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ARTE
Por Dora Agüero.
El lugar de la mujer dentro del arte y la sociedad
Mary Stevenson Cassatt fue una artista estadounidense que habitó la mayor parte de su vida en Francia y que, en su momento, llegó a formar parte del grupo de artistas impresionistas, al que pertenecían grandes maestros como Claude Monet y Edgar Degas.
Mary Cassatt nació en Pensilvania, Estados Unidos, en 1844, en una familia con amplios recursos económicos, lo cual le permitió viajar a Europa repetidamente y rodearse del ambiente artístico del continente.
En Francia, encontró el lugar ideal para sus intereses artísticos y, a la edad de 20 años, decidió mudarse a Paris, donde se estableció la mayor parte del resto de su vida.
Un alma dedicada al arte
Su gran pasión por el arte le convenció de que su vida solo podía dedicarse a su carrera y que la idea de un marido y familia distaban mucho de los planes que se proponía para su vida como pintora.
Se desempeñó en pintura y grabado, este último influenciado fuertemente por las xilografías japonesas y su aparente simplicidad visual al utilizar bloques de colores planos.
Cassatt fue una fuerte partidaria por los derechos de la mujer, causa que apoyó hasta el final de su vida, en 1926.
Al contrario de la mayoría de sus contemporáneos que se enfocaban en el paisaje y en la pintura al aire libre, Cassatt retrataba temas relacionados con la figura humana.
Maternidad, cotidianeidad y ternura
Realizó el retrato de muchos de conocidos, así como de figuras públicas en la ciudad, también de sus familiares y de modelos. Sin embargo, se puede decir que Cassatt es mejor recordada por una serie de obras elaboradas a finales del siglo XIX, enfocadas en la temática de madre e hijo.
La mayoría de estas piezas dejan de un lado el estilo impresionista que la caracterizó durante la década de los años 1870s y se torna más realista, sin perder su cualidad pintoresca. También, estas obras sufren de la influencia ejercida por las xilografías japonesas que se caracterizaban por sus colores tenues y planos. Las escenas que describe en estas piezas son ordinarias, el día a día entre una madre y su hijo/ hija, donde se les aprecia conviviendo con ternura, mientras se atienden las necesidades básicas de los pequeños.
Cabe destacar que estas obras, lejos de procurar figurar escenarios idealizados u adornados, presentan una honesta representación de lo que el ojo de Cassatt apreciaba. Esta es, posiblemente, la característica más atractiva de su trabajo, ya que captura los íntimos momentos entre madre e hijo libre de pretensiones y percepciones ajenas a lo vivido en el instante. El momento ya es naturalmente hermoso y Cassatt captura perfectamente la esencia de estas escenas. Sus pinturas y grabados se asemejan más a fotografías cándidas, capturando el momento tal y como es.
Tanto la obra, como la vida de Mary Cassatt se enfocaron en los aspectos de la vida de la mujer, en sus diferentes ámbitos e impulsos, sin humillarla, ni elevarla más allá de lo necesario, simplemente buscaba darle su respectivo lugar dentro del arte y de la sociedad a la que la artista pertenecía.
Para referencia de las obras que ilustran este artículo y asesoría a su colección, contacte: The Americas Collection 4213 Ponce de León Blvd. Coral Gables, FL 33146 / (305) 446-5578 www.americascollection.com