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¿Nos están invadiendo?

Hugo Fernando Zurita Vanegas Médico Veterinario Grupo Sinantrópicos Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal

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La problemática de las palomas en el centro de Bogotá

Aunque existen varias especulaciones sobre si las palomas traen o no enfermedades a los humanos, ‘no todo contacto genera enfermedad’ y en Bogotá, hasta el momento no se observan registros de casos reportados oficialmente.

Quienes han visitado la Plaza de Bolívar en la ciudad de Bogotá, han logrado evidenciar la proliferación de las palomas que habitan este espacio, generando algún grado de incomodidad a muchos de los ciudadanos, mientras que para otros se convierte en un beneficio turístico y comercial.

Actualmente, se calcula que vuelan por la ciudad un aproximado de 30 mil palomas, las cuales se concentran en puntos críticos de control similares a la Plaza de Bolívar, que ya están identificados por el Instituto Distrital de Bienestar y Protección Animal de Bogotá, por medio de su programa Distrito Alas, iniciado hace dos años, para hacer frente a la problemática social y ambiental que empezó a aumentarse resultado del suministro indiscriminado y voluntario de alimentos (sobrealimentación) y que también encuentran en las basuras de las calles, lo que las ha conducido a una reproducción descontrolada con la consiguiente proliferación de estas aves.

En diálogo con la Revista Negocios e Industrias, Hugo Fernando Zurita, médico veterinario quien desde hace 20 años ha trabajado con asuntos de salud pública y que en la actualidad trabaja junto a biólogos y trabajadores sociales, para darle una mejor calidad de vida a estos animales y a los ciudadanos, nos contó las principales causas de este acontecimiento y qué está haciendo el Distrito para el control de esta población y así disminuir los diferentes impactos identificados tanto para las aves como para el entorno que habitan.

¿Por qué la Plaza de Bolívar?

“Esas construcciones coloniales tienen condiciones adecuadas para que las palomas permanezcan allí (aleros, cornisas, entretechos amplios, etc.); estos huecos son perfectos para que ellas entren, y encuentren un lugar para sus familias, porque, además estos materiales concentran el calor y hacen que su vivencia sea mucho más cómoda” enfatiza Hugo.

Así como en la Plaza de Bolívar, las estructuras coloniales que tiene la ciudad

cuentan con espacios propicios para el perchamiento y nidación de estas aves sinantrópicas, pero que no siempre mantienen condiciones aptas para la especie, como se puede apreciar en áreas similares como la Plaza de Lourdes, Plaza del Divino Niño en el 20 de Julio y parques donde hay aglomeración de personas, que son los puntos preferidos de estas aves para alimentarse y vivir.

¡Esto es lo más importante!

Como seres vivos ‘donde nos dan buena comida nos amañamos’; los humanos estamos cambiando la connotación natural del comportamiento de las palomas y ellas encontraron en estos lugares, un restaurante exquisito, pero no saludable para su alimentación. “Por ejemplo, en la Plaza de Bolívar se da una ‘explotación comercial de la especie’, en la que muchas personas les ofrecen alimentos de diversa índole para que permanezcan en esa área, vivir de la fotografía y de todos estos trabajos informales que se desarrollan dentro del marco de la Plaza y en las calles aledañas, como puede ser la venta informal de las comidas rápidas”. A reglón seguido, el experto aclara que esta es la razón principal de la multiplicación y aglomeración de las palomas. Esto desencadena que no solo se alimenten del maíz y los residuos de las comidas rápidas que allí venden, sino también, de la basura que los ciudadanos y turistas dejan a su paso.

Y este viene siendo un problema tanto social como ambiental, pues es el momento donde empiezan a presentarse problemas en la salud de los animales y por ende en la salud de las comunidades.

“Por ejemplo, en la Plaza de Bolívar se da una ‘explotación comercial de la especie’, en la que muchas personas les ofrecen alimentos de diversa índole para que permanezcan en esa área, vivir de la fotografía y de todos estos trabajos informales que se desarrollan dentro del marco de la Plaza y en las calles aledañas, como puede ser la venta informal de las comidas rápidas”.

¿Traen enfermedades las palomas?

Aunque existen varias especulaciones sobre si las palomas traen o no enfermedades a los humanos, ‘no todo contacto genera enfermedad’ y en Bogotá, hasta el momento no se observan registros de casos reportados oficialmente.

“Aunque es cierto que sí hay aparición de enfermedades, tanto dermatológicas como respiratorias en áreas de alta concentración de palomas, tenemos que entrar a demostrarlo. Y si ha existido algún caso de persona contagiada por alguna enfermedad transmitida por una paloma, no ha sido informado, ni registrado”

Sin embargo, esto ha sido causa de investigación; “en las palomas de la Plaza de Bolívar, encontramos un ácaro que está sobre la piel del ave, ahora tenemos que pasar a confirmar si alguna enfermedad, en alguna persona está en relación con este agente. Aún no está confirmado, pero está en investigación”

Pero para afectar, primero ellas tienen que ser afectadas. “La paloma, se está viendo muy afectada en sus condiciones de salud, lo que incluye enfermedades de los tractos digestivo y respiratorio, este último por las condiciones de contaminación de aire en el centro de la ciudad y el primero por el comportamiento humano, por el tipo de alimentos que son suministrados (maíz, sobras de alimentos humanos, basuras, entre otros).

La reproducción y la nidación de las palomas ha sido un problema que muchas veces ha sido objeto de control; “en el mundo se han intentado muchas técnicas para ahuyentarlas como ultrasonido, siluetas de aves rapaces predadores de palomas y barreras de olor. El asunto, es que cuando pasa el efecto ellas vuelven y se acostumbran a seguir buscando el mismo sitio durante generaciones”.

Según Hugo, existen otras formas para controlar la reproducción de estas aves, como el empleo de sustancias contraceptivas que evitan el desarrollo y eclosión del huevo, pero no se han implementado en la zona de estudio, Plaza de Bolívar, porque sería un riesgo para especies de aves silvestres que no necesitan ser contraladas. “Solo en el área de la Plaza de Bolívar, ya identificamos seis especies de aves autóctonas permanentes” Cabe recordar que la paloma no es una especie autóctona; esta especie ha sido clasificada por el Ministerio de Ambiente como introducida, invasora y exótica puesto que tiene su origen en al sur de Europa, Asia y parte del norte de África.

Lesiones de origen viral. Papilomatosis. Lesiones de cabeza frecuentes por enfermedad viral. Aprox. 20% de la población de palomas en Plaza de Bolivar padece esta enfermedad (viruela aviar).

Lesiones de tipo traumático con pérdida de dedos y/o extremidad.

Riesgo biológico y ambiental por concentración de palomas y acumulación de heces

Daños en edificaciones por acumulación de heces. Riesgo Biológico y corrosión de superficies.

Distrito Alas al despegue

El proyecto inició en diciembre de 2017 con una fase de diagnóstico de las condiciones socio-culturales, biótico-ambientales y de salud animal que rodean y afectan a las palomas. En 2018 se desarrolló la fase I y en 2019 la fase II, bajo el nombre Programa Distrito Alas, en los cuales se brindó atención veterinaria a las palomas y se realizó investigación sobre los agentes (parásitos internos y externos, virus, bacterias y enfermedades nutricionales y traumáticas) que afectan con mayor frecuencia a estas aves. Es importante anotar que, desde septiembre de 2018 luego de 10 meses de trabajo con el programa Distrito Alas, los funcionaros lograron pasar de 1900 palomas (abundancia relativa) alrededor de la Plaza de Bolívar a aproximadamente 600 palomas. “Esto se logró con un trabajo permanente uno a uno con las comunidades que llegaban a la plaza de Bolívar a alimentar las palomas, les decimos ‘vea, no las alimente, las está es afectando, por el consumo permanente de maíz y de basura’”

Otro punto importante, es el diálogo con las personas de trabajo informal que permanecen en el este lugar histórico de la capital y que su único sustento es la venta de maíz a los turistas “de esto se encargó el Instituto Para la Economía Social (IPES), quienes les ofrecieron reconversión laboral, dándoles un cubículo para la comercialización en los sectores aledaños a la Plaza de Bolívar”

De los 14 ‘maiceros históricos’, al principio se interesaron seis en el proyecto, de los cuales solo dos aceptaron la reconversión laboral ofrecida por la Alcaldía Mayor a través del IPES.

El portavoz de persona en persona, explicando a los ciudadanos las consecuencias que trae la alimentación voluntaria a las palomas y la afectación a su bienestar, el daño al patrimonio

arquitectónico y la necesidad de la modificación de las estructuras coloniales y el control de la población de estas aves para prevenir la acumulación de heces y los desechos de los nidos, son los objetivos planteados por el Distrito para hacer frente a esta problemática. Pese a lo anterior, el experto aclara que, según la historia, cambiar una costumbre de tantos años, representa un desafío interesante, dado el desconocimiento del público acerca de la especie, lo que requiere proponer cambios culturales que propicien la sana convivencia con estas aves. Sin duda, un cambio cultural que tiene que empezar por cada ciudadano.

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