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Las buenas prácticas de cultivo y su impacto en la cadena de valor del camarón
Autor: Yahira Piedrahita Directora Ejecutiva de la Cámara Nacional de Acuacultura ypiedrahita@cna-ecuador.com La producción y el comercio del camarón han aumentado a nivel mundial, y con ello, han surgido preocupaciones en relación con los posibles impactos negativos sobre el ambiente, las comunidades y los consumidores. La falta de aplicación de buenas prácticas en los cultivos puede repercutir sobre la productividad de los sistemas, afectando la rentabilidad, y pudiendo llegar a amenazar la sostenibilidad del negocio. Existe un extenso marco jurídico nacional e internacional para los diversos aspectos de la acuicultura y su cadena de valor, por lo que Revista AquaCultura considera importante incluir un segmento sobre buenas prácticas para el cultivo y procesamiento de camarón que recoge los criterios y recomendaciones de los principales organismos que establecen los lineamientos a nivel internacional; así como de expertos nacionales e internacionales en esta materia. L a industria camaronera local se expandió vertiginosamente durante la década de los ochenta y Ecuador empezó a figurar entre los mayores exportadores de camarón blanco del mundo. Los métodos de cultivo se fueron tecnificando y se empezó a producir postlarvas de camarón en laboratorios a partir de hembras grávidas capturadas en altamar. A través del tiempo, las prácticas de manejo de los cultivos se han modificado hasta volverse amigables con el ambiente y hoy la industria basa totalmente su producción en el aprovisionamiento de semilla obtenida de programas de mejoramiento genético impulsados por el sector privado. Lo anterior ha permitido, además de mantener las poblaciones silvestres libres de la sobre explotación para la obtención de semilla, cultivar animales resistentes a las enfermedades endémicas y reducir la duración de los ciclos en los estanques. Adicionalmente, el sector camaronero ha adoptado estándares internacionales de manejo, con las densidades más bajas para camarón cultivado. En la actualidad Ecuador ocupa el segundo lugar en las exportaciones a nivel mundial, y el camarón se ha vuelto el primer producto de las exportaciones no petroleras del país, generando ingresos por 3,652 millones de dólares en el 2019.
La producción y el comercio del camarón también han aumentado a nivel mundial, y con ello han surgido preocupaciones en relación con los posibles impactos negativos sobre el ambiente, las comunidades y los consumidores. La industria camaronera ecuatoriana ha implementado controles a lo largo de toda la cadena productiva y ha eliminado el uso de sustancias prohibidas. Esto se garantiza a través del Plan Nacional de Control, ejecutado por el Instituto Nacional de Pesca, hoy Subsecretaría de Calidad e Inocuidad, que asegura la trazabilidad desde el origen hasta el consumidor, y que ha contribuido para que nuestro producto sea reconocido como el de más alta calidad en los mercados internacionales.
Pese a esto, el cultivo de camarón no se realiza en todos los sitios con el mismo nivel de eficiencia, ya que en muchos casos las prácticas de manejo no son totalmente adecuadas. Es importante entender que la industria surgió de manera casual y a través de los años se fue fortaleciendo y expandiendo debido a los resultados positivos, replicando los métodos que tuvieron aquellos casos exitosos.
Existe una serie de criterios inadecuados respecto al diseño de los estanques y selección de los equipos utilizados; o la falta de protocolos de manejo estandarizados, relacionadas principalmente con los criterios de selección de semilla, preparación de estanques, manejo de la calidad del agua y suelo, uso del alimento balanceado, aplicación de productos y medicamentos veterinarios, protocolos de bioseguridad, entre otros, que pueden repercutir sobre la productividad de los sistemas de cultivo por el lento crecimiento del camarón, problemas de salud en las poblaciones, presencia de residuos en el producto final, resistencias bacterianas y el elevado riesgo de enfermedades. Por ende, esto afecta la rentabilidad, y puede llegar a amenazar la sostenibilidad del negocio.
camaronera defina sus protocolos de manejo y sistematice los procedimientos más adecuados que se deben seguir a lo largo del cultivo, así como las personas responsables de la ejecución y seguimiento de cada actividad que se incluya en estos protocolos. Existe un extenso marco jurídico nacional e internacional para los diversos aspectos de la acuicultura y su cadena de valor, que cubre asuntos tales como el control de enfermedades, la inocuidad alimentaria, la conservación de la biodiversidad, entre otros.
Muchos países han implementado de manera oficial manuales de buenas prácticas para el cultivo y procesamiento de camarón que recogen los criterios y recomendaciones de los principales organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), la Organización Mundial de Salud Animal (OIE), la Organización Mundial de Comercio (OMC), y diversas organizaciones de carácter no oficial. Estos criterios y recomendaciones han sido reunidos en documentos que son difundidos a todos los actores de la cadena y, en muchos casos, son de cumplimento obligatorio, sujetos a verificación y control de la autoridad acuícola, como es el caso del Plan Nacional de Control. Por ello, la revista AquaCultura inaugura un segmento de Buenas Prácticas para el Cultivo de Camarón, el mismo que contribuirá a que los productores camaroneros, en especial a los medianos y pequeños que carecen de recursos para contratar profesionales altamente calificados, puedan utilizarlo como una guía que permitirá mejorar las condiciones de cultivo y, por ende, los niveles de productividad y rentabilidad de la industria, redundando en beneficios para la economía del país y la calidad de vida de sus ciudadanos.
La información será provista a manera de capítulos que serán publicados en cada edición y que abordarán uno a uno los diferentes criterios que se consideran dentro de un programa de buenas prácticas y que constituyen la base para cualquier
certificación aplicable al cultivo de camarón. En las próximas ediciones entregaremos capítulos dedicados a los siguientes temas: - Criterios de diseño e implementación de las unidades de producción acuícola - Selección de semilla y preparación de estanques - Calidad de agua y suelos - Criterios de alimentación - Control de la salud y manejo de enfermedades - Cosecha y control de calidad del producto - Automatización y nuevas tecnologías - Certificaciones en acuicultura - Legislación acuícola - Marco jurídico nacional e internacional en materia acuícola
Los invitamos a seguir todas las ediciones de nuestra revista y actualizar sus conocimientos con las buenas prácticas que se recomiendan en la actualidad para asegurar la sostenibilidad de los cultivos•