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TECNOLOGÍA

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Por Milagros Sánchez Pinell

Un emprendedor que deja huella

Tiene como misión servir a las personas con productos que resuelven sus necesidades básicas como el consumo de agua potable.

El guatemalteco Philip Wilson es un emprendedor de impacto social que en el 2012 fue nombrado como “Emprendedor Social del Año para Centroamérica”, por la Fundación Schwab en Davos, Suiza, organización que reconoce a los innovadores sociales como un nuevo tipo de líder.

Es el fundador de Ecofiltro, empresa de impacto social dedicada a brindar agua potable de manera sostenible, y es el creador de Solución Web, compañía líder en medios digitales.

Asimismo, es fundador de El Cubo, un centro de negocios, ubicado en las afueras de Antigua Guatemala, que desarrolla una comunidad de innovación y emprendimiento para atraer más y mejores trabajos en la zona.

Wilson se caracteriza por ser una persona que da sin esperar nada a cambio y como un líder de un equipo multifacético y multidisciplinario. Es un emprendedor nato que inició con una distribuidora de baterías en California, la que vendió a sus gerentes, posteriormente.

Por otro lado, disfruta de encontrar formas para resaltar el talento individual de cada persona con la que trabaja. Característica que lo ha llevado a ser mentor de decenas de emprendedores que hicieron crecer sus negocios a través del uso de sus herramientas y su guía como otra manera de dejar su huella en la sociedad incidiendo en negocios con repercusiones positivas.

Wilson, graduado de la Universidad de Notre Dame y con una maestría en The Wharton School, de la Universidad de Pennsylvania, tuvo la oportunidad de viajar por el mundo y conocer de primera mano las problemáticas y las necesidades de agua potable que existen en comunidades de Asia, África y América Latina.

Lo anterior lo llevó a involucrarse en programas sociales que trabajan en facilitar el acceso al agua, promoviendo el uso del ecofiltro.

Como líder le gusta practicar la autogestión, empoderar y compartir las ganancias con sus asociados como la mejor manera de retribuir el esfuerzo y el compromiso de todos. De allí que la frase “es mejor dar que recibir” lo identifica perfectamente, según sus palabras.

ECOFILTRO CUENTA CON MÁS DE 150 COLABORADORES EN GUATEMALA

“Creo en la cultura de compartir. Nuestros colaboradores son los únicos responsables del éxito de la marca y cada venta que se hace de un ecofiltro es ganancia para ellos. Desde operarios hasta administrativos reciben un porcentaje de las ganancias generales”, explica.

De igual manera, le gusta fomentar la salud integral que incluye una buena alimentación y actividad física, facilitando a sus colaboradores y a sus familias herramientas y acceso a la salud.

“Todos nuestros colaboradores tienen acceso a almuerzo saludable en sus jornadas laborales con una empresa antigueña aliada que nos ofrece la comida. Además, tenemos un huerto orgánico que es cuidado por nuestros colaboradores para consumo de ellos mismos, donde cosechan lechugas y otros vegetales para consumo en cualquier momento”, indica.

Wilson quiere explorar un proyecto de comida nutritiva que pueda mejorar la salud de los guatemaltecos dentro y fuera del país.

Su éxito como emprendedor es gracias a su disciplina porque reconoce que el logro “solo viene cuando uno cumple su palabra y es constante en su trabajo”.

En tanto, reconoce que el miedo, desconocer lo que se puede esperar del mercado, la situación política del país, la economía global, los proveedores internacionales y otros factores aterrorizan a todo emprendedor.

“A eso se le suma la incertidumbre de saber si estamos haciendo las cosas bien, de tener pérdidas económicas, de fallarle a tus empleados en garantizarles sus trabajos y también el miedo a fallarnos a nosotros mismos”, añade.

Empresa de impacto social y ambiental

Philip Wilson, además de fundador es el CEO de Ecofiltro, una empresa que hoy en día cuenta con más de 150 colaboradores en Guatemala, con 60 fábricas en el mundo y su producto se distribuye en más de 40 países.

“Fabricamos filtros purificadores de agua 100% ecológicos y artesanales, capaces de eliminar el 99,9% de bacterias y microorganismos en el agua haciéndola segura para beber. Nuestra fórmula está respaldada por múltiples laboratorios nacionales e internacionales. Somos los únicos en el mundo con la capacidad de producirlos y dar ese respaldo a los consumidores desde hace más de 40 años”, asegura.

Sobre el origen de la compañía, relata que su madre tuvo una fundación en donde uno de los objetivos fue beneficiar a comunidades del área rural de Guatemala. Eso la llevó a conocer a Fernando Mazariegos, inventor del ecofiltro en los años 80.

“Ellos iniciaron una relación de amistad que permitió involucrarnos de manera activa, comprando Ecofiltro y donándolos a las comunidades. Unos años después, al ver el potencial de este producto para impactar a más personas en el país y en el mundo, le propuse a Fernando comercializar la marca en el área urbana del país, y con eso subsidiar los ecofiltros que se donaban en el área rural. Mi objetivo siempre fue ayudar a llevar agua segura a más familias en zonas rurales”, indica.

Hasta la fecha, Ecofiltro, empresa que cuenta con la certificación ISO 9001-2015 y Gold Estándar otorgada por Suiza, ha llevado agua segura a más de 800 000 hogares en el área rural de Guatemala. Además, es una de las pocas empresas en Centroamérica certificada como B CORP.

También, a través de su programa “Ecofiltro en mi aula”, donó cerca de 35 000 ecofiltros a más de 6000 escuelas públicas, beneficiando a más de un millón de niños.

Gracias a su enorme impacto social, Ecofiltro ha recibido múltiples reconocimientos como: “Achievement Award” de parte de IPMA (primera compañía latinoamericana en recibirlo en 50 años), “Challenge de G2012 México”, “Unreasonable Fellow” del Instituto Unreasonable, “Innovation Open” por ser una marca sostenible y “Premio Nacional de Energía Global Guatemala” en el 2015.

“Muy pocas veces nos hemos postulado, ya que la gran mayoría fueron otorgados por las instituciones que realizan sus propias investigaciones y nos contactan para entregarlos. Estamos muy orgullosos de lo que hemos logrado”, manifiesta.

El Cubo y Nuestra Antigua Limpia

En cuanto a su más reciente emprendimiento, El Cubo, comenta que nació en el 2021 como un centro de negocios para que emprendedores, empresarios y profesionales independientes tuvieran un espacio seguro, cómodo, con internet de alta velocidad y salas de reuniones.

“Hoy es una comunidad presencial y digital que continúa creciendo. Recibimos nómadas digitales que deciden quedarse por meses en el país, debido a la facilidad de un lugar donde pueden continuar trabajando”, dice.

ECOFILTRO FABRICA FILTROS PURIFICADORES DE AGUA CAPACES DE ELIMINAR EL 99,9% DE BACTERIAS Y MICROORGANISMOS

El Cubo aglutina más de 40 empresas y más de 50 coworkers, muchos de los cuales trabajan en la nueva economía digital.

Como parte de su labor social y altruista, es el encargado de la limpieza del programa Nuestra Antigua Limpia, que ofrece trabajo digno a 15 personas, que, a su vez, mantienen la ciudad Antigua impecable.

“Fue una iniciativa de hace algunos años y vemos los frutos todos los días”, señala el empresario que en sus espacios libres le gusta jugar ajedrez y beach tennis. Eso sí, teniendo como prioridad a su familia.

“El tiempo en familia es mi prioridad. Además, compartir con mis hijos hace que mi instinto de innovación y crecimiento nunca pierda rastro de la tecnología”, puntualiza.

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