Salvo el crespúsculo no 4

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dossier de

Microccion Microcción

Yamila Greco Óscar de la Borbolla José Manuel Ortiz Soto Miguel Meza

Adán Echeverría Leonardo Alezones Lau Ana María Shua

Alfonso Pedraza Javier Perucho Agustín Cadena Guillermo Samperio Ramón Iván Suárez Caamal Felipe Garrido Ulises Paniagua Olivares Juan M. Carrasco D. Carlos Santibañez Andonegui

Revista Literaria Digital Literatura y arte

POESÍA

Año II

CUENTO

Número 4

CRÍTICA

Julio 2013

ENSAYO



SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO

I

DOSSIER DE MICROFICCIÓN

56 * El blog “Minificciones de EL CUENTO: una caja de pandora Alfonso Pedraza

59 * Viejo truco * Francesca y Paolo * Nostalgia

48 * Definicines

Agustín Cadena

49 * Minibiografía del minicuento Óscar de la Borbolla

62 * Mi poeta * El Solovino de Capizayo Marcial Carreras

51 * De la isla

63 * Último deseo

* Ak7

* Descubrimiento * Abolengo *Perseo * Accidente

Guillermo Samperio

52 * Sin ruido Felipe Garrido

Ramón Iván Suárez Caamal

53 * El árbol de los ahorcados *Convivencia imposible Ana María Shua

65 * Las razones * Soberbia * Jueves Carmen Yaxmín Hidalgo Posada

54 * La tarea Javier Perucho

Dirección: José Antonio Iñiguez Narváez Subdirección: Luis Alberto G. Sánchez Asistentes de redacción: José Antonio Iñiguez Narvaéz Luis Alberto G. Sánchez Sinae Dasein

66 * La sorpresa * La noche muda Ulises Paniagua

Autores: Carlos Santibañez Andonegui * Óscar de la Borbolla * Guillermo Samperio * Felipe Garrido * Ana María Shua * Javier Perucho * Alfonso Pedraza * Agustín Cadena * Marcial Carreras * Ramón Iván Suárez Caamal * Carmen Yaxmín Hidalgo Posada * Ulises Paniagua * Diana Raquel Hernández Meza * Guillermo Arnul Castillo Ruiz * José Luis Sandín * Carlos Enrique Saldivar * Ricardo Calderón Inca * Dina Grijalva * José Manuel Ortiz Soto * Walter Toscano * Amélie Olaiz * Enrique Ángel González Cuevas * Mario Emmanuel Pineda Quintal * Adán Echeverría * M. Ángeles Vázquez * Miguel Meza * Emilia Gil * Gerardo Cárdenas Robles * Leonardo Alezones Lau * Lucero Balcazar * Yamila Greco * Arely Jiménez * Juan M. Carrasco * David Guerrero * Diana Ferreyra Corral * Víctor Argüelles * Óscar Garduño Nágera * Carlos Prospéro * J. Andrés Herrera * Emanuel Bravo Gutiérrrez * Sebastian Labaronne [FOTOGRAFÍA].

Diseño: Luis Alberto G. Sánchez Consejo editorial: José Manuel Ortíz Soto Luis Alberto G. Sánchez Lucero Balcazar

Salvo el crepúsculo. Revista literaria digital, es una publicación trimestral de formato electrónico, generada en la ciudad de Benito Juárez, Cancún, Quintana Roo, México. Adjuntada en la página web: http://issuu.com/revista_salvoelcrepusculo. Correo-e: revista_salvoelcrepusculo@hotmail.com Las opiniones contenidas en los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de los autores. Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos incluidos en Salvo el crepúsculo, revista literaria digital, siempre que se cite la fuente y el autor.


SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO

68 * 1.- Buenas nuevas.

2.- Conjuro 3.- Desobediencia 4.- Metamorfósis 5.- Metamorfósis 6.- Objetos 7.- Relación peligrosa 8.- Encuentro 9.- Conquista 10.- Felinos Diana Raquel Hernández Meza

71 * Compunción * Conflicto * Reciprocidad

* Invitación * Varios

Guillermo Arnul Castillo Ruiz

88 * Figuras * Hormigas II Walter Toscano

90 * Aniversario * Pescadora de ficciones * Diabluras Amélie Olaiz

92 * Situaciones Zombis * Collages del descuartizador

72 * Día de paga * La denotación

Enrique Ángel Gozález Cuevas

* Con cun de quilos * Fin de censura

94 * Todos

José Luis Sandín

* Una venganza * Niño

73 * Es extraño

Mario Emmanuel Pineda Quintal

Carlos Enrique Saldivar

74 * Atracción

96 * ¿Y mis raices? ¿Qué hacen creciendo

* Teoría y práctica Ricardo Calderón Inca

75 * Cambio de genero * Paradoja 2 Dina Grijalva

* Paradoja * Encuentro marino

en el cielo? * Un horizonte de cruces * Esos fanáticos Adán Echeverría

98 * 77 * Línea 3. Indios Verdes - universidad José Manuel Ortíz Soto

Los pasos diminutos de Augusto Monterroso

M. Ángeles Vázquez


II

David Guerrero

4.30 * Auschwitz * [FOTOGRAFÍA] Sebastian Laronne

4.00

* Historia de Hyma Miguel Meza

4.06

Diana Ferreyra Corral

4.32 * Pasado tan presente Victor Argüelles

4.33 * Hombre de confianza Óscar Garduño Nájera

* Fuga Emilia Gil

4.08

4.39 * Entre líneas * Poesía: nacer desde el Oxímoron

Carlos Prospéro

Gerardo Cárdenas Robles

4.15

* Pájaro antiguo Leonardo Alezones Lau

4.16

* Haikús Lucero Balcázar

4.18

* IX * LII

Emanuel Bravo Gutiérrez

* XX

* La corona de espinas Arely Jiménez

4.25

J. Andrés Herrera

4.43 * Michel Houellebecq: el último profeta

Yamila Greco

4.21

4.40 * Eso revienta

* I (Somari) Juan M. Carrasco

4.47 * La relación entre poesía y dicción Carlos Santibáñez Andonegui

4.53 * Cuento Clitorídeo, apuntes anatómico literarios para denominar un género y sus variantes José Manuel Ortíz Soto

4.63 Colaboradores

SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO|SUMARIO

4.28 * Caer - nos



de microficción

L

a microficción es un género literario que surge como tal a mediados del siglo XX. Sus precursores son tan variados como distintos. A grandes rasgos, este género se debe, como bien señala Javier Perucho, a la modernidad. En la modernidad, la microficción encontró a unos lectores que vieron crecer una civilización que avanzaba de prisa y que parecía demandar lecturas que corrieran en el mismo flujo de la aceleración. Hoy en día, la microficción es un género literario que cada vez toma más fuerza, tanto en las redes sociales como en las publicaciones literarias. Lauro Zavala advierte que esto se debe a su capacidad de satisfacer y asombrar al lector actual. En obediencia a esto, SALVO EL CREPÚSCULO en su cuarto número se place en presentar un extenso dossier dedicado a este género breve. Desfilarán aquí algunas voces conocidas que embanderan la microficción mexicana y de otras regiones, así como otras que comienzan a consolidar su espacio. Sea, pues, esta selección, un gran bestiario de divertimento para nuestros lectores.

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DEFINICIONES Humberto Senegal El minicuento es un gigante que intenta disfrazarse de enano... ¡y lo consigue! Es válido también lo contrario: el enano con peso de gigante.

Enrique Yepes El microcuento es un género emanado de este impulso hacia la levedad, en su constante depuración del lenguaje y la abstracción alada que implica la magia narrativa reducida al mínimo espacio. A diferencia de otros géneros como la novela o el ensayo, que requieren un ajuste particular de su tendencia a la gravedad acumulativa para lograr su ligereza, el microcuento tiene la levedad en la misma raíz de su constitución genérica. Razón por la cual se ha considerado literatura liviana, o una mezcla entre ficción y poesía.

Pilar Trejo Este microgénero sabe conjugar la brevedad con la sensibilidad artística y la reflexión. Su extrema parquedad exige la condensación del pensamiento, el estrujamiento de las ideas en pocas palabras. Para ello se ponen en práctica diferentes técnicas: la frase final aguda o ingeniosa que provoca el afecto sorpresivo; la interacción con otros textos y autores de nuestra cultura occidental (referencias bíblicas, míticas, literarias, históricas) e incluso de culturas ajenas; la ruptura de cánones genéricos y expresivos con el propósito de despistar al lector; la burla, la ironía, la parodia, diferentes formas y técnicas de la risa

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ÓSCAR DE LA BORBOLLA

MINIBIOGRAFÍA DEL MINICUENTO

C

omo no nacemos sabiendo, ni el saber nos viene en la memoria genética, es forzoso que halla en nuestro pasado una etapa cuando nada sabíamos acerca de algo. Por lo regular, solemos olvidar ese tiempo y vivimos con la vaga impresión de que desde siempre fuimos como somos ahora. Para ilustrar esta idea, he de decir que yo casi no puedo imaginarme cómo fue que aprendí a leer, no soy capaz de verme en esos años párvulos ante el tapiz indescifrable de las letras de un libro, ni dibujando mil veces con la mano crispada mis primeras vocales. Sin embargo, así debió de ser, pues nadie sale del analfabetismo sin emprender titánicos esfuerzos. No obstante, mientras que hay muchas experiencias cuyo origen en mí se ha borrado, hay otras que tengo perfectamente bien fechadas: recuerdo, como si hubiese sido ayer, mi primer coito, mi primer romance, el primer golpe que me hizo rodar inconsciente en medio del griterío y las burlas de mis compañeros de la escuela primaria. Con esta nitidez guardo el recuerdo de mi primer contacto con el minicuento. Ocurrió en mi pubertad, cuando mi carácter retraído y huraño me aislaba de la gente y me lanzaba no a las autistas pantallas de los videojuegos de hoy -esos escapes no existían entonces-, sino a las calzadas de los cementerios, al laberinto de tumbas que hay en los panteones, pues era un púber romántico que, con un libro bajo el salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

brazo, se perdía entre las criptas en busca de un sauce que diera sombra a su lectura. Y una tarde, me instalé bajo un pirul que salpicaba las páginas de mi libro con su viscosa sabia. Harto de la llovizna vegetal, me levanté y descubrí el minicuento: los mejores minicuentos, la antología más maravillosa O. de la Borbolla de minicuentos. No me refiero y no se me tome a mal- a los escritos por Monterroso ni a los poemínimos de Huerta, que sin duda son espléndidos, sino a los minicuentos perpetrados por los primeros minicuentistas, por los verdaderos inventores del género, es decir, a los minicuentos que figuran en la mayoría de las lápidas: a los epitafios: “1919- 1958, mamita: tus hijos te extrañan”, o aquel otro, más lacónico aún que decía: “Sin ti no vivo, Pepe”. Me encantaba caminar por el panteón de Dolores, sentir con los dedos los surcos empolvados de las letras labradas en las placas de mármol, la frialdad habladora del granito. Entonces no sabía, por supuesto, que esas brevísimas historias constituían un género literario; pero sí sabía que eran frases sentidas que resumían vidas enteras y me dedicaba a expandirlas, a desenvolver con la imaginación los detalles omitidos por los redactores y, de un simple epitafio, generaba una novela completa: tres o cuatro horas frente a cualquiera de esas frases me permitían comprender lo que sólo la buena literatura nos entrega: la alegre certeza de que existen 049


|| dossier de microficción ||

óscar de la borbolla

minibriografía del minicuento

muchas vidas y la trágica evidencia de que todas son truncadas por la muerte. Mis paseos por los cementerios hicieron de mí un turista de la muerte, un intruso de los dramas ajenos, pues a veces me tocaban tumbas frescas y, al mezclarme entre los deudos, llegaba a conocer a los personajes llorosos que luego, pasadas las semanas, estarían con sus nombres en los epitafios, en los nuevos, recién publicados, minicuentos. Estos contactos no siempre me gustaban, pues era como si primero hubiese visto la película y luego leído la novela y, como se comprenderá fácilmente, no siempre es la mejor forma de acercarse a una historia. Prefiero el escueto epitafio al vivo drama familiar in extenso. La vida puede tener mucha paja, en cambio la literatura es por fuerza sintética. Ahora sé que el resumen se logra mediante la elipsis, que para cargar de asunto las palabras es necesario suprimir esa necia y sosa infinidad de detalles que sobran, y sé que el minicuento es el fruto de la máxima elipsis. Esto lo aprendí no en los libros, sino en los cementerios, pues la muerte es la elipsis por antonomasia, la que suprime en serio, y por ello suelen ser tan serios y tan elípticos los epitafios. Así, nada tiene de extraño que el minicuento haya surgido emparentado con la muerte y que los panteones de todo el mundo sean insuperables antologías del minicuento. Ahora, para terminar, voy a ofrecerles, en primer término, el mejor minicuento que conozco, en segundo, el más famoso y, finalmente, uno hecho por mí para esta ocasión y que, espero, sea el definitivamente 050

más corto de cuantos puedan inventarse: El mejor minicuento que he leído está en una lápida del Panteón Jardín: consta de una sola palabra, pero es una palabra que resume la vida de varios personajes, que muestra la pasión, los disgustos, los desgarramientos, la traición, los celos, la decepción, la rabia. Sobre una sobria piedra negra puede leerse esta hondísima historia:

DESGRACIADA. El más famoso minicuento forma parte de la literatura épica y está armado con narrador autodiegético: es la archiconocida frase dicha por César al vencer a Farnaces: “Veni vidi vinci”. Aclaro que César la compuso con cabal conciencia y con una plena intención de síntesis, pues buscaba informar al senado, con una historia rápida, la rapidez de su victoria. El minicuento más breve posible empecé a componerlo en mi perdida pubertad de paseante de panteones, en los tiempos cuando descubrí mi vocación literaria y filosófica. En él se resumen no sólo mis dudas ante la vida y la muerte, sino la incertidumbre universal del hombre ante el destino. Este minicuento dice exclusivamente: “¿Y?”

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GUILLERMO SAMPERIO

DE LA ISLA

L

ogré salvar a Homero de un intento de asesinato; me mira desde mi lado izquierdo. En verdad lo percibo ciego, pero estoy seguro de que ve por una cerradura que los dioses le otorgaron; me doy cuenta de que piensa en Aquiles cuando éste tocaba la cítara minutos antes de que llegaran los capitanes a conferenciar con él, enviados por el gran jerarca. Aquiles la tararea muy quedo y alcanzo a escucharla apenas como un tañido rítmico que viene de un fondo muy distante de la historia. Es una de las hondas canciones que nunca volveré a escuchar porque presiento que en este momento se está diluyendo y en la niebla que ahora transita la barcarola no escucho nada más que los remos. Oigo, entre la niebla, que Homero baja, sus pisadas sobre los escalones, voces apagadas y la barca se retira de la isla para siempre.

AK - 47

N

Ernesto Deira 8- 9 variaciones sobre un bastidor bien tensado, 1966 Detalle

ada más porque sí, por costumbre, un sicario de Cuernavaca disparó su AK-47 contra su imagen en el espejo. Empapado en sangre, un ojo colgando, parte de los sesos escurridos, los dientes truncados, no se dio cuenta de que quien accionaba la ametralladora era su imagen.

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FELIPE GARRIDO

SIN RUIDO —Sean buenos —dice mamá con su voz de ángel y nos tapa hasta las narices, nos revuelve el cabello, nos cubre de besos, nos hace cosquillas en la panza, nos cierra la boca con sus dedos fríos. —No hagan ruido —dice—, no se levanten, no vayan a pelear —y vuelve a apretarnos las sábanas justito alrededor del cuerpo, vuelve a besarnos, a sacudirnos la cabeza, vuelve a suspirar. Huele a perfume, mamá. Tiene los párpados brillantes, una blusa de encaje, una falda negra y larga que se le aprieta en las caderas. La miro cuando se aparta de mí. Oigo cómo clava los tacones en el piso. La miro cuando se vuelve en la puerta y con un gesto nos pone quietos. Veo cómo uno de sus dedos largos, con la uña de caramelo, se arrastra por la pared hasta encontrar el apagador. La luz que guardan mis ojos me deja ciego. Luego veo la ventana, con las cortinas de selva; veo el bulto de mi hermano en la otra cama; veo la lámpara; oigo la llave que nos echa mamá. La oigo a ella moverse fuera, cambiar de lugar alguna silla, poner un disco, sacar vasos o platos o ceniceros. Oigo en la calle un camión que pasa. Luego siento cómo llega el elevador y una voz que no conozco y la risa de mamá.

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ANA MARÍA SHUA

EL ÁRBOL DE LOS AHORCADOS

E

l árbol de los ahorcados da fruto varias veces por año. Después de la cosecha, se siembran los frutos enteros, como si fueran semillas, en tierra profunda. Si nos limitáramos a generalizar otros fenómenos que suceden en el planeta, podríamos suponer que crecerá en el lugar otro árbol de ahorcados. Sin embargo, después de un tiempo variable (lo he comprobado en mis periódicos viajes a la Tierra) suelen surgir de la tierra unas losas de piedra, menos efímeras que los vegetales o animales pero incapaces de reproducirse. Es normal que sean estériles las especies híbridas, como en el caso de las mulas.

CONVIVENCIA IMPOSIBLE

E

l hombre pinta bien, de eso no hay duda, pero bebe mucho ajenjo, es violento, caprichoso y se hace muy difícil compartir su vida. Tomando una resolución extrema, de un solo tajo decidido, la oreja se separa definitivamente de Van Gogh. Pablo Picasso Le góut du bonheur, 1970 Litografía de 1970 según dibujo original de 1967

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JAVIER PERUCHO

LA TAREA Para Federico Patán

Cómo se le ocurre al maestro dejarnos esa tarea. Escribir una narración en cuyo final injertemos otro cuento, que además sea congruente con nuestra historia, salida de su ronco pecho, así dijo en el salón. Al terminar la clase, tomó su libro, el borrador y los plumones de su escritorio sin escuchar nuestras demandas, nuestras súplicas de que ejercicios de escritura ya no queríamos, que nos mandara al cine, al museo o planeara un trabajo en equipo, qué no sabe que para escribir ya está internet. Como él no tiene nada que hacer, cuando vas a su cubículo se la pasa escribiendo o pegado a sus libros, o lo encuentras en la cafetería con sus amigos, siempre discutiendo, acalorados por la charla. Y ahora de dónde saco esa historia, a la que voy a pegar lo que anotó en el

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pizarrón, que copio tal y como la apunté en mi cuaderno: “Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.” Según él, un cuento extraordinario, el más breve jamás escrito, ¡Ups! Si ésos son sus gustos, qué leerá o de qué hablará con esos fachosos y greñudos que se sientan a su mesa. Cuando me devuelve las tareas, dice que ponga atención en las palabras, que Jesús lleva acento, que me faltaron tantas comas, ¡cuánto me fastidia señalando en rojo mis errores! ¿Y si le escribo cuando me asaltaron en el trolebús, o sobre el primer beso que me regaló la Margarita detrás del zaguán, o el día que conocí el mar?, ¿pero esos retazos de mi vida serán una narración? Si esos aconteceres fueron verdad, ¿podré vaciarlos en un cuento, en una historia?

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Javier Pérez [Bilbao 1968] Híbrido I - 2006 || www.http://javierperez.es/

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ALFONSO PEDRAZA

EL BLOG “MINIFICCIONES

DE EL

CUENTO”:

una caja de pandora

E

L CUENTO, revista de imaginación, fue una publicación importante a nivel continental. Obra del finado escritor mexicano Edmundo Valadés, en equipo con otros importantes escritores entre los que destacaron: Juan Rulfo, Agustín Monsreal, José de la Colina y otros. Tuvo una vida activa desde 1939 en que inició una primera etapa de sólo seis números, uno de ellos inédito, cuya publicación fue truncada durante la segunda guerra mundial por falta del papel que importaba de Europa. La segunda etapa, que inició en 1964, logró una colección de 145 números hasta 1999, que, a cuatro años de la muerte de Valadés (en 1994), dejó de aparecer. Es en ésta segunda etapa que la revista incluye entre sus páginas unos textos breves que, en su época, apenas empezaban a ser

tomados en cuenta: Las minificciones. El cuento, revista de imaginación llegó a ser, paraninfo, impulsor y, en cierta medida, hasta creador del canon de este género tan actual, de textos breves a los que llamamos generalmente minificción. En un artículo previo comento: “En la adolescencia, me encontré con la revista El Cuento. Revista de la imaginación. Fue mi primer contacto con la minificción y caí en el embrujo de los textos con pocas palabras. La Minificción; como una entidad definida y como un fin de la escritura. Precisamente en esa publicación fue bautizada con tal nombre como lo afirma Edmundo Valadés: “el cuento breve o brevísimo no ha merecido ni recuento, ni historia, ni teoría, ni nombre específico universal, […] salvo los que desde la

Jorge Luis Borges (Argentina) Paradoja de Zenón

Ana María Shua (Argentina) Abrazo

Aquiles corre diez veces más ligero que la tortuga y le da una ventaja de diez metros. Aquiles corre esos diez metros, la tortuga corre uno; Aquiles corre ese metro, la tortuga corre un decímetro; Aquiles corre ese decímetro, la tortuga corre un centímetro; Aquiles corre ese centímetro, la tortuga un décimo de milímetro y así infinitamente sin alcanzarla.

A veces me despierto de visiones horribles, agitada, angustiada, llorando. Para calmarme le pido a mi marido que me deje apoyar la cabeza en su cuerpo y me abrace bien fuerte con todos sus tentáculos.

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minicciones de “el cuento”.

minificciones de Ficticia” quien hasta ahora prosigue doce años de actividades continuas. La importancia histórica de esa memorable publicación y el contacto con minificcionistas de todas partes del orbe que se agregan día a día, me obligaron a la agradable y ardua tarea de crear un blog que mostrara a estos y al mundo esos pequeños y bellos textos que estaban allí reposando, ocultos en alguna biblioteca o en colecciones particulares. En septiembre de 2011 nació el blog de “Minificciones de EL CUENTO, revista de imaginación”. Está alojado en www.minisdelcuento.wordpress.com. Desde su inicio se hizo el propósito de publicar diaria e indefectiblemente, cuatro entradas: textos, portadas de la revista, semblanzas de autores y testimonios que nos remiten los autores o fans del blog. Tiene más de 450 seguidores de Facebook. Se han leído más de 125 mil páginas. Ha publicado más de 2500 entradas, de las cuales 2000 son de minificciones y el resto de biografías y noticias de los más de 900 autores, de diferentes países y épocas,

|| dossier de microficción ||

revista El cuento le dimos de minicuento o minificción, y que han ido generalizándose” . De esa magnitud era la importancia que se le daba en esa publicación hoy tan memorable. En ese tiempo, a más de disfrutar la lectura de verdaderas antologías en las que consistía cada número de la revista, reservaba un tiempo para examinar sus editoriales; artículos siempre interesantes sobre el quehacer y el ser del cuentista. Y, en forma por demás meticulosa, regocijarme del correo del lector, pues en ellas, Edmundo nos transmitía perlas de sabiduría en forma de consejos prácticos y bienintencionados... En ese momento surgía la excitación de descubrir entre sus líneas el quid del asunto. ¿Cómo es posible que un aviso de ocasión en un diario, una misiva personal, un cuasi chiste, eran un minitexto literario? ¿Por qué con pocas palabras, en escuetas palabras, muy a menudo carentes de elocuencia, de la retórica acostumbrada, se podía fascinar al lector? ” La relación lector-revista que tuve con “El cuento” trajo como resultado la creación de un taller que continuara ese espíritu. Fue e n t o n c e s q u e s e c r e ó e l “ Ta l l e r d e

alfonso pedraza

José Barnoya (Guatemala) Miss universo Marco Denevi (Argentina) Veritas odium parit Traedme el caballo más veloz —pidió el hombre honrado—. Acabo de decirle la verdad al rey.

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Ella creyó que había salido ganadora por sus medidas exactas, su cabellera rubia y su sonrisa cautivadora. El jurado se había fijado más en su estampa, su cabeza erguida y los treinta litros que producía diariamente.

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|| dossier de microficción ||

alfonso pedraza

minicciones de “el cuento”.

que se han enlistado. Todo lo anterior con la revisión de la mitad de los 145 números y cuya culminación se calcula para finales del próximo 2014, mismo en que se cumplirán 20 años de la ausencia de Edmundo Valadés: alma y espíritu de la revista, y 50 años de la aparición del No. 1 de la segunda etapa de la revista. La enorme satisfacción de lanzar esos textos a la vista del mundo (de ahí a comparar el blog como una caja de Pandora), es apenas comparable al hecho de que muchos de los autores que participaban en los concursos de la revista, desconocidos en esos tiempos, y otros que ya eran famosos, nos han contactado para agradecer que sus textos renazcan en el blog y lo difunden en su entorno. Un caso particular, el de la afamada escritora Ana María Shua, quien fue publicada en varias ocasiones en la revista y lo desconocía. Y fue hasta la aparición del blog que tuvo conocimiento de ello. Aunque inicié la aventura con mi propia colección de alrededor de 70 números de la revista, durante estos meses, muchos otros seguidores y amantes de la revista, en especial Adriana Quiroz, viuda de Valadés,

han donado al acervo del blog, muchos números que faltaban; acción que facilitará la culminación del proyecto. Si todo lo anterior es causa de entusiasmo, hay otros casos que me hacen tomar este proyecto con mayor ímpetu y olvidar que no hay recompensa pecuniaria; es el caso de familiares de algunos autores que ya han dejado nuestro mundo, nos agradecen con comunicados muy emotivos la aparición de sus textos, que sienten propio ese espacio virtual y agradecen que el blog esté abierto para recibir esas manifestaciones íntimas y afectivas para con sus ausentes. Por último se expone una ínfima muestra de los textos que se han publicado, como una invitación a que visiten, lean y colaboren con el blog.

Alfonso Pedraza: Médico Cirujano; UNAM.║ Funda el Taller de Minificciones de Ficticia ║Ha publicado en: El Búho, La Jornada Semanal,” Cien fictimínimos”, y “Libro de los seres no imaginarios” y artículos sobre minificción en las revistas: Hostos Community College de CUNY, Pleisosaurio, y Cultura de Veracruz ║ Jurado del Premio de Cuento “Agustín Monsreal 2011” ║Compilador de “Cien Fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia”║Administra los blogs: Minificciones de “El cuento, revista de imaginación” ( w w w. m i n i s d e l c u e n t o . w o r d p r e s s . c o m ) y “Plasticidades” (www.plasticidades.wordpress.com) que contiene sus propios textos.

Augusto Monterroso (Guatemala) Paraíso

Sabina Bergman (México) Desembarco

En el Paraíso hay amigos, música, algunos libros; lo único malo de irse al cielo es que allí el cielo no se ve.

Están tus lienzos, tus pomos de pintura, tus pinceles, tu cuerpo. Tu mano toma carboncillo, medita un instante: traza un barco. Te vuelves a mirarme: desembarcas.

Octavio Paz (México) Búsqueda El hombre se persigue a sí mismo al correr tras éste o aquel fantasma: anda en busca de su principio. 058

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AGUSTÍN CADENA

FRANCESCA Y PAOLO

L

'Enfer Noir era un burdel de lujo cuyas habitaciones se hallaban decoradas como cavernas infernales: con estalactitas negras que rezumaban un líquido fosforescente, cadenas de hierro, lámparas que simulaban el resplandor del fuego telúrico y espejos negros que multiplicaban al infinito el placer de la condenación. En este lugar de gemidos, las chicas se presentaban en traje de diablesas, con cuernos y cola y lencería de seda roja. Una de ellas era una muchacha pálida con cuerpo de adolescente: senos pequeños con pezones del color de los dedos de los gatitos. Llevaba años prestando sus servicios en L'Enfer Noir y, la verdad, tanta tenebra le estaba afectando el carácter. Desde cuándo se hubiera largado de no ser porque su cuñado también trabajaba ahí, como bartender, en el bar del prostíbulo. Cuando la tristeza se le hacía intolerable y si no estaba ocupada con un cliente, la muchacha pálida se ponía sus audífonos y escuchaba la radio, sintonizada en una estación de música vieja. Esas canciones la hacían volver atrás en el tiempo, a los días en que ella y su cuñado leían juntos las leyendas del rey Arturo. El locutor tenía una frase que ella había hecho suya: “Recordar es volver a vivir”. Pero llegó el momento en que ya no se sintió capaz de llevar adelante esa vida y habló con el dueño. Le dijo lo que sentía. Y el dueño aceptó ayudarla. “Porque has amado demasiado”, le explicó. La dejó ir de ese local, pero no de sus empresas. Ciertamente, la muchacha pálida fue transferida, junto con su cuñado, al lupanar gemelo de L'Enfer Noir: Le Ciel Bleu

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|| dossier de microficción ||

agustín cadena

truco viejo

TRUCO VIEJO

E

l empresario de aquella feria había recorrido el mundo de Dublín a Praga, de San Petersburgo a Saigón, del Klondike a la Tierra del Fuego buscando atracciones. Llegó con su espectáculo a un pueblo perdido en las montañas de México. Como número especial llevaba al niño que se convirtió en cucaracha por odiar a su padre. Estaba seguro de que sería un éxito. Sin embargo, la gente del pueblo se limitó a comentar con escepticismo: “Es el mismo viejo truco de la mujer araña y la mujer lagarto”. En la penumbra de su carpa, solo y deprimido, Gregorio Samsa se lamentaba de no tener ni siquiera una mirada de lástima por parte de los humanos.

Pablo Picasso Friso des enfants - Barcelona

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nostalgia

agustín cadena

|| dossier de microficción ||

NOSTALGIA

T

reinta años después de su matrimonio con Jane, Tarzán era un cincuentón calvo y con sobrepeso.

Habían tenido dos hijos y ya no vivían con ellos. Tarzán trabajaba en un periódico, poniendo en orden alfabético los anuncios clasificados. Era un trabajo que nadie quería hacer, pero a él le parecía entretenido. En las tardes llegaba cansado a su apartamento y, después de comer con su amada Jane, se ponía sus pantuflas de zarpas de tigre, se sentaba en su sillón reclinable y buscaba el control remoto de la televisión para mirar los documentales de Animal Planet. Apenas si podía creer que alguna vez él hubiera estado cerca de todo aquello. Los viernes iba a un bar a jugar dominó con sus amigos, y los sábados los pasaba con su mujer en el centro comercial. Llegaban por la mañana y se ponían a mirar las tiendas, compraban alguna cosita que estuviera de oferta. Luego se sentaban a comer una pizza, y en la tarde se metían a una sala de cine. No había para qué salir del edificio. A veces hacían el amor al llegar casa, pero Tarzán ya no tenía los bríos de la juventud; ya no era el salvaje hipersexual de quien Jane se enamorara un lejano día, en una igualmente lejana selva africana. Ya ni siquiera le salía su grito. En realidad siempre le había costado trabajo excitarse con el cuerpo lampiño y relativamente inodoro de su mujer. Extrañaba a sus antiguas amantes, las hirsutas gorilas de la selva. Ésas —se decía lleno de nostalgia— sí que eran hembras.

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MARCIAL CARRERAS

MI POETA

Poeta Sangro por qué tengo que nacer en mi cuerpo

antes de que pierda el tuyo...

EL SOLOVINO DE CAPIZAYO

S

olovino era canelo y era gay. Se hacía al monte junto con otros perros, por días y días. Llegaba y entregaba a sus dueños su carga de tejones, armadillos o tlacuaches. Luego se entregaba al placer de dejarse montar por cualquier otro perro grande y fuerte, y como Solovino había escuchado todas las leyendas y cuentos prohibidos del monte, antes de la venida se salía de su amoroso adversario y lo abandonaba, ahí, empujando al aire.

062

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.3


RAMÓN IVÁN SUÁREZ CAAMAL

ÚLTIMO DESEO

A

ntes que le aplicaran la Ley Fuga el reo pidió tiempo para huir. Le concedieron un minuto de silencio.

ABOLENGO

E

ra un fanático de la limpieza de sus apellidos. Orgulloso, mandó investigar los orígenes de su rancia alcurnia y colocó el documento, a la vista de todos, en un sitio privilegiado de su biblioteca. Su ira no conoció límites cuando, a escobazos, tuvo que sacar a los zopilotes posados en las ramas secas de su árbol genealógico.

PERSEO

M

iró la Medusa a Perseo con ojos de tristeza queriendo inflamarle el corazón de piedad. Se topó con una estatua.

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

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|| dossier de microficción ||

ramón iván suárez caamal

descubrimiento | accidente

DESCUBRIMIENTO

L

os botánicos estaban confundidos y perplejos con aquella nueva

y rara especie, tal vez producto de mutaciones, y hacían

conjeturas mil.

Sabían de raíces tuberosas, fibrosas, adventicias, etc., pero, caramba, era la primera vez que se topaban con una raíz cuadrada.

ACCIDENTE

Q

uiso tapar el sol con un dedo. Aullando de dolor se lo llevaron al hospital. El galeno diagnosticó:

- Quemaduras de tercer grado.

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salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.3


CARMEN YAXMÍN HIDALGO POSADA

LAS RAZONES

L

a mató cruelmente. La imagen de ella en la morgue aún me persigue. Sus ojos sin expresión y su tex morada son de esas cosas que no se olvidan.

Tiempo después le pregunté las razones. – Ella era una puta –dijo– y las putas no pueden decir que no.

SOBERBIA

E

l escritor lee tres palabras y escribe cien.

JUEVES

L

os jueves son mi día de suerte, decía. Pero todos los viernes despertaba solo.

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ULISES PANIAGUA

LA SORPRESA

C

uando lo vio allí, sobre el piso y víctima de un infarto, supo que la broma había llegado demasiado lejos.

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salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.3


la noche muda

ulises paniagua

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LA NOCHE MUDA

S

upongo que fueron disparos los que alumbraron la noche. Confinado en este cajón, tres metros bajo tierra, me es imposible recordar algo.

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DIANA RAQUEL HERNÁNDEZ MEZA

BUENAS NUEVAS Para Ian, te amamos pequeño

U

n ratón ha nacido en Hamelin, fue anunciado con fanfarrias en el reino. A partir de hoy, dice el alcalde, el flautista tocará canciones de cuna todas las noches.

CONJURO

D

escubrí que mi mujer era bruja cuando, por accidente, escuché una conversación telefónica con su mejor amiga: "Escribe su nombre en un papel con tinta roja, dóblalo simétricamente e introdúcelo en un vaso con agua; luego lo metes al congelador. En cuestión de días verás los resultados". Pasaba el tiempo y no sabía cómo afrontar la realidad con mi esposa. Dispuesto a hablar con ella, me rodeó con sus brazos por el cuello y tiernamente comentó: Pronosticaron la entrada de un frente frío para hoy, deberías tomar tus precauciones al salir de casa.

DESOBEDIENCIA

L

a tarde en que bajó a buscarla, llovía con tal intensidad que su cuerpo se empapó. Ella lo estrechó. Las alas ―que con tantas dificultades le habían sido otorgadas en el Paraíso― quedaron a sus pies en un charco de plumas. Una vez más, no pudo serle fiel al Creador.

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salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.3


metamorfosis | amanecer | objetos

diana raquel hdez. meza

D

esde que mi novia me dice gato, aprendí a maullar, mis ojos asustan a la gente y mamá reniega del pelo que dejo tirado por la casa.

AMANECER Para jmos, mi tallerista de cabecera.

A

noche, la marea subió y perdí toda orientación. A mi alrededor todos hablan, escucho a los pescadores acercándose. No puedo abrir los ojos; siento tirones por todas partes. Tal vez sea una pesadilla: no tenía contemplado despertar en una pecera.

OBJETOS

D

ebo decir que todo comenzó con una serie de sucesos extraños: la desaparición de un calcetín, quedando únicamente su par; mi pluma favorita se perdía sin razón, pero al paso de unos días regresaba a su lugar. En el trabajo no encontraba mi bata en el estante, del que solo yo tenía llave; los anillos de matrimonio recién reemplazados, también decidieron rodar por su cuenta. Ahora debo andar por ahí.

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METAMORFOSIS


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diana raquel hdez. meza

relación peligrosa | encuentro | conquista | felinos

RELACIÓN PELIGROSA Para todos los escritores que participaron en el Minibichario.

E

s complicada la relación con mi novio desde que se convirtió en bicho. Si lo miro a los ojos no sé con cuál de todos me está viendo; si estamos desnudos, sus pelitos me causan urticaria. Y por si fuera poco, a veces enfurece y clava sus dientes en mi cuello hasta que me desangra.

ENCUENTRO

T

ratando de escapar de la tormenta, nos refugiamos en aquel viejo café. Abrimos la puerta simultáneamente y sonreímos al ver nuestras ropas empapadas. Te invito algo caliente, dije yo. Ella asintió. Estábamos destinados a conocernos.

CONQUISTA

T

u dominio comenzó el día en que mis pechos quedaron bajo tus hombros.

070

FELINOS

S

é que no somos una pareja normal y nuestra distancia no sólo se mide en años. Un día, cuando seamos gatos, quizá compartamos al menos una de esas siete vidas.

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GUILLERMO ARNUL CASTILLO RUÍZ

COMPUNCIÓN

D

esde la muerte de su amigo, Aquiles desnudo, se niega a abandonar su tienda tapizada de sombras. De hecho, el arrepentimiento es la memoria del deseo.

INVITACIÓN

V

en Lázaro, aún no es tu — hora, resucitarás en el día postrero. Y el que vivía en Betania rompió a llorar a solas, envidiando a los muertos que le antecedieron.

CONFLICTO

VARIOS

H

ombre incorpóreo busca dama diáfana para hacer cosas en ningún tiempo vistas.

RECIPROCIDAD

L

lovía desconsoladamente cuando mirando al horizonte creyó descubrir un brillo. Era el sol devolviéndole al mar sus rutilantes destellos.

C

uando Flaubert quiso ser un místico, recordó que no creía en nada.

071


JOSÉ LUIS SANDÍN

DÍA DE PAGA

M

e escurrí entre las sombras horizontales. Qué suerte. Debí dejar el juego en su momento. Que te busquen incluso aquí, no es muerte.

CON CU DE QUILOS

M

e tomo un segundo antes de escribir la Q, semejante a la gorda del 7 que se caga todos los días en el baldío de atrás, a la que te divierte observar cada mañana, de quien recuerdas ahora la mirada de rencor con que te descubrió entre la niebla —frente a la barda, bote de spray en tu mano—, mientras te tomabas un segundo antes de escribir la Q.

LA DETONACIÓN

E

l tiempo se agolpa con su circularidad ante nosotros. Realiza un par de piruetas y se desvanece. Pasado el asombro, solo el blanco de las miradas nos indica que se ha llevado algo nuestro.

FIN DE SENSURA

P 072

or fin dejamos de ser sus alas. La palabra cayó rompiendo silencios. Pudimos hablar, contarnos nuestros secretos e ilusiones, incluso escribir.

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CARLOS ENRIQUE SALDIVAR

ES EXTRAÑO

Lima, octubre de 2004

Te contemplo, te miro, te observo y tú no puedes hacer lo mismo. Pero… ¿por qué no me ves? Claro, no sería tan perturbador si no fuese porque mi imagen frente al espejo ha perdido el control y comienza a quebrar sus manos contra el vidrio, y a gritar insonoramente. Yo, en tanto, me mantengo incólume, preguntándome qué le está ocurriendo. Aquel enloquece, sus ojos y su boca se abren con desmesura, se mutila la lengua. Tales visiones son chocantes, pero permanezco impasible. Procede a destrozar su rostro contra el cristal. Coge un trozo de vidrio, se corta la yugular, se desangra, se ahoga, cae… sucede todo tan rápido. No alcanzo a entenderlo aún, mi cerebro es un caos, intenta racionalizar los hechos. Miro hacia atrás, hacia la puerta del baño, escruto en mi mente la habitación, el departamento, la ciudad, mi trabajo, mi vida, mi soledad. Entonces comprendo por qué él no podía verme. Toco la superficie fría del vidrio con la palma de mi mano… Sonrío. Es tiempo de pasar al otro lado.

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RICARDO CALDERÓN INCA

ATRACCIÓN [46]

E

l señor sueña con una mujer hermosa que no es su esposa. La señora sueña con un hombre hermoso que no es su esposo. El esposo y la esposa se despiertan horrorizados, al contemplar que la mujer hermosa y el hombre hermoso acaban de conocerse.

TEORÍA Y PRÁCTICA [55] Había leído todos los libros del mundo. Se levantó de su sofá, sintió que nada podía detenerlo, tomó su cuerpo y se echó a la aventura más grande de su vida. Luego, una voz: —

¿Ya cocinaste?

R e g r e s ó , c e r r ó l a p u e rta s i n p a u s a . C o m p r e n d i ó , irremediablemente, que el hombre no solo vive de teorías.

NOTA: Textos pertenecientes al libro de minificción: "Alteraciones " (Ediciones Orem, 2013)

074

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DINA GRIJALVA

CAMBIO DE GENERO

Sépanlo de una buena vez: he asumido una nueva identidad textual: abandono la novela por la minificción.

ENCUENTRO MARINO

C

amino lentamente, él viene hacia mí y con suavidad toca primero mis pies. Lo siento subir por mis piernas, alcanzar mi pubis y ascender hacia mi cintura. Toca mis senos y su fuerza vibrante estremece mi cuerpo. Una dulce embriaguez me anima a seguir. Con tristeza doy marcha atrás y juro aprender a nadar.

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075


paradoja | paradoja 2

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dina grijalva

PARADOJA

E

lla goza de cabal salud, su cuerpo derrocha vitalidad; sin embargo, recibe a sus visitas en

la cama.

Fotografía: Daniel J. Ojalvo “Encuentros y Desencuentros IV” 2009 [Detalle] Técnica: Blanco y negro.

PARADOJA 2 Lo

malo de las balas perdidas es que te pueden encontrar sin buscarlas. 076

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JOSÉ MANUEL ORTIZ SOTO

LÍNEA 3 INDIOS VERDES - UNIVERSIDAD Estación Indios Verdes

H

ubo un tiempo que la sola mención de sus nombres llamaba a reverencia, estremecía: Izcóatl y Ahuízotl, Serpiente de obsidiana y Perro de agua, cuarto y octavo tlatoque mexicas. Siglos después, en una época ajena, estatuas errabundas por la ciudad que un día construyeron, el verde que recubre el bronce de sus cuerpos les da nombre, raza, religión y nueva historia.

Estación deportivo 18 de marzo [antes Basílica]

L

a gente que se acerca al puesto me mira con recelo, cree que trato de estafarla. Para su tranquilidad, muestro la copia certificada que hace años me expidió la Santa Sede. Nunca falla, pero la falta de fe encarece los milagros.

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josé manuel ortiz soto

línea 3 | indios verdes - universidad

Estación Potrero Al ver la extrañeza reflejada en mi rostro, me dio la siguiente explicación: ―Necesito ir al otro lado de la ciudad, asuntos familiares me reclaman. ¡Por Dios, señor! ¡Usted sabe lo que es eso! Desgraciadamente, la edad me impide hacerlo a pie, y no dispongo de medios económicos para pagarme un pasaje de metro (¡no digamos un taxi!). Es ridículo, lo sé, pero así de mal está nuestro país. Por eso, estimado conciudadano, si usted pudiera ayudarme, créame, se lo agradecería enormemente. No tuve corazón para negarme al pedido de un anciano y educado caballo al que, al parecer, la vida no había tratado nada bien.

Estación La Raza

M

i amiga Guillermina me contó que allí ―señalaba un billar al otro lado del paradero de autobuses― vivió la familia de El castillo de la pureza. Entonces no había visto la película de Arturo Ripstein, pero la sinopsis me hizo recordar La carcajada del gato, novela de Luis Spota. Años después, en un homenaje a la actriz Andrea Palma en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, pregunté a la también actriz Diana Bracho si existía alguna relación entre las dos obras. Solo la nota periodística que las inspiró, y que también recrea Sergio Magaña en teatro con Los motivos del lobo.

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línea 3 | indios verdes - universidad

josé manuel ortiz soto

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Estación Tlatelolco

E

l segundo terremoto me encontró en la cama con Ángeles. Después de

haber visto por la mañana colapsar la torre de ginecología del Hospital General, cualquier cosa podía pasar. Pero la muerte no llegó. Si alguna vez estuve preparado para morir, fue entonces. Solo las lágrimas de mi antigua novia

amargaron un

poco lo especial de aquel momento.

Estación Gerrero

S

eguramente se notaba que no había comido en días, pues me arrastró fuera del tren y me llevó a una fonda cerca de la estación. Ahora vas a probar lo que es bueno, dijo sin soltar mi mano. La mesera preguntó si lo quería con garbanzos y arroz. Respondí por lo bajo que el garbanzo ―si no se come verde y hervido, como en mi pueblo― es vulgar alimento para cerdos. ¡Estás pendejo!, me recriminó y pidió a la joven que, en castigo, me sirviera doble ración. De vuelta al apartamento, la panza llena y el sabor de la yerbabuena reverberando en la memoria, no tuve más remedio que darle la razón. Aquel fue mi primer caldo de gallina desde que vine a la ciudad, y me supo a gloria. A la desconocida también.

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josé manuel ortiz soto

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Estación Hidalgo

S

e arrojaron al paso del tren tomadas de la mano. El servicio en la línea estuvo suspendido una hora. Ante la certidumbre de llegar tarde a su destino, los usuarios del metro maldijeron el pésimo funcionamiento del transporte subterráneo. Ni siquiera la doble mancha sanguinolenta sobre los durmientes de los rieles los distrajo de su enfado. Mañana, el incidente será titular de la prensa sensacionalista: Hasta que la muerte nos separe, Pacto secreto de sangre, Agarradas de la mano, Se arrojan al paso del convoy, No sobreviven, Se sospecha de sus facultades mentales... Para entonces, el video llevará en You Tube veinte millones de visitas.

Estación Juárez

M

e apresuro a tomar mi sitio al final de la fila, que rápidamente sigue creciendo y da vuelta a otra esquina. No imagino la distancia que hay, en personas, desde aquí hasta las puertas del Teatro Metropólitan, pero debe ser infinita. Curioseo los suvenires para distraerme: playeras con imágenes de Alpha Blondy, Bob Marley o el león de Judá; tazas y gorras con la bandera de Jamaica; pulseras de piel o cáñamo tejido, ceniceros con motivos prehispánicos, pipas de carrizo o de barro para fumar… De la nada se respira un denso, penetrante e inconfundible olor a mota (Acapulco Golden, para ser preciso). ¿A qué huele, papi?, me pregunta mi hija de ocho años, que insistió en acompañarme al concierto. Finjo no escuchar y le doy a escoger entre una pulsera con su nombre o un gorro de tejido multicolor. En la acera de enfrente, los policías bostezan aburridos. 080


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josé manuel ortiz soto

L

a estatua abandona el pequeño pedestal y brinca los torniquetes de acceso a la estación. Los vigilantes la siguen a distancia, precavidos. Los chavos banda y punketos se acercan a estrechar su mano. Luego, conminados por el grito amenazante de la policía, se alejan mentando madres y cantando: "Sáquese de aquí, señor operador, que esto es un secuestro, yo manejo el convoy. Mejor haga caso para usted es mejor. Así es que hágase un lado porque ahí le voy". Los andenes lucen vacíos. La estatua sube a la cabina del tren abandonado y lo pone en marcha. En los años que lleva en la estación, ha aprendido a conducir, a vender boletos en las taquillas y, no pocas veces, a aventarse un tiro con los batos gandayetes de la zona. Algo debe hacer para sobrellevar el tedio, pues resulta sumamente aburrido ser una estatua que, como si fuera la de un prócer de la historia nacional, festejan una vez al año. Lo suyo es irse de farra, visitar el tianguis de El Chopo, aventarse un palomazo con antiguos rupestres y, ¿por qué no?, hacer un demo en Radio Educación con rolas que trae en mente. "Aunque ésta es la ruta que me lleva al trabajo, hoy estoy dispuesto a mandarla al carajo, llévame hacia Hidalgo o hacia donde quieras, pero no me lleves, no, por la estación de Balderas”.

Estación Niños Héroes

Para carnitas, las que hace don José los domingos en el tianguis del jardín Puskin, sobre avenida Cuauhtémoc. Me las recomendaron, en diversos momentos, dos amigos michoacanos, expertos en la materia. Ya son muchos años que vengo, primero con mi esposa y mis hijas, después con mi viuda y sus amantes. Hasta ahora no me han defraudado. 081

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Estación Balderas


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Estación Hospital General

E

l faquir traga una ensalada de vidrios rotos y hojas de afeitar. Detrás de él, el payaso hace lo propio con volutas de aire. El enano aprovecha un descuido del gigante para esconderse entre la gente. Luego de una serie de cabriolas en las barras y postes —que mantuvieron a los espectadores al borde de sus asientos—, la trapecista se despide con un triple salto mortal. La presencia imponente del domador anuncia el espectáculo de fieras: tigres rojos, panteras albinas y leones transparentes van de un lado para otro, atravesando aros de fuego. Con el último chasquido del látigo, las bestias se alinean frente a los espectadores y los obsequian con sus enormes fauces abiertas. Cuando se anuncia por el altavoz el arribo a la próxima estación, el maestro de ceremonias se convierte en mago, dice las palabras convenientes y el pequeño circo desaparece con todo y espectadores.

Estación Centro Médico

S

e encuentran cada viernes a las tres de la tarde bajo el reloj. Durante los largos y tediosos minutos de la espera, S entreteje la posibilidad de que la novia de F los vea besándose desde la ventana de un tren que nunca llega. Tal vez un día…, murmura al ver a F acercarse por el andén.

082

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josé manuel ortiz soto

L

a primera vez que vio aquel ideograma en las paredes de la estación, pensó que era algún tipo de perro o gato desconocidos para él. Como si la ignorancia del chiquillo la insultara, la señora del asiento de enfrente torció la boca, y lo corrigió: Es un león y vive en África, es carnívoro y pertenece a la familia de los felinos. Mane era muy chico para comprender todo lo que la mujer le dijo, pero la palabra león estuvo retumbando salvajemente en su cabeza, y la guardó. Libros y revistas terminaron de dar forma y personalidad a aquel animal llamado el Rey de la selva, pero solo la televisión y el cine le permitieron verlo actuar con toda la ferocidad de que era capaz. La noche previa a la ansiada visita al parque zoológico, Mane no puede dormir, lo embarga esa emoción que antecede el encuentro con un familiar al que nunca se ha visto. Estuvo arañando el colchón hasta que los primeros rayos del sol asomaron por la ventana.

Estación Eugenia

A

hí está la joven otra vez, esperando bajo el reloj detenido en el tiempo: el pelo lacio desbordado sobre los hombros, el talle de la falda escurrido sobre el lado izquierdo de la cadera, prominente y sensual. S se vio ir a su encuentro, recibir el

beso de saludo en los labios y perderse en el abrazo de su cuerpo menudo. El tren, que ya abandonaba la estación, le recordó que el sexo con F sobrepasaba toda atracción conocida, al menos hasta ahora.

Estación División del Norte Conocen el lenguaje de los cuerpos y suben al mismo tren. Vivo aquí cerca, dice la mirada de la joven de falda escurrida a la cadera, y S desciende tras ella. Las dos mujeres caminan lado a lado por el largo pasillo de la estación, por laberínticas calles de jacarandas floridas. Dos estaciones más allá, F vuelve a mirar el reloj sin tiempo, cómplice de otras tardes.

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

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Estación Etiopía


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Estación Zapata

S

e amarra la sudadera alrededor de la cintura y sale del deportivo de la delegación, donde se ejercita cada mañana, camino al trabajo; le gusta estar en forma. Mientras camina con los autos a la espalda, imagina que un conductor se distrae y su carro sube a la banqueta. Escucha el chirrido lastimoso de las llantas, esa mezcla entre metálica, plástica y vidriosa que siempre acompaña el momento del impacto. La vista se le nubla, a su alrededor impera el caos, viene el silencio, parece que el tiempo se hubiera detenido. No necesita darse la

vuelta para ver a las decenas de curiosos atentos a su agonía. Está muerto, dice una voz, rompiendo el silencio. Se estremece, pero no quiere ver su cuerpo inerme y sigue su camino; con la mano abierta, espanta el enjambre de ángeles oscuros que revolotea a su alrededor. Sabe que debe darse prisa: ya casi es hora de que abran las oficinas de la zona. Gracias a Dios —se persigna— siempre habrá oportunidad de arrebatar el bolso a una mujer, echar a correr y perderse entre los autos en movimiento.

Estación Coyoacán Para Olivia, mientras dormías.

O

scurecía al salir de la visita de la tarde. Mientras esperábamos el coche en el estacionamiento, mi suegra dijo algo que no entendí y señaló hacia el cielo. Entonces los vi: eran tres puntos luminosos en movimiento. Muy lejanos para ser aviones, y demasiado cerca para ser estrellas. A pesar de mi natural escepticismo, desee con el corazón que fueran ovnis. De existir en el universo civilizaciones más avanzadas

084

que la nuestra, quizá sus representantes consiguieran hacer que mi esposa despertara del coma y se levantara como si nunca hubiera sufrido el terrible accidente que la mantenía al borde de la muerte. En un parpadeo, los tres puntos luminosos desaparecieron y nosotros continuamos nuestro camino a casa.

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.3


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Estación Derechos Humanos - Viveros

M

ira a los corredores con desdén, en especial a aquellos que se esfuerzan por mejorar sus tiempos personales. Le enferma que al término de sus rutinas vayan a los puestos de jugos y beban esos enormes brebajes hipercalóricos revitalizantes. —Si Dios quisiera que fuéramos veloces, nos habría dado patas de caballo o de guepardo; si grandes nadadores, aletas y branquias. Pero en su inmenso capricho, quiso que fuéramos vulgares cacahuates que ustedes ofrecen a las ardillas — recrimina a la niña que, incapaz de entender qué está pasando, arroja la bolsa al piso y echa a correr.

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Estación Miguel Ángel de Quevedo

L

a conocí el último día de clases: pelo rubio, tez blanca, alta de estatura y mirada perdida. Por un momento, olvidamos el examen e intercambiamos nuestros números telefónicos, con la promesa de vernos durante las vacaciones. El sitio elegido fue la librería Gandhi. Alejandra dijo ser pintora aficionada, tener coche propio y vivir sola, pues la mayor parte del tiempo su amante no estaba en el departamento; que le gustaba el vino tinto y las canciones de Fernando Fernández y Lupita Palomera. Sin mucho dinero en la bolsa, Robé para ella un libro de poemas de Rubén Bonifaz Nuño. Lo vi. Me gustó. Pensé en ti, escribí en la dedicatoria. Desde entonces, cada vez que visito la vieja librería Gandhi o alguna de sus sucursales, me acompaña el recuerdo de Alejandra y me pregunto si se especializó en psiquiatría ―como tanto deseaba― o si cumplió su promesa de suicidarse.

Estación Copilco

E

n el Centro Universitario Cultural proyectan The Wall, la película de Alan Parker basada en el álbum homónimo de Pink Floyd. No pude asistir a la exhibición comercial y es mi oportunidad de verla en un cine club. María Elena aceptó ir conmigo. No iba al cine desde que Lulú dejó de hablarme, porque me perdí en el drama protagonizado por Barbara Streisand y Kris Kristofferson. Desde entonces, dicen las malas lenguas de mis amigos que cuando alguien trae mi nombre a la conversación, la rencorosa Lulú no me baja de pinche putito intelectual. Mientras, en la pantalla dos niños recogen escombro y uno vacía el contenido de una bomba molotov, al fin encuentro las palabras precisas y digo a María Elena que, si tiene tiempo, podemos continuar la tarde en mi departamento.

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josé manuel ortiz soto

|| dossier de microficción ||

Estación Universidad

E

ra un profesor bastante necio. Siempre que tomaba el atajo a las aulas se daba de cara con la misma piedra. Y discutía acremente con ella; la piedra tampoco ponía nada de su parte. Una mañana, sin embargo, el obstáculo no estaba allí y el profesor fue a dar a un precipicio (algunos afirman que r o m p i é n d o s e e l c u e l l o ). Por asuntos que solo competen a la naturaleza, la piedra había caído primero.

Javier Pérez [Bilbao 1968] Híbrido II - 2006 || www.http://javierperez.es/

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WALTER TOSCANO

FIGURAS

N

o sé, murmura Sofía compungida. Ha leído una carta enviada por su novio. No sabe si estrujar el papel o guardarlo bajo el colchón. Mira fijamente el fondo del tacho de basura, se retracta; prefiere creer que todo no es más que una crueldad del tiempo donde las personas son juguetes enfrentándose unos a otros sin llegar a lastimarse el corazón. Camina hacia su habitación y toma una tijera. No obstante, la nostalgia que la asalta por la espalda como un tijeretazo mortal, la impulsa a recortar dos figuras cogidas de la mano. Finalmente las parte en dos.

088

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hormigas ii

walter toscano

|| dossier de microficción ||

HORMIGAS II

¿Por qué con tanto apuro las hormigas tocan entre sí sus bocas? ¿Algún trozo de alimento comparten con

sutiles besos? Yo las observo, desde mi cama, transitar apresuradas y sin pausa. Una

gran línea

zigzagueante atraviesa el cielo raso de mi habitación de puerta a ventana externa.

¿Qué deliciosa comida alberga mi cuarto sin que yo lo sepa? Intentaré descubrir el origen de sus movimientos. Sin embargo ya es hora de la cena y mi estómago hormiguea de hambre.

H o y c o n ta r é m e n o s hormigas antes de dormir.

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AMÉLIE OLAIZ

ANIVERSARIO

A

l volver del trabajo vi que en la calle estaba mi sillón favorito roto, el jarrón y la vajilla que me heredó mamá hechos trizas. Incluso trozos de muro y vidrios. Por el piso mis libros desparramados entre ropa, zapatos, cucharas, fotos, trastes, aparatos domésticos, tapetes, latas y persianas destrozadas. Lo único que se mantenía en pie era el marco de una ventana bastante maltratada. Por ahí entré a lo que fue mi casa. —¿Qué carajos pasó? —Eché la casa por la ventana, mi cielo.

PERCADORA DE FICCIONES

C

ada tarde con una atarraya de trama pequeña, Marina, la cuentista, se interna detrás de las olas. Sabe que cuando se terminan las botellas, los náufragos y los viejos marinos sueltan sus historias letra por letra en el mar.

DIABLURAS

S

e enrolló sobre sí mismo para rodar hacia ellos. Al chocar, los ángeles volaron por el espacio con sus alas blancas imperturbables. Todos terminaron despedazados en el suelo. Matacus, el orgulloso armadillo, se desenroscó para disfrutar el festejo de los niños. –¡Chuza! –gritaban los pequeñines frente al nacimiento hecho trizas. 090

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.3


salvo el crepĂşsculo julio - septiembre 2013 - No.4


ENRIQUE ÁNGEL GONZÁLEZ CUEVAS

SITUACIONES ZOMBIS Tragedia Zombi

E

n la parte trasera de la morgue, el necrófilo observa con tristeza cómo el amor de su vida se levanta.

Cambio de inquilinos

L

uego de siglos de ahuyentar a los moradores del castillo, los fantasmas se divierten con los zombis que intentan atraparlos.

Revelación

E

l problema no fueron los zombis, ni los perros zombis, ni los gatos zombis, ni siquiera las ratas y las cucarachas o las pulgas zombis, ni tampoco las palomas zombis. Lo peor fue cuando Dios se infectó.

092

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collages del descuartizador

enrique ángel gonzález cuevas

|| dossier de microficción ||

COLLAGES DEL DESCUARTIZADOR Origenes

[a]

C

uando era pequeño, su madre lo castigaba por destrozar todas las revistas de la casa para hacer sus collages. Ahora, de grande, ella ya no se molesta en preguntar qué es de tantos conocidos que desaparecen.

Origenes [ b ]

C

omo agradecimiento especial, el descuartizador incluyó en su primer gran collage el rostro de todos aquellos que lo habían apoyado.

Calentamiento

E

l descuartizador deshoja una flor, un libro, hace trizas un cristal, deshebra un kilo de queso Oaxaca y, ya en forma, sale a buscar a su siguiente víctima.

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MARIO EMMANUEL PINEDA QUINTAL

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El niño que no sabía nadar, imaginó los brazos de su madre en el agua de la piscina y se lanzó a ellos para no ahogarse. http://mariabayardo.com/

María Bayardo [Monterrey N.L. 1963] Mujer Alada [2012] | Medida:27 x 16 x 12 Material: Bronce a la cera perdida | Serie:7 Piezas

NIÑO

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todos | una venganza

mario emmanuel pineda quintal

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TODOS

El tono de la marcha fúnebre suena entre los moribundos del desastre, la llamada por el celular es para uno, la despedida para todos

UNA VENGANZA

En los jardines de la primaria destruía las entradas de los hormigueros. Hundía mis dedos y las hormigas subían a mis manos mordiéndome la piel. Aguantaba el dolor, era un gusto sentirlo y ver el diminuto caos. Ya pasó mucho tiempo de mi último ataque, creo que ahora se están vengando. Desde hace unos días, las hormigas con las órdenes precisas de trabajar en los sepulcros, se acercan a mí y tiran a las muertas en mis uñas.

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ADÁN ECHEVERRÍA

¿Y MIS RAÍCES? ¿QUÉ HACEN CRECIENDO HACIA EL CIELO? Luisa acostumbraba todos los viernes pasar al bar a escuchar música-viva, beber cerveza, liarse una plática interesante con cualquier tipo que tuviera el valor de enfrentar su hermoso rostro de trigueña mexica, y rebanarle la espalda con la idea de algún cambio en el porvenir más próximo. No era justo que este viernes la banda presentara fuera una fusión de música prehispánica y ritmos house. —Pero qué diantre están tocando,—escupió a sus vecinos en la barra del bar. — No seas así, abre tu espíritu hacia todos los ritmos. — No escuchas; es música de indios. —No lo dices en serio, ¿verdad?,—carraspeó Fidel, ese hippie pacifista que se apunta como defensor de cualquier causa, por más estúpida que fuera. —Deconstruir la música prehispánica hacia nuevas versiones tiene que ver con recuperar las raíces. — Cuáles raíces, tú, no te engañes. Esto es una ridiculez. — Llamas ridícula ésta música. Habrías de medir tus palabras. Qué, muy europea la niña, ¿no? — ¿Tienen que vestirse con taparrabos y usar sintetizadores para ir adornando el ponchis ponchis? ¡Y lo del palo de lluvia!, es una mamada, neta. ¿Cuáles raíces? Aburrida pero sin decidir terminarse la cerveza para largarse de una buena vez, con los dedos acariciaba el cristal de la botella, ensimismada. Uno de los integrantes de la agrupación que daba el concierto se acercó a la barra, sediento; se quitó el penacho, y con la cabeza al rape enseñó un rostro y una figura que más que bien, a Luisa no pudo dejar de agradarle. La mañana siguiente Luisa abrió los ojos temprano. Se miró desnuda en los espejos del techo, y observó su cuerpo violentado, donde sobresalían marcas de dientes, signos de la enorme y deliciosa batalla de amor que había librado. — Hay que volver a las raíces, ni hablar —y se mordía los labios mirando junto a ella, desnudo y en todo su esplendor, al músico del penacho.

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un horizonte de cruces | esos fanáticos

adán echeverría

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UN HORIZONTE DE CRUCES

E

lla despertó con el uniforme de la escuela desbaratado. Le dolía terriblemente el cuerpo, había dormido más de 13 horas en aquel paraje sombrío. Se incorporó como pudo, subió la cuesta arrastrándose, su boca retenía las manchas de sangre ya secas; llegó hasta arriba, y su visión se perdió entre las miles de tumbas que poblaban el desierto, miró hacia atrás, y sus captores venían hacia ella, cargaban una cruz de madera, y uno de ellos se abría los pantalones mientras sonreía.

ESOS FANÁTICOS

Y

o lo vi oficial, tenía una cruz y a todos quería bendecir en nombre de no se qué dios... ¡arréstelo por faltas a la moral!

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E

M. Ángel Vázquez

l relato breve, cuyo maestro indiscutible e s A u g u s t o Monterroso, aunque inquiere en la tradición oral y en textos como la Biblia, se consolida en la Edad Media a través de la literatura didáctica que se sirve de leyendas y parábolas. Surge asimismo del mito y la religión, fábulas, proverbios, enxemplos, colecciones clásicas ―sobre todo orientales― y de grandes escritores como Poe, Tagore, Maupassant, Bernhard, hasta llegar a Borges, Cortázar, Denevi, Monterroso o Arreola: para Edmundo Valadés es una invención latinoamericana. Es mucha y muy imprecisa la crítica literaria que este género ha vertido. Su indeterminación mueve al relato breve a inscribirlo en diferentes modalidades narrativas, aunque estudiosos como Serra, Castagnino, Baquero Goyanes, Bosch, Moravia, han aportado diferentes enfoques metodológicos que se plantean a partir del dinamismo adquirido sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, donde ya no es un puro ejercicio de estilo y se presenta como una auténtica propuesta literaria, como un género idóneo que desarrolla la estética posmodernista. La publicación de Italo Calvino Seis propuestas para el próximo milenio contribuye a ello.

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los pasos diminutos de augusto monterroso

De ambigua etiqueta ―microcuento, cuento brevísimo, minicuento, cuento breve, minificción, microrrelato, cuento minúsculo, relato breve, relato hiperbreve― los movimientos de vanguardia, reacios a las soluciones totalizadoras, despojan de retórica y ornato la narrativa en favor de la brevedad y la experimentación formal y verbal. Su salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

carácter híbrido se asienta sobre la economía de palabras, la capacidad de insinuación y la elipsis, exigiendo entonces la necesidad de lectores activos que completen y recreen el texto. Una de las investigadoras más prolíficas, Dolores M. Koch, define el micro-relato para distinguirlo de la variante popular minicuento: «[...] En el minicuento los hechos narrados, más o menos realistas, llegan a una situación que se resuelve por medio de un acontecimiento o acción concreta. Por el contrario, el verdadero desenlace del micro-relato no se basa en una acción sino en una idea, un pensamiento [...]»[2], de ahí su carácter traslaticio, y de acuerdo con el resto de la crítica especializada, en los micro-relatos se fusionan géneros, de modo que participan de características propias del poema o el ensayo. Centrándonos en Augusto Monterroso, se integra en el arte de lo mínimo y en el estilo minucioso de la prosa de Juan José Arreola o Julio Torri. Acreditado como uno de los más valiosos escritores de la mini-ficción[3], acomete, con estructura breve, temáticas arduas y fascinantes. Lo exiguo en él se convierte en un distinguido y depurado ejercicio de estilo y consecuentemente, en un diestro en la poda literaria. Escribe una prosa sin . 2.] Dolores M. Kock. «Diez recursos para lograr la brevedad en el microrelato», otoño 2000, en http://cuentoenred.org/cer/index.html, p. 2. 3.] Solo tres de sus publicaciones no contienen microrrelatos: La palabra mágica, Viaje al centro de la fábula y Esa fauna.

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Alfonso Cárdenas Páez lo trata como un subgénero narrativo de índole posmoderna y Raúl Brasca lo describe sumariamente como una forma que posee suficiencia narrativa y cuyas principales características son la concisión y la intensidad expresiva. Este tipo de ficción recupera y comparte elementos de otras formas literarias ―el ensayo, la poesía, el aforismo, el proverbio― y transliterarias ―el corto cinematográfico, la crónica o la nota periodística―. En el cuento breve su narratividad es una forma concentrada que desarrolla un ejercicio de reescritura o experimentación del lenguaje donde se encierra la visión del mundo en unas escasas líneas. Su condensación semántica responde a la síntesis discursiva exploratoria de un determinado juego de posibilidades en el que se alude a la memoria implícita del escritor-lector. Su carácter polisémico permite la inversión de papeles de los personales y la trasgresión del tiempo. Ejemplos aclaratorios son «Fecundidad» (Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando una línea1) o «La fe y las Montañas» de Monterroso.

m. ángeles vázquez


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m. ángeles vázquez

los pasos diminutos de augusto monterroso

Fundador del grupo literario y la revista Acento publica en ella sus primeros relatos. En 1959 se edita la primera edición de Obras completas (y otros cuentos), y aunque contiene relatos extensos deudores de la narrativa tradicional, ya se aprecian los rasgos sustanciales de su obra: lenguaje lacónico y elíptico, prosa casi epigramática e inteligible y compleja a la vez, como hemos señalado. Con «El dinosaurio» uno de los más universales y reducidos cuentos escritos, realiza una labor de condensación literaria extraordinaria y desafía a los lectores más dogmáticos que lo rechazan como cuento literario.

de intensa ironía concediendo a los animales atributos propios del ser humano. La fábula clásica permanece intrínseca en los textos y la renueva a través de la parodia, la sátira o el aforismo. Recurriendo a la intertextualidad literaria, rinde homenaje a escritores del pasado, como en «La cucaracha soñadora»: «Era una vez una Cucaracha llamada Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha llamada Franz Kafka que soñaba que era un escritor que escribía acerca de un empleado llamado Gregorio Samsa que soñaba que era una Cucaracha» [5] . Considera no solo a Kafka, sino a Borges y por supuesto al poeta chino, envolviendo perspicazmente al lector en un conjunto de creación de significados. Incorpora a su producción mecanismos narrativos como la crítica literaria y el palíndromo y en ese desplazamiento por diferentes géneros literarios se acusan las alusiones cultas (lector empedernido de Cervantes, Borges y Swift) y un espléndido manejo de la caricatura y el humor negro: «[...] Tras la máscara del sarcasmo defiende su legitimo derecho a jugar su juego ―la escritura― sin dejar de concederle a la contemporánea cultura de la imagen alguna de sus exigencias: la brevedad de los textos, la levedad del instant art [...]»[6].

En La oveja negra y demás fábulas (1969) apuesta ya definitivamente por el relato breve, vivifica este género y lo carga

En su novela Lo demás es silencio ―biografía ficticia―, el fragmentarismo llega en ocasiones a contagiarse

4.] Saúl Yurkievich. «Ese arte risueño de Augusto Monterroso», en Del arte verbal, Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2002, p. 420.

5.] Augusto Monterroso. La oveja negra y demás fábulas, op. cit., p. 43. 6.] Graciela Tomassini. «Literatura y juego: Movimiento perpetuo de Augusto Monterroso», en http://cuentoenred.org/cer/numeros/no_3/pdf/no3_tomassini.pdf, p. 4.

sin barroquismos superfluos con una sencillez tan fabricada que parece comprensible y concisa. «[...] Resta solo el remanente del remanente del remanente, porque le cuesta resolver los problemas propios a la coma, al punto, al adjetivo, al vocabulario, al ordenamiento, al estilo, al contenido y a todos los consiguientes efectos significativos [...] Monterroso es el café expreso de la prosa literaria»[4]. Utiliza los géneros cuento, fábula, epigramas, sátira, reseñas, crónicas, diarios, novela, crítica, todo ello bajo el signo inherente de un sensible y delicado humor y una afable e irónica sonrisa.

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de los mecanismos de sus micro-relatos. Su estrategia textual la convierte en una gran obra mixturada como un mosaico de exiguas fracciones a menudo desarticuladas. Su avidez por el lenguaje se pone de manifiesto en muestras metaliterarias, en juegos lingüísticos, como la palindromía[7] y en la relevancia concedida a elementos paratextuales (títulos, prólogos, citas, etc.) convertidos en sátira y articulaciones humorísticas que reflexionan sobre la condición humana o el arte de escribir[8]. Una literatura sin códigos que evita las fórmulas o las pautas de interpretación para encasillar su creación, «[...] no me gusta repetirme. Personalmente siento que uno no debe encontrar jamás una fórmula [...]»[9] dice Monterroso en Viaje al centro de la fábula. Si hay alguna constante en su obra es la exigencia con su propio quehacer literario y como él mismo señala, «[...] la búsqueda de un perfeccionamiento que no se note [...]»[10] y en efecto su obra se destaca por esa aparente sencillez que aunque parece fácilmente imitable, cohabita con composiciones complejas. Por otra parte, el descubrimiento de la síntesis como recurso expresivo, convierte a Monterroso en un autor de culto que pronto cuenta con un elevado número de seguidores que practican asiduamente el 7.] Práctica habitual en autores de microcuentos como Cortázar, Arreola, Samperio, Helguera y otros. 8.] Véase como ejemplo La letra e. Fragmentos de un diario (1987). 9.] Augusto Monterroso. Viaje al centro de la fábula, Barcelona: Muchnik, 1990, p. 20. 10.] Viaje al centro de la fábula, op. cit. p. 53.

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relato corto en México. Dice Lauro Zabala que la brevedad extrema o lecturas posmodernas de la realidad «[...] se opone, en distintos grados y con múltiples variantes, a la tendencia escéptica (intimista, vanguardista y con frecuencia surrealista), que es una extensión de la modernidad característica de la Generación de Medio Siglo en la narrativa mexicana [...]»[11]. Estilista, escritor versátil, produce una literatura perspicaz, incitante y provocadora ante textos inclasificables, nos hace sentir inseguros, por ejemplo, ante las frases apócrifas con las que se recrea, el lector entonces desconfía de la verdadera frente a la fusión y parodia de su estrategia narrativa. En «Navidad. Año Nuevo. Lo que sea» juguetea con mecanismos de interrupción que provoca que el discurso se pierda en una serie de disgregaciones que desembocan en la reflexión de los encuentros fortuitos. 11.] Lauro Zavala (selec. y prólogo de). Relatos mexicanos posmodernos. Antología de prosa ultracorta, híbrida y lúdica, México D. F.: Alfaguara, 2001, p. 9.

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los pasos diminutos de augusto monterroso

Solo resta la irónica broma con la que queda justificada la ausencia de justificaciones: «[...] viviendo ese brevísimo momento como si de él dependiera algo importante o no importante, o sea esos encuentros fortuitos, esas conjunciones, cómo calificarlas, en que nada sucede, en que nada requiere explicación ni se comprende...»[12] es decir, el ingenio opera «[...] no como figura del lenguaje, sino como una estrategia de intertextualidad en el proceso de lectura [...]»[13].

ejecuta desde la erudición, como ya hemos advertido, sino desde un universo ficcional y fragmentario que rociado de una cotidianidad de carácter lúdico y revoltoso, permite que inhalemos una atmósfera pulcra de lo cáustico en una paródica muestra de estereotipos cercanos. Así es Monterroso « [...] releíble, 'reciclable' y con un afán disimulado de convertir poco a poco a sus lectores ingenuos en lectores críticos a través de las dudas ocasionadas por la multirreferencialidad de su intertextos [...]»[14].

El entusiasmo verbal de Monterroso, la entropía de la palabra escrita, no se

12.] Augusto Monterroso. Movimiento perpetuo, Barcelona: Anagrama, 1990, p. 132. 13]. Karla Rojas Hernández. «La ironía en el minicuento de Augusto Monterroso», en http://cuentoenred.org/cer/numeros/no_2/pdf/no2_rojas.pdf, p. 1.

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14.] Karla Rojas Hernández, op.cit., p. 15.

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Sebastián Labaronne nació en Buenos Aires, Argentina el 23 de junio de 1989. Estudió realización audiovisual en la Universidad de Buenos Aires y luego se involucró de lleno en el cine documental, la fotografía y tuvo un paso por el teatro. Entre sus maestros se pueden destacar al documentalista chileno Patricio Guzmán, el cineasta argentino Diego Lerman y el fotógrafo Roberto Camarra. Hace 1 año y medio que salió de su país emprendiendo un viaje por Centroamérica en el que ha realizado distintos cortometrajes que diambulan en diversos festivales y en la web, como así también muestras fotográficas en pueblos del interior de México.

Fotografía

SEBASTIÁN LABARONNE

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sebastián labaronne

límites

Limites El mar y la arena dibujan el propio. 2013 – Tulum, Quintana Roo, México

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sebastián labaronne

Huautla de noche El tiempo ilumina la fotografía 2012 – Huautla de Jimenez, Oaxaca, México

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huautla de noche


MIGUEL MEZA poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

HISTORIA DE HYMA Para Haidée

I Seducidos por el canto serenado de la calle, salimos a buscar nuestros recuerdos en el ombligo anaranjado de la luna. Nunca pensamos que conoceríamos a Hyma, ni que esa circunstancia nos daría la profesión que nos mantiene unidos, a pesar de la distancia: a ti, paloma gambusina; a mí, vagabundo mineral.

II A nuestro paso los árboles hablaban dormidos. Sus hojas de coral soñaban con el mar y balbuceaban un lenguaje de ballenas asustadas por nuestra voz. Rodeamos edificios que ahuyentaban a los gusanos y abrigaban a los gatos abandonados. Las ventanas sorprendían cópulas secretas en el azogue de las sábanas y las esquinas se bañaban en charcos amarillos, mientras un leopardo de luz arañaba nuestras sombras, al acecho, dispuesto a devorar por fin nuestro cordón umbilical.

III En un terreno baldío hallamos al jardinero loco musitando versos a los escombros y a los escarabajos. Algunos de estos versos son escupitajos luminosos de cuya fuente de copal brota Hyma, a veces como araña romántica, ojo funesto o ingenuo avestruz.

4.00

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El jardinero la invoca sólo a petición de las banquetas solitarias, los amantes enardecidos y los borrachos.

V El Libro de los Anocheceres, que el floricultor enajenado guarda debajo de la lengua, consigna esta historia.

VI Cuando es araña, Hyma teje su sueño en la promesa de los enamorados y termina devorándose a sí misma. Cuando es ojo, pretende adivinar el futuro azaroso de los ciegos, y sólo entrevé el suyo propio como un sapo condenado a mirar anochecidas desde el fondo de los pozos, en los patios sin luz; cierra entonces su párpado de ceniza y se echa a dormir en el caparazón de los cangrejos. Y cuando adopta la forma de avestruz, nace sin su vistoso plumaje. Por ello, a veces, en insomnio sin estrellas, cuando levantamos la vista al cielo, lo vemos incansable buscando estolas boreales en los hoyos negros del universo.

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MIGUEL MEZA | historia de hyma | poesía

IV


MIGUEL MEZA | historia de hyma | poesía

VII Pero en realidad Hyma es una flor exótica de pétalos azules, parecida a la genciana de primavera y a los lirios cárdenos del sur. A diferencia de éstos, vive en la casa de las luciérnagas y perdura el tiempo de un parpadeo de sietemesino en el vientre de una enana, y el pase mágico de una anciana con lentejuelas en la voz.

VIII Hyma nació con una catedral de cristal entre las manos a modo de pregunta, y sólo los prelados que han amado a más de mil vírgenes pueden ingresar a sus naves centelleantes y beber su vino de consagración.

IX En lugar de llorar como hacen todas las flores, Hyma prefiere sentarse como una gaviota sin alas en un castillo de arena, y esperar a que la vía láctea llegue montada en un delfín.

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Hyma es un término científico poco conocido. Los vagabundos prefieren llamarla por otros nombres, más apegados a su realidad de flor de témpano que vive en ambientes tropicales, adversos a su condición de velo en el ojo de la nieve.

XI Algunos noctámbulos despechados le dicen hetaira del destello. Pero este nombre es inexacto: ella no es culpable de que sus hojas de hielo incrusten espinas azules en el sexo de sus amantes, haciéndolos enloquecer de placer. O que, perdidos en el dédalo de espejos, confundan la propia imagen, desfigurada por el deseo, con el rostro impávido de Hyma.

XII

XIII

Sus pétalos son innumerables como las estrellas jóvenes, y su forma, indescifrable, como el enigma de la mirada de los gatos al amanecer.

Supimos que iba a morir cuando vimos florecer sus pupilas en la brasa de uno de esos versos de carne de murciélago, asados por el delirio.

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MIGUEL MEZA | historia de hyma | poesía

X


MIGUEL MEZA | historia de hyma | poesía

XIV Cuando llegamos, ella levantaba ya su falda de agua y se disponía a recogerse en el pecho de la luciérnaga. Ni tú ni yo parpadeamos, pero ciertamente la dejamos de ver, quizá para siempre, en ese mismo momento. Quise compartir mi sorpresa contigo, pero el leopardo de luz había engullido también tu sombra.

XV El jardinero era el mascarón de yeso de un desagüe, y dudé que mi cuarto atiborrado de libros fuera un terreno baldío convertido en un jardín de hymas fosforescentes.

XVI

El ombligo de la luna no era anaranjado, sino azul. 4.04

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El viento con manos de mantarraya me montó en sus alas desgajadas por la penumbra, e inicié el vuelo de los ausentes.

XVIII Tengo aún esperanza de encontrarlas. Tiempo no me falta. Después de que Hyma se fue, salgo en las vigilias a buscarte en los terrenos baldíos, en los charcos de fulgor en las esquinas, en los tiernos ojos de las gatas preñadas y en las entrañas de los leopardos sin sombra.

XIX

Como digo, tiempo no me falta. La melancolía no me deja dormir. salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

4.05

MIGUEL MEZA | historia de hyma | poesía

XVII


EMILIA GIL poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

FUGA

I Aquí las palabras en el nombre de mi nombre: que el sonido trace la nitidez de mi voz y que mi voz perdure al resuello de los días. Que la mano toque el umbral incandescente y apacigüe que llame a quienes tienen la codicia incrustada en cada cráter en cada una de las manifestaciones que desenvuelven, desligan y unen la palabra en el simulacro de la vida. Llamo a todos ellos que sienten el odio de un ser famélico de oraciones. En definitiva: invoco a ustedes, suicidas, porque tienen por bandera un dolor en cada parte del alma.

4.06


Amordazo mi voluntad. No hay motivo cuando se es nunca la estaca, nunca la espuma, botella desbordante en noche de gracia: disipación en la divergencia: reunión en la distancia. No hay motivo cuando somos nada ante los llamamientos, ante las manifestaciones y al devenir de los días que nos golpea a puerta de un terruño. Amordazo mis palabras y en el interior de cinco minutos: mi cuerpo retráctil. Llamo a quienes tienen un espantapájaros en la punta de la lengua. [¿Quienes niegan el derecho de sembrar en la ciudad un llamado caótico?] La vida ente mis ojos desembrolla cualquier alquimia: puedo ver en el espejo la carta de quien ha resuelto su vida en el estallido de un disparo… la última grabación que los hijos no hallarán debajo de la tumba. Siento Aquí el olor a un orín que circunda mi sangre.

III Aún puedo hablar en la transparencia de la noche ya reunidos alguien contestará a la pregunta:

aquí las instrucciones de vuelo

allá la disposición para seguir en este viaje de sonidos.

4.07

EMILIA GIL | fuga | poesía

II


GERARDO CÁRDENAS ROBLES ensayoensayoensayoensayoensayoensayoensay

POESÍA: SDE E

NACER DE

L OXÍMOR

ON

T

oda creación debe pretender un alejamiento, y, de igual modo, sólo se puede crear en virtud del desapego con la fuente de la que se partirá. Aunque puede creerse que la asimilación es propia de la cercanía y el conocimiento, lo más correcto, cuestión de representar la belleza y desprenderla de ella misma para una posterior exaltación en un mundo sublimado (como aciertan numerosos escritores, al buscarle un lugar a la poesía), es acudir a la magia y el encanto de los contrarios, y, en cierta forma, del desconocimiento. El oxímoron evoca, llanamente, la relación entre ideas que presentan una remarcada desigualdad; entremezclándose y debatiendo como un par de entidades líquidas que naturalmente se repelerían, pero se vuelven inseparables al funcionar en torno a un fin común. Para mi propósito, abro la inclusión de poemas con Francisco de Quevedo, que genialmente escribe: “Es hielo abrasador, es fuego helado, es herida que duele y no se siente, es un soñado bien, un mal presente, es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, un cobarde con nombre de valiente, un andar solitario entre la gente, un amar solamente ser amado.” (De Quevedo Francisco, Poesía)

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GERARDO CÁRDENAS ROBLES | poesía: nacer desde el oxímoron | ensayo

Se trata, pues, de romper con la contemplación, como tal, y conferir al ensueño del poeta, el fin último del quehacer que pretende; esto es, propiciar el impacto entre la manifestación encolerizada de las cosas y el medio al que se dedicará su influjo. Asevera José Lezama Lima, en concordancia con lo anterior, que la poesía se produce por la resistencia de la realidad en relación a la imagen: el oxímoron. Mucho se ha hablado en torno a éste, en ocasiones de forma directa, y otras, sugerente. Digo de forma sugerente, por la pertenencia de ciertos tropos propios a la literatura, dentro de esta gran idea que explica y da cabida a los fenómenos presentados en la evolución de la poesía. Pueden mencionarse una interminable cantidad de ejemplos que sustentan el valor de lo mencionado, recogiendo ideas desde las tradiciones arcaicas y reparando finalmente en la actividad creativa actual. La constante será que, en todos los casos, lo contradictorio, lo retorcido, se presenta como un juego preciso para esbozar el contenido de imágenes y metáforas de un modo más óptimo, ampliando, por mucho, el abanico de horizontes para el creador. Por hacer mención de un saber conocido que sirve para desentrañar la

esencia del oxímoron, se tiene la tan conocida frase, puesta en boca de Augusto. “Festina lente”, que equivale a su traducción “apresúrate lentamente”. En cuanto a ello, hay un sinfín de aplicaciones triviales y de orden un tanto didáctico, puesto que, si se piensa como invención de un emperador –por lo que se dice-, responde directamente a una visión colectiva enfocada a un actuar más sensato: dar prioridad al trayecto de todo fin y mostrar una actitud lenta y analítica, sin perder de vista el objeto, o el propósito que se desea. Éste, cabe señalar, contiene un tiempo de realización, en analogía a la velocidad que menciona Augusto. Sin embargo, y llevando dicho oxímoron al terreno poético, que nos concierne en especial, este “ a p re s u r a r s e l e n t a m e n t e ” v a a desembocar en recursos estilísticos, tales como, el peso y la levedad, lo claro y lo oscuro, lo efímero y lo perdurable, permitiendo robustecer las diversas dicotomías presentadas en unos y otros poemas, relevantes a la persuasión e influencia que muestra la poesía. Isaac Felipe Azofeifa, en su poema Se oye venir la lluvia, hace gala de hábiles encuentros entre disparates que representan la sutileza del oxímoron y la dimensión que puede infundir en cualquier idea,

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por simple que llegue a parecer. Tomo un fragmento: “En la penumbra de la tarde, que va cayendo lenta sobre el mundo, el grillo del hogar canta de pronto, y su estribillo triste riega en el aire quieto, paz y sueño sabrosos.” (Felipe Azofeifa Isaac, Poesía)

La contrariedad salta a la vista -y al oído-, desplegando límpidas sensaciones desde el canto de un pequeño bicho que se bate contra la violencia de una lluvia impactando velozmente contra todo. Acudiendo a La aventura de un poeta, Ítalo Calvino, por medio de uno de sus personajes, dice que “en realidad todo silencio consiste en la red de menudos ruidos que lo envuelve”. Por tanto, el sonido que hay en la casa del poema de Azofeifa, se construye desde los ruidos más usuales, el crujir de la madera, y la electricidad casi inaudible de las bombillas y los aparatos eléctricos, reforzándose con el caer de la lluvia que se filtra desde afuera. Este silencio, que se colma ya por el rumor potente del clima exterior, viene a ser sofocado por el minúsculo sonido de un grillo. Ahora los pasos firmes y agigantados sobre el concreto, no pertenecen más a la lluvia que se desplazaba, sino a ese pequeño cantar desde algún sitio del edificio. Y es el grillo quien se impone sobre árboles y

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azoteas, mojando y revolviendo objetos con su andar palpitante y enérgico. De tal modo, el oxímoron invierte los papeles. A unos priva y a otros brinda, según quiera verse, trastocando el ambiente dentro del poema. Aunque este detalle pasara sin mucha atención, el texto infunde una idea sobre la edificación de una esencia enaltecida, reformada y con más enredos, en reflejo del agotamiento de otra. Ésta segunda cede su lugar inherente, al advenedizo que se ha valido de su propia fuerza para ensancharse y redefinir el contenido de lo expuesto. Finalmente, tenemos, en contraparte, a una lluvia moviendo su diminuto cuerpo entre sillones y repisas, vociferando a la tempestad que antes fue; una lluvia atrapada ahí, con alegre tristeza de cantor, mientras el poema dure. Siguiendo estas ideas, un poema es la calma terrible de los encantos que, rabiosamente, surcan la soledad y la presencia de la realidad sobre sus

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contrastes. Es la cabeza de la medusa envuelta por Perseo entre hojas y ramas, para salvarle del daño de la arena. Es el hombre que suele presentarse en la poesía, respondiendo a estos contrarios mencionados, como un salvador de lo inexistente, o como un redentor de lo que se condena bajo sus propias leyes; recordando el Canto IV de Vicente Gerbasi, “el hombre es de la noche que lo sigue,/sueño que el sol defiende”. De este modo, la oscuridad y la luz, son un continuo fundir de tiempos incontenibles que sólo se encuentran en la vigilia. Ni sueño o noche, ni terminación o comienzo alguno, porque sólo queda la partición de lo que se une dentro y fuera del hombre. Así, el sol cubre a la perseguidora noche, como una persona procurando la salud y bienestar de su muerte, para asegurar el momento en que ésta le congele las pestañas con su calor de gruta inexplorada. Y de pronto, todo es ilógico; la coherencia no falta, pero se reviste de los alcances más inesperados. El poeta se vuelve la cicuta de sus propios inventos, escondiendo vida aquí y allá. Disponiéndola en la orilla de las espirales, para que se destruya sólo una vez, en repetidas consecuciones. Desorientando a las aves y recomponiendo esqueletos imperceptibles. A veces el poeta quiere no saber y se pregunta, y se embriaga de la paciencia incontenible y voraz de las letras; dice puerta y piensa calma, y piensa voces, si piensa angustia, y dice entrar si dice adiós, y dice piensa y piensa


GERARDO CÁRDENAS ROBLES | poesía: nacer desde el oxímoron | ensayo

y no lo dice. La imagen surge de ahí como poseída por la incongruencia, conteniendo la totalidad de lo que no se atreve a expresar, y atraviesa la realidad sin advertirse, pero siempre con ese impacto alumbrador sobre la firmeza. En correspondencia a lo que sostengo, hay un solo tipo de vehículo para la poesía, que permite a las ideas ser palpadas claramente por el lector y el poeta mismo, independientemente de la función del texto: si alude, o representa, o simplemente busca sacar de su lugar preestablecido, uno o varios objetos. El trayecto entre la imagen alterada y lo que realmente es, surge de la aprehensión entre dos mundos enteramente en peligro, al momento de colapsar uno sobre el otro, y viceversa. Un peligro que nunca se manifiesta de forma completa, y más bien robando un par de líneas de Álvaro Mutis- es “como joya que guarda la ramera bajo su colchón astroso,/como ventana tapiada por la furia de las aves”. El oxímoron, de tal suerte, supone cubrir un enigma con colores y alboroto. Postrarlo en una esquina, o en un parque; regalar su esencia, colgarlo de algún farol o de la más insolente confusión. Es permitir a Orfeo que mire a Eurídice en todo el trayecto de regreso al exterior del inframundo, y éste, desconcertado por la divinidad de su anterior a usencia encendida en el recuerdo, prefiera subir sin ella; que opte, sin más, por tañer tristemente su lira y reconstruir de incontables formas a su amada. Tenerla únicamente en el eco de los dedos y cuerdos, siendo su medio de poetizar las sensaciones. Ergo, la belleza debe procurarse en el conflicto, y nunca ambicionar una estabilidad. No hay mejor actitud del creador, que reconocerse como un 4.12

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


GERARDO CÁRDENAS ROBLES | poesía: nacer desde el oxímoron | ensayo

“santo maldito”, un “honorable villano”, y mirar su obra como un “engaño leal”, recogiendo tales opuestos de William Shakespeare, que dan una magnífica muestra de lo expuesto. Al seguir con esta misma línea argumentativa, y con los anteriores gérmenes dispersos a lo largo de estas letras, la poesía contemporánea (entro ahora en materia más delimitada) permite revalorarse, primeramente, desde la formación del artista. Así que, por la carga, no sólo perceptiva y de innovación, sino de técnica, el conocimiento y uso consciente del oxímoron con su despliegue multiforme, puede encarnar un campo creativo más preciso en virtud de la calidad poética. Se hablaría de concebir al literato como un provocador de colapsos. Sin embargo, no me refiero a que deba ir por ahí desordenando ideas deforma arbitraria, o cimentando su creación en meros sinsentidos, sino que refuerce sus recursos y habilidades, al poner una atención específica en las direcciones contrarias de sus ideas y las dualidades mostradas por las mismas. Lo ideal es que tome esto último y lo encauce hacia el objeto principal de la obra en cuestión. Al tener pleno conocimiento de los contrapesos incluidos entre una imagen y otra, se vuelve sumamente viable la conciliación y exposición de propuestas, que, de otra forma, no serían muy factibles o mostrarían evidentes carencias, en caso de ser representadas de una forma directa. Veamos, por ejemplo, las siguientes estrofas del poema de Carlos Pellicer, En una de esas tardes…: “Estamos tan presentes, que el pasado no cuenta sin ser visto. No somos lo escondido; En el torrente de la vida estamos. Tu cuerpo es lo desnudo que hay en mí toda el agua que va rumbo a tus cántaros. Tu nombre, tu alegría… Nadie lo sabe; ni tú misma a solas.” (Carlos Pellicer, Poesía) salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

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GERARDO CÁRDENAS ROBLES | poesía: nacer desde el oxímoron | ensayo

Omitiendo estas dos densas estrofas, sería sencillo decir: un hombre extraña a la mujer que le muestra a sí mismo y lo llena de una esencia diferente y mejor. Y decir, con tono somero, que la ausencia que él vive, al recordar el valor de ella y sus virtudes, lo hace sentirse nada, tanto que ella no puede ni imaginarlo. Aún si se poetizara lo anterior sin retorcerlo, habría un límite para llegar a la última pincelada del poema. En cambio, de modo tenue y conciso, encontramos un par de presencias de distinto tipo que, indispuestas por una lejanía clara, de a poco se vuelcan hacia un núcleo contendedor que les da su razón de estar ahí en un principio. La ambigüedad permite la incrustación de un tiempo inexistente e imposible de determinar, y comienza a parecer que en ninguno de los dos extremos del conflicto existe algo, pues cada cuerpo secunda al otro en su orilla. No se está plenamente de uno ni otro lado, sino en una especie de círculo que los va desgastando. A tal punto se pierden y anudan, resultando en la total ausencia del cuerpo que, inmerso en su

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contrario, y por tanto, en sí, ya no puede definirse. Por el recorrido sensitivo que sugieren estos versos, la solidez inicial se vuelve líquida, luego solidez de nuevo, y al final nada: cuerpo, agua, cántaro e inhabitada soledad, respectivamente. Claro que Pellicer debió encontrarse en pleno entendimiento de los símbolos en su poema, circunscribiendo todo, al desdoble de los objetos exhibidos. Lo más posible es que la idea no haya nacido tal cómo figura en el texto, pero conociendo los alcances posibles dentro del oxímoron, el poema toma varios sentidos que trascienden la idea principal y le agregan un valor extra y una mayor profundidad. Cegarse es la única forma de contemplar realmente, pues todo cambio sugiere dos finales y dos comienzos, en compartido despliegue hacia ambos lados. Así, todo poeta se abriga también con un destello que lo arrebata y no lo toca. Busca escribir lo que no sabe, y más pronto cae en cuenta de que, tal vez, es él quien nunca estuvo.

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LEONARDO ALEZONES LAU poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

PÁJARO ANTIGUO

Una vida no basta el fuego se encargará de la memoria elevándose por encima del oxígeno hasta apagarse como el pájaro antiguo quemando el tronco de un árbol y fauno lo mira entre las hojas muertas las que arden ante su llama inexplicable con la misma gracia del rocío a contraluz elude la brisa en el tornado desde un ala finamente terminada por la llama que iluminó los campos de trigo ya al fin del abrazador recuerdo de su partida las ninfas reanudan la música de las esferas haciendo estallar la ceniza en resurrección.

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LUCERO BALCAZAR poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

HAIKÚS

* baila la luna roja rumba habanera

* Rumba habanera Bailan luna y sol y son como son

María B Materi ayardo [Mo n al: Bro nce a la terrey N.L. 1 963] cera pe | M http://m rdida | Serie ujer Alada ariaba yardo.c :7 Pieza [2012] om/ s | Medid a:27 x 16

x 12

Por la rivera


* Luna cubana sobre el mar recostada sueña el mañana

* Monstruo de Jila Adorna el desierto, tú traje en chaquiras

* En la ladera cuelga su cabellera la enredadera

* La luna busca abierta y encanecida es vieja cuzca...


YAMILA GRECO poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

IX La luz nunca es suficiente confecciona el tejido donde la vida golpea la materia resignada sobrevive la bestia como intención estética la razón llora la carne espanta

XX la muerte existe se derrumba degrada perfiles solemnes retorcido su amparo inquiere se derrumba adversa esta silueta en aquel ángulo ignorada palpita incluso antes lacerado el quicio vacía la expresión arrastrada por caminos a mi-idéntica insuficiente

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salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


YAMILA GRECO | LII | poesía

LII la muerte existe se derrumba degrada perfiles solemnes retorcido su amparo inquiere se derrumba adversa esta silueta en aquel ángulo ignorada palpita incluso antes lacerado el quicio vacía la expresión arrastrada por caminos a mi-idéntica insuficiente la muerte flaquea ante mis restos golpea soledad y manifiesta ignorancia insiste el castigo consolida esta parálisis el tumulto impone hachas a la frente hachas a la tierra cuando la saciedad alojo negado por la insania pudra en mi pecho su alimento los que contemplan somos para los que contemplan siempre vuelta entonces sin espalda como si la sombra coincidiera en el acto mismo de fingir el movimiento sostenida por el tacto la piel deambulé la cercanía por precipitación ración carente sola no en este mundo y sola al otro lado más lejos la mímica sobre el tercero Nacimiento de la Piedra todos los brazos de este mundo no alcanzan para auxiliarme salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

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YAMILA GRECO | LII | poesía

cavilé desnuda entre los peores convertí la tierra en más tierra en más demasiado polvo demasiado golpeamos y golpean pulsando oprimido este gesto en los espejos despojo de una infancia que se presume muerta tampoco quedo yo no permanece ya el mundo ni respira su fracaso remachada por la espalda provoco mi razón lastimando mi cráneo hasta encontrarme a coste de afirmar la vida sonrío hastío seco y mártir ápice de animal pariéndome demasiado polvo demasiado tiro de mi cuerpo y éste tira de su fuerza hasta confundir criaturas qué viene por mí en su lugar figuras no reconocidas por estos ojos que alguna vez fueron míos la muerte flaquea ante mis restos hermosa como la ruina en el suplicio de evocarme tal vez nunca mía tal vez nadie golpea demasiado golpeo ni todos los brazos de este mundo alcanzarían para auxiliarme

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Lucia Rastelli Estatua


ARELY JIMÉNEZ cuentocuentocuentocuentocuentocuentocuento

LA CORONA DE ESPINAS

Todavía veo tu espalda. Te marchas y sabes que permaneceré callada. Tu figura se va borrando y es preferible sólo verte. Volteas, me ves aún de pie, continuas tu camino. Te delineaste en el sol maduro de las cinco de la tarde, luego diste vuelta al templo y desapareciste. Pude haber dicho que esperaras y después arrepentirme calladamente. Callada. Así como ahora. Estábamos sentados en el jardín. Me explicabas los planes. —Debo ir… “¡No, no lo digas!”, pensé. Volví a fijarme en tus ojos pardos y noté que antes eran más oscuros. —Lucía, ya no es lo mismo. Nada. Sólo te miré. Igual cuando murió tu padre ¿Ya cuánto tiempo haría? ¿Dos años? ¿Seis? Es curioso, a todos los sepelios que he asistido, el sol parece brillar más, como imitando la ceguera que viene de la muerte, la luz completa y ansiada. Recuerdo el luto intachable de tu madre, los sofocos de Javier, el féretro y su descenso pausado, ese aroma a muerte que se filtraba desde las coronas de lirios y crisantemos; las flores son capaces de adornar cualquier cosa. Tomé tu mano, tu mirada se perdía en el horizonte. El ataúd bajó por completo y las palas empezaron a formarle pesadamente una cobija de polvo, te derrumbaste por completo. Cargabas con el estigma que echa por tierra a las lágrimas, que las encuentra repugnantes e innecesarias; y yo, con el del silencio perpetuo, con las palabras insípidas que debe tener la mujer para no dejarse llevar por las penas. De repente me invadió un impulso y te abracé. Pude percibir en mis brazos los achaques de tus lamentos como ecos atrapados en tu respiración, la calidez de tus lágrimas, la saliva, pero sobre todo, el calor de tu cuerpo recién llagado, vuelto a nacer entre el dolor. 4.21


ARELY JIMÉNEZ | La corona de espinas | cuento

Creo que nunca había palpado con tanta fuerza tu alma ni te había sentido tan próximo a mí. Aunque justo después de su muerte te alejaste, reservaste un pedazo de mundo para ti y tus cavilaciones. Sábelo ahora, Alejandro, Dios en toda su grandeza es justo, sólo que la justicia de los hombres es demasiado menor, nada más consigue aplicarse a los hombres mismos, y Dios, él mira a todos los seres con benevolencia, y éstos lo ven cuando tocan el otro extremo de su ser, cuando se llega al final de la espiral. “¿Lo habrás visto?”, lo pregunto en silencio, porque es angustiante pensarlo y, mejor no decirlo. Quizá para Dios seamos pequeñas luces diseminadas en la oscuridad de sus faldas y Él una inmensa fuente de luz al centro. ¿Te has fijado en el gesto de los muertos? En el de tu padre había una sonrisa. A cada muerto que he velado, incluso mi madre, los vi con un rostro sosegado. Pero él sonreía. Y en mis adentros, en ese abismo mudo, le pregunté: ¿De qué cara se ríe, de la mía o la de Dios? Tu padre era un buen hombre, él te dio sus manos pobladas de venas que parecían raíces y te enseñó a obtener frutos de ellas. Trabajaba la tierra con respeto, pero cuando dejó de llover, la vida le pareció todo, menos vida. Así es para muchos de los que vivimos aquí, probablemente, ya estaba decidido que tuvieras que partir. Así pasa con los primos, con los hermanos, con nuestros hombres. Toman esa misma ruta y a veces vuelven. He relacionado la imagen de lo seco con la desgracia ingenuamente. Seco el

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cuerpo de mi madre, seco el pozo del jardín, seca la sequía que arrasó con los sembradíos, seco el desierto. He reflexionado bastante, Alejandro, y descubrí que estamos acostumbrados a creer que prevemos las cosas pensando solamente en lo peor que podría pasar, siendo esto, sin ser peor o mejor, lo que más nos dolería que pase. Con el tiempo se aprende que el dolor toma muchas formas, las más insospechadas, y cada herida es primera y única. Para mí eran dolorosas tus pláticas diarias repletas de ejemplos y discretos planes: “Javier conoce a un coyote, va a cruzar a Francisco, el esposo de Rosario”, yo sólo asentía. “No es muy caro irse, unos cuantos miles y ya”. Asentí también y te serví la comida. “¿Es que no te gusta nuestra casa?” Y de inmediato, como si leyeras mi cabeza, contestabas: “No estoy confirmando nada, no seas tan dramática Lucía”. Perdóname Alejandro, sé que tuviste que lidiar con mis teatros en más de una ocasión, pero qué hacer con esas ganas de que notaras lo cerca que estaba de ti. Tan cerca que no podías verme, hacía falta, quizá, que me vieras a la distancia, entre los médanos. ”Quisiera volver a unir tus manos y enseñarte a rezar, para que al menos en las mías sintieras un poco de la presencia y ternura de Dios. Cuando terminábamos de orar, parecías guardar un estertor desconocido que te aclaraba el semblante. Pero era sólo eso, porque la luz nunca consiguió invadirte en su totalidad: vociferabas y clamabas por justicia. Entonces, la desgracia se hizo aparecer,

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

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Javier Pérez [Bilbao 1968] En el filo - 2012 || www.http://javierperez.es/

al inicio diminuta, apenas un bulto en los senos que te alimentaron antes que los míos. La boca desdentada del destino arremetió de nuevo contra tu existencia.” —Es cáncer. Qué palabra tan misteriosa e insondable. No me atreví a hacerla pasar por mi cabeza, sabía que incluso en mis adentros, me ataría de manos y pies, así como a ti ya te tenía atado. Acendrarían tu alma las fauces de lo inevitable, la condición de testigo inútil que se siente obligado a envolverse con piedras a pesar de querer desmoronarse. ¿Yo qué podría decirte? ¿En qué te sería de ayuda? Alejandro, te juro por la dureza de mi vientre, por ese bálsamo tuyo que había hecho casa en mí, que no era indiferencia. No, era mi ineptitud y de algún modo, bondad. La bondad del silencio. Nunca pude decirte algo que te diera fuerzas pero tampoco fui capaz de ofenderte con mis placeres sencillos, intentar cándidamente hacerte olvidar esos problemas mayores con la noticia de que había atrapado una pluma mientras hacía escalones en el viento o que por la noche, después de sobrevivir a la muerte chiquita, veía con avidez tu gesto dormido y tenía sed de ti. ¡No quería que te fueras! ¿Por qué no pude gritarlo? Decirte con cariño: quédate un momento más, regálame tu espalda y yo te daré mis hombros, pero vino aquella solapa de gusanos en el pecho de tu madre. ¡Qué egoísmo el mío! No soy capaz de manchar la imagen del amor diciendo que esa es su forma. Me entretuve bordando maldades y caprichos, culpando a Javier, a tu padre, a tu madre, enajenada con lo que se veía venir y que no aceptaba. ¡Tampoco quería que la uña de la desdicha rasgara mi alma! Si se perdían tus ojos, si se alejaban para siempre, yo quedaría sola ante la ceguera de la vida, que es tan pesada y negra, como plomo partiendo mis párpados. Pero pronto te dejaste cegar y tu mirada era clara de tantos sueños. —Si llego al otro lado, tendré para pagar la operación, y a lo mejor, pueda ponernos una casita, vamos a necesitar más espacio. —sobaste mi vientre. —Alejandro… —fue inútil, las quejas se marchitaron en mi garganta.


ARELY JIMÉNEZ | La corona de espinas | cuento

—También algo de dinero extra, para un carrito o una camioneta. Javier ya tiene varios contactos allá, él lo arreglará con el coyote. No querías hablar del peligroso recorrido en el desierto. Abundabas en proyectos: lo que harías llegando allá, el nombre de nuestro hijo, la operación para tu madre. Aquel día en la plaza, me había decidido a vaciar los reclamos que me pinchaban la frente. Fui al templo poco antes de que llegaras, y vi al Cristo en la cruz, su perfil sangrante, aquella corona lastimando sus sienes. — ¿Lucía? ¿Por qué lloras? —entraste y acariciaste mi espalda. Quise gritar, gritar que no sólo con una cruz cargamos. —Dime, ¿Por qué lloras? Mírame a los ojos. No, no me evadas.

4.24

—Nada, no es nada. Por favor, vámonos. Vamos al jardín. Yo sabía que ya no era lo mismo, Alejandro, y a la vez, lo ignoraba. Era tanta adversidad para mi cuerpo tan delgado y frágil, que se derrumbaría ante ella. No caminaría el desierto, me quedaría aquí a guardar la casa, a cuidar al niño, la suegra, sola, siempre tan sola y en silencio. No pienso escudarme de algún modo. Deben recaer en mí todas mis espinas.

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JUAN M. CARRASCO D. poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

SOMARI De: Huesos sublimes y otros poemas.

I

II

Si digo lo que cesa no estaré errado del todo. La certidumbre así nombrada parecería sueño fugaz esta lluvia que adorna mi espalda tan amena que no temo decir DIOS.

Cada vez que me sonríe el aire se extravía una bocanada de luz me abrazan las penumbras. Suelo tomar entonces apurar mi mano que baila suave bajo la luz de una vela.

III

IV A Obando Flores

Me he convertido en palabra extraviada

anochecida de pastizales incendiados.

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

las vagas tinturas de mi ser molestado

A lo lejos una bombilla inicia la noche de los locos en este petrificado mar y sus desmedidos seres.

4.25


JUAN M. CARRASCO D. | Somari | poesía

V Desde aquí pareces ciudad

bella lluvia demente. Un vapor se mueve a tu ritmo.

VI A Luis Araque

La otra poesía: la que no se teje en las miradas la que se embadurna de ron y smog la que canta su grito diario desde el otro extremo de esta rara ciudad.

VII A L@s Nadie

Estos poetas errantes como chasquidos hojarascas tapizadas de piel.

VIII A ella

¿Quién vendrá a apartar este velo rasgado de soledumbre que hace difusos mis más agudos bordes?

4.26

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


Ladraban vistieron el aire con lamentos urdieron fantasmales ecos en mi boca. Los apagué con un sueño.

XI A Leonardo Alezones Lau

IX Arrastro los pies en esta desnudez terrenal que me obsesiona busco el silencio en los pasos que no conocí en la memoria del azahar lamiendo la virtud del errante.

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

Al término de este día sólo hemos quedado tú y yo, y más tarde el camino a casa, la amargura y la molesta quietud. Escuchamos la mente sideral de Syd Barrett a través de las carnosas aurículas y sentados en forma de loto intentamos permanecer flotando perennes frente a una imagen que da vueltas en el espacio del cuarto. Pero no es posible asir con fuerzas colosales a un espíritu exaltado por los sonidos sesentosos, por los colores del Pop Art, que sobrecargan nuestras mentes hasta conciliar el sueño pasadas las 12am. En la mañana, volveremos a andar [caminos distintos, esperando reunirnos nuevamente al término [de este día.

4.27

JUAN M. CARRASCO D. | Somari | poesía

X


DAVID GUERRERO poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

CAER - NOS

C

aer. Caer, el mundo cae, al fin cae, cae, al fin cae -cáete espacial- si giran los astros caen, si gira el pensar cae, c-cae, ca-hemos, ca-er-nos. Si te levantas caes caedizo

cuerpo, cae tu pecho, caemos,

en lentitud, lento, al principio, en

sueños que caen sin fin, sumergido. Canto y cae, caen exhalaciones, parpados, semen, cae el niño: cae te, cae-te, cae-to, caeto-do, caminar cayendo en la espiral vorágine que cae ingrávida, pero caes como mortaja, caes por el vientrecrestado, caes dividido; espina tú, de viento tú, caes gota, caes muerte, caes luna en tu curva de elefante, caes burbuja en tu vidrio como añico de sol, caes puerta en tu horizonte de caverna, caes noble ante tirones que te tiran y caes, caes soltándote para caer quemante al fuego, porque a caer vengo; por eso no calló y hablo sin fin de lengua como bramido, hablo y caigo, caigo, caigo como higo picoteado, caigo negro, como rama cortante de viento, como pluma que resbala de mis dedos, en la sombra y en el suelo. Caer prisionero, afuera, caer devorado, caer nombre, caer cielo, caer, caer, en la cerca de erar se cae, porque al fin caemos, en la altura inversa, en la versa versión de versar, versimos a caer, vencidos caemos, vertiendo las cercas inexistenciales, los ríos que caen del pecho terrestre, los astros que bajan caídos al ojo, caída de tú, de mí, cuando caemos en la versificación de los giros, caemos sublevados, caemos portando el plomo de los tiempos, en la libertad de la caída libre, por un caer intrínseco,


recuperan altura, porque caer volteado al cielo no es caer, ni el agarre religioso,

ni la ancla ciencia, ni el muelle bruma, ni la epístola primaria significante que nos agarra, ni la sombra fresca de los huesos que sujetan, ni la espuma de la rabia que atesora el miedo, así caemos. Caemos en el sueño, como recordando ojos en el cabello de la profundidad, y tratamos de aferrarnos

a la imagen, en los años

irreconocibles de la lejanía impalpable, con todo visceral sentimiento, por amar la caída acuática, sumergida en la soledad, inmerso y burbujeante, expandido todo. Caer aplastado en signos, en burbujas que en el aire hablan de ti, caer al recuerdo borrado inexistente de un futuro, donde el sueño de los sueños cae en la caída de tus pensamientos, devorados por los dientes de los peces y los tiburones del tiempo, tragado por la sangre en el mar de un cuerpo, caer a tu voz y escurrir por tu labio, en la fuga sonora de los ecos, en las plantas tambaleantes de los fondos, en los organismos que acompañan las vibraciones: sonoridades póstumas que caerán de mis dedos y tus dedos, al ir cayendo como piedra pétrea, en golpe de mis consternaciones, en la planta aniquilante de las coordenadas, sin ojos de voz, sin sombra curva, sin velo araña, ni yemas solares,

caer al respiro último de la

concentración, al tántrico final, al zen fútil de un licor, y fermentar la caída de un solo golpe para inundar el cuerpo, el pulmón, la desconexión cerebral de lo que sé es, la hinchazón molecular de la descomposición, el flotar tambaleante de las aguas, por caer vertido en la vaporización astral de una nube y recorrer injerto el camino del viento, para la reflexión de algún ojo en la tierra, para la contemplación pura que nos levanta, para la germinación de alguna planta terrenal. Caer en las alas extendidas de un ángel, que se cae expandido a todo adentro, alas derruidas al externo mirar de la conciencia, en el materno respirar de las divisiones celulares, como una gota de agua que nos alimenta y donde caer, es estirarse al mundo, volver a soplar el amplio cadáver, como el chillido primero de un estertor paterno.

Caer. salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

4.29

DAVID GUERRERO | Caer - nos | poesía

y las alas volcanes de los ángeles que nos sujetan de los sueños que van cayendo y nunca


DIANA FERRYRA CORRAL cuentocuentocuentocuentocuentocuentocuento

AUSCHWITZ

B

ienvenidos al concurso de Auschwitz para violinistas mediocres. En esta noche tenemos como invitado espectacular a Rimbaud, quien estará callado durante minutos para componer un poema, y a un poeta que bajó desde los infiernos ¡como usted escuchó bien, desde los infiernos! Y que viene ahora desde el cielo para explicarnos cómo aprendió a ser como él, y eeeeeeeeees Dante Alighieri (aplausos, dice el letrero). El siguiente invitado viene de Zamora, y tiene muchas quejas para nuestro anterior invitado. Le gusta el melón y tiene el pelo muy bien organizado como su poesía y eeeeeeeeees León Felipe (aplausos, otra vez). Muy buenas noches a ambos. Estamos emocionados al tenerlos juntos en este concurso, que no es concurso sino una mesa de discusión. Cómo les va buenas noches. Dante Alighieri (lleva letreritos en el programa televisivo para que el público los reconozca): Cuán visita inesperada es tener presentes con genialidad recibiendo a este humilde siervo, Ohh gracias por las alabanzas, señor Alighieri. Qué tal, señor León Felipe, podría dar una bienvenida para el público, León Felipe: aquí vino... (León, 4.30

en referencia suya) y se fue, vino, nos marco nuestra tarea y se fue, Ahhh qué bella frase. Pues bien, estamos reunidos para tocar un tema el día de hoy: el violín (como en cada programa era el tema principal). Usted, Dante Alighieri, alguna vez mencionó que tenía un gusto por la música porque lo consideraba celestial, no, Pensándolo bien, al igual que en la música, se me mostró como una verdad, de igual forma, como se recuerda en mi memoria los hermosos ojos de ella (Beatriz, ponen un letrero para explicar) que, en la altura inescapable, pude contemplarla (el público se enternece y emite un aaaaaaauh), Qué respuesta tan bien descrita, señor Alighieri, y usted, señor León Felipe, considera la música algo celestial, qué opina. Señor… señor Felipe, qué opina usted acerca del violín. Con los lentes apretados, antiparras negras, negras cerca de los párpados, salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

DIANA FERRYRA CORRAL | Auschwitz | cuento

dilatados además e iris de mostaza, se queda en silencio. La multitud se desespera al ver que el poeta no tiene interés de dar respuesta propia. Por fin habla, Ya sé que Dante toca muy bien el violín... ¡Oh, el gran virtuoso!... (Aplaude el público) Pero que no pretenda ahora con sus tercetos maravillosos y sus endecasílabos perfectos asustar a ese niño judío (aparece una calcomanía que pega en la pantalla del programa educativo de un chico con biberón, sucio y el pelo enlamado de mugre) que está ahí, desgajado de sus padres... Y solo. ¡Solo! Aguardando su turno en los hornos crematorios de Auschwitz, Qué mediocridad en su manera de enunciar algo en contra y sin mi conciencia, se revela el otro poeta, Dante... tú bajaste a los infiernos con Virgilio de la mano y aquello vuestro de la Divina Comedia fue un aventura divertida de música y turismo (ofertas, ofertas en el Infierno número 10, aparece un anuncio publicitario, incluso da los presupuestos en caso de un interesado, aunque sobra

mencionarse). Esto es otra cosa... otra cosa... ¿Cómo te explicaré? ¡Si no tienes imaginación! Tú... no tienes imaginación (indignación del público. Aparece un letrero de abucheo) acuérdate que en tu "Infierno" no hay un niño siquiera... Y ese que ves ahí... Está solo… El conductor del programa de radio tiene ganas de romper el cuello a León Felipe con un limpiachimeneas y corre junto con otros guardias para amarrarle las piernas. Lo hacen y lo dirigen a un horno de microondas gigantesco. Yo también soy un gran violinista..., amenaza y lo escucha desde lejos, en ecos de parloteo, y he tocado en el infierno muchas veces... (Qué gran descubrimiento) Pero ahora aquí... Rompo mi violín... y me callooooooo, goza de verlo mezclarse entre las ondas del horno, y crece el fuego. Se va sus palabras entre el tornado y él siente que se desmaya porque todo da vueltas. No se controla. Se aferra a seguir dando vueltas y más al verse acompañado de todos los letreros expuestos durante la sesión. Calloooooooo. No. Calloooooooo. No, noo digas más, me das náuseas. Calloooooooo. Nooooo. Despierta John Bisket, agitado, somnoliento y ansioso. Se toca la cara sudada. Respira profundo. Taquicardia. Lo bueno es que nunca podré tenerlos en la televisión. Voltea y ve el libro de León Felipe que dejó a un costado de la cama. Debería leerlo cuando ya no me acuerde de las quejas de mi papá.

4.31


VICTOR ARGÜELLES poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

PASADO TAN PRESENTE

A

lgo nuevo para deletrear, irme de nuevo

a lo tan viejo del escombro. Ayer pasó un río por la vena, secuestró mi lucidez de naturaleza desdoblada y lo hundió en la roca oculta del vaso ayer y días enteros. -Lo nuevo, ¿Qué será?- una repisa de polvo enclaustrado soberbiomar que huye por sus directrices de asombro fugas del estero invisible, visible ya en mí por todo aquello blindado en la caja de efigies muertas en que se ha guardado tu salvedad a ultranza tu huida impar con descensos de luz en cada hombro. Cuanto desvariar, del río porvenir, por saberte río y cuerpo remanso y manantial. Tu nombre palpita en cada sien rota que se hace al naufragio en cada sed

por nombrarte en el polvo desmedido del abandono. Los brazos de un río circundan la coincidencia de pasarnos por alto, de no darnos la entera oscilación del presente. Del presente, tan pasado.

4.32

salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


ÓSCAR GARDUÑO NÁJERA cuentocuentocuentocuentocuentocuentocuento

HOMBRE DE CONFIANZA

A

cepté el trabajo por dinero. El gobierno recién electo deseaba que la verdad sobre la guerra sucia saliera a flote, pues presiones de organismos de derechos humanos amenazaban con denuncias de alcance internacional, lo cual, por supuesto, vendría a perjudicar el intercambio comercial con otros países, las relaciones diplomáticas, además de que serían juzgados duramente, algo de suma importancia en incipientes democracias latinoamericanas de hoy en día. Recibí la llamada la mañana de un domingo. Todavía medio borracho me levanté de la cama, tropecé con ropa interior de Sofía y con la última botella de whisky, vacía ya, de la noche anterior. Era Joaquín Cisneros, exrepresentante de un organismo de derechos humanos, expareja de Sofía y recién electo senador por el partido oficial. —¡Tengo un trabajito para ti!, ¿escuchaste en las noticias lo de la comisión para investigar crímenes del pasado relacionados con la guerra sucia? Dicha comisión había sido creada para dar respuesta a las constantes denuncias de los familiares de las víctimas. Estaba conformada por dos hombres y una mujer. Uno de ellos salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

pertenecía al supremo órgano de justicia; el otro representaba a los familiares de las víctimas, y la mujer era abogada experta en derecho penal internacional. Hasta ese momento, al otro lado de la línea telefónica, yo desconocía dicha información, y fue Joaquín quien se encargó de ponerme al tanto, no sin antes advertir que para el gobierno era urgente infiltrar en las investigaciones a un hombre de confianza. —¿Quieres ser ese hombre? La puerta de la recámara se abrió y entró Sofía. Como todas las mañanas, incluso contra desveladas y borracheras, había salido al parque a correr. —¿Con quién hablas? Cuando tapé la bocina y le dije que con Joaquín no pudo disimular su alegría; me pidió hablar con él y le dije que en cuanto yo terminara. Después de preguntar cómo se encontraba ella, Joaquín continuó. —La policía localizó una casa de seguridad donde se encontraron expedientes de desaparecidos, relaciones de grupos de narcotráficantes con el ejército, así como listas de nómina de algunos ministeriales... ¡te imaginas!, a algún estúpido se le ocurrió que ahí nunca iban a dar con ellos. Al principio, 4.33


ÓSCAR GARDUÑO NÁGERA | Hombre de confianza | cuento

en cuanto recibieron una llamada anónima, la policía pensó que se trataba de un centro clandestino de adiestramiento para Kaibiles, ya sabes, pendejos tipo mezcla de rangers estadounidenses, gurkas británicos y comandos contraguerrilleros peruanos; hijos de la chingada entrenados por la peor mierda de los gobiernos latinoamericanos con la única finalidad de liquidar rebeldes. Ahí, en la casa, también lograron detener a un cabrón de nombre Alfredo no sé qué carajos, apodado, con justa razón, pues le volaron el ojo izquierdo durante una disputa por territorio con los maras centroamericanos, el Tuerto. —¿Qué tengo que hacer? —¡Fácil, hermano!, desaparecer expedientes... —No entiendo... —Mira, a como están las cosas de calientitas al gobierno le conviene que se den a conocer algunos expedientes, que se realicen las investigaciones y que se castigue a los culpables, si es que aún están con vida. Quedamos bien con el mundo y tapamos de una buena vez la pinche boca de familiares llorones que se la pasan jode y jode al gobierno con llevar sus denuncias a la comisión interamericana de derechos humanos... eso sí que sería un pedo, sobre todo por los acuerdos de intercambio comercial que se están planteando para este gobierno. —¿Entonces? —Pues que en esos expedientes hay nombres que no pueden salir a la luz 4.34

pública, hermano, nombres que se encuentran protegidos por el mismísimo diablo ¿me entiendes?, son importantes, e incluso desde antes de la guerra sucia gozan de protección de altas autoridades militares... además, la paga por el trabajito... Aquí mencionó el dinero. Era mucho para un trabajo que parecía sencillo. Con esa cantidad, pensé, saldría de apuros económicos, además de que por fin podría darle a Sofía la vida que se merece. Sin saber bien a bien por qué, pensé también en los familiares de las víctimas: seguirían protestando aun después de que se diera con los culpables. Posteriormente, cuando las aguas se calmaran, les daría por formar primero asociaciones vecinales, luego partidos políticos de izquierda con la sola finalidad de exigir su rebanada del pastel de esta gran mierda que algunos nombran (principalmente periodistas pagados por gobiernos) democracia latinoamericana. Sofía se acercó con una cerveza abierta entre las manos. Acepté el trabajo. Acordamos vernos al día siguiente en un bar del centro. Sofía habló con Joaquín. Tomé la cerveza, le di tres tragos y me quedé profundamente dormido. Desperté cerca de las tres de la tarde, asustado: cientos de cadáveres aparecían en mis sueños. Joaquín llegó a la hora convenida. Yo llegué media hora antes y ya iba por la segunda cerveza. Se sentó. Antes, echó un vistazo alrededor. Estaba visiblemente salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


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Esa noche volví a hacer el amor con Sofía y bebimos whisky hasta caernos de la cama. Por primera vez en mi vida me sentía bien, distinto, un hombre nuevo que estaba a punto de mejorar su situación económica gracias al gobierno, quién diría, yo que jamás pensé agradecer nada a esos cerdos. Sofía se contagió de mi ánimo. Dejó caer un hielo sobre mi espalda, recargó sus labios en él y .

lentamente lo deslizó hasta llegar a mis nalgas, por donde sentí escalar el frío. Subió nuevamente y al llegar a la nuca me dio un ligero mordisco que me estremeció por completo. Luego dejó caer su cuerpo desnudo sobre el mío, recargando sus dos húmedas y majestuosas tetas y suspiró. Dijo algo que no alcancé a entender, resbaló, se tendió a mi lado y se quedó profundamente dormida. 4.35

ÓSCAR GARDUÑO NÁGERA | Hombre de confianza | cuento

nervioso. En una de las mesas cercanas, una pareja se dedicaba a contemplarse por encima de unas copas de vino; en otra, un viejo tenía el periódico abierto al frente, destacando, por encima de la tipografía, un negro bombín. —Todos los días recibo amenazas de muerte... no es fácil cuando estás dentro del gobierno. Llegó la mesera. Una mujer de unos veinte años pálida y con un rídiculo flequito amarillento bailando en medio de una cuarteada frente. Joaquín pidió otra cerveza, limpió el sudor de su frente con una servilleta y continúo, tropezando sus palabras, tartamudeando en ocasiones. —Hay que desaparecer los expedientes, hay que enterrar de una buena vez por todas a esos muertitos, ¿entiendes?, aquí traigo una USB, en él viene una carpeta con los nombres... no vayas a cometer una estupidez: ábrela hasta que llegues a tu casa. La mesera llegó con la cerveza. Joaquín bebió deprisa. —Es necesario que tú y Sofía dejen de emborracharse tan seguido, procuren no llamar la atención... Se interrumpió, como si repentinamente se hubiera acordado de algo; luego cambió su semblante, moviendo el dedo me indicó que me acercara y me preguntó al oído, casi susurrando. —¿Aún conservas la pistola? —Sí, la guardo en uno de los cajones de la cocina.


ÓSCAR GARDUÑO NÁGERA | Hombre de confianza | cuento

Me levanté pasadas unas horas. Estaba todavía mareado y trastabillé antes de llegar a la computadora. Inserté la USB. Abrí la carpeta. Aparecían nombres y más nombres. Al llegar casi al final me congelé: Joaquín Cisneros aparecía en la lista como responsable de haber asesinado a más de cuarenta mujeres en una comunidad indígena. Lo mejor era callar. La mayoría de los gobiernos latinoamericanos son expertos en poner trampas al paso. Sofía se molestó cuando le dije que había aceptado el trabajo. Sin embargo, cambió en cuanto le dije lo de la paga. Ella era así. No le importaba lo que hiciera siempre y cuando llevara dinero a la casa. Era de esas mujeres que anhelan alcanzar una superioridad económica para vengarse de los hombres que las han humillado. Y sabía bien que era capaz de cualquier cosa por dinero o poder político. Sí, una de esas mujeres que mantienen al hombre bien agarrado de los huevos. Pero con un cuerpo hermosa, buena bebedora de whisky y una auténtica maga en cuanto abría las piernas. Una vivienda de interés social. La única ventana, situada al lado de una puerta desvencijada de oxidada herrería, estaba tapiada con hojas amarillentas de periódico y mugre. Antes de tocar me percaté de la sangre seca que conformaba amorfas figuras por el suelo. Tal vez del Tuerto, pensé. Dificultosamente, la puerta se abrió y apareció un hombre alto, obeso, mal encarado, metido en un traje negro 4.36

que hacía contraste con la luz del día, de tal manera que parecía una cortina frente al hocico de un lobo por donde se enciende un foco. En una de las dos habitaciones se encontraban las cajas con los expedientes. Dentro, todo era desorden. Manchas de lo que parecía sangre por las paredes, periódicos y revistas deshojadas por el piso, dos botellas de tequila ya vacías, un refresco de toronja con una nata de moho flotando y una antología de poesía latinoamericana editada por la UNAM. Con los dos hombres no tuve problemas. Eran descuidados a la hora de realizar su trabajo. El representante de los familiares de las víctimas se dejaba seducir por sus emociones y acariciaba los expedientes como si fuesen las nalgas de la mejor prostituta. Mis problemas comenzaron con la abogada: una mujer de rígido aspecto y sobria vestimenta que acostumbraba a echar el humo del cigarro alzando el cuello y haciendo de vez en cuando bolitas. Desde que aparecí se convirtió en la sombra de mis pasos y aprovechaba cualquier momento para hacer preguntas acerca de lo que según ella era mi responsabilidad. Pronto di con tres de los expedientes. Los saqué de una de las cajas y los escondí bajo un tapete sucio estampado con la palabra WELCOME que se encontraba en la puerta de entrada. Es riesgoso sacarlos ahora, pensé, mientras la abogada comía afuera los alimentos asquerosos que puntualmente salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


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rojo, se daban referencias de lo que titulaban como circunstancias de desaparición. Durante los cinco días siguientes a su detención, lo torturaron junto con otros en un campo militar; luego lo subieron a un camión con los ojos vendados para trasladarlo a una zona boscosa, donde finalmente le dieron el tiro de gracia; su cuerpo lo arrojaron a una fosa clandestina, situada, según un mapa mal hecho, cerca de la casa de seguridad. Esa noche soñé a soldados obedeciendo órdenes de quien seguramente era su general: su voz salía del fondo de un túnel. Luego se oían balazos. Y aparecía frente a mí Evaristo Noriega, suplicando, deteniéndose de mis brazos para no caer en lo que parecía una fosa clandestina, donde cientos y cientos de cadáveres se revolvían cual gusanos en carne putrida. El general repentinamente volteaba y me miraba de frente: era Joaquín Cisneros. Desperté a la media noche, alterado. Sofía intentó calmarme. Esa tarde, al regresar, encontré la puerta del departamento entreabierta y me alarmé: ¡Sofía! Saqué el revólver y empuje con el pie derecho la puerta. Avance sigilosamente. La puerta de la recámara estaba abierta. Me acerqué. Escuché risas, gemidos, voces paralelas que se encimaban para atascar con su sonido el lugar. Entré. Joaquín penetraba con fuerza a Sofía, quien se encontraba recargada, con las nalgas arriba, en una de las orillas de la cama, mirada extraviada, cabello alborotado y una enorme sonrisa 4.37

ÓSCAR GARDUÑO NÁGERA | Hombre de confianza | cuento

pasaban a dejarnos unos cerdos policías. La abogada daría una conferencia de prensa, por lo que estaría ausente buena parte del día. Era mi oportunidad. Llegué a la casa y le avisé a los dos hombres que me iría temprano, pues era cumpleaños de mi esposa y no quería faltar al pastel. Me creyeron, los muy imbéciles. Tenía los tres expedientes frente a mí, en la mesa, al lado de una botella de vodka a la mitad y un vaso. Nunca he sido partidario de que se castigue a los culpables de las muertes porque en realidad ese tipo de cosas no me interesan, me dan hueva. Si a esas mujeres las mató Joaquín habrá sido por algo. Pero en ese momento, frente a los expedientes, sentía como si no estuviera haciendo lo correcto, como cuando una culpa ajena crece a tus espaldas y sorpresivamente se apodera de ti, luchas contra ella, pero ya es demasiado tarde: estás con la mierda hasta las rodillas y la única manera de salir adelante es cediendo paso a la culpa, a la maldita culpa, señora puta, amante de la venganza. Entonces te traga, mastica lo que habías sido para arrojar el desperdicio de lo que eres ahora. Y nada vuelve a ser igual. Tenía que romperlos, deshacerme de ellos lo más pronto posible. Abrí uno al azar. Evaristo Noriega, 24 años, detenido a las puertas de su domicilio. Un párrafo hacía mención de su actividad política: asambleas, reunión con sindicatos, bloqueo de avenidas y carreteras. Escribía en una revista universitaria artículos de tendencia marxista. En un apartado subrayado con


ÓSCAR GARDUÑO NÁGERA | Hombre de confianza | cuento

en el rostro. Tardaron en reaccionar, Joaquín se puso de pie y se cubrió con una orilla de la sábana. Recargué el frío cañón de la pistola en sus costillas, mientras mi mirada atascada de rabia reposaba en la suya, temerosa. Sofía gritó. El balazo se escuchó hueco ahí donde antes los gemidos se amontonaban. Ella suplicó perdón. Quedó muda de un segundo disparo en su bien marcado abdomen. Vi esas tetas revolotear en el aire por última vez: seguro las iba a extrañar. Aún habrían de faltar más muertos sobre mis hombros. Una vez que se mata al primero resulta más sencillo; posteriormente me dio por avisarles a los .

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familiares de las víctimas, confrontarlos con los hijos de puta que habían asesinado a sus esposos, hijos, madres… aventarles el cadáver a las puertas de sus domicilios con una nota de por medio. El mundo me seguía pareciendo una porquería, un entretejido de víctimas y victimarios donde el poder siempre termina por doblegar a cualquiera por mucha fuerza moral que se tenga. Nadie se preocupó por la extraña desaparición de Joaquín. Días más tarde se le encontraron nexos no solo con Kaibiles sino con la peor mierda de narcotraficantes colombianos. Sin duda un mal hombre, pensé, justo como pensaría cualquier hombre de confianza.

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CARLOS PROSPÉRO poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

ENTRE LÍNEAS

Dejé la carta la otra noche sobre la mesa sin terminar Era con la intención de entablar una línea sin satélite, entre los dos para hablar de esas cosas de Chiapas que ahora nos ocupan de esa historia que suena aún entre los tumbos del mar ante el viento golpeado a los tejos, los oyameles, el alma De la pobreza, la miseria, la expoliación De esas cosas oscuras innombrables De esas cosas que ocurren detrás de las palabras, afectando al espíritu de los dos. Sobre la mesa blanca, junto a la eléctrica donde en invierno escribo todos los días hasta que el gallo anuncia la primavera sin terminar, Jacinto, la carta y ahora que ha llegado el año nuevo aún se encuentra allí.

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J. ANDRÉS HERRERA poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

ESO REVIENTA

D

ebería narrar las cosas del alma, pero me dieron la lengua.

Quería liberarme como místico a través del poema, hacerme un poeta-bomba en medio del zócalo para matar a Lentejo Manda. No, ya no tengo estas palabras acá. No me basta reinventar al mundo: este cuadro hinchado de pintura verde, alumbrado de tintura de televisión, de albahaca y nísperos, de pared de ladrillo, de segmento urbano rumbo a Tepoztlán, ¡no me basta! Gritaré que tenemos la mala costumbre de ser poetas, de ser bombas y místicos drogadictos y poetas; que no me siento mexicano, ni ruso, ni ahuatepeño (a veces guayabo). Ahí donde el gallo canta y yo no soy indígena, ni güero, ni rojo me han torturado desde que tengo su idea de infancia acá en el pecho y no estalla. No importa, damita, caballero, acá le va el cuento: Yo no soy poeta. Soy el fuego, eso que revienta: tapu, ma, pam, can, chán, recio como parvada de guajolotes, urgente de jazz y mota, escandaloso, oiga nomás.

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J. ANDRÉS HERRERA | Eso revienta | poesía

Yo tengo este fuete amarrado al brazo. Reviento cráneos, despunto el alba, tengo un arco devastador, detono rifles, estallo cuerpos. Las niñas vienen y me piden un helado. (Esa tarde yo ya no estaba ahí. Los camiones de Atlixco se metieron al nirvana y lejos se escuchaba una canción de Real de Catorce “eras tú o era el sol…” y el cuarto era una lámpara de gas, lleno de energía fluyendo. “…o ese rayo que emanó de ti” Ella ardía como beso de ginebra. Su pecho era el sonido de una cueva: Mar y silencio … Mar y silencio …) Nunca más explotará mi pecho esa imagen de mujer y cuarto. Soy un hombreverso, poeta-bomba, fundamentalista del verbo; pero ríase, qué mis cuadernos ni qué ocho fieras tristes. Yo soy eso con lentitud de cuerpo devastado por muertes y paranoias, por desvarío de no ser Humano envuelto en llamas, quemando la receta de la vida exacta y civilizada. Después del asesinato de los silencios, quedó un lugar con fuego. Tenía un cuerpo y era niebla de luz, cueva sin colores, casa de ciegos. Miré dentro y nos quedó un universo carente de sentido.

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J. ANDRÉS HERRERA | Eso revienta | poesía

Mira, mujer, te entrego el universo vacío. Llénalo de tu risa. Llénalo de este pecho; tú mí su nuestro amor de todos. Dile con tu boca “cuerpo” y haz una aurora boreal. Nombra “canto, ballenas, pasto” y gira, vuela conmigo. Trae de nuevo incendios Quémame la boca Tómame de la espalda A arañazos dime que somos lo que somos, esto que sentimos, que nostamos divididos, questamos vacíos Llámame humano, orquídea, cerdo, luz, fuego, verso, rama, poeta y dime que sentimos poesía aunque lo llamemos miedo, dime que poesía es el ansia; dime que subirse al tren y desgajar al mundo, poco a poco para no quebrarse, es poesía. Llámame despacio Dame verde, jade, piedra, hueso Dame luces, agua, truenos Dame tierra, clávame la obsidiana, embriágame en Sake, destiérrame de Estambul, aviéntame al Mar Rojo, grita mi nombre en Tlayacapan, cállame en Tenochtitlan, sóplame desde Neza o Asunción, en cualquier calle donde extrañar a los patas de Lima. Hazme sentir que algún día estaremos más cerca Dime que aquello era una espera, que así el universo aguarda a que le pongamos nombre Que nos deseaba el silencio Y nómbrame Trata de darle forma a esto Dame un sentido Dime que sigo cuerdo.

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Por mi se va a la ciudad doliente, por mi se ingresa en el dolor eterno, por mi se va con la perdida gente Dante Alighieri. [LA DIVINA COMEDIA]

L

a mayor tragedia del hombre del siglo XXI ha sido su incapacidad para sorprenderse. A la presente generación se le ha atiborrado de estímulos, tanto es así que se volvió insensible, sin embargo, cuando nos encontramos novelas como “Plataforma” de Michel Houellebecq, parece que se nos ha despertado con un gran estallido. Ya lo dijo Kafka en una carta de 1904 Oskar Pollak: “Pienso que sólo debemos leer libros de los que muerden y pinchan. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un puñetazo en la cara, ¿para qué molestarnos en leerlo? ¿Para qué nos haga felices, como dice tu carta?”. Los libros no se hicieron para hacer feliz al hombre, lo sumen en un profundo abismo existencial, pero créame, el infierno más ardiente es preferible al gris purgatorio que en vano hilvana una felicidad próxima.

Michel HOUELLEBECQ: por: Emanuel Bravo Gutiérrez salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


EMANUEL BRAVO G. | Michel Houellebecq | ensayo

Las cuestiones planteadas por Houellebecq en su novela son lanzadas como misiles a nuestras ideas, nuestros valores, nuestras concepciones mentales. Será difícil rebatir los argumentos planteados de una manera tan brutal pero a la vez tan honesta, después de todo, sus textos son la ampliación de un campo de batalla donde es inevitable salir herido. Sus armas: el cinismo y la ironía. El comportamiento irónico del protagonista se revela como una lucidez mental que analiza al mundo en muchos de sus aspectos y que ejerce un acto de descubrimiento de las miserias de Occidente. Valeriano Bozal (1999) en su libro “Necesidad de la ironía” comenta que: “La ironía no rechaza lo ironizado, sino que, poniéndose a distancia, descubre que lo éste dice no es tal: […] La ironía no dice que la utopía no sea posible, afirma que la historia natural en la que se ha empeñado lo sublime no conduce a utopía alguna” (PÁG. 100). Michel es un hombre de cuarenta años, sumido en la crisis de la mediana edad, pero que también se encuentra aislado por voluntad propia, sólo el sexo fomenta una vinculación con el otro, este aislamiento voluntario promueve en él una actitud cínica, no tiene ningún reparo al decir: “Yo era de naturaleza transitoria y había formado un vínculo con algo transitorio” (PÁG. 302). La ironía

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no rechaza lo ironizado, pero hace con él algo mejor: lo sabotea y lo destruye. Por esta razón nos encontramos ante un texto agresivo, una bomba hecha de papel que intenta demoler los paradigmas de pensamiento que ha estancado al hombre, no sólo las críticas contra el Islam son ácidas, sino también para Occidente, para el arte, para la sociedad de consumo, para las instituciones familiares… ¡todo! Pero aquí tenemos un problema ¿Después de la destrucción vendrá la regeneración? ¿Después del Apocalipsis vendrá la Jerusalén celestial que unificará al mundo en un reino eterno? La respuesta es no. “No tengo ningún mensaje de esperanza” declara el personaje. El nihilismo lacerante que mueve la novela nos revela que el centro de nuestra civilización está podrido. Es imposible generar utopías a partir de él. Leemos no sólo el final del mundo, sino también el Apocalipsis del Reino de los Cielos: “El problema de los musulmanes dijo, es que el paraíso prometido por el profeta ya existía aquí abajo” (pág. 306). El hombre está incapacitado para la felicidad y será capaz de destruir su salvación, su paraíso perfecto y prometido de la boca de los profetas. Debemos atender a otra cuestión que corre paralela en la novela: el consumo. Las sociedades capitalistas salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


EMANUEL BRAVO G. | Michel Houellebecq | ensayo

han desarrollado necesidades que se han refinado a niveles inverosímiles a lo largo del tiempo, en la novela tenemos el turismo sexual. Valeriano Bozal nos dice que: “El consumo implica destrucción […] y supone algún tipo de uso y rapidez. Lo que se consume no permanece, lo consumible no es, en tanto que consumible, permanente” (PÁG. 33). El placer no es eterno y tampoco gratuito, este es uno de los tantos mensajes que subyace en la trama, pero más terrible aún es cuando el consumidor se iguala con el objeto de su deseo. Consumir implica la destrucción del objeto consumido, pero ahora llegó el momento en que el consumidor es engullido en este ciclo. La búsqueda de Michel es una búsqueda del deseo, una necesidad atroz de consumir, en esta travesía él vislumbra un medio para llegar a la plenitud espiritual, discurso que propuso una vez la Iglesia pero que nunca logró concretar y que en la novela también se trunca. Nietzsche (2009) declara en su libro “El nacimiento de la tragedia” que: “Nosotros mismos somos realmente, por breves instantes, el ser primordial, y sentimos su indómita ansia y su indómito placer de existir; la lucha, el tormento, la aniquilación de las apariencias parécenos ahora necesarios” (PÁG. 146). Pero Nietzsche no pudo vislumbrar la magnitud de tal catástrofe, la nada se vuelve horrible, ya no queda el silencio final y tranquilizador de la aniquilación del Todo, nada hay de sublime ni glorioso en ella, sólo nos queda el alarido de los condenados que se sumen en las tinieblas.


EMANUEL BRAVO G. | Michel Houellebecq | ensayo

Michel Houellebecq ha considerado los alcances de su obra y ha conseguido su objetivo de despertar la conciencia del hombre de una manera turbia y provocadora. Al final la obra consigue su cometido. ¿Aprobaría Kafka ésta novela? ¿No es acaso ese hachazo en el hielo de nuestra insensibilidad e indiferencia el fin último del Arte? Las reacciones que puede generar son muchas, desde una honda pesadez anímica hasta un juicio en contra del texto y su autor. Pero no olvidemos esto, nos ha despertado, ha conseguido asombrarnos y eso, amable lector, es la tarea más difícil que un artista puede hacer en nuestro prematuro siglo. No podemos negar el llamado al que nos convoca este último profeta.

BIBLIOGRAFÍA * Bozal, Valeriano. (1999). Necesidad de la ironía. Madrid. Editorial Visor. * Houellebecq, Michel, (2002). Plataforma. Barcelona. Editorial Anagrama. * Nietzsche, F. (2009). El nacimiento de la tragedia (9° red). Madrid: Alianza Editorial * Referencia: ** Kafka, Franz. (1904). Carta a Oskar Pollack. Consultado el día 08/05/13 en la página web: http://leyendoeuropa.wordpress.com/2011/02/16/franzkafka-y-la-metamorfosis

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CARLOS SANTIBÁÑEZ ANDONEGUI

E

ntre los muchos regalos que ha ofrecido a la literatura mexicana el maestro Guillermo Samperio, se me ocurre resaltar éste al que quiero bautizar como las relaciones entre poesía y ficción. Siendo él mismo un notable ficcionista, por sus valiosos cuentos (incluso los mejores o al menos los más comentados entre ellos, recogidos en la antología “Sueños de escarabajo”, FCE, 2011), ejerce a la perfección el arte de ficcionar, que yo entiendo como sorprender el detalle insospechado en los hechos y cosas de la vida, con tal de iluminarla en forma extraordinaria, pasando por la estrechez de los significados humanos, resistiendo la duda, la vergüenza, la risa, para dejarla más limpia de lo que la encontró. Se ha dicho de la ficción, que “no es lo que finge ser la vida, sino sólo un simulacro, un espejismo, una suplantación, una impostura que, eso sí, logra embaucarnos y nos hace creer aquello que no es, pero acaba por iluminarnos extraordinariamente la vida verdadera. En la ficción, la mentira deja de serlo, porque es explícita y desembozada, se muestra como tal desde la primera hasta la última línea.(1) Ciertas palabras de esta cita me parecen reveladoras. Plantea cuando menos una obligación para el ficcionista: Iluminar de modo extraordinario la realidad. Arriesgo yo: dejarla más limpia, aun al precio de que parezca más sucia. En la primera parte, en ensuciarla, el trabajo del ficcionista se parece al del señor de la carpa. Al señor que -te sientas en la última banca y… hace mofa de ti- plantea como una entrada humorística: “Esta era una mujer, una mujer verde, verde de pies a cabeza… Muchos dermatólogos lucharon contra lo verde y todos fracasaron. Lo verde venía de otro lado. Verde se quedaría y verde se quedó. Verde asistió a la preparatoria, verde a la universidad, verde iba al cine y a los restoranes, y verde lloraba todas las noches”. salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

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CARLOS SANTIBÁÑEZ A. | Relación entre poesía y ficción | ensayo

Si no fuera porque es un cuento, parece que le está jugando una sucia a la señorita verde, su sufrido personaje: “Miss Green”, pero he aquí que de repente Samperio introduce que una tarde “mientras la mujer verde descansaba en su casa, tocaron a la puerta. Ella se arregló su verde cabello y abrió”. ¿Y quién era? Un hombre absolutamente violeta, con el cual por fin, ella es feliz. Y como ya no hay nada más que decir, y se ha llegado al dulce: “colorín colorado, este cuento se ha acabado”, el maestro repone: “Luego, cerraron la puerta”. Bien, esta es la maestría.(2) Ojalá que todos pudiéramos hacer algo así, aunque fuera los domingos. Ahora bien, para quien quiere ver las cosas unidas y no revueltas, pero menos todavía aisladas unas de otras, fragmentadas, o desunidas, resulta que este afán, este iluminar en forma extraordinaria la realidad, es poético. Ese cuento de Samperio es poético, esté o no en verso. Es importante verlo así; recordemos que la distinción entre “poético” y “poema”, la hizo muy bien Octavio Paz. Sin emularlo, lo primero es género, lo segundo, especie; poético es el combustible, el alimento, la lumbre de la refinería; poema es un producto concreto de una expresión acabada de lo anterior, y entre ellos, entre lo poético y el poema, como herencia, 4.48

tesoro o legado de humanidad, la poesía. Pues bien, una ficción es poética o no es. Punto. Hay que entender esto, para darle a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César, porque la verdad que quiero decir aquí es que la Ficción no se ha salido, para nada, de la poesía. Lo ilustraré con la Ficción “Consejos”, de Rafael Pérez Estrada, un ficcionista a quien Samperio ha estudiado ampliamente componiendo él mismo una antología de Breveficción y escribiendo un gran prólogo al que en otra reseña me referiré. Hela aquí: “Consejos: Los poemas mullidos son más fáciles de digerir; sin embargo, algunos los prefieren tensados. Las metáforas alivian el dolor de cabeza y son digestivas. Por una pequeña cantidad, el sabedor de ritmos, que es el contador de sílabas, podrá equivocarse a vuestro favor, y los sonetos os saldrán redondos. A veces, bastará con teñir un endecasílabo de color cereza pálido o de carmín agudo para que el verso parezca nuevo. El poema ha de hacer juego con vuestra corbata, nunca con vuestras intenciones. Bien envuelto en celofán, un paisaje acabará siendo poema. Los jovencitos sólo debieran regalarse haikús y rosas. Es desaconsejable leer elegías a los ancianos. Bien usada, la lluvia rejuvenecerá vuestros versos (hay octosílabos que incluso florecen con la lluvia). Un barco en la lejanía puede ser salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4


el final adecuado para un poema. Aviso: no excederse en cuestiones lunares.  “A las rosas que habitan los poemas deberá cambiárseles el agua un día sí y otro también.  “Un exceso de luces puede convertir el poema en una tarjeta navideña.  “Si abundáis en lo argumental, correréis el riesgo de que vuestros poemas sean cantados.  “La autocompasión mustia los mejores poemas.  “Sólo los lectores de Borges tienen patente para pasear tigres en sus versos.  “Es de buen tono que un ave cruce veloz de Norte a Sur el poema.  “Nunca cambiar con otro poeta las metáforas repetidas”. (3) Hablo en defensa de lo que ha sido poesía por milenios. Lo anterior es poesía, no caigamos en el equívoco de creer que sólo es poesía aquello que está rimado, bien peluqueado, o que suena bonito. E igual la traicionamos cuando decimos: soy ficcionista, mi género no tiene nada que ver con la poesía. Qué traición. Alguien definió la rima como “la conjunción exterior del acto mentalista rousseliano”. Ni voy a decir quién. ¿Para qué? Está bien así pero creo que a la rima hay que ponerla en su lugar. Es mágica, está bien… cuando es de veras, porque hay veces que uno dice algo mediante ese artificio y el artificio salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

viene en su ayuda y es como una afortunada casualidad. Tal vez sea sólo una cuota adicional de aparente felicidad que nos otorga la aparente facilidad de estar vivos. Ah, pero cuando es forzada, ¡cuidado! No sólo es odiosa sino que arrastra al fraude. Esta es la importancia de crear o recrear textos de ficción, con la perspectiva que lo hace Samperio, como un grito imparable de libertad. En Sueños de escarabajo reúne algunos de sus cuentos más leídos. “Lenin en el Futbol”, donde nos muestra de manera ágil el mundo de pasiones que se agitan en esta actividad deportiva en nuestro país. El drama del personaje nos conmueve y arrastra de lo anecdótico a lo poético. Al terminar de leerlo, su desencanto es también el nuestro y un poco el de todos los mexicanos. Sus textos van en busca del detalle que ilumine un entorno, cuando no, una época. Por ejemplo aparece de pronto un vino tinto, con una araña añeja. Sus referentes, Proust, Joyce, Melville, Berkeley, Saúl Karsz, Sherwood Anderson, más que un muralismo literario, le sirven para apartar el peligro de caer en el conjuro que lanzara Balzac del corazón de la Comedia Humana, a la existencia humana: “Ninguna mirada me ha servido para iluminar este mundo”. Samperio en personajes degradados, aparentemente desolados como Otto, ilumina en forma

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CARLOS SANTIBÁÑEZ A. | Relación entre poesía y ficción | ensayo

extraordinaria la realidad. Otto es un personaje de museo al que avanzando al fondo del mismo, le es revelado su destino. Uno de los mejores textos, “La primavera aún no termina”, expresa el modo en que se continúan ciertos secretos del poder en el engranaje de la burocracia. El cuento es exacto, el hechizo de la transmisión de un puesto clave se hace patente en los entretelones del poder. “Noble corazón”, va al fondo de los problemas de escritores que pulen sus textos, pero ¿para quién?, ¿con qué objeto?, ¿lo saben ellos mismos?, o sólo lo imaginan, añadiendo vacío al vacío, acomodándose y desapareciendo luego entre cortinas. Hay que decirlo, señores, llámense ficcionistas, novelistas, poetas, o cuentistas, se escribe para iluminar en forma extraordinaria esta realidad. En ocasiones iluminarla es ensuciarla. Lo decía Gramsci: “La literatura es el pantano”. Pero, ¡cuidado!, el pantano representa un riesgo: el de hundirse, y en el momento en que la ficción o la poesía o como se llame, ya no me alumbra nada, no me revela nada, no es nada, no sirve para nada. “Tomando vuelo”, tiene como asunto las relaciones sexuales entre hermanos, pero el autor lo aborda de un modo tan travieso que lo filosófico llega después, ya cuando terminamos de leer el texto y nos quedamos pensando si no sería posible hacerlo extensivo simbólicamente a algo más. Si no son

4.50

incestuosas por ejemplo las relaciones entre el alma y el cuerpo. Entre la vida y la muerte. El personaje Dr. Mane no puede más, y ahorca su texto. Comete ese crimen. Había querido inventar la poesía del siglo siguiente, cuando detrás de él pesaban elefantes como Pessoa, Auden, Gorostiza, Eliot, Quevedo, Montale, Lautreamont, Catulo, Paz. Una rara mujer como tipo editora neurótica de altos vuelos, llamada “textófaga”, le dice “ya es hora de que te pongas a recetar tus eternos antibióticos y tus jarabes contra la laringitis”. Y el señor comete un crimen, sin más pensarlo se desequilibra mentalmente, y ahorca su texto. Buen ejercicio leer a Samperio, y a ficcionistas, como Pérez Estrada, que retuercen aún más la realidad con el fin de iluminarla más todavía. Una ficción funciona, igual que una poesía, en la medida en que “ilumina extraordinariamente la realidad”; “el hombre de la penumbra” es, en .


Samperio, más que un personaje aburrido que se la pasa en su oficina hasta después de las diez de la noche, la emoción social reducida al fracaso, el drama del “secretario particular” que toda la vida dependerá de que se apague la lucecita del jefe, esa rendija por donde le entra la luz que le perdona la vida. “La Gertrudis”, dedicada a Marco Antonio Campos, nos dice qué pasó con don Chucho, que tenía su puesto de periódicos en la Doctores y a quien un cliente trata de ayudar, se lo lleva a su oficina a ganar, aparente-mente, más dinero. Pero llegando allá, no le dan su lugar de mensajero que le habían prometido, lo toman para mozo y lo que es peor, al descuidar los horarios de regreso al hogar que antes tenía, ocurre lo más triste, la Gertrudis su esposa se le va con otro. Con el señor de los camotes. Los personajes revelan, enseñan, descubren, y así vemos pasar al hijo de Pito Pérez, convertido en un extraño filósofo, sentimos que esto es real. La vocación de autorizar las cosas, que el cuentista tiene la despliega en medio de una trama de vocablos, como en “Ella habitaba un cuento”, hay recados que

apuran lo inconsciente que pugna por salir, por arrasar, en medio del humor más extraño, como aquella tarjeta pegada con un mensaje que dice simplemente: “Dany, sé que te van a llevar a través/ de muchos caminos. Felicidades; te/ quiere: tu Mamá”. Hay un enfebrecido ambiente de circo, de suerte por realizar, de magia presentida de lejos como en esos “Zapatos de tacón negros para la mujer linda de los zapatos de tacón rojos”, dedicado a Lucía Maya, y un acto de circo que ya sale al final y acaba con el cuadro. Surge un águila real en que el destino se invierte, la magia no es que la hagan aparecer de la nada, sino que le aparezcan a ella un salón lleno de gente. El mago llama a su querida Vicky: “ella misma es la magia. Sin ella no sería lo que soy. Vicky, por favor, acércate…” Samperio es dueño de todo… ha creado un ambiente. Ha ficcionado, el lector es casi su esclavo en busca de placer, la ayudante oriental será partida en pedazos, el mago informa al público que ese acto es “muy practicado por la mayoría de los magos pero en esta ocasión desea ofrecer una variante…” Podemos imaginar el rostro chispeante del autor detrás del cuento que casi se escribe solo. Y al final, cuando todo vuelve a ser como antes, cada quien se retira con su catarsis a renovar el ciclo de la rutina que lo acomete 4.51


CARLOS SANTIBÁÑEZ A. | Relación entre poesía y ficción | ensayo

como de costumbre a punto de rondar “su almohada antes de dormir.” La razón del título, “Sueños de escarabajo”, busca su ancla en uno de lo s temas d e la v id a actu al: el surgimiento de los Beatles: los escarabajos. Hay un personaje que vive lo que muchos vivimos al surgir la explosión de los grupos de rock. Al igual que muchos, Freddy el personaje desconocía a cabalidad la traducción de las letras de sus canciones y un amigo se las traduce a su modo. Entonces se da cuenta que más allá de todo, la gasolina que los Beatles traen alcanza, es suficiente para entender que las cosas no andan tan bien como la gente dice. Y ahora, que han pasado los años, que ya cuenta con dos hijos y siete años de casado comprende que tenían razón. Bueno, este cuento a mí como lector en lo personal me arrasó. Creo que a muchos, por eso se ha vendido. Yo me solía poner a mis ocho años, a las afueras de un súper, en la Nápoles, absurdamente denominado “Minimax”, mínimo precio, máxima calidad, y veía a los muchachos de entonces concentrarse en el estacionamiento al aire libre con sus impresionantes cinturones negros y sus broches de calavera, en esos pantalones negros ajustados que fueron un principio de época, me embelesaba, la Maité Gaos cantaba El Gran Tomás, yo era como un secreto admirador, el más pequeño fan

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de la banda, lo viví en carne propia. Claro, en mi mundo fresa, si se quiere, detrás de aquella Angélica María que cantaba “edi edi”, pero desde ahí me sobrecoge y cimbra el estremecimiento de época que detecta Samperio: “No hacía mucho tiempo la sociedad había tenido que tolerar pandillas de cadeneros, y quizá ellos, aunque a fregadazo limpio, tocaron la puerta del 'aquí estamos'; y Los escarabajos llegaron a tiempo”. (4) ¡Felicidades, Guillóm Samperio! Gracias por la emoción que has refrendado.

REFERENCIAS 1.-] Véase el artículo: “La mentira de las verdades”, de Mario Vargas Llosa, Diario ABC, Sección Piedra de Toque, 7 de noviembre de 1999, (prfr.) 2.-] Guillermo Samperio, Sueños de escarabajo, Antología de cuentos (Col. Letras Mexicanas), FCE, 2011, pp. 91-92. 3.-] Rafael Pérez Estrada et alii, “La memoria me está dando una tarde imposible”, El meditador y su vértigo,(Col. Los solitarios y sus amigos 4), Calambur, con la colaboración de Ayuntamiento de Málaga, 1999, p. 60. 4.-] Guillermo Samperio, op.cit., p. 130

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JOSÉ MANUEL ORTÍZ SOTO poesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesíapoesía

CUENTO CLITORÍDEO, APUNTES ANATÓMICO LITERARIO PARA DENOMINAR A UN GÉNERO Y SUS VARIANTES.

I Dibujó sobre su pubis desnudo un caracol. El mar, imponente, bramaba entre sus muslos. Solo quedaron restos del naufragio.

II Toda ella escurría por su vagina. En el mar embravecido de la cama flotaba a la deriva un libro de Anaïs Nin.

III Eva sintió en su boca el roce vertical de otra lengua: un oleaje de manzanas y serpientes inundó su paraíso.

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JOSÉ MANUEL ORTÍZ S. | Cuento clitorídeo... |

DIVAGUE

E

n su introducción al libro Breve manual (ampliado) para reconocer minicuentos, Violeta Rojo habla del más reciente de los géneros literarios: es “un texto narrativo particularmente breve, que ni siquiera tiene un nombre definido, aunque se le ha designado de muchas maneras”. Tantos son los nombres que se le ha dado, que en su blog Narrativa Exprés, Francisco Rodríguez Criado, tiene una entrada con el título “Los 1001 nombres del microrrelato”; lo irónico es que en la lista solo hay 39 nombres. Algunos que Javier Perucho menciona son: cuento breve, cuento brevísimo, cuento corto, cuento mínimo, ficción mínima, ficción rápida, microcuento, relato hiperbreve…, y su propuesta personal: cuento jíbaro. En diversos ámbitos de la vida se dice que cuando existe una gran diversidad de

4.54

procedimientos para resolver una situación o un problema particular es porque ninguno de los procedimientos es específico o de primera elección. Los defensores y detractores de unos y otros nombres siempre tendrán a la mano una o cien explicaciones que los apoyen o denosten las propuestas. Por mi parte, no pretendo avivar el fuego con más leños, sino dar a conocer una propuesta innovadora sustentada en una correlación literario-anatomo-sexual. Podría decir que —utópicamente— pretendo zanjar el debate existente, pero mi intención se encamina más a que el lector —¿y por qué no?, el autor y el crítico— comprenda mejor un género literario a partir de una base anatómica cuya única razón de ser es el placer, aunada al “tipo de satisfacción estética” de la que habla Raúl Brasca.

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GÉNESIS

L

a cama como estímulo creativo. Me viene a la mente una escena de la película Las relaciones peligrosas, de Stephen Frears (basada Les Liaisons dangereuses, de Pierre Choderlos de Laclos): el vizconde de Valmont escribe una epístola sobre la espalda de su antigua amante, marquesa de Merteuil, con la que pretende seducir a madame de Tourvel. O la frase de André Bretón: “la poesía, como el amor, se hacen en la cama”. Vicente Aleixandre, que dijo siempre escribir en la cama; o la estrecha relación de ésta con Marcel Proust, Juan Carlos Onetti, Miguel de Unamudo, Valle-Inclán, Óscar Wilde entre otros. No tendría entonces por qué sorprender a nadie que en algún momento de la transición entre el sueño y el despertar, o mientras me solazaba en acariciar a mi amante y me regocijaba en su satisfacción, de pronto viniera a mi mente la posible existencia de un vínculo estrecho entre la brevedad del orgasmo, la miniatura aparente del clítoris y la minificción o microrrelato, y si me apuran, con el pistoletazo o nocaut de la hiperbrevedad. Era entonces el séptimo día, y me puse a trabajar.

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JOSÉ MANUEL ORTÍZ S. | Cuento clitorídeo... |

LAS TRES PARTES DEL CUENTO CLÁSICO El cuento ha ido cambiando con el tiempo, lo que le ha permitido adaptándose a las necesidades o características de la época y de esta manera sobrevivir. Sin embargo, para su estudio, y en este caso en particular, se toma como referencia la estructura del cuento clásico.

INTRODUCCIÓN, INICIO O PLANTEAMIENTO

E

s el comienzo de la historia, en este punto se presenta a cada uno de los personajes y se deja en claro cuál será su rol o papel a lo largo de la historia, y siempre tendrá concordancia con la fase siguiente, para que ésta tenga

sentido.

DESARROLLO O NUDO

E

l autor juega con sus personajes, los conflictúa, los somete a sus reglas y situaciones, y hace con ellos lo que le viene en gana, siempre dentro de un orden preestablecido. Es la tormenta, el ojo del huracán o el epicentro del terremoto; y como en toda catástrofe, se puede o no salir airoso, ser un sobreviviente. Es, por decirlo de alguna forma, la parte central y más importante de la historia.

DESENLACE O FINAL

N

ada es para siempre, y el mare magnum o pandemónium desatado con anterioridad, necesariamente debe ser resuelto; no importa si la resolución es abierta, para que el lector juegue un papel interactivo. Se le conoce también como el clímax de la historia.

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GLANDE

E

s la única porción visible del clítoris, se encuentra cubierta por un capuchón y se caracteriza por tener muchas terminaciones nerviosas (8000), lo que lo hace sumamente sensible. El tamaño medio del glande, sin erección, es de unos 0.6 a 0.7 cm, pero en erección puede alcanzar una longitud de 1 a 2.5 cm.

CUERPO

E

stá constituido por dos estructuras llamadas cuerpos cavernosos, que se unen y parecer ser una sola estructura. Tienen forma cilíndrica y su interior semeja una esponja que se llena de sangre durante el estímulo sexual. La longitud del cuerpo del clítoris varía entre 2.5 a 3 cm.

PILARES O RAICES

L

os dos cilindros que forman el cuerpo del clítoris, se separan al llegar al hueso púbico y forman una “V” invertida, que se amolda a la forma de los huesos pelvianos, cubierta por los labios. Las raíces del clítoris puede llegar a medir hasta 3 a 3.5 cm de longitud, siendo la parte más grande de las tres, y corren a ambos lados de la vulva, bajo los labios mayores.

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APUNTE FINAL

D

e la mano de textos de crítica y teoría en torno al cuento, de revistas destinadas a su difusión y de antologías, la minificción comienza a diferenciarse de la modulación literaria que le da

origen: el cuento”, nos recuerda Laura Pollastri. No debiera sorprendernos entonces que, como todo padre orgulloso de un nuevo vástago, se enorgullezca de él, reconozca su progenie y le herede su nombre para que ande por la vida literaria. Con este reconocimiento filial, el cuento clitorídeo adquiere denominación y se resguarda de críticos escépticos y malintencionados que, a pesar de los estudios de distinguidos teóricos como Victoria Rojo, Lauro Zavala, David Lagmanovich, Paqui Noguerol, entre muchos otros, se empecinan en señalar su origen bastardo. Es innegable la similitud estructural entre el cuento clásico y el clítoris, pero si esto no fuera suficiente, hagamos hincapié en otros dos aspectos:

4.58


1

.- La teoría del iceberg (que no hace falta explicar por obvia) funciona a la perfección tanto para este nuevo género literario como para el clítoris: en ambos, su porción visible es minúscula y puede pasar desapercibida para lectores o amantes despistados (incluida la autoexploración o culto a Onán).

2

.- Por más preciso que sea un libro de teoría literaria, anatomía o fisiología humanas, será incapaz de provocar en el lector y el amante el cúmulo de sensaciones y emociones desencadenadas por la lectura de una pequeña obra de arte y las caricias. Técnicamente podrán decir en qué radica, qué sinapsis interactúan, etc., pero siempre será con la fría perfección del robot, ajeno e insensible. Podemos concluir que el cuento clitorídeo es una forma narrativa breve (de una, o ninguna, palabra hasta una cuartilla, a veces un poco más) que puede o no contar una historia, pero es capaz de despertar un cúmulo de intensas sensaciones y emociones en el lector, tanto que al término de su lectura exclamará: ¡Qué orgasmo de cuento!

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APENDICE:

DECÁLOGO [PROVISIONAL] DEL CUENTO CLITORÍDEO 1.- Pon ahí, en lo que haces, tus cinco sentidos. 2.- Aunque no lo conozcas y no sepas cómo es, está ahí. 3.- Necesitas acercarte a él para que te inspire. 4.- Nunca se está demasiado cerca pero sí demasiado lejos. 5.- La oscuridad o los ojos cerrados no son impedimento para que sigas adelante. 6.- Entre mejor conozcas tu objeto de trabajo, más experto te volverás; y podrás plantearte nuevos retos. 7.- Escribir y hacer el amor son dos placeres supremos, pero de vez en cuando dan sustos. 8.- La práctica hace al escritor y al amante; el internet, ayuda. 9.- Un clítoris alado susurrando en tu oído tiene la fuerza y la excitación de diez musas. 10.- El objetivo final es que al final los participantes exclamen: ¡Qué orgasmo de cuento! o ¡Esté orgasmo estuvo de cuento!

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ALGUNAS LECTURAS RECOMENDADAS

 David Lagmanovich, LA EXTREMA BREVEDAD: MICRORRELATOS DE UNA Y DOS LÍNEAS, Universidad Nacional de Tucumán, Argentina.

 Dr. Guillermo Murillo Godínez, “EL CLÍTORIS. ASPECTOS MÉDICOS Y SOCIALES”,

Revista electrónica de PortálesMedicos.com, 2011.  Javier Perucho, EL CUENTO JÍBARO, Ficticia Editorial, 2006.  Julia Pomiés, NUESTRA SEXUALIDAD, Editorial Aique, Buenos Aires, 1998.  Laura Pollastri, EL CANON HEREJE: LA MINIFICCIÓN HISPANOAMERICANA,

Universidad Nacional del Comahue, Argentina.  Lauro Zavala, LA MINIFICCIÓN BAJO LA LUPA, UNAM, México, 2006.  Raul Brasca, ¿ES LA MICROFICCIÓN UNA MODALIDAD NARRATIVA?, Suplemento Ñ.

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Colaboradores


MIGUEL MEZA. México. Poeta, crítico y editor. Cursó estudios de Filosofía en la UNAM. Desde 1986 radica en Cancún. Ejerció la crítica literaria en periódicos y revistas locales a través de sus columnas Engranaje y Mar de tinta. Fue director de la Casa del Escritor de Cancún (1997-2004), y de la revista literaria TROPO a la uña (primera época, 1998-2007). Ha publicado las plaquettes de poesía Piedra ciega e Historia de Hyma (Cuadernos de CancúnAsociación de Escritores de Quintana Roo, AEQROO, 1994). Aparece en las antologías Voces de ciudad joven (AEQROO, 1995), Poesía escogida de Cancún (1996, edición bilingüe) y Ritual de vuelo. Primera muestra del Taller de Poesía de la Casa del Escritor de Cancún (1996, edición de la AEQROO y del Instituto de Relaciones Quintana Roo-Cuba). Segundo lugar del Concurso de Cuento Corto de la Casa de la Cultura de Cancún (2004), y primero y segundo lugar del Concurso de Poesía de la Casa de Cultura de Cancún (2007). Primer lugar del 2do. Certamen Estatal de Cuento convocado por IEQROO en 2007. Es autor del poemario Destellos de mareas (Praxis, 2004) y del libro de cuentos El verbo acosado y otras perversiones (de próxima publicación). Actualmente, coordina varios talleres literarios (de narrativa, de lectura crítica y de ensayo literario), dirige el Centro de Creatividad Literaria de Cancún y edita la revista TROPO a la uña (segunda época). JOSÉ MANUEL ORTIZ SOTO (Jerécuaro, Guanajuato, México, 1965), médico con especialización en Pediatría y Cirugía Pediátrica. Ha publicado los libros de poesía Réplica de viaje. Poemario y Ángeles de barro; antologó El libro de los seres no imaginarios. Minibichario, y participa en las antologías Cien fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia y I Antología Triple C Microrrelatos reunidos. Es miembro del comité editorial de la revista especializada en Microrrelato Internacional Microcuentista. Sus minificciones se han publicado en El Extra de Laguna y La Jornada Semanal. Administra los blogs Ángeles de barro, Antología Virtual de Minificción Mexicana y Cuervos para tus ojos, entre otros. WALTER TOSCANO. Artista plástico, narrador y poeta peruano. Es integrante del Movimiento Literario Egoísta; codirige la marca independiente de diseños alternativos Trapos & Cartones; además dirige la editorial independiente Piel de Camaleón. Con dicho sello ha publicado las revistas Piel de Kamaleón (literatura) y PerroKalato (arte gráfico internacional). Poemas y cuentos breves suyos han sido publicados en revistas del Perú. Ha expuesto caricaturas e historietas en Perú y el extranjero, en países como Ecuador, Brasil, Austria y Rumania, entre otros. Tiene distinciones nacionales e internacionales en pintura, poesía, humor gráfico y caricatura. Participa en eventos literarios y artísticos. MARCIAL CARRERAS. (Capizayo, Veracruz, 1992). Ha publicado en Soñando con la Cima, Danzando en el Espejo, Silueta Narrativa, Tocan a la Puerta, La Llave de los

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Secretos, del Colectivo Entrópico 2011 y 2012. Arco Iris de Colores, Serpentinas de Agua, Ediciones Letras Independientes, 2011. Cuarenta Esquirlas al Aire, Ediciones Endora y Verso Destierro 2011. Finalista del Premio de Poesía Tinta Nueva 2011. Estudia Letras Latinoamericanas siglo XXI, Dibujo y Pintura en la Casa del Poeta Enrique González Rojo Arthur. Participa en la Gira Mundial Posada, Sombra y Luz, Homenaje mundial a José Guadalupe Posada, 100 años... ARELY JIMÉNEZ. (Aguascalientes, Ags. 25 de Junio, 1992) Estudia Letras Hispánicas. Escribe poemas y cuentos. Ha participado en el Altaller en sus ediciones en Aguascalientes, San Luis Potosí y Guanajuato, así como en el Curso de Creación Literaria en Xalapa 2012 de la Fundación para las Letras Mexicanas. Recientemente ganó el Premio Nacional de Poesía Desiderio Macías Silva con el poemario La noche es otra sombra. Ha sido publicada en las revistas Tierra Baldía y Pirocromo de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, en el suplemento digital El cafecito, así como también en las antologías Premios Universitarios 2008-2012 editado por la Universidad de Aguascalientes, La capacidad de la discapacidad, editado por el Instituto Cultural de Aguascalientes, Antología Cuentos del Sótano IV de Ediciones Endora y Trívium editado por Altaller y la Universidad de Guanajuato. CARMEN YAZMÍN HIDALGO POSADA (Delicas, Chihuahua, 1991). Estudiante de la Licenciatura en Letras Españolas en la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Autónoma de Chihuahua. Columnista en el periódico Notidiócesis, becaria en el Curso de Creación Literaria para Jóvenes 2012 de la Fundación para las Letras Mexicanas realizado en la ciudad de Xalapa. Participante en diversos congresos de estudiantes de literatura, nacionales e internacionales. Hoy en día imparte un taller de ensayo a alumnos del CETis 86. Es vicepresidente de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras, Consejero Técnico de la Licenciatura en Letras Españolas y funge como Coordinadora General del Comité Organizador del Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes Jesús Gardea. YAMILA GRECO. Poeta argentina nacida en 1979. Colaboró en diversas publicaciones literarias como Punto en Línea (publicación de la Dirección de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM), Revista Hispanoamericana Arte y Mundo, Resonancias, Vieja Lilith y Artesanías Literarias (Nuevas Voces de La Poesía: Comentario y selección de la poeta argentina Silvia Loustau). Parte de su poemario Sobrevivir es una Curvatura fue publicado en la revista “Casa Litterae" (Visión sobre la nueva literatura internacional del poeta español Antonio Gamoneda del poeta Jacobo Rauskin). Realizó el prólogo y la selección de autores para la muestra de poesía argentina organizada por la revista mexicana “Círculo de Poesía”. Sus poemas han sido traducidos al catalán, al italiano, al portugués y al inglés. Página personal: www.yamilagreco.com

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ULISES PANIAGUA OLIVARES (México D.F. 1976). Narrador, poeta, videasta y dramaturgo. Se graduó como arquitecto en el Instituto Politécnico Nacional. Ha publicado, en colectivo, cuatro libros de cuento bajo el sello editorial de la UNAM. A título personal ha publicado dos poemarios: Del amor y otras miserias (Editorial Fridaura, 2009), y Guardián de las Horas (Eterno femenino ediciones, 2012); y tres libros de cuentos Patibulario, cuentos al final del túnel, (Editorial Mutibilda, 2011), Nadie duerme esta noche (Fridaura, 2012), e Historias de la ruina (Sediento Ediciones, 2013); así como el CD sonoro-poético Cuadriversiones (Colectivo Pena Ajena, 2013). El libro infantil La Mancha de Pipiolo y el poemario Nocturno imperio de los proscritos, se encuentran en proceso de edición (2013). Su obra ha sido divulgada en diversas revistas y diarios nacionales e internacionales. Actualmente imparte talleres de Poesía y de Creación Literaria. GUILLERMO ARNUL CASTILLO RUIZ. Licenciado en Español y Literatura (Universidad del Quindío), Magister en Español como Lengua Extranjera (Universidad de León/Funiber – España). Profesor de Lengua Castellana a nivel de Básica Secundaria en la Institución Educativa Académico. Profesor de la Universidad del Valle (Buga Colombia) Administrador del blog Vení de cuento: El culto a la mínima expresión del pensamiento. AGUSTÍN CADENA (Ixmiquilpan, Hidalgo, en 1963). Es novelista, cuentista, ensayista, poeta y traductor, además de profesor universitario de literatura. Ha publicado más de veinte libros y ha colaborado en más de cincuenta publicaciones de diversos países. Premio Nacional Universidad Veracruzana 1992, Premio de los Juegos Florales de Lagos de Moreno 1998, Premio Nacional de Cuento Infantil Juan de la Cabada 1998, Premio Netzahualcóyotl del Gobierno de Hidalgo 2000, Premio Timón de Oro 2003, Premio Nacional de Cuento San Luis Potosí 2004, Premio Nacional de Cuento José Agustín 2005, Premio de Poesía Efrén Rebolledo 2011. Parte de su obra ha sido antologada y traducida al inglés, al italiano y al húngaro. Algunos de sus libros: Tan oscura (México, Joaquín Mortiz, 1998), Los pobres de espíritu (México, Patria / Nueva Imagen, 2005), Las tentaciones de la dicha (México, Editorial JUS, 2010), Alas de gigante (México, Ediciones B, 2011), y Operación Snake (México, Ediciones B, 2013). JOSÉ LUIS SANDÍN GARCÍA, (1959, Hermosillo, Sonora.) Se dedica actualmente al desarrollo de sistemas computacionales. La escritura se ha convertido en uno de sus ejercicios favoritos, una diversión para que la cosa ésta de la vida no le sepa a sin luz. Sus cuentos han aparecido en Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano (2008, Ediciones Fósforo), La Marina de Ficticia, en Cien Fictimínimos. Microrrelatario de Ficticia (2012, Ficticia Editorial), El libro de los seres no imaginarios —Minibichario— (2012, Ficticia Editorial), entre otros espacios antológicos. salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

DIANA FERREYRA (1990). Egresada de la Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, de la UMSNH. Recientemente publicó su libro de cuentos Borrones (SECUM, 2012) y el plaquette de cuentos eróticos Habitación para dos (Sueño Colectivo, La ciudad de los violines y Espacio Libre, 2013). Actualmente concluye su tesis de licenciatura. CARLOS PROSPÉRO. Nació en Tapachula, Chiapas, en 1949. Estudió Letras en la Universidad de Guadalajara. Ha publicado seis libros de poesía: Tambor de un solo palo, Respuesta a las criaturas (2.ed.), Nostalgia de tu amor, Visión de la Ciudad, Luna Roja y Una canción por Amor. Publicó artículos periodísticos en El Informador y El Occidental, y ha sido incluido en antologías como Poesía Viva de Jalisco, Poesía Joven de Jalisco, La Enramada y Luvina, entre otras. Radica en Guadalajara, Jalisco, desde 1967. LEONARDO ALEZONES LAU. 1983. Venezuela. Poeta y Artista Plástico. Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena 2002-2005. Es autor del poemario Arcada publicado dentro de la colección CADA DÍA UN LIBRO en el año 2008 como galardón en El Certamen Mayor De Las Letras y Las Artes Del Conac. Amalivaca en 2012 con Negro Sobre Blanco Editores. Actualmente trabaja con artistas de la región y alterna su obra con el periodismo cultural dentro de la Red Informativa Del Diario Negro Sobre Blanco. RICARDO CALDERÓN INCA. Licenciado en Lengua y Literatura de la Universidad Nacional de Trujillo. Actualmente cursa una maestría en Lingüística y Comunicación en la misma casa de estudios. Docente en la Universidad César Vallejo (Trujillo, Perú). Ha recibido diversos premios. Es miembro fundador del grupo literario Pluma de Carne. Ha publicado el híbrido Microacertijos literarios (Ediciones OREM, 2009), forma parte de la antología de cuentos Generación DROG (Ediciones OREM, 2009) y de la antología del microcuento liberteño En pocas palabras (Ediciones OREM, 2012). Publicó Alteraciones (libro de microrrelatos, Ediciones OREM 2013) DINA GRIJALVA MONTEVERDE. Vive en Culiacán, Sinaloa. Doctora en Letras por la UNAM. Ha publicado los libros de ensayos: Eldorado: Mito y evocación en la narrativa de Inés Arredondo; Eros: Juego, poder y muerte; y los de minificciones: Goza la gula y Las dos caras de la luna. Catedrática de la Escuela de Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Sinaloa. AMÉLIE OLAIZ. Nació en León Guanajuato, México. Ha publicado los libros Piedras de Luna, editorial El viejo pozo 2005, y la reedición en editorial Alcalá, España, 2007. Aquí está tu cielo, Editorial Alcalá, España, 2007. La vida oculta en la caja de nogal, Ediciones Amarcafé 2013. Ha participado en diversas antología como Ciudadanos de Ficticia. Editorial Ficticia 2003. Prohibido fumar. Editorial

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Lectorum 2008. Infidelidades.com. Editorial Terracota 2008. Antología mínima del orgasmo, Ediciones Intempestivas, 2009. Vampiros transmundanos y tan urbanos, Editorial Selector 2011. Escucharte Más, Connect Hearing, Three Messages and a Warning. Eduardo Jiménez Mayo & Chris. N. Brown, editors 2011. Cien Fictimínimos, Editorial Ficticia 2012. El libro de los seres no imaginarios, Editorial Ficticia 2012. Phantom Drift a journal of new fabulism, octubre 2012, The Valley Review vol. 6 issue 4. Slab, Issue 8 , 2013. JUAN M. CARRASCO D. (Caracas, 1980). Artista plástico, fotógrafo y diagramador tuyero (Santa Lucía, municipio Paz Castillo del Edo. Miranda). Fue jefe de prensa de la Alcaldía de Paz Castillo, Edo. Bolivariano de Miranda (2009 - 2011), donde llevó a cabo proyectos editoriales institucionales y diseñó carteles, afiches, programas y artes finales para publicidad exterior oficial. Como artista plástico participa en las exposiciones Iconografía de la Venezolanidad (Galería de la Red de Arte, Plaza Bolívar de Caracas) y la edición N° 40 del Premio Municipal de Artes Visuales - Salón “Juan Lovera” (2011), además de otras exposiciones regionales. Tiene dos poemarios inéditos: Huesos sublimes y otros poemas y Carnociosidades y otras tintas violentadas. Integra el Grupo de Discusión Literaria Poética de L@s Nadie, y es el diagramador de la Asociación Cooperativa Cultural Página del Sur, de Ocumare del Tuy, Edo. Bolivariano de Miranda. EMANUEL BRAVO GUTIÉRREZ (1992) Originario de la ciudad de Tehuacán, actualmente radica en la capital poblana. Estudia el sexto semestre de la carrera de Lingüística y Literatura Hispánicas en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado en la revista digital Cinco Centros y otros espacios. Además de haber participado en varios congresos nacionales como ponente. Actualmente se dedica a la crítica de la obra del pintor polaco Tomek Setowski del cual ha presentado dos ponencias. EMILIA GIL (Zapotitlán Lagunas, Oaxaca, 1973). Docente en educación primaria cuyo cargo dejó en el año de 2005. A partir de ese año hasta la fecha funge como bibliotecaria de la Biblioteca Publica El despertar de la juventud de la misma entidad. Tiene en su haber un libro de poesía La sal de los condenados y un libro de cuentos Donde cavar inmundicias próximos a publicarse. Ha publicado algunos poemas en la revista Hojas de hierba editada por el Estado de Oaxaca y Miel lasciva, editada por la Universidad Benito Juárez de Oaxaca. En 1998 fue ganadora del Premio de Poesía Antonieta Lestroft convocado por el Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca que, 5 días después de haber proclamado su fallo, se declaró desierto. La mayor parte de su obra permanece inédita.

4.66

DAVID GUERRERO (México D.F 1982). Radica en la Ciudad de Cancún Q. Roo. Publicó su primer poemario La fe de los diositos en diciembre del 2012, y en Dispersión , Antología del grupo Colectivo Colectivo, ambos con la Editorial independiente “Cartonera Hortera”. Participó también en la antología Voces del agua del taller literario Syan Caan editada por “La gaceta del pensamiento” en marzo del 2013. Algunos de sus poemas aparecen en páginas y revistas digitales. CARLOS ENRIQUE SALDIVAR (Lima, 1982). Estudió Literatura en la UNFV. Director de la revista impresa Argonautas y del fanzine físico El Horla; miembro del comité editorial del fanzine virtual Agujero Negro, todas estas publicaciones dedicadas a la Literatura Fantástica. Publicó los libros Historias de ciencia ficción (2008), Horizontes de fantasía (2010) y El otro engendro (2012). Compiló la selección Nido de cuervos (2011). Blogs: www.fanzineelhorla.blogspot.com www.agujeronegro2012.wordpress.com VÍCTOR ARGÜELLES (Tuxpan, Veracruz, 1973) Licenciado en artes plásticas por la Universidad Veracruzana y diplomado en escritura creativa por la Universidad del Claustro de Sor Juana, sus poemas aparecen en varias antologías de México y en las revistas Opción, El Universo del Búho, Cultura de Veracruz y Gaceta Río Arriba, entre otras. Algunos de sus poemas se han traducido al neerlandés y portugués. Actualmente cursa el diplomado en creación literaria en el Instituto Nacional de Bellas Artes. GERARDO CÁRDENAS ROBLES (Cuauhtémoc, Chihuahua, 1991). Actualmente cursa el octavo semestre en la carrera de Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Obtuvo el reconocimiento al artista más destacado de su generación por parte del Centro de Bachillerato Tecnológico y de Servicios #117. Así también, acaba de hacerse merecedor a un lugar en la antología que editará el Centro de Estudios Poéticos en España, siendo seleccionado en su actual concurso de poesía. Entre sus publicaciones personales cuenta con los poemarios, El silencio de las cosas, editado por Tintanueva Ediciones, y Mediaciones editado por Latin Heritage Foundation, en su sede de Washington. Así también, ha participado con obra poética en revistas nacionales e internacionales. Entre sus publicaciones de manera colectiva participó en un libro de ensayos editado por la Universidad Autónoma de Chihuahua con el trabajo "Poesía: nacer del oxímoron". LUCERO BALCÁZAR CARTONISTA. Es miembro de La Sociedad Mexicana de Caricaturistas, publica en www.lapistoladigital.com.mx. Ha expuesto sus caricaturas en países como Cuba, Costa Rica, Nicaragua y Argentina. Su poesía está publicada en más de 57 Antologias en México y el extranjero.

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CARLOS SANTIBÁÑEZ ANDONEGUI. Estudió Letras Hispánicas en la UNAM, y más tarde la carrera de Derecho. Co-fundador del grupo editorial Liberta Sumaria y Nautilium. Ha publicado: Para decir buen provecho (Liberta Sumaria, 1978), Llega el día, vuelven los brindis (Col. Libros del Fakir, Editorial Oasis, 1984), Fiestemas (Punto de Partida UNAM, 1986), Glorias del Eje Central (Nautilium, 1993), Con Luz en persona (Eds. Mixcóatl, 1999), Ofrezca un libro de piel (Eds. Coyoacán, 2005). Antologado en: Asamblea de Poetas por Gabriel Zaid (Siglo XXI Editores), Palabra Nueva por Sandro Cohen (Ed. Premiá), 500 años de poesía en el valle de México (Ed. Extemporáneos), Poesía Erótica Mexicana por Enrique Jaramillo Levi (Ed. Domés). Lo acogen también: La región menos transparente por Héctor Carreto (Ed. Colibrí), Puerto Norte y Sur por José Oxholm, (Michigan, U.S.A), Donde la piel canta por Arturo Trejo (Ed. Cofradía de Coyotes) y el Diccionario Bio Bibliográfico de Escritores Mexicanos del INBA. Ha sido Becario del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1979 para la rama de poesía, y del FONCA en 1993. Asistente a diversos Encuentros de Poesía, como el Festival Internacional Cervantino 2010, y The World Festival of Poetry, Isla Mujeres, 2011. ALFONSO PEDRAZA. (Ixmiquilpan, Hidalgo, México, el 2 de noviembre de 1956). Médico Cirujano por la Universidad Nacional Autónoma de México. Lector y coleccionista de “El Cuento, revista de imaginación” desde su adolescencia, quedó prendado de los textos breves que la publicación fomentaba. Creó la Marina Taller de Minificciones en el portal www.ficticia.com. En 10 años de vida del taller han participado en él cientos de jurados, talleristas y entusiastas escritores de minificción, por lo que a inicios del 2011. ADÁN ECHEVERRÍA. (Mérida, Yucatán, 1975). Realiza estudios de Doctorado en Ciencias en el Cinvestav-IPN, Unidad Mérida. Premio Nacional de Literatura y Artes Plásticas El Búho 2008 en poesía, Nacional de Poesía Tintanueva 2008, Nacional de Poesía Rosario Castellanos, (2007). Estatal de Poesía Joven Jorge Lara (2002). Becario del FONCA, Jóvenes Creadores, en Novela (2005-2006). Ha publicado los poemarios El ropero del suicida (2002), Delirios de hombre ave (2004), Xenankó (2005), La sonrisa del insecto (2008) y Tremévolo (2009); el libro de cuentos Fuga de memorias (2006) y la novela Arena (2009). Compiló en coautoría el documento electrónico en Disco Compacto Del silencio hacia la luz: Mapa poético de México. Autores nacidos en el período 1960-1989 (2008). Participa en Los mejores poemas mexicanos. Edición 2005 (2005). FELIPE GARRIDO (Guadalajara, Jalisco, 10 de septiembre de 1942). Es maestro de Literatura en el Centro de Enseñanza para Extranjeros de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha dictado conferencias y cursos en numerosas ciudades de México y de otros países. Ha sido gerente de Producción en el Fondo de Cultura Económica, salvo el crepúsculo julio - septiembre 2013 - No.4

director de Literatura en el Instituto Nacional de Bellas Artes y en la UNAM, director del programa Rincones de Lectura en la SEP, y de Publicaciones en el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Bajo su coordinación se realizó el libro Historia de México, vigente en primaria. Es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua. Entre su obra de textos breves está Garabatos en el agua, selección de los que publicaba en el suplemento cultural Sábado, y los libros ensayísticos Como leer (mejor) en voz alta y Para leerte mejor. JAVIER PERUCHO (Ciudad de México), editor, antólogo, ensayista e historiador literario de dos géneros menores, una causa perdida y los escritores extravagantes. Sobre los géneros menores, escribió Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México (UNAM-Ficticia, 2009), del que se desgajaron Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano (Ediciones Fósforo, 2008) y El cuento jíbaro. Antología del microrrelato mexicano (Ficticia-Universidad Veracruzana, 2006). En El aforismo en México. Historia y antología da noticia del otro género menor. De la causa perdida han aparecido Estéticas de los confines (Verdehalago, 2003), Hijos de la patria perdida (Verdehalago, 2001; Premio Nacional de Ensayo Literario José Revueltas 2000) y Los hijos del desastre (Verdehalago, 2000). La apología de los escritores raros la inició con Pedro F. Miret, un raro del otro siglo, a la que seguirá una teoría de los raros. Es Doctor en Letras por la UNAM (egresado con mención honorífica en cada uno de sus grados académicos) se gana la vida como profesor investigador en esta misma institución. Columna El Brazo y la Espalda. GUILLERMO SAMPERIO, (México, D. F., 22 de octubre de 1948), es autor de más de veinticinco libros de cuento, novela, ensayo, literatura infantil, poesía y crónica. Sus más recientes libros son Cuentos reunidos (Alfaguara, México, 2007), La guerra oculta (Lectorum, México, 2008). Ha publicado en diversas revistas de México y el extranjero. Ha sido traducido en múltiples idiomas y ha aparecido en antologías, en diversas lenguas, a lado de Arguedas, Arreola, Asturias, Benedetti, Bioy Casares, Borges, Cabrera Infante, Cardenal, Cortázar, Conan Doyle, Fuentes, García Márquez, Gombrowicz, Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, D.H. Laurence, Joyce, Lichtenberg, Lispector, López Velarde, Machado de Asís, de Mello, Mutis, Nabokov, Peri Rossi, Quiroga, Reyes, Skármeta, Vasconcelos, entre otros. Ha obtenido el Premio Casa de las Américas en 1977 y el Cervantes de París en el 2000, además de varios premios nacionales. Fue director de Literatura del INBA de 1980 a 1983. En la actualidad es director del Despacho de Ingeniería Cultural SC, presidente de la Fundación Cultural Samperio AC, columnista del periódico El Financiero y colaborador de las revistas Siempre!, Día Siete, Quo y del suplemento cultural “Laberinto” (periódico Milenio), entre otros.

4.67


ANA MARÍA SHUA. (Buenos Aires, 1951). A los dieciséis años publicó sus primeros poemas reunidos en El sol y yo. En 1980 ganó con su novela Soy Paciente el premio de la editorial Losada. Sus otras novelas son Los amores de Laurita, (llevada al cine), El libro de los recuerdos (Beca Guggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Club de los XIII y Premio Municipal en novela). Cuatro de sus libros abordan el microrrelato, un género en el que ha obtenido el máximo reconocimiento en el ámbito iberoamericano: La sueñera, Casa de Geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas. También ha escrito libros de cuentos: Los días de pesca, Viajando se conoce gente y Como una buena madre. Con Miedo en el sur obtuvo el Premio Municipal en el género cuento. Recibió varios premios nacionales e internacionales por su producción infantil-juvenil. Sus cuentos figuran en antologías editadas en diversos países del mundo. Algunas de sus novelas han sido publicadas en Brasil, España, Italia, Alemania y los Estados Unidos. Su última novela es El peso de la tentación (2007). En el año 2009 ha publicado en Madrid Cazadores de Letra, que reúne sus cuatro libros de minificciones, y en Buenos Aires, Que tengas una vida interesante, sus cuentos completos. En 2011 publica su nuevo libro de cuentos brevísimos Fenómenos de circo. ÓSCAR DE LA BORBOLLA. Obtuvo el Grado de Maestro en Filosofía en la UNAM y el Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid, y fue becado por el Instituto de Cooperación Iberoamericana. Profesor de Filosofía en la FES-Acatlán de la UNAM, titular en el área de Metafísica y Ontología; maestro en la Escuela de Escritores de la SOGEM; coordinador de talleres en universidades, casas de cultura y el CNIPL del INBA; asesor del secretario de Educación Pública; guionista de los programas radiofónicos “Ucronías Radiofónicas” en Radio Educación y “La Carta Radiofónica” en Radio Trece; conferencista en la mayoría de las universidades de la República Mexicana y en innumerables universidades de Estados Unidos, Canadá y España; miembro de la Comisión Dictaminadora de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM y de los consejos de redacción de las revistas Los Universitarios, Plural y Blanco Móvil. Miembro de la SOGEM. Su obra ha sido traducida al inglés, francés y serbocroata.

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salvoelcrepusculorevista.wordpress.com/

Revista Salvo el crepĂşsculo


INFIERNO Fragmento

El poema es la repetición, el ser. Un hilo de luz en la oscuridad absoluta. No la luz de los ojos sino l a luz que destruye en su esplendor la visión y hace posible otra visión, no sujeta sino errante, la urdimbre donde la boca grita, donde la mente estalla abriendo en los huesos una ruta de sinrazón, una posibilidad sombría pero única.

ÓSCAR DEL BARCO INFIERNO. POEMA.


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