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NEGOCIOS
Por Milagros Sánchez Pinell
Comagro crece de la mano de Felipe Larraín Silva
Hace 19 años, Felipe Larraín Silva em pezó su vida laboral como un ven dedor que iba de puerta en puerta ofreciendo productos fitosanitarios de una empresa chilena, donde fue escalando po siciones hasta convertirse en el gerente co mercial.
En el 2019 tomó la decisión de renunciar para fundar COMAGRO, una compañía que nació ante la necesidad de generar un cam bio en el modelo tradicional de ventas de in sumos agrícolas en Chile, con un claro enfo que en el agricultor.
“Yo siempre me fijé que el mercado agrí cola se había transformado en un mercado muy impersonal. A los agricultores siempre los veían como un simple número. Sin em bargo, creo firmemente en la cercanía con ellos, para captar sus alegrías y problemas. En ese sentido, lo que nosotros hacemos es tomar todas sus necesidades y adaptarlas. Por ejemplo, si alguien tiene problemas por que el suelo de su campo está muy compac tado, nosotros tenemos la solución”, indica.
Para ello cuentan con un excelente depar tamento técnico que se dedica a captar todas esas inquietudes, que luego las transforman en un producto adecuado a la medida de to das las necesidades de los agricultores. Hoy en día, la marca COMAGRO es sinónimo de innovación, servicio y calidad.
Por tanto, Larraín, recalca que fundó la empresa en Chile con el fin de generar un nuevo concepto en el mundo agrícola, donde la atención al cliente es de forma personalizada, brindando apoyo técnico y comercial, con una eficiente logística para cumplir con las entregas y necesidades en tiempo y forma.
COMAGRO formula, desarrolla y comer cializa productos de última tecnología a nivel mundial en las líneas de nutrición vegetal, biorreguladores, bioestimulantes y biopes ticidas. Todos ellos en la línea de productos cero residuos, es decir, para una agri cultura libre de químicos para lograr la inocuidad alimentaria.
Por otro lado, el señor Larraín re conoce que mucho del éxito de su emprendimiento se debe al apoyo de grandes amigos y personas que se han sumado en el camino, quienes han con fiado a ojos cerrados en el proyecto. Sin duda, cada integrante de COMAGRO es un pilar estructural de la compañía.
“Es un proyecto entretenido porque define un poco los valores y las ganas de hacer cosas nuevas de muchos de los que trabajan en COMAGRO. En ese sentido, como empresa somos muy horizontales, tratamos de mantener la menor cantidad de jerarquía. Por su puesto, hay encargados de áreas, pero la idea de mi empresa es que todos ten gan voz y voto, desde el gerente general hasta el encargado de bodega”, explica.
También, se le debe sumar el lideraz go de su fundador, quien es un hombre con un buen olfato para los negocios y tiene grandes cualidades como el saber armar equipos, escuchar, entender y motivar a los demás.
“Me gusta que la gente se sienta lí der y capaz de tomar decisiones. Que se atrevan a hacerlo porque siempre van a tener a una persona detrás que va a estar apoyándolo. Yo creo que eso ha significado el gran crecimiento de la empresa, porque la gente y los equipos se han atrevido a hacer cosas nuevas e innovadoras”, señala.
Empresario agrícola innato
Desde niño, Felipe Larraín Silva estu vo ligado al campo. Está casado con Magdalena Alessandrini y tiene cuatro hijos: Felipe, Clemente, María Magdale na y Asunción, con quienes disfruta su tiempo libre.
“Tengo una familia numerosa por mi lado y por el de mi esposa. Invertimos todos los fines de semana y espacios libres en compartir en familia para fun dar en mis hijos el espíritu familiar que mis padres me entregaron desde niño”, señaló.
Su admiración por la agricultura le fue heredada por sus abuelos Felipe Larraín y Alejandro Silva (ambos abogados) y su padre, el ingeniero civil, Felipe Larraín.
“Mi padre siempre ha sido un gran ejemplo a seguir por su humildad, su éxito profesional y su espíritu de unión familiar. Su forma de ver la vida laboral y familiar con la perspectiva correcta, complementando todas las partes. Sin dejar nada de lado y siempre estando presente a nuestro lado”, expresa.
Su vida se desarrolló entre Millaray, región del Libertador Bernardo O’Hig gins, donde está el campo de su abuelo Felipe Larraín, y en Curacaví, en la Re gión Metropolitana de Santiago, donde está el campo de su abuelo Alejandro Silva. Allí se inició como productor de pimientos.
El empresario también fue apicultor enfocado en la polinización y produc ción de miel, productor de maíz, de carne y huevos de codorniz, faisanes y patos.
Larraín se autodenomina un “empre sario agrícola innato”. ¡Y vaya que sí! En tan poco tiempo ha logrado la interna cionalización de su compañía. Además de COMAGRO Chile, tiene COMAGRO Perú y COMAGRO USA. COMAGRO Ecuador y COMAGRO Colombia toda vía están en procesos legales.
“Desde que fundé el proyecto siem pre pensé y busqué la internacionaliza ción de este nuevo concepto como una empresa transnacional, nacida en el úl timo país del mundo, Chile”, dijo.
A ello añadió que “este proyecto superó todas mis expectativas y la de muchos otros. Si bien, hacíamos pro yecciones de crecimiento, esto rompió todas las marcas. Nunca pensamos estar donde estamos y facturar lo que facturamos. Siempre soñé con hacer algo grande, pero nunca pensé que se ría algo tan rápido ya que llevamos tres años y cuatro temporadas agrícolas”.
Ser una empresa pionera, novedosa e innovadora, le permitió a COMA GRO estar en Estados Unidos, donde van a incorporar el área de formula ción, innovación y la creación de pro ductos de valor para la agricultura del futuro.
“Hoy, me siento orgulloso de contarle a todos que iniciamos operaciones en Estados Unidos, a través de COMAGRO USA CORP. Esta será nuestra matriz modelo y pionera que nos permitirá crear, desarrollar y gestionar las últi mas tendencias en biotecnología agrí cola para expandir y potenciar a todos los países, desde Estados Unidos hasta Chile, enfocado en el mercado centroa mericano”, concluye.