CECA Casa
de
Moneda
de
México
Año 1 Número 1
OBRA PLÁSTICA ABRAHAM DELGADILLO
ANTIGUOS DÓLARES DE MÉXICO
MICROSCOPÍA ECONÓMICA DINERO HAY, PERO NOS HACE FALTA VERLO MEJOR POR JUAN VILLORO
POR GABRIEL ZAID
PRODUCCIÓN DE MONEDA O MEDALLA
NUEVA COLECCIÓN NUEVO PREMIO
los m ayas
recuerdo de una gran cultura edición especial 2012 MEDALLA CULTURA MAYA 95Cu5Zn, 75Cu25Ni, 70Cu30Zn Diámetro: 50mm ANVERSO: Aro Marcador del Juego de Pelota, Numeración Maya e Ideogramas REVERSO: Pirámide del Castillo, Descenso de Kukulkán y Meses Mayas
MODERNIZACIÓN TECNOLÓGICA DE CASA DE MONEDA DE MÉXICO 2006-2012
SALAS DE EXHIBICIÓN Y VENTAS Túnel y Banda de Transportación de Contenedores Tres Nuevas Prensas de Acuñación Almacén de Producto Terminado Grúa Aérea Línea de Pulido
MÉXICO D.F. Av. Paseo de la Reforma 295, Col. Cuauhtémoc, México, D.F., Tel.: 01 (55) 5080 9850 Horario de ventas: Lunes a viernes de 9:30 a 15:00 hrs. Informes: Lunes a viernes de 9:00 a 18:00 hrs. MUSEO INTERACTIVO DE ECONOMÍA - MIDE Tel.: 5130 4629
SAN LUIS POTOSÍ Av. C.F.E. 200 esq. Eje 124, Zona Industrial 1a. Sección, S.L.P. Tel.: 01 (444) 834 6033 Horario de ventas: Lunes a viernes de 8:00 a 14:00 hrs. HOLIDAY INN, QUIJOTE: Tel.: 834 4100 ZACATECAS MUSEO ZACATECANO: Tel.: 01 (492) 922 6580
CONTENIDO ¿QUÉ SIGNIFICA CECA?
6 MEMORIA DEL PORVENIR
8 ANTIGUOS DÓLARES DE MÉXICO CECA: Del árabe "Cekka", abreviatura de dar as-sékka (Casa de la Moneda) y relativo a "Sikka" (reja de arado). La Ceca es el sello que identifica el derecho de acuñación de la moneda de curso legal, en referencia al lugar donde se labra la misma, según una antigua acepción proveniente del siglo XVI. La Ceca de Casa de Moneda de México se constituye por una "M" coronada por una "o", lo que significa México; siendo esta, la marca que nos distingue y que encontrarás presente en todos nuestros productos. "Andar de la Ceca a la Meca” es ir de la Casa de Moneda a la Casa de la Misericordia. Por algo será.
EN NUESTRA PORTADA
La gran importancia que tuvo México, a nivel mundial, durante el siglo XVIII.
20 PRODUCCIÓN DE MONEDA O MEDALLA
24 ABRAHAM DELGADILLO La Voluntad del Arte.
28 TRADICIÓN 10 MICROSCOPÍA ECONÓMICA
C.P.C. Marcelo de los Santos Fraga
Dr. José Antonio Meade Kuribeña
Dr. Agustín Guillermo Carstens Carstens
Director General Casa de Moneda de México
Secretario de Hacienda y Crédito Público
Gobernador de Banco de México
Ing. Juan Manuel Shiguetomi Villegas
Lic. Gerardo Rodríguez Regordosa
Dr. Miguel Messmacher Linartas
Lic. Alejandro Alegre Rabiela
Subsecretario de Hacienda y Crédito Público
Titular de la Unidad de Planeación Económica de la Hacienda Pública Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Director General de Emisión Banco de México
Lic. Armando David Palacios Hernández
Director de Programación y Distribución de Efectivos Banco de México
Lic. Luis Miguel Montaño Reyes Oficial Mayor Secretaría de Hacienda y Crédito Público
32 INICIO COLECCIÓN, NUEVO PREMIO La moneda más bella, entre las participantes, durante el Sexto Concurso Internacional de Monedas Conmemorativas Coin Constellation 2012
HONORABLE JUNTA DE GOBIERNO DE CASA DE MONEDA DE MÉXICO
Y EVOLUCIÓN
Dinero hay, pero nos hace falta verlo mejor.
12 NUEVA
CECA
DE UNA COLECCIÓN DE MONEDAS ...Y el fin del mundo.
Mtra. Isabel Morales Pasantes
Subgobernador de Banco de México
Coordinador de Asesores del C. Oficial Mayor Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Ing. Carlos Alberto Treviño Medina
Lic. José Ángel Bustillos Moreno
Subsecretario de Egresos Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Comisario Suplente, Sector Hacienda Secretaría de la Función Pública
Dr. Manuel Ramos Francia
Lic. Mario Alberto Cervantes García Comisario Público Propietario, Sector Hacienda Secretaría de la Función Pública
34 LAS MONEDAS MÁS GRANDES Y CARAS DEL MUNDO
CONSEJO EDITORIAL
¿Porqué se acuñaron?
38 EL PESO MEXICANO Libro de Victor Manuel Ramírez Yarza.
40 BORGES Baublys, reducción de punzón de la pieza alusiva al Bicentenario de la Independencia de México. Foto: Sergio Benítez Maldonado.
14 MUSEO NUMISMÁTICO NACIONAL
LA MONEDA COMO ELEMENTO POÉTICO MÁS ALLÁ DEL SÍMBOLO
Ing. Juan Manuel Shiguetomi Villegas
Ing. Luis G. Sánchez Espinosa
C. Jaime Ramírez Mendoza
Director Corporativo de Operaciones
Director Corp. de Administración y Asuntos Jurídicos
Subdirector Corporativo de Recursos Materiales
Lic. Raúl Montalvo Ferráez
Lic. Ismael Díaz Pérez
Lic. Ángel Valtierra Matus
Director de Acervo Numismático y Documental
Subdirector Corp. de Seguridad y Planeación Estratégica
Subdirector Corp. de Acervo Numismático y Documental
C.P.C. Juana García Anaya
Lic. Alejandro Ramírez Sandoval
L. E. Gabriel Núñez Machín
Dirección Corporativa de Finanzas
Encargado de Despacho de los Asuntos Jurídicos
Subdirector Corporativo de Operación Financiera
C.P.C. Carlos Rebolledo Sánchez
Lic. Erwin Canseco Ponce
C.P. Eduardo Padrón Moya
Titular del Órgano Interno de Control
Subdirector Corporativo de Recursos Humanos
Subdirector Corp. de Comercialización
Dr. Jesús Nolasco Estudillo
Ing. Carlos Guerra Guerra
C.P.C. Isaías Martínez Guerra
Director de Desarrollo y Enlace Interinstitucional
Subdirector Corporativo de Producción
Titular del Área de Auditoría Interna del OIC
C.P.C. Pedro Garza Fernández
Mtro. Alfonso Rodríguez Facio
C. Eduardo Luis Urruchúa Hernández
Coordinador
Subdirector de Grabado
Subdirección de Programación y Control
STAFF EDITORIAL
42 ACUÑARON ESTE NÚMERO CECA es una publicación trimestral de Casa de Moneda de México, Av. C.F.E. 200 esq. Eje 124, Zona Industrial 1a. Sección, San Luis Potosí. Año 1, Número 1, septiembre 2012 / Editor responsable: Octavio César Mendoza Gómez / No. de Reserva al Título en Derechos de Autor: En trámite. Certificado de licitud de título y contenido: En trámite./ Impreso por Roland Impresiones: Flor de Cerezo 101-A, Las Flores, San Luis Potosí, S.L.P. / El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de los autores. Todos los derechos reservados, prohibida la reproducción parcial o total, incluyendo cualquier medio electrónico o magnético con fines comerciales. Editada e impresa en México.
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Octavio César M. G.
Ing. Abigail Sánchez Rodríguez
L.D.G. Ricardo González Perera
Dirección Editorial
Planeación Estratégica
Diseño e Imagen
C.P. Katya Castillo de la Peña
C.P.C Herón Cisneros Ibáñez Ing. Gabriel Hernández Domínguez Érika Zárate Arista
L.D.G. Julio César Bravo Hernández
Subdirección Editorial
L.I. Perla de Fátima Flores Ayala
Gestión
Mtro. Felipe Zapata Mtro. José Luis Ortiz Mtro. Carlos Galicia L.C.G. Sergio Benítez Maldonado
Coordinación Institucional
Edición de Fotografía
Fotografía
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MEMORIA DEL PORVENIR POR MARCELO DE LOS SANTOS FRAGA
undada en 1535 en acatamiento de una Real Ordenanza que trajo consigo el primer virrey de la Nueva España, Don Antonio de Mendoza, la Casa de Moneda de México tiene el orgullo de ser la primera en la historia de América. Su primera ubicación fue en las Casas de Cortés, donde hoy se encuentra el Nacional Monte de Piedad. Posteriormente, en 1562 se trasladó a lo que hoy es el edificio del Ayuntamiento de la Ciudad de México, en la esquina sur poniente del Zócalo, donde permaneció hasta 1569, antes de ocupar su siguiente sede, a espaldas del Palacio Nacional, donde hoy se encuentra el Museo Nacional de las Culturas, justo en la calle de Moneda, a la que dio su nombre y donde desarrolló sus actividades durante casi tres siglos. Durante la guerra de Independencia, y debido al riesgo que implicaba el traslado de los metales de las zonas mineras a la Ciudad de México, se autorizó el funcionamiento de Casas de Moneda provinciales, las cuales estaban ubicadas en Zacatecas, Guadalajara, Guanajuato, Durango y Chihuahua. En 1848, tras la Independencia de nuestro País, Antonio López de Santa Anna dispuso que la Casa de Moneda se trasladara al inmueble en donde se ubicaba el Apartado General de la Nación. Esa es la razón por la cual esa calle lleva dicho nombre, ya que ahí se realizaba la tarea de “Apartado”: un proceso para separar el oro de la plata. En 1970 se inauguró una nueva planta en la calle de Legaria, la cual fue destinada a la producción de moneda de curso legal.
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Esta planta estuvo en operación hasta 1999, compartiendo actividades con la de Apartado, que se destinó a la producción de metales finos. En 1983 se inauguró la planta de San Luis Potosí que, tras el cierre de operaciones en Apartado y Legaria, es desde 1999 la única planta que produce la moneda metálica mexicana –tanto en metales industriales como en metales finos. En su transcurso hacia la eternidad, Casa de Moneda de México cumple 477 años al término de la Administración del Presidente Felipe Calderón Hinojosa, y durante los últimos seis años, esta Institución obtuvo logros que vale la pena resaltar: • Dos de sus productos merecieron la Presea a la Moneda más Bella del Mundo por parte de la Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda: En Busán, Corea del Sur, en 2008, y en Canberra, Australia, en 2010; en tanto que en este 2012 se obtuvo el People´s Choice Award dentro de la Third International Coin Conference, celebrada en Moscú, Rusia. • En este sexenio, la acuñación de moneda de curso legal se incrementó un 16 por ciento en comparación con los dos anteriores: 9 mil millones de piezas, para lo cual se fabricaron 12 mil 500 millones de cospeles, entre monometálicos y bimetálicos. Además, se produjeron 7 millones de monedas en metales finos y 1.5 millones de medallas tanto en metales finos como industriales. En los años 2008, 2009 y 2010, se tuvo el privilegio de acuñar las series alusivas al Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. • En materia de Modernización Integral, se invirtieron más de 400 millones de pesos en Desarrollo Tecnológico y Obra Pública. Gracias a ello, hoy somos la única Casa de Moneda del mundo que ha desarrollado la acuñación automática de moneda trimetálica y bimetálica no circular, nuestro Museo Numismático Nacional está recuperando su esplendor, y el área Administrativa de la Planta San Luis es más digna y funcional.
• En el ámbito Institucional, México obtuvo la designación como sede de la XXVIII Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda para el 2014. Previamente, durante la XXVII Conferencia de dicho organismo global, Viena 2012, México fue electo para ocupar la Vicepresidencia del mismo.
Además de lo anterior, vale la pena resaltar que a la fecha se ha recuperado el cien por ciento de los archivos históricos de Casa de Moneda de México, tanto de forma física como a través de su digitalización en Laserfiche, y se encuentran disponibles para su consulta en las instalaciones del Museo Numismático Nacional, el cual continúa siendo restaurado y cuenta hoy con un nuevo acceso por la calle de Bolivia. Como dato adicional de la importancia que la moneda tiene en nuestra historia, en 2008 el Presidente Felipe Calderón sustituyó la Caja del Tiempo atesorada en 1791 en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, la cual contenía 23 monedas, entre las que destacan las conmemorativas al ascenso al trono de Carlos IV y otras con la efigie de Carlos III. A cambio, la Caja del Tiempo introducida en 2008 contiene 31 monedas acuñadas en plata con los escudos de las entidades federativas, y una más del Calendario Azteca. En el antiguo Edificio de la Secretaría de Educación Pública, por otra parte, el año 2010 se depositó una Cápsula del Tiempo cuyo contenido consta, entre otros objetos, de las monedas de cinco pesos alusivas al Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia. De esta forma, afianzada en su presente y orgullosa de su pasado, Casa de Moneda de México mira con confianza hacia el porvenir, acuñando el esplendor de la grandeza de México.
C.P.C. Marcelo de los Santos Fraga DIRECTOR GENERAL CECA
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ANTIGUOS DÓLARES DE MÉXICO
ANTIGUOS DÓLARES DE MÉXICO POR GABRIEL ZAID
éxico tuvo en el siglo XVIII una confianza en su capacidad creadora que impulsó la vida intelectual, el desarrollo económico y la expansión territorial. (Una buena parte del territorio que perdió en el siglo XIX, la había adquirido en el XVIII.) Las colonias inglesas y los nuevos Estados Unidos estaban en la zona del peso, como México hoy en la zona del dólar. Y con una dependencia monetaria mayor, porque el peso circulaba en todo su territorio, más que cualquier otra moneda. Ni la libra británica, ni las libras locales, acuñadas por algunas colonias, circulaban tan ampliamente. (La corona británica, a diferencia de la española, no autorizó casas de moneda en América. La primera del continente fue la mexicana, en 1535.) Los pesos acuñados en México fueron de hecho la moneda de nuestros vecinos del norte, mientras no tuvieron la suya. Y cuando decidieron tenerla (en 1785), ¿por qué la bautizaron como dollar? Porque así se llamaba el peso (en inglés). Y ¿por qué adoptaron el famoso símbolo monetario ($)? Porque era el signo de pesos. Pero hay que retroceder de los pesos a las pesas. El dinero empezó como trueque diferido. No es fácil que en el mismo lugar y momento coincidan los que tienen A y quieren B con los que tienen B y quieren A. Es más fácil hacer el trueque en dos pasos: primero por un producto de gran aceptación (sal, conchas, cacao) y luego por el que se desea. Entre los productos aceptados como medios de cambio, los metales se fueron imponiendo por su relativa escasez y la facilidad de conservarlos, esconderlos y transportarlos. Pero, al pagar, había que cortar pedazos y pesarlos. Por eso, se inventó la acuñación de monedas, al principio artesanal y poco exacta. Además de contarlas, había que pesarlas cada vez que cambiaban de manos. (Todavía hoy, a pesar de que los
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centenarios de oro son acuñados con toda exactitud por el Banco de México, los bancos no los reciben sin examinar que estén intactos, buscando pretextos para reducir su valor.) Las monedas valían según las pesas que levantaban en el otro platillo de la balanza. De ahí la frase: “vale lo que pesa”. Según Roberts y Pastor (Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española), de la raíz indoeuropea tel- ‘levantar; sostener, pesar’ deriva el griego tálanton ‘balanza, pesa’ y, por extensión, ‘moneda’. De tálanton, a su vez, derivan talentum en latín y talento en español, como nombre de una moneda. A los tálanta se refiere la parábola de los talentos (Mateo 25, 15-28), bien o mal invertidos por el siervo que los recibe. Los medievales, al interpretarla, dieron a talentum un segundo significado: ‘dones naturales’ recibidos de Dios, y bien o mal aprovechados. Este segundo significado es hoy el primordial de talento en español y sus equivalentes en otros idiomas. De tel- (por vía del sánscrito> malayo> portugués> español) también deriva tael ‘moneda china que circulaba en las Filipinas’. Esto haría pensar que tálero ‘moneda’ deriva de tel-, pero no hay tal. Viene de Sankt Joachimsthal, valle montañés de Bohemia (hoy Jáchymov, en la República Checa), donde se abrió una mina de plata y se acuñaron monedas semejantes al real de ocho español, que era entonces la moneda universal. Los “reales” bohemios fueron llamados Joachimsthaler, algo así como reales del Valle de San Joaquín. El nombre acabó simplificado en thaler, que, a su vez, dio taler, daler, daller, dalder, doler, dollar, en distintas lenguas europeas. De thaler vienen tálero y dólar. En inglés, la palabra dollar es anterior a lo que hoy llamamos dólar. En 1611, la usó Shakespeare (The tempest, 2,1); anticipando, curiosamente, un juego de
palabras que se ha hecho en las crisis del peso mexicano (llamar a los dólares dolorosos): • A dollar. • Dolour comes to him, indeed. Los primeros significados de dollar que da el Oxford English dictionary son los tres siguientes: nombre del thaler en inglés; nombre del peso en inglés; nombre de la unidad monetaria adoptada por los Estados Unidos. Thomas Jefferson propuso la creación de esta moneda, con sentido práctico (Notes on the establishment of a money unit, and of a coinage for the United States, 1784, que puede leerse en www.libertyfund.org). En primer lugar, recomendó el sistema decimal para simplificar los cálculos (el Imperio Mexicano se sumó a esta innovación en 1865, el británico en 1971). En segundo lugar, recomendó imitar los pesos acuñados en México. ¿Por qué? Porque “es una moneda conocida, con la que todos están familiarizados, y ya circula desde el sur hasta el norte” [obsérvese que empieza por el sur]. Como “medida de valor, es más usada que las libras provincianas respectivas”. Con esta lógica, propuso que se llamara dollar, como el peso, para que se entendiera que era lo mismo y lograr la misma aceptación. En consecuencia, que tuviera el mismo contenido de plata, para igualarlo en valor. Usa como referencia el contenido de plata de los pesos mexicanos aquilatados por Isaac Newton (que estaba a cargo de la Royal Mint y sus laboratorios) en 1717. Hay muchas especulaciones sobre el origen del signo de pesos. Florian Cajori (A history of mathematical notations, 1929) se tomó el trabajo de investigarlas, para ver si habían dejado huellas documentales en libros y manuscritos de habla inglesa y española. Sus conclusiones son las siguientes. El signo $ nace en los Estados Unidos, pero no para el dólar, sino para el
peso. La palabra peso se usaba sobre todo en América, no en España, donde se prefería real de ocho o pieza de ocho. En las colonias inglesas, el peso se llamaba dollar, piece of eight, piastre o peso. En los manuscritos, aparece el nombre completo (pesos, por ejemplo, aunque el texto esté en inglés) o una abreviatura. Como piece, piastre y peso empiezan por p, la abreviatura predominante se volvió p, con superíndice s (o sea ps ). A mano, se escribía como la p, con una especie de V (empezando por la izquierda, de arriba hacia abajo, y subiendo por la derecha) que culmina con las formas redondas de la p y de la s, todo en un solo trazo. De ahí se pasó al signo conocido actualmente. Presenta imágenes de las etapas intermedias. El documento más antiguo que encuentra con el signo $ es de 1776 (naturalmente, referido al peso), en el diario (en inglés) de un federalista. No encuentra el signo en México sino hasta 1834, en las Noticias estadísticas del Estado de Chihuahua de J. A. Escudero; quizá el mismo José Agustín Escudero (1801-1862) que, según el Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México, anotó la segunda edición de las Noticias históricas y estadísticas de la antigua provincia de Nuevo México, en 1849.
Sobre la importancia del peso para China, y de China para el peso, hay información notable en el Diccionario Porrúa. En 1869, cuando la República restaurada acuñó un nuevo peso, con el mismo contenido de plata, pero un diseño republicano (un gorro frigio y una balanza), se produjo la sorpresa de que no tuvo aceptación en China. Este rechazo del mercado fue tan importante que, en 1873, se volvió al diseño antiguo, mantenido hasta 1898. Todavía en 1949, México acuñó (exclusivamente para su exportación a China) 8.25 millones de pesos antiguos, con la fecha de 1898. El primer libro publicado por el Fondo de Cultura Económica fue El dólar plata de William P. Shea, traducido por Salvador Novo en 1935. Es un estudio a favor de la plata como reserva monetaria. Señala que “China es con mucho el mayor comprador de plata del mundo”. Sus importaciones de 1926 a 1932 absorbieron “el 42% de la producción total del mundo”. Y destaca a México entre los grandes exportadores. Sólo faltaba que China, ante la demanda insatisfecha de antiguos dólares de México, los acuñara por su cuenta, como sucedió, según el testimonio de Andrés del Castillo (“Las valiosas mexicanas”, Reforma, 19 V 02).
Sobre la persistencia del trueque y algunas formas primitivas de dinero hasta siglos recientes, hay mucha información en Fernand Braudel (Civilization and capitalism, 15th-18th century). Además, se ocupa de la importancia de la plata en el comercio mundial, y en particular del peso acuñado en México. Cree que China importó un tercio o la mitad de la plata de América entre 1527 y 1821. Dice que China tenía avidez de pesos, de los cuales llegaban como un millón al año en la famosa nao de China, que iba de Acapulco a Manila.
La isla de Timor estuvo dividida entre Portugal y Holanda. La parte portuguesa se declaró independiente en 1975, y fue invadida por Indonesia, que ya ocupaba la parte holandesa. Para resolver el conflicto, las Naciones Unidas lograron la aceptación de un plebiscito, celebrado en 1999, de donde resultó la independencia del país que hoy se llama el Timor Oriental o Timor Este. Entre los funcionarios de la ONU que organizaron la consulta popular estuvo el mexicano Andrés del Castillo Sánchez, al cual un vendedor ambulante le ofreció alguna vez mexicanas, en español, aunque hablaba tetum (la lengua nacional). Eran antiguos pesos mexicanos de plata. Resulta que las mexicanas, como las llama la población, “fueron la principal forma de intercambio en la ex colonia portuguesa de Timor Este, hasta la década de 1950”. Todavía hoy, en los matrimonios, “la dote se negocia en pesos de plata mexicanos”. “Por este motivo, la población las atesora, en especial los padres para poder pagar la dote de sus hijas. Sin embargo, al ver las monedas con detenimiento comencé a notar algunas cosas raras. Una de ellas tenía los relieves muy desgastados. La vi con cuidado y decía: República Mexicana 1805. Es claro que eso no podía ser. Los pesos mexicanos eran tan apreciados que hasta ¡los falsificaban! Un número importante de estas mexicanas no lo son. Son falsificaciones chinas de monedas mexicanas.” ¿Cuál puede ser el próximo episodio? Que China exporte mexicanas a México, como tantas otras cosas. Pero sería mejor que el Banco de México acuñara un facsímil conmemorativo del antiguo dólar mexicano, después de hacer una investigación del mercado en China, los Estados Unidos y otros países, inclusive México.
Mexican dollar o peso mexicano o yogin, impuesto por el Tratado de Kanagawa en 1858 como moneda japonesa, ya que su valor por peso y contenido de metal era superior a la plata japonesa. FOTO: PHGCOM
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MICROSCOPÍA ECONÓMICA
En consecuencia, se lanzó la campaña gratuita de revisión oftálmica. La Secretaría de Hacienda subsidió extracciones de catarata e implantes de cristalinos. Doscientos médicos llegaron de Cuba a cambio de petróleo. Cada uno operaba doce ojos al día. El Banco Mundial juzgó la medida muy adecuada, y concedió nuevos créditos para pagar los intereses de la deuda anterior. La vista del país mejoró tanto que la realidad desmereció un poco. Hubo que restaurar los murales de Orozco y Rivera para que recuperaran su original colorido. Sin embargo, aunque todo se veía con más nitidez, el peso conservaba su fugitiva silueta. La gente se arañaba los bolsillos en busca de una migaja que quizá fuera un centavo.
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ucedió que la crisis económica de siempre entró en crisis de coyuntura. El peso se devaluó, perdió fuerza y contorno, y se hizo tan pequeño que costó trabajo encontrarlo en los bolsillos de los ciudadanos. “El problema no es de circulante sino de percepción”, dijo el Secretario de Hacienda, que había estudiado en grandes universidades del extranjero: “Dinero hay, pero nos hace falta verlo mejor”. Para combatir la progresiva disminución de la moneda, se lanzó un Plan Global de Desarrollo cuya primera acción fue dotar de lentes de aumento a compradores y vendedores. De acuerdo con los ojos de cada quien, se repartieron lentes sencillos o bifocales, monóculos de fondo de botella, lupas de diversos grosores y telescopios selectivos. Como el peso siguió siendo esquivo, hubo que pedir créditos al Banco Mundial para adquirir lupas más poderosas. Los cajeros
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del país dispusieron de hasta siete juegos de lentillas para vislumbrar los pesos. Los inconformes que nunca faltan criticaron el Plan, pero el Secretario fue implacable: si el peso no aparecía con la constancia debida, no era por la política económica, sino porque no se aplicaba con suficiente rigor. Se decidió entonces pasar a la fase microscópica de la percepción monetaria. En cada cajero automático se instaló un microscopio capaz de agrandar la más reticente bacteria. Fue menester pedir nuevos créditos para pagar este recurso de modernidad. Mientras la deuda crecía, los salarios se parecían cada vez más a las limosnas y las limosnas al aire en el que vuelan corpúsculos de luz. El Secretario de Hacienda informó que el Plan no fallaba: el peso se volvía transparente por falta de participación ciudadana. Durante décadas, el pueblo no había hecho otra cosa que pedir. Veía al Estado como a una nodriza que alimenta a menesterosos que ni siquiera conoce: “No se puede recibir sin dar algo a cambio”. El problema no estaba en las lupas sino en los ojos.
FOTOS: Ricardo González Perera
POR JUAN VILLORO
El Secretario de Hacienda apareció en televisión y mostró lo sanas que estaban las estadísticas. Nunca la balanza de pagos se había visto mejor. La macroeconomía era un cielo despejado. Había que tener paciencia para que el orden conquistado en las alturas bajara a las carteras comunes. La gente abrió sus monederos en espera de un óbolo, pero las pequeñas bocas de tela se quedaron sin tragar otra cosa que polvo. Comenzaba a hablarse de la extinción del peso cuando el Secretario de Hacienda fue nombrado presidente del Banco Mundial. Se trataba de un honor tan alto para México que una parte de la reserva estratégica fue destinada a pagar tres días de fiesta nacional.
En su discurso de toma de posesión, el nuevo encargado del Banco Mundial habló de la disciplina necesaria para abrir los ojos: “En la economía moderna no hay carencias: sólo hay problemas de vista”. Luego hizo una ingeniosa referencia al águila del escudo nacional, mascota de la buena vista. México fue el primer país beneficiado con el “Programa Internacional de Créditos 20/20” en busca de una visión perfecta. Gracias al privilegio de un nuevo endeudamiento, el Plan Global de Desarrollo entró en su fase atómica. Llegaba el momento de hacer ajustes, con valentía mexicana. Los microscopios apenas localizaban pesos en los cajeros. Se necesitaba un instrumental a la altura de los tiempos. El Banco Mundial concedió un crédito puente para que Alemania fabricara lentes ad hoc. ¿Sería posible distinguir pesos con el nuevo artilugio? Los desconfiados de siempre fueron maltratados por el Presidente de la República, inflexible en materia económica: “Los estrábicos no entienden la realidad”. A partir de esa declaración, relegó a todo sus adversarios al deficiente bloque del estrabismo económico. Antes de que se estrenara el primer microscopio atómico de interés monetario, el presidente del Banco Mundial descubrió que ya no tenía pecas en el dorso de la mano. Desvió la vista a su reloj de cuarzo y no pudo distinguir los números. Lo mismo le pasó con el encabezado del periódico, que había leído minutos antes y hablaba maravillas de la macroeconomía mexicana. El mundo estaba fuera de foco. Fue atendido en la Universidad Johns Hopkins por un oftalmólogo cubano. De tanto buscar el lente ideal, su nervio óptico había sufrido una crisis: a veces veía de más, a veces de menos. Podía precisar lo invisible y borrar lo evidente. Había adquirido una visión macroeconómica perfecta. Por desgracia, se tropezaba con todos los muebles. Renunció a su cargo con la más absoluta discreción. Poco después, la política económica de México cambió de rumbo. Los microscopios atómicos no llegaron a instalarse, pero hubo que pedir créditos para pagar las inversiones que ya se habían hecho. Por las tardes, el antiguo gurú de la economía, sale a pasear en compañía de un perro lazarillo. Mueve los labios como si sumara y restara los números que agobian su imaginación. Mientras tanto, el perro husmea la tierra, clasifica los desperdicios y a veces percibe un aroma acerado que no logra entender, el precario olor de una moneda.
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NUEVA COLECCIÓN NUEVO PREMIO
MONEDA PREMIADA*
NUEVA COLECCIÓN NUEVO PREMIO POR ÁNGEL VALTIERRA MATUS l pasado 9 de julio salió a la circulación una colección de cinco monedas de plata pura alusivas al complejo arquitectónico maya de Chichén Itzá. La emisión rememora la elección de la pirámide de Kukulcán de este sitio, en julio de 2007, como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, por lo que cada pieza de la serie muestra en su reverso la cifra 070707, justo debajo de la marca de ceca de la Casa de Moneda de México. Chichén Itzá, desde luego, era ya ampliamente reconocido en todo el mundo como uno de los sitios más importantes y emblemáticos de nuestras culturas originarias, destacando su inclusión, desde 1988, en la selecta lista de lugares que la UNESCO considera Patrimonio de la Humanidad. Para los mexicanos, esta monumental zona arqueológica es, entre los componentes de nuestra identidad nacional, uno de los que más claramente simbolizan la diversidad de nuestras raíces y la riqueza cultural de los pueblos prehispánicos. La presencia de los valores, sitios y personajes que identifican a las naciones es una constante en las imágenes que éstas honran en sus monedas. En el caso de Chichén Itzá, una representación del edificio conocido como “La Iglesia” aparece ya en el diseño de los billetes de cien pesos llamados “infalsificables” cuya emisión ordenó Carranza en 1915, aunque de ellos solamente circularon los de $5, $10 y $20. Años más tarde, el Banco de México incluyó la imagen de “El castillo”, procedente de este mismo sitio, en los billetes de mil pesos y en 1993 esta misma se incluyó como parte de las monedas de plata de la serie precolombina dedicada a la Cultura Maya.
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LA NUEVA COLECCIÓN Las especificaciones de las cinco piezas que ahora comentamos quedaron rigurosamente establecidas en el decreto que publicó el Diario Oficial de la Federación el 28 de abril de 2010. Allí se señala que todas serían de plata Ley 0.999 y se establecen sus diámetros, pesos, valores nominales y la descripción de los elementos que deberían mostrarse en cada una de sus caras, incluyéndose un artículo transitorio que faculta a la Casa de Moneda para realizar “los ajustes técnicos que se requieran”, siempre en concordancia con “las características de las monedas descritas en el presente decreto”. Se trata, pues, de cinco piezas que tienen un anverso común con un relieve escultórico del Escudo Nacional al CECA
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centro, circundado en la parte superior por la leyenda “ESTADOS UNIDOS MEXICANOS”, y todo ello rodeado por diferentes escudos que nuestro país ha utilizado en diferentes etapas de su historia, incluyendo el que aparece en el Códice Mendocino. La colección consta de una pieza de cinco onzas, diámetro de 65 mm y peso de 155.515 gramos con valor nominal de veinte pesos, en cuyo reverso aparece la imagen de la pirámide de Kukulcán o del Castillo; una de dos onzas, con diámetro de 48 mm, peso de 62.206 gramos y valor nominal de diez pesos con el Templo de los Guerreros y tres de una onza, diámetro de 40 mm, 31.103 gramos de peso y valor nominal de cinco pesos. Las imágenes que estas últimas ostentan en sus reversos corresponden a los edificios conocidos como Casa de las Monjas, El Observatorio y La Iglesia.
I. Características físicas a) Valor nominal b) Forma c) Diámetro d) Canto e) Ley f) Peso g) Contenido h) Tolerancia en Ley i) Tolerancia en peso
II. Descripción a) Anverso común b) Reverso
Cinco pesos Circular 40.0 mm Estriado 0.999 mínimo de plata pura 31.103 g, equivalentes a una onza troy 1 onza troy de plata pura 0.001 (un milésimo) en más Por unidad: 0.175 g. Por conjunto de mil piezas: 1 g. Ambas en más o en menos.
En el campo superior, al centro en semicírculo el nombre “CHICHÉN ITZÁ”, al centro el edificio de la casa de las monjas perteneciente a la Cultura Maya, con profusa decoración labrada en piedra en el que se observan figuras del Dios Chaac, debajo de éste centrada la palabra “CASA DE LAS MONJAS” (sic); en el campo izquierdo el signo de pesos “$” continuo el número “5”, en el campo derecho la ceca de la Casa de Moneda de México, debajo el número “070707”. El marco liso.
* Datos tomados del decreto publicado en el DOF, 28/04/2010. La colección puede adquirirse en el Centro de Distribución de la Casa de Moneda en México, D. F. (55) 5080 9851.
EL GALARDÓN Así como la elección de la pirámide de Kukulcán en Chichén Itzá entre las Siete Nuevas Maravillas del Mundo se realizó con el apoyo de las nuevas tecnologías de la comunicación que permitieron participar a decenas de miles de votantes en todo el mundo, este año se organizó el Sexto Concurso Internacional de Monedas Conmemorativas Coin Constellation 2012, en el que se eligió a través de internet a una de las piezas de nuestra serie como la merecedora del galardón a la moneda más bella entre las participantes. La moneda elegida fue la que corresponde a la Casa de las Monjas y el anuncio oficial del premio se hizo a mediados de junio en el marco de la Tercera Conferencia y Exhibición Internacional COINS-2012, realizada en Moscú, Rusia. Este reconocimiento al arte de nuestros grabadores y escultores confirma una vez más la calidad del trabajo que se encuentra en cada uno de los productos de la Casa de Moneda de México, al sumarse a los obtenidos en las reuniones internacionales de directores de casas de moneda celebradas en Busán, Korea, en 2008 y Canberra, Australia, en 2010.
ANVERSO COMÚN
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EL MUSEO NUMISMÁTICO NACIONAL POR RAÚL MONTALVO FERRÁEZ a labor esencial de un museo es ofrecer a sus visitantes una perspectiva que les permita enriquecer la manera en que se relacionan con la parte de la realidad en la que éste se especializa. No se trata, entonces, solamente de conservar y exhibir un conjunto de piezas, por mucho que se les acompañe de ciertos datos; lo importante es crear las condiciones para que el público las descubra y les dé un significado propio.
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En mayor o menor medida, todos tenemos una idea de cómo desarrollan esa labor y qué podemos esperar de museos especializados en obras de arte, vestigios arqueológicos o muchos más que definen claramente en sus propios nombres los temas que abordan: museos de las ciudades, de los oficios, de algún periodo o episodio histórico, e incluso los que nos ofrecen un modo distinto de ver objetos de uso tan cotidiano como juguetes y zapatos. En contraste, la idea de un “museo numismático” parecería limitarnos al pequeño grupo de especialistas que saben que “nvmisma” es la palabra para decir “moneda” en latín. He aquí una primera aclaración que nos muestra la función del museo como vínculo entre los especialistas y el amplio público al que aspira: un camino de doble sentido en que buscamos poner al alcance de todos el saber desarrollado por los especialistas, pero también enriquecer ese saber atendiendo a las inquietudes de quienes no lo son; el camino que el saber recorre para volverse parte de eso que llamamos “cultura” y que los museos vamos abriendo para el público.
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EL MUSEO NUMISMÁTICO NACIONAL
EL MUSEO NUMISMÁTICO NACIONAL
Animados por estas ideas, en el Museo Numismático Nacional estamos empeñados en hacer de la numismática una aventura que abra las puertas al descubrimiento de lo que nuestras monedas representan. Este enfoque general, que buscamos aplicar de manera accesible, clara e incluso divertida, conservando al mismo tiempo el rigor científico necesario, nos permite comunicar a los pocos nos dedicamos a las monedas con quienes simplemente las utilizan en la vida diaria, particularmente, los niños. Someternos a sus preguntas, muchas veces inesperadas, sorprendernos con sus observaciones y acompañarlos en sus descubrimientos es uno de nuestros grandes privilegios.
MONEDA, MEMORIA Y SÍMBOLO La moneda es algo tan integrado a nuestra vida cotidiana que se va haciendo invisible. Día con día, nos limitamos a gastarla, cargarla o almacenarla y nos conformamos con una idea muy general sobre su valor, los materiales en que está hecha o las figuras y leyendas que en ella aparecen, apenas lo necesario para distinguirlas por sus denominaciones o de otros objetos similares. Este es, en general nuestro punto de partida para entrar al mundo de la numismática. Íntimamente ligada a la historia de la plata, la de nuestras monedas aporta importantes datos sobre la minería y la manera en que evolucionó hasta hacer de nuestro país su más importante productor a nivel internacional, datos que encontramos en las mismas monedas así como en muy diversos documentos. En efecto, la necesidad de disponer de moneda para facilitar las muy diversas transacciones que implicaba la enorme empresa de la conquista hizo que la Corona autorizara la instalación en México de una casa de moneda en 1535, la primera en el Nuevo Mundo, cuando aún no se conocían sus límites. Las estrictas condiciones de calidad establecidas en las Reales Ordenanzas que le dieron origen, pronto se tradujeron en un vasto dominio de las técnicas y conocimientos necesarios para asegurar la ley y el procesamiento del metal, afincando su prestigio. Esto, aunado al auge de la minería platera y al descubrimiento de la ruta que permitió establecer el comercio entre Filipinas y Acapulco desde el siglo XVI hizo que nuestra moneda circulara como moneda corriente en todo el mundo durante más de 350 años. Sus funciones como medida de valor y como medio de intercambio, tan importantes para la economía nacional que la convierten en su representación elemental, nos explican los rigurosos mecanismos empleados para cuidarla, desde su diseño hasta nuestros bolsillos: desde la selección de las imágenes que se pueden emplear en ella hasta las facultades del Banco de México para controlar su circulación, pasando por los estrictos controles de calidad en su fabricación. Se trata, en suma, de toda una serie de consideraciones económicas, legales, artísticas y técnicas que hacen de cada moneda un fiel reflejo de la sociedad que la produce. En el aspecto simbólico, la importancia de la moneda se subraya por la utilización en su anverso del escudo nacional, uno de nuestros símbolos patrios, lo que significa que no solamente se trata de un emblema como otros en los que los mexicanos nos reconocemos, sino de uno al que le hemos dado el rango de oficial. Si a esto agregamos que las imágenes del reverso buscan reforzar esta idea de identidad y unidad nacional, y observamos las variaciones, tanto en nuestro escudo como
en las imágenes del reverso, podremos ver cómo la moneda conserva la memoria de una sociedad en un momento particular. Cumple, así, además de su función específica, la de ser testimonio de nuestra historia en el que podemos observar la formación y evolución de nuestra identidad desde su cambio más radical, la Independencia, en que se van abandonando los símbolos que nos ligaban a España, hasta los que expresan la evolución de lo que se considera bello y digno. Así, las monedas nos muestran también cómo cambian los estilos artísticos y cómo la necesidad de representar a toda la nación hace que los más novedosos solamente se reflejen en ellas cuando han sido generalmente aceptados. Conviene, en este punto, acudir a los especialistas para ampliar nuestro horizonte, pues la numismática no se ocupa solamente de las monedas, sino también de las medallas. Contra lo que popularmente se piensa, éstas últimas no se limitan a las que se cuelgan, ni son todas de carácter religioso. Son, en general, pequeñas piezas metálicas redondas que, como las monedas, presentan imágenes con las que se identifica un grupo de personas.
Su principal diferencia con las monedas es que cualquiera puede emitir medallas e incluir en ellas cualquier tipo de imagen a excepción del escudo nacional y la indicación de un valor en pesos, por lo que éstas no sirven para comprar y su valor reside en el de los materiales y el trabajo empleados en producirlas y en el que personalmente cada quién les atribuya. En el aspecto artístico, al igual que en las monedas, se busca honrar las imágenes que allí se plasman con un trabajo de la más alta calidad, aunque el hecho de no tener que representar a todos sino tan sólo a un grupo determinado, permite que sus diseños adopten antes los estilos más audaces. Un hecho fundamental que nos habla de la importancia de las artes en la numismática es el arribo a nuestra ceca, en 1778, del ilustre maestro Gerónimo Antonio Gil, egresado de la Academia de San Fernando, quien venía a adiestrar a los grabadores de la Casa en el manejo del estilo neoclásico que ya entonces se imponía en Europa. Tales fueron el interés y el éxito de las primeras lecciones impartidas por Gil que pronto surgió la idea de que México contara con su propia Academia, idea que fue tomando forma con el apoyo del director de la Casa de Moneda y se concretó en 1881 con la apertura de la Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos, la misma que hoy forma parte de la UNAM y que funcionó durante sus diez primeros años dentro de la ceca, dando un notable impulso a la calidad artística de sus productos. Historia, industria y arte aparecen así, en primera instancia, como las tres principales áreas de interés de nuestros visitantes, a las que día con día se suman las más diversas inquietudes: químicos que quieren conocer los procesos de aleación y ensaye, contadores en búsqueda de antiguos métodos de control y registro, restauradores y estudiantes de escuelas técnicas fascinados por nuestro acervo de maquinaria, arquitectos, antropólogos y los miles que llegan con una vaga idea y salen del Museo resueltos a iniciar una colección numismática o con los elementos básicos para organizar las monedas que han venido guardando en algún cajón.
NUESTROS TESOROS
Medalla conmemorativa Grupo Jumex para celebrar sus 50 años.
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Quienes tienen ya una idea básica de la numismática esperan encontrar en el Museo una galería en la que se exhiban monedas y medallas. Esta es, en efecto, una de las colecciones que lo integran, aunque no la única. Su ubicación y su privilegiada misión como guardián y divulgador de la historia de la Casa de Moneda le han favorecido con un rico
patrimonio que se divide en cuatro partes: la arquitectónica, la tecnológica, la numismática y la documental. En el aspecto arquitectónico, el inmueble que alberga nuestras instalaciones tiene una historia propia, aún por escribirse, que se remonta a fines del siglo XVIII, cuando se construyeron sus primeras naves para realizar en ellas el “apartado”. Este era un proceso industrial por medio del cual se separaba el oro que de manera natural venía asociado con la plata que se extraía de las minas, cuyo primer concesionario en México hubo de establecerse en lo que entonces eran los límites de la ciudad, lo que convirtió al edificio en un polo de urbanización de tal importancia que dio a la calle el nombre que aún conserva. A mediados del siglo XIX, Antonio López de Santa Anna dispuso la remodelación del inmueble, en la que intervino el afamado arquitecto Lorenzo de la Hidalga, a quien debemos el magnífico patio central de dos niveles que sigue asombrando a nuestros visitantes, así como el acertijo oculto en su barandal. Apenas unos años después, la ruinosa situación de la Casa de Moneda, ubicada entonces a un costado del Palacio Nacional, en la calle a la que dio su nombre, hizo que se ordenara su traslado al inmueble de Apartado, lo que requirió nuevas modificaciones. Ya durante el porfiriato, ante el declive del apartado y la acelerada demanda de circulante, se adquirieron terrenos colindantes y se erigieron nuevas naves, acordes con el afrancesado estilo de la época. Una última reestructuración emprendida a finales de
Academia de las Tres Nobles Artes de San Carlos. FOTO: THELMADATTER
Patio central Museo Numismático Nacional.
los años veinte dio al inmueble el aspecto general que todavía conserva y con el que fue decretado monumento nacional en 1931. Como puede observarse, una importante singularidad de nuestra sede es que constituye, en sí misma, una galería de soluciones y estilos arquitectónicos específicamente industriales, enclavada, además, en el corazón del Centro Histórico de la capital. Entre sus colecciones, destaca y lo hace único la de patrimonio industrial. Son, en lo fundamental, las máquinas adquiridas a raíz del traslado de la ceca a Apartado en 1848 y que se conservan como estaban cuando se canceló la producción en esta planta en 1992 para mostrarnos completo el proceso que iniciaba con la fundición y aleación de los metales y culminaba en la acuñación. En efecto, adquiridas a mediados del siglo XIX como máquinas de vapor, la gran mayoría de éstas fueron adaptadas, a principios del XX para funcionar a base de la entonces novedosa 17
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Trabajador con rielera (C.a. 1907)
energía eléctrica. Hay, ciertamente, tres de fabricación estadounidense, eléctricas desde su origen, adquiridas en los años veinte, aunque lo más importante son las que se inventaron, diseñaron y fabricaron por los propios trabajadores de la Casa, desde las rieleras de fundición que en 1906 permitieron un impresionante despegue de la productividad y continuaron funcionando hasta el final, hasta instrumentos de precisión como las balanzas de todos tamaños, indispensables para el control de calidad en cada etapa del proceso. Son hornos, rieleras, laminadoras, cortadoras de cospel, prensas de acuñación y toda la serie de máquinas y herramientas necesarias para convertir los metales en monedas que no sólo se conservan sino que nuestros visitantes pueden ver funcionando. Por su parte, la colección numismática, con más de 18 mil piezas, conserva desde las primeras monedas acuñadas en América hasta las que actualmente utilizamos, y está representada por una selección de más de 500 ejemplares que, además de monedas y medallas, incluye una importante muestra de los herramentales utilizados en su acuñación en la que podemos apreciar el arte de diseñadores, dibujantes, escultores y grabadores. Acompañando a la serie de monedas de curso legal que han circulado en nuestro país desde hace más de 478 años, nuestra Sala de Numismática muestra las “monedas de guerra” que se produjeron y circularon durante la Independencia y la Revolución, “pseudomonedas” como los tlacos y pilones utilizados en diferentes regiones por hacendados y comerciantes, monedas conmemorativas altamente apreciadas por los coleccionistas, muestras de las monedas acuñadas en México para otros países y ejemplares de las monedas que se utilizan en otras partes, así como algunas pruebas que no llegaron a entrar en circulación, piezas únicas realizadas por la Casa de Moneda y características de su acervo.
Otro de nuestros tesoros es la colección de documentos relacionados con esta larga y rica historia que incluye, además de los que se refieren específicamente a la Casa de Moneda de México, su administración, operaciones y productos, importantes materiales sobre sus relaciones con las autoridades desde la época del virreinato, su papel en el control del manejo de la plata durante la Colonia, el surgimiento y evolución de las casas de moneda que hubo en los estados, así como de las oficinas de ensaye, donde se certificaba la calidad de los metales. Este importante acervo, prácticamente inexplorado hasta hace algunos años, empezó a sistematizarse en 2010 por un equipo de especialistas en historia, archivonomía e informática que, tras establecer sus criterios de conservación, clasificación y consulta emprendió la enorme tarea de limpiar, identificar, paleografiar y catalogar cada documento, un proceso en el que se han producido nuevos hallazgos como el de originales que se remontan hasta 1640, o series completas que se encontraban traspapeladas. Poner a disposición de todo el público a través de nuestra página de internet este importante acervo, así como las imágenes y fichas de las piezas de nuestra Sala de Numismática son los siguientes pasos que nos hemos fijado para cumplir la misión de difundir la historia e importancia de la Casa de Moneda de México. Mientras, le invitamos a descubrir el Museo Numismático Nacional, donde estos tesoros cobran vida en el encuentro con sus visitantes.
Operador junto a una prensa James Watt de 1882 CECA
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PRODUCCIÓN DE MONEDA O MEDALLA Diseñar una moneda o medalla, requiere tiempo, estudio profundo, talento creativo, esfuerzo y experiencia.
POR ALFONSO RODRÍGUEZ FACIO
DISEÑO ARTÍSTICO l proceso creativo de un diseño, se inicia cuando el Banco de México o un cliente particular, nacional o internacional solicita a Casa de Moneda de México la realización de un proyecto, entregando los datos de entrada, especificando el tema que deberá ostentar, su diámetro, leyendas y el metal en que será acuñada; la planeación, investigación y desarrollo del tema lo realizan los diseñadores especializados, quienes después de haber realizado una carrera universitaria en Diseño Gráfico, Diseño Industrial o Artes Plásticas y previa selección, se les capacita por un periodo de cuatro años o más dentro de esta Institución, para que cuenten con los conocimientos necesarios y así lograr proyectar los diseños. Diseñar una moneda o medalla, requiere tiempo, estudio profundo, talento creativo, esfuerzo y experiencia, el proceso creativo es mucho más complejo de lo que parece
FOTOS: Sergio Benítez Maldonado
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a simple vista, para dominar las distintas acciones necesarias y conectar las diversas fases, definir el concepto, la investigación del tema, la proporción de los elementos de acuerdo a su jerarquización, son fortalezas que domina el creativo para que los diseños cumplan con los requerimientos de nuestros clientes. El desarrollar el diseño artístico para una moneda o medalla, es fundamental el dominio de los procesos complementarios en la ruta para su producción industrial; visualizar los distintos tipos de acabados que tendrá el producto final; así como el conocimiento de los metales en que será acuñada la pieza, son conceptos que le servirán al diseñador artístico para lograr una moneda o medalla de fina factura. Generalmente el motivo principal debe cubrir un setenta por ciento de la moneda; 20% se asigna a los textos o elementos ornamentales, en tanto que la gráfila y el marco ocupan un 10%. La variación de estos porcentajes debe ser 21
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PRODUCCIÓN DE MONEDA O MEDALLA
PRODUCCIÓN DE MONEDA O MEDALLA
textos y elementos que componen el anverso y el reverso de la pieza.
ARCHIVO Digitalización con rayo laser
Con plataforma MAC y los programas Finish Designer y Art Cam Pro, que permiten incorporar los motivos principales, leyendas complementarias, etc., y así crear un archivo en 3D de la moneda o medalla al tamaño, para enviar al área de Pantógrafos e iniciar la reducción de los grabados.
ELABORACIÓN DEL GRABADO DE PUNZONES DE TRABAJO O TROQUELES DIRECTOS Este proceso consiste en la obtención del grabado en la cara de un cilindro de acero en positivo, si es punzón o hueco grabado o troquel al tamaño de la moneda o medalla, a partir de un archivo en 3D elaborado por los grabadores, el archivo es recibido en el área — de equipos reductores de sistema Baublys (pantógrafos — el técnico Pantografista calcula de acuerdo a la altura del grabado y su diámetro el afilado de los cortadores que deberán intervenir, es decir uno o más desbastes y el acabado final. Este proceso está automatizado, lo cual permite que una vez programados los cortes con sus respectivos tiempos, tiene un trabajo continuo de 4 a 110 horas, de acuerdo al diámetro y altura del grabado de la moneda o medalla. Dicho equipo realiza los grabados de punzones o troqueles con máxima fidelidad y puede realizar los grabados de un solo tema en diferentes diámetros, para formar familias con idénticos grabados. Una vez terminada la reducción, esta herramienta se envía al área de Fabricación de Troqueles y Herramientas Especiales para el maquinado del cuerpo, ya sea como punzón o troquel, de acuerdo a especificaciones emitidas por la Gerencia de Ingeniería. Después del maquinado, usando un microscopio el grabador afina y detalla el grabado del punzón o troquel con buriles y pule hasta darle un terminado óptimo, posteriormente se envía a la Gerencia de Fabricación de Troqueles y Htas. Especiales para su tratamiento térmico (endurecimiento), con estos punzones se realiza la reproducción de troqueles que serán utilizados en la acuñación de metales finos o metales industriales.
El escultor modela el motivo en plastilina
mínima debido a que el tema principal nunca debe perder relevancia frente las formas complementarias. La moneda o medalla debe ser fácilmente identificable en su forma y denominación. Por ello, los elementos que la componen deben apreciarse, sin perder su sentido estético a una distancia de veinte centímetros. La Casa de Moneda cuenta con tecnología de punta con programas digitales que se utilizan para desarrollar los diseños. También es posible realizar retoques fotográficos y agregar texturas que permiten lograr una alta fidelidad. Estas herramientas se utilizan para mostrar a los clientes, los diseños en 3D las imágenes de la que será la nueva moneda o medalla con el espesor, diámetro, relieve y color del metal o metales que serán utilizados en la acuñación.
ESCULTURA EN PLASTILINA Con base en los diseños aprobados por el cliente Banco de México o particulares, el escultor procede a modelar el motivo en plastilina sobre un disco de acrílico para darle la altura y el volumen que le corresponda, de acuerdo a la plasticidad del metal en que se acuñara la moneda o medalla. El disco de acrílico que se utiliza tiene el diámetro a escala mayor que la moneda o medalla — que va de 4 a 5 veces — con la finalidad de poderlo trabajar con mayor facilidad y que al reducirlo se obtengan detalles que serían difíciles de grabar en su tamaño real. El grabador esculpe el diseño del anverso y reverso de la moneda o medalla con herramientas llamadas “estiques”, estos instrumentos son fabricados por el mismo escultor en madera o metal y tienen diferentes características, de acuerdo con la forma y el grado de detalle que se requiere lograr en el trabajo de la escultura. Las características de este relieve dependen del diámetro, espesor y forma de la pieza que se diseñará. Una vez concluida la escultura en plastilina, es sometida a una revisión por parte de otro escultor, quien verifica que cumple con las características del diseño que fue aceptado por el cliente; concluido con este requisito, se coloca sobre un escáner para su digitalización con rayo laser y así obtener un archivo tridimensional, que sirve de base para complementar con los CECA
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El grabador afina y detalla el grabado del punzón o troquel usando un microscopio
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ABRAHAM DELGADILLO LA VOLUNTAD DEL ARTE POR EQUIPO EDITORIAL
Momentos Oleo sobre tela 190 x 126cm
n no pocas ocasiones ocurre que, en diversos ámbitos de la vida, sin saberlo nos hallamos conviviendo con personas cuyos talentos superan por mucho la idea que tenemos de ellas; personas que al paso del tiempo se convierten en personajes históricos, ya que están tocados por un encanto especial que los hace únicos. De tal modo que resulta enorgullecedor el reconocer, a veces tardíamente, el valor intrínseco de ese antiguo compañero de trabajo, de aula o incluso de fiesta. En ese sentido, ¿quién diría que Abraham Delgadillo Sánchez, un ex trabajador de Casa de Moneda de México, llegaría a ser reconocido como uno de los pintores jóvenes más importantes de la nueva generación? El mismo jovencito que pasó en 2009 por el Área de Grabado, es uno de los artistas más prometedores de la creación plástica en San Luis Potosí. Sus manos fueron responsables de la elaboración de algunas de las efigies históricas que hoy llevan la ceca de Casa de Moneda de México; y por ello bien vale la pena asomarnos un poco a su creación visual, y rendirle un merecido reconocimiento al ex compañero que decidió embarcarse en su propia navegación estética. A inicios del siglo XXI, la ciudad de San Luis Potosí vio emerger una generación de artistas que rescataban la tradición pictórica europea de la figura humana en sus lienzos. Entre ellos se encuentra Abraham Delgadillo, quien nació el 23 de septiembre de 1986 en la ciudad de San Luis Potosí. A la edad de 11 años comenzó a estudiar pintura al óleo en el taller de la maestra Marta Carrera. Desde ahí comenzó a pulirse en la creación y recreación de paisajes. En el 2005 y contando con solo 19 años, obtuvo el Premio 20 de Noviembre -entregado por el entonces Gobernador del Estado de San Luis Potosí y hoy Director General de Casa de Moneda de México, Marcelo de los Santos Fraga- en la categoría de Pintura. En 2006 fue seleccionado para el XXVI Encuentro Nacional de Arte Joven, y participó en una exposición colectiva en el Faro
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Autoretrato 2012
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OBRA PLÁSTICA ABRAHAM DELGADILLO
OBRA PLÁSTICA ABRAHAM DELGADILLO
de Oriente del Distrito Federal. Ese mismo año tuvo la oportunidad de hacer un viaje a Europa para con ello ampliar sus conocimientos sobre Arte Clásico. A su regreso obtuvo el Segundo Lugar en el Concurso Nacional Anna Sokolow en 2007. Un año después participó en la muestra colectiva “Orígenes” en el Museo Francisco Cossío de su ciudad natal. En 2009 inauguró su primera exposición internacional en el Consulado de México en Dallas, Texas; ingresó a la Escuela Estatal de Artes Plásticas, y laboró en la Casa de Moneda de México, en el Área de Grabado, donde contribuyó en la elaboración de diseños para los retratos de personajes históricos como Josefa Ortiz de Domínguez y José María Pino Suarez, entre otros. A su salida de Casa de Moneda de México, obtuvo Mención Honorifica en el Premio 20 de Noviembre, dentro de la categoría de Escultura, en 2010. En 2012 dio apertura a su primera exposición individual bajo el título “Interior”, la cual fue expuesta en el Museo Nacional de la Máscara. En la actualidad, labora como docente en la Universidad Politécnica de San Luis Potosí, al frente del Taller de Artes Plásticas. Su mail es maharba_0@hotmail.com
Autoretrato en Negro Oleo sobre tela 15 x 20cm
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Renacer
Transición
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ING. JUAN MANUEL SHIGUETOMI VILLEGAS
TRADICIÓN Y EVOLUCIÓN ING. JUAN MANUEL SHIGUETOMI VILLEGAS Director de Operaciones de Casa de Moneda de México POR KATYA CASTILLO DE LA PEÑA
sted es uno de los servidores públicos de mayor trayectoria en Casa de Moneda de México, y uno de los responsables de su modernización tecnológica. ¿Nos podría decir brevemente desde cuándo sirve a Casa de Moneda de México? He tenido el honor y orgullo de trabajar para Casa de Moneda desde julio de 1983, desde la instalación de equipos en esta Planta. En los últimos 10 años he desempeñado mi cargo actual, lo que me ha permitido participar directamente en el crecimiento de esta muy importante Institución Mexicana.
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Para resaltar lo interesante del proceso de producción de nuestra moneda y de la cantidad de actividades y productos que en esta planta se elaboran y que mucha gente desconoce, ¿nos podría dar una breve reseña al respecto? En los ya cerca de 500 años que tiene la Casa de Moneda de México el proceso productivo ha pasado por diferentes etapas, de acuerdo a las características de las monedas. En un inicio era común tener monedas de plata y posteriormente, debido sobre todo al costo de los materiales, éstos han variado. Se han tenido monedas de níquel y de cuproníquel, hasta llegar a las de las aleaciones actuales que son las conocidas como bronce-aluminio y acero inoxidable. La otra aleación utilizada es la conocida como alpaca o “plata alemana”, con un contenido de 65 por ciento de cobre y 10 por ciento de níquel, siendo el resto zinc. Hasta antes de la instalación de la planta de San Luis Potosí el proceso productivo del cospel era aquel conocido como un proceso integrado, lo que significa que todo el metal utilizado en las monedas y en las medallas era fundido y laminado en las propias instalaciones. Actualmente solo se mantiene como proceso integrado lo que respecta a los metales finos. En la planta de San Luis Potosí, inaugurada el 6 de octubre de 1983, se comenzó la acuñación de acero inoxidable, acuñando cospel proveniente de la Productora de Cospeles (Procossa) y de Mexicana de Cospeles. En 1992 Procossa pasó a ser parte de la Casa de Moneda, continuando allí con la producción hasta el 2006, año en que inició la línea de cospeleo dentro de las propias instalaciones de Casa de Moneda.
El acero inoxidable es una aleación menos cara que las de cobre, aunque con una alta dureza, por lo que a muchas Casas de Moneda de otros países no les es atractivo utilizarlo. Un propósito que nos fijamos desde un inicio con el uso de esta aleación en nuestra moneda fue el mantener un alto relieve en nuestros diseños, pues ha sido una característica que nos ha distinguido aún en el extranjero. Afortunadamente fue un logro más de la Casa de Moneda de México, lo que nos ha dado una experiencia reconocida internacionalmente en la fabricación de moneda de acero inoxidable. Al ver una moneda podemos imaginarnos que su fabricación es muy sencilla. ¿Qué nos puede comentar al respecto? La fabricación de la moneda, como cualquier otro producto, tiene características especiales y propias. En nuestro caso tenemos que trabajar con tolerancias muy cerradas desde la materia prima, los herramentales, el cospel, los atributos y variables del producto terminado, hasta la precisión en el conteo. Por el tipo de producto de que se trata, nuestros controles son muy estrictos, lo mismo que la exigencia en nuestras entregas. Cada etapa del proceso es un capítulo aparte, ya que hay procesos artísticos, mecánicos, químicos, tratamientos térmicos y superficiales, inspección, análisis, controles, etcétera, hasta llegar al producto final.
Prensa de última tecnología Schuler MRV-300, con equipo adicional de golpe múltiple y ring master, la cual nos convierte en la Casa de Moneda pionera en acuñación de medalla trimetálica.
tecnología e innovación. Hoy en día contamos con equipos vanguardistas de alta tecnología, lo que nos ha posicionado entre una de las mejores Casas de Moneda del Mundo.
en Europa, Canadá y Estados Unidos de América se tiene desarrollada una cultura numismática, la gente busca, está al pendiente y adquiere nuevas piezas. En México debemos trabajar mucho para incrementar el gusto por la numismática, lo que se está logrando aunque hasta ahora en forma muy lenta. Se ha dicho que la subsistencia de la moneda dependerá en gran parte del atractivo que represente para los clientes, sobre todo en cuanto a la belleza de los diseños y a su presentación.
En los 477 años de historia y cambios por ¿Cuáles serian hoy en día los principales los que ha pasado la Institución, ¿cuáles retos tecnológicos a los que se enfrenta definiría los sucesos más destacados el mundo numismático? ¿Cómo está que han marcado el rumbo y el ahora de respondiendo Casa de Moneda ante Casa de Moneda de México? ellos? Durante su historia, la Casa de Moneda de Se ha comentado mucho el futuro de la México ha vivido etapas importantes que moneda metálica, lo que es una gran la han marcado positivamente. Algunos de preocupación compartida, dado el avance De acuerdo a su experiencia, ¿Como los principales eventos son: el cada vez mayor del uso del llamado dinero ubicaría a México dentro del ámbito reconocimiento de la moneda mexicana, electrónico. Las tarjetas de crédito y de tecnológico y la producción de su que llegó a ser totalmente aceptada como débito, las pre-pagadas, los pagos y moneda? moneda de circulación durante muchos transferencias electrónicas y todas las Si bien hay otras Casas de Moneda que años en países de Asia y de Europa; la operaciones mercantiles y financieras de tienen piezas muy bonitas y de excelente fabricación de monedas y cospeles a más este tipo, hasta el famoso redondeo, llevan calidad, puedo decir de 40 países a lo que en México no largo de los años; el nos quedamos atrás. reconocimiento inHe tenido el honor y orgullo de trabajar para Casa de Hay cosas que ternacional a la Moneda desde julio de 1983. En los últimos 10 años he sabemos que debecalidad y belleza de desempeñado mi cargo actual, lo que me ha permitido mos mejorar, así sus productos, a participar directamente en el crecimiento de esta muy como otras que través de diversos importante Institución Mexicana. vemos mejores en premios. Todo ello, nuestra planta y en por supuesto, granuestros productos. Con el programa de cias al esfuerzo y compromiso de nuestros a una reducción en el uso de la moneda Modernización que se ha estado trabajadores, siempre dispuestos a cumplir metálica. Este es quizá el mayor reto que efectuando y en el que me ha tocado y dar lo mejor de si mismos. Por supuesto se tiene en el futuro, lo que debemos participar activamente, gracias al decidido que Casa de Moneda de México ha tenido afrontar tratando de lograr una mayor apoyo de la Dirección General, los una transformación completa, lo que ha aceptación y penetración de nuestros procesos en Casa de Moneda de México significado una importante inversión productos. se han transformado, haciéndolos cada económica y humana en términos de Por otra parte es importante señalar que 29
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ING. JUAN MANUEL SHIGUETOMI VILLEGAS
vez más eficientes y obteniendo muy buenos resultados. Aun cuando este programa no ha terminado, como lo mencioné antes, podemos decir que ya nos encontramos ubicados entre las mejores Casas de Moneda del Mundo. Hemos podido vencer grandes retos como la producción de arillos de acero inoxidable con troquel progresivo, gracias al trabajo en equipo y a observaciones y contribuciones de nuestro personal, lo que ha llevado a nuestros proveedores fabricantes a adoptar varias de esas mejoras. Por otro lado, el volumen de producción de nuestra moneda obedece a las Órdenes de Acuñación que nos da el Banco de México. Actualmente tenemos un promedio anual de acuñación de 1,500 millones de monedas de curso legal y un millón de monedas en metales finos. En este aspecto cada país necesita diferentes cantidades de moneda, según sea su población y características de su economía.
Tren Revolucionario. Moneda Más Bella del Mundo. Canberra, Australia, 2010
Sabemos que Casa de Moneda cuenta con tecnología de punta, capaz de producir monedas con reconocimientos y logros mundiales ¿Qué nos podría compartir en este aspecto? En los últimos años dos de nuestros productos han obtenido la Presea a la Moneda Más Bella del Mundo, por parte de la Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda: En Busán, Corea del Sur en 2008, con la pieza denominada La Piedra de los Soles; en Canberra, Australia, en 2010, con la moneda conocida como El Tren Revolucionario; en tanto que en este año se obtuvo el People´s Choice Award (Premio elegido por la gente) en Moscú, Rusia, que es un galardón otorgado por decisión de internautas de todo el mundo, que tuvieron la oportunidad de emitir su voto, favoreciendo la mayoría de ellos a la moneda de plata alusiva al complejo arquitectónico de Chichén Itzá, denomi-nada la Casa de las Monjas. Como en todo, hay que ir evolucionando. Los procesos van mejorando, para lo que los equipos van introduciendo nueva tecnología. La cuestión reside en encontrar un equilibrio entre los diversos factores que intervienen en la producción y las necesidades internas, hábitos, normas y procedimientos de funcionamiento. Hay que saber vencer la resistencia a los cambios. La empresa debe involucrarse sin imponer soluciones que no se ajusten a la realidad y a la vez hay que tener siempre una actitud positiva y una voluntad de adaptación a sistemas más eficientes. Actualmente estamos trabajando en el desarrollo de nuevos productos, donde tenemos contemplado introducir nuevas tecnologías, para producir diseños modernos, piezas no redondas, monometálicas, bimetálicas y hasta trimetálicas en producción automatizada, entre otras cosas. No es un proceso fácil, pero estamos seguros de lograrlo. A fines del año pasado recibimos una prensa de acuñación Schuler MRV-300, preparada para la acuñación de piezas trimetálicas circulares y no circulares. Hay que resaltar que esto es el resultado de un desarrollo técnico conjunto entre Casa de Moneda de México y Schuler y es actualmente la única en el mundo, lo que nos coloca a la vanguardia. ¿Cómo visualiza a Casa de Moneda en los próximos años? Lo que me ha tocado vivir en esta Institución, me hace ver una Casa de Moneda siempre atenta a los cambios, dinámica, dispuesta a seguir afrontando retos y a tener buenos logros. Para ello debemos prepararnos fuerte y decididamente, siempre con una actitud positiva, y así vencer los desafíos venideros. En nuestras manos está gran parte de los resultados y tenemos la obligación de conservar y en lo posible mejorar la trayectoria de la Casa de Moneda de México para que se transforme en una empresa cada vez más fuerte y consolidada. Gracias a los trabajadores, al soporte administrativo, al respaldo de la Dirección General, a la tecnología y al apoyo de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México, hoy tenemos capacidad para responder no solamente a la demanda actual de México, sino también a retos del futuro.
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Prensa SCHULER Prensa de corte con vista al desenrrollador, adquirida en 2009
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FOTO: Ricardo González Perera
INICIO DE UNA COLECCIÓN DE MONEDAS
corcholatas, piedras (mejor aún si estas son preciosas) cuyo valor es más bien simbólico, emocional. De esa forma los niños aprenden lo que es una dinámica económica en micro, y comprenden lo que significa reunir monedas para lograr un bien superior. Estudios de mercado muestran que quien de niño recibe una moneda como recompensa, tiene un potencial importante de hacer lo mismo a partir de su juventud o madurez, ya que las monedas marcan hitos en la vida de quien las recibe. Las monedas y medallas son referentes de momentos entrañables del individuo, como lo es el haber ganado una competencia, el reconocimiento al esfuerzo escolar, el recuerdo de los abuelos (no necesariamente por el valor intrínseco de las mismas sino por lo que evoca sentimentalmente), el suvenir de un viaje importante, la primer forma de ahorro que se realizó con los padres, el primer pago recibido, etcétera. Estas son solo algunas referencias, pero en todos los casos, la acumulación de monedas o medallas, siempre nos remite a aspectos positivos. Aunado a lo anterior, nadie tira dinero; es decir: estas piezas se guardan siempre como un recurso de apoyo emergente, incluso pasando de generación en generación. En diversas culturas, regalar monedas es una acción que denota un buen deseo para el otro, dejando ver de manera clara o velada el anhelo de que el otro tenga fortuna y bienestar. Por ello a lo largo de la historia del ser humano se ha llegado, incluso, a utilizar una moneda como amuleto de buena suerte; y en la literatura infantil, se nos ha reiterado que una buena recompensa se asocia con el brillo, el peso y el valor de unas monedas de metal precioso. Por citar algunos, recuerdo aquel cuento que habla del
El Fin del Mundo es, por ello, el mejor momento para iniciar una colección de monedas de Casa de Moneda de México. En su versión trimetálica, esta moneda incluye un libro explicativo de los elementos que aparecen en esta pieza, como lo son el aro del juego de pelota, la numeración y meses mayas, así como la llegada de Kukulcán a la tierra en el solsticio de verano. Dichos textos se presentan en 4 diferentes idiomas: español, inglés, francés y mandarín, lo que permite hacer de este un magnífico regalo para extranjeros. Y qué decir de las nuevas piezas alusivas al complejo arquitectónico de Chichén Itzá. Acuñadas en plata, desde su introducción al mercado cuentan con el respaldo de los más exigentes especialistas en numismática del mundo. Una de dichas monedas, la que representa “La Casa de las Monjas”, fue ganadora del People’s Choice Award anunciado en el marco de la Third International Coin Conference, celebrada en Moscú, Rusia. Por todo ello vale mucho la pena iniciar a nuestros seres queridos en el mundo de la numismática, regalando esa primer pieza que permitirá dar valor agregado a sus vidas y a sus finanzas.
INICIO DE UNA COLECCIÓN DE MONEDAS Y EL FIN DEL MUNDO El hombre, por naturaleza, es un ser que acumula. Es claro que al inicio de nuestras vidas, esta actividad se realiza juntando piedras, bichos, calcomanías, tarjetas, timbres postales y monedas.
POR EDUARDO PADRÓN MOYA l hombre, por naturaleza, es un ser que acumula. A lo largo de la historia ha quedado demostrado que el poseer le permite resolver necesidades varias como el alimento y el vestido, así como transformar su entorno a través de la fabricación de utensilios que le permiten procurarse bienes, los cuales se convierten en productos para trueque o canje, que funcionan para cumplir otro tipo de satisfactores. En nuestros días no es diferente a antaño: los bienes acumulados brindan seguridad, status y certeza de propiedad desde los
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primeros años de vida. Es claro que al inicio de nuestras vidas, esta actividad se realiza juntando piedras, bichos, calcomanías, tarjetas, timbres postales y monedas. Sin embargo de estas actividades, salvo honrosas excepciones, la que deja una formación que puede redundar en beneficio económico a futuro, es la acumulación de monedas; situación que cambia solo cuando se trata de piezas únicas, raras o exclusivas, como sucede en la filatelia. De manera personal considero que como padres preferimos que nuestros hijos crezcan en una dinámica de reunir metales con valor, a la par de coleccionar cartones, fotos,
tesoro al final del arcoíris, donde se encuentra una olla de monedas; o bien aquel en el que unos duendes custodian con celo sus monedas obtenidas merced a gravísimos esfuerzos. El hecho es que regalar monedas abarca significados muy diversos, pero siempre apuntando hacia el bienestar, por lo que obsequiar alguna de las diferentes piezas con las que contamos en la Casa de Moneda de México es una forma ideal de marcar permanentemente los momentos más especiales en la vida de diferentes personas; es decir: una invitación a sentir o hacer sentir bienestar a alguien muy especial. Por esa razón, y a propósito de regalos especiales para celebrar el término y el inicio de un nuevo ciclo, este 2012 nos ofrece el mejor de los pretextos para adquirir una o varias piezas de la Cultura Maya, por todos los símbolos que encierran la riqueza y el conocimiento de este pueblo milenario, cuyo calendario ha generado, alrededor del mundo, una inercia fantástica a partir de sus predicciones.
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LAS MONEDAS MÁS GRANDES Y CARAS DEL MUNDO
ANVERSO
REVERSO
LA MONEDA MÁS GRANDE DEL MUNDO ACTUAL. ACUÑADA POR LA CASA DE LA MONEDA DE PERTH, EN AUSTRALIA
LAS MONEDAS MÁS GRANDES Y CARAS DEL MUNDO POR GUSTAVO ADOLFO DEL CASTILLO NEGRETE Y CALLEJA
Otras fueron de mayor diámetro. La mayoría de los estados griegos de la Antigüedad no acuñaron muchas piezas de oro, y cuando lo hicieron, se trató generalmente de monedas pequeñas. Acuñada en honor de Arsinoe II, hermana y esposa de Ptolomeo II, pesa 27.72 gramos y tiene un diámetro de aproximado de 28 milímetros. La denominación se llama mnaieion, es decir, moneda de una mina, y es equivalente a 100 dracmas de plata, o una mina de plata. Esta moneda extraordinaria no fue, con seguridad, por su enorme valor, de uso popular o comercial, pero tenía una función simbólica y era un buen medio para atesorar riquezas. La moneda puede haber tenido también, por lo menos en parte, una función ceremonial relacionada con un festival en honor de la reina Arsinoe, que fue deificada en vida. Una definición difundida dice que una moneda es una pieza de metal acuñada que generalmente tiene forma de aro y es emitida por un Estado o institución para servir como unidad de cambio, de cuenta y de valor. A lo largo de la historia muchas veces se han emitido monedas que han prescindido de la habitual forma redonda, un ejemplo muy conocido son las monedas rectangulares de la India. Estas piezas representan un caso extremo. Las monedas antiguas más grandes del mundo fueron las rectangulares de la India o las acuñadas en Suecia. Estas piezas representan un caso extremo. Un ejemplar especialmente grande del “dinero placa” sueco, conservado hoy en el Museo Bode de Berlín. Esta plancha de cobre cumple con todos los requisitos para ser considerada una moneda. Se trata de una placa marcada con cinco estampas de cuño, emitida en el año 1661, durante el reinado de Carlos XI. La pieza tenía un valor de 8 táleros, que era el nombre de la moneda. Existía todavía una más grande de 10 táleros, Pesaba 20 kilogramos y puede considerarse como la moneda más grande de la historia antigua.
¿POR QUÉ SE ACUÑARON?
dentrarse al universo de la numismática, es viajar por el mundo de dinero. No del caudal que se genera en cada uno de los países del globo que es de billones de billones de monedas como medida de valor, medio legal no rechazable para satisfacer las necesidades económicas del humano. La numismática es la ciencia de la acuñación, es el estudio de las monedas de todos los tiempos y países, es el supremo artífice, es el artista, el artesano para convertir el metal en escultura, en la catadura central de un cospel en moneda, no importa si es de oro, plata, cobre, bronce o níquel, si es grande o chica, es el instrumento para el pago de un salario desde tiempos remotos. Recordemos que a las tropas romanas les pagaban con bolsitas sal, de ahí viene la palabra salario. Puede decirse que la metamorfosis fue de la sal al metal. Las monedas han evolucionado, así podemos ver desde la más pequeña estampada en 1740, en la República Federal Democrática de Nepal, el cuarto de jawa nepalesa, acuñada en plata, medía dos por dos milímetros, pesaba unos 0,010 gramos, según información que se encuentra en el libro de Récords Mundiales Guinnes.
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Durante la temprana Edad Moderna, los países europeos acuñaron monedas de plata en grandes cantidades. El tálero era una de las piezas más difundidas. En los siglos XVII y XVIII, Suecia sufrió de una gran escasez de plata que le impedía acuñar suficiente moneda en ese metal para satisfacer las necesidades monetarias de su economía. Como disponía de cobre en abundancia, la corona sueca recurrió a emitir planchas de ese metal del peso correspondiente para equivaler al tálero de plata. Como el cobre era mucho más barato que la plata, las proporciones de las monedas debían ser enormes.
moneda tendrá un peso de tres mil 333 onzas, equivalente a 103.6 kilogramos, y un diámetro de 50 centímetros . El precio de emisión será de dos millones 990 mil euros. En el proyecto el anverso se observa el mapa del mundo en relieve. La representación es similar a la de la bandera de las Naciones Unidas. Las inscripciones incluyen el año: “2010 y las palabras “Finegold” y “999,9 . En el reverso se ve la Puerta de Brandenburg de Berlín y las inscripciones “1989” y “Global Liberty”. La puerta de Brandenburg, fue el lugar donde el presidente Ronald Reagan pronunció sus históricas palabras el 12 de junio de 1987: “Secretario General Gorbachov, si usted busca la paz, si usted busca la prosperidad para la Unión Soviética y Europa Oriental, si usted busca la liberalización: ¡Venga a esta puerta! Señor Gorbachov, abra esta puerta! Señor Gorbachov, derribe este muro! ”
LA MÁS GRANDE DEL MUNDO ACTUAL Lo real es la pieza creada por la Casa de la Moneda de Perth, en Australia, la monumental moneda está valuada en 55 millones 700 mil dólares, pesa casi una tonelada. El vestigio de oro más grande y valioso del mundo, tiene el perfil de la Reina Isabel II de Inglaterra en el anverso y la silueta de un canguro en el reverso. La moneda tiene 80 centímetros de diámetro y 12 de espesor. Según el portal de la Casa de la Moneda de Perth. El oro con el que fue acuñada, tiene un 99.999 por ciento de pureza, el proceso demandó más de un año y medio de intenso trabajo. Al presentarla ante la reina Isabel II, el director ejecutivo de la Casa de la Moneda de Perth, Ed Harbuz, señaló: “Acuñar una moneda de este tamaño y peso ha sido un reto increíble, un reto que está al alcance de pocas casas de la moneda”.
Nos dice Darío Sánchez de Creative Commons: “El reino sueco acuñó estas “placas” entre 1641 y 1776. Diversas fuentes nos informan sobre el escaso entusiasmo de los súbditos suecos ante la idea. Es fácil comprender su reacción, transportar estos engorrosos medios de pago hacía difícil todas las operaciones económicas cotidianas. El dinero era tan impopular e incómodo que, según revela una anécdota, incluso unos ladrones que robaron un banco en Estocolmo en esa época, prefirieron salir con las manos vacías antes que cargar las molestas planchas.
LA MÁS GRANDE DE TODAS EN PROYECTO Según la información de la empresa “Oro y Finanzas”, el proyecto de la moneda más grande del mundo será la pieza con una pureza de 24 quilates, la gigantesca 35
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LAS MONEDAS MÁS GRANDES Y CARAS DEL MUNDO
CANADIENSE, LA SEGUNDA MONEDA MÁS GRANDE DEL MUNDO La numismática internacional y nacional se distingue, a través de la historia por el trabajo que desarrollan los artesanos por crear la perfección en las monedas de curso legal para coleccionistas o museos que tiene la posibilidad de adquirir una pieza como la acuñada por la Real Casa de Moneda de Canadá, considerada la más grande de Europa y la segunda del mundo. La moneda es un lingote de 99.999 por ciento de oro puro, su nombre: Maple Leaf. Con tamaño de 50.8 centímetros de diámetro, la dimensión de una pizza familiar. Pesa 100 kilos, equivalente a tres mil 215 onzas troy, que la convierte, hasta la fecha, en la segunda más grande del mundo. Labrada en el anverso con la imagen de Elizabeth II sobre una de sus caras y las hojas de arce sobre el reverso. El valor nominal de la Maple Leaf es un millón de dólares canadienses, 690.000 euros.
Durante tres siglos y medio, la plata y el oro acuñados por la Casa de Moneda de México, fueron la base del dinero circulante en el país y se convirtieron en un producto de exportación. La calidad en la fabricación de monedas y su extensa circulación en el mundo, dio a la Casa de Moneda de México, la presencia y prestigio internacional que conserva hasta nuestros días. Maple Leaf En el siglo XX se convierte en una Entidad Industrial dedicada a la producción de la moneda mexicana de cuño corriente, así como de finos amonedados. Actualmente, además de la moneda nacional, acuña piezas conmemorativas de alta calidad para distintos clientes, a costos competitivos y con la garantía de la Ceca mexicana.
LA TERCERA, AUSTRIACA Otro caso considerado entre las monedas más grandes del mundo, la agencia EFE, dio a conocer la moneda austriaca más grande pero de Europa. El vestigio pesa 31 kilogramos, al ser expuesta en el Pro Aurum de Berlín, Alemania el “Gran Phil”. La moneda tiene un valor nominal de 100 mil euros, equivalente aproximadamente a 123 mil dólares estadounidenses. Su valor en términos de metal es de un millón 300 mil euros, un millón 600 mil dólares.
Gran Phil
Aunque no tan grande como Maple Leaf, ni “Gran Phil”, el Banco Central de Rusia acuñó una moneda valorada por los expertos en seis millones de rublos, cerca de 200.000 dólares. La moneda, cuyo valor nominal es de 50 mil rublos unos 1.660 dólares, está fabricada en oro de la máxima pureza, pesa cinco kilogramos. Fue puesta en circulación el 12 de junio, fecha de celebración del 150 Aniversario del Banco Central ruso. Es el mundo de la numismática, del dinero de cuño corriente, del que está en la bolsa de todos, con diferentes dimensiones unas y otras que no tendrían un monedero al tamaño de sus anchuras.
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EL PESO MEXICANO
EL PESO MEXICANO POR ANGEL VALTIERRA MATUS
mediados de 2010 la filial mexicana de una afamada consultora financiera se acercó al Museo Numismático Nacional solicitándonos apoyo para la elaboración de la agenda que obsequiarían a sus clientes el año siguiente. Su idea era mostrar un panorama de la historia de la moneda mexicana en los separadores de cada mes. A partir de allí, y considerando destacar no solamente su importancia en el terreno de la economía sino también su simbolismo como testimonios de la evolución de nuestra identidad nacional, nos dimos a la tarea de elegir doce piezas emblemáticas que se publicaron acompañadas de unas breves reflexiones sobre el peso mexicano. Un año después volvimos sobre el tema a raíz de la visita de un coleccionista procedente de Cancún, quien nos comentó cómo entre las múltiples maneras en que es posible organizar las piezas de un acervo numismático encontró que el suyo podría enfocarse en las diversas manifestaciones de nuestra unidad monetaria, lo que le había llevado, al sistematizar la información que tenía sobre el tema, a descubrir, a su vez, algunas lagunas tanto en su colección como en los datos necesarios para reconstruir la historia de la evolución del peso. Cubrir una parte de esas carencias era el objetivo de su visita. Su nombre es Víctor Manuel Ramírez Yarza y un año después nos anunciaba que sus investigaciones habían dado como resultado la edición por Miguel Ángel Porrúa del libro El peso mexicano, cuya presentación se estaba preparando y del que amablemente quería enviar un ejemplar para nuestra biblioteca. Al revisar el volumen, en el que el autor hace un generoso reconocimiento a la Casa de
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Moneda, surgió la idea de concluir el ciclo presentando el libro en las instalaciones del Museo. Y es que a las obvias razones que habría para ello se sumaba el hecho de que, por nuestra parte, habíamos seguido trabajando sobre el tema, que se convirtió en la exposición temporal “El peso y la Casa de Moneda” que presentaremos hasta finales de 2012, en la que se hace un recorrido por los momentos clave de las historias paralelas de México, la ceca y nuestro peso, a partir de los que se acuñaron desde la Colonia todavía con el nombre oficial de “real de a ocho”. Ramírez Yarza es un profesionista que descubrió su vocación numismática hace unos 20 años en una mudanza, cuando encontró que la caja donde suponía que iba una máquina de coser en realidad estaba llena de antiguas monedas. Compró entonces su primer catálogo, que le ayudó a convertir ese montón de piezas sueltas en el origen de una colección y orientó su entusiasmo por conseguir las monedas que le faltaban para completar, primero, los periodos presentes en su hallazgo inicial y después ir integrando diferentes series, una pasión que ha cultivado convirtiéndose en un pionero de la numismática en la lejana Cancún. Según nos cuenta, hace cuatro años “jugando con sus moneditas” una de sus hijas le sugirió la idea de escribir un libro sobre el tema, reto que asumió con la idea de “hacer algo para compartir con mi familia, con mis amigos y con cualquiera en el que pudiera despertar un poco el interés por la numismática y la historia”, y como “la inmensa cantidad de monedas acuñadas en México me pareció colosal y decidí enfocarlo a la unidad monetaria, al Peso mexicano”.
EL LIBRO El peso mexicano es un breve ensayo que cumple con su cometido de ofrecer al lector, de manera clara y accesible, un panorama de la evolución de esta unidad que, según advierte el autor “aunque ha estado presente como un valor descriptivo desde la llegada de los españoles a América, como moneda ha tenido que enfrentar muchas vicisitudes históricas para conservar su presencia física y mantener su circulación.” Sin entrar a fondo en el análisis de cada uno de los momentos de nuestra historia que han influido en la moneda “porque el protagonista de este relato es el peso”, Ramírez Yarza nos brinda elementos suficientes para ubicar en su contexto los cambios más destacados apoyándose en una selección de documentos, ordenanzas y leyes tomados de diversos archivos, aderezando su narración con anécdotas y observaciones de numismático acucioso.
Conviene destacar que el libro está profusamente ilustrado con fotografías de piezas de la colección del autor así como de las del Museo Numismático Nacional y del Banco de México, lo que permite al lector visualizar y comprender mejor las transformaciones que se le van explicando. La narración sigue un orden cronológico que arranca con la fundación de la Casa de Moneda y el papel que en ella desempeñó el célebre Carlos V, y culmina con la descripción de las condiciones en que se dio la reforma monetaria de 1992, cuando el marco de la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América se aprovechó para cambiar por completo lo que se conoce como el “cono monetario” de curso legal, es decir, la serie de monedas de diferentes denominaciones en que usualmente las de mayor valor tienen un diámetro más grande, por lo que al apilarse semejan un cono. “La audacia de esta reforma –señala el autor– fue convertir 1,000 unidades en una” dando origen a los “nuevos pesos” que habrían de circular por un periodo determinado para retomar después su tradicional denominación, manteniendo el diseño que sigue vigente, basado en el del llamado “Calendario Azteca”. Los más de cuatro siglos que median entre ambas fechas sirven a Ramírez Yarza para presentarnos acontecimientos y personajes que influyeron en la historia de nuestra moneda: su presencia en el lejano oriente, asediada por los piratas que encontraba en su camino la Nao de China; los primeros billetes de un peso emitidos por el efímero imperio de Iturbide, cuya circulación nunca se consolidó; los avatares de la adopción del Sistema Métrico Decimal, cuando se emitió un decreto que nunca se aplicó en el que se daba a nuestra moneda el nombre de peseta; la emisión por Maximiliano de los primeros pesos en metálico que oficialmente llevaron ese nombre; el rechazo en el mercado internacional, donde el peso circulaba ampliamente, a los nuevos diseños del periodo republicano que llevó a recuperar el antiguo diseño para la moneda de exportación; o la amplia gama de monedas emitidas por los caudillos revolucionarios, tanto en metal como en papel los famosos “bilimbiques”, de los que se presentan numerosos ejemplos. Quizás la decisión del autor, con la cual coincidimos, de remontar la historia del peso a la Colonia cuando esta palabra se usaba para referirse a la moneda que oficialmente se llamaba “real de a ocho”, debiera haberse acompañado de una representación más completa de las monedas de este periodo que concluye con el surgimiento de las casas de moneda “de necesidad” durante la guerra de Independencia. Compensando esta ausencia, Ramírez Yarza nos ofrece información e imágenes de diferentes pesos que no llegaron a circular, como el “Caballito” de 1909 con la firma de Pillet, quien lo grabó en Francia; el Morelos de 1936 y los “atlanes” que se prepararon como una opción para sustituir el cono monetario en circulación durante las crisis económicas de fines de los 80 del siglo pasado. No nos queda sino celebrar el tesón y cuidado con que Víctor Manuel Ramírez Yarza ha seguido la pista de su hallazgo en aquella mudanza, congratularnos por el sabroso fruto de su visita al Museo y extender la invitación que nos hace a compartirlo: sin duda una magnifica iniciación en el mundo de la numismática para todos aquellos que guardan en algún rincón las semillas de colecciones que pueden ir pasando de pasatiempos a pasiones.
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JORGE LUIS BORGES
BORGES LA MONEDA COMO ELEMENTO POÉTICO MÁS ALLÁ DEL SÍMBOLO POR OCTAVIO CÉSAR M. G.
orge Luis Borges, como hombre benevolente y sabio, eludió las aulas y prefirió las bibliotecas. Él mismo lo revela en su alusión a De Quincey, cuando establece el asombroso paralelismo con el genio inglés que, antes de escribir una sola línea, sabía que su destino estaba cifrado en las letras. Para construir la Alejandría de su obra, Borges recurrió a todas las herramientas del castellano, aunque su pensamiento era universal, dada su profunda erudición lingüística y su curiosidad por las tradiciones y literaturas del mundo antiguo y moderno. Todo discurso en él resulta símbolo, y todo símbolo se convierte en significado y revelación de que lo único sagrado, es el conocimiento transformado en literatura. Sus palabras son objetos ontológicos; y como tales cumplen una función constructiva: crear mundos paralelos, exhibir la paradoja de la existencia humana a partir de su presunta conciencia, y restituir la condición deífica del hombre, a partir del pensamiento.
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Al hacer de la moneda la temática central del arte y las ideas de esta revista, resulta irrenunciable retomar un poema fundamental de Jorge Luis Borges, quien aporta algunos de los versos más poderosamente metafísicos a la cultura numismática, a partir del uso de la moneda no como numerario, sino como recurso filosófico y literario: el doble rostro de Jano que mira hacia el pasado y el futuro, la dualidad vida-muerte; e incluso el azar como esa regla, accidental e impredecible pero al mismo tiempo necesaria e ineludible, del devenir humano. Se trata de A una moneda –cuya creación oscila entre los primeros años de la sexta década del siglo XX. El carácter de dramatis personae que le concede a la moneda como espejo de su propio “infortunio” –un hombre de tal inteligencia difícilmente puede considerarse desafortunado, aunque no por ello feliz-, lleva a Borges a remediar con un poema la paradoja del oscuro presentimiento de su partida de Montevideo, quizás en los tiempos de su juventud, quizás enamorado; pero en cualquier
caso ya convertido en el histórico escritor. En una especie de flash back cinematográfico, el giro de la moneda que deposita en el Río de la Plata revuelve en las aguas barrosas, entre el sueño y la vigilia, los sentimientos encontrados respecto a esa época. De ahí mi sugerencia sentimental. En este poema que precede al Otro poema de los dones dentro del volumen El otro, el mismo (1964), surge también la visión erudita que se percibe en los despojos del sajón y del fenicio que son clara referencia de un destino común -grandeza y olvido- compartido entre la moneda y el autor del poema, todo a partir de un acto de azar provocado por el alejamiento y decidido por la circunstancia. Ese acto irrevocable instala en el laberinto del tiempo a los personajes -Borges y la Moneda-, los cuales cumplen la analogía de la zozobra ante el porvenir; salvando finalmente a la moneda de ti que estás, como nosotros, en el tiempo y su laberinto / y que no lo sabes. Quizás esa moneda llevaba grabada -imaginariamente- la efigie del propio autor.
A UNA MONEDA* Fría y tormentosa la noche que zarpé de Montevideo. Al doblar el Cerro, tiré desde la cubierta más alta una moneda que brilló y se anegó en las aguas barrosas, una cosa de luz que arrebataron el tiempo y la tiniebla. Tuve la sensación de haber cometido un acto irrevocable, de agregar a la historia del planeta dos series incesantes, paralelas, quizá infinitas: mi destino, hecho de zozobra, de amor y de vanas vicisitudes, y el de aquel disco de metal que las aguas darían al blando abismo o a los remotos mares que aún roen despojos del sajón y del fenicio. A cada instante de mi sueño o de mi vigilia corresponde otro de la ciega moneda. A veces he sentido remordimiento y otras envidia, de ti que estás, como nosotros, en el tiempo y su laberinto y que no lo sabes.
*Borges, Jorge Luis, Obra poética, 3a. ed. Buenos Aires. Emecé, 2010.
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ACUÑARON ESTE NÚMERO Marcelo de los Santos Fraga San Luis Potosí, San Luis Potosí, México, 1940. Contador Público por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos de 1992 a 1993. Presidente Municipal de la Ciudad de San Luis Potosí de 2000 a 2003. Gobernador Constitucional del Estado de San Luis Potosí de 2003 a 2009. Director General de Casa de Moneda de México desde 2010, y actual Vicepresidente de la Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda. Gabriel Zaid Monterrey, Nuevo León, México, 1934. Poeta y ensayista. Autor de una treintena de libros fundamentales para conocer y comprender la literatura mexicana. Personaje histórico de la cultura nacional. Colaborador de revistas como Vuelta y Letras Libres, en cuyo número 61 se publicó el ensayo que ahora reproducimos en CECA. Agradecemos tanto al autor como a la Dirección de Letras Libres la cortesía. Juan Villoro Ciudad de México, México, 1956. Narrador, filósofo, ensayista, periodista y cronista de fútbol. Una de las principales y más fulgurantes voces del México actual. De entre sus múltiples premios podemos mencionar el Premio Herralde 2004, por su novela El testigo, y el Premio José Donoso 2012, por el conjunto de su obra. Ángel Valtierra Matus Ciudad de México, México, 1952. Realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, y actualmente se desempeña como Subdirector del Museo Numismático Nacional, el cual forma parte de Casa de Moneda de México. Raúl Montalvo Ferráez Mérida, Yucatán, México, 1945. Llevó a cabo sus estudios profesionales en la carrera de Sociología, en la Universidad Nacional Autónoma de México, y actualmente dirige el Museo Numismático Nacional y es el encargado de velar por los tesoros del Acervo Numismático y Documental de dicho Museo. Alfonso Rodríguez Facio Ciudad de México, México, 1949. Diseñador, dibujante, escultor y grabador. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es especialista en Dibujo Industrial, Técnico y Publicitario. Actualmente se desempeña como Subdirector de Grabado de Casa de Moneda de México; cargo que ocupa desde 1989.
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Abraham Delgadillo San Luis Potosí, San Luis Potosí, México, 1986. Artista visual y docente de Artes Plásticas. Premio 20 de Noviembre de Pintura en 2005. Selección del XXVI Encuentro Nacional de Arte Joven en 2006. Ha expuesto su obra en México y Estados Unidos.
el valor de la historia Alusiva al Quinto Centenario del Descubrimiento de América, esta moneda de plata de 27 gramos y 40 milímetros, ostenta en su reverso la leyenda “MONEDAS HISTÓRICAS IBEROAMERICANAS” sobre el plano marítimo de la Nueva España y, desfasadas a la derecha, las dos caras de la antigua moneda mexicana conocida como “Peso Caballito”; en tanto que por su anverso se pueden apreciar, a modo de marco escultórico del Escudo Nacional Mexicano, los escudos nacionales de otros países Latinoamericanos que se unieron a dicha celebración, y que también están representados por cada una de las 9 piezas que forman la colección completa.
Juan Manuel Shiguetomi Villegas Río Verde, San Luis Potosí, México, 1951. Ingeniero Metalurgista por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Entre otras especialidades cuenta con la de Control Total de Calidad, realizada en Japón. Actualmente se desempeña como Director Corporativo de Operaciones de Casa de Moneda de México desde Julio de 2002, donde labora desde 1983. Katya Castillo de la Peña San Luis Potosí, San Luis Potosí, México, 1986. Contador Público por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Participó en la Coordinación del Festival Anual de Jazz de Washington DC y del Proyecto Cultural “Un recorrido por México” en Maryland, ambos en 2010. Actualmente se desempeña como Asistente Administrativo en Casa de Moneda de México. Eduardo Padrón Moya Ciudad de México, México, 1968. Estudió Administración en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Actualmente funge como Subdirector Corporativo de Comercialización en Casa de Moneda de México. Gustavo Adolfo del Castillo Negrete y Calleja Ciudad de México, 1939. Periodista egresado de la mítica Escuela de Periodismo Carlos Septién. Trabajó en Canal 13, en 1985, con Joaquín López Dóriga, y en Radio Estéreo 100, con José Cárdenas, en 1988. Actualmente se desempeña como Jefe de Proyecto en Casa de Moneda de México, tras 50 años de trayectoria periodística. Octavio César M. G. San Luis Potosí, México, 1974. Poeta, narrador, periodista y Jefe de Proyecto de CECA. Premio Nacional de la Juventud en Artes 1995. Materiales de Guerra -poesía, Mantis Editores, 2012- y Yo, El Otro -cuento, Editorial Ponciano Arriaga, 2012-, son sus títulos más recientes.
SERIE IBEROAMERICANA 9 Monedas representando un país Latinoamericano y una Moneda Conmemorativa Plata Ley 0.925, 27grs. Diámetro: 40mm. Acabado Proof
OBRA PÚBLICA PLANTA SAN LUIS DE CASA DE MONEDA DE MÉXICO 2006-2012
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