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ALEJANDRA VEGA, escritora y promotora cultural en EE. UU.

El año pasado, Alejandra celebró la publicación de su primer libro, Abrazo de agujeta, una obra infantil que busca hacer conciencia sobre los trastornos alimenticios, publicado como parte de una serie de libros con temática de salud mental.

Ale Vega es egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Como estudiante colaboraba en el periódico Ocho Columnas, y era conocida como “Ale Mater” por su constante y excelente trabajo en la revista Alma Mater. También estudió en la Universidad de Barcelona, donde obtuvo la maestría en Literatura Española e Hispanoamericana.

Trabajó seis años en el plantel de la UNAM en Los Ángeles, impartiendo talleres de literatura y haciendo promoción educativa y cultural. Actualmente escribe artículos para Los Angeles Times, donde apoya también en la organización de festivales, entre otras actividades, y se desarrolla como especialista de marketing y comunicación en Providence Saint John’s Health Center.

¿CÓMO LLEGASTE A TRABAJAR A LOS ÁNGELES?

Después de egresar de la UAG se me brindó la oportunidad de trabajar en el periódico Mural. Yo estaba emocionada. Comenzaría a laborar después de mi fiesta de graduación, pero antes de eso me fui de vacaciones a Europa. No sé qué bicho me pegó allá, pero regresé muy enferma y duré mucho tiempo así, por lo que la propuesta laboral se cerró y no obtuve el puesto.

Mi hermano me motivó a ir a estudiar a otro país. Desde hacía tiempo tenía en mente la UCLA. Hice circo, maroma y teatro para ingresar ahí; busqué becas y apoyos para solventar la colegiatura. Entonces me fui, siempre con la idea de estudiar y regresar a México.

Me inscribí en el programa Journalism with Concentration in Media Studies. Mi primer profesor fue irlandés, y no le entendía ni jota. Ni siquiera sabía cómo salir de la universidad. Ahí me di cuenta de que sabía menos inglés de lo que creía. Todo un reto.

Me dieron permiso de un año para hacer prácticas. Metí muchos currículums, pero nadie llamaba. Después tuve la suerte de conocer a la directora de la UNAM en Los Ángeles, Paula de Gortari, y comencé a trabajar con ellos en actividades culturales, redactando notas, cubriendo eventos y en otras actividades enriquecedoras. Gracias a eso me dieron la visa de trabajo los seis años que estuve con ellos. Durante este tiempo, también pude colaborar en LA Opera, en LACMA (Los Angeles County Museum of Art) y en el Consulado General de México en Los Ángeles. Sin duda, la UNAM fue una gran escuela.

La renovación de la visa de trabajo era un proceso desgastante año con año. Sentía raro el hecho de que me renovaran el permiso para seguir teniendo mi vida, esta vida de adulta que ya había creado en Los Ángeles. Después me casé y vinieron muchas cosas buenas; entre tanto, se terminó la incertidumbre que sentía respecto al lugar en el que vivía.

CUÉNTANOS SOBRE TU TRAYECTORIA PROFESIONAL.

Después de colaborar con la UNAM, me ofrecieron un puesto temporal como directora de Comunicación y Marketing en Sinai Akiba Academy, donde tenía actividades similares a las de la UNAM. Luego me uní a Southwest Regional Council of Carpenters como coordinadora de Comunicación. A la vez, me convertí en parte de Creators Who Hustle, colaborando en el área de Relaciones Públicas y Marketing, donde me tocó apoyar a muchos emprendedores y PYMES. CWH es una academia y agencia de talentos especializada en marketing de influencers, marca personal y creación de contenido.

Actualmente trabajo en Providence Saint John’s Health Center, apoyado por la Saint John’s Health Center Foundation, donde me desarrollo como especialista de Marketing y Comunicación, colaborando en la revista, podcast, redes sociales y boletín informativo, entre otras áreas.

PLATÍCANOS DE TU LIBRO, ABRAZO DE AGUJETA

Es un hijo, un sueño cumplido. Es ayudar con empatía, a través de la escritura, a niños y jóvenes. Este libro abre una conversación con los más pequeños sobre los trastornos alimenticios y la importancia de tener buena autoestima a cualquier edad; los enseña a quererse, a respetarse con sus virtudes y defectos, y, sobre todo, los enseña a valorar los sentimientos y a expresarlos.

¿QUÉ OBSTÁCULOS ENCONTRASTE?

Mi libro, sin duda, es un gran logro, así como mantenerme fiel a la carrera de Comunicación, y también el no quitar el dedo del renglón como migrante: seguir luchando por lo que quiero, aún fuera de mi país.

Otras dificultades han sido, por ejemplo, que hay muchos prejuicios, y la idea de que los latinos solo somos buenos para ciertas cosas, subestimando nuestra capacidad. Otros retos que he enfrentado es la parte económica y el idioma; adaptarme completamente a este último fue mucho más difícil de lo que pensaba.

La verdad es que en Estados Unidos mucha gente tiene un concepto erróneo sobre lo que somos los mexicanos. En el trabajo es común escuchar comentarios de discriminación sutil disfrazados de halagos.

¿QUÉ

MARCÓ MÁS TU ÉPOCA DE ESTUDIANTE?

La capacidad de soñar, de alcanzar las cosas, porque en realidad la información caduca, tenemos que actualizarnos constantemente. Lo que perdura es el mensaje de que puedes alcanzar tus sueños.

Todo lo que viví en la UAG parece también un sueño. Llevo en el corazón las tardes en la biblioteca, los desayunos en la cafetería, a mis amigos, la inspiración, las experiencias de vida; se sintió como una serie de televisión.

¿QUÉ CONSEJO DAS A LOS ESTUDIANTES?

Que crean en sí mismos, que crean que pueden hacerlo, pero que trabajen por lo que sueñan, que prueben muchas cosas, que hagan de todo antes de decidirse por algo. La escuela es el inicio de una gran aventura.

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