2 minute read

Giuseppe Bravo. Titular de Bravo S.A.

incorporan a la máquina y es ella la que luego elabora. El heladero termina el helado pero todo el proceso de producción lo hace la máquina digitalizada y controlada.

Bravo se destacó siempre por estar a la vanguardia en las tecnologías para equipamiento del sector heladero.

Advertisement

Así es. Mi padre en los comienzos de los años setenta diseñó el “Trittico”, una máquina que realiza los trabajos de tres máquinas: pasteurización, maduración y fabricación. El Trittico fue una invención genial, sin embargo, nos costó mucho hacérselo entender a la gente. En los años ´90 y principios del 2000 los grandes competidores de Bravo la copiaron. Pero a aquella invención le faltaba algo. Hoy la nueva patente de Bravo incorporó el homogeneizador. Podemos afirmar que somos los únicos en el mundo que desarrollamos una máquina de estas características.

¿Hacia dónde dirige sus objetivos Bravo en este tiempo?

Nuestra empresa, fundada por mi padre, Genesio, ha hecho historia en las máquinas para elaboración de helado. El crecimiento fue muy importante. Pude comprobar que si no hay oficinas comerciales de nuestra empresa en los países donde queremos vender, los negocios no progresan. Por esa razón hemos abierto oficinas en Estados Unidos, Asia, China y Sudamérica. Esto requiere muchos recursos económicos y energía. Hay que formar equipos que sepan desempeñarse en cada lugar. Hoy es muy difícil contar con planteles de trabajo eficientes. Mis clientes heladeros tienen ese problema y por esa razón diseñamos equipamientos que se puedan manejar con muy pocas personas, y aún más, con personas que no sean del rubro. Nuestra base tecnológica se apoya en la digitalización. Esto nos permite no depender del personal y sus fluctuaciones de permanencia en los locales. Cada máquina está atada a la web, a internet y todo el know how está allí. Cuando yo necesito una receta, se la pido a la máquina. Las formulaciones las realiza el heladero pero luego se

¿Cuál es el perfil de comprador de Bravo? Es el heladero artesanal. El heladero que quiere hacer algo diferente de los otros, que busca la calidad superior y que cree que la cualidad hace la diferencia. El heladero común nos descubre después y se lamenta de no habernos descubierto antes. Esto lo dice cuando comprueba que esta máquina le habría ahorrado mucho trabajo.

¡Cuáles son las franjas de precios de estos equipamientos?

Nosotros empezamos desde los 15.000 euros hasta los 150.000 euros. Depende de la producción y del plan comercial que tenga el empresario heladero. Yo, con el tiempo, desarrollé la marca Gelita, que fue el nombre de la primera fábrica que tuvo mi padre. Ahí tenemos un equipamiento más estándar, con un mecanismo más sencillo y un precio muy accesible para aquellos que quieren empezar en la profesión y que no tienen muchos recursos pero sí tienen aspiraciones. Empezar con una Gelita los pone en el camino y seguramente pasados algunos años terminarán comprando la línea de Bravo.

This article is from: