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HIDRÓGENO VERDE (H2V): Una posible solución a la crisis energética

Rafael Méndez Tejeda, Ph.D. Univ. de Puerto Rico en Carolina Laboratorio de Investigación en Ciencias Atmosféricas Miembro

Expertos

Desde hace varios años Puerto Rico está estancado en proceso de mejorar sus fuentes de energía. El huracán María puso al descubierto todo el polvo que habíamos puesto debajo de la alfombra. Hoy, con cientos de millones de dólares de fondos federales para solucionar el problema energético y casi cinco años después del impacto de este histórico ciclón, parece que aún no hemos despertado de esa pesadilla.

Mientras los países de la región están hablando de energías renovables (solar, eólica, etc.) y de hidrógeno verde, esta última palabra sólo suena en la mente de las personas entendidas en materia energética. Todavía hay gente que habla del gas natural como combustible de transición. Deseo informarles a quienes así piensan que ya ése no es el caso. Mientras tanto, países como México, Chile, Argentina, Perú, Colombia y Costa Rica aspiran a ser líderes del mercado mundial del hidrógeno verde. No sólo procuran satisfacer su demanda interna, también aspiran a ser exportadores a Europa y Asia.

El futuro nos obliga a pensar más allá. En un informe firmado por 193 países que son parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la Naciones Unidas, se enfatiza sobre la necesidad urgente de descarbonizar las grandes economías si se desea lograr los objetivos trazados en el acuerdo de París. En este escenario el hidrógeno verde (H2V) juega un papel determinante.

¿Pero, qué es el hidrógeno verde? En primer lugar, el hidrógeno es el elemento más abundante en nuestro planeta y destaca por ser un elemento energético, ligero y almacenable. El hidrógeno es muy energético, posee tres veces más energía que la gasolina, pero, a diferencia de ésta, es una fuente de energía limpia, ya que sólo libera agua (H2O), en forma de vapor, y no produce dióxido de carbono (CO2).

En la actualidad hay tres tipos de hidrógenos que se diferencian entre sí por su procedencia. En primer lugar, tenemos el hidrógeno gris, que es aquél que se obtiene a partir de combustibles fósiles, como el gas natural y el carbón. En segundo lugar, el hidrógeno azul, que es aquél que se obtiene también a partir de combustibles fósiles, pero sin liberación de dióxido de carbono (CO2). En tercer lugar, el hidrógeno verde, que se obtiene de fuentes no convencionales de energía renovable, como la biomasa, biogás, la energía eólica, la solar y el calor geotérmico, entre otras.

El mayor problema tiene que ver con las dificultades para producirlo. Para separar el hidrógeno de las otras moléculas para usarlo como combustible se requeriría de grandes cantidades de energía, lo que lo hace muy costoso. Pero hace unos años se empezó a producir hidrógeno a partir de energías renovables como el sol y el viento, usando un proceso llamado electrólisis. En este proceso se emplea una corriente eléctrica para dividir agua en hidrógeno y oxígeno. El resultado es el llamado hidrógeno verde, que es 100% sostenible y puede sustituir el uso de combustibles fósiles en el transporte y en la generación de electricidad, entre otros usos.

Hoy día, ya contamos con los avances tecnológicos. Se hace necesario la colaboración entre el sector público y privado para que la adopción del hidrógeno verde en un corto tiempo sea la solución más adecuada a la variabilidad y poca estabilidad de las energías renovables. El hidrógeno verde nos permitirá modernizar la matriz energética, cumplir con los compromisos contraídos en el acuerdo de París y mitigar el impacto del calentamiento global. Además, el hidrógeno verde quizás podría mejorar la economía del país.

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