Anomia boba #3

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CLASES DE DERECHO Con Juana María.

CUESTIÓN DE ESTADO

¡Es la educación, estúpido!

JUICIO A LA HISTORIA Encarnación Ezcurra.

Año 1 - Número 3 - Mayo 2014

CÁTEDRAS NACIONALES

BERNARDO

HOUSSAY


CONTENIDO 3

Nota de Tapa

Contrapuntos

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Juicio a la Historia

Colombia: lo nuevo en lo viejo vs. Coca-lombia: qué esperar de las buenas intenciones.

Juicio a Encarnación Ezcurra.

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12 Peronismo y el mito de la gobernabilidad

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Cuestión de Estado

¡Es la educación, estúpido!

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Homenajes

Bernardo Houssay, un revolucionario de la ciencia argentina.

Publicación mensual digital gratuita - Año

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Cátedras Nacionales: del aula a la unidad básica y del compromiso intelectual al derrumbe de la academia.

Editorial

La Revolución de Mayo y ser colonia hoy.

14 Clase de Derecho con Juana María

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1 - Número 3 - Mayo de 2014 - El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores - Todos los derechos están reservados - Queda prohibida la reproducción total o parcial del material publicado sin consentimiento por escrito de los editores - La información contenida ha sido obtenida de fuentes que se consideran fidedignas.

Co-Director General

Co-Directora General

Lucas M. Bellotti

gisela B. Mouzo

José Texidó


CĂĄtedras Nacionales

Por Lucas Bellotti Estudiante de AbogacĂ­a Universidad de Buenos Aires. Director de Revista Anomia Boba.

Del aula a la unidad bĂĄsica y del compromiso intelectual al derrumbe de la academia.


NOTA DE TAPA

E

s la noche del 29 de julio de 1966 o, como la llamarán más adelante, la de los bastones largos. Los tiempos de la belle epoque universitaria están muriendo justo ahora. Hace frío. Hace miedo. Los palos de la montada rompen vidrios y todo lo que alcanzan, incluidas algunas cabezas brillantes. El Onganiato acaba de dar la estocada final al último reducto democrático, que supo resistir con tenacidad un contexto social que lo era cada vez menos. Los cuadros intelectuales y técnicos de la camada más brillante de la UBA no toleran la humillación y presentan en masa sus renuncias indignadas. Ellos han refundado las casas de altos estudios a las que pertenecían luego de expulsar a lo más rancio del nacionalismo católico que había vuelto a hegemonizar los claustros de la mano del primer peronismo. Han convertido a las aulas en espacios para la creatividad, el debate académico apasionado y para corrientes ciertamente innovadoras y algo contestatarias como el hipismo. Son más de trescientos los cerebros fugados si se suman dimisiones y cesantías, entre ellos Risieri Frondizi, Tulio Halperin Donghi y Manuel Sadosky. La situación que sobrevino a la intervención de todas las universidades nacionales fue particularmente notable en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Considerada por el nuevo gobierno de facto como el foco subversivo por excelencia, alojaba en su sede la carrera de Sociología, por demás sospechosa para la dictadura gobernante, de la cual el 85% del plantel docente fue expulsado. Ese vacío fue llenado en su mayoría -¡vaya casualidad!- por sectores de la Iglesia Católica, componente moral por excelencia del modelo de sociedad corporativa que Onganía pensaba imponer a fuerza de sable y bala en el país. De aquel selecto grupo confesional sobresalen Gonzalo Cárdenas y Justino O’Farrell, ambos provenientes de la Universidad Católica, y muy bien conceptuados por el gobierno golpista. Un pequeño grupo de docentes de tendencias diversas, que no se sintió lo suficientemente ofendido por la actuación degradante de la Revolución Argentina, ha decidido conservar sus puestos. En esa actitud –en la que algunos insisten en ver un acto de resistencia- jugó un rol clave cierto sentimiento inconfesable de triunfo que afloró al ver como todo un modelo de Universidad, del que no se sentían parte, se derrumbaba. Ese modelo al que puso fin Onganía era, según lo veían, la exaltación de la intelectualidad burguesa que trabajaba para la dependencia y distanciaba al pensamiento de la cuestión social. Un Jauretche que les daba letra desde su libro “los profetas del odio” permitía vincular a la UBA post-55 con la extranjería y el colonialismo. La escuela de Gino Germani, fundacional de la sociología argentina y de enfoque estructuralista, que ya venía recibiendo críticas por parte de sociólogos recientemente graduados, pasó a ser la suma de los males del imperio: se la acusó de excesivo formalismo y de impedir el trabajo intelectual en beneficio de la liberación. Lo cierto es que esa idea de “universidad aislada” -que cada tanto vuelve en boca de los eternos perdedores de las elecciones universitarias- existió mucho más en la retórica de quienes la condenaban que en las conducciones de ese entonces. La Revolución Cubana, que convocó las solidaridades de sectores amplísimos de la intelectualidad académica en 1959, es buena muestra de ello. Otro ejemplo, quizás el más claro, de la preocupación de esta generación por ampliar los vínculos de la Universidad con la comunidad en la que

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La situación que sobrevino a la intervención de todas las universidades nacionales fue particularmente notable en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Considerada por el nuevo gobierno de facto como el foco subversivo por excelencia, alojaba en su sede la carrera de Sociología, por demás sospechosa para la dictadura gobernante, de la cual el 85% del plantel docente fue expulsado. se desarrollaba, es la fundación de la Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) que, entre 1959 y 1962, vendió tres millones de libros que se distinguían por la baratura de sus costos y su venta en kioscos a la calle. Lo que no hubo en los claustros de esa época, para disgusto de sus detractores, fue una identificación partidaria desde la institucionalidad. El pensamiento crítico se reservaba para sí, orgulloso, el derecho a no ser orgánico, a no filiarse en opción concreta alguna como garantía de su profesionalismo y su margen de maniobra. Concluida esa etapa, la entrega de puestos clave en la conducción de la academia hecha a la Iglesia tuvo una consecuencia

Operadora trabajando con Clementina, la primer computadora para fines científic

no deseada. El gobierno militar no advirtió los drásticos cambios operados en el bajo clero a partir de la difusión del llamado “catolicismo posconciliar”, que llevó a curas y jóvenes de la clase media tradicional a replantearse su cristiandad en un mundo que en cualquier momento tendría que cambiar radicalmente. Bien dice Luis Alberto Romero al respecto “Las teorías del desarrollo, dejaron paso a las de la dependencia (…)tendieron un puente hacia sectores cristianos que, releyendo los evangelios en clave popular, se interesaron en dia-


logar con el marxismo”. De todas las identificadas con las cátedras nacionales, sólo dos materias fueron obligatorias y ambas estuvieron a cargo de los hombres que inspiraron la confianza inicial del régimen: Sociología Sistemática, dictada por O’ Farrell e Historia Social Latinoaméricana, titularizada por Cárdenas. Por su parte, jóvenes profesionales de la sociología, como Alcira Argumedo y Horacio González, se incorporarán a ellas como ayudantes y lograrán un amplísimo predicamento entre los sectores juveniles, cuya politización crecía en menor medida que su radicalización. Los nuevos textos incorporados a la bibliografía obligatoria destacan por una heterogeneidad que anticipa la extraña y volátil base de sustentación del peronismo de los años setenta. José María Rosa aportó una visión benévola de Juan Manual de Rosas, quien hasta entonces era para las izquierdas sinónimo de feudalismo; José Hernández Arregui, Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortiz matizarán la cuestión con un nacionalismo casi chauvinista y los discursos de Juan Perón y Eva Duarte, de dudoso aporte científico pero inmensa carga valorativa, rematarán la peculiar lista de nuevos contenidos de estudio. A ellos se sumarán Lenin, Sartre, Trotsky y Mao, con todas las posibles interpretaciones del marxismo, que ya venían siendo estudiados y propuestos por nuevas camadas de sociólogos incorporados a la docencia. Las tensiones hacia adentro de los propios claustros también existieron: el ala del marxismo académico de la facultad -encabezada por Murmis, Verón y Portantiero-, que comenzó a ocupar lugares destacados del claustro docente luego de que se reabrieran los concursos, reaccionó y se animó a rivalizar con este nuevo paradigma que parecía imponerse; posiblemente alertada por la captación de cierto público que, otrora, le pertenecía. Advirtió prematuramente la depreciación de la calidad académica y la laxitud de conceptos con los que se manejaban sus colegas de las Cátedras Nacionales; al tiempo que resistía y desafiaba la idea del peronismo como la culminación de las aspiraciones de la clase obrera. Reverdeció con ello el debate con sus nuevos interrogantes: ¿primacía del pueblo o de la clase? ¿el marxismo como teoría impedía la revolución o era el peronismo como movimiento burgués su verdadera barrera de contención?. Lamentablemente, y al compás del extremismo que iba ganando posiciones, las discusiones duraron poco y terminaron siendo resueltas mediante su impugnación: todo lo que no fuera peronista sería tenido en adelante por reaccionario, imperialista y cos traída a la Argentina. militante de la ciencia tradicional, a la cual se oponía la nueva “ciencia popular”. Sin lugar a dudas la intelectualidad peronista se perfilaba como el nuevo pensamiento oficial, que consolidaría sus lugares con el ascenso de Cámpora al gobierno y la designación de Rodolfo Puiggrós como rector de la UBA. El lector que conozca la historia argentina, pero no su esquizofrenia, podrá aventurar un final a todo este derrotero de las Cátedras Nacionales: el peronismo llega al poder, la institucionalidad de la Universidad se moldea a su imagen y semejanza y ésta pasa a ser el foco de resistencia contra el oprobio

Arriba: la noche de los bastones largos. En el medio: Eliseo Verón Abajo: José Luis Romero

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NOTA DE TAPA de la dictadura de 1976-1983. Pero no. En algún momento el extremismo hubo de primar en las mentes conductoras de la experiencia que estamos relatando, por cierto brillantes. Las posturas se radicalizarán, y la retórica predominante volverá a ser la los cincuenta: antiintelectualismo y desprecio a la batalla cultural e ideológica, serán sus componentes salientes. El punto cúlmine llegará en el 72, cuando en el número 10 de “Antropología del Tercer Mundo” y en un documento titulado “De base y con Perón. Un documento autocrítico de las ex - Cátedras Nacionales”, once docentes que las habían integrado –entre ellos Justino O’ Farrell- anuncian su abandono total de la academia para incorporarse a los grupos de base a nivel territorial en alguna de las organizaciones peronistas revolucionarias (FAP, Montoneros, FAR). Un extracto del documento ilustra de manera bastante acabada el espíritu que prevaleció por entonces. Así concluiría, entre fanatismos y claudicaciones, la historia de una experiencia que el peronismo universitario y new age evoca cada vez que precisa algún antecedente que lo enorgullezca. Lo cierto es que esa evocación suele hacerse sin tener en cuenta su profunda vinculación con el gobierno de Onganía en sus inicios, sus propias contradicciones y un mito de origen basado en un estado previo de cosas –el cliché de la universidad aislada- que, en rigor de verdad, no fue tal. Sin lugar a dudas el recorrido descripto arroja algunas moralejas: la universidad no se acerca más o menos al pueblo dependiendo de su adhesión o no a movimientos en particular, sino a través de un profundo debate respecto de su rol de cara a la necesidad de dar respuestas originales a los problemas que el país arrastra desde sus orígenes. Por otro lado, se advierte que esos problemas no se resolverán desde un aula y con una veintena de personas haciendo esfuerzos en ese sentido; pero tampoco con la constante reacción improvisada, esporádica y coyunturalista que ya caracteriza a la política argentina. De superar esa falsa dicotomía entre intelectualidad y política, pensamiento y acción, dependerá el despegue o atasco de la Argentina cuando sea nuestra generación la que la conduzca. ■

Los nuevos textos incorporados a la bibliografía obligatoria destacan por una heterogeneidad que anticipa la extraña y volátil base de sustentación del peronismo de los años setenta.

El primer error a nivel teórico es que hablamos y esbozamos teorías y caminos que el pueblo “debía” recorrer (…) Nuestra teorización, era producto del voluntarismo individualista universitario y no de una relación práctica y real con los trabajadores.[…] El error básico fue partir de nuestra especificidad (profesores peronistas) y de la repercusión de nuestros escritos”. [..] Rechazamos todo vanguardismo pequeño burgués o intelectual y nos sumamos a la construcción de la organización desde las bases que permitirá al pueblo peronista vencer en esta larga guerra de liberación.

En algún momento el extremismo hubo de primar en las mentes conductoras de la experiencia que estamos relatando, por cierto brillantes. Las posturas se radicalizarán, y la retórica predominante volverá a ser la los cincuenta.

FUENTES CONSULTADAS Carpio, J. (Septiembre de 2013). Apuntes para una reflexión sobre las cátedras nacionales. Revista Bicentenario , 56-59. Checa, S. (Septiembre de 2013). Una historia de las cátedras nacionales. Revista Bicentenario , 52-55. Faigón, M. (s.f.). Las cátedras nacionales: una experiencia nacional-populista al interior de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Buenos Aires, Argentina: Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras. Ghilini, A. (s.f.). Sociología y Liberación Nacional. La experiencia del grupo universitario de las “Cátedras Nacionales” . La Plata, Argentina: Universidad Nacional de la Plata/ CONICET. Romero, L. A. (2002). Breve historia contemporánea de la Argentina. (Segunda edición). Buenos Aires, Argentina: Fondo de la Cultura Económica de Argentina S.A.

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¡ES LA EDUCACIÓN, ESTÚPIDO! Por Federico García Estudiante de Ciencia Política Universidad de Buenos Aires

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014 es el tercer año consecutivo que en nuestro país el ciclo lectivo no comienza cuando estaba previsto. Desde el oficialismo nacional se argumentó que en 2012 y 2013 los paros fueron de “tan sólo” 72 y 48 horas, respectivamente. Este año, hubo más de 2,5 millones de niños y adolescentes bonaerenses que padecieron un paro en el dictado de clases de casi un mes, y cuando estas líneas están siendo escritas, en la provincia de Salta aún no han iniciado las clases. La situación de conflictividad gremial docente puede parecer paradójica si se tiene en cuenta que desde 2003 el gasto real en educación se multiplicó por más de tres, con lo que la cantidad actual de recursos por alumno es el doble que en aquel entonces. Sin embargo, la extrañeza se pierde al ver el deterioro que también muestran los indicadores de cantidad, calidad y equidad educativa. Salvo en el nivel inicial (3 a 5 años), el porcentaje de la población por tramo etario que asiste a la escuela prácticamente no aumentó en una década; creció la cantidad de jóvenes que ni estudian ni trabajan (llegando a la cifra escalofriante de más de medio millón de jóvenes en esta situación); la mitad de aquellos en edad de secundario no se encuentra cursando el año que le corresponde y caímos varios puestos en el ranking internacional de pruebas PISA, las cuales demostraron que los alumnos argentinos poseen la mayor desigualdad interna; y que la escuela pública pierde terreno a manos de la privada. En consonancia con el bajo rendimiento en América latina, el país quedó en el puesto 59 de 65 y quedó sexto entre los ocho países de la región analizados. Asia, por su parte, encabeza la lista sobre el conocimiento de alumnos en lengua, matemática y ciencia Al igual que en otras áreas de la administración pública, es evidente que algo pasa con el uso de los recursos: gastamos más plata pero las mejoras en la calidad de lo brindado por el Estado no mejora y en varios casos como el de la educación, empeora manifiestamente. A ello tiene que agregarse un dato

no menor: los más perjudicados por esta situación, son los sectores de menores ingresos, incapaces de solventar el acceso a la educación privada. Esta se presenta como la nueva vedette de los bienes culturales para la clase media, media baja y –en algunos casos–baja, de cara a los subsidios estatales que recibe en beneficio de la baratura de sus cuotas mensuales y matrículas. Los salarios de los docentes aumentaron pero aún son magros. De hecho, al compararlos con ocupaciones de menor nivel de capacitación o responsabilidad, no pueden menos que indignar, si se los toma como parámetro de las prioridades de los gobiernos. Es evidente que nuestra sociedad no le otorga a sus maestros y profesores la importancia y la retribución que su actividad merece. Es cierto que en nuestro país muchos educadores tienen responsabilidades múltiples que los obligan a correr de un establecimiento a. otro. En la Argentina hay un promedio de 16 alumnos por docente, mientras que Chile tiene 21 y México 28. El ausentismo en el sector es un problema que parece pasar desapercibido, pero no es menor. Un trabajo de 2011 efectuado por CIPPEC muestra que sólo el 37% de los docentes de la Provincia de Buenos Aires no pidió ni un solo día de licencia (25% menos que en Mendoza, por ejemplo); y que el 46% solicitó más de tres. Esta falta de reconocimiento a los educadores tiene como contrapartida bajas exigencias sobre ellos en lo que deberían ser sus genuinas competencias. Finlandia es uno de los ejemplos más utilizados en cuanto a resultados en el área de la educación. Allí, el ingreso a la carrera docente es extremadamente estricto y competitivo, la preparación ardua y la capacitación constante. Pero no es necesario irse tan lejos: el presidente Rafael Correa en Ecuador, también emprendió el camino de elevar lo que se requiere de los educadores. Detrás de estas políticas hay un principio sencillo: la calidad de un sistema educativo no puede exceder a la de sus docentes. En promedio, los niños y niñas de América Latina y el Caribe permanecen casi 12 años en el sistema escolar (en los niveles primario y secundario), un tiempo muy superior al promedio de los países en desarrollo, sin

embargo, estamos muy lejos de ser un paraíso educativo. En la región, un aumento en la inversión educativa no siempre ha redundado en beneficios para los más pobres y excluidos, ni en la calidad de la misma. En efecto, los más ricos aparecen en la estadística como los mayormente beneficiados en términos de absorción y aprovechamiento de la inversión pública en educación. Al mismo tiempo, los altos niveles de corrupción y la incompetencia administrativa hacen que muchos recursos públicos destinados a financiar la educación se pierdan o despilfarren. Herencia de las reformas del capitalismo de amigos implementadas en las últimas décadas y que permanecieron casi de manera estructural en la región (nuestro país no es una isla al respecto), tendieron a intensificar las dinámicas de privatización de la educación pública. La mejora de nuestro sistema educativo es uno de los grandes desafíos que tendremos a futuro. Para ello, precisamos otorgarle un lugar central en la planificación de las políticas públicas. No se puede hacer con malos salarios, ni sin mejores docentes, ni sin demandar mayores esfuerzos a los alumnos. Estudiar es difícil. Por eso es que en las sociedades modernas el proceso de enseñanza aprendizaje se da en lugares específicos y está a cargo de personas idóneas. Cuando olvidamos esto el sistema se desenfoca, pierde su norte. Los datos presentados corresponden, de modo general, a la UNESCO y están disponibles en las base de datos de su Instituto de Estadísticas (www.uis.unesco.org). Los datos de los países de la OCDE corresponden a los diversos informes de Education en Glance, publicados periódicamente por dicha organización (www.ocde.org). Otros datos pueden encontrarse en los diversos informes de la CEPAL, particularmente Balance Social (www.eclac.cl) y en los Informes sobre el Desarrollo Humano del PNUD (www.undp.org). ■

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Bernardo

un

Hou

revolucionario ciencia

argentina

“Para llegar a generalizaciones verdaderamente fecundas y luminosas es necesario haber removido en el hospital, en el anfiteatro o en el laboratorio el terreno inanimado o palpitante de la vida. La verdadera ciencia puede ser comparada a una meseta florida y deliciosa, a la cual no se puede llegar sino después de haber ascendido por escarpadas pendientes y haberse arañado a través de las rocas y de las malezas” Por Julio Pusterla Licenciado y Doctorado en Química. Universidad Nacional de Córdoba.

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sta frase del padre de la medicina experimental en Argentina lo describe en plenitud, dado que alcanzó esa meseta superando las caídas y las heridas sufridas en el camino. Bernardo fue el cuarto hijo de Alberto Houssay y Clara Laffont. Nació el 10 de abril de 1887 en Buenos Aires, y desde su juventud fue un espíritu estimulado por la curiosidad de conocer el origen de los fenómenos naturales, explicar sus causas y descubrir sus leyes. Se recibió de bachiller a los 13 años, de

farmacéutico a los 17 y de médico a los 23, lo que nos exime de comentarios acerca de su capacidad intelectual. En 1908, siendo un practicante de medicina en el Hospital de Clínicas, asistió a un paciente que padecía acromegalia y cuya glándula hipófisis estaba afectada por un tumor. Fue entonces que decidió investigar la función de esa glándula, sin saber que casi 40 años después su trabajo le valdría un Premio Nobel de Fisiología. A diferencia de muchos científicos argentinos que alcanzaron fama y prestigio en centros de envergadura internacional, Houssay fue, en principio, un hombre autodidacta y profundamente convencido de que ejercería su vocación solo dentro de su país. Hasta tal


La ciencia no tiene patria, pero el hombre de ciencia la tiene.

ussay,

cionario de la

entina. punto esto es real que su primer viaje importante sucedió en 1924, cuando visitó Europa, a los 37 años. “La ciencia no tiene patria, pero el hombre de ciencia la tiene”, solía decir cuando le preguntaban al respecto. Su trabajo alcanzó celebridad internacional siendo muy joven y fundamentalmente por

dos circunstancias: una, la notable originalidad de su obra, y otra, su metódico interés por divulgar sus trabajos no solo en revistas de relevancia científica sino también en publicaciones regionales de habla hispana. A pesar de su obstinado apego a la investigación básica, Houssay fue un hombre comprometido con la vida política argentina e internacional. Tras el golpe de estado de 1943, el nuevo ministro de Educación del gobierno de facto asistió a una conferencia que el investigador brindó sobre la crisis universitaria y le prometió una entrevista para organizar un Consejo de Educación. Sin embargo, en Octubre de ese año el mismo gobierno decidió dejar cesantes a todos los profesores que habían firmado una declaración de apoyo a los aliados, entre quienes estaba el propio Houssay. Lejos de perder su entereza y vocación científica, reanudó su trabajo en el Instituto de

hasta el día de su muerte. En ocasión de su creación, el Nobel recalcó que “el verdadero hombre de ciencia es el que se dedica a ella en forma exclusiva y preponderante para investigar verdades nuevas, y no el simple erudito que repite o transmite lo ya conocido, ya que la ciencia vive y progresa por la investigación”. Cabe recordar que CONICET es hasta el día de hoy el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina. Fue un hombre infatigable y nunca se mostró escéptico sobre el desarrollo de la ciencia en la Argentina. Ubicaba a la perseverancia por encima del talento y a la ética por encima de todo. Creía que sus investigadores eran potencialmente iguales a los de cualquier país y tenía una enorme esperanza por el futuro. Aunque sabía que el medio intelectual y la metodología de aprendizaje eran distintos a los de países europeos, consideraba que Ar-

Fue un hombre infatigable y nunca se mostró escéptico sobre el desarrollo de la ciencia en la Argentina. Ubicaba a la perseverancia por encima del talento y a la ética por encima de todo. Biología y Medicina Experimental (IBYME) donde solventó sus investigaciones con módicas contribuciones privadas. Al año siguiente, en junio de 1945, cumplió otro de sus grandes objetivos al publicar “Fisiología Humana”, su principal aporte bibliográfico a la enseñanza de la medicina en Argentina. Tras ser declarada ilegal la cesantía, Houssay y sus colaboradores retornaron al Instituto de Fisiología en 1945. Sin embargo, la persecución no terminó. En septiembre de 1946, tras la asunción del gobierno de Juan Domingo Perón, el delegado interventor de la Facultad dispuso de oficio la jubilación de Houssay. Al año siguiente, el Instituto sueco Karolinska le otorgó el premio Nobel de Medicina y Fisiología por “el descubrimiento de la importancia de la hormona del lóbulo anterior de la hipófisis para el metabolismo del azúcar”. La noticia generó felicidad en la comunidad científica argentina pero fue recibida con mucha serenidad por Houssay. El gobierno del país mantuvo un predecible silencio. El aporte de Bernardo Houssay a las ciencias en Argentina ya era a esa altura absolutamente indiscutible pero afortunadamente aún no había concluido. El 15 de febrero de 1958 se constituyó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), cuya creación fue impulsada por el propio Houssay, quien ocupó su presidencia

gentina podía ser vanguardista en términos científicos. Empecinadamente trató de modificar y corregir lo que creía incorrecto. Esa fue su lucha permanente. Dedicó su vida a orientar la vocación de muchos jóvenes que se convirtieron en sus discípulos. Sin lugar a dudas, representa un paradigma que aún ilumina a muchos argentinos. Falleció en Buenos Aires el 21 de Septiembre de 1971, a los 84 años. ■

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Colombia: lo nuevo en

lo viejo

Por María Lucila Acevedo Lic. en Ciencia Política Universidad de Buenos Aires

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n Colombia actualmente se vive el alboroto político que generan las campañas presidenciales. A un mes de renovar el alto mando estatal y con las fórmulas electorales ya constituidas, las coaliciones buscan lograr la ventaja que las vuelva victoriosas. Es la oferta de alternativas a través de coaliciones electorales lo que vuelve interesante el proceso colombiano, que actualmente concentra la intención de voto en dos opciones: Unidad Nacional (PSUN) y Alianza Verde (AV). La novedad no radica en el establecimiento de alianzas. En los sistemas europeos, la propia dinámica parlamentaria estableció el armado de coaliciones como constituyente de gobiernos. Articulado el gobierno en un Primer Ministro que emana del legislativo, la construcción de mayorías para la designación del mismo se vuelve una obligación. En América latina también hemos visto varios ejemplos de articulaciones multipartidarias en la década de los 80`, incitadas principalmente por la restauración democrática. Donde está entonces el elemento novedoso en Colombia? En la volatilidad de las alianzas y en su constitución extra-ideológica. En esta contienda presidencial, no hay una oferta de derecha y otra de izquierda. Hay una dicotomía entre lo novedoso y lo tradicional. Roto el bipartidismo tradicional construido en torno al Partido Liberal y el Partido Conservador, los partidos fueron forzados a constituir coaliciones que les devolvieran no solo competitividad electoral sino capacidad representativa. El año 2002 fue el inicio de la dispersión

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del poder históricamente contenido en estos partidos. Se trasladó desde estos hacia la figura de Álvaro Uribe, la joven promesa, la encarnación de la obsolescencia de un modelo dicotómico. Su triunfo no solo puso al desnudo la crisis interna del Partido Liberal – de quien se separó para fundar su propio partido- sino que reveló la predisposición del pueblo colombiano para optar por algo distinto. Rompió con 150 años de hegemonía representativa, revelando la incapacidad de los partidos para seducir a una sociedad que ya había ingresado en el Siglo XXI y que tenía nuevos problemas, nuevos deseos y una nueva cultura. El reconocimiento de nuevos derechos trajo de la mano nuevas demandas

XXI y recién en ese período las plataformas verdes se volvieron elemento de tracción electoral en América Latina . Pensemos también el giro copernicano del modelo productivo y las nuevas formas de generación de valor, que abandonan el clásico sistema industrialista para coexistir con la riqueza emanada de la innovación tecnológica e ingeniería organizacional. Finalmente, seamos conscientes que esto sucede en un período de transición en donde las novedades conviven con lo tradicional y lejos de convivir pacíficamente, aún están intentando encontrar el punto de equilibrio que satisfaga a ambos. El resumen es que una nueva cosmovisión, un nuevo ordenamiento, una nueva cultura y

El compromiso “hacia lo político” desde la política y el aprovechamiento de los recursos de poder como gestión del espacio público requieren innovación en el armado de sus políticas públicas, pensamiento estratégico para surfear en el nuevo escenario posmoderno y principalmente sensibilidad hacia las nuevas y pujantes demandas colectivas. que el montaje tradicional no supo absorber. Tomemos el caso del derecho de las minorías y la exaltación de las identidades locales (En el caso colombiano, reivindicativas de los pueblos originarios y de grupos campesinos). Esto no surge solamente como pretensión identitaria sino como movimiento reactivo a la globalización, problematización claramente postmoderna. Consideremos también el reconocimiento constitucional de los derechos difusos y las consecuentes luchas ambientales (también plausible a la inversa cual dilema del huevo o la gallina, que al caso es igual). La construcción de una deuda del hombre hacia la naturaleza o hacia las generaciones futuras se constituyó en los albores del siglo

nuevos desafíos, requieren nuevas respuestas políticas. Como se constituirían las nuevas ofertas? A partir de partidos nuevos o de partidos viejos en un nuevo formato: Las coaliciones. Acabadas en Colombia -felizmente- las tentaciones del electorado para con los extremos ideológicos, las ofertas gubernamentales se mueven principalmente en el centro programático, más a la derecha más a la izquierda pero centro al fin. Esto permite una gran variedad de alianzas, que se potencia por las desarticulaciones partidarias en nuevas fuerzas independientes y por la territorialidad de la política, basada en cooptación de líderes del orden subnacional que sin lograr ser inmovilizados

vs

por las mallas contenedoras partidarias, seducen a un electorado también volátil. En un escenario donde los partidos sirven más de referencia que de instancia colectiva identitaria y en donde las propuestas son más electoralistas que transformadoras, se corre el riesgo de no saciar. De promesas no vive el hombre y el voto a ciegas puede ser un refuerzo tanto del personalismo y volatilidad actual como de la decepción ciudadana, el escepticismo hacia la política y fosilización conservadora de las estructuras partidarias. El compromiso “hacia lo político” desde la política y el aprovechamiento de los recursos de poder como gestión del espacio público requieren innovación en el armado de sus políticas públicas, pensamiento estratégico para surfear en el nuevo escenario posmoderno y principalmente sensibilidad hacia las nuevas y pujantes demandas colectivas. La capacidad de representar será verídica cuando la política empatice e interpele, fenómenos solo alcanzable con propuestas y no con estructuras, sean partidarias o coalicionistas. De esto deriva que se deba considerar la eficiencia desideologizante pregonada desde la derecha como mera expresión de método que encubre la fosilización de la realidad y si tanto el PSUN como AV persisten en su interés de ser reconocidas como nuevas manifestaciones de la centro izquierda o como instrumentadoras de la transformación requerida en el Siglo XXI, deberán esforzarse en construir un nuevo modelo de gestión acorde a las necesidades actuales. Es el único camino para erradicar a la intención del voto en blanco del segundo puesto en las encuestas. ■


s. P

Coca-lombia: qué esperar de las buenas intenciones Por Agustín Menéndez Lic. en Ciencia Política Universidad de Buenos Aires

ocos lugares en el mundo tienen las penurias que sufre Colombia por culpa del narcoterrorismo y el narcotráfico a secas. Desde 1990 más de diez mil víctimas fue el tendal dejado sólo por la utilización de minas de guerra en distintos lugares y adyacencias de la selva colombiana (ubicándolo detrás de Afganistán en este ranking) por parte de la guerrilla. Aun a pesar de los más de 5 billones de dólares invertidos por el gobierno estadounidense no se ha podido erradicar la mafia del narcotráfico del país y el Plan Colombia sigue en pie. Este fenómeno debe ser considerado en su influencia en la dimensión política, no sólo desde hace ya más de cinco décadas, sino actualmente, para poder entender mínimamente los problemas que aquejan al país cafetero y sus objetivos a futuro. En este sentido, lo primero que puede decirse es que Colombia en términos puros de definición de Estado no cumple con el requisito de tener pleno control sobre su territorio. La zona de Caquetá, principalmente el sudeste de esta región, ha sido la zona caliente por excelencia en todo este tiempo. Más de siete mil soldados de las FARC (se calcula esta cifra) no pueden ser doblegados por los más de 300 mil soldados del ejército colombiano. ¿Cómo es posible esto? El ejército colombiano lo sabe bien: miles de minas puestos sobre terreno civil y sobre la misma selva han mantenido ocupadas a las fuerzas para avanzar de forma total. Por el otro lado, las fuentes de financiamiento y el control de una zona que tiene a Florencia como capital de las FARC así como la vinculación con La

Habana donde se llevan a cabo los diálogos buscando paz con el Estado hacen que el terrorismo del narcotráfico siga en pie, comprando candidatos, imponiendo alcaldes, matando a grupos que quieran oponerse a los designios de los líderes del grupo. Es por ello que cobra relevancia que tanto Santos, como Peñalosa o Zuloaga no puedan dudar un segundo en remarcar que la lucha contra las FARC y el narcotráfico son la prioridad número uno de Colombia para llevar a buen puerto al país. Debe remarcarse que los candidatos de lo que se podría considerar la “derecha” colombiana han tenido un excelente desempeño en este punto y no en vano han conseguido por ello los votos. Aun así,

ción del presidente Santos dado que por la operación que dio de baja al comandante guerrillero de las FARC, alias “Raúl Reyes”, se produjo la muerte de un ciudadano ecuatoriano. Hugo Chávez también se sumó en su momento a las críticas dado que el campamento estaba en territorio ecuatoriano y por una cuestión de soberanía se habían pedido explicaciones. Paradójicamente, las autoridades ecuatorianas jamás explicaron el porqué del asentamiento de las FARC en su territorio y la presencia de mexicanos en aquel campamento… A todo ello, es importante remarcar que las FARC dejaron su sesgo revolucionario de izquierda hace ya más de 30 años y que actualmente es sólo una

(...) las FARC dejaron su sesgo revolucionario de izquierda hace ya más de 30 años y que actualmente es sólo una organización guerrillera a favor del narcotráfico

la enorme mancha dejada por la utilización de grupos paramilitares y sus conexiones con grupos de políticos sigue estando en pie y resonando. Es notorio que, en numerosos países de la región haya, desde los sectores más de izquierda, una visión cándida sobre el narcotráfico mientras que en Colombia la decisión de acabar a la guerrilla no se duda ni por un instante (excepto Santos el cual al ocupar un cargo ejecutivo no pudo afirmar lo mismo dadas las condiciones de tregua actuales). Es entendible, cincuenta años de tragedias han hecho entender a la clase política y al país entero los riesgos enormes que se corren al dejar que el narcotráfico avance. La mala fe del presidente ecuatoriano Correa es singular y hasta cómplice dado que fue quien pidió a Interpol la deten-

organización guerrillera a favor del narcotráfico. Cualquier signo de simpatía con ellos debería ser denostado por todas las fuerzas políticas del continente y el apoyo en la región contra sus acciones mancomunado. Por parte de Colombia, la cooperación con Estados Unidos debe continuar ya que el mantenimiento de una fuerza tan extensa es sumamente oneroso para el Estado. También la potenciación de la educación, la lucha contra la pobreza extrema y la urbanización de los núcleos más marginales de las ciudades ayudará a erradicar la expansión del narcotráfico en las grandes ciudades de Colombia. A la par, el incremento de divisas debido a la exitosa política de turismo se irá incrementando a medida que se sigan dando signos claros de lucha contra el narcotráfico. El caso de México y la

ciudad de Acapulco son un claro reflejo de que ambas actividades se ven influenciadas. Debido al aumento de los asesinatos y la mediatización de los mismos, Acapulco llegó a perder el 90% de las reservas del lugar creando una hecatombe comercial en ese núcleo turístico. Lo mismo ocurre con los cultivos en la zona sur de Colombia donde por ley el Estado puede fumigar con glifosato para permitir una mejor visión de las zonas selváticas y atacar eficientemente con helicópteros. Desgraciadamente, parte de la población civil ocupa esas zonas y su base de subsistencia se ve afectada por estas fumigaciones. Los resultados son dispares: se ha logrado reducir el cultivo de amapola pero no los de cocaína y marihuana, se ha podido controlar mayor territorio y la guerrilla no tiene el poder de fuego de hace veinte años. Esperanzados en que América Latina va a dar un giro a favor de la tolerancia cero contra el narcotráfico en estos próximos años, habrá que esperar a que la población toda reflexione sobre los inmensos problemas que acarrea el mismo y que la solución no se encuentra en los gobiernos populistas que parecieran haber amparado con total soltura a los grupos narcos. ■

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PERONISMO y el

mito de la

GOBERNABILIDAD Por Marco Di Natale Estudiante Lic. en Ciencia Política Universidad del Salvador

E

s frecuente para los argentinos o para los interiorizados en política argentina, escuchar la frase “el peronismo es el único partido capaz de gobernar”. Los mitos tienen gran capacidad de arraigo y su intensidad va de la mano con su extensión; pero lo más importante es que en su calidad de tales no tienen correlato con los hechos. Desde la vuelta al orden institucional en 1983, dos fueron los gobiernos que ocuparon el Ejecutivo Nacional con suficiente duración como para hablar de “eras”: el menemismo y el kirchnerismo. Siendo que ambos se han proclamado (y se proclaman) peronistas, pero se encuentran en dos extremos opuestos, si imagináramos la


ideología como una línea recta que va de izquierda a derecha; ¿Qué podemos extraer de este fenómeno? En primera medida, existe una vasta bibliografía en Ciencia Política que caracteriza al Partido Justicialista como un “partido de baja institucionalización”, cuya consecuencia (entre muchas otras) es el faccionalismo y los liderazgos personalistas, ambos conceptos en relación recíproca. En efecto, este movimiento de derecha a izquierda sólo es posible cuando existe una base electoral lo bastante estable como para garantizar que un movimiento de las cabezas partidarias no verá afectado el resultado de las elecciones. En segunda medida, y como desprendimiento de la primera, un cierto porcentaje de votos estables en conjunción con un partido poco institucionalizado, ha llevado a que el faccionalismo que lo caracteriza se vea resuelto de manera informal, utilizando por ejemplo la primera vuelta como una suerte elecciones primarias, y el ballotage como una elección general (fue lo sucedido en 2003); o de manera formal, Ley de P.A.S.O. de por medio, pero con fines partidarios. ¿Qué tienen en común, entonces, menemismo y kircherismo, siendo que el primero ha adherido al paradigma neoliberal, mientras que la década kirchnerista se ha ganado en el común de la gente el rótulo de “reivindicador social”? La respuesta reside en su informalidad. Si peronismo puede ser una cosa u otra, entonces deberíamos dejar de hablar de un partido en términos ideológicos, para dar paso a un partido comprometido con los los temas que la coyuntura imponga como moda. El compromiso con los “temas del momento” genera satisfacción en el corto plazo, lo cual no significa estabilidad en el mediano o largo plazo. Tanto menemismo como kirchnerismo surgieron en un contexto caótico, que les permitió en su momento presentarse como superadores; tanto en la reconstrucción de lo pasado, como en la articulación de lo futuro. Es decir, una referencia inmediata al “estuvimos peor”. Los ciclos que tuvieron lugar después de 1989 y 2003, respectivamente, extendieron en la conciencia colectiva esa sensación de seguridad y afianzaron así el mito de la gobernabilidad. Ahora nuestra pregunta es, ¿Tienen una conexión lógica la duración de un mandato con el concepto de gobernabilidad? A priori podríamos responder que sí, visto que tanto una la era menemista como la kircherista fueron testigos de comicios que dieron lugar a segundos mandatos, es decir, contaron con el “visto bueno” en las urnas. Pero si hilamos fino, podemos dar cuenta que la persistencia en el poder no es

obligatoriamente consecuencia de la capacidad para canalizar demandas, sino de la habilidad para neutralizarlas. Si la era de Menem fue conocida como la cultura de “la pizza con champagne”, la del matrimonio santacruceño fue la de la “pizza con champagne para todos y todas”. ¿Por qué? Porque el concepto de inclusión, si en el primero no existió, en los segundos fue más una práctica discursiva que efectiva. Ha habido un cambio de dirección en las políticas públicas, pero superficial, sin infraestructura para soportarlas en el largo plazo. Cabe citar al politólogo Pérez-Liñán, que en un trabajo sobre ciclos presidenciales, los compara con la naturaleza animal del siguiente modo: “cada animal tiene motivos para sobreexplotar los recursos de su hábitat con el fin de garantizar su supervivencia inmediata, transfiriendo un territorio con recursos agotados al morador siguiente”1. Siendo que el peronismo es percibido por el electorado como un partido con mayor capacidad de ejecución y con acceso a mayores recursos, cuando un presidente peronista agota su ciclo, lo que se agota es una generación de políticos, pero no la etiqueta peronista. Es el momento en el cual el partido toma nota de los antes mencionados “asuntos de moda” y direcciona el partido y los recursos con los que cuenta hacia donde la coyuntura lo pida. Los nuevos candidatos cuentan automáticamente con la etiqueta que lo vuelve competitivo, y con recursos estratégicos que lo vuelven pragmático. Por decirlo de la forma más simple posible: el peronismo cuenta con una estructura que le permite el lujo de la tozudez frente a los problemas mientras el mandato dure, y una sucesión automática cuando el mandato se agote. Quizás la pregunta que tengamos que hacernos es si esto significa capacidad resolutiva o formas de populismo que datan de mucho tiempo atrás y todavía hoy, siglo XXI, persisten. ■

Referencias 1 Pérez-Liñán, Anibal (2013). Liderazgo presidencial y ciclos de poder en la Argentina democrática. En Revista SAAP, vol. 7, no. 2

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con Juana María

Juana leía - valiéndose de unos anteojos bastante feos y de una forma indescriptible- El Leviatán, de Thomas Hobbes, que habría sacado de la biblioteca hace un rato. Buenas tardes Juana, bienvenida a mi despa- cho. Gracias por la nueva visita, aunque le voy a insistir con que si se va a instalar en mi escritorio, me llame antes al menos. Nuestra amiga estaría bastante compenetrada con Hobbes, porque ni siquiera levantó la mirada para responder la bienvenida. La lectura se prolongó, apacible, por unos minutos. ¿Cómo anda, dotor? Perdone pero estos ingle- ses son una cosa fantástica. ¿Vio lo que pasó con los linchamientos? Acá está la respuesta. Se la vinieron venir, ¡de no creer! - ¿Hobbes? No me diga que ya le podemos echar la culpa también de los linchamientos. Hubiera jurado que con las reiteradas órdenes de quema de sus libros había tenido suficientes dolores de cabeza después de muerto. - Mire, es cosa bien sencilla. En algún momento esto era un quilombo, todos contra todos… Algo me dijo que la cuestión venía para largo. Me senté del otro lado del escritorio y, viendo por primera vez la oficina desde ese lugar, me resigné a escuchar las ideas que Juana traía esta semana. - Le decía, esto era un quilombo; y hubo que ponerse de acuerdo para cortarla. Así que entre todos (no me pregunte quienes, porque eso no lo dice el libro) dijieron: cada uno deja de hacer lo que se le canta y elegimos un jefe que nos defienda, nos cuide y si alguno se las manda; se las haga pagar. - ¿Quiénes habrán sido esos hijos de puta que nos pusieron jefe, no Juana? - ¡No, no! ¿no escuchó? Le digo que había un lío de aquellos. La cuestión es que la cosa venía más o menos bien, y a ese jefe se le dijo “podés hacer casi cualquier cosa, pero ojito con fallarnos; porque ahí se arma y volvemos todos a dónde estábamos: cada uno en la suya, defendiendo su rancho”. En primer lugar, había algo de fantástico en Juana disertando con su sencillez del origen del Estado. En segundo lugar, no entendía a qué carajo iba toda esta

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cuestión que pensé haber enterrado definitivamente cuando aprobé Derecho Político quince años atrás. Bien,¿ y entonces? - - ¿Cómo que entonces? Ahí tiene, el jefe nos falló. Este lío de la gran siete es la falta del Estado, y cada uno quedó con derecho de defender lo suyo como mejor pueda y quiera. - Ah, ah. Bien. Vio que tengo razón. Estos ingleses serán lo - que serán, pero de tontos no tienen un pelo. Mi esposa ya me había aconsejado treinta millones de veces que no discuta con Juana, y menos cuando viene a la oficina segura de algo. No obstante, también me aconsejó que deje de fumar y de sufrir cada vez que Racing pierde y nunca lo hice; así que consideré que una desobediencia más no iba a hacer demasiado daño. Bueno, con que los ingleses no tienen un pelo - de tontos estamos todos de acuerdo. No sé si coincido en algo más de todo lo que dijo. Juana ya estaba frunciendo el seño con enojo, frente al cuestionamiento que se venía a lo que, para ella, era una verdad evidente. A ver, ¿en qué me equivoqué de lo que dije? - - No, no. No es que alguien se haya equivocado. Pero escuché mucho eso de “ausencia del Estado” en estos últimos días; y me puse a pensar… ¿Estado ausente? Yo diría más bien que si estos hechos casi prehistóricos suceden, es porque ese “jefe” que usted me marcaba se nos ha puesto bastante metido y mandón; bastante insoportable. Todo menos ausente. - ¿Qué me quiere decir? - Vea, ¿se acuerda cuando vino a esta misma oficina a pedirnos que declaremos inconstitucional el aumento de ABL que le había caído a su casa? - ¡Ay si, que hijos de puta! ¿se acuerda? - ¿Y se acuerda cuando quiso que denunciemos a la Presidenta de la Nación por amenazas cuando dijo que había que a ella había que tenerle miedo? - Sí, que cagones uste-


des… no se le animaron. - Bueno, ahí tiene. Ese mismo que prácticamente nos trata como idiotas diciéndonos a cada rato qué hacer con lo nuestro; que festeja como logro cuando nos pone cámaras por todos lados o policías en cada esquina; que tiene un canal oficial donde en continuado se acusa de fascista a cualquiera que critique lo que no se tiene que criticar. Ese es el Estado que algunos consideran ausente. No quiero imaginar cuál es el Estado presente con el que sueñan los que “comprenden” la violencia por la ausencia del Estado. - ¿Y a dónde va todo esto? - Va a que creo que el bueno de Hobbes, nunca consideró la posibilidad de que sea el propio “jefe” o (para copiarlo) el propio Leviatán, el que nos iba a llevar de nuevo a una vida cada vez más parecida a la de las bestias. Qué paradoja. Juana estaba ahora notoriamente molesta. Con certeza se le vino a la cabeza una catarata de imágenes: las trescientas veces que la policía había detenido a su finado hijo Rubén por portación de cara a la salida del boliche; el saqueo a su monedero cada primero de mes para que al ir a tratarse de sus problemas cardíacos al Piñero no hubiese ni gasas; los discursos con el dedo levantado de los que se sentía única destinataria. ¿Y entonces qué hacemos? ¿Volver del todo al - todos contra todos, dotor? No me diga que usted cree eso. - Ah no, desde ya que no. Pero un desafío interesante sería preguntarse por qué el Estado tiene que ser nuestro jefe y no nuestro empleado. Una clase de empleado que preste cualquier cantidad de servicios: educación, justicia, administración de recursos.

- Esa no está mal eh, dotor. Usted tendría que sacar su libro así le responde al inglesito ese ¿no cree? - Bueno, si le parece bien; cuando yo me jubile –si es que llego, y no termino igual que mi colega– … - Dios lo tenga en la Gloria. Juana, claro está, se persignó. - Le decía, cuando me jubile; vamos a escribir juntos nuestro libro. Ahí sí nos vamos a divertir eh, Juana. Pero hasta que eso pase, mire esta cantidad de papeles… mañana tienen que estar todos repartidos por tribunales. - Ah, déjeme que lo ayude. Con una sabiduría inmensa, Juana asumió que ayudarme era meter todos los papeles que le señalé en el portafolios, casi a presión y empujarme de a poco hacia la puerta de salida. - ¿La alcanzo a su casa? - Bueno, si insiste. Pero sigo esperando que venga a cenar con su señora. Le voy a preparar la tarta gallega, que se que le gusta. Quedamos así, y le deja un saludo grande a la Señora. - Trato. ■

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Por Alejandro Nievas Estudiante de Ciencia Política Universidad de Buenos Aires.

Reunida y convocada al acuerdo, la Excelentísima Sala Alfa de la Cámara en lo Histórico y Anecdótico Nacional, se avocó a resolver el proceso que se sigue contra la Sra. Encarnación Ezcurra. Así dijeron y votaron sus integrantes: La Señora Jueza Dra. Doña Libertad Liberoa de Líber dijo: Visto: 1- Que llega a mi juicio el caso de dilucidar el paso de la Sra. Encarnación Ezcurra de Rosas por la historia nacional. Y considerando: 1- Que el reconocimiento del importantísimo papel de la mujer en la historia -no sólo de nuestro país sino del mundo-, no nos debe llevar a asumir una automática posición de complacencia ni beneplácito con acciones y hechos –que si bien tuvieron que ver con situaciones propias de un estado de guerra civil– llevaron a las violaciones de derechos inherentes a la misma dignidad humana, cuya defensa y celosa custodia fuera proclamada por los Revolucionarios Franceses de 1789. 2- Que con su marido, el dictador Juan Manuel de Rosas, motorizó la alianza de sectores sociales disímiles con el propósito de la sola construcción de un poder que permitiera el establecimiento de un estado autoritario y totalitario. Como brazo armado y represivo se creó la Mazorca, organización parapolicial de la Sociedad Popular Restauradora, encargada de sembrar el terror mediante la tortura y el asesinato de los disidentes. 3- Que la Revolución de los Restauradores fue pergeñada y promovida por la aquí juzgada. Mal puede dejar de tenerse en cuenta que aquella fue inspirada por un autoritarismo que la asemeja más a un golpe de estado ejecutado por los grandes terratenientes, que a una revolución popular. Vemos en este episodio el clásico esquema del golpe institucional: la Junta de Representantes – órgano encargado de elegir al gobernador y compuesto por los terratenientes y los más adinerados ciudadanos de Buenos Aires- negó a Rosas en 1832 la atribución de facultades extraordinarias con miras al establecimiento de un régimen más tolerante. Consecuentemente, asumió la gobernación el moderado Juan Ramón González de Balcarce quien fue depuesto por la asonada referida supra, que no se explica sino por la voracidad del sector más radicalizado del Partido Federal. 4- Que no puede dejar de señalarse, al momento de merituar la vida y obra de la esposa del Calígula del Plata, que en su desempeño político se anticipa la repulsiva tradición del paternalismo estatal, que es –sin dudas– una de las maneras en las que se presenta el Estado autoritario. Es imposible entender el auge del rosismo, con su red de adulones y espías, sin advertir la decadencia de la Iglesia Católica (la otra institución autoritaria y paternalista por excelencia) producida luego de ENCARNACIÓN EZCURRA la Revolución de Mayo y las reformas rivadavianas. Allí está la


aquí juzgada con sus comadronas cambiando favores a los humildes a cambio de sometimiento a la disciplina y apoyo devoto a la causa. Así dijo a su mujer el máximo líder del federalismo criollo en una carta que llega a nuestros días: “no repares en visitarlos (por los leales a la causa federal), servirlos y gastar con ellos cuanto puedas. Lo mismo que con las pobres tías y pardas honradas, mujeres y madres de los que nos son y han sido fieles. No repares en visitarlas y llevarlas a tus paseos de campo aprovechando tu coche que para eso es…” No obstante, mucha sangre se hubiese ahorrado la historia si las actitudes reprochables de la Sra. Ezcurra se limitaran a la denigrante beneficencia: el terrorismo fue el modo habitual de acumulación de poder en los años en que ocupó el escenario político nacional. Son recordadas las exhibiciones de las cabezas de los adversarios en carretas que daban vueltas por la ciudad, los pasquines difamatorios y otras tantas maniobras intimidatorias que comienzan a definir los bordes del modelo autoritario en Argentina. 5- Que la conducta de Ezcurra, si bien evaluada como necesaria por muchos, debe tolerarse solo como parte de un Estado de excepción y resulta repugnante a la idea de Estado de Derecho. Me permito introducir, en este ámbito, una duda que busca ayudar a una crítica de la historia, sus personajes y actitudes: ¿es necesario asumir que las acciones deben ser elogiadas, alabadas y aceptadas mecánicamente sólo por ser obra del panteón de prohombres o promujeres que forjaron el destino de la patria? Considera la que suscribe que no. Naturalizar la agresión y la violencia como parte intrínseca y necesaria de la resolución de las diferencias políticas, es parte de una patología grupal que pone eje más en el conflicto en sí mismo que en el entendimiento. Así, se torna cada vez más complejo alcanzar estadios de convivencia más sanos y civilizados y más sencillo regodearse en ellos y exaltarlos para librar inexistentes, delirantes y alucinatorias luchas épicas que sólo favorecen los intereses del sector que las construye y relata. ¿Es todavía admisible la idea de justificar el ataque a la dignidad e integridad humana por objetivos políticos faccionalistas bajo el terrible argumento de las grandes causas nacionales? ¿No tuvimos ya demasiado de eso en nuestra historia como para repetir una y otra y otra vez hasta el hartazgo moral y mental la alabanza de tales hechos aberrantes? Se dice que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla. Tal vez habría que agregar a eso, que los que la idolatran por sus conflictos, sin aprender nada de ella ni pretender superarla, también. Por lo expuesto, fallo: CONDENANDO a Encarnación Ezcurra al lugar que le cabe a los autoritarios y totalitarios, aún reconociendo su vocación patriótica, que para esta jueza no configura atenuante en lo que concierne a sembrar el terror entre sus compatriotas. COMUNIQUESE a los manuales de historia y a todos aquellos que consideran como sagrado el resguardo y el valor de la vida humana por sobre cualquier interés faccioso e ideológico. Dése forma.

El Señor Juez Dr. Don Juan Conserva de Rechozo dijo: Visto: 1. Que me toca el caso de evaluar la realización política de una mujer que, quizás como ninguna otra en la historia, comprendió el rol que le asigna a las suyas el orden natural de las cosas sin renunciar por ello a su deseo de contribuir al éxito de sus ideales. Y considerando: 1. Que la aquí juzgada jamás resigno sus deberes de madre, esposa y dueña del hogar en pos de ambiciones políticas. Muy por el contrario, toda su tarea puede circunscribirse en el deber de asistencia que cualquier mujer tiene para con su esposo, poniendo todas sus dotes al servicio de la plena realización de este. 2. Que sus reuniones y tertulias capaces de convocar por igual a las clases decentes junto con la peonada, hablaban de la búsqueda de una política unificadora, capaz de entender a la sociedad como una gran familia que, como toda familia, necesita de la bondad acogedora de la madre y la autoridad severa del padre. 3. Que la nación por ese entonces corría el riesgo de la disolución absoluta, defendida por los militantes de la anarquía y el desorden. Habrá de tenerse en cuenta el predicamento que, desde la Revolución de Mayo en adelante, tuvieron las ideas de la detestable Revolución Francesa en esas tierras; las cuales echaron por tierra en el viejo continente y en estas Américas la posibilidad de una sociedad donde el orden sea un valor respetado. 4. Que tanto ella como su marido, a pesar de sus perspectivas radicalizadas, bregaban por la tarea bienintencionada de ligar a la patria con lo más alto a lo que aspira el espíritu humano, que es el reconocimiento en la historia de la Obra de Dios y que quedara explicitado por Rosas al decir: “La causa que vamos a defender es la de la Religión, la de la justicia y del orden público; es la causa recomendada por el Todopoderoso”. 5. Que como se dijo más arriba, fue honesta en la defensa de sus ideas y que su pasión la llevó a cometer esos actos de intolerancia política, encarnados en la Sociedad Popular Restauradora, cuya creación inspiró, para atacar a los opositores de Rosas dentro y fuera del Partido Federal. 6. Que la Revolución de los Restauradores fue un alzamiento que no puede valorarse como golpe de estado, por cuanto no existían a la época de su realización verdaderos canales institucionales para el acceso al poder. Se trata de un estadio prelegal, preconstitucional, donde la fuerza se hace ley y, más allá de las consideraciones afectivas que pudiéramos tener por la democracia y la república, evidente es decir que por aquel entonces ellas estaban todavía muy lejos de existir. 7. Que no puede dejarse de valorar la generosa labor de beneficencia que la aquí juzgada desplegó a lo largo de su vida. Bien tiene dicho en ese sentido el Papa Pío XII que “la política es la forma más excelsa de practicar la caridad”. Una mujer adinerada, que podría haberse perdido en el gozo de los placeres terrenales que su posición le confería, pasó gran parte de sus horas entre el pobrerío, ayudando a hacer un poco menos indigna la existencia de la clase menesterosa de ese entonces. Por lo expuesto, fallo: ABSOLVIENDO de culpa y cargo a Encarna-

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ción Ezcurra y ORDENANDO que todas sus acciones sean valoradas de cara a su ferviente lucha por la plena vigencia de los valores cristianos, su defensa irrestricta de la familia y su muy elevado sentido de la caridad. Así lo decido. Notifíquese a los libros de enseñanza. Dése forma. El Señor Juez Dr. Don Revisio José María Clavel dijo: Visto: 1. Que me llega el caso de juzgar la actuación histórica de Encarnación Ezcurra, su papel y su rol en la consolidación del Estado Nacional en momentos críticos. Y considerando: 1. Que sirvió lealmente a su marido y a su pueblo siendo a la vez complemento y extensión indispensable y necesaria de la visión política y el carácter audaz y comprometido de su marido, Don Juan Manuel de Rosas. 2. Que estableció, a pesar de lo que se pueda objetar, una organización como la Sociedad Popular Restauradora que coadyuvó a la gobernabilidad en tiempos difíciles, violentos y en los cuales la integridad de la Nación estaba amenazada. Amenaza esta constituida por los históricos enemigos de siempre y sus aliados internos, servidores de intereses extranjeros, cuya bienaventuranza radica históricamente en la desventura de los intereses más caros del pueblo y de la causa nacional y popular. 3. Que astutamente Encarnación Ezcurra puso sus dotes innatas de maniobra, de negociación, de construcción de poder conformando una alianza entre diversos sectores de la sociedad, que iba desde militares a tenderos, y desde terratenientes y comerciantes hasta la peonada más humilde. 4. Que debemos entender, como en tantos otros casos en estos asuntos, la coyuntura histórica, el momento de zozobra y de enfrentamiento: ¿quién podría cometer el desatino de juzgar a nuestros grandes hombres como violentos o asesinos, por haber servido valientemente la causa de una nación libre y organizada? Pero la persona de la que nos ocupa en este caso es mujer, y medimos con otra vara distinta las mismas actitudes que en los hombres destacamos, alabamos y admiramos ¿Podríamos poner en duda el compromiso y la valía de Juana Azurduy o la misma Evita? Supieron defender desde su lugar los sagrados intereses del pueblo, de esos otros, los que desde el fondo de la historia, como verdaderos buitres esperando a vernos cadáveres, nos rondan, sobrevuelan, amenazan, acechando como la bestia carroñera para abalanzarse rauda y acometer

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vilmente sobre su presa postrada y derrotada. 5. Que la causa del pueblo la llevó a tomar el lugar de su marido, Don Juan Manuel de Rosas, mientras establecía tratados con los pueblos originarios en la campaña al desierto, llevando a cabo reuniones en su propia casa, poniendo en riesgo la integridad y la tranquilidad de su hogar, de su familia. ¿No alcanza eso para hacernos entender la pasión que atraviesa a todos los hombres y mujeres que dedicaron su vida al servicio de los más altos ideales nacionales? ¡Viles defensores de intereses antipatria los que acusan a semejante mujer de esposa del Tirano, menospreciando no sólo su condición de mujer sino su condición de patriota! ¿Se puede dudar del amor y el compromiso por su pueblo frente a aquellos que negociaban empréstitos con la Baring Brothers? Pues ellos son los que la acusan de Tirana. Hoy, por justicia histórica, festejamos aquella gesta heroica que constituyó la Vuelta de Obligado. ¿Acaso puede alguien imaginarse que Encarnación, si aún viviera, no hubiera participado y hubiese sido el espíritu mismo de esa proeza que nos enfrentó a las dos potencias imperialistas más poderosas de la época? Su carácter decidido y su mano enérgica la llevaron a ser el alma de los federales apostólicos y enfrentar no sólo a los “lomos negros”, que constituían la facción de los federales cismáticos dentro de su partido en la Revolución de los Restauradores, sino también a sus enemigos unitarios, mediante la Sociedad Popular Restauradora, que habrá cometido excesos, pero ¿quién no está dispuesto a demasías por amor a su pueblo? Gran favor le hacen a nuestra Argentina actual las mujeres con esa inteligencia capaz de aglutinar distintos intereses de clases en pos de un solo ideal: el pueblo. Por lo expuesto, fallo: Absolviendo a Doña Encarnación de todas las injustas injurias de las que pudiera haber sido injusta víctima y ORDENANDO su recuerdo, honor y gloria del mismo modo que se merecen todos y todas aquellos que dedicaron y dedican su vida a la defensa irrestricta de los intereses populares. ANÚNCIESE en cada rincón de la nación y en cada manual de historia. Dése forma. Viva la Santa Federación. Así las cosas, y por mayoría simple de votos, el Tribunal resolvió ABSOLVER de culpa y cargo a la acusada ORDENANDO su recuerdo, honor y gloria y DISPONIENDO que todas sus acciones sean valoradas de cara a su ferviente lucha por la plena vigencia de los valores cristianos, su defensa irrestricta de la familia y su muy elevado sentido de la caridad. Todo lo cual habrá de ser oportuna y debidamente informado a los libros de historia. Ello por ante mí, que doy fe. Juan Alberto Archipinche Pereyra Las Heras de Bunge y Anchorena. Secretario. ■


EDITORIAL La Revolución de Mayo y ser

colonia hoy

Mientras España se desmoronaba ante el embate francés, en Buenos Aires comenzaba a perfilarse la repetitiva historia de una nación. Cuando el 25 de mayo de 1810 –luego de algunos intentos fracasados– se proclamó la lista definitiva de los integrantes de la Junta Gubernativa, nadie hubiera imaginado lo bien que el acontecimiento anticiparía los rasgos distintivos de nuestra historia nacional o, al menos, de gran parte de ella. En primer lugar, la composición del Primer Gobierno Patrio fue para nada azarosa. El ejército se quedó con la presidencia, ocupada por el General Cornelio Saavedra. La Iglesia Católica tuvo que aceptar ser menos y conformarse con una vocalía, que ocupó el sacerdote Manuel Alberti. Todos los civiles criollos que integraban la Junta, por su parte –¡cosa extraña!– eran abogados. Restan los dos representantes del poder económico, Matheu y Larrea; ambos de origen español y exitosos comerciantes. En segundo lugar, tendremos que sumar el muy audaz y bastante punteril control de las muchedumbres a cargo de la célebre dupla FrenchBerutti; que resultó decisivo en ese entonces como factor de presión frente a las maniobras del grupo procolonial. Al parecer las invitaciones al Cabildo Abierto cursadas a los vecinos españoles tuvieron la mala suerte de extraviarse en gran medida, al tiempo que se multiplicaron las participaciones que llegaron a los simpatizantes de la ruptura con España, aun cuando sus destinatarios no reuniesen todos los requisitos para ser considerados vecinos con derecho a voto. Tampoco se nos puede escapar que la Revolución de Mayo tuvo, al menos en su aspecto declarativo, mucho olor a revolución a medias. Su primer acto fue la jura de fidelidad al caído rey español, y su nombre oficial “Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata a nom-

bre del Señor Don Fernando VII”. Si a todo eso le sumamos el rápido florecimiento de las disputas internas hacia adentro del gobierno revolucionario una vez depuesto el virrey, podremos imaginarnos un cuadro de situación baste acabado y que no dista demasiado –en sus aspectos sustanciales– de las escenas que nuestro país repetiría cíclicamente a través de sus años de vida: Una clase política restringida, la manipulación de las masas como clave del éxito, una clara imposibilidad de dar desde la política soluciones certeras a problemas complejos y factores liberales en pugna con otros de corte conservador. Hecha la necesaria efeméride y analizando el pasado y el presente, resta dejar planteado qué tan susceptibles de colonización somos hoy en día. Desde ya que no estamos haciendo una evaluación de las posibilidades de sometimiento militar

del país y tampoco cayendo en la tan a la moda retórica nacionalista que se centra en la voracidad del capital extranjero y nunca evalúa la incapacidad del Estado nacional de regularlo. Hablamos de un proceso de desgaste del vínculo político que hay entre el ciudadano y el Estado que eligió. Proceso que no puede entenderse sin tener en cuenta el crecimiento exponencial de una burocracia casi imbécil, la corrupción y la

Hablamos de un proceso de desgaste del vínculo político que hay entre el ciudadano y el Estado que eligió. Proceso que no puede entenderse sin tener en cuenta el crecimiento exponencial de una burocracia casi imbécil, la corrupción y la negación de las diferencias como elementos necesarios de cualquier construcción amplia.

negación de las diferencias como elementos necesarios de cualquier construcción amplia. El Estado se presenta a cada vez más personas como algo ajeno, perteneciente a un “otro” bastante indefinido. Ese otro es el corrupto que yo no sería jamás; el inepto que no puede garantizar la agilidad de un trámite administrativo o el violento que se sube a un atril y dice que soy un vendepatria. Claramente es un otro. Pero, claramente también, ese otro es quien me gobierna y a quien debo obediencia. Voila. He ahí una relación colonial: un otro colonizador, y un yo colonizado. Entre el nacionalismo y el patriotismo hay una diferencia enorme, lo primero es un sentimiento infantil, fachistoide y caprichoso; capaz de defender lo indefendible solo por su origen. El patriotismo, en cambio, es una actitud más noble que parte de observar los errores y deficiencias del medio en que se desarrolla, pero que al mismo tiempo busca y propone los medios para solucionarlos. La idea de patriotismo tiene mucho de romántica y de necesaria para salir de esta situación que debería angustiarnos. Por eso, entendemos que la solución a esta colonización novedosa y no extranjera, estará dada por el asumir una postura fuertemente crítica e interesada de esto que somos. Una que rechace de plano la naturalización de nuestros defectos, miserias y fallas; pero que también se desvele en la búsqueda del modo de superarlos, en beneficio de algo más grande que la individualidad. Que sirva en ese sentido lo dicho el 7 de junio de 1810, por el secretario del Primer Gobierno Patrio, el Dr. Mariano Moreno: “El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y si estos son honrados, mirarán con repugnancia aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir sus delitos. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien, debe aspirar a que nunca puedan obrar mal”. Revista Anomia Boba. ■

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