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Que viva México

EnRIque AlONsO CERvAntes

Quien no conoce la historia está condenado a repetirla. Y quizas ahi tendriamos que haber incluido las guerras socioculturales o de cambio de regímenes que ha padecido el México contemporáneo: entre liberales y conservadores; los supuestos “buenos” y “malos”; “la mafia del poder” y “el pueblo bueno”; los pueblos originarios y los invasores; “chairos” y “fifís”, los de arriba y los de abajo. Una guerra donde los que no están conmigo, están contra mí. Un México convertido en el país de las mil y una guerras, entre reales y ficticias. Porque, desafortunadamente, llevamos años, si no es que siglos, viviendo una confrontación tras otra, y el mundo del cine no es ajeno a esto. Es en este contexto que nace la película ¡Que viva México! (disponible en cines el 23 de marzo de 2023), una ácida fábula social y una venenosa sátira política; un esperpento con mucho humor negro que, como un espejo desalmado, nos muestra y retrata a todos, pero no en un tono realista o naturalista, sino con la distorsión que dan la parodia, la farsa, el realismo mágico y la caricatura. Porque qué terrible sería que el mundo y el país que retrata, existieran verdad: un lugar sin nadie que se salve o se redima, donde sea difícil adivinar quién es peor, si el envidioso, el avaro, el corrupto, el chantajista, el traidor, el ratero, el cómplice o el asesino... O peor aún, el pariente o el vecino.

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¡Que viva México! es un mural con decenas de personajes deliberadamente tipados, donde cada uno representa algo más que a sí mismo; pretende un microcosmos, una alegoría o metáfora de todo un país en el que estén nuestros valores y anhelos, nuestras nobles instituciones y grandes pero también, la música popular, la sabrosa comida y el gastado folclor; en ese pequeño infierno personal al que todas y todos pertenecemos y para mal, tenemos y padecemos: la familia. Ya lo dijo León Tolstói y esta película lo parafrasea: Todas las familias felices (si es que existen) unas a otras, pero cada familia infeliz, lo es a su propia manera. Hoy, sociedad en general hemos encontrado nuevos canales para ser infelices Ampliamos esta realidad con la complicidad de las redes sociales y las gías, que han agravado hasta el hartazgo los enfrentamientos añejos. de intolerancia, polarización y racismo, tiempos, insisto, del que no está contra mí. En México lo escuchamos a diario (aunque irónicamente creímos las elecciones de 2018 nos libraríamos de esto).

No puede dejar de sorprendernos, que la llegada de la tan anhelada transición cracia, a la par de ayudarnos a entendernos mejor, haya exacerbado también ferencias y generado rencores entre nosotros. Para bien o para mal, o más mal, este universo de confrontaciones no es privativo de México. Por ello xico! juega en el otro sentido. Es una película muy ambiciosa. No solo su duración de 189 minutos, su numeroso reparto o sus valores de producción, lo complicado y laborioso que fue reproducir dos mundos opuestos y asi monocromático se ha quedado detenido en el tiempo y nos ubica imaginariamente mediados del siglo XX, el cual representa nuestra historia, atavismos y

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