BuenaNueva Nº 67

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mosaico

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hacia oriente

Cuando la tramoya está sujeta por cuerdas aparentes, por escalas de entelequias, por decorados holográficos y por personajes de ficción, todo ello basado en la mentira, el entramado se viene abajo y es entonces cuando reina el caos y la confusión…, tal vez es lo que se pretenda. En el estrato más alto, en el palco principal, en la exclusa absolutista de la poltrona está como siempre el afán de dinero y de poder. “Todo esto te daré, si postrándote me adoras” . No pensemos en ideales soberanistas, en ilusiones estadistas…, no, no, el propósito es más crematístico, simplemente poder y dinero. ¿Cómo conseguirlo? Ahí entra el segundo estrato, los correveidiles, alcahuetes, perroflautas, maestrillos y dirigentes aburridos que se hacen uña y carne con la causa, y por una vez en su vida van a ser alguien, no van a someterse a nadie y van a luchar a carne viva por SER, ellos, por encima de todo quieres SER. Y para conseguirlo utilizarán mentiras, trasgresiones de la historia, manipulación del lenguaje, calumnias, inventos, corrupciones, seducciones, etc. La confusión y el caos es el caldo de cultivo donde se alimentan esos complejos, que tienen una esperanza vana pero pétrea; más vale un segundo en el palio de los dioses que un horizonte de mediocridad y frustración. Esos son los que se dejan abducir de unos ideales espurios y los transforman en ley de vida, en moral cartesiana, en épicas proposiciones y en cátedras de ética… Estos viven en un Karma patológico que les hace incluso llorar y emocionarse por una causa de ficción mesiánica. Y en el tercer estrato, desgraciadamente solo hay incultura, urnas donde cabe todo, cualquier idea, cualquier aseveración, incapaces de contrastar con referentes, infantiles promesas, ofertas irrealizables, paradójicas garantías, absurdos derechos ilegítimos que se transforman en mano de santo y todo ello marinado por algunos medios que con su poder omnímodo, autentifican, acreditan, refrendan y legitiman que una mentira dicha mil veces se transforma en verdad sin paliativos. El mal ronda siempre por la senda de la bondad aguardando a quien devorar.

Jorge L. Santana 3


cantemos al Señor

Problema Pasajero Cuando se nombró a Rabí Iakov como Rabino de la ciudad de Lisa, al principio tuvo muchos oponentes. —¿Qué quieren de mí? —se dirigió a uno de ellos— ¿acaso no tengo suficiente preparación? —Respecto a sus conocimientos —le respondió— no tenemos ningún inconveniente, solamente que es usted muy joven y para nuestra ciu¬dad, no es un honor que un Rabino tan joven ocupe ese alto cargo. —Si esa es el problema —dijo Rabí Iakov— le aseguro que es un problema pasajero, con cada día que pase se irá diluyendo. 4


Demasiada humildad

Un día elJatam Sofer se dirigió a uno de los fieles y le pidió que oficiara, pero este hizo gestos como si no fuera merecedor de un honor tan grande. Ello molestó al Rabí, quien le dijo: —Cuando el sumo sacerdote Aarón y sus hijos fueron consagrados no hicieron ningún gesto como si no fuesen merecedores. Demasiada humildad puede ser un cierto orgullo.

Impedido para juzgar

Un padre con un hijo se presentaron ante el gran Rabino de Varsovia para un juicio y durante los alegatos, el hijo trató al padre de forma grosera y no paraba de ofenderlo. En un momento, el Rabino se levanto furioso y dolido y exclamó: —Estoy impedido para juzgar después de escuchar cómo este hijo ofende a su padre, y siento que me convertí en su enemigo, y como saben está prohibido que un enemigo sea el que juzgue.

Donde mora el eterno

Cuando el Rabí de Kolak era pequeño, le preguntaron —¿Dónde mora el Eterno? Y respondió: —En todo lugar donde lo dejan entrar

arca

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cantemos al Señor

J e s ú s

B a y a r r i

SALMO 131

Oh, Señor, mi corazón ya no es ambicioso, ni mis ojos altaneros; no pretendo grandezas, que superan mi capacidad; aquietada y acallada está mi alma, como un niño en brazos de su madre. (Como un niño amamantado está mi espíritu, como un niño dentro de mí.) ¡Espere Israel en el Señor: ahora y siempre! 6


cantemos al Señor

Con cuerdas humanas atraía, con lazos de a los era para ellos como lomor; yo alzan a un niño contrs que mejilla, me inclinaba h a su y le daba de comeracia él

Salmo 131

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cantemos al Señor

Tomar sobre ro yugo que el de Cristo,sín, ootco más que a la fatiga in nduce il de quien en el vivir cotidút ia pretende asumir el pa no dios de su existencipea l de

Sería impensable que con esta breve invocación, el salmista pretendiera ufanarse ante el Señor de sus cualidades de quietud, abandono y mansedumbre, al estilo de aquel fariseo de la parábola, como si fueran ignoradas por quien ha sido su auxilio y su liberador en la consecución de las mismas. Podemos, por tanto, intuir que, tras esta, llamémosla breve oración, el salmista, como vemos en el último versículo, reconoce y agradece la obra realizada en él por el Señor, que le ha sacado de una actitud ante la vida, ambiciosa, y soberbia. Ahora, pues, se abre veladamente a sus hermanos, la entera comunidad de Israel, inmersos aún, como el común de los mortales en las angustiosas situaciones del que se debate con la soberbia de la vida y las pretenciosas exi-

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gencias de los ídolos, exhortándolos a hacerse pequeños, e intercediendo por ellos ante el Padre de las misericordias: “Hermanos, el Señor que ha tenido piedad de mí, abra sus brazos y os rodee con su ternura, atrayéndoos a él con todo vuestro corazón.” Habiendo finalizado un primer combate, exhibe los trofeos obtenidos ante sus hermanos para instarlos a combatir y ser ellos mismos colmados: Humildad, sencillez y alabanza serán sus aliados en el combate de la vida y al cabo, sus consuelos. Se trata ciertamente de una catarsis de la que el Señor con su llamada, anuncia ya el fruto, que el salmista proclama remitiéndolo a la gratuidad bondadosa del Señor.


cantemos al Señor

Nos parece escuchar en este salmo un eco profético, inspirado por el Espíritu al salmista, que resonará con fuerza en las palabras de Jesús: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera. (Mt 11, 28-30). «Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt 18, 3). Así, el pueblo y el discípulo, aprenden del Espíritu de Cristo a vivir sin inquietud ni ambición en el abandono filial, y a: “Caminar humildemente con su Dios en la lealtad y el derecho, que es lo que quiere de ellos el Señor” (cf. Mi 6,8). Había dicho Isaías: «Por la conversión y calma seréis liberados; en el sosiego y seguridad estará vuestra fuerza.» (Is 30, 15). Sin pretender alcanzar cuanto me supera, como canta el salmo (139, 6). En esta actitud ha buscado siempre el Señor a su pueblo, como canta Oseas: “Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor; yo era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer (Os 11, 4). En brazos seréis llevados, y sobre las rodillas seréis acariciados. Como aquel a quien su madre consuela, así os consolaré yo (Is 66, 12-13). Así dice el Señor Yahvé, el Santo de Israel.

Tomar sobre sí, otro yugo que el de Cristo, no conduce más que a la fatiga inútil de quien en el vivir cotidiano pretende asumir el papel de dios de su existencia. Concede, pues, Señor, a tu pueblo este don que has tenido a bien concederme gratuitamente después de tanta vanidad de vida; de tantas angustias desasosiegos, pretensiones y fatigas de mi alma insatisfecha por los ídolos, y saciada ahora por tu gracia, yo que me alzaba, mientras tú te abajabas hasta mí, lleno de mansedumbre y de misericordia.. bn www.jesusbayarri.com

Salmo 131

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testigos de la verdad

Gabriel Ariza

–“Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios”. La eventual secesión de Cataluña ¿compete a Dios o al César? –Es una pregunta parecida a la que hicieron a un cura en Cataluña: si Dios está a favor o en contra de la independencia. En España nos dimos hace 40 años una Carta Magna que es perfectible, pero que fue un verdadero

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ejercicio de respeto, consenso y concordia. Pusimos por encima lo que nos unía. Ese marco legal de convivencia supuso acercamiento, hacer concesiones, siempre y cuando fueran razonables en aras de una memoria histórica atendible y respetable. Y, sobre todo, no tanto mirando al pasado, sino hacia adelante para construir juntos desde nuestra rica pluralidad un futuro mejor en la paz y en la concordia.


JesĂşs Sanz Montes

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testigos de la verdad –¿Y ahora? –Romper este marco de modo unilateral, cizañarlo con la insidia que enfrenta y divide, falsear con la mentira todas sus alternativas trucadas, engañar con vileza a un pueblo para hacerle cómplice de una inconfesada deriva, todo eso no sólo atenta contra el Estado de derecho, no sólo mina la convivencia a tantos niveles, desde el más elemental y doméstico, como son las familias, sino que es profundamente inmoral. Y cuando hablamos de inmoralidad ya no estamos hablando de una cuestión política siempre discutible; no sólo hablamos de los 40 años de democracia en España, con toda la pluralidad de las diferentes regiones que componen esta patria…

–¿Patria? –Me gusta más la palabra patria que estado, porque el estado puede ser sólido, líquido o gaseoso, o los tres al mismo tiempo si hay alguna explosión. La patria tiene que ver con algo que nos ha permitido engendrar, crecer en un hogar y madurar en familia. Esta patria tiene regiones, es decir, diferentes expresiones culturales, lingüísticas, históricas, que hacen de ella un conjunto, un todo, una suma de fragmentos de la que surge algo bello. Y cuando acertamos a convivir resulta algo hermoso. Es lo que llamamos el bien común. Y no solamente son los 40 años más recientes sino los cinco siglos que nos presiden.

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–Esta conclusión no es la que se deriva del comunicado de la Conferencia Episcopal Española, en cuya redacción intervino usted como miembro del comité ejecutivo y de la comisión permanente. Ese documento maneja términos más moderados, más tibios según los críticos, más equidistantes. –Formo parte del equipo redactor, y no voy a decir aquí cuáles fueron mis aportaciones, cuáles se admitieron y cuáles no se tuvieron en cuenta, porque me debo al respeto de ese secreto. Pero sí puedo aclarar que yo dije más cosas. En ese texto están presentes todos estos conceptos que acabo de enhebrar. Pero era difícil hacer algo entre veinte personas venidas de todos los puntos de España: de la región de España en la que esto está sucediendo, y de las regiones de España en las que estamos bien atentos porque eso tiene que ver con nosotros, y no podemos tener una especie de neutralidad aséptica.

los que Yo dialogo mal con e se corrompen, mienten, con los qu an lo que es de con los que malvers cio propio, ya todos para el benefi rtido sea privado o de pa


testigos de la verdad –¿Estaba condenado al fracaso ese documento? –Hacer un comunicado breve, que no pase de la cara de un folio, en el que tienes que tener en cuenta a los destinatarios de allí y de las otras regiones de España, donde tengas en cuenta comunicados anteriores de los obispos, alguna referencia a un Papa reciente que ha hablado sobre la cuestión… Cuando tienes que tener en cuenta tantos factores puede salirte una nota que, siendo correcta e incluyente, termina por no entenderse.

Cuando he escuchado y leído comentarios acerca de nuestra nota me parecían injustos, porque todos los temas están ahí. Pero se ha dicho de una manera tan quintaesenciada y tan neutral, que al final no ha convencido, no digo que a nadie, pero no ha ayudado a tantas personas. No es que esperaran de nosotros que organizáramos una barricada o que dijéramos “¡a las trincheras!”, pero hemos hablado de una manera tan suave, tan respetuosa, que parece que estamos hablando de otra cosa distinta.

Cuando hay una exclusión, cuando pones fronteras desde el púlpito y estableces un derecho de admisión, sencillamente eso termina siendo una praxis no cristiana

Jesús Sanz Montes

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testigos de la verdad –La apelación al diálogo ha escocido a algunos seguidores de la Iglesia. –Esa apelación es justa y necesaria, pero no es un diálogo a cualquier precio. Yo dialogo mal con los que mienten, con los que se corrompen, con los que malversan lo que es de todos para el beneficio propio, ya sea privado o de partido. Yo dialogo mal con aquéllos que hacen de la infancia y la juventud un proyecto a quince o veinte años, como se ha hecho, para transformar a una generación… Porque esto que está sucediendo ahora se empezó a trabajar hace años a través de una educación que tenía este cometido: utilizar la inocencia y vulnerabilidad, la maleabilidad, de niños y jóvenes para que ahora pudieran dar esa batalla. Cuando mientes, te corrompes, malmetes, insidias, engañas a un pueblo con alternativas trucadas, y eso está demostrado en tantas intervenciones y en tantos debates que se han puesto en marcha; si toda tu alternativa y tu legítima aspiración a la independencia está basada en este paquete de trufas, entiendo que aquí hay un delito tan grave que es inmoral; y esta inmoralidad es la que la Iglesia debe denunciar, cosa que no se deriva de modo directo de la nota de la comisión permanente de los obispos. Hay que interpretarla y, cuando practicas la exégesis con este texto, claro que llegas a estas conclusiones, pero haciendo tanto esfuerzo que casi ninguno ha llegado.

–La Iglesia católica es, por definición, universal. ¿Tiene patria la Iglesia? ¿Tiene nación, ya sea española, catalana o asturiana? –En absoluto. La Iglesia es lo que hemos expresado en la gesta misionera de nuestros dos mil años de historia. Nosotros tenemos como patria y como nación el mundo entero. Allí donde hay personas que buscan, que se preguntan, que sufren, que son atacadas, que se les cercena la esperanza, que injustamente malviven, que están enfrentadas entre sí… ahí es donde debemos hacer llegar el mensaje del Evangelio que suene a buena noticia y que encienda en ellos la esperanza. Y eso no tiene fronteras, para eso no pedimos pasaporte. Cuando hay una exclusión, cuando pones fronteras desde el púlpito y estableces un derecho de admisión, sencillamente eso termina siendo una praxis no cristiana, sino sectaria, de secta, o politiquera, de formación particular.

La doctrina social de la Iglesia recoge el compromiso de construir, con todo el respeto, una sociedad desde una perspectiva cristiana 14


–Quizá esos mismos piensen que un mensaje como el que usted preconiza encierra una especie de nacionalismo español. –No, porque yo hago referencia al esfuerzo que hemos hecho personas desiguales, distintas, que no hacemos de nuestras diferencias un arma arrojadiza, sino algo que nos enriquece, algo que suma para ser mejores. El otro no es un rival al que hay que abatir y excluir, sino un hermano al que hay que acoger sabiendo que me trae dones y regalos, como yo también abro los míos para él.

A eso no lo llamo nacionalismo de otra sigla, sino que sencillamente apelo a lo que nos ha unido durante 40 años, regulado por una Constitución, a eso que nos ha unido a través de los avatares de 500 años. Eso no es parapetarnos en una trinchera opuesta para decir que desde mi nacionalismo denuesto el tuyo. Ése no es el mensaje que hemos dado. Jesús Sanz Montes

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testigos de la verdad –Se han pronunciado unos 350 sacerdotes catalanes, la Conferencia Episcopal, algunos obispos de manera más individual… ¿A qué debe atenerse un católico? –La Iglesia no solamente tiene un discurso espiritual, no solo ha generado un Derecho, no sólo ha puesto en marcha todas las artes para pasear esa buena noticia; la Iglesia también tiene un discurso social. La doctrina social de la Iglesia recoge el compromiso de construir, con todo el respeto, una sociedad desde una perspectiva cristiana.

–¿Piensa usted que sería capaz de mantener este mismo discurso si fuera arzobispo de Barcelona u obispo de Lleida? –Intento ser coherente y, por lo tanto, no acomodaticio. No me imagino en ese escenario (risas). He toreado en varias plazas, y espero que ahora no me digan cómo es que un franciscano pone ejemplos taurinos… (risas). En todos los lugares en los que he tenido que expresar mi parecer, personal o como pastor de la Iglesia, he tenido la libertad de exponerlo y defenderlo. Porque entiendo que esa libertad es propia de quien no teme los desprecios y no busca los aplausos. Cuando tú no buscas premios ni medrar, y cuando no temes el desprecio o el arrinconamiento, eres libre para decir lo que en conciencia piensas. Por tanto, llegado el caso de decir esto mismo en cualquier diócesis catalana, yo diría lo mismo. Es un buen anuncio para el señor Nuncio, para que no me manden allí (risas).

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–Desde luego, parece que de alguna manera está privándose usted mismo de un posible itinerario de ascenso. –Bueno, no sería en cualquier caso un ascenso, porque estando en Asturias cualquier otro destino sería bajar, y mucho (risas). –¿Qué opina el Papa sobre esta cuestión? –El Papa no entra en el pormenor de los conflictos internos de las naciones, o entre nación y nación. El Papa invita, como no puede ser menos, a un diálogo. En nuestra nota hacemos alusión a un texto del Papa Francisco de la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”. Fíjese que yo también aporté, y me hubiera gustado que se reflejara, el texto de la Conferencia Episcopal que más ilumina, a mi modo de ver, toda esta cuestión. Es un célebre documento del año 2006 que fue largamente trabajado y que se titulaba “Orientaciones morales ante la situación actual de España”. Fue una instrucción pastoral; no es una nota de un folio, sino todo un documento que en los números 70 a 76 aborda directamente esta cuestión. Y en ese puñado de números, mucho más que en la nota del otro día, mucho más que en notas particulares que han hecho mis hermanos catalanes llamando a la moderación, al diálogo…


testigos de la verdad

–¿Comete un pecado un catalán que defiende el separatismo? –No, pecado no, porque es legítimo entenderte separado; eso no es ningún pecado. Tú te entiendes con una lengua y un territorio que a ti te gustaría, que incluso defenderías justamente… eso no es un pecado, es una opción política. Pero si eso lo defiendes con mentiras, con violencia, con insidia, con corrupción, con malversación, eso es lo inmoral, eso sí es pecado. bn

des Pero si eso lo defien olencia, con mentiras, con vi upción, con insidia, con corr so es lo con malversación, e cado inmoral, eso sí es pe Jesús Sanz Montes

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testigos de la verdad

Yasmany Zurita Siam | Abogado

La Iglesia como milagro de amor no solo está conformada por la misericordia divina que baja del cielo sino también por la fidelidadde los hombres que sube de la tierra. En la Historia de la Salvación fue común que los amigos de Dios, los sacerdotes, los profetas y luego los apóstoles, tuvieran sus propias familias, entre los cuales podemos citar a Abraham, Moisés, Aarón, Eli y Pedro. En la Iglesia Católica latina el celibato ha sido un elemento imprescindible para acceder a orden sacerdotal, a excepción del diaconado permanente cuando el aspirante está bajo el compromiso matrimonial. Conforme prescribe el Código de Derecho Canónico, en el canon 277 § 1. “Los clérigos están obligados a observar una continencia perfecta y perpetua por el Reino de los cielos y, por tanto, quedan sujetos a guardar el celibato” y en el canon 1037: “El candidato al diaconado permanente que no esté casado, y el candidato al presbiterado, no deben ser admitidos al diaconado antes de que hayan asumido públicamente, ante Dios y ante la Iglesia, la obligación del celibato según la ceremonia prescrita, o hayan emitido votos perpetuos en un instituto religioso.”

| Biografía | El sacerdote Julio Antonio Perozo García abrió los ojos al mundo el 20 de abril de 1945 en el entonces floreciente poblado de Nuevitas que otrora se había llamado Villa de San Fernando, en el año en que moría Adolfo Hitler, concluyó la Segunda Guerra Mundial y fueron creadas las Naciones Unidas. Sus primeros estudios los realizó en varias escuelas privadas y en quinto grado pasó a una escuela pública.

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Terminó graduándose de Técnico Medio en Mecánica Industrial. Aunque por muy corto tiempo, formó parte de la juventud católica y de los Boy Scouts, que le ayudaron en su formación como cristiano y hombre de bien. Procede de una familia de tradición católica aunque solo su mamá vivía una fe práctica y trabajaba en la iglesia como cocinera.


Los clérigos están obligados a observar una continencia perfecta y perpetua por el Reino de los cielos y, por tanto, quedan sujetos a guardar el celibato”

Cuando aún estudiaba el tercer año de bachillerato fue encontrado por la mirada amorosa de Melba Panisello San Pedro, quien compartía el mismo colegio. Reconoce Julio Perozo: “me había enamorado de la criatura más bella que Dios había hecho, y lo mejor de todo, era correspondido.” Por respecto a sus padres iniciaron un noviazgo en secreto, que coadyuvó a la petición de manos y a la formalización de la relación. Por esas fechas fue convocado a cumplir el servicio militar obligatorio en el antiguo Seminario El Buen Pastor de la Habana, que significó un acercamiento hacia las cosas de la Iglesia y duró tres años.

La separación hizo que el amor entre ambos fuera madurando, y cada vez sus sueños se fueron imbricando hasta hacerse inseparables. Al regreso, comenzó a trabajar como mecánico industrial, oficio que desempeñó por 39 años en la Fábrica de Alambres con Púas y Electrodos, destacándose en la reparación de piezas que aún se siguen usando. Un Padre fecundo

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testigos de la verdad

Después de un tradicional noviazgo, se casaron en octubre de 1968. Ambos jóvenes tenían una excelente amistad con el fallecido Obispo Mons. Adolfo Rodríguez, quien les pidió que ocuparan la Capilla de Tarafa para que no fuera intervenida por el Estado. Cuando llegaron los funcionarios para hacer el censo y encontraron a una familia con niños pequeños, no pudieron clausurar el local. Vivieron allí por 18 años y como resultado de esta unión, nos dice Julio: “nacieron mis 4 hijos y se abrió la capilla al servicio de la comunidad y como centro de convivencia de los jóvenes.” Al hablar de su prole recuerda: “Las travesuras de los muchachos eran constantes, fundamentalmente los varones, que se iban a pescar y no sabía dónde estaban. Decía que los iba matar y cuando los veía venir me desplomaba de alivio al verlos sanos. Con el noviazgo de las dos hembras fue un trauma, porque eran otros tiempos y costumbres diferentes, que no se acaban de comprender.”

Reconoce Julio Perozo: “me había enamorado de la criatura más bella que Dios había hecho, y lo mejor de todo, era correspondido” 20

Cuando todo se normalizó regresaron a la ciudad y continuaron colaborando muy de cerca en la parroquia, asumiendo diferentes responsabilidades. Cuando en la Diócesis fue instituido el diaconado permanente Mons. Adolfo invita a Julio para que se incorpore, pero se negó, porque no se sentía preparado. Sin embargo, habiéndolo meditado y con el apoyo de los amigos se decidió tiempo después. Recuerda que para ese entonces el obispo era Mons. Juan de la Caridad García Rodríguez, y que su esposa estaba incluso más ilusionada que él. A los cuatro meses de nacido, a su nieto Julio Rafael se le diagnosticó el Síndrome de West y esto coincidió con que a Melba le fue detectado un carcinoma cerebral, muriendo el 14 de septiembre de 2006. “Esos dos dolores me marcaron. Mi esposa me hizo ser bueno, porque era una católica abnegada y admirable.” Actualmente tiene diez nietos porque Julio Rafael murió recientemente en los Estados Unidos cuando estaba próximo a los 12 años. Disuelto el vínculo matrimonial, decidió continuar con su formación y fue ordenado como diácono célibe el 8 de febrero de 2008. Sobre ese momento tan importante en su vida apunta que: “Estaba muy emocionando, meditando lo que estaba sucediendo e invocando a los santos para que me ayudasen. La ordenación diaconal fue estremecedora, había sido muy reciente el fallecimiento de mi esposa.” Fue designado a la parroquia de Nuevitas, y luego a los poblados de Gurugú, Lugareño, Paradero, Tarafa, Platanal, San Miguel y Camalote. Prontamente pudo percibir como a las comunidades alejadas difícilmente llegaba un sacerdote, la necesidad que tenían los fieles de los sacramentos, y especialmente de la Eucaristía.


Cuando aún estudiaba el tercer año de bachillerato fue encontrado por la mirada amorosa de Melba Panisello San Pedro

Sus amigos y el propio obispo lo motivaron a que “enderezara la estola”, pero no se atrevía a dar ese paso. Después de rezar largamente, se dirigió al Ordinario y le expuso su solicitud formal para ser ordenado presbítero. El 25 de marzo de 2011 en la homilía de Ordenación Sacerdotal, el actual Arzobispo de la Habana, Mons. Juan García Rodríguez, le dijo: “No temas, querido hijo ante la grandeza que te viene encima y la extraordinaria misión a cumplir. Ahora tendrás con el sacerdocio una mayor vi-

talidad y concebirás innumerables hijos espirituales.” Sobre ese momento apunta que: “la sensación de estar tendido en el suelo y levantarse en la consagración es la culminación de un proceso para el que uno se ha preparado y poder decir “ya soy”, pero con un sentido espiritual. Es una responsabilidad ante Dios y los hombres. Y eso lo tuve que hacer dos veces.” Un Padre fecundo

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testigos de la verdad

a Melba le fue detectado un carcinoma cerebral, muriendo el 14 de septiembre de 2006. “Esos dos dolores me marcaron. Mi esposa me hizo ser bueno, porque era una católica abnegada y admirable 22

| Recuerdos y proyectos | El P. Raúl Evaristo Fernández Valledor que con 80 años es el mayor de los curas camagüeyanos, recuerda que fue párroco de Nuevitas justo cuando Julio y Melba vivían en la pequeña Iglesia de Tarafa. Indagando en la memoria nos dice: “Resulta interesante que a su ordenación sacerdotal asistieron sus hijos y nietos. Y uno de ellos me dijo, que si a su abuelo lo habían hecho cura ahora podía ser obispo. La hija mayor era muy buena y en una ocasión le recomendé que se hiciera monja y me respondió que quería un matrimonio como el de sus padres. El que hoy sea sacerdote es algo maravillo para la Iglesia.” Después de pasar el huracán Irma, y a sus 72 años ha sido nombrado párroco de Nuevitas, para lo cual no se siente preparado, pero cuenta con la experiencia de la vida, la ayuda de su comunidad y del vicario.


testigos de la verdad

Por delante tiene varios retos porque “nada es fácil en la Iglesia”. El trabajo con los jóvenes, la preparación de catequistas y misioneros, la formación moral y humana de los fieles, están entre las acciones concretas a realizar, porque se enfrenta a “un pueblo que está muy herido, por una ausencia de influencia religiosa, tenemos que aprovechar los pocos espacios que tenemos para enseñar y evangelizar.” Sin descuidar sus deberes como sacerdote, el P. Julio tiene en el patio de su casa un taller de mecánica, ama la naturaleza, le gustan las plantas y tiene una colección de cactus. Ve poca televisión porque prefiere leer, en las mañanas desde su portal admira la bahía y abraza su “pedazo de mar”. Pertenece a la peña literaria “Manuel Maure Parri” y en 2015 publicó tres de sus poemas, en la antología Vientos del Sur. Mons. Juan Gabriel Díaz Ruiz, recientemente consagrado Obispo de Ciego de Ávila, fue su Director Espiritual y nos dice que: “es un hombre muy valioso y desde joven ha estado muy comprometido con su comunidad, junto a su esposa e hijos. Como diácono y sacerdote ha sido admirable; con su edad está al pie del cañón. Siente y defiende a la Iglesia. Se ha mantenido firme en los momentos buenos y malos. Está a prueba de todo.

Demoró en decidirse para recibir el orden sacerdotal, pero a la luz de un proceso de discernimiento, descubrió su segunda vocación.” El P. Julio Perozo García nunca se imaginó que sería sacerdote, hoy su vida es fruto de bendición para la Iglesia cubana que se regocija en tener un Padre tan fecundo.bn Un Padre fecundo

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echando las redes

Antonio Pavía. Misionero Comboniano

El Prólogo del evangelio de san Juan contiene la catequesis por excelencia acerca de la Palabra como fuente de la fe y, por lo mismo, fuente también de la espiritualidad cristiana. Estamos hablando de una sola fuente así como de una sola vida, la Eterna, y lo es porque mana del Dios vivo. Si nos acercamos al Prólogo en cuestión, vemos que Juan establece una relación entre la Palabra y la fe siguiendo una línea ascendente. Una vez que identifica a la Palabra con Dios (Jn 1,1) por su poder creador, vital, y por su luz, nos hace saber, de una forma u otra, que la gran tentación del hombre es la de ponerse, bajo mil justificaciones, de perfil, ante ella, la Palabra. Hablando de los pueblos del mundo en general, nos dice Juan que éste no la conoció, por más que las obras creadas por la Palabra son patentes y visibles, como tantas veces viene atestiguado a lo largo del Antiguo Testamento, especialmente en los Salmos. Esta actitud del hombre revela su desconfianza hacia Dios. No es que le niegue, pues de hecho todos los pueblos de la tierra han levantado sus altares, formulado ritos y escogido mediadores

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ante sus dioses. Sin embargo, podemos percibir que esta forma de actuar no tenía otra intención que la de llevar a su territorio, a su campo de acción, el poder de lo alto, misterioso y oculto. Lo que sucede es que en el fondo subyace un cierto miedo ante todo aquello que les superaba. Es por ello que se consideraba bueno marcar el propio territorio, Dios en lo suyo y nosotros en lo nuestro; tratando, a la vez, de contentarle con toda clase de sacrificios, bien para que nos proteja de los azotes de la naturaleza, bien para que no nos castigue. En realidad, todos estos pueblos hicieron lo que catequéticamente se nos dice de Adán y Eva cuando pecaron: “Oyeron el ruido de los pasos de Dios… y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Dios por entre los árboles del jardín” (Gé 3,8).


echando las redes

Sin embargo, en la relación de la humanidad con Dios, encontramos una aproximación -en realidad todo un salto cualitativo- cuando Él se da a conocer a un pueblo. Le llamará “mi pueblo”, y le acompañará por medio de su Palabra que, a su vez, se desplegará en múltiples obras de salvación a su favor. Israel, el pueblo santo de Dios, testificará, una y otra vez, que sí, que el Dios vivo vino a su encuentro con su Palabra, cosa que no hizo con ningún otro pueblo de la tierra: “Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿Hubo jamás desde un extremo a otro del cielo palabra tan grande como ésta? ¿Se oyó cosa semejante? ¿Hay algún pueblo que haya oído como tú has oído la voz del Dios vivo hablando en medio del fuego…?” (Dt 4,32-33). Israel es consciente de su elección y de que su grandeza reside no solamente en que el Dios único se haya

dirigido a él con su Palabra, sino en que ésta ha sido viva y eficaz. Completamos su confesión de fe antes iniciada: “¿Algún dios intentó jamás venir a buscarse una nación de en medio de otra nación por medio de pruebas, señales, prodigios…, como todo lo que vuestro Dios hizo con vosotros, a vuestros mismos ojos, en Egipto?” (Dt 4,34).

Sin embargo, Juan –volvemos al Prólogo de su evangelio- nos dice que su pueblo, el que tuvo un conocimiento tan especial de Dios por haber sido destinatario de su Palabra, también marcó sus distancias cuando ésta se hizo carne en Jesús de Nazaret. Así lo expresó el apóstol: “Vino a su casa –la Palabra- y los suyos no la recibieron” (Jn 1,11). Aun contando con este rechazo, Dios vino, se encarnó y puso su tienda entre nosotros, en nuestro bien delimitado y marcado territorio de impiedad, para exorcizar nuestros temores y recelos. Desde la médula del alma

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echando las redes

Rompió nuestras cercas Dios se hizo Emmanuel a fin de arrebatar a Satanás el veneno del miedo que había inoculado en nuestro corazón, que es en realidad la razón por la cual el hombre marca su autonomía frente a Dios. El Hijo de Dios se encarnó, murió y resucitó, dando muerte a todas las lacras con que Satanás nos había revestido; en su lugar, el Señor Jesús nos revistió del espíritu que nos hace dirigirnos a Dios con el nombre de Padre. “No recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el temor; antes bien, recibisteis un espíritu de hijos adoptivos que nos hace clamar: ¡Abbá, Padre!” (Rm 8,15). Estamos hablando de la plenitud de la fe, plenitud que es fruto, ante todo, del increíble amor de Dios al hombre. Encerrados como estábamos en nuestro territorio, por cierto, bien cercado frente al peligro de la injerencia de Dios, reverenciándole, como quien dice, desde lejos por tantos miedos a los que ya hemos hecho referencia, Dios, que no se aviene a mirar distante al hombre, vino a su encuentro: se hizo Emmanuel. Nos vio carentes de perspectiva, abrazados a fantasías, sobreviviendo en burbujas de felicidad, y nos dijo a todos: ¡Ánimo!, que soy yo; no temáis” (Mt 14,27). Este fue el anuncio que

escucharon los apóstoles cuando estaban a punto de naufragar en su barca. A continuación invitó a Pedro -todos somos Pedro- a caminar sobre las aguas, imagen de la inestabilidad que nos hemos creado. “Pedro le respondió: Señor, si eres tú, mándame ir donde ti sobre las aguas. ¡Ven!, le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús” (Mt 14,28-29). Se rompió el cerco, las alambradas del territorio marcado se hicieron añicos. Desde entonces, desde la encarnación de Dios, que incluye su victoria sobre la muerte junto con la invitación de participar de esta su victoria, el hombre ya no está limitado por nada ni por nadie. ¡Es hijo del Eterno, de Dios, del Infinito! Hijo de Dios, sí, y así es como Juan culmina su secuencia en lo que a la graduación de la fe se refiere. Se parte de conocer al Creador por sus obras en el mundo, y alcanza su cénit al conocerle por su Palabra no tanto en cuanto concepto, sino en cuanto que encierra el hacer de Dios por todo aquel que la acoge; es un conocer que implica recibir. Oigamos a Juan: “A todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre” (Jn 1,12).

En la relación de la humanidad con Dios, encontramos una aproximación -en realidad todo un salto cualitativo- cuando Él se da a conocer a un pueblo. Le llamará “mi pueblo”, y le acompañará por medio de su Palabra que, a su vez, se desplegará en múltiples obras de salvación a su favor 26


echando las redes Llegamos -como he dicho- al culmen de la fe, de la espiritualidad, a la plenitud del amor de un hombre hacia Dios. Hablamos de un conocer, recibir y acoger la Palabra, el Evangelio. María de Nazaret es Madre de la Iglesia e Icono del discipulado porque su recibir precedió al concebir. El ángel se le acercó y no encontró ningún territorio marcado; por ello, la Palabra transmitida por Gabriel se hizo carne en ella. María la concibió y la dio a luz. He ahí, en brevísimas palabras, el auténtico y genuino plan pastoral: ésta es la evangelización en estado puro: recibir el Evangelio, concebirlo en las entrañas del alma y darlo a luz: anunciarlo.

María se nos presenta como el plan de pastoral vivo por excelencia; no está muerto en una letra, está vivo en su persona; por eso la podemos llamar Madre de todos los pastores según el corazón de Dios. Éstos también reciben primeramente el Evangelio, y lo conciben en sus entrañas. De ahí al hecho de anunciarlo no hay ningún paso, es como un pálpito natural. Hablamos del ritmo de Dios; no es el de la sabiduría de este mundo, mucho más enmarañado, es –repito- el de Dios, y por ser suyo es vivo y eficaz.

Desde la encarnación de Dios, que incluye su victoria sobre la muerte junto con la invitación de participar de esta su victoria, el hombre ya no está limitado por nada ni por nadie. ¡Es hijo del Eterno, de Dios, del Infinito! Desde la médula del alma

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Una habitación para la Palabra Insistimos en el binomio recibir/concebir la Palabra. Algo de esto saben los pastores según el corazón de Dios como, por ejemplo, Pablo, que se sabe habitado por Jesucristo; lo siente vivo en sus entrañas y le surge imperiosamente la necesidad de comunicarlo. A su muy conocida confesión “ya no soy yo quien vivo, es Jesucristo quien vive en mí” (Gá 2,20), podemos añadir otras como ésta, en forma de exhortación, que encontramos en su carta a los Efesios y que se asemeja a una llama que se eleva desde el horno de su alma: “…y que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cual es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de

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Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios” (Ef 3,17-19). En esta su forma de dirigirse a sus ovejas, reconocemos la ternura de Pablo. No se dirige a ellas con la autoridad que le podía conferir su título de apóstol de los gentiles otorgado por el mismo Hijo de Dios (Hch 26,17), sino como pastor que desea vivamente que sus ovejas participen de las gracias a él concedidas. Quiere con todo su corazón, con toda su alma, empezando por aquellos que le han sido confiados, tengan una experiencia del Señor Jesús tan determinante, en el mejor sentido de la palabra, como la suya. No se conforma con sentir estos impulsos, sino que los lleva a cabo.


echando las redes Recorre Europa de punta a punta, e incluso las regiones más conocidas entonces del continente asiático; ninguna distancia quiebra su amor, ninguna dificultad, ningún contratiempo o persecución. Le apremia el hombre sin Dios, sin su amor, sin su salvación. Al amar así al Dios vivo y al hombre, Pablo lleva el mandamiento de Jesús a su máxima expresión. Recordemos la respuesta que dio al escriba que le preguntó cuál era el primer y más importante mandamiento: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22,37-39). No necesitó Pablo ningún tratado para estudiar qué era la caridad o la perfección. El mismo Evangelio creó en sus entrañas el amor a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas; y, con esa riqueza en sus entrañas, se dirigió a los hombres y les anunció la Vida. En la misma línea, y siempre movido por el celo de que sus ovejas participen no como espectadores, sino como actores de la incalculable riqueza que Dios derrama en el alma de los que se acercan a su Hijo por medio del Evangelio, Pablo dice a su rebaño de Colosas: “…Que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos. La Palabra de Cristo habite en vosotros en toda su riqueza” (Col 3,15-16a). No es corto el corazón del apóstol en sus deseos de que sus ovejas crezcan; las impulsa a fin de que sus almas se vean colmadas con los innumerables tesoros del Evangelio de Jesús. Al decirles y decirnos lo que hemos escuchado en la cita anterior, señala explícitamente que el corazón del hombre está capacitado para acoger, recibir y concebir la infinita riqueza de Dios por medio de su Hijo.

Acoger, recibir y concebir: he aquí el trípode que provoca la manifestación de Dios al mundo por medio de la predicación de sus pastores, los que dejaron a Dios que se hiciese Emmanuel en su terreno, también acotado. En su experiencia de la Encarnación, sus campos se abrieron al infinito. Fue entonces cuando les fue dado amar su heredad; al igual que el salmista, la consideraron preciosa: “El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en su mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad” (Sl 16,5-6). Sin límites, ni vallas, ni cercas. Estos pastores, al igual que María, se abrieron a la Encarnación de Dios al tiempo que conocieron la libertad; sí, la libertad para salir de su encierro e ir al encuentro de sus hermanos. Ahí donde llega el Evangelio predicado desde la médula del alma, los pastores siguen rompiendo cercas y vallas; sus ovejas se abren al Dios vivo. He hablado del Evangelio predicado desde la médula del alma. Quizá a alguien le pueda parecer un poco irreal esta expresión y hasta cursi. Bueno, la he tomado de san Agustín, sin duda un gran pastor según el corazón de Dios. Oigamos cómo se expresó: No retengamos la Palabra, no perdamos la Palabra concebida en la médula del alma. Lo dicho, un gran pastor. Recibió la Palabra, la concibió en su alma y la anunció con sus labios. bn

Acoger, recibir y concebir: he aquí el trípode que provoca la manifestación de Dios al mundo por medio de la predicación de sus pastores Desde la médula del alma

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educación para la vida

Alfonso López Quintás | Catedrático universitario y académico

Si no cumplimos las exigencias del encuentro -nivel 2- porque adoptamos una actitud utilitarista y hedonista -nivel 1-, corremos peligro de que la forma de unidad matrimonial que creamos a impulsos de la atracción mutua carezca de la fortaleza necesaria para superar las crisis que plantee la convivencia diaria

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La unidad conyugal deben crearla los esposos en cada momento. Si carecen de la energía necesaria para ello, pueden irse alejando de tal forma el uno del otro que lleguen a creer necesario acudir al divorcio.

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La “apertura a la vida” es uno de los cuatro elementos o aspectos básicos del matrimonio, visto en todo su alcance. Aunque son distintos entre sí, tales elementos responden a un mismo acto de entrega incondicional al cónyuge. Cuando no viven tal entrega -por moverse en el nivel 1-, los esposos se cierran con frecuencia a la donación de vida a nuevos seres y recurren al trauma del aborto.

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Los esposos y los hijos que no ejercitan debidamente la creatividad y se limitan a cultivar diversiones superficiales acaban sintiendo el tiempo libre como un vacío difícil de llenar. Por miedo al aburrimiento y al tedio -que surgen al fallar la capacidad creativa-, se dejan llevar fácilmente de experiencias que los encandilan y seducen. Este encandilamiento seductor significa, en casos, el comienzo de diversos procesos de adicción patológica.


educación para la vida

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El divorcio Las leyes que permiten el divorcio alteran, al cabo de cierto tiempo, la idea tradicional del matrimonio como una forma de unión inquebrantable debido a su valor interno. Los jóvenes que se abren a la vida en una sociedad que admite el divorcio tienden a interpretar la unión matrimonial como un vínculo cuya duración está condicionada a las circunstancias. Esta idea afecta al modo de orientar y vivir la vida matrimonial. En la mayoría de los países se necesita actualmente ayudar a los jóvenes a recuperar la capacidad de admiración ante la grandeza de la unidad matrimonial vista en su plenitud de sentido. Para ello debemos poner en juego una “Pedagogía del ideal”. Cuando se vive la vida matrimonial con la energía que genera el ideal de la unidad, se toma como una meta el conservar e incrementar la unión hogareña. Romper esta unión, en cambio, es considerado como un fracaso. Si los esposos empiezan a perder la concordia debido a algún fallo -ausencias no justificadas, gastos excesivos, mal humor, falta de colaboración...-, pensarán ante todo en superar esa crisis evitando los motivos de roce. Es la conducta propia del nivel 2, en el que se cultiva la creatividad. No recurrirán precipitadamente a la separación o incluso al divorcio en busca de una salida fácil y contundente (nivel 1).

Vivir la unidad matrimonial de modo auténtico es una tarea ardua, pero no resulta imposible para quien orienta sus energías hacia un valor muy alto, el más alto, el que constituye nuestro ideal de seres personales La ruptura de la unidad

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Con alguna dosis de paciencia y voluntad de ayuda mutua, se consigue a menudo reorientar la vida de familia y recuperar la paz. Los defectos y fallos son superables de ordinario cuando se camina hacia el logro de la unidad, considerada como el término de un ilusionado peregrinaje. Asombra ver la capacidad de soportar penurias que tenemos cuando nos proponemos alcanzar una meta difícil. Vivir la unidad matrimonial de modo auténtico es una tarea ardua, pero no resulta imposible para quien orienta sus energías hacia un valor muy alto, el más alto, el que constituye nuestro ideal de seres personales. Este valor ha de ser cuidado con el mayor esmero, evitando lo que pueda ponerlo en peligro. A veces se inicia una relación amistosa extrafamiliar de forma espontánea y bienintencionada, pero, en el momento menos pensado, surge la llamarada del enamoramiento, que da al traste con la unidad matrimonial mantenida fielmente durante años. El que adopta una actitud hedonista y posesiva (propia del nivel 1) tiende a considerar la unidad matrimonial como algo de que dispone y que puede cambiar por una realidad más gratificante. En cuanto le produzca alguna contrariedad o se le muestre menos atractiva que otras formas de unión que le salen al camino, acudirá enseguida al cambio, como remedio drástico. No pensará en la

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posibilidad de superar ese momento de crisis mediante un mejor cumplimiento de las condiciones del encuentro. Dará por hecho que “el matrimonio está roto y hay que rehacer la vida”. Si no adopta la actitud generosa que viene inspirada por el ideal de la unidad, es difícil que renuncie a las ventajas que cree ver en la ruptura matrimonial y se esfuerce en conservar la unidad hogareña. Por eso tiene tanta importancia el estilo de pensar, sentir y querer que adoptamos en nuestra existencia. El nivel 1 se caracteriza por la actitud egoísta, y ésta dispone nuestro ánimo para dejarnos fascinar por lo que halaga nuestros instintos. Esta entrega a un tipo u otro de fascinación o vértigo provoca innumerables crisis matrimoniales. Con perfecta y lamentable coherencia, las sociedades que cultivan el vértigo y lo proclaman como un medio para el logro de una felicidad fácil y rápida tienden a reducir la idea de matrimonio a una especie de contrato temporal, para pasar pronto a defender que son “iguales ante la ley” los más dispares acoplamientos amorosos. Lamentablemente, hay casos en los que un cónyuge considera imposible el mantenimiento de la unidad conyugal debido al comportamiento insoportable del otro. Esta situación merece un tratamiento sumamente cuidadoso a fin de ayudar a la víctima a soportar el desgarramiento que supone la ruptura de la unidad1.

1El Instituto da Familia, de Orense, acaba de reeditar un libro que publiqué en 1971 sobre las graves consecuencias del divorcio. Poco después se aprobó en España la ley prodivorcista. Treinta y cinco años después la publico de nuevo sin apenas cambio alguno, para que el lector pueda comprobar hasta qué punto se han cumplido ‒lamentablemente‒ las predicciones que hice en ella. Cf. El valor de la unidad familiar. Análisis de la demagogia prodivorcista, Fundación Amigos de la Barrera, Orense 2017.


educación para la vida

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El aborto Todo el que se mueva en el nivel 2 –el de atividad y el respeto– siente pasmo ante la grandeza que alberga una persona, un ser capaz de pensar, sentir, querer, realizar proyectos, abrigar esperanzas, comprometerse y prometer, sentirse responsable de algo valioso, enfrentarse al destino, establecer relaciones con todos los valores... Este ser así dotado inicia su andadura hacia su pleno desarrollo en el momento de la fecundación. A partir de ahí arranca un proceso asombroso de multiplicación de células merced al cual cobra cuerpo rápidamente un ser vivo, genéticamente distinto de los padres y destinado a independizarse un día y vivir de modo autónomo. Si nadie interviene agresivamente en ese proceso, al cabo de unos meses viene a la existencia un ser dotado de estas características.

El nuevo ser humano que nace no es producto de una acción fabril de sus progenitores; es fruto de su encuentro amoroso

Antes de la “anidación” -que tiene lugar a los catorce días de la fecundación-, el embrión puede dividirse y dar lugar a dos seres personales —los “gemelos univitelinos”. El hecho de poder dividirse el embrión es visto por algunos autores como signo de que éste no posee todavía las dos características propias de la persona humana: la “individualidad” y la “unicidad”. De ahí deducen que el aborto realizado durante esas dos semanas no puede ser considerado como “la destrucción de una vida humana personal”. Sin embargo, la verdad es que, si se anula la vida de un embrión que vaya a dividirse, se impide la configuración de dos vidas humanas.

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Las dudas de tipo biológico-filosófico acerca del momento preciso del proceso de gestación en el cual puede hablarse de vida humana personal no han de llevarnos a facilitar el aborto en ningún aspecto; deben, más bien, incrementar nuestro respeto incondicional a un proceso que se muestra tan enigmático como fecundo por tratarse de la gestación de una o más vidas humanas. El nuevo ser humano que nace no es producto de una acción fabril de sus progenitores; es fruto de su encuentro amoroso. Por eso no pueden los padres disponer de él, como el carpintero dispone de la mesa que ha hecho. El bebé ha recibido el ser de ellos, se halla desvalido y depende de su protección, pero tiene en sí los recursos necesarios para adquirir su plena figura de ser humano.

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El que piense esto en serio se cuidará de no anular violentamente el proceso de gestación. Los problemas que plantean con frecuencia los embarazos no deseados han de ser resueltos de modo que se respete la vida humana naciente. Afrontar la responsabilidad que entraña haber dado origen a un nuevo ser incrementa la madurez espiritual de los jóvenes. Recurrir al aborto es una solución traumática -propia del nivel 1- que no hace sino agravar la inmadurez que motivó el embarazo. Durante siglos, la humanidad fue incrementando el respeto incondicional a la vida. La práctica actual del aborto y —lo que es todavía más grave— la aceptación social de la misma suponen un regreso hacia épocas muy poco desarrolladas espiritualmente2.

2 El tema del aborto lo he tratado ampliamente en mi obra Necesidad de una renovación moral, Edicep, Valencia 1994, págs. 76-129. Los problemas planteados por los embarazos debidos a actos de violación requieren una atención especial y no pueden ser abordados aquí por falta de espacio.


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Las adicciones patologicas Actualmente, tendemos a vivir con la mayor intensidad, de forma desbordante, porque creemos tener “derecho a ser felices”. Ciertamente, los seres humanos estamos llamados, por naturaleza, a lograr nuestro máximo desarrollo y la felicidad consiguiente. Lo decisivo es encontrar el camino adecuado para ello. 1. La búsqueda de la felicidad y la caída en el vértigo. Si me muevo en el nivel 1 y me dejo llevar del afán de poseer realidades que me faciliten sensaciones placenteras, tenderé a realizar experiencias excitantes. Esta actitud me lleva a iniciar procesos de vértigo, que suscitan euforia en mi interior. Al confundir esta sensación exaltante con el verdadero entusiasmo, me hago la ilusión de que estoy en el buen camino y sigo intentando apropiarme lo que me atrae para ponerlo al servicio de mis intereses. Esa voluntad de dominio interesado me impide encontrarme con las realidades que me encandilan por sus buenas cualidades, y provoca en mí un vacío interior que me causa tristeza y angustia. Si quiero superar estos sentimientos depresivos dentro del reducido campo de posibilidades que me ofrece el nivel 1, puedo llegar a pensar que no tengo otro recurso que aumentar la posesión de realidades gratificantes y elevar el umbral de la excitación: beber más alcohol e incluso pasarme al mundo seductor de las drogas duras, entregarme pasivamente a ríos de imágenes televisivas o cinematográficas, incentivar las experiencias eróticas, perderme en los juegos de azar...

Cuanto menos cultivo el encuentro, más se intensifica mi vacío interior y mi sensación de aburrimiento

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Todo mi empeño es levantar el ánimo con latigazos de excitación sensorial y psicológica, que me empastan con las realidades del entorno y no me permiten guardar, respecto a ellas, la distancia a que debo situarme para crear relaciones de encuentro. Cuanto menos cultivo el encuentro, más se intensifica mi vacío interior y mi sensación de aburrimiento. Esta situación espiritual de desvalimiento, unida a la depresión producida por el quebranto serio de la salud física, me hace ver todas las puertas de la esperanza cerradas, y entro en un estado de desesperación. Sé que mi vida camina hacia el sinsentido absoluto, pero apenas tengo fuerza para volver atrás. Si caigo en la tentación de pensar que mi única salida es dejarme llevar por la corriente que me arrastra, renuncio a toda forma de creatividad y me abismo en un pozo de tedio y aburrimiento.

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Hacerse cargo de esto permite a los jóvenes prever a dónde puede conducirles la adopción de ciertas actitudes. Sin esta capacidad de prevenir, cuanto les digan los mayores lo tomarán como un elemento externo y extraño que intenta reprimir su libertad y su bienestar. En cambio, adquirido ese poder de discernimiento, son capaces de interiorizar el deber de evitar cuanto puede dañar su salud y asumir como propio lo que posibilita su pleno desarrollo personal. Los diferentes tipos de vértigo me divierten intensamente porque me sacan de mí mismo para perderme en un mar de impresiones halagadoras y fugaces. Pero no logran transmitirme el gozo y el entusiasmo del encuentro con realidades valiosas. Por mucho que aumente la agitación para liberarme de la asfixia del tedio, no conseguiré darme ánimo y superar la soledad y la insatisfacción internas, pues ánimo procede del latín animus, el principio de la vida espiritual, que es vida de creación de encuentros.


educación para la vida 2. La prevención de las adicciones. Para prevenir eficazmente la caída en las adicciones patológicas, debemos comenzar por ayudar a niños y jóvenes a superar la mentalidad propia del nivel 1 -que nos induce al vértigo- y adoptar la actitud de generosidad característica del nivel 2, que culmina en las experiencias de éxtasis o encuentro. Cuando alguien ha recorrido ya las distintas fases del proceso de vértigo y se halla abocado a la destrucción, la única medida eficaz es cambiarlo de ambiente y situarlo en un clima donde reine el ideal de la unidad, meta que genera energía creativa y nos permite descubrir sorprendentes posibilidades de vida gozosa en nuestra vida cotidiana. Al adoptar la actitud generosa propia del nivel 2, nos disponemos para responder positiva y desinteresadamente a la llamada de los valores, y descubrimos que la renuncia a tomar la posesión y el disfrute como una meta supone la pérdida de ciertos goces pero nos permite acceder a múltiples fuentes de gozo inagotable: • Podemos sentir alegría y entusiasmo al oír una obra musical, leer un poema, contemplar una exposición pictórica, recorrer un parque, admirar la belleza de la luz... • Nos llena de satisfacción sostener una conversación constructiva, atender a un enfermo, configurar una vida de hogar a través de una palabra adecuada, una sonrisa sincera, un saber estar y acoger... Al observar por nosotros mismos que múltiples experiencias cotidianas son una fuente incesante de gozo, redescubrimos el mundo que nos rodea, y nuestra vida, a

Actualmente, tendemos a vivir con la mayor intensidad, de forma desbordante, porque creemos tener “derecho a ser felices”. Ciertamente, los seres humanos estamos llamados, por naturaleza, a lograr nuestro máximo desarrollo y la felicidad consiguiente. Lo decisivo es encontrar el camino adecuado para ello pesar de sus avatares, se nos revela como un reino de lo admirable. En todas partes encontramos realidades y sucesos que nos producen admiración, y nos invitan a participar activamente en su belleza y en su bondad. Esta participación es la base de toda actividad creativa. Una vez inmersos en esa vida de diálogo, podemos divertirnos de modo creativo y dar a nuestra vida, por sencilla que sea o nos parezca, una inmensa riqueza interior, que es fuente de belleza y de alegría perenne. “Una realidad bella —escribió John Keats— es un gozo para siempre”3. Nuestra vida puede estar repleta de belleza y gozo si sabemos ver los seres y sucesos que tejen la trama de nuestra vida como “tramas de relaciones” y ponemos al descubierto luminosamente todo su alcance y, por tanto, su verdad plena. Desde la antigua Grecia, la belleza fue definida certeramente como “el resplandor de la verdad, de la forma, de la realidad”.

3 “A thing of beauty is a joy for ever” (Eudimión, Bosch, Barcelona 1977, p. 66).

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ación para la vida

Toda realidad, brillante o sencilla, he de considerarla como una fuente de posibilidades y un centro de iniciativa, a fin de poder encontrarme con ella. Esta relación de encuentro dinamiza mi vida y me entusiasma con el valor que ostenta cada realidad y cada situación. Ese entusiasmo surge en mí cuando tengo conciencia de estar desbordando vida. Tal desbordamiento es el contrapolo del vacío existencial y supera toda sensación de aburrimiento y tedio. Enseñar a niños y jóvenes el arte de vencer radicalmente el tedio y el aburrimiento es una de las tareas educativas más fecundas del momento actual. Si la realizamos debidamente, llevaremos la felicidad a multitud de personas que ven el tiempo libre como una condena, no como una invitación a la dicha. En todas las etapas de la vida podemos ser creativos, aunque se nos hayan cerrado ciertas vías de diversión. Contra lo que a menudo se piensa, también la vejez y la senectud pueden y deben ser etapas ascendentes en nuestra existencia. No hay mayor ascenso que lograr la madurez espiritual en el otoño de la vida biológica4.

Reducir el alcance de la alegría y el entusiasmo al campo de las diversiones juveniles, basadas en la exuberancia fisiológica, hunde buena parte de nuestra vida en el tedio y la apatía. Hacerse cargo de que la verdadera fuente del gozo, el entusiasmo y la felicidad se halla en la actitud de entrega -propia de la experiencia de éxtasis o encuentro- nos libera de mil frustraciones amargas, pues nos permite vivir con plenitud interior incluso en las circunstancias más adversas. “Los que estuvimos en los campos de concentración —escribe el psicólogo Viktor Frankl— recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fuesen pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la de elegir la actitud personal ante un conjunto de circunstancias, la de escoger el propio camino” 5. bn

Cuando alguien ha recorrido ya las distintas fases del proceso de vértigo y se halla abocado a la destrucción, la única medida eficaz es cambiarlo de ambiente y situarlo en un clima donde reine el ideal de la unidad

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4 Cf. Romano Guardini: Las etapas de la vida. Su importancia para la ética y la pedagogía. Palabra, Madrid 1997. Versión original: Die lebensalter. Ihre ethische und pädagogische Bedeutung, M. Grünewald, Maguncia 71996. 5 Man´s search for meaning: An introduction to logotherapy, Pocket Books, Nueva York, s.f., p. 104; El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona 171995, p. 69.



educación para la vida

Sobre la fe “Todo es posible para Dios”, dice la Escritura, y añade: “todo es posible para el que cree”. El poder de Dios, por tanto, puede pasar al hombre mediante la fe, como en un “entrelazamiento” entre el creador y la creatura, en una comunión de mente y voluntad, que aun sin hacerla omnipotente, la une efectivamente a su omnipotencia, haciéndola capaz de determinar la realidad, como insiste en indicar el Evangelio, y como las escandalosas conclusiones a las que llega la física moderna en relación al microcosmos, parecen

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confirmar, proveyendo de sentido al llamado “principio de incertidumbre”, o de “indeterminación”, siguiendo el cual, sólo será posible encontrar certezas a priori, en Dios. Sólo nuestra relación de fe con él, tiene la capacidad de determinar con nuestra decisión, una realidad concreta, excluyendo cualquier otra, posible sólo para Dios. Como el enlazarse de las partículas elementales de la materia, así puede entenderse la unión del hombre con Dios por la fe y la oración, de modo que incluso su cuerpo quede glorificado y alcance cuanto se proponga, especialmente si ora en comunión al menos con su semejante.


Jesús Bayarri

La altanería de una ciencia que, en boca de osados agnósticos, tantas veces ha denostado las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, en los últimos tiempos ha empezado a reconocer lo limitado de sus “certezas” y a volverse, humildemente, hacia un reconocimiento de su impotencia, de su necesidad de acudir a la fe y a la verdadera sabiduría, según se enseña en la Biblia.

Pero alcanzar esa sintonía para el hombre, requiere de la fe, y de la paz con todos, en la simplicidad del amor y en la ausencia de toda idolatría, que apacigüen su espíritu ante el Señor. Crear o trasladar montañas; arrancar árboles y plantarlos en el mar; curar enfermos, resucitar muertos, calmar tempestades, multiplicar panes y peces, pero sobre todo amar, hasta el extremo de la negación de sí, en una muerte y muerte de cruz, o alcanzar a la creatura mortal, el Espíritu Santo, el amor de Dios y la vida eterna, son posibles consecuencias de cuánto ha sido concedido al ser humano por la fe.

Cuando dice el Evangelio: “si tenéis fe como un grano de mostaza, y no vaciláis, creyendo que va a suceder lo que decís, nada os será imposible. Todo cuanto pidáis con fe en la oración, creed que ya lo habéis recibido, y lo obtendréis”, no se descarta sin embargo aquella sentencia del Señor: “Pero cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?” El Evangelio nos habla de lo que la naturaleza humana está llamada a experimentar, cuando entrando en comunión con alguien, su sumisión al creador alcance el nivel con el que la creación obsequia a su hacedor obedeciendo sus leyes. Fe, ciencia y sabiduría

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educación para la vida

El poder de Dios, por tanto, puede pasar al hombre mediante la fe

Al no tratarse de algo físico, la fe no puede poseer sino dimensiones, o más bien cualidades espirituales como la firmeza y la perseverancia, acompañadas de la esperanza y la paciencia. Con ella caen todos los límites y se manifiestan las capacidades ordenadas a nuestra predestinación. Como dice la Escritura: “Seremos arrebatados en los aires y hasta la muerte cederá el paso a la transformación que nos convertirá en luz en el Señor, y estaremos siempre con él. Los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la caducidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la esclavitud de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. La creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto.

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Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo. Cuando aparezca Cristo, entonces también nosotros apareceremos gloriosos con él. Ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado todavía lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal cual es. Esperamos, según nos lo tiene prometido, (el Señor) nuevos cielos y nueva tierra, en los que habite la justicia. Y así suspiramos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste. Somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos como Salvador al Señor Jesucristo, el cual transfigurará nuestro pobre cuerpo a imagen de su cuerpo glorioso, en virtud del poder que tiene de someter a sí todas las cosas. ¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Por quien hemos obtenido también, mediante la fe, el acceso a esta gracia en la cual nos hallamos, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.


educación para la vida La religión como preámbulo de la fe, acompaña al hombre desde su ruptura por el pecado, hasta la comunión con Dios y el conocimiento de su amor que va alcanzando progresivamente de fe en fe, tras los pasos de Abraham. El primer paso, totalmente gratuito dado al hombre por Dios, le lleva a creer, y lo encamina al conocimiento y a la unión con él en un solo espíritu, rompiendo el ámbito puramente físico y carnal en Cristo. Cuando aferrando algún conocimiento mediante el estudio de las Escrituras, porción que se nos ofrece como alimento, pretendemos ilusoriamente haber aprehendido la Verdad o a Dios mismo en nuestra mente, el aumento de nuestros conocimientos redunda en el empobrecimiento de nuestra precaria, por no decir inexistente sabiduría.

Sobre l a sabiduría La fusión entre materia y espíritu en el ser humano, trasciende así lo anecdótico en la dualidad entre cuerpo y alma, transportándolo a límites asintóticos de eternidad en la comunión con Dios, aunque sin alcanzar nunca la confusión entre lo humano y lo divino, ni siquiera en la bienaventuranza, inherente a la posesión de la visión beatífica, en la glorificación de la Resurrección.

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educación para la vida Todo verdadero conocimiento, no hace, sino abrir nuestro corazón (mente y voluntad) a una “docta ignorancia” como diría san Agustín, aumentando nuestro estupor y maravilla ante el Misterio insondable de la Verdad que es Dios, haciendo de nuestro abandono en su “autoritas”, nuestra única seguridad y certeza. El paradigma de la ciencia actual, superando esquemas dogmáticos del saber clásico, abre el horizonte de la comprensión de la realidad tanto en lo inmensamente grande como en lo microscópico, sorprendiendo constantemente a los “sabios” y haciéndoles interrogarse acerca de su inmensa ignorancia ininterrumpidamente. La misma Naturaleza como medio progresivo de auto revelación divina a la humilde razón humana, proveyéndola de ciencia, se nos muestra cada vez más escurridiza y paradójica, e incluso díscola e insolente frente a la autosuficiencia y la soberbia de la mente humana. Una somera mirada a la ciencia contemporánea, fijándonos, por ejemplo en los descubrimientos de la física:

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educación para la vida

Pretender poner en cuestión a Dios o dominar sobre la obra de sus manos con nuestra ciencia, hace a Dios sonreír benévolamente, ante el atrevimiento de nuestra pueril ignorancia

la “superposición”, y el “entrelazamiento” en las partículas subatómicas, el enigma cuántico, el principio de incertidumbre, el efecto túnel, etc., nos muestra un panorama desconcertante en el que la razón y la intuición tocan fondo, estrellándose contra un muro, que mueve a los científicos a preguntarse acerca de la estructura misma de la mente y de su funcionamiento; ante una nueva lógica y un saber en el que no hay certezas, y que nos hablan del vértigo y del éxtasis de las mentes más privilegiadas, por la profundidad inscrita en el universo por su creador. Se especula ya con la existencia de múltiples dimensiones y con la idea de universos paralelos, cuando ni siquiera conocemos la naturaleza del 95% de cuanto compone el universo en el que nos movemos. La creación misma se va revelando como un milagro tal, que hace colapsar las más recalcitrantes perplejidades que han susci-

tado siempre los prodigios que nos narran los Evangelios y el entero Nuevo Testamento. Efectivamente, la simplicidad y la pureza de las partículas elementales, haciéndolas superar el tiempo y el espacio, pudiendo retroceder o avanzar en los mismos, bilocarse, atravesar cualquier obstáculo, y sin variar su condición física, comportarse como partículas o como ondas, en una obediencia incomprensible a quien las observa sin poder discernir su indeterminación a priori, han sido constituidas para servir, por quien les dio el ser, y parecen tener “ojos” para ver y “oídos” para escuchar, y al ser llamadas, -como los astros-, responden: “¡aquí estamos! y brillan alegres para su creador” (cf. Ba 3, 34-35). Como todo el resto de la naturaleza predestinada para servir, no existen para sí, y son como su ADN, en el que el creador ha inscrito su amor por el ser humano, para el que todo ha sido hecho.

Fe, ciencia y sabiduría

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educación para la vida Pretender poner en cuestión a Dios o dominar sobre la obra de sus manos con nuestra ciencia, hace a Dios sonreír benévolamente, ante el atrevimiento de nuestra pueril ignorancia, y como dice la Escritura: El (Señor) enreda a los sabios en su propia astucia. Conoce cuán vanos son los pensamientos de los sabios. Destruye la sabiduría de los sabios, e inutiliza la inteligencia de los inteligentes. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el docto? ¿Dónde el intelectual de este mundo? ¿Acaso no entonteció Dios la sabiduría del mundo? De hecho, como el mundo mediante su propia sabiduría no conoció a Dios en su divina sabiduría, quiso Dios salvar a los creyentes mediante la necedad de la predicación; del Kerigma. Si alguno se cree sabio según este mundo, vuélvase necio, para llegar a ser sabio; pues la sabiduría de este mundo es necedad a los ojos de Dios”. Jactándose de sabios se volvieron necios; se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció. Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; Dios los entregó a pasiones infames contra la naturaleza, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío; Dios los entregó a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene: llenos de injusticia, perversidad, codicia, maldad, envidia, homicidio, contienda y engaño; difamadores, detractores, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres, insensatos, desleales, desamorados, y despiadados.

Así pues, mira atentamente cómo vives; y no seas necio, sino sabio. “Acércate a la sabiduría como quien ara y siembra, y espera sus mejores frutos. Cultivándola te fatigarás un poco, pero bien pronto comerás de sus productos. Es muy dura para los ignorantes, y el necio no la soporta; como piedra de toque lo oprime, y él no tarda en sacudírsela. Pues la sabiduría hace honor a su nombre, no se manifiesta a muchos. Mete los pies en su cepo, y el cuello en su coyunda. Doblega la espalda y carga con ella, no te rebeles contra sus cadenas. Acércate a ella con toda tu alma, y con toda tu fuerza guarda sus caminos. Síguela, búscala, y se te dará a conocer, y cuando la tengas, no la sueltes. Porque al final hallarás enella descanso, y ella se convertirá en tu alegría.

Así pues, mira atentamente cómo vives; y no seas necio, sino sabio 46


educación para la vida

Sus cadenas serán para ti un refugio se guro, y sus argollas un traje de gloria. Adorno de oro será su yugo, y sus correas cintas de púrpura. Como túnica de gloria te la vestirás, te la ceñirás como corona de júbilo.”1 Que el Señor nos conceda hablar según su voluntad y concebir pensamientos dignos del don de la sabiduría pues es él quien marca el camino a los sabios. Porque en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras, y toda la prudencia y el talento.

[1] Cf. (Eclo 6, 19-32) | [2] Cf. Sb 7, 15-30)

Él nos otorgó un conocimiento infalible de los seres, para conocer la trama del mundo y las propiedades de los elementos; el comienzo y el fin y el medio de los tiempos, la sucesión de los solsticios y el relevo de las estaciones; los ciclos anuales y la posición de las estrellas; el poder de los espíritus y las reflexiones de los hombres. En efecto, la sabiduría es un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, móvil, penetrante, inmaculado, lúcido, invulnerable, bondadoso, agudo, incoercible, benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno, todopoderoso, todo-vigilante, que penetra todos los espíritus inteligentes, puros, sutilísimos. La sabiduría es más móvil que cualquier movimiento, y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo; porque es efluvio del poder divino, emanación purísima de la gloria del Omnipotente; por eso, nada inmundo se le pega. Es reflejo de la luz eterna, espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo, y, entrando en las almas buenas de cada generación, va haciendo amigos de Dios y profetas; pues Dios ama sólo a quien convive con la sabiduría. Es más bella que el sol y que todas las constelaciones; comparada a la luz del día, sale ganando, pues a éste lo releva la noche, mientras que a la sabiduría no la vence el mal.2 bn

Fe, ciencia y sabiduría

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educación para la vida

Ramón Domínguez | Maria José Mansilla

El “Pontificio Instituto Juan Pablo II para el estudio sobre el Matrimonio y la Fami-lia” ha nacido con vocación de servicio a la Iglesia y a la sociedad, en un tiempo en el que la verdad del hombre está siendo seriamente amenazada por la mentalidad relati-vista dominante, hasta el punto que se encuentra en peligro la pervivencia misma de lo humano. El beato Juan Pablo II, con su fina sensibilidad hacia los problemas del hombre contemporáneo, se dio cuenta de cuál era el campo de batalla en el que se estaba ju-gando el destino del hombre, ya que son las cuestiones relativas al sentido de la sexua-lidad, al matrimonio y a la familia, que constituyen la base de nuestra sociedad, las que se encuentran en el punto de mira de todos los ataques contra el ser humano. En este ámbito es donde hoy se está desarrollando la lucha sempiterna entre el Cordero y la Mujer, de un lado, y el Dragón y las Bestias –las pasadas y la actual–, de otro1.

Lasociedadrelativista Hoy vivimos inmersos en una sociedad relativista, que no admite ninguna verdad, reduciendo el campo de lo cognoscible a la mera opinión, en el que cada cual puede pensar como crea conveniente y, por tanto, actuar según le convenga con la consiguiente desorientación general de la sociedad que ha perdido todo punto de referencia como no sea el propio criterio o la opinión de la mayoría; en consecuencia, tenemos una socie-dad altamente manipulable que se deja llevar por la opinión de los que controlan los medios de comunicación de masas.

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El Pontificio Instituto Juan Pablo II quiere prestar un servicio ante el desafío que la sociedad relativista presenta a la concepción del hombre: a su ser y, consecuentemente, también a su ethos. Nos hallamos sumergidos en un mundo sin bien ni mal, dependien-te de las circunstancias y de los intereses particulares, por lo que aquello que un día po-demos considerar como bueno, otro lo catalogamos como malo y viceversa. Por eso, es necesario encontrar bases sólidas sobre las que construir la naturaleza humana y sobre las que precisar cuál ha de ser su comportamiento, según aquel principio escolástico que determina que “el obrar sigue al ser”. Es decir: uno actúa según aquello que es.

El indica que hay que insertar una cierta explicación en este punto.


educación para la vida El punto crucial es determinar cuál es la naturaleza del ser humano, si es que tiene naturaleza, es decir: una forma determinada de ser. Todas las variadas concepciones del hombre pueden ser reducidas a dos, siendo las demás variantes de estas dos. La prime-ra insinúa que el ser humano es mero producto de una evolución ciega dentro de un universo sin sentido. Todo cuanto existe es producto de la casualidad y la vida, como la vida inteligente, han

aparecido en virtud de una serie de combinaciones aleatorias que la han originado, como pudiera haber sido de otro modo. En definitiva somos, como su-giere Monod en su obra “El azar y la necesidad”, porque en la lotería del universo ha salido premiado nuestro número. En esta concepción el hombre no es nada determinado, existe por casualidad y desaparecerá, del mismo modo que vino sin ningún proyecto concreto.

Los desafíos del relativismo a la moral cristiana

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educación para la vida El hombre no es nada determinado, no tiene naturaleza y se hace a sí mismo según crea conveniente2. Según esta visión del mundo y del hombre, nada tiene explicación, ni por qué existe algo en lugar de nada, ni por qué el hombre vive, sufre o muere. Todo se reduce a un sinsentido general con el que nos hemos de conformar y en base al cual cada uno ha de organizar su vida. La segunda afirma que todo lo existente tiene una razón de ser, pues es el proyecto de una realidad superior que llamamos Dios. Aquí entrarían las variadas concepciones religiosas del mundo que presentan una determina-da visión de Dios y, por tanto, del ser del hombre y de su comportamiento. Nos centra-remos en la visión cristiana. Según creemos los cristianos, porque nos ha sido revelado por el mismo Dios, todo cuanto existe es fruto del ser mismo de Dios. Él es amor, comunión de personas, Trinidad. Por tanto, todo es obra de su amor. Este amor, actuando en el interior de Dios es Trinidad de personas, obrando hacia fuera de sí mismo: crea todo cuanto existe. Dios crea porque ama, y el amor es comunión, comunicación de una per-sona hacia otra, no en vano, la Escritura explica que todo ha suido creado por la Palabra de Dios, y la palabra es comunicación que busca un interlocutor capaz de escuchar y de responder, con quien entrar en comunión. Por eso, la creación tiene como objeto último al hombre, única criatura capaz de entrar en diálogo con su Creador. Así pues, el hombre es porque ha sido llamado por Dios, y se realiza en la medida en que responde a esa llamada.

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Tiene, por tanto, un modo determinado de ser, una esencia, una naturaleza y se realiza en la medida en que actúa según su naturaleza alcanzando lo que llamamos “felicidad”. Uno es feliz cuando vive según aquello que es. Esta concepción que ha sido la dominante en el mundo de los hombres ha dado origen a lo que llamamos morales eudaimonistas, por las que el hombre obra buscando su bien, su felicidad. Claro está, que este bien lo pondrá en diferentes metas, según la peculiar visión de Dios que tengan unos y otros. Podemos hablar del ethos griego o la moral romana, de la moral hindú, la budista o la islámica, por citar las más conocidas3. Pero todas ellas tienen un elemento común: el hombre en busca del bien, lo que supone que el hombre y todo lo que le rodea tiene un sentido y requiere una naturaleza humana y lo que llamamos “derecho natural”.

Hoy vivimos inmersos en una sociedad relativista, que no admite ninguna verdad, reduciendo el campo de lo cognoscible a la mera opinión, en el que cada cual puede pensar como crea conveniente y, por tanto, actuar según le convenga con la consiguiente desorientación general de la sociedad que ha perdido todo punto de referencia

Aquí entrarían las diferentes filosofías existencialistas (Sartre), nihilistas (Nietzche), posmodernistas, etc Todas dependen de su peculiar concepto de Dios. Pare el panteísmo hindú Dios se confunde con la naturaleza por lo que habrá que vivir de acuerdo a ella. El budismo es una filosofía, prácticamente atea. Todo es obra del esfuerzo humano para superar el dolor. El Islam es sumisión absoluta a Dios.


educación para la vida Buscandoelbiendelhombre Dejando de lado las diferentes morales religiosas, nos centramos en la moral judeocristiana, que es la que ha conformado nuestra civilización occidental. Se trata de una moral centrada en la búsqueda del bien del hombre. Si el hombre ha sido llamado a la comunión con Dios, su bien lo identificamos con Dios y resulta que la felicidad del ser humano consiste en la comunión con Él, que se alcanza por medio del ejercicio de las virtudes, las que llamamos teologales, porque son don de Dios, y las cardinales, que el hombre, con la ayuda de la gracia, puede desarrollar. Su perfección, y por tanto, su bien, cosiste en la plena conformidad con la voluntad de Dios, ajus-

tándose a su querer, lo que le convierte en hombre “justo”. Se trata de la moral bíblica, la de los Padres de la Iglesia y la de la antigüedad cristiana y medieval. Esta moral hoy se encuentra contestada cuando no rechazada por la sociedad relativista. Han sido múltiples las causas que nos han conducido hasta esta situación. Esta moral empezó a abandonarse a partir de la crisis nominalista. Esta crisis tiene su origen en un antiguo problema filosófico denominado. La cuestión de los universales. Nosotros hablamos de pared, libro, casa, hombre, etc. En la realidad no existe la pared, o el libro, sino esta pared, este libro, este hombre. Pero designamos las cosas semejantes por medio de lo que llamamos “nombres comunes” o “universales”.

Los desafíos del relativismo a la moral cristiana

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Ahora bien, ¿existen los universales? Platón diría que existen realmente en un mundo ideal que él llama de las ideas, según las cuales ha sido confeccionado el mundo real. Cada realidad es una copia más o menos perfecta de su correspondiente idea. Aristóteles, en cambio, conside-ra que el universal no existe en ningún mundo a parte, sino que es consecuencia de la capacidad de abstracción de nuestra mente que, a partir de las cosas reales, extrae los elementos comunes de las cosas semejantes para determinar cuál es su esencia, aquello que nos permite decir que este es un hombre o aquello una mesa, de modo que cuando percibimos una mesa, a pesar de las diferentes formas o modelos con los que se pueda presentar, decimos sin vacilación: esto es una mesa y no una silla. Los univer-sales, por tanto, existen sólo en nuestra mente pero tienen su fundamento en la realidad. Esto es lo que nos permite hablar de esencias y de naturaleza de las cosas por lo que podemos definir que es una cosa u otra. Finalmente, el nominalismo defiende que tan sólo existen las cosas individualmente, sin que podamos definir sus elementos comunes, tan sólo ponemos un nombre a las cosas semejantes,

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pero este nombre universal sólo existe en nuestra mente por lo que debemos limitarnos a describir cómo son las cosas pero no a saber qué son. Esta concepción fue la que se impuso al final de la Edad Media dando al traste con la síntesis que había logrado la Escolástica entre la razón y la fe. Ahora bien, esto tiene notables consecuencias a la larga, pues si todo es individual y particular, no hay naturaleza común, nada que pueda aplicarse a todos los seres semejantes sino que todo ha de ser concreto, particular y en el momento determinado por las circunstancias. De modo que no podremos aplicar normas generales que sirvan en todo tiempo y en toda circunstancia a todas las personas. bm

Por eso, la creación tiene como objeto último al hombre, única criatura capaz de entrar en diálogo con su Creador


© Ismael Martínez Sánchez | ACN

Su fe es nuestra esperanza

La Iglesia católica en África es rica en vocaciones pero pobre en recursos

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kerigma

Mª Pilar Moiño

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kerigma

Una Mirada al Hombre Más tarde, aparece el interés por el hombre mismo. Son los sofistas los que declaran “al hombre como medida de todas las cosas” (Protágoras). Pero, más que la búsqueda de la verdad, a estos “filósofos itinerantes”, que cobran por sus enseñanzas, les interesa la retórica, la persuasión, lo que hoy llamaríamos manipulación para conseguir el poder. Parece, digamos entre paréntesis, que no han perdido actualidad y tienen una pléyade de seguidores hoy… A éstos se opone Sócrates, que como buen hijo de partera, se empeña en dar a luz la Verdad, el Bien, para alcanzar la felicidad, con una acusada preocupación moral. Sus discípulos, Platón y Aristóteles constituyen la cumbre del saber filosófico, que también suponía un modo de vida acorde con sus convicciones.

Los sofistas los que declaran “al hombre

como medida de todas las cosas” (Protágoras). Pero, más que la búsqueda de la verdad, a estos “filósofos itinerantes”, que cobran por sus enseñanzas, les interesa la retórica, la persuasión, lo que hoy llamaríamos manipulación para conseguir el poder

Escuelas Morales e Irrupción Del Cristianismo

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kerigma

Escuelas Morales Aparecen en esa época, las llamadas “Escuelas Morales” que propugnan un modo de vivir sabiamente, buscando la “eudaimonía”, la felicidad, la plenitud del ser, la “buena energía”, que diríamos hoy. Abarcan 600 años, del siglo IV a. C. al IV de nuestra era. Son pequeñas comunidades, con un modo de vida recto en torno a un Maestro. Muy escuetamente, se pueden citar, los “Cínicos”, cuyo representante más conocido es Diógenes, que busca la “autarquía”, la independencia respecto a lo que le rodea, ya que “la felicidad está dentro de uno mismo”. No se necesita otra cosa que ser dueño de si mismo. Predica el desapego, vive en un tonel y hasta prescinde de la escudilla. Visitado por el gran Alejandro Magno lo único que le pide es que no le quite el sol…

Anécdotas pintorescas aparte, se observa bastante semejanza con la postura del Buda, aunque éste no prescinde de su escudilla… Del 306 al 312 aparece Epicuro, de origen ateniense, que funda la “Escuela del Jardín”. Acoge a todos, esclavos, mujeres, lo que fue muy mal visto. Perseguido por sus enseñanzas, mal interpretadas, tuvo que trasladarse a Roma. El ser humano-dice- ha nacido para ser feliz, para ello hay que vivir sin emociones que le sacan al hombre de si mismo, buscando la “apateia”, la tranquilidad, “ataraxia” (Aparece aquí también la semejanza con el budismo). Propugna el placer -no inmediato ni en exceso, sino moderado- y la huida del dolor. Indica como máximos placeres los espirituales, poniendo en la cumbre la amistad y hermandad. Como San Pablo, escribe Cartas a sus discípulos, propugnando la serenidad y el dominio de si mismo. En la “Stoa”, plaza porticada donde enseñaba Zenón de Citium, se sitúan los estoicos, que se mantienen hasta el siglo III d. C.

El hombre comienza a existir con el cristianismo. Cada persona adquiere su valor y su dignidad y se convierte en sujeto, independientemente de su condición social y cultural

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kerigma Como las anteriores escuelas, entienden la filosofía como una forma de vivir, basada en una reflexión racionalizada, fruto del diálogo con el otro. Ven el mundo perfectamente ordenado desde dentro, como realidad mecánica gobernada por el logos: dios inmanente. Todo lo dirige un “fatum”, destino ineludible, en que cada cosa ocupa su lugar, fruto de su mecanicismo y determinismo, en que desaparece el libre albedrío. ¿Cómo comportarse? Como la roca que después de la tormenta permanece indeleble. Así, el alma estoica debe soportar todos los avatares sin perder la serenidad.

Irrupción del Cristianimo En este ambiente, y bajo la “pax romana”, irrumpe el cristianismo, en un rincón casi desconocido, Palestina, y dentro de la religión judía, monoteísta, fruto de la predicación de Jesús de Nazaret, nacido en el pequeño pueblo de Belén… Predica tres años –frente los 400 del estoicismoy muere en la Cruz… Enseña un nuevo modo de entender la vida, con un Dios que es Padre, que ama a los todos los hombres, sin distinguir entre libres y esclavos, hombres y mujeres, todos con una misma dignidad de hijos de Dios.

Escuelas Morales e Irrupción Del Cristianismo

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kerigma Doctrina totalmente revolucionaria e incomprensible para aquella época. Su culmen, las Bienaventuranzas. ¡¡¡Dichosos los pobres, los que lloran, los perseguidos, los misericordiosos, los limpios de corazón…!!! Dios, hombre y mundo conectados, tanto que el mismo Hijo de Dios, se encarna y nacido de una mujer –Maria- entra en la historia para mostrarnos y acercarnos el rostro de Dios, y ser nuestro Salvador y Redentor.

Si en el judaísmo la salvación se basa en el cumplimiento estricto de la Ley, Jesús, el Cristo, el Mesías esperado, es la salvación. El es el Evangelio –la buena noticia-que “quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la Verdad”. Nos muestra lo que el hombre puede llegar a ser: “teosis”, identificación con Dios, del que es imagen y semejanza. Desde un punto de vista histórico es incomprensible, tanto su doctrina, para aquella época, como su rápida extensión, que produce un cambio absoluto en el mundo occidental. El hombre comienza a existir con el cristianismo. Cada persona adquiere su valor y su dignidad y se convierte en sujeto, independientemente de su condición social y cultural. Sólo se entiende desde un punto de vista espiritual, bajo la acción del Espíritu Santo. El hombre adquiere un rostro, único e irrepetible delante de Dios.

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kerigma A pesar de la tolerancia del Imperio Romano ante las religiones de los pueblos ocupados, cuyos dioses aparecían en la Vía Apia, el cristianismo fue perseguido por el mensaje revolucionario que profesaba. Los mártires han fecundado con su sangre y testimonio la fe del cristiano. Hoy también, porque mantiene verdades liberadoras por las que el hombre no se siente solo e indefenso ante el Estado. Como es sabido, el año 330 Constantino se convierte, al vencer con el signo de la

Cruz la batalla del Puente Milvio, y Teodosio en el 385 proclama el cristianismo como religión oficial del Imperio. Es a través del cristianismo como se propaga el saber greco-romano y se forjan las raíces de Europa, que hoy aparecen tan desdibujadas, e incluso ignoradas y denostadas por algunos. De ahí la decadencia de Occidente, que sólo se salvará si se siguen los consejos de San Juan Pablo II y de tantos otros: “Europa, sé tu misma, aviva tus raíces”. Aún es tiempo. bn

Jesús de Nazaret, enseña un nuevo modo de

entender la vida, con un Dios que es Padre, que ama a todos los hombres, sin distinguir entre libres y esclavos, hombres y mujeres, todos con una misma dignidad de hijos de Dios

Escuelas Morales e Irrupción Del Cristianismo

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Francisco Lerdo de Tejada

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sed santos

La sencillez de los santos Pero intentemos ser llanos, que de llaneza hablamos. Vengamos a los textos: Del Quijote: “Llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala” (Cap XXI 2 parte del Quijote) Dijo maese Pedro a su ayudante o trujimán en la graciosa aventura del titerero. De san Ignacio: “Ninguno quiera ser tenido por decidor, ni se precie de pulido, ni discreto, ni bien hablado, mirando a Cristo que todo esto tuvo en nada, y eligió ser humillado y menospreciado de los hombres, antes que ser honrado y tenido” (Aviso general 3). “En lo exterior… con llaneza y simplicidad religiosa” (Regla general 28) De santa Teresa de Jesús: “También mirar en la manera del hablar, que vaya con simplicidad y llaneza y relisión, que lleve más estilo de ermitaños y gente retirada que no ir tomando vocablos de novedades y melindres –creo que los llaman- que se usan en el mundo, que siempre hay novedades. Préciense más de groseras que de curiosas en estos casos” (Visita de Descalzas 42) Extraña coincidencia entre literatos y santos en este caso. Sea por elegancia o sea por humildad parece que lo comedido y lo moderado hace bien tanto a las artes estéticas como a las espirituales.

San Ignacio quería bien preparados a sus jesuitas en letra y virtud. Colegios y universidades al servicio de la gloria divina, congregaciones y misión. Santa Teresa apreciaba la discreción y prudencia letradas de sus confesores. Eran las letras las encargadas de forjar virtud. Eran las letras las siervas de la gracia, aquellas musas transmisoras de Vida. Quería una comunidad de carmelitas fraterna, humilde, sin melindres, afectaciones ni agudezas. Era la caridad comunitaria la que debía regir aquella vida de penitencia y oración. Simpleza y llaneza era lo que quería para fundar una sólida estructura ascética, sin transpirar vanidad por ningún lado. Las carmelitas…, esas expertas en el bien decir, no por decir, sino por no decir. Llanas en el trato, de modales sencillos en lo que hacen o dicen.

Sea por elegancia o sea por humildad parece que lo comedido y lo moderado hace bien tanto a las artes estéticas como a las espirituales.

El caso es que los tres conocían el valor de las letras y su importancia para transmitir valores y comunicar evangelización.

El Quijote, Loyola y Santa Teresa

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sed santos

El mismo san Pablo dice que en su predicación no se apoya en palabras persuasivas de sabiduría humana; más bien con miedo y mucho temblor (1Cor 2,2-4). Pero también sabía dar importancia a una cierta oratoria cuando afirmaba que la palabra ha de ir con gracia, sazonada con sal, para saber responder a cada uno según conviene (Col 4,2). El a sí mismo considerado tembloroso no temblaba cuando decía: “Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo” (Col 1,28) Todos los recursos de la sabiduría. Sí, todos. La formación cervantina, jesuítica y teresiana. Todo… pero ¿por qué a su vez le daban esta importancia a la llaneza?¿Por qué lo rudo encontró por fin su ciudadanía en las almas grandes?

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No se niega la importancia de la oratoria antigua y la moderna. Siempre se enseña a los alevines oradores a expresarse lo mejor posible. ¿Qué diríamos de san Juan Crisóstomo, esa boca de oro? ¿Tendríamos que seguir castigando a San Jerónimo porque leía a Cicerón?


sed santos

Santa Teresa quería una comunidad de carmelitas fraterna, humilde, sin melindres, afectaciones ni agudezas

Llaneza y sabiduría son compatibles. No se duda de la importancia de la claridad expositiva como oficio de amor. Ahí tenemos a san Juan de la cruz, el más austero y el más literato. Lo que se trataba de evitar eran los rebuscos de la vanidad, la pedantería y el recargamiento, impropio de religiosos. Para unos era el valor ascético de la humildad el que había que sostener por encima de todo. Para otros era el valor estético del mismo valor. Para otros…, ambos valores, ambas realidades del espíritu. No apoyarse en la propia prosapia ni en el propio verbo, para no hacer ineficaz la cruz del Verbo (1 Cor 1,17). De lo que se trata es de no confiar en uno mismo en el ministerio de la predicación sino en Dios y animar a que otros se apoyen en la sabiduría y fuerza divina (1 Cor 2,5)

Dicen que la ampulosidad no soportaba al poverello de Asís, aquel pobrecillo santo desposado con la pobreza. Eran la sencillez y la llaneza las encargadas de generar familia, familiaridad. Lo contrario era distancia, cálculo, distancia… ausencia d Evangelio. La Orden cartujana nunca ha sido amiga de predicaciones; siempre austera en expresiones lingüísticas para dejar a Dios la palabra. El alarde, el efectismo expositivo, la pompa oratoria… ¡nada de eso! Para un monje cartujo medieval si moría la humildad moría también él. Esa austeridad monástica afectaba también al habla. Simplicitas Cordis, silencio en los labios. Verbo pobre para los pobres: ¡Ese fue Jesucristo! Verbo que expresa más muriendo que hablando. Palabra que se muere… máxima expresión de Amor. Eran los pastores, los incultos de lengua, los que quedaron admirados por el ángel anunciador.

¡Verbo pobre para los pobres: Ese fue Jesucristo! Verbo que expresa más muriendo que hablando

La jactancia va de la mano del narcicismo y éste del engolamiento, la ínfula o la inmodestia. Y éstas a su vez de la petulancia, el postín, la vanagloria y la infautación.

El Quijote, Loyola y Santa Teresa

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sed santos

Ángel sin verbo. Pastores sin gramática. Allí, Dios. La vanidad, el aparato, el platillo vibrante, la sonoridad, el espectáculo… nada de eso es Reino (Lc 17,20). Todo eso es reino: mi reino, mi brillo, mi aplauso, mi encumbramiento. El Reino de Dios es más parecido a la brisa suave en que Elías quedó envuelto (1 Re 19,3-15)…, esa red no visible donde el espíritu queda atrapado por el Espíritu. No se niega la importancia de la oratoria antigua y la moderna. Siempre se enseñan a los alevines oradores a expresarse lo mejor posible. ¿Qué diríamos de san Juan Crisóstomo, esa boca de oro? ¿Tendríamos que seguir castigando a San Jerónimo porque leía a Cicerón?

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¿Acaso Horacio, monumento de elegancia latina, ha dejado de ser referente de buen estilo, ha dejado de ser un clásico? ¿Todo el quehacer espiritual de Luis Vives no tiene ya valía? ¿Estuvo dividido José maría Pemán en su interior por escribir maravillosos artículos y a su vez cuentecillos sencillos y poesía sobre la vida sencilla? No, en absoluto. Hay que saber integrar, aunar esas letras y ese deseo de ver a Dios –en expresión de Jean Leclercq-. Aunque corran otros tiempos, no despreciamos la oratoria de Castelar. Con todo, la llaneza. Lo llano es lo que defendemos como valor. Conservar todo su encanto.

Nadie se engañe. Si alguno entre vosotros se cree sabio de este mundo, hágase necio para llegar a ser sabio.


sed santos

Evitar la petulancia, la pedantería. El ser redicho causa molestia o risa, o ambas. No gusta. Es mal gusto. Colonia pesada carga el ambiente. Incomparable con suave brisa de limón que dura segundos. Lo sencillo casa bien con lo que necesita el corazón. La naturalidad, la sencillez, la espontaneidad gustan a la elegancia, frente a todo rebuscamiento o artificio desmedido. La elegancia de lo escaso, en muchos casos. La cosmética del no adorno, sin abusar de minimalismos. El abolengo se esconde con frecuencia en lo rústico, en lo llano, en lo simple; cosas bien distintas de lo grosero y tosco. Lo rústico es creación, es aire campestre, arboleda franciscana fresca y natural, aldea propicia para cantar cantares (Cant 7,11). Que rústico fue el pesebre donde nació Dios y rústica su vida, sin nido ni madrigal (Mt 8,20)). Cuando recéis, no uséis muchas palabras (Mt 6,7)

Ese Dios nuestro… buscando donde hay un humilde para hacerlo suyo. Buscando lo que no cuenta, lo que no es, lo necio (1 Cor 1,27) para lección de mayores. San Benito, al frente de una Orden docta, como lo es la benedictina, entendió bien estas palabras, como dice su biografía: “Sabiamente ignorante y prudentemente indocto”. Entendemos la llaneza como noble simplicidad de corazón, no como sinónimo de carencia de la debida educación y corrección. Dicen que los grandes son sencillos de verdad. Y que los sabios auténticos son auténticos llanos. La pedantería muere a sus pies. El engreimiento se ausenta en sus hogares. Pío Baroja, en sus reglas de estilo decía que había que evitar, tanto en el escribir como en el hablar, la cursilería, la redundancia, el “yoísmo” y la vulgaridad. Buen estilo éste. Pasan las modas. Las palabras de la Palabra no pasarán (Mt 24,35). Palabra casta y humilde. ¡Llaneza, muchacho, llaneza! bn

Nadie se engañe. Si alguno entre vosotros se cree sabio de este mundo, hágase necio para llegar a ser sabio. Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios (1 Cor 3,18).

El Quijote, Loyola y Santa Teresa

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sed santos

Ángel Barahona | Universidad Francisco de Vitoria

- La relevancia de los Diarios de CarmenLos diarios nunca se escriben con la intención de ser publicados porque contienen pensamientos y formas de ver el mundo que no desean ser compartidas. Pero al final siempre se publican si las personas que los escriben son relevantes para la historia. En este caso, de momento, se trata de tres años (1979-1981). A mi entender, en aras del bien de los hermanos del Camino y de la Iglesia merece la pena que Los Diarios se difundan. Su estilo literario es el de los salmos, no sólo porque su lenguaje sea todo él extraído de la Sagrada Escritura, absolutamente bíblico, sino porque su formato es un salmo en carne viva: petición de auxilio, descripción angustiosa, exultación por la intervención de Dios en la historia, cantos de alabanza, acción de gracias. Carmen se nos presenta en este libro como la mujer con tres fidelidades: Jesucristo, la Iglesia, y el Camino. Y unas cuantas intuiciones imprescindibles y novedosas para la vida y el futuro de la Iglesia, y, por supuesto, para el Camino: la importancia de la pascua/eucaristía; el hoy; la mujer como fuente de la vida; el amor al pueblo de Israel; la celebración de la Palabra en comunidad; la celebración de la confesión/penitencia; el escuchar a Dios en la historia.

El hilo conductor: El Cantar de los Cantares El hilo conductor que nos permite entender mejor el libro descansa, a mi juicio, en El Cantar de los Cantares: Le abrió la puerta al Amado en su juventud, en ese sueño místico que tuvo estando en Javier; se estremeció y ya no pudo descansar hasta volver con Él al lecho de amor, la alcoba del desposorio.

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Toda su vida es una búsqueda del Amado viviendo de esta presencia, de este acontecimiento, que la hacía ser fuerte ante la tentación de desistir, ante el dolor de su ausencia, ante la cruz de cada día. Ante las burlas de los adversarios, el hazmerreir de los que no han conocido a ese Amante…


sed santos La guía de lectura la desglosaré en varios momentos temáticos:

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La experiencia de la nostalgia

Llama la atención en sus escritos la referencia constante a la nostalgia, tremenda desolación, experiencia de vacío… pero para experimentar el vacío, con ese dolor, es necesario que antes haya estado llena. La memoria de la presencia de Cristo en su juventud y en algunos momentos de su vida ha sido tan fuerte que por eso siente añoranza de ese amor, lo reclama cada día, a cada momento. Ese sufrir la ausencia de Dios, que San Juan de la Cruz llamó noche oscura, es un anhelo tan constante en la experiencia de Carmen, como la ha sido en Teresa de Calcuta o en Teresita de Lisieux. Echa de menos lo que tuvo tan dentro, tan cerca y tan constante. Predomina esa honda aridez espiritual que criba constantemente su día a día y que, como se puede comprobar en estas páginas, destila siempre un profundo y sincero amor a Jesús . Habla como una esposa enamorada a su esposo: Gracias por tu amor. Ya no lo esperaba, y dulcemente me enamoras. Casi puedo decirte que te amo. Te amo por ti mismo, ya que tanto me has hecho conocerte. Gracias, Jesús, bello como el Líbano. Esbelto como el cedro (nº 122). Otro día: me amas inmerecidamente que me haces llorar, me conmueves delicadamente (nº 128).

2

En torno a la santidad

La lectura de estos diarios nos obliga, una vez más, a una revisión del concepto simplista que a veces tenemos de la santidad. Muchas veces se nos ha presentado un modelo de santidad en clave de ética perfecta, haciendo aparecer a los santos con características edulcoradas de perfección moral. Claro está, que Dios concede sus dones y una especial fortaleza a las personas por Él escogidas, pero la historia nos muestra que se trata de otra cosa.

Reza, piensa,

recita, se desahoga… Claves de lectura de los Diarios de Carmen

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sed santos En este texto se deja ver que la cercanía con el Señor no tiene que ver, tanto, con una mentalidad segura de sí misma, ni con una idea de perfección moral, o de impecabilidad, o gracia estática, sino con una acción de Dios en la historia siempre dinámica, siempre renovada, que toma la fragilidad del hombre al que ama (Carmen se ve, de continuo, frágil, vulnerable, pecadora ) y lo posee, dándole sus propias notas… en un diálogo permanente con el Dios que la llamó.

Esta cercanía e intimidad con Cristo se muestran en Carmen como combate espiritual permanente. Carmen presenta su realidad desnuda, una permanente apelación a la ayuda divina para sus imperfecciones, para su mutismo, para sus complejos, para sus momentos de debilidad. En estos tiempos urge cambiar el paradigma de lo que supone un camino de santidad. Como se ve en estas páginas, la vida de Carmen es un holocausto continuo, aceptado y querido como la misión a la que Dios la llama.

Esta cercanía e intimidad

con Cristo se muestran en Carmen como combate espiritual permanente

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sed santos El sufrimiento me pone en el umbral de la santidad, sin otro deseo que el ser tuya en todo. Jesús mío, ayúdame (nº 519). El sufrimiento me lleva a sestear en tu Cruz dulcísima, dolorosa, Jesús, Tú abrirás mi boca. (nº 522). Reza, piensa, recita, se desahoga… (Los cuatro niveles del diario: místico, filosófico, vital, psicológico) siempre con Cristo. Lo llama constantemente “amado”, en cada uno de sus comentarios o anotaciones le implora ayuda: por la mañana lo invoca, anhela su rostro al despertar queriendo saciarse de su semblante, y se despide de él, por la noche, diciéndole que le ama, o dándole las “buenas noches”. Hasta en su frágil descanso irrumpe en medio de la noche , como en una presencia continua, como un confidente, consolándola, apaciguándola, amándola. Señor, en vísperas de persecución, no deseando ya nada de esta vida. Pobre y sin nada, me viene el deseo íntimo de tu presencia única. LA SANTIDAD, Señor, deseos escondidos de santidad, de sacrificio, de llenar el día de tú presencia (nº 77). “Ayúdame a sacrificarme continuamente” (nº 78), a “aceptar no hablar…” (nº 70). La santidad no es, precisa en algunos números, el perfeccionismo: “No impecabilidad. Es otra cosa: una elección que se constata en el combate en la historia. Demoler el orgullo. Vigilancia, oración, Saber estar, “VIVIR”” (nº 102). bn

LA SANTIDAD, Señor, deseos

escondidos de santidad, de sacrificio, de llenar el día de tú presencia

Claves de lectura de los Diarios de Carmen

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Javier González García

Los hechos Un sacerdote se viste la sotana. Se mira al espejo decidido, resopla y sale al altar con decisión. Los fieles le esperan con más impaciencia de lo habitual… pero hoy no hay misa en la parroquia. En vez de ofrendas, hay urnas. En vez de la Palabra hay papeletas. Y en vez del pan y el vino… hay blasfemia. Ha ocurrido en Cataluña. En una iglesia durante el pasado 1 de octubre. En esta región española se vota por la independencia -de forma ilegal, sin ningún control-, y un cura participa y esconde un delito con un sacramento.

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Una de las escenas de ‘La Pasión de Cristo’ que más me impactaron, es aquella en la que Jesús se encuentra humillado y ensangrentado ante la multitud, mutilado y sin poder sostenerse en pie. Pilato le mira con horror y le pregunta: “¿Qué es la verdad?”. La respuesta de Jesucristo, el mismo Dios que está dispuesto a morir por él, basta con una sola mirada.


“¿Qué es la verdad?”

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mosaico Los jóvenes -y adultos- vivimos tiempos convulsos. El movimiento independentista en España es un claro ejemplo. Esta crisis política y social ha generado odio, rencor y división por ambas partes, y a veces es difícil posicionarse sin caer en lo superficial y subjetivo. Y lo mismo pasa con muchos de los problemas actuales. Y la pregunta es, ¿cómo afronta un joven cristiano este o un caso similar?

El Papa Francisco ha sido claro: “el Vaticano no reconoce movimientos secesionistas”. Está bien para empezar a hacernos una idea. Para cualquier tema, las palabras del Papa, deben ser tomadas en consideración para un cristiano. Segundo punto, el catecismo de la Iglesia Católica dice: “1880 Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que supera a cada una de ellas. 2212 El cuarto mandamiento (Honrarás a tu padre y a tu madre) ilumina las demás relaciones en la sociedad.

Amar a la patria y a tus compatriotas es un mandamiento. Dividirles, sembrar discordia, luchas internas y enfrentamientos en cambio… no es necesario citar frases de la Biblia para saber que no es muy cristiano

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mosaico En nuestros hermanos y hermanas vemos a los hijos de nuestros padres; en nuestros primos, los descendientes de nuestros antepasados, en nuestros conciudadanos, los hijos de nuestra patria...”. Por tanto, amar a la patria y a tus compatriotas es un mandamiento. Dividirles, sembrar discordia, luchas internas y enfrentamientos en cambio… no es necesario citar frases de la Biblia para saber que no es muy cristiano. Por supuesto que no es una obligación que todos sintamos y pensemos igual, pero para un joven cristiano sí que lo es amar, y no ceder a la intolerancia, el egoísmo y el odio. Y mucho menos a la ignorancia.

La reflexión A pesar de todo esto, siguen existiendo personas que dudan o que no disponen del criterio adecuado. El ejemplo de este sacerdote contando votos a favor de la independencia, dentro de una iglesia, simulando que está diciendo misa… es un claro ejemplo de ello. Por ello, los jóvenes -y todos- debemos tener criterio. Tenemos que saber buscar la verdad, pues es una y así lo quiso Dios. Debemos saber encontrar argumentos fuertes e ideales con cimientos de roca dura, para poder enfrentar la vida en esta sociedad, y apostar por el bien y la verdad, entre tanta opción equivocada.

Los jóvenes -y todosdebemos tener criterio. Tenemos que saber buscar la verdad, pues es una y así lo quiso Dios

“¿Qué es la verdad?”

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La verdad es uno de los bienes que más escasean en nuestra sociedad, y por lo tanto no es fácil de encontrar La pregunta es… Si de verdad hay gente que piensa que tiene derecho a votar en un referéndum ilegal… Si es cierto que hay gente que está convencida de que alcanzará la santidad matando al infiel… ¿Por qué lo que nos han enseñado a nosotros, sí que es la verdad? Podríamos estar engañados también, ¿o no? Al margen de que efectivamente el camino cristiano se justifica simplemente con ver los resultados positivos, es cierto que nosotros también podríamos estar equivocados. A nosotros también nos pueden haber ‘comido el coco’, como de hecho muchos afirman. Por eso es muy importante tener criterio. Buscar la verdad, encontrar argumentos. Plantearse si uno mismo está en lo cierto, es el mejor paso que uno puede dar para encontrar esa ansiada verdad. Plantearse: ¿y si estoy equivocado?

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A partir de este punto, debemos hacer lo que hemos hecho en este texto. Tenemos Fe, y sabemos que la verdad es una, así que busquémosla en Dios, en lo que nos dijo Jesús en los evangelios. Busquémosla en la sabiduría milenaria del catecismo, y en la información revelada a través del Espíritu Santo en la persona del Papa. Razonemos con rigor. Busquemos una razón cuerda a la pregunta ¿estoy equivocado? Eso son argumentos. No el hecho de que mis padres, amigos o profesores piensen de una determinada manera y yo lo repita como un loro. Hay que sacar conclusiones propias. La verdad es uno de los bienes que más escasean en nuestra sociedad, y por lo tanto no es fácil de encontrar. Como todas las cosas que poseen un valor. Por eso hay que salir de uno mismo para llegar a ella, hacer un esfuerzo, porque merece la pena. Jesús mismo lo dijo: “La verdad os hará libres”. bn


José, el hombre, el casi desconocido, el silencioso. José el Justo, el bienaventura-

do, el poeta, el músico, que trabajaba con sus manos... Le llamamos José de Nazaret, aunque era oriundo de Belén. Es el Hijo de David, —según le dijo el angel—, aunque en realidad era el padre del Señor de David, Dios hecho hombre. Es para siempre José, esposo de María, aunque no consumara el matrimonio. José patrono del hambre, del trabajo humilde. José de la obediencia inmediata de la oración continua. José, hijo del Padre, compadre de Dios, testigo y gozador de la nueva creatura humana por el nuevo ADN del hombre injertado en el viejo Adán. José, tenido por padre de la Palabra que nos lo enseña todo en los silencios del Evangelio. Son algunos contrastes de su personalidad que intento apuntar en este libro. Para un cristiano es imposible no quererlo porque llevó en sí mismo todas las contradicciones que llevamos los hombres, solo por ser hombres, y todas las gracias que nos hacen ser hijos de Dios. José es la persona más cercana que tenían y tienen Jesús y María en su corazón, en su vida de carne y hueso. José es en la Iglesia y su piedad, su liturgia y teología, piedra fundamental que está en la vida de todos los cristianos sin hacer ruido alguno, solo ayudando a todo, porque es la retaguardia santa. El encuentro con él, inmediato, es un hecho de experiencia según relatan todos los santos, que han escrito la relación de su estado de servicio, con la ayuda efectiva, comprobada, de su patrocinio. A Jesús le gustaba llamarse a sí mismo “el Hijo del hombre”, y era conocido entre sus paisanos por hijo de un hombre carpintero, José, que representó en su cercanía a todos los hombres del mundo ante el Dios humano, aunque solo los supiera él, María y los ángeles. El eje de mi estudio-vivencia plasmado en los libros JOSE, EL HOMBRE, y en el siguiente JOSE, EL HOMBRE DE LOS SALMOS, es la relación íntima de todo hombre con Dios, y para ello, fuera de su hijo Jesús y de su propia esposa María, no hay figura conocida en todas nuestras fuentes, incluyendo Antiguo y Nuevo Testamento, que mane una esencia tan segura y asequible como el Justo José.

José, el hombre Edita: Bendita María Páginas: 222 ISBN: 978-84-947097-3-9 PVP: 16,80 € Pedidos: 91 759 79 68 www.buenanueva.es Envios nacionales gratis


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Texto: Manuel del Pino | Ilustraciones: Raquel fdez. De Bobadilla

El cielo encapotado en las noches de invierno de Albera, brillaba tan amarillento como hacía 40 años, cuando Tania era una adolescente. Sólo que entonces Tania vivía en su casa familiar con sus padres, ese cielo lluvioso lucía de ilusión, todo estaba por hacer. Ahora Tania ya no era una jovencita, las ilusiones habían pasado y miraba el cielo desde la fría ventana de un hostal, con aguda sensación de desesperanza. Los padres de Tania ya estaban en un mundo mejor. Sus hermanos, desperdigados por el país, haciendo sus vidas. Desde joven, Tania supo que tenía un misterioso don para ver el aura de ciertas personas y aspectos de su futuro. Le costó encontrar un sitio adecuado para encauzar su don, tras burlas en el colegio e incomprensiones familiares. Fue en Barcelona, de pitonisa para una televisión local. El negocio funcionó al principio. Después menudearon las denuncias por estafa, movidas por la dura competencia.

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La situación se hizo insostenible al llegar los ataques personales, sumados a la inestabilidad en Cataluña. Ahora Tania miraba por la ventana el cielo invernal, en una solitaria y fría habitación alquilada del pueblo donde creció, sin poder recuperar las mágicas sensaciones de su juventud. De la calle venían gritos bulliciosos de jóvenes que celebraban la Navidad; una alegría ya lejana e imposible para Tania, que lejos de reconfortarla, la hundía más aún. Daría cualquier cosa por recuperar una escena familiar de su infancia, una fiesta con las amigas de antaño, todas casadas desde hacía décadas. Entonces sonó el timbre de la puerta. ¿Quién sabía que Tania estaba allí? Esa podría ser la esperanza que anhelaba. Corrió a abrir. Escrutó sorprendida el rostro que tenía delante. ─¿Te acuerdas de mí? ─¿Alberto Robles?


mosaico No era lo que Tania esperaba. Demasiados recuerdos. ─Adivina a qué he venido, como en los viejos tiempos. Aquello confundió aún más a Tania. No vaticinaba siempre que quería, como pensaba la gente. Necesitaba un ambiente cómodo, una persona colaborativa delante. Y ahora sólo percibía una vaga aura de negatividad. ─Debiste casarte conmigo ─siguió Robles─. Ahora sería tu marido y te protegería. Tania miró a los ojos de su antiguo pretendiente, intentando descifrar sus intenciones. No le dio tiempo a reaccionar. Robles la empujó dentro de la habitación, cerró la puerta y comenzó a pegarle sin misericordia, hasta derribarla en el suelo. Desde el piso de abajo, en la recepción del hostal de pueblo, oyeron los continuados gritos desgarradores de Tania y llamaron a la policía. Cuando Robles se hartó de pegar a Tania, agarró su bolso, sacó la cartera y le quitó el poco dinero que llevaba, mientras le decía: ─¿Esto es lo que has ahorrado en Barcelona? Debiste casarte conmigo. Habrías llevado una buena vida, con más dinero. Ahora es tarde. ─Seguro ─musitó Tania en el suelo. Por la ventana, oyeron la sirena del coche policial que se acercaba por la calle. Alberto Robles corrió de la habitación y dejó el hostal sin que el recepcionista se lo impidiera. Incluso Clemente Gascón, el Jefe de la Policía Local de Albera, le dio las buenas noches al cruzárselo. Robles era un vecino bien considerado en Albera. Don Clemente no reconoció a Tania, ni creyó su versión.

Pensó que era una perdida que había provocado a Alberto Robles, a quien creía incapaz de pegar a nadie, salvo que se encontrara acorralado en una situación de grave peligro. El recepcionista tampoco la apoyó, a pesar de los gritos que había oído desde abajo y de haber llamado a la Policía Local. Se limitó a mirar a Tania de un modo extraño, con reproche. Para el joven recepcionista, Tania sólo había representado problemas en su turno de noche. Mejor que se fuera. En realidad, él no sabía lo que había pasado en la habitación de arriba, pues no lo había visto: así descargaba su conciencia.

Sor consuelo: la vuelta de Tania

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Tania cogió su bolso y dejó el hostal, porque si se descuidaba un instante, la intención de Gascón era llevarla a dormir al calabozo, hasta que el asunto se aclarase del todo. Una lluvia fina caía en la calle. No era lo mismo ver el bonito cielo invernal desde la ventana de una habitación, que bajo la lluvia sin remedio. Tania no llevaba paraguas, no le quedaba ni un céntimo en la cartera. Estaba sola y no tenía a quien acudir. Tras pensar unos minutos angustiosos bajo la lluvia, decidió encaminarse al comedor social de Cáritas en Albera, para poder cenar algo. Allí la atendió sor Consuelo, quien sí la reconoció en seguida. ─Tú eres la niña vidente ─le dijo─. Yo conocí a tu padre. Era un buen hombre. Tanía no pudo evitar las lágrimas. Sor Consuelo comprendió que Tania se hallaba en un apuro, para acudir a cenar al comedor social. Además,

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vio los moratones recientes en la cara de la pobre mujer y su gesto de amargura. Le indicó el servicio, para que pudiera secarse el agua de la lluvia. Luego le sirvió un plato de sopa caliente, que Tania tomó con avidez, sentada a una de las humildes mesas, como otras personas pobres que comían a su alrededor, para remediar en algo su cotidiana necesidad. ─¿Qué ha ocurrido? ─le preguntó sor Consuelo. Tania lo resumió llorando. Necesitaba desahogarse, y también ayuda. ─No tengo a nadie. Mi familia ya no está. Y la policía quiere encerrarme. La monja la tranquilizó con sabias palabras, le dio pañuelos de papel y le sirvió con esmero el resto de la cena, como si estuviera ante una princesa: pescado a la plancha, macedonia de fruta natural, mantecado y un buen vaso de leche caliente con azúcar y cacao.


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Después de comer, Tania se sintió mejor. La asistencia de sor Consuelo también la había reconfortado. Pero dicen que la alegría dura poco en la vida del pobre. En estas, don Clemente Gascón entró en el comedor y se dirigió a Tania: ─Supuse que estarías aquí. Será mejor que vengas conmigo. Todos los presentes miraban en silencio, tanto comensales como voluntarios. Tania se sintió ensuciada y ultrajada, siendo una pobre inocente en desgracia. Llegados a ese extremo, ansiaba huir de la vida y del mundo, pero no podía salir ni de ese sobrio comedor. ─De eso nada ─dijo sor Consuelo. ─Usted ocúpese de sus pobres ─le dijo Gascón─. Esta mujer acaba de provocar un altercado en el hostal. Y queremos que Albera siga tan tranquila como siempre. ─Esta pobre mujer es inocente. ─¿Y usted cómo lo sabe? ─La lógica no falla. ¿Por qué Tania iba a volver a Albera 30 años después, sola

y sin dinero, a pelearse con un viejo conocido? Y aunque lo hubiera hecho: ¿No habría salido huyendo al saberse culpable, en lugar de venir aquí? Fíjese en los morados de su cara. Será mejor que vaya a interrogar a fondo a ese Alberto Robles, puede que no sea tan bueno como parece. Ocúpese de los delincuentes de verdad. Gascón salió del comedor refunfuñando. Tania no sabía ya cómo darle las gracias a sor Consuelo, pero en su rostro persistía la angustia. ─¿Qué voy a hacer ahora? ─dijo. Sor Consuelo le tomo las manos y le dijo sonriendo: ─Quizá te gustaría ser ayudante laica de nuestra orden. Podrías empezar los trámites. Aquí y en Cáritas siempre hay mucho que hacer, por suerte y por desgracia, debido a la interminable crisis. Eso te dará un hogar y un futuro. Tania se arrodilló ante sor Consuelo y le dijo: ─También me proporcionará por fin una familia. Acepto encantada. bn

Sor consuelo: la vuelta de Tania

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razón creadora

D a v i d L o r e n z o | C o l abo r a dor Fu n da c i ón Re dM adr e

El pasado mes de mayo fue publicado el

“Informe sobre los aspectos éticos y jurídicos de la maternidad subrogada”, elaborado por el Comité de Bioética de España. Este comité, creado en el 2008, es de ámbito nacional, está adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y tiene funciones de asesoramiento y consulta. Es un informe extenso (de unas 100 páginas) y amplio en el tratamiento de los temas, aunque no pretende ser exhaustivo.

Objeciones a la maternidad subrogada El Informe se elabora con la finalidad de responder la pregunta de si conviene que España haga una ley que permita la gestación subrogada y que indique los requisitos y condiciones para ejercerla. La respuesta es negativa por unanimidad. No obstante, el informe señala que los motivos para esa conclusión en el seno del Comité son distintos. La mayoría de miembros sostiene que, en general, esa ley no sería aconsejable. No obstante, algunos de ellos aducen que una ley así sería conveniente pero que, en la actualidad, parece difícil encontrar una fórmula para que queden salvaguardados con garantías los derechos del hijo y de la madre a quien se encomienda el encargo de la gestación (págs. 81, 84).

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Por ello el Comité aboga por que se aplique y se respete en la práctica la actual legislación en España, basada en una ley aprobada en 1988 (ley cambiada posteriormente en algunos detalles, no en lo esencial), que no acepta la gestación subrogada (aunque, en la práctica, los Registros Civiles en España están aceptando inscribir como ‘hijos’ a niños que han sido obtenidos por sus ‘padres’ a través de ese medio en el extranjero, incongruencia que el informe señala en varias ocasiones y sobre la que sostiene que debería corregirse) (págs. 3, 6, 89).


razón creadora

El informe encuentra diversas objeciones morales, jurídicas y prácticas a la legalización de la gestación subrogada

Por diversas razones, el Comité sugiere que parece menos conveniente hablar de ‘maternidad subrogada’ que usar otra nomenclatura, como, por ejemplo, ‘gestación subrogada’ o ‘gestación por sustitución’.

El informe indica que “la gestación subrogada se da cuando una mujer se presta a gestar un niño para, una vez nacido, entregárselo a la persona o personas que se lo han encargado y que van a asumir su paternidad/ maternidad” (pág. 6). El informe encuentra diversas objeciones morales, jurídicas y prácticas a la legalización de la gestación subrogada. No obstante, muchas de ellas tienen de fondo un cariz ético. Las ideas esenciales de tipo moral son estas: la gestación supone una instrumentalización de la mujer, una cosificación del hijo y una alteración de las relaciones humanas que se establecen en un embarazo. En este escrito, vamos a analizar la primera de ellas (la instrumentalización de la mujer), en concreto, algunos argumentos relacionados con ella. La gestación subrogada

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razón creadora

El Informe se elabora con la finalidad de responder la pregunta de si conviene que España haga una ley que permita la gestación subrogada y que indique los requisitos y condiciones para ejercerla. La respuesta es negativa por unanimidad

ción Instrumentaliza de la mujer Cuando el informe aduce la instrumentalización de la mujer como objeción ética a la gestación subrogada, presupone el siguiente juicio moral: “Es éticamente incorrecto instrumentalizar a un ser humano”. Esa premisa –implícita- da apoyo a la objeción. La siguiente cuestión que cabría plantear es: ¿por qué es incorrecto instrumentalizar a un ser humano? Para responder a esa pregunta, es necesario ahondar y definir el término ‘instrumentalizar’. Un instrumento es algo que se utilizar ‘para’ algo, es decir, tiene valor en función de aquello para lo cual se usa y en la medida en que permite alcanzar ese algo (cosa, objetivo, etc.). Un instrumento es, por tanto, un medio, tiene un carácter ‘mediatizado’. Por ello, puede ser desechado –y sustituido por otro instrumento- cuando no permite al individuo alcanzar su fin. Un instrumento es, pues, un medio para un fin.

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¿Un ser humano puede ser un instrumento, esto es, un medio? ¿Es aceptable ‘usar’ o ‘servirse de’ una persona ‘para’ algo, es decir, ‘para conseguir’ algo? Aunque resulte sorprendente en primera instancia, parece que sí: la vida ordinaria de las personas está llena de actos en los que estas se sirven de otras para conseguir cosas: una barra de pan, un desplazamiento en un transporte, un determinado conocimiento, etc. En esos actos, el panadero, el conductor de autobús o el profesor son un medio para algo. Sin embargo, nadie considera reprobable ese ‘uso’. Kant, un filósofo del siglo XVIII, consideraba un imperativo moral la siguiente máxima: un individuo debe obrar de tal modo que trate a la humanidad en su persona y en la persona de otro siempre como un fin, no solo como un medio. Para él, como para otros pensadores de la tradición occidental, el ser humano es un fin en sí mismo. Tiene un tipo de ser (con facultades como la inteligencia y la voluntad, con una identidad personal, etc.) de un valor especial, valor que hace de él un fin en sí mismo. Conviene destacar que, para ese pensador, el problema moral no consiste en usar a una persona como un medio, sino “solo” como un medio. Es decir, el problema radica en supeditar su carácter de fin a su uso como medio en una situación concreta, en –por decirlo así- usar a una persona ‘demasiado’ como medio. Al respecto, el informe afirma: “Es obvio que todos consentimos cierta instrumentalización cuando prestamos nuestros servicios a cambio de una retribución.


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Pero, salvo que las condiciones de ese intercambio sean abusivas, no consideramos que el prestador de servicios sea un puro instrumento en manos de quien le paga. Eso sucede cuando o bien las condiciones son abusivas o bien cuando se realiza una acción o servicio que aliena a la persona de forma temporal. Esa alienación puede producirse cuando alguien ejerce el dominio sobre nuestra persona, ya sea en su libertad o en su corporalidad. No es lo mismo que alguien prepare los discursos de un político con cuya ideología no sintoniza, a votar en unas elecciones por el partido político que ese político le diga. Mientras que lo primero sería éticamente irreprochable, lo segundo sería una agresión a la dignidad humana, aunque fuera consentida. El derecho al voto es inalienable. Igualmente, cuidar de un niño que no es propio puede ser una acción encomiable, mientras que gestar al niño de otro es alienar lo que no se puede enajenar” (pág. 26). La gestación subrogada

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En la gestación subrogada, no se alquila un ‘vientre’ sino a toda la persona, pues el vientre ‘es’ ella

ción Instrumentaliza abusiva Según el informe, por tanto, el problema se da no con cualquier acto de instrumentalización sino solo cuando la instrumentalización del ser humano (de la mujer) es ‘abusiva’ o ‘alienante’. Alienar o enajenar a alguien es ‘convertirlo en otro’, ‘hacerlo otro’, ‘ponerlo en manos’ de otro. La siguiente pregunta sería, entonces: ¿y cuando una instrumentalización es abusiva?, ¿cuándo supone usar ‘demasiado’ a una persona como medio? El informe no desciende a esos detalles (no pretende ser un libro de filosofía moral). Pero, basándonos en las aportaciones de la filosofía y la antropología, podría afirmarse, en mi opinión, que una instrumentalización es ‘abusiva’ cuando afecta a esferas de la persona que no deben ser afectadas. ‘Abusar’ de algo o de alguien implica ‘ir más allá’ de ciertos límites. De ahí que usemos expresiones como: “No hay que abusar de esto o de aquello”, “Tal persona abusa de otra”, etc. Por tanto, abusar de una persona implica afectar a esferas de ella que no deben ser afectadas, o hacerlo de un modo que no debe ser realizado.

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¿En qué esferas de la persona (de la mujer) ‘entra’ el acto de una gestación subrogada? En primer lugar, en la esfera corporal. Señala el informe que, en el embarazo, el cuerpo de la madre cambia notablemente: experimenta cambios hormonales, cambios cerebrales, etc. (pág. 13). Pero, como la persona no ‘tiene’ cuerpo sino que ‘es’ cuerpo, se puede afirmar que, en el embarazo, no solo cambia un aspecto de la persona (su cuerpo) sino que, de alguna manera, la persona ‘toda’ cambia. Por eso afirma el informe que, en la gestación subrogada, no se alquila un ‘vientre’ sino a toda la persona, pues el vientre ‘es’ ella (p. 9). Parece, pues, que todas las esferas de la persona –su totalidad- quedan afectadas en la gestación subrogada. He aquí el exceso, el límite rebasado. Por ello, provocar en una persona, de manera pactada y premeditada, todo ese proceso ‘para’ que el resultado (el hijo) sea cedido (es decir, con la intención o finalidad deliberada desde el principio de entregar ese hijo), parece, a ojos del Comité, una clara instrumentalización de la persona (una instrumentalización alienante, abusiva, extra-limitada). Y concluye el Comité: “Algunos entienden, también dentro de este Comité, que toda forma de maternidad subrogada es una forma de trata de mujeres pues supone instrumentalizar a la mujer para procurar un hijo a otra persona. Pero incluso quienes aceptan la posibilidad de que la maternidad subrogada pueda darse sin reducir a la mujer a puro instrumento al servicio de otros, reconocen que la experiencia de estos años pasados, en los que esta práctica fundamentalmente se ha internacionalizado, pone de manifiesto que la trata y explotación de mujeres es lo más frecuente” (p. 43). bn


razรณn creadora

La gestaciรณn subrogada

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Gloria María Tomás y Garrido Catedr ática Ho n o r a r ia d e Bio ética

Título original: Loving | Dirección: Jeff Nichols | País: USA | Año: 2016 Interpretación: Ruth Negga, Joel Edgerton, Will Dalton, Dean Mumford, Terri Abney, Alano Miller, Chris Greene, Keith Tyree, Sharon Blackwood. Guión: Jeff Nichols | Fotografía: Adam Stone | Estreno en España: 20 Enero 2017

Argumento Virginia, 1958. Los matrimonios interraciales estaban prohibidos, Mildred, una mujer de raza negra, se queda embarazada de su novio, Richard Loving, un hombre blanco que trabaja como albañil. Por este motivo, la pareja de enamorados se traslada a Washington con la finalidad de regular legalmente su situación. Allí se casarán, con el objetivo de formalizar su relación y poder dar una educación a sus futuros hijos.

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El problema surge cuando los Loving intentan regresar a su hogar pues allí corren el riesgo de ser arrestados al considerarse que su matrimonio es ilegal. Y es lo que ocurre. Descubierta esta situación, considerada delito, son detenidos y condenados a un año de prisión, aunque con suspensión de la sentencia durante veinticinco años con la condición de que abandonen Virginia. Se verán obligados a elegir entre permanecer en Washington, donde la ley les ampara, o quedarse con su familia y su ansiada vida rural, y enfrentarse a una pena de cárcel.


cine

Es una coproducción británica-estadounidense, considerada como una de las mejores películas del pasado año

Loving

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Valoración Comentario Este relato -una deliciosa y épica historia de amor- que constituye el argumento de la película recoge un hecho real, con un final feliz y sorprendente, pues asistimos a la capacidad de un matrimonio limpio, sencillo y luchador que logran llegar, tras diez años de lucha -desde 1958 a 1967- a la Corte Suprema de EEUU, donde se modificó la ley que prohibía el matrimonio interracial. La sentencia final no sólo cambió la vida de la familia Loving sino que supone un símbolo de la lucha por la libertad de la persona y sus derechos civiles. La puesta en escena cuenta como director y guionista con Jeff Nichols que, una vez más, llena de esplendor la pantalla y, con ella, los sentimientos del espectador. Derrocha tacto y elegancia. Es una coproducción británicaestadounidense, considerada como una de las mejores películas del pasado año, fue nominada para la Palma de Oro en Cannes, en los Globos de Oro, y Ruth Negga consiguió también la nominación al Oscar como mejor actriz.

Vale la pena destacar alguna característica de los actores y los personajes que representan: • Joel Edgerton como Richard Loving. El hom-

bre blanco-rubio, con una actitud comedida, prácticamente hermética, profunda, dolorida sin rencor. Trabajador nato. Amigo de sus amigos; feliz con sus amigos de color. Siempre discreto. • Ruth Negga como Mildred Loving. La bellí-

sima actriz interpreta con convicción a esta mujer repudiada por la sociedad, que no le permite vivir un amor en paz en una América de los sesenta demasiado monocolor. La profundidad de su mirada es de las que no se olvidan. Envuelve todo con la ternura, particularmente el trato con su marido y sus hijos. Con audacia para superar diversos tipos de obstáculos. • Marton Csokas como Sheriff Brooks, la po-

derosa figura local del condado de Caroline, a quien todos temen y conocen. Es casi fácil aborrecerlo. • Michael Shannon como Grey Villet, un fo-

tógrafo independiente que está comisionado por la revista LIFE para crear un ensayo fotográfico sobre los Loving. Realmente un artista. • Nick Kroll como Bernie Cohen. El abogado

voluntario, y un etc. De actores secundarios valioso y convincente.

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cine

Se verรกn obligados a elegir entre permanecer en Washington, donde la ley les ampara, o quedarse con su familia y su ansiada vida rural, y enfrentarse a una pena de cรกrcel

Loving

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cine

la estructura del film es la historia esencial de un amor y la lucha contenida y real para preservarlo, enriquecerlo y mostrarlo como tal a la sociedad

El desarrollo del drama muestra los claroscuros de la vida también con planos de un colorido excepcional acompañado de una banda sonora apropiada. Como espectadores somos invitados a convivir con lo profundo de lo sencillo; con lo íntimo del amor esponsal y familiar; con las ganas de luchar ante lo injusto. Y todo ello con sosiego, no hay escenas ni altisonantes, ni escabrosas, ni rencorosas.

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Es la verdadera humanidad de un matrimonio valiente que, como se ha dicho de modo certero, llevaron una vida aparentemente llena de drama, pero no una vida especialmente dramática. Durante la película nos encontramos con dos personas que son felices cada vez que se encuentran tanto entre ellos, como con sus hijos, con el resto de la familia y con sus amigos.


testigos de la verdad

Nichols siempre ha sido un maestro de la contención dramática, austero en su método narrativo. Quizás hay demasiadas elipsis, pero diez años son muchos para reducirlos en un par de horas. En todo caso, la estructura del film es la historia esencial de un amor y la lucha contenida y real para preservarlo, enriquecerlo y mostrarlo como tal a la sociedad, también legalmente. Es también una evocación a la América rural y al ritmo de vida de sus habitantes, y por tanto la mirada que aquí dirige a dos personas que no aspiran a nada más que a la vida tranquila. El nombre de la película de tiene un doble sentido descriptivo.

Además de responder el apellido del matrimonio, denota el carácter honesto y amoroso que anida en sus corazones. Sin acentuar nada más allá de lo necesario, descubrimos que el amor auténtico no puede ser destruido por las situaciones injustas, y que el sosiego puede llenar la intimidad de las relaciones familiares a pesar de todos los pesares. Para ello, el film cuenta con unos paisajes preciosos, llenos de luz y de color, que complementan la narrativa e invitan a vivir con nuevo esplendor las relaciones personales, algo quizás denostado en nuestros días y que vale la pena recuperar. bn

Loving

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fuerza en la mirada

ención Siempre me ha llamado la at elen acabar con los que las películas de amor su s pasar por muchas tra s” do ilia nc co “re os ad or dos enam stino les volviese a unir dificultades. Es como si el de e te deja la película qu n ió ac ns se La . te ien fic su y eso fuese samente feliz y que esa en m in r se a va ja re pa a es e es qu ba si eso podía ta un eg pr e m Yo e. pr m sie rá felicidad dura e se corresponde pr m sie no ue rq po ad rd ve r se as parece que todo con la realidad. En las películ lículas) es muy fácil (por eso son pe encima y el amor siempre vence por de todo, pero las cosas no siempre son así.

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fuerza en la mirada

Almudena Pérez n Dámaso

ía Universidad Sa Estudiante de teolog

La entrega

de ocuEmpecé a plantearme qué pue rrir después de ese gran final. comenPara responder a esta pregunta trimonios cé a observar a parejas y ma . Ellos me que llevan varios años juntos iento es desvelaron que el enamoram que no una etapa del principio, pero siempre es suficiente. Sus respuestas solidar tenían algo en común: para con hay que una relación hay que decidirse, día a día, arriesgarse, hay que trabajar en definitiva

eres que eso HAY QU E ENTREGARSE si qui momento es dure en el tiempo, y en ese en el amor. cuando comienza la madurez eja deja de Parece que cuando una par principio” sentir “ese enamoramiento del ser, no lo el amor se ha acabado. Puede chas veces lo descar to, pero en realidad mu iento ha maque ocurre es que ese sentim lo que siento durado, y ya no importa tanto otra persona (que también) sino lo que la matices del es para mí, descubriendo otros icos. amor aún mucho más autént

Enamorarse no basta

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fuerza en la mirada

La madurez

No es fácil defin ir con exactitud en qué consiste la madur ez en el amor de bido a que cada person a es diferente y vive experiencias distinta s, pero si hay algo que define esa mad urez es el compr omiso. Esta palabra hoy en día no es si em pre bien vista, o mej or dicho, da mie do. Pero es la única maner a de consolidar un a relación en el tiempo , adquirir el compr omiso de amar a una pe rsona más allá de l sentimiento, más allá de los defectos, m ás allá de los miedos y más allá de uno mismo.

lo cree, lo excusa, todo “El amor… todo a. El amor , todo lo soport ra pe es lo do to (1 Cor, 7) no pasa nunca”

e Amar podría decir qu se to es do to Y con er en alriesgarse a perd a alguien es ar s; es ra ganar en otra pa s ne io as oc gunas ojos del la vida con los empezar a ver ro anpensar en el ot a er nd re ap es otro; er al otro mismo; es quer tes que en uno te las no rendirse an es ; es o m co tal y un puro algo más que padificultades…Es os decir que es m de Po o. nt ie sentim con todo un NOSOTROS, sar de un YO a amor . Entender así el va le nl co o es e lo qu za que se verdadera belle es descubrir la ha adlación donde se re a un en e nd esco promiso real. quirido un com

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Compromiso no es “estar atado a una persona”, es recono cer que sin el otro mi vida ya no tiene el m ismo sentido porque el otro es el compl emento que me ay uda y me acompaña a alcanzar la soñada meta: la felicidad. Se ría mucho más sencillo si se quitara de la palabra comprom iso todos aquellos pr ejuicios que la acom pañan y se comen zara a entender qu e a través del compr omiso y de la entre ga estamos respondien do a la llamada más profunda del corazó n: la llamada al amor .

idad de á tanto la intens Ya no importar amental sino que lo fund os nt ie im nt se s lo Cuando ha dado al otro. será el SÍ que se ha alcapaz de hacerlo es a on rs pe a un seguir urez que deberá canzado una mad su vida, el último día de a st ha o nd va lti s cu a tarea de alguno un es no ar am porque la vida. una tarea de toda es o, añ l de as dí implica es fácil, al revés, Esto no siempre todos renuncia, pero de l ve ni to er un ci na hay algo merece la pe sabemos que si pode. Por todo esto lo el r po ar ch lu que EXISTE, amor verdadero mos decir que el a encielo como dan l de e ca no pero os noas, sino que som tender las películ gran que tenemos la s lo os m is m s sotro a. bn yéndolo día a dí tarea de ir constru


fuerza en la mirada

tado estar a r “ s e o n e econoc romiso Comp ersonaâ€?, es r ya no p ida a una o mi v porque tr o l e que sin ismo sentido o que lm lement p tiene e m o a c es el mpaĂąa o c a el otro e m la uda y meta: a d a me ay Ăą o ar la s alcanz felicidad.

Amar a a lguien es a rriesgarse a perder e n algunas ocasiones para gana r en otras; es empezar a ver la vida con los ojos del otr o; es apren d er a pensar en el otro ante s que en uno mismo ; es querer al otro tal y como es

Enamorarse no basta

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entretenimiento

1

a y se so de la mis a sonrisa, o sp e l e a g n Lle sposa con u dirige a su e carga y la coge en sus la abraza, la a en el aire brazos y bail d, a de felicida n e ll o m e tr x Ella, en e le pregunta: hoy? ón del cura rm se l e e fu e ser –¿Y qu sos deberían o sp e s lo e u ¿Acaso q sas?… con sus espo s so o ñ ri ca s má stó: Y él le conte cargar on ue debemos gría! –No… dijo q n júbilo y ale co z u cr ra st e nu

2

Un anciano en el gimnasio: –¿Qué máquina de bo usar para impresionar a una chica de treinta años ? El entrenador lo m ira y le dice: –Yo le recomiendo un cajero automático

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3

l pueblo farmacia de a ñ e u q e p a En un ujer y dice: entra una m Arsénico!

r uiero compra –¡Por favor, q uál es su nderle eso. ¿C ve o d e u p o –N finalidad? marido! lo –¡Matar a mi ese fin no se ra a p r, o e p –Mucho r e una foto puedo vende rtera y extra re su ca mujer del La mujer ab ndose con la sá e b o d ri a del m farmacéutico tra cosa

o con receta es –Ah, bueno,

4

5

–¿Dónde ta el b ebeeee de la casha???? –Mamá por favo r, ya tengo 22 años, no crees que ya soy may or? –Entonces te va s a buscar trabaj o sinvergüenza m antenido!!! –Ati toyyyy mam i, ati toyyy

Anuncio Compré unas entradas para la final de la Champion, sin darme cuenta que justo ese día era el día de mi boda, así que evidentemente no podré ir, si alguien esta interesado, le cuento, es el próximo 24, sábado a las 7 de la tarde, en la iglesia del Sagrado Corazón, calle Bencias, nº 179. (Por favor, ir de traje)

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entretenimiento

Fray Buenaventura y el alcalde del pueblito donde estaba el convento se llevaban muy mal. Buenaventura le denunciaba las corruptelas y los desvaríos y eso no le gustaba.

Se murió un burro a la puerta del convento, y el alcalde para fastidiarle no mandó retirarlo.

Alcalde, soy Buenaventura, ya sabrá que hay un burro muerto frente a nuestra iglesia, creo que deberían llevárselo.

Pero a la semana el burro seguía allí produciendo un olor pestilente.

Sí, sí, no se preocupe que lo sacaremos de allí.

Alcalde, usted me dijo que sacaría el burro de aquí y ya lleva una semana

Bueno, Buenaventura, pero estaba pensando ¿No es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos?

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Así, así es, pero yo tengo la obligación de avisar a los parientes


Oración Dios mío, lento a la cólera y rico en misericordia, en estos días en los que la Iglesia tiene un recuerdo especial para todos los fieles difuntos, mi corazón sangra dolorosas lágrimas al considerar la precaria situación de tantas almas en vías de purificación. Te ruego, Señor, que, por tu gran piedad, alivies a quienes, en el purgatorio todavía, anhelan la plena unión contigo y, cuanto antes, tu reino los inunde plenamente, totalmente purificados, en plena comunión de amor con tu hijo Jesucristo, María santísima, los ángeles y los santos. También, para quienes aquí continuamos combatiendo, me atrevo a pedirte la luz de tu gracia a fin de que ninguno nos perdamos. Que al menos, en la hora póstuma, sepamos hacer un uso correcto de nuestra libertad, no nos engañe el maligno y optemos por acatar tu voluntad. Amén

nombre artículo

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entretenimiento

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