2 minute read

Guillermo del Toro y el Oscar

EnRIque AlONsO CERvAntes

Pinocho de Guillermo del Toro ganó este domingo el Oscar a mejor película de animación. El director mexicano obtuvo de esta forma la tercera estatuilla de su trayectoria. Lo hizo con lo que él mismo ha llamado una de sus obras más personales. Basada en un clásico literario, que traslada a Italia durante el fascismo, le ha permitido profundizar en algunos de los temas que ha tocado en sus películas, como la relación entre padres e hijos. Después de haberse hecho un nombre en Hollywood como el maestro de los monstruos, el cineasta se ha consagrado gracias a la marioneta de madera más famosa del cine. El viaje de Del Toro (Guadalajara, México, 58 años) ha sido uno de vuelta al origen. La cinta, que co-dirige junto a Mark Gustafson, está realizada en stop motion, que permite simular el movimiento de las figuras gracias a una fotografía cuadro a cuadro. Es la misma técnica con la que el cineasta experimentó en sus primeros cortometrajes. De hecho, pensó hacer su primer largometraje de esta forma, con personajes de arcilla y plastilina. Pero alguien vandalizó el estudio de animación y destruyó los títeres que había construido junto a su socio mientras ambos veían Viridiana. “Hoy el stop motion está vivo y bien”, dijo Gustafson, quien agradeció a Del Toro ser la génesis del proyecto y también de “su problema con la bebida”, bromeó. Este debut en stop motion llegó de la mejor forma posible. Fue con una producción de Netflix en la que el director tuvo a su disposición la mejor tecnología y los mejores artesanos de la animación en Portland (Estados Unidos), Manchester (Reino Unido) y Guadalajara, la ciudad natal del cineasta. “El stop motion está en extinción permanente porque toma mucho tiempo, toma mucho esfuerzo y es todo físico”, afir- mó el director hace unos meses. El rodaje con las marionetas se prolongó durante 1.000 días. Este es el primer premio en la categoría de animación para Netflix. La película se estrenó en la plataforma en diciembre. A lo largo de la campaña hacia los Oscar, el director mexicano abanderó una cruzada en defensa del gremio de quienes se dedican a la animación, un mensaje que repitió con la estatuilla en la mano. “La animación es cine, no es un género. Está para llegar al siguiente nivel, por favor, ayúdennos, manténganla presente en sus conversaciones. Animar es dar alma a algo que no la tiene. Es el vehículo perfecto para abordar las grandes cuestiones del universo”, señaló el cineasta en el teatro Dolby de Los Ángeles. Del Toro reiteró este mensaje durante toda la campaña hacia el Oscar: la animación no es un género para niños, es un medio para contar historias. Del Toro ya tenía una larga experiencia en el campo, en el que había apostado por otras técnicas. Es productor y director de las series Trollhunters y Cuentos de Arcadia para el estudio Dreamworks. Sus palabras tuvieron mucho eco entre quienes se dedican a este género. A finales de febrero ganó el Annie, considerado el Oscar de la disciplina. “Puedo decir que deseaba mucho este maldito premio. ¡Es el más bello del mundo!”, dijo en la ceremonia organizada por la Asociación Internacional de Cine de Animación. “Pinocho fue hecha por artistas, y los animadores fueron tratados como el elenco y no como técnicos”, añadió después de llevarse el gran premio de la asociación, lo que aumentó las posibilidades de triunfo en los Oscar. Enhorabuena para este gran director tapatío, sin duda lo mejor está por venir.

Advertisement

This article is from: