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Religión
La religión en Mesopotamia fue compleja por las diferencias de pueblos y tradiciones, entidades políticas y la diversidad temporal y local. Eran politeístas, es decir, creían en la existencia de numerosos dioses que abarcaban muchos aspectos de la vida, siendo lo contrario que las religiones más modernas que proclaman la existencia de un solo dios. Los dioses parecían seres humanos, poseían forma de persona y realizaban tareas habituales de los seres humanos como pueden ser el tener hijos o comer.
Las divinidades tenían características animales.
Los dioses eran inmortales, siendo esto lo que les alejaba de los seres humanos y hacía que pudieran ser denominados como dioses. En la de Mesopotamia los dioses podían dar la inmortalidad a quien quisieran. Los dioses eran malvados, provocando numerosas atrocidades contra el ser humano, provocando que los mesopotámicos no tuvieran amor o respeto hacia sus dioses, sino tan solo un miedo que les obligaba a rezar y hacer tributos para no recibir su ataque y venganza. Los seres humanos eran siervos de los dioses, por lo que debían hacer felices a los dioses o estos les matarían mediante enfermedades o catástrofes. Cada ciudad tenía un dios patrón para su protección, siendo construido en cada lugar un enorme templo para tener contenta a la deidad. Los sacerdotes eran miembros de las clases altas de la sociedad, siendo personas con mucho poder dentro de la sociedad de Mesopotamia.
Diosa femenina alada de Mesopotamia.
