Revista Lúdica 5a. edición

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Sobre Lúdica

Sobre Lúdica

Lúdica surge como un espacio para el intercambio de ideas y conocimientos psicoanalíticos estimulando propuestas novedo­ sas que jueguen con las clásicas fundamentales del psicoanálisis. Reconociendo los alcances de los diversos enfoques psicoanalíticos, se abre este espacio para complementar las diversas perspectivas que componen este campo, brindando mayor riqueza al quehacer clínico al estimular nuevas inquietudes y nuevos senderos en la práctica clínica. En estas páginas fundamos un lugar de respeto y diálogo para las distintas teorías psicoanalíticas con el objetivo de inaugurar un nuevo espacio psíquico convergente para quien acuda a su lectura. EDICIÓN

Claudia Castro Claudia Melville Liza M. Zachrisson

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Imágen

Liubov Popova EXPRESIONES

Liza M. Zachrisson

AUTORES

REDACCIÓN RevistaLudica

Rafael Aycinena

Álvaro Marroquín

Además puedes seguirnos en: Revista Revista Lúdica

PORTADA Diseño

Coralia LópezSelva

Lourdes De La Riva

Antonella N. Argento Bustamante María Carmen Di Bartolomeo Regina Menéndez De La

Riva Eduardo Smalinsky Pablo Juan Tajman Liza M. Zachrisson IMÁGENES

Christian Dittus Alejandra Mastro Regina Menéndez De La Riva Florencia Russo Egon Schiele

Contacto: Revista Lúdica 6a av. 6-63 zona 1 0, Edificio Sixtino 1 , oficina 301 Guatemala, Guatemala


Índice

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Sobre Lúdica

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Un punto de investigación: Maximón, envoltorio de goce

Escritos

Regina Menéndez De La Riva

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De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo: la patología psico­somática

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Para bailar un tango se necesitan dos: las parejas y el amor, hoy

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Creación de dispositivos transicionales ­ Dispositivo transicional de elaboración clínica

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Liza M. Zachrisson

María Carmen Di Bartolomeo

Antonella N. Argento Bustamante, Eduardo Smalinsky y Pablo Juan Tajman

Expresiones Dicotomías

Lourdes De La Riva

Conceptos Objeto

En cartelera Black swan

Daniela Moreno y Marcela Wer

En el taller

Sobre autores

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Escritos Novedades

Un punto de investigación: Maximón, envoltorio de goce

Regina Menéndez De La Riva

Una pequeña reflexión surgió durante un seminario de investigación: “Yo soy lo que Yo es” ¿Qué sujeto trata el Psicoanálisis?, y me condujo al punto de indagación en el que me encuentro actualmente. De esta manera, Maximón fue el vehículo que me llevó a cuestionarme sobre la interrelación compleja que existe entre la inadecuación permanente de las imágenes del Yo y el goce que ellas hacen velar y aparecer a la vez. Es un punto de partida de un viaje que hace algunos meses emprendí entre la relectura de Miguel Ángel Asturias, los velos de Maximón y, claro, el texto de Lacan sobre el estadío del espejo, pilar de mi trabajo en desarrollo.

Es este el caso de Maximón (San Simón), un santo que fuma y bebe licor. Su imagen se encuentra representada en una infinidad de lugares en Guatemala: Zunil, Santa Catarina Palopó, San Andrés Itzapa, San Jorge La Laguna, San Antonio Palopó, Patulul, Antigua, Alotenango y San Cristóbal Totonicapán, entre otros. Mi interés, sin embargo, reside en el Maximón de Santiago Atitlán. Éste, a diferencia de los otros, está compuesto por velos y no por un cuerpo consistente, de bulto. Su estructura la conforman una multitud de pañuelos y una máscara de barro sin mucho detalle. Lleva también un sombrero y un velo más alrededor o sobre el mismo. La ofrenda a Maximón consiste en llevarle un octavito de aguardiente, tabaco y orar, “Oh poderoso Simón, te ofrezco tu puro, tu 3

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tortilla, tu guarito y tus candelitas si me sacas de cualquier peligro en que me encuentre”. Aquí el rezante incluye sus pedidos y otras cosas más. Se toma la mayor parte del aguardiente; el resto va para el santo. Se prende un cigarrillo, se le dan algunas caladas y luego se introduce en la boca de Maximón. Si el cigarrillo se consume entero sin apagarse, existe la esperanza de que se conceda el milagro, si no, hay que empezar de nuevo el proceso. Al parecer, nadie sabe cómo ni cuándo se originó este culto, pero Maximón, en algún tiempo, formó parte de uno de los grupos que dominan la vida religiosa en la región. La mayoría de sus fieles lo visitan de noche y a escondidas, de la misma manera que en el día alaban a Jehová en la iglesia evangélica o en las tardes a Cristo, en la


Escritos

católica. Esto a consecuencia de un intento por mantener a todos sus dioses en paz, ya que el cristianismo llegó a Santiago Atitlán con la intención de intercambiar las deidades indígenas por los santos de la Iglesia. La respuesta conciliatoria a este fenómeno, según mi percepción, es lo que se puede observar en la habitación en donde la cofradía venera a Maximón: imágenes de santos de la iglesia con

fotografía de Regina Menéndez De La Riva

cuerpos estructurados con pañuelos. Es este el resultado, creo, de negar una sustitución que seguramente no estaba ni cerca de ser equivalente. Es interesante que haya sido la estructura del cuerpo lo que decidieron conservar de la imagen de Maximón en estas figuras creadas con los rostros de santos de la iglesia. (Ver fotografía). Esta deidad posee diversas personalidades. A lo largo de los estudios que se han

realizado, se le ha asociado a figuras como Judas Iscariote, San Pedro el Apóstol, Pedro de Alvarado. De hecho, la relación con Judas Iscariote es la más cercana. A Maximón se le celebra el 28 de octubre, el mismo día de San Judas­Simón; durante los 6 días consecutivos de fiesta no faltan la marimba, los bailes en el patio principal, cohetes infinitos y las romerías de gente haciendo la visita con L Ú D IC A

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Escritos se le asocia con otra figura, lo cual me parece sumamente interesante: Kukulkán. Éste es un Dios de la mitología Maya, una serpiente emplumada que posee una interesante facultad transfiguradora que puede cambiar de identidades y disfrazarse de su contrario, Tezcatlipoca, su lado oscuro.

fotografía de Regina Menéndez De La Riva

devoción a su santo. Incluso se hace un referencia muy explícita a Judas, en una de las oraciones que sus fieles le rezan: “… y te pido en nombre de aquel a quien vendiste por 30 monedas….”

Existen teorías del origen de esta íntima relación con Judas. Una de ellas es que 5

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el Sábado de Gloria algún Judas que acompañaba la procesión de Semana Santa se salvó de haber sido quemado, como es costumbre, y quedó guardado en un desván. Posteriormente se le sentó en una silla y se le empezó a rendir culto; alguien informó sobre un milagro y esto lo consagró como santo, al parecer. También

Los relatos que circulan sobre Maximón dan cuenta de su adaptabilidad a diversas situaciones y poblaciones. Puede ser joven y viejo, hombre y mujer, consigue curar y proteger, pero también hacer el mal que se le pida. Su imagen, incluso, es distinta en cada sitio en donde se le encuentra. Como se puede ver, constantemente aparece una dualidad que encarna la misma figura. No es de sorprenderse que la iglesia evangélica lo haya prohibido y nombrado como el diablo, tomando en cuenta todos los vicios que circulan en su derredor y a que, generalmente, se le solicita éxito en los negocios o el amor.

Entre otros aspectos de interés, transitan mitos sobre su origen ligados a la sexualidad, puesto que se cree fue creado para guardar un cierto orden


Escritos sexual, ya que los primeros habitantes de la región practicaban adulterio común. Esto da pie a pensar que algún tiempo funcionó como velo fálico, para organizar algo de la sexualidad que no estaba regulada en ese entonces. Desde una perspectiva cultural, Maximón tiene un peso simbólico importante. Señala muy bien lo que nos indica Morales (2008):

La negociación identitaria, el travestismo identitario, pero percibido conflictivamente como traición es lo que quiero llamar el “síndrome de Maximón”, proponiendo así al santo mismo como una expresión de la autopercepción conflictuada del indígena oprimido (y seducido) por la colonización y la latinización, pero ampliada también a la autopercepción del ladino como alguien cuya constitución identitaria se articula a partir de un núcleo cultural indígena asumido con dificultad. […] Maximón, pues, en todas sus variantes, expresa el mestizaje intercultural de Guatemala, así como su conflictualidad. Quizá Maximón ahora ya no sea el factor principal de cohesión social en el pueblo. Tal vez hoy día reinen las iglesias evangélicas con su

dios fundamentalista, pero el santo sigue estando ahí a pesar de todas las vicisitudes que ha recorrido a lo largo de la historia. Si sigue estando ahí, es porque alguna función continúa cumpliendo. Es curioso que, siendo Santiago Atitlán de los pueblos más conservadores de la región, se mantenga una deidad indígena a la que se le ofrece tabaco y aguardiente. Muchos en el pueblo niegan que lo visitan, pero todos saben en dónde está. En una de las oportunidades que tuve de ir a visitar a Maximón, me llamó la atención que la persona que me conducía al sitio retrocedió en la calle antes de llegar y fue un niño con una gran sonrisa en el rostro quien me guió en el angosto camino hasta donde se encontraba la deidad. ¿Será que Maximón contiene (1) algo del goce de las personas que habitan el pueblo de Santigo Atitlán?. Ahora bien, desde una perspectiva psicoanalítica, pienso que son los velos que conforman el cuerpo de Maximón los que dan la clave. La vacuidad de la identidad es una de las cuestiones que esta deidad nos muestra; su carácter transfigurativo, negociable según la circunstancia, las diversas apariencias que adopta en los distintos lugares en donde se le encuentra,

"Los velos se

pueden leer como las múltiples

identificaciones

que envuelven al sujeto,

identificaciones

que, cuando caen (si quitamos los velos de

Maximón), revelan un vacío."

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Escritos

nos hablan de algo. Los velos se pueden leer como las múltiples identificaciones que envuelven al sujeto, identificaciones que, cuando caen (si quitamos los velos de Maximón), revelan un vacío.

De la misma manera, no sólo su cuerpo nos habla de algo, sino también su rostro. El Maximón de Santiago Atitlán lleva una máscara debajo de la cual no hay rostro, por lo cual se puede decir que él es la máscara. Es en este punto que pensamos en un rasgo característico de la instancia psíquica del Yo. Éste siempre estará inadecuado a sus imágenes, será una máscara debajo de la cual el sujeto queda desvanecido. Se puede percibir así un aspecto de la identidad del ser hablante: la no­identidad.

Jacques Lacan habla de esta ficción del Yo en “El estadio del espejo como formador de la función del yo [je] tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”, donde se localiza que será una realidad ficticia puesto que el Yo se constituye a partir de lo que le viene del Otro. Nos dice que el punto importante es que esta forma sitúa la instancia del yo, aun desde su determinación social, en una línea de ficción, irreductible para siempre por el individuo solo; o más bien, que sólo asintóticamente tocará el devenir del sujeto, cualquiera que sea la síntesis dialéctica por medio de la cual tiene que

resolver en cuanto yo [je] su discordancia con respecto a su propia realidad.

Más allá de la imagen de Maximón, el término imago, que incluye a lo simbólico e imaginario, permite pensar y entender algunas de las cuestiones que esta deidad revela con un peso importante. Es decir, pues, que esta deidad habla, pero ¿desde dónde habla?. El Yo puede designar al sujeto que habla pero no significarlo, el significado aparece como un vacío, vacío que señala y a la vez esconde el misterioso Maximón. Quiero agregar que algunos años atrás, el telinel (2) solía vestir y preparar a Maximón cada día, por lo que su imagen nunca era la misma. Hoy en día se ha perdido esta tradición, pero los velos (nótese que ninguno es igual) permanecen. ¿Qué función tienen? ¿Y qué envuelven?. Algo de la dimensión del goce del sujeto revelan las características que se le atribuyen a esta figura. La asociación con el diablo, los relatos sobre su origen que apuntan al lado oscuro, las visitas a escondidas, el hecho de que encarne el bien y el mal en una misma figura, su función en un tiempo como ordenador sexual, la capacidad de poder conceder milagros benignos y malignos a sus fieles. Todos estos atributos, en alguno u otro punto, resuenan como sinónimos del goce. Asimismo, si se toman en cuenta las

"Es en este punto que pensamos en un rasgo característico de la instancia

psíquica del Yo. Éste siempre estará inadecuado a sus imágenes, será una máscara debajo de la cual el sujeto queda desvanecido."

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figuras a las que se le asocia, por ejemplo, Judas Iscariote o Pedro de Alvarado (traición – destrucción, respectivamente), aparecen también nombres del goce en su vertiente más mortífera. Mendelson (1965) lo dice así: Este Maximón, quien es el padre de los rezadores, dueño de la locura y algunas otras cosas (…) no es una figura fácil de analizar. Yo lo he llamado el traidor, teniendo en mente su traición a los indígenas como Alvarado y su traición a Cristo como Judas, e incidentalmente también como Pedro. Quiero resaltar el nombre que Maximón recibe en este trozo de texto: el dueño de la locura. Siguiendo la misma vía, y retomando la leyenda de KUKULKÁN (serpiente­envuelta­ en­plumas) del genial Miguel Ángel Asturias, he encontrado cuestiones

fotografía de Regina Menéndez De La Riva

Escritos

sorprendentes que aluden al espejismo del Yo, el goce y la no­relación entre los sexos. Sin embargo, hasta aquí puedo decir, ya que es en este punto en el que estoy sumergida ahora dentro del análisis de Maximón, que éste es un envoltorio de goce. No dejo de sorprenderme que ahí donde hay velos, hay cultura y hay relación con la muerte. (1) RAE (2010): Contener: 1. tr. Dicho de una cosa: Llevar o encerrar dentro de sí a otra. U. t. c. prnl. 2. tr. Reprimir o sujetar el movimiento o impulso de un cuerpo. U. t. c. prnl. 3. tr. Reprimir o moderar una pasión. U. t. c. prnl. Real Académia Española. (2010). Diccionario de la lengua Española. Vegésima segunda edición. Extraído de http://lema.rae.es/drae/.

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Escritos (2) Sylvie Pédron Colombani (2008). El telinel es el especialista religioso que pertenece a la cofradía de la Santa Cruz de Santiago Atitlán y que se encarga de Maximón durante un año, que desarma y vuelve a armar a Maximón, que lo lleva durante las ceremonias de la Semana Santa. Aparece como un intermediario entre la divinidad y los fieles. Actúa como curandero. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

http://www.lainsignia.org/2007/marzo/cul_044.htm Morales, M. R. (2008). La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón. (3ra ed.). Guatemala: Editorial Consucultura. Sylvie Pédron Colombani, « El culto de Maximón en Guatemala », Trace [En línea], 54 | 2008, Puesto en línea el 20 octubre 2009, consultado el 15 mayo 2012. URL : http://trace.revues.org/457

Asturias, M. Á. (1993). Leyendas de guatemala. Primera Plana, S.A. ed., Vol. 12. Barcelona: Bilbiotex, S.L. Lacan, J. (2007). Escritos I. (2da ed.100). Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina. Menéndez, R. (2012, Julio). Maximón, un envoltorio de goce. Nodvs, XXXVII, Extraído de http://www.scb­ icf.net/nodus/contingut/article.php?art=448&rev=5 6&pub=0 Morales, M. R. (2007, marzo 24). ¿Qué es el síndrome de Maximón?. La Insignia. Extraído de

"No dejo de sorprenderme que ahí donde hay velos, hay cultura y hay relación con la muerte."

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Escritos

De la dependencia objetal al pasaje al cuerpo: la patología psico­somática Los trastornos psicosomáticos que acompañan frecuentemente las patologías narcisistas, tienen un papel titular en la clínica actual. Dada su importancia inauguramos este especio para abordar su génesis, presentación en clínica y elementos importantes para su abordaje, acompañado por un caso que permita su ilustración.

Tras iniciar una interesante aventura en el estudio de las patologías psicosomáticas, abro este espacio para la iniciación de un tema que me parece de suma importancia en la actualidad y que me genera un gran interés; buscando abrir cuestionamientos y espacios de estudio, aún lejanos de conclusiones.

En psicoanálisis al hablar de patología del cuerpo usualmente se piensa en una conversión histérica y en una psicosomatización, por lo que exige la necesidad primaria de hacer dicha diferenciación. El inconsciente está conformado por el inconsciente reprimido y el inconsciente propiamente dicho el cual nunca fue consciente y, por lo tanto, nunca fue reprimido. En el primero surge el síntoma conversivo, aquel material que debido a su contenido sexual fue reprimido y al no encontrar una descarga psíquica es descargado en una parte del cuerpo que está ligada a la representación. Debido a las represiones que han tenido lugar, el

Liza M. Zachrisson

relato conversivo no tiene una continuidad temporal sino que es fracturado e incompleto. El cuerpo está erogenizado e inscrito en una representación pictogramática, por lo que al haber una descarga ésta se da en el lugar que ha sido inscrito en dicha representación. Para ejemplificar brevemente esto, recuerdo un caso de una mujer de 50 años con muchas dificultades referentes a la identificación femenina y al vínculo. La paciente había renegado cada uno de sus embarazos durante 7 meses. Posteriormente, tras la partida de su única hija mujer debido a embarazos no deseados de ésta, la paciente desarrolla varios malestares en partes del órgano reproductivo. Aquí vemos un caso conversivo en el que el síntoma corporal se presenta en un lugar que está ligado a la representación psíquica. Por otro lado, en el segundo componente del inconsciente antes mencionado, el inconsciente propiamente dicho, no L Ú D IC A

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Escritos

reprimido, es donde observamos el síntoma somático ya que el material no ha sido representado, la energía no ha tenido descarga psíquica pero encuentra su descarga en una parte del cuerpo pero que no está asociada a ninguna representación ya que ésta no existe. Este cuerpo no ha sido investido psíquicamente, por lo que se inscribe de manera anatómica, respondiendo al plano biológico, en el que no se juega la subjetividad, careciendo de simbolismo y elaboración psíquica. Debido a esta falta de inscripción y ausencia de subjetividad, el discurso duplica lo fáctico, sin inscribir situaciones dolorosas psíquicas ya que éstas han sido evitadas, por lo que encontramos un discurso lógico, coherente y temporalmente exacto. Ahora, ¿por qué sucede esto? La somatización surge como una defensa psíquica temprana ante el exceso de tensión que no puede ser procesado ni soportado por el psiquismo debido a que no hubo un objeto primario que cumpliera estas funciones. La madre, en su propia fragilidad narcisista, no logró inscribir psiquicamente al bebé debido a que no toleraba la angustia generada por un cuerpo ajeno al que no podía 11

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controlar ni comprender. Siendo incapaz de ayudar al niño a inscribir sus propios procesos somáticos en el psiquismo, no logra libidinizar el cuerpo del niño. Por lo tanto, se constituye un objeto primario poco confiable y, en el sentido kleiniano, es percibido como un objeto malo que agrede, persigue, desampara y aumenta la angustia persecutoria del niño. Este objeto no metaboliza los

estímulos internos y externos ni las propias sensaciones del niño, no crea el espacio transicional junto con el niño para que éste pueda soportar la realidad, no encuentra al niño en el área de la ilusión necesaria para que éste pueda posteriormente desilusionarse y percibir objetivamente la realidad. Por lo que se sostiene la escisión de psique y soma, escapando contantemente

"Torso de mujer" de Christian Dittus


Escritos "Este cuerpo no ha sido investido psíquicamente, por lo que se inscribe de

manera anatómica, respondiendo al plano biológico, en el que no se juega la subjetividad, careciendo de simbolismo y elaboración psíquica."

de un cuerpo que no logra habitar y que, por lo tanto, lo experimenta como externo, es un no­yo utilizado para eliminar el exceso de carga que no logra elaborar. Así, de acuerdo a Bion, las somatizaciones quedan como impresiones sensoriales y experiencias emocionales que no son transformadas, quedan como elementos beta, sin acceder a la función alfa en la que se simbolizarían dichos elementos para apartarse del mundo perceptivo sensorial y ser almacenadas mentalmente. Según Donald Meltzer, estos elementos beta que no logran procesarse quedan como sustancias tóxicas que se acumulan, provocando experencias emocionales que sobrepasan la capacidad elaborativa del sujeto. La ausencia de la función cometabolizadora no permite que se inscriban los traumas psíquicos propios de la infancia, quedando como traumas puros que

dejan agujeros no historizados, motivo por el cual no pueden ser recordados ni olvidados ya que no han sido registrados, retornando como una memoria sin recuerdo a través de actos en el cuerpo. Dichos traumas son previos a la palabra, por lo que nunca fueron preconscientes, y por lo tanto, no pueden ser recordados, simbolizados o fantaseados. Esto es el terreno de lo no­ representable que está ausente de figurabilidad, sentido, ligadura, investidura; terreno en el cual se queda el paciente sin adquirir dichas capacidades, por lo que los excesos pulsionales (tanáticos) generan rupturas que no pueden ser tramitadas y terminan como una descarga a través del pasaje al cuerpo. Al estar ausente de dichas funciones, el sujeto repite en el intento de crear ligaduras, sin embargo, no es capaz de reconocer su cualidad repetitiva, por lo que suele ser percibido

únicamente por el observador externo. Estos pacientes quedan sujetos al comportamiento debido a la pobre capacidad representacional, sin poder manipular objetos internos porque quedan aferrados defensivamente a objetos externos, dejando un vacío interno que no permite establecer ligaduras para resolver conflictos. Esta dependencia del objeto externo aumenta su fragilidad y vulnerabilidad somática. Consecuentemente, cuando son descalificados o abandonados por sus objetos, principalmente objetos de amor, experimentan tensiones intramitables que no logran ser contenidas por la representación, por lo que se desborda el conflicto en el cuerpo. Así el paciente responde ante las pérdidas que le remiten al vacío narcisista, con una inhibición de las funciones mentales, aferrándose a lo concreto de la realidad y del cuerpo, sin lograr la L Ú D IC A

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Escritos ligadura y representación necesaria en los trabajos de duelo. Por esto, encontramos gran cantidad de duelos no procesados. La compulsión repetitiva que surge de esto le revive el fracaso vincular primario, experimentando de nuevo el desamparo y, agregándose ahora, el sentimiento de desesperanza ya que la pérdidad del objeto es vivida como una pérdida irreversible, repitiendo la escisión primaria en la que experimenta un sufrimiento extremo, desesperación y desvalimiento ante el objeto malo que lo agrede al abandonarlo. A la vez que observamos el fracaso de la función materna, percibimos la ausencia paterna, aquel que estaba más pendiente de la madre, otro hijo, el trabajo, etc. Esta falta de holding constituye un falso self como un recurso sobreadaptativo del niño ante el fracaso vincular para ocultar y proteger las deficiencias del verdadero self. Este falso self usualmente va acompañado de grandes logros profesionales y académicos que intentan tapar los vacíos psíquicos. Ahora, la manera en la que el sujeto transita y decide resolver la dependencia al objeto va a marcar la enfermedad bajo la cual elige organizar su propia identidad. Por lo tanto, la patología pasa a un “ser” de la enfermedad, no del “tener”. Renunciar a esto implicará experimentar las vivencias de duelo, desintegración y vacío que

deben ser tramitadas para logar una identidad organizada fuera de la enfermedad. ¿Por qué se presenta este paciente en la clínica? Ante su escasa percepción del propio sufrimiento psíquico, éste no acude con una demanda propia, sino es referido por médicos, familiares, amigos, etc. que reconocen las señales de alerta que ellos no perciben. Los observamos con un pensamiento concreto, con escasa capacidad metafórica, fantasmática, representacional, figurativa, pocos sueños, asociaciones referentes al proceso secundario y al principio de realidad, discursos temporalmente coherentes y lógicos y con alta tendencia a la intelectualización. Al iniciar, el proceso analítico podemos observar dos tendencias. En la primera no se desencadena el análisis, no aparece una transferencia ya que el analista queda como un objeto excluido debido a la fuerte resistencia que tiene el paciente por establecer una transferencia de dependencia. Joyce McDougall se refiere al “antianalizando” con el cual percibimos una sensación de vacío en la transferencia, ya que no hay expresión emocional en la transferencia. Al realizar interpretaciones éstas las percibe el paciente como una locura del analista. Por el otro lado, en el segundo caso encontramos pacientes que

" se sostiene la escisión de psique y soma, escapando contantemente de un cuerpo que no logra habitar y que, por lo tanto, lo experimenta como externo, es un no­yo utilizado para eliminar el exceso de carga que no logra elaborar."

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realizan rápidamente una regresión fusional en la que se instala, desde el inicio, una dependencia al objeto del analista. En ambos casos notamos la dependencia del paciente al objeto y los grandes temores que surgen ante el peligro que experimenta el paciente por depender de nuevo a un objeto cuando el primario fue tan poco confiable. En dicha transferencia se juegan tres elementos importantes: primero, la regulación de la distancia entre la representación mental que tiene de sí mismo y la que tiene del objeto, utilizando los eventos somáticos para crear o recrear distancia psíquica cuando experimenta el peligro del aumento de tensión; segundo, la manipulación inconsciente de la realidad a través de la enfermedad; y tercero, las ansiedades inconscientes que surgen ante algún aspecto del tratamiento las cuales quiere evitar a través de no adherirse al análisis y así mantener la escisión. Joyce McDougall propone evaluar la analizabilidad del paciente de acuerdo a la posibilidad de percibir su propio malestar psíquico y el interés que tiene en el autoconocimiento. Usualmente este interés va a estar limitado por la escisión psique­soma, el pensamiento concreto, la escasa

Escritos

capacidad de simbolizar y la tendencia a valorizar las soluciones prácticas. Frente a las necesidades que presenta el paciente somático debemos configurar un encuadre tomando en cuenta la matriz activa y el estuche que propone Green. El estuche debe ser flexible, lo cual implica los aspectos variables del

"Esther" de Christian Dittus

encuadre (como la frecuencia y duración de las sesiones, el uso de diván o sesiones cara a cara) pero sin verse afectada la matriz activa, que se refiere a la parte constante del encuadre (como la asociación libre del paciente y la atención flotante del analista). Es de particular importancia L Ú D IC A

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Escritos el desarrollo de sesiones cara a cara debido a las problemáticas narcisistas presentes en estos casos, por lo que requieren de la presencia y mirada del analista que les invista y les provea de un sostén narcisista que permitirá, entre otras cosas, la reconstrucción o construcción de la imagen de sí mismo. También nos vamos a topar con un mal manejo del silencio analítico, ya que éste les remite a la sensación de vacío y de desamparo primario, y con una necesidad constante de ser estimulados por el analista para asociar libremente. La cercanía que siente del analista al estar pendiente de él y sus necesidades o ansiedades transferenciales contribuyen a la configuración del objeto confiable. A diferencia de los síntomas conversivos en los que utilizamos las interpretaciones, en los síntomas psicosomáticos no es conveniente utilizar la interpretación debido a que corremos el riesgo que el paciente utilice sus defensas de racionalización e intelectualización debido a la estructura racional que los rige. Cuando nos encontramos en el campo de las psiconeurosis notamos la falta significante de la 15

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castración, sin embargo en la patología somática la falta es representacional debido al vacío psíquico. Esto exige mayor creatividad por parte del analista para intervenir de formas distintas que en lugar de brindar un significado al acto, brindan una descripción de lo que hace surgir la tensión para inscribir una escena en lugar de un agujero. Al surgir el acto podemos transferencialmente remitir a la inscripción, otorgándole cierta representabilidad, utilizando la transferencia especular que propone Kohut para reflejarle sus emociones, percepciones y sensaciones en un lugar que sea lo suficientemente cercano para que el paciente lo pueda tomar, pero lo suficientemente lejano para que le brinde mayor figurabilidad. La capacidad del analista de contener al paciente es imprescindible, especialmente por la sensibilidad particular que tienen estos paciente para detectar este elemento en el otro. Esto hace fundamental que el analista pueda brindar contención, holding y reverie ya que sólo estos elementos permitirán que se desencadene el proceso analítico y trabajar en las deficiencias

narcisistas. En la medida que el paciente experimenta un objeto bueno, en el sentido kleiniano, el cual careció en su infancia, se fortalece el Yo frágil, se extrae del desamparo experimentado y se calma la angustia persecutoria. Sólo introduciendo el objeto bueno podremos preparar el campo para una posterior integración y surgimiento de un objeto suficientemente bueno. Con esto, se empieza a inscribir el análisis y al analista como un objeto confiable. Además de instaurar un objeto confiable, es necesario empezar a introducir la transicionalidad la cual permitirá disminuir la escisión y empezar a intermediar entre la realidad interna y externa, entre psique y soma. Conforme empezamos a configurar estos espacios transicionales trabajamos la capacidad del paciente para representar, simbolizar, soñar y fantasear. Esto reactiva los trabajos de duelo que han quedado congelados. De acuerdo a César y Sara Botella, en ese espacio transicional se realiza el trabajo de figurabilidad en el que se crea una fantasía inconsciente entre analista y paciente, por medio de una regresión formal del


Escritos pensamiento del analista durante la sesión, que permite revelar el material no representado del paciente y empezar a generar una representación e iniciar la historización del trauma para hacer de esto una historia y no una repetición. Este proceso de historización presenta grandes dificultades que pueden interrumpir el análisis, en la mayoría de casos de forma temporal, para ser luego reanudado. Aunque nunca finalizará el trabajo de aceptación de la realidad porque siempre habrá tensión de vincular la realidad interna con la externa, crear una zona en la que se pueda vivir como una experiencia y no una disrupción, contribuye a la constitución del objeto suficientemente bueno. Un objeto el cual pueda brindarle sentido a sus descargas motores, emociones y somatizaciones para proveerle una significación primaria; restituyendo los vínculos con la realidad psíquica.

A través de las construcciones historizamos las vivencias traumáticas primarias intolerables para el paciente. Debido a que estas vivencias surgieron en un campo pre­ verbal, las construcciones inician en la mente del analista de forma pre­verbal, por medio de la percepción corporal, originaria. A medida

que el paciente adquiere más capacidades representacionales podemos ir transfiriéndolas al plano verbal. Por medio de la construcción el analista piensa lo que es impensable para el paciente, pone palabras a lo que no las tiene, brinda sentido a lo que no ha sido simbolizado. Con el uso de estas herramientas trabajamos la posibilidad del paciente de reaccionar ante los actos somáticos como acontecimientos que integran los componentes afectivos, fisiológicos y conductuales que inicialmente fueron escindidos, implicando la renovación de la relación del sujeto consigo mismo, como un ser integrado; y el vínculo con la realidad y sus objetos que ahora son percibidos de manera más confiable e integrada. Estos logros inauguran al paciente en el campo representacional donde rompemos la compulsión repetitiva, el pasaje al cuerpo/acto, investimos el daño somático, fortalecemos un Yo que ya puede contener las fantasías sádicas, erogenizamos el cuerpo, metabolizamos el dolor orgánico y narcisista que surge tras la pérdida de la impotencia que despierta el enfermar y brindamos un reencuentro con lo social, inaugurando un nuevo vínculo

"traumas puros que dejan

agujeros no

historizados,

motivo por el cual no pueden ser recordados ni

olvidados ya que no han sido registrados,

retornando como una memoria sin

recuerdo a través de actos en el cuerpo.”

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Escritos

"Esther 2" de Christian Dittus

con la realidad y sus objetos. En esta inauguración permitimos un encuentro entre paciente y analista, la posibilidad de estar a solas en presencia de un objeto suficientemente confiable. Para ejemplificar esto en la clínica relato datos de un caso de un chico de 16 17

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años que acude a consulta referido por su médico debido al lento progreso que tiene en la recuperación de una cirugía realizada unos meses antes. A lo largo de las primeras consultas el paciente me relata los múltiples golpes accidentales que ha tenido durante su vida, los cuales

todos llevan a la inmovilización (médica) temporal de dicha parte del cuerpo. Estos “accidentes” ocurren al realizar actividades deportivas, que son el principal interés del paciente. Él explica que en esos momentos pierde el control de su cuerpo, se le “va el brazo”, su “cuerpo se va de frente”, se “resbala el pie”, etc. Todos estos sucesos son relatados como acciones que realiza el propio cuerpo separado del sujeto. A pesar de los múltiples “accidentes” el chico nunca había sido operado hasta esta lesión, la cual ocurre meses después de una migración precipitada. Al realizarse esta migración de manera abrupta en la que lo sacan del colegio los padres y se muda la familia a otro país, el paciente revive de nuevo el desamparo y angustia persecutoria primaria. Este rompimiento de los lazos amistosos, los únicos objetos que para este chico habían tenido cierta confiabilidad, se presentan en una edad en la que tienen tanta importancia los pares por lo que hace un pasaje al cuerpo a través de una desligadura de un ligamento de la pierna. Este evento rompe la continuidad que ha


caracterizado hasta ahora al chico, quien dice que recuerda todo con mucha “exactitud”, sin embargo los meses posteriores a la operación pierden claridad y generan muchos agujeros mnémicos. Él explica que va a todos sus tratamientos médicos y luego a su casa pero no recuerda mucho de ello, “es como si sólo estuviera en cuerpo, estoy sin estar”. Tras las vivencias de desamparo, impotencia y persecución revividas en la incapacidad de movilizarse por sí mismo, de hacer actividades sólo y las constantes persecuciones del médico en búsqueda que el chico mejore, se acentúa aún más la escisión psique­soma y los tratantes médicos como objetos malos. Ante dicho escenario trabajamos de manera interdisciplinaria (abordaje esencial en todos los casos psicosomáticos) (1), con lo cual logramos que el paciente rehabite (dentro de lo posible) su cuerpo y empiece a recordar lo transcurrido en las consultas. En el inicio del tratamiento terapéutico, aún no analítico, no desea darme su número telefónico ni tomar el mío para cualquier contacto necesario, evitando la dependencia objetal y desconfiando de mí ya que yo también soy inscrita como un objeto malo. Tras el transcurso de varias sesiones y proveerle de un sostén y darle significación a sus sensaciones y emociones, se empiezan a desplegar transferencialmente la impotencia,

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desesperanza, aburrimiento y soledad que experimenta el paciente tras no poder realizar las actividades deportivas que acostumbraba, relatando con exactitud lo que hace cada día al estar en su casa solo y sin nada que hacer, aumentando sus angustias primarias. A través del reverie empiezo a detectar estos mismas sensaciones de impotencia de no saber qué decir, cómo intervenir, etc. por lo que empiezo a apalabrarlas. Tras un tiempo transcurrido él logra empezar a hablar sobre el enojo que siente que su madre no lo acompañe a sus tratamientos, que se vaya porque no tolere escuchar sus gritos de dolor en las fisioterapias, sobre el vacío que siente cuando aparecen los silencios. Hablar de esto es posible en la medida que percibe que yo sí puedo escuchar esto y acompañarlo. De la misma manera empieza a relatar las pocas actividades que hace en casa para “escapar de la soledad”, con los videojuegos y películas de fantasía que le hacen sentir que está en otro lugar. Esto también se manifiesta en los escasos silencios que permite en el consultorio. Logra empezar a hablar de la “molestia” que le causa que la madre lo culpe por todos los errores que suceden en la casa (ya que durante el día él es el único que se encuentra en ella), que no le responda las llamadas cuando él la busca y que el padre no lo defienda ante la madre. Por medio del sostén y reverie se va calmando la ansiedad del paciente,

"la manera en la que el sujeto transita y decide resolver la dependencia al objeto va a marcar la enfermedad bajo la cual elige organizar su propia

identidad. Por lo tanto, la patología pasa a un “ser” de la enfermedad, no del 'tener'.”

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iniciando cierta figurabilidad y sensación de acompañamiento, y él empieza a salir de casa para descubrir nuevas actividades que disfruta además del deporte, inicia clases de guitarra y cursos de fotografía. Aunque en éstas se sigue marcando el vínculo persecutorio que experimenta cuando los profesores o compañeros “se meten mucho”, logra empezar a reconocer cierta confiabilidad en los médicos, posibilitando el avance en su recuperación médica. A pesar que continúa mostrando la escisión con su cuerpo, al explicar que ciertos estímulos en su pierna continúa sin sentirlos, disminuyen los “deslices” que tiene al caminar ya que empieza a hacer un esfuerzo significativo por percibir lo que está haciendo con su cuerpo. Explica que siente que ha aprendido a caminar de nuevo, no se había percatado nunca de la dificultad que implica un movimiento de talón­punta hasta que el médico le explicó que esas sensaciones de “resbalarse” al caminar se debían a que no daba los pasos adecuadamente. Aunque las relaciones objetales continúan prevaleciendo como un 19

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vínculo persecutorio en el que los amigos le hablan tanto en clase que no lo dejan trabajar, la exnovia que dejó en su país de origen le escribe mucho en el celular, los profesores de guitarra y fotografía le dicen mucho qué hacer; ya se va inscribiendo un objeto confiable en los médicos y en mí. Aunque aún queda un largo camino en este tratamiento, han transcurrido, de forma lenta, avances que pe rmiten la posibilidad de un trabajo y una disposición del paciente a realizarlo. (1) La necesidad de realizar un trabajo multidisciplinario remite a la necesaria integración que debe hacer el paciente entre psique y soma. En la medida que sostenemos una lucha entre profesionales aportamos a la escisión del paciente de cuerpo y mente. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Aisemberg, E. (2011). Abordaje clínico al paciente somático. ¿Psicoterapia o psicoanálisis?. En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 21 de noviembre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina: http://apa.org.ar/ Botella, C. (2006, Septiembre). Sobre el trabajo de figurabilidad. Recuperado de:

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Escritos Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 10 de octubre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina:http://apa.org.ar/ Kachinovsky, C. & Schkolnik, F. (1999). Entrevista a César Botella. Revista Uruguaya de Psicoanálisis, 90. Recuperado de: https://docs.google.com/viewer?a=v&q=cache:D

PJR1n7dnBAJ:www.apuruguay.org/apurevista/199 0/1688724719999014.pdf cv cesar botella psicoanalista&hl=en&gl=gt&pid=bl&srcid=ADGEES gtz5GIVIL0TjCJcG5sHn6xpL­aA1ZwzKCorhlz_X4yp­ xipecOXUhw4HdCBbhW_dLwWZVoaSDqcYb­ azCVPKLNtcic8FsO5tRylkP­ dykLCEJO_EgXExjCzEG8F29xes7wwcHy&sig=AHIEtb RlvEIRvMIk­r52Iy2WmEhtcASxaQ Liberman,D.; Aisemberg, E.R. ; D´Alvia, R.; Dunayevich, J.B.de; Fernández Moujan, D.; Galli, V.; Maladesky, A. y Picollo, A. (1982):“Sobreadaptación, trastornos psicosomáticos y estadios tempranos del desarrollo”, Revista de Psicoanálisis, Vol. 39, Nº 5. Maladesky, A. (2011). Vulnerabilidad psicosomática. En curso Trastornos Psicosomáticos. Extraído el 21 de octubre de 2011 del sitio Web de Asociación Psicoanalítica Argentina:http://apa.org.ar/

" En esta inauguración permitimos un

encuentro entre

paciente y analista, la posibilidad de estar a

solas en presencia de un objeto

suficientemente confiable."

Winnicott, D. (1949). La mente y su relación con el psiquesoma. En Escritos de pediatría y psicoanálisis. Barcelona: Paidos. Winnicott, D. (2008). Realidad y juego. (2a ed.). Barcelona: Gedisa.

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Para bailar un tango se necesitan dos: las parejas y el amor, hoy

María Carmen Di Bartolomeo

La frase “para bailar un tango se necesitan dos” se usa popularmente para referirse a los encuentros y desencuentros entre las parejas. Los estereotipos socioculturales de la feminidad y la virilidad han cambiado. Los hombres son invitados por la época a feminizarse y las mujeres, en busca de la igualdad, se presentan más masculinas. Y el amor, ¿ha cambiado? Algunas cosas no: los hombres siguen sin saber qué quieren las mujeres y las mujeres, sin saber qué esperan los hombres de ellas.

La expresión “para bailar un tango se necesitan dos” se usa popularmente para referirse a los encuentros y desencuentros entre las parejas. Hablar de pareja no es referirse a un encuentro programado de un espermatozoide y un óvulo, sino a una posición subjetiva masculina o femenina. “Posición subjetiva masculina o femenina” no implica anatomía; un hombre puede exhibir una posición femenina y una mujer, una masculina, por el simple hecho de que hombres y mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. La posición subjetiva es una construcción, una respuesta, una interpretación que cada uno hace respecto al trauma de la sexualidad. Los estereotipos socioculturales de la feminidad y la virilidad han cambiado. Los hombres son invitados por la época a feminizarse y las mujeres, en busca de la igualdad, se presentan más masculinas. 21

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¿Y el amor? ¿Cómo hacemos pareja hoy? No hay relación sexual es una frase provocativa de Lacan que indica que las cosas comienzan por el no. Es decir, pone de manifiesto la imposibilidad del encuentro logrado al modo de “completud” entre hombres y mujeres. Conocer o desconocer esta imposibilidad nos conduce a lo mismo: arreglárselas como cada uno puede. Una de esas formas de arreglárselas puede ser el amor: La falta en el Otro, la castración, resulta esencial a la hora del amor. De acuerdo a como uno se relacione con la falta en el Otro, le va a ir a la hora de amar. Es una propuesta difícil si tomamos en cuenta las manifestaciones de las nuevas feminidades y masculinidades y la época que empuja a creer que se puede llenar esa falta con objetos de consumo. Lacan planteó un amor por fuera del amor edípico: ya no el amor como repetición, sino como invención. La eficacia del amor se produce por el hecho de que es un engaño


recíproco. Hay cosas que no han cambiado con respecto al amor: los hombres siguen sin comprender lo que quieren las mujeres y las mujeres no saben lo que los hombres esperan de ellas. ¿Por qué es traumática la sexualidad?

Según Freud, durante sus primeros años de vida, los niños tienen sed de saber y todos se preguntan lo mismo: ¿Cómo es que nací?, ¿Por qué?, ¿Qué hacen los padres para tener niños?...Alrededor de estas preguntas construyen teorías sexuales que tratan de explicar el enigma de la propia existencia y de la sexualidad. ¿Y por qué este enigma? Porque para los seres humanos no hay una respuesta universal para lo sexual. Lo traumático es la sexualidad misma, su descubrimiento. Esta concepción del trauma implica que todos los seres humanos –los seres hablantes– estamos marcados por el trauma: el trauma del descubrimiento de lo sexual. Ya no se trata, pues, de un suceso o de algo que pueda o no darse. De cómo vamos descubriendo la sexualidad….

Los animales tienen instinto,

una especie de “saber”, que les permite vivir y reproducirse. Un instinto implica una relación relativamente fija e innata con un objeto. El ser hablante, precisamente por ser “hablante”, por efecto del lenguaje, carece de este “saber”, que no debe confundirse con conocimiento: no existen lecciones de escuela, ni libros, ni videos que puedan enseñarlo. Cada ser humano le da una interpretación a ese “saber” del que carece. En los seres hablantes, la pulsión es el instinto que ha perdido su naturalidad biológica. La pulsión es el concepto límite entre lo psíquico y lo biológico, es el representante de lo somático en el psiquismo. A diferencia de las necesidades biológicas, las pulsiones nunca pueden satisfacerse y no tienen un objeto fijo, sino que giran en torno a él. No es mera necesidad la del bebé que ya no se conforma con el biberón de leche, sino que espera que se lo dé su madre y que, satisfecha la necesidad, lo acaricie. Esa necesidad queda eclipsada por la demanda, y la demanda es incondicional porque es demanda de amor: una caricia, una canción, etc. Lo que persiste después de satisfechas las necesidades

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"Y el amor, ¿ha cambiado?

Algunas cosas no:

los hombres siguen sin saber qué

quieren las mujeres y las mujeres, sin

saber qué esperan los hombres de ellas."

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Escritos No hay originariamente inscripción simbólica de la diferencia sexual en el inconsciente. Freud decía que el niño define su condición sexual a partir de un supuesto: todas las personas que conoce poseen un órgano genital exacto al suyo y no puede sospechar en nadie la falta de este órgano. Uno podría pensar que los niños han cambiado y que hoy día con tanta información ya nada ignoran, pero un ejemplo reciente explica que, cuando se trata de la constitución de la subjetividad, no se pasa por el conocimiento.

"Se necesitan..." de Alejandra Mastro

es el deseo. El deseo es insatisfecho siempre, porque de otra manera no sería deseo. La sexualidad es esa satisfacción independiente de la necesidad. Desde muy pequeño, el niño determina zonas en su cuerpo que son de privilegio para la obtención del placer.

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Comienza a relacionarse con el Otro a través del placer que obtiene de ellas, un placer más allá del orden de la necesidad. Así pues, chuparse el dedo no es necesariamente por hambre; hacer popó o retenerlo puede responder a una satisfacción más allá de la necesidad.

Una madre joven me cuenta que entró al baño con su hijo de cuatro años, y que en el momento que la vio sin pene, le señala el suyo y le dice: ¡mamá tú no tienes! Y ella le responde: ¡claro que no, porque soy mujer! Y el niño, a esta afirmación de su madre, respondió, “¡no te preocupes, ya te va a crecer!” La realidad psíquica ­el deseo y la fantasía­ es gobernada por leyes imaginarias y simbólicas, leyes que no dependen de la ideología dominante sobre los roles sociales que desempeñan los sexos y de las lógicas del tribunal de la razón, sino del modo como se estructura el discurso social en el


Escritos inconsciente de cada uno (…) Dicho juicio parcializado se debe, por un lado, a las sensaciones que emanan del órgano y, por otro, de la inexistencia en el inconsciente de una representación psíquica de la diferencia sexual.

El paso por el Edipo es el paso de la naturaleza a la cultura. Freud descubre que el falo es la única representación de lo sexual que está registrada en el inconsciente. Como el niño parte de la teoría de que sólo hay pene, cuando descubre que anatómicamente hay seres que carecen de él, genera como resultado el complejo de castración.

En consecuencia, la niña cree que le quitan, le roban, le arrancan injustamente aquello a lo que tiene derecho; al niño, en cambio, le pueden quitar, le pueden robar, debilitar y

contagiar, si no se ajusta a la ley o no se inscribe en los ideales. Esta es la versión estructural freudiana del modo como en lo psíquico se conforman estos dos mundos, tan extraños entre sí, que son las mujeres y los hombres: una quejándose de que le quitaron y otro, desconfiado e inseguro, porque le pueden quitar.

Este pasaje por el Edipo estructura, pues, la sexualidad alrededor de una falta. Desde el falo, hay falta. Y desde la pulsión, falta de objeto predeterminado, preestablecido. La falta introducida por la castración es estructurante de la subjetividad. Para el niño significa que no es, ni tiene, lo que completaría a la madre. Significa separarse de la madre y constituirse desde allí como ser que ha perdido algo, carente de algo, deseante

siempre. Se puede desear porque algo falta. El complejo de castración instaura una lógica normalizadora: perder algo para poder ganar otra cosa. Y también que uno no puede todo, que no todo está permitido, que hay límites y limitaciones. Lacan plantea en la constitución del sujeto una pérdida de goce, una renuncia a una satisfacción completa, mítica, por la inclusión en lo humano. Es el precio que se paga por entrar al mundo del lenguaje, por el pasaje de un ser vivo a un ser de lenguaje. El goce responde a una noción de exigencia absoluta: el goce se diferencia del placer porque en éste hay una medida; el goce es placer sin medida. Cuando hablamos de goce, hablamos de sufrimiento. El

"La forma femenina del amor es menos fetichista y más erotómana: quieren

ser amadas, quieren ser conquistadas. Los ideales femeninos han cambiado mucho, ser madre ya no es sinónimo de ser mujer, las féminas son exitosas

en sus profesiones, partidarias de sexo sin ataduras ni compromisos estables y siguen creyendo que el amor es lo más importante de su existencia." L Ú D IC A

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goce es un concepto de Lacan que siempre es del orden de la tensión, es antinómico al bienestar, colinda con el dolor, es imposible de entender en términos de sentido. El deseo por el mismo hecho de ser insatisfecho nos mueve: deseamos de lo que carecemos y gozamos lo que sí poseemos. Cuando hay goce excesivo, el deseo es menor. Aunque el goce también nos mueve, en última instancia al sujeto le conviene gozar lo menos posible: admitir algunos goces y rechazar y reducir otros para su bienestar.

El amor y los tiempos del goce”. ¿A qué se refiere esta expresión? Significa que el discurso amoroso se modifica a medida que algo de lo real se desplaza en la civilización. El goce es la palabra que designa el hecho. Alude al hecho de que para el sujeto parlante la experiencia del placer siempre incluye un más allá del principio de placer, como decía Freud. Es decir, uno se engancha con algo y puede incluso pasar a una adicción con la comida, el sexo, el trabajo, la tele, la pantalla, el juego. Un modo de adicción que va mucho más allá del placer. Y es esta zona que designa el goce. Y como estamos en una época de post­liberación sexual, en referencia a la llamada liberación sexual que tuvo lugar en los 70 y con la que hubo un cierto alivio del peso de las prohibiciones, estamos ahora en una experiencia que incluye esto y que nos da una cierta época de pornografía generalizada, más o menos chic, estetizada, con una oferta de representaciones del sexo mucho más amplia que lo que había antes. Así, el sujeto contemporáneo tiene que levantarse cada mañana preguntándose a sí mismo qué va a hacer para gozar más. 25

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Nuevas masculinidades y feminidades

La función fálica que se constituye en el Edipo es la que asegura una cierta identidad sexual con respecto al otro sexo, con respecto a lo sexual. Ello determina dos modos de gozar: uno fálico y otro, femenino, que como ya sabemos no siempre corresponden al sexo anatómico. Para hablarnos de los vínculos amorosos entre hombres y mujeres, Miller ubica a los hombres del lado del “tener” y a la mujer del lado del “no­tener”. En los hombres, Miller pone el equilibrio; en las mujeres, el exceso. Ese exceso se llama goce y asusta a los hombres, porque les aterroriza perder lo que tienen. Tal vez ésta sea una de las razones por las que los hombres viven acusando a las mujeres de locas y las mujeres a los hombres de brutos. Vamos a tratar de ejemplificar lo complejo pero útil de la teoría cuando se trata del vínculo amoroso. El protagonista del tango en la posición masculina

Generalmente no necesita palabras, puede estar en silencio. Necesita que su compañera tenga algo que lo atraiga, un detalle, un fetiche. Y por ese detalle fetiche se orienta, es la causa de su deseo, su condición de amor. Es un rasgo particular –o varios– que tiene una función determinante en la vida amorosa de cada sujeto. Para estar satisfecho, dicho sujeto necesita una cuota de satisfacción localizada que sea suficiente. Esto no implica ni palabras ni amor. En otras palabras: un hombre, o mejor dicho en los masculinos, encontramos como causas del deseo detalles como un lunar, el brillo de la nariz. Particularidades


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nimias, que recuerdan al padre, la madre, el hermano, la hermana, tal personaje de la infancia, juegan también su papel en la elección amorosa de las mujeres.

Un artículo reciente, titulado ¿El nuevo hombre actúa como mujer?, manifiesta que el hombre ha pasado de algo que no es una novedad, como cuidarse las manos y hacerse faciales, a un territorio que otrora fue exclusivo de las mujeres: la depilación púbica. Dice uno de estos nuevos hombres al prestigioso New York Times con respecto de la depilación: De hecho, hace que uno se sienta más masculino. El nuevo hombre responde a la época del consumo: Cada día más, el mercado nos ofrece una cantidad enorme de objetos de consumo, empujando al sujeto a consumir, generando la ilusión de que los objetos podrían llegar a obturar algo de la

"The Embrace" de Egon Schiele

falta estructural al ser humano.

El protagonista del tango en la posición femenina

Las mujeres, como condición importante, requieren de palabras, amor y que su pareja carezca de algo, porque esa carencia le hará amar. Muchas veces, para conseguirlo, pueden insistir al extremo y pasar sufrimientos infinitos. La forma femenina del amor es menos fetichista y más erotómana: quieren ser amadas, quieren ser conquistadas. Los ideales femeninos han cambiado mucho, ser madre ya no es sinónimo de ser mujer, las féminas son exitosas en sus profesiones, partidarias de sexo sin ataduras ni compromisos estables y siguen creyendo que el amor es lo más importante de su existencia. Las series de televisión Desperate Housewives y Sex and the City ilustran esto. Mónica Torres se refiere a L Ú D IC A

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Escritos "Para finalizar, la propuesta es entonces formar pareja contando con la castración, pero movidos por la ilusión de completud que produce ver

bailar un tango… paso a paso, a veces inventando nuevos movimientos

pero, sobre todo… sosteniendo el deseo que los mueve a bailar el tango." estos programas: “Las mujeres son las que tienen las llaves del coche, el departamento, la vida asegurada. Entonces, ¿qué esperan de los hombres? ¿Por qué cuando estas mujeres se reúnen siguen hablando de amor? Es decir, hay algo de la erotomanía que, pese a todo ese dominio, no ha desaparecido.

Los hombres de hoy tienen dificultad en asimilar la gran mayoría de las conquistas femeninas en el mundo de hoy, ya que consideran que no tienen con qué aproximarse y cómo permanecer con estas mujeres exitosas. Entonces, ¿la mujer exitosa acabará sola? No es una salida que escoge la mujer que ya ha tocado el éxito y que está envuelta en el discurso capitalista como modo de relacionarse, ni es tampoco la que propone el psicoanálisis. La propuesta es no gozar tanto, porque podríamos subsanar la carencia estructural que nos invita a desear. Los ideales imperantes de individualismo y competencia invitan a gozar. Aquí no hay palabras ni pensamiento, es una exigencia absoluta.

¿Y qué hace el sujeto ante semejante demanda? Al tener que decidir qué va a hacer para que su vida tenga más placer y más goce se desplaza el discurso amoroso 27

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que se vuelve una barrera contra los excesos del goce. Y a medida, precisamente, que existe este empuje superyoico, tipo “qué haces tú para gozar más”, cada vez que el sujeto está enfrentado con esto, para protegerse, el discurso amoroso viene a poner una barrera: que no se puede gozar del todo del objeto amado, y que hay una cierta barrera: la de la dificultad de reconciliar amor y goce, del pudor, la admiración, respeto.

No se trata entonces de quedarse con el éxito o sola, sino de hinchar el yo: completa, usuaria y consumidora. Que no goce tanto del éxito y su deseo quede ahogado entre tantos objetos y posibilidades de satisfacerse. Presentarse tan completa ocurre siempre desde el yo y anima la ilusión de que se puede anular la perdida constitutiva, que es lo mismo que querer anular la castración. Darle un lugar al deseo alivia el goce, da la posibilidad de “no todo”. Entre más deseo, menos goce, y más posibilidad de hacer vínculo. ¿Qué hace que dos quieran estar juntos? Estar juntos implica contar con la castración, es decir, perder algo, perder algo de libertad para ganar otras cosas. Puede pasar que en la rutina de la vida


cotidiana se pierda algo del deseo, o que uno de los dos espere más de lo que el otro puede dar. Tocará inventar algo tomando en cuenta que no se pierde todo ni se gana todo. Veamos lo que dice Miller en una entrevista sobre el amor: H W: ¿Por qué algunos saben amar y otros no?

J­A Miller: (…) Para amar, hay que confesar su falta y

reconocer que se necesita al otro, que le falta. Aquellos que creen estar completos solos, o quieren estarlo, no saben amar. Y a veces, lo constatan dolorosamente. Manipulan, tiran de los hilos, pero no conocen del amor ni el riesgo ni las delicias. H W: "Estar completo solo": sólo un hombre puede creer eso…

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J­A Miller: ¡Bien dicho! Amar, decía Lacan, es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos, es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su "castración", como decía Freud. Y esto es, esencialmente, femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo es que, en realidad, no está muy seguro de su virilidad. Todos los hombres son iguales es otro dicho popular que no se puede decir de las mujeres. La mujer es una por una. La relación entre los sexos no tiene una solución que pueda ser “para todos”.

El psicoanálisis no propone creer en el amor, pero tampoco plantea como opción la incredulidad en este sentimiento. Señala, eso sí, que en el amor entra en juego un engaño estructural, sin el cual sería irrealizable. No pocos seres, después de muchos desencuentros, renuncian a exponerse más a este engaño y se colocan en el lugar de los desengañados que pretenden prescindir del de Egon Schiele

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amor. Pero aquel que dice: “no me dejaré engañar una vez más por el amor, pasará sin duda a engañarse de otra manera”, por ejemplo en la errancia erótica. Para finalizar, la propuesta es entonces formar pareja contando con la castración, pero movidos por la ilusión de completud que produce ver bailar un tango… paso a paso, a veces inventando nuevos movimientos pero, sobre todo… sosteniendo el deseo que los mueve a bailar el tango. A la pregunta ¿Cómo amamos hoy?, Ernesto Sinatra responde: ¡Como podemos!

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Gallo, H. (2009) Género, inconsciente y sexuación. Serie Cursos introductorios Nro. 2, NEL­Medellín. Patil, A. (2012) ¿El nuevo hombre actúa como mujer? The New York Times para Prensa Libre Guatemala. Agosto 2012, especiales. Disponible en:

http://especiales.prensalibre.com/especiales/times/ 12082012.pdf Salomone, L. (2010). El amor es vacío. 1era edición. Buenos Aires: Grama Ediciones. 29­37 Tendlarz, E.B. Síntomas de una nueva época. Aperiódico Psicoanalítico Numero 17 Pág.1 Buenos Aires. Waar, H. (2008). Entrevista a Jacques Alain Miller sobre el amor: un laberinto de malentendidos cuya salida no existe. Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.Disponible en: http://soydondenopienso.wordpress.com/2011/09/2 4/entrevita­a­jacques­alain­miller­sobre­el­amor­un­ laberinto­de­malentendidos­cuya­salida­no­existe/

"A la pregunta ¿Cómo amamos hoy?, Ernesto Sinatra responde: ¡Como podemos!"

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Creación de dispositivos transicionales ­ Dispositivo transicional de elaboración clínica

En el presente trabajo nos interesa empezar a considerar otros dispositivos donde los profesionales de la Salud Mental, puedan “jugar” las distintas formas de padecimiento que son propias del sostenimiento de ciertas variedades transferenciales. Nos referimos a las transferencias asociadas a los fenómenos fronterizos, a la psicosis y a la locura. Hemos desarrollado un dispositivo de supervisión / co­visión grupal autogestiva, que incluye dramatizaciones y que no está demasiado reglado ni supuesto su recorrido, se habilita el cuerpo, la creatividad y el juego. Nos proponemos partir de una reflexión sobre el movimiento que va del padecimiento a la experiencia.

R. Rodulfo se interroga sobre cómo se cuida una experiencia, para que pueda desenvolverse, desplegarse, tener lugar. Se plantea que el tomarse el cuidado de cuidar, de cuidar la posibilidad de tener una experiencia es bien distinto a arrogarse la omnipotencia de causarle una experiencia al otro. Experienciar es desde Winnicott la condición para sentirse real. La condición ineludible para que algo que acontece pueda considerarse una experiencia es que pueda ser jugado.

Antonella N. Argento, Eduardo Smalinsky y

Pablo Juan Tajman

Jugar implica siempre algo incalculable, algo que va más allá de cualquier determinismo o estructura. Sin libertad no hay jugar y esta libertad para jugar es central del lado del analista. La capacidad de jugar del analizante dependerá de la capacidad de jugar del analista. Una clave de esto es la improvisación, la invención tal como se la usa musicalmente y no como carencia de preparación, incluso el invisibilizarse puede ser un exponente de esta capacidad de jugar. Por otra parte el jugar atraviesa y toma posesión provisoria de diversos canales y materiales disolviendo oposiciones como la de verbal, no verbal, lo concreto de lo abstracto, lo afectivo de lo cognitivo. L Ú D IC A

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Gran parte de los efectos que genera el jugar se relacionan con una particular manera de producción de pensamiento que implica al cuerpo y que se enriquece del intercambio con otros cuerpos. El jugar implica un nivel de participación que supera al compromiso del exclusivo intercambio verbal. La participación del cuerpo en el jugar y su disponibilidad de brindarse como soporte material de una trama fantástica determinan otro modo de implicación.

A partir de la observación sobre los “usos” espontáneos que algunos pacientes hacen de los espacios, tiempos y vínculos dentro de un Hospital Público, comenzamos a pensar esas prácticas como potenciales fenómenos transicionales que permitían el pasaje de una posición de pasividad y sometimiento a una de actividad y creatividad. Nos planteamos entonces cuáles podrían ser los modos y/o dispositivos que tomasen estos “usos” espontáneos y favorecieran las condiciones para la Transicionalidad, donde las únicas invariables de un dispositivo serán un tiempo y un espacio de encuentro, 31

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todo lo demás será pasible de ser modificado (encuadre, técnicas utilizadas, utilización del contenido). Además deberá aceptarse que lo ambiental en sus distintas vertientes (familiar, social, económica, institucional) atraviesa todo dispositivo. De este modo habrá que pensar en tiempos, espacios­lugares y haceres diversos a los esperados típicamente en un consultorio, aunque posiblemente un recorrido así pueda modificar lo que ocurre en el mismo. Nos referimos a la construcción de un "dispositivo a medida" que se armará en torno al juego que el paciente porta, muchas veces sin saberlo. Podemos mencionar a modo de ejemplo, algunos dispositivos en los que participamos, realizados en un hospital público y que desarrollamos en un trabajo anterior: taller de juegos para adolescentes, taller abierto para padres, en simultáneo con un taller de juego para chicos y un espacio grupal abierto para pacientes que no encuentran inclusión en otros dispositivos institucionales. Constatamos que aquellos dispositivos que basan su dinámica en el

involucramiento del cuerpo y la inclusión de otros, otorgan una potencia creadora (Deleuze) al jugar, que amplía las posibilidades elaborativas, y produce acontecimientos (Badiou).

En el presente trabajo nos interesa empezar a considerar otros dispositivos donde los profesionales de la Salud Mental, puedan “jugar” las distintas formas de padecimiento que son propias del sostenimiento de ciertas variedades transferenciales. Nos referimos a las transferencias asociadas a los fenómenos fronterizos, a la psicosis y a la locura. Hemos desarrollado un dispositivo de supervisión / co­visión grupal autogestiva, que incluye dramatizaciones y que no está demasiado reglado ni supuesto su recorrido, se habilita el cuerpo, la creatividad y el juego.

Partimos de la idea de que si el sufrimiento en estas modalidades transferenciales se da principalmente en el cuerpo del analista, entonces hay algo de su cuerpo que debe poder ser jugado. Se trata de un dispositivo que busca la elaboración en el mismo registro del sufrimiento del paciente.


Escritos

Este dispositivo consiste en una actividad grupal donde uno de los participantes aporta un material clínico para ser elaborado. Se trata de un problema transferencial, es decir una dificultad clínica que consiste no solo en las características psicopatológicas del paciente, sino cómo esta transferencia afecta al analista. Es deseable que el analista pueda hablar de esas dificultades, de cómo las experimenta, de cómo se siente afectado. Este relato que va constituyendo una nueva ficción es también producido por el resto del grupo, que escucha, pregunta, asocia, opina y se deja afectar por estas dificultades. Existe la función de coordinación, que acompaña la construcción del relato, introduce una escucha analítica y sostiene cierto nivel de abstinencia en cuanto a la identificación con el padecimiento. Todo esto produce un recorte en cuanto al relato

"A dónde vas" de Florencia Russo

y también en las escenas que se van constituyendo para ser luego dramatizadas. Nos juntamos en grupo. Somos más de ocho. El que trae el tratamiento a trabajar, empieza relatando libremente, como le salga, lo que ocurre y lo que le ocurre en ese caso.

El relato de modo semejante que en una narración o en un cuento, genera una atmósfera, en donde se puede experimentar algo de un fenómeno transicional interrumpido­detenido que se padece. La duración del relato no está estipulada, este proceso puede requerir de un tiempo cronológico de más de 45¨, o puede durar más de un encuentro. Es importante que exista un espacio de despliegue para el relato y para las afecciones que el soportar la transferencia produce. L Ú D IC A

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Escritos

Cuando se ha podido constituir una ficción que dé cuenta no solo del paciente sino de los modos de padecimiento en que se ha convertido el tratamiento, se puede comenzar con el juego dramático, es un jugar en donde el analista puede buscar­encontrar en el grupo a su ¨paciente¨. Uno hace de terapeuta y otro de paciente. La dramatización se hace como una improvisación en la que cada participante actúa como resonó en él/ella la construcción del relato. No se busca una reproducción fidedigna de la escena relatada. Es en este punto donde nos solemos sorprender, porque aparece una diferencia entre lo que pensamos, imaginamos o dijimos que podríamos hacer como terapeutas si estuviésemos en ese lugar, y lo que efectivamente sucede en ese hacer cuando lo escenificamos. Esto permite ubicar de un modo más preciso dónde

están el o los obstáculos. Volvemos al relato verbal y pensamos sobre eso. Puede ser que volvamos a dramatizar, se puede repetir la escena todas las veces que se necesite y se puede interrogar a los personajes sobre lo que experimentan, sienten y cómo son afectados. Solemos hacer inversiones de roles para que el terapeuta que trajo el material (y algún otro) pueda “ser” el paciente, sentir desde el paciente. Esto a veces nos permite entender qué puede y qué no en ese momento esa persona. Nos hace distinguir resistencia de imposibilidad, y también en qué punto la resistencia es del analista. Y en la medida en que vamos sintiéndonos cada vez más en confianza entre nosotros, cada vez jugamos más y nos preocupamos menos por la mirada del otro: por qué pensará de nuestros desaciertos y aciertos, de nuestras dudas y certezas, de nuestro sufrimiento. Se puede recurrir para enriquecer el

juego a distintos recursos psicodramáticos como el soliloquio, los doblajes, los entre, la interpolación de resistencias y las multiplicaciones dramáticas que en este dispositivo consistirían en que otros integrantes del grupo recrearan la escena de la situación clínica con las resonancias que les produjo la escena original. Todo este trabajo de dramatización puede desarrollarse en por lo menos 45¨ o más y se apuntará sobretodo al relanzamiento de un juego interrumpido o la exploración de coordenadas que permitan la superposición de las zonas de juego. Se trata de que el analista pueda volver a jugar generando las condiciones que hagan a ese juego posible. Resulta útil tanto para quien lleva adelante ese tratamiento como para los otros, ya que muchas veces algo se relanza en el tratamiento de ese paciente, y también en nosotros.

"“Desarrollamos un dispositivo transicional que busca la elaboración en el mismo registro del sufrimiento del paciente”."

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Escritos

A continuación describiremos un ejemplo, en base a un material clínico en particular, con el fin de mostrar cómo transcurre un encuentro del dispositivo.

Se trata de una paciente adolescente de 14 años que llamaremos Libertad, viene acompañada por la mamá que dice que está muy preocupada porque hay una organización de trata de mujeres que ha intentado secuestrarla. Vive con la mamá y un hermano menor en un barrio de la Capital, el hermano mayor se mudó con el padre, que no es el padre biológico de Libertad. Libertad y su mamá se llevan pésimo, se sacan chispas, y desde los 9 años Libertad se escapa de la casa y a veces desaparece por días.

El tratamiento comenzó en abril de este año, Libertad usa el espacio, viene a hablar aunque se muestra muy alterada, y concurre sola al hospital. La mamá faltó tres veces a entrevistas en que fue citada. La analista manifiesta que no hay padres con los que trabajar. La madre es muy escandalosa e indiscriminada, puede tratar con la misma gravedad una nota baja de Libertad en el colegio como que desaparezca por un día. La madre no acepta venir en calidad de “paciente”, dice que si la analista quiere se podría reunir con ella en un café. Luego exige hablar con la “supervisora” de la analista porque con la terapeuta de Libertad no se entiende. Otra profesional entonces se encuentra con la madre en dos oportunidades pero esta no quiere continuar con las entrevistas. Lo que no deja de hacer son “denuncias” sobre lo

mal que está Libertad. Se señala la importancia que tiene para la madre de Libertad el encontrar un lugar donde se escuchen las denuncias sobre lo “loca” que es Libertad. Tanto la madre como Libertad desde el principio sostienen un lenguaje “legalista” y “jurídico”. La madre hace una referencia permanente a abogados y juicios penales.

Se observa cierto contraste entre Libertad y su madre. Libertad es cumplidora con el tratamiento, viene con sus problemas y tiene un serio interés en ocuparse de ellos.

Otros profesionales presentes en la supervisión señalan, que la situación desarrollada genera mucha impotencia. La madre siempre plantea una situación de encerrona de la que no se puede salir. Libertad dice que roba como robaba su madre y que se fuga como se fugaba la madre cuando tenía la edad de ella.

Se advierte que el robar es algo que Libertad hace para obtener algo que no le es dado espontáneamente. El fugarse de esta madre podría ser leído como un signo de salud aunque pueda traerle muchos problemas e incluso involucrarla en riesgos no contemplados. El problema sería como pensar ese fugarse, que podría ser considerado de una forma distinta de lo que Libertad cree que hace cuando desaparece, incluso si ella realmente “piensa” cuando se fuga, es decir si fugarse está del lado de ser un “objeto” que se pierde o del lado de una posición subjetiva de sustraerse de una intrusión materna o si construye una paradoja de ambas alternativas. De alguna manera la “fuga” que se produce apenas la analista se va de vacaciones es una forma de decir que la analista no se va a poder ir tranquila. L Ú D IC A

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Escritos

"Imposible de cercar" de Florencia Russo

Cuando la analista le informa que se toma una semana de vacaciones, Libertad le pide su número de celular, ante lo cual la analista refiere que puede comunicarse con ella a través del hospital, remitiéndola al marco institucional.

La analista manifiesta que ante la fuga de Libertad, de la que se entera por un llamado de la madre al hospital, un día después de haberse ido de vacaciones, tenía la necesidad de que Libertad apareciera 35

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físicamente, estaba muy angustiada en el hotel en que se alojaba y deseaba que mágicamente apareciera. La mamá puso su foto en Facebook, y además apareció en televisión, lo cual para la analista fue una sorpresa, resultándole extraño ver a la madre de Libertad mucho más arreglada y compuesta que cuando la vio en el hospital, tenía el pelo arreglado y se la veía divina para las cámaras. Se advierte que la vida de la madre, bastante a la deriva adquiere pleno

sentido con esta campaña de búsqueda. Parece también que la pregunta de Libertad sobre si le va a dar el celular fuera “¿Vos querés tener una vacaciones tranquilas?” Se podría interrogar qué le sucede a Libertad con su mamá y con las otras personas. Si en todo proceso adolescente hay en juego una separación, una discriminación que puede ser más o menos tolerada, más o menos acompañada, en este caso es un modelo de cómo las fugas la mantienen pegada a la


Escritos madre pero también es destacable que ella puede sostener con la analista, una relación­tratamiento bastante estable.

Se le pregunta a la analista si considera que de haber habido alguna conexión directa con la paciente se habría sentido menos angustiada. La analista responde que Libertad dijo que fue secuestrada. Y surgió la pregunta de ¿cómo regresó? Se registra que hay algo de la comunicación que en la vida de Libertad se encuentra alterado. Y que si se encontraran alternativas a los modos de comunicación, la fuga no sería el modo predominante de presentación. Parece ser que Libertad buscaba una conexión privada con la analista que tiene un valor paradojal en un tratamiento hospitalario.

Se propone iniciar un juego dramático donde la analista haga de Libertad y otra profesional haga de la terapeuta. Hablan sobre el tema del pedido del celular: “Libertad” (“L”) dice que tiene un celular nuevo y cuando le preguntan de dónde salió es muy poco clara para hablar sobre su origen, después de esto le pide a la “Analista” (“A”) que acaba de

mencionar que se va de vacaciones que le dé su número de celular. Esta le dice con distintos argumentos que no, que hasta que no se aclare todo el tema sobre el origen del celular, puede comunicarse con ella dirigiéndose a la guardia, desde donde a la analista le avisarán. En un soliloquio posterior la “Analista” dice: “Yo siento que lo que hice estuvo bien, aunque también manifiesta que nunca sabe qué hacer con esta piba y con este tipo de situaciones...”. “Libertad”, hace otro soliloquio y dice sentir una fuerte sensación de desamparo, de vacío y que no sabe qué hacer durante la semana que viene en que la analista se ausentará. Se propone una inversión de roles, la analista esta vez escenifica a la terapeuta, y la otra profesional a Libertad. “L”: “Estoy cansada de que todos me acusen de afanar”

"Se trata de un problema

transferencial, es decir una

dificultad clínica que consiste no solo en las

características

psicopatológica s del paciente,

sino cómo esta transferencia

“A”: “¿cómo te sentís con estas acusaciones?”. “L”: “¿Y vos, cómo te sentirías?”. “A”: “Con bronca, desilusionada”. “L”: “Sí, así me siento. Viste que yo te dije que quería ser abogada, bueno hice un test vocacional y me salió locutora, mi vieja me dice qué voy a hacer de mi vida… yo no sé

afecta al

analista."

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Escritos

para qué voy a la escuela”. “A”: “Para ser locutora primero hay que ir a la escuela”. “L”: “Me hice amiga de una piba en la plaza y pensamos que podíamos armar una radio”. “A”: “Me voy de vacaciones. “L”: “Me das tu celular”. “A”: “¿Tenés celular?” “L”: “Si, me lo compró mi tío”. Nuevo soliloquio. “A”: “Siento que lo que hice estuvo bien pero siento angustia y un gusto amargo”. “L”: “Lo de la guardia no lo escuché, no sirve, me voy a quedar sola con mi madre loca una semana”. Sensación de encierro. Incomodidad corporal. Uno de los espectadores comenta de las ganas de matarla a Libertad por su omnipotencia. “L”: “No sé si no sé lo que siento o no quiero decirlo”. Surgen comentarios en el público, que “L” muestra en la sesión su vida cotidiana como una nada. Que los dos personajes hablan

diferentes idiomas, y que es difícil que en esa diferencia se encuentren. Las dos están a la defensiva. “L” habla un lenguaje corporal y “A” dice cosas que por ahí no le sirven. “A”: “Si la mamá llega a tener mi celular o se entera que se lo di a “L” yo no tengo más vida. Es un tema que me llena de miedo sin la estructura institucional”. Se vuelve a rodar la escena pero esta vez se agrega a la madre que le habla desde atrás a la analista. “A”: “así no puedo escuchar nada, con esta madre taladrándome la cabeza todo el tiempo”. La “A” esta con mucho malestar, se levanta y le grita a la madre a pesar de que ese personaje fue introducido como un personaje interior a la “A”. Se destaca lo presente que está la madre en el tratamiento y lo mucho que obstaculiza la conexión entre “A” y “L”. Surge una pregunta ¿Cómo fue la vuelta de Libertad? La analista dice que se enteró que apareció el día anterior

a que ella volviera al hospital. Es decir que no hubo dificultad que cumpliera con el horario que la analista y Libertad habían acordado.

Se concluye con la reflexión de que la banda de secuestradores es sumamente respetuosa de los tratamientos psicoanalíticos de adolescentes. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bleichmar, S.: "Límites y excesos del concepto de subjetividad en psicoanálisis". Rev. Topía N° 40. Freud, S.: Obras Completas Tomo XII. Amorrortu Editores. Winnicott, D.: “Realidad y juego”. Editorial Gedisa. Kononovich, B.; Saidón Osvaldo.: “El cuerpo en la clínica institucional. Escena y afectación”. Lugar editorial. 1994. Rodulfo R.: “Padres e hijos”. Editorial Paidos. Winnicott, D.: “Exploraciones psicoanalíticas I”. Editorial Paidos.

"Jugar implica siempre algo incalculable, algo que va más allá de cualquier determinismo o estructura."

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Expresiones

Dicotomías Dos de las constantes que atraviesan todo el trabajo de la artista son la búsqueda de respuestas en la naturaleza y la relación del individuo con su entorno. Su trabajo reciente, sintetiza una de las dicotomías de la sociedad moderna en cuanto al ambiente se refiere pues no es la idealización de la naturaleza o, por el contrario, la exacerbación del progreso sino precisamente el equilibrio entre las dos posturas lo que ocupa su atención.

Lourdes De La Riva

La obra representó a Guatemala en la convocatoria Internacional de UNESCO para el realizar una obra tridimensional del logo para conmemorar en el año 2000 “AÑO INTERNACIONAL DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA”. Los artistas debíamos generar una obra a partir del logo enviado. Mi propuesta consistió en tallar una troza de madera solida manejando el concepto de positivo y negativo por partes iguales, convirtiendo el logo en un glifo de color dorado. El concurso internacional fue Escultura de UNESCO, 1999 abortado por el nuevo presidente de UNESCO y todas las obras fueron devueltas a los artistas con excepción de mi obra la cual quedó en una de las oficinas de un directivo de UNESCO sin mi autorización. Guatemala nunca gestionó el regreso de la misma. L Ú D IC A 38 Lúdica, enero 2013, pg. 38


Expresiones

"Relaciones Infinitas", 1998

El concepto que sustenta la escultura de 3x4 metros es evidenciar los espacios vacíos que pertenecen a todo volumen. Su titulo, "Relaciones Infinitas", se debe a que la obra esta constituida de una infinidad de uniones que generan un camino a seguir que nunca llega a un fin. Se encuentra ubicada en el campus de la Universidad Francisco Marroquín. Elaborada con hierro de 1/4.

Espacios vacíos dentro del volumen de la obra "Relaciones Infinitas", 1998

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Expresiones Instalación que gana el Glifo de Oro en la Bienal de Arte Paiz Guatemala. Plantea la importancia y conciencia del presente, pasado y del futuro. La obra esta constituida por 2 urnas de acrílico y una mesa. La primer urna contiene un personaje tamaño natural, elaborado con periódicos del siglo pasado, y representa al pasado, el presente es representado por una mesa negra en la cual el espectador interactúa con la obra al escribir Visiones escritas colocadas detrás de las urnas "Pasado, presente, futuro", 2000

"Pasado, presente, futuro", 2000

su visión o compromiso con el futuro en un papel el cual es depositado en la urna vacía que representa al futuro. Finalmente el presente es lo único real y valido el futuro nunca llega y el pasado es pasado. La obra tuvo una itinerancia en 3 universidades en Guatemala: Landívar, San Carlos y Marroquín.

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Expresiones

Instalación interactiva, elaborada con una caja de vidrio, un moledor de papel, almohadilla, tinta y papel. El público interactúa con la obra colocando sus huellas dactilares sobre el rollo de papel el cual era demolido por la moledora de papel al ser accionado por el propio público. El testimonio de la acción queda resguardado dentro de la caja de vidrio. El concepto que sustenta la obra es la autodestrucción del ser humano con las guerras, drogas, globalización, etc.

"Presencia Fugaz", 2004

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Expresiones

Es un proyecto que propone una reflexión al texto “Made in China”que leemos en la mayoría de los productos y que podemos interpretar como sinónimo de consumismo masivo. La obra evidencia una inminente realidad de devastación de nuestros recursos naturales a favor de la sobre producción y su consumo. Los elementos elegidos para la obra “Made for China” como, la tinta roja, el papel de arroz, la tipografía utilizada y su semejanza con un gran sello, nos aluden directamente a elementos pertenecientes a la cultura oriental y su comercio. La “Edición Limitada” de un millón de obras, es grabada manualmente sobre papel de arroz, firmada y fechada, empleando como matriz una troza de árbol.

"Made in China", 2008 (obra en proceso)

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Expresiones

1 metro de alto por 25 de fondo y 40 cms de ancho. Peso 6.7 quintales.

Las trozas de mármol blanco son exportadas a Korea para ser convertidas en obras de arte. Cada troza de mármol blanco que reúne las características solicitadas de pureza y calidad es identificada y apartada para ser exportada. Mi propuesta consistió en desviar el destino del bloque de mármol identificado con el numero 59, para convertirlo en el testigo de la actividad de exportación masiva de nuestros recursos.

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"Bloque 59, Made for Korea", 2011


Expresiones

Escultura objeto de la Serie “de los creadores” 2012. Los seres humanos somos parte de la naturaleza, nos consideramos en un estadio superior y desde allí pretendemos dominar y modificar al resto de la naturaleza, lo que genera un juego de poderes , en el cual el ser humano no siempre lleva las de ganar. Las polillas, termitas o chinches de los libros, son seres que habitan encubiertos en una de las creaciones del ser humano, los libros. Desde antaño hasta nuestros días, las polillas intervienen en silencio devorando sin saberlo, los pensamientos plasmados en letras y graficas impresas en un gesto de sobrevivencia y esperando no ser descubiertas. Un tiempo de abandono o de descuido por parte del ser humano, le hace perder la partida.

"Ob­jeto", 2012

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Conceptos

Objeto Aquello a lo que el sujeto apunta en la pulsión, en el amor, en el deseo.

Freud (1915) explica que el objeto es múltiple dado que es a la vez el elemento variable de la pulsión y el soporte de las relaciones de amor, y porque preexiste al sujeto y, paradójicamente, es sólo una emanación del mismo. Dado que el objeto no tiene existencia palpable (aún cuando el primer objeto es el seno o la madre, existe en éstos una parte proyectada, que hace que el objeto de satisfacción no coincida nunca con el objeto real). El objeto en psicoanálisis debe concebirse como un soporte de investiduras, un factor de transformaciones sucesivas de éstas en relación con las vivencias de placer­displacer. Winnicott habla del objeto como un objeto subjetivo, que cualquiera que sea su naturaleza, está destinado al sujeto aún antes de que éste tenga alguna experiencia con él.

Lacan propone el "objeto a" como un objeto causa del deseo. Este objeto se crea en ese espacio, ese margen que la demanda (el lenguaje) abre más allá de la necesidad que motiva y es la condición absoluta de su existencia en tanto sujeto deseable.

Lacan reconoce en el objeto transicional de Winnicott (objeto que constituye una zona intermedia entre lo interno y lo externo, generalmente un juguete, muñeca, frazada, pedazo de lana, etc.), estructura paradójica del espacio que este objeto crea, ese "campo de ilusión" ni interior ni exterior al sujeto. Lacan traslada sobre el sujeto mismo la división operada por Klein entre objetos buenos y malos; ella es causada por el objeto y las proyecciones que se realizan en el mismo. ­ Chemama & Vandermersch (2004). Diccionario del psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu ­ Mijolla & Mijolla­Mellor (1996). Fundamentos del psicoanálisis. Madrid: Editorial Síntesis. ­ Rycroft, C. (1995). A critical dictionary of Psychoanalysis. London: Penguin Books. 45

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En cartelera

Análisis de Daniela Moreno y Marcela Wer

"Black Swan" es un film escalofriante que de forma intensa y didáctica muestra la psicosis adulta como un estancamiento en las primeras fases de la psique infantil. Este thriller psicológico nos presenta la historia de Nina Sayers, una joven estudiante de ballet que bajo la presión del papel protagónico en ¨El Lago de los Cisnes” se desborda en una psicosis fuerte y violenta. Su trayectoria hacia la locura se hace muy compatible con las teorías que Melanie Klein propuso sobre el desarrollo psíquico en el ser humano. Melanie Klein fue una psicoanalista que inaugura de una forma profunda la concepción del desarrollo psíquico desde las primeras etapas del desarrollo. A diferencia de otros autores, no habla de etapas sino de posiciones en el desarrollo psíquico que el sujeto puede retomar a lo largo de la vida según las circunstancias, o bien, en las que puede quedarse estancado. L Ú D IC A

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En cartelera

Klein explica que un infante comienza su desarrollo intrapsíquico en la posición esquizo­ paranoide en la que percibe objetos de forma parcial y desintegrada. Su primer objeto de amor, el pecho de su madre, es Bueno porque lo satisface, lo alimenta y lo protege. Sin embargo, el hambre que le da lo percibe como fuera de él. El niño piensa que su frustración y su dolor se lo provoca otro Pecho Malo que lo priva de placer. Esta escisión de objetos es la primera defensa del yo y es a la cual recurre Nina. El yo de Nina está escindido en objetos Bueno y Malos, al igual que el objeto primario de amor y de odio. Ella contiene y reconoce dentro de sí misma lo bueno, las pulsiones de vida y de amor. Se presenta siempre vestida de blanco y rosado, perfectamente peinada, y con una actitud muy complaciente ante los demás. Ella es perfecta, siempre portándose bien para su madre, siendo muy ingenua ante (y negando) los objetos sexuales. En general se comporta como una niña. Estas conductas son señales de un estancamiento en los estadios muy tempranos de la infancia. Se evidencia que ella está en la posición esquizo­paranoide cuando le dan el papel de la Reina Cisne en “El Lago de los Cisnes”. El director de la obra le exige que logre dividir su interpretación en dos, un cisne blanco, inocente y bueno, y un cisne negro, malo, y sexual. Sin embargo, Nina, teniendo un psiquismo primitivo sin capacidad de simbolizar, lo toma literal y busca convertirse en el cisne negro que tanto le cuesta personificar. Se hace obvia la desintegración psíquica en ella cuando comienza a alucinar objetos malignos, vestidos de negro, que la persiguen en el metro, en el teatro, e incluso en su propia casa. Melanie Klein diría que Nina pone su pulsion de muerte, su 47

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En cartelera agresión, en el mundo exterior como un bebé lo hace en el Pecho Malo. Esto le causa una angustia muy aguda y real.

Desde el comienzo de la historia, los conflictos que Nina tiene con el Objeto Bueno y el Objeto Malo siguen muy presentes durante toda su vida. No ha logrado lidiar con ellos de forma sana y satisfactoria. Su madre, Erica, sigue estando muy escindida para ella. A veces es buena, y Nina la ama de sobremanera porque es su cuidadora, pero muchas otras veces, intenta quitarle su posibilidad de sentir placer. Estas últimas representan la presencia de un Pecho Malo que la priva de su de su satisfacción. Este objeto agresivo está presente la mayor parte del tiempo, pues Erica está encima de su hija, incitándola a ser perfecta y a permanecer como una niña, tratándola como tal; ella le corta las uñas, le tiene el cuarto lleno de peluches, y hace que Nina le diga “Mamita”. También la priva de sus impulsos sexuales invadiendo su privacidad. En una escena de la película Nina comienza a masturbarse por instrucciones del director del ballet para ponerse en contacto con el personaje del cisne negro, pero repentinamente se da cuenta que Erica está dentro del cuarto con ella. Su madre, estando presente todo el tiempo no deja espacio para el deseo ni la falta en su hija. Se vuelve persecutoria. Es por eso Nina no logra internalizar un objeto bueno que la sostenga. Klein diría que sin ese primer objeto internalizado, no se forma la primera identificación con la madre. Nina no se identifica con su madre, sino la introyecta siguiendo literalmente la vida que su progenitora deseaba para ella misma. Sin identificación, explica Klein, no hay posibilidad de simbolizar.

Si Nina no simboliza, tampoco sublima sus impulsos y sólo los mantiene reprimidos, contenidos por límites concretos y reales. Es por esto que Nina se aferra a la presencia física y constante de su madre y a las reglas rígidas de la técnica del ballet, una de las disciplinas más estrictas y concretas en el mundo del baile. La simbolización es esencial en el desarrollo del yo porque es el medio por el cual éste se relaciona con el mundo.

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En cartelera Por eso Nina no se relaciona con el exterior, ni acepta la falta. No ha tenido novios ni tiene amigas. Cuando caen los límites reales que la sostenían, ella crea sus propios objetos desde su interior, en la psicosis.

Según Klein, la envidia es producida por un registro de algo que debería ser propio pero no es. Se destruye al otro para apropiarse de sus contenidos de forma sádica­ canibalística, devorándolo para introyectarlo. En Black Swan, esto se ejemplifica con la relación entre Nina y Beth, la vieja bailarina a quien reemplazó como Reina Cisne. Nina la admira por su trayectoria profesional, pero a la vez la envidia y desea ser como ella (o ser ella). Por su incapacidad de simbolizar, no le es posible identificarse a los rasgos que desea, sino intenta ser ella de forma literal: se roba los artículos personales de Beth para usarlos. Luego con estos mismos destruye a la vieja bailarina, alucina que Beth se apuñala a sí misma con su lima de uñas, cuando en realidad es Nina quien luego tiene en la mano la lima ensangrentada.

Por otro lado, está el personaje de Lily, una bailarina nueva en la compañía de ballet que gana la admiración del director por su pasión y desinhibición al bailar. Nina se percibe en peligro de perder el papel protagónico, pues a pesar de ser el perfecto cisne blanco, no posee estas cualidades al realizar el papel del cisne negro. Al comienzo de la película ella rechaza a Lily por su falta de estructura, pues ella personifica todo lo que la protagonista percibe como amenaza, el Pecho Malo. A lo largo de la película, Nina proyecta sus impulsos agresivos y sexuales en Lily. La alucina teniendo relaciones sexuales con el profesor, algo prohibido para ella. Más adelante en la trama de la historia, Nina comienza una amistad con Lily, saliendo con ella e imitándola en su vestimenta y su conducta. Es entonces cuando se ve cómo introyecta ese Pecho Malo y comienza a rebelarse contra la madre, representante del Pecho Bueno. Esto culmina en una escena sexual con Lily que Nina alucina.

Al llegar el día del estreno del ¨Lago de los Cisnes¨ Nina se ve descontrolada. Se hace evidente el cambio en su psiquismo puesto que llega tarde, se le nota sumamente ansiosa y muy desestructurada. Se encuentra con Lily quien le confirma que su encuentro sexual no sucedió y esto resulta muy angustiante para Nina y le impide desempeñarse de forma exitosa en el primer acto de la obra. Irónica y simbólicamente, ella ya no logra personificar el cisne blanco, cayéndose en escena. Tras este fracaso, regresa al camerino y se encuentra con Lily quien se prepara para salir en segundo acto de cisne negro. Ellas pelean y Nina termina apuñalándola con un 49 L Ú D IC A Lúdica, enero 2013, pg. 49


En cartelera fragmento de espejo en el abdomen, de nuevo cometiendo un acto sádico y canibalístico como el asesinato de Beth. Los deseos primarios e infantiles de destruir al Pecho Malo se hacen reales cuando Nina mata a su doble maligno Lily antes de personificar al Cisne Negro. Es en este momento en que termina la introyección del Pecho Malo, pues Nina literalmente se convierte en cisne con plumas negras. Su cuerpo se contorsiona para parecerse al de un ave, siendo esto una manifestación de la fragmentación de su psique. Es éste el único momento en que logra realizar el papel, y su interpretación es impecable y terrorífica.

Después de esto todos la aclaman incluyendo a Lily. Es en este momento que Nina se percata de que el asesinato fue una alucinación. Se da cuenta que es ella quien está sangrando del abdomen, pues Pecho Bueno y Pecho Malo realmente pertenecen al mismo objeto y no se puede destruir a uno sin el otro. Los conflictos entre lo bueno y lo malo que se vieron a lo largo de la película se hacen confusos porque Nina encarna lo Malo, literalmente volviéndose en este cisne seductor desde su creación psicótica, y es su Cisne Blanco y bueno el que finalmente muere en el escenario.

La incapacidad de simbolización es lo que llevó a Nina a su desencadenamiento psicótico. Tanto la relación simbiótica con la madre, como con la figura masculina en el director le hacen exigencias desde lo real. Aquélla la obliga a comer mientras éste le demanda que se masturbe, ambos mandatos muy concretos y opuestos (Pecho Bueno versus Pecho Malo). Al hacérsele real la lucha interna entre lo bueno y malo, Nina comienza a proyectar sus pulsiones en los objetos externos, como Lily, Beth y las figuras negras que la persiguen, y el mundo se vuelve un lugar muy amenazante. Asimismo, Nina también actúa desde lo real la dicotomía de Cisne Blanco y Cisne Negro, fragmentándose totalmente (psíquica y físicamente). No cabe duda que ¨Black Swan¨ es una oscura maravilla que provoca muchas interrogantes psicológicas que por momentos se amontonan, pero es eso precisamente lo que da mucha riqueza y valor intelectual al film. El análisis aquí presentado es seguramente sólo una de muchas formas de interpretar y entender la fragmentación psíquica de Nina Sayers.

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En el taller

Te invitamos a participar en los siguientes eventos académicos:

"Grupos terapéuticos"

Virtual impartido por Carlos Pachuk

en Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares Buenos Aires, Argentina 4 clases en enero contacto: docencia@aappg.org.ar "2013 National Meeting" Presencial en American Psychoanalytic Association Nueva York, Estados Unidos 15 a 20 de enero contacto: info@apsa.org, www.apsa.org

"Las nuevas sexualidades" Presencial impartido por Norberto Inda en Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares Buenos Aires, Argentina viernes 18 y 25 de enero y 1 y 8 de febrero 5:30 ­ 7:30 pm. contacto: docencia@aappg.org.ar "Estructuras clínicas" 51

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Presencial impartido por Alicia Pagliarani, Adriana Beuille, Nancy Hagenbuch, Perla T. de Cheba Terrab, Liliana Berraondo

en Discurso Freudiano Buenos Aires, Argentina miércoles 9 de enero a lunes 25 de febrero, todos los miércoles y jueves de enero y lunes de febrero contacto: www.discursofreudiano.com "Clínica de los desórdenes narcisistas en la adolescencia" Presencial impartido por Marcelo Luis Cao en Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares Buenos Aires, Argentina

jueves 7, 14, 21 y 28 de febrero 1:00 ­ 3:00 pm. contacto: docencia@aappg.org.ar

"Los caminos de la cura. Estrategias de intervención" Virtual impartido por Gustavo Gewürzmann en Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares


En el taller Buenos Aires, Argentina 4 clases en febrero contacto: docencia@aappg.org.ar

"Variaciones en la clínica de lo catastrófico. Intervenciones y dispositivos de elaboración" Seminario ­ taller presencial impartido por Alejandra B. Besozzi, María del Carmen Beltrán en Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares Buenos Aires, Argentina viernes 8, 15 y 22 de febrero y 1 de marzo 2:00 ­ 4:00 pm. contacto: docencia@aappg.org.ar "'La pareja' pensada desde el psicoanálisis vincular" Virtual impartido por Elena S. Berlfein, Sara Moscona en Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupo, Instituto de Psicoanálisis de las Configuraciones Vinculares Buenos Aires, Argentina 4 clases en marzo contacto: docencia@aappg.org.ar "El concepto de instinto: de William James a Sigmund Freud"

Conferencia presencial impartido por Allan Fernández en Inspiration Lab San José, Costa Rica miércoles 20 de marzo 6:30 pm. contacto: allanfernandez@ucreativa.com "Curso de capacitaçao em acompanhamento terapêutico" Presencial impartido por Adrianna Zucchi, Alex Sandro Tavares da Silva, Farid Bessil, Vicente Coda en Comunidade terapêutica D. W. Winnicott Porto Alegre, Brasil sábados 9 de março a 22 de junho 8:00 am ­ 12:00 pm. contacto: winnicot@brturbo.com.br

www.revistaludica.com info@revistaludica.com Revista Lúdica RevistaLudica

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En el taller ENCUENTRO PSICOANALÍTICO GUATEMALA 2013

SUBJETIVIDAD Y CLÍNICA PSICOANALÍTICA EN LA ACTUALIDAD 6, 7 y 8 de junio de 2013 GRAND TIKAL FUTURA HOTEL Ciudad de Guatemala Con invitados reconocidos a nivel internacional en el ámbito del Psicoanálisis Contemporáneo

Más información en:

www.encuentropsicoanaliticogt.org info@encuentropsicoanaliticogt.org encuentropsicoanaliticogt EncuentroPsicoG

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Sobre autores Antonella N. Argento Bustamante

Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba, Pcia. de Córdoba. Psicóloga Becaria Ad Honorem del Centro de Salud Mental Nº 3 Dr. A. Ameghino ­ Equipo Infanto Juvenil Turno Tarde. Miembro del grupo autogestivo: Proyecto Comunitario. CSM N°3. Coordinadora de talleres de juegos. Ex docente de la Facultad de Psicología en la Universidad Nacional de Córdoba. Especialización en Políticas Comunitarias en la Universidad Nacional de Lanús en Buenos Aires. Docente del curso de Posgrado en Psicoanálisis del Centro de Salud Mental nº 3 “Dr. A. Ameghino” de la Ciudad de Buenos Aires. Ha publicado “Taller de juegos: una experiencia en movimiento”. Antonella Argento en colaboración en la Revista Psicoanálisis y el Hospital N°40. Ediciones del Seminario Nov. 2011, “Jugando se crean condiciones para vivir” en colaboración en Espacio Potencial (http://www.espaciopotencial.com.ar/elestudio/noveno_anio/jugandosecrean.html) y en Revista Topia Web Agosto 2012 (http://www.topia.com.ar/articulos/jugando­se­ crean­condiciones­vivir), entrevista en Espacio Potencial “Jugando en la vereda del Ameghino. Sobremesa con Antonella Argento, Pablo Tajman y Valeria Bonardi.” (http://www.espaciopotencial.com.ar/lacocina/noveno_anio/ameghino.html), “Fenómenos transicionales en la clínica: dispositivos grupales y uso” en colaboración en el libro “Premio Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires”, Edición de la Facultad de Psicología año 2011. El trabajo obtuvo la Mención Especial de dicho premio y el Premio Bleger de la Asociación Psicoanalítica Argentina 2011. antonellaargento@hotmail.com

Lourdes De La Riva

Se formó con los maestros Juan de Dios Gonzáles y Daniel Schafer. Asistió a talleres con los maestros Ibrahim Miranda, Luis González Palma, Betzabé Romero, Saidel Brito, Erwin Guillermo y Marivi Veliz. Cuenta con 5 exposiciones individuales en Guatemala: Galería de arte Contemporáneo Sol del Río, 2012 y 2010; Galería el Ático, 2008; Paseo de los Museos, 2006; La Fragua, 2000; y una exposición individual internacional, en el Art Institute en Miami 2003. Ha participado en mas de 50 exposiciones colectivas nacionales e internacionales. En Guatemala en la Embajada de México, el Museo de Arte Moderno, el Centro Cultural de España, el Centro Cultural Metropolitano. En el exterior en Centro Cultural de España en Miami; Museo del Niño en Costa Rica; en Rio de Janeiro y Belo Horizonte en Brasil; en el MAM de Santo Domingo, República Dominicana; en el Museo del Barro en Asunción, Paraguay, en Madrid y en Italia. Los premios y distinciones que ha recibido: Primer lugar en convocatoria escultórica olímpica, Guatemala 2012. Primer lugar en la convocatoria escultórica de INMACO, Guatemala 2011. Varios premios en la Bienal de Arte Paiz Guatemala: 2 glifos de oro, 2000 y 2004; mención honorífica 2002; glifo de Plata 2004, seleccionada para participar 2008 y 2010; representó a Guatemala en UNESCO Francia, 1998 (convocatoria mundial de escultura). Artista invitada a exhibir en el MAM Santo Domingo República Dominicana, 2012; en el Museo del Barro en Asunción Paraguay, 2012. Artista invitada L Ú D IC A 54 Lúdica, enero 2013, pg. 54


Sobre autores

para exhibir en la exposición colectiva colateral a la 6ta Bienal de Curitiba en las ciudades de Rio de Janeiro y Belo Horizonte en 2011. Representa a Guatemala en la I Trienal del Caribe y Centroamérica en la cual obtiene una mención especial, 2010; exposición internacional itinerante “Ojo Latino” Chile, Brasil, Italia 2009; en la Bienal del Istmo Centroamericano, en Panamá 2004 y en Costa Rica 2000. Publicada por Arthur Williams en The Sculpture Reference by Sculpture Books Publishing USA, con la escultura urbana Relaciones Infinitas 1998, ubicada en el Universidad Francisco Marroquín. Su obra se encuentra en colecciones privadas nacionales e internacionales, Estados Unidos, Francia, España y Chile. Publicada por la Revista Nagari #1, Miami USA en 2012. lourdes@lourdesdelariva.com

María Carmen Di Bartolomeo

Psicoanalista de orientación lacaniana, asociada de la NEL (Nueva Escuela Lacaniana) desde 2003. Licenciada en Letras otorgado por la Universidad de los Andes en Mérida, Venezuela (1978). Master en Ciencias de la Educación otorgado por la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos (1982). Cierre del pensum de Licenciatura en Psicología Clínica de la Universidad Francisco Marroquín (2005), quedando pendiente los tramites del título. Ejerce en Guatemala la clínica privada desde el 2007. Participó en un proyecto interinstitucional de la NEL­Guatemala con una institución pública proporcionando tratamiento psicoanalítico a pacientes pediátricos y sus familiares. Trabajó y colaboró en la fundación del CPCT (Centro Psicoanalítico de Consulta y Tratamiento). marydi1@hotmail.com

Regina Menéndez De La Riva

Licenciada en Psicología Clínica cum laude de la Universidad Francisco Marroquín, Guatemala. Fundadora y miembro de Junta Directiva del Centro ProSaMe para niños y adolescentes. Actualmente realiza estudios de Psicoanálisis en el Instituto del Campo Freudiano – Sección Clínica de Barcelona y en la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis en Barcelona, España. Ha publicado: "Maximón, un envoltorio de goce" en Nodvs. L'aperiòdic virtual de la Secció Clínica de Barcelona Nodvs, XXXVII Julio 2012, "Insatisfacción comprada" en FLACSO Guatemala, primera revista centroamericana de estudios culturales Agosto 2012. rmenendez@centroprosame.org

Daniela Moreno

Estudiante de quinto año de psicología clínica en la Universidad Francisco Marroquín. Trabaja como terapeuta de apoyo en Muévete y Crece, un centro multidisciplinario de atención psicológica y psicomotriz. dmquintanal@yahoo.com 55

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Sobre autores Eduardo Smalinsky

Licenciado en Psicología por la Universidad Buenos Aires (1983). Psicólogo de planta, Supervisor y Docente del Centro de Salud Mental Nº3 “Dr. A. Ameghino” del G.C.B.A. y de su Curso Prolongado de Psicoanálisis (Post­Grado). Titular del Seminario: “Transferencia como zona intermedia de experiencia”. Ex Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de La Plata (Pcia. de Bs. As.) en las materias: Psicología de la Personalidad, Historia de la Psicología, Psicopatología Adultos, Psicopatología Infanto Juvenil, Clínica de Adultos y Clínica Infanto Juvenil. Co­Editor de www.espaciopotencial.com.ar . Co­Autor de “Winnicott para Principiantes” Editorial Longseller y de “Intervenir en la Emergencia” Editorial Letra Viva. Investigación sobre Fenómenos Transicionales en el Doctorado en Psicología de la U.N.L.P. Entre los premios recibidos se encuentran: XV Encuentro Latinoamericano sobre el pensamiento de D.W.Winnicott. 2ª Mención Especial a Trabajo Libre 2006, Premio Facultad de Psicología U.B.A. Mención Especial 2011, Premio José Bleger Asociación Psicoanalítica Argentina 2011. Diversas Presentaciones y Publicaciones en Revistas, Jornadas, Seminarios y Congresos. eduardosmalinsky@psi.uba.ar

Pablo Juan Tajman

Licenciado en Psicología por la Universidad de Buenos Aires ­ Diploma de Honor. Psicólogo Becario Ad Honorem del Centro de Salud Mental Nº 3 Dr. A. Ameghino ­ Equipo infanto juvenil turno tarde. Coordinador de talleres de juegos. Ex docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Barceló y de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Docente del curso de Posgrado en Psicoanálisis del Centro de Salud Mental nº 3 “Dr. A. Ameghino” de la Ciudad de Buenos Aires. Ha publicado: “Galleguitos en fuga” en Espacio Potencial (http://www.espaciopotencial.com.ar/elestudio/noveno_anio/galleguitosenfuga.html), entrevista “Jugando en la vereda del Ameghino. Sobremesa con Antonella Argento, Pablo Tajman y Valeria Bonardi.” en Espacio Potencial (http://www.espaciopotencial.com.ar/lacocina/noveno_anio/ameghino.html), “Fenómenos transicionales en la clínica: dispositivos grupales y uso” en colaboración en el libro “Premio Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires”, Edición de la Facultad de Psicología año 2011. El trabajo obtuvo la Mención Especial de dicho premio y el premio Bleger de la Asociación Psicoanalítica Argentina 2011. mestichole@yahoo.com.ar

Marcela Wer

Estudiante de quinto año de psicología clínica en la Universidad Francisco Marroquín. Actualmente realiza sus prácticas como psicoterapeuta con la corriente psicoanalítica en la Clínica Viktor Frankl. marcelawer@ufm.edu L Ú D IC A 56 Lúdica, enero 2013, pg. 56


Sobre autores Liza M. Zachrisson

Licenciada en Psicología Clínica magna cum laude de la Universidad Francisco Marroquín (UFM) en Guatemala. Co­fundadora y miembro del Consejo Editorial de Revista Lúdica. Docente auxiliar de las cátedras de Técnicas en Psicoterapia, Técnicas Proyectivas y Terapia Sistémica en UFM. Actualmente cursa el título de Experto en Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicología de la Salud y de la Universidad de San Jorge (Zaragoza, España). Ha publicado "Consideraciones clínicas sobre la inundación de TDAH" en Revista Lúdica (1a. Edición, enero 2012). Entrevistas "Lo lúdico del amor" en colaboración (http://www.elperiodico.com.gt/es/20121203/salud/221449/) y "Silencios que gritan" (http://www.elperiodico.com.gt/es/20120723/salud/215437/). Se desempeña en práctica privada en Guatemala. lzachrisson@ufm.edu

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Proximamente nuevo segmento "En el consultorio" donde tendremos datos de profesionales de distintos países. Si deseas formar parte de este directorio profesional ingresa a www.revistaludica.com o escríbenos a info@revistaludica.com

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Lúdica, enero 2013, pg. 58


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