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Coupe du Monde de la Pâtisserie

La gran final de la Coupe du Monde de la Pâtisserie, presidida por Pierre Hermé bajo la presidencia de honor de Cédric Grolet, quedó en manos de Japón gracias a sus creaciones excepcionales sobre el tema del cambio climático. El equipo francés obtuvo el segundo premio, mientras que Italia ocupó el tercer lugar.

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De América Latina, y después de haber pasado por una semifinal regional realizada en Chile, llegaron a la gran final tres países: Chile, Colombia y la

Argentina. El equipo de nuestro país, bautizado “Pampa”, estuvo integrado por Matías Dragún, Rubén Darré y Lucas Carballo, con Néstor Reggiani como capitán, se preparó con muchísimo esfuerzo y sacrificio y logró subir varios casilleros con respecto a la clasificación que había tenido en la edición anterior, ubicándose en el puesto noveno, dentro de los Top Ten. Un gran orgullo también para su entrenador, Mariano Zichert. Chile y Colombia se ubicaron en los puestos 11 y 13, respectivamente.

Rubén Darré:

Es mi tercera edición en esta competencia. Antes vine en 2017 y 2019. Nuestro sueño y nuestro objetivo era formar parte de los diez mejores del mundo. Después de mucho trabajo que hemos hecho desde años anteriores con Eduardo Ruiz como capitán, vino Ariel Segesser, también Diego Irato, Ariel Gravano, Jorge García… Un grupo de gente que ha hecho el camino para que hoy nosotros podamos decir que llegamos a este objetivo, liderados por Néstor Reggiani. Estamos muy felices, porque ser uno de los diez mejores del mundo no es algo para dejar pasar. La Argentina está ahora en el puesto nueve, es algo muy difícil. Es muy complicado el certamen, con mucho nivel, poco tiempo, muchas exigencias… Hoy puedo decir que estoy colmado de felicidad. Tenemos un plan de aquí a diez años para escalar a los mejores cinco, un desafío nada fácil porque ahí están Francia, Italia y los países asiáticos que son súper fuertes. Este año Japón está en el primer puesto, dejando segundo a Francia y tercero a Italia, así que no es para menospreciar todo el trabajo que los países asiáticos llevan adelante. Creo que los pasteleros argentinos tenemos un desafío enorme para no sólo sostener esta puntuación, sino ascender.

Bocuse d’Or

El concurso que con tanta ilusión creó Paul Bocuse en 1987 en la ciudad de Lyon, hoy en día es mucho más que un simple concurso gastronómico: se ha transformado en un laboratorio de excelencia, un semillero de talentos donde el compromiso, la pasión, la técnica y la creatividad ponen en relieve los más grandes chefs del mañana. Esta competencia es sin duda un trampolín único para quienes desean acceder al reconocimiento internacional. Cada año el Bocuse d’Or inspira al mundo de la gastronomía mostrando la evolución de la cocina mundial impulsada en cada edición por nuevas generaciones de chefs. Al mismo tiempo, constituye el lugar predilecto de numerosos países que vienen a promover su cocina, su territorio y sus chefs. La gran final se llevó a cabo después de haberse realizado 70 ediciones nacionales y cuatro continentales en el término de casi dos años, que permitieron la clasificación de 24 candidatos. Durante dos días, estos candidatos debieron trabajar delante de imponentes tribunas y de las cámaras que difundieron en directo sus imágenes en todo el mundo. El Bocuse d’Or se desarrolló bajo la presidencia de Jérôme Bocuse, con Dominique Crenn como Presidente de Honor. El danés Brian Mark Hansen obtuvo el primer premio. Esta es la tercera vez que Dinamarca se impone en el concurso de cocina más grande del mundo.Los equipos de Noruega y de Hungría se ubicaron respectivamente en el segundo y tercer lugar.

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