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Revista digital de la asociación BAUCAN, filosofía de las armas templarias. ISSN 1989-8800
Febrero 2013. C Coolleecccciióónn ““EEll T Teem mppllee,, aanntteess ddeell T Teem mppllee””.. Número 3 de 3.
El secreto templario: Lo que la Iglesia de Roma quiso ocultar, a través de la intrahistoria de las leyendas griálicas medievales. Lola Carbonell Beviá. Febrero 2013. www.baucan.org Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Índice. 1- El linaje real de Jesús………………………………………..……….-71.1- La ubicación geográfica del linaje real de Jesús: Ramá, Arimatea, Nazaret……………………………………………………………………-7-
2- La familia de Jesús………………………………………...…………-92.1- José, padre adoptivo de Jesús El Cristo……………………………...-92.2- María, madre biológica de Jesús el Cristo…………………………...-92.3- Los esponsales entre José y María…………………..……………..-102.4-Concepción de María antes de que fuese realizado su matrimonio con José………………………………………………...……………………-112.5- El matrimonio de José y María………………………………….….-112.6- El nacimiento de Jesús el Cristo……………………………………-112.7- La infancia de Jesús………………………………...………………-122.8- Los amigos de la infancia de Jesús: cuna de su apostolado………..-132.9- La muerte de José, padre adoptivo de Jesús El Cristo……………..-132.10- La hermana de María, madre de Jesús El Cristo, fruto del segundo matrimonio de su madre Ana, con Cleofás……………………………..-132.11- Zacarías e Isabel, primos de María, madre de Jesús El Cristo……-142.12- El asesinato de Zacarías, gran sacerdote del templo de Jerusalén, y padre de Juan el Bautista………………………………………………..-142.13- Juan el Bautista, primo segundo materno de Jesús el Cristo……..-15-
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2.14- El sobrenombre de la familia de José, el marido de María la madre de Jesús El Cristo……...……………………………………………………-182.15- La muerte de María, la madre de Jesús El Cristo………...……….-182.16- José de Arimatea, tío de María, madre de Jesús El Cristo……......-19-
3- Los hermanos de Jesús, miembros de la Iglesia de Jesús El Cristo………………………………...………………………………….-20-
4- La formación del apostolado en los primeros tiempos……………-214.1- El secretismo familiar de los primeros tiempos de la Iglesia de Jesús El Cristo…………………………………………………………………….-214.2- Primeros conflictos entre el apostolado, ante la detención de Jesús El Cristo: La negación de Pedro……………………………………………-214.3- El apostolado tras la muerte de Jesús El Cristo………………….…-224.4- La revelación de la resurrección: María Magdalena, diaconisa de la Iglesia de Jesús El Cristo………………………………………………..-224.5- Los apoyos de la Iglesia de Jesús El Cristo: María de Betania, hermana de Marta y Lázaro………………………………………………………-234.6- Normalidad en los componentes de la Iglesia de Jesús El Cristo….-23-
5- El dominio por el poder de la Iglesia de Jesús El Cristo: Pedro y Pablo……………………………………………………………………-245.1- La dura línea de predicación de Saulo-Pablo………………………-245.2- Críticas de Saulo-Pablo hacia Pedro……………………………….-255.3- El contenido de los discursos de Saulo-Pablo……………….……..-255.4- Saulo-Pablo pertenecía al corpúsculo fariseo y nazáreo…………...-25Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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6- Los conflictos internos de la Iglesia de Jesús el Cristo……………-26-
7- Los hermanos de Jesús retomaron la Iglesia de Jesús El Cristo…-27-
8- El control de la Iglesia juanista: El destierro de Juan el Evangelista, en Patmos……………………………………………………………….-28-
9- El exterminio de la Iglesia juanista………………………………...-299.1- La huída de Israel de la familia de Jesús El Cristo: José de Arimatea………………………………………………………...………-299.2- Preservación e implantación de la Iglesia Juanista en Gran Bretaña, Sur de Francia y Menorca……………………………………………….-29-
10- Conclusiones………………………………………………………..-31-
11- Citas Bibliográficas………………………………………………..-33-
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El secreto Templario: Lo que la Iglesia de Roma quiso ocultar, a través de la intrahistoria de las leyendas griálicas medievales. L Loollaa C Caarrb boon neellll B Beevviiáá..
“(…) El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad. A causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros. (…)”. (2 Juan 1, 1-2).
11.. EEll lliinnaajjee rreeaall ddee JJeessúúss.. Jesús El Cristo fue descendiente de linaje de los reyes de Israel. Procedía por línea materna del linaje de de la casa de David. Sus ascendientes reales desde el primer milenio a. C., fueron: David, Salomón, Roboam, Abíam, Asa, Josafat, Joram, Ocozías, Joás, Amasias, Azarías, Jotam, Acaz, Ezequías, Manasés, Josías, Joacim, Jeconías, Pedaías, Ananás, Secanías, Nearías y Elioenai (1). Jesús no reinó como rey de la casa de David, pero fue pretendiente al trono que le correspondía por línea hereditaria (2), por ello, cuando fue crucificado Pilato ordenó que fuese escrito en una tablilla sobre su cruz, las palabras “Jesús nazareno, rey de los Judíos”, aunque en el mismo texto bíblico, uno de los presentes señaló, que las palabras que Jesús El Cristo reivindicó antes de morir fueron: “Soy rey de los judíos” (3).
11..11.. LLaa uubbiiccaacciióónn ggeeooggrrááffiiccaa ddeell lliinnaajjee rreeaall ddee JJeessúúss:: R Raam máá,, A Arriim maatteeaa,, N Naazzaarreett.. En la geografía bíblica del antiguo reino de Israel figuran dos ciudades llamadas Ramà. Los descendientes de Salomón, del linaje de los reyes de la casa de David, se establecieron en Ramá (Arimatea), construida por Baasa, rey de Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 7 www.baucan.org
Israel (4). Entre el siglo I a. C., y el I d.C., vivieron en Ramá, o su equivalente, Arimatea, José, el discípulo de Jesús, que recogió su cadáver y lo enterró en su cueva. Y María, con su esposo José, y su familia, cuando regresaron de Egipto (5).
Vista de Ramala. Grabado de 1668 y publicado por François Halma en el año 1717.
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22.. LLaa ffaam miilliiaa ddee JJeessúúss.. La familia de Jesús estaba formada por los descendientes de dos linajes pertenecientes a las casas reales del antiguo reino de Israel. Aunque llevasen sangre real en sus venas, el Antiguo Testamento señala que todos los miembros de religión judía debían desarrollar un trabajo, por ello, José el padre adoptivo de Jesús se dedicó a la construcción y ebanistería; igualmente los padres de María desarrollaban una economía basada en la ganadería y en el comercio de animales. La sociedad judía obligaba a que la mujer judía viuda, contrajese matrimonio con el hermano del marido fallecido.
22..11.. JJoosséé,, ppaaddrree aaddooppttiivvoo ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. José fue hijo de Jacob. Su padre tenía propiedades en la población de Sicar, en Samaría, donde existía un pozo del que se extraía agua para la administración familiar y, del ganado (6). Jacob, -padre de José- procedía del linaje de la casa real de David (7), y se esperaba que de la unión matrimonial entre José y María surgiera el pretendiente al trono del linaje de la casa de David, que debía ser Jesús (8). De modo que en la figura de Jesús El Cristo, se unieron los dos linajes reales del antiguo reino de Israel: Jacob y David (9). José, padre adoptivo de Jesús, tuvo una larga vida. Falleció a los 111 o 112 años -entre un 24 de junio y un 25 de julio-, siendo joven su hijo adoptivo Jesús; y fue enterrado en la tumba familiar de sus padres (10). José casó con su primera esposa y vivió con ella en la ciudad de Belén, dedicándose a labores de carpintería. Fruto de su primer matrimonio tuvo seis hijos, cuatro de ellos varones, y dos mujeres, que fueron llamados: Judá, Josetos, Santiago, Simón, Lisia y Lidia (11). Su mujer falleció, siendo su hijo Santiago de muy corta edad (12), por lo tanto necesitaba casarse de nuevo para que una nueva esposa cuidara de su familia.
22..22.. M Maarrííaa,, m maaddrree bbiioollóóggiiccaa ddee JJeessúúss eell C Crriissttoo.. María, era hija de Joaquín, perteneciente al linaje real de la tribu de Judá, casado con Ana, perteneciente a la tribu de David. Durante sus primeros veinte años de matrimonio no pudieron tener hijos (13). Joaquín se dedicaba a la ganadería, como oficio, y tenía a su cargo jornaleros y sirvientes (14). Su economía era muy solvente (15). Tanto Joaquín como su esposa eran muy creyentes de su fe judía, y rezaban para poder Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 9 www.baucan.org
concebir (16), deseo que se transformó en realidad al quedar embarazada Ana y dar a luz una niña (17), que llamaron María. Por amor a Jahvé, Joaquín y Ana entregaron a los pocos años de su nacimiento a la pequeña María al templo de Jerusalén (18), donde fue educada, de acuerdo con su linaje real (19). Desde los tres años, María vivió en el templo de Jerusalén, acompañada por siete doncellas, que habían compartido su infancia con ella en el mismo templo (20), durante nueve años, hasta que María tuvo doce años de edad (21).
Vista de Jerusalén, capital de la Palestina de David y Salomón. París, 1770.
La religión judía consideraba a una mujer impura cuando tenía la menstruación, por lo tanto, cuando María cumplió 12 años, y antes de que se produjera el hecho biológico, los sacerdotes del templo de Jerusalén pensaron en pactar un matrimonio con un viudo de religión judía (22). En ese momento, Zacarías -esposo de Isabel, prima hermana de María, y padre del que sería su hijo Juan el Bautista- era el gran sacerdote del templo (23).
22..33.. LLooss eessppoonnssaalleess eennttrree JJoosséé yy M Maarrííaa.. Entre la edad de 12 y 14 años, los sacerdotes del templo de Jerusalén no se pusieron de acuerdo en concretar quién debía ser el marido de María. Uno de los interesados por la joven virgen fue Abrathar, sacerdote del templo, quién pretendía a María para que contrajese matrimonio con su hijo, pero María lo rechazó (24). Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Como la ley judaica no permitía que una mujer permaneciese en el templo con más de catorce años, echaron a suertes al futuro pretendiente de María, entre los viudos disponibles (25). La suerte recayó sobre José, que ya era mayor (26), pues tenía 38 años cuando contrajo matrimonio con María (27). En un principio, José se negó a aceptar el matrimonio con María, aduciendo entre otros motivos, su excesiva edad, sus numerosos hijos, y la corta edad de la joven virgen (28).
22..44.. C Coonncceeppcciióónn ddee M Maarrííaa aanntteess ddee qquuee ffuueessee rreeaalliizzaaddoo ssuu JJoosséé..
m maattrriim moonniioo ccoonn
José aceptó forzosamente su matrimonio con María, y a sus 38 años, la llevó a su casa, para que viviera allí durante dos años hasta que tuviera lugar la fecha de la formalización del matrimonio con ella. Durante esos dos años, María tenía 14 años y concibió por obra del Espíritu Santo (29). Su prometido, que se hallaba fuera de sus propiedades trabajando en la construcción de viviendas (30), en un lugar lejano, denominado Cafarnaún (31), se sorprendió al verla embarazada y la quiso repudiar (32) secretamente (33). Pero fue convenció por un ángel, quién a través del sueño le hizo saber, que su prometida había engendrado por obra del Espíritu Santo al que iba a salvar a la humanidad, el Hijo del Dios Padre (34), y José lo aceptó (35).
22..55.. EEll m maattrriim moonniioo ddee JJoosséé yy M Maarrííaa.. Tras aceptar José el embarazo de María, contrajo matrimonio con ella, estando en avanzado estado de gestación, pero no consumó sexualmente su matrimonio hasta que ella no dio a luz (36).
22..66.. EEll nnaacciim miieennttoo ddee JJeessúúss eell C Crriissttoo.. Cuando María estaba a punto de dar a luz, el emperador romano Augusto promulgó un edicto en el que se ordenaba el empadronamiento de la población (37), de modo que aunque José y María residían en Belén, (38) tuvieron que desplazarse para ser empadronados (39). Como todavía no se había producido el matrimonio legal entre María y José, éste se cuestionaba cómo debía de empadronar a María, sí como su hija, -por la corta edad que ella tenía-, porque se avergonzaba de inscribirla como su esposa (40), ante las habladurías de sus convecinos (41). Después de haberse empadronado, en el camino de vuelta de Belén, María comenzó a notar los dolores del parto, y se lo Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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comunicó a José, de modo que José buscó un lugar en las inmediaciones para resguardar a María en su alumbramiento, y María dio a luz en una cueva de enterramiento judía, propiedad de Raquel, esposa del patriarca Jacobo (42), siendo atendida por dos comadronas, llamadas Selomí y Salomé, a las que previamente había ido a buscar José, una vez que hubo dejado a María en la cueva (43). En el momento del parto de María, le acompañaban cuatro niños pequeños, hijos del primer matrimonio de su prometido José, que fueron con su padre y María para ser empadronados (44).
22..77.. LLaa iinnffaanncciiaa ddee JJeessúúss.. Jesús El Cristo vivió durante un año en Egipto, una acción dirigida por su padre adoptivo José, para que Herodes no lo matase (45). Cuando pasó el peligro, la familia de Jesús retornó a Nazaret (46), la ciudad estaba ubicada entre las propiedades de José (47), y José retomó su oficio de carpintero, y fabricante de aperos de labranza (48).
Vista de Nazaret de Jan Jansson. Amsterdam, año 1657.
María, la madre de Jesús tenía una niñera, Salomé, que se encargó de Jesús desde el nacimiento del niño (49). Jesús compartió muchísimo tiempo de su infancia con su padre, y con su hermano Santiago, con el que se llevaba muy pocos años. Jesús acompañaba a Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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su padre en sus quehaceres profesionales (50). Y ayudaba a su hermano Santiago en pequeñas tareas cotidianas (51). La familia de José y María estaba unida e iban juntos a todas partes (52), hasta que los hermanos de Santiago se independizaron y contrajeron matrimonio (53), permaneciendo como núcleo familiar José, María, Santiago y Jesús (54).
22..88.. LLooss aam miiggooss ddee llaa iinnffaanncciiaa ddee JJeessúúss:: ccuunnaa ddee ssuu aappoossttoollaaddoo.. Algunos de los apóstoles de Jesús El Cristo, compartieron su infancia junto a él, como amigos. Entre ellos se encontraba Simón el cananeo (55), Judas Iscariote, -hijo de Simón- (56), Bartolomé que no fue apóstol, pero sí discípulo (57).
22..99.. LLaa m muueerrttee ddee JJoosséé,, ppaaddrree aaddooppttiivvoo ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. La vida biológica de José, el padre adoptivo de Jesús El Cristo, fue longeva y sana. Gozó de fuerza física hasta el final de sus días -entre los 111 y 112 años de edad-, y murió de vejez. Fue muy querido tanto por sus hijos naturales como por su hijo adoptivo Jesús, a quién protegió desde su nacimiento, como si fuese hijo natural. Fue amortajado conforme a la costumbre judía, cerrándole los ojos y la boca, y lavando su cuerpo después de haber fallecido, posteriormente fue vestido y, tras los funerales, llevado a la tumba familiar para su enterramiento. Ésta era una caverna natural (58), donde se depositaba el cuerpo hasta que se descarnaba, para posteriormente introducir los restos óseos, en una osario rectangular de piedra, y depositada en otro lugar de la tumba (59).
22..1100.. LLaa hheerrm maannaa ddee M Maarrííaa,, m maaddrree ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo,, ffrruuttoo ddeell m maattrriim moonniioo ddee ssuu m maaddrree A Annaa,, ccoonn C Clleeooffááss..
sseegguunnddoo
Los textos no señalan el fallecimiento de Joaquín, el padre de María, la madre de Jesús El Cristo, pero sí que su madre tuvo una nueva hija, fruto de la unión con su segundo marido, llamado Cleofás. Esta nueva hija y hermanastra de María, se llamó igualmente María, para consuelo de su madre, por haber ofrecido a María la virgen, al templo de Jerusalén (60). María, la hermana de María la madre de Jesús El Cristo, también perteneció a la Iglesia de Jesús El Cristo, y le seguía junto a la madre del Hijo de Dios, hecho hombre y, María Magdalena (61). Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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María, la hermana de María la madre de Jesús El Cristo, estaba casada con otro hombre llamado igualmente Cleofás, como su padre (62), con el que tuvo por hijos, a Santiago el Menor y José (63). Cleofás -tío político de la hermana de la madre de Jesús El Cristo-, fue uno de los que primero vieron a Jesús El Cristo, una vez que éste hubo resucitado, y la visión se produjo en el camino de Emaús (64).
22..1111.. Z Zaaccaarrííaass ee IIssaabbeell,, pprriim mooss ddee M Maarrííaa,, m maaddrree ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. Isabel, prima hermana de María, la madre de Jesús El Cristo, tuvo que ser más mayor en edad que María. A los doce años de María, Zacarías, el gran sacerdote del templo de Jerusalén, que inició el proceso esponsalicio de María, ya estaba casado con su prima hermana María (65). Una vez que María fue entregada y aceptada por su pretendiente José, María estuvo viviendo en casa de su prima Isabel durante unos meses (66). Zacarías pertenecía a la casa de Abías, y al linaje de David, y su esposa Isabel era hija de Aarón (67). Durante muchos años, Zacarías e Isabel no pudieron tener hijos (68), pero Isabel quedóse embarazada seis meses antes que María (69).
22..1122.. EEll aasseessiinnaattoo ddee Z Zaaccaarrííaass,, ggrraann ssaacceerrddoottee ddeell tteem mpplloo ddee JJeerruussaalléénn,, yy ppaaddrree ddee JJuuaann eell B a u t i s t a . Bautista. Juan, el neonato de Zacarías e Isabel nació en un pequeño pueblo llamado Aín karim (70). Tras su nacimiento, Herodes lo buscaba para asesinarlo, y sus padres lo escondieron en la montaña. Como el rey Herodes no pudo asesinar al niño, ordenó que asesinaran a Zacarías, en el mismo templo de Jerusalén (71).
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Pinturas del muro septentrional del atrio del castillo de Alcañiz (Teruel).
22..1133.. JJuuaann eell B Baauuttiissttaa,, pprriim moo sseegguunnddoo m maatteerrnnoo ddee JJeessúúss eell C Crriissttoo.. Juan el Bautista seguía los dogmas esenios, basados en el bautismo por inmersión (72). Era sacerdote, pero no continuó los pasos de su padre en el templo de Jerusalén, sino que participó de la Iglesia gnóstica de la “Gente del Camino” (73). Estaba vinculado familiarmente a Jesús El Cristo, por ser primo segundo de él, y por desarrollar las mismas creencias religiosas (74). Como profeta, creía en la llegada del Ungido (75), y profetizaba que el Ungido era Jesús El Cristo, a quién Juan ordenó preguntar por medio de sus discípulos, -cuando estuvo encarcelado-, si el Ungido era Jesús El Cristo (76). Tras ser perseguido, capturado (77) y encarcelado (78) por Herodes, fue decapitado (79).
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Detalle de las pinturas del muro septentrional del atrio del castillo de Alcañiz (Teruel).
Detalle de las pinturas del muro septentrional del atrio del castillo de Alcañiz (Teruel).
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Detalle de las pinturas del muro septentrional del atrio del castillo de Alcañiz (Teruel).
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22..1144.. EEll ssoobbrreennoom mbbrree ddee llaa ffaam miilliiaa ddee JJoosséé,, eell m maarriiddoo ddee M Maarrííaa llaa m maaddrree ddee JJeessúúss EEll C r i s t o . Cristo. Las fuentes documentales no citan que María, la madre de Jesús tuviese un segundo esposo tras la muerte de José. Pero la tradición judía obligaba a las viudas a casarse con un hermano varón del difunto marido (80). El suegro de María, la madre de Jesús El Cristo era conocido como Jacob, “El Pantera”, un sobrenombre relacionado con los soldados romanos. Dicho sobrenombre fue llevado por José, el padre adoptivo de Jesús El Cristo, y por el mismo Jesús El Cristo (81). En el siglo I a. C., existió un José, hijo de “Pantera”, por un hallazgo arqueológico de un osario existente en una tumba judía (82). Ahora bien, José, el padre adoptivo de Jesús tuvo un hijo fruto de su primer matrimonio llamado Josetos, este individuo pudo ser el José hijo de “Pantera”, muerto en el siglo I d. C. Y la tradición rabínica judía relaciona el nombre de un Jacob y un Judá, que “trasmite la enseñanza en nombre de Jesús Pantera” (83). Es decir, Jacob, y Judá fueron los hermanos de Jesús, hijos de José el padre adoptivo de Jesús El Cristo. Y “Jesús el Pantera” recibió el sobrenombre de su padre adoptivo, José.
22..1155.. LLaa m muueerrttee ddee M Maarrííaa,, llaa m maaddrree ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. En el valle del Hinón, al sur de la ciudad vieja de Jerusalén, fue hallada una cueva de enterramiento judeocristiana, en la que aparecieron unos osarios con los nombres de María y, Salomé (84). María podría ser cualquier otra mujer que no fuera la madre de Jesús El cristo, pero el osario de Salomé, podría ser el de su niñera, que lo cuidó desde su nacimiento, y que estuvo presente al pie de la cruz, durante su martirio y muerte (85). Y lo que resulta curioso es que se hallasen dos osarios con los nombres de María y Salomé, cuando en la vida de María, la madre de Jesús el Cristo, Salomé fue una de las comadronas que la ayudó en el parto, y permaneciese a su lado toda su vida para cuidar a Jesús el Cristo, hasta el final de los días del mismo. María, la madre de Jesús El Cristo falleció antes del año 62, d. C. A su entierro asistieron varios apóstoles, entre los que se encontraba su hijo adoptivo Santiago, llegado desde Jerusalén; Pedro, desde Roma; Pablo desde Tiberia; Tomás, desde las Indias; Andrés, hermano de Pedro; Felipe; y Marcos, desde Alejandría (86). Su cuerpo fue enterrado en un sepulcro sin estrenar ubicado en Getsemaní (87), por lo tanto no puede ser la tumba del sudario existente en el valle de Hinón. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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22..1166.. JJoosséé ddee A Arriim maatteeaa,, ttííoo ddee M Maarrííaa,, m maaddrree ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. Una leyenda señala que José de Arimatea fue tío de María, la madre de Jesús El Cristo (88). Para que fuese tío de María, tuvo que ser hermano de Ana, la madre de María, o de Joaquín, el padre de María, o bien, hermano de Cleofás, el segundo marido de Ana, la madre de María (89). El gentilicio de Arimatea, es un indicio para saber que José, era originario de Arimatea, es decir Ramá o Nazaret, el lugar de la familia de María, procedente de la estirpe de David. José de Arimatea había sido soldado romano durante siete años (90). Y discípulo de Jesús El Cristo (91), secretamente (92), a la par que miembro del concilio judío, y del Senado (93). Por sus buenas relaciones políticas con los romanos consiguió permiso de Pilato, para bajar el cuerpo de Jesús El Cristo y enterrarlo (94), ayudado por Nicodemo, otro discípulo de Jesús, quien también había intercedido por Jesús durante su detención (95). Entre los dos se llevaron el cuerpo de Jesús y lo embalsamaron (96). Envolvieron a Jesús El Cristo con una sábana limpia y lo introdujeron en un sepulcro nuevo, propiedad de José de Arimatea, en el que todavía no se había realizado ninguna inhumación. Cuando los hechos llegaron a conocimiento de los judíos, éstos inquirieron a José de Arimatea, y lo detuvieron, encerrándolo en una vivienda totalmente incomunicado, sin ningún tipo de acceso, más que a través de la puerta, donde dos guardianes lo custodiaban, puesto que los judíos pretendían su muerte. Cuando fueron a buscarlo, vieron que él no se encontraba allí, que los sellos de la puerta estaban intactos, y las llaves en poder de Caifás, que era el sumo sacerdote del templo de Jerusalén, en aquel momento (97). Los responsables religiosos de los judíos escribieron una carta dirigida a José de Arimatea solicitando sus disculpas y pidiendo su comparecencia para entrevistarse con el, misiva que entregaron a unos emisarios para que lo buscasen (98). José fue recogido y ayudado por Nicodemo, quién lo hospedó en su casa (99). Tras reunirse con los principales dignatarios religiosos, José les narró como Jesús El Cristo se apareció en la casa en la que estaba prisionero para agradecerle que hubiera bajado su cuerpo de la cruz (100).
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33.. LLooss hheerrm maannooss ddee JJeessúúss,, m miieem mbbrrooss ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. Jesús El Cristo se nutrió de sus familiares, amigos y conocidos para formar la jerarquía de su Iglesia, basada en los presupuestos gnósticos de Juan el Bautista (101). Formaron parte de su grupo: Santiago, su hermano, a quién Jesús llamaba “El Justo” (102), y lo nombró dirigente de su Iglesia (103), -fallecido en el año 62 d. C.- (104). Salomé, su niñera (105). María Magdalena (106). Ajenos a la familia de Jesús El Cristo, aparecen entre sus primeros discípulos: Juan, Andrés el hermano de Pedro, Felipe, y Natanael (107).
Imagen de Santiago el Justo.
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44.. LLaa ffoorrm maacciióónn ddeell aappoossttoollaaddoo eenn llooss pprriim meerrooss ttiieem mppooss.. El grupo de apóstoles de Jesús estaba formado por diez miembros, cuando la madre de Jacobo y Juan, -hijos de Zebedeo Bonaergues, sobrenombre cuyo significado es “Hijos del Trueno”, - pidió a Jesús que los incluyera en su apostolado, con cargos de relevancia (108), hecho al que se opusieron el resto de los diez discípulos (109). Jesús El Cristo aceptó el ingreso de los hermanos Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran pescadores (110). De entre el grupo de seguidores o discípulos de Jesús El Cristo, eligió a los que consideraba aptos para iniciar la predicación. Y fueron designados como primeros discípulos (111): Simón-Pedro (112), Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo “El Trueno” (113), Andrés -hermano de Pedro-, Felipe (114), Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Judas, hermano de Jacobo, Tadeo, Simón el Cananista o el Zelote, Mateo (115), y Judas Iscariote (116). Los apoyos más importantes de Jesús El Cristo fueron Pedro, Jacobo y Juan (117). Entre este corpúsculo de apóstoles existieron rivalidades, iniciadas por parte de Pedro, contra Juan (118), porque ambos se disputaban ser la cabeza de la Iglesia (119).
44..11.. EEll sseeccrreettiissm moo ffaam miilliiaarr ddee llooss pprriim meerrooss ttiieem mppooss ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. Durante los años en que fue formándose el movimiento religioso de la Iglesia de Jesús El Cristo, se crearon discrepancias entre su propia familia, por parte de sus hermanos de adopción, hijos de su padre adoptivo José, quienes presionaron a Jesús El Cristo, para que hiciese pública su religión, y no permaneciese más tiempo ocultando bajo secretismo la Iglesia naciente (120). Los lugares de reunión secreta de Jesús El Cristo fueron: la ribera contraria del Jordán (121), y la ciudad de Efraín (122).
44..22.. PPrriim meerrooss ccoonnfflliiccttooss eennttrree eell aappoossttoollaaddoo,, aannttee llaa ddeetteenncciióónn ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo:: LLaa nneeggaacciióónn ddee PPeeddrroo.. Aunque Jesús El Cristo, ya había advertido de lo que iba a suceder con él, en los momentos previos a su detención, Pedro tuvo miedo, y prefirió negar pertenecer a la Iglesia de Jesús El Cristo, para evitar que lo inculpasen (123). Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Jesús El Cristo, que conocía el carácter de Pedro y su traición, le encomendó que no crease problemas entre los miembros de su Iglesia, sino que los calmara, y que no se enfrentara a Juan, a quién Pedro envidiaba desde hacía tiempo, por ser un protegido de Jesús el Cristo (124).
44..33.. EEll aappoossttoollaaddoo ttrraass llaa m muueerrttee ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. La comunidad religiosa de la Iglesia de Jesús el Cristo, tras su muerte contaba con ciento veinte individuos, entre hombres y mujeres. Tras la muerte de Jesús El Cristo, Judas Iscariote, lleno de remordimientos, se había suicidado (125), y en su lugar, la comunidad debía elegir a un nuevo apóstol. Entre dos discípulos que habían elegido, salió electo Matías (126).
44..44.. LLaa rreevveellaacciióónn ddee llaa rreessuurrrreecccciióónn:: M Maarrííaa M Maaggddaalleennaa,, ddiiaaccoonniissaa ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C r i s t o . Cristo. Independientemente de que Jesús El Cristo pudiera tener una relación sentimental, bien como pareja o como esposa con María Magdalena (127), lo cierto es que confió en ella por su capacidad intelectual, a la que adoctrinó en la religión de su Iglesia (128). María Magdalena pudo haber ostentado el título de diaconisa de la Iglesia de Jesús El Cristo, puesto que en el siglo I d.C., Saulo-Pablo en una de sus epístolas, dirigida a los romanos, citó a una diaconisa llamada Febe, perteneciente a la Iglesia de Cencrea (129). María Magdalena sufrió la oposición de Pedro para desarrollar su labor como diaconisa de la Iglesia de Jesús El Cristo (130), hasta el punto de que tras la resurrección de Jesús El Cristo, la primera persona a la que se manifestó el espíritu de Jesús El Cristo, después de a José de Arimatea, fue a María Magdalena (131), apoyada por Juana y María, la madre de Jacobo (132), y otras mujeres que formaron parte de la Iglesia de Jesús El Cristo (133). Este acontecimiento fue distorsionado por Pedro, a quién le interesaba que María Magdalena quedase al margen, y corrió la voz de que al primero que se le apareció Jesús El cristo fue a él, tergiversando los hechos a su favor (134).
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44..55.. LLooss aappooyyooss ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo:: M Maarrííaa ddee B Beettaanniiaa,, hheerrm maannaa ddee M Maarrttaa yy LLáázzaarroo.. Jesús El Cristo contó con un elenco de simpatizantes de su Iglesia, durante su vida. Algunos de ellos iban a buscarlo allá donde éste iba a predicar, como fue el caso de María de Betania, quién sabiendo que Jesús se hallaba en casa de Simón, el leproso, fue a visitarlo y lo ungió con perfume (135). María era hermana de Lázaro y de Marta, a quienes unía una amistad verdadera con Jesús El Cristo (136), y quienes tenían una posición económica acomodada (137). Dicha amistad se había fortalecido a raíz de que Jesús El Cristo hubiese resucitado a Lázaro (138).
44..66.. N Noorrm maalliiddaadd eenn llooss ccoom mppoonneenntteess ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. Los miembros de la Iglesia de Jesús El Cristo gozaban de normalidad en sus vidas, siguiendo las directrices marcadas por la ley judaica. La nueva Iglesia no generó cambios en ellos. Algunos de sus miembros estaban casados y tenían sus propias familias, como fue el caso de Simón-Pedro-Cefás (139), y los hermanos de Jesús, a los que citó Saulo-Pablo, quién hizo un alegato de mantener dichas costumbres, sin ser acusados (140).
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55.. EEll ddoom miinniioo ppoorr eell ppooddeerr ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo:: PPeeddrroo yy PPaabblloo.. Entre la década de los años cincuenta, hasta el 63 d. C., en que murió Pedro (141), fueron los años de conflictos por detentar el poder de la Iglesia de Jesús El Cristo, entre los apóstoles Pedro y Pablo. Tras la muerte de Jesús, Pedro inició junto con Juan su apostolado (142). Durante ese tiempo, Saulo-Pablo pasó de ser perseguidor de los judeocristianos (143), a ingresar en sus filas (144). Pedro, fue encarcelado, al tiempo que Jacobo, el hermano de Juan, pero así como Pedro fue liberado de la cárcel, Jacobo el hermano de Juan fue asesinado (145). A partir del año 62 d. C., en que murió Jacobo (146), Saulo-Pablo comenzó su predicación junto a Bernabé (147), posteriormente se separó de Bernabé e inició su predicación en solitario porque se opuso a ser pareja de predicación con Juan (148).
55..11.. LLaa dduurraa llíínneeaa ddee pprreeddiiccaacciióónn ddee SSaauulloo--PPaabblloo.. Saulo-Pablo inició una línea durísima de predicación (149), hecho que le produjo innumerables conflictos allá donde fue a predicar. Los mismos textos bíblicos lo catalogaron como alborotador (150). En lugar de la Iglesia pacifista y de amor iniciada por Jesús El Cristo, su prédica fue acosadora (151), tergiversadora (152), prepotente (153). Él mismo generaba los problemas con su actitud airada, que luego iba cambiando conforme a su propio interés (154), y así lo manifestó en una de sus epístolas (155). Su carácter ególatra lo dejó manifiesto (156): “porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria”. Fue el único de todos los autores recogidos en la Biblia que se autodenominaba en sus epístolas “Pablo apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios” (157). En las salutaciones de sus cartas se puede ver como en su comienzo fue un hombre más sencillo, pero conforme fue ratificando su poder, su egolatría lo superaba, dejando constancia de ellos en sus textos (158), frente al resto de autores bíblicos que se denominaban siervo y apóstol de Jesucristo, y algunos sencillamente nada, como Juan (159)
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55..22.. C Crrííttiiccaass ddee SSaauulloo--PPaabblloo hhaacciiaa PPeeddrroo.. Fueron varias las críticas ejercidas por Saulo-Pablo hacia SimónPedro-Cefás. La primera de ellas la realizó en su primera epístola a los Corintios. Mediante una manipulación encubierta les decía que él tenía los mismos derechos que otros apóstoles y hermanos de Jesús de tener una hermana por mujer (160). En la segunda epístola a los Gálatas, dejó en el aire que los comentarios sobre los demás no le importaban, -refiriéndose a Pedro- (161), mientras que en la segunda epístola a los Gálatas ya declaró haber reprendido a Pedro por no observar en él un comportamiento religioso correcto (162).
55..33.. EEll ccoonntteenniiddoo ddee llooss ddiissccuurrssooss ddee SSaauulloo--PPaabblloo.. El contenido existente en las epístolas que Saulo-Pablo envió a las iglesias de Asia, demuestran más mensajes ratificando su personalidad, y su defensa, que cuestiones teológicas, como existen en las epístolas de Pedro (163), Judas (164), Santiago (165) y Juan (166). En las primeras epístolas se demuestra la presentación de un personaje que quiere demostrar quién es, el poder que tiene, y exculparse de las críticas que están vertiendo contra él (167). Las últimas ya presentan un contenido más religioso, pero sin llegar al que trasmitieron el resto de apóstoles o discípulos de Jesús El Cristo.
55..44.. SSaauulloo--PPaabblloo ppeerrtteenneeccííaa aall ccoorrppúússccuulloo ffaarriisseeoo yy nnaazzáárreeoo.. Saulo-Pablo pecó de oportunista a favor de su defensa, cuando se percató de que el concilio que lo juzgaba estaba formado por fariseos y saduceos, y los manipuló, sin que lo advirtiesen, para salvar su vida (168). En primer lugar, manifestó que pertenecía a los fariseos (169), luego que había perseguido a los judeocristianos (170), y más tarde criticó y eludió su participación como miembro del “Camino al que ellos llaman herejía” (171).
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66.. LLooss ccoonnfflliiccttooss iinntteerrnnooss ddee llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss eell C Crriissttoo.. Durante el periodo de dirigencia religiosa de Saulo-Pablo, fue cuando más conflictos ideológicos se ocasionaron entre los miembros de la propia Iglesia de Jesús El Cristo, en todas las iglesias tanto de Israel, como de Asia. El mismo Saulo-Pablo aludió a ello en sus epístolas (172). Y si ya tenían bastantes problemas entre ellos, Saulo-Pablo añadió uno nuevo: el de querer erradicar el bautismo de Juan y cambiarlo por el bautismo de Jesús El Cristo (173).
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77.. LLooss hheerrm maannooss ddee JJeessúúss rreettoom maarroonn llaa IIgglleessiiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo.. Ante una situación conflictiva en la que estaban expuestos a las denuncias por parte de los romanos, y de los judíos veterotestamentarios, los hermanos de Jesús, y sus familiares más directos tomaron las riendas de la Iglesia gnóstica de Jesús El Cristo. Se ha demostrado como Jesús El Cristo tuvo seis hermanos adoptivos fruto del primer matrimonio de su padre José, con una primera esposa, antes de casarse con María. Estos seis hermanos se llamaban: Judá, Josetos, Santiago, Simón, Lisia y Lidia. Una vez que María dio a luz, consumó su matrimonio con José, su esposo, y fruto de esta unión nació Juan. Por ello, Juan fue el discípulo amado de Jesús El Cristo, puesto que era su hermano pequeño (174). Juan no fue apóstol, tan sólo el discípulo que escribió las epístolas bíblicas y “El Apocalipsis”. Entre los familiares que acompañaron a Jesús El Cristo hasta el momento de su fallecimiento se hallaban: María, la madre de Jesús El Cristo; José de Arimatea, tío de María, la madre de Jesús El Cristo; María Magdalena, diaconisa de la Iglesia de Jesús El Cristo; María, tía de Jesús El Cristo, casada con Cleofás, y madre de Santiago el Menor y de José; Salomé, la niñera de Jesús El Cristo (174). Y Juan, el hermano pequeño de Jesús El Cristo, al que Jesús llamaba cariñosamente “el discípulo amado” (175), y del que dijo sus últimas palabras: “Mujer, he ahí tu hijo” (176). Y Juan, el discípulo, le contestó a Jesús El Cristo: “He ahí a tu madre” (177).
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88.. EEll ccoonnttrrooll ddee llaa IIgglleessiiaa jjuuaanniissttaa:: EEll ddeessttiieerrrroo ddee JJuuaann eell EEvvaannggeelliissttaa,, eenn PPaattm mooss.. Tras la muerte de Jesús El Cristo, Juan pasó a ser el pretendiente al trono del reino de Israel, y la cabeza de la Iglesia de Jesús El Cristo. Por ello a sus opositores -como Saulo-Pablo- les interesaba hacerlo desaparecer. Juan, en una de sus epístolas denomina “la señora elegida” a la persona receptora de la carta. La señora elegida era su madre: María (178). Y los hijos de María, son los que se refirió Juan en la epístola, de los que señala que andaban “en la verdad” (179). Juan describió en sus epístolas como un tal Diótrefes, responsable de la Iglesia, rechazaba todo tipo de relación y entrevista con Juan (180), al que criticaba ferozmente (181). Juan fue desterrado a la isla de Patmos, durante el gobierno de Domiciano. Posteriormente fue puesto en libertad y retornó a Éfeso (182).
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99..
EEll eexxtteerrm miinniioo ddee llaa IIgglleessiiaa jjuuaanniissttaa..
Después de la muerte de María, la madre de Jesús El Cristo antes del año 62 d. C.; de la muerte de Santiago, el hijo adoptivo de María, fruto del primer matrimonio de su esposo José, en el 62 d. C., de que tuvieran lugar varias revueltas y éxodo de los judeocristianos, los familiares de Jesús vieron peligrar sus vidas y se marcharon de Israel, muchos años antes de que Juan fuese desterrado a la isla de Patmos. José de Arimatea, el tío de María, se hizo cargo de la dirección familiar y religiosa de la Iglesia de Jesús el Cristo en el exilio, reivindicando la figura de Juan, como sucesor de Jesús y pretendiente al trono de Israel; y, custodiando el linaje de los descendientes de dicho linaje.
99..11.. LLaa hhuuííddaa ddee IIssrraaeell ddee llaa ffaam miilliiaa ddee JJeessúúss EEll C Crriissttoo:: JJoosséé ddee A Arriim maatteeaa.. Las primeras migraciones de judeocristianos se produjeron dentro del mismo reino de Israel, desde Jerusalén a Judea y Samaría (183), después pasaron hacia Fenicia, Chipre y Antioquía (184), donde en este último lugar se autodenominaron cristianos (185). Muy posiblemente este fuese el itinerario del recorrido iniciado por José de Arimatea y su familia. En tiempos de Jesús El Cristo, existió un sacerdote pontífice del templo de Jerusalén llamado Josefo (186), cuyo nombre coincide con el hijo de José de Arimatea que fue obispo en Sarraz (Persia), a donde se desplazó la familia (187). Entre los familiares que marcharon con José de Arimatea se hallaba su hermana y su cuñado Bron (188).
99..22.. PPrreesseerrvvaacciióónn ee iim mppllaannttaacciióónn ddee llaa IIgglleessiiaa JJuuaanniissttaa eenn G Grraann B Brreettaaññaa,, SSuurr ddee FFrraanncciiaa yy M e n o r c a . Menorca. José de Arimatea y sus parientes, los mismos que habían descendido el cuerpo de Jesús y lo habían amortajado (189), preservaron e implantaron la base de la Iglesia gnóstica de Jesús El Cristo en Gran Bretaña, sur de Francia y Menorca. ¿Por qué se dirigieron José de Arimatea y sus familiares a Gran Bretaña? Porque existía una comunidad judía que había podido vencer a los romanos (190). Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Por otro lado, Santiago “El Justo”, hermano adoptivo de Jesús viajó a España (191), pero ¿a dónde? ¿Pudo haber hecho escala en Menorca, porque desde la Antigüedad existía una colonia de judíos? Lo cierto, es que años después, uno de los objetivos de Saulo-Pablo fue el de viajar hasta España (192). ¿Querría Saulo-Paulo erradicar también la posible colonia judeocristiana existente en Menorca? La documentación bibliográfica coincide en un aspecto con las leyendas griálicas, y con las referentes a la llegada del grupo de María Magdalena con José de Arimatea al sur de Francia. En estos tres puntos existió una primitiva iglesia judeocristiana, en cuyas prácticas eucarísticas participaban las mujeres. Se tiene constancia, y se ha demostrado en este trabajo de que en tiempos de Saulo-Paulo habían diaconisas. Por lo tanto, podría ser que la primitiva Iglesia gnóstica de Jesús el Cristo, trasmitida por la línea familiar exiliada de Israel, se estableciera en la geografía francesa, menorquina y británica hasta que fue erradicada o por lo menos, se quiso erradicar, quedando pequeños corpúsculos, cuyas referencias aparecen en la literatura griálica (193). Otro dato que hay que tener en cuenta fue el del rito del lavatorio de pies en la Iglesia de Jesús El Cristo (194), costumbre que se mantuvo ligado a la primitiva Iglesia de Jesús El Cristo importada por José de Arimatea en Gran Bretaña, y que posteriormente fue utilizado y mantenido por la orden de los Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalén, existiendo vestigios literarios en la “Navigatio sancti Brandani”, así como en algunas basílicas paleocristianas de la isla de Menorca (195).
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1100..
C Coonncclluussiioonneess..
Este trabajo pretende demostrar el motivo por el que la Iglesia de Roma durante la Edad Media, estuviese interesada en ocultar la verdadera religión que partió de la Iglesia de Jesús El Cristo, puesto que la orden de los Pobres Caballeros del Templo de Jerusalén fueron los trasmisores de la primitiva religiosidad llevada a Gran Bretaña por José de Arimatea, tío de María, la esposa de José, padre adoptivo de Jesús El Cristo. La religión de Jesús El Cristo, fue iniciada por Juan el Bautista, seguidor de los preceptos de la Iglesia Gnóstica, profeta predecesor del “Ungido”: Jesús el Cristo. Todo el conglomerado de personajes bíblicos formó una gran familia de la que nació la religión judeocristiana, que posteriormente fue denominada cristiana. La realidad histórica es muy diferente a la tradición religiosa que se ha ido conformando a lo largo de los siglos. La base fue el matrimonio de linajes reales, formado por José, perteneciente al linaje de David, cuyo matrimonio con María, la madre de Jesús El Cristo, fue organizado por los sacerdotes del templo de Jerusalén, para unir los linajes de David y Jacob, en el pretendiente al reino de Israel. José, fue padre adoptivo de Jesús El Cristo, puesto que era viudo de una primera esposa que le había dado seis hijos, cuatro varones y dos mujeres. María, por su parte, fue hija de un matrimonio que llevaba muchos años esperando tener un hijo, sin que su deseo se hiciese realidad. Cuando la madre de María, Ana, la abuela materna de Jesús El Cristo, se quedó embarazada y dio a luz, la niña fue ofrecida al templo de Jerusalén donde pasó nueve años de su vida. Entre los doce y catorce años, los sacerdotes del templo de Jerusalén buscaron un pretendiente viudo de religión judía para María. Éste fue José, que ya tenía 38 años cuando aceptó a María para contraer matrimonio con ella, aunque previamente se resistió debido a su avanzada edad, a sus seis hijos, y a la excesiva juventud de la virgen del templo. José y María debían esperar dos años para contraer matrimonio, y durante ese tiempo, los sacerdotes del templo de Jerusalén ordenaron que la joven virgen fuese a vivir al domicilio de José. José, por sus ocupaciones en la construcción, carpintería y fabricación de aperos de labranza se marchó unos meses de su domicilio, momento en que la virgen María quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. José, al tener conocimiento de ello la rechazó secretamente, pero ante la visión nocturna de un ángel, que le habló en sueños, supo que ese hijo que iba a nacer sería el redentor de la humanidad, el Hijo del Dios Padre. Y la aceptó contrayendo matrimonio con ella inmediatamente, antes de que ella fuese a dar a luz. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Por motivos administrativos tuvieron que trasladarse hasta Belén para empadronar a toda su familia, y de vuelta por el camino, María comenzó con los dolores del parto, de modo que José buscó una caverna de enterramiento de un familiar suyo para habilitar a su mujer, y la dejó acompañada por sus hijos biológicos de corta edad, mientras él se marchaba a buscar dos comadronas. A su vuelta, María, la madre de Jesús El Cristo fue atendida por las dos mujeres que la ayudaron a traer al mundo a Jesús El Cristo. María, la madre de Jesús el Cristo tuvo un segundo hijo, este sí natural, hijo de su esposo José, que se llamó Juan, y fue el “discípulo amado de Jesús”, quién estuvo al pie de la cruz, durante la muerte de Jesús El Cristo. Por lo tanto, tras la muerte de Jesús El Cristo, el pretendiente al trono de Israel fue Juan. La Iglesia de Jesús El Cristo fue perseguida por elementos exógenos, como fueron los romanos, y los judíos veterotestamentarios; y por elementos endógenos, que formaron parte de la propia religión gnóstica de Jesús El Cristo, como fue Saulo-Pablo. Llegado el momento en que habían sido asesinados los componentes más importantes de la Iglesia de Jesús El Cristo, así como María, la madre de Jesús El Cristo, que ya había fallecido de vejez, los familiares cercanos decidieron exiliarse del reino de Israel para sobrevivir y mantener viva la línea sanguínea real del reino de Israel, así como los verdaderos hechos que habían acaecido, a nivel político-religioso, y que la Iglesia cristiana de Saulo-Pulo había comenzado a tergiversar y a ocultar. De esa forma, José de Arimatea, organizó la salida de su familia hacia la ciudad persa de Sarraz, para desde ese punto dirigirse a los lugares geográficos donde existían colonias judías, como el sur de Francia, la isla de Menorca y la isla de Gran Bretaña, lugares donde se asentaron y trasmitieron, primero verbalmente la historia prohibida de la religión de Jesús El Cristo, y posteriormente, a través de la literatura simbólica, para evitar que la Iglesia de Jesús El Cristo o Juanista, fuese destruida y erradicada.
En Villajoyosa (Alicante). A 19 de marzo, 2012.
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C Ciittaass B Biibblliiooggrrááffiiccaass..
(1). “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569) revisada o por Cipriano de Valera (1602).Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América latina. 1960. Página 332. David. 1 Reyes 2, 10-12. “(…) Y durmió David con sus padres, y fue sepultura en su ciudad. 11. Los días que reinó David sobre Israel fueron cuarenta años; siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres años reinó en Jerusalén.12. Y se sentó Salomón en el trono de David su padre, y su reino fue firme en gran manera (…)”. Página 331. David proclama rey a Salomón. 1 Reyes 1, 28-31. “(…) 28. Entonces el rey David respondió y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey.29. Y el rey juró diciendo: Vive Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy. 31. Entonces Betsabé se inclinó ante el rey, con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre (…)”. Página 332. Salomón. Betsabé, madre de Salomón. 1 Reyes 2, 13. “(…) Entonces Adonías hijo de Haguit vino a Betsabé madre de Salomón; y ella le dijo: ¿Es tu venida de paz? Él respondió: Sí, de paz (…)”. Página 333. Salomón. 1 Reyes 4,1. “(…) Reinó, pues, el rey Salomón sobre todo Israel (…)”. Página 347. Muerte de Salomón. 1 reyes 11, 42-43. “(…) 42. Los días que Salomón reinó en Jerusalén sobre todo Israel fueron cuarenta años. 43. Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su lugar Roboam su hijo (…)”. Página 350. Roboam. 1 Reyes 14, 21-24. “(…) Roboam hijo de salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que Jehová eligió de todas las tribus de Israel, para poner allí su nombre. El nombre de su madre fue Naama, amonita. 22. Y Judá hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y le enojaron más que todo los que sus padres habían hecho en sus pecados que cometieron. 23. Porque ellos también se edificaron lugares altos, estatutas e imágenes de Asera, en todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso. 24. Hubo también sodomitas en la tierra, e hicieron conforme a todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado delante de los hijos de Israel (…)”. Página 350. Roboam. 1 Reyes 14, 31. “(…) Y durmió Roboam con sus padres, y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. El nombre de su madre fue Naama, amonita.Y reinó en su lugar Abiam su hijo (…)”. Página 351. Abiam. 1 Reyes 15, 1-8. “(…) En el año dieciocho del rey Jeroboam hijo de Nabat, Abiam comenzó a reinar sobre Judá, 2. Y reinó tres años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. 3. Y anduvo en todos los pecados que su padre había cometido antes de él; y no fue su corazón perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de David su padre. 4. Más por amor a David, Jehová su Dios le dio lámpara en Jerusalén, levantando a su hijo después de él, y sosteniendo a Jerusalén; 5. Por cuanto David había hecho lo recto ante los ojos de Jehová, y de ninguna cosa que le mandase se había apartado en todos los días de su vida, salvo en lo tocante a Urias heteo. 6 Y hubo guerra entre Roboam y Jeroboam todos los días de su vida. 7 Los demás hechos de Abiam, y todo lo que hizo, ¿No está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Y hubo guerra entre Abiam y Jeroboam. 8. Y durmió Abiam con sus padres, y lo Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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sepultaron en la ciudad de David; y reinó Asa su hijo en su lugar (…)”. Página 351352. Asa. 1 Reyes 15, 9-24. “(…) 9. En el año veinte de Jeroboam rey de Israel, Asa comenzó a reinar sobre Judá.10.Y reinó cuarenta y un años en Jerusalén; el nombre de su madre fue Maaca, hija de Abisalom. 11. Asa hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. 12. Porque quitó del país a los sodomitas, y quitó todos los ídolos que sus padres habían hecho. 13. También privó a su madre Maaca de ser reina madre, porque había hecho un ídolo de Asera. Además deshizo Asa el ídolo de su madre, y lo quemó junto al torrente de Cedrón. 14. Sin embargo, los lugares altos no se quitaron. Con todo el corazón de de Asa fue perfecto para con Jehová toda su vida. 15. También metió en la casa de Jehová, lo que su padre había dedicado y lo que él dedicó: oro, plata y alhajas. 16. Hubo guerra entre Asa y Baasa rey de Israel, todo el tiempo de ambos. 17. Y subió Baasa rey de Israel contra Judá, y edificó a Ramá, para no dejar a ninguno salir ni entrar a Asa rey de Judá. 18 Entonces tomando Asa toda la plata y el oro que había quedado en los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa real, los entregó a sus siervos, y los envió al rey Asa a Ben-adad hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Siria, el cual residía en Damasco, diciendo: 19. Haya alianza entre nosotros, como entre mi padre y el tuyo. He aquí yo te envío un presente de plata y de oro; ve, y rompe tu pacto con Baasa rey de Israel, para que se aparte de mi. 20. Y Benadad consistió con el rey Asa, y envió los príncipes de los ejércitos que tenía contra las ciudades de Israel, y conquistó Ijón, Dan, Abelbet-maaca, y toda Cineret, con toda la tierra de Neptalí. 21. Oyendo esto Baasa, dejó de edificar a Ramá, y se quedó en Tirsa. 22. Entonces el rey Asa convocó a toda Judá, sin exceptuar a ninguno; y quitaron de Ramá la piedra y la madera con que Baasa edificaba, edificó el rey Asa con ello a Geba de Benjamín, y a Mizpa. 23. Los demás hechos de Asa, y todo su poderío, y todo lo que hizo, y las ciudades que edificó, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? Más en los días de su vejez enfermó de los pies. 24. Y durmió Asa con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre; y reinó en su lugar Josafat su hijo (…)”. Página 352. Reinado de Baasa, constructor de Ramá (Arimatea). 1 Reyes 15, 33. “(…) En el tercer año de Asa rey de Judá, comenzó a reinar Baasa hijo de Ahías sobre todo Israel en Tirsa; y reinó veinticuatro años (…)”. Página 361-362. Josafat. 1 Reyes 22, 41-50. “(…) 41. Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey de Israel. 42. Era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi. 43. Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos. 44. Y Josafat hizo paz con el rey de Israel. 45. Los demás hechos de Josafat, y sus hazañas, y guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 46. Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa. 47. No había entonces rey en Edom; había gobernador en lugar de rey. 48. Josafat había hecho naves de Tarsis, las cuales había de ir a Ofir por oro; más no fueron, porque se rompieron en Ezión-geber. 49. Entonces Ocozias hijo de Acab dijo a Josafat: Vayan mis siervos con los tuyos en las naves. Más Josafat no quiso. 50. Y durmió Josafat con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David, su padre; y en su lugar reinó Joram su hijo (…)”. Página 371. Joram. 2 Reyes, 8, 16-24. “(…) 16. En el quinto año de Joram hijo de Acab, rey de Israel, y siendo Josafat, rey de Judá, comenzó a reinar Joram, hijo de Josafat, rey de Judá. 17. De treinta y dos años era Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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cuando comenzó a reinar, y ocho años reinó en Jerusalén. 18. Y anduvo por el camino de los Reyes de Israel, como hizo la casa de Acab, porque una hija de Acab fue su mujer; e hizo lo malo ante los ojos de Jehová. 19. Con todo eso, Jehová no quiso destruir a Judá, por amor a David su siervo, porque había prometido darle lámpara a él y a sus hijos perpetuamente. 20. En el tiempo de él se reveló Edom contra el dominio de Judá y pusieron rey sobre ellos. 21. Joram, por tanto, pasó a Zair, y todos sus carros con él; y levantándose de noche atacó a los de Edom, los cuales le habían sitiado, y a los capitanes de los carros; y el pueblo huyó a sus tiendas. 22. No obstante, Edom se libertó del dominio de Judá, hasta hoy. También se rebeló LIbna en el mismo tiempo. 23. Los demás hechos de Joram, y todo lo que hizo ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 24. Y durmió Joram con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David; y reinó en lugar suyo, Ocozias su hijo (…)”. Página 371. Ocozías. 2 Reyes 8, 25-29. “(…) 25. En el año doce de Joram hijo de Acab, rey de Israel, comenzó a reinar Ocozías hijo de Joram, rey de Judá. 26. De veintidós años era Ocozías cuando comenzó a reinar, y reinó un año en Jerusalén. El nombre de su madre fue Atalía, hija de Omri rey de Israel. 27. Anduvo el camino de la casa de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como la casa de Acab; porque era yerno de la casa de Acab. 28. Y fue a la guerra contra Joram hijo de Acab a Ramot de Galaad, contra Ásale rey de Siria; y los sirios hirieron a Joram. 29. Y el rey Joram se volvió a Jezreel para curarse de las heridas que los sirios le hicieron frente a Ramot, cuando peleó contra Ásale rey de Siria. Y descendió Ocozías hijo de Joram rey de Judá a visitar a Joram hijo de Acab en Jezreel, porque estaba enfermo (…)”. Página 396-397. 1 Crónicas 3, 1-24. Los hijos de David. “(…) Estos son los hijos de David que le nacieron en Hebrón: Amnón el primogénito, de Ahinoam jezreelita; el segundo, Daniel, de Abigail la de Carmel; 2. l tercero Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Jerur; el cuarto Adonías hijo de Haguit; 3. El quinto, Sefatías, de Abital; el sexto Itream, de Egla su mujer. 4. estos seis renacieron en Hebrón, donde reinó siete años y seis meses; y en Jerusalén reinó treinta y tres años. 5. Estos cuatro le nacieron en Jerusalén: Simea, Sobab, Natán, y Salomón hijo de Bet-súa hija de Amiel. 6. Y otros nueve Ibhar, Elisama, Elifelet. 7. Noga, Nefeg, Jafía. 8. Elisama, Eliada y Elifelet. 9. Todos estos fueron los hijos de David, sin los hijos de las concubinas. Y Tamar fue hermana de ellos. Descendientes de Salomón 10. Hijo de Salomón fue Roboam, cuyo hijo fue Abías, del cual fue hijo Asa, cuyo hijo fue Josafat, 11. De quien fue hijo Joram cuyo hijo fue Ocozías, hijo del cual fue Joás, 12. Del cual fue hijo Amasias, cuyo hijo fue Azarías, e hijo de éste Jotam. 13. Hijo de éste fue Acaz, del que fue hijo Ezequías, cuyo hijo fue Manasés, 14. Del cual fue hijo Amón, cuyo hijo fue Josías. 15. Y los hijos de Josías: Johanán su primogénito, el segundo Joacim,el tercero Sedequías, el cuarto Salud, 16. Los hijos de Joacim: Jeconías su hijo, hijo del cual fue Sedequías.17. Y los hijos de Jeconías: Asir, Salatiel. 18. Malquiram, Pedaías, Senazar, Jecamías, Hosama y Nedabías. 19. Los hijos de Pedaías: Zorobabel y Simei. Y los hijos de Zorobabel: Mesulam, Ananás, y Selomit su hermana; 20. Y Hasuba, Ohel, Berequias, Hadadías y Jusab-hesed; cinco por todos. 21. Los hijos de Ananás: Pelatçías y Jesaías; su hijo Refaias; su hijo, Arnán; su hijo Abdías; su hijo, Secanías. 22. Hijo de Secanías fue Semanas; y los hijos de Semanas: Hatús, Igal, Barias, Nearías y Safat, seis. 23. Los hijos de Nearías fueron estos tres: Elioenai, Ezequías y Azricam. 24. Los hijos de Elioenai fueron estos siete: Hodavías, Eliasib, Pelaías, Acub, Johanán, Dalaías y Anani (…)”. (2). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 20. Jesús: Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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linaje de David. “(…) Jesús fue el primogénito de una familia real, descendiente del rey David del antiguo Israel (…).Jesús reivindicó una dinastía real, en la que estaban incluidos sus hermanos y su familia inmediata. Más que el fundador de una iglesia, Jesús, fue un pretendiente a un trono. Según los profetas hebreos, el Mesías, de la estirpe de David, que gobernaría la nación de Israel en los últimos días, surgiría de dicho linaje (…)”. (3). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 998. Crucifixión y muerte de Jesús. Juan 19, 22. “(…) 18. Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; 18. Y allí le crucificaron, y con él, a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19. Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS. 20. Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21. Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas. Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy rey de los judíos. 22. Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito (…)”. (4). Ibidem. Página 481. Habitantes de Rama = Arimatea, después de la reconstrucción del templo de Jerusalén. Nehemías 11, 31-36. “(…) 31.Y los hijos de Benjamín habitaron desde Geba, en Micmas, en Aía, en Bet-el y sus aldeas.32. En Ananot, Nob, Ananías, 33. Hazor, Ramá, Gitaim, 34. Hadid, Seboim, Nebalat, 35. Lod, y Ono, valle de los artífices; 36. Y algunos de los levitas, en los repartimientos de Judá y de Benjamín (…)”. (5). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 73. “(…) El nombre de Nazaret, el pueblo donde vivió María, proviene del vocablo hebreo netzer, que significa “rama” o “brote”. Nazaret podría traducirse en cierto modo como “Ciudad rama” [Arimatea]. Pero ¿por qué tan extraño nombre para una ciudad? Como hemos visto, en tiempos de Jesús era un pueblecito, y no debía su fama a su importancia o a nivel económico, sino por algo potencialmente más importante. En los manuscritos el Mar Muerto, escritos antes de la época de Jesús, se habla constantemente del futuro Mesías o rey de Israel como de la “rama de David”. El término procede de Isaías 11, donde se llama al Mesías del linaje de David una “rama”. El término se consagró y después los seguidores de Jesús fueron llamados nazarenos o “de la rama”. Con toda probabilidad, el pueblecito de Nazaret debió su nombre, o quizá sobrenombre, a que era conocido como el lugar donde se habían asentado y concentrado los miembros de la familia real. No es de extrañar que María y José vivieron en él, ya que representaban distintas “ramas” de la “rama de David”. Los evangelios mencionan otros “parientes” de la familia que vivían allí (Mc. 6, 4). Es muy posible que la mayoría de la población de la “Ciudad rama” perteneciese a la misma familia “Rama”. La afinidad familiar prosiguió en esta zona de Galilea durante siglos. Al norte de Seforis, a unos veinte kilómetros de Nazaret, había una ciudad llamada Kokhaba o “Ciudad estrella”. Este término de “estrella”, igual que el de “rama”, es un vocablo cifrado para nombrar al Mesías que aparece también en los Manuscritos del Mar Muerto (13). Tanto ésta como Nazaret fueron conocidas hasta el siglo II como lugares con familias Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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relacionadas con Jesús, en los que estaba concentrado parte de la “familia real· (14). Finalmente, los nombres que en la lista de Lucas van desde el rey David hasta Helí, padre de María, nos ofrecen claves muy interesantes que esclarecen más por que este linaje concreto de David / (Página 75) era de singular importancia (…)”.Página 355. Citas del capítulo 2.Un hijo de David. “(…) 9. Citada por Eusebio Historia de la Iglesia 1, 7, 13-14. Africano señala concretamente que los miembros del clan de Jesús se concentraban en Nazaret y en la cercana Kosaba. Hay otro Kosaba al este del Jordán que algunos han identificado como la que menciona Africano, pero parece mucho más probable, ya que también menciona Nazaret, que se refiere a la ciudad al norte de Seforis (Eusebio, Historia de la Iglesia 1.7, 14) (…)”. Página 355. Citas del capítulo 2. Un hijo de David. “(…) Véase Manuscritos del Mar Muerto Damascos Document 7, 1821; War Rule (I QM) 11,6-7. Esta designación del Mesías se basaba en una profecía de Números 24, 27. Sobre una “estrella” y un “cetro” que se alzarían sobre Israel, Apocalipsis 22,16 designa a Jesús como “el descendiente de David, la estrella resplandeciente de la mañana” vinculando claramente ambos términos (…)”. DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 232. Ramá: la ciudad de José de Arimatea. Las ciudades que le tocaron a la tribu de Aser: Sidón, Ramá, Tiro, y Hamón. Josué 19, 24-31. “(…) 24. La quinta suerte correspondió a la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias.25. Y su territorio abarcó Helcat, Halí, Betén, Acsaf.26. Alamelec, Amad y Miseal; llega hasta Carmelo al occidente, y a Siorlibnat.27. Después de la vuelta hacia el oriente a Bet-dagón y llega a Zabulón, al valle del Jefte-el al norte, a Bet-emec y a Neiel, y sale a Cabulal norte. 28. Y abarca a Hebrón, Rehob, Hamón y Caná, hasta el gran Sidón. 29. De allí este límite tuerce hacia Ramà, y hasta la ciudad fortificada de Tiro, y gira hacia Hosa, y sale al mar desde el territorio de Aczib. 30. Abarca también una, Afec y / (Página 233) Rehob; veintidós ciudades con sus aldeas. 31. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas (…)”. (6). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 1. “(…) Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 2. “(…) (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 3. “(…) salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 4. “(…) Y le era necesaria pasar por Samaría (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 5. “(…) Vino, pues, a una ciudad de Samaría llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José (...)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 6. “(…) Y estaba Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 11. “(…) La mujer le dijo: Señor, no tienes con que sacarla, y el pozo es hondo (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. El terreno herencia de José, padre de Jesús en la ciudad de Sicar (Samaría). Juan 4, 12. “(…) ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados (…)”. (7). Ibidem. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. Genealogía de Jesús. Mateo 1, 16. “(…) y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo (…)”.Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 27. “(…) a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María (…)”. (8). Ibidem. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 32. “(…) Éste era grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 33. “(…) reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin (…)”. (9). Ibidem. Página 36. Institucionalización de la religión de Yahvé con Jacob: el reino de Israel. Génesis 32, 22-32. “(…) 22. Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jacob. 23. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. 24. Así se quedó Jacob sólo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25. Y le dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré si no me bendices. 27. Y el varón le dijo: ¿Cual es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntabas por mi nombre? Y lo bendijo allí. 30. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel (3) [(3). Esto es, El rostro de Dios]; porque dijo: vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. 31. Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera. 32. Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que / Página 37) se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo (…)”. Página 52. Establecimiento de Jacob en Egipto. Génesis 47, 28-30. “(…) 28. Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.29. Y llegaron los días de Israel para morir y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. Te ruego que no me entierres en Egipto. 30. Más cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y José respondió: Haré como tu dices (…)”.TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 68. La lista de los ascendientes de Jesús. “(…) La lista de Mateo consta de cuarenta nombres a partir de Abraham, que vivió mil años antes que David, y concluye en José, esposo de María. Cualquier genealogía judía al uso de la época se basaba estrictamente en el linaje masculino, que era de vital importancia (…) / (Página 69). Al final de la lista, en el último nombre de la última línea, algo no encaja. No cabe duda de que Mateo trata de pillar desprevenido al Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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lector diciendo: Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Lo que cabría esperar en una genealogía normal sería: Jacob engendró a José engendró a Jesús, llamado Cristo (…) / (Página 70). Aunque de la rama de José del linaje de David nacieron los antiguos reyes de Judá, había sido maldecida por el profeta Jeremías. En aquellos días negros o previos a la destrucción de Jerusalén por Babilonia, en 586 a. J. C. Jeremías había sorprendido con una profecía sobre Jeconías, el último rey del linaje de David: “Inscribid a este hombre: Un sin hijos, un fracasado en la vida”; porque ninguno de sus descendientes tendrá la suerte de sentarse en el trono de David y de ser jamás señor de Judá (Jer. 22,30) (4). José era descendiente directo de este vituperado Jeconías (Mt. 1, 11-12). Era como si Jeremías declarase la alianza de Dios con David nula y sin efecto. Al menos, eso podía parecer. Ensalmo 89, escrito después de esos acontecimientos, dice en tono lastimero: “Ha desechado la alianza con tu siervo, has profanado por tierra su diadema” (Sal.89, 40). Es lo que parecía. Al fin y al cabo, Jeconías fue el último rey judío del linaje real o de David, que ocupó el trono en la tierra de Israel. José era descendiente suyo, pero pese a ser padre legal de Jesús, y no biológico, sus antepasados no podían descalificar la posible reivindicación de Jesús al trono de Israel a través de otra rama de la estirpe davídica (…)”. Página 71. El linaje de David. Una rama oculta del linaje real. “(…) La genealogía de Lucas nos da la clave para entender por qué Jesús podía reivindicar que era descendiente de David sin tener relación biológica con su padre adoptivo José (…). En primer lugar, comienza con u sorprende dato que literalmente traducido dice: “Tenía Jesús al comenzar [su ministerio], unos treinta años, y era según se creía, hijo de José, hijo de Helí” (Lc 3, 23). El texto griego es muy claro, pero lo que salta a la vista es la expresión “según se creía”.Lucas informa a sus lectores de dos cosas: que José era sólo el padre “supuesto” o “legal” de Jesús y que tenía un abuelo llamado Helí. Según Mateo, el padre de José se llamaba Jacob, por lo tanto, ¿quién era Heli? La solución más obvia es pensar que fuese el padre de María (…) / (Página 72). Julio Africano, un escritor judío cristiano de principios del siglo III que vivió en palestina, señala que las principales familias judías poseían sus propios documentos genealógicos, desde que Herodes y sus sucesores habían intentado destruir los que eran públicos. Africano señala en concreto la costumbre de mantener en secreto las genealogías familiares como una característica de los descendientes de Jesús (9) (…). La genealogía de Lucas revela igualmente otro dato importante: María, como su esposo José, era del linaje del rey David, pero con una diferencia fundamental: su relación con David no procedía del linaje maldito que discurría desde Jeconías hasta salomón, hijo de David, sino que se remontaba a otro de los hijos de David, el llamado Natán, hermano de Salomón (Lc3, 31). Natán y Salomón eran hijos de Betsabé, la esposa favorita de David, pero Natán no ocupó el trono y, por consiguiente, su genealogía se perdió. Aparece en la Biblia, pero no se mencionan sus descendientes, al contrario del caso de su hermano Salomón (1Cr 3, 5-10). Por tanto, según Lucas, Jesús podía reivindicar al rey David como antepasado también del linaje de su madre María. No sólo como descendiente por la “adopción” de su padre José, sino también por su pertenencia directa a la estirpe de David (…)”. Página 72. Las dos ramas del linaje real de David. “(…) El linaje de la columna izquierda es el que de Mateo como rama de José, padre legal de Jesús. Es más corta y está abreviada a partir de Jeconías. Los nombres en cursiva son los de los reyes de Israel y de Judá. La genealogía de la derecha es la de Lucas, en tanto que linaje de María, madre de Jesús. / (Página 73) [Linaje de José]
[Linaje de María]
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David. - Salomón. - Roboam. - Abiá. - Asaf. - Josafat. - Jiram. -Orías. -Joatam. - Acaz. - Ezequías. - Manasés. - Amón. -Josías. - Jeconías.
- Natán. – Mattatá. – Mennà. – Meleá. – Eliaquim. – Jonam. – José. – Judá. – Simeón. – Leví. – Mattat. – Jorim. – Eliécer. – Jesús. - Er. - Elmadam. - Cosam. - Abdí. - Melki. - Nerí. - Salatiel. - Zorobabel. - Resá. - Joanán. - Jodá. - Josec. - Semeín. - Mattatías. - Maaz. - Salatiel. – Nangay. - Zorobabel. – Eslí. - Abiud. – Naúm. - Eliakim. – Amos. - Azor. – Mattatías. - Sadoq. – José. - Aquim. –Janái. - Eliud. – Melki. / (Página 74) – Eleazar. – Leví. -Mattán. – Mattat. - Jacob. – Helí (Eliaquin). -José. – María (…)”. DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Listado de antepasados de José, padre adoptivo de Jesús El Cristo. - Dios (Lucas 3, 38). Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 40 www.baucan.org
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Adán (lucas 3, 38). Set (Lucas 3, 38). Enós (Lucas 3, 38). Cainán (Lucas 3, 37). Mahalaeel (Lucas 3, 37). Jared (Lucas 3, 37). Enoc (Lucas 3, 37). Matusalén (Lucas 3, 37). Lamec (Lucas 3, 36). Noé (Lucas 3, 36). Sem (Lucas 3, 36). Arxadad (Lucas 3, 36). Cainán (Lucas 3, 36). Sala. (Lucas 3, 35). Heber (Lucas 3, 35). Peleg (Lucas 3, 35). Ragau (Lucas 3, 35). Serug (Lucas 3, 35). Nacor (Lucas 3, 34). Taré (Lucas 3, 34). Abraham (Lucas 3, 34). Isaac (Lucas 3, 34). Jacob (Lucas 3, 34). Judá (Lucas 3, 33). Farés (Lucas 3, 33). Esrom (Lucas 3, 33). Aram (Lucas 3, 33). Aminadab (Lucas 3, 33). Naasón (Lucas 3, 32). Salmón (Lucas 3, 32). Booz (Lucas 3, 32). Obed (Lucas 3, 32). Isai (Lucas 3, 32). David (Lucas 3, 32). Natán (Lucas 3, 31). Matata (Lucas 3, 31). Maináu (Lucas 3, 31). Melea (Lucas 3, 31). Eliaquim (Lucas 3, 30). Jonán (Lucas 3, 30). José (Lucas 3, 30). Judá (Lucas 3, 30). Simeón (Lucas 3, 30). Leví (Lucas 3, 30). Matat (Lucas 3, 29). Jorim (Lucas 3, 29).
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- Eliécer (Lucas 3, 29). - Josué (Lucas 3, 29). - Er (Lucas 3, 28). - Elmodam (Lucas 3, 28). - Cosam (Lucas 3, 28). - Adi (Lucas 3, 28). - Melqui (Lucas 3, 28). - Neri (Lucas 3, 27). - Salatiel (Lucas 3, 27). - Zorobabel (Lucas 3, 27). - Resa (Lucas 3, 27). - Joana (Lucas 3, 27). - Judá (Lucas 3, 26). - José (Lucas 3, 26). - Semen (Lucas 3, 26). - Matatias (Lucas 3, 26). - Maat (Lucas 3, 26). - Nagal (Lucas 3, 25). - Esli (Lucas 3, 25). - Nahum (Lucas 3, 25). - Amós (Lucas 3, 25). - Matatías (Lucas 3, 25). - José (Lucas 3, 24). - Jana (Lucas 3, 24). - Melqui (Lucas 3, 24). - Levi (Lucas 3, 24). - Matat (Lucas 3, 24). - Eli (Lucas 3, 23). - José (Lucas 3, 23). (10). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 229. Historia de José el Carpintero. “(…) Los apóstoles escribieron estas palabras y las depositaron en la biblioteca de Jerusalén. El anciano [José, el carpintero, padre de Cristo según la carne] abandonó su cuerpo el día 26 del mes de Epep [Epep: del 25 de Junio al 24 de Julio] (…)”. Páginas 247 y 248. “(…) Después lo llevaron a la tumba. Y después de excavar la entrada de la caverna para abrir la puerta y dejarlo con sus padres, me acordé del día que se fue conmigo a Egipto y de todas las tribulaciones que por mí había sufrido, y me extendí sobre su cuerpo y lloré encima de él durante largo rato (…) / (Página 248). XXIX. Mientras hablaba de esta manera y abrazaba a mi padre José, llorando, abrieron la puerta de la tumba y depositaron su cuerpo al lado del cuerpo de Jacob, su padre. Su fin llegó cuando tenía ciento once años. Ni un solo diente se desprendió de su boca, y sus ojos no se oscurecieron; su vida fue la de un niño. Jamás perdió su fuerza y se ocupó de su oficio de carpintero, hasta el día que guardó cama por la enfermedad por la que murió (…)”. (11). Ibidem. Página 232. Historia de José el Carpintero. “(…) II. Había un hombre llamado José que era la ciudad llamada Belén, la de los Judíos, la ciudad del rey David. Estaba bien instruido en la sabiduría, y en el arte de la carpintería. Este hombre Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 42 www.baucan.org
llamado José desposó a una mujer por la unión de un santo matrimonio. Le dio hijos e hijas: cuatro hijos y dos hijas. Estos son sus nombres: Judá y Josetos, Santiago y Simón. Los nombres de las hijas eran Lisia y Lidia (…)”. (12). Ibidem. Historia de José el carpintero. Página 232. “(…) La mujer de José murió tal como estaba impuesto para todo hombre, y dejó a Santiago aún muy pequeño. José era un justo que rendía gloria a Dios en todas sus obras. Salía fuera a ejercer el oficio de carpintero, él y sus dos hijos, ya que vivían del trabajo de sus manos según la Ley de Moisés (…)”. (13). Ibidem. Página 31. Evangelio del Pseudomateo (Infancia de María). “(…) Este evangelio fue posteriormente redactado a finales del siglo III o principios del IV (…)”. Página 35. Evangelio del Pseudomateo Primera parte. Los abuelos maternos de Jesús: Joaquín de la tribu de Judá y Ana de la tribu de David. “(…) I.1. En aquel tiempo vivía en Jerusalén un hombre de nombre Joaquín, perteneciente a la tribu de Judá (…). 2. Cuando tenía veinte años tomó esposa a Ana, hija de Isachar, de su tribu, de la raza de David. Y tras convivir con ella veinte años, no había tenido hijos, ni hijas (…)”. (14). Ibidem. Página 38. Evangelio del Pseudomateo Joaquín, padre de María, era un rico ganadero. “(…) III.4. Entonces Joaquín inclinó su rostro al suelo, y permaneció postrado desde la hora sexta del día hasta la tarde. Cuando llegaron sus sirvientes y jornaleros (…)”. (15). Ibidem. Página 9. Protoevangelio de Santiago. “(…) Parece ser que fue escrito a principios del siglo II por lo que constituye para muchos autores, la narración más antigua del milagroso nacimiento y de la infancia de la Virgen María. (…) / (Página 10) Fue frecuentemente utilizado en las iglesias griegas, y también por oradores, poetas y artistas griegos y bizantinos (…)”. Página 13. Protoevangelio de Santiago. “(…) I. 1. Según las historias de las doce tribus de Israel, Joaquín era un hombre muy rico, que siempre ofrecía sus presentes por partida doble (…)”. (16). Ibidem. Página 15. Protoevangelio de Santiago. “(…) IV. 1. Y entonces un ángel del Señor se le apareció y le dijo: “Ana, el Señor ha escuchado tu plegaria, concebirás y darás a luz una hija (…) 2. Joaquín tu esposo llega con sus ovejas (…) 4.Y entonces Joaquín llegó con sus rebaños (…)”. Página 15. Protoevangelio de Santiago. Culto divino = disco de oro. “(…) V.1. Al día siguiente, Joaquín presentó sus ofrendas, diciéndose a sí mismo: “Si el Señor Dios me estropicio, me permitirá ver el disco de oro del sacerdote. Y Joaquín presentó sus ofrendas y fijó su mirada en el disco de oro del sacerdote, cuando éste ascendió al altar del Señor y no percibió ninguna falta en el (…)”. (17). Ibidem. Página 16. Protoevangelio de Santiago. Nacimiento de María. “(…) V.2. Así, pues, cumplidos los meses de Ana, al noveno dio a luz. Y preguntó a la comadrona: ¿Qué he parido? Y ella dijo: “Una niña”. Y Ana respondió: “Mi alma ha sido glorificada en el día de hoy”. Y acostó ala niña. Cumplidos algunos días, Ana se lavó, dio el pecho a la niña y la llamó María (…)”. (18). Ibidem. Página 39. Evangelio del Pseudomateo El nacimiento de María. “(…) IV. Después de cumplidos nueve meses, Ana trajo al mundo a una niña y le puso por nombre María. Y en cuanto la destetó a los tres años, Joaquín y su esposa Ana fueron juntos al templo del Señor, y ofrecieron sacrificios al señor, y presentaron a su hijita María para que viviera con las vírgenes que se dedicaban día y noche a alabar a Dios (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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(19). Ibidem. Página 73. Libro sobre la Natividad de María. “(…) Se trata de una refundición del Evangelio del Pseudo Mateo (…) Durante la Edad Media fue atribuido a San Jerónimo (…)”. Página 77. Libro sobre la natividad de María. Descendencia real de María. “(…) I.1. La bienaventurada y gloriosa siempre virgen María descendía de familia real y pertenecía a la familia de David. Había nacido en Nazaret y fue educada en el templo del Señor, en la ciudad de Jerusalén. Su padre se llamaba Joaquín y su madre Ana (…)”. (20). Ibidem. Página 81. Libro sobre la natividad de María. Situación del altar de los holocaustos. “(…) VI.1. A los tres años, cuando hubo terminado el tiempo de la lactancia, llevaron a la Virgen juntamente con sus ofrendas al templo del Señor. Tenía éste quince peldaños, de modo que, como el templo estaba edificado sobre un monte, no se podía llegar al altar de los holocaustos, que estaba fuera de su recinto, más que por medio de estos peldaños (…)”. Página 73. Libro sobre la Natividad de María. “(…) Se trata de una refundición del Evangelio del Pseudo Mateo (…) Durante la Edad Media fue atribuido a San Jerónimo (…)”. Página 84. Libro sobre la natividad de María. Linaje de José. “(…) VIII. 1. Allí estaba, como uno de tantos, José, hombre de edad avanzada que pertenecía a la casa y familia de David (…).2. Se celebraron pues, los esponsales como de costumbre y José se retiró a la ciudad de Belén para arreglar su casa y disponer todo lo necesario para la boda. María, por su parte, la Virgen del Señor, retornó a la casa de sus padres en Galilea acompañada de siete doncellas compañeras desde la niñez, que le habían sido dadas por el sumo sacerdote (…)”. (21). Ibidem, Página 232. Historia de José el Carpintero. “(…) María, mi madre, buena y bendita, se hallaba en el templo cumpliendo su servicio de santidad. Había alcanzado la edad de doce años, y había pasado tres años en la casa de sus padres y nueve en el templo del Señor (…)”. (22). Ibidem. Página 18. Protoevangelio de Santiago. Zacarías, (Padre de San Juan el Bautista) era un Gran Sacerdote del Templo. “(…) VIII. 2. Cuando alcanzó la edad de doce años, los sacerdotes se reunieron y dijeron: “María ha cumplido ya doce años en el templo del Señor. ¿Qué podemos hacer para que no manche el templo del Señor? Y ellos le dijeron al gran sacerdote: “Eres tu el designado ante el altar del Señor, entra y reza por María y haremos lo que el Señor te revele”. 3. Y el gran sacerdote, tomando la túnica de las doce campanillas, entró en el Santo de los Santos y rezó por María. Y sucedió que un ángel del Señor se le apareció diciéndole: “Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los que estén viudos, y que cada uno traiga una vara, y aquel al que el Señor envíe un prodigio, aquel será María esposa”. Los heraldos salieron y recorrieron todo el país de Judea, y la trompeta del Señor resonó y todos acudieron (…)”. (23). Ibidem. Página 18. Protoevangelio de Santiago. Zacarías, (Padre de San Juan el Bautista) era un Gran Sacerdote del Templo. “(…) Y sucedió que un ángel del Señor se le apareció diciéndole: “Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los que estén viudos, y que cada uno traiga una vara, y aquel al que el Señor envíe un prodigio, aquel será María esposa (…)”.Página 19. Protoevangelio de Santiago. María de la tribu de David. “(…) X.1. Y el gran sacerdote se acordó de la joven María y recordó que era de la tribu de David (…)”
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(24). Ibidem. Página 41. Evangelio del Pseudomateo “(…) VII.1. Entonces el sacerdote Abrathar ofreció muchos regalos a los pontífices para que le entregaran a María y dársela como esposa a su hijo. Pero María lo rechazó (…)”. (25). Ibidem. Página 42. Evangelio del Pseudomateo “(…) VIII.1. Tenía ya catorce años, y esto hacía decir a los fariseos que debía seguir la tradición que no permite que una mujer viva en el templo de Dios. Entonces se decidió enviar un heraldo a todas las tribus de Israel, para que todos se reunieran el día tercero en el templo del Señor. Entonces cuando todo el pueblo estuvo reunido, el pontífice Abrathar (…) (Página 42) 2. (…) los sacerdotes tiraron a suertes entre todas las tribus de Israel y la suerte recayó sobre la tribu de Judá. Y el sacerdote dijo: “Todo el que no tenga esposa que venga mañana y que traiga una vara en la mano”. Y así fue como llegó con los jóvenes y vino con una vara (…). 3. Al día siguiente temprano, todos se reunieron y tras ofrecer el incienso, el pontífice entró en el Santo de los santos y expuso las varitas. Y como las habían distribuido todas y no salía de ninguna de ellas paloma alguna, el gran sacerdote Abrathar se revistió con las doce campanillas y con sus hábitos sacerdotales, y entrando en el Santo de los santos, encendió el fuego del sacrificio, y mientras estaba en oración un ángel se le apareció y le dijo: “Aquí hay una varita muy pequeña que no has tenido en cuenta y que has colocado con las otras; cuando la hayas presentado y entregado verás aparecer el signo que te he dicho”. Esta varita era la de José y él mismo se había considerado como descartado, porque era viejo, y por miedo a ser jurado a recibir a la joven, no la había querido reclamar. Y mientras permanecía humildemente en la última fila, el gran sacerdote Abiathar lo llamó en voz alta, diciendo: “Ven a recibir tu varita, te están esperando”. Y José se acercó, asustado, ya / (Página 44) que el gran sacerdote le había llamado en voz alta. Y apenas extendió su mano para recibir la varita, se escapó de repente una paloma más blanca que la nieve y extremadamente bella. Después de volar largo rato por la bóveda del templo, se dirigió hacia el cielo.4. Entonces todo el pueblo felicitó al anciano, diciéndole: “Feliz eres en tu vejez; y Dios ha mostrado que tu eras digno de recibir a María” (…). Y José le dijo: “Ciertamente, no puedo menospreciar la voluntad de Dios, pero será el guardián de la niña, hasta que podamos saber quién de mis hijos, por voluntad de Dios, podrá tomarlo por esposa. Que le den mientras, mientras esperamos, algunas jóvenes de entre sus compañeras para que moren con ella”. Y el pontífice Abiathar le respondió: “Le entregaremos algunas jóvenes para que la consuelen, hasta que llegue el día fijado para que le recibas; porque ella no podrá unirse en matrimonio con nadie más (…)”. (26). Ibidem. Página 233. Historia de José el Carpintero. “(…) Entonces, los sacerdotes, viendo que la Virgen practicaba el ascetismo y que permanecía en el temor de Dios, deliberaron entre ellos y se dijeron: “Busquemos un hombre de bien para comprometerla, y esperemos la ceremonia de la boda, y no dejemos que suceda el caso ordinario de las mujeres en el templo y seamos culpables de un gran pecado”. / (Página 232) IV. Por aquel tiempo, convocaron a la tribu de Judá, que habían elegido entre las doce tribus del pueblo tirando a suerte los nombres de las doce tribus de Israel. La suerte rayó en el buen anciano José, mi padre según la carne. Entonces los sacerdotes dijeron a mi madre la Virgen bendita: “Vete con José y obedécele hasta que llegue el tiempo de realizar la boda”. Mi padre José llevó a María a su casa. Ella encontró al pequeño Santiago con la tristeza del huérfano. Comenzó a cuidarlo con ternura; por esta razón fue llamada, María, madre de Santiago. Después de que José llevara a María a su casa, se puso en camino hacia el lugar donde ejercía el oficio de carpintero (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 45 www.baucan.org
(27). Ibidem. Historia de José el Carpintero. Página 237. José se casó a los 40 años con su segunda esposa: María la madre de Jesús El Cristo. “(…) He aquí la etapa de la vida de mi buen amado padre José. Iba a cumplir cuarenta años cuando tomó esposa (…)”. (28). Ibidem. Página 18. Protoevangelio de Santiago. Páginas 18 y 19. “(…) Así, pues, José dejó el hacha, y salió para reunirse con ellos; una vez reunidos fueron con sus varitas a ver al gran sacerdote. Este cogió todas las varas y entro en el templo y oró. Y cuando hubo terminado la oración salió y se las devolvió, no viendo ningún prodigio. Sucedió que José cogió la última, y entonces una paloma salió y se posó sobre la cabeza de José. Y el sacerdote le dijo: “Es a ti a quién Él ha elegido para ser el guardián de la Virgen del Señor”. / (Página 19) 2. Y José le objetó: “Tengo hijos y soy viejo, ella es joven: no quiero convertirme en objeto de burla de los hijos de Israel”. Y el gran sacerdote respondió a José: “Teme al Señor tu Dios y recuerda lo que hizo con Dathan, con Abirón y con Coré, como la tierra se abrió y fueron sepultados a causa de su desobediencia. Ahora, José, es de temer que lo mismo suceda en tu casa”. 3. Y José, preso de temor, la recibió bajo su protección. Y le dijo a María: “Te he sacado del templo del Señor, ahora te dejo en mi casa, y me voy a construir otras casas, volveré junto a ti; el Señor te protegerá (…)”.Página 42. Evangelio del Pseudomateo “(…) VIII.1. Tenía ya catorce años, y esto hacía decir a los fariseos que debía seguir la tradición que no permite que una mujer viva en el templo de Dios. Entonces se decidió enviar un heraldo a todas las tribus de Israel, para que todos se reunieran el día tercero en el templo del Señor. Entonces cuando todo el pueblo estuvo reunido, el pontífice Abrathar (…) (Página 42) 2. (…) los sacerdotes tiraron a suertes entre todas las tribus de Israel y la suerte recayó sobre la tribu de Judá. Y el sacerdote dijo: “Todo el que no tenga esposa que venga mañana y que traiga una vara en la mano”. Y así fue como llegó con los jóvenes y vino con una vara (…). 3. Al día siguiente temprano, todos se reunieron y tras ofrecer el incienso, el pontífice entró en el Santo de los santos y expuso las varitas. Y como las habían distribuido todas y no salía de ninguna de ellas paloma alguna, el gran sacerdote Abrathar se revistió con las doce campanillas y con sus hábitos sacerdotales, y entrando en el Santo de los santos, encendió el fuego del sacrificio, y mientras estaba en oración un ángel se le apareció y le dijo: “Aquí hay una varita muy pequeña que no has tenido en cuenta y que has colocado con las otras; cuando la hayas presentado y entregado verás aparecer el signo que te he dicho”. Esta varita era la de José y él mismo se había considerado como descartado, porque era viejo, y por miedo a ser jurado a recibir a la joven, no la había querido reclamar. Y mientras permanecía humildemente en la última fila, el gran sacerdote Abiathar lo llamó en voz alta, diciendo: “Ven a recibir tu varita, te están esperando”. Y José se acercó, asustado, ya / (Página 44) que el gran sacerdote le había llamado en voz alta. Y apenas extendió su mano para recibir la varita, se escapó de repente una paloma más blanca que la nieve y extremadamente bella. Después de volar largo rato por la bóveda del templo, se dirigió hacia el cielo.4. Entonces todo el pueblo felicitó al anciano, diciéndole: “Feliz eres en tu vejez; y Dios ha mostrado que tu eras digno de recibir a María” (…). Y José le dijo: “Ciertamente, no puedo menospreciar la voluntad de Dios, pero será el guardián de la niña, hasta que podamos saber quién de mis hijos, por voluntad de Dios, podrá tomarlo por esposa. Que le den mientras, mientras esperamos, algunas jóvenes de entre sus compañeras para que moren con ella”. Y el pontífice Abiathar le respondió: “Le entregaremos algunas jóvenes para que la consuelen, hasta que llegue el día fijado para que le recibas; porque ella no podrá unirse en matrimonio con nadie más (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 46 www.baucan.org
(29). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 18. “(…) El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo (…)”. (30).Ibidem. Página 21. Protoevangelio de Santiago. José, constructor de casas. “(…) XIII.1. Llegado para el sexto mes, entonces José volvió a construir sus casas (…)”. (31). Ibidem. Página 233. Historia de José el Carpintero. “(…). V. En el catorceavo año de su vida, vine por mi propia voluntad, y entré en ella, yo Jesús, vuestra vida. Cuando estaba encinta de tres meses, el cándido José volvió de un lugar lejano, donde ejercía el oficio de carpintero. Reencontró con que mi madre la Virgen estaba encinta. Se turbó, le entró miedo y pensó repudiarla en secreto (…).Página 45. Evangelio del Pseudomateo Oficio de carpintero de José. “(…) X.1. José estaba en Cafarnaún, cerca del mar, ocupado en su trabajo, ya que era carpintero; se quedó allí durante nueve meses (…)”. (32). Ibidem. Protoevangelio de Santiago. “(…) y entrando en su casa, encontró a María encinta. José se golpeó el rostro y se echó a tierra sobre su manto y lloró amargamente, diciendo (…) porque la recibí virgen del templo de Israel y no he sabido protegerla (…). 3. Pero ella lloró amargamente diciendo. “Soy pura y no conozco varón”. Y José le dijo: “¿De dónde proviene entonces lo que llevas en tus entrañas?” Y María dijo:”Por el Señor mi Dios que no sé como ha sucedido”. / (Página 22) XIV.1.Y José, lleno de temor, habiéndose alejado de María se preguntaba cómo debía actuar (…). La repudiaré en secreto (…)”. (33). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 19. “(…) José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente (…)”. (34). Ibidem. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 20. “(…) Y pensándole en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu santo es (…)”. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 21. “(…) Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados (…)”. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 22. “(…) Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: (…)”. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 23. “(…) He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo. Y llamarás su nombre Enmanuel, que traducido es: Dios con nosotros (….)”.Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 26. “(…) Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 27. “(…) a una Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la virgen era María (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 32. “(…) Éste era grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 33. “(…) reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Matrimonio de María y José. Lucas 1, 36. “(…) Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y éste es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril (…)”.CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 234. Historia de José el Carpintero. “(…) VI. José se levantó de su camastro e hizo lo que el ángel del Señor se había ordenado, y recibió a María a su lado (…)”. Página 237. Historia de José el Carpintero. Historia de José el Carpintero. José se casó a los 40 años con su segunda esposa: María la madre de Jesús El Cristo. “(…) He aquí la etapa de la vida de mi buen amado padre José. Iba a cumplir cuarenta años cuando tomó esposa. Vivió otros cuarenta y nueve años casado con su esposa. Después ella murió y pasó un año solo. Después, mi madre pasó otros dos años en su casa, cuando los sacerdotes se la confiaron, dándole estas instrucciones: “Velad por ella, hasta que llegué el momento de vuestra boda”. Al comienzo del tercer año que ella vivía en su casa -tenía quince años-me trajo al mundo debido a un misterio, que nadie en el universo entero comprenda, excepto yo, mi Padre y el Espíritu Santo, siendo los tres uno (…)”. Página 46. Evangelio del Pseudomateo José, del linaje de David. “(…) XI. Había decidido levantarse por la noche y huir e ir a vivir a un lugar escondido. Pero la misma noche, un ángel del Señor se le apareció en sus sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas por tomar a María como esposa, porque lo que ella lleva en su seno es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo que será llamado Jesús, porque liberará al pueblo de sus pecados (…)”. (35). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 24. “(…) Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer (…)”. Página 875. Libros del Nuevo Testamento. José y María, padres de Jesús. Mateo 1, 25. “(…) Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús (…)”.CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 20. Protoevangelio de Santiago. “(…) XII. 2. Y María, llama de júbilo, fue a ver a su prima Isabel [esposa de Zacarías, el gran sacerdote del templo] (…) / (Página 21) 3. María permaneció tres meses con Isabel. Día a día su embarazo avanzaba y llena de temor volvió a su casa y se escondió de los hijos de Israel. Tenía dieciséis años cuando estos misterios tuvieron lugar (…)”. (36). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 86. Libro sobre la natividad de María. El embarazo de María. “(…) X. 1. José, pues, se trasladó a Judea a Galilea, pensando contraer matrimonio con su esposa Virgen, después de haber transcurrido ya tres meses y estando a punto de cumplirse el cuarto desde que celebraron los esponsales. Entre tanto, al ir aumentando poco a poco el embarazo, empezaron a manifestarse las señales de su maternidad. Esto Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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no podía quedar oculto a José, quién tratando a la Virgen con bastante intimidad, y hablando con ella familiarmente, como esposo que era, vino a darse cuenta que estaba efectivamente encinta (…). 2. (…) Así pues, José siguió el mandato del ángel y contrajo matrimonio con María. Más no la conoció, sino que le proporcionó castamente amparo y cobijo. Ya estaba a punto de cumplirse el noveno mes después de la concepción, cuando José tomando consejo a maría y todas las cosas que le eran necesarias, se dirigió a la ciudad de Belén, que era su lugar de origen. Y sucedió que, mientras se encontraban allí, se cumplieron los días de dar a luz. Y alumbró su hijo primogénito, Nuestro Señor Jesucristo (…)”. (37). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 937. Libros del Nuevo Testamento. José, padre de Jesús, pertenecía a la Casa de David. Lucas 2, 1. “(…) Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado (…)”. Página 937. Libros del Nuevo Testamento. José, padre de Jesús, pertenecía a la Casa de David. Lucas 2, 2. “(…) Este primer censo se libró siendo Cirenio gobernador de Siria (…)”. (38). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 232. Historia de José el Carpintero. “(…) II. Había un hombre llamado José que era la ciudad llamada Belén, la de los Judíos, la ciudad del rey David (…)”.DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 983. Libros del Nuevo Testamento. El linaje de David era de Belén. Juan 7, 41. “(…) Otros decían: ¿De Galilea de venir el Cristo? (…)”. Página 983. Libros del Nuevo Testamento. El linaje de David era de Belén. Juan 7, 42. “(…) ¿No dice la escritura que del linaje de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, ha de venir el Cristo? (…)”. (39). Ibidem. Página 234. Historia de José el Carpintero. “(…) Después llegó una orden del rey Augusto, para hacer empadronar la población del mundo entero, cada uno en su ciudad respectiva. El anciano condujo a María, la Virgen, mi madre, a su ciudad natal, Belén. Como estaba a punto de dar a luz, había inscrito su nombre en casa del escriba; José, hijo de David, con María su esposa, y Jesús, su hijo, de la Tribu de Judá.(…)”. Página 937. Libros del Nuevo Testamento. José, padre de Jesús, pertenecía a la Casa de David. Lucas 2, 3. “(…) E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad (…)”.Página 49. Evangelio del Pseudomateo Linaje de María y de José. “(…) XIII. 1. Sucedió que después de un tiempo se publicó un edicto de César Augusto ordenando que cada uno fuera a censarse a su patria. Este primer empadronamiento fue hecho por Corino, gobernador de Siria. Así que José tuvo que partir con María hacia Belén, porque era de aquel país y María era de la tribu de Judá de la casa y de la patria de David (…)”. DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 937. Libros del Nuevo Testamento. José, padre de Jesús, pertenecía a la Casa de David. Lucas 2, 4. “(…) Y José subió a Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David (…)”. Página 937. Libros del Nuevo Testamento. José, padre de Jesús, pertenecía a la Casa de David. Lucas 2, 5. “(…) para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta (…)”. (40). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 24. Protoevangelio de Santiago. Los hijos de José. “(…) XVII. 1. Aconteció que se publicó un edicto del emperador Augusto ordenando que se empadronaran todos los habitantes de Belén de Judá. Y José se dijo: “Inscribiré a mis hijos; pero ¿a esta niña, cómo voy a inscribirla? Como mi mujer me da vergüenza. ¿Cómo mi hija? Todos los hijos de Israel saben que no es mi hija. (…)”. (41). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Página 981. Libros del Nuevo Testamento. Jesús, hijo de José. Juan 6, 42. “(…) Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conoceremos? ¿Cómo, pues, dice este: Del cielo ha descendido? (…)”. (42). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 232. Página 24. Protoevangelio de Santiago. Los hijos de José. “(…) 3. Y llegaron a la mitad del camino, y María le dijo: “Bájame de la burra, porque lo que en mi llevo me abruma por avanzar”. Y la hizo bajar de la burra y le dijo:” ¿Dónde podría llevarte para proteger tu pudor? este lugar está desierto”. XVIII. 1. Y encontró una gruta, hizo entrar a María y dejó a sus hijos con ella y se fue a buscar una comadrona por todo el país de Belén (…)”. Historia de José el Carpintero. Página 234. “(…) Y mi madre me trajo al mundo, en el camino de vuelta a Belén, en la tumba de Raquel, mujer de Jacobo el patriarca, que fue la madre de José y de Benjamín. VIII (…)”. Página 111. Salomé. Viaje a Belén. “(…) II.1. En el año 309 de la era de Alejandro, decretó Augusto que cada cual fuera a empadronarse en su lugar de origen. Así, pues José, tomando a María, su esposa, salió de Jerusalén y vino a Belén con la intención de empadronarse con su familia en su ciudad natal. 2. Llegando a una cueva, dijo María a José: “Sé me acerca el momento de dar a luz y no me es posible proseguir el camino hasta la ciudad; entremos, si te parece, en esta gruta”.Ocurría esto a la caída del sol. José se dio prisa en buscar una mujer que la asistiera. Y encontró a una anciana de raza hebrea, oriunda de Jerusalén, a quién dijo: “Bendita seas; date prisa y entra en esa gruta, donde se encuentra una doncella a punto de dar a luz” (…)”. Página 112. La partera de Jerusalén. “(…) III. 2. Dijo entonces la anciana: “Aquí he venido, señora mía, en busca de alguna recompensa, pues hace mucho tiempo ya que me encuentro aquejada de parálisis. Dijo entonces María: “Pon tus manos sobre el niño”.Y nada más hacer esto, quedó curada la mujer. Entonces marchó diciendo:”De ahora en adelante sería la esclava y criada de este niño durante todos los días de mi vida (…)”.Página 113. María, la pecadora y el ungüento. Circuncisión. “(…) V. 1. Al llegar el tiempo de la circuncisión, esto es, el día octavo, el niño hubo de someterse a esta prescripción de la Ley. La ceremonia tuvo lugar en la misma cueva. Y sucedió que la anciana hebrea tomó la partecita de la piel circuncidada (otros dicen que fue el cordón umbilical) y la introdujo en una redomita de bálsamo añejo de nardo. Tenía ella un hijo perfumista y se la entregó, haciéndole con todo encarecimiento esta recomendación: “Ten sumo cuidado de no vender a nadie esta redoma de ungüento de nardo, por más que te ofrezcan por ella trescientos denarios”. Y esta es aquella redoma que compró Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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María, la pecadora y que derramó sobre la cabeza y pies de Nuestro Señor Jesucristo, enjugándolos luego con sus propios cabellos (…)”. (43). Ibidem. Página 26. Protoevangelio de Santiago. Salomé, familiar de José. “(…) XIX. 3. Y la comadrona salió de la gruta y se encontró con Salomé y le dijo: “Salomé, Salomé, tengo que contarte algo extraordinario una virgen ha dado a luz”.Y Salomé dijo: “Por el Señor mi Dios, si no pongo mi dedo y toco su seno, no creeré que una Virgen haya dado a luz”. XX.1. Y la comadrona entró y dijo a María: “Prepárate, estamos hablando de ti sobre algo que es muy grave”. Y Salomé tras poner el dedo en su seno dio un grito diciendo: “Carga una desgracia sobre mi impiedad y mi incredulidad, porque he dudado del Dios vivo y entonces mi mano tocada por el fuego, se separa de mi”. 2. Y se arrodilló ante el Señor, diciendo: “Oh Dios de mis padres, acuérdate de que soy de la zara de Abraham, de Isaac y de Jacob (…)”.Página 50. Evangelio del Pseudomateo Zelomi y Salomé, comadronas. “(…) José había ido a buscar una comadrona. Al volver a la gruta, María ya había traído al mundo a su hijo. Y José le dijo: “Te he traído a dos comadronas: Selomi y Salomé (…)”. (44). Ibidem Página 54. Evangelio del Pseudomateo Los hijos de José. “(…) XVIII. 1. Como habían llegado a una gruta y querían descansar, María bajó de su montura, y se sentó, teniendo a Jesús en sus rodillas. Había tres niños que caminaban con José y una niña con María (…)”. (45). Ibidem. Página 254. Historia de José el Carpintero. “(…) VIII. Satán dio un consejo a Herodes el Grande, el padre de Archelao, el que hizo decapitar a Juan, mi amigo y pariente. Después de esto, me buscó para matarme imaginándose que mi reino era de este mundo. José fue avisado en una visión de parte de mi Padre. Se levantó me cogió con mi madre María, y yo iba en brazos de mi madre, y Salomé nos seguía. Nos fuimos hacia Egipto. Allí permanecimos durante un año (…)”. (46). Ibidem. Página 255. Historia de José el Carpintero. “(…) IX. Después de la muerte del impío Herodes, volvimos a una ciudad de Galilea que se llamó Nazaret. Mi padre José, el bendito anciano, trabajaba en el oficio de carpintero, y vivíamos del trabajo de sus manos. Cumpliendo la Ley de Moisés, jamás comió el pan gratuitamente. X. (…)”. (47). Ibidem. Página 105. Evangelio latino de Tomás. Apéndice. Los tres primeros capítulos del evangelio latino de Tomas. De cómo Jesús fue expulsado de Egipto. “(…) III. 1. Así María, juntamente con Jesús se puso en camino de Nazaret, ciudad que está emplazada entre las propiedades de su padre (…)”. (48). Ibidem. Página 68. Evangelio del Pseudomateo Oficio de José. “(…) Segunda parte. XXXVII.1. José era carpintero y fabricaba yugos para los bueyes, arados, instrumentos propios de labranza y camas de madera. Sucedió que llegó un joven y le pidió que hiciera una cama de seis codos. José dijo al aprendiz que cortara la madera con una sierra de hierro según la medida que se le había pedido (…)”.Página 89. El evangelio de Tomás. “(…) Considerado como procedente de mediados del siglo II, este “Evangelio de Tomás” del que se conservan versiones en griego, siríaco, armenio, eslavo y latín, debió ser escrito por algún cristiano medianamente versado en la lengua y literatura judías (…). Sin tener relación alguna con el gnóstico “Evangelio según Tomás” (…)”. Página 99. Evangelio de Tomás. Narraciones sobre la infancia del Señor, por Tomás, filósofo israelita. José el carpintero. “(…) Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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XIII.1. Su padre, que era carpintero, hacia asados y yugos. Una vez le fue encargado un lecho por cierta persona de buena posición (…)”. (49). Ibidem. Página 112. Evangelio Árabe de la Infancia. La partera de Jerusalén. “(…) III. 2. Dijo entonces la anciana: “Aquí he venido, señora mía, en busca de alguna recompensa, pues hace mucho tiempo ya que me encuentro aquejada de parálisis. Dijo entonces María: “Pon tus manos sobre el niño”.Y nada más hacer esto, quedó curada la mujer. Entonces marchó diciendo:”De ahora en adelante sería la esclava y criada de este niño durante todos los días de mi vida (…)”.Página 254. Historia de José el Carpintero. “(…) VIII. Satán dio un consejo a Herodes el Grande, el padre de Archelao, el que hizo decapitar a Juan, mi amigo y pariente. Después de esto, me buscó para matarme imaginándose que mi reino era de este mundo. José fue avisado en una visión de parte de mi Padre. Se levantó me cogió con mi madre María, y yo iba en brazos de mi madre, y Salomé nos seguía. Nos fuimos hacia Egipto. Allí permanecimos durante un año (…)”. (50). Ibidem. Evangelio Árabe de la Infancia. Página 135. El oficio de carpintero de José. Jesús en la carpintería. “(…) XXXVIII.1. José, siempre que salía a la ciudad, solía llevar consigo a Jesús. Es de saber que por su oficio, la gente le encargaba puertas, ordeñaderos, catres y arcas. A donde quiera que fuese, siempre le acompañaba Jesús (…)”. Página 136. Evangelio Árabe de la Infancia. Un encargo para el rey. “(…) XXXIX. 1. Cierto día le llamó el rey de Jerusalén para decirle: “José, quiero que me hagas un trono a la medida del sitio donde yo acostumbro a sentarme”.Obedeció José y permaneció dos años en palacio a partir del día en que puso manos a la obra hasta que la dio por terminada (…)”. (51). Ibidem. Página 107. Evangelio Árabe de la Infancia. “(…) este Evangelio Árabe de la Infancia que en su primera parte está claramente basado en el Protoevangelio de Santiago y en su segunda en el Evangelio de Tomás, añadiendo otros incidentes milagrosos, sorprendentes y algunas veces hasta grotescos, como el de los niños convertidos en cabritos (…)”. Página 139. Evangelio Árabe de la Infancia. Santiago, el hermano de Jesús. “(…) XLIII. Otro día envió José a su hijo santiago a recoger leña. Jesús se ofreció para acompañarle. Y en llegando al bosque, comenzó santiago su trabajo; más fue mordido en su mano por una víbora maligna y se puso a dar voces, llorando. Al darse cuenta de lo que pasaba, corrió Jesús a su lado y sopló en el lugar donde había sido mordido por la víbora. Hecho lo cual, quedó curado sin más (…)”.Página 71. Evangelio del Pseudomateo Santiago, hermano de Jesús. “(…) Segunda parte. XLI. 1. Y fueron a la ciudad que se llamó Belén, y José estaba en su casa con María, y Jesús estaba con ellos. Y un día José llamó a Santiago, su primogénito, y lo envió al huerto a recoger legumbres para hacer un potaje. Jesús siguió a su hermano Santiago al jardín, sin saberlo José ni María. Y mientras Santiago recogía las legumbres, salió de repente una víbora de un agujero y mordió la mano de Santiago, quién se puso a gritar a causa de un gran dolor. Y desfalleciéndose, con una voz llena de amargura, decía: “¡Ay de mi! una víbora malvada me ha mordido la mano”. 2. Pero Jesús, que estaba en el otro lado, corrió junto a Santiago al oír su grito de dolor: le cogió la mano, y no hizo otra cosa más que soplar encima y refrescarla. Y al instante, Santiago sanó y la serpiente murió. Y José y María ignoraban lo que sucedía; pero con los gritos y por orden de Jesús acaecieron al jardín y encontraron a la serpiente muerta y a Santiago perfectamente sano (…)”.Página 89. El evangelio de Tomás. “(…) Considerado como procedente de Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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mediados del siglo II, este “Evangelio de Tomás” del que se conservan versiones en griego, siríaco, armenio, eslavo y latín, debió ser escrito por algún cristiano medianamente versado en la lengua y literatura judías (…). Sin tener relación alguna con el gnóstico “Evangelio según Tomás” (…)”.Página 101. El evangelio de Tomás. Santiago, hermano de Jesús. “(…) XVI.1. Otra vez mandó José a su hijo Santiago que fuera a atar haces de leña para traerlos a casa. El niño (Jesús) le acompañó. Más ocurrió que, mientras Santiago recogía los sarmientos, le picó una víbora en la mano. 2. habiéndose echado en el suelo toda lo largo que era y estando ya para morir, se le acercó Jesús y le sopló en la mordedura. Inmediatamente desapareció el dolor, reventó el reptil y Santiago recobró repentinamente la salud (…)”. (52). Ibidem. Página 72. Evangelio del Pseudomateo La familia de Jesús. Los hijos de José: Santiago, José, Judá y Simeón, y con sus dos hijas. El hijo de María y José: Jesús. “(…) Segunda parte. XLII.1. Cuando José iba a un banquete con sus amigos, Santiago, José, Judá y Simeón, y con sus dos hijas, y Jesús y María, su madre, iban también (…)”. (53). Ibidem. Historia de José el Carpintero. Página 255. “(…) José permaneció con Santiago su hijo pequeño. Desde que la Virgen me había traído al mundo, yo estaba con ellos, en completa sumisión como corresponde a todo hijo. En verdad, hice todas las acciones de la humanidad a excepción del pecado. Yo llamaba a María “mi madre” y a José “mi padre”. Y les obedecía en todo lo que ellos me decían, y les quería mucho (…)”. (54). Ibidem. Historia de José el Carpintero. Página 255. “(…) X. Después de tanto tiempo, su cuerpo no se había debilitado, sus ojos no habían perdido la luz y ni un solo diente le faltaba en la boca. Nunca, en ningún momento perdió el juicio no su sabiduría; era como un hombre joven, aunque había alcanzado, feliz en su vejez, la edad de ciento once años. XI. Sus dos hijos más jóvenes, Josetos y Simón, tomaron esposa y se establecieron en sus propias casas. Sus dos hijos también se casaron tal como se le permite a cualquier hombre (…)”. (55). Ibidem. Página 107. Evangelio Árabe de la Infancia. “(…) este Evangelio Árabe de la Infancia que en su primera parte está claramente basado en el Protoevangelio de Santiago y en su segunda en el Evangelio de Tomás, añadiendo otros incidentes milagrosos, sorprendentes y algunas veces hasta grotescos, como el de los niños convertidos en cabritos (…)”. Página 138. Evangelio Árabe de la Infancia. El apóstol Simón el cananeo. “(…) XLII. 1. mientras estaban entretenidos, se acercaron a aquel lugar unos hombres que llevaban un niño. Este había ido con sus compañeros al monte en busca de leña; y al divisar un nidote perdiz, extendió sus manos para apoderarse de los huevos. Más con tan mala suerte que en el mismo momento salió del nido una serpiente y le picó. Dio entonces gritos pidiendo auxilio, y sus compañeros corrieron a su lado, encontrándolo ya tendido en la tierra como muerto. Llegaron después sus padres y levantaron para llevárselo (…) / (Página 139). 4. Al llegar al lugar del nido, preguntó Jesús a los muchachos: “¿Es aquí donde estaba la serpiente?”. Ellos contestaron afirmativamente. Y en seguida, nada más oír la voz de Jesús, salió el reptil con todo rendimiento. Entonces le dijo Jesús: “Mira, ven y chupa todo el veneno que has inoculado a este niño”. La serpiente se fue arrastrando hacia él y chupó todo el veneno. Después de lo cual, Jesús fulminó una maldición sobre ella y al instante reventó. El niño se puso a llorar después de ser curado; más Jesús le dijo: “No llores, pues un día has de ser mi discípulo”. Este es precisamente Simón Cananeo, de quién se hace mención en el Evangelio (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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(56). Ibidem. Página 133. Evangelio Árabe de la Infancia. El apóstol Judas Iscariote. “(…) XXXV. 1. Vivía allí mismo otra mujer cuyo hijo era atormentado por Satanás. Su nombre era Judas. Cuantas veces la / (Página 134) pobre criatura era embestida por el demonio, se ponía a morder a todos cuantos se le acercaban. Y, si no encontraba a nadie a su alcance, se mordía sus propias manos y miembros. Al llegar, pues, la fama de la Virgen María y de su hijo Jesús a la madre del desgraciado, se levantó ésta y se llevó a Judas ante la presencia de Nuestra señora. 2. Entre tanto, santiago y José habían sacado al niño Jesús fuera de casa para jugar con otros niños. Y estando todos sentados, se acercó Judas el endemoniado, y se puso a la derecha de Jesús. Entonces fue atacado por Satanás, como de costumbre, y quiso morder a aquel; pero no pudo. Sin embargo le hizo daño en el costado derecho; y Jesús se puso a llorar, Más de repente salió Satanás del endemoniado bajo la forma de un perro rabioso. Y este niño era Judas Iscariote, el que luego habría de entregarlo a los judíos. Es de notar que el costado que le lastimó judas es el mismo que traspasaron los judíos con una lanza (…)”.DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Judas Iscariote, hijo de Simón. Juan 6, 71. “(…) Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce (…)”. (57). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 129. Evangelio Árabe de la Infancia. El apóstol gemelo: Bartolomé. Un futuro apóstol. “(...) XXX.1. Otra mujer de la localidad tenía dos hijos gemelos. Ambos fueron atacados por la enfermedad. El uno murió y el otro se encontró en muy mal estado. Tomó a este su madre y se lo llevó a María, diciéndole: “¡Oh Señora mía! Socórreme, pues de dos hijos que tenía el uno ha poco que lo sepulté y el otro está para morir. En este trance había de rogar a Dios de esta manera: “¡Oh Señor!, tú eres misericordioso, clemente y lleno de piedad. Tu me diste dos hijos; ya que me has quitado el uno, déjame al menos el otro”. 2. (…) Este niño devuelto a la vida es aquel que en el evangelio lleva de nombre Bartolomé (…)”. (58). Ibidem. Página 244. Historia de José el Carpintero. Tumba de José, padre de Jesús: enterrado en la cueva familiar de sus padres. “(…) XIV. Volví junto al cuerpo de mi padre José que yacía. Me senté y le bajé los ojos, se los cerré y le cerré la boca y me quedé contemplándolo (…) / (Página 245) XXV. Entonces todos los de la ciudad de Nazaret y de Galilea ciando se enteraron del fallecimiento, se reunieron en el lugar en que nosotros estábamos, según la costumbre de los judíos. Y pasaron el día entero llorándole hasta la hora novena. A la hora novena del día, les hice salir a todos. Extendí agua sobre el cuerpo de mi buen amado padre José, le ungí con aceite perfumado; recé a mi buen Padre que está en los cielos plegarias celestes que yo mismo había escrito con mis dedos, en las tablas de los cielos, cuando aún no había tomado este cuerpo por medio de la Virgen María. Y en el momento de decir amén una multitud de ángeles vino. Di la orden a dos de entre ellos de que desplegaran un vestido. Les hice levantar el cuerpo bendito de mi padre José y depositarlo sobre sus vestidos y amortajarlo (…). / (Página 246) XXVII. Después, los grandes de la ciudad se dieron cita en el lugar donde estaba el cuerpo de mi padre, acompañados de los encargados de los funerales, con el designio de amortajar su cuerpo según los ritos funerarios de los judíos. Y lo encontraron ya amortajado. El vestido había sido sujetado a su cuerpo como si lo hubieran sujetado con agrafes de hierro. Y al moverlo no encontraron la abertura Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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del vestido. Después lo llevaron a la tumba. Y después de excavar la entrada de la caverna para abrir la puerta y dejarlo con sus padres, me acordé del día que se fue conmigo a Egipto y de todas las tribulaciones que por mí había sufrido, y me extendí sobre su cuerpo y lloré encima de él durante largo rato (…) / (Página 248). XXIX. Mientras hablaba de esta manera y abrazaba a mi padre José, llorando, abrieron la puerta de la tumba y depositaron su cuerpo al lado del cuerpo de Jacob, su padre. Su fin llegó cuando tenía ciento once años. Ni un solo diente se desprendió de su boca, y sus ojos no se oscurecieron; su vida fue la de un niño. Jamás perdió su fuerza y se ocupó de su oficio de carpintero, hasta el día que guardó cama por la enfermedad por la que murió (…)”. (59). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 24. Costumbres judías de enterramiento. “(…) En tiempos de Jesucristo, las inhumaciones judías constaban de dos fases: un extremo “primario” y uno “secundario”. Primero lavaban y perfumaban el cadáver con ungüentos y especias, lo envolvieron en el sudario y lo dejaban en una repisa de piedra o en un nicho llamado loculus, excavado en la pared de roca de la tumba, durante un año para que se descompusiera y secara. Cuando ya sólo quedaban los huesos guardaban éstos en un osario o arqueta de piedra, generalmente caliza (3) en lo que solía grabarse el nombre del difunto (…).Estas arquetas rectangulares varían de tamaño, pero la medida más corriente es cincuenta por treinta centímetros para que quepan el fémur y el cráneo. En Jerusalén, se utilizaron osarios para las inhumaciones entre 30 a J. C., y 70 d. J. C., es decir, aproximadamente durante el periodo de cien años que incluye la época de Jesús (…)”. Página 347. Cita (3). “(…) En la Biblia, la expresión “recoger los huesos” del difunto significaba posiblemente la segunda inhumación, Esta práctica judía es recogida en la Mishnah, m. Sanedrín 6.6: “cuando la carne se ha descompuesto recogen los huesos y los entierran en el lugar debido” (…)”. (60). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 72. Evangelio del Pseudomateo La familia de Jesús. Los hijos de José: Santiago, José, Judá y Simeón, y con sus dos hijas. El hijo de María y José: Jesús. María tuvo una hermana llamada también María, hija del segundo matrimonio de su madre con Cleofás. “(…) Segunda parte. XLII.1. Cuando José iba a un banquete con sus amigos, Santiago, José, Judá y Simeón, y con sus dos hijas, y Jesús y María, su madre, iban también, y la hermana de ésta, María, hija de Cleofás, que el Señor Dios había dado a su padre Cleofás y a su madre Ana, porque habían ofrecido al Señor a María, la madre de Jesús. Y esta María había sido llamada con el mismo nombre de María para consolar a sus padres (…). 2. (…) se aproximaban también María y José y sus hermanos, los hijos de José (…)”. (61). Ibidem. Página 320. El evangelio según Felipe. María la madre de Jesús tenía una hermana. María Magdalena era la compañera o pareja de Jesús. “(…) 32. Tres eran las que caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de esta y Magdalena, a quién se designa como su compañera. Tanto su hermana como su madre y su compañera son Marías (…)”. (62). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 998. Libros del Nuevo testamento. Crucifixión de Jesús. Juan 19, 25. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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“(…) Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena (…)”. (63). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 40. “(…) También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé (…)”. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 41. “(…) Quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían y servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén (…)”. (64). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 13. “(…) Y he aquí, dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaus, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 15. “(…) Sucedió que mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó, y caminaba con ellos (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 16. “(…) Más los ojos e ellos estaban velados para que no le conociesen (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 18. “(…) Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le dijo: ¿Eres tu el único forastero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 22. “(…) Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 24. “(…) y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que él vive (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 25. “(…) Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 33. “(…) Y levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Cleofás vio a Jesús de camino hacia Emaus. Lucas 24, 34. “(…) que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón (…)”. (65). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 18. Protoevangelio de Santiago. Zacarías, (Padre de San Juan el Bautista) era un Gran Sacerdote del Templo. “(…) VIII. 2. Cuando alcanzó la edad de doce años, los sacerdotes se reunieron y dijeron: “María ha cumplido ya doce años en el templo del Señor. ¿Qué podemos hacer para que no manche el templo del Señor? Y ellos le dijeron al gran sacerdote: “Eres tu el designado ante el altar del Señor, entra y reza por María y haremos lo que el Señor te revele”. 3. Y el gran sacerdote, tomando la túnica de las doce campanillas, entró en el Santo de los Santos y rezó por Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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María. Y sucedió que un ángel del Señor se le apareció diciéndole: “Zacarías, Zacarías, sal y reúne a todos los que estén viudos, y que cada uno traiga una vara, y aquel al que el Señor envíe un prodigio, aquel será María esposa”. Los heraldos salieron y recorrieron todo el país de Judea, y la trompeta del Señor resonó y todos acudieron. IX. 1. Así, pues, José dejó el hacha, y salió para reunirse con ellos; una vez reunidos fueron con sus varitas a ver al gran sacerdote. Este cogió todas las varas y entro en el templo y oró. Y cuando hubo terminado la oración salió y se las devolvió, no viendo ningún prodigio. Sucedió que José cogió la última, y entonces una paloma salió y se posó sobre la cabeza de José. Y el sacerdote le dijo: “Es a ti a quién Él ha elegido para ser el guardián de la Virgen del Señor”. / (Página 19) 2. Y José le objetó: “Tengo hijos y soy viejo, ella es joven: no quiero convertirme en objeto de burla de los hijos de Israel”. Y el gran sacerdote respondió a José: “Teme al Señor tu Dios y recuerda lo que hizo con Dathan, con Abirón y con Coré, como la tierra se abrió y fueron sepultados a causa de su desobediencia. Ahora, José, es de temer que lo mismo suceda en tu casa”. 3. Y José, preso de temor, la recibió bajo s protección. Y le dijo a María: “Te he sacado del templo del Señor, ahora te dejo en mi casa, y me voy a construir otras casas, volveré junto a ti; el Señor te protegerá (…)”. (66). Ibidem. Página 20. Protoevangelio de Santiago. “(…) XII. 2. Y María, llama de júbilo, fue a ver a su prima Isabel [esposa de Zacarías, el gran sacerdote del templo] (…) / (Página 21) 3. María permaneció tres meses con Isabel. Día a día su embarazo avanzaba y llena de temor volvió a su casa y se escondió de los hijos de Israel. Tenía dieciséis años cuando estos misterios tuvieron lugar (…)”.DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Domicilio de Zacarías y Elisabet, padres de Juan el Bautista. Lucas 1, 39. “(…) En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Domicilio de Zacarías y Elisabet, padres de Juan el Bautista. Lucas 1, 40. “(…) y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Domicilio de Zacarías y Elisabet, padres de Juan el Bautista. Lucas 1, 56. “(…) Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa (…)”. Página 936. Libros del Nuevo Testamento. Domicilio de Zacarías y Elisabet, padres de Juan el Bautista. Lucas 1, 57. “(…) Cuando a Elisabet se le cumplió el tiempo de su alumbramiento, dio a luz a su hijo (…)”. (67). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 935. Libros del Nuevo Testamento. Anuncio del Nacimiento de Juan. Lucas 1, 5. “(…) Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era una de las hijas de Aaron, y se llamaba Elisabet (…)”.Página 937. Libros del Nuevo Testamento. Zacarías, padre de Juan el Bautista, pertenecía a la Casa de David. Lucas 1, 67. “(…) Y Zacarías su padre lleno del Espíritu Santo, y profetizó, diciendo: (…)”. Página 937. Libros del Nuevo Testamento. Zacarías, padre de Juan el Bautista, pertenecía a la Casa de David. Lucas 1, 69. “(…) Y nos levantó un poderoso Salvador. En la casa de David su siervo (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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(68). Ibidem. Página 935. Libros del Nuevo Testamento. Anuncio del Nacimiento de Juan. Lucas 1, 6. “(…) Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor (…)”. Página 935. Libros del Nuevo Testamento. Anuncio del Nacimiento de Juan. Lucas 1, 7. “(…) Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada (…)”. Página 935. Libros del Nuevo Testamento. Anuncio del Nacimiento de Juan. Lucas 1, 8. “(…) Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase (…)”. Página 935. Libros del Nuevo Testamento. Anuncio del Nacimiento de Juan. Lucas 1, 9. “(…) conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor (…)”. Página 935. Libros del Nuevo Testamento. Anuncio del Nacimiento de Juan. Lucas 1, 18. “(…) Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada (…)”. (69). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 362. Citas del capítulo Capítulo 8. Oír la voz. “(…) 1. Como se ha señalado antes, en mi reconstrucción de los acontecimientos manejo una cronología en la que el nacimiento de Jesús se sitúa en otoño de 5 a. J. C. y su muerte a la edad de treinta y tres años, en abril de 30. Siguiéndole evangelio de Juan, cuenta tres años y medio de predicación de Jesús desde su bautismo por Juan en otoño de 26, cuando tenía “unos treinta años”, hasta su muerte a los treinta y tres en abril de 30. El lugar donde se sitúan los hechos de que hablan los evangelios sinópticos y el de Juan en ese periodo de tres años y medio, está deducido a partir de mi criterio, basado en marcadores cronológicos, como la edad de Jesús al ser bautizado, la detención del Bautista, las fiestas judías que cita Juan, y otros datos. Según Lucas 1, 36, Juan nació seis meses antes que Jesús. Poco antes del embarazo de Isabel, el padre de Juan, Zacarías, oficiaba de sacerdote en Jerusalén. Los sacerdotes residían en cualquier lugar del país, pero estaban adscritos a veinticuatro divisiones y órdenes según sus familias ancestrales. Cada división oficiaba durante una semana dos veces al año en un ciclo rotatorio que comenzaba en primavera. Zacarias era de la “orden de Abijah”, la octava división, que a veces oficiaba su turno en mayo de 6 (Lc, 1, 5). Si Isabel se quedó embarazada en junio de aquel año, Juan nacería a finales de febrero o principios de marzo de 5 a J.C. María se quedó embarazada seis meses después, probablemente en diciembre de 6 a. J. C., y Jesús nacería a finales de agosto o principios de septiembre de 5 a. J. C (…)”. (70). Ibidem. Página 151. Procedencia geográfica de Juan el Bautista. “(…) Nacido en el año 5 a J.C., en el pueblecito de Ain Karim, unos kilómetros al oeste de Jerusalén (…)”. (71). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 28. Protoevangelio de Santiago. Isabel, Zacarías y Juan. Zacarías -padre de Juan el Bautista- mandado asesinar en el altar del Templo, por Herodes. “(…) XXII. 3. Isabel, al enterarse de que buscaban a Juan, lo cogió, se fue a la montaña y buscó un lugar para esconderlo, pero no encontraba ningún lugar donde refugiarse (…). XXIII.1. Herodes, como buscaba a Juan, envió a sus esclavos a Zacarías, y le dijeron: “¿Dónde has escondido a tu hijo?” Y aquel respondió: “Soy un siervo de Dios ligado al templo del Señor, no sé donde está mi hijo”. 2. Y los esclavos se alejaron y comunicaron esto a Herodes, y éste irritado le dijo: “Su hijo es el que debe Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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remar en Israel”.Y los envió otra vez a él para decirle: “Di la verdad, ¿dónde está tu hijo?, ya sabes que tu sangre está bajo mi mano”. Y los siervos fueron y le dijeron todo esto a Zacarías. 3. Y este le dijo: “Soy un mártir de Dios, si derramas mi sangre al Todopoderoso acogerá mi espíritu, porque la sangre que quieres derramar a la entrada del templo del Señor, es inocente”. Y al alba se dio muerte a Zacarías y los hijos de Israel ignoraron que hubiese muerto. / (Página 29) XXIV.1. Pero los sacerdotes fueron al templo a la hora de la salutación, y Zacarías no acudió ante ellos para bendecirles, según la costumbre. Y los sacerdotes se fueron, esperando saludar a Zacarías a la hora de la oración y loar al Altísimo. 2. Pero como tardaba, les entró miedo y uno de ellos, el más osado entró en el templo y vio cerca del altar sangre coagulada, y oyó una voz que decía: “Zacarías ha sido asesinado y su sangre no se borrará hasta que no llegue su vengador”. Al oír estas palabras lleno de terror salió y dio la noticia a los sacerdotes. 3. Éstos se atrevieron a entrar y vieron lo que había pasado y el techo del templo tembló y los sacerdotes se rasgaron las vestiduras de arriba abajo. Y no encontraron su cuerpo pero si su sangre que parecía una piedra, y salieron muy asustados y anunciaron a todo el pueblo que Zacarías había sido asesinado (…)”. (72). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 142. Los Esenios. “(…) los esenios, autores de los Manuscritos del mar Muerto, creían en el final de los tiempos y lo esperaban con la llegada de Dos Mesías, una figura sacerdotal y un rey davídico. (…) Los esenios se llamaban a sí mismos el pueblo de la “Nueva Alianza”, considerándose los representantes de un nuevo Israel purificado al final de los tiempos. Practicaban la vida en comunidad, rituales iniciáticos, incluido el bautismo por inmersión, y bendecían la comida (…) / (Página 143) Josefo dice que había esenios en todas las ciudades y que los fariseos eran los más influyentes de los pueblos (…)”. (73). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 147. Capítulo 8. Juan el Bautista. “(…) En la primavera o principios del verano del año 26, Juan el Bautista respondió a la “Voz”. Acababa de cumplir treinta años y era sacerdote, descendiente de Aarón, el hermano de Moisés perteneciente a la tribu de Leví. Según la Torá, los sacerdotes tenían que servir en el Templo desde los treinta hasta los cincuenta años (Núm. 4, 3). Para un israelita no había deber más honroso, pero por lo que sabemos, Juan volvió la espalda al mundo y, a diferencia de su padre Zacarías, no sirvió en el Templo (…). Los primeros seguidores de Juan y de Jesús, mucho antes de la aparición de los términos “nazareno” o “cristiano”, se autodenominaban “gente del camino”. (…) / (Página 149). En el texto fundacional, llamado Reglas de la comunidad [de los Manuscritos del Mar Muerto], se dice que se habían “apartado para no vivir con hombres injustos” retirándose al desierto a preparar el Camino de Él, como está escrito “allana el Camino en el desierto”.Afirmaban además que había llegado la hora “de la preparación del Camino en el desierto”.Y ellos se referían también a sí mismos como “gente del Camino” (…)”.DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 6. “(…) Hubo un hombre enviado de Dios, el Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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cual se llamaba Juan (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 7. “(…) Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 8. “(…) No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 9. “(…) Aquella luz, sino para que diese testimonio de la luz (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 10. “(…) En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no lo conoció (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 11. “(…) A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron (...)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 14. “(…) Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 15. “(…) Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quién yo decía: El que viene después de mi, es antes de mi; porque era primero que yo (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 19. “(…) Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tu quién eres? (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 20. “(…) Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 21. “(…) Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tu Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 22. “(…) Le dijeron: ¿Pues quién eres tú? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 23. “(…) Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 24. “(…) Y los que habían sido enviados eran de los fariseos (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 25. “(…) Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tu no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 26. “(…) Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; más en medio de vosotros está uno a quién vosotros no conocéis (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 27. “(…) Este es el que viene después de mí, el que antes es antes de mi, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado (…)”. Página 974. Libros del Nuevo Testamento. Juan: el Verbo hecho carne. Juan 1, 28. “(…) Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando (…)”. (74). Ibidem. Página 157. Jesús de Nazaret, seguidor de Juan. “(…) Como cabeza de una familia numerosa, Jesús tenía una vida menos solitaria, pero ambos eran parientes por parte de madre, y no se llevaban más que seis meses de edad (…). El gran inconveniente al que se enfrentaban los cristianos era que se sabía perfectamente que Jesús había sido bautizado por Juan, y no al contrario. Jesús acudió a Juan y se unió a su movimiento, lo que en el contexto del antiguo judaísmo significa que Jesús fue discípulo de Juan y Juan maestro de Jesús (…)”.Página 201. El linaje de María e Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Isabel. “(…) ¿No era su madre de David [se refiere a María, madre de Jesús], a través de Natán, y no había una mezcla de sangre levítica en su linaje? Si el pastor había de ser muerto por la espada [se refiere a Juan], el Mesías davídico sería en cambio traspasado [se refiere a Jesús crucificado]. Todo ello tendría que suceder antes de la llegada del reino de Dios (…)”.DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Lugares de bautismo de Jesús y Juan. Juan 3, 22. “(…) Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Lugares de bautismo de Jesús y Juan. Juan 3, 23. “(…) Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían y eran bautizados (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Lugares de bautismo de Jesús y Juan. Juan 3, 24. “(…) Porque Juan no había sido aún encarcelado (…)”. (75). Ibidem. Página 168. La profecía de Zacarías de los dos Mesías. “(…) Los Manuscritos del mar Muerto, donde texto tras texto se menciona a dos Mesías que anunciarán la llegada del Reino de Dios. Uno es una figura real del linaje de David y le acompaña y personaje de estirpe sacerdotal, Mesías también, del linaje de Aarón, de la tribu de Leví. Zacarías, profeta del siglo VI a. J. C., predice que un hombre llamado “germen” que, “llevará las insignias reales, se sentará dominará en su trono; había un sacerdote a su derecha y consejo de paz, habrá entre ellos dos” (Zac. 6, 13).Es una clara descripción de un soberano davídico y de su consejero, el sacerdote ungido. Zacarías habla en otra visión de “los dos ungidos” (“Mesías”) que “están en pie justo al Señor de toda la tierra” (Zac. 4, 14), y ampara esta visión de las dos “ramas de olivo” que flanquean el candelabro de siete brazos que simboliza el espíritu y presencia de Dios. Esta visión ideal de Dos Marías se instauró como modelo para muchas sectas judías de ideario apocalíptico de los siglos II y I a. J. C. (…)”. (76). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Controversia entre Juan y Jesús. Juan 3, 26. “(…) Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quién tu diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Controversia entre Juan y Jesús. Juan 3, 27. “(…) Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuera dado del cielo (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Controversia entre Juan y Jesús. Juan 3, 28. “(…) Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Controversia entre Juan y Jesús. Juan 3, 29. “(…) El que tiene la esposa, es el esposo; más el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Controversia entre Juan y Jesús. Juan 3, 30. “(…) Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe (…)”. Página 977. Libros del Nuevo Testamento. Controversia entre Juan y Jesús. Juan 3, 31. “(…) El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos (…)”. Página 886. Libros del Nuevo Testamento. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Los mensajeros de Juan el Bautista. Mateo 11, 1. “(…) Cuando Juan terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de ellos (…)”. Página 886. Libros del Nuevo Testamento. Los mensajeros de Juan el Bautista. Mateo 11, 2. “(…) Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos (…)”. Página 886. Libros del Nuevo Testamento. Los mensajeros de Juan el Bautista. Mateo 11, 3. “(…) para preguntarle: ¿Eres tu aquel que había de venir, o esperaremos a otro? (…)”.Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 32. “(…) Otro es el que da testimonio acerca de mi, y se que el testimonio que da de mi es verdadero (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 33. “(…) Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 34. “(…) Pero yo no recibe testimonio de hombre alguno; más dice esto, para que vosotros seáis salvos (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 35. “(…) El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 36. “(…) Más yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mi, que el padre me ha enviado (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 37. “(…) También el Padre que una envió ha dado testimonio de mi. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 38. “(…) Ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quién él envió, vosotros no creéis (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 39. “(…) Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 40. “(…) y no queréis venir a mi para que tengáis vida (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 41. “(…) Gloria de los hombres no recibo (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 43. “(…) Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniera en su propio nombre, a ese recibiréis (…)”. Página 980. Libros del Nuevo Testamento. Rivalidad entre Jesús y Juan. Juan 5, 44. “(…) ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios únicos? (…)”. (77). Ibidem. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 1. “(…) En aquel tiempo Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 2. “(…) y dijo a sus criados: Éste es Juan el Bautista; ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 3. “(…) Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por la causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; (…)”. (78). Ibidem. Página 939. Libros del Nuevo Testamento. Encarcelamiento de Juan. Lucas 3, 1. “(…) En el año décimo quinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia (…)”. Página 939. Libros del Nuevo Testamento. Encarcelamiento de Juan. Lucas 3, 2. “(…) y siendo sumo sacerdote Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto (…)”. Página 939. Libros del Nuevo Testamento. Encarcelamiento de Juan. Lucas 3, 3. “(…) Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de los pecados (…)”. Página 939. Libros del Nuevo Testamento. Encarcelamiento de Juan. Lucas 3, 19. “(…) Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan, a causa de Herodías, mujer de Felipo su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho (…)”. Página 939. Libros del Nuevo Testamento. Encarcelamiento de Juan. Lucas 3, 20. “(…) sobre todas ellas añadió además esta: encerró a Juan en la cárcel (…). (79). Ibidem. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 4. “(…) porque Juan le decía: No te es lícito tenerla (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 5. “(…) Y Herodes quería matarle, pero temía al pueblo; porque tenían a Juan por profeta (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 6. “(…) Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio, y agradó a Herodes (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 7. “(…) por lo cual éste le prometió con juramento darle todo lo que pidiese (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 8. “(…) Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza de Juan el Bautista (…)”.Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 9. “(…) Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 10. “(…) y ordenó decapitar a Juan en la cárcel (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 11. “(…) Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre (…)”. Página 891. Libros del Nuevo Testamento. Muerte de Juan el Bautista. Mateo 14, 12. “(…) Entonces llegaron sus discípulos, y tomaron el cuerpo y lo enterraron; y fueron y dieron las nuevas a Jesús (…)”.Página 949. Libros del Nuevo Testamento. Decapitación de Juan el Bautista. Lucas 9, 9. “(…) Y dijo Herodes: A Juan yole hice decapitar; ¿quién, pues, es este, de quién oigo tales cosas? Y procuraba verle (…)”. (80). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 96. “(…) Según la Torá judaica o la ley de Moisés, el mayor de los hermanos supervivientes solteros estaba obligado a casarse con la viuda de su hermano y a tener un hijo en su lugar, para que así el “nombre” o linaje del hermano perdurase. Es el llamado “leviato” o yibbum en hebreo y está recogido en la Torá (Dt. 25, 5-10) (8) (…)”. (81). Ibidem. Página 357. Citas correspondientes al capítulo 3: ¿Un padre desconocido? “(…) 10. El texto sobre el “hijo de Pantera/ Pandera” presenta bastante confusión e incoherencia en posterior y polémica documentación judaica. Jesús es confundido con otra figura llamada “ben Stada” que vivió un siglo antes. Orígenes refuta a Celso diciendo que Jesús tenía un abuelo llamado “Panther”. El legendario texto medieval llamado Toldoth Yeshu, del que existen muchas versiones, lo Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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mezcla todo completamente. Comienza con un relato en el que Miriam, madre de Jesús, está prometida a un hombre de la casa de David llamado Yohanan o Juan. Enfrente de su casa, vive un bien parecido soldado romano llamado Josef/José, hijo de Pandera, que la seduce. Por lo que José es el amante y no el novio (…)”.Página 357. Citas interesantes correspondientes al capítulo 3: ¿Un padre desconocido? “(…) 8. Hay diversas ortografías para el nombre: Pantira, Pandora, Pantiri y Pantera. La historia aparece tres veces en la literatura rabínica, pero el primer relato figura en la Tosefta Palestina t. Hullin 2, 24.Las otras versiones se encuentran en el Talmud babilónico (b. Avodah Zarah 16b-17c) y en Midrash (Eclesiastés Rabba 1, 8, 3) (…)”. (82). Ibidem. Página 90. “(…) En 1891, el arqueólogo francés Charles ClermontGanneau hizo el sorprendente descubrimiento en una tumba judía del siglo I, al norte de la Ciudad Vieja de Jerusalén, de un osario con el nombre de Pentheros en griego, así como un tal Josepos o José, hijo de este Pantera. Por el tipo de inhumación, sabemos que eran judíos, lo que nos aporta una sólida prueba deque el nombre de Pantera lo empleaban en la época de Jesús tanto judíos como romanos (10) (…)”. (83). Ibidem. Página 84. Pantera, el posible padre de Jesús. “(…) La primera versión de la historia de Pantera procede de un filósofo griego llamado Celso. Es un texto anticristiano titulado “Sobre la verdadera doctrina”, escrito hacia el año 178, se relata que María “quedó embarazada de un soldado romano llamado Pantera” y que su esposo la repudió por adúltera (6). No es probable que Celso mentase ese nombre ni la profesión del hombre que él afirma que fue el padre biológico de Jesús. Celso repite lo que ha oído en círculos judíos, y ese nombre aparece incluso antes. El famoso rabino Eliécer ben Hircanus, que vivió a finales del siglo I, recoge una enseñanza que le trasmitió un seguidor galileo a Jesús, Jacob de Sikhin, de la ciudad de Seforis (7). Hay quién ha identificado a este Jacob como bisnieto del hermano pequeño de Jesús, Judá. Jacob trasmite la enseñanza “en nombre de Jesús hijo de Pantera” (8). Entre estos antiguos rabinos existía una disputa, que implicaba a ese mismo seguidor de Jesús llamado Jacob, sobre si era o no permisible curar la mordedura de serpiente “en nombre de Jesús hijo de Pantera” (9). Estas fuentes primitivas no dicen por qué a Jesús se le llamaba “hijo de Pantera”, ni identificaban a este Pantera como soldado romano, pero sí recogen que a Jesús se le conocía por este apelativo desde muy antiguo en Galilea (10) / (Página 85) En el judaísmo, cuando se quiere identificar a una persona se añade el nombre del padre. Ese es el sentido inequívoco de las primeras referencias. Tienen intención de designar, no de calumniar. Las pruebas demuestran que los primeros cristianos asumían asimismo esa tradición, y que no le desecharan como rumor calumnioso. El cristiano ortodoxo del siglo IV Epifanio acepta que hay cierto grado de autenticidad en a tradición de “Jesús hijo de Pantera”, pero la explica afirmando que el padre de José era conocido como Jacob Pantera, es decir, que el nombre formaría parte de la familia (II) (…). Ahora se sabe que Pantera / Pantera era un nombre griego que aparece en una serie de inscripciones latinas de la época, y en particular como sobrenombre para los soldados romanos. De una cosa podemos estar seguros; Pantera es un nombre auténtico y no una invención difamatoria. En 1906, el famoso historiador alemán Adolf Diezman publicó un breve artículo titulado “Der Name Pantera”. En él recogía las diversas inscripciones antiguas en las que aparece el nombre Pantera / Pantera en torno al siglo I (13), y demostró sin lugar a dudas que ese nombre se usaba en aquella Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 64 www.baucan.org
época, especialmente entre los soldaos romanos (…) / (Página 88) tres lápidas, incluida la de Pantera, fueron descubiertas el 19 y el 20 de octubre de 1859, a unos trescientos metros del río Nahe. El nombre completo de Pantera que figura en la lápida es la de Tiberius Julios Abdes Pantera, siendo Pantera el sobrenombre y Tiberius Julios otros sobrenombres o apodos añadidos al gentilicio, y que indican que Pantera no era romano de nacimiento sino un esclavo que fue manumitido y le fue concedida la ciudadanía romana por parte de Tiberio pos sus servicios en el ejército. El alistamiento inicial era de veinticinco años, pero Pantera hizo carrera militar y sirvió cuarenta, hasta su muerte a la edad de sesenta y dos años. Como el emperador Tiberio subió al trono en el año 14, cabe / (Página 89) suponer que la muerte de Pantera a los sesenta y dos años se produjo más o menos unos años después de esta fecha, y probablemente por causas naturales, ya se había incorporado al ejército a los veintidós años. El nombre de Abdes es el praenomen o nombre propio de Pantera. Muy interesante, porque es una latinización del nombre arameo ´ñebed que significa “siervo de Dios”, lo que indica que / (Página 90) Pantera era de origen semítico o incluso judío, ya fuese por nacimiento, conversión o por pertenecer a una familia simpatizante del judaísmo. Puso incluso ser judío. El nombre Pantera es griego, aunque aquí aparezca en una inscripción latina. En 1891, el arqueólogo francés Charles ClermontGanneau hizo el sorprendente descubrimiento en una tumba judía del siglo I, al norte de la Ciudad Vieja de Jerusalén, de un osario con el nombre de Pentheros en griego, así como un tal Josepos o José, hijo de este Pantera. Por el tipo de inhumación, sabemos que eran judíos, lo que nos aporta una sólida prueba deque el nombre de Pantera lo empleaban en la época de Jesús tanto judíos como romanos (10). Abdes Pantera era de Sidón, ciudad costera de Siria-Palestina al norte de Tiro, a menos de sesenta kilómetros de Seforis. Sabemos que aquella cohorte de arqueros había llegado a Dalmacia (Croacia) en el año 6 procedente de Palestina, y que fue trasladada a la zona Rin/Nahe en el año 9. No es excepcional que Pantera muriese y fuese enterrado en Alemania, como tantos miles de soldados romanos que combatían en aquella terrible frontera de la época de Jesús. Augusto incluso nombró a varo, gobernador de Siria, comandante de las legiones romanas que operaban en Alemania, justo al norte de esa zona (…)”. (84). Ibidem. Página 27. La tumba del sudario: valle del Hinón al sur de la ciudad vieja de Jerusalén. “(…) era la primera vez que se encontraba un esqueleto en el loculus envuelto en un sudario. Por el motivo que fuese, tras el sepelio, la familia del difunto no volvió a recoger los huesos de su pariente y depositarlo en un osario (…) / (Página 28). Al final, pudieron reconstruirse veinte osarios, tres de ellos con inscripciones que a los ladrones les habían pasado desapercibidas. La más clara era el nombre “María” en arameo, y había otro con una posible “Salomé” (…)”. (85). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 40. “(…) También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé (…)”. (86). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 207. Tratado de San Juan el Teólogo sobre la traslación de la Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Santa Madre de Dios. “(…) III. Un día -que era viernes- fue, como de costumbre, la santa Virgen María al sepulcro (…) / (Página 208) IV. Y oído esto de labios del santo arcángel, se volvió a la ciudad santa de Belén, teniendo junto así las tres doncellas que la atendían (…) V. Después se puso a orar de esta manera: “Señor mío Jesucristo, que por tu extrema bondad tuviste a bien ser engendrado por mí, oye mi voz y envíame a tu apóstol Juan para que su visita me proporcione las primicias de la dicha (…) VI. Y mientras ella estaba en oración, me presento yo, Juan, a quién el espíritu Santo arrebató y trajo en una nube desde Éfeso, dejándome después en el lugar donde yacía la madre de mi Señor. (…) / (Página 209) VII. Y la santa Madre de Dios loó a Dios porque yo, Juan, había llegado junto así, acordándose de aquella voz del Señor que dijo: “He aquí a tu madre” y “he aquel a tu hijo”. En esto vinieron las tres jóvenes y se postraron ante ella (…)”. Página 210. El apóstol Tomás se encontraba en Las Indias cuando falleció María la madre de Jesús. “(…) XII. Yo Juan, me puse entonces a orar. Y el espíritu Santo dijo a los apóstoles: “Venid todos en alas de las nubes desde los (últimos) confines de la tierra y reuníos en la santa ciudad de Belén para asistir a la madre de Nuestro Señor Jesucristo, que está en conmoción: Pedro desde Roma / (Página 211), Pablo desde Tiberia, Tomás desde el centro de las Indias, Santiago desde Jerusalén. XIII. Andrés, el hermano de Pedro, y Felipe, Lucas y Simón Cananeo, juntamente con Tadeo, los cuales habían muerto ya (…). XIV. También Marcos, vivo aún, llegó de Alejandría (…)”. Página 213. El apóstol Tomás se encontraba en Las Indias cuando falleció María la madre de Jesús. “(…) XIX. Pablo, a su vez, respondió: “También yo, cuando me encontraba en una ciudad a poca distancia de Roma, llamada tierra de los Tiberios (…) XX. Tomás, por su parte, respondió y dijo: “También yo me encontraba recorriendo el país de los indios, y la predicación iba afianzándose con la gracia de Cristo hasta el punto de que el hijo de la hermana del rey, por nombre Lavdán, iba a ser sellado con el bautismo por mí en el palacio (…) / (Página 214). XXIV. Bartolomé dijo: “Yo me encontraba en la Tebaida (…)”. Página 217. “(…) XXXI. Más el Espíritu Santo dijo entonces a los apóstoles y a la madre del Señor: “he aquí que el gobernador ha enviado un ejército contra vosotros a causa de los judíos que se han amotinado. Salid, pues de Belén y no temáis, porque yo os voy a trasladar en una nube a Jerusalén (…) / (Página 218) XXXII y se encontraron en Jerusalén en casa de la Señora. (…) XXXIV. Como días después llegó a conocimiento del gobernador, de los sacerdotes y de toda la ciudad que la madre del Señor, en compañía de los apóstoles, se encontraba en su propia casa de Jerusalén (…)”. (87). Ibidem. Página 224. María la madre de Jesús fue enterrada en un sepulcro sin estrenar en Getsemaní. “(…) XLVIII. Obrando este milagro, llevaron los apóstoles el féretro y depositaron su casto y venerado cuerpo en Getsemaní, en un sepulcro sin estrenar (…). XLIX. Vimos de pronto a Isabel, la madre de San Juan Bautista, y a Ana, la madre de nuestra Señora (…)”. (88). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 108. Capítulo 5. José de Arimatea. “(…) en el evangelio de la infancia de Tomás (…): Cuando se hizo mayor [Jesús], trabajó con José de carpintero y, si una pieza de madera había sido cortada en exceso, él la ajustaba a la medida exacta sólo con tocarla. La idea de que Jesús viajó a Egipto de joven para aprender magia es un tema recurrente en posteriores diatribas judaicas contra los cristianos. De hecho, esta leyenda la menciona el filósofo Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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griego Celso, el mismo que recoge la historia sobre el soldado romano Pantera, de quién afirma que fue el padre biológico de Jesús (2), y existen leyendas sobre un viaje de Jesús a la India de niño para estudiar con maestros hindúes, a quienes maravilló con su precoz inteligencia (3). Pero las más fantásticas son quizá las que hablan de un viaje del joven Jesús con José de Arimatea a Gran Bretaña, según los cuales José, tío de María, era mercader de estaño y viajaba de vez en cuando a Cornualles. La ciudad de Glastonbury, al sudoeste de Inglaterra, supuesto lugar donde estaba la mítica isla de Avalon en la que estaría la tumba del rey Arturo, celebra aún esta tradición; y se ha convertido en popular centro de peregrinación (4) (…)”. (89). CIRIOT, Victoria. “Perlesvaus o el alto libro del Graal”. Colección: Selección de lecturas medievales nº 19. Madrid. Ediciones Siruela. 1985. Páginas 3 y 4. “(…) Josefés nos cuenta esta santa historia, y por el linaje de un buen caballero que vivió después de la crucifixión de Nuestro Señor (…). Buen caballero fue por derecho, pues era del linaje de José de Arimatea. Este José fue / (Página 4) tío de su madre (…)”. (90). CIRIOT, Victoria. “Perlesvaus o el alto libro del Graal”. Colección: Selección de lecturas medievales nº 19. Madrid. Ediciones Siruela. 1985. Página 4. “(…) y soldado de Pilatos durante siete años, y no pidió más recompensa por su servicio que bajar de la cruz el cuerpo del Salvador (…)”. (91). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 910. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Mateo 27, 57. “(…) Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús (…)”. (92). Ibidem. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Juan 19, 38. “(…) Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por medio de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús (…)”. (93). Ibidem. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 43. “(…) José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús (…)”. (94). Ibidem. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Juan 19, 38. “(…) Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por medio de los judíos, rogó a Pilato que le permitiese llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces vino, y se llevó el cuerpo de Jesús (…)”.Página 910. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Mateo 27, 58. “(…) Éste fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo (…)”.Página 910. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Mateo 27, 59. “(…) Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia (…)”. Página 910. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Mateo 27, 60. “(…) y lo puso en un sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue (…)”. (95). Ibidem. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 1. “(…) Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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judíos (…)”. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 2. “(…) Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tu haces, si no está Dios con él (…)”. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 3. “(…) Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciera de nuevo, no puede ver el reino de Dios (…)”. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 4. “(…) Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, nacer? (…)”. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 5. “(…) Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios (…)”. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 9. “(…) Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? (…)”. Página 976. Libros del Nuevo Testamento. Nicodemo. Juan 3, 10. “(…) Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto? (…)”. Página 996. Arresto de Jesús. Juan 18, 10-11. “(…) 10. Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11. Y Jesús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber (…)”. Página 997. Pedro en el patio de Anás. Juan 18, 15-18. “(…) 15. Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; 16. Más Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17. Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. 18. Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose (…)”. (96). Ibidem. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Juan 19, 39. “(…) También Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y de aloes, como cien libras (…)”. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea. Juan 19, 40. “(…) Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especies aromáticas, según es costumbre sepultar los judíos (…)”.Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 44. “(…) Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venirla centurión, le preguntó si ya estaba muerto (…)”. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 45. “(…) E informado por el centurión, dio el cuerpo a José (…)”. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 46. “(…) el cual compró una sábana, y quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro (…)”. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 47. “(…) Y María Magdalena y María madre de José miraban donde lo ponían (…)”.Página 972. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea: Crucifixión. Lucas 23, 53. “(…) Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea: Crucifixión. Lucas 23, 54. “(…) Era día de la preparación, y estaba para comenzar el día de reposo (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea: Crucifixión. Lucas 23, 55. “(…) Y las mujeres que habían venido Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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con él desde Galilea, siguieron también, y vieron el sepulcro, y como fue puesto su cuerpo (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea: Crucifixión. Lucas 23, 56. “(…) Y vueltas, prepararon especies aromáticas y ungüentos; y descansaron el día de reposo, conforme al mandamiento (…)”. (97). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Siruela. 2004 (5ª edición). Página 151. El evangelio de Nicodemo. “(…) Historia de Nuestro Señor Jesucristo compuesta en tiempo de Poncio Pilatos. Prólogo. Yo, Ananías, tuve conocimiento de Nuestro señor Jesucristo y me acerqué a El por la fe y se me concedió el santo bautismo. Estas memorias relativas a Nuestro Señor Jesucristo que se hicieron en aquella época y que los judíos dejaron en depósito a Poncio Pilato, las encontró escritas como estaban en hebreo, y con el beneplácito divino las traduje al griego, para conocimiento de todos los que invocan el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, durante el reinado de Flavio Teodosio, nuestro señor, en el año 17, y sexto de Flavio Valentino, en la indicación novena. En el año décimo quinto del gobierno de Tiberio César, emperador de los romanos; en el año décimonono del gobierno de Herodes, rey de Galilea; en el día octavo de las calendas de abril, correspondientes al día 25 de marzo; durante el consulado de Rufo y Rebelión; en el año cuarto de la olimpiada 202; siendo entonces sumo sacerdote de los judíos José Caifás. Todo lo que narró Nicodemo a raíz del tormento de cruz y pasión del Señor, lo trasmitió a los príncipes de los sacerdotes y a los demás judíos, después de haberlo redactado él mismo en hebreo (…)”. Página 165. José de Arimatea. “(…) 3. Mientras tanto, sus conocidos estaban a lo lejos; las mujeres que le habían acompañado desde Galilea estaban contemplando todo esto. Más había un hombre llamado José, senador, oriundo de Arimatea, el cual esperaba el reino de Dios. Este, pues, se acercó a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús. Después fue a descolgar el cadáver, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en un sepulcro tallado en piedra que estaba aún sin estrenar. / (Página 166) XIII. 1. Cuando los judíos oyeron decir que José había pedido el cuerpo de Jesús, comenzaron a buscarle a él, así como también a aquellos que habían declarado que Jesús no había nacido de fornicación, a Nicodemo y a muchos otros que se habían presentado ante Pilatos para dar a conocer sus buenas obras (…). José, a su vez, se presentó de manera parecida y les dijo: ¿Por qué os habéis enojado contra mí por haber reclamado el cuerpo de Jesús? Pues sabeb que lo he depositado en mi sepulcro nuevo, después de haberlo envuelto en una sábana blanca, y que he hecho correr la piedra sobre la entrada de la gruta. Más vosotros no os portásteis bien con él, puesto que no contentos con crucificarle, le traspasásteis también con una lanza”.Los judíos entonces detuvieron a José y mandaron que fuera puesto a buen recaudo hasta el primer día de la semana. Después le dijeron: “Bien sabes que lo avanzado de la hora no nos permite hacer nada contra ti, pues el sábado está ya amaneciendo; pero ni siquiera se te hará la gracia de darle sepultura, sino que expondremos tu cuerpo a las aves del cielo”. Repuso José: “esta manera de hablar es la del soberbio Goliat, que injurió a Dios vivo y al Santo David. Pues dijo el Señor por medio del profeta: A mi me corresponde la venganza y yo retribuiré, dice el Señor. Y poco ha, uno que es incircunciso según la carne, pero circunciso de corazón, tomó agua, se lavó las manos, cara al sol y dijo: Soy inocente de la sangre de este justo. Mas vosotros / (Página 167) respondisteis a Pilatos: Su sangre carga sobre nosotros y sobre nuestros hijos; Ahora, pues, temo no vaya a venir la ira del Señor sobre vosotros y sobre vuestros hijos, como dijisteis”. Al oír los judíos estas palabras se llenaron de rabia en su corazón, y después Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 69 www.baucan.org
de echar mano a José, lo detuvieron y encerraron en una casa donde no había ventana alguna; después sellaron la puerta tras la que estaba encerrado José y quedaron junto a ella unos guardianes. 2. Y el sábado dieron una disposición los archisinagogos, los sacerdotes y los levitas para que al día siguiente se encontraran todos en la sinagoga. Y muy de madrugada la multitud entera se puso a deliberar qué clase de muerte habían de darle. Y, estando sentado el consejo, ordenaron que se le hiciera comparecer con gran deshonor. Y abrieron la puerta, más no lo encontraron. Quedó, pues, el pueblo lleno de adivinación al encontrar los sellos intactos (y ver) que la llave estaba en poder de Caifás. Con lo cual no se atrevieron ya a poner sus manos sobre los que habrán hablado ante Pilatos en defensa de Jesús (…)”. (98). Ibidem. Página 171. José de Arimatea. XV.1. “(…) y enviaron una expedición por todos los confines de Israel en busca de Jesús y no dieron con él. A quién encontraron fue a José de Arimatea, pero nadie se atrevió a detenerle (...). 2. Y fueron a dar cuenta a los ancianos y a los sacerdotes y a los levitas, diciendo: “Hemos dado la vuelta por todos los confines de Israel y no hemos hallado a Jesús, pero sí hemos encontrado a José de Arimatea”. En oyendo hablar de José, los archisinagogos, los sacerdotes y los levitas se llenaron de alegría, dieron gloria a Dios y se pusieron a deliberar de qué manera podrían entrevistarse con José. Y tomaron un rollo de papel, en el que escribieron así a José:”La paz sea contigo; sabemos que hemos pecado contra Dios y contra ti. Y hemos rogado al Dios de Israel que te permite venir al encuentro de tus padres y de tus hijos. Pues debes saber que todos nos hemos llenado de aflicción por no encontrarte al abrir la puerta. Y ahora nos damos cuenta de que habíamos tomado una perversa determinación contra ti, pero el Señor ha venido en tu ayuda y él mismo se ha encargado de disipar nuestro mal propósito, honorable padre José”. 3. Y escogieron de entre todo Israel siete varones amigos de José, a quienes este mismo conocía, y les dijeron los archisinagogos, sacerdotes y levitas: “Mirad, si al recibir nuestra carta, la leyera, sabed que vendrá en vuestra compañía hacia nosotros; pero, si no lo leyera, entended que está molestado con nosotros, y, después de decirle un ósculo de paz, volveos acá. Luego bendijeron a los emisarios y les despidieron. Llegaron, pues, estos al lugar donde estaba José, y haciéndole una reverencia, le dijeron: “La paz sea contigo”. Y él dijo a su vez: “paz a vosotros y a todo el pueblo de Israel”. Ellos entonces le entregaron el volumen de la carta. José lo aceptó, lo leyó, besó la carta y bendijo a Dios, diciendo: “bendito el Señor Dios, que ha librado a Israel de derramar sangre inocente, y bendito el Señor, que envió a su ángel y me cubrió bajo sus alas” (…)”. (99). Ibidem. Página 171. José de Arimatea. XV.1. “(…) Después preparó la mesa y ellos comieron, bebieron y durmieron allí. 4. Al día siguiente se levantaron muy temprano e hicieron oración. Después aparejó su asna José y se puso en camino acompañado de aquellos hombres, y vinieron a la ciudad santa de Jersusalén. Y el pueblo en masa salió al encuentro de José, gritando: “Entra en paz”. El dijo, dirigiéndose a todo el pueblo: “Paz a vosotros. Y ellos le dieron un ósculo, poniéndose después en oración juntamente con José. Y quedaron todos fuera de si al poder contemplar a este. Nicodemo le hospedó en su casa e hizo en su honor una gran recepción, invitando a Anás, a Caifás, a los ancianos, a los sacerdotes y a los levitas. Y se alegraron comiendo y bebiendo en compañía de José; y, después de entonar los himnos, cada cual se fue a su casa. Más José permaneció con Nicodemo (…)”. (100). Ibidem. Páginas 171 a 180. 5. Pero al día siguiente, que era viernes, madrugaron los archisinagogos, sacerdotes y levitas para ir a casa de Nicodemo. Este les salió al encuentro y les dijo: “paz a vosotros”.Y ellos dijeron a su vez: “paz a ti y a Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 70 www.baucan.org
José”, a todos / (Página 173) su casa y a toda la casa de José”. Entonces él las introdujo en su domicilio. Estaba reunido el consejo en pleno, y José vino a sentarse en medio de Anás y de Caifás. Y nadie se atrevió a decirle una palabra. Entonces José dijo: “¿A qué obedece el que me hayáis convocado?” Ellos hicieron señas a Nicodemo para que hablara con José. Él entonces abrió su boca y le habló así: “Sabes que los venerables doctores, así como los sacerdotes y levitas, desean saber de ti una cosa”. Y José dijo: “preguntad”. Entonces Anás y Caifás tomaron el libro de la Ley y conjuraron a José, diciéndole: “Glorifica y confiesa al Dios de Israel. Sábete que Achar, al ser conjurado por el profeta Jesús, no perjuró, sino que le anunció todo y no le ocultó ni una sola palabra. Tu, pues, tampoco nos ocultes a nosotros ni una sola palabra”. Y dijo José: “No os ocultaré una sola palabra”. Entonces ellos le dijeron: “Experimentamos una gran contrariedad cuando pediste el cuerpo de Jesús y le envolviste en una sábana limpia y lo pusiste en el sepulcro. Por eso le pusimos a buen recaudo en un recinto donde no había ventana alguna. Dejamos, además, selladas las puertas y cerradas con llave y quedaron unos guardianes custodiando la prisión donde estabas encerrado. Pero, cuando fuimos a abrir, el primer día de la semana, no te encontramos y nos afligimos en extremo y ha ido concediendo el espanto sobre todo el pueblo de Dios hasta ayer. Ahora, pues, cuéntanos qué ha sido de ti”. 6. Y dijo José: “El viernes, sobre la hora décima, me encerrasteis, y permanecí allí el sábado entero. Pero a medianoche, mientras estaba yo de pie en oración, la casa donde me dejasteis encerrado quedó suspendida de los cuatro ángulos y vi como un relámpago de luz ante mis ojos, Atemorizado entonces, caí en tierra. Pero alguien me tomó de la mano y me levantó del sitio donde había caído. Después sentí que me derramaba agua sobre mi desde la / (Página 174) cabeza hasta los pies y vino a mis narices una fragancia de ungüento. Y aquel personaje desconocido me enjugó la cara, me dio un ósculo y me dijo: No temas, José; abre tus ojos y mira quién es el que te está hablando. Levantándose entonces mis ojos, vi a Jesús, pero, en mi estremecimiento, supuse que era un fantasma y me puse a recitar los mandamientos. Y él se puso a recitarlos juntamente conmigo. Como sabéis muy bien, si un fantasma os sale al encuentro y oye los mandamientos huye rápidamente. Viendo, pues, que los recitaba juntamente conmigo, le dije: Maestro Elías. Más él me dijo: No soy Elías. Dije yo entonces: ¿Quién eres, pues, Señor? El me dijo: Yo soy Jesús, aquel cuyo cuerpo tu pediste a Pilato; y me envolviste en una sábana limpia, y pusiste un sudario sobre mi cabeza, y me colocaste en una gruta nueva, y corriste una gran piedra a la boca de ésta. Y dije al que me hablaba: Muéstrame el lugar donde te coloqué. Y él me llevó y me enseñó el lugar donde yo le había colocado, en el que estaba tendida la sábana y el sudario que había servido para su rostro. Entonces reconocí que era Jesús. Él después tomó mi mano y me dejó a puertas cerradas en medio de mi casa, luego me llevó a mi lecho y me dijo: La paz sea contigo. A continuación me dio un ósculo, diciéndome: Hasta dentro de cuarenta días no salgas de tu casa; pues he aquí que me voy a Galilea al encuentro de mis hermanos”. XVI.1. Cuando oyeron los archisinagogos, sacerdotes y levitas estas palabras de labios de José, quedaron como muertos y cayeron en tierra. Y ayunaron hasta la hora nona. Entonces Nicodemo, en compañía de José, se puso a animar a Anás, a Caifás, a los sacerdotes y a los levitas, diciendo: “Levantaos, poneos sobre vuestros pies y robusteces vuestras almas / (Página 175), pues mañana es el sábado del Señor”.Y con esto se levantaron, hicieron oración a Dios, comieron, bebieron y cada cual se marchó a su casa (…)”. Página 177. José de Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 71 www.baucan.org
Arimatea. XVII. 7. “(…) Entonces dijeron Anás y Caifás: “Justamente habéis citado lo escrito en la ley de Moisés, que nadie vio la muerte de Henoc, y que nadie mencionó la muerte de Moisés. Más Jesús habló a Pilato, y nosotros sabemos que le hemos visto recibir golpes y esputos en su cara; que los soldados le ciñeron una corona de espinas; que fue flagelado; que recibió sentencia de parte de Pilato; que fue crucificado en el Calvario en compañía de los dos ladrones; que se le dio a beber hiel y vinagre; que el soldado Longinos abrió su costado con una lanza; que José, nuestro honorable padre, pidió su cuerpo y que, como dice, resucitó, que como dicen los tres maestros [Adás, Fineas y Ageo], le vimos ascender al cielo; y finalmente, que el maestro Leví ha dado testimonio de lo que dijo el maestro Simeón, que dijo: “He aquí que éste está puesto para la caída y resurrección de muchos en Israel / (Página 178) y como signo de contradicción (…)”. Página 179. Segunda parte. Bajada de Cristo a los infiernos. “(…) 1. Dijo entonces José: ¿Y por qué os admiráis de que Jesús haya resucitado? Kio admirable no es esto; lo admirable es que no ha resucitado él sólo, sino que ha devuelto a la vida a un gran número de muertos, los cuales se han dejado ver en Jerusalén. Y si no conocéis a los otros, sí que conocéis por lo menos a Simeón, aquel que tomó a Jesús en sus brazos, así como también a sus dos hijos, que han sido igualmente resucitados. Pues a estos les dimos nosotros sepultura hace poco, y ahora se pueden contemplar sus sepulcros abiertos y vacíos, mientras ellos están vivos y habitan en Arimatea”. Enviaron, pues, a unos cuantos y comprobaron que los sepulcros estaban abiertos y vacíos. Dijo entonces José: “Vayamos a Arimatea a ver si los encontramos”. 2. Y levantándose los pontífices, Anás, Caifás, José, Nicodemo, Gamaliel y otros en su compañía, marcharon a Arimatea, donde encontraron a aquellos a quienes se refería José. Hicieron, pues, oración, y se abrazaron mutuamente. Después regresaron a Jerusalén en compañía de ellos y los llevaron a la sinagoga. Y, puestos allí, se aseguraron las puertas, se colocó el Antiguo Testamento de los judíos en el centro y les dijeron los pontífices: “Queremos que juréis por el Dios de Israel y por Adonai, para que así digáis la verdad, de cómo habéis resucitado y quién es el que os ha sacado de entre los muertos”. 3. Cuando esto oyeron los resucitados, hicieron sobre sus rostros la señal de la cruz y dijeron a los pontífices / (Página 180) “Dadnos papel, tinta y pluma”. Trajeronselo, pues, y, sentándose, escribieron de esta manera (…)”. Página 188. (Simbología templaria de los dos caballeros que montan sobre el caballo = Los dos hermanos gemelos designados para predicar la resurrección de Dios, que cabalgan sobre el caballo = figura simbólica de Dios). El origen de los trasmisores de Cristo nació de José de Arimatea, y de la región de Arimatea. Segunda parte. Bajada de Cristo a los infiernos. XI. “(…) Todo estuvimos y oímos nosotros, los dos hermanos gemelos, quienes fuimos asimismo enviados por el arcángel Miguel y designados para predicar la resurrección del Señor antes de marchar al Jordán y ser bautizados junto con otros difuntos también resucitados; después vinimos a Jerusalén y celebramos la pascua de resurrección. Más ahora en la imposibilidad de permanecer aquí, nos vamos. Que la caridad, pues, de Dios padre y la Gracia de Nuestro Señor Jesucristo y la comunicación del Espíritu Santo sea con todos vosotros. Y, una vez escrito esto y cerrados los libros, dieron la mitad a los pontífices y la otra mitad a José y a Nicodemo. Ellos por su parte, desaparecieron al momento para gloria de Nuestro Señor Jesucristo, Amén. (…)”. Página 190. Anás y Caifás. Segunda parte. Bajada de Cristo a los infiernos. I. 5. “(…) Entonces la sinagoga entera se turbó, presa de terrible angustia y, se dijeron entre sí: ¿Qué vamos a hacer? Anás y Caifás dijeron: Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 72 www.baucan.org
“Envíemos al lugar donde hemos oído que están, una comisión formada por los personajes más nobles en plan de súplica y de ruego; quizá se dignan venir hacia nosotros”. Les enviaron, pues, a Nicodemo, a José y a los tres maestros galileos que los habían visto, con su petición de que tuvieran a bien venir hacia ellos. Se pusieron pues en marcha y anduvieron por todos los alrededores del Jordán y de los montes. Pero, no habiéndolos encontrado, se volvían ya de camino (…)”. (101). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 300. El evangelio de Tomas (gnóstico). Página 291. Explicación introductoria del Evangelio según Tomás (gnóstico). “(…) Este texto copto parece que es traducción de un original griego, pues algunos fragmentos del mismo se han encontrado en griego, procedentes del siglo II, sin embargo existen indicios suficientes para afirmar que dicha colección de proverbios y dichos pudo ser compuesto en la segunda mitad del siglo I. Como autor aparecen Dimas Judas Tomás, es decir, Judas “el gemelo”, a quién la Iglesia Siria identifica con Judas, el apóstol y hermano gemelo de Jesús (…)”. Página 295. El evangelio según Tomás. “(…) Estos son los dichos secretos que el Jesús Vivo dijo y que fueron escritos por Dimas Judas Tomás. (…) 5. Jesús dijo: Conoce lo que está frente a ti y aquello que está oculto te será desvelado pues no existe nada oculto te será desvelado pues no existe nada oculto que no vaya a ser manifestado (…) 6. (…) pues todo es desvelado ante el cielo. Nada de lo que ha permanecido oculto dejará de ser manifestado y nada de lo que está cubierto permanecerá sin ser revelado (…)”. “(…) 39. Jesús dijo: Los fariseos y los escribas recibieron las claves de la gnosis y los ocultaron. No entraron en ella y además impidieron el paso a quienes quisieron entrar. Más vosotras sed cautos como las serpientes y cándidos como las palomas (…)”. Página 302. “(…) 50. Dijo Jesús: Si os preguntan: ¿De quién habéis nacido? responded: Hemos nacido de la luz, allí donde la luz surgió y donde se reveló su imagen. Si os preguntan: ¿Quién sois? Decid: Somos sus hijos y somos los elegidos del Padre que está vivo. Si os preguntan: ¿Cuál es la señal de vuestro Padre que está en vosotros? Decid: es movimiento y reposo (…)”.Página 309. “(…) 108. Jesús dijo: aquel que beba de mi boca será como yo y yo mismo me volveré él y las cosas ocultas le serán reveladas (…)”.Página 311. El evangelio según Felipe. “(…) Escrito muy probablemente en Siria, durante el siglo segundo de nuestra era (…)”. Página 318. El evangelio según Felipe. “(…) 23. Hay quién tienen miedo de resucitar desnudos y por eso quieren resucitar con su carne, no saben que los que están revestidos de carne son los desnudos. Aquellos que se atreven a desnudarse son precisamente los que no están desnudos. Ni la carne ni la sangre heredarán el Reino de Dios. ¿Cual es la carne que no va a heredar? La que llevamos encima. ¿Y cual es por el contrario la que va a heredar? La de Jesús y su sangre. Por eso dijo Él: “El que no coma mi carne y beba mi sangre, no vivirá”. Su carne es el Logos y su sangre es el Espíritu Santo, quién ha recibido estas cosas tiene alimento bebida y vestido. Yo recrimino a quienes afirman que la carne no va a resucitar. Entonces dime: ¿Qué es lo que va a resucitar?, para que podamos hacerte los honores. Tú dices que el espíritu está / (Página 319) dentro de la carne y que también esta luz está dentro de la carne. Más el Logos también está dentro de la carne, pues cualquiera de las cosas a que te refieres ninguna se encuentra fuera del recinto de la carne. Así es, necesario resucitar en esta carne, ya que en ella está todo contenido (…)”. Página 319. El evangelio según Felipe. “(…) 27. En aquel día de acción de gracias dijo: Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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“Vosotros que os habéis unido a los perfectos, a la luz, al Espíritu Santo, uníos también con los ángeles”. No despreciéis al cordero pues sin él no es posible ver al rey. Nadie podrá ver al rey estando desnudo (…)”.Página 320. El evangelio según Felipe. “(…) 31. Si el Logos hubiera salido de allí (la boca) se alimentaría por la boca y sería perfecto. Los perfectos son fecundados por un beso y engendran. Por eso nos besamos nosotros también unos a otros y recibimos la fecundación por la gracia que nos es común (…)”. Página 320. El evangelio según Felipe. “(…) 35. Los apóstoles dijeron a los discípulos: “Que toda nuestra ofrenda obtenga sal”. Ellos llamaban sal a la Sofía, pies sin ella ninguna ofrenda es aceptable (…)”. Página 320. El evangelio según Felipe. “(…) 36.La Sofía es estéril, sin hijos, por ese se le llama también sal (…)”. Página 331. El evangelio según Felipe. Grial = copa de la oración. Contiene el Espíritu Santo = Hombre Perfecto. “(…) 100. La copa de la oración contiene vino y agua, ya que sirve de símbolo de la sangre, sobre la que se hace la acción de gracias. Está llena del espíritu Santo y pertenece al hombre enteramente perfecto. Al beberla recibimos en nosotros al hombre perfecto (…)”. (102). Ibidem. El evangelio de Tomas (gnóstico). Página 296. Santiago el Justo. “(…) 12. Sus discípulos dijeron a Jesús: sabemos que un día nos dejarás, ¿a quién deberemos seguir entonces? Jesús les dijo: Donde quiera que vayáis, creéis hacia Santiago el Justo, por quién la tierra y el cielo han sido hechos (…)”.TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 31. El osario de Santiago, hermano de Jesús. “(…) El 21 de octubre de 2002 por la mañana, Hershell Shanks, editor de la Biblical Archaeology Review, anunció en conferencia de o prensa en Washington D. C., que había aparecido en Jerusalén una “arqueta” u osario de piedra caliza con la inscripción, en antiguo arameo, “Santiago hijo de José hermano de Jesús”. / (Página 33) (…). Los paleógrafos corroboraron el análisis de Lemaire que sancionaba la autenticidad de la inscripción, perfectamente atribuible al siglo I. Parecía haber pocas dudas de que el osario había contenido los huesos de “un” Santiago, hijo, de “un” José, con un hermano llamado “Jesús”, que había muerto y recibido sepultura en el siglo I (…)”.Página 29. Protoevangelio de Santiago. Santiago, autor del texto. “(…) XXV.1. Yo, Santiago, quién ha escrito esta historia, sobreviniendo mucha confusión en Jerusalén tras la muerte de Herodes, me retiré al desierto hasta que la agitación se calmó en Jerusalén, glorificando al Dios todopoderoso, que me otorgó la gracia y el talento para escribir este relato (…)”. (103). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 21. Gobierno provisional: Santiago, hermano de Jesús. “(…) Poco antes de morir, Jesús nombró un gobierno provisional con doce representantes regionales, uno por cada una de las tribus y zonas geográficas de Israel, y encomendó a su hermano Santiago este gobierno en [ilegible],con lo que Santiago se convirtió en jefe indiscutible del incipiente movimiento cristiano (…)”. (104). Ibidem. “(…) 62. Muerte de Santiago, hermano de Jesús (…)”. (105). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 303. El evangelio según Tomás (gnóstico). “(…) 61. Jesús dijo: Dos reposarán sobre un lecho, uno de ellos morirá y el otro vivirá. Salomé dijo: ¿Quién eres tú? ¿De quién eres hijo? has subido a mi cama y has comido de mi mesa. Jesús le dijo: Soy el que proviene del Uno Indiviso y se me han dado algunas de Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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las cosas de mi Padre. Salomé dijo: Soy tu discípula. Y Jesús le dijo: Por eso dicho: Lo indiviso está lleno de luz, mientras que lo dividido, lo llenan las tinieblas (…)”. (106). Ibidem. Página 309. El evangelio según Tomás (gnóstico). María Magdalena. “(…) 114. Simón Pedro les dijo: Que María salga de entre nosotros, pues las mujeres no son dignas de la Vida. Y Jesús dijo: Yo los guiaré para convertirla en varón, para que también ella se convierta en un espíritu vivo semejante a / (Página 310) vosotros, varones. Pues toda mujer que se convierte en varón podrá entrar en el Reino de los cielos (…)”.Página 320. El evangelio según Felipe. María la madre de Jesús tenía una hermana. María Magdalena. “(…) 32. Tres eran las que caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de esta y Magdalena, a quién se designa como su compañera. Tanto su hermana como su madre y su compañera son Marías (…)”.Página 323. El evangelio según Felipe. María Magdalena. “(…) 55. La Sofía, llamada “la estéril”, es la madre de los ángeles. La compañera de Cristo es María Magdalena a quién el Señor amaba más que a todos los discípulos y acostumbraba a besarla frecuentemente en la boca. Los demás se ofendían y le preguntaban por qué la amaba más que a ellos. 56. ¿Por qué la amo más que a vosotros? respondió él. Si un ciego y un vidente se encuentran en una habitación oscura, ambos están en la misma situación, sin embargo cuando se haga la luz, el vidente verá y el otro permanecerá en la oscuridad (…)”. (107). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 35. “(…) El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 36. “(…) Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el cordero de Dios (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 37. “(…) Le oyeron hablar los dos discípulos, y siguieron a Jesús (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 38. “(…) Y volviéndose a Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras? (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 39. “(…) Les dijo: Venid y ved. Fueron y vieron donde miraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 40. “(…) Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 41. “(…) Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo) (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 42. “(…) Y te trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tu eres Simón, hijo de Jonás; tu serás llamado Cefas [De la palabra piedra en arameo y en griego, respectivamente] (que quiere decir, Pedro) (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 43. “(…) El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 44. “(…) Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro (…)”. Página 975. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 45. “(…) Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a asuel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 46. “(…) Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 47. “(…) Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quién no hay engaño (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 48. “(…) Le dijo Natanael: ¿De donde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estaba debajo de la higuera, te vi (…)”. Página 975. Libros del Nuevo Testamento. Los primeros discípulos de Jesús. Juan 1, 49. “(…) Respondió Natanael y le dijo: rabí, tu eres el Hijo de Dios; tu eres el Rey de Israel (…)”. (108). Ibidem. Página 898. Libros del Nuevo Testamento. La familia de Zebedeo (Petición de Santiago y de Juan). Mateo 20, 20. “(…) Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos postrándose ante él y pidiéndoles algo. (…)”. Página 898. Libros del Nuevo Testamento. La familia de Zebedeo (Petición de Santiago y de Juan). Mateo 20, 21. “(…) Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda (…)”. Página 898. Libros del Nuevo Testamento. La familia de Zebedeo (Petición de Santiago y de Juan). Mateo 20, 22. “(…) Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos redijeron: Podemos (…)”.Página 898. Libros del Nuevo Testamento. La familia de Zebedeo (Petición de Santiago y de Juan). Mateo 20, 23. “(…) Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos quienes está preparado por mi Padre (…)”. (109). Ibidem. Página 898. Libros del Nuevo Testamento. La familia de Zebedeo (Petición de Santiago y de Juan). Mateo 20, 24. “(…) Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los dos hermanos (…)”. (110). Ibidem. Página 912. Libros del Nuevo Testamento. Jacobo, hermano de Juan. Marcos 1, 19. “(…) Pasando de allí [del mar de Galilea] un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes (…)”. Página 912. Libros del Nuevo Testamento. Jacobo, hermano de Juan. Marcos 1, 20. “(…) Y luego les llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, le siguieron (…)”.Página 915. Libros del Nuevo Testamento. Jacobo y Juan, hijos del Trueno. Marcos 3, 17. “(…) a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno (…)”. (111). Ibidem. Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 13. “(…) Después subió al monte, y llamó así a los que quiso; y vinieron a él (…)”. Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 14. “(…) Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, (…)”. Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 15. “(…) y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: (…)”.Página Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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943. Libros del Nuevo Testamento. Elección de los doce apóstoles. Lucas 6, 12. “(…) En aquellos días el fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios (…)”. Página 943. Libros del Nuevo Testamento. Elección de los doce apóstoles. Lucas 6, 13. “(…) Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: (…)”. (112). Ibidem. Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 16. “(…) a Simón, a quién puso por sobrenombre Pedro; (…)”.Página 943. Libros del Nuevo Testamento. Elección de los doce apóstoles. Lucas 6, 14. “(…) a Simón, a quién también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, (…)”. (113). Ibidem Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 17. “(…) a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; (…)”.Página 943. Libros del Nuevo Testamento. Elección de los doce apóstoles. Lucas 6, 14. “(…) a Simón, a quién también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, (…)”. (114). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 990. Libros del Nuevo Testamento. Felipe, autóctono de Betsaida de Galilea. Juan 12, 20. “(…) Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta (…)”.Página 990. Libros del Nuevo Testamento. Felipe, autóctono de Betsaida de Galilea. Juan 12, 21. “(…) Estos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús (…)”. Página 990. Libros del Nuevo Testamento. Felipe, autóctono de Betsaida de Galilea. Juan 12, 22. “(…) Felipe fue y se lo dijo a Andrés; entonces Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús (…)”.Página 1028. Libros del Nuevo Testamento. Felipe, el evangelista vivía en Cesárea (en tiempos de Pablo). Hechos 21, 8. “(…) Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesárea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él (…)”. Página 1028. Libros del Nuevo Testamento. Felipe, el evangelista vivía en Cesárea (en tiempos de Pablo). Hechos 21, 9. “(…) Éste tenía cuatro doncellas que profetizaban (…)”. (115). Ibidem. Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 18. “(…) a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista (…)”.Página 943. Libros del Nuevo Testamento. Elección de los doce apóstoles. Lucas 6, 14. “(…) a Simón, a quién también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, (…)”. (116). Ibidem. Página 915. Libros del Nuevo Testamento. La elección de los doce apóstoles. Marcos 3, 19. “(…) y a Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa (…)”.Página 943. Libros del Nuevo Testamento. Elección de los doce apóstoles. Lucas 6, 16. “(…) Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor (…)”. (117). Ibidem. Página 931. Libros del Nuevo Testamento. Jesús ora en Jetsemaní. Marcos 14, 32. “(…) Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentáos aquí, entre tanto que yo oro (…)”. Página 930. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania: vaso de alabastro. Marcos 14, 33. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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“(…) Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse (…)”.Página 950. Libros del Nuevo Testamento. Pedro, Juan y Jacobo. Lucas 9, 28. “(…) Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar (…)”. (118). Ibidem. Página 968. Libros del Nuevo Testamento. Disputas entre Pedro y Juan. Lucas 22, 8. “(…) Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos (…)”. Página 968. Libros del Nuevo Testamento. Disputas entre Pedro y Juan. Lucas 22, 21. “(…) Más he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa (…)”. Página 968. Libros del Nuevo Testamento. Disputas entre Pedro y Juan. Lucas 22, 23. “(…) Entonces ellos empezaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de hacer esto (…)”. Página 968. Libros del Nuevo Testamento. Disputas entre Pedro y Juan. Lucas 22, 24. “(…) Hubo también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor (…)”. (119). Ibidem. Página 969. Libros del Nuevo Testamento. Disputas entre Pedro y Juan: Las dos espadas. Lucas 22, 36. “(…) Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una (…)”Página 969. Libros del Nuevo Testamento. Disputas entre Pedro y Juan: Las dos espadas. Lucas 22, 38. “(…) Entonces ellos dijeron: Señor, aquí hay dos espadas. Y él les dijo: Basta (…)”. (120). Ibidem. Página 918. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos de Jesús. Marcos 6, 3. “(…) ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanos? Y se escandalizaban de él (…)”.Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos y hermanas de Jesús no creían en él. Juan 7, 1. “(…) Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle (…)”. Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos y hermanas de Jesús no creían en él. Juan 7, 2. “(…) Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos (…)”.Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos y hermanas de Jesús no creían en él. Juan 7, 3. “(…) y le dijeron sus hermanos: sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces (…)”. Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos y hermanas de Jesús no creían en él. Juan 7, 3. “(…) Porque ninguno que procurara darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo (…)”. Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos y hermanas de Jesús no creían en él. Juan 7, 5. “(…) Porque ni aún sus hermanos creían en él (…)”. Página 982. Libros del Nuevo Testamento. Los hermanos y hermanas de Jesús no creían en él. Juan 7, 7. “(…) No puede el mundo aborrecernos a vosotros; más a mi me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas (…)”. (121). Ibidem. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. El escondite de Jesús. Juan 10, 39. “(…) Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de sus manos (…)”. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. El escondite de Jesús. Juan 10, 40. “(…) Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí (…)”. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. El escondite de Jesús. Juan 10, 41. “(…) Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad (…)”. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. El escondite de Jesús. Juan 10, 42. “(…) Y Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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muchos creyeron en él allí (…)”.TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 210. Pella, ciudad greco-romana de la Decápolis. “(…) El wadi Querit está pocos kilómetros al sur de Pella, ciudad de la Decápolis, y sabía por mis lecturas que cuando los seguidores de Jesús huyeron de Jerusalén en el año 68, poco antes del asedio romano durante la gran sublevación judías, se dirigieron a la región de Pella. A Santiago, hermano de Jesús, ya lo habían matado, y por entonces dirigía la comunidad de nazarenos su hermano Simón (…). La tradición dice que estuvieron allí más de tres años para regresar en el año 70, después de la destrucción de Jerusalén (…). Wadi Querit (…) siguiéndole torrente hacia el este, el terreno se hace en segunda intransitable debido a las rocas / (Página 211) y las cascadas, pero poco después se abre en un claro aislado, rodeado de acantilados llenos de cuevas. En las cuevas hallamos restos de cerámica romana del siglo I (…)”.Página 199. Santuario romano del monte Hermón elegido por Jesús durante su periodo de clandestinidad (parecido a Cales Coves por si configuración). “(…) En la cabecera del Jordán, al pie del monte Hermón, de cima nevada, había un lugar llamado Bamás o Pamás, en honor del dios Pan. Es un paraje precioso donde nace el Jordán, con abundante vegetación, aspecto tropical y rodeado de altos riscos y cuevas naturales. Los romanos lo consideraron como un santuario natural sagrado, y en él construyó Herodes el Grande, en honor del emperador Augusto, un templo cuyos cimientos aún subsisten. Allí, adornaban diversos nichos excavados estatuas de las deidades greco-romanas. Fue al sur de este paraje, donde Filipo, hermano de Herodes Antipas, construyó su capital, a la que llamó Cesárea Philippi. Por las excavaciones se sabe que acudían allí peregrinos de toda la región sirio-fenicia a comer y beber y pedir el favor de sus dioses (…)”. (122). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Biblia. Antiguo y Nuevo Testamento: Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602); otras revisiones: 1862, 1909 y 1960”. Sociedades Bíblicas en América Latina.1960. Página 989. Libros del Nuevo Testamento. Otro escondite de Jesús. Juan 11, 54. “(…) Por lo tanto Jesús ya no andaba abiertamente entre los judíos, sino que se alejó de allí a la región contigua al desierto, a una ciudad llamada Efraín; y se quedó allí con sus discípulos (…)”. (123). Ibidem. Página 992. Jesús anuncia la negación de Pedro. Juan 13, 36-38. “(…) 36. Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde llovió, no me puedes seguir ahora; más me seguirás después. 37. Le dijo Pedro: Señor, ¿Por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por tí. 38. Jesús le respondió: ¿Tú vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces (…)”. Página 996. Arresto de Jesús. Juan 18, 10-11. “(…) 10. Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco. 11. Y Jesús dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber (…)”. Página 997. Pedro en el patio de Anás. Juan 18, 15-18. “(…) 15. Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo sacerdote; 16. Más Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo entrar a Pedro. 17. Entonces la criada portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo él: No lo soy. 18. Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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calentaban; y también con ellos estaba Pedro en pie, calentándose (…)”. Página 997.Pedro niega a Jesús. Juan 18, 25-27. “(…) 25. Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy.26. Uno de los siervos de sumo sacerdote, pariente de aquel a quién Pedro había cortado la oreja, le dijo: ¿No te vi yo en el huerto con él? 27. Negó Pedro otra vez; y en seguida cantó el gallo (…)”. (124). Ibidem. Página 1001. Apacienta mis ovejas. Juan 21, 15-19. “(…) 15. Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. 16. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: pastorea mis ovejas. 17. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. 18. De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñían e ibas a donde querías; más cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. 19. Esto dijo, dando a entender con que muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme (…)”. Página 1001. El discípulo amado. Juan 21, 20-25. “(…) 20. Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 21. Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de este?22. Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a tí? Sígueme tú. 23. este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a tí? 24. este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero. 25. Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aún en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén (…)”. (125). Ibidem. Página 1002. Libros del Nuevo Testamento. Suicidio de Judas y elección de un nuevo apóstol. Hechos 1, 18. “(…) Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron (…)”. (126). Ibidem. Página 1003. Los hermanos de Jesús. Elección del sucesor de Judas. Hechos 1,12-26. “(…) 12. Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo.13.Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 14. Todos estos preservaban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. 15. En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número), y dijo: 16. Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el espíritu Santo habló antes por boca de David acerca de Judas, que fue guía de los que prendieron a Jesús. 17. Y era contado con nosotros, y tenía parte en este ministerio. 18. Este, pues, con el salario de su iniquidad adquirió un campo, y cayendo de cabeza, se reventó por la mitad, y todas sus entrañas se derramaron. 19. Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Acéldama, que quiere decir, Campo de sangre. 20. Porque está escrito en el libro de los Salmos: sea hecha desierta su habitación, y no haya quién more Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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en ella; y: tome otro su oficio.21. Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado junto con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22. Comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día de que entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección. 23. Y señalaron a dos: a José, llamado Barsabás, que tenía por sobrenombre Justo, y a Matías. 24. Y llorando dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cual de estos dos has escogido 25. Para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por trasgresión, para irse a su propio lugar. 26. Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles (…)”. (127). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 320. El evangelio según Felipe. María la madre de Jesús tenía una hermana. María Magdalena. “(…) 32. Tres eran las que caminaban continuamente con el Señor: su madre María, la hermana de esta y Magdalena, a quién se designa como su compañera. Tanto su hermana como su madre y su compañera son Marías (…)”. Página 323. El evangelio según Felipe. María Magdalena era la compañera o pareja de Jesús. “(…) 55. La Sofía, llamada “la estéril”, es la madre de los ángeles. La compañera de Cristo es María Magdalena a quién el Señor amaba más que a todos los discípulos y acostumbraba a besarla frecuentemente en la boca. Los demás se ofendían y le preguntaban por qué la amaba más que a ellos. 56. ¿Por qué la amo más que a vosotros? respondió él. Si un ciego y un vidente se encuentran en una habitación oscura, ambos están en la misma situación, sin embargo cuando se haga la luz, el vidente verá y el otro permanecerá en la oscuridad (…)”. (128). Ibidem. Página 309. María Magdalena. “(…) 114. Simón Pedro les dijo: Que María salga de entre nosotros, pues las mujeres no son dignas de la Vida. Y Jesús dijo: Yo los guiaré para convertirla en varón, para que también ella se convierta en un espíritu vivo semejante a / (Página 310) vosotros, varones. Pues toda mujer que se convierte en varón podrá entrar en el Reino de los cielos (…)”. (129). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1051. Figura de la diaconisa en la iglesia judeocristiana de Pablo. Saludos personales. Romanos 16, 1-2. “(…) 1. Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; 2. Que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mi mismo (…)”. (130). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 309. María Magdalena. “(…) 114. Simón Pedro les dijo: Que María salga de entre nosotros, pues las mujeres no son dignas de la Vida. Y Jesús dijo: Yo los guiaré para convertirla en varón, para que también ella se convierta en un espíritu vivo semejante a / (Página 310) vosotros, varones. Pues toda mujer que se convierte en varón podrá entrar en el Reino de los cielos (…)”. (131). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Magdalena. Marcos 16, 1. “(…) Cuando pasó el día de reposo, María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 2. “(…) Y muy de mañana, el primer día de la semana, vinieron al sepulcro, ya salido el sol (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 8. “(…) Y ellas se fueron huyendo del sepulcro, porque les había tomado temblor y espanto; ni decían nada a nadie, porque tenían miedo (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 9. “(…) habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena, de quién había echado siete demonios (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 15. “(…) Y les dijo: id por el mundo y predicad el evangelio a toda criatura (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 17. “(…) Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 18. “(…) tomarán en las manos serpientes, y si bebieran cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán (…)”. Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 20. “(…) Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 1. “(…) El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 2. “(…) Entonces corrió, y fue a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel al que amaba Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, que sabemos donde le han puesto (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 3. “(…) Y salieron Pedro y el otro discípulo, y fueron al sepulcro (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 4. “(…) Corrían los dos juntos; pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 5. “(…) Y bajándose a mirar, vio los lienzos puestos allí, pero no entró (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 6. “(…) Luego llegó Simón Pedro tras él, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 7. “(…) y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 8. “(…) Entonces entró también el otro discípulo, que había venido primeo al sepulcro; y vio, y creyó (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 9. “(…) Porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 11. “(…) Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro (…)”. Página Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 82 www.baucan.org
999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 12. “(…) Y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados eludo a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 13. “(…) Y le dijeron: Por qué se han llevado a mi Señor, y no sé donde le han puesto (…)”. Página 999. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 14. “(…) Cuando había dicho esto, se volvió / (Página 1000), y vio a Jesús que estaba allí; más no sabía que era Jesús (…)”. Página 1000. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 15. “(…) Jesús le dijo: Mujer, ¿Por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tu lo has llevado, dime donde lo has puesto, y yo lo llevaré (…)”. Página 1000. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 16. “(…) Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quería decir, Maestro) (…)”. Página 1000. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 17. “(…) Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; más ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios (…)”. Página 1000. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Juan 20, 18. “(…) Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos las nuevas de que había visto al Señor, y que él había dicho estas cosas (…)”. (132). Ibidem. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 2. “(…) Y hallaron removida la piedra del sepulcro; (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 3. “(…) y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 4. “(…) Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pasaron junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 5. “(…) y como tuvieron temor y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿Por qué buscáis de entre los muertos al que vive? (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 6. “(…) No está aquí, sino que ha resucitado. Acordáos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 7. “(…) diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 8. “(…) Entonces ellas se acordaron de sus palabras, (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 9. “(…) y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los demás (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 10. “(…) Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 11. “(…) Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 83 www.baucan.org
Más a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 12. “(…) Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido (…)”. (133). Ibidem. Página 946-947. Libros del Nuevo Testamento. Mujeres que sirven a Jesús. Lucas 8, 1. “(…) Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él (…)”. Página 946-947. Libros del Nuevo Testamento. Mujeres que sirven a Jesús. Lucas 8, 2. “(…) y algunas mujeres que habían sido / (Página 947) sonadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios (…)”. Página 947. Libros del Nuevo Testamento. Mujeres que sirven a Jesús. Lucas 8, 1. “(…) Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes (…)”. (134). Ibidem. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Tergiversación de que fue Simón-Pedro en lugar de María Magdalena el primero que vio a Jesús resucitado. Lucas 24, 10. “(…) Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Tergiversación de que fue Simón-Pedro en lugar de María Magdalena el primero que vio a Jesús resucitado. Lucas 24, 11. “(…) Más a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Tergiversación de que fue Simón-Pedro en lugar de María Magdalena el primero que vio a Jesús resucitado. Lucas 24, 12. “(…) Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido (…)”. Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Tergiversación de que fue Simón-Pedro en lugar de María Magdalena el primero que vio a Jesús resucitado. Lucas 24, 34. “(…) que decían: Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón (…)”. (135). Ibidem. Página 906. Libros del Nuevo Testamento. El vaso de alabastro. Mateo 26, 6. “(…) Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso (…)”. Página 906. Libros del Nuevo Testamento. El vaso de alabastro. Mateo 26, 7. “(…) vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado en la mesa (…)”. Página 906. Libros del Nuevo Testamento. El vaso de alabastro. Mateo 26, 12. “(…) Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo he hecho a fin de prepararme para la sepultura (…)”. Página 906. Libros del Nuevo Testamento. El vaso de alabastro. Mateo 26, 13. “(…) De ciertos digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella (…)”.Página 930. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania: vaso de alabastro. Marcos 14, 3. “(…) Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado ala mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre la cabeza (…)”. Página 930. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania: vaso de alabastro. Marcos 14, 8. “(…) Esta ha hecho lo que podía; porque se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura (…)”. Página 930. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania:vaso de alabastro. Marcos 14, 9. “(…) De cierto os Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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digo que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella (…)”. (136). Ibidem. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Juan 11, 1. “(…) Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana (…)”. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Juan 11, 2. “(…) (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos) (…)”. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Juan 11, 3. “(…) Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo (…)”. Página 988. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania, hermana de Marta y Lázaro. Juan 11, 5. “(…) Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro (…)” (137). Ibidem. Página 990. Libros del Nuevo Testamento. María de Betania pertenecía a una familia acomodada. Juan 12, 5. “(…) ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? (…)”. (138). Ibidem. Página 990. Libros del Nuevo testamento. Unción de Jesús por María de Betania. Juan 12, 1. “(…) Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quién había resucitado de los muertos (…)”. Página 990. Libros del Nuevo testamento. Unción de Jesús por María de Betania. Juan 12, 2. “(…) Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él (…)”. Página 990. Libros del Nuevo testamento. Unción de Jesús por María de Betania. Juan 12, 3. “(…) Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y unció los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó de olor a perfume (…)”. Página 990. Libros del Nuevo testamento. Unción de Jesús por María de Betania. Juan 12,7. “(…) Entonces Jesús dijo: Déjala; para el día de mi sepultura he guardado esto (…)”. (139). Ibidem. Página 913. Libros del Nuevo Testamento. La suegra de Pedro (Pedro estaba casado). Marcos 1, 29. “(…) Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y de Andrés, con Jacobo y Juan (…)”. Página 913. Libros del Nuevo Testamento. La suegra de Pedro (Pedro estaba casado). Marcos 1, 30. “(…) Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella (…)”.Página 941. Libros del Nuevo Testamento. Pedro, el apóstol estaba casado. Lucas 4, 38. “(…) Entonces Jesús se levantó y salió de la sinagoga, y entró en casa de Simón. La suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le rogaron por ella (…)”. (140). Ibidem. Página 1059. Los derechos de un apóstol. 1 Corintios 9, 1-27. “(…) 9. ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? 2. Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. 3. Contra los que me acusan esta es mi defensa: 4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y de beber? 5. ¿No tenemos derecho de traer una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefás? 6.¿O solo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 7. ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 8. ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9. Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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cuidado de los bueyes 10. O lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla con esperanza de recibir del fruto. (…) 13. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 14. Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 15. Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. 16. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 17. Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. 18. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.19.Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. 20. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto ala ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 21. A los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley. 22. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 23. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él (…)”. (141). TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Apéndice cronológico. 5. a. C. Nacimiento de Juan el Bautista y de Jesús. 29 d. C. Decapitación de Juan el Bautista por orden de Herodes Antipas. 30. Crucifixión de Jesús. Década de los 50.Apostolado y predicación de Pablo. 62. Muerte de Santiago, hermano de Jesús. 63. Fecha tradicional de la muerte de Pedro. 64. Fecha tradicional de la muerte de Pablo. 69-79. Reinado de Vespasiano, sexto emperador de Roma. 66-70. Primera revuelta judía, destrucción de Jerusalén por los romanos en 70 d.C. - 73. Caída de Masada, último bastión judío. (142). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1004. Después de la resurrección de Jesús, Pedro y Juan predicaban juntos. Curación de un cojo. Hechos 3, 4. “(…) Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos (…)”. Página 1005. Después de la resurrección de Jesús, Pedro y Juan predicaban juntos. Discurso de Pedro en el pórtico de Salomón. Hechos 3, 11. “(…) Y teniendo asidos a Pedro y a Juan el cojo que había sido sanado, todo el pueblo atónito, concurrió a ellos al pórtico que se llama de Salomón (….)”. Página 1005. Después de la resurrección de Jesús, Pedro y Juan predicaban juntos. Pedro y Juan ante el concilio. Hechos 4, 1-3. “(…) 1. Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos. 2. Resentidos de que enseñasen al pueblo, y -
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anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos.3. Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde (…)”.Página 1005. Después de la resurrección de Jesús, Pedro y Juan predicaban juntos. Los creyentes piden confianza y valor. Hechos 4, 23. “(…) Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho (…)”. (143). Ibidem. Página 1008. San Esteban elegido diácono. Elección de los siete diáconos. Hechos 6, 1-7. “(…) 1. En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquellos eran desatendidas en la distribución diaria. 2. Entonces los doce convocaron ala multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos este trabajo. 4. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6. A los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. 7. Y creía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe (…)”. Páginas 1008 y 1009. Arresto de Esteban. Hechos 6, 8-15. “(…) 8.Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. 9. Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia, y de Asia, disputando con Esteban. 10. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. 11. Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. 12. Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio.13. Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; 14. Pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés. 15. Entonces todos los que estaban sentados en el concilio, al fijar los ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel (…)”. Página 1011. Defensa y muerte de Esteban. Hechos 7, 55-60- “(…) 55. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio su gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios. 56. Y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58. Y echándole fuera de la ciudad, lo apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió (…)”. Página 1011. Primera diáspora: Judea y Samaría. Saulo persigue a la Iglesia. Hechos 8, 1-3. “(…) 1. Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaría, salvo los apóstoles. 2. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto por él. 3. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y mujeres, y los entregaba en la cárcel (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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(144). Ibidem. Página 1012. Conversión de Saulo. Hechos 9, 1-. “(…) 1. Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote. 2. Y le pidió cartas para las sinagogas de damasco, a fin de que si hallase a algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. 3. Más yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; 4. Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5. El dijo:¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quién tú persigues: dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 6.Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. 7. Y los hombres que iban con Saulo se quedaron atónitos, oyendo a la verdad la voz, más sin ver a nadie. 8. Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco. 9. Donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. (…) 17. Fue entonces Ananás y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del espíritu santo. 18. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose fue bautizado. 19. Y habiendo tomado alimento, recobró fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco (…)”.Página 1013. Saulo predica en Damasco. Hechos 9, 20-22. “(…) 20. En seguida predicaba a cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios. 21. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían: ¿No es este el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? 22. Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en damasco, demostrando que Jesús era el cristo (…)”. Página 1013. Saulo escapa de los judíos. Hechos 9, 23-25. “(…) 21.pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle; 24. Pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle.25. Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta (…)”. Página 1013. Saulo en Jerusalén. Hechos 9, 23-24. “(…) 26. Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo.27. Entonces Bernabé, tomándole, lo trajo a los apóstoles, y les contó como Saulo había visto en el camino al Señor, el cual le había hablado, y como en Damasco había hablado valerosamente en el nombre de Jesús (…)”. (145). Ibidem. Página 1016. Muerte de Jacobo, hermano de Juan. Y encarcelamiento de Pedro. Hechos 12, 1-5. “(…) 1. En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó manos a algunos de la iglesia para maltratarles. 2. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan. 3. Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió también a emprender a Pedro. Eran entonces los días de los panes sin levadura. 4. Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua.5. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él (…)”. Página 1017. María, madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. Pedro es liberado de la cárcel. Hechos 12,12. “(…) Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando (…)”. Página 1017. Cuando Dios libera de la cárcel a Pedro, éste no sabe que Jacobo ha sido Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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asesinado. Hechos 12, 17. “(…) Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó como el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió y se fue a otro lugar (…)”. (146). Véase cita 161. (147). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1017. Bernabé predicaba junto a Saulo. Muerte de Herodes. Hechos 12, 25. “(…) Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron a Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos (…)”. (148). Ibidem. Página 1021. Pablo se opone a que Juan, de sobrenombre Marcos le acompañe en su segundo viaje misionero. Pablo se separa de Bernabé, y comienza su segundo viaje misionero. Hechos 15, 36-41. “(…) 36. Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver como están. 37. Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre marcos; 38. Pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39. Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a marcos, navegó a Chipre, 40.Y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. 41. Y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias (…)”. (149). Ibidem. Página 1017. La línea dura de la predicación de Pablo. Los apóstoles predican en Chipre. Hechos 13, 4-12. “(…) 4. Ellos [se refiere a Bernabé, Saulo y Marcos], entonces, enviados por el espíritu santo, descendieron a Seleucida, y de allí navegaron a Chipre. 5. Y llegados a Salamina, anunciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Tenían también a Juan [de sobrenombre marcos] de ayudante. 6. Y habiendo atravesado toda la isla hasta Pafos, hallaron a cierto mago, falso profeta, judío, llamado Barjesús, 7.Que estaba con el procónsul Sergio Paulo, varón prudente. Este, llamando a Bernabé y a Saulo, deseaba oír la palabra de Dios. 8. Pero les resistía Elimas, el mago (pues así se traduce su nombre), procurando apartar de la fe al procónsul. 9. Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, 10. Dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? 11. Ahora, pues, he aquí la mano del Señor está contra tí, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quién le condujese de la mano.12. Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor (…)”. (150). Ibidem. Página 1022. Pablo era un alborotador religioso. Encarcelados en Filipos. Hechos 16, 16-23. “(…) 16. Aconteció que mientras íbamos a la oración nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17. esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación.18. Y esto lo hacía por muchos días; más desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.19. Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro ante las autoridades; Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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20.Y presentándolos a los magistrados, dijeron: estos hombres siendo judíos, alborotan nuestra ciudad. 21. Y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos. 22. Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas.23. Después de haberles azotado, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los mandase con seguridad (…)”. Página 1022. Pablo era un alborotador religioso. El alboroto de Tesalónica. Hechos 17, 1-2. “(…) 1.Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2. Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos (…)”.Página 1022. Pablo era un alborotador religioso. Pablo Y Silas en Berea. Hechos 17, 10-15. “(…) 10. Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.11. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12. Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 13. Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes.14. Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15. Y los que se habían encargado de conducir a pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron (…)”. (151). Ibidem. Página 1024. Pablo era un alborotador religioso. Pablo en Corinto. Hechos 18, 5-6. “(…) 5. Y cuando Silas y Timoteo vinieron de macedonia, pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el cristo. 6. Pero oponiéndose y blasfemando estos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio, desde ahora, me iré a los gentiles (…).12. Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal (…)”. (152). Ibidem. Página 1025. Pablo cambia la base de la religión de Jesús el Cristo. Pablo en Éfeso. Hechos 19, 1-6. “(…) 1. Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recoger las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos.2.Les dijo: ¿recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuísteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el cristo. 5. Cuando oyeron esto fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús (…)”. (153). Ibidem. Página 1028. Actitud prepotente de Pablo. Viaje de Pablo a Jerusalén. Hechos 21, 11-14. “(…) 11. Quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quién es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. 12. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. 13. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no solo a ser atado, más aún a morir en Jerusalén por el nombre del señor Jesús. 14. Y como no lo pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor (…)”.
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(154). Ibidem. Página 1029. Pablo comienza su defensa hablando de su origen romano, y después pasa a hablar de su religión judeocristiana. Defensa de Pablo ante el pueblo. Hechos 22, 1-5. “(…) 1. Varones hermanos y padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros.2. Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio. Y él les dijo: 3. Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como hoy lo sois todos vosotros.4.perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombres y mujeres. 5. Como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quienes también recibí cartas para los hermanos, y fui a damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados (…)”. [A continuación viene el texto de Pablo relata su conversión]. Página 1030. “Donde dije digo, digo Diego”. Pablo ante el tribuno. Hechos 22, 25-29. “(…) 25. Pero cuando le ataron con correas, pablo dijo al Centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un ciudadano romano sin haber sido condenado? 26. Cuando el centurión oyó esto, fue y dio aviso al tribuno, diciendo: ¿Qué vas a hacer? Porque este hombre es ciudadano romano. 27. Vino el tribuno y le dijo: Dime, ¿eres tú ciudadano romano? Él dijo: Sí. 28. respondió el tribuno: Yo con una gran suma adquirí esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Pero yo lo soy de nacimiento. 29. Así que luego se apartaron de él los que le iban a dar tormento; y aún el tribuno, al saber que era ciudadano romano, también tuvo temor por haberle atado (…)”. Página 1030. “Donde dije digo, digo Diego”. Pablo era un manipulador. Pablo ante el concilio. Hechos 23, 1-11. “(…) 1. Entonces Pablo, mirando, fijamente al concilio, dijo: varones, hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. 2. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto aél, que le golpeasen en la boca.3. Entonces pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tu sentado para juzgarme conforme ala ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? 4. Los que estaban presentes dijeron:¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? 5. Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo. 6. Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. 7. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. 9. Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios (…)”. (155). Ibidem. “(…) 19.Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. 20. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto ala ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 21. A los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley. 22. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 23. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él (…)”. (156). Ibidem. Página 1059. Los derechos de un apóstol. 1 Corintios 9, 1-27. “(…) 9. ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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sois vosotros mi obra en el Señor? 2. Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. 3. Contra los que me acusan esta es mi defensa: 4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y de beber? 5. ¿No tenemos derecho de traer una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefás? 6.¿O solo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 7. ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 8. ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9. Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes 10. O lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla con esperanza de recibir del fruto. (…) 13. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 14. Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 15. Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. 16. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 17. Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. 18. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.19.Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. 20. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto ala ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 21. A los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley. 22. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 23. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él (…)”. (157). Ibidem. Página 1082. Salutación. Efesios 1,1. “(…) Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso (…)”. (158). Ibidem. Página 1038. Salutación. Romanos 1, 1-5. “(…) 1. Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios 2. Que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras 3. Acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que era del linaje de David, según su carne 4. Que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos. 5. Y por quién recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre (…)”.Página 1053. Salutación. Corintios 1, 1-3. “(…) 1. Pablo llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes. 2. A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro (…)”.Página 1077. Autoratificación de que Pablo fue elegido por Jesucristo. Gálatas 1, 1. “(…) Pablo, apóstol (no de hombres no por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos) (…)”.Página 1082. Salutación. Efesios 1,1. “(…) Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso (…)”.Página 1087. Salutación. Filipenses 1,1. “(…) Pablo y Timoteo, siervos Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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de Jesucristo, a todos los santos en cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos (…)”.Página 1091. Salutación. Colosenses 1, 1-2. “(…) Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios y el hermano Timoteo, 2. A los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo (…)”.Página 1094. Salutación. 1 Tesalonicenses 1, 1. “(…) Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sea en vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo (…)”. (159). Ibidem. Página 1126. Salutación. 1 Pedro 1,1. “(…) Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia (…)”.Página 1130. Salutación. 2 Pedro 1, 1. “(…) Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra (…)”.Página 1139. Salutación. Judas1, 1. “(…) Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo (…).Página 1122. Salutación. Santiago 1,1. “(…) Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: salud (…)”. (160). Página 1059. Los derechos de un apóstol. 1 Corintios 9, 1-27. Ibidem. “(…) 5. ¿No tenemos derecho de traer una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefás? 6.(…)”. (161). Ibidem. Página 1077. Oposición entre Pedro y Pablo. Tito, el hermano de Pablo. El ministerio de Pablo. Gálatas 2,1-5. “(…) 1. Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.2.pero subí según una revelación y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.3.Más ni aún Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; 4. Y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en cristo Jesús, para reducirnos ala esclavitud. 5. A los cuales ni por un momento accedimos a someternos para que la verdad del evangelio permaneciese con nosotros. 6. Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron. 7. Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión.8.Pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles).9. Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefás y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles, y ellos ala circuncisión. 10. Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer (…)”. (162). Ibidem. Página 1077. Oposición entre Pedro y Pablo. Pablo reprende a Pedro en Antioquía. Gálatas 2, 11-21. “(…) 11. Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.13. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aún Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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14. Pero cuando ví que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro, delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío,¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15. Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, 16. Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17. Y si buscando ser justificados en cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18. Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, trasgresor me hago. 19. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.20. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.21. No deshecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo (…)”. (163). Ibidem. Contiene la epístola de san Pedro Apostol: Salutación, partícipes de la naturaleza divina, testigos presenciales de la gloria de Cristo, falsos profetas y falsos maestros, el día del Señor vendrá. (164). Ibidem. Página 1139. Falsas doctrinas y falsos maestros. Judas 1,4. “(…) Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo (…)”. (165). Ibidem. Contiene la epístola de san Pedro Apostol: Salutación, soportando las pruebas, hacedores de la palabra, amonestación contra la parcialidad, la fe sin obras es muerta, la lengua, la sabiduría de lo alto, la amistad con el mundo, juzgando al hermano, no os gloriéis del día de mañana, contra los ricos opresores, sed paciente y orad. (166). Ibidem. Contiene la primera epístola de san Juan Apostol: La palabra de vida, Dios es luz, Cristo, nuestro abogado, el nuevo mandamiento, el anticristo, hijos de Dios, el espíritu de Dios y el espíritu del anticristo, Dios es amor, la fe que vence al mundo, el testimonio del espíritu, el conocimiento de la vida eterna. Contiene la segunda epístola de san Juan Apostol: Salutación, permaneced en la doctrina de Cristo, espero ir a vosotros. Contiene la tercera epístola de san Juan Apostol: Salutación, elogio dela hospitalidad de Gayo, la oposición de Diotrefes, buen testimonio acerca de Demetrio, salutaciones finales. Contiene el Apocalipsis de san Juan: La revelación de Jesucristo, salutaciones alas siete iglesias, una visión del hijo del hombre, mensajes a las siete iglesias: el mensaje a Efeso; El mensaje a Esmirna; El mensaje a Pérgamo; El mensaje a Tiatira; El mensaje a Sardis; El mensaje a Filadelfia; El mensaje a Laodicea; la adoración celestial, el rollo y el cordero, los sellos, los 144.000 sellados, la multitud vestida de ropas blancas, el séptimo sello, las trompetas, el ángel con el librito, los dos testigos, la séptima trompeta, la mujer y el dragón, las dos bestias, el cántico de los 144.000, el mensaje de los tres ángeles, la tierra es segada, los ángeles con las siete postreras plagas, las copas de ira, condenación de la gran ramera, la caída de babilonia, alabanzas en el cielo, la cena de las bodas del cordero, el jinete del caballo blanco, los mil años, el juicio Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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ante el gran trono blanco, cielo nuevo y nueva tierra, la nueva Jerusalén, la venida de Cristo está cerca (167). Ibidem. Contenido de la epístola del apóstol, san Pablo a los romanos: Deseo de Pablo de visitar Roma, el poder del evangelio, la culpabilidad del hombre, el justo juicio de Dios, los judíos y la ley, no hay justo, la justicia es pormedio de la fe, el ejemplo de Abraham, la promesa realizada mediante la fe, resultados de la justificación, Adán y Cristo, muertos al pecado, siervos de la justicia, analogía tomada del matrimonio, el pecado que mora en mí, viviendo en el Espíritu, más que vencedores, la elección de Israel, la justicia que es por fe, el remanente de Israel, la restauración de Israel, deberes cristianos, los débiles en la fe, el evangelio a los gentiles, Pablo se propone ir a Roma, saludos personales, doxología final. Contenido de la primera epístola del apóstol san Pablo a los Corintios: salutación, acción de gracias por dones espirituales, ¿Está dividido Cristo? Cristo, poder y sabiduría de Dios, proclamando a Cristo crucificado, la revelación por el espíritu de Dios, colaboradores de Dios, el ministerio de los apóstoles, un caso de inmoralidad juzgado, litigios delante de los incrédulos, glorificad a Dios en vuestro cuerpo, problemas del matrimonio, lo sacrificado a los ídolos, los derechos de un apóstol, amonestaciones contra la idolatría, haced todo para la gloria de Dios, atavío de las mujeres, abusos en la cena del Señor, institución de la Cena del Señor, tomando la cena indignamente, dones espirituales, la preeminencia del amor, el hablar en lenguas, la resurrección de los muertos, la ofrenda para los santos, planes de Pablo, salutaciones finales. Página 1059. Los derechos de un apóstol. 1 Corintios 9, 127. “(…) 9. ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? 2. Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor. 3. Contra los que me acusan esta es mi defensa: 4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y de beber? 5. ¿No tenemos derecho de traer una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefás? 6.¿O solo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 7. ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del rebaño? 8. ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9. Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes 10. O lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla con esperanza de recibir del fruto. (…) 13. ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 14. Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. 15. Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. 16. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! 17. Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. 18. ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.19.Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número. 20. Me he hecho a los judíos como judío, para ganar Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto ala ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 21. A los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley. 22. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. 23. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él (…)”.Contiene la segunda epístola del apóstol san Pablo a los Corintios: Salutación, aflicciones de Pablo, Por qué pablo pospuso su visita a Corinto, pablo perdona al ofensor, ansiedad de pablo en Troas, triunfantes en Cristo, ministros del nuevo pacto, viviendo por la fe, el ministerio de la reconciliación, somos templo del Dios viviente, regocijo de Pablo al arrepentirse los corintios, la ofrenda para los santos, pablo defiende su ministerio, sufrimientos de Pablo como apóstol, el aguijón en la carne, Pablo anuncia su tercera visita, saludos y doxología final. Página 1068. Pablo no falsificaba la palabra de Dios. 2 Corintios 2,17. “(…) Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como departe de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo (…)”. Página 1074. Pablo siempre se está justificando. Los falsos apóstoles. Pablo defiende su ministerio. 2 Crotintios 11, 10-15. “(…) 10. Por la verdad de Cristó que está en mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya. 11. ¿Por qué? ¿Por qué no os amo? Dios lo sabe.12.Más lo que hago, lo haré aún para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en aquello en que se glorian, sean hallados semejantes a nosotros.13.Porqué estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de cristo.14. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15. Así que no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras (…)”.Contiene la segunda epístola del apóstol san Pablo a los Gálatas: Salutación, no hay otro evangelio, el ministerio de Pablo, Pablo reprende a Pedro en Antioquía, el pacto de Dios con Abraham, el propósito de la ley, exhortación contra el volver a la esclavitud, el espíritu se recibe por la fe, alegoría de Sara y Agar, estad firmes en la libertad, las obras de la carne y el fruto del Espíritu, Pablo se gloria en la cruz de Cristo, bendición final. Contiene la epístola del apóstol san Pablo a los Efesios: Salutación, bendiciones espirituales en Cristo, el espíritu de sabiduría y de revelación, salvos por gracia, reconciliación por medio de la cruz, ministerio de Pablo y los gentiles, el amor que excede a todo conocimiento, la unidad del Espíritu, la nueva vida en cristo, andad como hijos de luz, someteos los unos a los otros, la armadura de Dios, salutaciones finales. Contiene la epístola de san Pablo a los Filipenses: Salutación, oración de Pablo por los creyentes, para mi el vivir es Cristo, humillación y exaltación de Cristo, luminares en el mundo, Timoteo y Epafrodito, prosigo al blanco, regocijaos en el señor siempre, en esto pensad, dádivas de los filipenses, salutaciones finales. Contiene la epístola de san Pablo a los Colonenses: Salutación, Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual, reconciliación por medio de la muerte de Cristo, Ministerio de Pablo a los gentiles, plenitud de vida en cristo, la vida antigua y la nueva, deberes sociales de la nueva vida, salutaciones finales. Contiene la epístola de san Pablo a los Tesalonicenses: Salutación, ejemplo de los tesalonicenses, ministerio de Pablo en tesalónica, ausencia de Pablo de la iglesia, la vida que agrada a Dios, la venida del Señor, Pablo exhorta a los hermanos, salutaciones y Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 96 www.baucan.org
bendición final. Contiene la epístola de san Pablo a los Tesalonicenses: Salutación, Dios juzgará a los pecadores en la venida de Cristo, manifestación del hombre de pecado, escogidos para la salvación, que la palabra de Dios sea glorificada, el deber de trabajar, bendición final. Contiene la epístola de san Pablo a Timoteo: Salutación, advertencia contra falsas doctrinas, el ministerio de Pablo, instrucciones sobre la oración, requisitos de los obispos, el misterio de la piedad, predicción de la apostasía, un buen ministro de Jesucristo, deberes hacia los demás, piedad y contentamiento, la buena batalla de la fe, encargo final de Pablo a Timoteo. Contiene la epístola de san Pablo a Timoteo: Salutación, testificando con Cristo, un buen soldado de Jesucristo, carácter de los hombres en los postreros días, predica la palabra, instrucciones personales, saludos y bendición final. Contiene la epístola de san Pablo a Timoteo: Salutación, testificando con Cristo, un buen soldado de Jesucristo, carácter de los hombres en los postreros días, predica la palabra, instrucciones personales, saludos y bendición final. Contiene la epístola de san Pablo a Filemón Salutación, el amor y la fe de Filemón, Pablo intercede por Enésimo, salutaciones y bendición final. (168). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1030. “Donde dije digo, digo Diego”. Pablo era un manipulador. Pablo ante el concilio. Hechos 23, 1-11. “(…) 1. Entonces Pablo, mirando, fijamente al concilio, dijo: varones, hermanos, yo con toda buena conciencia he vivido delante de Dios hasta el día de hoy. 2. El sumo sacerdote Ananías ordenó entonces a los que estaban junto a él, que le golpeasen en la boca.3. Entonces Pablo le dijo: ¡Dios te golpeará a ti, pared blanqueada! ¿Estás tu sentado para juzgarme conforme a la ley, y quebrantando la ley me mandas golpear? 4. Los que estaban presentes dijeron: ¿Al sumo sacerdote de Dios injurias? 5. Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo. 6. Entonces Pablo, notando que una parte era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz en el concilio: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo; acerca de la esperanza y de la resurrección de los muertos se me juzga. 7. Cuando dijo esto, se produjo disensión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8. Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel ni espíritu; pero los fariseos afirman estas cosas. 9. Y hubo un gran vocerío; y levantándose los escribas de la parte de los fariseos, contendían, diciendo: Ningún mal hallamos en este hombre; que si un espíritu le ha hablado, o un ángel, no resistamos a Dios (…)”. (169). Ibidem. Página 1034. Pablo pertenecía a la secta de los fariseos. Vida anterior de Pablo. Hechos 26, 5. “(…) los cuales también saben que yo desde el principio, si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión, viví fariseo (…)”.TABOR, James D. “La Dinastía de Jesús. La historia oculta de Jesús, su Sangre Real y los inicios del cristianismo”. Barcelona. Planeta. 2007. Página 141. Los Fariseos creían en la resurrección y en el Juicio Final. “(…) los fariseos atribuían suma importancia al hecho de que Dios era el sueño absoluto de todas las cosas y creían en la vida después de la muerte y en el juicio final de las almas (…). Los fariseos, por el contrario, elucubraban sin cesar sobre estos temas y su interpretación de Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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la ley era más liberal y adaptable. Aunque existía una facción muy conservadora de fariseos seguidores del rabino Shammai del siglo I, su rival el rabino Hillel tuvo mayor influencia. A Jesús suele considerársele acendrado enemigo / (Página 142) de los fariseos, cuando en realidad sus interpretaciones de la ley judía coinciden con la posición más conciliadora del rabino Hillel. Tanto Jesús como él hacen hincapié en el “amor al prójimo” como “Regla de Oro” de la Torá y las escrituras de los Profetas. Pero al final fueron sacerdotes saduceos y sus partidarios entre los fariseos quienes entregaron a Jesús al prefecto romano Poncio Pilato (…)”. (170). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1034. Pablo el perseguidor. Hechos 26, 9-11. “(…) 9. Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; 10. Lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los muchos sacerdotes; y cuando los mataron yo di mi voto. 11. Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras (…)”. (171). Ibidem. Página 1032. Pablo fue tachado de nazareno. Defensa de Pablo ante Félix. Hechos 24, 5. Hechos 24, 14. “(…) Porque hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los nazarenos (…). 14. Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas (…)”. (172). Ibidem. Página 1052. Divisiones en la doctrina. Saludos personales. Romanos 16, 17. “(…) Más os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. 18. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. 19. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. 20. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. 21. Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes (…)”. Ibidem. Página 1052. Divisiones en la doctrina. Saludos personales. Romanos 16, 17. “(…) Más os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos. 18. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos. 19. Porque vuestra obediencia ha venido a ser notoria a todos, así que me gozo de vosotros; pero quiero que seáis sabios para el bien, e ingenuos para el mal. 20. Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. 21. Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes (…)”.Página 1061. Divisiones en la Iglesia judeocristiana. Abusos en la cena del Señor. 1 Corintios 11, 17-19. “(…) 17. Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18. Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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divisiones; y en parte lo creo.19. Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados (…)”.Página 1068. Pablo no falsificaba la palabra de Dios. 2 Corintios 2,17. “(…) Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como departe de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo (…)”. Página 1074. Pablo siempre se está justificando. Los falsos apóstoles. Pablo defiende su ministerio. 2 Crotintios 11, 10-15. “(…) 10. Por la verdad de Cristó que está en mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya. 11. ¿Por qué? ¿Por qué no os amo? Dios lo sabe.12.Más lo que hago, lo haré aún para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en aquello en que se glorian, sean hallados semejantes a nosotros.13.Porqué estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de cristo.14. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15. Así que no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras (…)”.Página 1139. Falsas doctrinas y falsos maestros. Judas 1,4. “(…) Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo (…)”. (173). Ibidem. Página 1025. Libros del Nuevo Testamento. El inicio de la separación religiosa: los seguidores de Juan el Bautista. Hechos 18, 24. “(…) Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso de las Escrituras (…)”. Página 1025. Libros del Nuevo Testamento. El inicio de la separación religiosa: los seguidores de Juan el Bautista. Hechos 18, 25. “(…) Éste había sido instruido en el camino al Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan (…)”. Página 1025. Libros del Nuevo Testamento. El inicio de la separación religiosa: Pablo en Efeso. Hechos 19, 3. “(…) Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: en el bautismo de Juan (…)”. Página 1025. Libros del Nuevo Testamento. El inicio de la separación religiosa: Pablo en Éfeso. Hechos 19, 4. “(…) Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo (…)”.Página 1025. Libros del Nuevo Testamento. El inicio de la separación religiosa: Pablo en Éfeso. Hechos 19, 5. “(…) Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús (…)”. (174). Ibidem. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 40. “(…) También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé (…)”.Página 933. Libros del Nuevo Testamento. José de Arimatea: Jesús es sepultado. Marcos 15, 42. “(…) Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día de reposo (…)”. Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 43. “(…) José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús (…)”.Página 933. Libros del Nuevo Testamento. Crucifixión de Jesús. Marcos 15, 47. “(…) Y María Magdalena y María madre de José miraban donde lo ponían (…)”.Página 934. Libros del Nuevo Testamento. La resurrección: María Magdalena. Marcos 16, 1. “(…) Cuando pasó el día de reposo, Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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María Magdalena, María la madre de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirle (…)”.Página 972. Libros del Nuevo Testamento. Las mujeres de Jesús, encargadas de trasmitir la resurrección. Lucas 24, 10. “(…) Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles (…)”.Página 998. Libros del Nuevo testamento. Crucifixión de Jesús. Juan 19, 17. “(…) Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota (…)”. Página 998. Libros del Nuevo testamento. Crucifixión de Jesús. Juan 19, 25. “(…) Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena (…)”. (175). Ibidem. Página 992. Libros del Nuevo Testamento. Juan el Apóstol, el discípulo amado de Jesús. Juan 12, 23. “(…) Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús (…)”. (176). Ibidem. Página 998. Libros del Nuevo testamento. Crucifixión de Jesús. Juan 19, 26. “(…) Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quién él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo (…)”. (177). Ibidem. Página 998. Libros del Nuevo testamento. Crucifixión de Jesús. Juan 19, 27. “(…) Después dijo el discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo le recibió en su casa (…)”. (178). Ibidem. Página 1137. Libros del Nuevo Testamento. 2 Juan 1, 1. “(…) El anciano a la señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino también todos los que han conocido la verdad, (…)”. Página 1137. Libros del Nuevo Testamento. 2 Juan 1, 2. “(…) a causa de la verdad que permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros (…)”. (179). Ibidem. Página 1137. Libros del Nuevo Testamento. 2 Juan 1, 4. “(…) Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre (…)”. (180). Ibidem. Página 1138. Libros del Nuevo Testamento. Oposición de la Iglesia al apóstol Juan. 3 Juan, 1, 9. “(…) Yo he escrito a la Iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe (…)”. (181). Ibidem. Página 1138. Libros del Nuevo Testamento. Oposición de la Iglesia al apóstol Juan. 3 Juan, 1, 10. “(…) Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas no recibe a los hermanos, y a los que quieran recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la Iglesia (…)”. (182). TAYLOR, R.A. “Apocalipsis.Un comentario de referencia”. http://www.apocalipsis.org/s-index.htm En: www.ApocalipsisBibliaCatólica.pdf Página 56. El destierro de Juan a Patmos: Domiciano (82 d.C). “(…) Barclay da un relato detallado del trasfondo histórico. Al comentar acerca de la fecha en que fue escrito Apocalipsis, Barclay da los siguientes detalles: Está el relato que nos da la tradición. La tradición consistente es que Juan fue desterrado a Patmos en el tiempo de Domiciano; que vio sus visiones allí; al morir Domiciano fue liberado y volvió a Éfeso; y allí puso por escrito las visiones que había tenido. Victorino, quien escribió cerca del final del tercer siglo d.C., dice en su comentario sobre Apocalipsis: "Juan, cuando vio estas cosas, estaba en la isla de Patmos, condenado a las minas por Domiciano, el Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Emperador. Allí, por lo tanto, vio la revelación... Cuando luego fue liberado de las minas, entregó su revelación que había recibido de Dios." Jerónimo es todavía más detallado: "En el año catorce después de la persecución de Nerón, Juan fue desterrado a la isla de Patmos, y allí escribió el Apocalipsis... Al morir Domiciano, y ante la revocación de sus actos por el senado, debido a su crueldad excesiva, volvió a Éfeso cuando Nerva era el emperador." Eusebio dice: "El apóstol y evangelista Juan relató estas cosas a las Iglesias, cuando había vuelto del exilio en la isla, después de la muerte / (Página 97) de Domiciano." La tradición da por cierto que Juan vio sus visiones en el exilio en Patmos; lo único que es dudoso - y que no tiene importancia - es si las escribió durante el tiempo de su destierro o cuando volvió a Éfeso. Basados en esta evidencia no estaremos equivocados si fechamos al Apocalipsis alrededor de 95 d.C (…)”. (183). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1011. Primera diáspora: Judea y Samaría. Saulo persigue a la Iglesia. Hechos 8, 1-3. “(…) 1. Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaría, salvo los apóstoles. 2. Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto por él. 3. Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y mujeres, y los entregaba en la cárcel (…)”.Página 1011. Primera diáspora: Judea y Samaría. Predicación del evangelio en Samaría. Hechos 8, 4-5. “(…) 4. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. 5. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaría, les predicaba a Cristo (…)”. (184). Ibidem. Página 1016. Itinerario de los judíos exiliados en la primera diáspora. La iglesia de Antioquía. Hechos 11, 19. “(…) Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución, que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sólo a los judíos (…)”. (185). Ibidem. Página 1016. Los judíos fueron denominados por primera vez cristianos, en Antioquía. Hechos 11, 26. “(…) Y se congregaron allí todos con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía (…)”. (186). CARTER, Joseph. “Evangelios Apócrifos”. Málaga. Editorial Sirio. 2004. (5ª edición). Página 107. Evangelio Árabe de la Infancia. “(…) este Evangelio Árabe de la Infancia que en su primera parte está claramente basado en el Protoevangelio de Santiago y en su segunda en el Evangelio de Tomás, añadiendo otros incidentes milagrosos, sorprendentes y algunas veces hasta grotescos, como el de los niños convertidos en cabritos (…)”.Página 111. Evangelio Árabe de la Infancia Palabras de Jesús en la cuna. “(…) I.1. Encontramos lo que sigue en el libro del pontífice Josefo, sacerdote que vivió en los tiempos de Cristo y a quién algunos identifican con Caifás (…)”. (187). MALORY, Sir Thomas. “La muerte de Arturo”. Volumen I, y III. Traducción de Francisco Torres Oliver. Colección: Sección de Lecturas Medievales nº 16. Madrid. Ediciones Siruela. 1985. Páginas 72 y 73. “(…) treinta y dos años después de la pasión de Nuestro Señor Jesú Cristo que José de Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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Arimatea, el gentil caballero que bajó a Nuestro Señor de la santa Cruz, que partió en aquel tiempo de Jerusalén con gran parte de sus parientes con él. Y se esforzó hasta que llegó a una ciudad llamada Sarras. Y en aquella misma hora que José llegaba a Sarrás había un caballero llamado Evelake que tenía gran guerra contra los sarracenos, y en especial contra uno, el / (Página 73) cual era primo del rey Evelake, un rico rey y poderoso que lindaba con esta tierra, y cuyo nombre era Tolleme la Feintes. Y un día se encontraron estos dos para hacer batalla. Entonces José, hijo de José de Arimatea, fue al rey Evelake y le dijo que sería desbaratado y muerto, a menos que abandonase su creencia en la vieja ley y creyese en la nueva ley. Y entonces le mostró la derecha creencia de la Santísima Trinidad, la cual aceptó él de corazón, y allí fue hecho este escudo para el rey Evelake, en nombre de aquel que murió en la cruz. Y entonces por su buena creencia tuvo lo mejor del rey Tolleme. Pues cuando Evelake estaba en la batalla, llevaba un paño delante del escudo, y cuando estaba en el más grande peligro apartaba el paño, y entonces sus enemigos veían la figura de un hombre en la cruz, por donde eran todos desbaratados. Y acaeció que le fue cortada una mano a uno de los hombres del rey Evelake, y llevaba aquella mano en su otra mano; y llamó José a aquel hombre, y le mandó que con buena devoción tocase la cruz. Y tan presto como hubo tocado la cruz con su mano, ésta quedó tan sana como había estado antes. Y poco después acaeció una gran maravilla, que desapareció la cruz del escudo un tiempo, de manera que ninguno supo que había sido de ella. Y entonces fue bautizado el rey Evelake, y la mayor parte de la gente de aquella ciudad. Y poco después quiso partir José, y el rey Evelake deseó ir con él quisiese o no. Y por fortuna vinieron a esta tierra, que en aquel tiempo se llamaba Gran Bretaña; y en ella hallaron a un gran felón pagano, el cual puso a José en prisión. Y por fortuna le llegó voz a un hombre de merecimiento llamado Mondramen, y reunió a toda su gente por el gran renombre que había oído de José; y entró en la tierra de Gran Bretaña y desheredó a este felón pagano, y lo confundió, y luego libró a José de prisión. Y después de eso toda la gente se volvió a la fe cristiana (…)”. (188). MATTEWS, John. “El santo grial”. Madrid. Editorial Debate. 1988. Página 6. José de Arimatea. “(…) La historia comienza con José de Arimatea, rico hebreo que se hizo cargo del cuerpo de Cristo para enterrarlo y que, según se creía, se quedó también en posesión del cáliz utilizado por Jesús en la Última Cena. Mientras está lavando el cuerpo, preparándolo para la sepultura, José recoge en el cáliz la sangre que se vierte de las heridas. Tras la desaparición del cuerpo, se acusa a José de haberle robado y se le encierra en prisión sin alimento alguno. Allí se le aparece Cristo, quién, bañada en una luz resplandeciente, le confía el cáliz, lo instruye en el misterio de la Misa –y, según se dice en otros secretos- y desaparece. Milagrosamente, José se mantiene con vida gracias a una paloma que entra en su celda cada día y deposita una hostia en el cáliz. Queda en libertad el año 70 y marcha al exilio junto a un pequeño grupo de seguidores, entre los que figura su hermana y el marido de ésta, Bron. Construyen una mesa, llamada la primera mesa del Grial, que representa la Mesa de la Última Cena y a la que se sientan doce personas; el puesto de Cristo es ocupado por un pez. Un décimo tercer asiento, que representa expuesto de Judas, permanece vacío a partir del momento en que un miembro de la orden procurase instalarse en él, habiendo sido “decorado” por el mismo; posteriormente, a este asiento se lo denomina Sitio Peligroso. Según algunas versiones, José se embarca hacia Gran Bretaña, donde funda la primera iglesia cristiana Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 102 www.baucan.org
en Glanstonbury, dedicándosela a la madre del Salvador. El Grial queda en esta iglesia, donde es empleado como cáliz de la misa (en la que participa toda la comunidad) que luego se conocerá como Misa del Grial. En otras versiones, José no llega más allá del continente europeo, y la custodia del cáliz pasa a Bron, quién acaba siendo conocido como el Rico Pescador (después de haber dado de comer a tola la orden con un solo pez, reiterando el milagro de Cristo). El grupo se establece en un lugar llamado Avaron (que podría ser el mismo Avalón, el Más Allá de los celtas, identificado asimismo con Glastombury), en espera de la llegada del Tercer Custodio del Grial, Alain. En Muntsalvach, el Monte de la Salvación, construyeron un templo para albergar el cáliz y fundan la Orden de Caballeros del Grial, que se reúne alrededor de una segunda Mesa, donde todos participan en un festín sagrado que surge del grial; también celebran una especie de misa en la que oficia como sacerdote el Custodio del Grial, al que ahora se llama Rey. Al poco tiempo, el Custodio recibe una misteriosa herida de lanza –en los muslos o en los genitales, según las versiones-, atribuida a diversas causas: la pérdida de la fe, el amor de una mujer (quebrantando el voto de castidad) o un golpe accidental propinado por un extraño en defensa propia. A partir de entonces, al custodio se lo denomina El Rey Herido o Mutilado, y la región que rodea el castillo del Grial queda yerma, conociéndosele a partir de aquí como la Tierra Desolada, en clara relación con la herida sufrida por el Rey. La lanza que le hiriera acaba siendo identificada con la lanza de Longino, el soldado romano que, según la tradición, hirió encostado de Cristo en la cruz. Esta lanza, el Grial, una espada y una fuente o bandeja (que en las versiones más primitivas de la historia anterior una cabeza humana, y en las más tardías se confunde con el propio Grial) son los objetos sagrados que se custodian en el castillo del Grial (…)”. Página 8. “(…) ¿Por qué guardaron silencio los padres de la Iglesia? Quizá porque algunos asociaban el Grial con ciertas herejías, e incluso es posible que se dieron intentos de fundar una segunda Iglesia, con el Grial como símbolo central. O quizás reconocieran los elementos tomados de fuentes no cristianas. Por la razón que fuese, mantuvieron silencio. Tal vez esto contribuyera a difundir la idea de un culto secreto al Grial, pero al no denunciarlo cortaron que se convirtiera en motivo de especulaciones. Quizá creyeran que, con la eliminación de la herejía cátara del sur de Francia (que, como veremos, guardaba mucha relación con el Grial), la cuestión se extinguiría por sí sola. No sucedió así, como lo demuestra la continuidad de la tradición. Sin embargo, el origen de ésta no resulta claro, y las numerosas interpretaciones del símbolo acentúan la confusión. A principios del siglo XII casi nadie había oído hablar del Grial; a finales del XIII era difícil encontrar a alguien que no lo conociera (…)”. (189). AMBELAIN, Robert. “Los secretos del Gólgota. La historia no manipulada de Jesús y el cristianismo”. Enigmas del cristianismo. www.robert_ambelain_los_secretos_del_golgota_02.pdf Página 68. El evangelio de los Doce Apóstoles. (Apócrifo). “(…) “Él (Pilato) llamó al segundo. Le dijo: ‘Sé que tú eres un hombre veraz, más que todos éstos. Dime cuántos apóstoles han tomado de la tumba el cuerpo de Jesús’. Éste respondió: “Vinieron todos los once, así como sus discípulos, lo sacaron furtivamente, y se separaron sólo de este otro (de Judas)’. Él (Pilato) llamó entonces al tercero y le dijo: ‘Valoro tu testimonio mucho más que el de esos otros. ¿Quién tomó el cuerpo de Jesús de la tumba?’. Él le respondió: ‘José con Nicodemo y sus parientes’. Llamó al cuarto y le dijo: ‘Tú eres el más considerado entre ellos, y los he despedido a todos. Dime ahora qué fue lo que sucedió cuando tomaron de vuestras manos el cuerpo de Jesús en la tumba’. Él le dijo: ‘Nuestro señor prefecto, esto fue: Nosotros dormíamos, nos descuidamos y no pudimos saber Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 103 www.baucan.org
quién lo había sacado. Enseguida nos levantamos, lo buscamos y no lo encontramos... Y entonces es cuando avisamos...’.” (Cf. Evangelio de los Doce Apóstoles, 15º fragmento) (…)”. (190). KINIGHT, Christopher & LOMAS, Robert. “El segundo Mesías. Los templarios, la Sábana Santa, de Turín y el gran secreto de la masonería”. Barcelona. Planeta.1997. Página 39. Los judíos se imponen a los romanos en Gran Bretaña y Armenia (antes del 67 d. C.). “(…) Cuando los romanos se batieron en retirada, los jubilosos defensores de Jerusalén creyeron que el milagro de la huída de los egipcios se había vuelto a repetir y que, misteriosamente, Yahvé había salvado su santuario sagrado del enemigo a su pueblo. Convencidos hasta la médula de que la intervención divina les había hecho conseguir la victoria, los judíos persiguieron a los romanos, y Flavio Josefo relata que consiguieron eliminar a más de seis mil soldados de las columnas en retirada antes de que la legión huyera más allá de las fronteras de Palestina. Esta derrota, sumada a las derrotas semejantes que tuvieron lugar en la Gran Bretaña y Armenia, minó seriamente el prestigio imperial, y los judíos probablemente consideraron que la guerra estaba ganada. Entonces, en la primavera del año 67 d. C., un nuevo enemigo bajo el nombre de Vespasiano entró en Palestina con tres legiones y un gran cuerpo de tropas auxiliares con la intención de amasar las provincias de la patria judía antes de atacar Jerusalén (…)”.Página 39. Segunda incursión de los romanos contra los judíos. “(…) en la primavera del año 67 d. J.C., un nuevo enemigo bajo el nombre de Vespasiano entró en palestina con tres legiones y un gran cuerpo de tropas auxiliares con la intención de arrasar las provincias de la patria judía con la intención de arrasar las provincias de la patria judía antes de atacar Jerusalén (…) (26). Al finalizar el primer año, Gabara, Jotapata, Haffá, Tariquea, Guisacala, Gamala y Joppa eran ciudades asoladas y los romanos habían tomado el control de Galilea, Samaría y la costa oeste de Judea. Al año siguiente Vespasiano continuó con su estrategia, y las ciudades de Antipátrida, Lidia, Emaús, Jericó y Adidá cayeron; solo quedaban por atacar los reductos de Herodium, Machaerus, Masada y Jerusalén. La guerra cesó repentinamente en ese momento, cuando Vespasiano fue proclamado emperador (…)”. Página 39. Cita (26). “(…) S. G. F. BRANDON, The fallo f Jerusalem and the Christian Church (…)”. Página 40. Asalto final contra Jerusalén. “(...) varios días antes de la pascua judía, en la primavera del año 70 d. J. C., Tito, hijo del emperador, reunió a su ejército afuera de las murallas de Jerusalén para preparar su asalto final [a la ciudad de Jerusalén] / (Página 41). Después, los romanos destruyeron los tres reductos restantes de Herodium, Machaerus y Masada. La población de Masada resistió tres años, hasta que toda esperanza se desvaneció y se suicidaron en masa (…)”. Página 44. Masacre a la población palestina. “(…) Entre los años 66 y 70 d. J. C., se pasó a cuchillo a un gran número de la población de Palestina. De acuerdo con poscálculos hechos según los diferentes relatos de Flavio Josefa, alrededor de 1350.000 hombres, mujeres y niños fueron asesinados (43) (…)”.Página 44. Cita (43). “(…) Milman, History of the jews. Flavio Josefo. Historia de la guerra de los judíos (…)”.Página 45. Desmembramiento de la nación judía. “(…) la conclusión que en todos sus aspectos parece más razonable y necesaria es que la Iglesia de Jerusalén se desmembró junto con la nación judía en la catástrofe del año 70 d. J. C. (35) (…)”. Página 45. Cita (35). “(…) S. G. F. BRANDON, The fall of Jerusalem and the Christian Church (…)”. Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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(191). CAGIGÓS SORO, Antonio. “El Beato de la Seu d´Urgell y todas sus miniaturas”. Urgell. Museu Diocesà d´Urgell. 2001. Página 31. La venida de Santiago a España. La visita de Tomás en la India. “(…) Beato fue el primero que en su Comentario al Apocalipsis afirma la predicación de Santiago en España. El texto de Beato dice: “Los apóstoles, aunque todos sean uno solo, sin embargo cada uno de ellos recibió su propio destino para predicar en el mundo. Pedro en Roma, Andrés en Acaya, Tomás en la India, Santiago en España” (3). [(3). Com, II. Pról. 3]. (…) Se creó la fiesta de Santiago, que no existía en el calendario visigótico (…)”. (192). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Página 1051. Proyecto de viaje a España. Pablo se propone ir a Roma. Romanos 15, 22-25. “(…) 22. Por esta causa me he visto impedido muchas veces de ir a vosotros. 23. Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 24. Cuando vaya a España, iré a vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una vez que haya gozado con vosotros (…) 28. Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España (…)”. (193). PICKNETT, Lynn & PRINCE, Clive. “La revelación de los templarios”.www.Picknett_LynnLaRevelacion.pdf Página 37. “(…) Los estudiosos admiten hoy día que las mujeres desempeñaron en el movimiento de Jesús una función mucho más amplia y más activa de lo que enseña habitualmente la Iglesia, y ello tanto en vida del fundador como más tarde, cuando la predicación se abrió a los gentiles.6 [6 Para un estudio sobre la importancia de la mujer en la Iglesia primitiva, véase Torjeson, When Women Were Priests]. Paradójicamente, tal vez el verdadero panorama del lugar que ocupaban las mujeres no se habría conocido nunca, a no ser por la controversia que suscitó la campaña a favor y en contra de la ordenación de las mujeres. La misión de éstas perdió importancia cuando la Iglesia se formalizó como institución, bajo la influencia de Pablo. Y este proceso también fue retrospectivo; en consecuencia, y aunque las mujeres no habían sido, en modo alguno, personajes secundarios del drama cristiano primero, Pablo y adláteres se encargaron de empujarlas a un puesto marginal de la Historia (…)”.Página 41. Página 41. La Magdalena. Jacobo de Vorágine (1250). “(…) El relato más famoso en cuanto a la presencia de la Magdalena en Francia es la Leyenda Dorada, de Jacobo de Voragine (1250).21 [21 De Voragine, The Golden Legend, vol. 1, pp. 374 ss]. En esta célebre colección de vidas de los santos, el autor, que fue dominico y arzobispo de Génova, la llama Illuminata e Illuminatrix: Iluminada e Iluminadora, que son precisamente los atributos que le asignan los textos gnósticos «prohibidos». Para nosotros resulta interesante que sea descrita como iluminada y portadora de la iluminación, iniciada e iniciadora; aquí nadie sugiere, ya la inferioridad espiritual de la mujer, antes al contrario. Como suele ocurrir con todas las leyendas, hay distintas variaciones del tema central; sin embargo éste permanece notablemente constante. La línea principal es la siguiente: poco después de la crucifixión, María Magdalena, junto con sus allegados Marta y Lázaro, emprendió con otros seguidores, —cuya identidad difiere según versiones— la travesía marítima hacia las costas de lo que hoy es la Provenza. En el grupo variable de figurantes se cita a san Maximino diciendo que fue uno de los setenta y dos discípulos de Jesús, y legendario primer obispo Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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de Provenza: a María Jacobi y María Salomé, supuestas tías de Jesús, a una criada negra llamada Sara; y finalmente, a José de Arimatea, el rico amigo de Jesús, en otras tradiciones vinculado a la leyenda de Glastonbury. La razón del largo, fatigoso y, según se nos dice, peligroso viaje, también depende de la versión que escuchemos. Se apunta por ejemplo que el grupo huía de la persecución desencadenada por los judíos contra los primeros cristianos; en algunos casos la narración introduce un motivo milagroso, y es que los desterrados fueron puestos deliberadamente por sus enemigos en una barca sin remos ni timón, pero sin embargo lograron arribar a tierra firme. En la leyenda medieval el sur de Francia era por aquel entonces un yermo donde sólo vivían algunas tribus de salvajes paganos. En realidad la Provenza formaba parte del Imperio romano, y no de las menos importantes, sino muy civilizada, donde prosperaban la colonia romana, la griega e incluso la judía. La familia de Herodes tuvo fincas en la región, y el viaje, lejos de ser tan arduo y aventurado, era ruta normal de barcos mercantes y no mucho más difícil que una travesía, digamos, desde Sidón o Tiro hasta Roma. De manera que, si realmente el grupo se mudó a la Provenza, no sería la persecución el motivo de que recalasen allí, y bien pudieron elegir tal destino por su propia voluntad. Todas las leyendas aseguran que desembarcaron en lo que hoy es Saintes-Maries-de-laMer, en la Camargue. Una vez allí se despidió la comitiva y sus integrantes emprendieron diversos caminos a fin de propagar el Evangelio. Dice el relato que la Magdalena predicó en aquella misma región convirtiendo a los paganos, antes de hacerse ermitaña en una cueva de Sainte-Baume. Según algunas variantes vivió allí durante el poco plausible pero castizamente plazo bíblico de cuarenta años, muy largos para dedicarlos a arrepentirse de sus pecados y meditar sobre Jesús. Seguramente con intención de añadir un poco de picante a la historia dicen que los pasó desnuda, tapándose únicamente con su cabellera, más o menos como hizo Juan el Bautista con pellejos de animales. Al término de su vida, unos ángeles la llevaron a presencia de san Maximino, entonces primer obispo de Provenza, quien le prestó los últimos auxilios. Y que está enterrada en la población que lleva el nombre del santo (…)”.Página 41. Sara, la criada negra de María Magdalena. El grupo de José de Arimatea. “(…) Como suele ocurrir con todas las leyendas, hay distintas variaciones del tema central; sin embargo éste permanece notablemente constante. La línea principal es la siguiente: poco después de la crucifixión, María Magdalena, junto con sus allegados Marta y Lázaro, emprendió con otros seguidores, —cuya identidad difiere según versiones— la travesía marítima hacia las costas de lo que hoy es la Provenza. En el grupo variable de figurantes se cita a san Maximino diciendo que fue uno de los setenta y dos discípulos de Jesús, y legendario primer obispo de Provenza: a María Jacobi y María Salomé, supuestas tías de Jesús, a una criada negra llamada Sara; y finalmente, a José de Arimatea, el rico amigo de Jesús, en otras tradiciones vinculado a la leyenda de Glastonbury. La razón del largo, fatigoso y, según se nos dice, peligroso viaje, también depende de la versión que escuchemos. Se apunta por ejemplo que el grupo huía de la persecución desencadenada por los judíos contra los primeros cristianos; en algunos / (Página 42) casos la narración introduce un motivo milagroso, y es que los desterrados fueron puestos deliberadamente por sus enemigos en una barca sin remos ni timón, pero sin embargo lograron arribar a tierra firme (…)”.MALORY, Sir Thomas. “La muerte de Arturo”. Volumen I, y III. Traducción de Francisco Torres Oliver. Colección: Sección de Lecturas Medievales nº 16. Madrid. Ediciones Siruela. 1985. Página 29. Volumen III. Libro XI. Capítulo 14. Como milagro fueron Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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sanados ambos por la venida del sagrado vaso del Santo Grial. “(…) Entonces hicieron ambos gran duelo fuera de medida. - De nada aprovechará esto -dijo sir Perceval. Y entonces se arrodilló y dijo sus oraciones devotamente al Todopoderoso Jesú, pues era uno de los mejores caballeros del mundo que en aquel tiempo había, en quién la fe estaba más afincada. Y en eso pasó el sagrado vaso del Santo grial con todas maneras de dubrizas y olores; pero no pudieron ver claramente quién llevaba aquel vaso; aunque sir Perceval tuvo un vislumbre del vaso y de la doncella que lo llevaba, pues perfectamente limpia era una doncella, y al punto fueron ambos sanos de piel y miembros, como nunca estuvieron en los días de sus vidas; entonces dieron gracias a Dios con gran humildad. - ¡Oh, Jesú!- dijo sir Perceval-, ¿Qué puede significar esto, que hayamos sido sanados así, cuando estábamos a punto de morir? - Yo sé bien -dijo sir Héctor- qué es: es un vaso santo, que es llevado por una doncella, y en él esta parte de la sagrada sangre de Nuestro Señor Jesú Cristo, bendito sea. Aunque no se puede ver -dijo sir Héctor, a menos que sea uno hombre perfecto. - Así Dios me ayuda, -dijo sir Perceval-: una doncella he visto, como me ha parecido, toda de blanco, con un vaso en sus manos, y al punto he sanado (…)”. CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El lenguaje medieval del símbolo: Diccionario simbólico griálicotemlario-cátaro”. Página 173. “(…) Igualmente la Iglesia Cátara depositó en la figura femenina pura y virginal un papel importantísimo que no tenían ni la Iglesia Católica Romana, ni la Iglesia Templaria, y que residía en que una sacerdotisa se encargaba de ayudar al capellán en la misa, y concretamente en el sacramento de la eucaristía. Era la encargada de custodiar el grial o recipiente eucarístico (…)”. CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El Temple antes del Temple: La creación de las dos primeras órdenes de militares defensoras de la cristiandad, precursoras al Temple”. Página 5. El éxodo de los judíos israelitas hacia Occidente: Marsella, Menorca, Tarragona, norte de África y, Gran Bretaña. “(…) El éxodo de los judíos israelitas se produjo en varios periodos de la Historia. La primera oleada masiva salió de Jerusalén en el 586 a. C., con la destrucción del templo de Jerusalén (54). Tras la muerte de Jesús el Cristo, se produjeron en Israel una serie de persecuciones religiosas contra los judeo-cristianos, que propiciaron que muchos de ellos se marcharan hacia otras tierras para salvaguardar sus vidas. La segunda salida masiva se produjo entre el 54 al el 70 d. C. (55), y parece ser que existe constancia de que a España llegaron 40.000 pertenecientes a la tribu de Judá y 10.000, a la de Benjamín. Parte de la familia de Jesús el Cristo, se marchó a otros lugares como Babilonia, Marsella, Menorca, norte de África y Gran Bretaña, para evitar ser asesinados. ¿Pero por qué precisamente a estos lugares? Porque desde siglos atrás existían comunidades judías en dichos territorios, asentadas por motivos comerciales. De esta primera salida, existen vestigios arqueológicos de que los judeo-cristianos seguidores de la Iglesia de Juan el Bautista y el Evangelista permanecieron escondidos, o se guarecieron, durante su exilio hacia Babilonia en la cueva de Suba, localizada en Aín Karím, en la que existen restos cerámicos de recipientes relacionados con el bautismo, además de un lavatorio de pies (…)”. Página 6. El éxodo a Menorca. “(…) Se tiene constancia de la llegada de judíos a la isla de Mallorca en los primeros años del cristianismo, así como a la isla de Menorca. Fruto de la llegada de los primeros judíos a Menorca después de la diáspora, son una serie de monedas halladas en Ciudadela Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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correspondientes a los gobiernos de Marcus Salvias Otho en el año 69, gobernador de Lusitania, y algunas otras correspondientes al gobierno de Vespasiano. En Mahón, también existen vestigios de la llegada de judeo-cristianos en el siglo I d.C. Parece ser que la comunidad judeo-cristiana que habitó Mahón en dicho momento histórico realizaba sus prácticas religiosas en una sinagoga que se hallaba ubicada dentro de la propia ciudad tardoantigua. La línea real israelita que llegó a Menorca fue la de Theodorus, nacido en el 316. En el campo de la Antropología, existen vestigios de la relación existente de la línea judeo-cristiana de José de Arimatea. Se trata de una antigua procesión que se realizaba en todas las poblaciones de la isla de Menorca, el Viernes Santo, en la que se representaba al personaje de José de Arimatea, junto a Nicodemo, solicitando permiso para bajar a Jesús el Cristo de la cruz (…)”. Páginas 11 a 13. Judeocristianos. “(…) Los primeros judeocristianos que llegaron tras la diáspora a Menorca, podrían haber pertenecido a la Iglesia juanista, donde a las mujeres no se las menospreciaba a nivel intelectual. Otro de los grupos judeocristianos donde las mujeres gozaron de un papel preponderante en la eucaristía fueron los cátaros. De modo, que los judeocristianos, -acepción que hay que distinguir de “judíos”-, profesaban primordialmente la religión cristiana, con ciertos matices, con respecto a la Iglesia oficial Católica Romana, de Pedro y Pablo. La comunidad judeocristiana de Menorca siguió sus prácticas religiosas con normalidad hasta que en el año 380 fue promulgado por Teodosio “el edicto de fide catholica, Cunctos populos, en el cual mandaba que todos los habitantes del imperio debían profesar la religión que san Pedro había predicado a los romanos y, que, entonces era seguida por el obispo de Roma, Dámaso, y por Pedro de Alejandría”. Por tanto, la carta de obispo Severo fue una ratificación de la legislación emitida por Teodosio para la aplicación en la Iglesia de Menorca. Y lo que pretendió la misiva fue la erradicación de las prácticas judeocristianas originarias que existían en la isla. Pero el efecto producido fue el contrario, por ello en el momento en que llegaron las reliquias de san Esteban a Menorca, se produjeron incidencias entre los judeocristianos instalados en la isla, y los nuevos cristianos ortodoxos que profesaban la religión oficial cristiana Católica de la Iglesia de Pedro y Pablo. De ahí la analogía del león que entra en la sinagoga, que aparece como ejemplo en el texto del obispo Severo. La emblemática de los dos leones enfrentados significa el enfrentamiento entre las dos Iglesias, puesto que el símbolo del león representa a Dios, y a la Iglesia vencedora. El influjo de la nueva Iglesia cristiana católica estuvo dirigido por san Agustín, quién instituyó una comunidad en Menorca en el año 398. En el año 418, se produjo la llegada de las reliquias transportadas por Paulo Orosio, instaladas en una iglesia en las afueras de Mahón. La Iglesia Católica cristiana de Roma estaba afianzando fuertemente su territorialidad sobre la isla de Menorca, con pasos firmes. El siguiente fue el establecimiento de la residencia de Consencio en Menorca. Pero no todo fueron glorias para la Iglesia oficial Católica de Roma, puesto que a pesar de las múltiples conversiones forzosas que se produjeron, todavía continuó existiendo una comunidad judeocristiana en Menorca, que celebraba la fiesta de Pascua como lo había llevado haciendo tradicionalmente. Los judeocristianos de la primitiva Iglesia juanista o cátara sobrevivieron en Menorca a la invasión vándala en el 427, y continuaron celebrando la fiesta de la Pascua cada año, como relata el libro de “Navigatio sancti Brandani”, en el que san Brandan viajó a Menorca durante varios años consecutivos durante su vida, es decir entre 512 en que fue ordenado sacerdote y antes del 577 en que falleció. Dentro del texto de la “Navigatio sancti Brandni” existen unos capítulos en el que se relata, a modo de epopeya simbólica, las luchas dialécticas entre las diferentes Iglesias cristianas, en el siglo V en que vivió Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 108 www.baucan.org
san Brandán. Se refiere a la Iglesia arriana vándala, igualmente cristiana, pero la diferencia es que no aceptaba la Trinidad; la Iglesia juanista a la que él representaba, y la Iglesia Católica de Roma. En la lucha ideológica venció la Iglesia Católica de Roma, a la que la Iglesia juanista mostró cordialidad, para mantenerse a flote y no ser destruida. Los restos arqueológicos confirman que la Iglesia judeocristiana de Menorca sobrevivió hasta el siglo VI d.C., ya que han sido hallados numerosos elementos hebreos utilizados para el ejercicio de la celebración eucarística, que formaban parte del cargamento de un pecio hundido en la costa de Favaritx. Otro de los vestigios antropológicos existentes en Menorca de la religión judeocristiana de la Iglesia juanista o cátara, es la oración a santa Helena, madre del emperador cristiano Constantino, descendiente de la Iglesia juanista de José de Arimatea, tradición que se mantuvo en Menorca durante muchos siglos, y que fue tachada por la Inquisición por sacrílega en 1816 (…)”.GONZÁLEZ SALINERO, Raúl. “Relaciones sociales y dependencia religiosa en la comunidad judía de mahón (Menorca) a principios del siglo V d. C.,”. www.GonzálezSalinero,2000.pdf Páginas 273 y 274. “(…) Por otro lado, algunos investigadores han advertido que la presencia de las mujeres en los acontecimientos narrados por Severo tuvo cierta relevancia (30). Ellas fueron, en efecto, quienes tomaron mayor empeño / (Página 274) en la defensa de la religión judía al apedrear a los cristianos en el momento en que éstos se dirigían a la sinagoga (31). De hecho, algunas de ellas, sin duda las de mayor dignidad e influencia dentro de la comunidad, se distinguieron especialmente por su adhesión a la fe judía, ofreciendo una férrea resistencia a la conversión, inmunes a las súplicas, himnos y rezos de los cristianos (Ep., 27, 5-6) . Severo menciona, en concreto, a tres de las más nobles mujeres judías, feminae nobilissimae Iudaeorum, (Ep., 24, 1): Artemisa, hija del corees Lectorio y esposa de Melecio, la mujer de Inocencio y su hermana viuda. La primera, considerada matrona y filia Israel (32), determinó fugarse a una cueva con unas pocas esclavas para evitar su conversión forzosa al cristianismo; la segunda rechazó dicha conversión casi durante cuatro días; y la tercera decidió embarcarse en un navío por la misma razón (33). Aunque al final todas ellas, de una u otra forma, tuvieron que claudicar, la amplia descripción de su tenaz resistencia revela la alta consideración de que gozaron tales personalidades femeninas dentro de la sinagoga. Incluso la mujer de Teodoro ejercía una cierta influencia en su esposo; de hecho, éste admite con alguna preocupación que su mujer se divorciaría de él si en el asunto de su conversión actuaba sin su consentimiento (Ep., 21, 2). Sin duda es difícil determinar qué posición o grado de importancia tuvieron estas mujeres en el seno de la comunidad judía. Si bien es cierto que los textos bíblicos y rabínicos despliegan una evidente actitud misógina, apartando a las mujeres de las instituciones políticas, de la jerarquía religiosa e incluso de los oficios realizados en el Templo (34) debe, no obstante, destacarse el hecho de que en el «entorno flexible» de las sinagogas de la Diáspora, las mujeres, aun manteniendo una actitud pasiva respecto al ritual religioso, pudieron gozar ocasionalmente de cierta «consideración ». La evidencia literaria y sobre todo los textos epigráficos manifiestan la existencia de títulos honoríficos (entre los que destaca el de mater synagogae (35) asignados a determinadas mujeres judías que, gozando de cierto poder o influencia, pudieron destacar en / (Página 275) la comunidad por su munificencia y patrocinio. B. J. Brooten consideraba que tales títulos no derivaban (por asociación) de la posición o de los cargos desempeñados por los maridos o por otras personas cercanas, sino que, por sí mismos, ponían de manifiesto la existencia de destacadas autoridades femeninas en la Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias. 109 www.baucan.org
organización sinagogal (36). Últimamente se insiste, sin embargo, en que tales mujeres benefactoras, siguiendo la evidencia paralela de las comunidades cristianas coetáneas (37), gozaron de un título que era más simbólico que real (38). A pesar de que desconozcamos el tipo de responsabilidad asumido por estas destacadas mujeres judías de la aljama de Mahón y aunque se llegue a considerar (como en el caso de los testimonios epigráficos) que su participación en la dirección de la sinagoga fue más nominal o simbólica que real, no podemos ignorar que ocuparon un lugar de cierta preeminencia en la comunidad y que, por tanto, en virtud de su destacada presencia en los acontecimientos narrados por Severo, pudieron ejercer una considerable influencia dentro de la congregación (…)”. (194). DE REINA, Casiodoro. “La Santa Bíblia. Antiguo y Nuevo Testamento”. Antigua versión de Casiodoro de Reina (1569). Revisada por Cipriano de Valera (1602). Otras revisiones: 1862, 1909 y 1960. Sociedades Bíblicas de América Latina.1960. Páginas 991 y 992. Jesús lava los pies a sus discípulos. Juan 13, 120. “(…) 1. Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo ya que su hora había llegado para que pasase de este mundo al padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase, 3. Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, 4. Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla se la ciñó. 5. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con la que estaba ceñido. 6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? 7 Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; más lo entenderás después. 8. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. 9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. 10. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque notados. 11. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos. 12. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió ala mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?13. Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. 14. Pues si yo, el Señor y el Maestro he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. 15. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. 16. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 17. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.18.No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; más para que se cumpla la escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. 19. Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy. 20. De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviaré, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió (…)”. (195). CARBONELL BEVIÁ, Lola. “El Temple antes del Temple: La creación de las dos primeras órdenes de militares defensoras de la cristiandad, precursoras al Temple”. Página 19. El rito del lavatorio de pies. “(…) Lagarda Mata recoge una serie de orificios que él denomina piscinas circulares -Fornàs de Torrelló e Illa del Rei-, pero de tan pequeña capacidad, que podrían haber funcionado como lavatorios de pies, una práctica común entre las Iglesias juanista, arriana y ortodoxa griega. La Iglesia visigótica cristiana arriana-católica -puesto que el obispado de Égara se creó en el 450, Ábacus, revista digital gratuíta de la asociación Baucan, filosofía de las armas templarias.
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siendo arriano pero pasó a ser católico en el 587-, de Égara utilizaba un lavatorio de pies rectangular. En cambio aunque la Iglesia Católica ortodoxa bizantina lo contemplaba en su rito, no existe una descripción del mismo. La Iglesia juanista, hereditaria de José de Arimatea, en las Islas Británicas, siguió este rito durante la vida de san Brandan (484-577 d. C.), en las islas judeoristianas de destino, como pudo ser Menorca. El lavatorio de pies fue una práctica extendida entre los judeocristianos que se exiliaron de Israel tras la muerte de Jesús el Cristo, y de hecho, existen vestigios arqueológicos de dicho ritual en una cueva de Aín Karín, donde hallaron una piedra labrada con la forma anatómica de pie, rodeada de un pequeño canal, cuya cronología data del siglo I d. C. (…)”.
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Colección “El Temple antes del Temple”. Febrero 2013. Número 1 de 3.
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Colección “El Temple antes del Temple”. Febrero 2013. Número 2 de 3.
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Colección “El Temple antes del Temple”. Febrero 2013. Número 3 de 3.
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