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GÉNESIS DEL ACTUAL EJÉRCITO MEXICANO
Historia de una fuerza armada nacida de la Revolución Mexicana para defender el orden constitucional.
Para hablar del actual Ejército Mexicano, tenemos que referirnos necesariamente a la Revolución Mexicana, ya que fue en este proceso de transformación del país que esta fuerza armada inició su ya larga historia de 108 años de lealtad al pueblo de México, defendiendo de manera irrestricta el Estado de derecho y el orden constitucional. Durante la primera década del Siglo XX, Porfirio Díaz cumplía treinta años como Presidente de México, durante ese tiempo, el poder quedó en manos de un pequeño grupo de personas, encabezadas por el mismo Porfirio Díaz; durante este tiempo el pueblo no tuvo oportunidad de opinar sobre sus problemas ni de elegir a sus gobernantes. Fue en 1908, cuando Porfirio Díaz concedió una entrevista al periodista norteamericano James Creelman, en la que afirmó que México ya estaba preparado para tener elecciones libres. La noticia llenó de optimismo a mucha gente, que de inmediato se organizó para participar en las elecciones de 1910. Surgieron varios partidos políticos, y se escribieron libros y artículos que discutían la
situación del país y la solución de sus problemas.
INICIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
Uno de los líderes de estos partidos fue Francisco I. Madero, quien junto con otras personas que, estaban en contra de la reelección y que creían en la democracia y en la necesidad de renovar el gobierno, se convirtió en un peligro para el gobierno de Díaz y poco antes de las elecciones de 1910 Madero fue detenido en Monterrey y encarcelado en San Luis Potosí donde recibió la noticia de que Díaz había vuelto a reelegirse. Mediante el pago de una fianza salió de la cárcel, aunque debía permanecer en la ciudad, pero a principios de octubre Madero escapó a los Estados Unidos de América, donde publicó el Plan de San Luis.
En ese documento, Madero denunció la ilegalidad de las elecciones y desconoció a Porfirio Díaz como presidente. Se declaró él mismo presidente provisional, hasta que se realizaran nuevas elecciones; prometió que se devolverían las tierras a quienes hubieran sido despojados de ellas; pidió que se defendiera el sufragio (voto) efectivo y la no reelección de los presidentes. También hizo un llamado al pueblo para que se levantara en armas el 20 de noviembre de 1910 y arrojara del poder al dictador. Sin embargo se anticiparon los acontecimientos el 14 de noviembre de 1910, en el poblado de Cuchillo Parado, Chihuahua, cuando Toribio Ortega se levantó en armas con un pequeño grupo de seguidores, otro acontecimiento que se suscitó antes del 20 de noviembre fue, el 18 del mismo mes, en la ciudad de Puebla donde se descubrió una conspiración maderista en la casa de la familia Serdán, quienes hicieron resistencia contra la policía y los soldados, de este hecho de armas perdieron la vida Aquiles y Máximo Serdán; Carmen y su madre fueron aprehendidas.
Madero también obtuvo el apoyo de Pascual Orozco, Francisco Villa y Emiliano Zapata, independientemente de los motines que ocurrieron en la Ciudad de México.
En seis meses las fuerzas maderistas derrotaron al Ejército Federal en varios combates resultando contundente la toma de Ciudad Juárez. En mayo de 1911, se firmó la paz en esta ciudad fronteriza. Por este hecho, Porfirio Díaz se vio obligado a renunciar a la presidencia y salió del país rumbo a Francia, donde murió en 1915.
De acuerdo con los tratados de Ciudad Juárez, la República Mexicana quedó bajo el gobierno provisional del Licenciado Francisco León de la Barra, cuya administración se desarrolló como una prolongación de la dictadura.
El propósito de los Acuerdos de Ciudad Juárez fue dar por concluida la Revolución y realizar el licenciamiento de las tropas revolucionarias, es decir, desarmar a las masas campesinas y restablecer el orden jurídico, sin embargo, no hacían mención sobre el problema de la tierra, ni sobre ningún otro de los puntos mencionados en el Plan de San Luis, por lo tanto el movimiento popular, social y sobre todo agrario, continuó su lucha.
LA DECENA TRÁGICA
Después del interinato de Francisco León de la Barra y al llegar Francisco I. Madero a la presidencia de la República a principios de noviembre de 1911, la situación no era nada favorable, pues Madero tenía enemigos por todas partes. Como resultado de los Acuerdos de Ciudad Juárez, muchos porfiristas quedaron en el gobierno interino, quienes se encargaron de hacerle la vida imposible.
El Presidente Francisco I. Madero se enfrentó a una gran inestabilidad política: primero, tuvo que luchar contra un poder legislativo que le era totalmente adverso, pues era mayoritariamente porfirista; en segundo lugar, aprovechando la libertad de prensa, fue atacado por sus enemigos que lo ridiculizaban severamente; en tercero, tuvo que enfrentar las rebeliones armadas de Bernardo Reyes, Pascual Orozco, Félix Díaz y Emiliano Zapata.
Pero Madero siempre confió en la gente y creía que con la democracia se resolverían todos los problemas de la sociedad. No estaba en contra de la inversión extranjera, sólo pensaba que había que regularla adecuadamente. Pensaba que a los peones había que pagarles más y darles un mejor trato, no estaba muy convencido de expropiar los latifundios y
entregárselos a los campesinos. Esto último originó que Zapata proclamara el “Plan de Ayala” a menos de un mes de que Madero asumiera la Presidencia de la República, en suma, para principios de 1913, el gobierno maderista tenía en su contra varios grupos porfiristas y revolucionarios.
Entre los días 9 y 19 de febrero de 1913, ocurrió el episodio conocido como la “Decena Trágica”, periodo donde Madero defiende su gobierno, lo controla y finalmente lo pierde. Los líderes del golpe de estado fueron los Generales Manuel Mondragón y Gregorio Ruiz, secundados por el civil Rodolfo Reyes y su padre el General Bernardo Reyes, quien se encontraba preso en la cárcel de Tlatelolco. Este suceso dio inicio el 9 de febrero, con la liberación de los Generales Bernardo Reyes y Félix Díaz, este último se encontraba preso en la cárcel de Lecumberri, y dirigieron las tropas sublevadas hacia Palacio Nacional. Madero confió las tropas del gobierno al General Victoriano Huerta, quien obligó a Madero y a Pino Suárez a renunciar a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, respectivamente. Teniendo este episodio el desenlace fatal del asesinato de ambos el 22 de febrero.
Cabe resaltar en este golpe de estado la participación del embajador norteamericano Henry Lane Wilson, quien apoyó abiertamente a los insurrectos: en la embajada norteamericana se acordó el plan a seguir para efectuar el golpe de Estado; por lo tanto, los términos que se acordaron fueron denominados como el “Pacto de la Embajada”.
Tras la renuncia de Madero, asumió la presidencia provisional, de acuerdo a la Constitución, el Secretario de Relaciones Exteriores, Pedro Lascuraín, pero sólo el tiempo necesario (menos de una hora), para nombrar Secretario de Gobernación a Victoriano Huerta, y posteriormente renunciar a la presidencia y así dejar a Victoriano Huerta como Presidente de la República.
CREACIÓN DEL EJÉRCITO CONSTITUCIONALISTA
Durante el desarrollo de la Revolución Mexicana, la violencia armada fue una constante ya que la conducción política de los principales gobernantes de ese periodo – Porfirio Díaz, Francisco I. Madero, Victoriano Huerta, Venustiano Carranza – no lograron el consenso de los grupos políticos que emergían, parte de la población fue guiada por líderes revolucionarios, quienes levantaron en armas sectores de la sociedad a la que escasamente instruyeron y adoctrinaron en el arte de la guerra.
Venustiano Carranza, tuvo una activa participación durante la última década del gobierno de Porfirio Díaz y durante la Revolución Maderista de 1911, y fue hasta 1913, con el derrocamiento del Presidente Francisco I. Madero, cuando Carranza se volvió una figura pública nacional, ya que en el mes de febrero de 1913, siendo gobernador del estado de Coahuila, recibió un telegrama signado por el General Victoriano Huerta, en donde le manifestó que fue autorizado por el Senado de la República Mexicana para asumir el Poder Ejecutivo. Ante esta situación Carranza dejó la responsabilidad al Poder Legislativo local, para que resolviera sobre la actitud que debería asumir el gobierno a su cargo, con respecto al golpe de estado de Huerta en contra de Madero.
El 19 de febrero de 1913, el XXII Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Coahuila, emitió el decreto número 1421, en el cual se desconoció a Huerta como Jefe del Poder Ejecutivo de la República, así como, todos los actos que dictara con ese carácter, al mismo tiempo le concedió a Carranza, en citado documento, facultades extraordinarias en todos los ramos de la Administración Pública para proceder a armar fuerzas, para coadyuvar al sostenimiento del orden constitucional en la República. También se exhortó a los gobernadores de los demás Estados de la República y a los Jefes de Fuerzas Federales, Rurales y Auxiliares de la Federación para que secundaran la actitud del Gobierno del Estado de Coahuila.
Carranza para poder cumplir con la misión asignada por el Congreso de su Estado, tuvo la necesidad de crear un ejército para enfrentar y sustituir al Ejército Federal, las bases de este ejército fueron establecidas en relación con los objetivos políticos, dados a conocer a la Nación en un Manifiesto, publicado en la Hacienda de Guadalupe, Coahuila, el 26 de marzo de 1913, conocido como "Plan de Guadalupe". Este plan en su artículo 4/o. expresó:
“Para la organización del ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos como primer jefe del ejército, que se denominará “Constitucionalista,” al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador del Estado de Coahuila”.
Para la organización del Ejército Constitucionalista, Carranza emitió nombramientos y órdenes acordes para la integración del ejército con el que combatiría a las fuerzas huertistas, destacando el decreto del día 4 de julio de 1913, en el Cuartel General de Monclova, en el que se ordenó la creación de 7 Cuerpos de Ejército, denominándolos: Del Noroeste, Noreste, Oriente, Occidente, Centro, Sur y Sureste.
El objetivo de la organización de este ejército fue la aplicación de una estrategia acorde a los objetivos políticos del “Plan de Guadalupe”. Para este fin Carranza y sus jefes militares enseñaron a sus soldados las tácticas y técnicas de combate, el uso del armamento, material y equipo de guerra con el que se contaba. Los encargados de esta tarea fueron el entonces Teniente Coronel Jacinto B. Treviño, Jefe de Estado Mayor y el Capitán Primero Francisco L. Urquizo.
La creación de este Ejército Constitucionalista y el mantenimiento de los efectivos del Ejército Federal tuvo repercusiones en la sociedad civil, ya que ambos contendientes extrajeron de los poblados a los campesinos que convirtieron en soldados, y a los hacendados y terratenientes se les impusieron préstamos forzosos y requisiciones de ganado y granos. El Ejército Constitucionalista contenía en sus filas muy pocos militares de alta graduación los cuales hicieron su carrera en el Ejército Federal, son ejemplos de ellos: Felipe Ángeles, Federico Cervantes, Jacinto B. Treviño y
Vito Alessio Robles, otros personajes como los Generales Álvaro Obregón o Salvador Alvarado se constituían como "ciudadanos en armas".
DIVISIÓN DE FUERZAS
Por otra parte, Carranza jamás aceptó el grado de general, fue partidario de la sustitución de los ejércitos populares por uno permanente y nacional. Este proceso de unificación fue acompañado de una fuerte agitación y violencia que reflejó las contradicciones de los grupos afectados. Así fue como los hombres que abrigaron los mismos ideales de Carranza y lo llevaron al poder, se vieron divididos.
De lo expuesto tenemos un ejemplo claro, en lo ocurrido en la Soberana Convención de Aguascalientes, en octubre de 1914, su propósito fue tratar de evitar la separación entre las facciones, decidir quién y en qué forma gobernaría el país, acordar la elaboración de un programa de gobierno. Esta convención fue ante todo un intento de negociación política entre las facciones revolucionarias, una disputa por el poder. Fue el escenario donde midieron sus respectivas fuerzas políticas e ideológicas las principales corrientes revolucionarias en pugna.
Después de la Convención hubo más confrontaciones, pero la violencia se desató cuando Carranza intentó imponer al Ingeniero Ignacio Bonillas para que permitiera la continuidad de su política.
La lucha ya no fue contra el Ejército Federal, sino entre las diferentes facciones del Ejército Constitucionalista, no se logró la unificación revolucionaria y para conseguirla los caudillos de los diversos bandos, intentaron eliminar a Carranza, a quien consideraron traidor a la revolución y provocador de la rebelión.
A esta situación se agregaron los movimientos contrarrevoluciona-
En los artículos 5/o., 6/0. y 7/o. del “Plan de Guadalupe” se definen, los principales objetivos que se deberían alcanzar por medio del empleo del Ejército Constitucionalista recién formado:
Art. 5/o. Al ocupar el ejército constitucionalista la Ciudad de México, se encargará del Poder Ejecutivo el ciudadano Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército o quien lo hubiere sustituido en el mando.
Art. 6/o. El Presidente interino de la República, convocará elecciones generales tan luego como se haya consolidado la paz, entregando el poder al ciudadano que hubiere sido electo.
Art. 7/o. El ciudadano que funja como Primer Jefe del Ejército constitucionalista en los Estados cuyos gobiernos hubieren reconocido la revuelta, asumirán el cargo de gobernador provisional y convocarán a elecciones locales después de que hayan tomado posesión de sus cargos los ciudadanos que hubieren sido electos para desempeñar los altos poderes de la federación, como lo previene la base anterior.
rios, que surgieron con la caída de Victoriano Huerta, que provocaron la salida del país de muchos militares, políticos e intelectuales que no estuvieron de acuerdo con el gobierno carrancista. Estos movimientos se gestaron en su mayoría en los Estados Unidos, Cuba, Guatemala y otros países, pero ninguno tuvo éxito. El Ejército Constitucionalista, que nació un 19 de febrero de 1913, con el tiempo cambió de denominación hasta quedar con el nombre que ostenta hasta hoy: Ejército Mexicano, sin embargo, es un ejército que nació del pueblo durante la Revolución Mexicana y que sigue nutriendo sus filas del pueblo, con la misión de servir a la sociedad mexicana.
24 de Febrero, Día de la Bandera
Con el izamiento de la Bandera monumental en la Ciudad de Iguala, Guerrero, cuna del pabellón tricolor, dio inicio la ceremonia conmemorativa al Bicentenario del Plan de Iguala el pasado 24 de febrero.
El Plan de Iguala o Plan de las Tres Garantías, fue un documento político proclamado por Agustín de Iturbide el 24 de febrero de 1821 en la ciudad que lleva su nombre en el estado de Guerrero; en el cual se declaraba a la Nueva España como país soberano e independiente, fecha en la que por primera vez se izó el pabellón tricolor, razón por la cual es este día se celebra el Día de la Bandera.
La ceremonia fue encabezada por el Licenciado Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México; quien acudió acompañado por el Licenciado Alberto Ángel Fernández, Presidente de Argentina; el General de División D.E.M., André Georges Foullon Van Lissum, Subsecretario de la Defensa Nacional; y el Almirante Eduardo Redondo Arámburo, Subsecretario de Marina; así como el Gobernador del Estado de Guerrero y representantes de los poderes Legislativo y Judicial, entre otras autoridades.
Durante el izamiento de la bandera, nueve aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, surcaron el espacio dejando a su paso los colores del lábaro patrio, que con la Bandera monumental ondeando, formaron una digna postal del Bicentenario.
Luego de rendir protesta de bandera, los representantes de unidades de las Fuerzas Armadas, dependencias de Gobierno y escuelas del sistema educativo, recibieron la Bandera nacional, en un acto significativo con el que se comprometieron a honrarla y defenderla con lealtad y constancia.
Esta ceremonia, representa el inicio de importantes festejos que este 2021 se llevarán a cabo en nuestro país para celebrar el curso de los trascendentales acontecimientos que desembocaron en la consumación de la Independencia de México, por lo que el próximo 27 septiembre, estaremos celebrando los 200 años de haber alcanzado la libertad y soberanía como Nación.
HISTORIA EJEMPLAR
Al hacer uso de la palabra, el Presidente de México aseguró que la independencia de nuestra nación, como la de Argentina y de otros países hermanos de América Latina, se consiguió, por el debilitamiento del poder de la corona española y también por el empeño y la lucha de los pueblos de América y sus dirigentes para abolir la esclavitud y hacer valer la justicia.
Recordó lo sucedido en ese lugar hace dos siglos: “Aquí, en Iguala, Guerrero, hace 200 años, Agustín de Iturbide, representante del ejército realista y Vicente Guerrero, auténtico líder popular, acuerdan consumar la Independencia de México.
En un día como hoy, pero de 1821, se proclamó aquí el Plan de Iguala, de las tres garantías: independencia, unión y religión”.
También recordó el nacimiento del lábaro patrio hasta llegar a la independencia de México: “Como símbolo del surgimiento de la nueva nación, se confecciona y enarbola la primera bandera del México independiente, con sus tres colores: verde, blanco y rojo, colocados en franjas diagonales; finalmente, tras la firma de los Tratados de Córdoba, Veracruz, y de otros arreglos y acuerdos políticos, el 27 de septiembre entra triunfante a la Ciudad de México el Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide, en compañía de militares del antiguo ejército realista y de caudillos independentistas como Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y destacadamente, aunque sin mucho protagonismo, de Vicente Guerrero, quien llevaba diez años en la lucha libertaria y fue subordinado leal de José María Morelos, el Siervo de la Nación”.
Aguila Real Para lo antiguos mexicanos era el ave celestial suprema, luz y vida, simbolo del honor,la fuerza y valor del pueblo Tenoch.
Nopal Ligado a nuestra Identidad Nacional desde el mito fundacion de Tenochtitlán palabra que proviene del náuhuatl tetl, piedra: nocht, fruto del nopal y Tlan, lugar.
Señaló que muchas luchas por la justicia, la libertad y la democracia, han acontecido desde que se proclamó el Plan de Iguala hasta nuestro tiempo, y agregó: “Muchos han sido los sacrificios del pueblo y de sus dirigentes leales para enfrentar la reacción de los hombres del poder y de los grupos de intereses creados que se opusieron a la Independencia, la Reforma y la Revolución”.
Para concluir, agradeció al Primer Mandatario de Argentina por su presencia en el país: “Agradezco su compañía y la de su esposa en este acto de conmemoración de los 200 años de nuestra Independencia. Se ha dicho muchas veces y lo repito, y aquí se expresó en la bienvenida en Iguala, México y Argentina son naciones hermanas. Nuestros pueblos han luchado siempre por la libertad, la justicia y la democracia y por la defensa de la soberanía, y en no pocas ocasiones esas luchas se han entrelazado”.
LLAMADO A LA UNIÓN DE AMÉRICA LATINA
Por su parte, el Presidente de Argentina recordó la historia que une a ambas naciones: “Argentina y México tienen tiempos parecidos, inclusive los tiempos que necesitaron para poder lograr la Independencia del imperio español, de aquel entonces. Allá, en la Argentina, con una asonada, en Buenos Aires, la Revolución de Mayo de
Víbora de cascabel (Crotalus Molossus) En la cosmovisión prehispánica la serpiente simboliza la unión del cielo y la tierra, de lo espiritual y lo material.
1810; aquí en el Grito de Dolores, en 1810 también, con Hidalgo a la cabeza.
Aseguró que hay momentos cuando es conveniente recordar a los próceres de América Latina para seguir en la lucha por los más necesitados: “Cuando el desánimo aparece, la verdad, tenemos que encontrar en los San Martín, en los Belgranos, en los Güemes, en Juana Azurduy, en
Bolívar, en Guerrero, en Hidalgo, los nombres que nos den la fuerza para volver a ponernos de pie, para recupera la lógica que nos ha hecho llegar hasta acá, que no fue otra que la de preocuparnos por los más humildes, por los que menos tienen para fortalecer una igualdad que, como bien se ha dicho aquí, en América Latina no existe”.
Recordó el significado de los colores patrios: “Esta bandera maravillosa, que flamea en un mástil inmenso, que según me decía el Presidente, debe ser el mástil más alto, que el mundo ha puesto sobre la tierra, tiene tres colores, que representan lo que fue las bases sobre la que funcionó el Plan de Iguala. Los colores eran la garantía de lo que había que respetar hasta lograr la Independencia absoluta. Y entre un ejército de hombres y mujeres, salidos del pueblo, construyeron un ejército distinto a todos los ejércitos que conocimos en América Latina, era el Ejército Trigarante, era el ejército que venía a garantizar las tres reglas, que esa bandera, en cada color impone”.
Convocó a las naciones de América Latina para integrarse a las mejores causas: “Nosotros debemos hacerlo posible, porque no es un sueño pensar en una América Latina integrada, unida, que luche en conjunto para sacar de la pobreza y de la marginalidad a los millones de compatriotas, de la Patria Grande, que están sumidos en ese lugar.
Podemos hacerlo y cuando sentimos que no podemos recordemos a Guerrero; recordemos a San Martín; recordemos a Güemes; recordemos a Belgrano; recordemos a O’Higgins; recordemos a Bolívar; recordemos a Juana Azurduy; recordemos a Artigas, en el Uruguay y démonos cuenta que se puede. Nunca bajemos los brazos, el Plan de Iguala es un ejemplo de que, en la diversidad, que no es otra cosa, que la diversidad de siempre, la diversidad entre el pasado y el presente puede haber un punto de encuentro, donde los pueblos se hagan libres y las sociedades más justas”.