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Treinta y dos fuettés, Soledad Gago
Por Soledad Gago
María Noel Riccetto, por Lucía Chilibroste
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Una vida entre dos mundos
Una cree que sabe todo sobre la vida de María Noel Riccetto, exbailarina, directora artística del Ballet Nacional del Sodre, hasta que lee El equilibrio de bailar, la biografía que escribió Lucía Chilibroste y que editó Aguaclara.
En 280 páginas divididas en tres capítulos –Uruguay (primera parte), Estados Unidos, Uruguay (segunda parte)– Lucía, profesora de historia que se ha dedicado a estudiar la danza clásica (y maneja el tema como nadie en Uruguay), recorre la vida de quien es la mejor bailarina de la historia del país a través de sus palabras y de la mirada de los otros: sus amigos, maestros, compañeros, familia. También a través de un acompañamiento constante a la bailarina desde que llegó a Uruguay en 2012 hasta el día de su última función en diciembre de 2019.
Cada capítulo está, además, dividido. Y en cada subtítulo una tiene la sensación de que todo lo que conocía –lo que conocíamos quienes hemos seguido la carrera de Riccetto– termina de completarse y, a su vez, siente que Riccetto es una persona inabarcable. Su esencia está en estas páginas.
La rigurosidad en la investigación de Lucía es uno de los aspectos más destacables del libro: el archivo, los detalles, la descripción
Foto: Mario Cattivelli.
minuciosa, las escenas –desde el comienzo con Riccetto en el aeropuerto de La Guardia de Nueva York, hasta el día de su última función, con el telón cerrado y el Auditorio del Sodre vaciándose de a poco, diciendo “gracias” hasta el cansancio– que hacen que el lector se sienta a la vez ajeno y parte de un texto que tiene todo lo que debe tener una historia para trascender.
La de Riccetto no es una vida como la de todos y eso la hace fascinante, inalcanzable, lejana. Sin embargo, a ella también le pasaron –le pasan– las mismas cosas que a todos: ha llorado, sufrido, ha sido muy feliz, conseguido sueños, ha dudado, se ha cansado, ha sentido que ya no puede seguir, se cayó y levantó mil veces. Siempre se levanta. Por eso, quizás, es tan como nosotros y la admiramos tanto.
La escritura de Lucía –sencilla, clara, sin vueltas, al hueso– logra que todas esas contradicciones –la vida es siempre contradicción– sean cercanas, nos generen empatía, nos inunden de pasión y nos den ganas de tener la misma fuerza de Riccetto para cumplir lo que deseamos.
Acompañado por imágenes que hacen aún más intenso lo que se está contando (ver la cara de Riccetto niña, llena de ternura y contracción, mientras Lucía narra los años en la Escuela Nacional de Danza), es un libro que se lee fácil –así debería leerse cualquier historia– y una investigación como pocas en la historia de la danza uruguaya.
En el prólogo, Julio Bocca dice que este libro debería ser una lectura fundamental para futuros bailarines y para estudiantes de arte en el mundo. Después de leerlo, queda la sensación de que este libro debería ser obligatorio para cualquier persona que tenga una vocación, un deseo o una convicción y esté dispuesta a conseguirla. La carrera de Riccetto recorrió ese camino: el del deseo que se hace realidad. El libro de Lucía, también.
Foto: Mario Cattivelli.