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ESPECIAL RSE
Por. Karla Echavarría Barrantes
RSE, un modelo que está cambiando al mundo
Paneles solares para generar la energía eléctrica con la que opera la compañía, programas de voluntariado que impactan de manera positiva las comunidades en las que operan, capacitaciones para empoderar a miembros de la comunidad y brindarles mejores alternativas laborales, iniciativas como bancos de alimentos o créditos verdes.
Estos son solo algunos ejemplos de programas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), cada vez más sólidos y exitosos, puestos en marcha por compañías de diferentes sectores e industrias en nuestra región.
Más que una moda, la RSE es un modelo estratégico que llegó para quedarse y permite a las empresas de todo el mundo hacer negocios de manera ética, responsable y rentable.
“La responsabilidad social es el camino, es la forma y la sostenibilidad es la meta. Yo soy responsable social y ambientalmente porque quiero sostener mi negocio en el tiempo. Entonces, la sostenibilidad es el producto de un actuar responsable”, explica Luis Mastroeni, director de Relaciones Corporativas de Dos Pinos.
En América Central y el Caribe, cada vez hay más marcas y compañías que han comprendido su significado y se comprometen desde su ADN con este sistema de gestión. Gracias a ello han conseguido llevar a la compañía al siguiente nivel, a través de prácticas innovadoras y destacadas en distintas industrias.
Sus ventajas económicas
De acuerdo con Jaime García, director de Proyectos del Índice de Progreso Social de CLACDS/INCAE, una estrategia de sostenibilidad bien implementada puede generar varias ventajas económicas para las empresas.
“Al adoptar prácticas sostenibles, las compañías pueden reducir los costos operativos a través de una mayor eficiencia de los recursos, la reducción de desechos y la conservación de la energía (un ejemplo muy simple es la sustitución de bombillos ahorradores o el uso de vehículos eléctricos o híbridos). Además, pueden mejorar el valor de su marca y su reputación, atrayendo a clientes, inversionistas y capital humano con conciencia ambiental y social. Las generaciones más jóvenes como los millennials y los centennials están tomando más importancia en el mercado”, detalla el experto de INCAE.
Un fuerte enfoque en la sostenibilidad también puede fomentar la innovación, lo que lleva al desarrollo de nuevos productos, servicios y mercados que satisfacen la creciente demanda de soluciones con impacto social y ambiental.
Pablo Rojas Wang, asesor principal para la Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), sostiene que “las organizaciones que abordan de manera proactiva los riesgos y oportunidades de los diferentes modelos de RSE están mejor equipadas para navegar los cambios regulatorios, adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y desarrollar resiliencia a largo plazo, asegurando así su competitividad y éxito financiero en el futuro”.
Esto ocurre especialmente en un mundo en el que el cambio tecnológico, el reordenamiento sociopolítico de las cadenas de suministro y la crisis climática se perfilan como los grandes riesgos que pueden interrumpir el negocio.
Ejes de enfoque
Las empresas deben identificar los riesgos físicos asociados al cambio climático y deben incorporar los riesgos de transición sin dejar a nadie atrás.
También deben tener un enfoque hacia la naturaleza positiva, considerando la dependencia y los riesgos que actualmente existen en la naturaleza; estos aspectos se están considerando como ejes prioritarios para mejorar los retornos a mediano y largo plazo.
“Las empresas deberían, idealmente, enfocarse en los temas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) porque si esos aspectos quedan sin identificar, gestionar o monitorear, podrían traducirse en riesgos potenciales y podrían afectar la operación y la continuidad del negocio, afectar la reputación de la empresa o, incluso, desencadenar el cierre de operaciones”, afirma María Gómez, socia de Cambio Climático y Sostenibilidad en Deloitte.
Existen 3 ejes para poner el foco en términos de sostenibilidad, el económico, el social, y el ambiental. Todo bajo una sombrilla de gobernanza que permita la toma de decisiones y la adecuada gestión de riesgos.
“Se entiende que el proceso de alineamiento a la sostenibilidad es progresivo; sin embargo, las exigencias son cada vez mayores y las empresas que eviten moverse en esta dirección desde ahora van a encontrar mayores dificultades a futuro”, asevera Olga Sauma Uribe, directora ejecutiva de la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED).
Consumidores prefieren empresas responsables
Los consumidores son cada vez más exigentes y prefieren empresas más responsables con el medio ambiente y la sociedad en general, incluyendo a sus colaboradores y cadenas de valor.
En los últimos años, ha habido un marcado cambio en el comportamiento del consumidor, con más personas buscando productos y servicios de empresas que priorizan la sostenibilidad ambiental, la responsabilidad social y las prácticas éticas.
“De acuerdo con el estudio de Deloitte, The conscious Consumer, Connecting with health and sustainability priorities, realizado en el 2022, a partir de 17.025 encuestas aplicadas en 15 países de Europa, se determinó que el 80% de los encuestados compran más productos con empaques reutilizables, 60% prefiere la compra de alimentos locales y 43% evita la compra de comida en línea por la cantidad de empaque utilizado en los alimentos. Además, 43% de los consumidores buscan marcas debido a su valor ambiental”, afirma la experta de Deloitte.
La encuesta global de Deloitte muestra que seis de cada 10 consumidores prefieren un estilo de vida más sostenible. Este cambio está impulsado por la creciente conciencia de los desafíos ambientales y sociales que enfrenta el mundo, como el cambio climático, la desigualdad de ingresos y los derechos laborales. Los consumidores están utilizando su poder adquisitivo para respaldar negocios que se alinean con sus valores y demuestran un compromiso de tener un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente.
“Si bien puede ser una exageración decir que los consumidores están tomando el control, su influencia en las prácticas comerciales sin duda está creciendo. El auge de las redes sociales ha empoderado a los consumidores brindándoles un fácil acceso a la información sobre el desempeño social y ambiental de las empresas”, explica Jaime García. Esta mayor transparencia ha hecho que sea más difícil para las empresas ocultar prácticas poco éticas o recurrir al green washing o lavado verde. Como resultado, la demanda de los consumidores de productos y servicios responsables está impulsando a las empresas a ser más responsables y sensibles a las necesidades de la sociedad.
VENTAJAS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
Las empresas deben ser las primeras interesadas en ser sostenibles y tener claro que este es un camino de mejora continua.
Beneficios:
• Mejora la reputación corporativa y proyección de su imagen.
• Aumenta su productividad.
• Fortalece su cadena de valor.
• Logra mayor preferencia de los consumidores.
• Aumenta la capacidad de cumplir con la legislación.
• Atracción de colaboradores e inversores.
• Crecimiento económico.
• Fomenta la innovación.
• Facilita el desarrollo de nuevos productos.
• Desarrolla resiliencia a largo plazo.
• Asegura su competitividad y éxito financiero en el futuro.
Voces expertas
María Gómez
Socia de Cambio Climático y Sostenibilidad en Deloitte Costa Rica
¿Cuáles son algunas ventajas económicas para quienes impulsan la RSE? Algunas de las principales ventajas económicas para las empresas que incorporan la sostenibilidad en su negocio son:
• Ambiental. Optimización de los recursos e insumos necesarios para la operación de las organizaciones. Por ejemplo, ahorro energético, ahorro hídrico, gestión de los residuos y disminución de gastos en logística.
• Social. El sentido de pertenencia que se refleja entre los colaboradores que trabajan en empresas sostenibles, genera una retención del talento y esto se considera una ventaja económica y competitiva.
• Gobernanza. Las organizaciones sostenibles entienden las expectativas y las necesidades de sus grupos de interés a través de sistemas de relacionamiento, en donde las relaciones con los clientes y las prácticas de anticorrupción/ética se vuelven un requerimiento cada vez más solicitado por los grupos de interés previamente identificados.
Jaime García
Director de Proyectos del Índice de Progreso Social de CLACDS/INCAE
¿Cuáles son los ejes en los que deben enfocarse las empresas para mejorar sus retornos en el futuro?
El lenguaje global de la sostenibilidad y responsabilidad social son Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Estos 17 objetivos deben ser considerados los estándares guía para las estrategias empresariales. Al integrar los ODS a sus prácticas sostenibles, las empresas pueden reducir su huella ambiental, mejorar la eficiencia de los recursos y promover una economía circular. Además, pueden abordar cuestiones sociales como las prácticas laborales justas, la diversidad, y fortalecer sus relaciones con las partes interesadas creando nuevas oportunidades de negocio y de impacto en los ODS. Por ejemplo, la inclusión financiera tiene el potencial de disminuir las brechas sociales al tiempo que genera mayores mercados y actividad económica.
Elena Galante Marcos
Asesora en Sostenibilidad y gestión de la Responsabilidad Corporativa
¿Es cierto que los consumidores globales y regionales se imponen y prefieren empresas responsables?
Los consumidores lo prefieren y en algunos casos lo exigen. En Europa, por ejemplo, son muy exigentes en cuanto a prácticas ambientales y sociales se refiere en el sector agropecuario o textil. Quizá todavía falta más sensibilidad en general para que el consumidor lo solicite explícitamente, pero si hay casos en los que la venta de ciertos productos se ve amenazada por hacer públicas prácticas irresponsables de producción. Una buena estrategia de sostenibilidad debe estar fundamentada en un análisis exhaustivo de los impactos (tanto positivos como negativos) que la empresa tiene ante sus grupos de interés (empleados, proveedores, clientes y comunidad cercana), y los riesgos y oportunidades que de estos se derivan.
Olga Sauma Uribe
Directora ejecutiva de la Alianza Empresarial para el Desarrollo (AED)
¿Qué está pasando con las empresas que a la fecha siguen sin alinear su estrategia a la RSE?
Todas las empresas hoy día están expuestas a un constante escrutinio y este con mayor frecuencia está dirigido a factores de sostenibilidad o de conducta responsable de negocios. Hay una expectativa cada vez más clara del tipo de comportamiento que debe tener y el que debe evitar una empresa y sus productos y servicios.
Las empresas que dejen de alinearse a estas nuevas expectativas van a perder competitividad y van a encontrar dificultades para acceder a oportunidades de negocio, a financiamiento y a formar parte de las cadenas de valor y hacer negocios con otras empresas.