Aurobindo Revista gratuita Nº 15 - Octubre 2015
¿Quién fue Sri Ramakrishna Paramahansa? Segmento biográfico (cuarta y última parte)
Crónicas de viaje Hacia los orígenes III
Anahata Chakra
Editorial En este número presentamos la última entrega de la vida de Sri Ramakrishna, introduciendo a su más celebre discípulo, swami Vivekananda. Éste fue el primer líder espiritual Indio en traer la filosofía del Yoga y el Vedanta a occidente. Sus conferencias en el Parlamento Mundial de las Religiones de Chicago en 1893, dejaron estupefacta a una audiencia que lo aplaudió de pie durante más de dos minutos. Durante los años que permaneció en EE.UU. enseñó a cientos de estudiantes en clases gratuitas, en su domicilio de Nueva York. Sus enseñanzas son un material de lectura indispensable y de gran inspiración para el buscador espiritual. ¡Gracias como siempre a los auspiciantes y a quienes colaboran con la revista! A.V.
¿Quién fue Sri Ramakrishna Paramahansa? (Cuarta y última parte)
Dentro del grupo de aproximadamente veinticinco discípulos de Ramakrishna, que se distinguieron por su fe y sus obras, hubo uno excepcional. Quizás porque a primera vista, parece haber sido elegido por Ramakrishna cuando éste aún ignoraba lo que llegaría a ser –uno de los grandes maestros espirituales que a fines del siglo XIX llevó las enseñanzas del Yoga y el Vedanta a occidente. Se trata de Narendranath Dutt, conocido posteriormente como Swami Vivekananda. Aquí las palabras del propio Ramakrishna: “Un día sentí que mi espíritu
volaba por las alturas del Samadhi, a lo largo de una vía de luz. Pronto superó el universo estelar y entró en la región sutil de las ideas. Subiendo cada vez más alto, hallé, a ambos lados del camino, las formas de los dioses y las diosas. El espíritu llegó a los límites exteriores de esa región, en la barrera luminosa que separaba la esfera de la existencia relativa de la esfera del Absoluto. Atravesó esa barrera. Entró en el reino trascendental, donde ningún ser corporal era visible. Ni siquiera los dioses osaban echar allí una mirada; se contentaban con residir bien lejos, debajo. Pero un momento después, hallé allí siete sabios venerables, sentados en Samadhi. Pensé que esos sabios debían haber superado, en saber y santidad, en renunciación y amor, no solamente a los hombres, sino también a los dioses. Arrebatado por la emoción, me absorbía en su grandeza, cuando vi una parte de esa región luminosa indiferenciada que se condensaba en forma de un niño. El niño se acercó a uno de los sabios, le enlazó tiernamente el cuello con sus bracitos y, dirigiéndose a él con una voz seráfica, procuró hacer descender su espíritu de las alturas del Samadhi. Ese contacto mágico despertó al sabio de su estado supraconsciente, y fijó sus ojos sobre el niño maravilloso. La expresión radiante de su mirada mostraba que ese niño había debido ser el tesoro de su corazón. Dichosamente, el extraño niño le habló: “Yo desciendo. Tu también, tu debes descender conmigo”. El sabio permaneció mudo, pero su mirada tierna decía de su asentimiento. Mientras contemplaba al niño, de nuevo se sumergió en el Samadhi. Y vi con asombro que un fragmento de su cuerpo y de su espiritualidad descendía en la tierra, bajo la forma de una luz deslumbrante… Tan pronto vi a Narendra, lo reconocí como ese sabio…” Ramakrishna no dijo quien era el niño. Pero sus discípulos lograron su confesión, de que el niño era él. Según él, su destino era enviar a los
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hablarme así!... Pero permanecí impasible y lo dejé hablar… Volvió a tomarme de la mano y me dijo que volviera pronto”.
hombres un hombre mejor hecho que él para guiarlos. Ese hombre fu conocido como Swami Vivekananda. Narendranath -Naren- nació el 12 de enero 1863. Estudió durante varios años la música vocal hindú y musulmana. Su voz admirable arrebataría más tarde con sus cantos a Ramakrishna. Era también un empedernido lector de las obras de oriente y occidente, tanto de historia y filosofía como poesía, destacándose en la Universidad. A fines de 1880, a la edad de 17 años, fue su primer encuentro con Ramakrishna. Éste se encontraba en una casa amiga, y por primera vez había entonado ante los presentes un canto religioso. Ramakrishna puedo entonces percibir a ese alma insatisfecha y le rogó a Surendranath que llevase a Naren a Dakshineswar. Diría más tarde: “En él no
Naren le prometió volver, para liberarse del extraño personaje, pero se juró a sí mismo no volver a verlo. Sin embargo, la confusión que éste le generó lo hizo volver un mes después. En aquella oportunidad, relataría Vivekananda: “Lo
encontré solo, sentado en su camita. Se sintió feliz de verme, me llamó afectuosamente, y me hizo sentar cerca de él. Pero un instante después, lo vi trastornado por alguna emoción. Los ojos fijos en mi, murmurando palabras. Pensé que tal vez se iba a entregar a alguna excentricidad, como la vez anterior. Pero antes de que lo hubiese podido prever, colocó sobre mi cuerpo su pie derecho. El contacto fue fulminante. Con los ojos abiertos, vi vi cuidado por el cuerpo, ni aderezo ni apego algu- las paredes y todo lo que estaba en el cuarto reno respecto a las cosas exteriores… ¡Y sus ojos!... molinearse y desvanecerse en la nada… el universo Parecía que algún poder hubiese aspirado el inte- entero, al mismo tiempo que mi individualidad, rior de su espíritu… Yo pensaba: ¿Cómo es posible estaban a punto de fundirse en un Vacío sin nomque semejante hombre viva en Calcuta?” bre, que devoraba todo lo que existe… Fui presa Posteriormente el joven Naren llegó a Dakshines- del terror y creí hallarme frente a la muerte… Incawar con un grupo de amigos. Se mostraba despre- paz de contenerme, grité: ¿Qué haces? Tengo a ocupado y no parecía ver ni oír, encerrado en su mis padres en casa…‟ Entonces se echó a reír y propio pensamiento. Ramakrishna, que lo observa- pasando su mano sobre mi pecho, dijo: „¡Está bien! ba, le rogó que cantara. Naren describiría así ese ¡Dejemos esto, por el momento! Todo llegará a su momento: “Luego que canté, se levantó brusca- tiempo…‟ Tan pronto dijo esas palabras, el fenómemente y, tomándome de la mano, me llevó a la no extraño desapareció. Volví a ser yo mismo. Y galería del norte, y cerró la puerta detrás de noso- todo, dentro y fuera, estaba como antes…” tros… Ante mi extremo asombro, se derritió en A la tercera visita Naren estaba a la defensiva y lágrimas de dicha. Me retenía la mano y dirigiéndo- armado con toda su crítica. Pero como veremos en se a mi muy tiernamente, como a alguien a quien los próximos números sobre la biografía de Vivekaconociera familiarmente desde hacía mucho tiempo nanda, poco a poco tendría una serie de experienme dijo: „¡Ay, llegas tan tarde! ¡Cómo has podido cias que lo irían acercando cada vez más a su matener tan poca bondad para hacerme esperar tan- estro, desarrollando el extraordinario vínculo que to! Mis oídos están gastados de oír las palabras caracterizó este encuentro entre un verdadero inútiles de esos hombres. ¡Desfallecía por volcar mi discípulo con su gurú. espíritu en el seno de alguien que fuera apto para Hacia 1881 Sri Ramakrishna vivía rodeado no sólo recibir mis experiencias interiores!... Prosiguió así de sus discípulos. Una incesante ola de peregrinos en medio de sollozos. Después, de pie ante mi, con llegaban de todos lados para contemplar a este las manos juntas, dijo: „Señor, sé que eres el anti- hombre misterioso. Éste respondía pacientemente guo sabio Nara, encarnación de Narayana – cierto a sus preguntas, sin perder el contacto con las aspecto de Brahman– nacido en la tierra para realidades profundas. “Una sola de sus miradas – hacer desaparecer la miseria de la humanidad…‟ diría Vivekananda– podía cambiar una vida entera”. Quedé pasmado. ¡a quién había venido a ver! - Ramakrishna leía al primer golpe de la vista. En pensé- ¡Debe ser un loco de atar! ¡Cómo es esto! medio de una muchedumbre iba derecho al visitan¡Soy el hijo de Vishwanath Dutt y se atreve a te vergonzoso que se ocultaba; ponía el dedo sobre la duda o la inquietud, la herida secreta. Nada de prédica. Una palabra, una sonrisa, el contacto de su mano, comunicaba la paz, la dicha sin nombre. En él ninguna palabra era palabra; todo era acto, todo era ser. Sin embargo, su cuerpo comenzaba a resentirse como consecuencia de tal contacto constante con
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la gente. A veces se quejaba a La Madre, como un niño, por la afluencia de visitantes que día y noche lo devoraban. Pero nunca rechazaba a nadie. Le decía: “¿Por qué me traes toda esta gente que es
con risas, cantos y sollozos. Fue Naren – Vivekananda– quien manifestó por primera vez su vigorosa razón y su voluntad. Les dijo que los éxtasis del maestro habían sido comprados con una vida de austeridades heroicas y con una conquista encarnizada del conocimiento, en cambio las efusiones de ellos, no eran sino el efecto de una debilidad enfermiza, si no lo eran de la mentira. ¡Los que estaban enfermos, que se cuidasen! ¡Que comieran más y reaccionasen contra sus espasmos! ¡Y que se cuidasen! De quienes cultivan la espiritualidad de la emoción ostentadora, el 80 por ciento se convierte en cretinos, y el 15 por ciento en locos… Esto fue para ellos una ducha helada. Se avergonzaron y en su mayoría, confesaron con humillación, que sus éxtasis eran fingidos. La acción de Naren no quedó allí. Reunió a los jóvenes y les impuso una disciplina, ofreció objetos positivos a sus necesidades de actuar y consagrarse. Desde entonces, el joven Naren se afirmó como el futuro soberano de la orden. El estado de Ramakrishna se agravó y a mediados de 1885 se lo llevó a una casa en el campo. Los últimos ocho meses que le quedarían de vida, estuvo rodeado de un número muy pequeño de discípulos, entre ellos Naren, y de su esposa Sarada Devi. Ramakrishna decía que la enfermedad había diferenciado a los discípulos del “circulo interior” de los del “círculo exterior”. Estos le suplicaban que se curase, que utilizara su poder espiritual para hacerlo. Pero Ramakrishna decía: “Mi tarea de enseñanza
como leche bautizada con agua, con cinco veces su cantidad? ¡Mis ojos están gastados a fuerza de soplar el fuego para hacer evaporar el agua! Mi salud está perdida. ¡No puedo más! ¡Hazlo Tu misma, si tienes ganas!... Esto (designaba a su cuerpo) no es más que un tambor reventado. Y si lo golpeas día y noche ¿cuánto tiempo durará? Fue en 1884 cuando su salud se alteró gravemente. En un estado de trance se fracturó la muñeca del brazo izquierdo y desde entonces sobrevino un gran cambio. Ya no empleaba la palabra yo. Decía de sí mismo, de su cuerpo: “esto”. Percibía el juego, el Dios que juega en las formas, captando su yo real. Al año siguiente se le inflamó la garganta. La fatiga de la palabra era evidente. Cabe aclarar que Ramakrishna curaba a los demás, se encargaba de todos sus males. En una visión, su cuerpo se le apareció lleno de llagas, que eran las faltas de los demás. Llevaba sobre sí el karma de otros. Esta idea de sufrir, en su propio cuerpo, las faltas de los demás y poder así aliviarlos de sus propios karmas, es antiquísima en la India. Aunque no todos los personajes espirituales poseen ese poder. Esta creencia se expresa mejor en lo que se denomina Guruvada. Si una personalidad altamente espiritual acepta un discípulo, no sólo le da instrucción espiritual, sino que toma sobre sí todo lo que pueda constituir un obstáculo en el karma del discípulo. De tal modo, el Gurú tendrá que sufrir el karma de su discípulo, ya que a nadie le es dado el poder de anularlo. Los médicos consultados le prohibieron la palabra y el éxtasis. No les hizo caso. Seguía recibiendo a quienes acudían a él. Una noche se le produjo una hemorragia en la garganta y posteriormente se le diagnosticó cáncer. Varios de sus discípulos, que no eran ricos, hipotecaron, pidieron préstamos y alquilaron un departamento en Calcuta, para que pudiera ser atendido por el doctor Mahendrah Lal Sarkar. Su esposa, Sri Sarada Devi, se instaló allí con él en un cuartito. Los discípulos más fieles velaban por él durante la noche, lo que cimentó más el vínculo con el Maestro. El Dr. Sarkar era un racionalista, que no creía en las ideas espirituales de Ramakrishna y se lo decía francamente. Pero a medida que conoció a su paciente, se le fue despertando un respeto profundo y comenzó a tratarlo gratuitamente. Pese a su enfermedad, la presencia divina persistía en el cuerpo de Ramakrishna. En ocasión de la gran fiesta anual de Kali, Ramakrishna permaneció en éxtasis sin hablar. Varios de sus discípulos pretendieron tener visiones, éxtasis,
está casi concluida; no puedo instruir más. Veo el mundo entero como si estuviese lleno de Dios. Y me digo: ¿A quien enseñaría?”
Sobre el final, éste no ocultó más que consideraba como su heredero a Naren y un día le dijo: “Dejo a
estos jóvenes a tu cuidado. ¡Contráete a ejercitar su espiritualidad! Y preparándolos para la vida
monástica, los indujo a ir a mendigar sus alimentos. Hacia fines de marzo les distribuyó telas color ocre, que es el signo del sannyasin –renunciante. Tres o cuatro días antes de su muerte –el 15 de agosto de 1886, llamó a Naren y pidió que lo dejasen solo con él. Lo contempló con amor y entró en éxtasis. Éste envolvió a Naren en sus pliegues. Cuando volvió vio a Ramakrishna que lloraba. El maestro le dijo: “Hoy te lo he dado todo, y me he
convertido en un pobre faquir; no tengo más nada. Con ese poder harás un bien inmenso al mundo. Y sólo después regresarás… (al Absoluto).
-En el próximo número continuaremos con la biografía de Swami Vivekananda.
Bibliografía: La vida de Ramakrishna. Romain Rolland. Ed. Kier. Sri Ramakrishna, Dios Hombre. Swami Vijoyananda. Ed. Kier.
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A propósito del alma Desde la perspectiva del yoga, se entiende que la mente no es nuestro ser, ya que todos nuestros pensamientos provienen de una Mente más vasta que la nuestra, universal. Tampoco lo es nuestro cuerpo vital, ni nuestros sentimientos o actos, ya que todos esos impulsos provienen también de un cuerpo vital más extenso que el nuestro, universal. El cuerpo físico tampoco es nuestro ser. Sus elementos proceden de una Materia y obedecen a leyes más amplias que las n ue st ras, u nive rsa le s. ¿ Ento nc e s qué es, en nosotros, eso que no es nada de esto, que no es nuestro medio, ni nuestra familia, ni oficio, ni tradiciones, y que sin embargo somos, aun cuando todo lo demás se derrumbe? ¿Cuál es nuestro verdadero yo? Sri Aurobindo denomina ser psíquico, a aquello que otros denominan alma individual. Se trata de nuestro centro individual, “el amo que está detrás”. Dice Satprem –uno de los más cercanos discípulos de la compañera espiritual de Aurobindo, Mirra Alfassa-: “Es la cosa más sencilla del mundo, pero al mismo tiempo la más difícil. La más sencilla porque un niño la comprende, más bien la vive espontáneamente; el niño es rey; el niño ríe, vive en su ser psíquico. Y la más difícil, porque esa espontaneidad se ve muy pronto recubierta por toda clase de ideas y sentimientos. Entonces se empieza a hablar de “alma”, es decir, que ya no se comprende nada.”. Y agrega: “Todos los sufrimientos de la adolescencia constituyen justamente la historia de una lenta encarcelación psíquica (se dice “crisis de crecimiento,” pero acaso no sea sino una crisis de opresión; la madurez se alcanza cuando ésta se convierte en estado natural), y todas las dificultades del aspirante constituyen la historia
inversa de una lenta extirpación de todas las mezclas mentales y vitales. Sin embargo, no se trata solamente de un viaje hacia atrás, primero porque no se regresa nunca, y luego porque el niño psíquico que uno encuentra al final del viaje –un final que es siempre un comienzo– no es ya más un capricho momentáneo, sino un reinado consciente. Porque lo psíquico es un ser, un ser que crece, que encarna el milagro de una infancia eterna en un reino cada vez más vasto”. Dice el Rig Veda que está “adentro, como un niño por nacer”. La alegría tranquila y profunda, sin objeto, que no necesita nada para ser, sino que simplemente es, constituye una de las primeras manifestaciones de este ser psíquico. Se trata de un estado, no de un sentimiento. Quizás debamos saber que el yoga, esencialmente, y más allá de todas sus ramas, escuelas y técnicas, es una invitación para hallar este alma. Y que para eso es necesario apartarse de la superficie, de la personalidad egocéntrica. Retirarse a lo más profundo posible, descender hasta algo cálido, silencioso e inmóvil. Aquello que se traduce en una experiencia completa, que llena por todos lados. Un amor que no es lo contrario del odio y que arde sereno en todo lo que toca, porque no puede dejar de amar, porque ese es su estado, al igual que la alegría. Es eterno. Es libre. Y es lo único que no deberíamos perder de vista, si nuestra intención es hacer algún progreso en el yoga. -A.V.
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Anahata chakra ceso de la vida. La apertura a la vida tiene que ver con saber adaptarse a los cambios y al mismo tiempo permanecer en contacto con el aspecto más íntimo y genuino de nuestro ser. Y es que conocer al propio Ser es la fuente del verdadero amor.
Se trata del cuarto chakra, localizado en el centro del pecho. La tradición yóguica dice que el alma individual –jivatman– reside allí. Se encuentra en el centro del sistema de chakras y se lo considera un puente entre los tres chakras inferiores –físico/emocionales- y los superiores – psíquico/espirituales. Su símbolo es el hexágono, que representa cómo se penetran recíprocamente las energías de los tres chakras superiores y de los tres inferiores.
El cambio tiene que ver con darnos cuenta de que nada es permanente, y que el amor verdadero no es dependiente, ni posesivo. Amor es la libertad de ser uno mismo y la capacidad de permitirle a otras personas ocupar su propio espacio. El ser uno mismo y permitirnos dar y recibir de manera fluida, es la base de una auténtica seguridad y auto-confianza.
Su correlación corporal abarca la zona del pecho, parte superior de la espalda, el corazón, los pulmones, la glándula timo y el sistema inmunológico, la sangre y, en general, todo el sistema circulatorio.
Cuando nuestro corazón está atiborrado de emociones sin procesar, nos sentimos agobiados y deprimidos. Cuando tenemos confianza en nosotros mismos –nos aceptamos-, somos capaces de adaptarnos a los cambios y nuestro ser se expande experimentado una gran alegría.
Función Este centro es el asiento de los sentimientos. A través de él percibimos la belleza de la naturaleza y la armonía de la música, el arte y la poesía. Aquí se transforman en sentimientos las imágenes, las palabras y los sonidos. La energía emocional encausada correctamente en este chakra se transforma en compasión y amor puro. Y esta energía en combinación con los chakras superiores se convierte en bahkti – devoción– conduciendo al conocimiento de la realidad divina que habita todos los seres y toda la creación. Su función es la unión a través del amor. Este amor depura la percepción, permitiendo al individuo observar los acontecimientos del mundo desde esa sabiduría del corazón, al igual que observar la propia vida bajo una nueva luz, mucho más amplia.
Aceptarse a sí mismo fortalece el corazón. Un cuarto chakra equilibrado se manifiesta en esta aceptación. La persona irradia cordialidad y una jovialidad naturales que abre los corazones, despierta confianza y regala alegría. Existe una disposición natural a compartir los sentimientos y ser servicial y comprehensivo con los demás. Los sentimientos están libres de tumultos interiores y conflictos, dudas o incertidumbres.
Algunos síntomas de bloqueos Una disfunción del chakra del corazón puede
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expresarse de varias formas: por ejemplo, las personas que, quizás sin ser conscientes de ello o sin confesárselo a sí mismas, siguen esperando recibir reconocimiento y confirmación a cambio de todo el “amor” que dan, se decepcionan rápidamente cuando esos esfuerzos no se ven recompensados según sus expectativas. O bien quienes se sienten poderosos y fuertes y son incapaces de abrirse a recibir lo tierno y suave. Quienes creen que no necesitan del amor de los demás y van creando un “blindaje” que puede desencadenar en insensibilidad y “frialdad de corazón”, sólo logran acumular secretamente dolor, tristeza y depresión. Hay personas que ante el temor de ser heridos o rechazados, prefieren ocultar sus sentimientos profundos. Sólo dejan entrever sus emociones superficialmente y de manera impersonal, pero ante cualquier indagación más profunda se vuelven evasivos. Este tipo de actitudes van cerrando o desequilibrando este centro, manifestándose en ciertas disfunciones emocionales, como la dependencia, la melancolía, la culpa, la ira, la traición, el miedo a la soledad y al compromiso, y en última instancia, una falta de motivación y alegría de vivir – que muchas veces se ve camuflada en una falsa actitud entusiasta hacia los demás o en un entusiasmo desmedido y exacerbado. Los problemas de salud relacionados con este chakra son la respiración superficial, la hipertensión y las enfermedades cardíacas.
tación amorosa y perdón. Esto es fundamental, porque mientras este centro esté saturado de ira, culpa, miedo y resentimiento, no habrá lugar para nada más. De ahí la necesidad de limpiarlo, de aprender a perdonar y disolver el dolor, transformarlo en experiencia y sabiduría interior. Es importante no negar nuestras emociones negativas. Al hacerlo no las suprimimos, sino que las escondemos, acumulando cada vez más capas de dolor, aflicción o ira. Por eso es clave poder aprender a convivir con este tipo de emociones. Darles espacio para transitarlas, hacer el duelo que sea necesario integrándolas en nuestras vidas, para luego liberarnos de ellas. En tal sentido, diferentes tipos de terapias pueden llegar a ser útiles, para poder ocuparnos de las emociones que no han encontrado expresión. En la medida en que uno logra reconocerlas, es posible disolverlas. El bhakti yoga, la meditación, la música suave o de mantras, la relajación profunda, el contacto con la naturaleza, son todas maneras de conectarnos con este centro y purificarlo. Nos ayudan a limpiarlo de cualquier disfunción o negatividad y conectarnos con la esencia de nuestro ser, que es todo Ananda -dicha o autodeleite. Bibliografía: Los chakras y los cambios de vida. Ambika Wauters. EDAF. El gran libro de los chakras. Shalila Sharidom y Bodo J. Baginski.
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La verdadera sanación implica la purificación y el equilibrio de este chakra, ya que involucra acep-
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Enseñanzas de un cazador –por Swami Vijoyananda Un joven brahmín llamado Koushika, después de estudiar los libros sagrados y de aprenderse de memoria los ritos religiosos, sintiendo que todo eso no bastaba para satisfacerle, se retiró a los bosques para practicar Yoga. Amaba el poder y ambicionaba dominar; sacrificó pues, momentáneamente, su vida fácil, y empezó a practicar austeridades de toda índole, con el objeto de conseguir algún día mayores comodidades y conveniencias. Cierta vez, mientras meditaba bajo un árbol, un pájaro que construía su nido tuvo la desgracia de dejar caer unas hojas y ramitas sobre su cabeza henchida de vanidad. Esto lo irritó tanto que alzó la vista concentrando todo su poder en sus ojos, y al clavar la mirada en el pájaro lo fulminó, dejándolo convertido en un puñado de cenizas. Envanecido por tan estupenda manifestación de su poder abandonó su sitio de meditación y regresó a su aldea. Es costumbre en la India, que los sacerdotes brahmines mendiguen su alimento. El joven llamó, pues, a la primera puerta que encontró, mendigando un poco de comida o mejor dicho, reclamándola con voz potente. Una voz femenina llena de dulzura le contestó desde adentro: “Espera un poco, hijo. Estoy ocupada sirviendo a mi esposo, pero en cuanto termine te llevaré tu comida”. El joven brahmín gritó enfurecido: “¿Te atreves a insultar a un brahmín? Mujer, ¡No conoces mi poder!”. Apenas terminó de decir eso cuando la misma voz suave le respondió: “No soy un pájaro. ¡Espera como te dije!”. El joven quedó tan asombrado que no pudo moverse. Al cabo de un ratito salió la dueña de casa trayéndole una fuente llena de comida y le dijo: “Sírvete
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Señor”. Pero para entonces, el globo de su vanidad se hallaba ya desinflado. Se arrojó el joven al suelo, tocando reverencialmente los pies de la mujer, y le preguntó llorando: “¿Cómo pudiste saber, madre, que quemé un pájaro con la vista?”. Muy modestamente, pero con toda fuerza, y con voz dulce y bondadosa, habló la señora: “Soy una mujer ignorante. Jamás he leído una sola estrofa de los Vedas. Me enseñaron en mi niñez a ser veraz, sincera y cariñosa; cuando crecí, serví a la familia de mi padre; y luego me casé, y desde entonces vivo con mi esposo, atendiéndolo como si fuera el Dios viviente. Nada sé del Yoga, pero el trabajar concentrándome en mi trabajo y una vida pura, me han dado poderes sobrenaturales. Si quieres aprender algo más, ve a Mithila y en los suburbios de dicha ciudad hallarás a un cazadorcarnicero que tal vez te comunique su sabiduría, si le agradas”. El joven, doblemente estupefacto ante ese consejo de aprender espiritualidad de un cazador, se despidió de la señora. Felizmente, pertenecía al tipo de los estudiosos; reunió toda su fuerza, escondió su vanidad, y partió en busca del cazador. Después de caminar varias millas lo encontró. Era un hombre de facciones bestiales, que se hallaba despedazando un enorme ciervo; la sangre chorreaba de sus manos y hablaba con voz gruesa, pero sin embargo, trataba amablemente a sus clientes. Asqueado por la vista de semejante hombre, el joven salió y se disponía a regresar a su aldea cuando el cazador lo llamó: “Señor mío, estás cometiendo una injusticia; te vas sin darme noticias y las bendiciones de mi madre que vive en el pueblo de donde venís”. Al oír esto, el
joven tuvo que volverse y el cazador, radiante de alegría, salió a saludarlo, tocando el suelo con su cabeza en señal de respeto; luego le ofreció un asiento para que descansara mientras él terminaba su trabajo. Después lo condujo a su casa y se sentó en el suelo, a los pies del joven, y empezó pidiéndole noticias de su familia y de su aldea natal. Terminado esto, brotaron de los labios de este hombre, en apariencia bestial, las maravillosas enseñanzas conocidas en la India bajo el nombre de Vyadha Guita: “El cántico del cazador”. La primera de todas las lecciones que cantó fue la siguiente: “Así como cortas hueso para devolver su filo a un cuchillo que lo ha perdido de tanto cortar carne, así puedes afilar tu intelecto pensando en el monismo cuando esté embotado de tanto detenerse en las ideas dualistas que con frecuencia lo debilitan. Nada tiene que ver la espiritualidad con la profesión. Casi sientes náuseas cuando me viste cortando carne, y creíste que nada podías aprender de mi. Pero te diré desde un principio que he realizado lo Absoluto. Ahora estoy sólo agotando mi karma, resultado de mis acciones en vidas pasadas, durante las cuales y mientras me preparaba para la liberación cometí algunos errores, por cuyo motivo nací cazador. Jamás me quejo de mi alcurnia, porque sé que Dios está en todas partes y Lo he hallado. La moral y la ética sólo preparan al buscador de la verdad para realizar a ese Algo Supremo que está más allá de ambas. Nada tiene que ver la verdadera espiritualidad con la moral. Por supuesto, las personas inmorales son incapaces de comprender la grandiosa idea de la Universalidad; cuanto más individualista es uno, tanto más inmoral se vuelve. El hombre moral es por naturaleza universal, y cuando la moral llega a su apogeo engendra a la espiritualidad verdadera”.
Lo que vos tenés para Decir fiebre sueño que enfermo y el mismo sueño no me deja sanar sino que me hunde mundos tenues hacen sentir miedo a mi cuerpo joven y elástico que atraviesa la meseta. ruidos sonidos que desconozco. mis amigas no me esperan y se van así solitaria llorosa quiero volver a casa, sanar, ser yo necesito té en los ojos necesítote en los ojos sueño que enfermo una fiebre increíble se desprende de mí hirviente entregada quiero volver a casa sanar con mucha agua ser yo despertarme que ellas todavía estén ahí. ***
-Reflexiones espirituales. Swami Vijoyananda, Ed. Kier
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Lo que vos es raro: el silencio termina por /inquietarme. en el viaje observo las casas de los /pequeños pueblitos simples bajas despojadas como las plazas y las calles. demasiada quietud: ¿la necesaria, la suficiente? es la siesta sopla una brisa húmeda recuerdo unas canciones el brillo de la guitarra celeste y gris la manera en que sonaba mi memoria de viajera me juega /malas pasadas en la calma total hay una melodía que resuena en mi /cabeza *** tea/boca en forma de corazón la cara de la madre que estuvo al principio estará también en el final en el repentino regreso a la matriz de /la vida.
tenés para Decir Crónicas de viaje: Hacia los orígenes III El sol empieza a asomar sus rayos en las montañas del Himalaya. Guardamos las linternas, felices de que la tenue luz vaya creciendo a cada paso, allanando un sendero poco preciso. Somos las únicas, mis dos amigas y yo. Diminutas, insignificantes, me doy cuenta de que apenas a un puñado de seres humanos podría significarle algo si desapareciéramos en este instante, devoradas por tanta inmensidad quieta, pero viva, completamente viva. Y una sensación de expansión crece en mi; una necesidad de abrazarlo todo. A éstas alturas una parece estar más cerca del cielo, se vuelve más transparente, más auténtica y más tangible que la propia materia, y sin embargo tan liviana. Avanzamos unos cuatro kilómetros hasta llegar a nuestro destino final: Gaumukh, “la boca de vaca”, la matriz del río Ganges. El hielo es de un azul-turquesa oscuro y profundo. Parece muy antiguo. Acaso miles y miles de seres humanos han pasado por este lugar a lo largo de los siglos. Todos sedientos de lo mismo. Mutilados, fragmentados, anhelantes de cura y de dicha. Estamos solas y el sonido del agua relaja, arrulla. Transporta al ser a distancias inimaginables. Lo desnuda por completo. Aquí no hay lugar FLOR DE AZAHAR - cosmética natural
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para las apariencias. No hay excusas. Me acerco a la orilla a tomar agua y lavarme la cara. El agua helada congela las manos rojizas, pero no importa. Nos sentamos en silencio. Al cabo de un rato aparecen los primeros peregrinos. Nos saludamos cordialmente y de a poco el luy mas… gar parece llenarse de gente. Quizás no sean tantos, pero ante mis ojos parecen una multitud. Conversamos é con las chicas de diversos temas hasta que decidimos emprender la vuelta. Nos queda un largo camino de regreso a Gangotri, ya que esta vez preferimos volver directamente, sin hacer escala en el refugio. En rigor de verdad, hubiera deseado quedarme por más tiempo, pero mis compañeras tienen otros planes y prefiero ¡ volver a Rishikesh con ellas. El regreso es arduo. Puedo sentir el cansancio en todo mi cuerpo y las dos noches en que prácticamente no pude dormir. Me doy cuenta de que las chicas van a Si te perdiste los otro ritmo, más rápido, así que les digo que no me esperen, que se adelanten y nos encontremos al llegar al números anteriores, pueblo. Y así, me quedo con la imagen de sus figuras podés solicitar el envió que se desvanecen hasta perderlas completamente de por email o a través de vista. este link: http:// Sigo sola y siento que las piernas ya no me responden. issuu.com/ Pocas veces en mi vida experimenté tal agotamiento revistaaurobindo/docs físico, pero intento por todos los medios proseguir sin detenerme. Falta poco y no es una opción parar. No hay donde parar. Alrededor de las 17hs. logro llegar a Gangotri y me encuentro con mis amigas. Hacía ya una hora que haY dale “me gusta”, así te bían llegado. Como algo, y en el pequeño restaurant enterás de todas las donde nos encontramos entablamos diálogo con otros novedades. viajeros. Estoy tan exhausta que no puedo pensar y necesito alimentarme. Las chicas conversan y salen del lugar para hablar con otras perso- ¡GRACIAS por publicitar tu emprendimiento en nuestra revista; tu aporte hace posible que nas. Al rato vienen con la idea de aprove- la misma esté disponible, no sólo en formato
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char la posibilidad de viajar en ese preciso instante a Uttarkashi. Hay un jeep que está buscando pasajeros para llevar a un precio muy razonable. Ponderamos la posibilidad de realizar un último esfuerzo y hacer noche en dicha localidad. Sigo sin poder pensar y dejo que las chicas decidan lo que les parezca sin intervenir. Acto seguido me encuentro en el asiento delantero del jeep, junto al conductor y un amigo de éste. Atrás viajan mis amigas y otro pasajero. En mi mente mantengo el recuerdo de la imagen de Gaumukh, pero más que el lugar en sí, el trayecto que nos llevó hasta allí. La soledad de esas montañas, aun ante la presencia de otros seres. Este lugar y estas experiencias nos desnudan por completo. Nos despojan de todas las apariencias y nos recuerdan quien somos, en el origen. -Andrea B. Veselich 25 de m A Y O 935
AGENDA
Octubre 2015
Shabda Brahman Yoga -Todos los jueves 9 hs. Hatha Yoga en El Entusiasmo (25 de mayo 935) (A.V.) -Todos los miércoles 16hs. Hatha Yoga en Chacra Shabda Brahman (El Doradillo). Consultar por otros horarios (A.V.) -Todos los viernes 20hs. Yoga Nidra en El Entusiasmo (25 de mayo 935) (A.V.) -Domingo 4 16hs. Meditación con Mantras. * Chacra Shabda Brahman (El Doradillo) (A.V.) Reservá tu lugar! Tel: 154007655 shabdabrahman.yoga@gmail.com * Intercambio: contribuci ón voluntaria. Tés e infusiones de hierbas Entrega a domicilio 154007655
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Shabda Brahman Yoga Un espacio para reencontrarse con el Ser a través de la práctica del Hatha Yoga y Raja Yoga shabdabrahman.yoga@gmail.com 154007655 Pque. Ecol. EL Doradillo, P. Madryn
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