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Cómo se entiende al Eln hoy? – Luis Eduardo Celis
¿CÓMO SE ENTIENDE AL ELN HOY?
Luis Eduardo Celis
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Esta presentación tiene el sentido de contrastar una mirada del ELN hoy con lo que se va a trabajar en esta primera jornada, centrándonos en los temas de la presencia territorial del ELN y sus acciones en los territorios.
Por supuesto que es una mirada abierta al diálogo, el intercambio y la crítica, no pretende para nada ser la última palabra, pero si se trata de una mirada con evidencia histórica, con datos y hechos corroborables.
Imaginemos que el ELN de hoy es como una cebolla cabezona, esto como símil para explicar la existencia de esta organización; la última que se mantiene con un proyecto político, vía acción armada, del viejo conflicto armado colombiano de los años sesenta.
El ELN es como una cebolla con sus varias capas:
• Capa1: Se refiere a cómo se ven ellos ante la historia; es su centro político ideológico. Son orgullosos de haberse mantenido presentes por ya cerca de seis décadas, recorriendo territorios y conflictos. Son orgullosos de ser rebeldes políticos y de que en sus filas participaran y murieran sacerdotes como Camilo Torres Restrepo, Manuel Pérez y cientos de hombres y mujeres provenientes de muchas dinámicas sociales. Son orgullosos de una historia de rebeldía política, de resistencia.
• Capa2: El eje de poder hoy y desde hace mucho tiempo es su presencia territorial. Sin la presencia territorial el ELN sería otra cosa, tienen su anclaje y son un estado paralelo (justicia, seguridad y tributación). Tienen presencia en 180 municipios, mas no control. Cuando se habla de la presencia territorial debe tratarse de manera diferencial.
• Capa3: La tercera capa es la de una organización que tiene una economía propia y compartida.
Los recursos de sostenimiento del conflicto son internos, derivados de los mismos territorios.
El Ejército dice que son 2.200 combatientes, pero se multiplica por 3 cuando se incluyen los milicianos. Mantener una organización de este tamaño demanda importantes recursos, que el
ELN consigue fundamentalmente de su presencia territorial.
• Capa 4: Es una organización con vocación social; se acerca a la sociedad y hay personas que coinciden con ellos en su desconfianza con el estado central. Hay gente que debe convivir todos los días con la guerrilla, comparten espacios y están en un mismo territorio. Son amados por unas comunidades y odiados por otras, igualmente establecen vínculos sociales desde los intereses económicos que se derivan de su presencia territorial.
En ese sentido, la finalidad de la existencia del ELN hoy es mantener la rebelión al estado, más no derrotarlo (como en sus inicios). Es muy importante siempre tener presente al pensar en el ELN que
es una organización que redefinió su proyecto estratégico de toma del poder e imponerse de manera global sobre su enemigo: “la oligarquía colombiana y su aliado, el imperialismo norteamericano”. Ahora apuestan por un proyecto de “resistencia armada”, redefinición crucial realizada su cuarto congreso en el año 2005, cuando elaboró políticamente su debilitamiento como estructura armada, evidenciada en la perdida de presencia territorial, mandos, combatientes y recursos financieros y concluyó que su proyecto de poder global no era viable, pues no contaba con las condiciones para imponerse sobre su “enemigo”.
¿Por qué el ELN quedó en un segundo plano en el desarrollo del conflicto armado? Las FARC tuvieron un proyecto de poder militar y al ELN le faltó decisión en temas militares. Las FARC tuvieron la capacidad económica para hacer la guerra mediante el narcotráfico, mientras el ELN se quedó en el secuestro y en la extorsión. Esa estrategia tuvo su tope, diferente a la coca, que le dio ingentes recursos a las FARC para agenciar su proyecto de construcción de un ejército.
En la década de los años noventa el ELN perdió casi todas las guerras regionales que afrontó y se debilitó en la mayoría de los territorios. La única guerra que ganó fue la de Arauca. En este debilitamiento sufrido entre 1992 y 2002, el ELN se preguntó: “Si no puedo ganar ¿qué voy a hacer?”, su respuesta fue: “voy a resistir”. Bajo esa lógica, cada combatiente que se levanta vivo es un vencedor, un resistente.
Ahora bien, en términos de negociaciones, se realizó una primera mesa de negociación en 1991: la Coordinadora Guerrillera. Luego han sostenido procesos de diálogos y negociaciones con las administraciones de los presidentes Cesar Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos. Con el único gobierno que no se ha sentado es con el de Iván Duque. El gobierno Santos consideró que había una FARC madura para negociar, pero se dijo que el ELN no lo estaba. Sin embargo, en agosto de 2012 se reúnen en Caracas con la comandancia del ELN para proponerle el inició de un proceso de diálogos y negociaciones con la finalidad de construir un acuerdo de paz. No obstante, se ha presentado siempre un problema de exigencias unilaterales. Se consolidó la Agenda entre el gobierno Santos y el ELN, firmada en Caracas en marzo de 2016, pero básicamente se creía que no iba a tener inicio hasta que el proceso de paz con las FARC estuviera culminado.
A pesar de haber firmado la agenda del proceso en marzo del 2016, la mesa de negociación entre el gobierno Santos y el ELN es instalada en febrero de 2017, con el señor Juan Camilo Restrepo a la cabeza. Solo hasta octubre de ese 2017 hubo una iniciativa y avance importante (principalmente para los aportes desde la sociedad civil): las Audiencias de Tocancipá.
En definitiva, quien tiene más poder para resolver la situación es el Estado colombiano, pero no ha tenido voluntad para hacerlo. Creen que el ELN no tiene una decisión de paz y no merece el desgaste.
ELN hoy camina en dos patas: la resistencia armada y la solución de paz. Parece esquizofrénico, pero se entiende que tiene un presente de resistencia armada, mientras no niega un escenario
de negociación. Están abiertos a exploraciones de un camino, pero al mismo tiempo están llenos de desconfianza. También hay muchos que están instalados en su nivel de realidad, como poderes sobre territorios, economías y comunidades de la cual es difícil moverse. Las razones internas del ELN para resistirse pasan principalmente por temas de desconfianza, ideología y pragmatismo. Hay que ahondar y trabajar en la idea de la voluntad de paz del ELN. El ELN nunca ha visto un camino a recorrer, hay que construirlo con ellos. Pero será difícil mientras el planteamiento del gobierno actual sea de exigencias unilaterales cuando el ELN aboga por una situación de bilateralidad.