1 minute read

Cómo degustar la grappa

Next Article
La grappa

La grappa

En primer lugar, hay un vaso para grappas jóvenes y otro para grappas envejecidas. En el caso de las grappas jóvenes, debemos evitar que nuestras manos las contaminen con aromas, ya que las grappas blancas no tienen muchos perfumes. En cambio, en el vaso para las grappas envejecidas, especialmente para las reservas que se conservan más de un año y medio, usamos las manos. El vaso es más ancho porque se necesita una superficie amplia de contacto con el aire para que se pueda abrir el producto, que es muy rico y complejo, como un vino muy añejado. Y eso se ayuda con la temperatura más alta de las manos. Para degustar la grappa envejecida, necesitamos un poquito más de tiempo, porque no se puede apreciar si se toma rápido. Como todos los destilados muy envejecidos, el tiempo es fundamental. Podemos decir que hay tres niveles de degustación:

El primer nivel es con los ojos. Reconocemos una grappa joven porque no tiene color. Si tiene un color suave es una grappa envejecida, y si es aún más intenso, es una reserva.

Advertisement

El segundo nivel es el olfato. Si lo que sentimos es algo más seco, más alcohólico (aunque no tenga más alcóhol), significa que el tipo de vino de esta grappa es más seco. Y si la grappa es joven, esa sensación es más intensa. Si al contrario, se siente algo más aromático de frutas dulces, miel, flores de verano, se trata de una grappa muy aromática, y si está envejecida la sensación es aún más rica, porque la madera da sensaciones más suaves y baja la impresión alcohólica (aunque el grado siga siendo el mismo).

El tercer nivel es la degustación. No hay que beber mucho. Hay que beber pocas gotas, quizás más veces, pero cada vez sólo algunas gotas porque el alcohol obstaculiza la posibilidad de reconocer los perfumes y aromas. Cuanto más alcohol hay, menos se puede apreciar el producto. El otro consejo es no tragar enseguida, sino que hay que retenerlo unos 20 segundos en la boca y moverlo, porque de esta manera lo abrimos y podemos tener una impresión más amplia de los perfumes y aromas; además al tragarlo ya no tendremos la sensación de que el alcohol nos quema, porque en la boca el producto se hace más cálido y más suave. Se bebe muy lentamente. Con una copita se puede estar dos horas, porque en cada sorbo se toman sólo unas gotas. Cuanto más tiempo pasa, más se abre el sabor y con el paso de los minutos no se tiene la impresión de que es el mismo producto. Porque va cambiando, va evolucionando. Al final llega la degustación más completa porque aparecen las últimas sensaciones al haber tomado contacto con el aire por mucho tiempo.

ANIVERSARIO

1966 - 2023

This article is from: