14 edición Revista Lúdica

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Sobre Lúdica

Sobre Lúdica Lúdica surge como un espacio para el intercambio de ideas y conocimientos psicoanalíticos estimulando propuestas novedo­ sas que jueguen con las clásicas fundamentales del psicoanálisis. Reconociendo los alcances de los diversos enfoques psicoanalíticos, se abre este espacio para complementar las diversas perspectivas que componen este campo, brindando mayor riqueza al quehacer clínico al estimular nuevas inquietudes y nuevos senderos en la práctica clínica. En estas páginas fundamos un lugar de respeto y diálogo para las distintas teorías psicoanalíticas con el objetivo de inaugurar un nuevo espacio psíquico convergente para quien acuda a su lectura. EDICIÓN Si deseas obtener más información, envía tus comentarios o sugerencias a info@revistaludica.com o ingresa a www.revistaludica.com

Anaí MartínezMont

Revista Lúdica

PORTADA Diseño

Rafael Aycinena

RevistaLudica

Imágen

IMÁGENES

L ÚD I C A

Lúdica, abril 2015, pg. 1

DISEÑO

Liza M. Zachrisson

Anaí MartínezMont

José Ricardo Cifuentes J. Kirk Richards

AUTORES

Cleber Lizardo de Assis Graciela Manrique Daniela Moreno Daniela Alejandra Muiña Marcela Wer

Además puedes seguirnos en:

1

Claudia Castro Claudia Melville Liza M. Zachrisson

EXPRESIONES

Johnny Andvik Creative Commons

Contacto: Revista Lúdica 6a av. 6-63 zona 1 0, Edificio Sixtino 1 , oficina 301 Guatemala, Guatemala


Índice

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Sobre Lúdica Escritos

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Duelos enquistados. El trabajo terapéutico en tiempos de la subjetivación temprana Daniela Alejandra Muiña

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Masaje infantil: nutriendo el cuerpo y la psique a través del tacto Daniela Moreno

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Caso clínico: la niña que jugando no decía nada, pero a la vez, lo dijo todo Marcela Wer

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Tiempos violentos. Vicisitudes del proceso de escrituración subjetiva a lo largo de la adolescencia Graciela Manrique

Expresiones Atrapasueños

Anaí Martínez­Mont

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Conceptos Cuerpo

En la librera

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Sobre Neuronas y Sueños: Alquimia Freudiana en el Proyecto de una Psicología Científica Cleber Lizardo de Assis

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En el taller

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Sobre autores

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Escritos

Duelos enquistados. El trabajo terapéutico en tiempos de la subjetivación temprana

Daniela Alejandra Muiña

El trabajo hace referencia a las situaciones donde las figuras de sostén de un bebé o niño pequeño se encuentran atravesadas por dificultades en la metabolización de procesos de duelo. Se detiene en aquellos casos en los cuales estas complicaciones marcan los encuentros entre esos niños y los medios en los que se gestan, planteando limitaciones o fallos en los procesos de interacción o interrelación temprana. Luego de pensar las particularidades de los duelos enquistados, se detiene en los tiempos tempranos de subjetivación del niño, para pensar los diferentes aspectos que sería clave tener en cuenta en el abordaje de situaciones clínicas concretas, que estén caracterizadas por estas particularidades.

El duelo es una reacción ante la pérdida de un ser amado o una abstracción equivalente. Si bien no es un estado patológico, sí le impone al ser humano considerables desviaciones de su vida normal, debido a los trabajos psíquicos que requiere su metabolización. En el duelo el yo se encuentra absorbido por una intensa labor psíquica que le provoca inhibiciones generales al verse empobrecido de la energía de que puede disponer y obligado a restringir su gasto. El examen de realidad le impone definitivamente la separación del objeto, lo que exige con un alto nivel de dolor, llevar a cabo la separación del mismo en todas las situaciones en las que él era de una elevada carga. Los trabajos psíquicos que exige la metabolización de un duelo pueden verse 3

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complicados, interferidos u obstaculizados, y presentar así, según la complejidad individual de cada subjetividad, distintas gradaciones en las posibilidades de su resolución. Estas dificultades pueden marcar particularmente la subjetividad de un adulto que está en función de sostén de un bebé o niño pequeño. Al hablar del duelo indecible N. Abraham y M. Torok (2005), nos refieren el enorme esfuerzo psíquico que implica la elaboración de una pérdida cuando se trata de alguien o algo especialmente significativo, y las consecuencias absolutamente indigestas para el sujeto cuando este proceso de metabolización no logra llevarse adelante saludablemente. Pareciera quedar claro que la puesta en palabras, en escena, o en recuerdos, facilitaría el proceso de


Escritos elaboración; cuando así sucede, la angustia encontraría canales de expresión y los hechos acontecidos podrían ser incluidos en la trama vivencial. Se plantea una diferencia importante entre introyección e incorporación para pensar las particularidades que puede adquirir la pérdida de un objeto. La fantasía de incorporación justamente se presenta cuando resultó fallido el proceso de introyección, instalando al objeto perdido en el interior de sí, en el intento de mantenerlo con vida. En estos casos el trabajo del duelo se encuentra limitado u obstruido. Para la supervivencia de la incorporación es necesaria la instalación del secreto, rechazando el duelo y negándose a reconocer la pérdida. El carácter traumático (Benyakar y Lezica, 2005), de las vivencias atravesadas facilitaría la incorporación. Cuando el trabajo de duelo no encuentra una resolución saludable pues se impone el mecanismo de la incorporación, se produce un sufrimiento psíquico. En estas situaciones el acontecimiento puede ser condenado al secreto y el mecanismo dinámico en juego ser la represión conservadora (Tisseron y otros, 1997), a través de la cual se mantiene la secreta esperanza de hacer revivir a la persona perdida y otorgarle un desenlace distinto en relación con los deseos del sujeto. De esto resultaría una cripta. El funcionamiento psíquico de un niño puede verse afectado cuando su padre es portador de una cripta. Si bien el niño no tiene una posición pasiva frente a las transmisiones, pues su vida psíquica se constituye en interrelación, el trabajo del fantasma puede afectarlo a través de los

efectos en su subjetivación, que provoca la cripta de otro. Estas situaciones enfrentan a la segunda generación con elementos perturbadores que irrumpen en su psiquismo ya que su lógica no puede acceder a comprenderlos; emerge algo que resulta inadmisible. Los bebés son muy sensibles al estado mental de quienes constituyen su entorno directo y son capaces de captar hilos cruciales de la trama vincular que habitan (Moreno, 2010). Los tiempos tempranos son cruciales en la maduración y crecimiento del niño, tanto en lo referente a su desarrollo físico­neurológico como a los procesos de su subjetivación; son períodos sensibles donde los trabajos psíquicos que están en juego, se constituyen en cimientos sobre los que otros pilares de la constitución psíquica se entraman. Cuando el o los adultos a cargo del niño, se encuentran enmarañados en trabajos de duelo no metabolizados, los efectos de estas dificultades de elaboración pueden hacerse presentes en el niño ­siempre teniendo en cuenta las diferencias marcadas por la singularidad y las potencialidades propias de cada uno­. Sirven mucho estas conceptualizaciones para pensar varias situaciones clínicas. Dos de ellas: ­ Consulta una mujer de 25 años. Plantea sentirse muy mal porque no puede conectarse con su bebé de apenas unas semanas de vida. Cuando lo tiene en brazos se angustia muchísimo; no sabe qué hacer. Intenta amamantarlo, pero esos momentos terminan resultando absolutamente tensos. El bebé llora constantemente cuando está con ella. No puede perdonarse esto. Siente que falla L ÚD I C A

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Escritos todo el tiempo como mamá, y cada vez se le hace más complicado acercarse a él. La familia (esposo y suegra) le plantean su preocupación por lo que pasa y alternan entre insistir en que sostenga y se haga cargo del nene, y retirárselo cuando las situaciones terminan angustiando a todos. Se empieza a trabajar con la mamá. A los primeros encuentros asiste sola; posteriormente se alternan estos encuentros con otros en los que trae al bebé, y en algunas ocasiones también a su marido. En los espacios que tenía a solas empezaron a aparecer cuestiones ligadas a la intensa angustia que le producía encontrarse siendo mamá, cuando hacía unos años que su propia madre, quien constantemente insistía con su deseo de ser abuela, había fallecido. Se sentía en falta con ella porque en esos tiempos no deseaba aún ser madre, y postergó la llegada de un hijo, resultando la misma cuando su madre ya no estaba. No puede dejar de hablar de la mamá cuando recorre cómo se dan los encuentros con el niño.

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­ Consulta un matrimonio por su hija de 5 años. Presenta problemas en la escuela. No para un minuto, lo que hizo que se ganara entre el equipo escolar el título de ADHD. En ocasiones no controla esfínteres, angustiándose marcadamente cuando le ocurre. Tuvo un accidente a los 2 años que si bien no implicó cirugía, la mantuvo durante 45 días enyesada hasta la cintura e inmovilizada en la cama. Cabe aclarar que los padres se sorprenden cuando recuerdan lo dócil que se presentaba. No hace deportes. Según refieren tiene miedo, y ellos también, de que le pase algo. Siempre están pendiente de su salud. Cuando está en el consultorio, la misma carrera que emprende con su cuerpo por todo el lugar, la tiene con sus palabras. No puede parar. Lleva siempre consigo un conejo de peluche que era de su tía. Cuando se pregunta sobre ella, dice que está en el cielo y agrega que la mamá y la abuela a veces la llaman con su nombre porque es igualita a ella. Al trabajar con sus papás surgen cuestiones ligadas a la muerte de la hermana de la mamá, a los 16 años, en un

"Pierda luto" de Creative Commons


Escritos accidente automovilístico cuando acompañaba a un amigo. Un año después nace la niña por quien consultan, quien acapara la atención familiar, logrando por momentos que se olviden del dolor por quien ya no está, según ellos mismos refieren. Todo psiquismo opera según un proceso de articulación y transformación al que se denomina vivenciar, donde los otros cometabolizadores juegan un rol facilitador para que estas operaciones sean posibles en el niño. Cuando el niño queda pasivizado frente a lo que irrumpe y no tiene la posibilidad de procesarlo, tiene abierto el camino a que el vivenciar traumático se instale en él acarreando dificultades en los aconteceres propios de su vivenciar infantil. En este punto lo que resultó traumático en el adulto, podría propiciar efectos potencialmente traumáticos en el niño. Cuando en la generación anterior no puede realizarse un trabajo de metabolización de determinado acontecimiento o una serie de ellos, el resultado podría ser un clivaje que se transformaría en prehistoria para la generación

siguiente, complicando u obstaculizando sus propios trabajos psíquicos. En estos casos nos encontramos con cuestiones que implicaron acontecimientos disruptivos al no poder ser elaborados, y que colaboraron en que se obturen los trabajos de escrituración de la trama vivencial por parte de estos bebés o estos niños. Si estas dificultades se hacen presentes, si los acontecimientos no elaborados por una generación pueden resultar favorecedores de complicaciones subjetivas en generaciones siguientes, el trabajo debe tener en cuenta varios aspectos. Así como será clave poder encontrar espacio para que pueda iniciarse un proceso metabolizador de los acontecimientos encriptados, también lo será entender los tiempos en los que el bebé o el niño se encuentran, y si hay procesos que estén resultando facilitados o complicados en su instalación o procesamiento por aspectos que hacen al espacio del entre entre ese niño y ese medio ­que en los materiales planteados se encuentra inmerso en trabajos de duelos que no han encontrado formas de resolución­.

Niño y medio están presentes y se modifican uno al otro a través de los encuentros que promueven y de la actividad puesta en juego por cada uno. Estamos muy lejos de entender al bebé o al niño en tanto simple y pasivo, y a los adultos como figuras complejas y activas. Lo activo o lo pasivo se hace presente más allá de la edad que se porte, y la complejidad está pensada desde los mismos inicios. Es en el terreno de la interacción donde cobran vida las fantasías parentales, los mitos familiares y las transmisiones transgeneracionales. Es también a través de este entonamiento afectivo que los padres transmiten al bebé lo que está permitido y es compartible, y lo que está prohibido y debe mantenerse por fuera de esta posibilidad. Pero debemos tener en cuenta, como plantea muy bien D. Stern (2005), que sólo las representaciones parentales actuadas en la interacción son las que tienen influencia directa sobre el bebé. Todo tipo de influencia, saludable o patógena, en los primeros momentos de la vida, podrá afectar al niño en la medida en que influya en L ÚD I C A

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Escritos las figuras de sostén primarias. Cuando la interacción, o en un momento posterior la interrelación, se encuentra afectada por la posibilidad de que los procesos de subjetivación que se están produciendo en el adulto, en el niño o en ambos, tomen un cauce que se aleje de lo saludable, el trabajo terapéutico debe instalarse allí. Sabemos que el alejamiento de lo saludable se produce entre otras cuestiones, cuando los conflictos característicos de cada momento se encuentran trabados, limitados u obstruidos, cuando las angustias paralizan los procesos de elaboración, cuando lo espontáneo va perdiendo lugar y lo diferencial propio de una subjetividad queda a merced de lo no metabolizado de otra. Pensemos las dimensiones que esto adquiere si se da en los momentos de la vida que venimos siguiendo, especialmente sensibles por los trabajos psíquicos que están en juego. Cuanto más temprana sea la intervención en situaciones donde están en riesgo los procesos de subjetivación, más posibilidades habrá de que puedan desarticularse procesos mórbidos que se encontraban en curso, y presentaban conflictivas de difícil resolución. En momentos tempranos de la subjetividad no podemos esperar que transcurra el tiempo para que estos adultos resuelvan sus trabajos pendientes. Es al mismo tiempo, el

trabajo con ellos, el trabajo con el niño (si ya se encuentra con procesos que no logran instalarse o desarrollarse saludablemente), y el trabajo con las interacciones o interrelaciones entre ese medio y ese niño. Habilitar canales diferenciales de intervención podría resultar posibilitador de la inscripción de acontecimientos saludables en la vida de estos niños y también de estos padres. Retomando los materiales: ­ No podemos centrarnos sólo en la mamá del bebé y descuidar las particularidades de los encuentros entre ambos. Es importante trabajar en esos encuentros, y lo fue hacerlo dentro del consultorio. Tampoco resultaría sano dejar a esta mamá a expensas de las sensaciones de que su hijo se angustia porque ella no sabe qué hacer, ni cómo ser mamá. Si no se logra entender que esos encuentros resultan angustiantes por cuestiones que exceden el nacimiento y su ser mamá, pueden quebrarse cada vez más las posibilidades mismas del estar juntos, con la pérdida de posibilidades satisfactorias de encuentros diferenciales que podrían iniciarse. También resultó importante el trabajo, en ocasiones conjunto, con su marido, que habilitó corrimientos de lo rigurosamente pensado, y el permiso de que en ocasiones esta mamá pueda estar y en otras permitirse ciertos alejamientos que no implicaban que los afectos en juego quedaran ligados al desamor por el niño.

"Cuanto más temprana sea la intervención en situaciones donde están en riesgo los procesos de subjetivación, más posibilidades habrá de que puedan desarticularse procesos mórbidos que se encontraban en curso, y presentaban conflictivas de difícil resolución.” 7

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Escritos ­ En relación a la niña de 5 años, fue clave iniciar un trabajo con los padres, en el intento de poder pensar con ellos cuál era el lugar en el que se anticipó y fue creciendo su hija. Que puedan escucharse e impresionarse confundiendo los nombres de ella y el de la tía fallecida, no resultó factor de menor importancia. Tampoco lo fue entender que la dificultad para dejar de estar en movimiento se imponía sobre todo si el movimiento mismo quedaba equiparado al estar vivo. Pero también fue importante empezar un trabajo con la niña que pudiera facilitar en ella la posibilidad de ubicarse en otro lugar. Fue llamativa su sorpresa cuando a raíz de fotos que trae recibe palabras que la encuentran parecida a su mamá, y en nada igualita, en fotos de otros tiempos, a la tía a quien nunca dudó parecerse. Esas fotos habían llegado al consultorio cuando el pedido era que trajera fotos suyas desde que era chiquita hasta el momento actual. Según B. Golse (1998), para que una psicopatología materna se constituya como nociva para el desarrollo del niño, tuvieron que haber sido desbordadas las capacidades de compensación de éste, y también haber fallado las personas del medio cercano que hubieran podido protegerlo del impacto. Esto nos remite nuevamente a la necesidad de un pensamiento complejo que pueda tener en cuenta la cantidad de variables que confluyen en la constitución de una subjetividad. El autor plantea que los propios vínculos tempranos de apego de la figura maternante inducirían en un porcentaje importante, esquemas de apego más seguros o inseguros en el bebé, ya que las experiencias pasadas de la historia infantil precoz de la madre, reactivadas por la presencia interactiva

del bebé, infiltran la naturaleza cualitativa del sistema relacional que la madre va a proponer a su hijo (pág. 51). Tanto la madre como el niño, en tanto elementos de la interacción, tendrían un poder el uno sobre el otro que podría adquirir características potencialmente saludables o potencialmente patógenas. Si nos adentramos en los primeros tiempos de la constitución del psiquismo podremos entender que cuanto más joven es el niño, más estrecha es la relación entre el cuerpo, el psiquismo y el medio familiar o circundante, lo que hace que podamos entender a los procesos saludables totalmente ligados a las modalidades de relación, de encuentro y de afrontamiento que se propician en las interacciones tempranas. En este mismo sentido cuando se presentan trastornos o complicaciones psicopatológicas también podemos entenderlas como verdaderas enfermedades de las interacciones (Golse, 1998). D. Stern (2005) marca la importancia de tener en cuenta los períodos sensibles, entendidos como los momentos iniciales de formación de numerosos procesos de desarrollo psicológico y neurológico que se dan en tiempos tempranos de la formación del psiquismo, para poder entender que el factor tiempo en el que se produce un fenómeno, no tendrá el mismo efecto si se da en momentos iniciales de subjetivación, que si se produce en momentos posteriores. Inicialmente, sólo pueden afectar al niño las influencias patógenas que influyan en la díada o en la tríada privilegiada. Es por ello que las intervenciones tempranas, ya sean desde el ámbito familiar más amplio, desde espacios sociales más abiertos, o desde el L ÚD I C A

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Escritos campo específicamente profesional, cuando son requeridas o necesarias, deberían abordar la relación interactiva misma, o por lo menos tenerla en cuenta.

conmovida o complicada por la presencia de acontecimientos dolorosos que no encontraron vías saludables de metabolización.

Según J. L. Tizón (2013), puede ocurrir que un encadenamiento de duelos terminen descompensando las capacidades de contención o equilibrio psicológico de cualquier persona, y también las posibilidades de metabolización de un medio familiar. Un duelo o conjunto de duelos mal elaborados puede cronificar la psicopatología previa, desequilibrar los sistemas de contención individual o familiar, o colaborar en la instalación de una problemática psicopatológica. Estas situaciones pueden influir en el equilibrio u homeostasis familiar, convirtiendo, en algunas ocasiones, el duelo de la familia en una suma de duelos individualizados, en otras, provocando la invasión de unos integrantes sobre otros, o intentando encontrar en el seno familiar sustitutos de los vínculos perdidos.

Considerar la posibilidad de intervenciones preventivas ligadas a estas temáticas en momentos constitutivos de la subjetivación, requiere además de los conocimientos sobre las problemáticas ligadas a los procesos pérdida, separación y duelo, una formación de los profesionales en el área de infancia y niñez, en las conceptualizaciones vinculadas a las complicaciones de la interacción e interrelación temprana, así como también en todos los aspectos que hacen al desarrollo saludable y a sus complicaciones psicopatológicas. Requiere también pensar cómo trabajar en el intento de propiciar vinculaciones saludables y prevenir la posibilidad de instalación de interacciones patógenas. Pensar intervenciones diferenciales, nuevas y oportunas que tengan en cuenta la singularidad de estos fenómenos, se vuelve un desafío necesario. En este punto coincidimos con Tizón en que es importante integrar las actividades preventivas en la clínica cotidiana de forma tal que podamos delimitar factores de riesgo o de vulnerabilidad sobre los que nos sea posible incidir, y también factores protectores con los que nos sea posible contar.

Si bien hay mucha bibliografía que plantea la importancia de las intervenciones cuando se detectan señales de alerta durante el embarazo, el puerperio, o en los procesos de vinculación temprana entre el bebé y el ambiente en el que nace y crece, no se encuentra demasiada que plantee las características singulares que podrían presentarse cuando estas señales de alerta están marcadas por la dificultad de elaboración de pérdidas acontecidas en quien está gestando, experienciando los primeros encuentros con su hijo, o se constituye como figura de sostén para un bebé o niño pequeño. Estos momentos son claves en las posibilidades de interacción e interrelación futura, y requieren una disponibilidad afectiva y efectiva del medio, que puede verse tempranamente 9

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La constitución de la subjetividad se da inicialmente en la interacción y posteriormente en la interrelación; las complicaciones presentes en ellas son causa interviniente en la dificultad para llevar adelante por parte del bebé o el niño, los propios trabajos de constitución de su subjetividad. La posibilidad de constituir la propia trama vivencial por parte de los adultos, con la introyección de las pérdidas sufridas, facilita la posibilidad de escritura


Escritos

"4­1" de José Ricardo Cifuentes

de la trama vivencial por parte de los propios niños.

REFERENCIAS BIBLIOGÁFICAS Abraham, N. y Torok, M. (2005): LA CORTEZA Y EL NÚCLEO. Cuarta parte: La cripta en el seno del yo. Nuevas perspectivas metapsicológicas. Amorrortu, Bs. As. Benyakar, M. y Lézica, A. (2005): LO TRAUMÁTICO. CLÍNICA Y PARADOJA. Tomo I: El proceso traumático. Biblos, Bs. As. Golse; B. (1998): PSICOPATOLOGÍA DE LA PERINATALIDAD. II Congreso Europeo de la Asociación Europea de Psicopatología del Niño y del Adolescente y XI Congreso de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente; España.

Moreno, Julio: (2010) SER HUMANO. LA INCONSISTENCIA, LOS VÍNCULOS, LA CRIANZA. Cap. 3, 7, 8 y 9. Letra Viva, Bs. As. Stern, D. (2005): EL MUNDO INTERPENSONAL DEL INFANTE. Una perspectiva desde el Psicoanálisis y la Psicología Evolutiva. Editorial Paidós, Bs. As. Stern, D. (1997): LA CONSTELACIÓN MATERNAL. Un enfoque unificado de la psicoterapia con padres e hijos. Editorial Paidós, Bs. As. Tisseron, S. y otros (1997): EL PSIQUISMO ANTE LA PRUEBA DE LAS GENERACIONES. Clínica del fantasma. Introducción, cap. 1, 2 y 6. Amorrortu Editores, Bs. As. Tizón, J. (2013): PÉRDIDA, PENA, DUELO. Vivencias, investigación y asistencia. Cáps. I, III, V, VII, VIII. Colección Salud Mental; Editorial Herder; Barcelona.

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Escritos

Masaje infantil. Nutriendo el cuerpo y la psique a través del tacto

Daniela Moreno

En una época en la que la patología apunta cada vez más a falta de representación, la clínica actual llama a intervenir a niveles cada vez más primarios y originarios. Paralalemente, han surgido herramientas que ayudarían a reparar e incluso prevenir muchas de las dinámicas observadas en clínica; una de ellas es el masaje infantil. El presente artículo se propone examinar esta práctica desde una perspectiva psicoanalítica, desde sus implicaciones hasta sus efectos en el desarrollo del psiquismo infantil.

El masaje infantil es una práctica que se ha popularizado en los últimos años en la que los padres o cuidadores primarios realizan masaje en todo el cuerpo de su bebé. Pero más que solo movimientos sobre el cuerpo, la Asociación Internacional de Masaje Infantil (IAIM por sus siglas en inglés) lo describe como un proceso de comunicación que comparten los padres y su bebé, que promueve los valores de respeto, calidez, ternura y escucha activa. El primer programa estandarizado de masaje infantil fue creado por Vimala McClure, una mujer estadounidense que encontró inspiración en sus experiencias durante un viaje a la India, donde masajear a los bebés es en realidad una tradición milenaria. El tipo de contacto que ella observaba entre las madres y sus infantes era algo que ella no había visto en Estados Unidos. Entre tanta pobreza y escasez, las madres de la India, a través de sus manos, podían ofrecer a sus hijos un “regalo de amor y seguridad”1. McClure asoció esto a la calidez, compasión y capacidad de jugar 11

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(lo cual, diría Winnicott, es señal de salud mental 2) que conoció en los niños ahí, a pesar de las desventajas materiales y la situación de vida precaria. Al regresar a Estados Unidos a mediados de los 70’s, McClure investigó acerca de la piel, la reflexología, el masaje sueco, el masaje indio y los principios del yoga. Combina todos estos para crear el currículo avalado e impartido hoy en más de 70 países por instructores certificados por la IAIM, cuya misión es promover el tacto nutritivo y la comunicación para que padres e hijos sean amados, valorados y respetados en el mundo. Esto suena quizás demasiado simple, pero tiene fundamentos psicológicos y psicodinámicos importantes que explican el éxito que ha tenido el programa. Quizás la pregunta a responder sería, ¿cómo explicar lo observado por McClure en la India en términos de la psique? El primer punto que habría que examinar es el rol de la piel en el desarrollo físico y


Escritos psíquico de las personas. La piel es el órgano más viejo y sensible del cuerpo humano. Tiene sus propias memorias experienciales en forma de arrugas, lunares y cicatrices, que muestran al mundo lo que hemos vivido (¿serán análogas a las huellas mnémicas?). El tacto es el primer sentido en desarrollarse, presente desde apenas las 6 semanas de gestación, formando así el primer contacto con el vientre materno, tanto físico como emocional. El antropólogo Ashley Montagu recopiló las investigaciones y observaciones acerca de la piel y el tacto de múltiples expertos en varias áreas, desde la neurología hasta la psicología. Él dice que dicho órgano es un puente que comunica lo externo con lo interno, en ambas vías. A través de la piel recibimos información vital del entorno y esta responde a él con sensaciones como el frío y el calor, pero también con fenómenos más psíquicos como el placer y dolor. Esto hace del tacto el único sentido sin el cual nos es imposible sobrevivir por sí solos, pues no sentir dolor es una amenaza para la vida misma. Por otro lado, la piel también responde a nuestros afectos internos. Se nos pone la piel de gallina y nos sonrojamos, haciendo imposible esconder al mundo cuando nos emocionamos. Montagu cita el neurólogo André Virel cuando dice que la piel cumple una función de espejo doble, a través del cual extraemos información del mundo exterior, pero al mismo tiempo, también nos proporciona conocimientos sobre nuestro propio funcionamiento. Esto, dirá Virel, constituye las primeras semillas del

pensamiento reflexivo 3. El psicoanalista Didier Anzieu estaría en concordancia con este último punto con su concepto de Yo­Piel, un estadio del ser previo a la palabra que “contiene los contenidos psíquicos a partir de la experiencia en la superficie del cuerpo” 4. Según Anzieu, la propia corporalidad conforma la primera realidad consciente sobre la cual se construye el esbozo del Yo. Si la piel es el primer órgano sensorial en desarrollarse y es a través de ella que se organizan las primeras percepciones, entonces las experiencias cutáneas y el Yo­ Piel formarán los primeros cimientos del Yo y de la estructuración de la mente y el pensamiento. Estas experiencias son estructurantes porque, cuando la piel responde a nuestros afectos en torno al ambiente, el Yo­Piel paralelamente liga las pulsiones internas a las experiencias externas, creando así las primeras representaciones mentales. Winnicott desarrolló su propio concepto de ligazón cuerpo­mente, el psique­soma. Según este autor, el Yo del bebé se fundamenta en experiencias físicas que deben ser elaboradas psíquicamente para que la mente tenga un cuerpo propio que habitar. El psique­soma es paralelo al Yo­ Piel en el sentido de que alberga la función de integración psicosomática en el bebé. Para Winnicott, esta se va dando por la función materna de holding o sostén, en el que la madre 5 se adapta suficientemente

"a la hora de recibir un masaje de parte de la madre, el bebé internaliza la experiencia de relajación y la hace parte de su vida intrapsíquica ayudando a tolerar las frustraciones del mundo externo.”

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Escritos bien a las necesidades del bebé cuando lo alimenta, lo carga y lo arrulla, para otorgarle un espacio seguro donde puede adquirir un sentido de continuidad del ser. Según Anzieu, el Yo­Piel cumple esta función de sostén para el psiquismo, pues por medio del contacto continuo piel a piel del holding, se logra interiorizar a la madre (especialmente sus manos) y sus cuidados y se obtiene un sentido de continuidad psíquica. Se genera así una mente propia paralela al cuerpo propio. El masaje infantil proporciona ese contacto con el bebé que genera la función de sostén, pero además, para la madre el tocar a su hijo y recibir respuestas le crea una sensación de mutualidad con él, fomentando así más y mejor interacción, más y mejor holding.

también con nuestro mismo cuerpo. Por lo tanto, por medio del contacto materno con toda su piel, el bebé desarrolla conciencia de su propia corporalidad y la de la madre por separado. Esto inaugura otra función del Yo­Piel: la de mantener los límites entre lo interno y lo externo. Esta es la primera experiencia que el bebé tiene distinguiendo el Yo del No­Yo y constituye la semilla que fundará sus futuras relaciones objetales. Esto es crucial porque, no solo inaugura el principio de la subjetividad, sino también la concepción del otro en su otredad (objetivamente percibida), lo cual permite el desarrollo de la empatía y compasión que observaba McClure en los niños de la India. El masaje infantil es sin dudas nutricio para la psique de los bebés que lo reciben.

Por otro lado, Winnicott también habla de la función de handling, que se refiere a los cuidados de la madre sobre el cuerpo del bebé, como las caricias y la limpieza. Aquí caben también los masajes. Cuando nos tocan o tocamos, estamos en contacto con el otro objeto, pero necesariamente

Sin embargo, el contacto físico por sí solo no es suficiente para integrar al niño. Las experiencias cutáneas organizan las percepciones tempranas, pero es el tono emocional de las mismas agregado por una madre suficientemente buena el que genera que el bebé habite su cuerpo y

"Es una comunicación a nivel originario en el que ella inviste el Yo­Piel de su bebé y le inscribe a nivel pictogramático la representación psíquica de un cuerpo propio por medio de las sensaciones satisfactorias asociadas a la experiencia del masaje.”

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de Johnny Andvik


Escritos mente. Ella debe ser capaz de captar las señales de su hijo y darles sentido para responder a ellas de la mejor manera posible. Esto es lo que IAIM y el programa de masaje infantil de McClure aporta más allá del tacto. Promueve, por sobre todo, el respeto a las señales del bebé, incluso si estas indican que no está listo para recibir un masaje en ese momento. Los instructores de IAIM guían a los padres de familia (sin decirles qué y cómo hacerlo, muy parecido a un analista en la clínica) a observar e interpretar lo mejor que puedan lo que sus bebés están tratando de comunicar y los alientan responder suficientemente bien, respetando lo que ellos entiendan por esto. Otra manera de explicar cómo funciona este proceso y por qué es fundamental para un psiquismo sano es por medio de la teoría de contención de Wilfred Bion. Este psicoanalista propone que el bebé deposita en la madre todo aquello que no es tolerable para él y que le causa angustia a manera de identificación proyectiva. La madre entonces, usa el reverie para contener en sí misma la angustia del infante y digerirla hasta darle un sentido. Finalmente, la transforma en algo soportable para el bebé y se lo devuelve ya metabolizado. En esta interacción repetida entre ambos, surge para el infante la posibilidad de pensar la angustia y simbolizarla, porque internaliza un objeto (su madre) que ha sido capaz de tolerar su frustración. Además, si se satisfacen las necesidades del bebé, le da la sensación de que es capaz de manejar al mundo y que éste le responderá. Este es el mensaje que el infante recibe en cada sesión de masaje. Es un tiempo íntimo en el que la madre está enfocada en él, en conocer sus señales y su lenguaje corporal.

Ella está lista para recibir en sí misma las tensiones diarias acumuladas en su bebé para transformarlas y devolverlas con sentido a través del tacto, del contacto visual y de sus vocalizaciones. Es decir, cuando una madre se comunica con su bebé de forma relajada y cómoda coincidiendo con lo que siente por él, el mensaje que el infante recibe es de seguridad y es esto lo que se interioriza. Es por eso que a la hora de recibir un masaje de parte de la madre, el bebé internaliza la experiencia de relajación y la hace parte de su vida intrapsíquica ayudando a tolerar las frustraciones del mundo externo. En el transcurso de todo esto, el Yo­Piel adquiere su función de barrera frente a elementos desorganizadores. Todo este proceso de holding, handling, reverie y contención que se da entre el bebé y su madre durante la realización del masaje infantil es verdaderamente un proceso de comunicación preverbal entre ambos. El bebé transmite señales y la madre responde depositando una fuerte carga libidinal en la piel del bebé, diría Anzieu. Es una comunicación a nivel originario en el que ella inviste el Yo­Piel de su bebé y le inscribe a nivel pictogramático la representación psíquica de un cuerpo propio 6 por medio de las sensaciones satisfactorias asociadas a la experiencia del masaje. Además, le da un sentido de agencia al responder a sus señales, pues le transmite la sensación de poder obrar sobre el mundo. Este tacto es en verdad nutritivo, como propone la IAIM, pues alimenta en él la capacidad de pensar: de pensarse a sí mismo, pensar al otro y pensar su angustia. En la madre también genera confianza en su propia capacidad de saber hacer con lo que intenta decirle su bebé. L ÚD I C A

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Escritos "Este tacto es en verdad nutritivo, como propone la IAIM, pues alimenta en él la capacidad de pensar: de pensarse a sí mismo, pensar al otro y pensar su angustia.” El masaje infantil tiene efectos positivos y duraderos en el infante que lo acompañarán a lo largo de toda la vida. Las funciones del Yo­Piel que han sido internalizadas a través del contacto con la madre se complejizan a lo largo del crecimiento del niño para fundar en él una subjetividad saludable, con la capacidad de crear, de estar a solas acompañado, de desear y de ser autónomo. Cómo los padres miran al cuerpo del bebé, cómo lo tocan y lo conciben, así será cómo él se va a percibir, a valorar y a aceptar a sí mismo. El masaje infantil es una herramienta que permitirá que este autoconcepto sea fundado en el sentimiento de ser amado, respetado y escuchado.

1 McClure, V. (2000). Infant Massage: A Handbook for Loving Parents. New York, NY: Bantam Books. Introducción págs. xxi ­ xxvii 2 Concepto que desarrolla Winnicott en su libro “Realidad y Juego” (1971). 3 André Virel citado en: Montagu, A. (1986). Touching: The Human Significance of the Skin. New York, NY: Harper & Row, Publishers, Inc. Página 5 4 Anzieu citado en: Döll, A., Gálvez, A. (2013) La piel como camino al pensamiento. Átopos, 24­34. Extraído de: http://www.atopos.es/pdf_14/24­ 34_La%20piel%20como%20camino%20al%20pensami ento.pdf 5 Por cuestiones de practicidad, se utilizará el término madre a lo largo de este escrito para

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referirse al los padres del bebé. En ausencia de los padres biológicos, otros cuidadores primarios pueden suplir las funciones maternas. 6 Términos de Piera Aulagnier. El pictograma es la representación inconsciente (mas no reprimida) del cuerpo inscrita en forma de imagen en el psiquismo. Un pictograma de fusión organiza una subjetividad saludable, mientras que un pictograma de rechazo es desapropiado de la subjetividad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Anzieu, D. (1998) Funciones del Yo­piel. Online. Extraído de: http://www.vivilibros.com/excesos/02­ a­02.htm Döll, A., Gálvez, A. (2013) La piel como camino al pensamiento. Átopos, 24­34. Extraído de: http://www.atopos.es/pdf_14/24­ 34_La%20piel%20como%20camino%20al%20pensami ento.pdf McClure, V. (2000). Infant Massage: A Handbook for Loving Parents. New York, NY: Bantam Books. Montagu, A. (1986). Touching: The Human Significance of the Skin. New York, NY: Harper & Row, Publishers, Inc. Parry, R. (2010). A critical examination of Bion’s concept of containment and Winnicott’s concept of holding and their psychotherapeutic implications. University of the Witwatersrand: Johannesburg, Suráfrica. Extraído de: http://wiredspace.wits.ac.za/bitstream/handl e/10539/9617/Richard%20Par ry%20FINAL%20DRAFT%20B%26W%20Corrected%20Fin al%20Submis sion.pdf?sequence=2 Ogden, T. (2004). On holding and containing, being and dreaming. International Journal of


Escritos Psychoanalysis. Online. Extraído de: http://www.bacp.co.uk/bacpDocs/docs/12. pdf Rodulfo, M. (s.f.) Desde la salud hacia lo patológico I. Bocetos de Psicopatología. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires. Extraído de: http://www.psi.uba.ar/academica/carrerasd egrado/psicologia/sitios_catedr as/electivas/102_infanto_juvenil/material/salud_haci a_lo_psicopatologico.pdf Stutman, A. (s.f.) El concepto de psique soma en Winnicott. Academia.edu. Online. Extraído de: http://www.academia.edu/8276660/EL_CON CEPTO_DE_PSIQUE_SOMA _EN_WINNICOTT

de J. Kirk Richards

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Caso clínico: la niña que jugando no decía nada, pero a la vez, lo dijo todo

Marcela Wer

Los niños se comunican jugando, porque cognitivamente no han completado el bagaje psíquico y lingüístico para expresarse con la suficiente claridad. Paralelo a la capacidad de comunicar, el juego tiene la flexibilidad y sofisticación necesaria para moldear y estructurar subjetividades; promueve la capacidad creadora, permite hacer cosas. Va más allá de la infancia porque está presente a lo largo de toda la vida como indicador de patología o salud. Por lo tanto es una herramienta esencial en la clínica.

Al hablar de juego es indispensable remitirse a Winnicott, porque él dedicó varios años de su vida a investigar y destacar la importancia que el jugar tiene en la subjetivación. Dentro de todo lo que ha dicho, quiero enfocarme en la secuencia en la que se desarrolla el juego, que es paralela a la relación madre­hijo. El autor propone un esquema de cinco pasos:

ocasiones, porque hace referencia al juguete preferido. 5. Traer de vuelta aquello que se arrojó: surge apego (juguete preferido/objeto transicional).

4. Finalización: la experiencia termina porque el niño se cansa, se aburre, pierde el interés y arrojar el juguete.

Teniendo esto en mente, quiero presentarles a Male, una niña de 6 años con una complicada historia familiar, matizada por la inconsistencia e inestabilidad materna, por padecer un trastorno bipolar. Su padre, un hombre con problemas de dependencia afectiva y un alcoholismo en remisión, había conseguido la custodia legal de sus hijas y atiende a la clínica diciendo: “mi hija necesita ayuda por la ex convivencia con madre con Trastorno Bipolar. Hay secuelas de temor debido a agresiones físicas, emocionales, gritos, temor excesivo de verla de nuevo y de saber que tendrá que regresar con su mamá. Frustración de recuerdos por no poder tener una mamá que no haga daño”.

El quinto paso puede no darse en todas las

Winnicott en Realidad y Juego, sugiere que

1. Vacilación (pre­deseo): “será que lo agarro o no”. 2. Agarre: el niño acepta que desea el objeto. 3. Desarrollo del juego: el objeto agarrado, que puede ser cualquier cosa, se vuelve un juguete; etapa creativa.

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Escritos el bebé, al ver el rostro de su madre se ve a sí mismo, porque la madre se relaciona con lo que ve en él y de alguna manera se lo refleja; juntos van armando un ir y venir de códigos, una relación que le permitirá luego al bebé relacionarse con otros, con el mundo. En el caso de Male, su madre reflejó su propio estado de ánimo, el cual estaba comandado por un trastorno que se caracteriza por la ambivalencia. Emociones desreguladas si pensamos en las fases maníacas o ausentes en las fases depresivas. ¿Qué pasa con estos niños si no reciben de vuelta lo que dan? El autor propone que primero se atrofia la capacidad creadora y buscan a su alrededor otras formas de conseguir que el ambiente les devuelva algo de sí. Buscan métodos alternos para lograr recibir algo a cambio (Winnicott, 1980). Durante las primeras sesiones, noté que Male no había conseguido encontrar un “método alterno”, tampoco había una ambiente facilitador que se lo permitiera. Se le dificultaba hacer con su deseo, no podía escoger desde sí; constantemente trataba de adivinar lo que le pasaba al otro y lo que el otro quería para ordenarse y estructurarse desde el Otro. Estaba entonces frente a una niña desestructurada, inhibida e incapacitada para moverse y crear algo propio, algo que fuera dándole forma a su subjetividad.

Esto se le armó a partir del vínculo desordenado con la madre, porque adivinar el estado anímico de su mamá la mantenía a salvo; se movía despacio para que “nada explotara”. La inconstancia del estado anímico de la madre, se apropiaba de la iniciativa de Male dejándola en un estado de inhibición alarmante. Luego de que los padres se separan, ella empezó a estructurarse a partir de su hermana, quien era cuatro años mayor. En una ocasión, la paciente tenía dolor de estómago, las tripas se le “retorcieron” e hicieron ruido. Yo me sorprendí y le pregunté si le dolía SU estómago y Male dijo: “a mi hermana le duele la panza, mi hermana tiene gases”. Inmediatamente le reflejé que su hermana no estaba allí y que mi estómago no había sonado, que había sido el suyo. “No es función del grande enseñarle a jugar al chico y, por añadidura, eso podría embotar la capacidad de éste –aquí ya se empieza a hablar de capacidad para “encontrar” e “inventar”. (Rodulfo, R., 2009 pág. 201) Tomo esta frase, refiriéndome en este caso a la hermana mayor como “la grande” porque su subjetividad corría peligro ya que el padre la había colocado como la responsable de Male. Era urgente moverlas de este lugar 1 . Su deseo “dormido” se manifestaba en

"Winnicott en Realidad y Juego, sugiere que el bebé, al ver el rostro de su madre se ve a sí mismo, porque la madre se relaciona con lo que ve en él y de alguna manera se lo refleja; juntos van armando un ir y venir de códigos, una relación que le permitirá luego al bebé relacionarse con otros, con el mundo.” L ÚD I C A

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Escritos sesión cuando constantemente me pedía que eligiera primero qué jugar o el nombre que le iba a poner a la muñeca, para luego ella copiar la elección. También solía hacer patrones dobles, por ejemplo cuando dibujaba una casa, hacía dos (véase figura 1), cuando jugaba de restaurante, eran dos las clientas; estaba representando lo doble de la madre, pero también la unión simbiótica que había desarrollado con su hermana y transferencialmente, conmigo. En el juego también expresaba la desestructuración de su ambiente y por ende, de su Self. Rápidamente solía cambiar la dinámica de la sesión, cambiando una y otra vez la dinámica de juego; yo le señalaba que era confuso y aburrido que cambiara tanto de juego, porque nunca lográbamos armar una secuencia. Uno de sus “juegos” preferidos era el de la casita, pero nunca lograba desarrollar alguna trama sino que la ordenaba excesivamente, ocupando casi los 45 minutos de sesión. Representaba así el caos que había vivido en su casa al mismo tiempo que manifestaba la necesidad de una estructura y contención estables (Véase figura 2). Luego de meses de trabajo, Male seguía “matando el tiempo”, tendía a dejarme sola, a excluirme de sus dinámicas. El proceso empezó a tornarse confuso y frustrante; las sesiones parecían eternas y eran sumamente aburridas. He de confesar que llegue a sentirme muy frustrada. Ricardo Rodulfo (2009), indica que jugar incluye al otro de por sí… El primer paso no es encontrarse para jugar sino encontrarse en el jugar… Era evidente que esto no estaba sucediendo y me sentía “atorada” en el proceso. Hubo que hacer una reformulación en el plan de tratamiento, 19

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apelando más al vínculo porque era allí en donde estaba el “nudo”. En resonancia, le reflejé que me aburría en sesión y fue preciso incluirme en sus secuencias, pero con mucha violencia primaria. Cada vez que me “dejaba por un lado” yo la molestaba haciéndole un alegato que sugería un “aquí estoy”. Además, le propuse crear un juego que fuera de las dos; ella estuvo de acuerdo. Durante algunas sesiones trabajamos en nuestro tablero que era tipo “Serpientes y Escaleras”, al cual llamamos: “Un Lunes con Male y Marcela” (los lunes era cuando ella venía a sesión). Cada estación fue creada por las dos y representaba simbólicamente, un lugar en donde ella había mostrado tener cierta agencia, lugares que ella habitaba activamente. Por ejemplo, había un restaurante, una juguetería, la escuela, la tienda, el parque, entre otros. Luego de esto, empezó a poder nombrar las cosas desde su perspectiva y a la vez, esto le permitió vincularse. En el juego empezó a manifestar dinámicas distintas a las que tenía capturadas en casa. Por ejemplo, las muñecas crecieron y ya no necesitaron a una mamá, pudo representar el que al papá le pasan cosas en la cabeza que le complican el poder relacionarse, pero que no es a ella a quien le toca cuidarlo. Es decir, empezó a jugar su dinámica, ya no ha padecerla; hubo una integración entre la realidad interna y la externa, lo cual es tarea del juego. “Para dominar lo que está afuera es preciso hacer cosas, no sólo pensar o desear, y hacer cosas lleva tiempo. Jugar es hacer.” (Winnicott, 1980) Apunté a que, en lugar de que la niña llegara a sesión a representar la dinámica familiar, jugara, derribara torres que le permitieran apropiarse de la


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Figura 1

posibilidad de construir. Trasferencialmente se logró que Male registrara una presencia femenina diferente, con una función de maternaje presentado de distinta manera y una noticia que anuncia un cambio familiar permanente, lo que ha producido en la niña un alivio. El juego tuvo un papel protagónico durante el proceso de Male. Sus inhibiciones al jugar, me sirvieron para identificar y entender lo que le pasaba,

pero fue también a través del juego que la niña pudo empezar a crear una salida a su padecimiento. Esto le dio profundidad a mi perspectiva de lo que involucra el juego y le dio una importancia diferente. Ya no sólo es el medio por el cual los niños pueden comunicarse, veo ahora en el esquema de juego propuesto por Winnicott, una herramienta clínica útil tanto para identificar y entender patología, así como para guiar la dirección de la cura, aplicable no sólo en la

infancia, sino a lo largo de toda la vida, porque el juego está presente siempre. Además de una herramienta, el juego como una actividad lúdica para ir moldeando una posición subjetiva diferente, porque tiene la flexibilidad y sofisticación necesarias para estructurar subjetividades. “Y en la medida que el jugar organiza estas relaciones entre dos o más, crece su importancia como regulador (Rodulfo, R., 2009, L ÚD I C A 20 Lúdica, abril 2015, pg. 20


Escritos pág. 206).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Quisiera terminar con un párrafo de Realidad y Juego que de alguna manera, enfatiza y "aterriza” lo que sugiero:

Rodulfo, R. 2009: Trabajo de la lectura, lecturas de la violencia. Lo creativo­lo destructivo en el pensamiento de Winnicott. Buenos Aires, Paidós.

“Si entendemos que el jugar está presente durante toda la vida como indicador de “salud”, como algo que promueve la capacidad para crear y por ende promueve la subjetividad, amplié mis criterios de salud. Como parámetro para ver que tan desapropiado está un niño, que tan reactiva es su construcción. (que obedece siempre a un mandato) Todo lo que diga sobre el jugar de los niños también rige, en verdad, para los adultos, solo que el asunto se hace de más difícil descripción cuando el material del paciente aparece principalmente en términos de comunicación verbal. En mi opinión, debemos esperar que el jugar resulte tan evidente en los análisis de los adultos como en el caso de nuestro trabajo con chicos. Se manifiesta, por ejemplo, en la elección de palabras, en las inflexiones de la voz, y por cierto que en el sentido del humor (Winnicott, 1980).

Rodulfo, R. 2014: Seminarios Psicoanalíticos de Postgrado: Funciones del Jugar: otra vuelta de tuerca. Winnicott, D. 1980: Realidad y Juego. Buenos Aires, Gedisa

1 La hermana también asistía a terapia en la misma clínica con una terapeuta diferente.

Figura 2

"…jugar incluye al otro de por sí… El primer paso no es encontrarse para jugar sino encontrarse en el jugar…”

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Tiempos violentos. Vicisitudes del proceso de estructuración subjetiva a lo largo de la adolescencia El siguiente artículo explora las condiciones bajo las cuales se llevan a cabo los procesos adolescentes y las consecuencias que pueden tener como propiciadoras de salud o generadoras de patología. Se subraya la necesidad de establecer un diagnóstico diferencial a fin de evitar considerar patológicos algunos procesos que, aunque riesgosos, resultan saludables. ¿Qué les queda a los jóvenes…? ¿Sólo grafitti? ¿rock?¿escepticismo? También les queda no decir amén no dejar que les maten el amor recuperar el habla y la utopía situarse en una historia que es la suya no convertirse en viejos prematuros. Mario Benedetti La violencia plantea una relación en cierta forma paradojal con el proceso de escrituración subjetiva; es al mismo tiempo portadora de posibilidad y oportunidad de subjetivación, de humanización, y por consiguiente necesaria, y también abre las puertas de entrada a la patología psíquica. La violencia primaria es estructural, y estructurante y vehiculiza el ingreso al mundo humano estableciendo, a partir de la intersubjetividad, los elementos que le permitirán al niño abrirse paso en su camino de estructuración subjetiva. Violenta en el sentido de que tuerce o trastoca el derrotero de un cierto camino preestablecido por la naturaleza abriéndolo a la dimensión del acontecimiento psíquico.

Graciela Manrique

Pero, al mismo tiempo como lo expresa P. Aulagnier (1991) “sienta las bases para una autonomía del pensar que permite el acceso a un universo de significaciones compartidas entre sujetos que se consideran iguales”. Por el contrario, la violencia secundaria se ejerce contra el yo, contra su posibilidad de dar sentido propio a los sucesos de la existencia y representa por lo tanto un exceso perjudicial para su funcionamiento. Es así que la noción de violencia se halla íntimamente ligada a la supervivencia tanto material como psíquica del sujeto humano y, al mismo tiempo, conlleva el riesgo del exceso que atentaría contra esta supervivencia y su calidad. Otra paradoja de la violencia: se trata de una condición “necesaria para que la vida física y psíquica puedan alcanzar y preservar un nivel de autonomía por debajo del cual sólo se puede persistir a expensas de un estado de dependencia absoluta” 1. Hasta aquí consideramos la necesidad y eficacia de la violencia desde el punto de L ÚD I C A

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Escritos "La noción de violencia se halla íntimamente ligada a la supervivencia tanto material como psíquica del sujeto humano y, al mismo tiempo, conlleva el riesgo del exceso que atentaría contra esta supervivencia y su calidad.” vista intrapsíquico, dando por sentado el contexto intersubjetivo que el concepto supone y también lo referente a lo transubjetivo que estaría imbricado con la cultura, instancias todas que podrían ser consideradas como suplementarias en tanto franquean el paso hacia una complejización psíquica saludable. ¿Cómo articular en estas cuestiones de la violencia y la violencia secundaria, lo intrapsíquico con las relaciones interpersonales y aquello que la cultura impone, permite prescribe y proscribe? ¿Qué elementos considerar para que cada uno de estos ámbitos potencie la capacidad creadora de autonomía que la violencia primaria porta y a su vez neutralice su riesgo de secundarizarse generando dependencia, sufrimiento, en definitiva, muerte? Como lo plantea Mario Waserman (2011), es importante tener en cuenta la génesis de las conductas violentas y para ello hace falta considerar el tipo y grado de violencia al que los adolescentes actuales se encuentran expuestos. Tomaremos la violencia que aparece tanto en las actuaciones violentas que los adolescentes pueden producir en el afuera, como en la sintomatología que surge en ese momento, con una enorme carga de violencia interna. Este planteo se enriquece si pensamos los 23

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trabajos de la adolescencia desde la noción del adolescente como “segundo deambulador” 2 .La experiencia vivencial central de la adolescencia, experiencia que se desarrolla según una secuencia propia de cada sujeto inscribiendo así nuevas categorías simbólicas, es este segundo deambular que adquiere sus características específicas en la exploración. Y ¿qué es este deambular?, ¿en qué espacios se lleva a cabo? Más allá de la conquista de lugares en los que compartir con otros los propios procesos, también, mediante la apropiación subjetiva de lo extra­familiar como lugar de aposentamiento, se produce ese deambular, viajar y aventurarse hacia nuevas figuras de identificación, nuevos ideales; deambular que constituye por sí mismo una operación simbólica que permite al adolescente encontrar su posición en el mundo y construirse una vida propia. El adolescente emprende este viaje que le permitirá investir nuevos lugares de aposentamiento más allá de lo familiar. Reaparecen entonces tanto la temerosidad propia del momento de atravesamiento de las fobias universales 3 como la temeridad que conlleva la afirmación de sí mismo en el proceso de asunción del propio deseo. Tiempos violentos, entonces, tanto desde la actitud del adolescente como desde la posibilidad de que se produzcan alteraciones en ese secuenciar que violenten el proceso en curso. La violencia ejercida sobre esta experiencia subjetiva,


Escritos violencia social, institucional o familiar, es potencialmente portadora de patología y debe ser tenida en cuenta a los fines diagnósticos .No hablamos solamente de un diagnóstico psicopatológico, sino también de la consideración de la dimensión de sentido que es necesario descubrir en las diferentes “sintomatologías”, dificultades o producciones de los adolescentes a partir de lo cual podremos aquilatar si se trata de procesos saludables o psicopatológicos, y en este último caso, en cuánto comprometen los trabajos de escrituración que están llevándose a cabo.

veces como motivo inicial, es la cuestión de la elección vocacional al finalizar la escuela secundaria. Todas las vacilaciones en esta elección, o aún la seguridad extrema, podrían dar cuenta tanto de un ejercicio saludable de este proceso de deambular en el armado del proyecto identificatorio propio, como del surgimiento de algún obstáculo que impide al adolescente seguir adelante. Es oportuno, entonces, pensar cuáles son las condiciones bajo las que se esta realizando el proceso y de qué manera, el adolescente, su familia, el medio social más cercano y el medio cultural, están incidiendo en él.

La adolescencia no puede vivirse sin riesgo. En el caso del deambulador los riesgos deberían estar cubiertos por el cuidado de los padres, que son quienes los prevén y los que están allí para evitarlos. En el caso del adolescente, esta función de los padres queda, de alguna manera, acotada dado que la cuota de independencia relativa necesaria para que se desarrollen los trabajos propios de este momento requiere que sea el mismo adolescente quien, cada vez más, toma esta función a su cargo.

Los padres de un muchacho de 16 años que había concluido su análisis unos años antes, reconsultaron preocupados porque, habiendo sido hasta entonces un alumno ejemplar, al promediar su tercer año de escuela secundaria su hijo se llevaba casi todas las materias, en una escuela muy exigente, donde no se le permitiría rematricularse en caso de quedar con alguna materia previa.

Tomaré algunas de las vicisitudes de esta deambulación adolescente para poner de relieve diferentes modos en que la violencia ejercida desde distintos ámbitos genera obstáculos e impasses en el proceso adolescente. Algo que muy comúnmente está presente en las consultas de los adolescentes, a

Francisco era hijo único y había sido siempre muy sobreestimulado, sobreprotegido y admirado por sus padres en todos sus logros. Se trataba de un muchacho muy capaz que había desplegado su conflictiva adolescente en el ámbito del rendimiento escolar. Su manera de desmarcarse de los ideales de los padres, puestos sobre todo en los resultados y en la excelencia, era no hacer caso a esto. El trabajo con él se centró, en

"¿Cómo articular en estas cuestiones de la violencia y la violencia secundaria, lo intrapsíquico con las relaciones interpersonales y aquello que la cultura impone, permite prescribe y proscribe? ” L ÚD I C A

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Escritos ese momento, en acompañarlo en esa desmarcación que hacía respecto de los ideales familiares, facilitando su deambular por nuevas actitudes respecto de la apropiación de su capacidad de manera tal que, en esa desmarcación, no perdiera algo para él muy valioso: su grupo de amigos, que eran a su vez sus compañeros de ruta en ese viaje de desinterés por los resultados. Insisto, por los resultados y no por el aprendizaje. En casi todas las materias no alcanzaba la promoción sobre todo porque no cumplía con los trabajos prácticos o los plazos para

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estudiar o entregar lo que se le encomendaba, pero en aquellas que a él le interesaban, todas relacionadas con lo humanístico y el arte, leía e investigaba por su cuenta quitándole espacio a los escasos ratos que se dejaba para estudiar lo estipulado por sus profesores, ya que tenía una importante vida social con su grupo de amigos. Ni su inteligencia, ni sus procesos de pensamiento y mucho menos su curiosidad estaban comprometidos en este proceso. No cabe duda, entonces, de que si bien su deambular de ese momento lo exponía a perder el año escolar también implicaba el atravesamiento de un momento productivo

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Escritos para su constitución subjetiva, ya que, durante su infancia había sido extremadamente sumiso y sobreexigente y había presentado dificultades sociales como resultado de procesos de inhibición fóbica. Trabajamos durante casi un año (cabe aclarar que aprobó todas sus materias entre diciembre y marzo) y evalué que era momento para un alta que se concretó luego de un considerable trabajo con los padres quienes temían que aparecieran nuevos problemas y además estaban muy asustados por el comienzo de su vida sexual y porque salía mucho y estaba poco en su casa. Insistí, sin embargo, en el alta justamente para evitar psicopatologizar un proceso saludable que estaba en curso. Dos años después, con 19 años, este muchacho me volvió a consultar, pero ahora por propia voluntad. Estaba comenzando su CBC 4 y le preocupaba su sensación de haber elegido la carrera “por descarte”, según sus palabras. Finalizado nuestro primer encuentro, recibí un llamado de su madre preocupada porque estaba convencida de que su hijo era un adicto ya que había descubierto que consumía marihuana. Muy angustiada, me comentó que en el curso de ese último año ella había consultado en varias instituciones y había asistido a cursos para informarse acerca de la drogadicción. Conocía acerca de la incursión de este muchacho en el uso de marihuana, ya que esto se había presentado en el último tramo de su tratamiento anterior, pero claramente como una de sus “investigaciones” de deambulador, con la temeridad propia de ese momento de la vida pero sin riesgos de una adicción tanto

por su modalidad de acercamiento y el lugar que esto ocupaba en su vida, como por la frecuencia y el modo en que consumía. En sus sesiones Francisco, además del tema vocacional, comenzó a desplegar una serie de cuestiones referentes a la sexualidad y a su lugar masculino y, en todo momento, aparecía su temor a tomar decisiones equivocadas. Su verdadero interés estaba en el cine y desde su familia esta opción era desalentada por “poco segura” o “de poco futuro”. Luego de mucho cavilar él había comenzado el CBC en ciencias políticas dado su interés por la historia y los procesos históricos y por su necesidad de elegir alguna carrera con cierta salida laboral. El problema era que esto no lo entusiasmaba y, nuevamente, como en el secundario, desplegaba todo su interés respecto al cine y las actividades creativas, restando tiempo y libido a su CBC. Comenzó a aparecer un nuevo motivo de preocupación: el temor a “desperdiciar su verdadera capacidad”. No es necesario ahondar más a fin de reflexionar sobre lo que estábamos considerando. Primera cuestión a los fines diagnósticos: este muchacho tiene muy clara su elección vocacional y sus rodeos e inseguridad se apoyan en la falta de confianza de sus padres en su proceso de elección. Además se agrega el mensaje de que innovar o investigar por caminos que ellos no han recorrido entraña un enorme peligro y que él es incapaz de darse cuenta de aquello que es bueno para él. Es aquí donde comienzan los riesgos, ya que siendo éste el momento de construir su porvenir, Francisco se encuentra con una serie de fantasmas que no son en realidad los suyos sino los de sus padres. L ÚD I C A

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Escritos ¿No es acaso violentarlo tratarlo como un adicto cuando nada en su comportamiento ni en sus hábitos permiten sostener esa afirmación? También es violentarlo transmitirle que solamente en una carrera tradicional él va a lograr desarrollar toda su capacidad y que va a desperdiciarla en caso de que elija otra cosa. Hay en estos padres una cierta dificultad en lo que, en sentido amplio, podríamos considerar el equivalente al cuerpo imaginado del bebé. Se lo considera completo, independiente y sexuado en tanto respete casi a pie juntillas lo preestablecido por ellos y se teme como peligrosa cualquier otra “incursión identificatoria” que este muchacho ensaye. Entran aquí en juego también las nociones de contrato y pacto narcisista (Aulagnier,1991; Kaes,1993) y con ellas todo lo referente al campo de los ideales, ideales que necesariamente deberán ser remodelizados en la adolescencia a los fines de que se opere una definitiva apropiación subjetiva de los mismos. Para preservarse en este momento de profundos cambios, el adolescente necesita ser reconocido narcisísticamente tanto en sus transformaciones como en lo que en él permanece. Volviendo ahora a la experiencia del deambular adolescente, si los caminos a recorrer por este segundo deambulador están estrechados desde lo cultural y mediante el control que sobre ellos se ejerce desde las funciones, los fallos en la deambulación generarán síntomas que obturan el proceso que debería colocar al adolescente en el lugar de único signatario de su historia. En este caso en particular esta violencia 27

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secundaria ejercida sobre Francisco lentifica y dificulta su proyecto y oscurece su posibilidad de imaginarse un porvenir. En otros podría generar la aparición de actuaciones importantes, o el abandono del estudio, o una elección “sobreadaptada” de una carrera de la cual no pueda apropiarse, etc. Desde diferentes ámbitos se está ejerciendo sobre los distintos espacios subjetivos una violencia secundaria que atenta contra las posibilidades del yo. Desde lo institucional, por ejemplo, habría que considerar qué tan violento puede ser para un adolescente cuyo proceso no está todavía lo suficientemente avanzado, verse obligado a hacer una elección de carrera prematuramente. Si bien algo de esto está respetado en ciertos criterios del CBC, ya que algunas ramas de las ciencias tienen materias comunes que permiten el pasaje de una a otra sin demasiados inconvenientes, también es cierto que embarcarse en una elección cuando no se está preparado para ello es seguramente uno de los elementos que pesan en los CBC prolongados a los que estamos acostumbrados. Las estadísticas muestran que el porcentaje de los que lo completan en un año es menor respecto del que corresponde a aquellos que logran terminarlo en el tiempo estipulado. La mayoría tarda tres cuatrimestres y muchos dos años en comenzar la carrera finalmente elegida. En esto también tenemos que tener en cuenta todo lo que implica para el adolescente la amenaza de pérdida de su grupo de pertenencia, pérdida digo, en tanto no se comparten actividades, sin la posibilidad de armado de algún grupo de reemplazo a corto plazo. Como sabemos


Escritos "La violencia ejercida sobre esta experiencia subjetiva, violencia social, institucional o familiar, es potencialmente portadora de patología y debe ser tenida en cuenta a los fines diagnósticos.” la cantidad de alumnos y las materias compartidas por varias carreras hacen que, en cada una de ellas, los grupos sean muy diversos y es realmente todo un trabajo para los adolescentes lograr un mínimo grupo de conocidos a lo largo del CBC. En cuanto al factor de violencia social del que habla Mario Waserman (2012), debemos considerar la importancia tanto de lo cultural como de lo económico. Los ideales consumistas de la sociedad neoliberal en donde el éxito, y el éxito económico en especial, tienen un papel preponderante inciden también en el paciente ya que, de alguna manera intenta desmarcarse de esto y percibe, a través de sus padres, negros augurios en cuanto a su porvenir. Aquí hay otro punto a subrayar. Lo social o el entorno ampliado adquiere una mayor importancia en la adolescencia ya que lo extrafamiliar se encuentra especialmente catectizado.

Convengamos, también, que esa presencia de lo extrafamiliar permite la aparición de figuras de identificación, que amplían la oferta identificatoria al alcance del adolescente en este momento de su vida: espectáculos, artistas, grupos de rock, cada uno de ellos mostrando ideales establecidos por y para adolescentes mediante una forma de comunicación que les es propia. Lo grupal merece en la adolescencia una consideración especial, ya que se constituirá en su espejo privilegiado, siendo por esto la consideración de su grupo de pertenencia un elemento especialmente significativo para nosotros en la tarea diagnóstica. Y no sólo las características del grupo sino también el modo de inclusión del adolescente en cuestión. ¿Se incluye como héroe o antihéroe? ¿Es capaz realmente de pertenecer, abonando así la posibilidad de inscripción del “nosotros” esencial en ese momento de la vida o, por sus propias dificultades sólo

participa en categoría de excluido? En otros términos, ¿el saldo en su modo de inclusión al grupo resulta saludable o recorta sus posibilidades de subjetivarse a través de ese proceso? Es posible encontrar adolescentes con un sometimiento casi masoquista a un grupo ofreciéndose constantemente a ser rechazados o provocando este rechazo como única forma de inscribir así una diferencia, lo cual suele tener graves consecuencias en todo su deambular adolescente. Recuerdo un paciente de 17 años que presentaba dificultades en el establecimiento de este “nosotros” con un trasfondo bastante paranoide. Tomaba todas las insignias y modalidades punk, según decía porque le gustaba ver cómo, de esa manera, los demás lo imaginaban malo, y se incluía en los grupos justamente para no participar y poder así demostrar que él era L ÚD I C A 28 Lúdica, abril 2015, pg. 28


Escritos

"Spundlily"

diferente y no necesitaba de nadie. Como es esperable, esto provocaba el rechazo de los demás y, a mayor rechazo él mostraba mayor indiferencia y agresión cerrándose así ese círculo paranoide creado por él. En otros casos, como el que estábamos viendo, el grupo devuelve una imagen valorizada a quien pertenece a él permitiéndole apropiarse de sus potencialidades que son valoradas en ese “nosotros”. También allí hay sometimiento a ciertas cuestiones, como lo hubo en la infancia a ciertas imposiciones familiares, pero dicho sometimiento no recorta subjetividad sino que abre paso a su 29

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apropiación. Conviene aquí ahondar un poco más respecto del sometimiento y sus causas. Ricardo Rodulfo (2004, 2012) explora de manera muy clínica esa dolorosa decepción típicamente adolescente que siempre estuvo incluida en el concepto de los duelos de la adolescencia. Se pregunta cuál es la desilusión, qué es lo perdido que tanto dolor causa. Articula esta desilusión con el devenir del “deseo de ser grande”, deseo que impulsa los movimientos subjetivantes a lo largo de una infancia saludable y que está sustentado en la suposición de que el grande es grandioso y gran parte del “sacrifico” de su propio


Escritos potencial que el niño hace ante el adulto sometiéndose a él, se apoya en la esperanza de alcanzar esa posición deseada en un futuro. Queda así en claro el aporte narcisístico que ese sometimiento produce, además de lo que libidinalmente garantiza en cuanto a la conservación del amor del objeto. Pero, llegada la adolescencia, se produce una depreciación de ese adulto que, a los ojos del adolescente, deja de ser grandioso; debe dejar de serlo. Entonces el adolescente llega a la conclusión de que ha sido engañado: no hay una tal grandiosidad en la adultez. Esta es la vivencia que está por debajo de esa decepción y en la necesidad de apoyo en el grupo. Al vivenciar ese “nosotros”, el adolescente, como paso intermedio en esa elaboración, traslada al grupo, el mismo sometimiento que antes tuvo con los padres.

En el caso de este paciente punk antes citado, él había estado sometido por la violencia del padre que, por sus dificultades de aprendizaje lo había denigrado y maltratado, aún físicamente, a lo largo de toda su infancia imponiéndose como modelo de perfección al cual seguir. De allí la violencia que se despliega en la crisis adolescente de este muchacho, violencia que producía terribles consecuencias en la posibilidad de avanzar en un proyecto identificatorio del cual pudiera genuinamente apropiarse. Teniendo en cuenta esta decepción de la que hablábamos, es dable pensar que, en la medida en que cierta corrupción alcance a las instituciones dejando éstas de ser protectoras o continentes, esa ilusión de grandeza puesta en el mundo adulto caerá de manera más estrepitosa facilitando los ataques concretos y los desbordes que vemos que

muchas veces producen los adolescentes en los distintos estratos sociales. Tomemos por ejemplo los destrozos y desbordes en los viajes de egresados. Allí podemos considerar dos aspectos: uno que es el del ritual o rito de iniciación, y el otro que apunta a subrayar la violencia de este rito. Este nuevo pasaje por el espejo que debe hacer el adolescente conlleva una necesidad de ceremonial propia de este momento de escrituración. Este ceremonial ha existido a lo largo de las generaciones y de manera diferente en las distintas civilizaciones y siempre ha aportado el acompañamiento social de esa iniciación de la vida adulta. En la actualidad parece haberse desdibujado desde la propuesta social o familiar y, sin embargo los adolescentes lo recuperan. Algunas de esas formas de recuperación son las fiestas y los viajes de egresados y las vueltas olímpicas. En

"Se requiere del ejercicio de cierta violencia (agresividad) para restablecer el equilibrio que ha sido, a su vez, violentado por la aparición de la pubertad y sus exigencias de trabajo de manera tal que el adolescente pueda 'situarse en una historia que es la suya sin transformarse en viejo prematuro'.” L ÚD I C A

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Escritos todos ellos, muchas veces, alguna parte del grupo produce una actuación violenta. ¿No será porque, y ahora retomo algo del factor social de la violencia, en su afán de generar consumidores, la sociedad ha reglamentado del tal forma estos rituales que finalmente acabó por expropiárselos a los adolescentes? Es allí, donde ahora está todo reglamentado, uniformado (agencias de viajes que organizan la actividad de lo egresados, “boliches” que tienen previstos los ritmos y rituales de las fiestas) en donde, sintomáticamente, surge esa violencia descontrolada. En los últimos años he podido comprobar que muchos adolescentes, se resisten al viaje de egresados planificado por las agencias de turismo y producidos en serie. En pequeños grupos diseñan su propio viaje en el que el rito de iniciación está puesto en el armado del viaje “más allá” de los

adultos, con su anuencia pero sin su presencia. Aun cuando en estos casos la fantasía que acompaña al viaje es, como ellos mismos lo dicen, el “descontrol”, en general no se producen actuaciones violentas, y por lo que puede verse en sus relatos en el consultorio, tampoco se dan con tanta frecuencia conductas de riesgo. Se requiere del ejercicio de cierta violencia (agresividad) para restablecer el equilibrio que ha sido, a su vez, violentado por la aparición de la pubertad y sus exigencias de trabajo de manera tal que el adolescente pueda “situarse en una historia que es la suya sin transformarse en viejo prematuro”. Todo lo anterior intenta dejar abierta una reflexión que permita reconsiderar las condiciones actuales de atravesamiento de los trabajos adolescentes y la incidencia

"Rave by techbehr" de Creative Commons

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Escritos "Si lo político se acaba, cae el sujeto barrado, por lo tanto el sujeto del inconsciente desaparece, porque como sabemos, el sujeto es siempre político –pertenece a la polis­, y seguramente es acá donde las relaciones que han aparecido entre psicoanálisis y feminismo, tan vilipendiado por algunos y algunas, logra tener también su lugar.” de una cierta violencia secundaria que es productora de síntomas. Mantener abierta esta reflexión, es, sin duda, una importante función en nuestra tarea analítica ya que nos previene de patologizar procesos saludables y necesarios en la escrituración subjetiva. 1 Aul agnier, Piera. Op. cit. Pág.34 2 Ver Rodulfo, Ricardo. “El psicoanálisis de nuevo”. Editorial Eudeba. 2004 3 Concepto acuñado por Ricardo Rodulfo en el que se explicita cómo el deambulador desarrolla la fobia a lo extraño en el seno de lo familiar como forma de inscribir la categoría de alteridad. Pasaje a través del espejo que da como resultado la posibilidad de sentirse otro respecto de la madre.

REFERENECIAS BIBLIOGRÁFICAS Aulagnier, P. (1991). La violencia de la interpretación. Amorrortu Editores, Bs. As. Kaes, R. (1993). El grupo y el sujeto del grupo. Amorrortu Editores, Bs. As. Rodulfo, R. (2004). El psicoanálisis de nuevo. Editorial Eudeba, Bs. As. Rodulfo, R. (2012). Padres e hijos. Ediorial Paidós, Bs. As. Waserman, M. (2011). Condenados a explorar. Editorial Noveduc, Bs. As.

4 Sigla de Ciclo Básico Común: curso preuniversitario que en la Argentina debe ser aprobado para ingresar a la Universidad Pública.

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Expresiones

Atrapasueños

Anaí Martínez­ Mont

Como inspiración para esta serie de pinturas tomé prestada aquella creencia en cual las madres de algunas tribus norteamericanas tejían a mano con amor redes que asemejaban telarañas. Las colocaban sobre las cunas de sus hijos como protección, dejando pasar solamente los sueños bellos y atrapando las pesadillas, las cuales se quemaban con el primer rayo de sol. En esta serie cada atrapasueños tiene su propia forma y color, cualidades que los hacen tan únicos como el sueño que protegen.

"Coordenadas con amor"

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"Donde el sueño es real"


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"El camino a casa"

"La estrella Polar del Norte"

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Expresiones

"La llamada"

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"La rosa naútica de los sueños"


Expresiones

"Los tres recuerdos"

"Nacer dos veces en marzo"

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Expresiones

"Pajarillo en la ventana"

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"Quemar las naves"


Expresiones

"Su guitarra"

"Transición" L ÚD I C A

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Expresiones

"Transportes a mundos lejanos"

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Expresiones

"Vuelo libre"

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Conceptos

Cuerpo

"unnamed body sculpture 4 bye onformative studio" de Creative Commons

El cuerpo ha sido protagonista en psicoanálisis desde que Freud le otorga el rol de intérprete de la actividad inconsciente. De esta manera no podríamos oponer, la tradicional dualidad, psiquismo­cuerpo. En los últimos años, hemos presenciado un retorno del “cuerpo” como eje central en la clínica psicoanalítica, valdría la pena cuestionar de dónde viene esa necesidad de renombrarlo en el campo del psicoanálisis. Quizás, hemos sido llamados a recuperar la oposición al dualismo y a repensar cómo se inscribe psíquicamente el cuerpo. El cuerpo de la clínica freudiana era uno portador de diversos conflictos… Recordemos el énfasis que Freud le dio a la conversión en el cuerpo de la histérica: “proceso en el que la energía libidinal desprendida es «[...] transpuesta a lo corporal» (Laplanche y Pontalis). Esta interpretación económica de la conversión es inseparable, en Freud, de una concepción simbólica; en los síntomas corporales, «hablan» las representaciones reprimidas (Laplanche y Pontalis). Lacan ampliará la noción de cuerpo real, simbólico, cuerpo de los significantes y objeto a. Lacan argumentaba que algunos de los significantes de las primeras inmersiones en el lenguaje del niño se inscriben en la memoria psíquica, otros se graban en el cuerpo. “Por eso se ha podido decir que el cuerpo era una libra de carne en la que se inscribían los significantes de la demanda y, por lo tanto, del deseo del Otro”. Actualmente nos interesa realizar una invitación a repensar el rol del cuerpo en la clínica psicoanalítica, ¿es un portador de conflictos de índole inconsciente? El clínico se enfrenta constantemente a esto y más: a la dificultad de representar un organismo que devenga en cuerpo. Somos cómplices de cuerpos frágiles al borde del colapso, no solamente el tradicional habitado por síntomas. ¿Cómo se pasa de organismo a cuerpo? “el organismo se convierte en cuerpo simbólico 41

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Conceptos por el intercambio entre el sujeto y el Otro que no se limita al tocar o a las sensaciones sino que abarca el intercambio de palabras o de significantes” (Clotilde Pascual). Diría Lacan: “El hombre está capturado por la imagen de su cuerpo y este cuerpo adquiere su peso por la vía de la mirada”. Agregaríamos que un organismo podría devenir en cuerpo no sólo a través de la mirada y significación del Otro sino a través del contacto más primario, preámbulo de la edificación del yo (Didier Anzieu insistirá en el contacto cutáneo entre madre e infans como la piedra angular de un psiquismo sano). Winnicott acuña el término tan en sintonía con este contacto de cuidados primarios, básico pero firme: “handling”. Así, el cuerpo cobra vida a través de la violencia primaria maternal que toca y significa ese cuerpo. La madre será portavoz del origen de su cuerpo y de su inscripción en la cultura y demás esferas del mundo que habitará. “Así como no hay cuerpo sin sombra, no hay cuerpo psíquico sin esa historia que es su sombra hablada. Sombra protectora o amenazante, benéfica o maléfica, que protege de una luz demasiado cruda o que anuncia la tormenta: pero, en todos los casos, sombra indispensable, pues su pérdida entrañaría la de la vida en todas su formas...”. (P.Aulagnier : “Nacimiento de un cuerpo , origen de una historia” 1986 .) Por lo tanto, el cuerpo, a la vez de ser contenedor de representaciones y huellas mnémicas (originarias, preverbales, prepsíquicas, figurales y verbales) (C. Botella; P. Marty) es productor de contenidos a ser metabolizados en esta relación de lo que Winnicott llamaría psiquesoma y en la cual se verían incluídos los procesos terciarios (R. Zukerfeld) el vínculo con el Otro como función cometabolizadora entre cuerpo y psique. Es así, como los tres participantes sostienen un papel activo en esta relación multidireccional en la que todos cumplen una función "producto­productor". REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aulagnier, P.: “Nacimiento de un cuerpo, origen de una historia” (1986) en Cuerpo, historia, interpretación. Editorial Paidós: Buenos Aires. 1991. Botella, C. (2006). Sobre el trabajo de figurabilidad. Notas de introducción a conferencia. Chemama, R. y Vandermersch, B. (2004) Diccionario del Psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu. Laplanche, J. y Pontalis, J.B. (2004) Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. http://www.accep.org/cuerpo­psicoanlisis.htm#p4 Marty, P. (1990). La Psicosomática del Adulto. Editorial Amorrortu: Buenos Aires. Winnicott, D. (1949). La mente y su relación con el psiquesoma. Zukerfeld,R. y Zonis Zukerfeld,R. (2005) Procesos Terciarios:de la Vulnerabilidad a la Resilencia. Editorial Lugar: Buenos Aires. L ÚD I C A

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En la librera

"Sobre Neuronas y Sueños: Alquimia Freudiana en el Proyecto de una Psicología Científica" de Sigmund Freuda Ánalisis de Cleber Lizardo de Assis “El sapo salta no por hacerse el lindo sino por precisión”. Guimarães Rosa, Sagarana Antes que nada no pretendo discutir como científico: confieso antes por humildad o cobardía, o simplemente por saber que cualquier discurso con pretensión dotado de seguridad racional, tendrá sus huecos insuperables. Sin escudriñar el Proyecto, evoco un estilo más caricatural, no tan académico y quizás más poético. Fueron seleccionados así, algunos datos por “asociación libre”: Hablar en alquimia nos remite aquellas creencias y prácticas antiguas que buscaban mezclar metales inferiores y transmutarlos en oro, para fundir también elementos de diversos campos del saber (astrología, química, física, arte, metalurgia, medicina, misticismo y religión). Eran los alquímicos que buscaban la cura de todos los males, la panacea, el elixir de la inmortalidad. ¿Y que fue lo que buscó Freud? 43

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En la librera Otro dato: Utilizamos la etimología del término proyecto, que viene del latín “projectu”, participio pasado del verbo “projecere”, y cuyo significado es: lanzar para adelante…Parece entonces que Freud, proyectaba expectativas, descubrimientos, explicaciones hacia una ciencia de la psique. Ahora sobre ciencia, podríamos hablar de aquel conocimiento racional, testado empíricamente, basado en lógica y verdades generales, como también en las divisiones entre ciencia pura (dimensión teórica) y ciencia práctica (aplicada a nuestras necesidades), exactas o humanas etc; pero, ¿de qué ciencia hablaba Freud? Probablemente de esa positiva, con datos enunciados teóricamente y confirmados empíricamente, con alcance universal, basado en el modelo de las ciencias naturales, particularmente la neurología. Y sobre la psicología en Freud, nada más natural que su modelo de ciencia, forjado en los cursos medicina neurológica, de psiquiatría con el biólogo Miner, de fisiología de Ernst Brück. Pero, ¿qué podríamos decir sobre sueños?, por lo menos en la obra Interpretación de los Sueños, Freud habla de éstos como realización de deseo y presenta los mecanismos que los preside. Pero, ¿qué hacemos con todos esos fragmentos? Intentamos asociar el religar, religare, la misma palabra para religión: Freud inicia el Proyecto hablando de neuronas y cantidad, su discurso es fuertemente neurofisicalista, científico aunque confuso para un laico en tales materias como yo; pero al final de la obra Freud discute sobre sueños; claro que las neuronas están relacionadas a tantos procesos fisiológicos y psicológicos y en ese caso, un intento de combinación de dos categorías. No es una coincidencia que inicie la parte general del Proyecto hablando de neuronas y cantidades y termina con sueños. Luego en obras futuras, Freud postulará conceptos como representación y afectos. El Psicoanálisis no perdona el acaso, dice la aforisma. Freud parte de conceptos objetivos, racionales, pero luego va proyectando, transportando, transmutando esos propios conceptos hasta generar otros nuevos, de otro orden, menos captables por el concepto objetivo y positivo, más fluidos y subjetivos: la alquimia freudiana de los conceptos se proyecta en el Proyecto. La intención del autor, de una ciencia psicológica positiva también se transmuta bajo la forma de intuiciones casi míticas en nombre de una metapsicología; el discurso ortodoxo se transforma en episteme heterodoxa; la búsqueda de cura de los males humanos apunta más a esos ‘males’ que los habitan y son su condición de existir; el lugar seguro de la explicación conceptual da lugar a un a­topos, como un desamparo frente al fenómeno. Aunque se intente explicar el funcionamiento psíquico a partir de localizaciones, Freud denuncia un sin lugar en sí, una cisión entre objetivo y deseo, razón y pulsión, ciencia positivante y metalenguaje, y un salto heurístico, casi una “patada” abre espacio para la creación. Freud abandona la obra, ¿cómo tratar en moldes científicos algo que L ÚD I C A

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En la librera extrapola la propia ciencia? Solamente más tarde, será editado el esbozo. Entonces un dilema de lógica: ¿es posible crear algo que no se puede cargar? Si esa cuestión era aplicada a Dios, cuanto más al hombre Freud: ¿qué hacer ahora con la ‘ciencia creadas’? O más bien, ¿qué hacer con lo que esa ciencia ha descubierto? Podríamos decir que toda la historia del psicoanálisis intenta ser capaz de dar respuesta y no es sino más que un intento para comprender y no explicar la condición humana.

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En el taller

Te invitamos a participar en los siguientes eventos académicos: "El juego de papá y mamá: construyendo funciones contemporáneas" Presencial impartido por Revista Lúdica en Libreria Sophos Fontabella Guatemala, Guatemala miércoles 29 de abril contacto: info@revistaludica.com *cupo limitado

"Taller clínico de psicoterapia y psicoanálisis de niños" Presencial impartido por Susana Bidolsky, Instituto Universitario de Salud Mental (APdeBA) Buenos Aires, Argentina viernes del 10 de abril a 21 de noviembre contacto: ipa@ipa.org.uk

"Estudio cronológico de la obra de Sigmund Freud" Presencial impartido por Sociedad Argentina de Psicoanálisis lunes a partir de 30 de marzo contacto: secretaria@sapsicoanalisis.org.ar

"Consecuencias de la última enseñanza de Lacan" Virtual impartido por Comunidad Russell Buenos Aires, Argentina segundo martes del mes a partir del 14 de abril contacto: www.comunidadrussell.com

"Psicoanálisis con parejas y familias. Perspectivas alrededor del mundo. Primer congreso internacional IPA­FEPAL" Presencial impartido por 9, 10 y 11 de abril contacto: ipa@ipa.org.uk "Human trafficking in the United States" Virtual impartido por Susana Bidolsky, Instituto Universitario de Salud Mental (APdeBA) Buenos Aires, Argentina 10 de abril contacto: healthcareagainsttrafficking.com

"Taller amores del Siglo XXI" Presencial impartido por Rafael Manrique, Asociación Psicoanalítica Mexicana A.C. México DF, México 17 y 18 de abril contacto: www.ipa.org.uk "Terapia de juego y creación en arena" Presencial impartido por Leslie Sechel Vega en Universidad Rafael Landívar, Guatemala, Guatemala sábados del 25 de abril al 30 de mayo contacto: cursoslibres@url.edu.gt * cupo limitado

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En el taller "Heritage of a Psychoanalytic MindI" Presencial impartido por Canadian Psychoanalytic Society/Société canadienne de psychanalyse, Toronto, Canada 7 a 10 de mayo contacto: www.ferencziconference.com

"Clínica de la urgencia" Virtual impartido por Inés Sotelo disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default. asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html

"Clínica Psicosomática II" Presencial impartido por Liza M. Zachrisson en Universidad Rafael Landívar, Guatemala, Guatemala miércoles del 13 de mayo a 1 de julio contacto: cursoslibres@url.edu.gt

"Clínica psicoanalítica con niños" Virtual impartido por Mónica Patricia Larrahondo y Silvia Roxana Jacobo disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default. asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html

"IPA 49th Congress: Changing World. The shape and use of psychoanalytical tools today" Presencial impartido por Asociación Psicoanalítica Internacional en WTC Boston, IUSA 22 a 25 de julio contacto: www.ipa.org.uk "Acerca de las psicosis" Virtual impartido por Edit Beatriz Tendlarz y ICdeBA disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default. asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "Adicciones. Una mirada clínica" Virtual impartido por David Warjach disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default. asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html 47

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"Curso de introducción al psicoanálisis" Virtual impartido por Eugenia Fridman disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default. asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "De cómo los niños se hicieron (tardíamente) "sujetos analizables" (y lo que costó...)" Virtual impartido por Daniel Ripesi disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default. asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "El juego patológico y sus efectos en la subjetividad" Virtual impartido por Mariela Coletti, Alejandra Breglia y ICdeBA


En el taller disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default .asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "El analista como objeto de uso en la obra de D.W.Winnicott" Virtual impartido por Julieta M. Bareiro disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default .asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "El psicoanálisis ante el enfermo de cáncer. Abordaje teórico­clínico" Virtual impartido por Eugenia Fridman disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default .asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "Introducción a Derrida" Virtual impartido por Mónica B. Cragnolini disponible todo el año contacto: http://www.comunidadrussell.com/default .asp?contenidos/Listado­de­cursos­ ofrecidos.html "Al borde del borde: vicisitudes de la separación y de la pérdida" Virtual impartido por Marisa Punta Rodulfo contacto: http://rodulfos.com/seminarios­ 2015/ "La diversidad reprimida en la noción de "adulto". Ejes no psicopatológicos de su patología" Virtual impartido por Ricardo Rodulfo contacto: http://rodulfos.com/seminarios­ 2015/

"Repensando una psicopatología de la infancia, niñez y adolescencia" Virtual impartido por Marisa Punta Rodulfo contacto: http://rodulfos.com/seminarios­ psicoanaliticos­online/ "Funciones del jugar: otra vuelta de tuerca" Virtual impartido por Ricardo Rodulfo contacto: http://rodulfos.com/seminarios­ psicoanaliticos­online/ "Cuestiones cruciales para el psicoanálisis" Presencial impartido por Nel Medellín Primer, tercer y cuarto sábado del mes contacto: http://nel­ medellin.org/actividades/seminario­ cuestiones­cruciales­para­el­psicoanalisis/ "Conceptos introductorios a la clínica de orientación lacaniana" Presencial impartido por Nel Guatemala Jueves quincenalmente contacto: info@nelguatemala.org

www.revistaludica.com info@revistaludica.com Revista Lúdica RevistaLudica

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Sobre autores Cleber Lizardo de Assis Psicólogo. Psicanalista. Mestre em Psicologia pela PUCMG; Doutorando em Psicologia pela Universidad Del Salvador, Buenos Aires; Docente da UNESC­RO. Autor dos livros “A Clínica e o Sagrado”, “Culpa e Desculpa” dentre outros; Editor do Periódico Cenas (cenasdecadadia.blogspot.com.br). kebelassis@yahoo.com.br

Graciela Manrique Licenciada en Psicología de la Universidad Católica Argentina. Miembro de la Fundación de Estudios Clínicos en Psicoanálisis. Jefa de Trabajos Prácticos de la asignatura Psicopatología Infantojuvenil de la Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Coordinadora Docente del Programa Interdisciplinario de Actualización en Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Colaboradora Docente de los Seminarios: “Las producciones del Niño: Jugar y dibujar” y “Los trabajos simbólicos de la Adolescencia”, pertenecientes al Programa Interdisciplinario de Actualización en Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Participó en las siguientes publicaciones: "Diarios Clínicos": Revista de Psicoanálisis con Niños y Adolescentes; Postdata. Revista de Psicoanálisis. Revista Fundación Facultad de Medicina. gramanrique@yahoo.com

Anaí Martínez­Mont Guatemala, 1975. Desde muy joven inició su trayectoria haciendo pruebas con materiales de manera autodidacta. Mas tarde, estudió con maestros de la plástica guatemalteca. Su obra es matérica abstracta. Se considera una artista experimental. Desde 1997 hasta la fecha ha enseñado técnicas experimentales y de dibujo a niños y adultos e impartido talleres de creatividad para niños y jóvenes en el interior del país. Ha presentado 6 exposiciones individuales y participado en más de 20 colectivas. Su obra se encuentra en galerías de arte guatemaltecas y en colecciones privadas en Guatemala y Estados Unidos. www.behance.net/Anaimartinezmont anai.75@gmail.com

Daniela Moreno Licenciada en Psicología Clínica egresada de la Universidad Francisco Marroquín, Guatemala, donde ha sido auxiliar de cátedra. Es instructora Certificada en Masaje 49

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Sobre autores Infantil por la IAIM (2014) y miembro activo de la Asociación de Masaje Infantil en Guatemala. Actualmente ejerce en Muévete y Crece, Guatemala, un centro interdisciplinario de psicología y psicomotricidad. Es orientadora y maestra en Colegio Altamira, Guatemala. Ha publicado en revista "Mis Hijos & Yo" y "Revista Lúdica". dmoreno@mueveteycrece.com

Daniela Alejandra Muiña Licenciada en Psicología egresada de Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina. Especialista en Política y Gestión de la Salud Mental. Especialista en Prevención y Asistencia Psicológica en Infancia y Niñez. Egresada del Programa de Actualización en Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes de la facultad de psicología de la UBA. Doctoranda en Psicología; USAL. Seminarios aprobados; en trabajo de investigación para Tesis Doctoral. Docente concursada en Psicopatología Infanto­Juvenil (Titular: Dra. María Isabel Punta Rodulfo); Fac. de Psicología; U.B.A. Docente Invitada en Psicopatología de la Infancia; Carrera de Especialización en Prevención y Asistencia Psicológica en Infancia y Niñez (Director: Dr. Ricardo Rodulfo); Fac. de Psicología; U.B.A. Docente de Psicopatología I; Programa de Actualización Interdisciplinario en Clínica Psicoanalítica con Niños y Adolescentes (Director: Dr. Ricardo Rodulfo); Fac. de Psicología; U.B.A. Publicaciones: "Psicosis en la infancia, en la niñez y en la pubertad – Avatares de la constitución subjetiva en niños con retraso mental" – Bocetos en Psicopatología, Psicopatología Infanto­Juvenil, Sitio de la Facultad de Psicología, U.B.A. 2011. "La constitución de la patología autista en niños con trastornos en el desarrollo" ­ Actualidad Psicológica No 353 ­ Junio 2007. "Patologías Tempranas: sus fallos en el jugar" ­ Publicado en Fort­dá (Revista de psicoanálisis con niños; http://www.fort­da.org/). Coautora del libro "La problemática del síntoma" ­ Publicación colectiva ­ Compiladoras: Marisa Rodulfo – Nora González ­ Editorial Paidós ­ Bs. As. – 1997. danielamuina@yahoo.com.arm

Marcela Wer Psicologa Clínica egresada de la Universidad Francisco Marroquín (UFM), Guatemala (2008­2013). Coordinadora de Talleres Infantiles en Clínica Insight. marcelawerfer@gmail.com

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