de la presencia del ELN en esta región, muchos de sus dirigentes históricos han muerto y hoy hay una nueva generación de mandos y combatientes a los cuales es más difícil acceder. En el pasado las comunidades tenían más certeza de quienes eran los mandos responsables y con quienes se podía hablar y tramitar conflictos; esto hoy es más difícil.

Para un futuro proceso de paz con el ELN, desde la región del Magdalena Medio hay que tener en cuenta que:

• Existen unas agendas de paz y desarrollo ya construidas con la participación de las organizaciones comunitarias del territorio que en buena medida están por implementar. • Hay espacios de articulación de la diversidad social e institucional que merecen ser tenidos en cuenta en un proceso de participación. • Hay que perseverar en la construcción de un territorio en paz y para el Magdalena Medio es muy importante esta negociación pendiente con el ELN.

PRESENTACIÓN CORPORACIÓN NUEVA SOCIEDAD DE LA REGIÓN NORORIENTAL DE COLOMBIA - CONSORNOC

El Programa de Desarrollo y Paz Consornoc en Norte de Santander concentra muchas de sus acciones en la región del Catatumbo, un territorio que tiene frontera con Venezuela y que está integrado por 11 municipios: Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, Ocaña, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú. Igualmente, Consornoc ha tenido vinculación con Arauca, acompañando procesos sociales y ejercicios de fortalecimiento a las agendas de desarrollo y paz que se han construido en este territorio en los últimos años.

La presencia del ELN en la región data de finales de los años setenta, allí creció de manera importante en todo el Catatumbo, se ligó a muchas dinámicas comunitarias y ha sido un protagonista de procesos sociales del territorio.

Desde mediados de los años noventa hasta mediados de los años dos mil se debilitó por la acción del paramilitarismo en alianza con la fuerza publica colombiana; todo con un trasfondo de violaciones de los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.

En la última década, el ELN ha ganado mayor protagonismo nuevamente en la vida del Catatumbo. Hoy es la principal estructura armada y tiene en jaque al Ejército colombiano, que es permanentemente hostigado y en muchos de sus puntos de ubicación no se mueve de perímetros muy específicos en tanto que el ELN tiene mayor movilidad.

Luego del acuerdo de paz con las FARC firmado en 2016, el ELN tomó más iniciativa y libró una dura confrontación entre 2018-2020 con las estructuras del EPL, las cuales sacó de zonas importantes que hoy están bajo mayor control del ELN. Por otro lado, con el Frente 33 de las antiguas FARC, tiene un acuerdo de respeto y de zonas delimitadas de presencia. Estos procesos son indispensables conectarlos con la dinámica en el Cesar para entender las lógicas de acción territorial del ELN.

La región del Catatumbo tiene una importante presencia de cultivos de Coca. Se calcula que pueden estar entre las treinta mil y las cuarenta mil hectáreas. Hay diversas cifras por los problemas de violencia que hacen que, aunque los reportes se hagan con fotografías aéreas, haya igual controversia sobre las magnitudes reales.

Todos los actores armados, legales e ilegales en El Catatumbo, están ligados a la economía del narcotráfico. Toda la presencia es en pro de controlar el corredor Catatumbo – Perijá, cuidando rutas del narcotráfico e incluso haciendo acuerdos con otros grupos. Debe tenerse en cuenta el gran crecimiento de la banda del Tren de Aragua en las dinámicas de violencia en la región. No se debe perder de vista que no es solo narcotráfico, también temas de contrabando, trata y extorsión. Por su lado, los movimientos sociales y campesinos son muy fuertes. En los últimos cinco años han surgido nuevas organizaciones sociales, grupos comunitarios y redes que van más allá de Ascamcat y Cisca. Existe una tensa calma con los indígenas Barí y las Juntas de Acción comunal son las que más mueven procesos comunitarios.

Asimismo, en el Catatumbo están todos los chalecos: hay todo tipo de ONG y entidades presentes. Estas deben comenzar a unirse para no duplicar esfuerzos. Igualmente, para la cooperación internacional el escenario de seguridad está muy complejo últimamente.

La comunidad en medio está cansada; tanto del conflicto como de las promesas sin cumplir. Hay mucho sufrimiento y zozobra en las comunidades, a pesar de que existen propuestas humanitarias y en los momentos álgidos de confrontación armada las comunidades han recurrido a las figuras de zonas humanitarias, donde se congrega la comunidad y se les exige respeto a los actores armados. Son muchas las respuestas formales del gobierno nacional y de instituciones estatales, pero la violencia se mantiene y no se ven perspectivas de que algo mejore. Estos últimos cuatro años han sido de permanente intensificación de la violencia. Dentro de la cual hay que resaltar la violencia sufrida por las mujeres, quienes han seguido siendo atacadas y violentadas; es muy preocupante cómo los feminicidios han crecido en el territorio.

Sobre Arauca, hay que tener en cuenta el enorme peso del ELN en este territorio. Como Consornoc se tiene algún conocimiento de las dinámicas del conflicto y de los procesos comunitarios, pero se requiere escuchar la voz de las personas que están en el territorio. Desafortunadamente, aunque fue invitada la Diócesis de Arauca, no les fue posible asistir. Igualmente, hay que pensar en algún espacio de dialogo con las organizaciones sociales de Arauca, la Iglesia Católica y otras iglesias que acompañan procesos comunitarios.

Propuestas para un futuro proceso de paz con el ELN:

• Apoyarse en el amplio tejido comunitario que hay en el Catatumbo. • Reconocer en la figura de los Consejos Municipales de Paz un espacio plural y representativo para dinámicas de dialogo, consultas y validación de propuestas. • Los personeros son figuras con credibilidad y respaldo social en El Catatumbo, están agrupados en una asociación de personeros y juegan un papel clave en la protección de derechos y libertades ciudadanas. • Los gobiernos locales en el Catatumbo tienen legitimidad y respaldo social, los alcaldes son figuras claves para convocar, que igualmente están agrupados en una asociación de municipios del Catatumbo. • En el anterior proceso de diálogos y negociaciones entre el gobierno del presidente Juan Manuel

Santos y el ELN se dieron varios espacios de interlocución en la región del Catatumbo. Hay que rescatar este proceso de dialogo y construcción de propuestas; memoria que está en la gobernación de Norte de Santander. • Como Consornoc tenemos interés y compromiso de trabajar desde la Redprodepaz y con otros actores en este proceso de paz con el ELN, que es muy importante para nuestra región.

PRESENTACIÓN SECRETARIADO DIOCESANO DE PASTORAL SOCIAL – SEPAS SAN GIL/SOCORRO

Se podría afirmar que SEPAS es el Primer Programa de Desarrollo y Paz que ha existido, por su filosofía de trabajo y su capacidad de articulación entre diversidad de actores en un territorio.

La acción de Sepas ha estado regida por tres ejes de acción:

• La defensa de la vida y protección de los derechos humanos. • Promoción humana y organización comunitaria • La pastoral de la tierra y del medio ambiente.

Ahora bien, el ELN tuvo una presencia social y política importante en las provincias de Socorro y San Gil en los años setenta y ochenta. Sin embargo, sus estructuras guerrilleras fueron debilitadas en este territorio en los años noventa debido a que hubo un protagonismo social y ciudadano en contra de la violencia. Esto fue liderado por Monseñor Leonardo Gómez Serna, una persona muy ligada a los Programas de Desarrollo y Paz y a la Redprodepaz. Monseñor Gómez Serna en el año 1992, cuando en el gobierno el presidente Cesar Gaviria lanzó su política de “Guerra Integral”, lideró desde la Diócesis de Socorro y San Gil la propuesta de “Paz Integral” y el movimiento “Derrotemos la guerra”, ambos referentes del movimiento de paz.

En la Provincia de Socorro y San Gil hay un protagonismo social y ciudadano que se ha venido consolidando. Es un territorio con muchos logros sociales, con una economía que tiene en la pequeña economía campesina y en el cooperativismo mucho que enseñarle al país. Hay muchos procesos y allí están los logros, por ejemplo, la red de acueductos comunitarios.

Aunque se pensaba que el ELN, ya no estaba en el territorio, en el pasado paro armado promovido en febrero de 2022 se presentó un atentado explosivo que dejo heridos a varios trabajadores que estaban en una labor de mantenimiento vial entre Socorro y San Gil, dos personas fallecieron posteriormente.

Propuestas frente a un futuro proceso de paz con el ELN:

• Sepas tiene todo el compromiso de aportar a una Colombia en paz, en lo que se pueda participar y liderar, allí estará. • La experiencia de SEPAS la hace un referente de lo que se puede lograr con organización comunitaria, dialogo y concertación entre diferentes actores. • La Provincia de Socorro y San Gil, en medio de muchas dificultades, ha logrado avanzar en la construcción de un territorio en paz. Es un ejemplo para que el futuro proceso de paz con el

ELN aprenda de lo que se ha construido en el territorio.

PRESENTACIÓN PROGRAMA DESARROLLO PARA LA PAZ – PRODEPAZ

“En el Oriente Antioqueño el Programa Desarrollo para la Paz (PDP) es promovido por la Corporación PRODEPAZ, instaurada en el territorio en 1999 por iniciativa de las organizaciones integrantes de la Corporación Vida Justicia y Paz y consolidado por la Diócesis Sonsón Rionegro, Diócesis de Barrancabermeja, CINEP, PROANTIOQUIA, Interconexión Eléctrica S.A. ISA e ISAGEN.”

Sobre el contexto en el cual surge Prodepaz, la misma presentación institucional nos dice:

“Los antecedentes del Programa Desarrollo para la Paz en el Oriente bien podrían remontarse a los Foros por la Paz convocados por la Diócesis de Sonsón – Rionegro, en cabeza de Monseñor Flavio Calle Zapata, entre 1994 y 1999, los cuales lograron vincular los sectores políticos, económicos, sociales y culturales de la región, preocupados por la situación que atravesaba el Oriente Antioqueño debido a las múltiples violencias y conflictos, expresados en la muerte de alcaldes y de innumerables personas de la sociedad civil; atentados contra la infraestructura física de los pueblos; el derrumbamiento de torres de energía; el cerramiento constante de la autopista Medellín – Bogotá por el accionar de los grupos armados y la situación de desplazamiento y emplazamiento forzoso de cientos de personas y familias en la región. […] En ese momento la disputa por el territorio, especialmente del ELN, las FARC y las AUC del Magdalena Medio se convirtieron en el caldo de cultivo de desestabilización de esta región.”

La presencia del ELN en el Oriente Antioqueño fue muy importante en los años ochenta y hasta el inició de los dos mil.

En el Oriente Antioqueño se instaló una importante industria de producción de energía eléctrica, con una red de embalses que para su momento de instalación los años sesenta, fue muy importante para la economía nacional y la autosuficiencia energética y lo sigue siendo hasta el presente. Hasta hace no más de dos décadas representaba la mayor parte de la energía eléctrica para todo el país, hasta el punto de ser una fuente de exportación de energía para la región. La instalación de esta industria trajo conflictos con muchas comunidades y la emergencia de importantes movimientos cívicos en los años setenta y ochenta. Esta dinámica social y de mal manejo de muchos conflictos, fue la base para la instalación del ELN desde principios de los años ochenta, tomando como base un trabajo pastoral de varios sacerdotes católicos y de manera muy especial del padre Bernardo López Arroyave, quien fuera asesinado en el municipio de Sincé, Sucre, en 1987

La estructura del ELN que hizo presencia en el Oriente Antioqueño fue el Frente Carlos Alirio Buitrago, que toma su nombre de los hermanos Carlos y Alirio Buitrago , jóvenes campesinos y catequistas que fueron asesinados por estructuras paramilitares. Este frente tuvo una enorme presencia en el Oriente Antioqueño entre 1982-2002, tenia colapsada la región, fue disminuido y casi que sacado del territorio por la acción paramilitar en coordinación con la fuerza pública. Hoy es mínima la presencia del ELN en el territorio y se mantiene de muy bajo perfil, pero allí siguen en medio de algunas comunidades de manera muy silenciosa.

La experiencia de Prodepaz ha seguido el camino de acompañar a las comunidades y de trabajar con las empresas del territorio, de hecho, las dos más importantes empresas de la producción de energía como lo son ISA e ISAGEN, tienen involucramiento con PRODEPAZ. Es un relacionamiento que muestra que se puede trabajar entre diferentes con respeto y autonomía; esa es la experiencia del oriente antioqueño y de muchos otros PDP. Para un futuro proceso de paz, Prodepaz siempre estará ahí, con plena autonomía y responsabilidad.

PRESENTACIÓN CORPORACIÓN INTERÉTNICA Y ECUMÉNICA POR EL DESARROLLO, LA RECONCILIACIÓN Y LA PAZ TERRITORIAL - CIEDERPAZ

La presentación institucional de Ciederpaz, nos dice: “..es un espacio de articulación y fortalecimiento de las organizaciones interétnicas e Iglesias que trabajan en las sub regiones del San Juan, Baudó, Costa Pacífica y San José del Palmar; apoyando la construcción y visibilizando sus planes de vida y de etnodesarrollo para la paz territorial”.

La presencia del ELN en el Chocó data desde los años ochenta, se fortaleció en los años noventa y es el único Frente de Guerra que creció luego de su debilitamiento a inició de los años dos mil. En los últimos años se ha librado una dura confrontación entre los Frentes del ELN y el Clan del Golfo, que actúa en coordinación con el Ejercito Nacional, como ha sido denunciado por varios obispos de la Iglesia Católica . Es necesario pensar en comenzar a crear espacios para incluir las autodefensas en la negociación. Las negociaciones no pueden dejar más vacíos de poder en el territorio por ocupar. Eso solo aumentaría la violencia y las gravísimas crisis humanitarias que ya existen en el territorio: desplazamiento, confinamiento y asesinatos.

Últimamente ha habido grandes bajas en la región del San Juan a comandantes históricos del ELN. Esto debilitó y favoreció la expansión paramilitar. Ahora, los nuevos mandos medios son muchachos de la región con poca interlocución que no quieren ponerse en riesgo. De todas formas, el ELN conoce muy bien el territorio y eso pone dificultad para los paramilitares. Es principalmente una guerra por el control de las rutas de narcotráfico y la explotación minera. En el territorio se tiene toda la cadena productiva de la cocaína. Por otro lado, hay mucha cooptación a dinámicas políticas electorales y de contratos estatales, tanto que el Estado termina financiando la guerra indirectamente. Ante la grave situación humanitaria, muy persistente en estos años, las organizaciones étnicas de los consejos comunitarios afros y los cabildos indígenas, con el apoyo de la Iglesia católica, otras iglesias y el respaldo de otras instancias nacionales, se ha exigido respeto de parte de todos los actores armados, tanto estatales como no estatales. Sin embargo, han hecho oídos sordos y hay mucho sentimiento de orfandad porque las cosas pasan y pasan y nada cambia; incluso se están presentando suicidios de jóvenes en los territorios por riesgo al reclutamiento. Desde Ciederpaz se ha mantenido el acompañamiento a las comunidades que sufren confinamiento, desplazamientos, homicidio sobre sus líderes. Para el Chocó, y en específico para las regiones del Baudó y San Juan, es muy importante un proceso de paz entre el gobierno colombiano y el ELN. Ciederpaz lo sabe, lo apoya y está lista para trabajar.

La propuesta de Acuerdo Humanitario Ya del Chocó recoge las voces de las organizaciones comunitarias del Atrato, al igual que en el Baudó y el San Juan. Se requiere un trabajo humanitario como prioridad. Es tema se abordará más adelante, pero es muy importante tenerlo presente porque es cuando se habla del sufrimiento de las comunidades.

PRESENTACIÓN CORPORACIÓN PARA EL DESARROLLO Y LA PAZ DEL SUROCCIDENTE COLOMBIANO - VALLENPAZ

“VallenPaz es una corporación privada sin ánimo de lucro que fue creada en el año 2000 con el objetivo de contribuir a la construcción de paz en Colombia por medio de la generación de oportunidades de desarrollo en comunidades campesinas del suroccidente afectadas por el conflicto armado. VallenPaz es una organización pluralista que actualmente cuenta con 800 miembros de las más diversas procedencias: empresas, iglesias, universidades, ONG, entidades privadas y gubernamentales, además de ciudadanos de todas las etnias procedentes de las zonas en las que intervenimos.

Vallenpaz es resultado del encuentro entre diferentes organizaciones de la sociedad, de muy diversas comunidades y etnias, de territorios y espacios sociales, que logran comunicar, entretejer experiencias, saberes urbanos y rurales. Como programa de Desarrollo y Paz aplicamos un modelo único en la región de economía social campesina, con un enfoque de integralidad y de territorio, capaz de gestionar por cada peso recibido como donación o aporte de asociados, nueve pesos para inversión en procesos de alto impacto en las zonas de conflicto donde opera. Un trabajo

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