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MAESTRO INSPIRADOR

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HORIZONTES

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MAGALLY PREZZA, EXPERTA EN MODA Y MAESTRA UAG

POR ARTURO PADILLA

Desde pequeña ayudaba a sus compañeritos con las tareas de matemáticas, y en la secundaria con física, y así empezó a crecer su inclinación por la enseñanza. Hoy es la reconocida maestra Magally Prezza Romo.

Es profesora base de la licenciatura de Negocios de la Moda y Consultor de Imagen. Llama la atención por su estatura, porte y cordialidad, y por su sonrisa; camina con estilo y todos la conocen como “la maestra de modas” o “la maestra modelo”. Comenta que se dedicaba a la coordinación de eventos de moda; “soy instructora de modelaje profesional. Actualmente estudio el doctorado en Administración en la UAG; sin embargo, la moda es una de mis pasiones, y enseñar es otra de ellas. Me gusta compartir mis capacidades, habilidades y conocimientos”.

Magally organiza desfiles de moda, analiza tendencias, sabe de imagen profesional, tiene habilidades directivas y conoce la historia del arte y diseño. Es buena comunicadora. Impartir clases la hace sentir más completa. “Me encanta mi trabajo como docente; a veces siento que yo aprendo más de los alumnos que ellos de mí”, dijo. Por otra parte, considera que “un buen alumno es el que desea superarse, quiere encontrarse”.

Nació en Guadalajara. Le gusta hacer ejercicio y alimentarse sanamente. Ama a los perros y gatos. Por un tiempo fue “casa puente”, cuidaba de alguna mascota hasta que esta encontrara un hogar. Procura mantener una actitud positiva, llena de pensamientos sinceros, y nos dice que “si el trabajo no te hace bailar, no te apasiona, busca otra cosa. Serás feliz cuando te dediques a lo que amas con todo tu corazón”.

La maestra Magally aconseja a los jóvenes ser auténticos, no imitadores, y a tener una perspectiva de sí mismos. Para ello, pueden prepararse en otras áreas de su vida, y es aconsejable encontrar cosas nuevas con las cuales apasionarse.

Maestra Magally Prezza Romo.

ALMA MATER 44

Por Ivette Flores Aceves Psicóloga de Asistencia Social UAG

LA IMPORTANCIA DEL AUTOCONOCIMIENTO

En las entrevistas de trabajo, en algún momento llega la pregunta: “¿Cuáles son tus cualidades y defectos?”. Cuando conoces a alguien, de pronto surgen preguntas sobre tus gustos, tu música favorita, etcétera. Muchas veces, esas preguntas se vuelven algo difícil de contestar; la mente se queda en blanco, en grado tal que incluso hay quienes prefieren no conocer gente nueva, o se ponen tremendamente nerviosos en las entrevistas de trabajo. ¿Por qué es tan difícil describirnos o hablar de nosotros mismos? Probablemente sea porque no nos conocemos bien.

El autoconocimiento es el proceso de descubrir quiénes somos, la capacidad de introspección de una persona para reconocerse como individuo y distinguirse de los demás. De esta manera, el autoconocimiento ayuda a la construcción de la identidad.

Ahora más que nunca es importante tener en cuenta el autoconocimiento, tras vivir tiempos complicados, que nos han obligado a tomar distancia con los otros y estar mucho tiempo en soledad; es decir, hemos debido pasar tiempo con nosotros mismos, cosa que no es muy usual, porque la gran mayoría vive de prisa entre el trabajo y las responsabilidades del hogar y la familia, y no les queda tiempo para pensar en sí mismas.

El autoconocimiento es importante, sobre todo porque si analizamos quiénes somos, las cosas que nos gustan, aquello que nos molesta, las cosas que hemos ido sembrando, etcétera, nos daremos cuenta de la manera en que procedemos, andamos por la vida y hacemos las cosas. Así, podremos plantearnos si estamos conformes, felices, tranquilos, y preguntarnos qué tanto estamos escuchando nuestros deseos y nuestros principios.

El autoconocimiento es una tarea permanente, que comienza desde que somos niños, y no termina. La vida no para, la vida sigue pasando, y nosotros no somos los mismos que cuando éramos niños, estamos en cambio continuo. Aprender de uno mismo implica cuestionarse, escucharse, darse la palabra para tomar decisiones; este proceso puede ser difícil, e incluso podríamos no darnos cuenta de él; habrá cosas que no nos gusten, pero es importante ser pacientes y amables con nosotros mismos y darnos la oportunidad de buscar lo que queremos, respetar nuestro proceso, y en el camino hacernos conscientes de que probablemente los otros también están pasando por algo similar, y así podremos ser más empáticos.

Atravesar por este proceso nos permitirá comprendernos y reconocernos frente al espejo y frente a los otros, y en el camino aprenderemos a valorarnos y a querernos.

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