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Austin: La Ciudad de la Libertad
Reporte especial
AUSTIN: LA CIUDAD DE LA LIBERTAD
No conozco a nadie que disfrute el ver en el retrovisor de su automóvil las luces de una patrulla que le avisa que tiene que detenerse, que algo hizo mal, que alguien juzgará sus acciones y decidirá el castigo.
Por Mario Tapia Reporte Austin
El oficial al interior de la patrulla es la autoridad en el que pende el destino, el que decidirá si nuestra mala acción -que puede ir desde conducir en exceso de velocidad, manejar erráticamente hasta el tener una luz fundida- amerita sólo una advertencia, una multa o algo peor. Es casi imposible no ponerse nervioso. Ese miedo hay que multiplicarlo cientos de veces cuando el conductor se encuentra en Texas, es un inmigrante indocumentado y -por esa misma razón- no cuenta con una licencia de conducir. El nerviosismo se puede convertir en el enemigo principal. Dudar sobre cómo eludir lo que la persona
Y esa discreción del oficial, ese poder que tiene para decidir si con sólo un regaño basta o si arresta a la persona
peor teme: el ser arrestado por no tener licencia y que todo desemboque en una deportación. El pensamiento de no volver a ver a la familia, el riesgo de dejar todo atrás: el trabajo incompleto, el ahorro nunca suficiente, el próximo cumpleaños de la hija. Todo eso es terrorífico. Porque aunque no haya deportación inmediata, habrá que pagar fianza y multas y abogados y nunca hay dinero para todo ello, ni idea alguna sobre cuánto en realidad saldrá esa -¿mala suerte?- de haber sido parado por un policía de cuya decisión depende la vida de varios. La ley contra las ciudades santuario (SB4) han complicado la relación entre la comunidad inmigrante y la policía, los alguaciles de condados y la policía estatal o state troopers. Esta ley permite a los oficiales el preguntar por el estatus migratorio de las personas que hayan parado o arrestado por cualquier circunstancia. No es obligatorio, lo que significa que muchos no hacen esa pregunta en su día a día. Pero el que tengan la posibilidad creó un punto de angustia para muchos dentro de la comunidad inmigrante. Lo cierto es que el que una parada de tránsito pueda
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Reporte especial
terminar en una deportación no es nuevo, ni es a partir de la SB4. Todos saben que si toca la mala suerte de un policía poco dispuesto a entender las circunstancias de un inmigrante, las posibilidades de tener contacto con inmigración son muchas. Y todo depende en la ley que les permite tener la discreción de tomar la decisión de dar una advertencia o arrestar por cuestiones como manejar sin licencia. Y esa discreción del oficial, ese poder que tiene para decidir si con sólo un regaño basta o si arresta a la persona, ha causado problemas no sólo en la comunidad hispana, sino incluso en la comunidad afroamericana. Resulta que de acuerdo con estudios, un policía de Austin decide arrestar a un afroamericano casi el doble de las veces de lo que lo hace con un blanco, aún teniendo la misma infracción. Los hispanos, por supuesto, también tienen un número más alto de arrestos comparado con blancos. Las ciudades santuario ya no existen. Al menos no dentro de la definición que le da el
gobierno de Trump. Pero siempre habrá formas para poder lograr que una ciudad sea libre. Eso fue justo lo que logró el Concilio de Austin el pasado mes de junio.
FREEDOM CITY
Austin ha sido un luchador incansable en contra de la SB4. El Concilio de la ciudad fue rápido en hacer saber su oposición. Encabezado por el Concejal Gregorio Casar y Delia Garza, Austin se unió a la demanda que varias ciudades interpusieron contra la SB4. Muchos dicen que Austin es un oasis en el desierto. Hablando con abogados de inmigración de toda nuestra confianza, no se ha notado un incremento en el número de detenciones de inmigrantes a través de paradas de tráfico en la ciudad. En entrevista con el Jefe de Policía de Austin, Brian Manley, me contó para Reporte Austin que no tiene intención en que sus policías se conviertan en agentes de inmigración y que aunque no puede obligarlos a no hacer la pregunta sobre su estatus migratorio -pues se lo prohíbe la ley-, sí les
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Reporte especial
recuerda que su principal objetivo es cuidar por la seguridad pública de todos y cada uno de los que residen en la capital texana. Le preocupa -me dijo- mantener una estrecha relación con la comunidad inmigrante. Así que sí, Austin ha sido diferente desde el principio. Pero todo ha quedado más claro con la proclamación de la orden Ciudad Libre (Freedom City) que fue aprobada por el Concilio de Austin en junio. Esta orden consiste de dos resoluciones. La primera intenta disminuir el número de arrestos de minorías por parte de la policía de Austin, ordenando que el Administrador de la ciudad, Spencer Cronk, entable negociaciones con el Jefe de Policía para eliminar el uso de la discreción en el caso de delitos menores no violentos, cuando así lo permita la ley estatal y que incluso podría incluir no sólo el no tener licencia de manejar sino el portar cantidades pequeñas de mariguana. En lugar de que los oficiales procedan al arresto, se darían citatorios para acudir a tribunales a resolver sus situaciones. La segunda resolución se
enfoca definitivamente en luchar contra la SB4. Su punto principal es que los oficiales que decidan preguntar por el estatus migratorio de las personas detenidas, deberán informarles que ellos tienen todo el derecho a no responder a la pregunta. Para tratar de hacer más efectiva a la resolución, pide que los policías llenen un formulario para establecer sus razones por las que decidió preguntar por el estatus migratorio de la persona.
NINGUNA COMO AUSTIN
Pocos días antes de que Austin se convirtiera en una Freedom City, un operativo de tráfico en Bastrop terminó con siete inmigrantes deportados y seis en proceso de deportación. El Alguacil del condado aseguró que no se trataba de buscar y detener a inmigrantes indocumentados, pero claramente mostró la colaboración que existe entre el condado y ICE. Casos parecidos han ocurrido en Williamson y Hays. Incluso hemos sabido de incidentes en que el oficial no arresta a la persona, pero sí llama
a agentes de inmigración. Hace tiempo sin dejar ir a la persona y al final la entrega a las autoridades migratorias. Todo ocurre, sin que el oficial tenga el derecho de mantener a una persona sin arrestarla. Ninguna otra ciudad de Texas ha aprobado resoluciones parecidas a las de Austin. Es la capital texana, por tanto, la única Ciudad de la Libertad. No dudamos que la tendencia hará que otras se le unan con el paso de los tiempos. Y esperamos que esa tendencia pueda ayudar a un cambio de actitud por parte del gobierno estatal. Por lo pronto, es importante recordar dos cosas: cuando un policía te detiene por alguna situación de tránsito, estás obligada u obligado a darle tu nombre real, tu fecha de nacimiento y tu dirección actual. Nada más. Cualquier otra pregunta, especialmente las que intentan incriminarte, tienes el derecho a no contestar, quedarte callado o pedir por un abogado. La segunda cuestión a recordar es que también hay oficiales de todas las coordinaciones en Austin, Round Rock, Williamson,
Bastrop, y más que en un caso similar, no van a decidirse por arrestar a la persona y quizá ni infracción les ponga. Cada caso es diferente, así que es importante el saber que esa luz de patrulla detrás de ti, no significa por automático tu arresto si no tienes historial criminal, orden de aprehensión o incluso licencia de manejar. Por último, una detención tampoco significa una deportación automática. Siempre que tengas un récord limpio, podrás luchar por tu caso y hasta por beneficios migratorios. Te recomendamos siempre acudir con un abogado de inmigración para ver tus opciones antes de firmar cualquier documento que te pongan enfrente. Habrá siempre que recordar que en noviembre hay una buena oportunidad a través del voto para transformar la ideología y el camino del estado. Ese día en que se decida si Greg Abbott permanece como Gobernador o no, se podrá discernir si el cambio será posible pronto o tendremos que esperar un poco más. Pero de que va a llegar, lo hará.
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