BuenaNueva nº 60

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hacia oriente

“¿Le importaría andar de rodillas… besar el suelo…comer de aquella hierba que hay allí… por los pecadores? “Vaya a beber y a lavarse en la fuente”. “La tierra estaba sucia, la hierba amarga y el agua repugnante”. Eso era lo que la ´Señora´ le pedía a Bernardita Soubirous, un 25 de febrero, durante su novena aparición en la Gruta de Massabielle, en Lourdes. Y la joven asmática obedecía con esfuerzo. No importaban los insultos de los testigos, los escándalos o bofetadas. Abandonada totalmente en la Virgen, con confianza, con amor, dejándose arrastrar por lo humilde, por la oración compasiva, aunque no sabía leer ni escribir, por la “penitencia para la conversión de los pecadores”. Sin fórmulas preconcebidas, con un corazón dócil, sufrido, misericordioso… Desaparecida de todos para que sólo brillará la Madre celestial… “Amar sin medida y entregarse sin cálculos”. Este es el preludio de un encuentro con la Inmaculada en esa misma gruta francesa. En esa terraza “divina”. Allí estaba su rostro: sereno, sublime, clavándose en el pecho como las estrellas de la noche se anclan en el cielo. El murmullo de la multitud tornándose silencio, la zozobra en paz. Tu paz, Madre, la que nos dejas. La que se siente cuando envuelves en luz las penurias desgastantes y perfumeas con agua y girasoles la rebeldía odiosa y el “yo vanidoso”, que tanto hiere a tu Hijo. Porque tú nos llevas a Él. Contemplar tu misterio, perder la noción de las horas mirándote, el testimonio de tu vida pura, tres veces Virgen; antes, en y después del parto (Cfr. Lc 1, 34 y Mt 1, 18. 24-25). Virginidad fecunda y especial: nacimiento de Jesús ¿sin sangre, sin dolor? E imaginar tus ojos de gozo en el cielo junto a tu Hijo, en el amor trinitario. “…la Madre de Dios Hijo, y por tanto, la hija predilecta del Padre y el sagrario del Espíritu Santo…” (L.G.53). Meditar el dogma de la Asunción que sumerge en esperanzas de Redención ¡Cuánta resistencia a que el cielo esté abierto, a ese amor gratuito de Dios…! Y precisamente desde la pequeñez humana reboza y escandaliza tu respuesta para elevarnos a Él: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”. (Lc 1,38). ¿Cómo te vestirías cuando correteabas a Jesús en su infancia? Quizá sea osado imaginar el tono de tu voz. Acaso dulce y femenino… Imitar tus palabras, tu mansedumbre. Y es que la esperanza asalta con tu vida eterna. Esperanza que alienta para poder amar como tú. Y cuando el sol achicharra, las estrías desvelan las fragilidades, el cansancio refleja la indefensión o la consolación nos abraza, allí estás tú, María, con tu transparencia. Con tu manto de pureza, ternura y valentía. Sólo en tu misterio es posible comprender el maravilloso milagro de humildad que obraste en Bernardita: “Dios eligió lo necio de este mundo para humillar a los sabios; lo vil, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a los que son algo, para que nadie presuma delante de Dios”. (1 Cor 1, 27). Empieza el rosario, día a día, noche a noche… Misterios gozosos, dolorosos, luminosos o gloriosos. Ave, Ave María. Tu dolor al pie de la cruz, el nacimiento en Belén, la oración en el huerto…, en labios orantes, en todas las lenguas. En la salud y en la enfermedad. Llévame, Madre, que no puedo. Quiero vivir como aquella niña, mirándote, imitándote y muriéndome de amor por ti y por tu Hijo.

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cantemos al Señor

Un preso llevaba años viviendo absolutamente solo en su celda. No podía ver ni hablar con nadie, y le servían la comida a través de un ventanuco que había en la pared. Un día entró una hormiga en su celda. El hombre contemplaba fascinado cómo el insecto se arrastraba por el suelo, lo tomaba en la palma de su mano para observarlo mejor, le daba un par de migas de pan y lo guardaba por la noche bajo su taza de hojalata. Y un día, de pronto, descubrió que había tardado diez largos años de reclusión solitaria en comprender el encanto de una hormiga. Cuando, una hermosa tarde de primavera, fue un amigo del pintor español El Greco a visitar a éste en su casa, lo encontró sentado en su habitación con las cortinas echadas. “¿Por qué no sales a tomar el sol?”, le preguntó. “Ahora no”, respondió El Greco. “No quiero perturbar la luz que brilla en mi interior”

Un campesino tuvo que trabajar duro para lograr que aquel terreno llegase a ser eso, terreno. Durante meses estuvo quitando piedras y más piedras, hasta que por fin pudo allanar aquel erial y sembrar en él sus plantas. Cierto día, pasó por allí un clérigo de esos que hablan por no callar y dijo: —“¡Hay que ver lo que puede hacer Dios con un pedazo de tierra miserable!”. Y el campesino contestó: —“Tenía usted que haber visto esto cuando solamente lo cuidaba Dios!” —“El amor perfecto tiene esta fuerza: que olvidamos nuestro contento para contentar a quienes amamos”. Santa Teresa de Jesús

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Jorge L. Santana

Paseaba deshaciendo la escarcha, espolvoreando pavesas de luz sobre la pertinaz umbría, merodeaba aventando el hechizo del verbo y casi sin querer desconcertaba el tamo del dislate y el lapsus que huían despavoridos. Sosegado y abstraído dejaba volar sus escondrijos mesiánicos subyugado por el canon y el dogma; ahí yacía escrupuloso, testarudo, silente... Uncía sobre él un yugo de celo misionero que no remitía con el paso de las edades, ni con el suplicio de su dolencia, ni con la devastación de su carne. Argüía autárquico con un verbo dúctil y sereno, ante la vorágine de aludes ególatras y narcisistas, bajando la cabeza sobre la ausencia y vareando las objeciones dejándolas en cueros bajo el frío invierno de la indefensión y la caverna. Ansiaba restaurar las entrañas relativistas y decadentes de un posmodernismo agobiante que se le había volcado con estruendo sobre una pulcritud anacrónica y lacerante, sobre una honradez sublime.

Desde la Asociación Canónica Bendita María agradecemos a Jesús Esteban Barranco la siempre desinteresada labor que desarrolló durante más de ocho años, como prolífico articulista, como corrector inexorable, como subdirector de la Revista Buenanueva, como responsable del consejo editorial, etc.

Su dolencia de antaño reconcomía cada vez más incisiva su delicada estructura física, y lentamente iba menguando hasta asirse a la fuente de luz y retornar a la vida extendiendo sus brazos y gritando al Señor.

—Mira, Pedro, las comillas hay que ponerlas en estos casos, ¿ves? y el guion debe ser siempre el largo a no ser que vaya…

Editamos cuatro libro suyos dedicados siempre a la Luz: “Hacia un nuevo amanecer”, “Luz de Mediodía”, “Atardece, luz de Poniente” y el último del año pasado, “Luz de Medianoche”. Tenía en su mente escribir el último dedicado a la Luz de la Resurrección, pero parece que Dios ha preferido otorgarle un lugar especialmente habilitado para ello…, y seguro que ya lo estará escribiendo. Sentado ante su ordenador, en un silencio sereno. San Pedro, con una sonrisa benigna le observa un poco extrañado sin decir nada…, pero Jesús le comenta en voz baja y como a hurtadillas:

Gracias.

arca

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cantemos al Señor

Salmo 110 Jesús Bayarri Haya

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, desde el seno, antes de la aurora». El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes, En su camino beberá del torrente; por eso, levantará la cabeza. 6


cantemos al Señor

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ste salmo mesiánico por excelencia, concluye con la afirmación de que el Mesías levantará la cabeza, como consecuencia de haber “bebido del torrente”. En la Escritura se habla de tres posiciones en la cabeza de Cristo, que indican tres actitudes de su persona, ya que la cabeza en las Escrituras indica a la totalidad de la persona y la representa, ya sea para recibir bendiciones o maldiciones.

dre, por la que se humilló a sí mismo hasta la muerte (cf. Flp 2, 8), y así como apuró el cáliz de la voluntad del Padre bebiendo del torrente del sufrimiento, así será abrevado en el “torrente de sus delicias, porque en él está la fuente viva y su luz le hará ver la luz” (cf. Sal 36, 9s). O como dice otro salmo: Mas tú, Yahvé, escudo que me ciñes, eres mi gloria, el que levanta mi cabeza. (Sal 3, 4).

Parece pues, poder afirmarse que el beber del torrente, implica en el Mesías el movimiento contrario; que a este “beber” le corresponda la actitud opuesta, es decir, la de inclinar la cabeza. En el Evangelio de San Juan se dice expresamente que Cristo una vez bebido el cáliz de su pasión inclinó la cabeza y entregó el espíritu (Jn 19, 30). Así pues, Cristo, inclina la cabeza como culminación de su sometimiento a la voluntad del Pa-

Levantar la cabeza será por tanto, para Cristo, indicativo de la exaltación de su resurrección. Dice también la Escritura que: ”La sabiduría del humilde le hace llevar alta la cabeza, y le da asiento entre los grandes; Él, (Señor) le recobra de su humillación y levanta su cabeza (cf. Eclo 11, 1. 12.13; 20, 11). Y ahora se alza mi cabeza sobre mis enemigos que me hostigan; (Sal 27, 6).

Cristo, inclina la cabeza como culminación de su sometimiento a la voluntad del Padre

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cantemos al Señor

Levantar la cabeza es también signo pascual para Israel, como lo es para Cristo: “Yo soy Yahvé, vuestro Dios, que os saqué del país de Egipto, para que no fueseis sus esclavos; rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice andar con la cabeza bien alta. (Lv 26, 13). Toda la vida y la misión de Cristo está orientada al cumplimiento de la voluntad salvadora del Padre de cuyo cumplimiento se alimenta (Jn 4, 34), y no le es propio en este mundo ningún otro reposo o apoyo. Por eso: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza” (Lc 9, 58), (Mt 8, 20). El seguimiento de Cristo propio de sus discípulos implicará para ellos estas mismas actitudes de “no reclinar”, e “inclinar” la cabeza, para que a su tiempo puedan levantarla: “Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación” (Lc 21, 28). Esta liberación de Cristo y de sus discípulos, la presenta el salmo con el oráculo de sus primeros versículos: «Siéntate a mi derecha, Y haré de tus enemigos estrado de tus pies». Pero este Mesías salvador cantado y profetizado por el salmo, es en realidad la revelación del amor inaudito de Dios que, para

salvar a su criatura de la muerte sin remedio (Ge 2, 17), y de la opresión del enemigo, mentiroso desde el principio y padre de la mentira, no duda en enviar al Hijo de su amor, engendrado antes de la aurora de los tiempos entre esplendores sagrados, constituyéndolo: «sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec», que ofreció el pan de su cuerpo y el vino de su sangre para comunicarnos vida eterna. San Agustín presenta el Salmo como una auténtica profecía de las promesas divinas sobre Cristo: «Era necesario conocer al único Hijo de Dios, que vendría entre los hombres para asumir al hombre y para convertirse en hombre a través de la naturaleza asumida: moriría, resucitaría, ascendería al cielo, se sentaría a la derecha del Padre y cumpliría entre las gentes lo que había prometido. Todo esto debía ser profetizado y preanunciado para que no atemorizara a nadie si acontecía de repente, sino que, siendo objeto de nuestra fe, lo fuese también de una ardiente esperanza. En el ámbito de estas promesas se enmarca este Salmo, que profetiza en términos particularmente seguros y explícitos a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, en quien no podemos dudar ni siquiera un momento que haya sido anunciado el Cristo»

El seguimiento de Cristo propio de sus discípulos implicará para ellos estas mismas actitudes de “no reclinar”, e “inclinar” la cabeza, para que a su tiempo puedan levantarla: “Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación

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cantemos al Señor

«Comentario al Salmo 109», pronunciado por san Agustín en la Cuaresma del año 412. Recordemos que Cristo mismo comenta este salmo en el Evangelio (Mt 22, 42), cuando pregunta a los judíos acerca del Mesías: « ¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Dícenle: «De David.» Díceles: «Pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice: Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies? Si, pues, David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?» Cristo, es pues hijo legal de David según la carne como creía Israel y confiesa clamorosamente Bartimeo, el ciego de Jericó: “Jesús, Hijo de David ten compasión de mí”, pero es sobre todo su Señor, el Hijo del Dios vivo, como revela el Padre a Pedro en Cesarea de Filipo. Sobre la piedra de esta confesión, sobre esta nueva fe que aparece sobre la tierra, será edificada la Iglesia. bn

Cristo, es pues hijo legal de David según la carne como creía Israel y confiesa clamorosamente Bartimeo, el ciego de Jericó: “Jesús, Hijo de David ten compasión de mí”, pero es sobre todo su Señor, el Hijo del Dios vivo, como revela el Padre a Pedro en Cesarea de Filipo.

Salmo 110

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testigos de la verdad

Dayana Figarella | Periodista Fotos: Fernando Zufía/Monjas Cistercienses de Calatrava

Todo gira alrededor del claustro y con el despertar del alba y hasta el anochecer, entrega su vida a la oración por la humanidad entera, así como las ocho hermanas integrantes de esta comunidad, que ha sobrevivido con un pasado lleno de vaivenes a través de diferentes monasterios en España. La abadesa nos cuenta su aventura divina desde el momento en que descubrió su vocación a los 16 años, hasta perder la cuenta en su búsqueda amorosa de la presencia del Señor. A su lado, Sor Isabel, sobreviviente de un accidente automovilístico mortal, relata con la felicidad más grande, y apenas pronunciando palabras, como Jesús la lleva de la mano y vive día a día, codo a codo, su pasión.

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testigos de la verdad

Nosotros damos nuestra oración y voz a quienes nunca se van acordar de la trascendencia de Dios, ni a reconocer la presencia en sus vidas, pues damos nuestra oración para que nuestra voz de alguna forma los cubra.

“Si Jesús pide la vida hay que darla”

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testigos de la verdad

¿Cuéntenos cómo fue su conversión? A pesar de ser una chica “piadosa” entre comillas, había sido educada en la fe, en un ambiente religioso, en una familia segoviana de 14 hermanos. De asistencia a la misa dominical, de rezo diario del rosario, pero era un poco libre… Nunca pensé que iba a ser monja. Pues si a mí me dicen que a los 16 años iba a terminar de monja de clausura, a lo mejor me hubiesen sometido a un tratamiento psiquiátrico. Porque no estaba en mis planes. Yo iba al colegio en un pueblo cerca de Madrid y estaba pasando la crisis lógica de esos años: conformista, rebelde, todas las cosas que le pasan a las niñas a esa edad. Tenía un gran grupo de amigas y amigos que nos lo pasábamos muy bien. Nos dedicábamos a divertirnos. No había botellón, ni drogas y esas cosas que hay ahora… Bailábamos y -dentro de mi conformismoun día vi que mi vida no iba demasiado bien.

¿Y cuándo sintió la vocación? Un día me fui a hacer un poco de oración en la capilla de mi colegio. Veía que alrededor en mi entorno familiar estaba creando un poco de malestar, me preguntaba qué es lo que en mi vida no va bien para que hubiese protestas en casa, para que yo me sintiera mal con todo. Y cuando estaba así en este tira y afloja sentí todo el amor de Dios que se derramaba en mi corazón. En ese momento a los 16 años comprendí que mi vida no podía pasar por otros derroteros más que dedicarla al Señor. Para él. Estaba en un colegio de las Hijas de la Caridad en Madrid y admiraba mucho a las hermanas por su labor, pero comprendí que tenía que dedicárselo a Dios de otra forma. Conocí a las

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Carmelitas, a otras comunidades y empecé a indagar. Luego descubrí a esta comunidad, pedí hablar con la abadesa y me pareció una persona muy mayor, pero en sus ojos reflejaba toda la vida de Dios que ella llevaba dentro. Era una auténtica santa, me quedé fascinada y dije: pues aquí.

¿Cuál fue la reacción de su familia? Al principio no quería decir nada en mi casa. Me inventaba que estábamos de visita a los museos cuando no teníamos clase por la tarde y me venía al convento. Pero, mi hermana pequeña descubrió con mis compañeros que no había visita a ningún museo y luego más tarde se enteraron mi hermana mayor y mi mamá. Ambas me dijeron que esperara unos meses, que maduráramos juntas la idea porque no me veían, además estaba todo el día con jolgorios, bailando con mi sobrina y amigos, lo más moderno y estrafalario que había para ese entonces. Mi padre y mis hermanos se opusieron rotundamente.

¿Y cuándo decidió irse al convento? Cumplía 17 años y pensé que ya tenía la suficiente madurez para saber lo que quería hacer en mi vida. Mi padre se oponía porque no se lo creía, entonces fue cuando le pregunté a mi madre cómo se lo decía. Y ella me respondió: Mira hija cuando estés fregando el suelo y pase tu hermano no empieces a chillar, cuando tengas que ir a un sitio no digas que no tienes ropa porque abres el armario y lo tienes a reventar. Y a papá le iras convenciendo.


testigos de la verdad Cuando le dije a papá que me quería ir mi madre le comentó que me dejara porque era mejor que no me costara demasiado trabajo porque si yo entraba y veía que no era lo mío, iba a volver a casa sin problemas. Y si me ponían muchas dificultades y veía que no era lo mío me iba a emperrar en seguir. A lo mejor me equivocaba. Y así me dejaron. Yo entré un 7 de octubre y en casa me esperaban para Navidad. Pasó esa Navidad, pasó otra y aquí sigo.

¿Cuántos años ya tiene aquí? Risas… Ni lo sé, toda mi vida.

La monja contemplativa es una monja que dedica su vida a alabar al Señor, a pedirle, a orar en una doble vertiente: pide por el mundo, intercediendo por el mundo

“Si Jesús pide la vida hay que darla”

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¿Cómo definiría a una monja contemplativa?

¿Sois como el corazón vivo y voz de la iglesia?

La monja contemplativa es una monja que dedica su vida a alabar al Señor, a pedirle, a orar en una doble vertiente: pide por el mundo, intercediendo por el mundo. Ahora tenemos problemas con el terrorismo, enfermos, madres desesperadas que pierden a sus hijos por las drogas, u otras causas, etc. No hay ningún problema dentro de la humanidad que no llegue al corazón de la monja. La iglesia a nosotras no nos pide que nos dediquemos a cuidar ancianos, sanar enfermos, a la educación de los jóvenes, sin embargo, nos da una misión que es la de la oración. Por decirlo así de alguna forma aseguramos dentro la iglesia que la oración oficial se haga con la máxima solemnidad. Tenemos todos los oficios de la liturgia de las horas cantado todos los días. Intercediendo por el mundo y en lugar de…

Si. La humanidad debe levantar su corazón a Dios. Dar gracias a Dios, bendecir su nombre. Sabemos que hay muchas personas que oran mucho, pero hay otra parte muy grande de la humanidad alejada de Dios y nunca va a levantar su corazón hacia él para dar gracias por habernos creado, por la existencia, porque nos ha hecho a su imagen y semejanza… Nosotros oramos por esas personas, damos nuestra oración y voz a quienes nunca se van acordar de la trascendencia de Dios, ni a reconocer la presencia en sus vidas, pues damos nuestra oración para que nuestra voz de alguna forma los cubra.

A mí la palabra renuncia no me gusta para nada, yo no he renunciado a nada, he hecho una elección de vida. Si tú te casas con Pepito, no renuncias a casarte con Juanito, es que escoges a Pepito y te cases con él. Has elegido un camino. No he renunciado a nada, he hecho una elección de vida.

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testigos de la verdad

La espiritualidad Cisterciense ¿Dentro de las monjas contemplativas, qué es lo que tienen las calatravas Cistercienses? El oficio divino, el Opus Dei, que llama San Benito que es la obra de Dios a través de los tiempos, el breviario, el oficio divino…

¿Y cómo se vive aquí en el monasterio la cotidianidad de los días?

Empezamos la jornada a las 5: 30h de la mañana con la celebración de las Vigilias. Nosotras cuando vamos a Vigilia, a esa hora estamos esperando el retorno del Señor, porque como dice la parábola del Evangelio el esposo puede venir en cualquier momento. Con esta oración de alabanzas y peticiones lo que pretendemos es que haya suficiente aceite para que toda la iglesia quede impregnada. Luego a las 6 y 20h es la hora más contemplativa del día con los Salmos, la “lectio” que para nosotros es muy importante, tal como decía San Jerónimo: “tú le hablas a Dios por la oración y él te habla por la “lectio”. Para que esa palabra de Dios que has leído despacio, que has confrontado en un clima de silencio, te siga de alimento espiritual durante el día. Desayunamos, luego rezamos Laudes a las 8: 20h cuando el sol comienza a nacer.

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testigos de la verdad A las 9: 00h tenemos la Eucaristía en castellano y los domingos y solemnidades en gregoriano. Media hora de oración personal, seguida de la hora de Tercia, y el último toque para empezar a hacer los diferentes oficios del trabajo comunitario y mantenimiento del monasterio. A la 1:05h la oración de la Sexta, el examen y luego comemos en silencio con una hermana que realiza alguna lectura. Le siguen intervalos de descanso y tiempo libre a las 3: 20h la Nona y tiempos reservados para el recreo, paseos por la finca, estudios teológicos, lectura espiritual. A las 6 y 45h se celebran las Vísperas, oración personal, cena, después compartimos un tema propuesto y luego rezamos Completas con el rezo de la Salve Cisterciense, en la iglesia con todas las luces apagadas, la Virgen iluminada y luego a descansar.

Tenéis una vida de oración absoluta, de entrega por la humanidad, ¿cómo describiría esta vida monástica, ¿sentís que habéis renunciado para entregarse al Señor? A mí la palabra renuncia no me gusta para nada, yo no he renunciado a nada, he hecho una elección de vida. Si tú te casas con Pepito, no renuncias a casarte con Juanito, es que escoges a Pepito y te cases con él. Has elegido un camino. No he renunciado a nada, he hecho una elección de vida. Si soy médico, probablemente no pueda ser un piloto de avión. Si yo cojo este camino, no puedo escoger todos. No es una renuncia. Si hago una cosa, no puedo hacer otra y si he elegido vivir de esta manera no puedo vivir de otra.

¿Cómo sigue la abadesa a las hermanas? Como puede. Cada uno somos hijas de nuestro madre y padre, no hay una fórmula. Y hay épocas de la vida cuando hay alguna hermana enferma, por ejemplo, que la tienes que cuidar como tal, si hay alguna que ves que afloja, se lo tienes que hacer notar con toda la delicadeza del mundo. Si hay una hermana, a quien le aparece el demonio meridiano, que suele asomarse a la mitad de la vida, preguntándote: ¿qué estoy haciendo yo?,: el indio, cogiéndote la barbilla. Entonces es el momento de descubrir o repensar con ella que tu vida tiene un valor sagrado, le ayudas siendo una más, pero de una forma distinta. Encontrar con la ayuda

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testigos de la verdad de él -y juntas- un motivo fascinante para que te ilumine en tu vida. Se necesita un tiempo de purificación, cuando no vemos la luz, cuando sentimos tribulaciones, porque el camino a veces es duro. Procuro estar muy cerca de todas, que sientan que todas son mis predilectas, que las amo y estoy dispuesta a hacer cualquier sacrifico por cualquiera.

que coja su cruz y me siga”, pero no desde el heroísmo, es desde la sencillez, la cotidianidad, el saber entregar tu vida como él te va enseñando y dándote la gracia. Es la vida como la de una madre de familia con sus preocupaciones: porque no llega al fin de mes o con un problema con un hijo. Como soy muy pobre y débil me tiene que ayudar más…

Coméntenos un momento ¿Qué es el cielo para usted? La presencia de Dios. El cielo es él. Entonces importante de su vida para mí si él es el cielo, su presencia, el vivir consagrada en que haya codo a codo con él, implica hacer una elección de vida diaria para ver como lo consigues metenido una lucha con el jor. La meta es él, es una meta en la cual estás Señor y algún episodio y ante la cual tiendes: “el ya si pero todavía no”. Llegar a la plenitud, mientras tanto teneespecífico donde haya mos que caminar hacia él. sentido mucho esa presencia ¿Algún mensaje para amorosa quienes estamos en este El Señor siempre está al quite, nunca te deja. La fidelidad es la de él, no es la tuya. Te va mundo tan convulsionado? abriendo camino, te va enseñando. Puede haber momentos, recuerdo antes de mi profesión solemne, por ejemplo, cosas que te vienen y momentos en que dudas, no del Señor, sino de ti, no de la fidelidad de él, sino de la tuya. Pero, hay una cosa muy bonita que es cerrar los ojos y abandonarte en él y dejarle a él el timón de tu vida. Que el navegará la nave. Conmigo el Señor ha sido infinitamente bueno.

Cuando Juan Pablo II convocó a las Jornadas Mundiales con los jóvenes les decía: no tengáis miedo. Y es lo que digo no tengáis miedo de entregar una vida a Dios porque no hay nada más gratificante, ni más plenificante, que estar viviendo codo a codo con Dios toda la vida. Si Jesús pide la vida hay que darla.

¿Ha tenido muchos momentos de tribulación? Es toda la vida, la vida no es fácil para nadie, es sufrimiento. Es todos los días, como dice el Señor, “si alguno quiere caminar en pos de mí “Si Jesús pide la vida hay que darla”

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Un milagro de vida llamado Sor Isabel Sor Isabel aparece en el locutorio apoyada de la mano de su inseparable sor Fátima. Su cuerpo se mueve con dificultad. Las palabras son lentas, pero contundentes. Y de sus ojos emergen inmensos flashes de luz que iluminan el recinto entero y toda su humanidad. A los 15 años sintió la llamada del Señor, pero no se atrevió a decir nada a su familia hasta cumplir 21 años. De padres religiosos “a su manera”, al principio la decisión que había tomado su única hija no les hacía mucha ilusión, sin embargo, con el paso del tiempo apoyaron completamente la elección que había hecho en su vida. En los años 80, hace ya 36 años sufrió un accidente mortal en una furgoneta que le produjo graves secuelas y parálisis en su cerebro y cuerpo. Tres meses largos en tercer grado de coma y casi cuatro años sin poder regresar al monasterio. Con problemas pulmonares que agravaban aún más su cuadro clínico, los médicos estaban convencidos de que era muy difícil su sobrevivencia. Pero, en el momento en que comenzó a recibir la unción de los enfermos, el monitor que medía la actividad del corazón se disparó. Isabel estaba consciente, sabía que la estaban preparando para morir. “Yo escuché cuando dijeron que me moría y pensaba, lo bueno es que muero siendo monja”, recuerda con una sonrisa en los labios. Una junta médica fue convocada porque los médicos querían indagar cuál había sido “el fenómeno” que se habría producido en ella para que durante el tercer grado de coma, pudiera oír y darse cuenta de muchas cosas.

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Dos hermanas que se turnaban -de las 22 que había para ese entonces- la acompañarían a diario para cuidar de ella, durmiendo, incluso sobre mantas en el suelo, como la única manera de procurar descansar. Ayudando y escuchando a otros enfermos, pero, también sufriendo humillaciones por parte de mucha gente por el hecho de ser monjas y prácticamente tener que vivir en el hospital día y noche. Al cumplir los 25 años del accidente, Isabel hizo un retiro de tres días para dar gracias a Dios por lo sucedido y una misa de acción de gracia. Así quiso celebrar las bodas de plata. Sus hermanas cuentan como su mejoría ha sido progresiva –aunque dura- durante todos estos años. Ellas, han vivido lo que ha sido el milagro de Isabel. “Es una persona con muchos valores, de una gran inteligencia y quedar en la situación en la que está, lo ha aceptado como algo venido de la mano del Señor y, sin duda, es feliz”, añade la abadesa.

Isabel, ¿te gusta hablar de Dios? Me gusta más vivirlo, responde. Y basta mirarla –y abrazarla tras las rejas del claustro- para sentir la presencia de Dios en ella. Para sentir su paz. No es de extrañar que al monasterio lleguen cientos de personas que lo visitan solo por hablar con ella. Participa en todas las actividades diarias, sus hermanas le leen el evangelio, hace su terapia ocupacional, pero también deja ver su talento en las figuras e imágenes que realiza en fieltro o tela, así como diferentes manualidades, e incluso, en las cintas que graba para hacer apostolado.


testigos de la verdad

El Señor te va disponiendo y te va dando los dotes para lo que es su designio, el designio de amor”.

“Isabel me edifica. He recibido mucho de ella. Infinitamente nos da mucho más a nosotras. Veo una persona tan feliz con tantas cosas que le han pasado y aún así tiene mucha actividad. Su cara irradia luz”, cuenta Sor Fátima, quien entró al convento a los 13 años y ha sido la enfermera “feliz” de Isabel toda su vida. Sus brazos entrelazados mutuamente así lo confirman. Como si una dependiera totalmente de la otra. Cuando a Isabel se le pregunta como sintió la llamada del Señor, responde tajantemente, mientras mira de forma pícara: ¿Y cómo se siente estar enamorada de un chico? No se puede describir la emoción… El Señor te va disponiendo y te va dando los dotes para lo que es su designio, el designio de amor”. De las 9 hermanas que integran el convento en la actualidad, ha recibido todo el apoyo físico y espiritual que ha necesitado, acompañando a Jesús en su pasión. “Tiene la aceptación diaria con el Señor sobre ella. Para ella es muy gratificante, la plenifica, vive en su presencia y está como en la palma de su mano, por eso es feliz, por eso irradia paz a su alrededor y es tan agradecida”, expresa la abadesa.

¿Isabel, eres feliz? Por supuesto. El Señor vive conmigo codo a codo.

Se necesita un tiempo de purificación, cuando no vemos la luz, cuando sentimos tribulaciones, porque el camino a veces es duro.

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Un pasado entre tumbos La naturaleza y el silencio rodean los espacios del actual monasterio donde habitan las nueve hermanas, ubicado en la zona de Moralzarzal, en la Sierra de Guadarrama, Madrid, desde el año 1980. Sus vidas giran alrededor del claustro. Los orígenes de esta comunidad de monjas cistercienses se remontan al año 1218 en Pinilla de Jadraque (Guadalajara). Cuentan que en 1576 se decidió el traslado a Almonacid a un nuevo convento. De allí, por las condiciones de insalubridad y pobreza extrema en que vivían (dicen los entendidos que murieron 24 monjas durante los primeros años de permanencia en el sitio, producto de la situación en la que estaban), la comunidad logra trasladarse en 1623 a Madrid. El primer monasterio estaba ubicado en la calle Alcalá.

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Después de la 1ª República tuvieron que desalojar el convento con sólo dos monjas sobrevivientes, y a partir de 1896 se trasladan al pueblo de Fuencarral donde logran restablecerse las vocaciones y la situación económica. Con la 2º República el edificio se redujo a ruinas y desde el año 1965 se sitúan en la calle Hortaleza, momento en que la comunidad pasa a formar parte de la Federación de Monjas Cistercienses de la Regular Observancia de San Bernardo de España. Y de aquí a la sede actual en Moralzarzal, tras la búsqueda de un sitio más apacible y sosegado para la vida monástica. Con una historia impregnada de numerosos avatares para sobrevivir, hoy cuentan con una hospedería de 15 habitaciones, ideal para días de retiro y silencio, junto a su iglesia monástica que permanece abierta al público durante todo el día. Y como la cocina no deja de tener un papel importante en los últimos años en algunos conventos, las hermanas con todo el cariño y la habilidad también elaboran exquisitos dulces y galletas para el público. bn


El encuentro

N O V E DA D E S

Este libro recoge las peripecias de su autor en un viaje, en solitario, a Santiago de Compostela. El viaje se convierte en peregrinación casi nada más comenzar y está narrado de forma espontánea y directa, haciendo que el lector se convierta también en protagonista del relato, tanto del viaje físico como del trayecto espiritual. Autor: Tono Denis Persiva N0 pág.: 204 ISBN: 978-84-945815-2-6 Precio: 16.80 €

El sueño de Yahel Una cuantiosa herencia provoca una serie de tensiones e intereses contrapuestos cuando lo que se pretende es ajustarse a la voluntad del difunto, que cada cual la interpreta de la manera más provechosa para sí mismo. A partir del grave accidente sufrido por el principal heredero y la experiencia vivida durante su estancia en coma. Autor: Juan José Guerrero N0 pág.: 236 ISBN: 978-84-945389-7-1 Precio: 16.90 €

Sea el Señor tu delicia Las Sagradas Escrituras, como el universo entero o los múltiples hipotéticos universos, no solamente físicos, sino también espirituales, poseen un mismo, llamémosle ADN constitutivo de toda la creación, que los hace participar de la naturaleza de su creador, que los ha destinado a su plenitud. Están escritas, podemos decir, en clave; hay una llave para abrirlas que nos permite penetrar en su significado, comprenderlas y acceder a su conocimiento profundo, no sólo racional, sino vital. Autor: Jesús Bayarri Haya N0 pág.: 212 ISBN: 978-84-945815-0-2 Precio: 16,80 €

La brújula amarilla Muchos, en estos tiempos, hacen el Camino de Santiago. Pero ¿Cuántos saben sus entresijos, sus leyendas, sus mitos, su historia, sus etapas más emblemáticas? ¿Cuántos comienzan sin saber ni su trazado, ni haberse entrenado correctamente? ¿Turismo barato, deporte, cultura o experiencia espiritual? Este libro no es una guía. Ni pretende serlo. Es una aproximación amena y entretenida del Camino más famoso de Europa. Autor: Txema Logroño Zubillaga N0 pág.: 216 ISBN: 978-84-945389-8-8 Precio: 16,80 € € € €


echando las redes

Antonio Pavía . Misionero Comboniano

La opinión que tenemos de santo Tomás de Aquino es probablemente la de un gran teólogo envuelto en una montaña de pergaminos, documentos, libros, etc., lo que popularmente llamamos un ratón de biblioteca. Sin embargo, tenemos datos y motivos para apreciar en él a un gran pastor, un discípulo del Señor Jesús que supo encontrar el manantial de vida eterna que mana de las Escrituras. Célebre es, por poner sólo un ejemplo, la exhortación que dirigió a sus hermanos dominicos dedicados en cuerpo y alma a la predicación del Evangelio, y que sirve para todos los pastores enviados por el Señor Jesús al mundo entero. Les dijo: “Anunciad lo que habéis contemplado”. El Tomás profesor, el académico, el investigador minucioso de las Escrituras, da el salto que sella la identidad de todo predicador del Evangelio.

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He aquí el salto: La Palabra va mucho más allá de una comprensión intelectual; la Palabra se contempla y, desde lo que nuestros ojos del alma han podido presenciar, se anuncia. Tenemos motivos fundados para creer que Tomás no habría hecho esta exhortación, tan real como profunda, si él mismo no hubiese experimentado esta contemplación. Damos las gracias, desde la comunión de los santos que nos une, a Tomás, y nos metemos de lleno en una nueva dimensión del rostro de los pastores según el corazón de Dios. Son pastores que han cogido entre sus manos posesivas y acariciadoras la vida que habita en la Palabra, “en ella estaba la Vida” (Jn 1,4a). Una vez que la Palabra ha posado sus alas en sus manos, estos pastores son llamados a hacer una experiencia tan trascendente que podemos llamarla extramundana.


echando las redes

En sus manos el Evangelio se hace ver, oír, es como si Dios se dejara palpar. Ser testigo de esto es ser testigo de lo que es Dios: Todo. A partir de entonces y movidos por un impulso irresistible, también irrenunciable, la Palabra es anunciada; es tal la pasión que mueve al pastor que no tiene dónde reclinar la cabeza, dónde asentarse (Lc 9,58). Arrastrado por esta pasión, anuncia el Evangelio “a tiempo y a destiempo” (2Tm 4,2) y, parafraseando con cierta libertad a Pablo, podemos decir de él que “ya no es él quien vive, sino el Anuncio y la Fuerza del Evangelio quien vive en él” (Gá 2,20). Esta clase de pastores son continuamente vivificados, y tanto más, cuanta más vida mana de su boca (Lc 4,22).

Espejos del Dios vivo El hecho asombroso es que tanto el discipulado con su pastoreo como la fe y la comunión interpersonal comparten líneas maestras. Nuevamente nos servimos de una libertad interpretativa para poner en la boca de Juan estas palabras que encontramos en los primeros versículos de la carta anteriormente citada: “Os anunciamos lo que hemos visto, oído, contemplado y palpado acerca de la Palabra de la vida, os lo anunciamos para que nuestra comunión sea fruto de Ella, la Palabra de Vida. Comunión que es también fruto de vuestra libertad: de que creáis, veáis, oigáis, palpéis y contempléis la Palabra de Vida que os anunciamos.

La Palabra va mucho más allá de una comprensión intelectual; la Palabra se contempla y, desde lo que nuestros ojos del alma han podido presenciar, se anuncia Éstos son mis predilectos

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echando las redes

“La hierba se seca, la flor se marchita, mas la Palabra de nuestro Dios permanece por siempre” (Is 40,8) Esta comunión es creación de Dios; no nuestra por muchos libros que devoremos, cursillos de personalización que hagamos, así como simposios, etc. Todo pasa menos la Palabra que por siempre permanece. “La hierba se seca, la flor se marchita, mas la Palabra de nuestro Dios permanece por siempre” (Is 40,8). Atados unos a otros indisolublemente por el Amor que fluye del Dios vivo, la comunidad entera comparte misión, la de su Señor; son pastores en el Pastor, y corazones para el mundo desde el Corazón. Por si fuera poco, Juan, al abrir nuestro espíritu hacia lo Infinito y Eterno, al mostrarnos la comunión interpersonal como don de Dios, pone lo que podríamos llamar el broche de oro al decirnos “…y nosotros estamos en comunión con Dios” (1Jn 1,3b). El Emmanuel, Dios con –en comunión connosotros, nos ha puesto en comunión con el Padre. Por eso y sólo por eso nos atrevemos a ser pastores, sus pastores, según su Corazón, tal y como fue prometido y profetizado por Dios como don suyo para los tiempos mesiánicos. Él, el Mesías, su Hijo, es quien llevó y lleva a cabo la promesa del Padre. El apóstol Pablo, en la misma línea de Juan, nos dirá que la Vida mana del Evangelio del Señor Jesús. Así se lo hace saber con su propio y peculiar estilo a Timoteo, su compañero de fatigas en el ministerio de evangelización que comparten: “Se ha manifestado ahora con la Manifestación de nuestro Salvador

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Cristo Jesús, quien ha destruido la muerte y ha hecho irradiar vida e inmortalidad por medio del Evangelio…” (2Tm 1,10). Al hilo de lo expuesto hasta ahora, podemos afirmar que pastores según el corazón de Dios son aquellos a quienes Él se manifiesta, se revela; son hombres que predican al Dios que ven, palpan, oyen y contemplan, que todo esto es lo que significa la palabra revelar en la espiritualidad bíblica. Al revelarse así, Dios forma el corazón de sus amigos, que lo son porque le buscan. El libro de la Sabiduría, recordemos que este término comparte significado con la Palabra, lo expresa así: “Entrando –la Sabiduría- en las almas santas, forma en ellas amigos de Dios y profetas” (Sb 7,27).

Mis ovejas les escuchan Damos un paso más. Nos acercamos al profeta Daniel y nos hacemos eco de su experiencia. Dios llama sus predilectos a aquellos a quienes se revela, teniendo en cuenta -como ya hemos dicho- la enorme riqueza que tiene el verbo revelar en la Escritura. Fundamento el título dado a Daniel basándome en que Dios mismo le hace saber que es el hombre de las predilecciones, y da la razón del porqué de este elogio. “Vino y me habló. Dijo: Daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligencia. Desde el comienzo de tu súplica, una palabra se emitió y yo he venido a revelártela, porque tú eres el hombre de las predilecciones…” (Dn 9,22-23).


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Tremendamente pobres y desvalidos nos quedaríamos si fijásemos esa predilección de Dios solamente en Daniel, y no la abriéramos hacia su plenitud, es decir, hacia su propio Hijo. Dios mismo testificó su predilección primeramente en su bautismo a la orilla del río Jordán. Recordemos que se abrieron los cielos y que todos los presentes pudieron escuchar la Voz: “Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco” (Mt 3,17). De esta forma testificó Dios su predilección sobre su Hijo y volvió a hacerlo en el monte Tabor en su Transfiguración. Nuevamente resonó la Voz: “Él es mi predilecto”. Sólo que en esta ocasión el Padre muestra el camino cierto para todos los buscadores de la Verdad al añadir: “¡Escuchadle!” (Lc 9,35). Sí, escuchadle, Él es “mi y vuestra” Palabra. ¡Escuchadle! Podríamos añadir, como fue profetizado: y vivirá vuestra alma. “Aplicad el oído y acudid a mí, escuchad y vivirá vuestra alma…” (Is 55,3). He aquí el testimonio grandioso de Dios sobre su Hijo. Escuchadle, sí, a Él que es mi Palabra. A la luz del testimonio de Dios sobre su Hijo, quiero decir algo acerca de los buscadores de Dios. De la misma forma que Él muestra nítidamente que su Hijo es el Amado, el Predi-

lecto, el Revelador trasparente de su Misterio, del mismo modo, Él da un discernimiento, una sabiduría especial a todos los que le buscan con un corazón sincero. Esta sabiduría y discernimiento, lleva a estos hambrientos de vida a distinguir entre pastores y pastores; entre los que hablan desde Dios revelándole por medio de la predicación, y los que hablan desde sí mismos, desde sus egos, aunque estén empapados de agua bendita, los que hablan desde la sabiduría humana, tan dejada de lado por los apóstoles como -por ejemplo- Pablo (1Co 2,4-5). Los verdaderos buscadores de Dios distinguen entre la Voz encarnada en los pastores del Señor Jesús y las voces de los pastores hechos a la medida de la sabiduría humana. Los primeros son reconocidos por las ovejas de Jesús; los segundos son ignorados. “Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen –ignoran- la voz de los extraños” (Jn 10,4-5). bn

El apóstol Pablo, en la misma línea de Juan, nos dirá que la Vida mana del Evangelio del Señor Jesús Éstos son mis predilectos

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educación para la vida

José Antonio Gris - Especialista en Psicología Clínica

El trastorno de personalidad evasiva (antes llamada evitativa) se caracteriza por un aislamiento social voluntario. Es una persona que hace mucho esfuerzo para ser reservado y retraído. Es una extensión de la personalidad inhibida y en muchos síntomas coincide con la fobia social. Va desde formas leves a otras extremadamente graves. En la forma leve, son muy frecuentes los sentimientos de aislamiento y soledad combinados con temor al rechazo y la humillación interpersonal. En la forma más grave, hay una hipersensibilidad no sólo a la humillación y al rechazo, sino también a la vergüenza. Rechaza las relaciones interpersonales y tiene una autoestima muy baja. La persona que tiene este trastorno, lleva una vida muy solitaria y evita ir a una fiesta o acto social. Si se ve obligado a ir a cualquier acontecimiento social, lo pasa muy mal y está deseando irse. Los demás le provocan una gran ansiedad e inseguridad. Sólo se siente bien cuando está solo. Es una persona que no le gusta salir de casa. Pasa todo el día leyendo, viendo la televisión, duerme durante el día y le gusta arreglar cosas en casa. No tiene confianza en sí mismo y tiene gran temor a la competencia con los demás.

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Su necesidad de afecto y de relación interpersonal la expresan en forma de música, poesía o diarios que nunca nadie leerá. El estado crónico de tensión y angustia en el que se encuentra esta persona, atrae el ridículo y desprecio de los demás, y con frecuencia es el blanco de bromas y desprecio de sus compañeros de clase o de trabajo. Esto le produce estados de tensión, ansiedad, tristeza y rabia. Devalúa sus propios logros, se siente aislado, descontento, vacío y experimenta sentimientos de despersonalización. Vive pensando que él no puede aportar nada a los demás. Es aprensivo, desconfiado, tenso y tímido y, sin embargo, desea la relación interpersonal, pero se siente incapaz. Se siente inapropiado, incómodo y le parece imposible adaptarse a la realidad, ya que percibe a los demás como amenazantes. Está en permanente alerta a los signos de rechazo, decepción o ridículo. Detecta el más mínimo malestar en los demás. Llega a la conclusión de que no merece ser aceptado por los demás. Esto fomenta más la evitación, el aislamiento y destruye su autoestima. Su hipersensibilidad le sirve como método de autoprotección, y de esta forma se va perpetuando esta personalidad.


En la forma leve, son muy frecuentes los sentimientos de aislamiento y soledad combinados con temor al rechazo y la humillación interpersonal. En la forma más grave, hay una hipersensibilidad no sólo a la humillación y al rechazo, sino también a la vergüenza

Personalidad Evasiva

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educación para la vida

Sus pensamientos más frecuentes son: • • • • • • • • • • • •

No tengo confianza en mí mismo. No soporto una situación nueva. No puedo adaptarme a los demás. Todos tienen una mala imagen de mí. No soy capaz de hacer amistades. Estoy muy tenso y cohibido en cualquier reunión. Tengo mucho miedo al ridículo. Siempre siento mucha vergüenza. No le gusto a ninguna persona. Todos me critican y me rechazan. Evito todas las situaciones sociales. Soy una persona muy miedosa e inhibida.

Los trastornos asociados a esta personalidad son trastornos de ansiedad, somatoformes, disociativos, afectivos y esquizofrénicos.

La DSM-5 lo define así: F60.6 TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD EVASIVA Patrón dominante de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa y se manifiesta por cuatro o más de los síntomas siguientes:

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La persona que tiene este trastorno, lleva una vida muy solitaria y evita ir a una fiesta o acto social. Si se ve obligado a ir a cualquier acontecimiento social, lo pasa muy mal y está deseando irse

1. Evita las actividades laborales que implican un contacto interpersonal significativo por miedo a la crítica, la desaprobación o el rechazo. 2. Se muestra poco dispuesto a establecer relación con los demás a no ser que esté seguro de ser apreciado. 3. Se muestra retraído en las relaciones estrechas porque teme que lo avergüencen o ridiculicen. 4. Le preocupa ser criticado o rechazado en situaciones sociales. 5. Se muestra inhibido en nuevas situaciones interpersonales debido al sentimiento de falta de adaptación. 6. Se ve a sí mismo como socialmente inepto, con poco atractivo personal o inferior a los demás. 7. Se muestra extremadamente reacio a asumir riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades porque le pueden resultar embarazosas.


educación para la vida Cuadro Clínico Podemos detectar el trastorno de personalidad evasiva por los siguientes síntomas: 1. Timidez y aprensión. 2. Muy cauteloso y alarmado en situaciones nuevas. 3. En situaciones sociales no es amable y está incómodo. 4. Mantiene una relación muy superficial con los demás. 5. Su apariencia es de inseguro, lejano, frío y extraño. 6. Siempre es desconfiado y evasivo. 7. Su discurso es muy lento y parco en palabras. 8. Su indecisión es muy frecuente. 9. Tiene muchos pensamientos fragmentados y confusión mental. 10. Es muy controlado e hipoactivo. 11. Experimenta un nerviosismo muy alto. 12. Aislado y solitario. 13. Examina cautelosamente el ambiente. 14. Tiene mucho temor al ridículo o al rechazo. 15. Está constantemente en alerta. 16. Su actividad interpersonal es aversiva y retraída.

Personalidad Evasiva

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educación para la vida Cuadro Clínico

17. Tiene una visión aversiva de los demás. 18. Siente una gran incomodidad y desconfianza. 19. No expresa sus sentimientos ni su bienestar. 20. Para protegerse de los demás busca el aislamiento y retraimiento social. 21. Evita exponerse a los demás para evitar la humillación o el rechazo. 22. Hipersensibilidad a detalles ambientales irrelevantes. 23. Falta de armonía emocional y cognitiva. 24. En situaciones sociales experimenta angustia e hiperexcitación. 25. Tiene muchos sentimientos de vacío y despersonalización. 26. Crónicamente está tenso y fatigado. 27. Se siente abandonado y rechazado por los demás. 28. Tiene muchos sentimientos de soledad y desarrolla temor y desconfianza hacia todos. 29. Se percibe diferente a los demás y es muy inseguro en su identidad personal. 30. Es propenso a perder toda su autoestima. 31. Siempre espera ser rechazado y ha aprendido a rechazarse a él mismo. 32. Es hipersensible a las críticas y al rechazo. 33. Diseña su estilo de vida para evitar la relación con los demás. 34. Siempre intenta convencerse de que no necesita a los demás. 35. Se siente poco atractivo e incompetente. 36. Tiene patrones de conducta autopunitivos. 37. Reduce al máximo la exposición a los demás para no ser rechazado. 38. Su hipervigilancia e hipersensibilidad le hacen ver rechazo donde no lo hay.

PROCESOS PSICOLÓGICOS FUNCIONALES 1. Procesos cognitivos evitativos. Está constantemente preocupado por lo que piensan los demás de él. Sus pensamientos bloquean la comunicación social. 2. Conducta interpersonal aversiva. Evita las relaciones personales íntimas. Tiene una ansiedad generalizada hacia todo comportamiento social. Se siente avergonzado y humillado. 3. Expresivamente ansioso. Siente mucho temor e inquietud. Vive en un estado de duda permanente. Reacciona con mucha ansiedad a acontecimientos inocuos. Se siente ridículo y criticado. 4. Mecanismo de defensa. La fantasía. Usa en exceso la imaginación para satisfacer sus necesidades, su autoconfianza y la resolución de sus conflictos. Sus ensoñaciones le sirven para descargar los afectos frustrados y los impulsos de ira sin poner en peligro su seguridad.

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educaciรณn para la vida

Si se ve obligado a ir a cualquier acontecimiento social, lo pasa muy mal y estรก deseando irse

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PROCESOS PSICOLÓGICOS ESTRUCTURALES 1. Organización mental muy insegura. Su conducta siempre es de evitación, escape y fantasía. Evita los riesgos personales, las oportunidades nuevas y las situaciones estresantes. 2. Estado de ánimo angustiado. Permanentemente está en tensión y confusión. Siente tristeza e ira constantes. Tiene miedo a la burla, el malestar. Afectivamente está bloqueado. 3. Autoimagen de anadaptación. Se siente inferior y percibe el aislamiento y el rechazo de los demás. Se siente poco atractivo como persona y vive en una situación permanente de soledad y vacío. 4. Adaptación social nula. Está muy marcado por las relaciones tempranas problemáticas. No recuerda gratificaciones en su pasado. No tiene mecanismos para canalizar sus necesidades, controlar sus impulsos, resolver los conflictos o afrontar situaciones estresantes.

Etiología Hay varios factores que explican el desarrollo de esta personalidad: 1. Rechazo parental. En un niño, el rechazo parental, destruye su optimismo y energía natural, y el niño adquiere actitudes de autodesprecio y sentimientos de aislamiento social. El niño vive con siguiente pensamiento: “si mis padres no me aceptan, los demás tampoco”. El niño desarrolla así actitudes de autodesprecio, por el rechazo de sus padres. 2. Rechazo de compañeros. En muchas ocasiones, el niño vive la situación de hostilidad familiar pero encuentra experiencias reforzadoras en amigos. Sin embargo, si el niño además de una situación de rechazo familiar prolongada, experimenta el rechazo de sus compañeros, el pronóstico es el trastorno de personalidad evasiva. El rechazo por el grupo de sus compañeros puede ser especialmente devastador. Se va debilitando su autocompetencia y su autoestima. No puede lograr ningún triunfo en sus actividades,

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puede ser humillado y experimentar el desprecio de sus compañeros y también se hace duramente crítico consigo mismo. Sus sentimientos de hostilidad y rechazo se mezclan sus sentimientos de inferioridad y falta de atractivo personal. Estos niños son incapaces de lograr ninguna gratificación de su familia y compañeros y muchos de ellos son incapaces de autogratificarse. Estos patrones de conducta se consolidad en la adolescencia y edad adulta, potenciados por sentimientos de inseguridad, dudas y autodesprecio. De esta forma, surge la personalidad evasiva, en una persona llena de ansiedad, con una profunda desconfianza y una bajísima autoestima. Ha aprendido que el mundo es cruel, hostil y punitivo y que no puede cambiar la situación en la que se encuentra. Como consecuencia, se retrae de la vida social y de sí mismo.


educación para la vida

Tratamiento La terapia cognitiva-conductual (TCC) ha demostrado ser el tratamiento más eficaz. La TCC cambia los pensamientos y las conductas de evitación y la baja autoestima. La terapia cognitiva se combina con técnicas de relajación, de autocontrol emocional y de habilidades sociales. Los objetivos del tratamiento son: potenciar su autoestima y mejorar su autoimagen, desarrollar habilidades sociales, exposición gradual mediante la desensibilización sistemática para aumentar sus contactos sociales, controlar su ansiedad social, eliminar sus conductas de evitación, cambiar sus pensamientos de temor a la crítica, al ridículo, al rechazo, desarrollar su capacidad de empatía y asertividad, reforzar la expresión de sentimientos y emociones y conseguir una adecuada adaptación en las áreas social, afectiva, laboral, de ocio, etc. bn

Es aprensivo, desconfiado, tenso y tímido y, sin embargo, desea la relación interpersonal, pero se siente incapaz Personalidad Evasiva

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educación para la vida

P. Alfonso López Quintás | Catedrático universitario y académico

Quienes promueven el ejercicio de la sexualidad con independencia de las demás vertientes del amor conyugal –amistad, creación de un hogar, fecundidad– suelen afirmar que con ello defienden la libertad del hombre para satisfacer las exigencias del propio cuerpo. Cuando se habla de libertad sin matización alguna, suele aludirse a la libertad de maniobra. Esta expresión, por incluir el término talismán libertad, goza hoy día de tal prestigio que pocas personas logran descubrir que dicho género de libertad es años luz inferior a la libertad creativa y, a menudo, se opone a ella.

de conocimiento y de libertad de actuación que no posee el animal, que es llevado al apareamiento por el instinto que regula la propagación de su especie. Pero poder advertir que la sexualidad y el amor personal son aspectos del propio ser distintos y separables no equivale a estar autorizado para escindirlos. Concederse esa libertad de maniobra –libertad para dominar y manejar realidades con los criterios propios del nivel 1– nos priva de la libertad creativa, libertad para crear –con la actitud de colaboración propia del nivel 2– una relación verdadera de encuentro con una persona.

Por ser inteligente, el ser humano puede distinguir entre el ejercicio de la sexualidad con una persona y la creación de una verdadera amistad con ella. Esta capacidad supone un grado

Ejercitar esta forma de libertad es más difícil que movilizar la libertad de maniobra. Ésta considera las relaciones amorosas como un medio que tenemos a nuestra disposición y

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podemos manejar arbitrariamente. Tal actitud utilitarista inspira la frase, de origen francés, “hacer el amor”. El hecho de que se haya popularizado y vaya unida con la tendencia a disociar las relaciones sexuales y el amor personal indica lo extendida que está hoy la tendencia a moverse en el nivel 1. Al adoptar la actitud de dominio y manejo propia de este nivel, se ve como normal que dispongamos de nuestra inteligencia para escindir sexo y amor, complacencia y compromiso, y, consiguientemente, usemos nuestras potencias sexuales con la libertad con que tomamos una pluma para escribir o un billete para comprar.

Esta facultad de disponer de todo –lo material y lo personal– resulta fácil y halagadora porque nos da dominio sobre cuanto necesitamos para tejer nuestra vida. Frente a este halago y esa facilidad, debemos pensar de modo relacional y descubrir la relación que media entre los diversos aspectos de nuestra vida: pulsiones instintivas, energía que desprende el ideal de la unidad, ansia de crear vínculos personales... Aunar estos aspectos resulta arduo al principio, pero se hace gozoso a medida que ajustamos todas las piezas de nuestra compleja realidad. Lo sano es aceptar la complejidad de lo que es complejo, tensionar la mente para darle alcance y adecuar la conducta a sus exigencias. Las relaciones prematrimoniales

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educación para la vida Al final tendremos la satisfacción de ver que cada aspecto de nuestra vida –la sexualidad, el amor personal, la capacidad creativa...–‒ desempeña el papel que le está asignado. Como seres dotados de inteligencia, podemos tomar algunos de estos aspectos aparte de los otros, pero ¿es inteligente hacerlo? Si la función última de la inteligencia es procurarnos la verdadera felicidad, resulta obvio que tal escisión constituye un sinsentido. Preguntarse por el sentido de nuestra vida, de nuestras actitudes y actividades es propio de toda persona reflexiva. Una acción tiene sentido cuando nos orienta hacia el ideal de nuestra existencia. Actuar sin reparar en tal orientación es una frivolidad poco digna de una persona, que debe tener conciencia de la dignidad a que está llamada. Reflexionar sobre los motivos que deben regir nuestra conducta no siempre lo valoramos debidamente, por la tendencia a perdernos en cuanto nos halaga y seduce. Mucho nos va en descubrir que somos verdaderamente libres cuando somos capaces de “ob-ligarnos” voluntariamente a cuanto nos perfecciona: lo bueno, lo justo, lo bello, lo verdadero... Este tipo de vinculación –nivel 3– nos ofrece posibilidades para desarrollar nuestra personalidad al máximo. Los conceptos de libertad, vinculación a lo que nos perfecciona y desarrollo personal se hallan radicalmente conectados.

La libertad de maniobra considera las relaciones amorosas como un medio que tenemos a nuestra disposición y podemos manejar arbitrariamente. Tal actitud utilitarista inspira la frase, de origen francés, “hacer el amor” 36


educación para la vida

La libertad interior frente a las pulsiones sexuales Se piensa a veces que los jóvenes operan con verdadera libertad cuando toman las precauciones necesarias para que el ejercicio de la sexualidad no les acarree consecuencias desagradables: embarazos no deseados y enfermedades contagiosas. Este planteamiento es falso porque está realizado con criterios propios del nivel 1. Opero con la sexualidad como si fuera un instrumento de goce, y, para prevenir las consecuencias de tal desenfoque, echo mano de recursos mecánicos que permiten a veces evitar ciertos males. No se alude siquiera a la condición personal y, por tanto, creativa de la sexualidad, y, en la misma línea, no se sugiere un cambio de actitud que ajuste nuestra conducta a las exigencias de nuestra realidad de personas y evite las consecuencias de los desajustes. Esforzarse en evitar los inconvenientes de un comportamiento no ajustado a la propia realidad es necesario; pero pensar sólo en ello resulta demasiado pobre. Este punto de partida pacato inspira la falsedad de atribuir una seguridad absoluta al uso de los anticonceptivos. Quienes toman como una meta de la vida humana consagrar las potencias sexuales a la acumulación de sensaciones placenteras –desgajadas de toda relación con la amistad, la creación de un hogar y la donación de vida a nuevos seres–, se ven en la necesidad de presentar esa actitud como una fuente inagotable de goces, no ensombrecida por riesgo alguno. Las personas reflexivas procuran ahondar en el sentido de las potencias sexuales y orientar sus energías a cumplir el papel que tienen asignado en el conjunto de nuestra vida. Si nuestra finalidad es el bien de los demás, no

la defensa de ciertos intereses ideológicos o económicos, adoptaremos a este respecto la posición que mejor responda a las exigencias de nuestra realidad personal. • Como seres racionales y libres, debemos tener las riendas de nuestra conducta y no dejarnos arrastrar por el halago de entregarnos a cuanto nos seduce. Una vez entregados, podemos caer en la tentación de pensar que estamos siendo dotados de un gran poderío. Es una vana ilusión, pues estamos a merced de una corriente poderosa, un torbellino que nos lleva a la esclavitud de la adicción sexual, polo opuesto a la libertad creativa y al desarrollo de la personalidad. • El que se deje arrastrar por la seducción que le producen los modos de sexualidad desordenados debe tener en cuenta los peligros que ello puede implicar para su salud. Resulta lastimoso que ciertas campañas –organizadas supuestamente para evitar las consecuencias indeseables del abuso de la sexualidad– hayan

Cuando se habla de libertad sin matización alguna, suele aludirse a la libertad de maniobra. Esta expresión, por incluir el término talismán libertad, goza hoy día de tal prestigio que pocas personas logran descubrir que dicho género de libertad es años luz inferior a la libertad creativa y, a menudo, se opone a ella.

Las relaciones prematrimoniales

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educación para la vida

propuesto el uso de anticonceptivos como el medio adecuado para lograr un “sexo seguro”, libre de todo inconveniente. La investigación médica actual más cualificada y la experiencia diaria desmienten radicalmente tal optimismo. Ofrecer falsas seguridades en materia tan arriesgada constituye una temeridad injustificable. • Para liberarnos de la obsesión que puede llegar a producirnos el ejercicio indiscriminado de la actividad sexual, no tenemos una vía más eficaz que descubrir la grandeza que presenta el amor conyugal cuando lo vemos desplegado en sus cuatro elementos básicos: sexualidad, amistad, proyección comunitaria, fecundidad. Al reconocer que la sexualidad debe estar encuadrada activamente en ese contexto, le otorgamos todo su sentido y convertimos su poder de arrastre en capacidad de encuentro lúcido y voluntario. Con ello, el ansia de goce se trueca en buena medida en deseo de gozo, que es una de las fases del camino ascendente hacia la unidad amorosa plena y la felicidad auténtica. • El que dispone de libertad interior –capacidad de ajustar la conducta a la propia realidad, no a presiones internas o externas– y plantea el tema de la sexualidad en su verdadero contexto ‒que es el nivel 2, el de la creatividad, y el nivel 3, el del ideal de la unidad está bien dispuesto para realizar la planificación familiar con métodos naturales, ajustados a la condición personal que debe tener el amor conyugal en todas sus manifestaciones1.

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La elevación de espíritu y la contención pasional Para proceder con libertad interior en la vida amorosa debemos dar elevación a nuestras tendencias, instintos y apetitos. Cuando todas nuestras energías quedan asumidas en una tarea creativa, moderan su impulsividad anárquica y su propensión a la desmesura. Con ello no pierden energía y calidad. Ganan en sentido y se convierten en fuente de honda felicidad. Vean con qué fino humor lo indica el gran escritor danés Sören Kierkegaard:

Como seres racionales y libres, debemos tener las riendas de nuestra conducta y no dejarnos arrastrar por el halago de entregarnos a cuanto nos seduce

1 Es lamentable que la mera propuesta de estos métodos naturales de planificación familiar haya despertado verdadera inquina en ciertos medios, que procuran silenciarlos y, cuando es obligado aludir a ellos, les niegan toda eficacia. Si el propósito de los mismos es conseguir la felicidad de las parejas, deben celebrar que haya métodos capaces de regular eficazmente la natalidad sin riesgos fisiológicos y psicológicos.


Una buena medida para evitar que la avidez nos domine es elevar el espíritu. Esto nos otorga libertad creativa y soberanía de espíritu, y nos aleja del vértigo, que nos succiona y arrastra.

«Los serbios poseen una leyenda en la que se describe a un gigante enorme, que tiene un apetito parejamente enorme. Se presenta en casa de un pobre labriego y manifiesta la intención de participar en su comida. El labriego pone en la mesa, según sus pobres recursos, todo lo que la casa puede ofrecer. Los ojos voraces del gigante ya se lo han engullido todo de un golpe de vista, y calcula con toda seguri-

dad que no se habría quedado más satisfecho en el caso de haberlo devorado realmente. Se sientan a la mesa. Ni por lo más remoto se le ha pasado al labriego por las mientes que no habría bastante para los dos. El gigante se dispone a agarrar el plato; el labriego lo frena con estas palabras: en mi casa es costumbre empezar con una oración; el gigante pasa por ello, y he aquí que hubo suficiente para ambos…»2. Una buena medida para evitar que la avidez nos domine es elevar el espíritu. Esto nos otorga libertad creativa y soberanía de espíritu, y nos aleja del vértigo, que nos succiona y arrastra. bn

2 Cf. Diálogos sobre el primer amor y el matrimonio (Guadarrama, Madrid, 1961) 247-248.

Las relaciones prematrimoniales

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educación para la vida

Mª Paz Catalá Verdú y Mª Carmen Montaner Abasolo | Profesoras de Religión católica y pedagogas

ñanza es un tema el ámbito de la ense en sa io lig re n tió es La cu lmente, se debate ciedad que, genera so tra es nu en te presen jetivas. iento que razones ob ción se precon más apasionam a tarios que continua en m co s lo , te en m mente Afor tunada ión por estar perfecta ac er id ns co de os gn nceptos, sentan son di uyen a clarificar co rib nt co , ás em Ad s. fundamentado o de opiniones entre posible el intercambi a se e qu a er an m de busquen la verdad iniones diferentes, op n co e, qu s na perso ciones ideológicas. sin anteponer ofusca

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educación para la vida

La clase de religión es un derecho, NO un privilegio

A vueltas con la polémica sobre la asignatura, algunos católicos estamos arrastrando una especie de complejo, como si hubieran logrado hacernos creer que la presencia de la clase de Religión en la escuela es una reminiscencia del antiguo régimen y no tiene cabida en una sociedad democrática.

Muy al contrario: se trata de un derecho, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU (1948): “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como su libertad de manifestar su religión o su creencia individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

Pero, ¿de verdad pretendemos “educar”, lo cual implica la focalización en la persona y su crecimiento, no en las enseñanzas (adoctrinantes de cierto profesorado excluyente)?

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educación para la vida Nuestro marco constitucional reconoce también este derecho, como luego desarrollaremos. No está de más incidir en que la asignatura de Religión tiene un tratamiento mucho más relevante en la mayoría de los países europeos que en España. En aproximadamente la mitad de los países europeos, la asignatura de Religión es obligatoria en el sistema educativo, y en la otra mitad, es de libre elección con su alternativa. Tampoco estaría de más recordar que el dinero con el que se paga al profesorado de Religión, al contrario de lo que

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parece desprenderse de algunas críticas contra la Iglesia, no sale del bolsillo particular de ningún gobierno, sino del de los propios padres de los alumnos, quienes pagan “religiosamente” los impuestos al Estado.

La cultura religiosa ayuda a integrar todos los conocimientos en una sabiduría global de la existencia


educación para la vida

La clase de Religión no es equiparable ni sustituible por la Catequesis.

La asignatura de Religión está destinada principalmente a una formación científicointelectual, que con la peculiaridad de ser confesional, se podría decir que se trata de “una teología en pequeño formato”.

En cambio, en la Catequesis se procura la iniciación o la maduración en la fe. Sus objetivos, sus ámbitos, su iniciativa, su intencionalidad y los destinatarios son distintos. Una formación, la teológica, que incide en la totalidad de la persona y su crecimiento, que es el objeto de la Educación. Así, el saber religioso, en interrelación con los demás saberes, y en el marco educativo de las inteligencias múltiples, las competencias educativas..., es necesario para la educación integral y personalizadora. Pero, ¿de verdad pretendemos “educar”, lo cual implica la focalización en la persona y su crecimiento, no en las enseñanzas (adoctrinantes de cierto profesorado excluyente)? Eso, de nuevo, lo tienen muy claro en países como Finlandia, número uno en los estándares educativos mundiales. Todo desde el profundo respeto al niño/a y enfocado desde el/la mismo/a.

El fundamento jurídico determinante de la presencia de la asignatura de Religión en la escuela está en el artículo 27.3 de la Constitución Española: “Los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Nuestra razón de ser

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educación para la vida La parroquia, la catequesis, eso sí, puede ser el complemento en la formación del niño/a o joven, necesario si se quiere crecer en la fe. Como también es complementaria la formación en un estudio de arte-pintura, el conservatorio de música, el equipo de deportes, etc. Pero el punto de partida esencial y obligado es la escuela, para la educación integral e integradora, para la socialización de ese niño/a, etc.

La clase de Religión ayuda a entender la cultura que hemos heredado.

Sería imposible entender la pintura, la música, la escritura, la filosofía, la historia, la política, el folclore, las tradiciones... en definitiva, nuestras raíces, si no conocemos en profundidad los fundamentos de la religión católica. Y lo mismo cabría decir, en un nivel más genérico, de una comprensión mínima de las demás religiones, para poder contemplar de forma madura y responsable el mundo “global “en el que vivimos. Por supuesto, aunque el docente sea confesional católico, en los programas se aborda la realidad multirreligiosa del entorno, con la profundidad debida. Hoy hablamos de la relación religiones-cultura.

Hoy en día existe una gran “parcelación” del saber humano acompañada de una acumulación de datos; pues bien, la cultura religiosa ayuda a integrar todos los conocimientos en una sabiduría global de la existencia. Una enseñanza global debe responder a las preguntas clave sobre el sentido de nuestra existencia. ¿De qué me sirve conocer la evolución del Universo, si nadie me explica por qué y para qué estamos en la vida?, ¿cómo podemos fundamentar los derechos humanos sin dar razón de la diferencia esencial entre animal irracional y el ser humano racional y consciente?, ¿cabe hablar con optimismo de los avances científicos y de la sociedad del futuro, si no tenemos fundamentada nuestra esperanza más allá de nuestra realidad física presente, más allá de la muerte?.... Es frecuente que alumnos por ejemplo de Bachillerato, manifiesten lo que les ha ayudado esta materia para ilusionarse por el estudio de todas las demás; lo que les ayuda a la vida en general: a sus propósitos, sus relaciones, sus hábitos de vida y de estudio, etc.

5ª Es preciso distinguir entre laicidad positiva y “laicismo” excluyente y negativo

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La Religión ofrece una cosmovisión frente a la fragmentación del saber y responde al sentido de la existencia.

Diálogo interreligioso

Somos conscientes del grave problema que para la paz mundial representan los fundamentalismos. Cada vez vemos con más claridad que la estabilidad internacional, e incluso nuestra convivencia con un buen número de inmigrantes, necesita estar sustentada en el diálogo interreligioso, pero solo puede dialogar quien tiene una adecuada formación religiosa y comparte lenguajes, pues el auténtico diálogo se da cuando hay conciencia y conocimiento del punto de partida.


educación para la vida Asimismo el problema de los sectarismos debe abordarse, también preventivamente, desde la formación en religión. Las competencias de socialización multicultural y religiosa, el debate sosegado desde el respeto a la diferencia, etc., se debe posibilitar y potenciar en la escuela. Son competencias educativas.

La opción confesional

Todo lo anterior tiene un efecto, afecto e impacto totalmente diverso si se trabaja en el aula con la aportación confesional del docente o si se “enseñan” contenidos de manera aséptica.

La educación ético / moral

La educación integral, para algunos padres, que son los responsables de la educación de sus hijos, no sería integral si no hubiese un espacio específico en la escuela en que se educara en valores morales como la sinceridad, la solidaridad, la justicia, el respeto, la generosidad.... Y todo ello se puede fundamentar desde las razones democráticas y de convivencia o desde unas convicciones mucho más profundas. El derecho internacional y nuestra Carta Magna recogen claramente este derecho fundamental, que va más allá de una simple aspiración educativa de las familias.

Una enseñanza global debe responder a las preguntas clave sobre el sentido de nuestra existencia

Nuestra razón de ser

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educación para la vida Desde lo ético-moral al conocimiento de la cultura y el arte, la interacción social y el compromiso, etc., todo va a adquirir otra profundidad con la aportación confesional. Confesional para el profesorado, no para el alumnado, que se está formando. Se entiende perfectamente que algo que toca dimensiones personales como la espiritual, el conocimiento intuitivo, lo emocional/vivencial…, se puede transmitir con afección o con desafección, y que hay aprendizajes esenciales (a veces invisibles) que se captan desde lo que vive coherentemente el docente porque cree o no cree en ello. Además ello va a permitir por ejemplo que el alumno/a se plantee la opción de apertura a lo transcendente; una competencia espiritual, que, como el leer, si no se educa se puede no desarrollar. Hoy día, en la sociedad de la información, en que es bien conocida la aportación de lo emocional al aprendizaje, la integración de todos los talentos en el aprendizaje por proyectos, la importancia del abordaje en profundidad, etc. los programas que hablan de la enseñanza del hecho religioso sin permitir la opción confesional resultan muy cortos de mira, francamente miopes. Parece que es necesario crecer en madurez pedagógica en este proceso de mejorar la Educación en España.

El Estado tiene el deber de discernir y colaborar, según el principio de subsidiaridad, con las iniciativas sociales de sensibilidad religiosa o laica de los ciudadanos

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Laicidad positiva versus laicismo excluyente

Oímos hablar acerca de que la existencia de la clase de Religión está fundamentada en un Concordato Internacional entre el Estado español y la Santa Sede; Concordato que ya estaría caducado... Sin embargo, a veces se olvida lo principal: el fundamento jurídico determinante de la presencia de la asignatura de Religión en la escuela está en el artículo 27.3 de la Constitución Española: “Los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Es decir, nuestra legislación reconoce que los padres tienen derecho a marcar la orientación moral y religiosa de la formación de sus hijos, y las autoridades tienen el deber de poner los medios para que este “servicio del Estado” se lleve a cabo. Se trata de un derecho “opcional” y no una obligación para todos, dentro del más amplio derecho/deber de la educación para todos. Es preciso distinguir entre laicidad positiva y “laicismo” excluyente y negativo. La laicidad del Estado (“aconfesional”) y de las instituciones públicas supone neutralidad ante las diversas creencias religiosas, y al mismo tiempo, colaboración con ellas en la medida en que contribuyan al bien común de la sociedad. El estado debe reconocer el derecho a la libertad religiosas de los ciudadanos como un bien positivo para el individuo y para la sociedad; derecho que ha de ser protegido por los poderes públicos. Por su parte, el Estado tiene el deber de discernir y colaborar, según el principio de subsidiaridad, con las iniciativas sociales de


educación para la vida sensibilidad religiosa o laica de los ciudadanos. En consecuencia, la laicidad rectamente entendida, es garantía de libertad, igualdad y convivencia. Citando a Mons. Fernando Sebastián, el futuro no puede estar en un “laicismo obligatorio”, sino en el diálogo honesto y sincero entre las religiones y con los sectores laicos. El cometido del Estado no es ser el formador de las conciencias de los ciudadanos, según un “mínimo común ético constitucional”.

Un deseo, el Pacto Educativo

Terminamos este escrito, expresión del día a día de nuestra profesión, con un deseo: el Pacto Educativo, pero eso sí, construido desde el debate pedagógico (no con gafas ideologizadas ni de marca política), para que levantando la mirada hacia el horizonte amplio (sin reduccionismos) veamos a nuestras niñas y niños crecer alegres, honestos, críticos, dialogantes…,en definitiva, más libres y más completos desde todos los puntos de vista. bn

El cometido del estado no es ser el formador de las conciencias de los ciudadanos, según un “mínimo común ético constitucional” Nuestra razón de ser

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si hoy escucháis su voz

César Allende García «Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él» (Jn 8,11)

En el versículo 1 utiliza Juan un elemento redaccional de gran relieve: un conector temporal cuyo significado teológico no le era desconocido, y que introduce magníficamente los “semeia” o acciones portentosas del Señor. “A los tres días” había una boda en Caná. A lo largo de la Escritura se utiliza con cierta frecuencia esta unidad temporal para conectar acontecimientos de tal modo que el segundo cobra un alcance salvífico particular: Dios interviene “a los tres días”; “al tercer día” (pasado mañana contando hoy también) empleándose a fondo en su empeño por la salud del hombre.

Las columnas de la obra de Jesús Evidentemente en el más amplio contexto kerigmático la predicación cristiana del Misterio Pascual de Jesús puso el acento en el acontecimiento decisivo de la Resurrección de entre los muertos “al tercer día”; el credo también recoge la expresión (tanto el símbolo de los Apóstoles como el Niceno-Constantinopolitano). De este modo la resurrección es el “signo” por excelencia del poder de Dios que restaura y recrea su plan primigenio respecto al ser humano e incluso a la creación entera. También este signo acontece a tres días de finalizar la en-

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trega de Jesús definitiva: el propio Juan en 19,30 pone en boca del crucificado el acabamiento de una obra —que es toda una etapa—: “Todo está cumplido”. Y en 20,1 comienza la narración de la etapa definitiva con otro marcador temporal: “El primer día de la semana”. Así pues, “Al tercer día/tres días después” y “El primer día” indican un proceso salvífico que Juan pretende recalcar cargándolo de intencionalidad. Dicho de otra forma: el signo obrado en Caná de Galilea y el signo de la Resurrección en Jerusalén son las columnas que sostienen el arco de la obra llevada a cabo por Jesús como cumplimiento de la voluntad de salvación del Padre.


si hoy escucháis su voz A esta obra salvadora de Jesús es invitado el hombre mediante la suscitación de la fe, que siempre en Juan, como es sabido, es dinámica e intencional: tiende, camina, se mueve hacia Jesús como Enviado del Padre, más que ser aceptación o recepción de unas doctrinas. Todo el Evangelio de Juan se presenta vertebrado por la tesis de que Jesús de Nazaret es en su persona y en su obra la manifestación de Dios; los signos portentosos que realiza lo epifanizan así: ya el Bautista dio testimonio de esta manifestación: «Este es el Cordero de Dios…, el que existía antes que yo. Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios» (Jn 1,29-34). El signo es un milagro, no tanto porque se salga del acontecer ordinario de las cosas, cuanto por

su capacidad de “hacer ver” a Dios en el hecho que nos asombra por inusual. Si no hay fe no se ve a Dios obrando, y el prodigio no proporciona la vida eterna. Vida eterna equivale a reino (de Dios o de los Cielos) en los sinópticos. En esto la obra de Jesús, el signo que le exigen los judíos —como Juan expone en el texto sobre la Fiesta de la Dedicación (10,22 ss)— llega a su plenitud: las obras que hace dan testimonio de su autenticidad como Mesías porque las hace en el nombre del Padre y tiene poder de dar la vida eterna a quien viéndolas oigan su voz (10,25), o lo que es lo mismo: «Si uno guarda mi palabra no verá la muerte eternamente» (8,51), o bien, «…el que cree, tiene vida eterna» (6,47).

en el más amplio contexto kerigmático, la predicación cristiana del Misterio Pascual de Jesús puso el acento en el acontecimiento decisivo de la Resurrección de entre los muertos

“Gramática de los signos: Caná”

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si hoy escucháis su voz

Teología cristocéntrica de Juan La reflexión teológica de Juan, más que progresar en esta maravillosa revelación de forma lineal, lo hace concéntricamente (al decir de muchos comentaristas) o quizá pudiera verse como dialécticamente: su pensamiento va y viene, avanza y retrocede, afirma y matiza lo afirmado en una peculiar forma de contradicción: por citar algunos elementos, cabría indicar la luz y las tinieblas, la verdad y la mentira, Dios Padre y el diablo, padre del mal, la vida y la muerte, la escucha de la Palabra y los oídos (y ojos) sordos, el simple maná y el Pan de vida, venir de Dios y estar endemoniado, los de Jesús y los del mundo (17,14.16) La pregunta de los judíos es directa y frontal en 6,30: «¿Qué “señal” haces tú para que la veamos y creamos en ti?». La respuesta de Jesús es el Pan de la Vida: Él mismo es la señal exigida, y sorprende que los judíos, viendo lo que veían, aún se preguntaran si el Mesías, cuando viniera haría más señales (o más grandes), “pleíoma semía”, que Jesús (7,31). Una fina dialéctica atraviesa

toda la teología cristocéntrica de Juan en el ámbito de la fe, porque Jesús y su obra están en función nuestra, de modo que el plan de Dios se cumpla por la fe en su enviado: «Habiendo obrado tantos signos maravillosos delante de ellos, no creían en él», cumpliéndose de este modo la palabra de Isaías (12,37; Is 53,1); y si alguno creía, por miedo a los fariseos no se declaraba, anulando con ello la efectividad de los signos, y vaciando la gloria de Dios, porque quién cree en Jesús “no cree en Jesús sino en aquel que le envió” (12,44). El signo lleva a Jesús y, al mismo tiempo, exige y es fruto de la fe; y así la gloria de Dios se hace realidad, es decir, se opera la salvación de los hombres. ¿Por qué unos lo aceptan y otros no? Ciertamente, no es de todos la fe; más aún, llegará un momento en que se tendrá por honrar a Dios el perseguirla en los creyentes. De lo que no hay duda es de que los signos obrados por Jesús entrañan un mensaje, poseen un lenguaje y procuran una comunicación con la Fuente de la santidad misma: Dios Padre. Y esto se propone, no se impone.

el signo obrado en Caná de Galilea y el signo de la Resurrección en Jerusalén son las columnas que sostienen el arco de la obra llevada a cabo por Jesús como cumplimiento de la voluntad de salvación del Padre 50


si hoy escucháis su voz

El signo y su gramática Ahora bien, todo lenguaje, todo mensaje articulado en un “sistema de comunicación”, implica una gramática que lo descodifique o extraiga de él su contenido inteligible. Quien no conozca esa gramática no alcanza a entender el mensaje y a sacarle provecho. Este sencillo esquema sirve para dar respuesta a la pregunta que se formulaba líneas atrás. El mismo Jesús se lo echa en cara al grupo de sus opositores: no aceptan su palabra porque no alcanzan a interpretar sus obras (signos, “semeia”) como un lenguaje de Dios codificado en los hechos mismos. El caso paradigmático es el de la resurrección de Lázaro: es muy importante leer a fondo el v. 45 y el v. 46 del capítulo 11: unos creen y otros denuncian a Jesús ante los fariseos (cfr. 12,17-19).

El signo precisa su gramática. Y tiene su arquitectura propia, su peculiar “fábrica” o estructura interna. Entre arquitectura y gramática hay una relación interna tal que no son posibles la una sin la otra: ambas constituyen la naturaleza “significativa” y “significante” de los hechos prodigiosos del Señor Jesús. El griego conoce también los términos “terata” y “thaumasia” para matizar aún más el aspecto simbólico y el maravilloso, respectivamente, de los hechos que Dios utiliza en favor de su pueblo y de la humanidad entera. Esta acción de Dios siempre es manifestación de su Amor incondicional, incluso en otros lugares, circunstancias y culturas no bíblicas. Pero en la Escritura, dentro del judeo-cristianismo, la expresión o revelación máxima de este amor salvador no es un cuerpo de doctrina, ni un código

“Gramática de los signos: Caná”

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si hoy escucháis su voz moral, ni un derecho o “corpus iuridiam”, ni un ritual exhaustivo de culto: es una persona acontecida como hecho histórico, en nuestras coordenadas espacio-temporales, siendo como es eterno, anterior a todo y fundamento ontológico de todo cuanto existe; de la Historia también. La teología sublime del Prólogo sirve a Juan para presentar al Verbo como Jesús, es decir, como el signo por antonomasia del portento que es, de la maravilla que es, que Dios por Amor al mundo —y solo por Amor— le enviara desde su seno para rescatar a este (Jn 3,16). Más aún, en la conversación con Nicodemo, Juan tiene buen cuidado de no olvidar la conexión de este Signo-Persona con la Historia de la Salvación: la alusión a Moisés y a la serpiente levantada en el desierto (Nm 21,8 s) como enseña de salud, no tiene otro sentido que presentar al Hijo de Dios, a su Unigénito como la consumación de los signos portentosos de Dios. La progresión concéntrica y dialéctica del pensamiento de Juan alcanza cotas inauditas: nadie puede escribir Jn 3,11-21 sino al dictado del Espíritu de Dios. El mismo Lucas había presentado en el “signo de Jonás” el único que a la generación perversa se le podía dar: un Hijo del hombre levantado del sepulcro, vuelto del vientre de la muerte, para que “visto”, se dé la conversión y la vuelta del pecado a Dios (ver Mt 12,38-41). La Resurrección del Señor es el Amor de Dios “hecho” visible en un “hecho” prodigioso; a mí me parece mejor decir lo mismo pero del “Resucitado” más que de la Resurrección.

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El título de Kyrios transcribe el contenido del signo de la Resurrección; pero para su entendimiento y beneficioso aprovechamiento en orden a la Vida definitiva se necesita una gramática. Volvamos, entonces, a Caná de Galilea. “A los tres días se celebraba una boda en Caná”. Y aquí fue donde Jesús realizó el primero de sus signos (Jn 2,1-11). Como ocurre con otros textos de Juan, la frase citada del v. 11 ha sido traducida de modos diversos por la complejidad gramatical que encierra y por el deseo de desentrañar toda su riqueza espiritual y teológica. En cualquier caso, cabe detenerse un momento en dos palabras: el verbo “epoiêsen” y el sustantivo “arkhên”, respectivamente hacer, realizar y principio. Si es correcta esta interpretación filológica traduciríamos con otros autores: “Jesús realizó este principio de sus signos”. Evidentemente la oración no corre bien en castellano, pero tiene, para mi intención, unas ventajas importantes: nos sitúa en la clave de la “gramática” del signo. El verbo hacer denota una operación, una obra cuasi manual, creativa plásticamente, como hacer barro con la saliva, partir los panes, vocear a Lázaro, etc. Jesús obra de modo que lo obrado se “vea”, se “oiga”. Juan en el prólogo de su Primera Carta explícitamente escribe de este oír, ver, contemplar y palpar “acerca del Verbo de la Vida, porque la Vida se hizo visible y nosotros hemos visto y damos testimonio” (1 Jn 1,1-3). Este testimonio apela a la comunión con el objeto (persona) del testimonio, ahora visible y tangible, por la fe. Esta es la regla que vertebra y articula la “gramaticalidad” de los signos.


si hoy escucháis su voz

Por otro lado, la palabra “arkhên” indica el elemento organizativo, “el plano de obra” de la arquitectura o fábrica de las obras salvíficas de Jesús, tal como, en mi opinión, las ve el evangelista. “Principio” aquí no habría de entenderse, creo yo, tanto en el sentido de primero cronológicamente, sino en el de modelo o paradigma de los demás. En la narración del milagro de Caná cifra Juan los elementos y materiales con que construir los otros siete. Cada uno de ellos presentará luego matices y formas propias, pero todas se ajustan a un orden estructural y funcional esquemáticamente participado por todos según la voluntad comunicativa de su autor.

Sobre estos polos, como si de los capiteles de un arco románico se tratase, descansa toda la fábrica de ese portento de revelación del misterio de Dios en Cristo que es el cuarto Evangelio: revelación de la Verdad que desde el principio estaba en Dios y que se nos hizo accesible y alcanzable para nuestra salvación. Estas reflexiones continuarán en artículos siguientes para intentar desentrañar toda la riqueza de vida y de gracia que Dios nos ofrece en los “semeia” joánicos. Solo un apunte, en este orden, para concluir. En Caná aparece la “mujer”, y en la Cruz (en la manifestación gloriosa de la “hora” de Jeús). María es un elemento fundamental en la teología de Juan. Nada mejor, pues, que dejar a su mediación las observaciones y apuntes de los escritos próximos. bn

El signo lleva a Jesús y, al mismo tiempo, exige y es fruto de la fe; y así la gloria de Dios se hace realidad, es decir, se opera la salvación de los hombres “Gramática de los signos: Caná”

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ciencia

Carlos Valiente Barroso

Universidad Internacional de La Rioja Centro Universitario Villanueva-Universidad Complutense de Madrid

La sabiduría popular sentencia que “la cara es el espejo del alma”, entendiendo por ‘alma’ el cofre interior que acoge, sobre todo, nuestros sentimientos, afectos y emociones; aludiendo, por otra parte, al ‘espejo’ por cuanto supondría la expresión explícita, fiel e inalterable de aquella realidad que, necesaria y exactamente, ha de ser reflejada. Como en tantas ocasiones, esa sabiduría intemporal, fruto de la enseñanza que aporta ancestralmente nuestra experiencia cotidiana, se ha visto refrendada por la ciencia y sus estudios contrastados –ya no basados en la mera intuición-. Sea como fuere, conviene recordar que la ligazón entre rostro y personalidad hunde sus raíces en la aportación de señeras personalidades de la historia de la cultura. Así, en su obra Investigación sobre animales, el sabio Aristóteles (384-322 a.C.) ya defendía la posibilidad de conocer la personalidad de cualquier individuo a través de sus rasgos faciales.

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La reflexión sobre el vínculo entre rostro y emoción, no puede separarse de la consideración del lenguaje no verbal como elemento esencial en nuestra comunicación. Aunque, bien es verdad que el lenguaje simbólico desarrollado es singular y específico del ser humano, facilitando la transmisión de información mediante el habla, no es menos cierto que gran parte de nuestra comunicación se fragua en base a nuestro lenguaje no verbal. Éste, apoya o enfatiza en lo que nuestras palabras afirman o niegan, así como, en caso contrario, pueden desvelar la falsedad de nuestros asertos al contradecir gestualmente el discurso que estamos manifestando. Su importancia es tal que, como certeramente mostró John Bowlby (1907-1990), experto en la psicología del apego, éste se configura en el bebé gracias al uso que hace de las señales no verbales en la interacción con su madre; destaca la capacidad del recién nacido para imitar gestos, así como su potencialidad para captar la expresividad facial de la madre.


ciencia

La reflexión sobre el vínculo entre rostro y emoción, no puede separarse de la consideración del lenguaje no verbal como elemento esencial en nuestra comunicación El rostro humano y la ciencia de las emociones

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ciencia Pues bien, dentro del fenómeno global del lenguaje no verbal, en el que se podrían también incluir pautas como el movimiento corporal y las señales proxémicas –estudio de las distancias interpersonales, cuyo pionero fue el antropólogo Edward T. Hall (1914-2009)-, destaca singularmente el estudio de las expresiones faciales, las cuales, resultan especialmente relevantes en contextos o situaciones de marcado carácter emocional, es decir, en momentos en los que queremos transmitir información de indudable tono afectivo. Resulta impactante comprobar que, al contrario de lo que podría parecer más plausible, las expresiones faciales se pueden considerar como panculturales, es decir, que siguen un mismo patrón expresivo con independencia de la cultura o contexto geográfico en el que se produzcan. En todo caso, y en función de ciertos convencionalismos culturales, esas expresiones se pueden modular o matizar en su formato; parece evidente que el grado de expresividad difiere entre un latino y un anglosajón. Este citado fenómeno, resulta refrendado por los estudios realizados sobre ciegos de nacimiento; dado que estas personas no han podido contar con la percepción de la expresión del otro de cara a aprender este tipo de gesticulación, se refuerza la hipótesis del carácter innato que poseen nuestras pautas de expresión facial.

La expresividad comunicativa La capacidad de gesticulación facial, y, por tanto, de la expresividad comunicativa que atesora el rostro humano, está unida, inevitablemente, a la dinámica de nuestra musculatura de la cara. No en vano, fue Charles Darwin (1809-1882) quien se preguntara por la funcionalidad y especificidad de la expresión corporal –facial-, alegando que resulta esencial para el bienestar del género humano, así como para su comunicación, ya que “dotan de viveza y energía las palabras y expresan mucho mejor las intenciones de los otros” (citado en 1872, dentro de su obra La expresión de las emociones en los animales y en el hombre). Así, llegados a este punto, no podemos soslayar la importancia que implica, no sólo la aptitud para emitir información a través de la dinámica del rostro, sino la capacidad para saber interpretar ese comportamiento emisor en nuestro interlocutor. En este sentido, se sabe que esta finura perceptiva depende de distintos factores, entre los que se incluye la cultura, la edad, la existencia de ciertas patologías –psicológicas y neuropsicológicas-, junto a la propia dotación individual. Como curiosidad, sabemos que el recorrido visual que desplegamos cada persona para contemplar el rostro de otra, no es aleatorio sino estereotípico, es decir, tal y como demostraron Gallois y cols., realizamos un barrido en un orden habitual y determinado: ojos, puente de la nariz, boca, quijada, cejas y frente.

La capacidad de gesticulación facial, y, por tanto, de la expresividad comunicativa que atesora el rostro humano, está unida, inevitablemente, a la dinámica de nuestra musculatura de la cara 56


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Pero, en este contexto, probablemente sea más relevante reparar en la distinta metodología evaluadora que se ha utilizado para estudiar y analizar la emocionalidad y su expresividad. De este modo, podemos citar como tradicionales métodos biométricos: - Respuesta galvánica de la piel: medición de la conductividad eléctrica de la piel (la epidermis ofrece mucha resistencia, siendo altamente conductores la dermis y el tejido subcutáneo). - Electromiografía de los músculos faciales: medición de la tensión muscular de un músculo específico, estando indicado, para nuestro propósito, en la musculatura facial. - Lectura de la expresión facial: reconocimiento de las emociones a través de la cara, mediante el enfoque analítico (basada en características individuales del

rostro), el enfoque holístico (basada en el examen de la cara como un todo), y enfoque híbrido (combinación de los dos anteriores). Pero, profundicemos en las dos perspectivas de mayor aceptación y vanguardia. Un aspecto importante en la investigación de las expresiones faciales es el relativo a su cuantificación. Ekman y Friesen desarrollaron un sistema de codificación de la acción facial –Facial Action Coding System (FACS)– con el fin de analizar, objetivamente, cualquier conducta expresada por el rostro. Dicho sistema permite realizar una interpretación exacta de la expresión facial. Los trabajos de Ekman y Friesen ofrecen un sistema objetivo para medir la expresión facial emocional, motivo por el cual, este instrumento ha sido uno de los más utilizados en la investigación en esta línea. El rostro humano y la ciencia de las emociones

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La capacidad de discriminar las emociones en la expresividad facial alberga numerosas aplicaciones prácticas que redundan en beneficios para nuestra vida cotidiana Pero, de modo particular, quisiera detenerme en la termografía, como método que recoge la representación visual de los cambios en la temperatura de la superficie de la piel. Como recientemente han descrito Salazar y Milán (2016), esta técnica supone una medida psicofisiológica de registro sencillo y directo de uno de los parámetros corporales que se asocia a cualquier situación emocional. Sabemos que la temperatura habitual del organismo oscila entre 36º y 37ºC, siendo la frente el punto más estable, y la nariz el más variable. Genno y cols. (1997), pioneros en aplicar esta técnica a procesos psicológicos, mostraron que, una actividad que implique un esfuerzo mental, podía hacer descender la temperatura facial -en nuestro organismo, la actividad mental se asemeja a la respuesta de estrés-, generando un proceso de vasoconstricción en la nariz. El descenso de temperatura no se debe a un factor fisiológico, como sucedería, por ejemplo, al realizar una actividad física, sino psicológico, explicitando un patrón termográfico concreto. Aquí radica la clave para aplicar esta técnica a otros procesos psicológicos que contienen respuestas análogas del sistema nervioso, como las emocionales.

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En base a este procedimiento se ha concluido que se produce un aumento de la temperatura facial ante imágenes de carácter positivo y “activadora”, mientras que las de valencia negativa y baja activación, como la tristeza, se asocian a un descenso térmico en varias áreas del rostro. En esta línea, destaca un experimento basado en el amor, en cuanto al afecto incondicional que se siente por alguien. En concreto, se estudió la respuesta ante el amor religioso -a Dios- y el pasional -a la pareja-. Los termogramas de personas creyentes, mientras estaban rezaban oraciones memorizadas, mostraban un descenso promedio significativo de la temperatura de la nariz de 1.1º C, mientras que cuando hablaban con Dios, es decir, en conversación abierta y no memorizada, la temperatura de la nariz ascendía significativamente en 1.6º C; estos cambios sólo fueron detectados en el grupo de personas creyentes. Por otra parte, respecto del amor romántico, la temperatura de la cara de participantes enamorados aumentaba cuando veían fotografías de la persona amada. No en vano, el sentimiento del amor desencadena emociones de alto arousal –o activación- y valencia positiva y, por tanto, patrones termográficos coherentes con ello. Finalmente, quisiera señalar que la capacidad de discriminar las emociones en la expresividad facial alberga numerosas aplicaciones prácticas que redundan en beneficios para nuestra vida cotidiana. Así, obviando (por motivo de espacio) las posibilidades clínicas -p. ej. trato adecuado del sanitario con el paciente en función de su rostro-, terapéuticas –p. ej. alteraciones del espectro autista-, y forenses -p. ej. perfiles policiales-, me fijaría en un curioso aspecto que deno-


ciencia minamos como la “sonrisa de Duchenne”, consistente en la detección de una sonrisa auténtica –y no fingida-, gracias al descubrimiento del difícil control voluntario del músculo orbicular -orbicularis oculi-, productor de las características arrugas alrededor de los ojos que sólo aparecen cuando la sonrisa es genuina.

Aunque, en mi opinión, nada más apasionante como la posibilidad de generar dichas emociones, tal y como se describe en la hipótesis del Feedback Facial de Tomkins (1979); este fenómeno nos recuerda que, no sólo sonreímos cuando estamos contentos, sino que, a su vez, intentado dibujar una sonrisa en nuestro rostro podemos aumentar nuestra propia sensación de felicidad. bn

Ekman y Friesen desarrollaron un sistema de codificación de la acción facial –Facial Action Coding System (FACS)– con el fin de analizar, objetivamente, cualquier conducta expresada por el rostro

El rostro humano y la ciencia de las emociones

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razón creadora

David Lorenzo | Fundación RedMadre Profesor de Bioética, Centro Universitario San Rafael-Nebrija E-mail: davidlorenzoes@yahoo.es

El principio de ley natural que prohíbe matar se orienta a proteger un bien básico del ser humano: la vida. Para respetar ese bien, conviene reflexionar y definir qué es “matar”. Cuestiones previas “Matar está mal. Y eso todo el mundo lo ve”. Es habitual oír o presuponer estas afirmaciones en los debates sobre la pena de muerte, el aborto, la eutanasia, etc. En una primera aproximación, al oír esas afirmaciones, pueden surgir, de manera más o menos informal y retórica, tres preguntas: “Bueno, ¿y qué significa que algo está mal?”, “¿Y qué es matar?”, “¿Y qué significa que todo el mundo ve eso así?”. Se viene a decir o a suponer: “Bueno, vayamos por pasos: habrá que definir qué es el mal y el bien, quién los define, etc.; y, después de eso, definir ‘matar’ de modo que se pueda argumentar, de manera aceptable para todos, por qué la acción ‘matar’ cae dentro de lo que hemos definido como ‘mal’”.

Nota. El autor ha omitido referencias a autores y obras bibliográficas –en cuyas ideas se basa- para facilitar y agilizar la lectura del trabajo.

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razón creadora Sin embargo, esas tres cuestiones son cuestiones, es decir, temas que son objeto de reflexión e interés, porque hay unos factores previos, unos hechos que ‘activan’ y hacen posible la reflexión sobre ellas. El primero de ellos es que el hombre es un ser constitutivamente moral: se pregunta por lo bueno y lo malo por su misma naturaleza, por su propia manera de ser. El segundo es que, si todos los seres humanos son, en lo esencial, iguales, debe de haber una serie de principios morales, aunque sean mínimos, que son válidos para todos. Esos principios se conocen como principios de ley natural. El tercero es que la vida (la integridad física, la salud, etc.) es un bien esencial para el ser humano. Es decir, es algo importante, básico o fundamental para su existencia como ser humano (y parece que lo es para todos los seres humanos).

El hombre es un ser constitutivamente moral: se pregunta por lo bueno y lo malo por su misma naturaleza, por su propia manera de ser

Vamos a centrarnos en el segundo y el tercero de esos hechos. ¿Por qué la vida (y lo relacionado con su protección, su mejora, etc.) es un bien esencial para el ser humano? Parece evidente que la respuesta es que, sin ella,

La ley natural y la vida como bien

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el ser humano no podría existir, es decir, su ser dejaría de ser humano para pasar a ser otra cosa (un resto orgánico, un cuerpo inerte, etc.). Tomás de Aquino, teólogo y filósofo del siglo XIII que desarrolló notablemente el concepto y la teoría de la ley natural, sostiene que el ser humano, por su manera de ser, tiene unas inclinaciones básicas, es decir, tiende a determinados objetos (que le ayudan a perfeccionarse, a desarrollarse). No hay que confundir aquí inclinación o tendencia con el mero instinto, aunque puedan relacionarse. La inclinación a un objeto es algo que la razón detecta partiendo de la experiencia y del análisis de la naturaleza humana. Pongamos algunos ejemplos: el hombre se inclina a la verdad por o a causa de su naturaleza racional (por su capacidad racional), el hombre se inclina a la vida y a la reproducción por su naturaleza de ser vivo, el hombre se inclina a la vida en sociedad por su naturaleza racional y relacional, etc. Por eso, aunque un hombre concreto sienta, por ejemplo, el impulso o el instinto de matar a otro, no se puede afirmar que el ser humano en general esté inclinado a quitar la vida a sus semejantes (por eso se considera una patología que esa tendencia forme parte constitutiva de una personalidad).

Y, por ello, es evidente para todo ser humano que “Matar está mal”. Eso no implica, por supuesto, que el ser humano, en un momento determinado, no pueda o no quiera matar. Son cosas distintas el precepto moral y la libertad de elegir infringirlo. Y ahora podemos retomar y abordar la cuestión apuntada al principio: ahora bien, ¿qué es matar?

Hay, por tanto, determinados bienes intrínsecamente relacionados con la naturaleza humana: la vida, la verdad, la sociabilidad, etc. Esos bienes justifican o fundamentan determinados principios morales, principios que vienen a proteger o favorecer dichos bienes. Por ejemplo: “No matar”, “No mentir”, “Respetar la integridad física”, “Respetar al ciudadano”, etc. La afirmación “Matar está mal” y la discusión sobre ella, por tanto, tienen sentido porque la vida es un bien para el ser humano, y por ello debe ser respetada. Es evidente para todo ser humano que la vida es un bien. De lo contrario, no tendría sentido discutir sobre el aborto, la pena de muerte, etc.

La afirmación “Matar está mal” y la discusión sobre ella, por tanto, tienen sentido porque la vida es un bien para el ser humano, y por ello debe ser respetada

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Si definimos “matar” como “quitar la vida a una persona”, no es “matar” (y, por tanto, no está mal) quitar la vida a un individuo de una determinada raza o a un embrión si tales seres no son considerados personas. El individuo estará quitando la vida a un ser vivo, pero no a una persona, por lo que no estará, en sentido estricto, matando. Como el lector puede imaginar, este tema, si bien parece una cuestión retórica o de uso de las palabras, no es una cuestión baladí (el lenguaje no suele serlo). “Matar” y “quitar la vida” son, pues, acciones materialmente iguales pero formalmente distintas: son parecidas, pero no son lo mismo. Como puede también imaginar el lector, este es un tema que ha sido objeto de profundas reflexiones y de intensos debates tanto en el pasado como en la actualidad.


razón creadora Se puede definir matar como “quitar intencionadamente la vida a una persona”. Captar el significado de esta definición requiere explicar algunos de sus términos, en concreto: persona e intencionadamente. Vamos a explicarlos aunque sea de manera breve y rápida, sin detalles argumentativos. Persona es un ser de naturaleza racional, es decir, un ser cuya naturaleza le otorga determinadas capacidades: pensar, hablar, querer, etc. Lo distintivo de ese ser no es que piense, que hable, que quiera, etc. sino que pueda pensar, hablar o querer. Por eso un embrión es una persona (es un estadio de una persona) y también lo es un ser que, por un problema físico o un accidente, no puede realizar esas operaciones (aunque tenga la capacidad de realizarlas, como una semilla que, por la razón que sea, no crece o no se despliega correctamente).

No obstante, ese acto, en sentido estricto, no será un acto de matar sino de defenderse, con la consecuencia, no querida ni buscada, de que el agresor muere. Es decir, no se afirma que “matar está mal” y que la legítima defensa suponga una excepción a ese principio, sino que la legítima defensa es, de raíz e intrínsecamente, una acción totalmente distinta de la de matar (aunque se parezca materialmente a ella).

Intencionadamente significa que el acto de quitar la vida se intenta, se tiene en la intención, se quiere, sea como medio o como fin. En sentido estricto, lo ilícito éticamente no es —o no solo— quitar la vida a una persona sino buscar o querer quitársela, es decir, intentar quitársela. Por eso suele distinguirse matar de la legítima defensa. Puede ocurrir que una persona, al defenderse de un agresor, le quite la vida.

Se puede definir matar como “quitar intencionadamente la vida a una persona”

Ley natural y defensa de la vida

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razón creadora A la luz de todo lo explicado, es razonable afirmar que acciones como el aborto o la eutanasia están mal porque caen dentro de la definición de “matar” que hemos tratado. En un aborto (provocado), la muerte del embrión se busca, sea como fin, sea como medio. En la práctica de una eutanasia, ocurre lo mismo: se busca, habitualmente como medio para obtener la liberación de un sufrimiento, la muerte del paciente.

Acciones de doble efecto No obstante –y abordando un tema distinto-, no conviene confundir esos actos con otros actos similares (es decir, materialmente iguales, aunque formalmente distintos). En ocasiones, la muerte de una persona es consecuencia de la acción de un individuo. Tal consecuencia es negativa y prevista pero no querida ni aprobada, sino solo tolerada por ser inevitable. Este tipo de acciones reciben en ética el nombre de acciones de doble efecto. En ellas la intención del agente y el acto son buenos pero este provoca un efecto colateral negativo. Por ejemplo: una persona se somete a quimioterapia para tratar una leucemia, tratamiento que provoca, como efecto secundario negativo, calvicie. O una mujer con un cáncer de útero se somete a una histerectomía quedando, como efecto secundario negativo, estéril. O un agresor muere al defenderse la persona a la que agrede.

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Las acciones de doble efecto deben evitarse dentro de lo posible pero, con determinadas condiciones, pueden ser lícitas moralmente. Dichas condiciones son estas: a El acto debe ser en sí mismo bueno o indiferente. b El efecto bueno debe ser el inmediato, es decir, no debe conseguirse a través del malo (pues, de lo contrario, el efecto negativo se querría directamente como medio). c La intención debe ser buena. d Debe haber proporción entre el mal provocado y el bien que se quiere alcanzar, es decir, debe haber causa o necesidad proporcionadamente grave. Por ejemplo: no puede administrarse para calmar un dolor de cabeza un medicamento que pueda provocar (como efecto colateral inevitable) la pérdida de la consciencia o un aborto. Asimismo, no puede existir posibilidad de conseguir el bien buscado sin el efecto negativo, pues, si existe esa posibilidad, hay que hacer esa opción. Por ejemplo: si hay un analgésico que no quita la consciencia al paciente, hay que usarlo antes que el la quita. Además, hay que considerar si el efecto negativo afecta a otros y en qué grado. Para explicar estas condiciones, puede ser ilustrativo el ejemplo –tradicional en éticade practicar la extirpación del útero canceroso a una mujer embarazada para acabar con ese cáncer (un cáncer letal). Extirpar el útero sería lícito porque la acción cumple los requisitos de una acción de doble efecto. (a) La acción debe ser en sí misma buena o indiferente (la extirpación del útero, como medida terapéutica, lo es). (b) El efecto bueno debe ser el inmediato, es decir, no debe conseguirse a través del malo (la muerte del feto no es un medio para conseguir el fin bueno).


razón creadora (c) La intención debe ser buena (lo que busca el médico es salvar la vida o la salud de la madre). (d) Debe haber proporción entre el mal provocado y el bien que se quiere alcanzar (tal proporción existe porque ambas vidas tienen el mismo valor). En conclusión, que el ser humano se plantee y discuta sobre temas como el aborto, la eutanasia, la pena de muerte, etc., revela que hay detrás algo valorado y considerado un bien: la vida. Los preceptos éticos relacionados con ella que prohíben determinadas acciones y favorecen otras tienen sentido precisamente por el carácter de bien que la vida humana tiene. Algunos de ellos, como “No matar”, “Proteger la integridad”, etc., son de ley natural, válidos siempre y para todos. Una vez intuidos y afirmados, es una tarea de la reflexión moral –no evidente ni fácil- definirlos luego bien y aplicarlos correctamente a casos concretos. bn

En un aborto (provocado), la muerte del embrión se busca, sea como fin, sea como medio

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aldea planetaria

Jesús Esteban Barranco Este es el III capítulo de VIII que encargamos escribir a Jesús Esteban y será el último, porque pasó al Padre el día 4 de Agosto. Sentimos esta gran pérdida de un cristiano que dedicó su vida a la Evangelización.

¿Qué ocurre con la masonería respecto a la fe?

Estamos ante un panorama conflictivo entre masón y católico. Digamos brevemente que la respuesta depende del concepto que tenga la masonería sobre el Gran Arquitecto del Universo, y la Iglesia católica con su fe en Dios Padre creador, Dios Hijo nuestro Salvador, y del Espíritu Santo, procedente de ambos, para que podamos reconocer al Padre y al Hijo, infundiendo en nosotros la creencia en ese Dios Trino. Muchos cristianos (bautizados) se habrán apuntado a la masonería, lo mismo que no pocos masones se han dado cuenta que estaban en un mundo tenebroso tratando de iluminarse por dentro mediante ritos poco naturales. Si el Gran Arquitecto del Universo coincidiera con ese Dios de los cristianos, estaríamos ante una Iglesia en la que cabe la unidad en la diversidad, es decir, que hay muchas

logias con diversas tradiciones: «La esencia de la Masonería, lo permanente, manteniendo siempre invariable sus tres convicciones: a) La existencia de un Ser Supremo, el Gran Arquitecto del Universo [que sería el Dios de monoteístas […] b) El Gran Arquitecto del Universo es Padre de todos los hombres. c) Todos los hombres somos Hermanos por ser hijos del mismo Padre».11 La cosa parece demasiado clara, porque parece que ambos sectores tienen los mismos principios, pero hay que tener en cuenta que la masonería nace en 1707 cuando la Iglesia fundada por Jesucristo llevaba algo más de 17 siglos —lo cual indica que ya era una secta, de características muy especiales— y se retocó en 1884 (había una fuerte y continua controversia entre las Logias de Inglaterra y el Gran Oriente Francés, hasta que en 1983, se unieron en son de paz, más bien en los «papeles», porque subsistió cierta indisciplina). En definitiva el dios masónico es un símbolo, creado por el propio masón, símbolo metafórico, deísta, exotérico, mítico, que nada tiene que ver con el Dios cristiano porque es una Trinidad de personas, mientras ese Arquitecto no lo es.

La masonería nace en 1707 cuando la Iglesia fundada por Jesucristo llevaba algo más de 17 siglos 66


aldea planetaria Un matiz muy importa nte con flecos también muy importantes. Me refiero a tantos cristianos que, a semejanza de los masones, tienen un concepto de Dios imaginario y Dios no es una imagen, no es Alguien que anda por allá arriba con solo un ser metafórico. Esto, sea uno masón o no, sea cristiano o no, es secuestrar la esencia de Dios, Luz y Amor realmente vivo y resucitado para los creyentes. No es infrecuente oír «he perdido la fe» y no es lo mismo que nuestra fe vacile que no tener fe. Estos últimos no tienen fe porque nunca la tuvieron y, cuando decimos «he perdido la fe», lo que realmente decimos es que no hemos perdido nada, pues no se pierde lo que no se tiene. La Gran Logia Unida de Inglaterra difundió un documento que expresaba lo siguiente: «La Masonería no es una religión, ni un sustituto de la religión. [Hay autores que sostienen que sí lo es]. Requiere de sus adeptos la su creencia de un Ser Supremo, del cual, sin embargo, no ofrece una propia doctrina de fe No existe un Dios masónico. El Dios del masón es el propio Dios de la religión por el mismo profesada y creada [por el propio masón]. La Masonería está abierta a los hombres de cualquiera fe religiosa. Durante los trabajos en Logia está prohibido discutir de religión». Ocurre, sin embargo, que muy pronto la masonería comenzó a mostrar su rostro, con intenciones más aviesas, que chocaban frontalmente contra la Iglesia, de modo que ya el 28 de abril de 1738 el Papa Clemente II escribió la primera encíclica contra masonería, 31 años antes después del la fundación de la misma, lo cual demuestra

que en pocas décadas ya se había empezó a corromperse, pues podía haber sido una sociedad exclusivamente filantrópica, en cambio, se convirtió en una orden que, desde entonces actúa de forma contradictoria, como las divergencias y oposiciones entre La Gran Logia de Inglaterra y Gran Oriente de Francia sigue más vigorosa.

Siguiendo la misma línea de los Papas contra la masonería hasta la declaración de 1983, la Iglesia ha intervenido unas quince veces condenándola. Ya desde la primera mitad del siglo XVIII tomó cartas en el asunto, lo que demuestra también la existencia de una secta que poco a poco se hizo más virulenta para acabar con la religión católica

Masonería

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aldea planetaria Algunas cifras sobre cuántos son los masones nos causan sorpresa; en efecto: un masón me confirma que en el mundo hay de seis a siete millones de masones (la mayor parte de la denominada masonería regular). En España, de cinco a seis mil (de los que las tres cuartas partes pertenecemos a la Gran Logia de España, masonería regular también). El resto pertenece a la masonería liberal. En esos cinco o seis mil, hay que incluir a unos seiscientos ingleses que residen permanentemente en la costa levantina. En Europa, países como Francia o el Reino Unido cuentan con varios cientos de miles cada uno». Creo que las cifras han aumentado considerablemente: por ejemplo, en Francia suben a 250,000 y a 700,000 en el Reino Unido. Siguiendo la misma línea de los Papas contra la masonería hasta la declaración de 1983, la Iglesia ha intervenido unas quince veces condenándola. Ya desde la primera mitad del siglo XVIII tomó cartas en el asunto, lo que demuestra también la existencia de una secta que poco a poco se hizo más virulenta para acabar con la religión católica. El carácter abstracto, deísta, gnóstico, del Gran Arquitecto, frente al Dios Trinitario revelado; la moral subjetiva, el relativismo, frente al conocimiento objetivo de la verdad moral, vinculada a la gracia, a Aquel que revela el hombre al propio hombre y hace que ese «conocimiento objetivo» sea revelación de la propia subjetividad liberada y elevada; el sincretismo, indiferentismo, esoterismo, primordialisimo que excluye realmente la Encarnación; el consecuente antropocentrismo orgulloso frente al teocentrismo divinizador del hombre; la razón autónoma frente a la intrínseca relación entre fe y razón; la libertad desvinculada de la verdad y el amor revelados, y en contradicción flagrante, libertad ne-

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gada por los juramentos y las normas rígidas e inflexibles que tiene la masonería; el elitismo frente a la universalidad de la salvación, frente a la opción por los pobres y frente a la exaltación de los humildes; etc.».

El masón, ante la fe, cambia los papeles, y así como concibe al Gran Arquitecto como un mito, hace lo mismo con Espíritu Santo convirtiéndolo también en un mito divino ¿Quién es el Gran Arquitecto del Universo? Cada masón busca ad líbitum, a su gusto, el principio creador de su interés, para ir subiendo escaloncitos que le aumente el conocimiento interior de sí mismo y que brille más la luz en su corazón, de modo que el comportamiento de cada uno llegue a ser más honradez, más tolerante, abierto a un claro relativismo. Es un concepto, simbólico, mistérico, mítico: «¡Qué decimos cuando decimos Dios? ¿De qué Dios se trata? A pesar del origen etimológico común, ¿son lo mismo los devas (deidades) [se dice que hay unos dos millones en la India], el Zeus o Theos de los griegos, y de los que nuestra palabra Dios deriva? El Uno, el Tao, el Braham, ¿dicen lo mismo que Dios, Yahvé o Allah?, deidad o divino son los nombres que esa realidad innombrable adquiere cuando el hombre tiene para pesarla y expresarla».


aldea planetaria […] Hay quien dice que ya Adán fue masón, porque se rebeló contra Dios y se rompió la amistad entre ambos: Adán tuvo miedo y fue expulsado del edén. En resumen, ese carácter simbólico del Gran Arquitecto no deja de ser una quimera, una entelequia, algo que solo ex iste en la imaginación, por lo que tiene también raíces de la gnosis. Y juegos puramente mentales que no tiene un eco en la realidad de las cosas.

la revelación llevada a cabo por la Trinidad. Los ritos masónicos están, pues, en el polo puesto de la liturgia cristiana: «la masonería no ha cambiado en su esencia y la pertenencia a la misma cuestiona los fundamentos de la existencia cristiana, debido a que la cosmología o visión del mundo o visión del mundo de los masones no es unitaria, sino relativa, subjetiva, y no se puede armonizar con la fe cristiana».

En el apartado anterior repasábamos qué la es fe, según el concepto cristiano y la masonería, Habría que insistir más en el concepto de Gran Arquitecto del Universo. Resumiendo se trata del símbolo, metáfora o mito en el que cada masón deposita su vida al encuentro de una luz interior cada vez más esplendorosa y de la paz. Eso quiere decir que habrá muchos Grandes Arquitectos del Universo, en tanto en cuanto cada uno «escoja» el símbolo que más se ajuste a sus deseos. Nada por tanto en común con la fe de

El masón, ante la fe, cambia los papeles, y así como concibe al Gran Arquitecto como un mito, hace lo mismo con Espíritu Santo convirtiéndolo también en un mito divino, borrando el papel fundamental que para los cristianos tiene en el acto de fe, infundiendo y fecundándola desde el primer movimiento hacia ella, sin ser un mito más, sino en una persona trinitaria que nos lleva al conocimiento del Padre y del Hijo, mediante la tontería de la predicación, la como hemos visto antes. bn

Estas páginas están plagadas de simbolismos misteriosos, de referencias a sociedades secretas y de un anecdotario realmente sugestivo. Rechazando tanto maniqueísmos integristas como complejos que incitan a los fieles a vivir según el mundo, este ensayo intenta profundizar en las causas de tal confrontación y, sobre todo, en el para qué de la misma. Un para qué al que responde de forma clara y concisa en este libro

Masonería. Una reflexión cristiana Autor: Gerardo López Laguna ISBN: 978-84944505-7-0 Nº Pag: 135 PVP: 13,90 €

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Masonería

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nueva estética

Enrique Solana - Arquitecto

Cada una de las fachadas expresan uno de los grandes Misterios de la salvación a las que están dedicadas, y todo con un sentido. Así, la fachada dedicada al Nacimiento de Nuestro Señor la orienta a “Naciente”. La occidental, por donde el sol se pone, está dedicada a su Pasión y la tercera, mirando al Mediodía, donde el sol adquiere toda la plenitud cada día, representará la Gloria final. Cada una de esas fachadas tiene cuatro torres, doce en total, dedicadas a los apóstoles, columnas de la fe cristiana. Se rematan con pináculos decorados con cerámicas coloreadas que representan los signos de los obispos (anillo, báculo y mitra), al ser los continuadores de los apóstoles. Sobre las esquinas del crucero, otras cuatro más altas que las anteriores, representan los cuatro evangelios o los evangelistas. Sobre el ábside, otra torre representará a la Virgen María que se rematará con una estrella de doce puntas (“una corona de doce estrellas”), su altura no sobrepasará a las anteriores (la Palabra siempre será más alta que los seres que la escuchan). Y sobre el cimborrio central, será colocada la más alta de todas, que se rematará con una cruz de cuatro brazos que arrojará luz por todos ellos y por arri-

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ba, para que pueda verse desde toda la ciudad y desde el cielo de Barcelona. Ésta última torre, representará a Jesucristo, el Hijo de Dios, centro de toda la creación hacia el cual tiende toda la humanidad. Todo en este Templo gira en torno al número 3, que es el número de la Sagrada Familia y de la Trinidad celestial a quien aquella encarna con una pasmosa humildad aquí en la tierra. Así aparecen 3 fachadas, 3 portadas en cada una, grupos escultóricos de 6 ángeles tocando instrumentos musicales y otros 9 cantando el “Gloria in Excelsis Deo”, 18 torres, 36 columnas, etc. La fachada de la Natividad representa un pesebre gigante que enmarca las tres portadas dedicadas a la Fe, la Esperanza y la Caridad. Esta fachada es un canto gozoso a la vida, expresado en esa naturaleza bulliciosa que pone fondo a los pasajes del Nacimiento del Hijo de Dios representados con figuras de una ternura que emociona: La Encarnación, el Nacimiento, la Adoración de los magos y de los pastores, la Huida a Egipto, la Presentación en el Templo, Jesús entre los doctores, la Coronación de la Virgen, etc.


nueva estética

Todo en este Templo gira en torno al número 3, que es el número de la Sagrada Familia y de la Trinidad celestial a quien aquella encarna con una pasmosa humildad aquí en la tierra La Sagrada Familia

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nueva estética Todas esas imágenes, realizadas con un gran naturalismo, están rodeadas de una naturaleza que lo salpica todo de vida. Encima de toda esa creación, colocó Gaudí un cipres verde que apunta al cielo, un árbol de hoja perenne, símbolo de la eternidad. En ese árbol de vida se cobijan palomas de mármol blanco, imágenes de las almas salvadas. Bajo el ciprés, se esconde un pelícano alimentando a sus crías con su propia sangre, sangre que él mismo se ocasiona abriéndose las entrañas con el pico para que ellas coman, imagen preciosísima de nuestro Señor, que se queda con nosotros en la Eucaristía, haciendo de su cuerpo y de su sangre el verdadero alimento para atravesar este valle de lágrimas. Conviene mirar las imágenes detenidamente, así como las puertas que se están realizando, ganadas en concurso por Etsuro Sotoo. La puerta dedicada a la Caridad, que está ya colocada y justo debajo del Nacimiento de

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Jesús, está llena de vegetación para ponerle al Niño una base mullida. En su decoración, se eligió una planta como la hiedra que crece indefinidamente por todos los rincones una vez agarra. La hiedra no tiene flor que centre el interés, éste se difunde en infinidad de detalles y en los pequeños insectos que lo llenan todo de vida. Así es la caridad, atenta a todos los detalles sin pretensión de protagonizar nada.

Así es la caridad, atenta a todos los detalles sin pretensión de protagonizar nada


nueva estética

La fachada de la Pasión la dejó Gaudí esbozada después de una enfermedad en la que le dieron por muerto

La fachada de la Pasión la dejó Gaudí esbozada después de una enfermedad en la que le dieron por muerto. Sufrió unos dolores indecibles que él vivió como un designio de Dios para experimentar en su propio cuerpo los sufrimientos de Jesucristo y poder plasmar así la Pasión con una gran dosis de autenticidad al vivirla en primera persona. Se cuenta que tan pronto sintió la mejoría pidió papel y carboncillo y dibujó con unos trazos rapidísimos esta fachada que en nada se parece a la del Nacimiento. Si aquella es un canto a la vida, ésta muestra la muerte de una forma descarnada, y la representa mediante dos pórticos superpuestos de columnas inclinadas que cambian el tamaño de su sección a la manera de

unos huesos desnudos y secos. Enmarcado por estos pórticos y en un plano más hundido, se representan las escenas de la Pasión, con imágenes tales como la última cena, la traición, el prendimiento, el juicio inicuo, las negaciones, la flagelación, la cruz a cuestas, el reparto de las vestiduras, la crucifixión y el entierro de Nuestro Señor. A izquierda y derecha, dos imágenes alusivas al Mesías, el león de Judá – símbolo del rey – y el Cordero de Dios – imagen de la mansedumbre – Sobre las figuras, el triunfo de la cruz, en una vidriera del resucitado llena de luz y una imagen de Cristo ascendiendo a los cielos en un puente entre las dos torres centrales.

La Sagrada Familia

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nueva estética Las esculturas de la Pasión las realiza José María Subirachs. Contrariamente a las figuras de la anterior fachada, el naturalismo presente en aquella da paso aquí a una abstracción muy acertada que pone de manifiesto el gran dramatismo de las escenas, ya que la rígida geometría, el trazado austero de las figuras y las marcadas formas de aristas vivas, enfatizan de un modo admirable los terribles sentimientos de los protagonistas, el odio en unos, el miedo en otros, la traición, la venganza, el sufrimiento, y en definitiva, el ambiente de tragedia que todo lo envuelve, que concluye con el más cruel de los tormentos, la muerte en cruz. Con razón Gaudí había pensado que las futuras sensibilidades, enriquecerían el templo con el devenir de la historia. La fachada principal o de la Gloria es llamada también de la Vida porque constituye el panorama temporal y espiritual de la vida humana y su fin. A un gran pórtico abren siete puertas, que se corresponden con los siete Sacramentos. Cinco de ellas, las centrales, dan acceso a las cinco naves del templo y las otras dos, la de la izquierda y la de la derecha, son respectivamente la entrada a las capillas del Bautismo y de la Penitencia, las puertas de acceso a la fe cristiana. Sobre

los dinteles de cada una de estas siete puertas está inscrita cada una de las peticiones del Padre Nuestro. Estas siete puertas tienen delante ocho bóvedas que se hacen corresponder con las ocho bienaventuranzas. En la zona central de las columnas exteriores se representan los siete dones del Espíritu Santo; en la base los siete pecados capitales, y en el capitele las virtudes que se oponen a cada uno de ellos. Aparecen también los siete días de la creación y en el rosetón central que presidirá la nave central, una imagen de Jesucristo con los atributos de la Pasión, que mostrará en el momento del Juicio Final. En la plataforma de acceso a esta fachada habrá dos elementos purificadores: Delante de la capilla del Bautismo, un surtidor levantará agua hasta veinte metros de altura, cayendo después sobre cuatro conchas, en recuerdo de los cuatro ríos del Paraíso Terrenal y las fuentes de agua de vida del Apocalipsis. Y delante de la capilla de la Penitencia habrá una antorcha monumental, en memoria de la columna de fuego que guiaba al pueblo escogido en su peregrinaje. Estos elementos, unidos a la tierra de la que surge el Templo y el Cielo, hacia donde aquel apunta, hacen presente la Creación. La fachada de la Pasión

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nueva estética Esculturas de la Pasión

La fachada de la Natividad

En esta fachada están presentes los Novísimos, la realidades que nos esperan al final: Muerte, Juicio, Infierno y Gloria. La Muerte se expresará en las losas que a modo de lápidas se colocarán sobre la entrada principal. El Juicio, el momento de lucidez y claridad con respecto a sí mismo por el que pasará todo hombre, creyente o no, en el que se verán y serán vistos como lo que realmente son y han sido, vendrá precedido por los siete Ángeles con trompetas anunciando el fin del mundo. El Infierno está expresado en el túnel en que se convertirá la calle Mallorca, bajo la plataforma de acceso que se colocará sobre ella. El Purgatorio encuentra su espacio entre Adán y Eva sometidos al pecado y por tanto, necesitados de liberación. El Purgatorio se hace presente también en el Deambulatorio, lugar que recibe plegarias de intercesión desde la cripta a través de unos ventanales abiertos a esta, al estar la girola a una cota intermedia entre la cripta y el ábside. La Gloria se muestra entre los campanarios que ponen fondo a esta fachada, en medio de unas nubes alusivas a los Cielos en las que están esculpidas las verdades del Credo. bn

La fachada principal o de la Gloria es llamada también de la Vida

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Victoria Escudero - Farmacéutica. Fundación López Quintás (Área de Docencia y Universidad)

Lubianka fue la “universidad” en la que el Padre Walter aprendió a abandonarse en manos de Dios. Aquella experiencia transfiguradora renovaría su alma y transformaría su mirada sobre la realidad. La confianza adquirida en la voluntad de Dios le hacía completamente libre. Nada podría ya turbarle ni angustiarle. Y con aquella nueva serenidad el joven jesuita afrontó un nuevo capítulo de su destino.

La condena del padre Walter Ciszek Tras negarse a realizar la misión de espionaje en el Vaticano que se le proponía, fue enviado a Siberia. El traslado se realizaría en tren. Encerrado en un vagón y rodeado por peligrosos delincuentes, el Padre Walter descubrió en aquel viaje la insondable gravedad del mal que, encarnada en aquellos hombres procedentes de un submundo, solo observa las leyes de la fuerza bruta. Por su condición de preso político, el Padre Walter se convirtió para ellos en objeto de abuso per-

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manente. Se le planteaba así un nuevo desafío, vencer el miedo que inevitablemente le había invadido en aquel medio tan hostil. El destino de su viaje, los campos de trabajo de Siberia, constituiría para él una prolongación de aquella hostilidad desconocida hasta entonces para él y en la que la vida carecía de ningún valor. Los despiadados ladrones y criminales que a partir de aquel momento le acompañarían en su camino constituían, sin embargo, la voluntad de Dios para él y desde esta perspectiva pudo pronto ahondar en la naturaleza de estos hombres endurecidos por la violencia y la crueldad. El descubrimiento de su dimensión más humana le permitió compadecerse de ellos.


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La vida en el campo rápidamente impuso su ritmo implacable. Tras cinco años de inactividad en Lubianka, las extenuantes jornadas de trabajo en Siberia agotaron enseguida las fuerzas del Padre Walter arrastrándolo a su límite de resistencia física. Entre doce y quince horas diarias, los presos del campo eran obligados a trabajar en las condiciones más duras. Palear el carbón transportado por una cinta mecánica en permanente movimiento fue su primer cometido en el campo. A fin de evitar ser sepultado por la carga de mineral, cualquier dolor por el esfuerzo sobrehumano debía ser superado. Calambres, entumecimiento y todo tipo de sufrimientos físicos se convirtieron en rutinarios para el Padre Walter quien, junto a otros muchos prisioneros, llevaba a cabo el proyecto del gobierno ruso de industrializar Siberia. Las condiciones de vida en el lugar resultaban insoportables. Las bajísimas tempe-

raturas, la escasez de alimento y la ausencia de descanso convertían el cuerpo humano en una máquina permanentemente sometida a una durísima prueba. Y, de forma casi milagrosa, aquellas personas superaban día tras día su propio límite confiando en sobrevivir hasta el final de su condena. La maravilla del cuerpo humano le fue revelada al Padre Walter en aquellas circunstancias en las que el bienestar físico se convirtió en una quimera. En sus propias palabras: “En los campos de prisioneros adquirí un respeto y un amor inmensos al pobre cuerpo. Era el cuerpo el que cargaba con la peor parte de todo sufrimiento, por mucha angustia que pudiera soportar el alma. Era el cuerpo el que sentía el azote del viento, la dentellada del frío, los calambres de los músculos doloridos, las heridas en carne viva de la piel agrietada y ensangrentada, la constante agonía del vacío en las tripas, el dolor y el entumecimiento de los tendones llevados al límite.

Aquellas tareas tan poco ennoblecedoras no retribuían a quien las realizaba desde ninguna perspectiva posible. Sin embargo, el joven jesuita las realizaba a conciencia, dando lo mejor de sí mismo día tras día y a pesar de su agotamiento y desnutrición. Y aquello, simplemente por una razón, por su profunda fe en que aquel trabajo era lo que Dios le pedía. Las duras tareas que desempeñaba, lejos de ser una maldición, se habían convertido para él en su camino hacia Dios. SIBERIA

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Superación del sufrimiento La congelación y los rugidos del estómago, los pies hinchados, los ojos llorosos, los labios cuarteados y los nudillos maltrechos, las torceduras, tirones y moratones: todo eso lo soportó el cuerpo pacientemente durante los largos, larguísimos días de trabajo...” La conciencia de su propio cuerpo, con sus limitaciones y su prodigiosa resistencia, hicieron reparar al Padre Walter en el significado de la Encarnación. Dios se hace hombre y con ello abraza el dolor, el sufrimiento y todos los padecimientos físicos que podamos imaginar. No hay nada que suframos que Él no haya conocido y, a través de Su pasión, toda medida de dolor y sufrimiento humanos quedan abarcadas por la cruz.

Durante los quince años que el Padre Walter permaneció prisionero en los campos de Siberia, siempre se le asignaron los trabajos más duros: excavar cimientos con las manos, abrir zanjas en la tierra helada con un pico y una pala para las largas conducciones de alcantarillado, descargar a pulso pesados materiales de construcción o arrastrarse por los agujeros de las minas donde el peligro de muerte por accidente era muy elevado. Así, durante todo aquel tiempo, al Padre Walter le acompañó una constante reflexión sobre el significado del trabajo del hombre en general y del suyo en particular. Aquellas tareas tan poco ennoblecedoras no retribuían a quien las realizaba desde ninguna perspectiva posible. Sin embargo, el joven jesuita las realizaba a conciencia, dando lo mejor de sí mismo día tras día y a pesar de su agotamiento y desnutrición. Y aquello, simplemente por una razón, por su profunda fe en que aquel trabajo era lo que Dios le pedía. Las duras tareas que desempeñaba, lejos de ser una maldición, se habían convertido para él en su camino hacia Dios.

La Encarnación significó para Dios la aceptación del trabajo para sí mismo. Dios no se encarnó en un rey servido permanentemente por criados

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El testimonio del Walter Ciszek

el trabajo en sí mismo no es una maldición de Dios, sino una participación en su obra creadora, un acto redentor y positivo, noble en sí mismo y digno de lo mejor del hombre, igual que fue digno del mismo Dios”.

Su disposición para el trabajo pronto llamó la atención de sus compañeros, especialmente de los cristianos, quienes le plantearon cuestiones acerca de la conveniencia de colaborar con el régimen comunista de ese modo o, incluso, sobre la posible naturaleza pecaminosa de tal contribución. El Padre Walter les explicaba entonces que lo fundamental para él era la motivación con la que realizaba su cometido, el bien de los seres humanos que se beneficiarían de él -las familias necesitadas de refugio, las personas que utilizarían los recursos naturales que extraía de la tierra o los bienes que producirían las fábricas que había ayudado a construir. Pero, sobre todos estos argumentos, había algo más. Tal y como él escribió: “la idea de que

Efectivamente, la Encarnación significó para Dios la aceptación del trabajo para sí mismo. Dios no se encarnó en un rey servido permanentemente por criados. Dios se encarnó en el hijo de un carpintero en cuyo taller trabajó muchos años hasta el inicio de su vida pública. Esa imagen de Cristo carpintero, de Cristo obrero realizando día tras día su humilde tarea fue la gran motivación que acompañó al Padre Walter durante su cautiverio en las heladas tierras rusas. En aquel campo al que Dios no parecía llegar, el Padre Walter constituía la presencia de Cristo. Lo que Él hubiera hecho en aquel lugar, en aquellas terribles circunstancias, eso y nada más, constituía la misión del jesuita.

El Padre Walter representaba a Dios en medio de aquellos hombres cuya mirada se perdía con demasiada frecuencia en la desesperanza

SIBERIA

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sed santos El Padre Walter representaba a Dios en medio de aquellos hombres cuya mirada se perdía con demasiada frecuencia en la desesperanza. Desde esa perspectiva iluminadora, el trabajo podía dignificar al ser humano aun cuando sobrepasara a este, como sucedía en Siberia. El campo de trabajos forzados de Siberia significó para el Padre Walter el lugar en el que debía representar a Cristo y, por tanto, desarrollar su misión sacerdotal. A pesar de los numerosos “confidentes” que informaban fielmente a las autoridades sobre cualquier manifestación o acto de carácter religioso entre los prisioneros, el Padre Walter pudo celebrar misa en secreto, bautizar y asistir a enfermos y moribundos, escuchar y aconsejar, e instruir a muchos en la fe. Los agentes de seguridad del NKVD sometían a una estrecha vigilancia a los sacerdotes, considerados auténticos enemigos del régimen. Su estrategia respecto a ellos incluía amenazas constantes, entrevistas y otras medidas para dificultar su labor como los cambios frecuentes de brigada, la supresión de cualquier tipo de privilegio ganado o el racionamiento de la comida. Realmente el temor por parte de las autoridades a la influencia y a la capacidad de liderazgo de los sacerdotes era grande. Sin embargo, en cuanto los prisioneros tenían conocimiento de la presencia de un sacerdote en su zona, rápidamente se acercaban a él en busca de comprensión, apoyo

moral, el perdón de sus pecados o la fuerza de los sacramentos. Con gran humildad y alegría el jesuita pudo comprobar, una y otra vez, cómo las ovejas buscaban al pastor. La gracia se expresaba de este modo en aquel lugar desolador. El Padre Walter, agente de la misericordia divina, trataba de alentar a aquellos seres exhaustos y desesperanzados que, en aquella vida inhumana, alzaban la mirada en busca de luz. Servir humildemente a los hombres que Dios ponía cada día en sus manos fue su misión durante aquellos quince largos años. Lubianka le había purificado y permitido avanzar en el descubrimiento de las verdades que ahora transmitiría. Lubianka le había capacitado para desarrollar su cometido en Siberia. Por todo ello, y sobre todo por la gracia de ser sacerdote de Cristo, el Padre Walter daba gracias todos los días. Así mismo, la presencia en el campo de otros compañeros sacerdotes con quienes compartir inquietudes humanas y espirituales constituyó para él una fuente de ánimo y consuelo. En la misión de dar testimonio de Cristo en aquel lugar, más importante que las palabras era el ejemplo de vida que los sacerdotes podían ofrecer. La fe dota a la existencia humana de su dimensión más profunda y esta realidad hace que cada acto, cada idea y cada sentimiento de un cristiano auténtico estén impregnadas de esta dimensión. Aún sin palabras, el Padre Walter hablaba de Dios en aquel lugar, en apariencia, dejado de Su mano. bn

En la misión de dar testimonio de Cristo en aquel lugar, más importante que las palabras era el ejemplo de vida que los sacerdotes podían ofrecer

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nombre artĂ­culo

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Francisco Lerdo de Tejada

La interpretación que se hace de “La Divina Comedia” es verdaderamente lúcida y original. Está clara la intención de Dante: Mostrar la caducidad de la vida y la importancia de las realidades espirituales del más allá. A lo largo de toda su obra se percibe esta verdad, que es transmitida con una acertada fuerza expresiva Impresión tras la primera lectura Cuando leí la Divina Comedia hace ya unas dos décadas sentí un terrible disgusto por algunas de sus imágenes, y a la vez espesas consolaciones. Realmente era un viaje aquél por el infierno y por el Cielo. Virgilio, Beatriz y san Bernardo eran los encargados de guiar a Dante por aquellos ámbitos del más allá. Se sufría, se volaba. Me impresionó cuando oí en la Universidad de Madrid por primera vez la palabra “dantólogos”. Muy complicada debía ser la obra

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del florentino para dar lugar a unos señores estudiosos de su obra. Complicación, sí, pero sencillez a la vez. El tema; básico, simple: la caducidad de la vida y la realidad de las realidades espirituales del más allá. Es necesario repasar estas páginas inmortales para crecer en intensidad de vida cristiana. Me impresionó también un busto color oscuro que vi en Roma: era el mismo Dante, de imponente factura que amenazaba con invadir el espacio. El mensaje espiritual de su obra quedaba grabado en esa estatua de duro perfil.


sed santos Flores negras, frases fabulosas, orden y desorden, desfile de condenados, círculos y pasillos, rosas y estrellas, fuego y luz, ángeles… y actitudes humanas que tallaban el empíreo: diálogos, adoración, lágrimas, lamentos, gritos, esperanza. Horizonte, coloridos, divinidad, toque entre la Historia y lo que vendrá después como eterno. Estética escatológica, en continuo crescendo que acaba en gozo sonoro de paz. Es una obra de progresión constante, camino ascendente desde la oscuridad al Gozo. Tensión continua que desemboca en “el amor que mueve el sol y las estrellas” (Cant 33) Es imborrable la impresión que me causó la Divina Comedia, esa catedral de ideas y dogmas, esa gran conjunción entre la literatura y la teología, entre la historia y la mística.

Efectos saludables de esta lectura Ese san Bernardo final, de cabellera alba, que chorreaba alegría de sus pómulos, es una imagen que no logro olvidar. Dante ya había sufrido mucho. Pero todo había merecido la pena: “Bernardo me animaba, sonriendo, a que mirase hacia arriba; pero yo estaba por mí mismo como él quería, pues mi vista, tornándose clara, cada vez más penetraba por los rayos de la soberana luz que por sí misma es verdadera” (Cant 33) Hay que recuperar a este Dante perdido. Es de gran actualidad su obra, que por ser invisible gran parte de su contenido, no es menos real. Con esta mirada al más allá real, presentado en formato literario, se persigue la conversión, el cambio de mente, la mejora de la entrega a los otros.

En este espacio escatológico se encuentra la sanación y santificación de muchos. San Ignacio de Loyola se quedaba arrobado viendo el cielo, y cuando dejaba de hacerlo la tierra le parecía ya de otra manera. Santa Teresa de Jesús con su “para siempre, para siempre, para siempre…” entró en el monasterio, llena de sabiduría y buen criterio. Entendió ella bien lo caduco de la vida y lo rentable que es “sufrir mil muertes” por estar un poquito más cerca del Señor en el Cielo. Su especial experiencia del infierno le ayudó mucho en su camino de consagración. San Luis Gonzaga decía a sus tristes familiares que no lloraran por él en su muerte, que se iba contento al Cielo. Los niños de Fátima, ante la visión de los condenados quedan horrorizados, entregándose a la ofrenda voluntaria de sacrificios y mortificaciones. Oscar Wilde en su Gigante egoísta presenta a un hombre corpulento incapaz de abrir su corazón al amor. Tras unas experiencias concretas, misteriosas y purgativas, emerge un gigante de la apertura y del amor. Cuando cambia de corazón a través del sufrimiento se encuentra con el Señor.

Realmente era un viaje aquél por el infierno y por el Cielo. Virgilio, Beatriz y san Bernardo eran los encargados de guiar a Dante por aquellos ámbitos del más allá. Se sufría, se volaba

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Charles Dickens en sus Cuentos de Navidad nos ofrece los rasgos de la avaricia, la cerrazón, el mal humor y la amargura en la figura de Scrooge; aquel anciano encerrado en su mundo, opuesto diametralmente al espíritu de Navidad que, solo ante experiencias purificantes del más allá, decide abrirse y como un nuevo Zaqueo destierra lo malo y se apega a lo bueno. Tampoco se puede olvidar aquel film de Frank Capra, “Qué bello es vivir” donde un ser misterioso, habitante del Cielo, que resulta ser el ángel de la guarda de George, consigue animarle, ante su intento de suicidarse, a que opte por la vida. Y lo hace concediéndole vivir una vida en la que el mismo George no estaría presente. Ante el horror que esto le supone vuelve a su hogar con un corazón nuevo. El diálogo con su ángel y la visión concedida le cambiaron el alma.Armon

Leer las páginas del Dante es trastornar nuestros propios caminos por los que íbamos y profundizar por veredas de elevación. Es comprender mejor el porqué y para qué estamos í en esa vida. Ante las , palabras del poeta uno se cuestiona a cada paso qué es lo que está haciendo con su propia vida

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Armonía entre lo divino y lo terreno Lo escatológico no supone un desentenderse de esta vida presente sino un impulso para vivirla como se debe, siempre ligerito de equipaje, siempre amando. La irrupción de lo divino en la vida terrestre, ya sean milagros o apariciones, ya sea de cualquier otro modo, tienen esa maravillosa misión de hermosear la vida llenándola de esperanza viva, animando al combate, alentando en la refriega. Son ayudas divinas para poder nosotros ayudarnos y ayudar. La consideración de lo eterno y la aceptación de los auxilios que vienen de lo Alto son decisivas para el desarrollo de una vida de alta calidad cristiana. El maligno lo sabe y por eso atrapa a las personas en lo caduco. Satanás, siendo ángel, se sumerge en la tierra como si tuviera cuerpo, haciendo caer a los hombres. Lo escatológico, lo que viene después del aquí y del ahora, el final que es comienzo de un principio, apariciones e incursiones de lo celeste en el mundo…, son cosas detestables para los ángeles malos. Por eso, meditar en la brevedad de la vida y en la importancia de la vida eterna es oficio de los mejores hijos de la Iglesia. El más allá viene en nuestro auxilio para vivir el más acá como preámbulo y preparación ese más allá. El mismo Señor cuando se transfigura ofrece un baño de luz a Pedro, Santiago y Juan, donde se divisan a Moisés y Elías también. Es una incursión de lo divino en la tierra para hacer que ésta se vuelva más divina alentando por el camino de la cruz gloriosa. Experiencia dantesca, si se me permite, que unifica y da orden, paz y gozo a los apóstoles.


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En la Divina Comedia todo está presentado para la elevación. Los cristianos no podemos permitirnos el lujo, que es desgracia más que fausto, de no pensar en las realidades transcendentes. Subir y subir ha de ser nuestros afán: subir por la escala del Amor, unificando eros y ágape en doctrina conocida. Subir al árbol de la cruz en unión con Cristo. Subir a la humildad más baja por caminos de gracia. Es en esta obra magna, de infinito comentario, donde aprendemos ese dejarnos llevar por guías que conocen el camino que nos lleva al Cielo. Ahí estuvo la clave del viaje dantesco: en dejarse llevar, en dejarse conducir… Hay claroscuros y agridulces, tormentas y bonanzas, peligros, agrado y desagrado. ¡Todo un viaje, querido Dante, que te conducirá de amor en amor al Amor! Merece la pena entrar en estas páginas dantescas para llenarnos de esperanza y aliviar tribulaciones. Comprender que la vida es fugaz como un pensamiento y que solo la vía del Amor es la que nos llevará al gozo del Amor: “Pero tú, ¿por qué vuelves a tanta pena? ¿Por qué no subes al deleitoso monte que es causa y principio de tanta alegría?” (Cant 1) Las consideraciones ultraterrenas me influyen para que yo influya también sembrando esperanza y verdad. El efecto de la lectura de la Divina Comedia es divinizante: ¡Vayamos en busca de almas. Vayamos tras la perfección que nuestro Padre nos prescribe! Leer las páginas del Dante es trastornar nuestros propios caminos por los que íbamos y profundizar por veredas de elevación. Es comprender mejor el porqué y para qué estamos en esa vida. Ante las palabras del poeta uno se cuestiona a cada paso qué es lo que está haciendo con su propia vida.

La vida es éxodo, trasposición, un ir allí. Alguien que lo gobierna todo y lo diseña todo nos acompaña y nos aguarda en el Paraíso, lleno de Amor. Los hipócritas saldrán malparados. Los amantes de la verdad, triunfantes. Los iracundos quedarán lejos de la Eterna Mansedumbre. La castidad será la señora del Cielo. Habrá un Juicio, nos enseña la Iglesia. Hay oportunidad para el que la acepta. Hay confesión de culpas para el que se arrepiente. Hay Amor para el que se deja encontrar por él. Hay misericordia para el que se abre a la luz. La vileza se deteriora en presencia de la fuerza divina. Hay fiesta de santos y querubes para el invitado a Bodas. Cada etapa (infierno, purgatorio, Cielo) describe de modo imaginativo y con fondo teológico cada ámbito. Ver el castigo de los avariciosos, de los soberbios… es terrible. Ver el premio de una vida austera y orante… es maravilloso. La humildad saldrá vencedora y coronada al final de los tiempos. bn

Lo escatológico no supone un desentenderse de esta vida presente sino un impulso para vivirla como se debe, siempre ligerito de equipaje, siempre amando

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Como cuestión de principio podría pensarse que ambos fenómenos, la luz y las tinieblas, son bienes necesarios para la existencia, el orden y la armonía de todo lo creado, pues ambas salieron de las manos providentes de Dios. Pero es lo cierto que luego, en las Sagradas Escrituras y en la doctrina de los santos padres y doctores de la Iglesia, la luz se corresponde con la gracia, la salvación, la bondad y la vida, y por contra, las tinieblas, son imagen del pecado, la perdición, la maldad, y la muerte. Abordaremos estas complejidades en los capítulos que siguen. Horacio Vázquez Cermeño

Creación de las tinieblas Se dice en Génesis 1, 1: “Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra estaba informe y vacía; la tiniebla cubría la superficie del abismo”. Es esta una descripción asombrosamente simple del caos inicial, que solo describe el armazón del mundo antes de ser organizado por la sabiduría divina. Y en ese espacio informe y vacío del abismo, aparecen las tinieblas cubriendo un piélago sin fondo. Y se nos dice, que el hagiógrafo que esto escribió, quería resaltar la confusión tétrica y caótica de aquel instante, cuando la oscuridad más absoluta dominaba el cosmos incipiente. Pero dentro del misterio que envuelve toda la escena, resulta razonable para nosotros que antes del “fiat lux” las tinieblas cubrieran

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la superficie del abismo, pues ello se corresponde con lo que sabemos sobre su esencia, que es la de existir por la ausencia de luz, pues la tiniebla comparte con el frío, que le es afín, una definición negativa, es decir, ambas carecen de entidad, pues como la luz, el frío solo se produce por la ausencia de calor. Es decir, ni el frío, ni la oscuridad, traen causa de un emisor que los genera, sino, de la ausencia de otro factor, que por ende, les es ajeno, opuesto, y distinto. Pero todo lo que existe salió de las manos del Dios Creador, y así se nos dice luego también de las tinieblas por boca del profeta: “Yo soy el Señor y no hay otro… el que forma la luz y crea las tinieblas… Yo, el Señor, realizo todo esto” (Isaías 45, 7).


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Resulta razonable para nosotros que antes del “fiat lux” las tinieblas cubrieran la superficie del abismo, pues ello se corresponde con lo que sabemos sobre su esencia, que es la de existir por la ausencia de luz

Creación de la luz Y se dice en Génesis 3 y 4: “Dijo Dios: “Exista la luz”. Y la luz existió” Vio Dios que la luz era buena”. Más difícil nos resulta empero, comprender la existencia de esta “luz inicial”, que a esas alturas del plan creador de Dios carecía de un emisor que la proyectase, pues la luz natural que nosotros conocemos y que es, a la vez, luz y calor, es la producida por el sol, la luna y las estrellas, y aleatoriamente, por el fuego y otros meteoros o fenómenos naturales. Pero sin ellos, que no fueron creados hasta el “día cuarto”, no nos es posible entender la existencia de la luz tal como aparece descrita en el “día primero”, es decir, en un cielo sin sol, sin luna, y sin estrellas brillantes. Pero en este prodigioso proceso de la creación tan lleno de orden y de maravillas, nuestra falta de comprensión carece en absoluto

de importancia, pues es lo cierto que la luz existió, y surgió de la nada, y su emisor fue el mismo Dios que es la fuente infinita de la luz, pues “su resplandor eclipsa el cielo…su brillo es como el día…y su mano destella…” (Hababuc 3, 3-4), y que luego de crearla, se complació en ella, pues “vio Dios que la luz era buena” (Génesis 1, 4), lo que es anuncio portentoso de las bondades que estarán asociadas a la luz como emanación del mismo Dios, pues la luz es un atributo divino que los cristianos confesamos en el “Credo de la Fe”: “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero”. Así, la luz, es el único bien creado para gloria de Dios y servicio de los hombres, que recibe una bendición específica y particularizada de su creador, pues para los demás bienes creados la bendición será “en conjunto y para el todo”. Elogio De Las Tinieblas

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sed santos ¿Y las tinieblas? Nada se dice del momento de creación de las tinieblas en el Génesis. Quizá aquí, cabalmente, se apunte algún indicio de esa dicotomía discordante que se produce entre la luz y las tinieblas, pues “solo la luz era buena” en el texto sagrado, y nada se dijo de las tinieblas.

Separación de luz y tinieblas Y se dice en Génesis 4: “Y separó Dios la luz de la tiniebla. Llamó Dios a la luz “día” y a la tiniebla llamó “noche”. Luz y tinieblas nacieron separadas, y nunca se juntarán porque Dios las separó desde el principio. Así, a donde llegue la luz, las tinieblas desaparecerán, y solo retornarán si la luz cambia de lugar o, simplemente se apaga, porque la luz tiene la capacidad de neutralizar a las tinieblas y desalojarlas o cambiarlas de lugar, pero no las extingue para que dejen de existir y desaparezcan del mundo, solo es que resultan incompatibles para coexistir juntas, o compartir un mismo lugar en el espacio.

El día y la noche Y en Génesis 5, en el mismo instante en que separa la luz de las tinieblas, Dios les da nombre a ambas, y a la luz la llama día, y a la tiniebla la llama noche, y ello nos asoma a nuevas cuestiones llenas de interés. Y de nuevo, nos preguntamos: ¿Y por qué esta anticipación en los planes de Dios? Pues aún no existe el firmamento que separó las aguas de arriba de las de abajo, que es obra del “día segundo”, ni se han colocado lumbreras en él para separar el día de la noche, que es obra del “día cuarto”. Hay una respuesta simple de los teólogos, que nos dicen, que como quiera que la creación se describe como una obra secuencial que se

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realiza por días, así el “día primero”, el “día segundo” etcétera, el hagiógrafo historiador necesitaba de esa referencia desde el principio del relato para contar los seis días de la semana hebrea en que se realiza la obra creadora, pero por simple que es el razonamiento, su mera consideración nos abruma. Y como no está a nuestro alcance penetrar en los misterios divinos, preferimos para el enfoque de nuestro trabajo otro tipo de consideraciones, pues la identificación que hace el Dios Creador de llamar “noche” a las tinieblas, en alguna medida las ennoblece, pues es lo cierto que en la oscuridad nocturna los sentidos se adormecen para conseguir el merecido descanso, el espíritu del hombre se eleva, la naturaleza entera modifica sus ritmos vitales o los invierte, y en el ínterin, seres vivos, vegetales y la tierra entera permanecen relajados, suspensos y expectantes hasta la salida del sol. Jesús pasaba muchas noches en oración (Lucas 6, 12), y todos lo hacemos también en el sereno silencio nocturno que se extiende como un manto de sosiego y de paz bajo la luz parpadeante de las estrellas. En su “Elogio a la Creación” divina del mundo, así nos lo sugiere el Salmo 19, 2-3, cuando nos dice: “El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos, el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra”. ¡Cuánta delicadeza en el decir! ¡Qué ternura en el pregonar!, cuando al referirse a la noche en la que el cosmos descansa, el mensaje pierde su vigor, rebaja su intensidad, y se hace con leves susurros. Pero escuchemos el cántico de Isaías 26, 9, prodigio de equilibrio en la consideración armónica de la luz y las tinieblas tal como aquí se pretende, que brota del corazón del profeta en la búsqueda constante de “los caminos del Señor”: “Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden la justicia los habitantes del orbe”.


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Tinieblas del averno

En el Evangelio de san Mateo, hasta por cinco veces y con muy similar redacción, se utiliza el símil de las tinieblas para advertir sobre la justicia de Dios, bien para que no se confíen “los hijos del reino” que serán arrojados “a las tinieblas, y allí será el llanto y el rechinar de dientes”, o como señal de condenación, así en las parábolas sobre el reino de los cielos, donde al final de los tiempos los que obran la iniquidad serán arrojados al horno de fuego con igual destino, “el llanto y el rechinar de dientes”, (Mateo 13, 42 y 13, 50). E igualmente en las parábolas de los invitados a la boda y de los talentos, donde

corre igual suerte el invitado descortés que no vistió el traje adecuado para la ceremonia, y el criado infiel que enterró el talento que su amo le había entregado para negociar, y ambos, atados de pies y manos son “arrojados a las tinieblas” para sufrir igual castigo que los anteriores. (Mateo 22, 13 y 25, 30). Es evidente la utilización didáctica del símil de las tinieblas para referirse al infierno, si bien en esta ocasión, para nada se hace alusión al contrapunto de la luz, y también llama la atención la reiteración de los términos del castigo, con el llanto y el bruxismo de los condenados. bn

La luz es un atributo divino que los cristianos confesamos en el “Credo de la Fe”: “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero”

Elogio De Las Tinieblas

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PEDRILLO EL MONAGUILLO Texto: Manuel del Pino | Ilustraciones: Julián García

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edrillo Vargas era un zagal de doce años, rubito, delgado y despierto, no muy crecido. Su padre estaba recluso y por los embates de la vida su madre no podía cuidarlo, así que Pedrito solía acudir a la vetusta iglesia de San Pablo en Albera, para apaciguarse oyendo la misa del padre Rodrigo y saludarle jovial antes de irse. Después, Pedrillo se presentaba en la cercana sede de Cáritas, para que sor Consuelo le diera un bocadillo con que cenar esa noche. La monjita le daba además fruta, leche y galletas, y le decía: ─No puedes seguir así, Pedro. Tenemos que hallar una solución.

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Pedrillo un día le respondió animoso: ─No se preocupe, madre. Van a darme trabajo. ─¿Cómo es eso? Tú eres muy pequeño para trabajar. ─Ya se lo contaré. Verá qué sorpresa más buena. Ese caluroso mediodía de verano, Pedrillo fue al parque de Albera, para hablar con Venancio el barrendero, que siempre andaba por allí limpiando las hojas y los papeles del suelo con su cepillo de cabo largo junto a los contenedores.


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Venancio vivía en Albera desde hacía años, pero era de Sevilla, donde aún conocía a mucha gente. Y poco más se sabía de Venancio, quien parecía que había venido de Sevilla huyendo de algo, por la gran reserva en que mantenía su vida pasada.

─Claro que sí, Pedro ─le dijo─. ¿Cuándo

Pedrillo se acercó a Venancio el barrendero y le dijo:

repuso:

─Oye, Venancio, ¿es verdad que me puedes llevar a Sevilla y encontrarme un trabajo? Venancio paró de barrer y se volvió a mirar al niño. Era más bien bajito, de pelo moreno corto, sombra de barba y mirada torva a pesar de su perenne sonrisa granuja.

quieres que vayamos? ─Mañana mismo. Quiero irme de aquí cuanto antes. Venancio se limpió el sudor de la frente y ─De acuerdo. Ven mañana a mediodía con tu equipaje y nos iremos. Pedrillo se fue dando saltos de alegría, impaciente por que pasara el día cuanto antes. Venancio le siguió con la mirada, mientras se relamía el labio superior con la lengua. Sor Consuelo

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mosaico Por la tarde, Pedrillo fue a la iglesia de San Pablo, para oír una vez más la misa del padre Rodrigo y saludarle al término, sólo que aquellas cariñosas palabras del niño a su párroco preferido sonaban a despedida. El padre Rodrigo le oyó con atención y le dio certeros consejos, pero se quedó muy preocupado por lo que oyó del entusiasmado niño.. Ese hermoso anochecer de verano, Pedrillo no fue a Cáritas para que sor Consuelo le diera un bocadillo, pues tenía otros planes. Fue el padre Rodrigo quien se presentó en Cáritas, para hablar con la sagaz monjita a quien ya había consultado en otras ocasiones. Quería revelarle la gravedad del problema que se temía podía barruntarse. Sor Consuelo se hizo cargo en seguida. Le prometió al padre Rodrigo que al mediodía siguiente iría al parque para indagar el asunto, como en efecto hizo, y encontró a Venancio barriendo con su largo cepillo las hojas bajo los árboles. Venancio se espantó al ver acercarse la monja, algo a lo que no estaba acostumbrado, si bien recompuso cuanto antes su falsa sonrisa de hiena. Sor Consuelo registró hasta los mínimos parpadeos del barrendero, le gustaba observarlo todo. ─¿Cómo puedes trabajar en estas horas de calor? ─le dijo. ─Gajes del oficio, hermana ─repuso Venancio─. Y usted, ¿a qué viene? ─En realidad sólo quería preguntarte algo. ¿Qué es para ti la honestidad? El barrendero emitió una breve risotada, apoyado en su largo cepillo. ─¿De verdad ha venido hasta aquí con el calor que hace para preguntarme eso? ─Claro que sí. Estaba pensando en Pedrito

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Vargas. El pobre chaval necesita un padre. ¿Sabías que su progenitor está en presidio y que su madre anda siempre enferma? Venancio se estremeció al oír el nombre del niño, trató de disimularlo. ─¿Y eso qué tiene que ver conmigo? Como ocultó que ya había hecho planes con el niño, omisión que por cierto era mala señal, sor Consuelo decidió indagarle por ese lado. ─Había pensado ─dijo la sagaz monjita─ que quizá tú quisieras ejercer de padre para él. Vives hace años aquí solo en Albera. No tienes hijos ni familia que sepamos. Podrías hacerte cargo de ese pobre niño y enseñarle poco a poco el oficio de barrendero y jardinero. Aquí hay siempre mucho trabajoopñ, seguro que podría ayudarte a quitar hojas, ramas y papeles. ─¿Por qué yo? Él ya tiene padres.


mosaico La monjita le miró fija con sus ojillos vivaces.

─Deténgase, Venancio, o me veré obligado a disparar.

─Ese pobre niño está solo en el mundo y tú seguro que eres un hombre honesto. Por eso te lo preguntaba antes. Es más, Pedrillo ansía alejarse de aquí para empezar una nueva vida. Había pensado que podrías llevártelo a Sevilla. Seguro que allí tienes contactos honrados que podrían buscarle un buen trabajo y una vida por fin decente.

El barrendero bajó su cepillo y su rostro, desalentado como si todas sus fechorías acabaran fracasando. Don Clemente saludó a sor Consuelo y le dio las gracias por brindarle en bandeja el hilo que llevaba a una importante trama criminal.

La mente de Venancio se debatió unos instantes. Al cabo se decidió: agarró el cepillo con fuerza, dispuesto a descargarlo sobre la cabecita de sor Consuelo. Tras los árboles se oyó una voz con autoridad: ─¡Quieto, no se mueva! Se acercó Clemente Gascón, jefe de la Policía Municipal de Albera, de uniforme y con su arma reglamentaria en ristre.

Sor Consuelo

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Poco después Pedrillo se presentó en el parque, con un pobre hatillo de ligero equipaje, buscando a Venancio el barrendero, pero en su lugar sólo halló a sor Consuelo sentada en un banco a la sombra, inmóvil y humilde en posición orante. ─¿Dónde está Venancio? ─preguntó Pedrillo. ─Lo han detenido ─dijo sor Consuelo. El niño se indignó, porque todo le salía mal. ─¡Mentira! ─dijo─. ¿Qué hace usted aquí? ¿Por qué se mete en mis cosas? ─Será mucho mejor para ti. ─Venancio iba a llevarme a Sevilla para darme trabajo y alejarme de aquí para siempre, donde sólo he tenido desgracias y abandonos.

con su huesuda manita arrugada, y le contestó: ─Piensa. Ese hombre te iba a llevar a Sevilla sin decírselo a tus padres. ─Exacto, porque mi padre está en la cárcel y mi madre anda siempre enferma, no se puede contar con ellos para nada. ─¿Y por qué ese hombre iba a darte trabajo en Sevilla, siendo menor de edad? ─Allí conoce a gente que podría ayudarme. ─Si conoce a tanta gente en Sevilla que puede dar trabajo, ¿por qué él está aquí, lejos de su tierra, solo y laborando de barrendero? Pedrillo se quedó pensativo por primera vez.

Pedrillo se echó a llorar angustiado. Sor Consuelo se compadeció de él, más aún que antes, lo tomó de las manos y lo sentó a su lado en el banco.

─No sé ─dijo─. Quizá Venancio vive aquí solo porque no quiere que nadie le conozca y está huyendo de algo malo que hizo en Sevilla.

─Tienes que razonar con lógica. Así te acercarás a los brazos de Jesús, que está esperando para abrazarte y cambiar tu vida.

─Muy bien ─repuso sor Consuelo─. Pero entonces, sus amigos de Sevilla…

El niño dejó caer el hatillo a sus pies y dijo:

─Puede que no sean tan buenos. ─Eso es. ─Entonces, ¿qué querían hacer conmigo?

─La única lógica que veo aquí es la del desastre. Ahora no podré ir a Sevilla ni conseguir trabajo. Tendré que quedarme aquí tirado para siempre. Usted me dice que tengo que mejorar mi vida. Entonces, ¿por qué no me ayuda?

Sor Consuelo cogió las manitas de Pedrillo y le dijo a los ojos:

Sor Consuelo acarició la cabeza de Pedrito, componiéndole el flequillo rubio

─No me lo creo. No quiero seguir aquí abandonado por nada del mundo.

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─Nada bueno. Es mucho mejor que te quedes aquí. El niño se levantó otra vez enfadado.


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Para terminar de abrirle los ojos, sor Consuelo llevó a Pedrillo de la mano hasta el ayuntamiento de Albera. Allí vieron que don Clemente Gascón, el Jefe de la Policía, tenía esposado ante su mesa a Venancio, a la espera de ponerlo a disposición judicial.

─Tengo una idea ─dijo sor Consuelo.

Pedrillo se quedó mirando a Venancio y le dijo:

─Veo que todo ha salido a la perfección.

─Eres un hombre malo. Me ibas a engañar. No quiero nada contigo. Venancio agachó la cerviz, para no empeorar más aún su situación. Pedrillo salió brincando con sor Consuelo a la plaza del ayuntamiento. ─Gracias, madre ─le dijo─. ¿Pero qué va a ser de mí ahora?

─¿Qué idea? Usted siempre tiene ideas y… Sor Consuelo acompañó a Pedrillo a la vecina iglesia de San Pablo. En la sacristía encontraron al padre Rodrigo, que se alegró mucho al verles y dijo juntando las manos: ─Te presento a tu nuevo monaguillo ─le dijo sor Consuelo─. Él te ayudará a misa. Dormirá interno en el colegio de los hermanos maristas. Allí podrá estudiar y aprender un oficio, para ser un joven de provecho y no estar solo nunca más. El padre Rodrigo convino en que era una idea excelente. Pedrillo se abrazó a sor Consuelo, en sincera gratitud porque le hubiera salvado la vida frente al malvado de Venancio, y le hubiese dado una perspectiva de futuro tan sana y loable. bn Sor Consuelo

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sed santos

Andrea y Francesca, Equipo Itinerante de Kenia. Juan Ignacio Echegaray,Traducción del original en inglés.

¿Qué es el Camino Neocatecumenal y por qué se llama así?

¿Qué es el Camino Neocatecumenal en pocas palabras?

La palabra “Catecumenado” es de origen griego. Significa el período de preparación al bautismo.

El Papa, San Juan Pablo II, a petición de los Obispos de todo el mundo hizo el mejor resumen:

Entonces, ¿por qué hablar de “catecumenado” si muchos de nosotros ya estamos bautizados?

“Es un Itinerario de Formación Católica válido para la sociedad de nuestro tiempo.”

El Papa Pablo VI (1974) respondió a esta pregunta hace 40 años, cuando dijo: “Lo que en la Iglesia primitiva se hacía antes, lo haceis vosotros después del bautismo. Antes o después, yo diría, es secundario. Lo importante es hacerlo.”

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El Camino Neocatecumenal es una ayuda para abrir un camino de iniciación cristiana bautismal en las parroquias. Permite redescubrir lo que significa ser cristiano. Es un instrumento al servicio de los obispos en las diócesis para ayudar a los fieles que no tienen fe; para ofrecer un camino de vuelta a los que habían abandonado la fe; y para los que ya están en la iglesia pero desean madurar en la fe hasta alcanzar la estatura de un cristiano adulto.


sed santos

La tarea del Papa,

la tarea de Pedro, es confirmar los hermanos en la fe. (...) Hoy confirmo vuestra llamada, yo apoyo vuestra misión y bendigo vuestro carisma. Siempre digo que el Camino Neocatecumenal hace un inmenso bien a la Iglesia

¿Por qué puede ser útil hoy en día? Nuestra sociedad está cambiando rápidamente en muchos campos. El proceso actual de secularización ha llevado muchas personas a abandonar la Iglesia, o a vivir su fe a un nivel muy superficial. Muchos experimentan un profundo divorcio entre la fe y la vida diaria. Frente a los desafíos de la vida moderna, hay parejas que se sienten incapaces de vivir su fe y de transmitirla a sus hijos. También los jóvenes encuentran dificultades para vivir la vida cristiana en medio de un mundo secularizado.

Otros, debido a que fueron bautizados cuando eran niños, nunca han tenido una adecuada iniciación cristiana, por eso un itinerario de formación cristiana puede ser de gran ayuda para ellos. Esta formación no es solamente intelectual, sino sobre todo existencial, y lleva a un cambio real de vida. Es un catecumenado postbautismal. El fin principal del Camino Neocatecumenal es ponerle a uno, paso a paso, poco a poco “no sólo en contacto sino en comunión e intimidad con Jesucristo, iniciador y consumador de la fe.”

“Un gran regalo de la providencia para la Iglesia de nuestro tiempo”

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¿Cómo se inició el Camino Neocatecumenal? Comenzó hace 50 años en Palomeras Altas, un barrio de chabolas de Madrid. Un joven y famoso pintor, Kiko Argüello, después de una gran crisis existencial, impresionado por el sufrimiento de los inocentes, (comenzando con el gran drama de la señora que estaba trabajando en casa de sus padres), tiene la intuición de una misteriosa presencia de Cristo crucificado en los pobres. Entonces decidió ir a vivir entre ellos, con el fin de estar a los pies de Cristo. Después de algún tiempo conoció a Carmen Hernández, una misionera laica que estaba también allí, viviendo con los pobres. A petición de los pobres, comenzaron a anunciarles el Evangelio de Jesucristo. Con el paso del tiempo, este Kerygma se materializó en una síntesis catequéticoexistencial basada en el trípode: “Palabra de Dios-Liturgia-Comunidad”, el cual orienta a la gente a la comunión fraterna y a una fe madura. En las chabolas, Kiko y Carmen rodeados de personas que eran los más pequeños y los últimos de la sociedad, gracias al Anuncio de la Palabra de Dios, respondiendo a esta proclamación a través de canciones y oraciones, vieron nacer la comunión entre ellos y sobre todo veían que se daba un cambio de vida. Después de algún tiempo, a raíz de la solicitud del Arzobispo de Madrid, Don Casimiro Morcillo, el Neocatecumenado se extendió a las parroquias de la ciudad y desde allí a otros países de todo el mundo. Hoy en día está presente en más de 100 naciones.

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Por ejemplo, el Neocatecumenado en África se inició en Kenia el año1974, en Nairobi, en el Santuario de la Consolata, Westlands, a invitación del Párroco, P. Giuseppe Inverardi, con el permiso y la bendición del cardenal M. Otunga. Luego se extendió a otras diócesis de Kenia (Mombasa, Nakuru, Eldoret, Meru, Ngong, etc). Hoy en Nairobi está presente en las parroquias de Makadara, Yeriko, Guadalupe, Buruburu (fase I), Githurai y Kayole. También está presente en muchos otros países africanos: RDC (Congo), Ruanda y Burundi (1978), Tanzania, Zambia, Sud África, Costa de Marfil, Angola, Mozambique, Namibia, Sudán, Egipto, Burkina Faso, etc.

El Papa Francisco y el Neocatecumenado Recientemente, en un Discurso a la Conferencia Episcopal de la República de Santo Domingo, en su visita “Ad limina”, el Papa Francisco subrayó la contribución del Neocatecumenado al redescubrimiento de la Vigilia Pascual, como se hacía en la iglesia primitiva. Unos meses antes, el 6 de marzo de 2015, en su última Audiencia pública con el Camino Neocatecumenal, declaró: “La tarea del Papa, la tarea de Pedro, es confirmar los hermanos en la fe. (...) Hoy confirmo vuestra llamada, yo apoyo vuestra misión y bendigo vuestro carisma. Siempre digo que el Camino Neocatecumenal hace un inmenso bien a la Iglesia. (...) Esto es el Camino Neocatecumenal, un verdadero regalo de la Providencia a la Iglesia de nuestro tiempo, como mis predecesores han afirmado.


El Espíritu de Dios

está vivo y trabaja en la Iglesia de hoy y €él da respuesta a las necesidades del hombre moderno

Es un consuelo ver todo esto, ya que confirma que el Espíritu de Dios está vivo y trabaja en la Iglesia de hoy y que Él da respuesta a las necesidades del hombre moderno. ¡Cuánta alegría me dáis con vuestra presencia y vuestra actividad!”

Los frutos del Neocatecumenado Una vez más escuchamos el testimonio de san Juan Pablo II: “No es difícil enumerar los frutos del Camino Neocatecumenal: las familias que se han reconciliado, que ahora están abiertas a la vida y están agradecidas a la Iglesia, que se ofrecen para ir a anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra, especialmente en las zonas más pobres y descristianizadas. A partir de estas familias están surgiendo un gran número de vocaciones”...“su manera de ser hace presente el espíritu del Concilio Vaticano II, y ofrece un ejemplo de evangelización que da esperanza en el umbral del tercer milenio”. bn

Carmen Hernández Barrera pasó al Padre el día 19 de julio de 2016. Entregó su vida por la Iglesia y la Evangelización. Desde Buenanueva rogamos una oración por ella, y le pedimos que interceda por nosotros.

“Un gran regalo de la providencia para la Iglesia de nuestro tiempo”

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Un magnífico ejemplo del poder de la oración, del amor de la Virgen a todos sus hijos y del deseo que tiene Dios de la salvación de los pecadores, se muestra en este artículo a través del cariño, no exento de astucia, que mostró la madre de Borges por su hijo. Pedro Estaún Villoslada

El ateísmo del escritor

Para todo amante de la literatura, pero especialmente para los de lengua española, los escritos de Jorge Luis Borges son un auténtico regalo. Su abundante producción literaria en tan variados temas, hacen la delicia de numerosos lectores. Pero no quiero yo hacer aquí un elogio de su literatura y de su descomunal cultura. Son muchos y más cualificados los que lo han hecho y continuarán haciéndolo. Lo que yo pretendo es abordar la religiosidad de nuestro maestro de literatura. Durante toda su vida, Borges no profesó religión alguna y se declaró unas veces agnóstico y otras ateo. En alguna ocasión manifestó su duda sobre de la trascendencia del hombre. No obstante en 1978, en una entrevista del periodista peruano César Hildebrandt, Borges afirmó tener la certeza de que Dios no existe.

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El catolicismo de su madre

Su madre, doña Leonor Acevedo Suarez, uruguaya, era ferviente católica e intentó transmitirle su fe en los años de su niñez, pero la agitada infancia y los diferentes centros de estudio por los tuvo que pasar influyeron sin duda en su increencia. Sabemos que para refugiarse de la Segunda Guerra Mundial la familia, que entonces vivía en Palermo, se instaló en Ginebra, donde el joven Borges y su hermana Norah asistieron a la escuela en esta ciudad. Fue entonces cuando estudió el francés y cursó el bachillerato en el prestigioso Liceo fundado por Jean Calvin. El ambiente en aquel establecimiento de inspiración protestante no parece que le dejara ninguna huella religiosa.


mosaico Doña Leonor, como toda madre, se sentía orgullosa de su hijo del que le llegaban cada vez más elogios y alabanzas. Por su parte Jorge Luis veneraba a su madre y trataba de evitar todo lo que pudiera apenarla pero, ciertamente, no podía evitar que ella conociese la falta de sus creencias religiosas. En un interesante relato de Pablo Caruso, publicado en la Gaceta de los Negocios el 6 de febrero de 2008, este periodista argentino nos transmite el proceso religioso de nuestro Jorge Luis Borges en el que su madre, años después, tuvo una intervención decisiva. A él me remito en lo siguiente. Doña Leonor era una mujer sencilla, sensata y dotada de una picardía que heredó su hijo. Sirva como detalle la siguiente anécdota. Eran los años difíciles de bombas y amenazas en Argentina. A una hora tardía sonó el teléfono en su casa. “Te vamos a matar a vos y a tu hijo”. Doña Leonor, ya postrada le dijo con toda tranquilidad: “Vea señor, tengo más de 90 años y si no se apura en cumplir su amenaza, por ahí me muero antes”. Y se quedó muy serena. Se veía que no le preocupaban en exceso los peligros externos. Sin embargo, hubo una vez que su espíritu se inquietó sobremanera. Aunque lo sabía,

escuchar de labios de su hijo que se declaraba agnóstico hizo que su corazón advirtiera una amenaza mucho más letal que una bomba. La salvación eterna de su hijo la angustiaba. Tenía que hacer algo, y lo hizo. Lo escribe Pablo Caruso que lo escuchó de un amigo sacerdote que le pidió que lo contase cuando fuese conveniente.

En 1978, en una entrevista del periodista peruano César Hildebrandt, Borges afirmó tener la certeza de que Dios no existe.

“Lo que pasa, madre es que el infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto” La religiosidad de Borges

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La valentía de doña Leonor El relato es el siguiente: Un día doña Leonor decidió abordar el tema directamente hablando con su hijo. “Hijo, ¿qué es eso que he oído por ahí, que eres agnóstico? ¿De verdad dudas de la existencia de Dios?”. La directa pregunta de doña Leonor logró hacer tartamudear más de lo habitual al escritor eterno candidato al premio Nobel de Literatura. “Lo que pasa, madre es que el infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto”, respondió el autor de El Aleph. Entonces, doña Leonor le tomó de la mano y le susurró: “Prométeme que recitarás un Ave María todas las noches. Te pido que lo hagas cuando te retires a dormir. Hazlo, aunque yo no esté físicamente presente a tu lado, como si me dieras a mí el beso de las buenas noches”. “Sabes madre, yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta sobornos”, le respondió él. Doña Leonor se quedó un rato en silencio y respondió: “Entonces, tengo que admitir que me has sobornado muchas veces. Lo has hecho cuando me dabas un beso antes de

pedirme algo que querías”. Borges sonrió y tomó buena nota de esa demanda para él sorprendente. Tiempo después, el escritor admitió a un amigo suyo que, por amor a su madre, nunca se había olvidado de recitar todas las noches esa sencilla oración mariana. Doña Leonor falleció en 1975 a los noventa y nueve años y Borges continúo rezando cumpliendo la promesa hecha a su madre. Juan Luis Borges falleció en Ginebra hace treinta años. Ante la sorpresa de las personas que le rodeaban en su lecho de muerte, pidió ver a un sacerdote católico. No dudo de que esta oración dirigida a la Virgen que Borges recitó —sin duda por compromiso— durante muchos años, aun habiéndola rezado quizá sin mucha fe, fue la causa de este recurso a la gracia divina en su postrer momento. La petición, dirigida a la Madre de Dios “Ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte” se hizo patente en ese momento transcendental de la historia de nuestro querido escritor. Hoy le recordamos como uno de los mejores escritores de la historia, a la vez que elevamos una oración por su eterno reposo y los católicos lo hacemos, como lo hizo él en esos últimos años de su vida, acudiendo a María la Madre de Dios.

bn

Aunque lo sabía, escuchar de labios de su hijo que se declaraba agnóstico hizo que su corazón advirtiera una amenaza mucho más letal que una bomba. La salvación eterna de su hijo la angustiaba. 102


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MERKABA PEREGRINACIONES Está al servicio de las parroquias, sacerdotes, fieles, y comunidades religiosas. Nuestro propósito es ayudar a la Iglesia a difundir el Evangelio a todo el Universo a través del tiempo de Gracia que se abre en la Peregrinación. Ponemos toda nuestra dilatada experiencia, profesionalidad y nuestro espíritu de servicio para que durante las Peregrinaciones organizadas por nosotros, todos los aspectos del viaje (desplazamientos, hoteles, celebraciones litúrgicas, sacramentales), nos ayuden a tener experiencia de Jesucristo que nos salva a través de su Iglesia al encontrarnos con nuestra Madre la Virgen, visitando los Santos lugares, o siguiendo las huellas de los Santos que nos han precedido en la fe.

MERKABA PEREGRINACIONES Pasaje de Dolores, 16 Oficina 5 28002 MADRID Tfno.: +34 911 722 458. Mail: info@merkaba.es w w w . m e r k a b a p e r e g r i n a c i o n e s . c o m

La religiosidad de Borges

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Textos: Ángela C. Ionescu - Ilustraciones: Hijas del Amor Misericordioso

La niña tomó el trozo de bollo con las dos ma nos y echó a a ndar ha cia el lla no cu bierto de hierba. Cu a ndo llegó dela nte del esta nqu e de los patos se encontró con su a migo. —Voy a dar de comer bollo a las hor¬migas —dijo. El niño se qu edó parado mira ndo el bollo y a la niña, intenta ndo decidir si a qu ello era más interesa nte qu e ir a buscar piedras de formas extrañas. Al fin pensó qu e las piedras podía n esperar. -Y o ta mbién —contestó. Y echaron a a ndar ju ntos. Se pararon lu ego en medio del lla no. —¿Aquí? —pregu ntó la niña. —Aquí —respondió el niño. Se sentaron en cu clillas y e mpezaron a mirar al su elo. De pronto, el lla no dejó de ser simple tierra cu bierta de hierba para ser u n gra n mu ndo verde en el qu e se movía n multitud de seres misteriosos, muy atareados, de los qu e nadie conocía nada; en a qu ellos momentos sólo ellos dos, la niña y el niño, sa bía n qu e existía n. Descu brieron en seguida u na hilera de hormigas qu e iba n, ordenada mente, u nas ha cia arriba y otras ha cia a bajo. Las qu e iba n ha cia arriba arrastra ba n cosas: pajitas, se millas, gra nos, trocitos de corteza; las qu e volvía n no lleva ba n nada.

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mosaico La niña desmenuzó u n poco de bollo y dejó caer las migas encima de la hilera. El niño sonrió y se frotó las manos. —Ahora verás —dijo. En el primer momento no pasó nada. Después, una hormiga se acercó a una miguita y luego otra y en seguida muchas más hasta que en la hilera se formó un montón negro y movedizo. Luego muchas hormigas fueron subiendo arrastrando, a veces solas, a veces entre varias, trocitos de bollo. La niña y el niño se movieron un poco, siguieron la hilera y encontraron la entrada del hormiguero. Allí, vieron cómo desaparecían por el agujero las hormigas que arrastraban miguitas y cómo salían otras. Después de un buen rato se levan¬taron. —Ahora —anunció la niña— voy a dar de comer a los gorriones. Fueron primero a casa para buscar más bollo y llevaron ta mbién granos de arroz y dieron de comer a los gorriones, que piaron e hicieron gran algarabía, como siempre. De vez en cuando bajaba alguna paloma para intentar comer algo, pero eran todas tan gordas y tan torpes al lado de los gorriones que casi siempre se marchaban aturdidas, sin haber comido nada. Después dieron de comer a los gansos, que estiraron primero sus largos cuellos para silbar y luego se arremolinaron encima de los granos; y dieron de comer a los patos y al erizo que vivía en un rincón del gran porche que tenía la casa.

El caballo que no comía

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mosaico Pero dura nte todo ese tie mpo, mientras estuvieron con las hormigas y con los gorriones y con los patos, todo el tie mpo, la niña no ha bía dejado de pensar en su ca ballo. Entre todas las cosas qu e qu ería, a él le qu ería u n poco más. Así qu e cu a ndo se ca nsaron de mirar cómo atrapa ba n los peces las migas de bollo e mpapadas, la niña se puso de pie y dijo: —Ahora voy a dar de comer a mi ca¬ballo. El niño ha bía pensado marcharse, pero como nu nca ha bía visto comer al ca ballo de la niña, fu e con ella. El ca ballo esta ba al lado del cobertizo; en medio de u n gra n ma cizo de f lores silvestres, ta n quieto y ta n silencioso, ta n pa ciente, con sus gra ndes ojos oscuros ta n redondos, qu e a. la niña le dio mu cha pena ha berle dejado solo ta nto tie mpo. Se a cercó a él, se a brazó a su cu ello, le a carició la ca bezota y la crin y el morro y ta mbién la cola. — Pobrecito, pobrecito mi ca ballito —dijo la niña. Lu ego arra ncó u n bu en puñado de hierba del su elo, todo lo qu e su ma nita podía a barcar, y la puso dela nte de la boca del ca ballo para qu e comiera. Pero el ca ballo no comió. La niña retiró la ma no, le enseñó la hierba para qu e viera lo bu ena y fresca y verde y jugosa qu e era, y volvió a a cercár¬sela a la boca. Pero el ca ballo no comió. —No come—dijo la niña. —No —contestó el niño. De pronto el niño se a cordó de qu e ha bía visto a su padre dar azúcar a algún ca ballo. —A lo mejor quiere azúcar —dijo—; creo qu e les gusta mu cho. Fu eron corriendo los dos y trajeron va¬rios terrones de azúcar Pero el ca ballo no comió. — Pu ede qu e tenga sed —se le ocurrió a la niña—. Cu a ndo se tiene mu cha sed, no se pu ede comer. Trajeron agu a en u na vieja ensaladera desconchada. —Bebe, ca ballo —le a nimó la niña—; agu a muy fresca, agu a muy limpia. Pero el ca ballo ta mpoco bebió. Al fin la niña suspiró y dijo: —Me lo llevaré a casa.

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mosaico Detrás e mpezó a ava nzar el ca ballo sobre su plataforma con ru edas qu e chi¬rria ba n u n poco al a ndar. Fu eron así hasta la entrada de la casa y allí, para su bir los escalones, la niña tomó al ca ballo en brazos y el niño sujetó la cu erda. Lo llevó a su ha bita ción y lo dejó al lado de su ca ma; corrió las cortinas para qu e hu bie¬ra menos luz, salió con el niño de pu ntillas y cerró la pu erta muy despa cito sin ha cer ningún ruido. Los dos niños se sentaron después en la escalera del porche. Dela nte, al otro lado del lla no verde, se veía el bosqu e de chopos, de hayas, de olmos y de robles. Venía n desde allí ca ntos de pájaros, mu¬chos ca ntos distintos y fu ertes. Ca ntos cortos muy largos; ca ntos melodiosos y graznidos secos. Silbidos qu e parecía n burlones, otros qu e era n como rápidas carcajadas, otros como grititos asustados. Se oía ta mbién, de vez en cu a ndo, u n rápido golpeteo como de algo duro qu e da ba contra madera: era n los pájaros car¬pinteros qu e agujerea ba n los troncos de los árboles para ha cer allí su nido. Algu nas veces, de pronto, u n ca nto su bía y su bía con u na nota larga. —Es el ruiseñor —dijo el niño. La niña suspiró—. Ahora están ha ciendo nidos y lu ego, cu a ndo hay hu evos en el nido y tiene qu e e mpollarlos la he mbra, el ruise¬ñor ca nta toda la noche sin parar, toda la noche. No sé cómo pu eden ca ntar ta nto.

El caballo que no comía

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mosaico —¿ Y ella no ca nta ? —No. Sólo ca nta él. Au nqu e es¬cu chara a los ruiseñores, a u nqu e mirara a las mariposas, la niña no se olvida ba de su ca ballo. Por fin el niño se atrevió a decir lo qu e ha bía estado pensa ndo: -Como tu ca ballo es de madera—e m¬pezó de pronto—quizá coma cosas dife¬rentes qu e los de más ca ballos. Cosas muy diferentes. -¿Qué cosas?, —pregu ntó la niña con los ojos brilla ntes. —No sé, no sé —contestó él—. No se me ha ocurrido. —Sí —dijo la niña—. Eso tiene qu e ser. Seguro. Por la noche, a ntes de a costarse, la niña se a cercó a su a bu ela. Ha bía decidido qu e si alguien sa bía algo, era su a bu ela. —¿De dónde es mi ca ballo? —pregu ntó. —Del bosqu e. —¿Del bosqu e? —repitió la niña con sobresalto. Su corazón ha bía e mpezado a latir más aprisa y sentía como si alguien le hiciera cosquillas debajo de la barbi¬lla—. ¿Del bosqu e? —dijo otra vez. —Claro —contestó su a bu ela—. ¿No ves qu e es de madera? La madera crece en el bosqu e. Tu ca ballo es del bosqu e. La niña dio u n saltito. ¡Su ca ballo era del bosqu e! ¡El bosqu e esta ba a hí enfrente! Volvió a dar otro saltito, besó a su a bu ela sin decirle nada y se fu e riendo a su ha bita ción. Allí se puso el pija ma, le¬va ntó al ca ballo y lo a costó a su lado. Apagó la luz y e mpezó a escu char. Oyó a su madre y a su padre cu a ndo iba n a su ha bita ción.

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mosaico Algo más tarde oyó a su a bu e¬la. Pero el a bu elo seguía en la bu hardilla. ¡Uf! —pensó la niña—. ¡El a bu elo tarda sie mpre ta nto!» Se revolvió en la ca ma y a carició u n poco al ca ballo. — Ten pa ciencia —le dijo—.Y a bajará y se a costará. Pero el a bu elo no baja ba todavía. —Espera u n poco —le dijo la niña al ca ballo—. Lu ego ire mos al bosqu e. Allí hay todo lo qu e a ti te gusta, todo lo qu e comías a ntes de qu e te trajera n a quí... El bosqu e será como tu casa, ¿verdad? Cu a ndo dijo eso, la niña se qu edó muy pensativa. El bosqu e sería como su casa... Y se durmió. Cu a ndo se despertó, por la venta na en¬tra ba u na luz muy débil, muy gris, la luz qu e hay a ntes del a ma necer. Escu chó atenta mente: la casa esta ba en silencio. Se bajó de la ca ma, se puso los zapatos y el a brigo, tomó al ca ballo y salió sigilosa mente al pasillo. Allí se paró u n poco para escu char y lu ego, muy decidida, salió de la casa. Lu ego echó a a ndar todo lo rápida¬mente qu e podía con el ca ballo en brazos. Lo dejó por fin en el su elo, al lado del olmo, y lu ego respiró hondo, dio la vu elta y volvió a casa. Al día siguiente, du¬ra nte toda la maña na, estuvo pensa ndo en el ca ballo y mira ndo de vez en cu a ndo ha cia el bosqu e, al otro lado del lla no. Y cu a ndo todos se fu eron a desca nsar, la niña atra¬vesó corriendo el lla no y llegó hasta el olmo. Pero allí ya no esta ba su ca ballo. En el su elo, al lado del tronco, sólo ha bía qu edado la plataforma con ru edas en la qu e se veía n cu atro agujeros, los cu atro agujeros donde ha bía n estado metidas las patas del ca ballo. Y entonces la niña sonrió con u na son¬risa muy gra nde y se fu e salta ndo por el lla no con cuidado de no pisar las hor¬migas. bn

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aldea planetaria

Jesús Bayarri Haya

Algunos científicos, ensoberbecidos al estar poseídos de su ínfima ciencia –pues, únicamente, han sido capaces de descubrir, que no crear, un escaso cinco por ciento de cuanto compone el universo- han tratado de explicar la creación prescindiendo de la existencia de Dios. Da pena constatar la poca consistencia de sus logros, inexplicables en unas mentes privilegiadas, si no fuera por estar poseídas por una soberbia satánica. VÉRTIGO ANTE LO DIVINO Cuando pienso en Dios, ciertamente que mi razón se enfrenta siempre con el muro insalvable de la pregunta: ¿Cómo puede tanta perfección, grandiosidad, amor, poder y gloria, existir desde siempre sin causa alguna que le haya dado el ser, en lugar de que nada semejante exista y por tanto nada podría haber existido de cuánto existe? Abismo insondable para mi mente el pensar siquiera en el concepto “siempre”, sin un principio por antiguo que fuera, que se le pudiera atribuir como a cualquier cosa. La reducción al absurdo se hace totalmente insignificante ante

el testimonio de la realidad y la perfección que irradia. Basta el pensar en las dimensiones del universo realmente incomprensibles aunque verbalmente cuantificables, al hablar sin estupor de espacios de miles de millones de años luz, de miles de millones de galaxias y de estrellas, o de cualidades tan asombrosas en el campo de las cuasi infinitesimales partículas elementales, como las del escurridizo bosón de Higgs: La “maldita partícula” que ha venido a ser impropiamente denominada “la partícula de Dios” por aquellos medios a los que poco importa la autenticidad, frente al interesado aplauso de una opinión pública sin más criterio que el sensacionalismo morboso.

Sin duda, es más asequible atribuir al azar la 110


aldea planetaria

Tamañas maravillas son desde cualquier punto de vista inconcebibles, pero por más inexplicables que nos resulten, están ahí. Nada más tozudo que los hechos para imponerse a nuestra indoblegable razón ebria de sí. Como dicen Lederman y Teresi: “Si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta?” La imponderable magnificencia de la creación testifica contra la capacidad de nuestra mente para alcanzar a comprender tanta inmensidad, y mucho más contra la posibilidad de aferrar un interlocutor con un poder, sabiduría e inteligencia tales como para formularle la pregunta. En cambio, la realidad como creación, testifica a favor de la sumisión de la mente y la voluntad a su testimonio, confesando a su creador, aferrable sólo por la fe. Sin duda, es más asequible aunque no más racional, atribuir al azar o a la nada la auto creación del universo que aceptar el testimonio de su creador.

cuya “inexistencia” postula Hawking como en otro tiempo lo hiciera Kant de su “incognoscibilidad”, para poder situar al hombre al centro de la realidad, pero no como su finalidad, sino como origen de la misma. Hawking está dispuesto a creer, lo que es incapaz de demostrar: la atribución a la “omnipotente” gravedad de esas cualidades divinas. Y está dispuesto, porque en este caso resulta ser él, el autor de esa fe, a la que todos deben asentir en nombre de su ciencia. El amigo Hawking parece haber comido de aquel mítico fruto “excelente para lograr sabiduría” cuya degustación recibiría como premio el cumplimiento de aquella sentencia: “seréis como dioses”, pero que en el transcurso de la historia se ha acreditado como la “mentira primordial”.

EXPLICACIÓN INSUFICIENTE Para que el universo pueda crearse de la nada, según Hawking, es necesaria una fluctuación en el vacío cuántico, habiendo alcanzado el verdadero vacío, “la nada”, -ya que un falso vacío como el campo de Higgs, podría caer en un vacío verdadero por fluctuaciones cuánticas- es necesario, por tanto, que algo y no la nada hubiera podido fluctuar con anterioridad a la existencia del universo, y que para Hawking habría sido una tal gravedad, considerada tranquilamente ajena al universo y no una propiedad del mismo: preexistente, autosuficiente y en definitiva increada y eterna como Dios, innombrable científicamente,

autocreación del universo que aceptar la creación de Dios Pensando en Dios

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aldea planetaria La credulidad de los incrédulos es proverbial, y sus conquistas científicas no alcanzan a disimular la magnitud de su ignorancia. Su problema como dijo Chesterton, no es el que no crean en nada, sino el que se lo creen todo y comulgan “científicamente”, eso sí, con ruedas de molino, o como dice el Evangelio: cuelan el mosquito para tragarse el camello. ¿De dónde, o de qué, aparecería en el punto cero anterior al Big Bang esa llamémosle concentración energética, y qué la haría posible y la mudaría después para hacerla explosionar? Sin duda debe ser muy razonable y científico decir que estuvo ahí desde siempre, que el azar fue quien la formó y quien pulsó el interruptor cósmico que prendió la mecha de la “gran explosión”.

El mismo “vacío cuántico” de Hawking debería ser gobernado por leyes físicas, en este caso por la gravedad, que si Dios no existe debería haberse constituido eternamente de la nada por sí sola o por el azar, con la capacidad de producir no sólo uno, sino innumerables universos, de los cuales, por cierto, no tenemos más pruebas científicas que unas elucubraciones matemáticas sobre el tiempo imaginario en apoyo de sus teorías. Sería capaz también de crear la energía, la materia, y el tiempo, y consecuentemente la justicia, el bien, la libertad, y por fin el amor, y también sus contrarios: la injusticia, el mal y el odio, que al no existir Dios prolongarían su dialéctica hasta una incierta síntesis, que extrapolando los datos de la historia humana, conduciría, contra Hegel, más que al “espíritu”, al cataclismo cósmico “absoluto”.

Nada más tozudo que los hechos para imponerse a nuestra indoblegable razón ebria de sí

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aldea planetaria Si la inteligencia de los sabios no ha sido capaz de proyectar más que un poco de claridad, apenas al cinco por ciento de cuanto compone este universo, eso debería hacerlos humildes, o al menos incapaces de atreverse

a negar lo que esplendorosamente proyecta más luz que la razón humana sobre toda la materia o la energía oscuras en la contemplación del cosmos, y sobre el amoroso drama histórico de la libertad humana. bn

¿De dónde, o de qué, aparecería en el punto cero anterior al Big Bang esa, llamémosla concentración energética, y qué la haría posible y la mudaría después para hacerla explosionar? Sin duda debe ser muy razonable y científico decir que estuvo ahí desde siempre, que el azar fue quien la formó y quien pulsó el interruptor cósmico que prendió la mecha de la “gran explosión

Pensando en Dios

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cine

G l o r i a M ar í a To m as y G a r r i do | C a tedr át ica h o n o r ar ia de Bio ét ica

Película: Spotlight. Dirección: Tom McCarthy. País: USA. Año: 2015.Duración: 128 min. Género: Drama. Reparto: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams,

Liev Schreiber, Stanley Tucci, John Slattery. Guion: Tom McCarthy y Josh Singer. Música: Howard Shore. Estreno en España: 29 Enero 2016.

Me parece de un cierto interés publicitario -aunque mi intención es más seria y profunda- realizar el comentario de esta película que en el mundo cinematográfico, que yo sepa, ha recibido más de veinte nominaciones, y ha sido premiada más de veinte veces; entre esos premios destaco, por ser los más populares, el Oscar a la mejor película del 2015 y el Oscar al mejor guión original. Es conocido que la película trata de un hecho real, relacionado con una desgraciada actuación en Boston de algunos sacerdotes católicos -en concreto, la pederastia-, que fue descubierta por unos competentes periodistas del equipo de investigación Spotlight. Este equipo gozaba de una inusual autonomía y libertad dentro de las operaciones del diario The Boston Globe; pasaba semanas y meses trabajando temas, que tendían a concentrarse en la corrupción gubernamental y el crimen organizado. Sus investigaciones ocupaban a cuatro de los mejores periodistas del Globe, que de lo

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contrario hubieran producido cientos de artículos de prensa al año. En el tema de la investigación de la pederastia los reporteros intuían que quizás la autoridades eclesiásticas probablemente no hablarían con ellos, por lo que centraron su trabajo en la búsqueda de víctimas, pensando también que, si había víctimas de abusos sexuales, habría posiblemente abogados -y así ocurrió-. Trabajaron con el teléfono (estamos al comienzo de este milenio en que las redes sociales actuales no existían o no tenía la fluidez que ahora vemos) hurgando en la oscuridad, como decía uno de los periodistas. Partiendo, por tanto, de testimonios no del todo fiables o al menos débiles e incluso controvertidos, hicieron un minucioso trabajo de documentación, investigación, recogida de testimonios y entrevistas para acabar sacando a la luz una terrible verdad que acabó con la renuncia del cardenal Law al Arzobispado de Boston.


cine

Lógicamente, tanto por el tema como por el tiempo en que habían encontrado los primeros indicios, encontraron muchas dificultades; además, había algunas víctimas que sentían vergüenza y no querían hablar del tema. Los abogados que las representaban también tenían distintas opciones -algunas económicas- para olvidar el asunto o al menos para no ponerlo en primer plano. En definitiva, el desafío de encontrar información para afirmar que Archidiócesis Católica de Boston sabía de los sacerdotes pedófilos en sus filas era todo un reto, en el cual, lo que interesó no era principalmente buscar y entrevistar a víctimas de esos sucesos -como punto de partida para una difícil y delicada trama-, sino, también, ver como se habían encubierto estos hechos delictivos por parte de las altas esferas de la Iglesia Católica, y de otros estamentos gubernamentales. Por esta investigación el periódico en el año 2003 ganó el premio Pulitzer al Servicio.

Ciertamente, el film refleja muy bien todos estos aspectos narrados; la película consigue un ritmo palpitante que hace partícipe al espectador de todas y cada una de las cuitas con las que este grupo se va encontrando. Se muestra como estos periodistas a veces se sienten perdidos, otras no saben hasta donde llegar, y todo con una puesta en acción de la que emerge el triunfo de valores actualmente muy en alza como la honradez, el ritmo del trabajo, los derechos de las personas, el valor de las fuentes bibliográficas. Para algunos críticos cinematográficos el estilo recuerda a “Todos los hombres del presidente”, sobre el caso Watergate. Destacaría en nuestro caso que, lejos de caer en el morbo y en la manipulación emocional, la película tiene un tono equilibrado y se centra en la intriga periodística. Asistimos a una historia dolorosa, brillantemente contada, en la que el punto de mira más sobresaliente quizás sea el “sistema” y la actuación de la Iglesia católica.

Hasta aquí la historia

Es conocido que la película trata de un hecho real, relacionado con una desgraciada actuación en Boston de algunos sacerdotes católicos -en concreto, la pederastia-, que fue descubierta por unos competentes periodistas del equipo de investigación Spotlight

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cine Vale la pena traer a colación la reseña de film que hizo Ocaña en el periódico El País; señala como “…en algunas de las grandes películas políticas de la historia, poco o nada se sabe de la vida privada de los protagonistas, por lo que no hay adornos; únicamente hechos, y consecuencias. Apenas tres pistas (una mirada del marido, o quizá novio, del rol de Rachel McAdams, con rostro de hartazón; unos imanes en el frigorífico de la casa del de Brian d’Arcy James; una vaga referencia a la ruptura sentimental del de Mark Ruffalo) sirven de modo harto preciso la complicación de sus existencias fuera del trabajo. Pero acudir a ello hubiera sido melodramático”. En efecto, tal como ya se ha dicho, no se buscaba en la película las historias, también con debilidades, de los periodistas. Se recalca y se manejan muy bien los hilos para señalar, tanto la historia real como lo que refleja el film, cómo y quienes dejaron pasar por alto la información adecuada. La película está perfectamente concatenada tanto en las inteligentes argumentaciones, como en las esforzadas actuaciones de los periodistas; todo tan

bien narrado, que merece la pena calificarlo de un merecido elogio al periodismo de investigación y su tarea en la búsqueda de la verdad. Además es lo que se proponía el director cinematográfico, Tom McCarthy, conocido por títulos como “The station agent”, “The visitor” y “Win win”, el cual reconoce que, por haber crecido en un ambiente católico, conoce y siente una gran respeto y admiración por la Iglesia Católica, por lo que no trata de hacer una crítica destructiva, sino mostrar su perplejidad acerca de cómo pueden sucederé estas cosas. Y la verdad, es que este tono queda patente en el film, es decir, McCarthy refleja que lo que falló fue el sistema, en el sentido de que se protegió a los sacerdotes pederastas pensando que era mejor, también para la sociedad y por supuesto par la Iglesia, ocultar esto, colaborando en este planteamiento también lo medios de comunicación. También los medios de comunicación ocultaron esto, colaborando en este planteamiento. Hasta aquí la película

lejos de caer en el morbo y en la manipulación emocional, la película tiene un tono equilibrado y se centra en la intriga periodística

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Pero hay un algo más, muy importante, en lo que lo quisiera aclarar en este trabajo; está claro que no es de recibo justificar nunca una manipulación informativa, y menos en un tema tan grave. Es demasiado doloroso e injustificable esta historia como para pasarla por alto y se ha sabido filmar con enorme categoría. Pero ojo, el film hubiera sido más certero y completo sin endosar especialmente a gente buena y creyente, a sacerdotes y a la Jerarquía eclesiástica, e incluso al mismo Dios, los errores y los horrores, pues incluso los encubridores del tema aparecen como buenas personas.

Las desviaciones de la sexualidad, es un hecho que afecta a nuestra actual sociedad de manera alarmante. Tal como señala Orellana, la película sería aun más ponderada si se abriera más al contexto cultural global en el que eso sucede y se mencionara el pansexualismo, y no el celibato, como uno de los factores que deben ser considerados al analizar el problema parte culpa de todos. Como certeramente ha escrito Mosén Peio Sánchez, “para el espectador creyente la película tiene un claro componente penitencial”. bn

el desafío de encontrar información para afirmar que la Archidiócesis Católica de Boston sabía de los sacerdotes pedófilos en sus filas era todo un reto

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fuerza en la mirada

La “Teología del Cuerpo” desarrollada por el papa Juan Pablo II a través de un conjunto de catequesis, muestra una coherencia que ilumina al hombre sobre aspectos fundamentales de su persona y desenmascara la artificiosidad de la ideología de género, que se ha puesto tan de moda sin más razón de ser que la de dar una justificación a unos modos de vida que no resisten el menor análisis objetivo. Las consideraciones que a continuación se exponen, ponen de relieve lo absurdo de la ideología de género, para cualquier persona que se acerque al tema sin prejuicios. Almudena Pérez | Estudiante de teología Universidad San Dámaso

Debemos introducirnos en otro de los puntos más importantes de la Teología del Cuerpo: la diferencia sexual, que nos hace caer en la cuenta de por qué Dios nos creó hombre y mujer. Tenemos que recordar que el cuerpo es el hogar de cada ser humano donde acoge la realidad que le rodea, pero lo acoge desde una particularidad: ser hombre o ser mujer, y esto es fascinante. Durante las últimas décadas la ideología de género ha querido imponer la creencia de que la sexualidad (hombre y mujer) no es un dato que ya viene dado desde el momento

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del nacimiento sino que simplemente “está” cuando naces, y es cada ser humano el que elige que es lo que quiero ser, si ser hombre o ser mujer independientemente del dato biológico. Esto que parece una locura poco a poco se ha ido introduciendo en nuestra sociedad generando una gran confusión en la persona. Además la ideología de género ha afirmado con rotundidad que el hombre y la mujer son exactamente iguales y por eso eres totalmente libre para unirte con otra persona de tu mismo sexo, porque al ser todos iguales no debe encontrarse ningún impedimento.


fuerza en la mirada

Tenemos que recordar que el cuerpo es el hogar de cada ser humano donde acoge la realidad que le rodea, pero lo acoge desde una particularidad: ser hombre o ser mujer, y esto es fascinante. Hombre y mujer: Creados para la comuniรณn

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fuerza en la mirada Como respuesta a estas cuestiones Juan Pablo II ahondó en el dato bíblico en donde se afirma como Dios creó al hombre varón y mujer y mostró a lo largo de sus catequesis la riqueza antropológica que se esconde en estas palabras del Génesis. La diferencia sexual no es un mero dato biológico, ni tampoco es algo que oprima al hombre, ni si-quiera es un simple añadido al ser humano es el camino que Dios nos ha dado para vivir el amor, para alcanzar la comunión con el otro. A través de un otro al cual me uno por amor, que es diferente a mí, me encuentro con un Dios que es Amor. Todos sabemos que el amor es algo inesperado, que llega cuando menos te lo esperas, simplemente sucede y de manera gratuita. Esto mismo le sucedió a Adán en el paraíso. Él se encontraba “solo”, no había ninguna criatura a su alrededor que pudiera colmarle, y por eso Dios le introduce en un profundo sueño y crear a la mujer. Cuando Adán se despierta descubre a Eva, un otro que también es ser humano, pero que es diferente a él. Ambos tienen un cuerpo pero reconocen que son distintos, y que gracias a esta diferencia pueden unirse para alcanzar la comunión, el anhelo que ambos llevan dentro de sus corazones. Todo esto queda reflejado en la frase de Adán “ ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! (Gn 2,23). Es conmovedor como esta misma experiencia de Adán sigue sucediendo hoy en día

cada vez que una persona descubre en otro, que es distinto, una llamada a la plenitud. El otro me muestra algo que es mucho más grande que yo, me muestra una riqueza que por uno mismo no se puede descubrir, me muestra que el corazón no está llamado al aislamiento o a la soledad sino a la comunión con un otro. La diferencia sexual ha sido creada por Dios para que el hombre y la mujer puedan recorrer un camino de plenitud donde la vía principal sea el amor. Cuando el papa habla de esto no lo hace de una manera cursi o romántica, lo hace desde la verdad del ser humano, porque sabe reconocer aquello que esconde, que no es otra cosa que la vocación al amor. No hay nadie en esta tierra que no quiera ser amado, al revés cuando no lo somos quedamos profundamente heridos. Por ello el papa nos recuerda que la diferencia sexual es el modo en que Dios ha querido salir al encuentro con el hombre, porque a través de la comunión que alcanza un hombre y una mujer Dios revela como estamos llamados a la unión con Él. Retomando el tema de la ideología de género, Juan Pablo II muestra como el hombre y la mujer no son exactamente iguales, sino que ambos tienen la misma identidad (y por tanto deberán ser tratados siempre por igual), pero son diferentes. Es como decir “son dos formas distintas de ser lo mismo”, y al ser distintas son complementarias.

La diferencia sexual ha sido creada por Dios para que el hombre y la mujer puedan recorrer un camino de plenitud donde la vía principal sea el amor 120


fuerza en la mirada Hombre y mujer son diferentes para ser complementarios, para que el otro me revele algo que yo no tengo, me muestre otra realidad, me enseñe otro modo de ser persona y esto es verdaderamente una riqueza. Por lo tanto deberíamos exponer que el encuentro con un otro no es simplemente por un “te quiero”, sino que es mucho más, es un encuentro que me permite realizar la llamada al amor que se esconde en mí, y si esto es posible es precisamente porque Dios nos creó hombre y mujer.

“ La sexualidad no es la diversidad que fractura, sino el fundamento de una relación fecunda en el amor, donde accedemos a la riqueza de la vida y su misterio” (Angelo Scola). bn

Cuando Adán se despierta descubre a Eva, un otro que también es ser humano, pero que es diferente a él

Hombre y mujer: Creados para la comunión

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fuerza en la mirada

Marta Guerrero - Periodista

Desde la eternidad, Dios nos ha soñado con una vocación, porque Él nos ha pensado colaboradores en su obra creadora, nos quiere protagonistas de una misión concreta. Esta vocación vertebrará y determinará los ámbitos más importantes de nuestra vida, sobre todo el estado en el que nos sintamos llamados a vivirla o la profesión que decidamos ejercer

En qué consiste la vocación Es en el momento de nuestra juventud cuando solemos sentir nuestro llamado vocacional. En esta etapa, si entra dentro de Sus planes, Dios nos invitará desde nuestra libertad a sentar los cimientos básicos sobre los que se desarrollará el resto de nuestra existencia y los proyectos más importantes que llevemos a cabo. Esto no quiere decir que en nuestra vida madura Dios no vaya a permitir que nos encontremos ante momentos muy determinantes para nuestra existencia, o ante preguntas que requieran nuestra respuesta libre. Pero sí que estos pasos que demos estarán orientados según la inclinación vocacional por la que nos decidimos en nuestros años de juventud.

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Antes que nada, es necesario comprender qué es la vocación. Desde el punto de vista cristiano, podemos decir que es la “llamada” o inspiración a través de la cual Dios se dirige personalmente a nosotros para mostrarnos el estado de vida para el cual nos ha pensado, el plan mediante el cual nos invita a alcanzar la santidad. Por esta razón, podemos decir que la vocación es una gracia, una iniciativa y una asignación con la que Dios nos da un papel en la historia de salvación del mundo. Por este motivo, del mismo modo que cada ser humano es único e irrepetible, nuestra vocación es exclusiva.


fuerza en la mirada

reรณ c y รณ s n e p Dios nos ces i l e f r e s a par endo i u g i s s o n e y pl su senda

Llamados a una vocaciรณn

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Desde que nacemos, llevamos en nosotros la semilla de nuestra vocación, porque Dios nos pensó y creó para ser felices y plenos siguiendo Su senda. Así, a lo largo de nuestra niñez y juventud, experimentaremos que nuestros anhelos y todo aquello que nos inspira están relacionados con nuestra vocación, ya que ésta concuerda con nuestros intereses, gustos y aptitudes.

Descubrir nuestra vocación Así, podemos entender por vocación la llamada con la que Dios nos invita a comprometernos con una tarea que abarca la vida entera. La consideramos como un proceso o proyecto que construiremos de forma permanente a lo largo de toda nuestra existencia. Por esta razón, descubrir este estado de vida que Dios ha pensado para nosotros, nos llevará a plantearnos preguntas muy relevantes, sobre todo en nuestros primeros años de juventud. Quién soy, cómo soy, hacia dónde quiero ir, a qué quiero dedicar mi vida o qué sentido tiene mi existencia, serán algunos de los interrogantes principales que nos plantearemos a la hora de buscar y sentir esta llamada. En este sentido, cabe destacar que el autoconocimiento que cada uno tenga de sí mismo será un factor en el proceso de descubrimiento de su propia vocación. Entender y asimilar bien el pasado y las raíces de cada uno, así como los rasgos propios de su personalidad, servirá de gran ayuda para comprender el modo en que Dios pueda desvelarnos nuestra vocación. De la misma manera, no podemos obviar que Él también nos habla a través las personas que nos rodean, de los acontecimientos y de la manera en que nuestro corazón los pueda interpretar y asimilar.

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La misión Con el ejemplo de sus vidas, tanto la Virgen María como Jesús se nos muestran como ejemplos claros de descubrimiento y respuesta a la vocación con la que Dios les pensó y llamó. María, con la pureza de su vida no dudó en fiarse de los planes de Dios y abrazar con apertura Su voluntad de ser la madre del Mesías. Del mismo de modo, Jesús cumplió la tarea que le encomendó Su Padre de ser Su enviado que nos redimiese. A lo largo del Evangelio, podemos leer como ambos, en momentos muy cruciales aceptan libremente su vocación, así como los momentos de alegría y, también de dolor, que son necesarios para mantenerse fiel a esta. En ellos vemos también que toda vocación es un don de Dios, una llamada en nuestra vida que conlleva una misión concreta, una tarea que se nos invita a realizar a lo largo de toda nuestra existencia. Siendo fieles a la Voluntad de Dios con nosotros, cuyo objetivo es nuestra plenitud, lo esencial de nuestra vocación como cristianos reside en el seguimiento a Jesús. Por tanto, la vocación trae consigo una misión que requiere nuestro compromiso de ser corredentores con Cristo, llevando su Buena Noticia a todos los hombres. Este llamamiento es absolutamente personal, así la frase bíblica “te he llamado por tu nombre”


“Te he llamado por tu nombre” nos recuerda que Dios ha pensado en un plan y una tarea para todos, que cuenta con cada uno de nosotros para ser sus colaborares únicos e irrepetibles en su Plan de Salvación. En este sentido, Dios no solo nos llamará a un estado de vida concreto, sino que también nos otorgará a lo largo de nuestra existencia las herramientas y cualidades que sean necesarias para ser fieles a este compromiso y a nuestra misión vocacional.

El estado de vida La vocación concreta de cada persona determinará su elección de estado de vida, porque esta es el modo más directo de realizar su propia misión. Asimismo, condicionará la elección de la profesión que considere que va en mayor consonancia con su estado de vida y el cumplimiento de esta tarea. Por este motivo, siendo siempre la vocación una iniciativa de Dios y no del hombre, unos se sentirán llamados a una vida en matrimonio, en la que, un hombre y una mujer, mediante una llamada conjunta y una respuesta

recíproca, descubran que han sido creados el uno para el otro por Dios para realizarse juntos a su imagen y semejanza y llegar a ser uno en Él. Sin embargo, habrá otras personas que se sientan inclinadas por una vocación religiosa, consagrándose totalmente a Dios, viviendo en comunidad y asumiendo un estilo de vida acorde a la misma. Finalmente, los llamados al sacerdocio seguirán a Cristo y serán enviados por Él a una vida de misión y servicio similar a la de Jesús y sus discípulos. Pese a todo, a lo largo de la historia de la humanidad y a través de la vocación personal de cada uno, Dios ha ido mostrando misiones nuevas a los hombres, respondiendo a las necesidades de cada tiempo con el llamado concreto de cada persona. Por este motivo, no podemos dejar de asombrarnos ante la capacidad que Dios tiene para sorprendernos y, ahora en nuestra juventud, dejarnos llamar por Él y responder con apertura y generosidad a la vocación con la que nos invite a realizar la tarea que nos lleve a la plenitud de nuestras vidas. bn Llamados a una vocación

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entretenimiento

Goldstein a sus noventa y dos años, había conocido los “progroms” en Polonia, los campos de concentración en Alemania y toda clase de persecuciones contra los judíos. “Oh Señor!”, dijo. “¿No es verdad que somos tu pueblo elegido? Y una voz celestial replicó: “Sí, Goldstein, los judíos sois mi pueblo elegido”. “Bueno, ¿y no es hora de que elijas a alguien distinto?”

La abuela: “¿Ya rezas tus oraciones de noche?” El nieto: “¡Por supuesto!” “¿Y por las mañanas?” “No. Durante el día no tengo miedo”.

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Sobre el amor Una dependienta le vendió unos pantalones de un amarillo rabioso a un muchacho que parecía encantado con su compra. Al día siguiente volvió el muchacho diciendo que quería cambiar de pantalones. El motivo: “No le gustan a mi novia”. Una semana más tarde regresó de nuevo, todo sonriente, a comprar otra vez los dichosos pantalones. “Ha cambiado su novia de opinión?”, le preguntó la dependienta.

-“¡No!”, respondió el joven. “He cambiado yo de novia”.

Diversidad cultural

Llega un campesino a una iglesia para bautizar a su primogénito, y el cura le dice: -Cómo le vas a poner a tu hijo? -Póngale Yuca Tigre Catorce. Exclama el sorprendido cura. -No, hijo mío, eso no puede ser, ese nombre no es cristiano. -¿Que no es cristiano? Entonces ¿por qué hay uno que se llama Papa León Trece?

entretenimiento

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entretenimiento

¿No piensa vuesa merced que estos políticos nos abocan a la villanía?

Querido Sancho, es que la alabanza propia envilece

Encomiéndate a Dios, querido Sancho, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas Pero, ¿cómo es posible que no se pongan de acuerdo por el bien del pueblo?

…como pongan las elecciones el día de Navidad se van todos al infierno


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entretenimiento

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Oración

entretenimiento

Te alabo y te bendigo, Señor por los días de descanso que me has concedido durante este verano. Te pido perdón por los pecados a los que me ha arrastrado mi lascivia, mi excesivo amor al dinero, mi egoísmo y desamor hacia mis hermanos. Te doy gracias porque te he sentido a mi lado en la lucha diaria contra la tentación, porque, a pesar de cómo soy, no me abandonas nunca, me ayudas a levantarme tras mis caídas y tu Espíritu me infunde nuevas fuerzas para comenzar de nuevo. Gracias, Dios mío, gracias. Te pido que concedas la conversión a cuantas personas haya podido arrastrar al pecado con mi insensato proceder. Renovado por tu amor, sintiéndome reconfortado por la suave y discreta presencia de tu Madre, te confieso mi amor y deseo ardiente de permanecer siempre en tu voluntad, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

nombre artículo

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entretenimiento

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