Revista para la Nueva Evangelización
Año 12
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enero
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2018
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n o 68
Contenido
mosaico
[Director] Jorge L. Santana Dumas [Subdirectora] Dayana Figarella [Jefe de redacción] Juan José Guerrero [Consejo de redacción] Luciano García Matas Raquel Fernández de Bobadilla César Allende García Victoria Luque Vega Horacio Vázquez Cermeño [Administración] Josué Santana Neira [Directores de zona] Almudena García Peña Juan Frutos Soria Juan Manuel Balmes Juan Antonio Tuñón González José I. Dionisio de la Torre [Colaboradores] Francisco Lerdo de Tejada Jesús Castro Cortés Fernando Cerezo Carlos Linares Juárez Fernando Zufía García Valentín de Prado Julio Cerezo [Maquetación] J. Kiróbel Rodríguez [Ilustraciones] Julian García [Web] Josué Santana Neira [Edita] Paseo castaños 8 28660 Bobadilla del monte Madrid Tel.: 620 153 908 [E-mail] info@buenanueva.es [web] www.buenanueva.es [Depósito legal] M-26182-2006
HACIA ORIENTE 3 Tu huerto regado Victoria Luque
CANTEMOS AL SEÑOR 6 Salmo 126 Jesús Bayarri
RAZÓN CREADORA 10 La envidia de los ángeles R.D. Balaguer
40 Elogio de las tinieblas Horacio Vázquez Cermeño
46 Cristianofobia y persecución R. Domínguez
ESPADA DE DOS FILOS 16 Contradicciones de nuestra época Isaac Riera Fernández
SED SANTOS 24 Diarios de Carmen II Ángel Barahona
KERIGMA 28 Dios creó la luz (J.B.)
SOFISMAS 30 Los desafíos del relativismo a la moral cristiana II Ramón Domínguez/Mª José Mansilla
MOSAICO 34 Sor consuelo: el Joven Hipolito Manuel del Pino
52 El niño protestante y la virgen María Buenanueva
Oración TESTIGOS DE LA VERDAD 56 San Juan Pablo II Buenanueva
62 Entrevista a Ángela C. Ionescu Selva Rentero
ALDEA PLANETARIA 68 Aldea Urbana, Ciudad Perfecta César Allende
LUZ PARA EL MUNDO 74 Esperanza del cielo Rosa Corazón
82 La ira de Dios R.D. Balaguer
EDUCACIÓN PARA LA VIDA 78 Lo que aprendemos con el tiempo Jorge L. Borges
88 La muerte: “un día, la hoja caída, serás tú” Raúl Espinoza
CINE 90 Lo que queda del día Gloria Mª Tomás y Garrido
ENTRETENIMIENTO 98 Fray Buenaventura ORACIÓN
Bendita seas Virgen María, nuestra amada madre, que hiciste posible que todo un Dios se humillara, hasta el punto de asumir nuestra naturaleza para abrir las puertas del cielo a quienes, por nuestras culpas, sólo merecíamos el infierno. Porque el Señor nada te puede negar a ti, nos atrevemos a pedir tu intercesión para que el ejemplo de humildad dado por tu Hijo nos cautive el corazón, rompa nuestra altanería y nos permita acoger, como don, el infinito amor con el que el Padre nos visita; de tal modo que, rebosando en nosotros, inunde a nuestros hermanos, y así, juntos, un día, todos entremos exultantes en el Reino donde, por toda la eternidad, seamos uno con Cristo. Amén.
hacia oriente
Tu huerto regado Querido lector, en este número de Buenanueva encontrarás vida, y vida abundante. Dejamos entre tus manos el número 68 (enero-febrero de 2018) como si de una criatura recién nacida se tratara; verdaderamente cada número que surge de este manantial de Iglesia que somos todos nosotros —los que leéis, los que colaboráis, los que escribimos— es un auténtico milagro. Verdaderamente el Espíritu está presto. Si supieras al detalle cómo surge cada publicación, no te quedaría otra que reconocer que existe un Dios y que vela por sus hijos. Hace casi doce años comenzó esta aventura de la mano de un grupo de osados que se fiaron de Dios; sin conocimientos del mundo periodístico, sin apoyos económicos, sin marketing, sin “contactos”, nada. Así nació la Asociación Canónica Bendita María, de un acto de fe. De un fiat cargado de oración e incertidumbre. Así nació la editorial, la revista, y la web, cimentadas en la roca y con los ojos fijos en el cielo. ¿Qué movía y mueve a aquellos intrépidos de entonces? El amor al Evangelio y el deseo de dar a conocer gratis lo que gratis habían recibido. Querían hacer carne aquello de lo que tanto hablaba Juan Pablo II, la “nueva evangelización”, aquello a lo que no se sabía muy bien cómo hincarle el diente..., querían seguir también las directrices de Benedicto XVI, quien animaba a los cristianos a participar en la sociedad con los medios de comunicación a su alcance, y desde esas plataformas, anunciar a Cristo. Eso hemos hecho, y eso seguiremos haciendo con la ayuda de Dios y de todos vosotros. A estas alturas del editorial te estarás preguntando, querido lector, a qué viene todo esto..., viene a que nuestro director, Jorge L. Santana, deja su cargo, se retira a otras aguas menos procelosas, quiere tiempo para componer música, para leer, para escribir y para orar. Está en su derecho. Deja a una hija fuerte, fiel a la Iglesia, y repleta de ganas de seguir a Cristo. Deja una revista que tiene su espacio dentro del mundo eclesial, reconocida y valorada por los distintos ámbitos de la Iglesia, un árbol robusto que da fruto a su sazón. Ahí, en el hondón del alma, Jorge, quedan las llamadas telefónicas o los correos agradeciendo tal o cual artículo, ahí queda aquella madre que con la voz entrecortada agradecía un artículo leído por su hija, quien, tras leerlo y releerlo, dice a su madre angustiada: “Mamá, no voy a abortar, voy a tener al bebé”. Ahí, en el dulce recuerdo del bien hecho queda aquel señor que te explica que la revista sirve a su grupo de iglesia para rezar y debatir sobre tantos temas..., cosas, historias, hechos que quedarán para siempre en tu memoria y que forman ya parte de la intrahistoria de Buenanueva. Desde estas pobres líneas, sólo nos queda agradecerte todo el esfuerzo y la dedicación prestada durante tantos años, muchas veces solo frente a gigantes. Solo, con Dios, para ser más exactos. Como decía la santa de Ávila, sólo Dios basta. Han sido años de entrega absoluta a la revista, que Dios sabrá recompensar en esta o en la otra vida. Todo por amor a Él. Ahora, querido lector, nos queda seguir caminando. Ya sabes que aquí tienes tu casa, tu descanso, tu solaz, tu huerto regado. Si quieres, pasa a comer de estos frutos exquisitos. Y cuando te sacies, acuérdate de que ha sido Él quien te los ha dado.
Victoria Luque
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cantemos al Señor
de
Dios
No creo que Dios quiera exactamente que seamos felices, quiere que seamos capaces de amar y de ser amados, quiere que maduremos, y yo sugiero que precisamente porque Dios nos ama nos concedió el don de sufrir; o por decirlo de otro modo: el dolor es el megáfono que Dios utiliza para despertar a un mundo de sordos; porque somos como bloques de piedra, a partir de los cuales el escultor poco a poco va formando la figura de un hombre, los golpes de su cincel que tanto daño nos hacen, también nos hacen más perfectos. Clive Staples Lewis, escritor.
¿Alguno quiere ser sabio?
1. Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir. Johann Kaspar Lavater (1741-1801) Filósofo, poeta y teólogo suizo.
2. El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.
3. El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero solo el necio se queda sentado en él. Proverbio chino.
4. No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir. Sorcha Carey. Profesora de arte clásico inglés.
5. Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano. Isaac Newton (1642-1727) Matemático y físico británico.
6. El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a la tarea de reparar el daño hecho. William Shakespeare. Escritor y dramaturgo.
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Lo segundo que más odia... •
Dios lo que más odia -después del pecado- es la tristeza, porque nos predispone al pecado. San Agustín.
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Mientras que para la sociedad no existe mayor pecado que la vida contemplativa, los más cultos opinan que la contemplación es la ocupación natural del hombre. Oscar Wilde.
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La mayoría de las personas prefieren confesar los pecados de los demás. Graham Greene.
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He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz. Jorge Luis Borges.
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Yo no tengo la culpa de que la vida se nutra de la virtud y del pecado, de lo hermoso y de lo feo. Benito Pérez Galdos.
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Lo que llamamos en otros, pecado, lo consideramos en nosotros experiencia. Ralph Waldo Emerson.
Envidiando la suerte del cochino, un asno maldecía su destino: “Yo -decía- trabajo y como paja; él come harina, berza y no trabaja: a mí me dan de palos cada día; a él le rascan y halagan a porfía”. Así se lamentaba de su suerte; pero luego que advierte que a la pocilga alguna gente avanza en guisa de matanza, armada de cuchillo y de caldera, y que con maña fiera dan al gordo cochino fin sangriento, dijo entre sí el jumento: Si en esto para el ocio y los regalos, al trabajo me atengo y a los palos. Felix María Samaniego.
El asno y el cochino
arca
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cantemos al Señor
J e s ú s
B a y a r r i
SALMO 126 Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, nos parecía soñar; entonces se llenó de risas nuestra boca, nuestros labios de cantos de alegría. Los gentiles decían: ¡Grandes cosas ha hecho el Señor en su favor! ¡Sí, grandes cosas ha hecho el Señor por nosotros, y estamos alegres! ¡Recoge, Señor, a nuestros cautivos, sean como torrentes del Negueb! Los que van sembrando con lágrimas cosechan entre gritos de júbilo. Al ir, van llorando, llevando la semilla; y vuelven cantando, trayendo sus gavillas.
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cantemos al Señor
Este salmo prefigura proféticamente
la era mesiánica de la gran liberación, en la que los sequedales del corazón humano serán fertilizados por los raudales de gracia desbordantes de la misericordia divina Salmo 126
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cantemos al Señor
Misericordia absoluta Si hay algo que la fe enseña a Israel y que también nosotros debemos aprender, es que “donde abundó el pecado sobreabunda la misericordia” (cf. Jb 8, 21), no sólo en cuanto a perdonar, sino sobre todo en cuanto a regenerar al pecador (Ez 36, 36). Hay que hacer memoria de las entrañas de misericordia de nuestro Dios, para poder “entrar en sí mismo” como el hijo pródigo y encontrar a quien nos amó primero. Hay que constatar una vez más, que las obras maravillosas del Señor, quedan siempre abiertas a mayores portentos, que trascendiendo el tiempo y al mismo Israel, alcanzan ámbitos de universalidad ya presentes en el anuncio profético del protoevangelio (Ge 3, 15) y que a través de la historia de la salvación van tomando forma y plenitud. Esta es la experiencia de la Iglesia, que el Evangelio canta en boca de María: “Ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen” (Lc 1, 49-50).
Las promesas hechas a Abraham y su descendencia, a las que el Mesías dará pleno cumplimiento en su parusía, son constantemente renovadas por los profetas y apuntan a discernir el “misterio escondido”, que superando cuanto ha sido experiencia de la magnanimidad divina, hará exclamar a la humanidad como a los protagonistas del salmo: ¡Nos parecía soñar!
Valor del sufrimiento Mientras tanto, la experiencia del pueblo ante la salvación de Dios, se abre a la oración, por la fe, suplicando al Señor su misericordia ante cada nueva tribulación que toca a la comunidad, porque “cuando un miembro sufre, todos sufren con él”; y sobre todo para no ser arrastrados de nuevo por la duda a Masá y Meribá diciendo: “¿Está el Señor en medio de nosotros, o no?” Los mismos gentiles, sempiternos acusadores del pueblo respecto a la predilección divina, deberán rendirse a lo que aun siendo todavía esperanza: es ya poderosa manifestación divina en favor suyo, cuya finalidad última es el testimonio iluminador de los paganos: Los gentiles decían: ¡Grandes cosas ha hecho el Señor en su favor!
Si hay algo que la fe enseña a Israel y que también nosotros debemos aprender, es que “donde abundó el pecado sobreabunda la misericordia”
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cantemos al Señor En una visión o lectura cristiana del salmo, la semilla divina encarnada en el Hijo del hombre, debe ser sepultada en el dolor, en nuestra tierra reseca, para brotar gozosa como fruto centuplicado, en Cristo, y desbordar de vida en su resurrección la entera aridez de nuestra humanidad calcinada por el pecado. Injertados en el olivo de Israel, los cristianos compartimos sus promesas y esperanzas; rezamos con sus salmos, y alcanzados por la misericordia divina en el “año de gracia de nuestro Dios”, mientras llega la siega y se van dorando las espigas, somos unidos a las fatigas del sembrador, arrastrando el arado bajo su yugo, en la regeneración del mundo. bn
En una visión cristiana del salmo del salmo, la semilla divina encarnada en el Hijo del hombre, debe ser sepultada en el dolor, en nuestra tierra reseca, para brotar gozosa como fruto centuplicado, en Cristo
www.jesusbayarri.com
La experiencia del pueblo ante la salvación de Dios, se abre a la oración, por la fe, suplicando al Señor su misericordia ante cada nueva tribulación que toca a la comunidad, porque “cuando un miembro sufre, todos sufren con él”
Salmo 126
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razón creadora
Ramón Domínguez Balaguer Director de la extensión dominicana del Pontifício Instituto Juan Pablo
II
El P. Pío de Pietrelcina, que de esto sabía un rato, solía decir que “si los ángeles pudieran envidiar –que no pueden– a nosotros nos envidiarían dos cosas: el poder recibir a Jesús en la eucaristía y el poder sufrir”. Lo primero se puede entender, porque ellos, espíritus puros, son fieles servidores de Dios, le contemplan constantemente cara a cara y gozan siempre de su presencia, pero no han sido llamados, como nosotros, a participar de la misma naturaleza de Dios.
Unidad entre el hombre y Dios La intención de Dios, al crear, es la de comunicar su ser a su criatura y entrar en comunión con la criatura que ha sido querida directamente por Dios: el ser humano. Dios, como buen amante, quiere hacerse uno con la persona amada y este objeto de Dios llega a su plenitud en Jesucristo, en quien Dios y el hombre son uno. Y como Él, todos nosotros estamos llamados a ser uno con Dios. Es el deseo del Padre expresado por boca de Jesús: “No ruego sólo por estos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,20-21). Esta es la intención del Padre que pone en práctica el Hijo y que realiza en nosotros el Espíritu Santo.
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Normal, pues que los ángeles envidien nuestra vocación y nuestra suerte, si pudieran envidiar. Pero que nos envidien también el sufrir, ¿cómo se entiende esto si todos huimos del sufrimiento como si de un mal se tratara? ¿Qué tendrá de misterioso el sufrimiento que los ángeles desearían poder sufrir y el mismo Dios se hizo carne para poder cargar con todos nuestros pecados y entrar en las profundidades del sufrimiento humano? Sin embargo no debiéramos extrañarnos de esto puesto que el sufrimiento está en relación con nuestra llamada a la unión con Dios, ambas realidades están estrechamente relacionadas, porque para llegar a ser uno con Dios es necesario purificarnos antes de todas aquellas cosas que nos separan de Él, de todos los dioses, grandes o pequeños, a los que estamos atados.
razón creadora
El sufrimiento purifica No en vano, el Evangelio nos invita a vender todos nuestros bienes para entrar en el Reino de Dios, pues mientras seamos ricos y poseamos algún bien, fuera de Dios, esta riqueza nos impide la plena comunión con Aquel que nos llama a ser uno con Él. Por eso, nos es necesario purificarnos de todo cuanto no es Dios en nuestra vida. Y en este sentido, el sufrimiento realiza en nosotros una doble función: nos purifica, por una parte, puesto que tanto el sufrimiento físico, como el moral, cuando lo aceptamos libremente, nos ayuda a despojarnos de tantas cosas que nos atan a este mundo y nos impiden la comunión con Dios. Entendamos bien, si nosotros no somos culpables en parte de este sufrimiento y si lo acogemos libremente, porque también podemos renegar, maldecir y rechazar, en cuyo caso, en lugar de purificarnos nos sumerge más en la muerte. La envidia de los ángeles
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razón creadora
Poder redentor del sufrimiento El segundo efecto del sufrimiento es aún más impresionante, pues si es acogido tiene poder redentor, tal como el profeta Isaías nos muestra en los poemas del Siervo de Yahveh, y tal como, Jesús ha puesto de manifiesto acogiendo el sufrimiento por amor, para nuestra salvación.
La inevitable “noche oscura” Podemos poner algunos ejemplos. Pablo, después de referirnos todos los dones que Dios le ha concedido, nos confiesa que, para no engreírse por ellos, Dios le ha dado un aguijón en la carne que le abofetea diariamente, y aunque, por tres veces le ha rogado que le fuera quitado, Dios se lo ha mantenido puesto que le basta su gracia. En semejante situación se encontraba Teresa de Calcuta, que en los últimos años de su vida se vio agasajada y engrandecida por toda la opinión pública; sin embargo, para mantenerla humilde en el convencimiento de que todo en ella era gracia, Dios la sometió a la prueba haciéndola entrar en la “noche oscura” durante, nada menos que cincuenta años.
El segundo efecto del sufrimiento es aún más impresionante, pues si es acogido tiene poder redentor
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No nos extrañemos, pues, que los ángeles puedan envidiarnos el poder sufrir, porque el sufrimiento es una gracia de Dios que viene en nuestro favor. Entendamos bien: Dios no quiere el sufrimiento, no ha sido creado por Él, sino que lo hemos introducido nosotros mismos en nuestra historia, pero se sirve de este mal para alcanzar un bien muy superior Lo hemos sabido después de su muerte, por las cartas que dirigió a sus directores espirituales. Este sufrimiento, libremente aceptado por madre Teresa, la purificó para hacerla una con Dios y contribuyó a que incontables personas se encontraran con Dios por medio de su testimonio de vida. Podríamos repasar la vida de todos los santos para encontrar en ellos esta misma relación de purificación y participación en la redención del mundo a través de su sufrimiento. No nos extrañemos, pues, que los ángeles puedan envidiarnos el poder sufrir, porque el sufrimiento es una gracia de Dios que viene en nuestro favor.
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Dios no creó el sufrimiento Entendamos bien: Dios no quiere el sufrimiento, no ha sido creado por Él, sino que lo hemos introducido nosotros mismos en nuestra historia, pero se sirve de este mal para alcanzar un bien muy superior, pues el sufrimiento es una ayuda a nuestra vocación a la santidad, a la unión con Dios. Ahora que nos estamos adentrando en unos tiempos difíciles para el mundo y para la Iglesia, tiempos en los que la bestia de turno pretende imponer su ideología única a toda costa, se preparan momentos de prueba y persecución para la Iglesia. De prueba porque existe la tentación constante de acomodarse a los tiempos presentes para ser aceptados por el mundo; de persecución porque la Iglesia, fiel al mandato de Cristo, va a defender la Verdad frente a la mentira y deberá enfrentar el rechazo y la persecución. Experimentará el dolor y será instrumento de redención en comunión con su Cabeza.
Ahora que nos estamos adentrando en unos tiempos difíciles para el mundo y para la Iglesia, tiempos en los que la bestia de turno pretende imponer su ideología única a toda costa, se preparan momentos de prueba y persecución para la Iglesia La envidia de los ángeles
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Tiempo de persecución Pero se trata de un tiempo de gracia de Dios para su Iglesia y para el mundo, pues la persecución y el sufrimiento son un regalo de Dios a la Iglesia y a la humanidad: a la Iglesia porque le servirá de purificación; a la humanidad, porque gracias al sufrimiento de la Iglesia, libremente acogido, será finalmente redimido. Así hizo la Iglesia en sus comienzos. Viviendo en medio de un mundo pagano, tolerante con quienes se sometían a sus dictados, pero tiránico e intolerante con quienes no los compartían, fue rechazada, despreciada, calumniada y perseguida, con la intención de aniquilarla porque no tenía cabida en un mundo relativista la que se presentaba como portadora de la Verdad que salva. Pero gracias al sufrimiento de la Iglesia, al testimonio de sus hijos y a la sangre de sus mártires fue una bendición que terminó por redimir al antiguo mundo pagano.
La persecución y el sufrimiento son un regalo de Dios a la Iglesia y a la humanidad: a la Iglesia porque le servirá de purificación; a la humanidad, porque gracias al sufrimiento de la Iglesia, libremente acogido, será finalmente redimido
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Hoy vivimos en una situación muy similar. Nos encontramos en el verdadero tiempo de los mártires, dado que el pasado siglo XX ha dado a la Iglesia el 70 por ciento de los mártires de toda su historia y el presente siglo lleva camino de romper todos los récords. Estamos inmersos en un mundo pagano y relativista, que acepta cualquier opinión mientras no se contradiga el pensamiento único dominante, pero que desprecia y persigue a la Iglesia considerándola enemiga del género humano porque se opone a sus desvaríos. La situación que vivimos está perfectamente descrita en la carta a Diogneto, en la que un cristiano de la antigüedad mostraba la misión de la Iglesia llamada a vivir en medio del mundo pero sin ser del mundo.
Tiempo de már tires Hay, con todo, una diferencia. El nuestro es un paganismo postcristiano que ha renegado y rechazado a Cristo, por lo que la tarea resulta más difícil, ya que cuesta más sangre convertir a un apóstata que a un pagano; pero hoy, como ayer, este mundo sólo puede ser redimido al precio de la sangre de los mártires. Por ello, el martirio de la Iglesia es, en definitiva, una gracia de Dios para unos y otros: para los mártires, porque gracias a la donación de todos sus bienes y a la entrega total de su vida les quedan abiertas de par en par las puertas del cielo y la comunión con Dios y su Cristo; para el mundo porque esa sangre derramada por ellos y para la remisión de sus pecados, les va a abrir el camino de la salvación.
razón creadora El tiempo que se acerca es tiempo de prueba, de dolor y de lágrimas; no otra cosa nos ha garantizado el Señor sino el beber del cáliz que Él ha bebido. Pero será tiempo de bendición para esta generación. El cristiano que, con Cristo ha vencido a la muerte, puede dar testimonio de la Resurrección, se hace uno con Cristo y es causa de salvación para sus mismos perseguidores, Siendo partícipe de la Pascua de Cristo, da la vida por el mundo y experimenta la resurrección. bn
Estamos inmersos en un mundo pagano y relativista, que acepta cualquier opinión mientras no se contradiga el pensamiento único dominante
El tiempo que se acerca es tiempo de prueba, de dolor y de lágrimas; no otra cosa nos ha garantizado el Señor sino el beber del cáliz que Él ha bebido. La envidia de los ángeles
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espada de dos filos
Isaac Riera Fernández Desde la caída del marxismo y el triunfo de la ideología liberal y democrática, nuestra sociedad —la llamada sociedad postmoderna— presenta una fisonomía que no resulta fácil definir ni asimilar porque es contradictoria, y es esa falta de coherencia una de las causas del profundo desconcierto ideológico y moral que hoy estamos padeciendo. Porque no son las contradicciones inherentes al progreso las que nos desconciertan, sino las contradicciones en las ideas, en la visión que se tiene de la vida, porque indican que esa visión se encuentra profundamente alterada, sin lógica en sus principios y sin un horizonte claro hacia el que caminar. El cambio experimentado ha sido verdaderamente histórico: si hace unas décadas se podía hablar de algunas creencias y seguridades firmes con una cierta coherencia en la visión de las cosas, hoy estamos inmersos en un caos ideológico en el que todo pensamiento contradictorio es posible, sin que la falta de lógica y de racionalidad en lo que se dice y se piensa nos cause, al parecer, preocupación ética o filosófica alguna.
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espada de dos filos Las contradicciones de nuestra época no son más que consecuencia del ocaso de las ideologías, que, a su vez, ha originado un pensamiento subjetivista y utilitarista. Las grandes visiones del mundo como fundamento de valores y de principios - el cristianismo, por ejemplo, y con signo totalmente opuesto, el marxismo – ya no tienen el influjo social y cultural que antes tenían, y el vacío ideológico que hoy padecemos es el ambiente más propicio para que cada uno se crea autorizado a pensar como quiera, aunque su pensamiento sea inane y contradictorio. Cuando los ideales y las creencias se debilitan, el pensamiento ético tiende a ser suplantado por el pensamiento utilitario, y ya no nos preguntamos si algo es verdadero o falso, bueno o malo, justo o injusto en sí mismo, sino más bien si nos reporta alguna utilidad. En el discurso de la actual cultura, los derechos y la lógica de la verdad ya no existen; sólo existen los derechos del pensamiento subjetivo que, por definición, carece de lógica y cae, por tanto, en continuas contradicciones.
No hay ninguna duda de que nuestra sociedad ha progresado en muchos aspectos en pro de una humanidad más justa, más solidaria, más democrática; pero ese progreso es ambivalente al implicar un retroceso moral, justamente en la misma línea de valores y de pensamiento que se proclama: el principio de defensa de la vida, por ejemplo, se proclama con la misma fuerza que el derecho al aborto, en clamoroso atentado al más elemental sentido común y a cualquier principio de la lógica. Y son muchos los aspectos del humanismo actual que incurren en parecidas contradicciones. Como si de un destino fatal se tratara, lo positivo de nuestra sociedad parece condenado a estar mezclado con lo negativo, y en esta ambivalencia moral nos movemos, sentimos y pensamos. Se puede aplicar a nuestra sociedad aquel dicho - “Dime de qué alardeas, y te diré de qué careces”-, porque en la misma medida en que proclamamos, orgullosos, los progresos que hemos creído alcanzar, estamos mostrando, en contrapartida, nuestra decadencia.
Cuando los ideales y las creencias se debilitan, el pensamiento ético tiende a ser suplantado por el pensamiento utilitario Las contradicciones de nuestra época
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espada de dos filos Globalización y particularismo A poco que se reflexione sobre nuestra sociedad postmoderna, descubrimos una primera y gran contradicción entre la globalización, signo principal de los nuevos tiempos, y los particularismos étnicos, culturales y políticos, que parecían definitivamente superados. La globalización se ha de valorar como un proceso altamente positivo, tanto en el orden material por la extensión universal de bienes y servicios que ella comporta a través de las nuevas técnicas de comunicación y de comercialización, como en el orden humano por potenciar el conocimiento y la comprensión entre los hombres haciéndonos más solidarios en los problemas comunes; una humanidad cada vez más unida siempre será mejor, por supuesto, que una humanidad enfrentada, y las instituciones y organizaciones de carácter supranacional, a pesar de sus deficiencias, han de ser consideradas como un gran progreso de lo verdaderamente humano; los hombres, al fin, parece que queremos superar muchas barreras que nos dividían.
Esta visión universalista, sin embargo, convive en nuestro tiempo con un espíritu particularista de signo justamente contrario y que se acrecienta cada día. En muchos países y en el ámbito de la política, asistimos a un renacimiento de los nacionalismos étnicos cuya irracionalidad y exclusivismo nos hacen recordar los tiempos negros del fascismo, con el agravante de querer presentarse como derecho democrático; en el ámbito cultural, los elementos identificadores y diferenciadores – tales como lenguas minoritarias, derechos particulares o costumbres propias – pretenden suplantar a lo que es mayoritario en una región o país, en un intento de involución de la historia que va en contra de la misma ley de la historia; y en el ámbito de los comportamientos, asistimos a la extensión de las actitudes narcisistas, buscando descaradamente la promoción del propio yo, los propios intereses y hasta la propia ética, con olvido de los ideales sociales y colectivos . Hay muchas “oenegés, es cierto, pero son islas en un mar de intereses particularistas.
La globalización se ha de valorar como un proceso altamente positivo 18
espada de dos filos Pluralismo y uniformidad Otra contradicción de nuestra sociedad, no menos llamativa, la encontramos en los comportamientos sociales y culturales que se dan en el mismo seno de las democracias postmodernas. Es innegable, por una parte, que los principios democráticos han experimentado un gran desarrollo en nuestra sociedad al amparar y potenciar los derechos de los individuos, de las culturas diferenciadas, de las maneras distintas de pensar y de comportarse; la sociedad moderna es muy plural por la gran variedad cultural en las personas que la componen, y es natural que las ideas y los comportamientos no sean uniformes y que vengan reconocidas en el ordenamiento jurídico de las democracias. El pluralismo, por tanto, es un hecho y un derecho en cuanto expresión de las libertades democráticas de las personas, de los grupos y de las instituciones, y nunca como ahora ha habido un marco tan amplio para desarrollar la libertad y la independencia de los individuos, sin imposiciones políticas o ideológicas, tal como ocurría en el pasado. Pero si el pluralismo es un hecho real e innegable en nuestra sociedad, también lo es la uniformidad, esto es, la forma básicamente igual de pensar, de sentir y de actuar que vemos en la gente. El poder de los medios de comunicación es una impresionante fuerza en la uniformidad de pensamientos y de conductas,
y a pesar del talante individualista que hoy se proclama, el hecho social más evidente de nuestro tiempo es el comportamiento gregario de la gran masa, que sigue dócilmente los dictados de los intereses comerciales y de las modas, haciendo de la imitación su pauta de conducta. Y algo parecido sucede en el ámbito de las ideas. A primera vista, parece que existe en nuestra sociedad un gran pluralismo de ideas, pero no es así; en expresión que ya se ha hecho popular, los poderes ocultos de la política y de la manipulación social han impuesto lo “políticamente correcto” como “pensamiento único”, y es una ínfima minoría la que, en uso de su independencia de pensamiento, ejercen en medio de una sociedad uniformada la oposición crítica.
Las contradicciones de nuestra época
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espada de dos filos Cultura de la vida y cultura de la muerte La contradicción más sangrante y cínica de nuestra sociedad, sin embargo, es levantar bandera en la defensa de la vida, de una parte, y hacer un derecho el matar al inocente por medio del aborto o de la eutanasia, de la otra. Es, sin duda, un progreso ético de nuestra época la sensibilidad que hoy se muestra en torno a los valores de la vida en general y de la vida humana en particular. El rechazo a la pena de muerte como atentado a la dignidad del hombre es hoy un sentimiento mayoritario, dignidad que implica el derecho intocable a morir de forma natural y sin violencia; la inversión social y económica en medios para la salud y calidad de vida de los ciudadanos, es también uno de los fines prioritarios de los gobiernos políticos ; y hasta la política ecologista en la conservación de la vida vegetal y animal ha de ser considerada, a pesar de sus exageraciones demagógicas, como algo muy laudable. En este sentido, la cultura de la vida se ha de considerar como uno de los signos más positivos de nuestra época.
Pero esa cultura de la vida se contradice palmaria y escandalosamente con la cultura de la muerte que se ha impuesto con la legalización del aborto y de la eutanasia, probablemente la mayor atrocidad legal de la historia. Por más justificaciones que se intenten dar, el aborto y la eutanasia son crímenes de cualificada perversidad, porque la matanza del inocente va unida a la mentira más clamorosa y a la hipocresía más indignante. Es matanza de seres inocentes y contra natura, porque las víctimas suelen ser de la propia sangre, ejerciendo fríamente una acción infanticida o parricida; es mentira clamorosa e insostenible decir, como se dice, que el feto humano no es una persona cuando lo contrario es una evidencia científica que no admite dudas; y es una hipocresía indignante encubrir la propia conveniencia so pretexto de piedad humanitaria, en el caso de la eutanasia, o mirando hacia otra parte para no ver el propio crimen, en el caso del aborto. La cultura de la muerte, por desgracia, también es otro de los signos distintivos de nuestra época.
Racionalidad y mitificación Si analizamos los comportamientos colectivos en nuestra época, hallaremos también una gran contradicción entre lo que se piensa teóricamente a la luz de la razón, por una parte, y lo que se siente y se hace en la vida social, por la otra. No cabe ninguna duda de que la edad moderna ha significado el triunfo de la razón, no sólo en la solución de innumerables problemas por medio de la ciencia, sino también en la visión y valoración de lo humano superando mitologías e idolatrías. En muchos
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y fundamentales aspectos, modernidad es sinónimo de racionalidad, y es en la fuerza de la razón donde se sustentan los principios básicos del progreso. Las concepciones mitológicas del mundo, los fanatismos religiosos, las preeminencias sociales, por ejemplo, son cosas que pertenecen a un pasado lejano, y todo el ordenamiento jurídico de las sociedades modernas se fundamente en visión racional de los problemas. Progresar en la razón es progresar en lo humano, tal como proclamaba la Ilustración, el inicio cultural de la edad moderna.
espada de dos filos La visión racional de las cosas, sin embargo, no impide que en nuestra sociedad existan ideas, sentimientos y comportamientos totalmente irracionales que rayan en la mitificación, tales como la astrología y las teorías pseudos religiosas de la “new age”, el culto idolátrico que se profesa a los famosos, o las pasiones fanáticas que mueven ciertos deportes, especialmente el fútbol. ¿Hay algo más irracional en una sociedad, que se enorgullece de ser racional y avanzada, que las pasiones histéricas, las cantidades astronómicas de dinero, o los movimientos de masas que origina el espectáculo de unos deportistas cuyo único mérito es correr y dar patadas a un balón? Para millones y millones de personas, el fútbol tiene categoría de valor absoluto, como si fuera un nuevo Dios. ¿Y hay algo más contrario a la razón y a la dignidad del ser humano que ese hecho social, también multitudinario, de una juventud cuyo desahogo fundamental sea la esquizofrenia de las discotecas o los gritos y saltos ante los saltimbanquis de tambores y guitarras?
El pluralismo, por tanto, es un hecho y un derecho en cuanto expresión de las libertades democráticas de las personas, de los grupos y de las instituciones Las contradicciones de nuestra época
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espada de dos filos
hoy estamos inmersos en un caos ideológico en el que todo pensamiento contradictorio es posible
Humanismo y nihilismo Difícilmente puede compaginarse la defensa del hombre como el gran valor absoluto con la reducción de su ser a la condición puramente material y la disolución de los principios éticos, pero esta es la antropología contradictoria de nuestra época. El hombre está en el centro de toda la actual filosofía y de todo nuestro ordenamiento jurídico y ético, ciertamente, y el único pecado que hoy se admite ya no es la trasgresión de lo divino, sino la trasgresión de lo humano. Nunca, como ahora, se ha dado en la historia del mundo tanta conciencia ética de lo humano, tanta valoración de su dignidad, tanta defensa de sus derechos y libertades. La filosofía humanista, que se inicia en el Renacimiento, alcanza tal fuerza y radicalidad en nuestra época postmoderna, que el hombre es hoy la medida de todas las cosas en el sentido de que se considera plenamente autónomo en su visión del mundo y de la vida, en sus principios éticos y en su libertad soberana para decidir su destino, totalmente al margen de la referencia divina de la que se ha desvinculado.
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Pero este humanismo desvinculado de Dios conduce necesariamente al nihilismo, a la aniquilación de todo sentido trascendente y absoluto de los valores humanos, y hoy estamos padeciendo las consecuencias terribles de esta contradicción. La dignidad absoluta e intocable del hombre, que tanto se proclama, se convierte en palabras sin contenido cuando se quiere reducir al hombre a puro material biológico, intentando marcar el destino humano con técnicas de ingeniería genética, exactamente igual que en los animales y en las plantas. Por otra parte, la ausencia de Dios como fundamento de los valores absolutos en lo Absoluto, nos ha llevado al relativismo y subjetivismo en la visión de las cosas y en la vida ética, esto es, nos ha llevado a la aniquilación de referencias, de principios y de valores objetivos. Si no existen bienes y verdades absolutas y el comportamiento del hombre se ha de regir por el principio subjetivista del derecho al propio placer y a la propia libertad, todo queda disuelto en valores relativos, y a la postre, en la nada.bn
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LA SOCIEDAD DECADENTE Isaac Riera Fernández Hoy los niños se rebelan contra sus maestros, contra sus padres… Los ancianos ya no son la sabiduría, sino una carga económica, y son enviados a residencias para morir. La palabra ya no tiene ningún valor. A los bebés se les asesina en el vientre materno en una operación financiada por los gobiernos y a eso se le denomina “interrupción voluntaria del embarazo”. Las niñas ya no quieren ser princesas, si no agarrarse a la litrona. Se defienden nuevos derechos que vienen a suplantar los derechos esenciales: ya no tiene valor alguno la ley natural. La violencia doméstica es aterradora. El bullying es cada vez más común. La pederastia más extendida. La “ideología de género” se impone en las escuelas para modificar lo que la naturaleza ha creado. Ya no es suficiente el derecho de hacer lo que quiera, ahora tengo el derecho de ser lo que quiera, al márgen de la naturaleza, hombre o mujer... “...y seréis como dioses en el conocimiento del bien y el mal”. Europa ha dado la espalda a Dios, la Europa que creció y se fortaleció sobre los principios cristianos, quiere buscar su propia “identidad”, su “libertad”, su “autonomía”. En solo sesenta años, Occidente ha entrado en barrena, ha perdido su esencia y se precipita de manera estentórea a la ruina, el declive, la decadencia y el ocaso. ¿Existe aún esperanza? ¿dónde está...?
Autor: Isaac Riera Fernández ISBN: 978-84-947097-1-5 Nº Pag: 204 PVP: 16,90
Pedidos: 639 664 499 www.buenanueva.es Envios nacionales gratis
sed santos
Ángel Barahona | Universidad Francisco de Vitoria
- La relevancia de los Diarios de Carmen-
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La oración como necesidad
Carmen desde muy joven ha sido una mujer piadosa, que ha gustado del devocionario, luego del Salterio, de la Escritura. Todos sus libros de oración han quedado desgastados y llenos de anotaciones, porque la oración en Carmen es un combate: Utiliza lenguaje de la lucha… y cuando hay momentos de paz habla de tregua. “Jesús mío, sólo la oración me parece tiempo bueno. Ninguna otra cosa más me interesa. … y me parece perder tanto tiempo fumando…”. (nº 227); “Un día de tregua” (nº 342). “Mar revuelto. … noche de oración en el jardín. Jesús mío son las cinco de la mañana. Noche de oración, de dolor, de insomnio, sufrimiento, de energía... También te doy gracias, Señor, que has estado tan cerca de mi toda esta locura de dolor. Que me has reanimado.” (nº 344). El día a día es una auténtica salmodia, personalizada, traducida a la historia y contextuada (nsº 323 y 355)… “Y de rodillas” (nº 587).
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Cristo es el único que le hace ver luz donde ella solo ve tinieblas. “veo todo a tu luz, y todo cambia de valor” (nº 8). Lo mismo en el nº 12. “Tu das la luz y cambia todo”, y el nº 222. “Tu aparición me cambia la muerte en vida”. Se constata una permanente lamentación de su pequeñez, de su ignorancia, de su “nada”, de su pobre contribución a la evangelización, pero no desesperada, porque siempre acaba con una recitación de jaculatorias casi idénticas: Jesús mío, te amo… Dios, siempre las mismas lamentaciones… Por qué cuando estoy bien no sé escribir (nº 665) . Si bien es cierto que muchos días empieza con un lamento, también lo es que su vida es un salmo encarnado en una historia viva llena de acontecimientos de muerte y alegría, salpicados por horas o por díasiii, en los que siempre acaba reconociendo la presencia de Cristo, o exultando… e interiorizado el hoy del que tanto habla: una buena cosa me has dicho: no pensar en futuros inmediatos; el presente, el presente, el presente.
III Nº 16: “Incontrolable el ser: de la alegría al dolor. Noche serena”.
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Jesús mío, hazte TÚ presente y eso sí me basta. VEN (nº 287). Jesús mío, todos los salmos te quiero decir a una, pues no sé hablar, mas cada palabra de turbación salmodia mis cuerdas interiormente (nº 688). Eucaristía, finalmente, escuchas mi lamento, Jesús mío… Sin decirlo ha asimilado los modos y las fuentes hebraicas de su pasión primigenia por el pueblo hebreo: el Shemá: Es el corazón de la Toráiv. Carmen transforma esa recitación, que conforma una manera de vivir, en un: Jesús mío, amado mío. Ve en Jesús la encarnación de Dios con categorías hebraicas: repite una y otra vez atributos de YHVH extraídos del Éxodo: Tú eres, Señor, despierta mi oído a tu voz: “Yo soy, Yo soy. No temas”. Tú eres, Señor. Yo te he visto. Recuérdame la historia, tu presencia, tus apariciones, tu Palabra encarnada tantas veces en toda su riqueza y potencia. Si Tú no estás aquí, todo entonces es mentira (nº 527).
Se constata una
permanente lamentación de su pequeñez, de su ignorancia, de su “nada”, de su pobre contribución a la evangelización, pero no desesperada, porque siempre acaba con una recitación de jaculatorias casi idénticas: Jesús mío, te amo…
IV Escuchar: 1159 veces aparece en la Toráh:shm.
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Traducción existencial de la Escritura
Dios no es una entelequia, un reto intelectual a la mente, sino a la historia. “hay que aprender a leer la propia historia y dejar que la interprete el Espíritu…”V. La primera vez que oí eso, fue una bomba para un filósofo. ESCUCHAR A DIOS EN LA HISTORIA. Para significar que el misterio de la fe es un misterio solo accesible a la escucha y no a la visión y que la Palabra de Dios coincide con los acontecimientos (YHVH dice y hace, se expresa en la Biblia con la misma palabra: DAVAR).vi
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Escucha es un imperativo: no es una invitación, sino una llamada de atención y obediencia para vivir. EL SHEMA es una declaración de amor hacia el Dios de la AlianzaVII. Este tipo de Amor era el que embargaba a Carmen VII. De la Palabra de Dios y su poder (nº 324) hace brotar en el que la escucha y la actualiza en la historia un amor tan intenso como el que se deprende en los Diarios: 1º “con todo el corazón”IX, sin reservarse nada para ella (de hecho, cuando anhelaba encontrarse sola, inmediatamente experimentaba la frustración de su egoísmo). 2º “con toda el alma”. 3º “con todas las fuerzas” … significa ponerse a disposición de Dios con todos los recursos externos, bienes, riqueza, propiedades, poder y dinero”X.
V Tuve una pequeña experiencia con Carmen que me marcó la vida: aquí cerca, en la casa de Cristo Rey, en un mes de Junio, terminado el curso, estando de Itinerante, no podía quitarme de la cabeza a la que hoy es mi mujer. Cuando terminó la convivencia, en un cuartito, mi catequista en aquel entonces era Antonio González, me paso a hablar con vosotros…Yo solo recuerdo que lloraba porque me sentía un traidor; Tú, Kiko insistías en que no era suficiente el tiempo de celibato, para saber si Dios me estaba llamando o no. Carmen te interrumpió y atusándome el pelo, te dijo: ¡“déjale, que Dios habla en la historia, que se vaya y si le sale bien, ¡Palabra de Dios, y, si no, volverá…!” y se acabó la conversación. Al poco tiempo tenía un trabajo en Madrid, pues mi comunidad originaria era de Castellón, donde vivía; me acogió un matrimonio de la comunidad de mi mujer hasta que salí de esa casa para casarme en ese mismo año… hace 33 años. VI Y Jeremías, Abba, p. 76; Daniele Fortuna, Il figlio dell’ascolto, p.206; Löhfink, “Ascolta, Israele”, p. 67. Y en m. Berakot 2. Y b. berakot 13, “para acoger mejor el gozo del Reino, Judá, el príncipe, se tapaba los ojos cuando recitaba el shema’, […]. VII Löhfink “Ascolta, Israele”, p. 67. VIII Bovati, avala esta experiencia en Temi Teologici del Deuteronomio, pp. 126-127: “El verbo “amar” pertenece sin duda al campo semántico de los afectos, en particular cualifica las relaciones existentes entre los miembros de la familia” (casa). IX Gerhardsson habla de cómo los martirios de los Macabeos, de bar Aqibà, etc, sugieren que amaron a Dios con toda el alma, los proponían como ejemplo cuando Adriano prohibió el estudio de la Torah... “Amad a YHVH con todo el corazón…” X Pero más interesante aún: McNamara señala (El Targum, pp.148-149) que la traducción de los LXX (dúnamis en lugar de îsXùs) en el Tg. Palestinense de Dt 6,5, [Neofiti, Pseudo-Jonthan y Frammentario] significa: “con toda su riqueza” = mamônkôn. La traducción siriaca del Pentateuco (Peshitta) dice “con todos tus qnynk: bienes. Mt 19, 16-22.
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Dios no es una
entelequia, un reto intelectual a la mente, sino a la historia. Hay que aprender a leer la propia historia y dejar que la interprete el Espíritu
El Shemá envolvía a todo el ser … Es una recitación que se transforma en carne. Algo que le pasa a Carmen: yendo de viaje, al levantarse, al acostarse. Había interiorizado, personalizado y cristianizado esta recitación hebrea. A la llamada a la recitación del SHEMA XI sigue la palabra HOY XII… el hoy en los diarios tiene un valor increíble. Describe el hoy escatológico, como si fuera cada día el último.
Por eso Carmen siempre acaba igual: VEN, amado, mío, ven señor Jesús (nº 665). “El hoy. El presente, no hay futuro”. (nº 704). “Vivir el hoy”. Siguiendo a Cristo con toda su mente, con todo su corazón, con todas sus escasas fuerzas. Se ve claro en esta “joven” de origen acomodado, joven rica de los tiempos modernos, que acepta la llamada que rechazó el joven rico: “Si quieres ser perfecta, sígueme”XIII(Mt, 19, 21). bn
XI Tg. Pseudo-Jonathan a Dt 6, 6: corazón, vv.5-6; ojos, v.8; boca, v.7; -actividad de hablar-; mano y pies v. 8 –actividad de coger y caminar. XII Von Rad, Teología del Antiguo testamento, I, p 225. Cuenta un Midrash… «” Un día un joven encontró al profeta Elías y le preguntó: “¿Cuándo vendrá el Mesías?”, Elías le contestó: HOY: El joven estuvo todo el día esperando en la puerta de Hermosa de Jerusalén… Y toda la noche… ansiando la Paz que anuncia la llegada del Mesías. Pero el Mesías no llegó… Volvió a encontrarse con el profeta… que parecía estar. esperándolo… El joven le dijo: me has mentido. El profeta le sonrió y le dijo: No has escuchado bien mis palabras…: la paz llegará hoy si escucháis mi voz…”. Daniele Fortuna, Il figlio dell’ascolto, Paulinas, 310: epiousión= maná de hoy. (321) 221 XIII “La ley fundamental Hebraica es la imitatio Dei así como se expresa en Levítico 19: “sed santos porque yo soy santo, dice el Señor vuestro Dios”. Mateo, a diferencia de Lucas, no dice sed misericordiosos sino sed perfectos, como vuestro padre celestial es perfecto. ¿Por qué este cambio en MATEO? El término griego teleios traduce el hebreo tamin. En el Antiguo Testamento no es nunca utilizado para referirse a Dios sino a los animales para el sacrificio o al hombre, denotando la integridad física intachable en el sentido sacrificial, lo cual viene aplicado al cordero pascual (Esdras 12, 5 en la Biblia de los VXX). Según Fortuna, en El Evangelio según San Mateo, (página 122) esto significa que la perfección requerida en Mateo 5, 48 implica el sacrificio de la vida sobre el modelo de Jesús. Confróntese Juan 19:30 y Hebreos 5.9 . Se es perfecto para dejarse inmolar. Carmen se inmola en la evangelización, en acatar la nada, en seguir sin resistirse, en el fondo, a este no –ser. La perfección consiste en no admitir otro culto u otro Dios que no sea Dios mismo, y que se expresa en un servicio desinteresado a ÉL. Un corazón unido perfectamente a la Palabra de Dios, y siguiendo la misión recibida del Padre, en obediencia al Espíritu, contra su voluntad, poniéndola en práctica. Lo que le pedía el Tentador era abandonar a Kiko y el Camino. Jesucristo es el modelo que ha de seguir: crucificado contra su voluntad por amor al Padre.
Claves de lectura de los Diarios de Carmen
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kerigma
J e s ú s
B a y a r r i
Dice el libro del Génesis que Dios el primer día de la creación creó la luz. Dice textualmente: Dijo Dios: “Haya luz”. Después el cuarto día creó el sol, la luna y las estrellas; el sol para alumbrar de día y la luna para alumbrar de noche Con los sabios escudriñadores de las Escrituras podemos preguntarnos: Si ya, el Señor, había dicho “haya luz” ¿para qué tuvo que hacer el sol? Podemos razonar diciendo que, el Señor formó esos luceros con luz creada, para alumbrar de forma instrumental, ordenada y sistemática la creación que estaba llevando a cabo, porque en su limitación y precariedad, requería de algunos auxilios inmanentes, y servicios, temporales como el tiempo mismo, necesarios para que alcanzase el pleno desarrollo de su destino trascendente y glorioso. Pero, una vez alcanzada por el hombre su meta gloriosa, la primigenia e increada Luz podrá ser compartida y enviada desde su seno,
y ya no necesitará de luceros y lámparas, porque la nueva creación resplandecerá toda ella como piedra muy preciosa trayendo en sí la gloria de Dios que la iluminará, siendo su lámpara el Cordero. Entonces las naciones caminarán a su luz (cf. Ap 21, 9-27). Respondiendo a este mismo interrogante los sabios de Israel, dicen que Dios, al decidir enviar su luz, se dio cuenta de que los hombres no estarían todavía en disposición de llevarla en su corazón, quizá, hasta que no fuesen probados en su libertad, por lo que el Señor tuvo que esconderla bajo su trono guardándola en secreto, hasta que su criatura estuviese preparada para recibirla.
Porque la nueva creación resplandecerá toda ella como piedra muy preciosa trayendo en sí la gloria de Dios que la iluminará, siendo su lámpara el Cordero
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kerigma
Dijo Jesús: “Yo soy la luz del mundo; quien me ve a mí ve al Padre”. Y para que todos pudieran ver su luz primero imponía las manos sobre los que eran ciegos de solemnidad, y los curaba; y a cuantos creían en él, haciéndose sus discípulos les decía: “Recibid el Espíritu Santo”, luz del intelecto y llama ardiente del corazón; y añadía: “Vosotros sois la luz del mundo”. Así trasmitía su luz, que es luz del Padre, y que llamamos también Amor Entonces enviaría al Mesías que traería su luz, revelando así el secreto. No por casualidad hacen notar los sabios, que en hebreo, la palabra secreto y la palabra luz, tienen un mismo valor numérico que es: 207. Así que, mientras llegaba el Mesías, el cuarto día de la creación, quiso el Señor hacer el sol, la luna y las estrellas. Andando el tiempo, al venir nuestro Señor Jesucristo, que bendito sea, y ver los hombres los signos que realizaba, todos le preguntaban si era él, el Mesías que esperaban, porque sólo él podría revelarles el secreto. Entonces dijo Jesús: “Yo soy la luz del mundo; quien me ve a mí ve al Pa-
dre”. Y para que todos pudieran ver su luz, primero imponía las manos sobre los que eran ciegos de solemnidad, y los curaba; y a cuantos creían en él, haciéndose sus discípulos les decía: “recibid el Espíritu Santo”, luz del intelecto y llama ardiente del corazón; y añadía: “vosotros sois la luz del mundo” Así trasmitía su luz, que es luz del Padre, y que llamamos también Amor. Así se cumplió la Escritura que dice: A los que vivían en tinieblas y en sombras de muerte, una luz les brilló. ¡Alégrate, pues, Jerusalén con cuantos moráis en sus tiendas! Mira que llega tu luz. La gloria del Señor alborea sobre ti. bn
Dios creó la luz
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sofismas
Ramón Domínguez | Maria José Mansilla
Paralelamente se produjo una desviación del concepto de libertad. Para los antiguos, con Santo Tomás como modelo, el libre arbitrio es producto de dos facultades: la razón, que me permite conocer el valor de las cosas y la voluntad que me lleva a escoger lo que conozco que es más conveniente para mí*. Para otros, en cambio, como Guillermo de Ockham, el libre arbitrio depende exclusivamente de la voluntad que puede escoger lo que quiera sin estar determinada por nada, ni siquiera por el conocimiento del bien, pues tal cosa le influiría e impediría su total libertad, por lo que la voluntad puede escoger lo que quiera permaneciendo indiferente ante el bien o el mal. Es la llamada “libertad de indiferencia”, entendiendo por libertad la capacidad de autodeterminarme sin que nada ni nadie me condicione, es la sola voluntad la que determina. Ahora bien, el hombre, criatura se halla enfrentado a la voluntad de Otro que es más grande que él: Dios. Por consiguiente, debe someterse a dicha voluntad. Como consecuencia entramos en la moral de los mandamientos.
Ahora bien, el hombre, criatura se halla enfrentado a la voluntad de Otro que es más grande que él: Dios 30
El hombre debe obedecer los mandatos de Dios. Como Éste es libre y no está condicionado por nada, ni siquiera por sus propios mandamientos, puede cambiarlos cuando le plazca y el único fundamento de los mismos es su soberana voluntad, de modo que no matar es malo porque así lo ha determinado Dios; si mañana decidiera cambiar y decretar que matar es bueno, así debería ser. En este caso la virtud por excelencia es la obediencia o el sometimiento a la voluntad de Dios.
sofismas Es el caso de la moral islámica. Ahí no cabe discusión ni razonamiento sobre si es o no conveniente para el hombre tal cosa, sino únicamente saber si lo ha mandado Dios y limitarme a lo que Dios ha mandado. No hay comunión ni amor; se impone la obediencia externa y basta; tal es el caso del Islam que se limita al cumplimiento externo de la ley con el que uno queda justificado por su propio esfuerzo, y tal es el peligro del fariseísmo y del pelagianismo que amenaza a toda concepción legalista por la que el hombre se justifica a sí mismo por el “cumplimiento” de la ley*. Según esta concepción, los mandamientos de Dios son una imposición externa al hombre y Dios aparece como un rival del mismo: su voluntad en contraposición de la mía. Le debo sometimiento y obediencia, que no amor, porque su voluntad es más fuerte que la mía.
Aquí se están poniendo los fundamentos del ateísmo contemporáneo. En un ambiente creyente se impone el sometimiento, pero a medida que se debilite la fe y se imponga el racionalismo, Dios aparece al hombre moderno como alguien contrario al hombre de manera que debe desaparecer para que el hombre sea. Es exactamente lo que sugería el tentador a nuestros primeros padres (Gn 3,4-5). Paralelamente al predominio del nominalismo se produjo una radical separación entre la fe y la razón. Ante el temor de que la razón suplantara a la fe, la gran síntesis que la Iglesia había efectuado desde los Santos Padres entre la razón y la fe*, quedó abandonada tomando, desde entonces, la fe y la razón caminos independientes con el riesgo de perderse una y otra.
Los desafíos del relativismo a la moral cristiana
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educación para la vida
Para la razón supuso su mutilación, reduciéndola a lo empíricamente constatable dejando las grandes cuestiones para la fe, que despojada de la razón pasó a convertirse en lo que se ha dado en denominar “la fe del carbonero”. La razón, por su lado, se rebajó hasta quedar limitada al mero análisis de los datos aportados por la experiencia, lo que conocemos como “empirismo”. En consecuencia, se abandonó lo trascendente alegando que nuestro conocimiento no podía sobrepasar lo sensible, y puesto que lo sensible es siempre particular y relativo, el conocimiento humano, bajo el influjo del cientifismo, renunció a buscar la verdad, decayendo en el relativismo epistemológico. Ahora bien, si no hay conocimiento universal ni certezas que todos podamos compartir, tampoco podemos determinar un ethos que sea concorde con al naturaleza humana ya que nos es imposible conocer cuál sea esta naturaleza si es que la tiene*, por lo que la moral cristiana que había dominado el mundo europeo durante más de mil años se quedó sin su fundamento. Algunos factores históricos contribuyeron a dejarla definitivamente de lado. Las guerras de religión que asolaron Europa durante 30 años en el s. XVII convencieron a muchos de la imposibilidad de basar la convivencia humana sobre las convicciones religiosas, puesto que estas se mostraron como factores de división; en con secuencia, se llegó a la conclusión de que, puesto que somos racionales, debía ser la razón y no la religión, el fundamento de la concordia entre los pueblos y las personas. Nacieron de este modo, las morales racionales.
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En un comienzo estaban apoyadas en el iusnaturalismo, puesto que todavía se seguía aceptando, por influjo de la fe, la naturaleza humana y el fin sobrenatural del hombre, pero con el tiempo, en la medida en que el racionalismo fue ganando terreno en la mentalidad europea, se fue abandonando este fundamento hasta quedar reducido el comportamiento a buscar lo que se suponía que era más útil para el ser humano, dando origen a las morales de tipo utilitarista, con el añadido que había que determinar qué era lo más útil en cada momento con lo que las normas morales quedaban aleatoriamente a merced de las cambiantes circunstancias de cada momento.
En los últimos decenios hemos visto desfilar los monstruos morales que crea la razón desprovista de la fe: el liberalismo que conduce a un capitalismo salvaje, la moral marxista destructora de la persona en aras de la colectividad abstracta, la brutal imposición nacionalista y racial del nazismo y la moral relativista actual que queda abandonada al capricho y a la presión de los prepotentes de turno
educación para la vida De este modo, el iusnaturalismo fue quedando paulatinamente abandonado para imponerse el positivismo jurídico de tal modo que lo correcto resultaba establecido por las leyes que se iba dando el mismo hombre. La sociedad pasó a ser la fuente del derecho y las normas se pactaban previo el consenso de la mayoría de la sociedad. Y puesto que el consenso depende de las ideas dominantes del momento y, puesto que estas ideas pueden variar con el tiempo o las circunstancias, el derecho pasó a ser algo tan aleatorio como la cambiante disposición de la sociedad, con la consiguiente perversión del derecho. El resultado de todo este proceso es la sociedad relativista en la que estamos inmersos y el desbarajuste moral que nos envuelve, puesto que las normas se establecen por la presión de los colectivos más ruidosos o por la imposición de los que tienen mayor poder. En los últimos decenios hemos visto desfilar los monstruos morales que crea la razón desprovista de la fe: el liberalismo que conduce a un capitalismo salvaje, la moral marxista destructora de la persona en aras de la colectividad abstracta, la brutal imposición nacionalista y racial del nazismo y la moral relativista actual que queda abandonada al capricho y a la presión de los prepotentes de turnoha manifestado en Cristo. bn
Los desafíos del relativismo a la moral cristiana
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mosaico
Texto: Manuel del Pino | Ilustraciones: Raquel Fdez. De Bobadilla
De todos los jóvenes de Albera, Hipólito era el muchacho desgraciado que más piedad inspiraba a sor Consuelo, cual tragedia de Eurípides. Hipólito conducía su moto de vuelta a casa. Iba llorando. Se llevó un buen susto al ver a la monjita de hábito azul como el cielo, en la carretera ante su moto, que a duras penas pudo detener a tiempo.
─Nada me sale bien ─dijo─, porque soy un joven virtuoso que sólo me dedico a las motos y no voy con chicas ni bebo. Ya no sé qué hacer. Rezo y pido a Jesús que me ilumine, pero no veo ninguna luz. Parece que Dios me ha abandonado en este valle de lágrimas.
─¡Apártese, hermana! ─dijo.
Hipólito añadió una misteriosa sentencia:
En vez de obedecerle, la monjita contestó: ─¿Por qué lloras? Hipólito detuvo la moto con esfuerzo, se secó las lágrimas y dijo: ─Sandra, mi madrastra, me ha echado de casa. No me soporta. Quiere vivir a sus anchas con mi padre, que es débil y no se opone a ella. Pero esto no quedará así. ─¿Y qué piensas hacer? El angustiado llanto de Hipólito apenas le dejaba hablar. 34
─¿Serías capaz de hacer daño a tu madrastra?
─Quizá si fuera peor, Dios me tratara mejor. Sor Consuelo subió a la moto detrás del joven y dijo: ─No te puedo dejar solo. Iré contigo. El joven condujo raudo su moto hasta la casa de su padre Alfredo, para demandar a su madrastra Sandra por su crueldad. Alfredo Palomo era un pedante redicho que iba de sabio, aunque los hechos y sus decisiones mostraban que la vida le superaba con creces.
mosaico En la puerta de la casa, Hipólito encontró a su venerable padre, que olvidó la hospitalidad y recibió mal la vuelta de su propio hijo. Cuando Hipólito bajó de la moto, acompañado de sor Consuelo, Alfredo rechazó su abrazo y dijo: ─Sandra no me habla por tu culpa. Eres un desgraciado. Cebado por las desgracias y el infortunio de este mundo, Hipólito dijo:
─¿Dónde está Sandra? He de hablar con ella ahora mismo. Alfredo le indicó indignado el interior de la casa. Hipólito entró, seguido por su padre y por sor Consuelo. Ante la fría mesa de mármol, aguardaba Sandra de morros, y al ver a su hijastro sólo le dedicó un gesto de desprecio. Hipólito no pudo evitar el llanto de dolor.
Sor Consuelo: el joven hipólito
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mosaico ─¿Qué te hice yo para que me trates así? El honorable Alfredo regañó a su hijo ante los demás: ─No recibiste bien a Sandra en esta casa cuando debías. Siempre pensabas en tu madre, que ya no volverá. Ahora nuestra realidad es muy diferente.
─¡Miente! ─la señaló Hipólito─. Quiere parecer más sabia que mi padre, el hombre más justo y sabio de Albera, a mucha distancia de los demás. ─No creo ─replicó sor Consuelo─. El más sabio y bueno es Jesús.
Hipólito lanzó una mirada desesperada a sor Consuelo y le dijo:
Hipólito se echó las manos a la cabeza, pues no consentía tales críticas. Luego cogió de la mano a sor Consuelo y la retó a mantener un diálogo con su padre.
─¿Dónde está Dios? La vida sólo me envía desdichas.
─A ver si eres tan lista como dices.
Sor Consuelo le miró con sus vivos ojillos y le dijo:
A sor Consuelo le decepcionó observar el aspecto de Alfredo Palomo, pero calló: Entonces tenía 42 años y ya parecía viejo, era feo, su camisa estaba sucia. Iba de sabio bohemio engreído, pero estaba claro que sólo era una hueca máscara.
─Dios está en mi corazón… y en el tuyo. Sólo tenéis que creer en Él y todo irá mejor. Vengo a ayudaros para que todo mejore en vuestras vidas. ─¿Se cree un hada buena o algo así? ¿Qué sabe usted lo que es el bien?
Hipólito le explicó la situación a su querido progenitor:
La monjita miró alrededor y dijo con sorna:
─Esta extraña monja pretende conocer el bien mejor que tú.
─Por lo visto, lo conozco mejor que vosotros.
Los ojos saltones de Alfredo Palomo se dislocaron de placer. Llevó aparte a sor Consuelo, se sentaron en dos sillas del patio y le dijo:
Aquel comentario cayó mal al joven Hipólito, que quería congraciarse con su padre a toda costa y aprovechó la ocasión para adularle a costa de la monja. 36
mosaico ─Sé quién eres. Esa monja que se mete en las vidas de todo el pueblo. Quiero que me prometas que, si te gano en esta lid (y te voy a ganar), te olvidarás de mi familia para siempre. Sor Consuelo le miró con humildad y repuso: ─De acuerdo. Pero si yo gano, por una remota posibilidad, quiero que me prometas que acogerás otra vez a tu hijo y convencerás a Sandra para que también lo acepte. Es un chico muy sensible, que necesita el apoyo y los cuidados de su familia.
Alfredo Palomo se irguió en la silla cual gallo de corral y continuó: ─Hecho. Según todos, soy el hombre más sabio de Albera, precisamente porque no creo saber nada sobre ningún asunto. Así que dime: ¿qué crees tú que es el bien? Sor Consuelo replicó sin dudarlo: ─El bien es Dios. ─Los dioses no existen. Sólo son mitos.
Sor Consuelo: el joven hipólito
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mosaico ─Dios sí que existe. Cuidado con eso, algún día te traerá problemas. ¿Acaso no crees que tenemos un alma inmortal creada por Dios? ─Lo dudo. Igual que dudo de todo. ─Tu vida debe de ser dura, aunque no lo parezca. ¿Tampoco crees en el bien?
─El bien es difícil de definir. A veces parece que los dioses nos mandan males, por crueldad o quién sabe si por diversión. ─¿Esos dioses en los que no crees? Palomo enrojeció de rabia, herido en su orgullo sabihondo y dijo: ─Es una manera de hablar. ¿Cómo explicas entonces tanto mal en el mundo? Era el tema decisivo, pero sor Consuelo ya estaba avisada. ─Sólo Dios es grande ─dijo─. Hay muchas cosas que no podemos comprender. ─Eso no es una respuesta. Con la razón podemos comprenderlo todo. ─Creía que no sabías nada. ¿Ahora pretendes conocerlo todo? Alfredo se levantó de la silla del jardín, hecho una furia e intentando controlarse. ─¡Basta! ─dijo─. No permitiré que una monja… ─¿…Te venza en el diálogo? ─replicó sor Consuelo─. Recuerda lo que has prometido.
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mosaico El avergonzado Alfredo se dio la vuelta, para volver con su mujer y con su hijo. No estaba dispuesto a seguir conversando, aunque su orgullo le obligaba a seguir la apuesta. Sor Consuelo se dispuso a salir de la casa, pero Alfredo la cogió del brazo antes de que pudiera hacerlo. Estaba claro que no la iba a dejar tan fácil irse de allí. ─No quiero que Hipólito atraiga más la inquina de los dioses ─le dijo─. Seguirá viviendo en esta casa y no pararé hasta que se reconcilie con Sandra.
Hipólito se acercó humilde. Sor Consuelo le tomó las manos y le dijo: ─Decide estar a bien con Dios. Sigue con la virtud, ejerce un oficio honrado. Busca a una buena joven, cásate con ella, forma una familia y ten hijos. Alfredo y Sandra miraban sorprendidos. Hipólito le dijo a sor Consuelo: ─Así lo haré, gracias a Dios.bn
─Yo sólo creo en el único Dios ─dijo sor Consuelo─, y en su Hijo Crucificado.
Sor Consuelo: el joven hipólito
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QUINTA PARTE H o r a c i o
V á z q u e z
C e r m e ñ o
Y llegamos al último capítulo de nuestro romántico empeño de reivindicar a las tinieblas, con el apoyo del Dios Niño, que nace en una noche oscura, la alabanza de las tinieblas a su Creador, que también las creó, en el oración de Ananías, Azarías y Misael desde el horno de fuego, y el Cántico Espiritual del otro Juan, de nuestro san Juan de la Cruz
En la oscuridad nace la vida “Y Dios llamó noche a la tiniebla”. Dime tú quién eres noche, que cobijas bajo un cielo cuajado de estrellas al denostado bastión de las tinieblas, y esparces la oscuridad que tú bendices, huyendo de la luz que te molesta. ¡Oh dulce negrura que da su tierno amparo a los recintos cálidos donde se engendran y crecen todos los vivientes! Placentas acogedoras de animales mamíferos que no precisan del sol que desde fuera no calienta. Allí, en la húmeda dulzura donde la vida crece y late, la luz es siempre una extranjera, y la oscuridad retoza con las crías en el líquido amniótico donde flotan confiadas.
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En ese recinto maternal, sagrado e inviolable, solo el latido del corazón de la madre se escucha y se entiende, y a cada golpe de la sangre en sus arterias, la vida y el alimento fluye por el cordón umbilical que las nutre, en suaves y sabrosos movimientos. También las aves y los reptiles maduran a sus crías en los sólidos cascarones de los huevos opacos a la luz exterior, que calientan las arenas de la madre tierra, o se acogen al plumón tibio y cariñoso de sus progenitores en nidos arbóreos o terrestres tejidos con esmero. Y los peces y demás animales que pueblan los mares, los ríos y las charcas, que confían los huevos de sus crías a las corrientes, o los prenden en las plantas del fondo, o los entierran en los suelos arenosos al amparo de sus depredadores.
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La noche, así, se hace camino, y es tiempo de purgación de los sentidos, y de renuncia a todo lo que nos ata al mundo
Y fuera, en el exterior, la noche acoge a todos los seres vivos en el manto protector de sus tinieblas, desde el ocaso del sol hasta la aurora, para el descanso y el sueño reparador tan necesario para la vida, y también en los casquetes polares, por debajo del oso hambriento que los acecha, en los oscuros vericuetos de los hielos eternos, oscuros y fríos, donde la luz y el aire de arriba pueden suponer la muerte para el que emerge poco precavido, y los fondos abisales de los océanos, donde nunca entró la luz, a kilómetros de la inquieta superficie de las aguas azules y pobladas, donde la vida soporta inmensas presiones, y los gusanos blancos y ciegos, roen los esqueletos desnudos de los grandes cetáceos y ballenas que se posan en el fondo. Así, las tinieblas más oscuras, a salvo de la luz depredadora, llenan de vida y esperanza los entornos más delicados e intrincados del planeta, allí donde la obra del creador no puede ser juzgada por la cantidad de luz que se recibe, y que como la luz, fueron bendecidas por Dios en el día sexto de la creación del mundo. Amigas tinieblas, queridas tinieblas, benditas tinieblas.
Las tinieblas también bendicen Y tal como fueron bendecidas por Dios, la noche y las tinieblas también bendicen a su Creador. Así en Daniel 3, 71-72, en el canto de alabanza más hermoso, en que todo lo creado bendice a su Creador desde el horno de fuego, allí donde resuenan en medio de las llamas los rezos de Ananías, Azarías y Misael, que bendicen al Dios que les salva del calor abrasador por el aliento fresco del ángel que les protege. Y entre las alabanzas que se prodigan de todas las criaturas, plantas, meteoros y cosas creadas, como cielos, ángeles, aguas del espacio, ejércitos del Señor, sol y luna, astros del cielo, lluvia y rocío, vientos todos, fuego y calor, fríos y heladas, rocíos y nevadas, témpanos y hielos, escarchas y nieves, rayos y nubes, mares y ríos, aves del cielo, cetáceos y peces, fieras y ganados, hijos de los hombres, sacerdotes del Señor, siervos del Señor, junto a ellos y todo lo creado, están la noche y el día, y la luz y la tiniebla, que también bendicen al Señor y lo ensalzan por los siglos de los siglos.
Elogio de las tinieblas V
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Noche oscura del alma “Angélica, celestial y divina, que ya no parece de este mundo, ni es posible medirla con criterios literarios…las canciones espirituales de san Juan de la Cruz…Confieso que me infunden religioso terror al tocarlas. Por allí ha pasado el espíritu de Dios, hermoseándolo y santificándolo todo…”. Así se expresa nuestro admirado Marcelino Menéndez Pelayo, y concurre presuroso a confirmarlo el poeta Dámaso Alonso, y todos los críticos, poetas y maestros que se aproximaron a sus versos, que se sintieron abrumados por los misterios inefables que se esconden en la obra del místico. Con sumo cuidado, para este nuestro propósito de indagar en su “Noche Oscura”, que tantas afinidades puede aportar a nuestro atrevido intento de reivindicar a las tinieblas, indagaremos en esta composición pisando con sumo cuidado sobre las piedras movedizas de sus rimas, para no caer en las aguas del atrevimiento ingenuo, y utilizaremos en todo lo posible, las propias palabras del poeta de Fontíveros, “el frailecillo” de santa Teresa de Jesús, que también es nuestra.
_________o__________ En una noche oscura, Con ansias, en amores inflamada, ¡Oh dichosa ventura!, Salí sin ser notada Estando ya mi casa sosegada.
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No pudo escribir versos en la cárcel donde lo tenían prisionero “los calzados”, pues estaba desposeído de los aperos de escribir y sometido a las más crueles dietas, privaciones y censuras. Pero aunque solo sea su alma la que vuela y trasciende en la composición, estos versos, que fueron escritos apenas consumada su fuga y con el miedo y la premura de que fueran olvidados, rezuman los aires del encierro del que el santo salió “sin ser notado”. Pero la noche de san Juan de la Cruz es la misma noche que todos conocemos, la noche de Dios, oscura, cotidiana, propicia para la oración, la contemplación sosegada, y la elevación del alma a Dios: “…noche oscura por la cual pasa el alma para llegar a la divina luz de la unión perfecta del amor de Dios”. La noche, así, se hace camino, y es tiempo de purgación de los sentidos, y de renuncia a todo lo que nos ata al mundo, y de sequedades del espíritu, también, porque el alma está inquieta y desasosegada, pero nada se pierde en esta espera esperanzada que aspira a la perfección más absoluta, y todo se gana cuando llega la aurora jubilosa para el místico. Pero todo está explicado: “Llamamos aquí noche a la privación del gusto en el apetito de todas las cosas; porque, así como la noche no es otra cosa sino la privación de la luz…, por lo cual se queda la potencia visiva a oscuras y sin nada, así también… privándose el alma del gusto del apetito en todas las cosas, es quedarse como a oscuras y sin nada”
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Y así lo explica el santo carmelita para los poco avisados:” Porque acaecerá que lleve Dios a un alma por un altísimo camino de oscura contemplación y sequedad, en que a ella le parece que va perdida, y que estando así, llena de oscuridad y trabajos, aprietos y tentaciones encuentre quien le diga… que podrá ser alguna malicia oculta suya y que por eso la ha dejado Dios” (Subida al Monte Carmelo, prólogo). Y aun lo explica mejor en el poema “GLOSA DEL MISMO”, estrofa número 2:
Y así es el estribillo del “Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por la fe”: “Aunque es de noche”, y el poeta lo repite en las once estrofas del poema del que aquí se selecciona la número 5: “Su claridad nunca es oscurecida, y sé que toda luz de ella es venida, aunque es de noche”. Y ya estamos en la segunda estrofa de “Noche oscura”, que es muy similar a la primera pero presenta sutiles diferencias:
_________o__________ _________o__________
A oscuras y segura,
Y aunque tinieblas padezco
Por la secreta escala
En esta vida mortal,
disfrazada,
No es tan crecido mi mal,
¡Oh dichosa ventura!,
Porque, si de luz carezco,
A oscuras y en celada,
Tengo vida celestial;
Estando ya mi casa sosegada.
Porque el amor de tal vida, Cuanto más ciego va siendo, Que tiene el alma rendida Sin luz y a oscuras viviendo.
La noche de san Juan de la Cruz es la misma noche que todos conocemos, la noche de Dios, oscura, cotidiana, propicia para la oración, la contemplación sosegada, y la elevación del alma a Dios Elogio de las tinieblas V
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Adviértase que ahora, ya no se dice “en una noche oscura”, porque ya se trata de algo más oscuro, pues la noche, en sus extremos, con el final del ocaso y el comienzo de la aurora, aún tiene claridades, y además está la luna, es decir, no es una oscuridad total. Pero la oscuridad de la segunda estrofa es absoluta, no se distingue nada, pues estamos en “la oscuridad de
la fe”, es decir, ya no se trata de la oscuridad derivada de la contención de los apetitos de los sentidos, ahora, la oscuridad es del espíritu, porque en la búsqueda de la unión con Dios se han anulado las tres potencias del alma memoria, entendimiento y voluntad. ¿Y por qué ocurre esto? ¿Y la luz de la fe? La respuesta del santo es sencilla. La fe no necesita de ninguna de ellas, la fe anula por inútil el entendimiento, no necesita de la voluntad, no tiene que recordar nada. Solo existe la verdad de Dios.
Allí, en la húmeda dulzura donde la vida crece y late, la luz es siempre una extranjera, y la oscuridad retoza con las crías en el líquido amniótico donde flotan confiadas
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“Creo se va ya dando a entender algo como la fe es oscura noche para el alma y como también el alma ha de ser oscura o estar a oscuras de su luz para que de la fe se deje guiar a este alto término de unión.” (Subida del Monte Carmelo, capítulo 4, 1). Y añade con más precisión en el número cuatro del mismo capítulo: “Y así, grandemente se estorba un alma para venir a este alto estado de unión con Dios cuando se ase a algún entender, o sentir, o imaginar, o parecer, o voluntad, o modo suyo,…no sabiéndose desasir o desnudar de todo ello”. Así, salvando las distancias, más parece que en el camino espiritual de san Juan de la Cruz hacia la cima santa del Monte Carmelo, donde es el mismo Dios el que espera la llegada de las almas, esa oscuridad que se predica, densa y espesa, íntima y palpitante, es la misma oscuridad en la que lejos de todo deseo, influjo, o ruido del mundo exterior, late y crece la vida antes de salir a la luz de Dios. bn
Así, las tinieblas más oscuras, a salvo de la luz depredadora, llenan de vida y esperanza los entornos más delicados e intrincados del planeta, allí donde la obra del Creador no puede ser juzgada por la cantidad de luz que se recibe, y que como la luz, fueron bendecidas por Dios en el día sexto de la creación del mundo
nombre artículo
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Ramón Domínguez Balaguer Director de la extensión dominicana del Pontifício Instituto Juan Pablo
II
Es un hecho: el cristianismo ha sido la única religión que ha sufrido contradicción y ha sido rechazada, odiada y perseguida casi desde sus inicios. Jesús aparece como causa de contradicción entre sus mismos correligionarios judíos que le llevaron a la cruz, y sus seguidores fueron brutalmente hostigados por la Sinagoga primero y por el Imperio Romano después. Pero la persecución de los cristianos, a la par que hecho histórico es un verdadero escándalo de la historia, hasta el punto de que algunos han querido negarlo
La persecución en sus comienzos En una sociedad relativista, como era la romana de los primeros siglos, la cuestión religiosa no era un problema de extrema gravedad. Bien es verdad que religión, política y vida social estaban estrechamente unidas, tanto es así que no se concebía que un ciudadano dejase de honrar a los dioses de su ciudad. Platón en su obra “La República” lo hace ver con toda claridad:
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quienes no se sometían a los dioses de la ciudad eran considerados como ateos y traidores a la misma. Este fue el motivo que adujeron los enemigos de Sócrates para buscar su muerte. Pero, y puesto que los dioses eran propios de la ciudad o de la nación, cada pueblo tenía derecho a adorar a sus lares nacionales, pues eran ellos los que garantizaban la prosperidad del lugar. Así entendemos la queja de los deportados por Asiria al territorio de Israel, que por desconocer el culto del dios del lugar, les sobrevenían toda clase de desgracias.
razón creadora Así pues, Roma era como los demás pueblos. Todos los que estaban sometidos a su poder debían honrar a los dioses de Roma para no poner en peligro la estabilidad del Imperio, pero admitían que los pueblos sometidos siguieran sirviendo a sus propios dioses, que eran adoptados por Roma y
colocados en el Panteón, un templo dedicado a todos los dioses. De este modo, ningún culto ni ninguna creencia fueron molestados por el Estado, incluso el culto judío, pues se consideraba el culto al Dios nacional del pueblo judío, sin pretensiones expansionistas ni proselitistas.
Roma era como los demás pueblos. Todos los que estaban sometidos a su poder debían honrar a los dioses de Roma para no poner en peligro la estabilidad del Imperio Cristianofobia y persecución a los cristianos
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razón creadora ¿Por qué, entonces no se dio el mismo trato al cristianismo? Porque a diferencia de los demás, el cristiano se presentaba como portador de la Verdad y exponente de una religión universal destinada a sustituir a todas las demás que no eran más que burdos sometimientos a los dioses de este mundo. Aun cuando, como ciudadanos no tenían reparos en observar las leyes del lugar, fieles a la indicación de su Fundador de dar al César lo que le corresponde, se negaban a concederle lo que sólo compete a Dios, ya que Cristo y no el César, es el Señor. Algo que Roma no estaba dispuesta a tolerar. Este es el escándalo histórico, cómo un pueblo eminentemente tolerante y basado en el derecho, pudo ser causa de la más
estricta intolerancia y del más brutal atropello de la justicia y de los derechos de algunos de sus ciudadanos. No es que fueran sus gobernantes excesivamente malvados, como pudo ser el caso de Nerón y, tal vez, Domiciano, porque la mayoría de ellos fueron grandes estadistas y personas justas y honradas como Trajano, Marco Aurelio y hasta el mismo Diocleciano. ¿Qué motivó, entonces, tan sangrienta y repetida represión de los cristianos? Porque a los ojos de los gobernantes y por las calumnias e injurias del populacho, los cristianos eran considerados como enemigos de la prosperidad del Estado y, por tanto, de la paz y seguridad del género humano, y porque con su misma vida eran un reproche continuo a las costumbres licenciosas de la sociedad antigua.
Cristo y no el César, es el Señor. Algo que Roma no estaba dispuesta a tolerar
Tanto en el mundo islámico fundamentalista, como en la sociedad relativista occidental, no se permite la disidencia, unos por una razón, otros por otra, pues allí donde hay una ideología, un pensamiento único y totalitario no cabe la libertad de conciencia ni la tolerancia religiosa
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razón creadora La persecución en la actualidad Hoy estamos viviendo una situación muy similar a la de entonces, aunque las motivaciones no sigan siendo las mismas. ¿Por qué se sigue persiguiendo por su fe a los cristianos y sólo a los cristianos? Se habla mucho de islamofobia, pero ésta, si se da, no se refiere a las creencias del Islam sino a su actuación concreta dentro de la sociedad. No se habla tanto de cristianofobia, pero es con mucho la más extendida, y esta se refiere en exclusiva al hecho de profesar la fe en Cristo. La mayor parte de las personas perseguidas hoy en el mundo por cuestiones religiosas son por la fe cristiana, tanto en países fundamentalistas como son algunas naciones musulmanas o grupos exacerbados hindúes, como en los países “democráticos” del occidente, que discriminan sistemáticamente las manifestaciones cristianas y sólo las cristianas.
Una primera explicación puede deberse a que todas las religiones “humanas”, que han tenido su origen en el intento del hombre de buscar respuestas a sus interrogantes esenciales, son humanas y no afectan al dominio que tiene el demonio sobre los reinos de este mundo, sólo el cristianismo es divino y radical, sólo él llama al hombre al compromiso radical y total. Por otro lado, aunque religión y política, gracias al cristianismo, hay que subrayarlo, están separadas en la sociedad, a excepción del mundo islámico, se da, con todo, una ideología única con pretensiones de dominio universal que no admite ningún tipo de disensión. Por esto, tanto en el mundo islámico fundamentalista, como en la sociedad relativista occidental, no se permite la disidencia, unos por una razón, otros por otra, pues allí donde hay una ideología, un pensamiento único y totalitario no cabe la libertad de conciencia ni la tolerancia religiosa.
Cristianofobia y persecución a los cristianos
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Esto explica, en parte, el hecho de una sociedad relativista como en la antigüedad romana y una sociedad relativista como la nuestra en la que, en ausencia de una verdad común, se impone de hecho la ideología del más fuerte, no tenga cabida la libertad, ninguna clase de libertad: ni la de conciencia, de expresión, de religión o de pensamiento, pues todas las libertades están sacrificadas al Moloch del pensamiento único: sea el fundamentalismo islámico, que busca someter el mundo entero a Alá, de grado o por la fuerza, como el fundamentalismo laicista del pensamiento único que quiere imponer a todos la absurda ideología de género. Ni en uno ni en otro caso, tienen cabida la tolerancia ni el respeto a las libertades individuales y colectivas de las personas, despojadas, en algu-
nos casos de su derecho más fundamental como lo es el derecho a la vida, tanto de los no nacidos, como de los enfermos y desahuciados de la sociedad. Por esta razón, la Iglesia, defensora de la libertad y el respeto que se merecen las personas como seres llamados por Dios a la inmensa dignidad de ser un día copartícipes de la misma dignidad divina, está siendo perseguida y lo estará, cada vez con más saña, en nuestros días inaugurando una nueva era de mártires, que en nada tiene que envidiar a la primera sino que la está superando con creces. Pero hoy como ayer, el martirio de la Iglesia fue, es y será, una gran gracia de Dios para el mundo, puesto que la sangre de los mártires es derramada para la salvación de muchos.bn
Islamofobia no se refiere a las creencias del Islam sino a su actuación concreta dentro de la sociedad; cristianofobia se refiere en exclusiva al hecho de profesar la fe en Cristo
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Buenanueva
Un niño protestante de seis años a menudo había escuchado a sus compañeros católicos rezar el Ave María. Le gustó tanto que lo memorizó y lo oró todos los días. “Mira, mami, qué hermosa oración”, le dijo a su madre un día. “No lo vuelvas a decir”, respondió la madre. “Es una oración supersticiosa de los católicos que adoran ídolos y piensan que María es una diosa. Es una mujer como cualquier otra. Vamos, toma esta Biblia y léela. Contiene todo lo que tenemos que hacer”. A partir de ese día, el niño dejó de rezar su Ave María todos los días y pasó más tiempo leyendo la Biblia.
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Un descubrimiento Un día, mientras leía el Evangelio, vio el pasaje de la Anunciación del Ángel a la Virgen. Lleno de alegría, el niño corrió hacia su madre y le dijo: “Mami, encontré el Ave María en la Biblia: ‘Salve, llena de gracia, el Señor está contigo: bendita eres entre las mujeres’. ¿Por qué lo llamas así? una oración supersticiosa? “ Ella no respondió. En otra ocasión, encontró la escena del saludo de Isabel a la Virgen María y el bello cántico del Magníficat, en el cual María anunció: ‘de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bendita’. No le dijo nada a su madre y comenzó a rezar el Ave María todos los días, como solía hacer. Sentía placer al decirle esas bellas palabras a la Madre de Jesús, Nuestro Salvador.
Valor para evangelizar Cuando cumplió catorce años, un día escuchó a su familia hablar sobre Nuestra Señora. Todos dijeron que María era una mujer común. El niño, después de oír sus razonamientos erróneos, no pudo soportarlo más y, lleno de indignación, los interrumpió diciéndoles: “María no es como ningún otro hijo de Adán, manchado de pecado. ¡No! El Ángel la llamó LLENA DE GRACIA Y BENDECIDA ENTRE LAS MUJERES María es la Madre de Jesús y, en consecuencia, la Madre de Dios. No hay mayor dignidad a la que una criatura pueda aspirar. El Evangelio dice que todas las generaciones la llamarán bendita, mientras tratas de despreciarla. Tu espíritu no es el espíritu del Evangelio o la Biblia que usted afirma que es el fundamento de la religión cristiana”. La impresión que las palabras del niño le hicieron a su madre era tan profunda que solía llorar desconsoladamente: “¡Oh, Dios, me temo que este hijo mío algún día se unirá a la religión católica, la religión de los Papas!” Y de hecho, poco tiempo después, el hijo estaba convencido de que la religión católica era la única auténtica, la abrazó y se convirtió en uno de sus más ardientes apóstoles. El niño protestante y la Virgen María
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Unos años después de su conversión, el protagonista de nuestra historia descubrió que su hermana ya estaba casada. Quería saludarla y abrazarla, pero ella lo rechazó y dijo con indignación: “No tienes idea de cuánto amo a mis hijos. Si uno de ellos quisiera ser católico, primero enterraría una daga en su corazón antes que permitirles abrazar la religión de los papas”. Su enojo y temperamento eran tan furiosos como los de San Pablo antes de su conversión. Sin embargo, ella pronto cambiaría de opinión, como le sucedió a San Pablo en su camino a Damasco. Sucedió que uno de sus hijos cayó gravemente enfermo. Los doctores no dieron esperanza para su recuperación. Tan pronto como su hermano se enteró, la buscó en el hospital y le habló con afecto, diciendo: “Querida hermana, naturalmente quieres que tu hijo se cure. Muy bien, entonces haz lo que te voy a decir. Vamos a orar juntos un Ave María y prometer a Dios, que si tu hijo se recupera, estudiará la doctrina católica. Y en caso de que llegue a la conclusión de que el catolicismo es la única religión verdadera, la aceptará sin importar los sacrificios que esto implica”. Su hermana inicialmente se mostró reacia, pero quería que su hijo se recuperara, por lo que ella aceptó la propuesta de su hermano y oró con él un Ave María. Al día siguiente, su hijo fue completamente curado. La madre cumplió su promesa y comenzó a estudiar la doctrina católica. Después de una intensa preparación, recibió el Bautismo en la Iglesia Católica junto con toda su familia. Cuánto agradeció a su hermano haber sido apóstol de ella. 54
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Desenlace Esta historia fue contada por el padre Francis Tuckwell en una de sus homilías. “Hermanos”, concluyó, “el muchacho protestante que se hizo católico y convirtió a su hermana al catolicismo, dedicó toda su vida al servicio de Dios. Él es el sacerdote que les habla ahora. Cuánto le debo a la Santísima Virgen. ¡Nuestra Señora! Ustedes, mis queridos hermanos, dedíquense por completo a servir a Nuestra Señora y no permitan que pase ni un solo día sin decir la hermosa oración del Avemaría, así como su Rosario. Pídanle que ilumine las mentes de los protestantes que están separados de la verdadera Iglesia de Cristo fundada en la Roca (Pedro) y contra la cual “las puertas del infierno nunca prevalecerán”. bn
El niño protestante y la Virgen María
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En este artículo se presenta una escueta biografía de Karol Józef Wojtyła, posiblemente el personaje más relevante del siglo XX. La gran cantidad de datos que se ofrece en ella pueden ser de gran utilidad para quienes necesiten conocer su trayectoria vital con precisión y objetividad
Buenanueva Karol Józef Wojtyła, conocido como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyła y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él. Fue bautizado por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920 en la Iglesia parroquial de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de Cracovia y en una escuela de teatro.
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Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania. A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del “Teatro Rapsódico”, también clandestino. Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.
testigos de la verdad
Los cardenales reunidos en Cรณnclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Su Santidad Juan Pablo II
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testigos de la verdad Seguidamente fue enviado a Roma, donde, bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz (Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda. En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada “Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler”. Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania 58
El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak. El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967, con el título de San Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a título presbiteral. Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyła tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado.
testigos de la verdad
Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de la Iglesia y ha durado casi 27 años. Juan Pablo II ejerció su ministerio petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido por la “sollicitudo omnium Ecclesiarum” y por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas.
Más que todos sus predecesores se encontró con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones: más de 17.600.000 peregrinos participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de gobierno con las que se entrevistó durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.
Su Santidad Juan Pablo II
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testigos de la verdad Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.
Realizó numerosas canonizaciones y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias de beatificación -en las que proclamó 1338 beatosy 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la Iglesia.
Juan Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por la paz, especialmente en Asís.
Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales (más uno “in pectore”, cuyo nombre no se hizo público antes de su muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio cardenalicio.
Bajo su guía, la Iglesia se acercó al tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo futuro. Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía, promovió la renovación espiritual de la Iglesia.
Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria (1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999). Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37
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testigos de la verdad Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana. Publicó también cinco libros como doctor privado: “Cruzando el umbral de la esperanza” (octubre de 1994);”Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal” (noviembre de 1996); “Tríptico romano - Meditaciones”, libro de poesías (marzo de 2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria e identidad” (febrero de 2005). Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina. Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro.
Además de participar en el Concilio Vaticano II (1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyla tomó parte en las cinco asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado
El 28 de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini, vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005. bn
Su Santidad Juan Pablo II
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testigos de la verdad
Selva Rentero
¿Qué edad tenías cuando hicisteis el viaje que narras en Desgarrados? La edad del primer amor…No estaba demasiado lejos la primera adolescencia.
¿Qué recuerdas de la situación que teníais los niños en aquellos primeros años en que se levantaba el muro? Los niños son niños. Salvo que la situación sea terriblemente agresiva, los niños viven su mundo de niños y adaptan las circunstancias a ese mundo suyo. Yo hacía mi vida de infancia, dentro de lo que construía mi imaginación, en mi mundo de fantasía sumido en poesía. Como muchas veces, muchísimas en la historia y en la historia de cada persona, las cosas se ven y se entienden mirando hacia atrás, después…
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¿Cómo reaccionabais cuando veíais a los militares? No había ninguna reacción especial. Los militares eran señores como los demás, vestidos de uniforme. No significaban nada singular para nosotros. Tampoco en mi entorno se daban ocasiones de ver “militares”... Lo que estaba sucediendo no se plasmaba en ver militares patrullando las calles. En absoluto. Eran cambios, manipulaciones, decisiones que cambiaban nuestras vidas, que las harían cambiar sobre todo en el futuro… Pero los niños nada sabíamos entonces de todo eso, sucedían en otro nivel.
testigos de la verdad ¿En qué medida veías mermar tus derechos con aquella situación? De ninguna. Repito lo que he dicho antes. El mundo REAL no es así. La cuestión derechos, libertades, etc., todo eso son asuntos de la gente mayor. Y muchas veces son resultado de ambiciones e intereses políticos bastante espurios. Los niños no piensan en eso. La vida y el mundo en esa edad son más simples: tengo hambre, tengo sueño, necesito amor y seguridad que recibo de mis padres…
¿Qué lección de vida has sacado de lo que ocurrió?
Que la vida es indeciblemente hermosa. Desgarradoramente hermosa. Exultantemente hermosa. Y la agradezco a Dios, que me la ha dado, y me la ha dado así, como es, en todo momento, siempre.
Escritora rumana, vivió en su niñez la guerra en su país. Autora del libro “Desgarrados”
Angela C. Ionescu
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testigos de la verdad ¿Qué empujó a tu familia a cruzar al otro lado? Está todo relatado en el libro. Una situación insostenible, la vida se había hecho imposible. Mi padre no quiso hacerse del partido comunista y lo echaron del trabajo. Y a mi madre la acosaban sin cesar porque su marido no había querido hacerse del partido y se veía que la iban a echar también. Aparte de lo insoportable que se había hecho toda la situación del país.
¿Cuándo fuiste consciente de que era peligroso y no una excursión? Después. Como decía antes, mirando hacia atrás.
¿Te sentiste amenazada con tanta presión por comprobar los salvoconductos o solo era un hombre que hablaba el idioma que te habían enseñado en el colegio? No me sentí amenazada. Era más bien lo último. Pero ahí sí que jugó la inocencia de los niños, aunque yo no lo era ya. La situación era realmente MUY peligrosa.
¿En algún momento notaste que hubieras podido ser arrancada de tu familia por ser un capricho para ese soldado? No existía esa posibilidad. A los dos soldados les podía yo gustar mucho, y eso era evidente, pero no habrían podido hacer nada. En cuanto sonó la voz del mando, salieron despavoridos.
¿Desde la perspectiva del tiempo, hubieras obrado igual ahora? No había otro modo de obrar.
¿En qué momento fuiste consciente de que habías “salvado” a tu familia? Cuando lo dijo mi madre, lo intuí. Después –siempre después- me di cuenta realmente de que así había sido. Pero cuando de verdad tomé conciencia de ello, entendí en el mismo instante que allí había estado la mano de Dios. Y con toda sinceridad, no me atribuí ningún mérito ni me sentí heroína. Por eso el capitulillo lo encabecé con una cita de la Biblia: “¡Qué irrastreables los caminos de Dios!” Tengo facilidad y siento mucha atracción por la lengua y por las lenguas; el mundo de la palabra es mi mundo; me obligan a estudiar ruso en la escuela; lo aprendo con facilidad y con gusto, es un idioma hermoso. Y esa capacidad de contestar en ruso nos salva a todos…
¿Qué sientes cuando estalla un conflicto bélico?
Enorme tristeza y mucha indignación. Indignación contra el hombre. 64
testigos de la verdad
¿En qué momento fuiste consciente de que habías “salvado” a tu familia?
Cuando lo dijo mi madre lo intuí. Después –siempre después- me di cuenta realmente de que así había sido. Pero cuando de verdad tomé conciencia de ello, entendí en el mismo instante que allí había estado la mano de Dios.
¿Qué dirías a los niños que se encuentran en países en guerra? No les diría nada. No tengo palabras para esas situaciones. Si pudiera, les transmitiría que vivan su niñez. Que la vivan como puedan y cuanto puedan. Que sean niños. ¿No has visto tantísimas fotos de niños entre alambradas, escombros, metralletas, cañones, soldados…? ¡Y sonríen cuando les fotografían, y juegan entre las ruinas de las casas derribadas por los bombardeos!
A raíz de tu experiencia, ¿qué derechos son los que consideras que se deberían proteger en una situación de conflicto internacional para los niños? Proteger, como acabo de decir, la niñez. Que puedan ser niños. Pero eso en situaciones de guerra no es muy posible … Por tanto, que no haya guerras.
¿Ahora que eres mayor y mujer adulta, no te pones a pensar en lo que podían haberte hecho al poseer esa belleza núbil? Sería absolutamente inútil ese pensamiento. Y no se me ha ocurrido ni se me ocurre.
¿Has necesitado algún tipo de ayuda para sobrellevar lo que te pasó? No. He vivido. Pero eso es algo que deja una marca indeleble. Conozco a personas que han vivido situaciones similares, sea en Europa, sea en América. Hace poco he conocido “a distancia” a un poeta de Guatemala. Y leyendo sus versos, ¡encontré tanto de mí! Los arrancados de nuestros países nunca somos iguales que los demás. Hay un dolor profundo, casi siempre totalmente oculto para los otros, que nos acompaña siempre. Es herida que no cicatriza. Yo he sido feliz, he vivido siempre muy intensamente, he hecho muchísimas cosas… Y sigo así. Vivo a tope, situaciones y sentimientos, a veces soy muy feliz, otras profundamente desgraciada, a veces el mundo es brillante y lleno de color, otras negro y opaco… Pero sé con total certeza que aquel paso definitivo de fronteras me ha condicionado. No sería la que soy sin ese terrible desarraigo. Mejor o peor, pero diferente. Angela C. Ionescu
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¿Qué sientes cuando estalla un conflicto bélico? Enorme tristeza y mucha indignación. Indignación contra el hombre. Es algo muy similar a lo que siento por el destrozo de nuestra casa, la madre tierra. La casa que Dios hizo para el ser humano, como dice el papa Francisco…, ¡y para todos los seres!
¿En qué crees que ha podido afectarte, en tu forma de ser y actuar, las experiencias vividas? En todo. Soy el resultado de esas experiencias, para bien y para mal. Y más arriba lo he dicho un poco más detallado.
¿Perteneces, o sabes si existe, un grupo de apoyo para gente que ha vivido lo mismo que tú? No, no tengo ni idea. Tampoco me interesa demasiado.
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¿Qué lección de vida has sacado de lo que ocurrió? Que la vida es indeciblemente hermosa. Desgarradoramente hermosa. Exultantemente hermosa. Y la agradezco a Dios, que me la ha dado, y me la ha dado así, como es, en todo momento, siempre. bn ¿Qué dirías a los niños que se encuentran en países en guerra?
Si pudiera, les transmitiría que vivan su niñez. Que la vivan como puedan y cuanto puedan. Que sean niños. ¿No has visto tantísimas fotos de niños entre alambradas, escombros, metralletas, cañones, soldados…? ¡Y sonríen cuando les fotografían, y juegan entre las ruinas de las casas derribadas por los bombardeos!
Libros publicados por la autora Con su camisa y sus pantalones de color pardo verdoso, se confundía con los troncos y los helechos, era uno más del bosque, uno más entre las plantas y tantos animales que vivían su vida oculta, ignorada por casi todos los seres humanos. Formaba parte de un mundo que los hombres desconocían, un mundo lleno de aventuras, de sorpresas, de alegrías y también de sufrimientos, a veces de mucho sufrimiento.
La flor de las nieves Autora: Ángela C. Ionescu Edita: Bendita María PVP: 7,90 €
Este es el mundo de este cuento. Un mundo que muchos ignoran y a otros muchos no les importa destruir. Un mundo que el niño quiere proteger. Y ¿qué puede hacer un niño solo que no tiene más arma que unos prismáticos y un amor muy grande a todo aquello?
El viento misterioso Autora: Ángela C. Ionescu Edita: Bendita María PVP: 7,90 €
Este no es un libro sobre la historia reciente de Europa. Tampoco es una exposición objetiva de lo que en nuestro continente se vivió hace ya unas décadas. Es la narración apasionada de un fragmento de una vida apasionada, que brotó en un oasis de felicidad y quedó desgarrada irremediablemente. Y así, desgarrada, quiere ser hasta el fin ofrenda apasionada a los pies del Dueño de toda felicidad y de todos los desgarros, el Dueño de la historia. Esa vida es la mía.
Nuestras vidas y los lugares por donde nos movemos a diario, todo está lleno de belleza, de infinita poesía, todo es como un inmenso tesoro que se nos ha regalado, todo es como una inacabable caja de sorpresas preciosas que Dios ha puesto a nuestro alcance desde que nacimos. Y nuestra tarea es conservar ese tesoro. Cuando lo perdemos el mundo se llena de tristeza y de oscuridad, como lo vio el niño de este cuento: “Solo quería llorar y llorar, llorar aquella pérdida para siempre, sin remedio, que ya no podría repararse nunca, nunca, nunca... Pero también comprende el niño que tiene que intentar que nunca más suceda algo tan doloroso. “Te lo prometo, abuelo. No volverá a pasar, yo lucharé por ello... Abuelo, créeme, créeme, te lo prometo, de verdad...”
Desgarrados Autor: Ángela C. Ionescu ISBN: 978-84-945815-3-3 Nº Pag: 116 PVP: 12,80
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aldea planetaria
San Agustín << Porque la sabiduría de Dios se extiende firmemente de uno a otro extremo de la realidad (…) Busca, pues, la suprema armonía (…) Encamínate hacía allí donde la luz de la razón se eleva. ¿Adónde se encamina todo el que razona correctamente sino a la verdad?, la cual no se descubre sólo mediante el raciocinio, sino con el deseo de poseerla >>. “Devera religione”, 39
Aristóteles
<< Esto es lo propio de los humanos frente a los demás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y de lo malo, de lo justo y de lo injusto, y de las demás apreciaciones. La participación comunitaria en ésta funda la casa familiar y la ciudad. Después de dejar claro de qué partes está compuesta la ciudad hay que hablar en primer término de la administración de la casa, porque toda ciudad está compuesta por cosas >>. “Política”. De los caps II y III del Libro I.
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César Allende Ya es un lugar común la ciudad como casa de todos los hombres. El propio Aristóteles habla en “Política” de la casa, de la aldea y de la ciudad. Y lo hace para insistir en la idea de que lo primero y anterior a todo es la totalidad, donde las partes o miembros encuentran su sentido, precisamente por su dependencia y función respecto del todo. Desde el filósofo hasta hoy, el camino recorrido en la reflexión política, en el mejor sentido del pensamiento sobre la realización plena del ser humano como animal cívico (“politicon”) ha sido complejo y fecundo, a la vez. Hemos aprendido lo bueno y lo malo de las creaciones y configuraciones de los agregados humanos. Hemos aprendido pero no lo suficiente como para haber despejado todas las incógnitas y conjurando todas las amenazas que se ciernen sobre nuestros lugares de vida. Y, de vuelta a nosotros mismos; de la observación del trato dado a esos hábitat, a esa casa en que vivimos, hemos aprendido también algo a propósito de cómo somos y de qué somos capaces. Muestra el mundo en su aspecto
ciertamente ambivalente; una de sus caras pone de manifiesto hasta qué punto el animal humano tiene tendencias muy poco racionales y demasiado irracionales o animales sin más. Algo emerge, no obstante, en nuestra cultura occidental actual: las fronteras entre las diversas formas de agrupación humana sobre la tierra están siendo progresivamente menos nítidas, de modo que la secuencia (simplificada) de casa, aldea y ciudad se desdibuja a favor del realce que cobra el cobijo mayor: hoy la ciudad lo es todo; todo (o casi) es ya hoy la ciudad. Las casas y las aldeas se han permeado de lo que el hombre urbano piensa que ha de ser su lugar en el mundo, su hogar. La “aldea global” expresa este fenómeno, cada vez hay más expandido, de oicofagosis y komefagosis por parte de las polis. Lo de hoy es una ciudad globalizada que se ha ido imponiendo a los demás núcleos de asentamientos humanos. Hasta cierta publicidad propagandística ha hablado de la República independiente de mi casa. Aldea urbana, Ciudad perfecta
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aldea planetaria Quizá tuviera razón Wittgenstein cuando escribía en el “Tractus” que mundo es todo aquello que acontece: lo físico, lo psíquico, lo moral, lo estético… hasta lo onírico y las desideratas que pueblan las regiones más recónditas y oscuras de la intimidad individual de que hablábamos al principio. Algo tiene de más que sí mismo una cosa para convertirse en acontecimiento. La naturaleza en sí misma aún ni es mundo en sentido riguroso de habitáculo humano; lo es al ser tratada por el hombre de una manera específica al soportar una relación con él que deja en ella la impronta del agente humano: una vez será constructiva y otra destructiva. Por esto en el artículo anterior propuse la palabra “ciudad” como categoría de comprensión de lo que el mundo es y de lo que es mundo: porque dice la dialéctica que impone el hombre a la realidad entorno. Construcción – deconstrucción – reconstrucción es la ruta de nuestra relación con el mundo que nos circunda, en sus tres géneros: mineral, vegetal y animal. A medida que sobre la superficie de la tierra un ser, progresivamente más bípedo, iba “tratándolo” más y más en función de sus intereses como especie singularizada de las demás, esta tierra era menos “planeta solar” y más solar humano. Estar en la tierra fue siendo cada vez más estar sobre la tierra: la cultura nació de la articulación de la cosmología, la física y la antropología como unidades de conocimiento y control natural que desembocaron en una concepción unitaria sobre nuestro planeta azul que va mucho más allá del mero saberse puestos en un medio determinado, seco o húmedo, frio o cálido, en el occidente o en el oriente, etc., de modo que en la tierra “están todas las especies de seres que no sean de la especie humana. Esta,
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al congregarse comunitariamente lo hace, culturalmente: transforma “estar en” en “habitar sobre”, culturizando el soporte natural y dominándolo. En este proceso de culturización es fundamental el lenguaje y el pensamiento sobre el mundo. El hombre es capaz de pensar su ejercicio sobre la tierra, expresarlo y pasárselo a otros hombres. La ideologización de habitar una parcela de la tierra es clave de la transformación cultural, fenómeno paralelo al de la hominización. La compleja red de relaciones que el hombre establece con que se encuentra y en la que se encuentra, es la responsable del cambio de lo natural a lo cultural. Cuando un grupo de bípedos transita, y más aún cuando se queda y se asiente en un lugar, éste pasa a ser “suyo”; es decir, la culturización – hominización brota para la especie humana es una suerte de cosmoantropoginesis: el mundo y el hombre se originan a la par. De este modo, dos evoluciones se producen en una sola y la constituyen: el proceso es parejo para el mundo y para hombre hasta unificables en uno.
La naturaleza en sí misma aún ni es mundo en sentido riguroso de habitáculo humano; lo es al ser tratada por el hombre de una manera específica al soportar una relación con él que deja en ella la impronta del agente humano: una vez será constructiva y otra destructiva
aldea planetaria Las ciencias arqueológicas, históricas, biológicas y la antropología cultural han arrojado luz sobre este fenómeno simultáneamente mundanización y hominización. Cuando un individuo o todo el grupo homínido agudizaba un palo y lo utiliza para cavar el suelo, o cuando golpea una plancha de sílex y la hace cortante, a la par que transforma el medio en mundo, su mano deviene humana y su mente alcanza un nivel superior porque cataloga y significa dicho medio con hábitat, superando así su territorialidad. En ciernes está ya la casa, la aldea… la ciudad. El proceso no será, ciertamente,
lineal y carente en todo lugar y para todo grupo de retro-cesos; aún hay eslabones que faltan o no se conocen bien; pero aquí lo que interesa es apuntar a la única evolución sintética de mundo y hombre, intrínsecamente interconectadas y mutuamente influyentes. En la teoría neodarwinista hay cierta propensión a construir “otra teoría” en paralelo, saliéndose de los límites estrictamente observacionales y empíricos. La frontera entre antropogénesis y antropología no es difícil de sobrepasar; fenómeno éste que se da también a la inversa.
De la observación del trato dado a esos hábitat, a esa casa en que vivimos, hemos aprendido también algo a propósito de cómo somos y de qué somos capaces. Muestra el mundo en su aspecto ciertamente ambivalente; una de sus caras pone de manifiesto hasta qué punto el animal humano tiene tendencias muy poco racionales y demasiado irracionales o animales sin más
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No obstante esto, el mundo que hemos construido, visto desde arriba, a ojo de pájaro o de dron, presenta un aspecto prometedor: las megápolis y amplias zonas aún sin “urbanizar” enseñan, a la vez, lo que hemos hecho y lo que nos queda por hacer, en una ambivalencia característica del hacer humano: podemos construir a mejor, o bien podemos deconstruir. Pero lo inevitable es arrastrar con nosotros al mundo. Este es un aspecto sustancial de la “evolución” integradora que le es dado al hombre experimental. El proceso evolutivo al que asistimos es un reto una propuesta: simultáneamente se recortan sobre el horizonte ciudades nuevas y hombres nuevos. Ya Zubiri escribía (“Naturaleza, Historia, Dios”) por los años 60 que el mundo de las cosas no es un mero “además” del hombre. De la mutua interacción surge lo nuevo, pero sin absoluta garantía de ser “nuevo y mejor”; lo que demanda estar atentos al alcance, densi-
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dad metafísica e implementación ética de la novedad a que asistimos. Es una tarea ineludible. Desde finales de la década de los 90 del siglo pasado, emerge en nuestras ciudades un hombre nuevo; y lo hace de entras esas estructuras y planificaciones urbanísticas. Hoy ya cabe preguntarse dos cosas respecto de él; primera: si acordamos la lente al detalle, ¿cuál es el contexto ideológico en el que se origina?; segunda: ¿se trata en verdad de un “hombre nuevo” o de una mitologización del hombre emergente, que nos pasa de ser “novedoso”? Por razones obvias aquí mismo no cabe un análisis pormenorizado de las respuestas, pero sí podemos articular algunas ideas necesarias a la comprensión del fenómeno humano hodierno. La raíz de algunas constantes de dicho fenómeno viene de lejos, pero aún simplificando, señalamos algunas: la religión secular, la estatalización de la acción “política-urbana” y el vaciamiento de la tradicional “naturaleza humana”.
aldea planetaria La conjunción del fenómeno secularista (en tanto que renuncia de la Transcendencia por una concepción inmanentista de lo real y su causalidad) con la invasión del Estado de aquellas áreas de pensamiento y acción que deben permanecer sin estatalizar, sin ser dirigidos por aquel y la conclusión de que la metafísica ya no sirve para una ontología o saber acerca del ser en sí que nos asegure que el ser humano es algo más que historia, cambio permanente, la conjunción, digo, de estos elementos contextuales al “hombre nuevo” amenazan de mitologización la filosofía que se está haciendo de él; es una proceso en cierto modo parecido al de la mitologización de la Ciencia (F. José Soler Gil: “Mitología materialista de la Ciencia”. Encuentro. Madrid. 2013). La cuestión es: si el pretendido hombre nuevo nace de un medio cultural mitológico (en su sentido menos admisible y positivo), es decir, vaciado de una metafísica consistente y sólo aceptado como medio de diálogo con el mundo, el mito de auténtico no es incompatible, sino lo contrario, con un pensamiento fuerte de cuño ontológico: recuperar la metafísica es de todo punto necesario como preservación de la fascinación de lo novedoso tanto para el ser humano como para las cosas y creaciones culturales. Esto lleva a la propuesta de un relato que articule el paradigma científico, el patrimonio intelectual o de pensamiento junto con las creencias y el universo simbólico figurativo y estético, si por hombre nuevo queremos algo más que una abstracción o “figura imaginada”, en lo que << habrá desaparecido la naturaleza humana según ha sido hasta ahora. Un nuevo Adán >> (D. Negro: “El mito del hombre nuevo”. Encuentro. Madrid. 2009; p.412).
Si ésta es la cuestión, el problema se reformula en términos de cómo conciliar un nuevo orden urbano, “político”, en el sentido aristotélico, con el nuevo orden antropológico que se presenta solicitando una identidad y subjetividad nuevas, más que sólo novedosa. X. Insanti ha hablado de recuperar al Teoría crítica, para salvar al hombre que se levanta en las ciudades que él mismo levanta. (“Filosofar o morir”. Plaza y Valdés. Madrid. 2017). Nada nos garantiza la salida de la dialéctica “construccióndeconstrucción” si no un hombre liberado de su neurosis de intranscendencia y novedosidad secularista. Cabe la posibilidad de empujar hacia un hombre renovado, recobrado de la obsesión por lo trans y lo post: transhistoria, transhumanismo, poshumano y posverdad, etc. yo creo que es necesario y posible. bn
La especie humana al congregarse comunitariamente lo hace, culturalmente: transforma “estar en” en “habitar sobre”, culturizando el soporte natural y dominándolo. En este proceso de culturización es fundamental el lenguaje y el pensamiento sobre el mundo
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luz para el mundo
Rosa Corazón | Abogada rotal
Una senora ante el Papa 1.- En Santa Marta el 14 de marzo de 2017:
Al terminar la Santa Misa en Casa Santa Marta del Vaticano, tras saludar al Papa Francisco los sacerdotes que habían concelebrado con él la Santa Misa y el grupo de una parroquia romana, con su párroco a la cabeza, se acercó una señora y le dijo: “Tengo un peso en el alma.” Los ojos se clavaron, unos en otros.
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La señora continuó: “esta es mi familia”, mostrándole una foto de hacía años con sus padres y los nueve hermanos. El Papa les bendijo. Continuó: “mi madre, señalándola, murió con 40 años y... nos dejó. Después, este pequeño –y señaló al benjamín, que cuando murió mi madre tenía 6 años- falleció con 33 años, de un modo trágico. Después éste –y señaló a otro hermano- mi compañero, mi queridísimo hermano, lo encontré muerto en su casa hacía 3 días. Al año siguiente murió éste –y señaló a otrotambién de repente... ¿Puedo tener esperanza de gloria?,” le preguntó. El Papa había ido poniendo cara de dolor, compartiendo con esa buena mujer su tragedia... Y ante tal pregunta, unos ojos clavados en los otros. El Papa le respondió: por supuesto, ni lo dudes... La duda le ofende. Pero ¿y la gracia?, le increpó la mujer. ¡La gracia es Él! Al salir de la Capilla, la mujer lloró, lloró y lloró... ante el cuadro de la Virgen de los Nudos de la entrada, hasta que se fueron todos. Y, tranquila, se quedó a solas con Ella. Recordó de nuevo que su hermano pequeño, al fallecer, asía fuertemente en las manos un Crucifijo. Devoción que aprendieron de su buen padre, que se quedó viudo con cincuenta y pocos años y nueve hijos, y dio la vida por ellos.
mosaico
Siempre hay esperanza
2.- Mensaje del Papa Francisco en Twitter el 8 de noviembre de 2017:
Sólo la fe puede transformar el final de nuestra vida terrena en el inicio de la vida eterna.
3.- En la Audiencia General del 25 de octubre de 2017, al terminar la catequesis sobre la esperanza, el Papa Francisco afirmó: El Paraíso es el abrazo con Dios, Amor infinito y entramos gracias a Jesús, que murió en la Cruz por nosotros. El Paraíso es la meta de nuestra esperanza. No existe ninguna persona, por muy mala que haya sido en la vida, a la que Dios le niegue su gracia, si se arrepiente.
Es allí, en el Calvario, donde Jesús tiene la última cita con un pecador, para abrirle, también a él, las puertas de su Reino. Esto es interesante: es la única vez que la palabra “paraíso” aparece en los evangelios. Jesús se lo promete a un “pobre diablo” que en el madero de la cruz tuvo el valor de hacerle la más humilde de las peticiones: “Acuérdate de mí cuando entres en tu reino” (Lc 23,42). No tenía buenas obras que ofrecerle, no tenía nada, pero confiaba en Jesús, al que reconoce como inocente, bueno, tan diferente de él (v. 41). Y fue suficiente esa palabra de humilde arrepentimiento para tocar el corazón de Jesús. ¡Hoy, estarás conmigo en el Paraíso! El buen ladrón nos recuerda nuestra verdadera condición ante Dios: que somos hijos suyos, que siente compasión por nosotros, que está desarmado cada vez que le manifestamos la nostalgia de su amor.
Ante Dios, nos encontramos todos con las manos vacías, pero esperando en su Misericordia. En el Calvario de ese viernes trágico y santo, Jesús llega al extremo de su encarnación, de su solidaridad con nosotros, pecadores. Allí se cumple lo que el profeta Isaías había dicho del Siervo doliente: “Fue contado entre los malhechores” (53,12 y Lc. 22,37).
uy mala No existe ninguna persona, por m os que haya sido en la vida, a la que Di le niegue su gracia, si se arrepiente
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luz para el mundo
No hay nadie, por muy mal que haya vivido, al que solo le quede la desesperación y le esté prohibida la gracia En las habitaciones de tantos hospitales o en las celdas de las prisiones, este milagro se repite infinidad de veces: no hay nadie, por muy mal que haya vivido, al que solo le quede la desesperación y le esté prohibida la gracia. Ante Dios todos nos presentamos con las manos vacías, un poco como el publicano de la parábola que se había puesto a rezar al fondo del templo (Lc 18:13). Y cada vez que un hombre, haciendo el último examen de conciencia de su vida, descubre que las faltas superan ampliamente las buenas obras, no debe desanimarse, sino confiar en la misericordia de Dios. ¡Y esto nos da esperanza, esto nos abre el corazón! Dios es Padre, y espera hasta el final nuestro regreso. Y al hijo pródigo que vuelve y comienza a confesar sus faltas, el padre le tapa la boca con un abrazo (véase Lc 15:20). ¡Este es Dios: nos ama así!
En la hora de la muerte, el cristiano repite a Jesús: “Acuérdate de mí”. E incluso si no hubiera nadie que se acordase de nosotros, Jesús está allí, a nuestro lado. Quiere llevarnos al lugar más hermoso que existe. Quiere llevarnos allí, con lo poco o lo tanto bueno que ha habido en nuestras vidas, para que no se pierda nada de lo que Él ya redimió. Y a la casa del Padre llevará también todo lo que en nosotros aún necesita redimirse: las faltas y los errores de una vida entera. Esta es la meta de nuestra existencia: que todo se cumpla y sea transformado en amor. Pedir que, en el último momento de nuestra vida, Él se acuerde de nosotros y nos abra las puertas del Paraíso, porque el Paraíso es el abrazo con Dios, Amor infinito.
4.- Y entre medias, la Virgen:
El paraíso no es un lugar fabuloso, ni tampoco un jardín encantado.
“Corazón Dulcísimo de María, sed la salvación del alma mía”.
El Paraíso es el abrazo con Dios, Amor infinito, y entramos gracias a Jesús, que murió en la cruz por nosotros.
“Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ahora y en la hora de nuestra muerte”, pidámosle a la Virgen.
Donde está Jesús, hay misericordia y felicidad; sin Él hay frío y tinieblas.
Y el prototipo de la oración de la esperanza: la oración del Ángelus: “Seamos llevados, por los méritos de su Pasión y Cruz, a la gloria de la Resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén”.
Esta es la meta de nuestra exis tencia: que todo se cum pla y sea transfo rmado en amor 76
5.- Eché en falta, en el revuelo posterior a
los dos Sínodos de obispos sobre la Familia celebrados en el Vaticano en los años 2014 y 2015 sobre si los divorciados que conviven maritalmente podían o no comulgar, añadir “salvo en peligro de muerte” que no se dijo nunca, para que sea una verdad grabada a fuego en el alma que cada uno recuerde, sea cual sea su situación llegado el momento final de esta vida en la tierra. bn
Para más información:
ver http://www.religionconfidencial.com/catolicos/conocida-Rota-mejoras-nulidad-matrimonial_0_2751324867.html
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La vida es tan buena maestra que si no aprendemos la lección, nos la repite. Por esta razón, muchas veces tenemos que lidiar con la desesperación y la frustración de que nada va bien. No existen manuales de supervivencia, pues a vivir aprendemos cuando el fuego toca nuestra piel. Con el tiempo aprendemos a manejarnos por la vida, a saber dónde pisar y a tomar perspectiva. Jorge Luis Borges nos legó este bonito texto que ejemplifica todo aquello que aprendemos “practicando” eso del vivir, es decir, tropezando y levantándonos una y mil veces
Con el tiempo aprendí la sutil diferencia que hay entre sostener la mano de alguien y encadenar un alma. Con el tiempo aprendí que el amor no significa apoyarse en alguien y que compañía no siempre significa seguridad. Con el tiempo… empecé a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas. Con el tiempo aprendí que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo… te das cuenta de que casarse solo porque “ya urge” es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso. 78
Con el tiempo te das cuenta de que los amigos son la familia que nos permitimos elegir, y que valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Con el tiempo entendí que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas. Con el tiempo aprenderás que tienes más de tus padres en ti de lo que supones y que hasta las personas buenas podrán herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.
educación para la vida Con el tiempo aprendí que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendí que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes… Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado. Con el tiempo aprendí a construir todos mis caminos en el hoy, porque el futuro, es demasiado incierto para los proyectos y tiene la costumbre de caer en el vacío.
Con el tiempo aprendí que hay que creer en hechos, no en palabras, que grandes amigos pueden volverse grandes desconocidos, aprendí que estar enamorado es la más bella de las locuras. Que cuando las palabras fallan, la música habla, que no importa que tan fuerte seamos, todos en algún momento necesitamos un abrazo. Que la palabra escrita, escrita se queda. Que porque alguien no te ame, de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero no saben como demostrarlo. Que no hay arma más poderosa que las palabras. Que una sonrisa tiene el poder de cambiar el mundo. Que si quieres algo, tienes que levantarte e ir tras ello. Y, sobre todo he aprendido que en la vida, no se trata de ser perfecto, se trata de ser feliz. Con el tiempo aprendí que las cosas pasan cuando tiene que pasar. Que el dar todo no significa que lo recibirás todo.
Lo que aprendemos con el tiempo
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Que una buena siembra no significa una buena cosecha. Que los momentos son cortos y por eso hay que disfrutarlos. que las lágrimas no las merece quien las hace llorar y que el tiempo de Dios es perfecto. Solo le pido a Dios que me enseñe mañana tanto o más de lo que aprendí hoy…
Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amig... ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…
Con el tiempo comprendí que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema. Así que uno planta su propio jardín Y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, Y uno aprende y aprende… Y con cada día uno aprende.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado. 80
Pero desafortunadamente… esto solo lo entendemos con el tiempo.
-Jorge Luis Borges-
Dra Raquel Fdez de Bobadilla Osorio • Especialista en cirugía oftalmológica de Cataratas • Laser para Miopía • Lentes Intraoculares Trifocales para Presbicia, Miopía y Astigmatismo • Tratamientos de Glaucoma y Enfermedades de la Mácula Asociadas a la Edad
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luz para el mundo
Ramón Domínguez Balaguer Director de la extensión dominicana del Pontifício Instituto Juan Pablo
II
La sagrada Escritura habla con relativa frecuencia del tema de la “ira de Dios”, del día del juicio en el que el Señor vendrá a visitar a su pueblo para dar a cada uno según sus obras. Vemos, también, en el Antiguo Testamento, las reiteradas advertencias que hace Dios a su pueblo por medio de los profetas, llamándolo a la conversión para que, abandonando a los ídolos, se vuelvan hacia el Señor su Dios, así como los castigos terribles que caen sobre este mismo pueblo por su impenitencia y que culminarán con la doble destrucción del reino del Norte, primero, y después del reino de Judá, siendo deportados sus habitantes y conducidos a un duro destierro del que sólo retornarán unos pocos de Babilonia: el resto de Judá
La “ira de Dios” es por amor Uno podría preguntarse ¿cómo es posible que el Dios de la misericordia actúe tan duramente contra sus hijos descarriados? Antes es preciso comprender el tipo de relación que Dios quiere establecer con todos los hombres, manifestado ya en el hecho de la creación por la Palabra y en la Alianza especial que ha establecido con el pueblo de Israel. Dios es amor y el amante quiere hacerse uno con la persona amada, por ello, se dona completamente a
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su pueblo estableciendo con él una alianza esponsal. En el Sinaí, Dios se ha desposado con su pueblo Israel y Él es siempre fiel a este pacto esponsal. Pero cuando el pueblo se aleja de Dios para servir a los ídolos, se comporta como la mujer infiel que se va tras otros amantes alejándose de Aquel que le da la vida. Abandona la fuente de aguas vivas para ir a beber a cisternas agrietadas que no retienen el agua.
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¿Y qué padre no corrige a su hijo cuando ve que se está descarriando? Por todo ello, podemos concluir que lo que la Biblia califica de “la ira de Dios”. No es más que un acto de amor de Dios que aplica la medicina para curar, por dolorosa que ésta pueda resultar.
Por lo cual, Dios, como esposo amante, advierte al pueblo de su locura, no sea que se pierdan vanamente y encuentren la muerte lejos del Señor. Utilizando otra imagen, las escrituras hablan del Dios como Padre amoroso que cuida con esmero a su hijo, como dirá el profeta: Cuando Israel era niño, yo le amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Cuando más lo llamaba, más se alejaba de mí;… Yo enseñé a Efraím a caminar, tomándole por los brazos, pero ellos no conocieron que yo cuidaba de ellos. Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor, y era para ellos como quien alza a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer. Volverá al país de Egipto y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse.
Sabemos que, a veces, las curas de Dios pueden resultar extremadamente dolorosas, como pudo comprobar Judá con el destierro a Babilonia y, por otra parte, leemos en la Escritura el relato de plagas y castigos que se abaten o abatirán sobre la humanidad a causa de los pecados de las personas y de las naciones. ¿Cómo un Dios de misericordia puede castigar tan duramente a sus hijos queridos? Para ello hemos de entender la naturaleza y la psicología del pecado. Pablo, escribiendo a los cristianos de Roma hace una detallada descripción de la sociedad de su tiempo que, perfectamente podría aplicarse a la nuestra. Describiendo la depravación moral en la que ha caído la humanidad por haber abandonado a Dios siguiendo los razonamientos insensatos de su corazón, por tres veces señala que por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón…,
Dios es amor y el amante quiere hacerse uno con la persona amada, por ello, se dona completamente a su pueblo estableciendo con él una alianza esponsal La ira de dios
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luz para el mundo a pasiones infames…, a su mente insensata para que hicieran lo que no conviene. Es decir, que llegado a cierto punto, cuando las reiteradas advertencias de Dios llamando al hombre a la conversión, no son escuchadas, Dios les abandona a sus caprichos, endurece su corazón y cierra sus oídos para que no escuchen. No sea que se conviertan y los salve. Es otro modo de indicar que Dios deja de advertir y permite que el hombre se hunda en su pecado. No de otro modo han actuado los profetas: en un primer momento llaman insistentemente a la conversión pero, cuando se dan cuenta de que el pueblo no va a escuchar porque no quiere oír las advertencias y ven que toda palabra va a ser inútil, el profeta proclama que el castigo es inevitable, pero no por venganza divina, sino por la lógica propia del pecado que tiene amargas consecuencias. Hay, pues, de los que llaman al mal bien y al bien mal, pues en este caso no pueden escapar de la catástrofe.
Una vez que se ha llegado a esta situación, sólo una hecatombe puede salvarnos. Así le sucede al hijo pródigo, empecinado en su mal, únicamente cuando ha caído en la más negra miseria y no encuentra salida, puede reconocer su pecado y volver junto a su padre. Algo semejante ocurrió con el pueblo de Judá, por negarse a escuchar las palabras de Dios por boca de Jeremías, casi desapareció como pueblo y vivió una dura prueba de destierro, pero esta calamidad fue motivo de honda reflexión, ayudados por otros profetas y, gracias a esta cura de emergencia, pudo volver sobre sí y renacer como nuevo pueblo de la Alianza. Dios es amor pero su amor es un fuego devorador que purifica al hombre para que abandonando los caprichos insensatos de su corazón pueda volverse a Aquel que es su único bien. Por ello, la “ira de Dios” es una gracia, un acto de amor. Y este procedimiento sirve tanto para personas individuales como para pueblos, naciones o sociedades enteras.
Palabra para nosotros Una catástrofe puede ser un acto de misericordia de Dios para apartar al hombre del pecado que lo domina y le lleva a la autodestrucción. El ejemplo de Judá, la destrucción de Jerusalén y la prueba terrible del Exilio, es Palabra de Dios para todos nosotros y para todas las épocas de la historia. Pensemos en nuestros días: el pueblo elegido por Dios para llevar adelante su obra de salvación entre los hombres, la Iglesia, está en estos momentos en profunda crisis, muchos de los pueblos “cristianos” que han llevado la luz de la salvación al mundo entero, están hoy en un amplio proceso de apostasía, renegando
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de quien es la Verdad y la Vida del mundo. Están cayendo en gravísimas depravaciones morales, tales como las que describía Pablo a los romanos; no escuchan la voz de los profetas y desprecian a la Iglesia, tildándola de oscurantista, enemiga del hombre y fundamentalista; tal como decían los antiguos de los profetas, y al mal le están llamando bien, considerando como derecho lo que es abominación y al bien lo califican de mal, rechazando como cavernícolas a los que defiende la vida y poseen un poco de sensatez en medio de la locura colectiva que parece haberse adueñado de la sociedad occidental.
luz para el mundo Todo este cúmulo de disparates está llevando a la ruina del mundo civilizado occidental y sólo una catástrofe puede hacerle entrar en razón. ¿Será necesario llegar hasta este extremo? Sólo Dios lo sabe. Pero Occidente, en general, y Europa, en particular, están caminando a la deriva hacia el precipicio y es posible que únicamente un correctivo como el Exilio para Judá, pueda salvar al mundo cristiano de la ruina total. Por otro lado, ¿no serán los musulmanes que empiezan a cercar a Europa, los nuevos babilonios, instrumentos de “la ira de Dios” para corregir al pueblo de Dios?, ¿no será necesario aplicar una cura de urgencia para salvar lo que quede de sano en el cuerpo de Cristo, que es su Iglesia?
Todas las catástrofes que estamos experimentando tienen una misma raíz: España, Europa, Occidente, han abandonado a Cristo Verdad y Vida
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luz para el mundo El pecado lleva consigo funestas consecuencias y lo que pueda suceder no será nunca castigo de Dios, pues Él, fiel a su naturaleza, ama y ama siempre, pero deja que el pecado siga su curso, cuando el hombre se resiste a su gracia, y esto es, también, un acto de amor, ya que Él respeta la libertad y la autonomía del hombre, pero la lógica del pecado lleva necesariamente a la muerte. Una obra de misericordia de Dios es que, antes de que se llegue al final previsto de la impenitencia, venga necesariamente un remedio de emergencia que saje lo contaminado y salve a la persona. Todas las catástrofes que estamos experimentando, la situación política que se vive en el mundo y en España en concreto, como
la sedición en Cataluña, la deriva antisistema de Podemos y los partidos populistas, el abandono de los valores de la mayoría de los partidos que únicamente buscan consolidar su poder, etc., todo tiene una misma raíz: España, Europa, Occidente, ha abandonado a Cristo Verdad y Vida y se ha sometido al imperio de los ídolos de este mundo, incapaces, como todos ellos, de dar vida a un mundo que se está sumergiendo, cada vez más, en el sinsentido, la angustia y la desesperanza. Sólo el retorno a Cristo puede salvar a esta sociedad, y si para ello, hemos de pasar por duras pruebas de la “ira de Dios”, estas no serán más que actos de amor y misericordia de Aquel cuya gloria es que el hombre viva. bn
El pecado lleva consigo funestas consecuencias y lo que pueda suceder no será nunca castigo de Dios
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Nube
El pasado jueves, 14 De diciembre, se presentó en los salones de la popular parroquia Virgen de la Paloma de Madrid, NUBE, el segundo trabajo de Consuelo Martín, autora del libro de poesía “De colores... Mis estaciones” La escritora nos describe a través de este sencillo cuento de Navidad las aventuras y desventuras de Nube, un precioso corderito blanco. Además de entretener y divertir a nuestros pequeños y no tan pequeños, está tierna historia nos ayuda a transmitir una serie de valores como la amistad, la generosidad, la belleza y el amor, esenciales para vivir una vida cristiana y plena.
¿Alguna vez os habéis perdido? Qué susto, ¿verdad? Nuestro protagonista encuentra, sin esperarlo y viviendo divertidas aventuras, el camino que le llevará a su maravilloso destino
Autor: Consuelo Martin Hernández Edita: Bendita María PVP: 9,90 Pedidos: 639 664 499 www.buenanueva.es Envios nacionales gratis €
Con sus brillantes y originales dibujos, el ilustrador Alberto Martín nos introduce de una manera fantástica en el mundo de Nube, animando a los niños a vivir con el sus peripecias. Muy apropiado también para niños pequeños ya que, contado por los mayores y siguiendo las ilustraciones, el niño coforma en su mente las aventuras del corderito, figura bella y cercana, ayudándole de este modo en la formación del pensamiento y en la fijación de valores esenciales para su vida futura. Este sencillo cuento no deja indiferente a nadie; independientemente de la edad, NUBE habla directamente al corazón de cada uno.
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Raúl Espinoza Aguilera Hace relativamente poco hemos celebrado el día de muertos y viene bien recordar algunas verdades fundamentales en la existencia humana, como es el día preciso en que dejaremos este mundo. Siempre me han ayudado a reflexionar sobre este tema, las palabras de ese punto del libro “Camino” de San Josemaría Escrivá de Balaguer en que escribe: “¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú” (No. 736). Todos en las manos de Dios En fecha reciente, un amigo mío, escritor y periodista, falleció de un infarto fulminante mientras daba una clase y sin tener antecedentes de padecimientos cardiacos. También, hace pocas semanas, el hermano de otro amigo mío, médico neurocirujano, tuvo un accidente en la carretera y murió de forma instantánea, cuando se encontraba en plena madurez profesional. En ambos casos, nadie suponía que abandonarían esta vida de modo tan inesperado. Pero ésa es la realidad a la que cada día nos enfrentamos. “Un día, la hoja caída serás tú”... Y parecería que muchas personas se aferran a esta temporal y breve residencia en la tierra como, ¡si fueran a vivir aquí por una eternidad!
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Reflexiones que se quieren evitar Tengo la impresión de que pocas veces se reflexiona que viviremos eternamente en la Otra Vida, ante la mirada de Dios. El Señor nos ha dado la vida y nos ha concedido un puñado de años para merecer el Cielo y ser felices con Él para siempre. Pero no hay que perder de vista que quienes viven de espaldas a la Ley de Dios, corren el peligro de condenarse; de ser juzgados por Jesucristo e ir al infierno con el demonio y sus ángeles caídos. A muchas personas les cuesta aceptar que siendo Dios infinitamente bueno pueda destinar a las almas -que le ofendieron gravemente en esta tierra- a un lugar de tormentos y suplicios sin término, como es el infierno. Sin duda, el mayor dolor que puede experimentar una persona es no tener la esperanza de poder ver el Rostro del Señor y de gozar de la felicidad sin límites. Pero, por otra parte, no hay que olvidar que Dios es infinitamente Justo. Y concede a cada uno el premio o el castigo según sus obras y de su actuación como cristiano.
No faltan quienes imaginan que hablar de estos temas son una especie de cuentos fantasiosos, que ya nadie cree, y que se relatan por las noches para atemorizar a algunos niños miedosos. “Son cosas de tiempos pasados; todo eso está ya superado”-suelen decir. Lo cierto es que como dice ese pensamiento: “El hombre tiene su tiempo, y Dios su eternidad”. No hay nada realizado por cada ser humano que escape a su mirada y entendimiento. Pero no es cristiano temerle a Dios. Ante todo, Él es nuestro Padre y quiere lo mejor para nosotros. Comprende las miserias y debilidades de las personas, pero pide a cambio que cada hombre o mujer luche por corregirse a lo largo de su existencia y ponga su esfuerzo en mejorar cada día un poco más con la finalidad de imitar a ese Modelo que es Jesucristo. Porque si se vive conforme al querer de Dios, la muerte será una buena amiga que nos facilitará el camino para ese encuentro eterno. Me vienen a la memoria, aquellas inolvidables palabras de San Juan Pablo II, poco antes de morir, quien decía en tono de súplica en su agonía y ante tantos procedimientos médicos que le aplicaban: “Déjenme ir ya a la casa de mi Padre Celestial”. En efecto, así mueren los hombres santos, con esa confianza de estar siempre en las manos del Señor, con esa paz y serenidad, esperando el abrazo amoroso del Padre Eterno. bn La muerte
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Gloria María Tomás y Garrido Cated r ática Honor a r ia d e Bio ética
En un tiempo en que impera la incertidumbre sobre los valores del mundo, sus líderes y su seguridad, el escritor británico Kazuo Ishiguro (Nagasaki, 8 de noviembre de 1954), galardonado este año con el Premio Nobel de Literatura, desea que este magnífico honor contribuya a alentar, aunque sea de una manera pequeña, las fuerzas de la benevolencia y la paz. Justamente ésa es la línea de su tercera novela. “Remains of the Day” (Los restos del día), publicada en mayo de 1989, traducida al español por Ángel Luis Hernández Francés y llevada magníficamente al cine por James Ivory. Trabajamos la novela y la película desde la dignidad de la persona, en cuyo mundo interior es fascinante saber elegir entre recordar o bien olvidar, tal como lo plantea su autor. 90
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La novela Comencemos por la novela; en sí, es un gigantesco fresco de la alta sociedad británica de la primera mitad del siglo XX, con sus contradicciones y con sus secretos. Según el The New York Times, se trata de “un profundo y desgarrador estudio de la personalidad, las clases y la cultura”. Dedicada A la memoria de mistress Leonore Marshall, se divide en ocho capítulos en los que se describe en ocho días el único viaje realizado por Stevens, -protagonista y narrador de la trama- mayordomo de Darlington Hall, el cual parte de Inglaterra
rumbo a Weymouth, para encontrarse con miss Kenton -ahora señora Benn- que en un periodo ya lejano, fue el ama de llaves de esa mansión, y de la que espera vuelva a ser ama de llaves, cosa que no ocurrirá. Utiliza Steven el coche que fuera de Lord Darlington, ya fallecido, y que le presta el nuevo propietario de Darlington, el americano Míster John Farraday que durante esos días se dispone a viajar a su país. Emprende el viaje, admirando el paisaje inglés, al tiempo que expone consideraciones sobre su profesión, recuerda a su padre, también mayordomo, y rememora el tiempo en que miss Kenton trabajaba en Darlington Hall.
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Por aquel entonces, se celebró en esta mansión una reunión extraoficial de personalidades influyentes con el fin de intentar que se mitigasen algunos aspectos del Tratado de Versalles, que, tras la Gran Guerra, oprimía en exceso a la derrotada Alemania, según la opinión de lord Darlington, y que supuso su derrumbe y en estas circunstancia, el mayordomo seguirá impasible y leal cumpliendo hasta el mínimo detalle su trabajo. Jornada a jornada, Ishiguro despliega ante el lector una novela perfecta de luces y claroscuros, de máscaras que apenas se deslizan para desvelar una realidad más amarga que los
amables paisajes que el mayordomo deja atrás. Es una metáfora sobre la negación de la propia identidad y la idea de ser muchas veces un observador de las grandes decisiones de otros sin tomar conciencia de ellas o sin querer hacerlo. En sus páginas Ishiguro ofrece magistralmente una novela múltiple: política, costumbrista y romántica; toda ella relatada a través de la voz del propio Stevens. Como escribe Daniel Krauze “el lector parece estar siempre adelante del narrador: sabemos qué piensa y qué siente aun cuando él no puede saberlo ni verse a sí mismo con honestidad”.
Es una metáfora sobre la negación de la propia identidad y la idea de ser muchas veces un observador de las grandes decisiones de otros sin tomar conciencia de ellas o sin querer hacerlo
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Se trata de un profundo y desgarrador estudio de la personalidad, las clases y la cultura
La película Su adaptación cinematográfica fue dirigida en 1993, tal como hemos citado, por James Ivory (Berkeley, 1928), el cual había saltado a la fama en 1985 con ‘Una habitación con vistas’ (‘A Room with a View’), adaptación de la novela homónima de E. M. Forster, entre otras cosas porque fue nominada a ocho premios Oscar. Esta nueva adaptación, simplemente es extraordinaria, recogiendo el nervio conductor Ishiguro. El guión de la también novelista Ruth Prawer Jhabvala convierte en imágenes la intrincada y bella literatura. En la novela o en la película nos estremece lo irrecuperable del tiempo perdido en una vida excesivamente formalista. La película conmociona porque está cuidada hasta el más mínimo detalle, filmada en
impresionantes localizaciones de bellísimos parajes, de tal modo que se puede considerar la mansión de Darlington y sus verdes alrededores, son un personaje más de esta película. En el contexto late una nostalgia y una melancolía más susurradas que mostradas. Anthony Hopkins, dar vida a un personaje solitario, reprimido, impasible, atormentado en su interior; a su vez, exquisito. En Emma Thompson hay feminidad y señorío a raudales. Los encuentros entre ambos nos ofrecen instantes fugaces de una fuerza y una sensibilidad estremecedoras; particularmente son excepcional secuencia del libro en que ella lo acorrala contra la pared, la despedida, la secuencia con ella llorando detrás de la puerta, la escena final bajo la lluvia…
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“Lo que queda del día” es en definitiva una película inteligente, fruto de una novela inteligente, y de un autor que ha merecido justamente un Nobel.
James Ivory narra maravillosamente esos rescoldos de los que extraemos esta importante enseñanza: “hay que hacer algo en el presente antes de que se convierta en pasado”. Y, se podría seguir destacando al resto de actores, quizás citar también a la buenísima interpretación de James Fox como el Lord Darlington es un ser patético, entrañable y trágico, que se hunde en la miseria por apoyar a los nazis antes de la Segunda Guerra Mundial, pero que a pesar de todo contará con la lealtad inquebrantable, indestructible, de Stevens. La magistral dirección de fotografía de Tony Pierce-Roberts, que propone un viaje en el tiempo sin fisuras; el exacto y bellísimo diseño de producción de Luciana Arrighi, que reconstruye dos épocas pasadas; la evocadora música de Richard Robbins, tan persistente como la personalidad de Stevens; la pausada y sosegada, bajo la que palpita una tensión
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casi insostenible, puesta en escena de Ivory, hacen de este filme algo irrepetible. Nominada a ocho Oscar, no ganó ninguno. Tuvo unas veinte nominaciones más a todo tipo de premios. Tal como señalaba mi admirado Rodríguez Chico, entiendo que el cine es “una ventana al mundo” desde el momento que nos permite conocer otras maneras de ser y de pensar, Si la construcción de los personajes es buena, el guionista conseguirá que me meta en el interior de cada personaje para pensar con ellos y justificar sus reacciones, para valorar los motivos que tienen para actuar… y eso hará que les quiera un poco más, aunque en ocasiones no comparta su modo de vida. “Lo que queda del día” es en definitiva una película inteligente, fruto de una novela inteligente, y de un autor que ha merecido justamente un Nobel. MI consejo es que lean la novela y vean la película. bn
entretenimiento
¡¡¡20 AÑOS!!!
Una mujer se despierta durante la noche y descubre que su esposo no está en la cama. Baja las escaleras en busca de su marido, y lo encuentra sentado en la cocina, con una taza de café en la mano. Él parece ensimismado en sus pensamientos, mientras fija su mirada en la pared. Ella observa que le cae una lágrima de un ojo mientras bebe un sorbo de café. -¿Qué te sucede, querido? -le susurra mientras entra en la cocina-. ¿por qué etás aquí a estas horas de la noche? El marido deposita la taza de café sobre la mesa, la mira y le pregunta en un tono solemne: -¿Recuerdas 20 años atrás, cuando nos comprometimos, recuerdas que tú solo tenías 16 años? -Sí, lo recuerdo como si fuera hoy mismo. El marido hace una pausa. No le vienen las palabras fácilmente... -¿Recuerdas cuando tu padre nos pilló en el asiento trasero del coche? -Sí, me acuerdo, dice la esposa dejándose caer en la silla, a su lado. El marido prosigue: -¿Recuerdas cuando tu padre me apuntó a la cara con la escopeta y me dijo: “te casas con mi hija o te envío a la cárcel por 20 años? -Sí, también me acuerdo de eso, le contesta ella con voz suave...
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El marido se seca las lágrimas de la mejilla y dice: ¡¡HOY HUBIESE SALIDO LIBRE!!
La contraseña de -¿Me puede decir la contraseña del wifi de su bar? -Tómate una caña por lo menos, listillo. -¿Todo junto?
Más espacio
Mi mujer me dijo que necesitaba más espacio. -¿Y qué hiciste? -Le regalé un disco duro de 2Tb.
Madre obediente
-Mamá, ¿qué h aces en frente del ordenador con los ojos cerrado s? -Nada, hijo, es que Windows m e ha dicho que cierr e las pestañas...
Mejor solo -¿Quieres salir conmigo? -Mejor sal tú primero. 97
entretenimiento
Dice un novicio a Fray Buenaventura
Es tan fácil y tan difícil como ver lo que tienes delante de los ojos
¿Es fácil o difícil ver a Dios en tu historia de cada día?
¿Cómo va a ser difícil ver lo que tienes delante de los ojos?
A esta pregunta respondió Fray Buenaventura con la siguiente anécdota:
Una muchacha, al encontrarse un día con su novio le preguntó:
¿Notas algo diferente en mí?
¿el vestido nuevo?
No ¿los zapatos?
No
No. Es otra cosa. Cuando vamos por la calle, la gente nos mira asombrada, y no sé lo que es...
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A veces, no vemos lo evidente, por no mirar hacia arriba.
Contenido
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HACIA ORIENTE 3 Tu huerto regado Victoria Luque
CANTEMOS AL SEÑOR 6 Salmo 126 Jesús Bayarri
RAZÓN CREADORA 10 La envidia de los ángeles R.D. Balaguer
40 Elogio de las tinieblas Horacio Vázquez Cermeño
46 Cristianofobia y persecución R. Domínguez
ESPADA DE DOS FILOS 16 Contradicciones de nuestra época Isaac Riera Fernández
SED SANTOS 24 Diarios de Carmen II Ángel Barahona
KERIGMA 28 Dios creó la luz (J.B.)
SOFISMAS 30 Los desafíos del relativismo a la moral cristiana II Ramón Domínguez/Mª José Mansilla
MOSAICO 34 Sor consuelo: el Joven Hipolito Manuel del Pino
52 El niño protestante y la virgen María Buenanueva
Oración TESTIGOS DE LA VERDAD 56 San Juan Pablo II Buenanueva
62 Entrevista a Ángela C. Ionescu Selva Rentero
ALDEA PLANETARIA 68 Aldea Urbana, Ciudad Perfecta César Allende
LUZ PARA EL MUNDO 74 Esperanza del cielo Rosa Corazón
82 La ira de Dios R.D. Balaguer
EDUCACIÓN PARA LA VIDA 78 Lo que aprendemos con el tiempo Jorge L. Borges
88 La muerte: “un día, la hoja caída, serás tú” Raúl Espinoza
CINE 90 Lo que queda del día Gloria Mª Tomás y Garrido
ENTRETENIMIENTO 98 Fray Buenaventura ORACIÓN
Bendita seas Virgen María, nuestra amada madre, que hiciste posible que todo un Dios se humillara, hasta el punto de asumir nuestra naturaleza para abrir las puertas del cielo a quienes, por nuestras culpas, sólo merecíamos el infierno. Porque el Señor nada te puede negar a ti, nos atrevemos a pedir tu intercesión para que el ejemplo de humildad dado por tu Hijo nos cautive el corazón, rompa nuestra altanería y nos permita acoger, como don, el infinito amor con el que el Padre nos visita; de tal modo que, rebosando en nosotros, inunde a nuestros hermanos, y así, juntos, un día, todos entremos exultantes en el Reino donde, por toda la eternidad, seamos uno con Cristo. Amén.
Revista para la Nueva Evangelización
Año 12
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enero
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