4 minute read
CONECTA2
¿Cumplí el sueño de mi niña interior?
Hace unos meses, recibí una invitación para participar en un congreso de mujeres ejecutivas y empresarias de la región y formar parte del panel, al que llamaron “¿Cumpliste el sueño de tu niña interior?”.
Confirmé mi participación, aunque me da pánico escénico subir a un escenario y hablar frente a tantas personas. La verdad que, en la medida que han ido pasando los años, he sentido una necesidad de compartir mis experiencias con otras mujeres jóvenes para lo que les pueda ser útil.
Lamentablemente, dos días antes del evento, tuve una complicación de agenda y, con una gran pena, tuve que cancelar.
Unas semanas antes del evento, nos enviaron las preguntas del panel para prepararnos y, pensando el otro día sobre cuál podía ser el tema de mi última columna del año 2024, se me ocurrió responder esas preguntas.
1. ¿Alguna vez tu niña interior pensó que llegarías a vivir este maravilloso éxito en el que te encuentras o cómo fue que llegaste hasta aquí?
Vale aclarar que considero que la definición de éxito es como aquel dicho en inglés “Beauty is in the eye of the beholder” que, en el contexto, significa que todos tienen una opinión distinta con respecto a lo que consideran atractivo. Desde niña, mi sueño fue estudiar medicina. Quería ser neurocirujana. Mi juguete favorito era un maletín de doctor que tenía todos los instrumentos para examinar a “un paciente”. Mi abuelo paterno era médico, lo conocí, pero falleció cuando yo tenía un poco más de dos años. Tengo vagos recuerdos de él, pero supe que fue un gran médico, con un corazón gigante, de esos a quienes les pagaban las consultas con gallinas o tortillas recién hechas. A los 14 años, migré a los Estados Unidos, por lo que cursé toda la secundaria allá. Como mi sueño era ser médico, tomé todas las clases de ciencias que ofrecía el colegio: biología, química, física y anatomía avanzada. Cuando estaba en la mitad de mi penúltimo año, me di cuenta de que tendría que “cambiar” de sueño porque, como migrante sin un estatus definido en aquel momento, era imposible acceder a créditos para estudios o becas. La banca siempre me gustó y, por necesidad, rápidamente me dispuse a abrazar mi nuevo sueño, sin tener otra opción. Entonces, me comencé a ver como una alta ejecutiva de un banco importante en Nueva York, con una oficina esquinera en el piso 21. Comencé a trabajar en la banca a mis 18 años, para poder pagar mis estudios universitarios. El resto es historia.
2. ¿Qué precio has tenido que pagar para lograr tus sueños?
El precio más alto que tuve que pagar fue haber tenido poco tiempo para ver crecer a mis tres hijos. Tengo un esposo espectacular, que me ha apoyado siempre, a veces, haciendo sus propios sacrificios. Hicimos un equipo desde el inicio y él se involucró tanto en la crianza de los hijos como en las responsabilidades de la casa. Ambos nos hemos hecho cargo de las cosas que hay que hacer de acuerdo con nuestras habilidades para ser más eficientes y efectivos, pero el tiempo y todo lo que me perdí con Alejandro, Andrés y Sebastián, nunca se recuperarán.
3. ¿Cuáles son las claves que nos puedes compartir para lograr el sueño de nuestra niña interior?
a. Enfoque.
b. Enfrentar los retos con calma para mantener las emociones controladas. c. Trazarnos objetivos más altos de los que creemos que podemos lograr. d. Buscar mentores sabios.
e. Servir, servir, servir y servir a los demás.
f. Oración permanente para poder navegar la vida corporativa y empresarial.
4. ¿Con que valores te conectaste para realizar tus sueños?
a. Recorrer el kilómetro extra.
b. Excelencia, en lugar de perfección.
c. No depender de reconocimientos para mantener motivación. Mi reconocimiento viene de Dios.
5. ¿Qué reflexión nos dejas hoy que nos ayude?
Nunca dejen de soñar. Por muchos años, yo dejé de hacerlo, porque las cosas salían de manera distinta a como yo quería o a como las había planeado. En la vida, siempre habrá desvíos, unos más cortos y otros que se hacen eternos. A veces, tendremos que “re-soñar” pero, si ese es el caso, abracemos el nuevo sueño con pasión y dedicación. Una cosa más, recuerden lo que dice Jeremías 29:11: “Porque yo conozco los planes que tengo para ustedes —afirma el SEÑOR—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.