Revista Ceca Impresa Número 2

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ceca@cmm.gob.mx

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DIRECTORIO

SECRETARÍA DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO

BANCO DE MÉXICO

CASA DE MONEDA DE MÉXICO

Dr. Luis Videgaray Caso

Dr. Agustín Carstens Carstens

C.P. Marcelo de los Santos Fraga

Dr. Oswaldo Santin Quiroz

Dr. Manuel Ramos Francia

Ing. Juan Manuel Shiguetomi Villegas

Lic. Roberto Del Cueto Legaspi

Ing. Luis Gonzaga Sánchez Espinosa

Secretario de Hacienda y Crédito Público

Gobernador

Director General

Subgobernador

Coordinador de Asesores

Lic. María Fernanda Casanueva de Diego

Director Corportaivo de Operaciones

Subgobernador

Oficial Mayor

Lic. Manuel Sánchez González

Director Corporativo de Administración y Asuntos Jurídicos

Subgobernador

Lic. Fernando Aportela Rodríguez

Subsecretario de Hacienda y Crédito Público

C.P. Juana García Anaya

Directora Corporativa de Finanzas

Lic Alejandro Alegre Rabiela Director General de Emisión

Lic. Fernando Galindo Favela Subsecretario de Egresos

Mtra. Isabel Morales Pasantes

Directora de Programación y Distribución de Efectivos

Dr. Miguel Messmacher Linartas Subsecretario de Ingresos

Dr. Edgar J. Nolasco Estudillo

Director Corporativo de Desarrollo y Enlace Institucional

Lic. Raúl Montalvo Ferráez

Director de Acervo Numismático y Documental

Lic. Pola Strauss Seidler

Titular de la Unidad de Comunicación Social y Vocería

STAFF EDITORIAL Octavio César M.G. Dirección Editorial

C.P. Katya Castillo de la Peña Subdirección Editorial

L.I. Perla de Fátima Flores Ayala Coordinación Institucional

Ing. Abigail Sánchez Rodríguez Planeación Estratégica

Ma. Esther Aguayo Salazar Martha Patricia Martin Pérez Ma. Teresa Quiroz Ramírez Erika de Jesús Zárate Arista Gestión

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L.A. Yozadira Barrón García Corrección de Estilo

D.G. Norma Verónica Banda Reyes D.G. Julio César Bravo Hernández Diseño Editorial

Mtro. Sergio Benítez Mtro. Jorge Huerta R. Mtro. Arturo Limón Mtro. José Luis Ortíz Mtro. Miguel Villalpando Mtro. Felipe Zapata Fotografía

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EL ESPLENDOR DE LO ETERNO MARCELO DE LOS SANTOS FRAGA

Con el arribo del año 2013, llegamos también al inicio de una nueva era, según lo profetizaron los mayas. Se cierra un ciclo de oscuridad y se abre uno de luz, o viceversa; todo depende de la perspectiva personal. Lo importante es que el 21 de diciembre no se acabó el mundo, y eso es un alivio para quienes hacen todo lo posible porque este, nuestro mundo, sea un mejor lugar para vivir, para crecer y para trascender; incluyendo a los notables autores de los artículos de este segundo número de CECA, la revista institucional de Casa de Moneda de México que, al vuelo de sus páginas, igual nos traslada al pasado que al futuro, en el gozoso instante presente de la lectura y la imaginación. En la acumulación de la pátina del tiempo se encuentra el esplendor de lo eterno; y qué mejor muestra de ello que los cuentos de Ignacio Padilla –novísimo miembro de la Academia Mexicana de la Lengua- y de David Ojeda, en cuyas líneas se aprecia el conocimiento y autoreconocimiento de la cultura numismática; elemento indispensable para que esta CECA cumpla con uno de sus objetivos fundamentales: promover el interés general por las monedas, y el cual es bien logrado a través de los ensayos de Salvador García Lima y Juan Cristóbal Díaz Negrete, cuyas plumas le dan brillo al bien ganado prestigio de la moneda mexicana. De ahí, el viaje continúa hacia lo que pudo ser la acuñación de Rublos soviéticos en México, según lo relata Ángel Valtierra Matus; las reflexiones en torno a lo que conocemos como moneda, que Carlos Lucio Lozano refiere de manera sintética asaz que didáctica; la obra reciente del distinguido Maestro zacatecano Armando Belmontes, comentada por el poeta Héctor Esquer; los tesoros históricos del Archivo del Museo Numismático Nacional, descritos por Fabiola Patricia Monroy Valverde y Hugo Martínez Saldaña; las memorias del Decano de los Monederos, don Esteban Jiménez, en entrevista de Abigail Sánchez; así como las aportaciones de Gustavo Adolfo del Castillo y su punto de vista acerca de las monedas más raras del mundo, el acercamiento a lo que será la XXVIII Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda, México 2014, por Socorro Jacobo Guerrero, y la recomendación de Miguel Ángel Ibarra para adquirir Centenarios acuñados por Casa de Moneda de México, entre otras muchas sorpresas que nos aguardan en esta CECA. El valor de la cultura numismática mexicana es incalculable, y en estas cuarenta páginas se halla apenas una muestra de ello. Por eso es importante comentar en esta nota editorial que el trabajo institucional realizado por Casa de Moneda de México, es una de las tareas más importantes que se lleva a cabo en esta Entidad, a la par de la propia acuñación del numerario metálico que utiliza nuestra sociedad de manera cotidiana, en una especie de intercambio circular de conocimientos acerca de historia y arte de altísimo valor. Por todo lo anterior, en Casa de Moneda de México tenemos la certeza de que el nuevo Gobierno Federal, encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto, será un gestor de la transformación cultural, social, política y económica de México, inaugurando con ello una nueva etapa de prosperidad y bienestar para todos los mexicanos.

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TRAGEDIA BREVE DE FUENTES Y MONEDAS

ROSEBUD DAVID OJEDA

IGNACIO PADILLA

Esta masa indistinta de hombres y mujeres de apariencia ordinaria está condenada a viajar sin descanso. Prácticamente no hay un día del año en que todos ellos, sin excepción de raza o de credo, se movilicen de una forma u otra. Se especula que todos ellos, en una etapa temprana de sus vidas, arrojaron tantas monedas a los monumentos del eterno retorno, que ahora están marcados por el prurito de volver siempre a todas partes. Acaso el primero de ellos arrojó un día su moneda y se alejó de aquel lugar sólo para descubrir cuánto le apretaba el ansia de volver, que la vida no era vida si no regresaba al sitio donde su minúscula pieza de cobre había tocado el fondo de una fuente cuyos detalles no recordaba con claridad, pero que igual le llamaba de vuelta. Preparó entonces su regreso, reinició el viaje y siguió arrojando monedas en todas las fuentes que se atravesaron en su camino. De esta suerte, cuando llegó a la fuente inicial descubrió que ahora tendría que regresar a tantos lugares como escalas había tenido su viaje. Cada escala se había convertido ahora en un destino, con su correspondiente trayecto tachonado de otras escalas con fuentes que se transformarían, a la postre, en destinos. Al cabo de algunos años y de varios viajes, quiso la improbable buena suerte de ese hombre que las empresas turísticas y las agencias comenzaran a conceder a sus clientes millas de futuros recorridos y premios por diversos viajes realizados o por realizarse. Con semejante incentivo, el hombre no sólo siguió arrojando monedas para obligarse a volver a innumerables ciudades: también fundó la profesión de viajero, se contagió asimismo de la imperiosa necesidad de aprovechar los incentivos, de utilizar sus millas y sus viajes a nuevos lugares haciendo a su vez viajes por los que también obtenía un número infinito de millas, noches de hotel, desayunos que seguiría utilizando para rondar gratuitamente los últimos rincones de la tierra. La mera probabilidad ha llevado a este peregrino incansable a conocer a otros viajeros que comparten su vicio, su eterna peregrinación

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hacia ninguna parte. Con ellos se ha enseñado a compartir la soledad y el desarraigo, el ritual confabulado de no poder dejar de seguir arrojando monedas a las fuentes del regreso y de tener que volver a ellas. Como un grupo de borrachos que se cortejan unos a otros, ha concebido una forma de vida, con sus tradiciones y sus reglas infranqueables. En trenes, barcos y aviones se les puede ver congregados, estudiando rutas elaboradas, programas turísticos, complejas cartas de navegación. Juntos planean sus futuros trayectos, buscan promociones, ofertas y patrocinios. Identifican las fuentes a las que no han ido todavía, o a las que tienen que volver. Sus pasaportes embarnecen, cambian constantemente. Las oficinas de visados y los consulados generales los conocen de sobra, les dan facilidades, les tratan como amigos de la casa aunque no dejan de mirarlos con cierta lástima. Descienden de los autobuses en grupos nutridos, buscan las fuentes y los monumentos, lo registran todo: toman fotografías, dibujan croquis, levantan planos, adquieren tarjetas postales, se las envían mutuamente, todo de manera apresurada porque siempre parecen ir tarde para tomar el siguiente vuelo, el siguiente tren. Cuando el trayecto es largo y el tiempo así se los permite, organizan sus álbumes abigarrados, tan voluminosos que pronto dejarán de ser portátiles, que ya no caben en sus maletas plagadas de artículos de baño que robaron en un hotel para usarlo en otro. En los asientos de los aviones, ocupando a veces una fila entera, es posible verlos intercambiar fotografías, dibujos y postales. Sus ojos, sin embargo, no parecen ávidos, y con frecuencia es posible ver en ellos una cierta desolación, la duda de si alguna vez han estado en algún sitio o si un genio maligno ha creado esas imágenes de escenas que no recuerdan haber protagonizado, de monumentos que ya no recuerdan haber visto en el vértigo de su peregrinación.

Reconocemos que nuestra memoria opera de modo selectivo; y también, a veces, caprichoso. Y a sabiendas nos gusta adentrarnos en ella como si se tratase de un laberinto cambiante, impredecible. Además, lo hacemos con mayor frecuencia entre mayor sea nuestra edad, por simple curioseo o por nostalgia. Con todo, en la maraña de esos pasajes, teñidos de una luz u otra, marcados con tal o cual señal, donde se puede escuchar sonidos mezclados de voces o música y se logra aspirar rastros de olores precisos que muchos años antes nos gratificaron, nos aguarda también la confusión. Porque una vez ahí nos sentimos capaces de asegurar que recordamos como acontecimientos realmente acaecidos simples imágenes estáticas; y porque a veces creemos que experiencias que nos sucedieron en la vida diaria fueron sueños fugaces. De esa manera, supongo, nutrimos alguna perplejidad para evocar e inventar nuestro pasado. En este sentido hay, en mi caso, un recuerdo que eventualmente persigo y siempre me produce inquietud e incertidumbre. Porque ignoro si eso en verdad ocurrió y siempre he sentido una gran urgencia por averiguarlo a pesar de que nadie queda en el mundo que sea capaz de confirmarlo o desengañarme. Me veo sobre el techo de una casa que habité cuando tenía, imagino, alrededor de ocho años de edad. Cada que me reinstalo en esa evocación me reconozco incapaz de detallar cómo subí a la azotea o lo que pretendía al estar en ella. Transcurre el verano y es un mediodía muy caluroso, tanto que el alquitrán esparcido como impermeabilizante se ha reblandecido sobre el techo, lo que favorece que mis zapatos dejen sus huellas marcadas en la superficie. El asunto es que mientras camino distingo un brillo que se asoma bajo la capa de chapopote. El intenso color negro de la sustancia y su viscosidad me habían mantenido intrigado hasta ese momento. Entonces me distrae el paso de un tordo que grazna apenas encima de mi cabeza, con las alas tan negras como el techo que me sostiene. Pero después vuelvo a fijarme en el brillo que distinguí a mis pies. Y cuando me acuclillo y paso mis dedos por el objeto descubro que se trata de una moneda cubierta de chapopote. La limpio y la miro relumbrar con un brillo casi hipnótico. Con grabados e inscripciones que nunca había visto hasta entonces la moneda queda sobre la palma de mi mano derecha, abarcándola toda. En uno de sus lados se ve una mujer alada que levanta una corona de laurel y está desnuda de la cintura para arriba. A su lado se lee «50 pesos» y más abajo se ven los números de un año: 1821. Para esa época muy pocas veces había tenido en mis manos billetes que no fueran de un peso; aunque veía los de 50 que mi abuelo contaba eventualmente cuando recibía su salario. Su color azul los volvía mis favoritos y sabía, también, que con uno de ellos mi abuela iba al mercado cada lunes y regresaba cargada de comestibles y dinero restante para las compras de pan y leche de la semana por venir. Por eso me pareció que la moneda recién encontrada, a pesar de los destellos que producía bajo la luz del sol, no podía compararse con un «ojo de gringa», como le decían a los billetes de 50.

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Todavía deambulé un rato más en la azotea, esperando dar con otro hallazgo. Pero no hubo tal. Horas más tarde, ya cuando mi abuelo había regresado de su trabajo y se había sentado a la mesa para beber su acostumbrado trago de ginebra con refresco de piña, saqué la moneda de mi bolsillo frente a él y se la enseñé. Quedó mudo por unos segundos y parpadeó antes de preguntarme, con una voz que nunca le había escuchado: «¿De dónde sacó eso, m’ijito?» Le conté temeroso cómo había sido, esperando su regaño por haber subido a la azotea. Sin embargo, nada me dijo. Luego tomó la moneda y subió al techo de la casa para cerciorarse de mi versión. Y después de eso se quiebra mi recuerdo, como si en un túnel por el que uno camina se apagara de pronto toda fuente de luz. Con el tiempo, cuando las circunstancias me lo permitieron, casado ya y con un hijo adolescente, debido a continuos viajes que hacía a la ciudad de Zacatecas, donde conocí a un amigo que negociaba con antigüedades, me dio por comprarle monedas de plata cada que mis recursos lo permitían. Así llegué a juntar

LAS 5 MONEDAS MÁS BELLAS DE MÉXICO SALVADOR GARCÍA LIMA

Seamos nosotros, los que nos dedicamos a fabricar dinero, quienes aboguemos por la variedad de valores que representan las monedas, tan frecuentemente eclipsados en una sociedad consumista que al no ver más allá de la cantidad las reduce a su valor económico. Una simple ojeada al diccionario nos dejará claro que la idea de valor va más allá: las 13 acepciones que allí encontramos empiezan con la que se refiere a la aptitud de las cosas para darnos bienestar o deleite e incluyen otras como la que lo relaciona con su significación o importancia. Al valor fundamental de la moneda en su carácter de medio de cambio, deben agregarse algunos otros no tan comunes ni tan claros para la mayoría de las personas. El más básico de estos valores es el valor intrínseco de cada moneda, determinante en otras épocas y que hoy comúnmente pasamos por alto pues en la actualidad todas nuestras monedas de curso legal son fiduciarias, lo que significa que es una autoridad la que establece su valor independientemente de su costo, limitando la cotización basada en su valor intrínseco para las monedas conmemorativas o de colección por ser las que se acuñan en metales preciosos. Otro valor poco reconocido en las monedas es el documental. En efecto, puede hablarse de las monedas como documentos históricos, toda vez que sus materiales, los métodos y técnicas empleados en su fabricación, las imágenes que muestran, etc. son testimonios claros del momento en que se acuñaron y nos hablan entonces del contexto económico, político, militar, religioso, social, etc. de esa época. Mas aún: de las monedas podríamos decir que no son solamente documentos, sino documentos oficiales dado que en ellas aparece nuestro escudo nacional. En este mismo sentido, si tomamos en cuenta que la moneda circula en un territorio determinado encontraremos que tiene también un importante valor como forjadora de identidad que recoge y difunde los símbolos y emblemas en los que una sociedad determinada se reconoce.

una colección no muy amplia pero sí importante, todas de ocho reales, con distintas fechas de acuñación y de diferentes casas de moneda: Guadalajara, Chihuahua, Zacatecas, San Luis Potosí, Real de Catorce, México, Taxco, Morelia, Oaxaca. Después, en algún momento de urgencia económica, tuve que vender la colección y me prometí no volver a empeñarme en formar otra. Ahora me arrepiento y pienso que el recuerdo de aquella moneda de oro, incompleto, será mi Rosebud. En 1717, cuando Isaac Newton dirigía la Casa de Moneda de Inglaterra, eligió el oro para respaldar el valor del papel moneda. Y a pesar de que el economista John Maynard Keynes anotó que el oro es «una reliquia de la barbarie», en mis ojos arde un rescoldo todavía: una moneda que tal vez tuve cierto día en mis manos y fascinó al bárbaro que había en mí y que todos llevamos dentro. 8 ROSEBUD

Valor aparte y muy especial de las monedas es el relacionado directamente con sus grabados; la producción de los mismos constituye una de las ramas de las Bellas Artes: el grabado de metales, de manera que las monedas son también insólitas ventanas por las que podemos asomarnos a las corrientes estéticas de diversas épocas. Representar los ideales y personajes a los que un pueblo rinde el homenaje de preservar en sus monedas es una labor que exige la participación de artistas que en ello demuestran el dominio de su oficio. Una de las razones del prestigio alcanzado a nivel mundial por la moneda mexicana es justamente la belleza de sus grabados. Este texto busca hacer un repaso de diversas monedas que se han convertido por mérito propio en piezas emblemáticas de la numismática mexicana.

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UN NAVÍO CARGADO DE …

LAS MONEDAS DE MAXIMILIANO

El predominio de plata novohispana en los mercados internacionales comienza cuando Andrés de Urdaneta descubre la ruta del tornaviaje desde las Filipinas y así posibilita el establecimiento de la ruta comercial con el lejano Oriente a través de la famosa “Nao de China” o “Galeón de Acapulco”. La supremacía de la moneda novohispana alcanzó su punto culminante a partir de 1732, cuando comenzó a acuñarse La moneda “Columnaria”, también conocida como “De mundos y mares”; ambos sobrenombres se deben al sobrio y magnífico diseño de su reverso: Al centro y sobre un campo ondulado que representa al mar, se encuentran dos hemisferios flanqueados por columnas que representan a las de Hércules de la antigüedad griega, indicadoras del “fin del mundo”; contradiciendo esto, sendas bandas envuelven a las columnas ostentando una leyenda en latín: “Plus ultra”: Este “más allá” del “fin del mundo” hace posible que el viejo y el nuevo mundo se agrupen bajo el dominio de la Corona española, esta magnífica alegoría del Imperio español de la época acuñada en plata es considerada hasta nuestros días como una de las más bellas jamás acuñada, a lo que contribuyó sin duda su excelente factura, ya que se trata de la primera moneda acuñada con maquinaria en la Nueva España, es perfectamente circular y su canto está bellamente “acordonado”. Esta moneda se acuñó durante 40 años, en 1772 fue sustituida por la moneda llamada “de busto” por ostentar la efigie del monarca en turno.

Apoyado por la intervención militar francesa, Maximiliano de Habsburgo ocupó el trono de un Imperio mexicano de 1863 a 1867. Tres grabadores de una calidad excepcional trabajaron durante aquellos años en la Casa de Moneda: Sebastián Navalón, Antonio Spíritu y Cayetano Ocampo, quienes diseñaron y grabaron para el Imperio monedas y medallas de una calidad excepcional. Para esta selección elegimos la denominación de 20 pesos oro, muchos ven en esta pieza un símbolo del esplendor del efímero segundo Imperio mexicano. Esta moneda presenta por el anverso el escudo de armas del imperio, la denominación y la marca de Ceca; y por el reverso un sobrio diseño con la efigie de Maximiliano como tema principal, bajo el busto y en un hecho insólito en la moneda mexicana, un pequeño moño ornamental consigna los nombres de los ya mencionados grabadores. Vale apuntar que todas las monedas del segundo Imperio fueron acuñadas conforme al sistema decimal.

¿ÁGUILA O SOL? Al instaurarse la república en 1823, el Congreso estableció un nuevo tipo de moneda que, sin embargo, se ajustaba al mismo sistema español de Reales para la moneda de plata y de Escudos para las de oro. La pieza de 8 Reales es de una sencillez majestuosa; un gorro frigio enmarcado por un gran resplandor. Antiguamente en Frigia, una región del Asia menor, se colocaba al esclavo que por algún medio lograba abandonar la esclavitud, un gorro encarnado que indicaba su nueva condición de hombre libre; de ahí que los revolucionarios franceses adoptaran ese gorro como una alegoría de la libertad y de ellos lo tomaron los liberales mexicanos con el mismo significado, acentuándolo con un gran resplandor que representa el triunfo de la razón. Como el común del pueblo no conocía el significado pleno de la alegoría, y alentado por la presencia de los rayos de luz, comenzó a referirse a él como “el sol”, como el anverso de estas monedas ya ostentaba como Escudo Nacional al águila devorando a la serpiente, desde entonces al someter una cuestión al juicio aleatorio de “un volado”, se acostumbra plantear la conocida disyuntiva.

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CELEBRANDO LOS PRIMEROS 100 AÑOS; LA LIBERTAD MONTA A CABALLO Con motivo de los festejos del primer centenario de la Independencia nacional, el Gobierno de Porfirio Díaz encargó al grabador francés Charles Pillet el diseño de una moneda conmemorativa de 1 Peso. El resultado fue la aparición en 1910 de una bella moneda cuyo motivo central por el reverso es una Libertad a caballo que, empuñando una antorcha y una guirnalda, cabalga sobre un horizonte soleado. La pieza, muy apreciada desde el momento de que comenzó a circular fue conocida popularmente con el mote de “Peso de caballito”, lo cual demuestra que, nuevamente, pocos entendieron el significado de la alegoría, el cual, por otra parte no es sino el mismo que el del gorro frigio: la Libertad que resplandece. El anverso ostenta el Escudo nacional vigente en la época y la leyenda “Estados Unidos Mexicanos” que comenzó a utilizarse a partir de la reforma monetaria de 1905.

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20 CENTAVOS “DE PIRÁMIDE” A lo largo de 31 años, todo mexicano que deseara hacer una llamada desde un teléfono público requería, por fuerza, utilizar una pequeña pieza de cobre con valor de 20 centavos. Quizá por ello se trata de un referente común a varias generaciones. Su diseño es una muestra clara de los valores nacionalistas de toda una época, desde 1943 hasta 1974 la pirámide del sol en Teotihuacán se muestra teniendo como fondo las siluetas de los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl; en primer plano un paisaje de cactus y arriba, al fondo del campo, el numeral 20 se sobrepone al clásico símbolo del gorro frigio. La larga permanencia de esta moneda en el sistema económico del país le permitió ostentar por el anverso tres versiones distintas de nuestro escudo nacional; a nuestro juicio, el modelo empleado entre 1955 y 1971 es el que forma un mejor conjunto con el reverso de este clásico de la numismática mexicana. Al margen de esta muy personal y arbitraria selección, debemos comentar que como una prolongación de aquella época en que la moneda novohispana se imponía en lejano Oriente como moneda de curso legal, en los albores del Siglo XX la numismática mexicana seguía mereciendo internacional aceptación: como parte de nuestros acervos, el Museo conserva un bello diploma que da constancia de la medalla de oro conquistada por la Casa de Moneda de México por la presentación de sus “monedas de oro, plata y cobre” durante la Exposición Iberoamericana realizada en Sevilla en 1929.

UNA VENTANA AL PASADO: LA HERENCIA NUMISMÁTICA DE MÉXICO JUAN CRISTÓBAL DÍAZ NEGRETE

Como sucede con toda antología (se trata de un riesgo inherente a cualquiera de ellas), habrá quienes opinen, con y sin razón, que está incompleta, que es parcial y que falta esta o aquella parte; en pocas palabras, que “no están todas las que son, ni son todas las que están” (cuestión de perspectivas, gustos y, siempre respetables, preferencias). Lo anterior viene a colación por la Herencia Numismática de México, colección de monedas cuya puesta en circulación fue anunciada recientemente por el Banco de México. Se trata de un grupo de veinticuatro piezas que se acuñarán en el término de cuatro años. Las cuales están hechas sobre cospeles bimetálicos (arillo de bronce-aluminio y núcleo de plata); son de 100 pesos y, como todas nuestras monedas, llevan un anverso común, el escudo nacional rodeado por la leyenda ESTADOS UNIDOS MEXICANOS; sus reversos son todos diferentes. En ellos se reproducen con gran fidelidad y belleza las improntas de antiguas monedas mexicanas, cuyos originales se preservan en la Colección Numismática del Banco de México.

A partir de los festejos por el quinto centenario del descubrimiento de América, 13 países iberoamericanos, entre ellos México, decidieron acuñar una serie de colecciones de monedas destinadas a perpetuar en metal los lazos que nos unen como pueblos hermanos; en un hecho sin precedente, cada uno de los países participantes aceptó que su emblema nacional se muestre en el anverso de estas hermosas piezas. En la mayoría de las series, dedicadas cada una a la fauna, la arquitectura, la danza, etc., la moneda representativa de México ha sido elegida como la más bella por los propios participantes. Como miembro de la Mints Director’s Conference, nuestra Ceca ha obtenido para diversos ejemplares el título de la moneda más bella del mundo; así ha ocurrido en las ediciones XX, XXI, XXV Y XXVI de dicha conferencia. Muchos otros premios y distinciones no hacen sino confirmar que México mantiene viva la rica tradición de calidad y perfección en la acuñación de sus monedas.

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La serie es una ventana a nuestro pasado; en la que están representados ejemplares monetarios relevantes de diferentes épocas: el Virreinato, la Independencia, el Primer Imperio, la República Mexicana, el Imperio de Maximiliano, el Porfiriato, la Revolución y hasta el México Contemporáneo. Es importante reconocer que todas y cada una de las piezas seleccionadas para esta colección tienen un importante significado en nuestra historia numismática, tal y como se detalla a continuación, a propósito de las seis primeras piezas de la serie.

En 1732 se introdujo en la Casa de Moneda de México el uso de la prensa de tornillo o de volante. Esa nueva tecnología, adoptada como parte de la modernización del Imperio emprendida por los borbones, permitió la acuñación, por vez primera en México, de moneda redonda y con cordón protector en el canto; lo que evitaría el corte y la alteración de las piezas y dificultaría su falsificación. Ese año se acuñaron las primeras monedas de plata en la prensa de volante, fueron las columnarias o de mundos y mares, llamadas así por el diseño de su reverso, expresión plena y muy bella del barroco, en el que se observan dos mundos o hemisferios (el Nuevo y el Viejo Mundo), unidos por la corona española, los cuales aparecen sobre olas marinas y franqueados por columnas coronadas (Columnas de Hércules o estrecho de Gibraltar), de las que penden listones con la divisa PLUS VLTRA. El conjunto se completa con la leyenda VTRAQUE VNUM (de dos, uno), en alusión al carácter intercontinental del Imperio español, la ceca mexicana y el año de acuñación. La segunda pieza también nos remonta a la amonedación virreinal. Son 8 reales de busto o pesos carolinos, acuñados en 1783, durante el reinado de Carlos III. Estas monedas gozaron de enorme popularidad mundial, pese a que tenían menos plata que sus antecesoras las columnarias; las cuales tenían una fineza de 916.66 milésimos, mientras que los pesos carolinos la tenían de 902.77. Su acuñación se extendió de 1772 a 1821, es decir abarcó los reinados de Carlos III, Carlos IV y Fernando VII, e incluyó monedas de 8, 4, 2, 1 y ½ reales. La pieza utilizada en esta serie en particular lleva el retrato de Carlos III de perfil derecho, el cual es rodeado por la leyenda CAROLUS III DEI GRATIA (Carlos III por la gracia de Dios, que se completa con la inscripción del reverso que dice Rey de España e Indias) y el año de acuñación en la parte inferior del campo (1783). La tercera pieza de la serie es una de las primeras monedas mexicanas propiamente dichas. Ya que corresponde a las ordenadas por el insurgente José María Morelos y Pavón en plena lucha por la Independencia (1814), para realizar el pago de sus tropas y abastecer de numerario a las poblaciones de extensas regiones que mantenía bajo su dominio. Como es sabido, la acuñación de Morelos incluyó plata y cobre, siendo este último el metal más utilizado; por ello, fue una moneda de cobre precisamente la que sirvió de modelo a la pieza que conforma esta serie. En la cual se observa la cara que corresponde al reverso y que lleva un arco con una flecha, la palabra SUD, alusiva al territorio de la Nueva España insurreccionado por el rebelde vallisoletano, y ornamentos vegetales alrededor.

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El mismo año en que se estableció la República Mexicana, se inició la amonedación del nuevo régimen en la Casa de Moneda de México y al año siguiente, en 1824, se acuñaron las primeras monedas republicanas en la ceca de Durango; la cual fue establecida en las instalaciones de la antigua casa de moneda provisional realista de esa ciudad. El 8 reales de 1824 no solo forma parte de las acuñaciones iniciales republicanas, sino que además es de las primeras hechas en una ceca foránea (de las que a lo largo del siglo llegarían a existir hasta trece diferentes a lo largo y ancho del territorio nacional). Su tipo numismático es el conocido como resplandor, por el gorro frigio que lleva al centro con la palabra Libertad incusa al frente, detrás del cual resplandecen rayos solares (el sol de nuestros volados). Las inscripciones de esta cara de la moneda 8R D° 1824 R.L. 10Ds 20Gs nos refieren su denominación [8 reales], la ceca o taller donde fue acuñada [Durango], el año de acuñación [1824], las iniciales del ensayador, en esta caso desconocido [L.R.] y la fineza del metal [10 dineros y 20 granos; es decir, 902.77 milésimos]. La quinta pieza de la serie fue la primera conmemorativa de México. Se le conoce como peso de caballito y fue acuñada de 1910 a 1914, con motivo del centenario del inicio de la lucha por la Independencia nacional. Su emisión se inscribe en el contexto de las numerosas actividades dispuestas por el general Porfirio Díaz ante tan importante efeméride. La pieza fue diseñada por el artista francés Charles Pillet y representa con toda nitidez el gusto afrancesado en boga en México durante los primeros años del siglo XX. La moneda muestra en su impronta una libertad ecuestre que sostiene en su mano derecha una rama de encina y, en la izquierda, una antorcha; y lleva como fondo un sol naciente que resplandece. Vale la pena señalar que el cuño de 1914 es el más apreciado por los coleccionistas contemporáneos. Aunque originalmente también se acordó la acuñación de monedas de 50 centavos con este diseño, nunca fueron aceptadas sus pruebas, las cuales, hoy en día, son sumamente apreciadas en el mundo del coleccionismo de monedas.

Finalmente, para concluir la primera serie de la Herencia Numismática de México está el peso de bolita, moneda nacida en plena Revolución Mexicana e ícono de la misma. La pieza fue acuñada rústicamente hacia octubre de 1913 en Hidalgo del Parral, Chihuahua, seguramente por órdenes de Maclovio Herrera o incluso del propio Pancho Villa. El popular nombre con que se conoce a esta pieza procede, obviamente, de su peculiar diseño, en particular del pequeño círculo que lleva al centro del campo, sobrepuesto a la denominación 1 PESO. El diseño se completa con una media guirnalda y un medio círculo de puntos que rodean al motivo principal. Debe destacarse la calidad de la acuñación lograda por la Casa de Moneda de México en esta pieza, la cual reproduce con absoluta fidelidad la rustica acuñación original, expresión de la precariedad en que fue acuñada, una verdadera moneda de necesidad. Valgan estas notas como una invitación a los amantes de la moneda mexicana para acercarse a la Herencia Numismática de México y apropiarse de una extraordinaria recreación de nuestro pasado monetario; en la que ha quedado, una vez más, plasmada las capacidades técnicas y artísticas de la Casa de Moneda de México y su calificado personal. Finalmente, cabe mencionar que estas monedas no están encaminadas a satisfacer la demanda de efectivo propiamente dicha, sino que están dirigidas a los coleccionistas y amantes del pasado mexicano; particularmente, a ese creciente grupo de coleccionistas, mexicanos y extranjeros, que han hecho de las monedas bimetálicas objeto de sus pasiones.

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LA FRUSTRADA ACUÑACIÓN DE RUBLOS PARA LA RUSIA SOVIÉTICA ANGEL VALTIERRA MATUS

1917. En México se promulga la Constitución Política que expresa el nuevo arreglo surgido de la Revolución; en San Petersburgo el Zar y sus ministros son asesinados (Anastasia grita en vano) y los bolcheviques toman el poder. Siete años después, estas dos revoluciones se acercan a través de la Casa de Moneda de México. Esta es la historia. Diversos hallazgos surgidos del proceso de catalogación del Archivo Histórico muestran claramente la importancia de este acervo para el estudio de nuestra ceca. El que aquí comentamos documenta, en particular, su marginal participación en uno de los procesos que habrían de definir la historia del siglo XX. Se trata de un expediente fechado en 1924, Núm. 1-bis, que muestra en su carátula, a máquina, la siguiente inscripción: “ACUÑACION./ Acuñación de monedas de plata para el gobierno de Rusia”; y escrita a mano: “(Se anexa un sobre con las monedas rusas que mandó el Sr. J. B. Glenn como muestra en agosto de 1924, las cuales fueron ensayadas y en el mismo sobre existe la boleta respectiva)”. Los estragos causados por la Primera Guerra Mundial y la Revolución de 1917 habían sumido a Rusia en una catastrófica situación económica y social que se evidenciaba en el desabasto y la inflación. Para tratar de remediarla, los bolcheviques tomaban drásticas medidas que iban desde el control de la banca, la nacionalización de la industria y la requisa de la producción agrícola hasta mecanismos de distribución que desplazaban el uso de la moneda. Durante años, las posiciones que propugnaban por la inmediata instauración del comunismo y las que defendían algún tipo de transición debatieron intensamente hasta que en 1921 Lenin definió lo que se habría de llamar la Nueva Política Económica, que implicaba el restablecimiento de ciertas prácticas capitalistas para lograr la recuperación de la economía. Una de ellas era la emisión de moneda, pero su industria no estaba en condiciones de realizarla. Una posible solución a este problema se encuentra en el expediente al que nos referimos. Este consta, además de las muestras que se indica en la carátula, de 28 fojas que incluyen detallados presupuestos para la acuñación en plata de monedas de cinco diferentes denominaciones así 18 LA FRUSTRADA ACUÑACIÓN DE RUBLOS PARA LA RUSIA SOVIÉTICA

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La carta, enviada cuando se suponía que las negociaciones con Rusia mostraban un gran avance, tenía el objetivo de obtener del gobierno mexicano la seguridad de que Glenn sería el conducto para tratar “cualquier caso en el que algún país solicitara del Gobierno Mexicano (…) hacer sus acuñaciones aquí; y siempre que hubiera en antecedente que él ya había iniciado arreglos con el mismo objeto” lo cual, afirma, ellos hacían demostrando a sus posibles clientes “que la competencia de la Casa de Moneda de aquí está a la altura de las mejores del mundo, y que el Gobierno Mexicano podría darles toda clase de garantías, así como la facilidad de obtener la plata aquí, pues que México ocupa el primer lugar como productor de este metal, entre todos los demás países.” como la correspondencia cruzada fundamentalmente entre Francisco Valdés, entonces director de la Casa de Moneda; Alberto J. Pani, titular de la Secretaría de Hacienda y Raúl Bailleres en representación de John B. Glenn, quien promovía la venta de plata mexicana para su acuñación en México a través de The Equitable Trust Company of New York. Diversos documentos de este expediente muestran que las gestiones de Glenn y Bailleres, que incluían a catorce países (entre los que estaban además de Rusia, Alemania, Egipto, Laplandia, Brasil y Guatemala) fueron respaldados por las autoridades mexicanas. En efecto, Bailleres, en una carta fechada el 17 de octubre recuerda que “Desde el año pasado, cuando se vio que algunos países pretendían restablecer su circulación metálica, la Secretaría de Hacienda me manifestó que vería con gusto que se hicieran algunas acuñaciones extranjeras en la Casa de Moneda de México, tanto porque con ello se beneficiaría a la industria minera nacional, como por el prestigio que eso significaría para el Gobierno Mexicano.”

El 27 de ese mismo mes, por instrucciones del secretario de hacienda, el Oficial Mayor autoriza a Valdés a dar a Glenn las seguridades que solicita, acotándolas al término de un año y estableciendo que los contratos que para ello se hicieran deberían estipular las condiciones presupuestales y técnicas establecidas por la Casa de Moneda. Aunque sabemos que esa acuñación para la naciente república soviética no se concretó, el expediente no incluye nada que indique cuál fue la suerte de esta iniciativa. Sí nos muestra, en cambio, que ya para entonces Francisco Valdés no sólo había llevado a la Casa de Moneda superar las dificultades que atravesó durante la Revolución sino que había alcanzado las condiciones técnicas y el suficiente reconocimiento como para competir en el mercado internacional. Muestra también, en este sentido, cómo nuestra ceca era considerada por el Gobierno un factor importante para la promoción de la actividad económica y el prestigio de nuestro país en el extranjero. Y muestra, finalmente, la curiosa relación que establecen dos revoluciones triunfantes, caracterizadas por su profundo contenido social, a través de conspicuos representantes del capital financiero internacional.

El día 20 Valdés le remite a Pani la carta citada acompañándola de los antecedentes de la posible acuñación de las monedas rusas y sus propias consideraciones, entre las que señala que para ello preparó un presupuesto “a base de costo porque probablemente sólo así podría nuestra Casa de Moneda competir con algunas europeas de importancia donde pudieran países extranjeros hacer acuñar su moneda; de suerte que el interés que nuestro Gobierno podría tener en el asunto, --estimo yo, -- sería sólo de orden moral para un futuro próximo y de un moderado interés material para acuñaciones subsecuentes”

DESCIFRANDO EL LENGUAJE SECRETO DE LAS MONEDAS JUAN JOSÉ ALBA GONZÁLEZ CARLOS LUCIO LOZANO

En el número anterior de la revista Ceca, se habló de producción de una moneda o medalla, pero ¿cuáles son las partes qué conforman una moneda? Lo primero que se necesita para que exista una moneda es un pedazo de metal en el cual podamos acuñar la pieza y a ese pedazo de metal le llamamos cospel, del latín “sculpere”, que significa esculpir o grabar. El cospel es llamado también plana o disco y, empleando un galicismo, flan. El cospel consta de dos lados o caras, anverso y reverso. El anverso es la cara principal de la moneda o medalla. En las monedas acuñadas por Casa de Moneda de México es donde se encuentra acuñado nuestro esplendoroso Escudo Nacional diseñado por un Ilustre potosino Francisco Eppens, quedando el reverso en el lado contrario. Se podría decir que en la moneda acuñada tenemos un tercer plano: el canto de la moneda, que es el borde exterior y lateral el cual da el espesor a la moneda. Normalmente es liso pero también se le incluyen motivos como leyendas o estrías, siendo una medida de seguridad para conservar su valor en el peso del metal. Las siguientes imágenes nos ayudaran a localizar las partes de la moneda.

Las cinco monedas enviadas por Mr. Glenn que aquí se muestran fueron sometidas a la prueba del ensaye a fin de determinar su verdadero contenido de plata. Es por ello que en cada una se observa un recorte, conocido como “bocado” que es la parte que se ensayó.

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CANTO Borde exterior y lateral, es el espesor de la moneda puede ser liso, con leyenda o estriado como medida de seguridad para asegurar el valor en peso del metal.

MARCO

ARMANDO BELMONTES: DE NAUFRAGIOS EN LIENZO FIRME

Protege los grabados del desgaste de nuestra moneda y permite que se apilen las monedas.

HÉCTOR ESQUER

MOTIVO PRINCIPAL Puede ser una efigie, escudo nacional o cualquier elemento alegórico simbólico que represente a la institución, celebración, etc.

VALOR FACIAL

LEYENDA O TEXTO

Es el valor con que se denomina la moneda ya sean pesos, dólares, euros, yenes, liras: $5, 10 euros, 5 liras etc. puede estar en números o en letras y ese es su valor mientras este en circulación.

Es la información sobre el personaje, escudo nacional o institución que emite esta moneda.

La obra de Armando Belmontes se distiende sobre inmortales y muertos y, cuando nos detiene su experiencia, vemos que su sana infección reside en revelar, revelarnos y rebelarse, ante la domesticación que nos impide conocernos. Su constante ironía estética es lomo arqueado de gato, cuadrícula devastadora para páginas escritas con tinta de espejos. Y él nos da esa parábola que tiene, por condena, las navegaciones que nos derraman; es decir: nos conmina a que lleguemos al otro lado de donde nacimos, y más allá de donde moriremos. Sus textos plásticos, puesto que la pintura posee la capacidad de esquema lírico, nos lleva a la trampa de mirar; y uno sale de la galería con la sensación de que nosotros fuimos los observados.

CAMPO Es el espacio libre o liso donde por diferencias de relieve delimita y conforma las partes de la moneda.

GRÁFILA Es un motivo ornamental que casi siempre se pone por la orilla de la moneda unida o casi unida al marco, pueden ser círculos (perlé) rayas, motivos geométricos (gráfila escalonada) etc.

EXERGO

CECA

Elemento que muy antiguamente se usaba en las monedas griegas y romanas es la parte inferior del reverso de la moneda que se dividía con una línea horizontal en ese lugar se grababa la fecha, marca de la ceca, el valor, siglas del grabador, etc. Actualmente esta en desuso, por extensión se denomina así a la parte inferior de la monedas.

Es la marca con que se identifica el lugar o institución que se encargo de su fabricación, avalando su calidad en el grabado, acuñación y la ley que es el porcentaje de pureza del metal contenido en los materiales con que se fabricó.

22 DESCIFRANDO EL LENGUAJE SECRETO DE LAS MONEDAS 22

Olas de vigilia Óleo sobre tela / 190 x 160 cm.

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Nuestro pintor conoce la muerte muy cerca de su paso, sin aludirla necesariamente en su obra, pero más intelectual que biológica, y, por ello, busca ser merecido aunque necio pero justo, y hasta cruel con la realidad; y más a la par de ninguno de nosotros. Sin embargo, como todo buen necio, le busca al afán el color prometido, la firma liberadora en el concepto que nos desdiseñe para que la creatividad concrete sinceras disoluciones. Es, para nada, sujeto, sino heredero de su propia intervención. No acepta medidas por destino, y cuando le conviene se sacrifica, y cuando es trágico hijo de la plenitud, se da a la búsqueda de diversa orfandad. Sin embargo desbarata lo que la inercia dicta a manera de poder, en esos modos de economía-política que intenta deformarnos con un engranaje “educativo” para someternos. Así, con sus herramientas plásticas, desanuda y desnuda débiles argumentos, mismos que exhibe en el lienzo con estéticas ironías. Sólo de esa manera se pone por encima del desamparo, y es guía hacia el laberinto que elige para iluminar colores y formas que nos conmueven. Alborotador social a través de psíquicas pinceladas, si bien es cierto que, no se divorcia de la tradición y la costumbre, prefiere el desorden, la aventura en una educada cátedra para la traducción de conceptos ideológicos, imágenes creativas-curativas, y que resultan la mejor terapia para una sociedad enferma de sentimientos y vanas tempestades.

Laberintos con frutero Óleo sobre tela / 160 x 190 cm.

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A la víbora de la mar Mixta sobre papel 44 x 35 cm.

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Fuga geométrica (Políptico) Óleo sobre tela / 2.40 x 2.50 mts.

Alas del purgatorio Óleo sobre tela / 160 x 190 cm.

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La mudanza Óleo sobre papel / 100 x 70 cm.

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TESOROS INESPERADOS

ACERVO HISTÓRICO DE CASA DE MONEDA DE MÉXICO FABIOLA PATRICIA MONROY VALVERDE HUGO MARTÍNEZ SALDAÑA Adentrarse en el número 13 de la calle de Apartado constituye un auténtico viaje en el tiempo. Un patio rectangular amplio, flanqueado por sobrias columnas de capitel dórico y muros amarillos que contrastan con el verde de las plantas que adornan los pasillos dan la bienvenida a los visitantes del Museo Numismático Nacional y lo remiten inmediatamente a otra época. Quienes tengan la oportunidad de visitar este atractivo museo descubrirán que posee tesoros de valor incalculable: el más obvio, la colección numismática que resguarda, aunque existen otros igual de maravillosos, como el edificio mismo, obra del ingenio del arquitecto español Lorenzo de la Hidalga, o las máquinas y herramientas de la fábrica que nos hablan de la historia de la industria en México. Sin embargo, existe uno más, que podría catalogarse como un tesoro inesperado; se trata del Archivo Histórico de la Casa de Moneda de México. Este Archivo, actualmente en proceso de catalogación, conserva documentos sobre temas relacionados con la producción de monedas y la extracción de metales en el territorio que hoy constituye la actual República Mexicana, desde la época colonial hasta finales del siglo XX. La documentación resguardada por la Casa de Moneda es parte del patrimonio nacional y una herramienta indispensable para desentrañar y comprender la historia del desarrollo económico de nuestro país. En la actualidad el Archivo Histórico se encuentra en una etapa de sistematización, la cual se inició en el año de 2010, con el objetivo de que los investigadores y estudiosos de los temas resguardados en su fondo documental los puedan consultar. De manera simultánea se están llevando a cabo medidas para que la consulta del Archivo se pueda realizar vía remota, a través de Internet. El hecho de que la plata fuera el principal producto de exportación del virreinato llevó a la monarquía española a establecer instituciones que regularan la producción y circulación de los metales preciosos, como la Casa de Moneda de México. Esto explica que la ceca mexicana sea una de las instituciones más antiguas de América, que su recorrido como acuñadora de monedas para el reino español iniciara en 1535, y que en sus fondos se encuentren temas distintos al de la producción de monedas. Por ejemplo, el documento más antiguo que resguarda este acervo es de la década de 1640: un recibo que emitió la Real Caxa a Pedro Sánchez Lobato, mercader y vecino de la ciudad de México, por 100 pesos oro que éste le adeudaba al monarca. La presencia de tal documento quizá se debe a que, paralela a la acuñación, las instalaciones de la Casa sirvieron para cobrar “los derechos del rey” sobre las miles de toneladas de plata salidas de las minas del norte novohispano a lo largo de los tres siglos que duró la colonia.

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La documentación de la época virreinal posee información todavía menos conectada con los temas generales que ya hemos aludido, como la reimpresión de una ordenanza emitida por Juan de Palafox y Mendoza el 23 de agosto de 1642, en donde el entonces virrey, ahora beato, prohíbe que los españoles y otras castas puedan ser electos como gobernadores, alcaldes u oficiales de las repúblicas de indios. Documento al que hacemos referencia por el hecho de que el año de 2011 la Casa de Moneda de México acuñó una proclama, o medalla recordatoria, para celebrar la beatificación del obispo novohispano después de casi dos siglos de que no se elaboraba una pieza así. También existe documentación sobre los gremios coloniales de plateros, batehojas y tiradores. Recordemos algo: los batehojas se dedicaban a golpear el metal hasta formar hojas del mismo y trabajaban tanto el oro como la plata, mientras que los tiradores se transformaban los metales preciosos en hilo para la confección de ropa ornamental. Así, entre la colección resguardada encontramos libros de diezmos, quintos y remaches que van del año 1731 a 1819, en cuyas páginas se asentaban los nombres de los plateros y los impuestos que pagaban a la corona española por la materia prima de su labor. Otra de las joyas inesperadas que alberga el Archivo Histórico es una “filigrana” de papel. Esta pieza fue hallada dentro de un expediente dedicado a las Ordenanzas del Arte de la Platería, impresas en la Ciudad de México.

La temática de esta pequeña obra de arte son unas granadas (o quizás manzanas) que varían en tamaño, rodeadas por sus tallos y hojas. El diseño es exquisito, ya que las frutas están caladas en forma de tablero y cada uno de sus recuadros presenta un punto rojo para darle mayor relieve. Con el inicio de la guerra de Independencia de México, el gobierno virreinal creó otros centros de acuñación que con del tiempo terminaron funcionando como casas de moneda, en lugares como Zacatecas, Guadalajara, Guanajuato, Oaxaca y Culiacán, por mencionar algunas. Al cerrarse estos locales sus archivos fueron traídos a la ciudad de México, de ahí que conservemos sus libros contables y en ellos numerosas portadas en las que los calígrafos hicieron gala de su pericia, dando por resultado documentos muy valiosos, tanto por su contenido como por su valor gráfico. La colección más numerosa del Archivo de Casa de Moneda de México es la que tiene que ver con la operación y administración de la planta de la calle de Apartado durante el siglo XIX y gran parte del XX. Este grupo se divide a su vez entre los expedientes relativos a las oficinas de operación, la administración, los recursos financieros y humanos y los servicios comerciales ofrecidos por la institución. A las secciones anteriores se añadió un rubro denominado “administración gubernamental”, en donde se encuentran documentos generados por otras instituciones del gobierno y que, sin embargo, incidieron en las actividades propias de la Casa de Moneda, tales como las aduanas o las Oficinas Federales de Ensaye, estás últimas creadas durante el Porfiriato a partir de la creciente demanda de insumos debida a la industrialización. 30 TESOROS INESPERADOS

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Uno de los subgrupos documentales más grande es el de “Pólizas”, en el que se consigna casi todo el movimiento contable de la fábrica y es fuente casi inagotable de información, pues a través de los datos ahí consignados se pueden descubrir, entre muchas otras cosas, el mundo comercial de la ciudad de México de finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, así como la gráfica del periodo, presente en los membretes de las miles de facturas que forman parte de estos expedientes.. El Archivo Histórico también resguarda documentación que atestigua y aporta información sobre uno de los acontecimientos de la historia nacional más trascendente durante el siglo XX: la Revolución Mexicana. Así, por ejemplo, se conservan informes sobre el traslado de parte de la maquinaria de la Casa de Moneda al puerto de Veracruz durante la época en que el general Venustiano Carranza fue presidente de la República.

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EL DECANO DE LOS MONEDEROS: DON ESTEBAN JIMÉNEZ CALYÉCAC ABIGAIL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ

Lo hemos visto conversar lo mismo con niños y jóvenes estudiantes que con presidentes de la República y gobernadores; connotados personajes como Don Lorenzo Servitje, Ricardo Salinas, Virginia Armella de Aspe o Federico Sescose; cautivar a avezados cronistas como Cristina Pacheco, Alberto Barranco y Héctor de Mauleón, quienes lo han presentado en sus programas de televisión, y nos ha tocado presenciar cómo lo saludan con familiaridad las más altas autoridades hacendarias y de la banca mexicana, desde secretarios de estado hasta los gobernadores del Banco de México y los actuales directivos de la banca privada. Es Don Esteban Jiménez Calyécac, el decano de los monederos.

Como parte de los tesoros de la Casa de Moneda también se encuentran: una colección hemerográfica especializada en temas de numismática, maquinaria e industria, así como planos arquitectónicos e industriales, además de diversos diseños. Auténticas joyas que serán la delicia de los interesados en estos temas. Valga esta vista general a los fondos documentales del Archivo Histórico de la Casa de Moneda de México como una invitación a descubrir y valorar el conjunto de riquezas que resguarda la institución. La comunidad que forma esta ceca puede estar orgullosa de este patrimonio, pues es su labor, sumada a la de todos aquellos que la antecedieron, la que se refleja en el archivo de la institución, atalaya grandiosa desde la que podemos observar los avatares de la trayectoria histórica de una nación desde hace casi ya 500 años.

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Nacido un dos de septiembre de 1926 en el barrio de El Rosario, en la Ciudad de México, y bautizado en la Iglesia de San Pablo, pasó su niñez en Xochimilco. Su padre, don José Jiménez, y su tío don Refugio Jiménez, trabajaban para Casa de Moneda de México; pero fue su hermano, Donaciano Jiménez, quien lo invitó a trabajar en la acuñación de monedas. En marzo del año 2013, don Esteban cumplirá 70 años de trabajar en esta Entidad que hoy se honra en hacerle una breve entrevista a modo de homenaje. ¿Cuál fue su primer trabajo en casa de Moneda de méxico y en qué consistía, Don Esteban? Antes de entrar a trabajar uno hacía “reja” en la puerta de Casa de Moneda, para esperar una oportunidad de que se le mandara llamar, por si alguno de los trabajadores no habían llegado y así poder relevarlo en su ausencia. Cuando se presentó esa oportunidad, mi primer trabajo fue barrer el piso. ¿En qué otras áreas trabajó? Revisión y cuenta de moneda fue mi primer trabajo ya formal. Posteriormente me pasaron a los hornos de recocido de cospel, en donde depositaba el cospel en los conos del horno ubicados en la parte posterior del mismo; recibiendo las cargas de los mismos hornos y llevándolos a las ollas lavadoras; colocando los rieles en los hornos y acomodándolos para que recibieran el calor necesario para continuar con la laminación. En 1943 estuve como ayudante de mi hermano Donaciano en la sección de prensas de acuñación. Mi hermano

fue quien me enseñó el proceso de acuñación debido a que Donaciano pertenecía al Sindicato y eventualmente debía asistir a las asambleas, por lo que la acuñación de las monedas recaía en mis manos hasta que mi hermano regresaba para operar la máquina. De ahí pasé al proceso del corte de cospel. Empecé en los laminadores de ajuste y a la 01:00 p. m. relevaba a los cortadores de cospel, si hacia falta personal en el desbaste. De esa forma fue como aprendí a operar todas las máquinas. Luego estuve en todas las áreas: Sonadores, Balanzas automáticas, Hornos, Corte, Laminadores, Ajuste y Compensación, en donde preparaban los sacos de monedas para ser enviados a Banco de México. Tengo entendido que usted se jubiló ya hace algunos años, pero aquí sigue. ¿Cuándo se jubiló y cuál era su puesto entonces? Era el jefe de la sección de acuñación. Durante 10 años, toda la moneda circulante del país fue acuñada bajo mi responsabilidad, hasta 1992, que fue cuando cerró Casa de Moneda de México en Apartado para ser ubicada en la Ciudad de San Luis Potosí. ¿Cómo fue que regresó a la Casa de Moneda de México después de jubilarse? 15 días después de mi jubilación recibí una llamada telefónica en donde me comentaban que en la Pinacoteca Virreinal había una exposición de Casa de Moneda de México y el Banco de México, cuyo objetivo era acuñar monedas en tiempo real; sin embargo los prensistas designados para operar la máquina de acuñación se les dificultó

montar los troqueles, por consiguiente no pudieron operar la presa –La bailarina-, por lo que me mandaron llamar. En una hora logré arreglar la máquina y dejarla lista para la acuñación. Debido a mi interés en la exposición, solicité el permiso a los Directivos de ese tiempo para asistir a magno evento en compañía de mi familia. Por lo que el Director decidió que no solo asistiría al evento sino que también operaria la máquina en la exposición y entregaría las piezas acuñadas al público asistente. Como resultado de ese trabajo realizado, los directivos decidieron llevarme al resto de las exposiciones que se tenían programadas en Monterrey, Veracruz, Colima, etc. De esa forma fue que regresé nuevamente a laborar en Casa de Moneda de México. ¿Qué fue lo que le encargaron cuando se quedó en Apartado para organizar el Museo? Una vez que cerraron las operaciones en Apartado, decidieron que mucha de la maquinaria se iría a la chatarra; sin embargo algunos compañeros buscaron la manera de rescatar máquinas, herramientas, tierras rica y demás artículos. Fue cuando el Ingeniero Portilla, la Licenciada Riverol y el entonces Director General, Alfredo Lelo de Larrea, vislumbraron la posibilidad de que Apartado se convirtiera en el Museo Numismático Nacional. ¿Cuál es la función que más disfrutó desempeñar? Todas las actividades que desempeñé fueron de mi agrado; incluso aquellas que me impusieron por castigo. Por ejemplo, cuando estuve acuñando monedas de oro y por un descuido se

me quedó una rebaba en el pantalón. Por tal motivo me mandaron al área de fundición, me pusieron a limar rieles a mano -400 rieles en 8 horas-, una actividad muy cansada. Sin embargo no duré mucho tiempo castigado y no todo fue en mi perjuicio, porque de ello aprendí a fundir los metales, a identificar las aleaciones, medir diámetros, espesores, alturas, etc.

en presencia de todos los trabajadores, además de un diploma. Cuando cumplí 65 años de servicio, contando las dos etapas, me regalaron una medalla grabada con mi rostro y, por el reverso, la imagen del patio de Apartado. Además, mis compañeros del Museo Numismático Nacional me regalaron una placa, solo por mencionar algunos reconocimientos. Todos estos premios y reconocimientos me causan mucha emoción.

¿Cuáles son sus recuerdos más memorables de todo el tiempo que ha laborado en CMM? Todo lo vivido en Casa de Moneda es bonito para mí, ya que durante 50 años trabajé el oro y como antes no había tanto control en la acuñación como lo hay ahora, se extravió una moneda de oro. Siendo las 07:00 p.m. mis compañeros, ya cansados de trabajar todo el día, preferían pagar la pieza que quedarse a buscarla; sin embargo los convencí de quedarse hasta encontrar la moneda, completar la entrega y de esa forma terminar el turno con la frente en alto. El recuerdo más bello de trabajar en el Museo Numismático Nacional es el atender, platicar y convivir con personas de todas las edades que visitan el Museo y el reconocimiento que mis jefes y mis compañeros me han dado a lo largo de mi trayectoria.

¿Tiene pensado retirarse algún día? El trabajo es mi terapia: si estuviese en mi casa, ya no estaría vivo. La mayoría de mis compañeros de trabajo ya no están vivos y los que tiene esa suerte, están muy enfermos. Por eso prefiero continuar trabajando y si Dios me da vida y salud y los directivos me dan la oportunidad, espero seguir activo hasta el 2014, cuando se lleve a cabo la Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda en México.

Sabemos lo que Usted le ha aportado a CMM, pero ¿que le aportó a Usted laborar todo este tiempo aquí? El reconocimiento y el respeto a mi experiencia, no solo con palabras sino con hechos, ya que la Entidad, a lo largo de todos estos años, me ha obsequiado aztecas, centenarios, una medalla de 5 onzas de la moneda columnaria, etcétera, 36 EL DECANO DE LOS MONEDEROS: DON ESTEBAN JIMÉNEZ CALYÉCAC

Así, a partir de 1992 Don Esteban ha recibido a miles de visitantes, a quienes con paciencia y orgullo les explica cada uno de los procesos que llevan a la acuñación de una moneda, mostrándoles el funcionamiento de las máquinas que los realizan. Cuando concluimos esta entrevista, que contó con el apoyo de don Gustavo Adolfo del Castillo, Jefe de Proyecto de Casa de Moneda, así como de don Ángel Valtierra, Subdirector del Museo Numismático Nacional, don Esteban se incorpora de inmediato a sus labores. En sus ojos, en sus pasos, en sus palabras, se percibe que se trata de un hombre que es aliado de la eternidad. CECA 37


mas rarasDEL MUNDO

LAS MONEDAS

GUSTAVO ADOLFO DEL CASTILLO NEGRETE Y CALLEJA

México es un país que se ha distinguido por la belleza de sus monedas, por las manos artesanales de Casa de Moneda de México y por los importantes premios internacionales que han recibido algunas de sus creaciones, como las más bellas del mundo. Un reporte reciente informó que entre los norteamericanos hay quienes tiran los centavos, a pesar de llevar acuñada la solemne imagen del Presidente Abraham Lincoln; y aún se sabe de países donde los ciudadanos están acostumbrados a ver el dinero como algo monótono; pero hay naciones que decidieron cambiar ese concepto diseñando monedas increíblemente divertidas, en diferentes formas y colores.

MONEDAS “3D” SOMALIA

LOS GUERREROS – BATALLA DE GRUNWALD, PALAU

PERLA GENUINA – PALAU

Todas las monedas son tridimensionales, pero no como estas que tienen formas geométricas y una textura hermosa. ¿Imaginas esa pirámide en el bolsillo de tu pantalón?

Palau es una ex-colonia Alemana y estas monedas conmemoran los 600 años del aniversario de la batalla de Grunwald, que es la batalla más larga del medioevo.

Palau nos sorprende, esta vez la moneda con una perla incrustada en plata.

MONEDA CON UN PEDAZO DEL CONCORDE, TRISTAN DA CUNHA

CENTRO DE CRISTAL AMARILLO – SIERRA LEONA

MOTOS MUY CARAS, SOMALIA

Esta moneda celebra el vigésimo aniversario del Concorde en 2009, es bañada en oro y cada una contiene un pequeño pedazo del avión, específicamente un pedazo del escudo de absorción de calor hecho en titanio del famoso avión.

Conmemora el centenario del nacimiento de Joe Adamson, autor de Born Free, con la cara de una leona.

Que más podemos decir, es una moneda con forma de moto que tiene diamantes en el reverso

PINGÜINOS – SOUTH GEORGIA

PÁJAROS PRISMÁTICOS – TOGO

CENTRO DE CRISTAL AZUL – TERRITORIO BRITÁNICO EN LA INDIA

Hermosa moneda con el mismo principio de las anteriores y con pingüinos jugando en su borde.

Simplemente al girar la moneda el pajarito cambia de color.

Esta moneda de dos libras, tiene centro de cristal azul con una tortuga grabada en su centro.

CECA hizo una selección de algunas de las monedas más raras acuñadas alrededor del mundo, según nuestro punto de vista, y tomando por rareza aquello que no suele ser común, lo cual no resta belleza a la presente selección.

MONEDA CON AROMA A OCÉANO – PALAU Además de tener un hermoso diseño, al frotarla puedes percibir el aroma del mar. No estamos seguros cómo lo hacen pero ahí está, circulando.

38 LAS MONEDAS MÁS RARAS DEL MUNDO

CECA 39


EL REINO ANIMAL – SOMALIA

MONEDA DE LA ISLA DE PASCUA – COOK ISLANDS

LOS TRES MONOS – SOMALIA

LAMBORGHINI SPORTS CAR, SOMALIA

Con formas de animales. Se nota que Somalia es el campeón de las monedas peculiares.

Este diseño de moneda es interesante, la reproducción de las famosas estatuas de la isla de Pascua pueden ser giradas para que se levante la imagen.

De nuevo Somalia al ataque con sus originales monedas de no oigo, no hablo, no veo. Consejo para los indiscretos.

Moneda de Somalia con diseño del automóvil Lamborghini.

MARIPOSAS PRISMÁTICAS – PALAU

COLMILLO REAL DE MAMUT – IVORY COAST

MONEDA DE GIBSON LES PAUL – SOMALIA

SUERTE EN LAS VEGAS – PALAU

Gírala y la mariposa cambiará de color.

Aunque es estrictamente prohibido usar colmillos de mamut para cualquier cosa, ellos las ponen en monedas.

Si hay diseño de un automóvil porqué no el de una guitarra en Gibson Les Paul ….de Somalia.

Contiene el trozo de una carta usada en un torneo de poker en las Vegas.

80 AÑOS DE LA TELEVISIÓN – COOK ISLANDS

BATALLA DE TEUTOBURG – PALAU

Para celebrar los 80 años de la televisión en 2006, esta maravillosa moneda nos muestra la imagen holográfica de la primera efigie transmitida. La de la izquierda es John Logie Baid, el inventor de la televisión electrónica y la derecha es la primera imagen en si.

Más monedas de Palau con sus batallas, rectangulares, increíbles.

*Fuente: SL.Collectores Coin Blog

40 LAS MONEDAS MÁS RARAS DEL MUNDO

CECA 41


En 1982 –XII MDC–

En 1988 –XVI MDC –

Empiezan a participar otros países latinoamericanos, entre ellos Chile y Cuba.

¿QUÉ ES LA MDC? MARÍA DEL SOCORRO JACOBO GUERRERO

En 1984 –XIII MDC –

Se lleva a cabo la primera competencia de monedas y se acepta el idioma inglés como única lengua oficial.

En 1986 –XV MDC –

En 2002 –XXII MDC –

Brasil es miembro de la MDC.

La primera Mint Directors Conference se llevó a cabo en Lausanne, Suiza, en 1962, y asistieron Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Países Bajos, Noruega, España, Suecia, Suiza y Reino Unido. Fue en esa primera reunión que la idea de una asociación de Casas de Moneda fue concebida en su forma actual.

La MDC es, además, una ventana de oportunidad a través de la cual es posible mostrar el valor cultural intrínseco de cada nación participante, en relación tanto a la numismática como a la economía, la ciencia, la tecnología y el quehacer diverso de las sociedades. En 2014 y por primera vez en un país de América Latina, México será la sede de la MDC; en tanto que, desde el año 2012, el Director General de Casa de Moneda de México, C. P. C. Marcelo de los Santos Fraga, fue electo como Vicepresidente de dicho organismo colegiado. Para ir conociendo un poco más de la MDC, podemos decir que:

En 1972 -VII MDCLas actividades llevadas a cabo en este evento marcan el principio de la universalización de la MDC.

En 1978 –X MDC– México participa por primera vez en la MDC, como observador.

En 1980 –XI MDC– Se admiten a países no europeos como miembros de la MDC por vez primera.

42 ¿QUE ES LA MDC?

En 1992 –XVII MDC–

México ya es miembro permanente de la MDC.

La Mint Directors Conference se estableció en 1962 como una iniciativa de Casas de Moneda de Europa con objetivos exclusivamente profesionales. La Conferencia fue inicialmente una asociación de colegas y amigos que asistían a juntas en su capacidad de Directores de Casas de Moneda, y no como representantes de sus gobiernos.

A lo largo del tiempo, esta Institución se ha convertido en una confederación internacional cuyos objetivos y alcances forman parte de las estrategias globales de comercialización de cada uno de sus miembros; a la par de compartir conocimientos acerca de desarrollo tecnológico e industrial.

Se acepta a Colombia como miembro de la MDC.

Se acepta a Chile como miembro de la MDC.

MINT DIRECTORS CONFERENCE 1962 – 2012 NUM

AÑO

PAÍS

CIUDADES

I

1962

SUIZA

LAUSANA

II

1963

ALEMANIA

MUNICH

III

1965

AUSTRIA

VIENA

IV

1966

ESPAÑA

MADRID

V

1968

ALEMANIA

STUTTGART

VI

1970

NORUEGA / SUECIA

OSLO / ESTOCOLMO

VII

1972

REINO UNIDO

LONDRES

VIII

1974

FRANCIA

PARIS

IX

1976

BÉLGICA

BRUSELAS

X

1978

ITALIA

ROMA

XI

1980

PAISES BAJOS

UTRECHT

XII

1982

PORTUGAL

LISBOA

XIII

1984

DINAMARCA

COPENHAGUE

XIV

1986

CANADÁ

OTTAWA

XV

1988

EUA

WASHINGTON, DC

XVI

1990

REINO UNIDO

EFFIGHAM PARK

XVII

1992

ESPAÑA

MADRID

XVIII

1994

FINLANDIA

HELSINKI

XIX

1996

POLONIA

VARSOVIA

XX

1998

SUDÁFRICA

PRETORIA

XXI

2000

AUSTRALIA

CANBERRA

XXII

2002

JAPÓN

OSAKA

XXIII

2004

EUA

SAN FRANCISCO

XXIV

2006

FRANCIA

PARIS

XXV

2008

COREA

BUSAN

XXVI

2010

AUSTRALIA

CANBERRA

XXVII

2012

AUSTRIA

VIENA

XXVIII Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda: México.

CECA 43


“EL CENTENARIO” LA INVERSIÓN MÁS SEGURA MIGUEL ANGEL IBARRA OLIVARES

ETERNIDAD DORADA Cuando en el s. V a.C. Píndaro describió el oro como «hijo de Zeus, al que no devoran ni la polilla ni la herrumbre, pero cuya suprema posesión devora la mente del hombre», expresó en pocas palabras toda su historia. El oro goza de esa clase de longevidad con la que todos soñamos. Su resistencia tenaz a la oxidación, su anómala densidad y su maleabilidad inmediata, esos atributos naturales y simples, explican todo lo que hay tras el romance del oro (incluso la elección de la palabra inglesa gold no es caprichosa; procede de gelo, que en el inglés antiguo ese término significaba «amarillo»).

LAS PRIMERAS MONEDAS DE ORO Y PLATA Herodoto escribió alrededor del año 430 a.C, acerca de los Lidios “como el primer pueblo que acuñó monedas de Oro y Plata”. Tenemos por lo tanto razones para designar a Lidia como el lugar donde nació la Moneda, hecho sobre el cual trabajaron los arqueólogos en el siglo XX, sobre el sitio de la antigua Sardis , capital del Reino, donde encontraron pequeños lingotes redondos de un metal llamado “ electrum” o “electro”. No es oro puro, sino una aleación natural entre oro y plata. Se encontraba en abundancia en las montañas de Lidia y sobretodo en los depósitos aluviales del Pactolo, el cual conservó una reputación de riqueza, que su estado actual no justifica más. 44 EL “CENTENARIO” LA INVERSIÓN MÁS SEGURA

EL CENTENARIO

¡SEGURIDAD DE ORO!

Esta pieza se acuñó en 1921 como moneda de cuño corriente, para conmemorar el primer centenario de la Independencia de México. Posteriormente en 1931, se suspendió su acuñación y no fue sino hasta 1943, que se volvió a acuñar debido a la creciente demanda de monedas de oro que existía en esa época.

Vender su oro hoy en día sería como vaciar el contenido de su botella de agua en pleno desierto. Incluso si la mayoría aún no razona en esos términos, cada vez más las personas están menos dispuestas a intercambiar un bien que tiene el mismo valor desde hace 6000 años (actualmente se puede comprar una vaca con dos onzas de oro, como en la época del Faraón Tutmosis III) a cambio de una moneda en caso de necesidad.

Famosa por su belleza y sus dimensiones, ya que es un 20% más grande que su compañera americana la Eagle de 1 Onza. La convierte en una pieza de gran tamaño, compuesta por 37.5 gramos de Oro puro sobre un total de 41.66 gramos, la proporción es de 90% de Oro y 10% de cobre para asegurar la solidez y durabilidad de la moneda, como se hace con la mayoría fabricadas en occidente. Y hay que decir que las inversiones no se limitan a quienes pueden comprar esta pieza maestra acuñada por Casa de Moneda de México; sino a todos aquellos en los diversos estratos sociales y económicos . Lo anterior debido a que fue creada toda una familia que fluctúa entre los 1400.00 pesos hasta casi 30,000.00, siendo este último el centenario de 50.00 pesos oro, pasando por 5 diferentes pesos y dimensiones que permiten a cualquier persona iniciar la inversión más segura de su vida.

LAS MONEDAS EN CIFRAS Más de 12 millones de monedas fueron fabricadas entre 1921 y 1972. Las monedas acuñadas en 1947 son de muy buena calidad, pero las realizadas anteriormente son posiblemente más caras.

Cuando compramos oro como seguro, no existe nunca un mal momento para comprar, ya sea que la cotización esté alta o baja. Y las empresas dedicadas a ello, que proponen el oro como un seguro anti-crisis, lo han comprendido bien. Es por eso que su business model es radicalmente diferente y está instalado en la duración. Por ello estas empresas así como los poseedores de este precioso metal estarán siempre allí cuando el sistema económico y financiero se desmorone, ya que los seguros nunca quiebran cuando no hay siniestro. La última crisis financiera mundial ha dejado en claro que el dinero es un bien tan volátil que puede desvalorizarse rápidamente. Nada se deprecia más rápido que un billete y esa costumbre que tenemos de querer tocar el papel para sentir que es nuestro se diluye a diario. Según los expertos el precio del oro seguirá subiendo en corto plazo, lo que beneficiara a las personas que tienen su capital invertido en este metal. En los últimos días ha alcanzado cifras records, por lo que se prevé una alta rentabilidad del oro.

¿A QUÉ PRECIO VALE LA PENA UNA ONZA DE ORO? Es muy difícil saberlo, ya que depende de las fuerzas del mercado tanto por compradores y vendedores. Así que en lugar de especular sobre invertir en oro, es mejor que ponga atención al siguiente enfoque.

Cuando los americanos tuvieron de nuevo el derecho de poseer oro el 31 de diciembre de 1974, la moneda de 50 Pesos Centenario fue rápidamente abanderada de las adquisiciones en la industria del oro físico.

La mejor alternativa es no comercializar el oro, es decir verlo más bien como un seguro porque el oro, históricamente, es muy volátil y tiene movimientos erráticos en su precio de contado. Tratar de adivinar los movimientos a corto plazo de los precios es casi imposible. En cambio sí lo vemos como un seguro, el oro mantendrá su valor a través de una amplia gama de escenarios económicos y esa es una razón por lo cual es tan atractivo durante una recesión económica.

“TAN BUENO COMO EL ORO“

COMO ARMAR UNA COLECCIÓN

Esto quiere decir que el oro es algo seguro cuando se trata de inversiones en oro. El truco para invertir en oro es saber la diferencia entre el oro y otras clases de activos, acciones, bonos, bienes raíces, dinero en efectivo, entre otros.

Por tipos: se adquiere una sola moneda para representar toda la acuñación del mismo diseño. La ventaja es que podemos utilizar la más común, y por tanto la variedad menos costosa, para representar a todas las demás monedas del mismo estilo o “tipo”. Esto es aplicable no solo a las monedas actuales, sino a todas las acuñaciones pasadas de cualquier moneda.

Hay que citar también, la acuñación de un tipo realizado en 1943, unos 89.000 ejemplares, de un diámetro superior, unos 39mm, pero de un peso idéntico a las otras monedas.

CECA 45


ACUÑARON ESTE NÚMERO - Por series: requiere reunir todas las variedades de cada tipo, es decir un ejemplar por cada año, material y ceca. Se adapta mejor a las monedas de acuñación reciente.

VALOR FACIAL

PESO TOTAL

DIÁMETRO

ESPESOR

2.O Hidalgo

1.70 grs

13 mm

0.98 mm

2.5 Hidalgo

2.0833 grs

15.4 mm

0.84 mm

5 Hidalgo

4.19 grs

19 mm

1.05 mm

10 Hidalgo

8.33 grs

22.5 m

1.42 mm

20 Azteca

16.65 grs

27.5 mm

2.44 mm

ÁNGEL VALTIERRA.

Contador Público por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Socio Director de “Marcelo de los Santos y Cía.” Fundador de “Productividad. Asistentes Administrativos”. Presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos de 1992 a 1993. Representante ante el Comité de Membresía de la Federación Internacional de Contadores desde 1997. Alcalde de la Ciudad de San Luis Potosí de 2000 a 2003. Gobernador Constitucional del Estado de San Luis Potosí de 2003 a 2009. Director General de Casa de Moneda de México desde 2010. Vicepresidente de la Conferencia Mundial de Directores de Casas de Moneda desde 2012.

Ciudad de México, 1952. Estudió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. A partir de 1982 ha laborado en diferentes entidades de la administración pública en áreas relacionadas con la comunicación y los programas sociales, entre ellas RTC y el antiguo Canal 13; el CREA, donde fue subdirector de la revista “Encuentro”; la Delegación Álvaro Obregón, donde fue subdelegado de Desarrollo Social y la Condusef, donde dirigió la revista institucional “Proteja su dinero”. Colaboró en la revista “México desconocido” y más recientemente ha publicado notas sobre el Museo Numismático Nacional en diversos medios, entre ellos el Boletín de la Sociedad Numismática de México. Es Subdirector del Museo Numismático Nacional.

IGNACIO PADILLA. Narrador, Ensayista y Dramaturgo. Nació en la Ciudad de México en 1968. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Ha ejercido la docencia de Literatura Inglesa en la Universidad de Edimburgo y es doctor en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca. Su obra ha recibido los Premios Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes 1989; Kalpa de Ciencia Ficción, 1994; Juan Rulfo para Primera Novela, 1994; Cuento Infantil Juan de la Cabada, 1994; Ensayo Literario Malcolm Lowry, 1994; Ensayo José Revueltas, 1999; Primavera de Novela, 2000; Nacional de Dramatugia, 2008; de Obra de Teatro para Niños, 2008; Premio García Márquez de Estación Palabra 2009; Debate-Casa de América, en 2010 y Premio Hispanoamericano de Novela “La Otra Orilla” en 2011. Ha desempeñado además labores diplomáticas y dentro de la Administración Pública en diversas Instituciones de Cultura. Recientemente fue designado como Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua.

DAVID OJEDA.

2.0 HIDALGO

San Luis Potosí, 1950. Ha publicado los siguientes libros: Bajo tu peso enorme (Tierra Adentro, cuentos, México, 1978), Las condiciones de la guerra (Premio Casa de las Américas, cuentos, La Habana, 1978; reeditado por la Universidad Autónoma de Zacatecas, 2008), Cuando el espejo mira (Boldó i Climent, cuentos, México, 1989), Los testigos de Madigan (Verdehalago, poesía y cuentos, México, 1995), El teorema de Darwin (Conaculta, cuentos, México, 2000), Entre sierpes y lagartos. (Conaculta, colección La Centena, ensayo, México, 2005), La santa de San Luis (Tusquets, novela, México, 2006), El hijo del coronel (Tusquets, novela, México, 2008), Perros de casa (Ediciones sin Nombre, cuentos, México, 2010). Ha practicado la traducción del inglés (La ira del águila, diez cuentos de Sylvia Plath, Boldó i Climent, 1987; Niños en exilio, poesía de James Fenton, Ediciones sin nombre / Juan Pablos Editor, 1999; La Biblia de los sueños, cuentos completos de Sylvia Plath, Taberna Libraria Editores / UAZ, México, 2011. En la actualidad se desempeña en la investigación, la docencia, el periodismo y la gestión editorial.

13mm

2.5 HIDALGO

MARCELO DE LOS SANTOS FRAGA.

5 HIDALGO

19mm

15.4mm

SALVADOR GARCÍA LIMA.

10 HIDALGO

Ciudad de México, 1959. Labora en Casa de Moneda de México desde 1980. En 1999 se integró al proyecto del Museo Numismático Nacional, colaborando en la organización y distribución de los espacios de exhibición, así como en el rescate y ordenamiento de sus acervos. A partir del año 2000 echó a andar un proyecto de Historia Oral de los Trabajadores de la Casa de Moneda. En 2005 publicó “Tradición y modernidad, la Casa de Moneda de México entre dos siglos” en el libro La acuñación en México 1535-2005. Actualmente está a cargo de los Servicios Educativos del Museo.

20 AZTECA

JUAN CRISTÓBAL DÍAZ NEGRETE.

22.5mm

46 EL “CENTENARIO” LA INVERSIÓN MÁS SEGURA

27.5mm

Licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En 1990 se incorporó al Banco de México, primero como investigador y actualmente como Jefe Técnico de su Oficina de Acervo Numismático, teniendo a su cargo la Colección Numismática del Instituto Central. A lo largo de los años ha realizado el diseño y montaje de numerosas exposiciones numismáticas y colaborado en diferentes publicaciones como Antología Minera de México(SEMIP, 1994), El billete mexicano (Banxico, 1999), La moneda Mexicana (Banxico, 2000), La distribución de moneda en México(Banxico, 2004), Acuñación en México, 15352005 (Casa de Moneda de México, 2005), En torno a los cajeros general y principales del Banco de México (Banxico, 2009), Moneda: Independencia y Revolución (Banxico, 2009) y De plata y papel. El dinero de insurgentes y revolucionarios(Banxico-MIDE, 2010). Desde 1989 se desempeña como docente en el Sistema de Universidad Abierta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

JUAN JOSÉ ALBA GONZÁLEZ. San Luis Potosí, San Luis Potosí, México, 1969, Ingeniero Mecánico Electricista por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, ingresa en 2003 a la Sociedad Numismática de México, A.C. y el mismo año a la Asociación Numismática de San Luis Potosí, A.C., de la cual es presidente desde el año 2011.

CARLOS LUCIO LOZANO. San Luis Potosí, México, 1960. Licenciado en Comunicación Grafica egresado de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México actualmente se desempeña como Grabador de Casa de Moneda de México, cargo que ocupa desde 1989.

ARMANDO BELMONTES. Zacatecas, Zacatecas, 1960. Pintor y Dibujante, también ha incursionado en otras disciplinas como la Escultura y el Arte Conceptual. En 2004 viajó a España para realizar estudios de Investigación Museográfica. Ilustrador del número 50 de la Revista Tierra Adentro, bohemio apasionado, ex futbolista, actualmente es coordinador de Artes Plásticas del Instituto Potosino de Bellas Artes, donde desarrolla diversas actividades de curaduría, museografía y escenografía. Entre otros reconocimientos, obtuvo el Primer lugar en Escultura, Premio 20 de Noviembre de San Luis Potosí, en 2004; fue seleccionado en la modalidad de Escultura dentro de la VI Bienal de Monterrey, N. L., en 2003; ganador en la Bienal Alfonso Michel de Colima, Colima -Premio de Adquisición-, en 1995; y Mención Honorifica en el Premio de Pintura del Ex Convento de San Agustín, Zacatecas, Zacatecas, en 1991.

HÉCTOR ESQUER. Villa Juárez, Sonora, 1958. Actor, Escritor y Promotor cultural. Radica en San Luis Potosí desde 1978. Estudió Psicología educativa en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha obtenido diversos reconocimientos como: Premio de periodismo en crónica Filomeno Mata, en 1994; y el premio de poesía Manuel José Othón, en 1958. Actualmente trabaja como Encargado de la Biblioteca Central del Estado de San Luis Potosí.

FABIOLA PATRICIA MONROY VALVERDE. Ciudad de México, México, 1970. Historiadora. Maestra en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Especialista en archivos históricos. Miembro del Comité Nacional Mexicano del Consejo Nacional de Monumentos y Sitios, organismo “A” de la UNESCO. Actualmente labora en el proyecto de catalogación del Archivo Histórico de la Casa de Moneda de México.

HUGO MARTÍNEZ SALDAÑA. Ciudad de México, México, 1981. Historiador. Maestro en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora. Ganador de una mención honorífica a la mejor tesis de licenciatura, otorgada por la Asociación Mexicana de Historia Económica. Actualmente trabaja en el proyecto de catalogación del Archivo Histórico de la Casa de Moneda de México.

CECA 47


ABIGAIL SÁNCHEZ RODRÍGUEZ.

MARÍA DEL SOCORRO JACOBO GUERRERO.

Nació en la Ciudad de San Luis Potosí, México, en 1981. Estudió Administración de Empresas, Procesos de Producción e Ingeniería Industrial. Laboró en el sector Automotriz y en el sector MetalMecánico en diferentes áreas de Calidad. En 2008 se integró a Casa de Moneda de México apoyando la transición del Sistema de Gestión de la Calidad de la norma ISO 9001:2000 a ISO 9001:2008. Además se ha desempeñado como Auditor Líder en las auditorías internas del Sistema de Gestión de la Calidad de Casa de Moneda de México.

Nació en la Ciudad de México. Ha desempeñado diversos puestos en la Iniciativa Privada, siendo los de mayor relevancia el de Coordinación del Departamento de Producción para una firma líder de Consultoría en Alta Dirección de Empresas. También ha coordinado la organización de convenciones internacionales tanto de la Academia Nacional de Medicina como del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, y actualmente se encarga de los preparativos de la XXVIII MDC México 2014.

GUSTAVO ADOLFO DEL CASTILLO NEGRETE Y CALLEJA.

MIGUEL ÁNGEL IBARRA.

Nació en la Ciudad de México en 1939. Estudió en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha trabajado para el Sol de México, La Prensa, el Diario de México, La Afición, Stereo 100. Fue Cronista en el Noticiero de Pepe Cárdenas y Gerente de Redacción de Noticieros de Canal 13 de IMEVISION. Premio Nacional de Periodismo en 1999, por el ensayo “Del Castillo de Chapultepec a Los Pinos” y Premio Calendario Azteca 2012 por el reportaje “Esta Estatua de Cuauhtémoc no es Cuauhtémoc.” En 2010 recibió un reconocimiento por sus 50 años de trayectoria, de manos del Dr. José Narro, Rector de la UNAM.

Ciudad de México, 1972. Analista Programador, trabajó en la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios y Servicios Financieros (CONDUSEF), y actualmente se desempeña dentro del Área de Comercialización de Casa de Moneda de México como Jefe de Proyecto.

MONEDA “BICENTENARIO” DE UN KILOGRAMO DE ORO Anverso: Al centro, el Escudo Nacional en relieve escultórico circundado en semicírculo superior con la leyenda “ESTADOS UNIDOS MEXICANOS”. Rodeando a éste y siguiendo el contorno del marco, la reproducción de diferentes escudos utilizados a través de la historia de nuestro país, así como del águila que se encuentra en la parte central de la primera página del Códice Mendocino. El marco es liso. Reverso: En el campo superior en semicírculo el texto “BICENTENARIO”; bajo éste, el número “1810”; y debajo, el número “2010”. Al centro, en perspectiva, la figura de la Victoria Alada de la Columna de la Independencia; en el campo izquierdo, en semicírculo, la leyenda “1 Kg ORO PURO”; en el campo inferior derecho en conjunto, el número “200” y la palabra “PESOS”, gráfila escalonada; en el exergo, la ceca de la Casa de Moneda de México. El marco es liso. Características técnicas: Valor nominal: 200 pesos / Diámetro: 90 mm. / Canto: Parlante-Independencia y Libertad / Metal: Oro / Peso: 1000 gr. / Acabado: Espejo / Ley: 0.999

48 48 ACUÑARON ESTE NÚMERO


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