Revista de Asuntos Urbanos • Edición 21 • ISSN: 0123-238X
Edición 21 Especial 30 años • ISSN: 0123-238X Ciudad, revista de asuntos urbanos
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Ciudad, revista de asuntos urbanos Edición 21 Especial 30 años • ISSN: 0123-238X
Diseño,conceptualización y fotografía Minkalabs
PORTADA
CONTENIDO Editorial................................................................................................... 2 Diario de una celebración….................................................................... 4
Por: Olgalucía Echeverrig...............................................................................................................4
La ciudad / panóptica en la ciudad / multitud
Por: Ana Patricia Noguera............................................................................................................10
Ciudad fragmentada y ciudad light
Por: Guillermo Álvarez A..............................................................................................................15
Ciudad Rizoma
Por: Cecilia Inés Moreno Jaramillo...............................................................................................17
La ciudad: promesa moderna de razón y de luz
Por: Fernando Cruz Kronfly..........................................................................................................22
Lectura y ciudadanía
Por: Herman Montoya Gil............................................................................................................27
Tiempo marcado y pintado 1963 – 2013.............................................. 30 La participación ciudadana, el urbanismo y la perspectiva de género Por: Amantina Osorio Ramírez.....................................................................................................32
Revista ciudad 30 años
Por: María Victoria Álvarez ........................................................................................................39
Canción triste
Poema de Oleg Echeverrig.............................................................................................................41
¡Añoranza de mis barrios de familia!
Por: Ivoneyda Álvarez...................................................................................................................42
Huella estampida, obra poética 2012-1980 de Omar Castillo
Óscar Castro García Carlos Alberto Álvarez Muñetón..................................................................................................47
Habitar verde
Por: Edwin Diéz............................................................................................................................50
¡Aquí…Cosquin…!
Por: Edwin Diez............................................................................................................................53
Ex-libris................................................................................................. 55 Los procesos de planeación participativa Por: Marcela Ruiz Saldarriaga Claudia Ma. Yela Cardona.......................................................57
CIUDAD, revista de asuntos urbanos Edicion No. 21- septiembre 2013 Licencia 0013 de mayo de 1984 ISSN 0123-238X Sede: Calle 48 Nº 38 – 55 Tel: 228 16 83 CORPORACIÓN CIUDAD, Centro de estudios urbanos Medellín, Colombia E-mail: corporacionciudad@une.net.co, lguillermoalvarez@gmail.com - revistaciudadcolombia@gmail.com Revista virtual http://issuu.com/revistaciudadcolombia Director Guillermo Álvarez Á. Consejo Editorial Darlo Ruíz Gómez, Mario Vélez S, Olga Lucia Echeverri Gómez, Gustavo Vivas R, Osvaldo León Gómez C, Federico Giraldo V. Diseño y Diagramación MINKALABS Tel: 448 8053 Carrera 66 No. 48C - 13 info@minkalabs.co www.minkalabs.co Contabilidad Fabio Cardona Vargas Suscripciones y Ventas Calle 48 Nº 38 – 55 Tel: 228 16 83 Cel: 315 830 67 31 Corresponsales Gustavo Vivas R. España; Elsa Ruiz, Francia Gloria Havautis, EE-UU María Clara Mejía B. EE.UU Amantina Osorio R. Canadá Diana Madrigal, Alemania Fundadores John Jairo Hoyos Ochoa Luis Guillermo Álvarez Álvarez Cofundadores Estanislao Zuleta (+), Fernado Cruz Kronfiy, Fabián Rendón(+), Carlos Granada, Dario Ruíz Gómez, MarioVélez S. Andrés Velásquez R, Fernando Viviescas M, Gustavo Vivas R, Osvaldo León Gómez, Federico Giraldo Valencia, José Luís Rodríguez Solis, Hubert Ariza, Jaques April, Emilio Latorre, Edgar Váquez B, German Colmenares, Anibal Patiño, Alberto Saldarriaga R, Verónica Perfetti, Benjamín Barney, Jorge Mazo, Samuel Jaramillo, Antonio Montañas, Rogelio Salmona(+), Silvia Arango, Armando Silva, Pedro Santana, Gloria Gaitán, Saúl Sánchez, María Clara Mejía, Amantina Osorio R, Juan Camilo Ruiz, Fabio Betancur, Carlos Estaban Arrubla P, Jaime Jaramillo Panesso, Carlos Julio Calle (+), Juan Luis Mejía, Fernando Arbeláez, Alberto Aguire (+), Manuel Mejia Vallejo(+), Luis Guillermo Pardo, Juan Fernando Álvarez (+), Omar Castillo, Aura López, Juan Guillermo Betancur, Hernán Henao Delgado(+), Margarita Gómez, José Martínez S, Elsa Ruiz, Beatriz Gómez, Gloria Lucía George, María Eugenia Beltrán, Gloria Burgos, Victor Gaviria, Rubén Darío Lotero, Ramiro Tejada, Fernando Baena, Alberto Baena, Pedro Cano(+), Raúl González, Ligia Pimienta(+), Luz Ruiz de Baena(+), Jorge Rodas, Edwin Diez, Alvaro Pardo C.(+), Hernán Darío Villegas, María Eugenia Arango, Antonio Restrepo(+), Juan Guillermo López(+). CIUDAD, Revista de Asuntos Urbanos, es una publicación que revela, en palabras, e imágenes, el devenir de las ciudades colombianas y que se propone articular discusiones sobre la vida urbana, con el fin de hacer de la ciudad una humana y alegre residencia y morada para el ciudadano. Siendo de carácter pluralista e interdisciplinaria las opiniones expresadas son de los autores, reservando la sección editorial para manifestar los puntos de vista o criterios de la revista. «La Ciudad para los ciudadano» Resume nuestro criterio urbanístico sobre la ciudad LAS OPINIONES FIRMADAS SON RESPONSABILIDAD ÚNICA DE SUS AUTORES
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Editorial
Si damos un vistazo en retrospectiva a las ediciones de Ciudad, revista de asuntos urbanos, en estos treinta años, podemos comprobar relevantes cambios en el discurso urbano. Por 1983 padecíamos las ciudades autoritarias del Estado de Sitio y los decretos en estado de excepción eran generalizados, sustituyendo al legislativo. En Latinoamérica predominaban las dictaduras “retardatarias”- “reaccionarias”, unas y “progresistas”-populistas, otras, derivadas de frecuentes golpes de estado.
En las oficinas de planeación municipal y en la academia se hablaba con rigor del sentido de habitar la ciudad, de arquitectura a escala, de la casa y el barrio, de distribución territorial de funciones de ciudad, de ciudad funcional o ciudad jardín y de urbanismo plasmado en Planes de Ordenamiento Territorial POT. Para secundar esas reflexiones nació en 1982 el CEHAP (Centro de Estudios del Habitat Popular), en la Universidad Nacional de Colombia sede Medellín.
Acabábamos de salir del régimen de excepción del fatídico, para ese entonces, “Estatuto de Seguridad” de Turbay para entrar al estruendoso canto de la Tía Amnis con las palomitas de Belisario. No había llegado la libertad sexual que hoy gozan los jóvenes, pero sí la delincuencia juvenil y las drogas, el narcotráfico estaba en alza, en contubernio con el establecimiento empresarial en un mal disimulado narco capitalismo.
En el estudiante primaba la búsqueda de conocimiento más que el de una profesión lucrativa en términos de dinero.
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Aunque estaba entrando en escena el desmonte del precario estado de bienestar, o Estado Social de Derecho (ESD) con el surgimiento del Estado Aupador del Mercado (EAM) inspirado en la religión de “todo lo que rente vale” insignia del neoliberalismo, quedaban
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todavía vestigios del humanismo liberal. Había pobreza y dificultades, pero había solidaridad y filantropía; había sentido de servicio y cortesía con gratuidad: ¡la gente se prestaba favores, sin interesarle un excedente dineril! Con la apertura económica y privatización de las rentables empresas del Estado, forjadas con dineros contribuyentes, en ejercicio del proteccionismo económico a la sociedad, compitiendo con el sector privado donde éste no invertía porque no le era rentable ofrecer a precios políticos al costo de producción; Virgilio Barco inició ese desmonte, acentuado al máximo por César Gaviria. Ya permeada la economía y la sociedad por el narcotráfico, que hizo circular dinero y sangre a granel, comienza la confrontación entre narcos y entre estos y el estado. Surge la ciudad domada por los invisibles, aterrorizada e irisada de miedo: una ciudad arrodillada El “pensar la ciudad” fue una saeta esperanzadora, en un momento en que se derrumbaban las utopías socialistas y los fundamentalismos disolvían toda esperanza. La nueva derecha refundó un liberalismo mesiánico carente de humanismo y solidaridad y amigo de la crueldad. La “certeza” de No Futuro invadió las mentes y el ambiente todo en un tinglado de vacío. El irreparable daño que la industrialización del planeta le hace a la naturaleza dejó de ser sentencia de una voz agorera de unos pocos, para generalizarse, a pesar de quienes hoy, interesadamente, lo niegan. La ciudad para los ciudadanos es cada vez más una quimera ante la crasa deshumanización de la persona y la muerte de la
ciudadanía de derechos, ética y estética que impera. Porque pese a estar en la “ciudad de la participación”, se intensificaron y refinaron las formas de control social de la ciudadanía, incorporando en la legislación normal las que eran medidas de excepción. Ya no es la ciudad de la gobernanza para servicio de los ciudadanos sino la de los negocios. La ciudad domada y la actual ciudad light de pasarela, resultado de la poderosa incidencia de gigantes fortunas de los especuladores inmobiliarios asociados a los especuladores financieros (convertidos en una real oligarquía global plutocrática, dueños de los bancos),, tiene a raya la ciudad fragmentada donde bulle la vida, la comunicación, el diálogo y la solidaridad, aunque muchas veces con precariedad. ¿Será que estos tugurios en altura arrasarán totalmente la vida barrial? ¿Será que la transformación de la ciudad para los ciudadanos se entrecruza, se bifurca, interrelaciona, yuxtapone e interactúa con la transformación cultural y de todo género de la vida cotidiana hacia una ciudad ambiental de nueva civilización alternativa? ¿Una ciudad tierra de una ciudadanía ambiental? Porque la ciudad es el suelo de la sociedad-naturaleza Estamos en el imperativo de actuar no desde las certezas sino desde las incertidumbres, la palabra de la acción: haciendo camino. Porque, “¡Quién dijo que todo está perdido, acá vengo a ofrendar mi corazón!” …Puede ver ciudad virtual en: www.issuu.com/revistaciudadcolombia
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Diario de una celebración… Por: Olgalucía Echeverrig olecheverrig@yahoo.com
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a revista CIUDAD de asuntos urbanos, está de efemérides este año, pues en un abril de 1983 fue fundada por Luis Guillermo Álvarez A. director desde entonces de esta interesante propuesta editorial. Este significativo aniversario de 30 años se celebró el 18 de abril de 2013 con una jornada académica en el Aula Múltiple del Paraninfo de la Universidad de Antioquia consistente en un simposio sobre Urbanismo y Medio Ambiente, un foro sobre Cultura Ciudadana e involucró un sencillo pero merecido homenaje al escritor Darío Ruíz Gómez, quien ha pensado esta ciudad desde sus múltiples actividades intelectuales. El simposio sobre Urbanismo y Medio ambiente contó con inquietantes ponencias. 4
Una de ellas fue PENSAMIENTO AMBIENTAL Y CIUDAD CONTEMPORÁNEA a cargo de la profesora Patricia Noguera de la Universidad Nacional de Colombia –sede Manizales. En esta la profesora Noguera invitó a pensar la ciudad como una segunda piel que nos abriga o repele. Indicó cómo la profunda división entre la naturaleza y el humano ha permitido que este se constituya en un sujeto dominador de la naturaleza y vea al mundo como un objeto. Bajo esta mirada propia de la modernidad se ha homogenizado la vida a todo nivel. La profesora Noguera mostró imágenes de las contemporáneas mega-ciudades, que revelan este deshumanizado control. Vimos por ejemplo, una foto de un restaurante industrial en China, que parece un galpón de pollos y hasta un campo de concentración nazi. Indicó que hay que
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salir con urgencia del paradigma del desarrollo y el desarrollismo creando nuevas formas de habitar el mundo. La palabra recurso no puede estar en los procesos ambientalistas pues esta palabra involucra instrumento, objeto, explotación. Por ello hablar de la conservación de los recursos naturales, es una definición pobre de la crisis de la cultura y la civilidad. Trajo a colación pensadores tan inquietantes como el italiano Antonio Negri que estudia las diferencias entre la ética kantiana y la ética de Spinoza, la diferencia entre masa y multitud. Masa como concepto propio de la ciudad panóptica, heredera del cartesianismo y multitud como potencia creativa que incluye nuevas formas de habitar incluso políticamente. En CIUDAD FRAGMENTADA el director de la revista Ciudad, Luis Guillermo Álvarez habló de la necesidad de recuperar el espacio público, la vida en la plaza pública y la vida en interacción social. Esto por supuesto implica la defensa de los barrios en oposición a monstruosos y aislantes conjuntos residenciales. Implica propiciar y recuperar encuentros en los centros urbanos para que se mantenga viva la pluralidad y la vida en sociedad, de convivencia real en oposición a los homogéneos centros comerciales y su artificio de comunidad que como pecera encerrada y aséptica solo quiere visitantes para vender(les) y consumir(les). En la ponencia CIUDAD VERDE Y HABITAT el ingeniero ambiental Edwin Díez, fun-
Cecilia Inés Moreno expone Ciudad Rizoma al público que la escucha con atención.
dador de Amigos del Medio Ambiente AMA, nos planteó de entrada el sacudón de que hablaría de activismo ambiental y no de retórica ambiental. Mostró cómo desde finales del siglo XX y principios del XXI se evidencia la crisis entre capital y naturaleza. Advierte que si antes de 40 años a partir de la fecha, la sociedad no construye un modelo distinto de producción y convivencia, llegaremos a un punto de no retorno. Calentamiento global, deshielos, tsunamis, etc. Si la sociedad se formula un nuevo concepto de convivencia debe diluir la diferencia entre lo rural y lo urbano. Anteriores movimientos de ruptura a la cultura establecida como el hippismo, mayo del 68 y todo lo que llamamos contracultura, intentaron disolver el binomio campo-ciudad. Es pues
urgente crear nuevas formas de convivencia y relación con la naturaleza pues la teoría de desarrollo sostenible es la gran farsa del mundo contemporáneo y sus sociedades de consumo. ¿Es posible la relación equilibrada entre comunidades y naturaleza? Es la pregunta que nos asalta a todos, pero si tenemos la humildad de mirar a algunas de las comunidades indígenas o autónomas que todavía existen en muchos territorios del planeta, encontraríamos la evidencia de que esto sí es posible. Para terminar la ponencia Edwin Díez invitó a seguir la iniciativa de la fundación Amigos del Medio Ambiente AMA, que propone que cada individuo reduzca al máximo su huella ambiental con actividades tan sencillas como disminuir el consumo inercial, crear espacios
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para el ocio y el arte, vivir más lentamente, más sencillamente, disfrutar del tiempo libre, disminuir transportes privados, aumentar nuestra capacidad contemplativa y nuestra solidaridad en miras a la construcción de sociedades ambientales y así lograr evitar el punto de no retorno. El modelo de ciudad-capital que maximiza las ganancias y solo piensa en la rentabilidad, debe cambiar si queremos vivir.
lo complementario. La forma como la vida transcurre. Por lo tanto la educación ambiental es rizomática pues los seres humanos somos en relación con los otros. Los urbanizadores y arquitectos debieran pensar y
gada de la modernidad se puso en movimiento la metáfora de la luz y la razón. La ciudad se volvió lo urbano que encarnaba la esperanza y el progreso dejando atrás el campo y el atraso. Sin embargo ahora las ciudades no son promesa de nada, luces de neón donde amontonados gimen hombres y animales. Incisivamente el escritor y poeta Cruz Kronfly insistió que la ciudad ya no es esperanza, ya no es promesa de nada. La técnica y el libeEn CIUDAD RIZOralismo económico MA, la arquitecta no liberaron a nadie Cecilia Inés Moreno de los miedos o la anJaramillo, de la Unigustia del vivir. Sólo versidad Nacional de hay consumo ansioColombia – sede Meso, sensaciones de dellín, invitó a pensar vacío, neo-misticisambientalmente en mo como paliativos especial a los arquide esperanza. Tribus tectos y urbanistas, urbanas, derrumbe pues pensar de este de la cultura letrada modo implica ir más por el imperio de la allá de la cuadrícula sociedad light. Los para lograr conexiolibros están ahí, pero nes e interacciones. la humanidad que los La palabra ecología lee no sabe adónde los viene del griego oikos guiarán. Los ciudada= casa y sin embargo El director de revista ciudad, Guillermo Álvarez dialogando con el escritor nos contemporáneos el modelo de desa- ponente Fernando Cruz Kronfly son como caminantes rrollo actual destruye perdidos al final de la el mundo. No hay otra educaacercarse más al pensamiento noche. ción que no sea la ambiental y complejo para lograr ciudades siempre es plural, compleja y Después de Auschwitz todo más humanas. alternativa. El ambiente como quedó en penumbra pues los conjunto de relaciones es la Finalmente la ponencia CIUcriminales nazis eran ilustrados. trama de la vida y no existe DAD Y PROMESA MODEREl gran siglo XX de la esperanza sin la vida en sociedad y la NA del escritor caleño Fernando moderna resultó ser la metáfora vida pública. El pensamiento Cruz Kronfly nos dejó temblandel infierno con el estruenmoderno separa lo que debe do con su lúcida meditación. doso fracaso humano que es comprenderse como múltiple Planteó que desde la ilustración el holocausto. El capitalismo en oposición al pensamiento lo rural terminó siendo lo hosco y su promesa de modernidad complejo que integra lo diverso, y lo estancado y que con la llederrumbada ha desacralizado 6
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El público escucha con atención a Cecilia Inés Moreno su ponencia Ciudad Rizoma
la vida. Se hizo ruptura con la tradición humanista no solo por la pobreza, sino por el roto con la cultura. Marcola, un capo brasileño, dijo que estábamos ante una nueva especie humana que no cree en la dignidad ni en los derechos humanos.
modernidad es acumulación y si hay acumulación, hay miseria. El paraíso de la modernidad tiene una serpiente que ya nos expulsó desde hace rato. Incluso más en estas latitudes que en otras. La noche de los Mayas versus la luz de la razón.
Con pequeñas excepciones el progreso moderno es fáustico y de carácter trágico pues vende el alma al diablo para lograr sus fines. Cada niño que nace debe ser traído a la humanidad (lenguaje y cultura) pero los jinetes de la barbarie parecen derrumbar los puentes humanos y sentimentales. La cultura mediática que coquetea con la crueldad, tiene fondo comercial. La esencia de la modernidad es la dominación, no la libertad. Asistimos a la promesa trágica de la modernidad pues estamos en el esplendor de la miseria (que no es solamente física); la
Quedó evidenciado con este simposio que hay una denuncia común entre los ponentes con relación a la modernidad cartesiana y un llamado urgente a pensar y de otro modo para crear opciones de verdadera vida en los tiempos por venir. En horas de la tarde ante un auditorio tan lleno como el de la mañana, tuvimos un interesante foro sobre Cultura ciudadana en Medellín con la participación de Armando Estrada Villa, Darío Ruíz Gómez, Víctor Bustamante, Amantina Osorio y Edwin Díez.
ARMANDO ESTRADA VILLA admitió que no vivimos en una ciudad segura y falta mucha cultura ciudadana, pues en un país con una marcada exclusión y desigualdad social, la seguridad se hace difícil. Se requiere por tanto la creación permanente de políticas de oportunidades para la juventud. AMANTINA OSORIO nos recordó que desde el renacimiento y la ilustración se inicia una definición clara del espacio privado y del espacio público. El pensamiento ambiental propende por una relación diferente con la naturaleza y también con las mujeres y lo femenino. Desde las organizaciones de mujeres se replantean los espacios públicos y privados. Los modelos de espacios eurocentristas privilegian al hombre, al blanco, al ciudadano y quedan por fuera el campesino, el negro, la mujer,
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En el foro Urbanismo y Cultura Ciudadana en el Medellín actual, disertaron Darío Ruiz Gómez, escritor; Víctor Bustamante, escritor y director de la revista Babel; Armando Estrada Villa, exministro del interior; Amantina Osorio,doctora en antropología social y Edwin Diez, ingeniero y codirector Ama-Amigos del Medio Ambiente
los ancianos. Esta perspectiva debe ser transversal para una mejor condición de la vida y un mejor disfrute de ella. EDWIN DÍEZ nos recordó que la cultura ciudadana tiene que ver con la cultura ambiental para no despilfarrar los bienes naturales. Medellín, comparada con otras ciudades es líder en muchos manejos ambientales y de residuos sólidos pero estos logros se desequilibran con el desborde consumista en especial de motos y carros. El estrecho valle de Aburrá impide por su topografía el desarrollo de nuevas vías pero con tan disparado consumo de vehículos nunca habrá un punto de equilibrio. Un vehículo consume en un día el oxígeno que una persona consume en un año y ningún gobernante tomará medidas de control sobre este enorme flujo de vehículos, pues tristemente el liberalismo económico manda por sobre todas las cosas. Tenemos una gran deuda con la vida y la naturaleza por eso hay 8
que transformar nuestro modo de vida urbana y disminuir la huella ecológica. El agua y la energía y muchos de nuestros alimentos vienen de nuestros pueblos pero ellos quedan invisibles ante los habitantes de las grandes urbes. DARIO RUÍZ GÓMEZ inicia su participación diciéndonos que cualquier barrio pobre está en riesgo de desaparecer por intereses de especuladores inmobiliarios o del capital. Hace 30 años éramos una ciudad industrial, hoy somos una ciudad de servicios. Nada actúa más sobre la conciencia humana que el dinero o la plata. Estamos encandilados por la plata, el capital especulativo (las pirámides legales o ilegales). Darío Ruíz cita el diagnóstico de Zigman Bauman (sociólogo y filósofo polaco) que enuncia que estamos ante una cultura líquida, la ciudad líquida donde el consumismo prima sobre todo. El desempleado actual pesa
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en las estadísticas solo porque queda por fuera del consumo. Los códigos del hampa y del crimen organizado marcan la pauta de toda la ciudad. La arquitectura por más bella que sea sino genera entorno y relaciones no son nada. Los parques bibliotecas y los colegios de calidad, son desaprovechados y hasta deshabitados si se les mira con relación a las poblaciones numerosas que los rodean. Las ciudades son construcciones a través de los siglos, decía Borges pero desplazar o mejor, abandonar el centro de la ciudad es un error urbanístico recalca Darío Ruíz. No necesitamos más diagnósticos, necesitamos generar fraternidad, la filantropía que genera la vida de los barrios. En nuestra infancia ayudábamos a otros, había sensibilidad con los pobres vergonzantes porque había sentido de solidaridad.
El capitalismo está en crisis pero la izquierda y su discurso ha fracasado en el mundo. Lo que llamábamos izquierda no tuvo tampoco discurso sobre la fraternidad o la generosidad. La honorabilidad y la respetabilidad se perdieron por la lógica del capital. La plata por encima de todo. Se “mafiosó” el capital y ya no se pregunta sobre el origen de los dineros. En esta ciudad sube la cuota urbana en detrimento de la ciudad. No supimos desarrollar la ciudad sin desbordarla.
cultural de esta ciudad. El barrio Boston de Medellín fue todo un crisol del cual no quedó nada. Esta memoria está perdida. Pareciera que no nos interesara el pasado patrimonial, los referentes culturales de ahora son solo referentes comerciales. La gente se encuentra en los grandes almacenes. En el éxito de San Antonio, en el éxito de
Pasamos luego a una breve pausa para preparar el homenaje al escritor y poeta Darío Ruíz Gómez con una semblanza y lectura de sus poemas a cargo de su entrañable amigo Jaime Jaramillo Panesso. Vino luego un pequeño pero magistral concierto de tango con la guitarra de José León Ruíz y su grupo. Terminada el concierto y cuando nos preparábamos para servir el coctel de clausura llegó la sorpresa de la noche y fue la medalla Mariscal Jorge Robledo categoría plata, que le otorgó la Asamblea Departamental en reconocimiento a su fervorosa tarea con la ciudad en los 30 años de su revista. Merecido reconocimiento a la persistencia por la cultura que ha hecho posible que la revista CIUDAD permanezca viva pensando e inquietándonos para lograr una vida urbana mejor.
VICTOR BUSTAMANTE nos dice que en París la casa de Maurice Ravel es una construcción que evidencia que el arquitecto que la diseñó pensaba. El estado francés la compró y la conserva. Así pasa en Viena con la casa de S. Freud y así en muchas otras ciudades las casas de los artistas son cuidadas y conservadas. Pero aquí tumban todo, antes Todos los agradecimientos de que Medellín absorpues de parte de todos biera todos los pueblos, El público asistente escucha la ponencia Ciudad: promesa moderna los que de alguna manera tenía una arquitectura al escritor Fernando Cruz Kronfly hemos tenido que ver con sentido. Y esto no es con la revista CIUDAD ya sea Envigado, en el éxito de Bello. una nostalgia del pasado sino como lectores o colaboradores. Sólo le interesa el éxito. Dice un llamado a respetar también Un abrazo con todos los deseos con sorna el escritor Víctor el pasado sin demoliciones de una larga vida para este Bustamante para finalizar su salvajes. contemporáneo Don Quijote participación. LUIS GUILLERMO ÁLVAREZ No se conservó la casa de ToDespués de escuchar a todos los ÁLVAREZ. más Carrasquilla, ni la de Efe panelistas de este foro hubo preGómez, ni la de Ciro Mendía, Resumen hecho por Olgaluguntas y conversaciones entre ni la de Fernando Botero, ni la cía Echeverrig (olecheverrig@ los expositores y el público asisde Manuel Mejía Vallejo, ni la yahoo.com) - periodista cultente. De esta manera tanto el de Gonzalo Arango y así pasó tural y miembro del comité simposio como la mesa redonda con la casa de muchos artistas editorial de la Revista Ciudad dejó múltiples inquietudes y importantes para el patrimonio temas para pensar. Edición 21 Especial 30 años • ISSN: 0123-238X Ciudad, revista de asuntos urbanos
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La ciudad / panóptica en la ciudad / multitud Pensamiento Ambiental y ciudad contemporánea
Ana Patricia Noguera, PhD Grupo de Pensamiento Ambiental Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales
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elebrar 30 años de la Revista Ciudad es celebrar 30 años de un Pensamiento sobre la ciudad y en la ciudad. Un pensamiento en los devenires de nuestras ciudades, en los proyectos de ciudad según las utopías del progreso, las teleologías del desarrollo. Un pensamiento en la ciudad que se habita, es habitación, emerge de nuestros hábitos y nos sumerge en sus propios hábitos, como ciudad viva, en ebullición, pletórica de multitudes, comunidades de resistencia, insistencia, existencia y persistencia. Pensar la ciudad, es sentirla como piel que nos abriga, nos repele, nos incluye o nos excluye. Pensar la ciudad es imaginarla y sus imágenes: múltiples, diversas, diferentes, siempre otras, exceden cualquier mismidad, homogeneidad, unicidad, reducción o simplificación que
se haga de ella. Pensar-sentir la ciudad, en clave del pensamiento ambiental, es, necesariamente, deconstruir los discursos planificadores, aplanadores y políticamente correctos que buscan amputarle a la ciudad que somos, sus anomalías e inestabilidades, sus enigmas y misterios. Guayasamín (Autorretrato) es incansable pensándose - pintándose y pensando-pintando a Quito. Ella, camaleónica como él, se pinta a veces de rojo incandescente, a veces de gris, (Guayasamín gris y Quito Gris) a veces de azul, a veces de muchos colores (Guayasamín multicolor y Quito Multicolor). Viva, mutante, monstruosa y metamórfica, la ciudad que habitamos y nos habita, la ciudad que somos, se comporta caprichosamente, se pinta y se adorna con pieles extraídas de la tierra, con pieles – tierra.
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Como labor de arte, la vida la vida para reducirla a la urbana se va configurando en homogenización propia del tejido de tejidos, textura sobre mercado mundial y la glotextura, alfabetos diversos que balización. oscurecen la lectura clara que El panóptico se impone. Opuesla racionalidad ilustrada quiso to a la mirada del artista, la imponer en la ciudad. Las esmirada del panóptico reduce lo téticas urbanas emergen de las múltiple, simplifica lo completensiones poético-políticas que jo, aniquila la diferencia y engla ciudad como invención y reloba el todo en lo mismo. (“El invención cotidiana de sus habiviaje” 2001, Vázquez Rocca) tantes, mantiene en permanente confrontación. Las poéticas del habitar urbano, colocan las políticas urbanas en un permanente borde. El grado de resiliencia que las políticas urbanas tengan, permitirá su capacidad de permanencia en medio de las múltiples metamorfosis que la vida urbana genera. Nada es estático en la vida urbana. Las políticas, urdimbres del tejido de la vida urbana, deberán ser lo suficientemente dúctiles y resilentes, para permitir que las poéticas urbanas, como tramas rizomáticas y Autorretrato Oswaldo Guayassamín complejas puedan movilizase en múltiples La homogenización de la vida, sentidos y direcciones. (Telar: incluye la homogenización del explicar el acontecimiento hombre, porque él, así no lo urbano desde esta metáfoquiera aceptar, está inscrito en ra) Las estéticas ambientales la tierra que devasta. Por ello, urbanas, emergen en la ciudad, devastar la tierra es devastar lo pero se expanden a lo rural en humano. La ciudad se convierte lo agrario. Lo urbano penetra en espacio panóptico, donde el lo rural en los procesos de control de los cuerpos aniquila agrarización tecnológica, la vida. En coordenadas carque en la Modernidad van tesianas, la vida urbana en invadiendo la diversidad de
su exuberancia, es reducida a dato económico o demográfico (Portillo de Alberto Durero, 1525), a fuerza de trabajo medida por el tiempo que pasa. (Fotografía de Eduard Burtynsky, 2001). A industria de la muerte, caso campos de concentración nazi, donde el cuerpo del judío reducido a la condición “Sacer”, en palabras de Giogio Agamben, no era nada más que materia prima para el desarrollo industrial de la Alemania de Hitler. El monumento a las Víctimas del Holocausto, creado por el arquitecto deconstructivista Peter Eiseman, expresa bella y trágicamente la reducción del mundo de la vida al mundo de la mercancía realizada en la Modernidad, incluyendo, por supuesto, la vida humana de quienes fueron considerados homo sacer, por parte de quienes se creyeron la humanidad universal, la raza perfecta, la razón absoluta. La tragedia y la Melancolía configuran la condición de nuestro tiempo; la profunda escisión entre el hombre y la naturaleza, ha desnaturalizado al hombre y deshumanizado a la naturaleza. La idea de naturaleza como objeto y del hombre como sujeto, permite que el hombre busque dominar a la naturaleza, porque lo que constituye la esencia del
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“La crisis ambiental no es una crisis de recursos, sino y ante todo la expresión más profunda y dolorosa de una crisis civilizatoria”
sujeto, es la razón que ordena y legisla sobre la naturaleza, reducida, entonces a dato matemático. El artista que somos, la sensibilidad que nos constituye, sienten con Durero, esa escisión, y quieren disolverse en una tierra que se le oculta al ser, como oikos, habitación, padre y madre. La condición melancólica conduce a la condición trágica del Pensamiento Ambiental, que se afirma en la vida y es disolución en la naturaleza, olvidada como casa y reducida en estos tiempos de miseria, a recurso. Con Icaro hemos caído de los cielos de la metafísica que en su manera moderna han sido los cielos de la razón dominadora, explotadora y devastadora que en sus formas moderna de ciencia y tecnología para el desarrollo y el progreso de las naciones, configura el gran imaginario de la modernidad, pero también y como efecto en multiplicidad, la crisis ambiental, que Augusto Angel Maya definiera como crisis civilizatoria y no como acabamiento de recursos. “La crisis ambiental no es una crisis de recursos, sino y ante todo la expresión más profunda y dolorosa de una crisis civilizatoria” La crisis de la vida urbana contemporánea es también expresión de la crisis ambiental. La ciudad y la civilidad, la polis, se convierten en la Modernidad, en aparatos para el sostenimiento del Desarro-
llo, teleología fundacional del devenir moderno. La Razón Moderna encarna en el Desarrollo, negando la multiplicidad, la heterogeneidad y la diferencia. A esta única mirada y posibilidad de ser de la vida urbana contemporánea, se le enfrenta la anomalía, en palabras de Antonio Negri, que desde nuestra perspectiva ambiental, es lo otro inexplicable (Tercera Clase, Fotografía de Sebastiâo Salgado), que emerge de la monstruosidad de lo Uno reducido. Los cuerpos irreductibles y en coligación viva, que configuran multitud(o). Antonio Toni Negri es el nombre de un cuerpo anómalo cuya inteligencia transgresora es capaz de romper con todos los cánones del establecimiento y que, encarcelado por su pensamiento que influye en la configuración de las Brigadas Rojas italianas que en 1978 secuestraron y asesinaron al destacado dirigente de la democracia cristiana italiana Aldo Moro, expresa ante la intelectualidad de su tiempo, que
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nada puede encarcelar el pensamiento. Es allí, en la cárcel, en 14 años de exilio en Francia y, de nuevo, en la cárcel italiana, cuando Negri escribe sus liberadores libros, en los que configura imágenes conceptuales en clave de su anómala lectura de un Baruch Spinoza, también anómalo para la Filosofía moderna, de quien Negri toma los conceptos de cuerpo, ética, naturaleza, libertad, potencia y anomalía, con los cuales configura en labor de arte el concepto de Multitudo, concepto-imagen que nos abre a pensar la ciudad y lo urbano en una potente a- tonalidad, multivocidad transgresora y rizomática Mientras Descartes en 1617 configuraba el concepto de sujeto, que devino en individuo con el despliegue de la Modernidad política en Francia, Spinoza construía su concepto de cuerpo, como ética-estética de la naturaleza cuya expansión metamórfica llamó libertad. La anomalía salvaje de Spinoza que Negri asume como trayecto de un pensar en las márgenes del pensamiento centrado, consiste en que Spinoza no escinde al hombre de la naturaleza. Pensado el hombre como naturaleza, la libertad solo es posible como movilidad, metamorfosis, expansión del cuerpo en la naturaleza y como naturaleza. La ética y la estética se coligan en la naturaleza: la estética como manera de hacer-se cuerpo-naturaleza y la ética como condición fundamental de ese
hacer-se cuerpo. La Modernidad cartesiana, no comprendió a Spinoza porque la diferencia entre él y la propuesta cartesiana, era radical. El sujeto cartesiano solo fue posible como metafísico. El spinozista era la vida, la physis, la razón-naturaleza. El sujeto cartesiano se configuró como razón cognoscenteordenadora-dominadora de la naturaleza y del universo. El sujeto spinozista era la razón geométrica que daba forma en consonancia con la naturaleza, porque el y ella eran una misma cosa, una misma substancia. La potencia que Negri devela en el pensamiento spinozista, es, por supuesto la de darse cuerpo, generase cuerpo, re-crearse cuerpo La potencia spinozista en Negri, es la virtualidad. Lo que puede un cuerpo, sus expansiones, sus expresiones, sus sensaciones, sus afecciones, sus visiones… la experiencia de cuerpo, como única manera de ser cuerpo.
Mientras Descartes deduce el yo – pienso de una operación matemática donde se niega el mundo para afirmar la razón, Spinoza devela el yo – cuerpo – como mundo. Por ello en Spinoza la libertad es despliegue de la vida y el amor la manera como ella se despliega. El yo cartesiano se despliega dominando la vida. La libertad resulta de la ruptura ente razón y naturaleza donde ella, la razón, domina la naturaleza. De la dominación emerge la explotación, el desprecio y el odio hacia la naturaleza. El yo cartesiano emerge de la reducción. El cuerpo spinozista es la expansión misma. Negri encuentra entonces en Spinoza, la fuente de otra manera de pensar y de pensar-nos: como cuerpo que se da, se expande, se recrea, crea y transforma. Qué puede un cuerpo? Es la pregunta estético-política que acompaña el concepto de Mul-
titud que Negri configura en su obra del mismo nombre, y qué puede un cuerpo en clave del arte, es la pregunta de Toni Negri, que subyace a las 8 cartas que publica la Editorial Trotta en el año 2000. Negri escribe en la cárcel cartas a intelectuales notables contemporáneos como una manera de expansión de su cuerpo, libre así, aunque encarcelado. Libre y en consecuencia liberándonos a nosotros de un pensamiento mayor, dominante y único. Liberando el pensamiento de las ataduras de la forma de la razón cartesiana. Liberando al pensamiento del sujeto, tal vez sin proponérselo y liberando el cuerpo de la sujeción a la razón subjetiva. Es en este lugar del pensar en el que encontramos una potencia (spinozista) en la imagen conceptual-relacional Arte – Multitudo. El arte, dice Negri
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en su última carta, dirigida a Raúl Sánchez el prologuista y editor del libro, se disuelve en el cuerpo. El cuerpo incorpora el arte, dejando éste de ser consuelo. Qué puede un cuerpo encarcelado-exiliado? Negri es cuerpo libre en la medida en que piensa desde el margen; piensa anómalamente, y así abre el pensamiento a ignotas regiones, desconocidas por la certeza absoluta de la razón moderna. El exilio como otra manera de cárcel, pero también de margen, es el escenario de estas 8 cartas, en las que rememora una manera de escribir donde un otro afectivo, un cuerpo-otro es potencia para la escritura. Como si el otro fuera motivo para pensar. Hermosa actitud de Negri, quien siempre ha vivido exiliado o encarcelado. La anomalía de Negri es la anomalía de un pensamiento diferente, distinto, que no habla de sí mismo sino del otro en despliegue. Mientras la Modernidad cartesiana se desplegó enfatizando la importancia del sujeto lo cual permitió la emergencia de las ciencias sociales y de una filosofía del sujeto y del objeto, el pensamiento spinozista encontró en Deleuze-GuattariNegri, lugar de despliegue. Latente, como la verdad sin aparecer, como el ser oculto de Heidegger - Agambem, el pensamiento anómalo negriano, emerge en momentos en que la modernidad se derrumba sobre sus cimientos. Multitudo es un todo relacional, donde lo único común es
la multivocidad y la multi-incon-formidad. Multitudo es el todo múltiple. El todo que no es suma de partes, sino red de relaciones, conexiones ocultas invisibles en los espacios de control, donde la biopolítica de los cuerpos es cada vez mayor. Arte-Multitudo es trabajo-invención. Creación. Permite pensar lo colectivo en acción, porque no podría haber colectividad sin acción. El arte de multitudo es su actuar, y la condición de multitudo es el arte, porque éste expresa y es obra abierta, dice Eco. La potencia política de multitudo es el arte, potencia estética. La potencia política del arte es multitudo. El arte no es fuga, escape, consuelo, sino excedencia del ser. No está por fuera de multitudo, sino que es multitudo. El despliegue del ser es la haecceidad – excedencia del ser - concepto construido por otro filósofo, Duns Scotto, donde el ser no es el sujeto fijo cartesiano, constituido por aprioris universales, ni las subjetividades y subjetivaciones que conservan la substancia de la que está hecho el sujeto: la universalidad. La excedencia del ser que es multitudo, es la singularidad de cada momento metamórfico de multitudo. Singularidad no tendrá que ver con cantidad sino con manera de ser del ser en su excedencia o derrame (en palabras de Pere Salabert). La singularidad es irreductible, no, como en el caso del individuo emergente del cartesianismo y del mecanicismo decimonónico, por su unicidad o indivisión, sino por la irrepetibilidad de su expresión. Como la obra de arte, irrepetible no
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por su irreproductividad técnica (ya Benjamin nos regaló ese bello ensayo que tituló la obra de arte en ápoca de la reproducción técnica), sino por la posibilidad de conexión de los dioses con los hombres, del cielo con la tierra en la experiencia estética-extática, según Heidegger, la multitudo en excedencia del ser, es el permanecer de la singularidad. La no reducción escapa a la biopolítica como control y docilización de los cuerpos; in-esperados e im-predecibles movimientos de esta excedencia del ser, configuran la fugacidad, inestabilidad e inconmensurabilidad de la multitudo. Permanecer en la singularidad de la multitudo es condición de su re-creación, microfísicas de poder. La excedencia del ser se me ocurre pensarla como expansión del cuerpotierra que somos en la ciudad-tierra. Multitudo como sustantivo que con su potencia nos permite configurar los lugares de encuentro de lo poético y lo político, de lo externo y lo interno, se convierte en vocablo-rizoma, para pensar acción colectiva, condición humana, condición ambiental, giro ambiental de la cultura, regreso a casa, inseparables palabras que están exigiendo su propia expansión en el pensamiento ambiental que se ocupa de la ciudad hoy.
Ciudad fragmentada y ciudad light Por: Guillermo Álvarez A.
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l sistema de barrios de una ciudad conforma el esqueleto sociocultural de la misma y el conjunto de aglomeraciones la red urbana que la sustenta para la habitabilidad. Podría afirmarse, por tanto, que la ciudad es el organismo en que sucede la trama de la vida. El barrio como fragmento de ciudad conforma un microcosmos citadino en la ciudad fragmentada. En cambio la ciudad sistémica es la ciudad light que disuelve el entramado social de la habitabilidad, y solo existe en el corpus conceptual de los planificadores, convertida en una cuadrícula cartesiana al servicio de la especulación inmobiliaria, quienes con su obsesión acumulativa de crecimiento y asociados a la plutocracia financierista, emprendieron el arrasamiento a la vida barrial y han convertido a la ciudad en una babel ininteligible. Surgen los conjuntos habitacionales o “urbanizaciones” en altura y los centros
comerciales como alternos al barrio y la plaza, como sus reemplazos, sus sustitutos. Como una ciudad fabulada, cuya escenografía replica modelos de vida ficticia y crea la ilusión de una interacción ciudadana, que en la realidad no existe. Cuando en realidad lo que se ha quebrado o liquidado es la identidad y pertenencia que caracterizan la vida barrial, con su vecindad y solidaridad. Con la espectacularidad de los centros comerciales se da la crasa despersonalización. Allí, como en las urbanizaciones y conjuntos de edificios, todo es impersonal y homogenizado. Se promociona una competencia entre conjuntos residenciales y centros comerciales como dadores de estatus versus barrios populares asentamientos de criminalidad, delincuencia y degradación. Al igual que el centro-centro de la ciudad son lugares no lugares, que han sido abandonados por la institucionalidad como tierra de nadie. Venden la idea de que son peligrosos propagando el miedo, para mayor sometimiento y control.
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La ciudad light enmascarando y ocultando la ciudad fragmentada. La ciudad light de pasarela formateada y uniformizada exhibida en vallas publicitarias y videos con su empuje imparable en busca de rating internacional, como la atractiva mercancía que no convoca al habitar y al morar al ciudadano en solidaridad, dialogo y convivencia, sino a hacer negocios entre las grandes ligas del empresarismo y financierismo en competencia con otras ciudades del mundo. No es la ciudad de la gobernanza sino la del impacto publicitario: ordenada, pulcra y en paz; homogénea e incluyente; competitiva y segura no porque sea la ciudad de los ciudadanos, sino porque se sigue aumentando el pie de fuerza para controlar a los ciudadanos, en donde orden significa mordaza. Mientras la Ciudad Light es explayada en los grandes medios y con espectaculares y grandes resplandores, la ciudad fragmentada de microcosmos barriales interactúa, se yuxtapone, se entrecruza, se comunica y abigarra en rica diversidad como cuerpo social colectivo, en cada microcosmos de ciudad. El barrio es el lugar más próximo al que se enfrente el individuo al salir de la privacidad del hogar, es el que está entre la ciudad y la vivienda. En el que se mezclan, entretejen e interactúan lo privado y lo público. Territorio en el cual se negocian o disputan los presupuestos y distribución de recursos públicos y privados. Territorio que es el resultado de un determinado
contexto social, de quienes lo utilizan en la vida cotidiana en sus accionares económicos, políticos, sociales y culturales, en cuya construcción le dan identidad diferenciada. La ciudad light se presenta como alternativa de espacio diferenciado de ese conglomerado territorial fragmentado y caótico; y en sus centros comerciales de cosmética hace de los lazos de convivencia e íntimos vínculos sociales, una fábula, porque liquida la solidaridad y la vecindad, porque supuestamente allí lo encuentra todo sin necesidad de desplazamientos, erigiéndose en lugares no lugares, asentamiento del desarraigo en la alienación más aberrante, a pesar de los fastuosos equipamientos del entorno. “El barrio se construye a través de la experiencia cotidiana de vivirlo y por los significados que al espacio le dan los individuos, delimitándolo del resto de la gran urbe, por cuestiones subjetivas y simbólicas; esbozándose una identidad local, diferenciada con necesidades particulares y prácticas específicas, construyendo un ellos y un nosotros. Los de afuera y los de adentro.” Mírese bien que ya no hay escala por el POT les dio patente de arrasar con todo vestigio de tradición, promocionando un “ordenamiento” autoritario” desarticulador de los lazos de comunidad, individualizador e individualista, en donde muera toda comunicación, en hostil competencia contra lo que se denomine “cultura popular”.
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La ciudad light es un atropello al devenir de la “cultura ciudadana”, para expandir la vida despersonalizada light de los centros comerciales y “habitacionales”, en los cuales los gendarmes vigilantes te formatean de acuerdo al código oficial, en esos guetos urbanos. Lineamiento oficial actual de un urbanismo arrasador que no admite el diálogo entre lo tradicional y lo moderno, que tala árboles milenarios y casas centenarias sin compasión de lo que representan para la vecina que los contemplaba y gozaba escuchando los trinos de los pájaros que en ellos anidaban; y que promulga una ciudad ideal despersonalizada y ordenada autoritariamente: una ciudad amordazada y una ciudadanía apabullada por el miedo y los atropellos. Destruir el barrio es liquidar los microcosmos de la ciudad, es destruir la ciudadanía, porque el barrio es fragmento autónomo de la ciudad, los barrios son el suelo de la ciudad, en su conglomerado barrial conforman el esqueleto de la ciudad, cuya fragmentación y diversidad constituyen su gran riqueza. La oligarquía financierista asociada a los especuladores inmobiliarios, a través de los bancos se tomó el estado y han arrodillado a los políticos a quienes financian. Así las cosas no hay gobernanza: los gobernantes son siervos de los bancos, y estos deciden qué obras se hacen y que ciudad se modela.
Ciudad Rizoma Foto Cecilia Moreno
Por: Cecilia Inés Moreno Jaramillo1
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a ciudad, como un fenómeno complejo, debe ser mirada hoy desde una perspectiva mucho más dinámica, completa y diversa de la que suele usarse para comprender sus fenómenos. Esta visión implica integrar, además del urbanismo, una serie de dimensiones que dan cuenta de las dinámicas sociales, territoriales, culturales y políticas que en ella se desenvuelven. Con esta charla desarrollaré una mirada desde lo ambiental complejo en la que se retoman aportes de algunos autores que observan fenómenos de las sociedades humanas, entre ellos están los que inspiran el título de esta ponencia y el trabajo académico en el que me baso
1. Arquitecta y Mg. En Medio Ambiente y Desarrollo. Profesora Asociada de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Directora de la Escuela del Hábitat – Cehap.
para ella. Es la perspectiva del rizoma como una comprensión desde la estética y desde la filosofía planteada por Deleuze y Guattari en su texto “Mil mesetas”. Miremos entonces cómo, desde las diferentes percepciones acerca de la escena urbana, es posible pensar en formas de comprenderla y actuar sobre ella. Fritjof Capra, en su texto “La trama de la vida”, plantea que “La nueva comprensión de la vida[…] supone ir contra nuestra moderna–científica–industrial–desarrollista y materialista visión de ‘el mundo’ y ‘manera de vivir’[…], ello nos hace responsables en las relaciones con los demás, con las generaciones venideras, con la trama de la vida” (1998:30). Para hablar de un pensar ambiental en el que sea posible comprender las dinámicas territoriales y del hábitat, es necesario aludir a planteamientos como
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“La ecología del griego oikos (‘casa’) es el estudio del Hogar Tierra. Más concretamente, es el estudio de las relaciones que vinculan a todos los miembros de este Hogar Tierra” (Capra, 1998:52); es desde ahí que estamos mirando la perspectiva del pensamiento ambiental desde el hábitat que queremos formular2 para estudiar y para actuar ante diversos fenómenos urbanos en ciudades de gran y mediano tamaño e incluso en pequeños asentamientos humanos que configuran territorios más puntuales. Hablar de la naturaleza humana es referirnos a las relaciones que están implícitas en la conformación de un territorio. Las ciudades se fueron configurando por esa necesidad política, social, cultural y económica del encuentro con los otros, ese requerimiento de encontrar espacios para el debate, para los consensos pero también para las divergencias en un fenómeno que cada vez se viene haciendo más intrincado. La ciudad es parte entonces de la propia naturaleza de nuestra especie. Como refiere Capra “naturaleza y uno mismo son uno” (1998:33) lo que nos lleva a entender que somos en y con la naturaleza. De este modo por más que queramos separarnos, alienarnos de ésta o que queramos interpretar lo artificial, la tecnología, la tecné como algo externo a nosotros, debemos reconocer que las ciudades –el 2. Me refiero al trabajo de la Línea de Investigación sobre Hábitat y Ambiente y el Seminario Permanente de Investigación en Hábitat y Ambiente - Sehabita del grupo Escuela del Hábitat - Cehap.
más grande artificio construido por los humanos– representan un fenómeno al que evidentemente estamos abocados y constituyen nuestra manera de habitar el planeta, es decir, las ciudades son parte de nuestra esencia como humanos. ¿Qué es el pensar ambiental?, ¿qué significa hoy pensar desde la complejidad y lo ambiental? Es simplemente tener una perspectiva que nos permita un alejamiento de ese pensamiento escindido en el cual nos hemos embarcado desde la modernidad en el que todo estaba separado, todo tenía que pasar por la razón instrumental. En la contemporaneidad, más allá de la razón, imperan las percepciones, las sensaciones, las maneras de interactuar y de realizar actividades fundadas en la manera como la vida se va desenvolviendo. Por eso, como una alternativa frente al paradigma modernizante3, se erige el pensamiento ambiental que no es más que una propuesta filosófica que ha sido construida por algunos filósofos pero también por físicos, biólogos, matemáticos y sobre todo, por aquellos que quieren pensar que es posible habitar el planeta en forma consciente y armónica. Entre los autores que han trabajado sobre este pensamiento 3. Modernidad que ha dejado como herencia, paradigmas como el del desarrollo, expandido desde Occidente al planeta entero como planteamiento homogeneizante y que hoy está siendo rebatido por haberse demostrado sus efectos contrarios a los que fueron enarbolados cuando la idea fue introducida y diseminada, al comenzar la segunda década del siglo XX.
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ambiental, tanto europeos como latinoamericanos, tenemos en Colombia los planteamientos que fueron desarrollados por el filósofo ambiental, Augusto Ángel Maya y que hoy tienen nuevos desarrollos con exponentes como la profesora Patricia Noguera quien plantea que el pensamiento ambiental es aquel que “realiza cruces, transversaliza ideas, hace ‘costuras de distintas telas’. El pensamiento moderno escinde, separa, no permite salirse de la direccionalidad” (2004:20). Para nosotros, en la línea de investigación en Ambiente y Hábitat, “el ambiente es la trama de relaciones e interacciones que ocurren en el mundo de la vida” (Moreno, 2010:23), relaciones que hacen posible la vida y su permanencia en condiciones de calidad, de habitabilidad haciendo posible un buen vivir para quienes pueblan el planeta. El pensamiento moderno, a diferencia del pensamiento complejo, tomó aquello que antes habíamos entendido de un modo integral y múltiple y, con el esfuerzo de la especialización cada vez mayor en las ciencias, llevó a dividir todo para poder comprenderlo en sus partes y se olvidó de la necesidad de volver a integrarlo para poder realmente comprender en toda su complejidad, aquello que necesitábamos ver desde su particularidad. En el pensamiento complejo predomina la complementariedad, así que no podemos entendernos sueltos, escindidos y en desintegración, es necesario lo diverso porque es así como la
vida transcurre en los diferentes ámbitos del hábitat en este planeta nuestro. En pocas palabras, “el pensamiento ambiental busca encontrar la integración allí donde ocurren las fragmentaciones” (Moreno, 2010). Si bien las disciplinas de la Arquitectura, el Urbanismo y la Planeación Urbana, han hecho aportes muy interesantes para comprender el fenómeno urbano, desde la espacialidad, hoy el mundo reclama una visión más amplia que devuelva esa comprensión de la realidad tal y como se presenta, es decir, una visión desde el hábitat como conjunto pues la fragmentación es contraria a la realidad sistémica de la vida y los seres humanos en su escenario vivencial por excelencia que es la urbe, generan vida autopoiéticamente 4, produciéndose a sí mismos continuamente, lo que no obsta para entenderse como individualidades dentro de un único universo. ¿Por qué entonces el rizoma como una figura estética para comprender la complejidad en el territorio? Cuando hablamos del rizoma, aludimos a esa forma botánica de esos tallos horizontales que se desarrollan en forma subterránea pero muy cercana a la superficie en algunas especies vegetales, por ejemplo los lirios, casi todas las herbáceas, los bambús y las guaduas, éstos van emitiendo una especie de raíces y brotes gramíneos y es 4. Me refiero al término formulado por Francisco Varela y Humberto Maturana que alude a la capacidad de autoproducción continua que poseen los seres vivos.
así como se van diseminando en diferentes direcciones bajo el suelo y cuando encuentran las condiciones especiales que permitan la vida, aparecen nuevas emergencias de la planta rizomática. Ahora, para referirnos a los procesos y fenómenos sociales, culturales o territoriales, lo que observamos son unas multiplicidades que pueden ser interpretadas como dinámicas rizomáticas. Según Deleuze y Guattari “Las multiplicidades son rizomáticas y denuncian las pseudomultiplicidades arborescentes” (1994:14). Así, el pensamiento moderno, cartesiano y binario, se inspira en la forma radicular y a pesar del intento por superar los planteamientos lineales me-
diante la apertura de dimensiones ampliadas, éstas proceden de un pensamiento escindido y que se va bifurcando de la forma como ocurre en los sistemas arborescentes cuya división radicular obedece, como lo plantean estos mismos autores a “uno que deviene dos” (1994: 14) Por eso concluimos que en la figura estética del rizoma se hace visible esa multiplicidad –hecha sustantivo– que permite realmente hablar de complejidad. Decimos entonces además, que en el rizoma se olvida la unidad dando lugar a muchas plantas desde una misma planta madre cuyos tallos horizontales se desbordan y en lugar de hundirse
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más en el suelo como harían los sistemas arborescentes para encontrar su propio sustento, se extienden horizontalmente para que de ellos mismos, emerja de nuevo la vida y se eleve así a la superficie. ¿Qué ocurre entonces en la ciudad? ¿Por qué planteamos que el escenario urbano es rizomático? Por años, la Planificación trabajó en las dimensiones horizontal y vertical y olvidó muchas de esas dinámicas que recirculan diversas formas de vida. Hoy no es posible hacer el ordenamiento de las ciudades sin ser conscientes de que a partir de la escisión moderna, el ser humano ha actuado de forma arrogante, lo cual revierte negativamente en su misma especie. Esas maneras de planificación, hoy en día, están siendo cuestionadas y dan lugar a otras formas de entender el mundo con planteamientos como “Lejos de la paz y la estabilidad que han supuesto todas las modalidades funcionalistas y positivistas de sociología, la sociedad urbana está hecha de choques, roces, competencias, rivalidades, rupturas, reajustes. Hemos dicho sociedades urbanas, pero es bien cierto que hubiéramos podido decir sociedad a secas. Todas, en efecto, existen con base en un equilibrio inestable
entre las fracciones que las conforman” (Manuel Delgado, 1999: 148-149). Aún hay quienes siguen aplicando los principios de la ciudad moderna, expuestos de modo magistral en la Carta de Atenas5 y que fueron muy
útiles para su momento pero que hoy son inaplicables. Éstos permitieron el desarrollo de ciudades funcionales, adecuadas y equilibradas en cuanto a 5. La Carta de Atenas es el manifiesto resultante del IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna –CIAM realizado en el año 1933 que luego fue publicado y difundido por Le Corbusier en 1943.
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usos y funciones. Sin embargo, las sociedades contemporáneas reclaman otras maneras de gestionar y de planificar en las que se consideren las intensidades, las velocidades, los simulacros urbanos, la ciudad teatral y la “ciudad inmaterial” a la que alude Manuel Delgado; también las “identidades, animaciones y cursos de vida” a los que se refiere Patricia Noguera. La ciudad es entonces un tejido de tejidos que encuentra en la heterogeneidad su característica propia; es una conexión de las diferencias lo que la hace culturalmente diversa; es una multiplicidad que reclama una visión compleja, holística y rizomática. “La ciudad es pues conjunción de acontecimientos, es un tejido, es ese ‘patchwork’ [formado por] inmensos suburbios cambiantes, provisionales, de nómadas y de trogloditas, residuos de metal y de tejido (Deleuze y Guattari, 1994: 490). Pensar la ciudad desde una perspectiva compleja, permite reconocer algunos fenómenos que se extienden más allá del límite urbano. Entre ellas, la metropolización como integración funcional entre las ciudades que las conforman; la conurbación que puede entenderse como un rizoma urbano mediante el cual las ciudades que originalmente estaban separadas, van encon-
trándose y se funden espacialmente hasta convertirse en una sola; las regiones, que “acunan” a las ciudades y metrópolis, les dan sustento y les posibilitan la vida. Existe un entrecruzamiento de los tallos horizontales que se extienden de una ciudad a otra como sucede por ejemplo, en un bosque de guaduas que va al encuentro de otro para convertirse en un mismo bosque, dando lugar a uno nuevo, ampliado y es esa expresión del nosotros en el territorio. Todas estas integraciones territoriales configuran hábitat y sin embargo, el manejo político se hace a la manera feudal es decir, de modo endógeno al interior del espacio que corresponde a cada una de las unidades administrativas. Las prácticas de ordenamiento en los entes territoriales hacen que las fronteras –que fueron trazadas por los hombres– sean las que dominen cuando lo que se necesita pensar es que ellas no existan para que prime la integración ya que los procesos y dinámicas sociales, culturales, de trabajo y de empleo se mueven de un lugar a otro. Así, la integración convive con la escisión y por ello, un hecho que algunos consideran eminentemente urbano, nosotros lo comprendemos como fenómeno ambiental que debe ser visto, desde esta perspectiva ambiental compleja, como expresión del rizoma en la relación hábitat–ambiente: un territorio en el que las gentes y sus interacciones son pura trama de vida. Esta propuesta es entonces, una mirada estéti-
ca donde domina la ética de la vida para poder hacer del acto planificador urbano, un hecho que comprenda que cada acto de la existencia en sociedad y cada actuación sobre un territorio puede revertirse positiva o negativamente sobre la propia especie humana. Podemos concluir que en las ciudades ocurren desbordamientos que poco sabemos leer e interpretar y de los cuales –mediados o no por procesos exógenos– surge nueva vida. Así, no son ni las fronteras, ni las barreras, ni mucho menos el idioma o la nacionalidad, lo que conforman esta manera de habitar el planeta: por medio de ciudades y de territorios que, en su origen, nadie pudo imaginar que darían lugar a integraciones tan valiosas. Incluso ciudades que no estén físicamente integradas pueden estar mucho más conectadas en el diario vivir –sin que ni siquiera territorialmente se toquen las unas con las otras– como en el caso por ejemplo, de una ciudad asiática y una latinoamericana que pueden tener elementos de conexión y de integración por efectos de una globalización que ha penetrado las formas de vivir de la sociedad mundial. Más allá de lo que podemos observar en superficie, podemos comprender lo que habría detrás de los territorios que integrados los unos con los otros, dan lugar a nuevos territorios ampliados. En el caso de la ciudad de Medellín, llamamos la atención por territorios en los que, a pesar de que alguien
ha querido interponer un muro –visible o invisible– ellos siguen conectados porque los afectos, las relaciones familiares y afectivas pueden estarse dando aún entre barrios que pueden estar en pugna a causa de las formas de violencia que lamentablemente han permeado a la ciudad. Finalmente, esta es una invitación a buscar que prime el rizoma por encima de los trazos y muros que algunos imponen y que los seres humanos y las colectividades, por fuerza de fenómenos culturales y sociales, logren que triunfe la integración por encima de las escisiones.
Referencias Bibliográficas Ángel Maya, Augusto, 1996: El reto de la vida. Bogotá: Ecofondo. Capra, Fritjof, 1998: La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los s i s t e m a s vivos. Barcelona: Editorial Anagrama. Deleuze, Gilles y Félix Guattari, 1994: Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia. Valencia: PRE - TEXTOS. Delgado, Manuel, 1999: Ciudad líquida, ciudad interrumpida. Medellín: Universidad Nacional de Colombia. Colección Ensayos. Geddes Patrick, 1960: Ciudades en evolución. Buenos Aires: Ed. Infinito. Moreno, Cecilia Inés, 2010: Conjunción inconexa. Interpretación ambiental en el sur del valle de Aburrá. Medellín: Universidad Nacional de Colombia. Noguera, Ana Patricia, 2005: La noción de ambiente: discusiones pertinentes, fundamentos y rupturas frente al hábitat. Medellín, Universidad Nacional de Colombia, Maestría en Hábitat (Inédito). _____________, 2004: El reencantamiento del mundo, Manizales: Universidad Nacional de Colombia.
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La ciudad: promesa moderna de razón y de luz
Por: Fernando Cruz Kronfly Profesor de la Universidad del Valle Doctor Honoris Causa en Literatura
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a modernidad ofreció a Occidente un paquete de promesas, las más importantes de ellas relacionadas con el triunfo de la Razón sobre la barbarie y la Luz del entendimiento sobre las tinieblas de la ignorancia. Promesas de tono mesiánico que luego se propuso extender al resto de la humanidad. El lugar donde estas promesas habrían de cumplirse fue la ciudad. Esto hizo que la ciudad se convirtiera, ella misma, en epicentro de la modernidad. Allí se pusieron en marcha sus proyectos medulares a saber: el económico capitalista gobernado por la razón productiva instrumental y el
cultural ilustrado y letrado. Esta fue la inmensa responsabilidad que la ciudad asumió ante los hombres, asunto del que poco se habla. La ciudad significó desde entonces el futuro, la libertad, el trabajo redentor, la cultura, la educación avanzada, el progreso técnico, la civilización de las maneras. En otras palabras, la esperanza y la salida. Lo rural empezó a representar el pasado atrasado, el pozo estancado, la ignorancia, la rusticidad y ordinariez de las maneras, el alma primitiva. En síntesis, el campo y lo rural eran el lugar de donde había que huir rumbo al futuro concentrado en la ciudad.
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Las ciudades que tanto prometieron a la humanidad, sin embargo, aún están ahí aunque siendo otra cosa.
La modernidad puso en movimiento la metáfora de la “Luz de la Razón”. Kant habló de la “mayoría de edad”. Para alcanzar esa Luz y esa Mayoría de Edad, era preciso educarse, leer, crecer intelectualmente. En una palabra, ilustrarse. La imprenta, invención de Gütemberg durante el Renacimiento, por los tiempos de la Revolución Francesa debió ponerse al servicio ya no tanto de la fe, sino de la ilustración racionalista y laica moderna. Se puso entonces en marcha el proyecto de la Enciclopedia. Todo esto en la ciudad, bajo el supuesto de que allí, en ese “topos” urbano la humanidad habría de sobreponerse a la barbarie y el atraso, que progresivamente iba quedando atrás.
Las ciudades que tanto prometieron a la humanidad, sin embargo, aún están ahí aunque siendo otra cosa. Han crecido hasta llenarse al mismo tiempo de miseria y esplendor, pero ya no son promesa de nada. Sólo están ahí expandiéndose, acumulando polución y problemas, luces de neón, mal gusto pero también maravilla arquitectónica. Recibiendo el dolor migratorio de otros continentes, presenciando a los obreros y empleados dirigirse rutinariamente al trabajo, a veces cabizbajos, viendo descender y partir aviones rumbo a sus destinos, escuchando los gemidos ocultos del amor, el aullido de perros y de hombres por igual. Lo que ocurre de sombrío y de sublime en las entrañas de las
ciudades es por igual hermoso y comprensible. En las callejuelas de las ciudades las librerías aún venden libros, las bibliotecas abren sus puertas, las escuelas y las universidades hacen la tarea. Pero algo muy fuerte ha sucedido. La ciudad ya no es promesa de nada. La modernidad prometió progreso material expresado en progresión científica, técnica y económica. Estos vectores, supuestamente tendenciales y en ascenso, debían conducir a la humanidad a emanciparse de sus penurias y aflicciones, de sus dependencias, esclavitudes y prisiones. Después de poco más de tres siglos, esta promesa no se cumplió. Quizás ya no debamos esperar más. Por todas partes, los pensadores contemporáneos dan cuenta de que la técnica y el capitalismo económico no liberaron a nadie de sus incertidumbres, de sus sensaciones de vacío y de ausencia de sentido de vivir, del desamor, en medio del derrumbe de las ideologías mesiánicas, de las utopías de todo orden. El capitalismo no ha salvado ni siquiera a los capitalistas llenos de dinero y de miedos postmodernos, que andan devorando ansiolíticos
y antidepresivos como hojuelas de cebada. Y, lo más significativo, el capitalismo ha perdido toda legitimidad, en cuanto de producción y de organización social que habría de llevar a la humanidad hacia la soñada “salida” de liberación, emancipación y felicidad. El dinero vuela por todas partes en poder de las entidades financieras que hoy se han colocado por encima de los Estados y los pueblos, pero no ha triunfado la felicidad. Lo que hay es consumo ansioso, nihilismo, sensaciones de vacío, de incerteza, “liquidez” en el vínculo humano, desamor, hedonismo pero del más barato, neo-misticismos y adicciones como paliativos para la desesperanza; y, en muchas ciudades de occidente y del mundo, la emergencia de nuevas “tribus” urbanas de matones iracundos sin causa de regreso a lo ancestral, territorialidades primitivas, en fin. Y, como telón de fondo y como si más no faltara, derrumbe de la cultura letrada en medio de un contexto cultural y social dominado por la superficialidad y la necesidad de convertir la vida en una montonera de instantes fragmentados que deben experimentarse con loco frenesí. Los libros están ahí, es cierto, pero la humanidad que los lee no encuentra para dónde ir. Sólo sabe, con Wittgenstein, que ya no es posible guiar a la humanidad hacia el bien sino apenas hacia alguna parte. Quizás sólo a dar cumplimiento a la metáfora de la vida imaginada
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como un “viaje al final de la noche” (Louis Ferdinand Celine, 1960). La cultura letrada, o de las letras, así como la ilustración enciclopédica a partir de la lectura, fueron parte sustancial de la promesa moderna. Y el lugar de cumplimiento de esta hermosa promesa fue la ciudad. En estas topografías urbanas se fundaron las universidades y se puso en marcha el aparato educativo moderno, en muchos casos laico y secular, paralelo al confesional donde éste sobrevivió. La ciudad era el lugar de la cultura de las letras, de la técnica, de la ciencia, de las fábricas a todo vapor, de las imprentas “post-modernas” que Gütemberg jamás hubiera imaginado puestas al servicio de la literatura de autoayuda y la idiotez “light” del cerebro humano sometido a su anulación crítica mediante el “arte postmoderno de reducir cabezas” (Dufour, 2007). No otra fue la esperanza moderna: el progreso moral y espiritual de los seres humanos, expresado en el supuesto axiomático de que la humanidad sería cada vez mejor moralmente, espiritualmente. Y no mejor para nada, sino para alcanzar la “liberación” de todas las cadenas y ponerse a salvo de la barbarie. El camino para lograr este progreso moral y espiritual eran los libros, la lectura, la ilustración de las mentes, el refinamiento, la enciclopedia como medio, la expansión de la lectura mediante la imprenta, la cultura de las artes y la ciencia, la escuela,
la universidad. Se supuso que este paquete haría cada vez mejor a la humanidad desde el punto de vista moral y espiritual. Esta promesa tampoco se cumplió. Ahí están los libros, las bibliotecas, los espléndidos museos, la gran música, al lado de los pocos hombres y mujeres ilustrados plantados todavía en la resistencia. Pero ahí está igualmente la barbarie persistente, todas las matanzas del Siglo XX y del XXI que apenas comienza, las marginalidades crecientes, la inmoralidad voraz del sistema financiero, las nuevas esclavitudes en el trabajo –y no es una simple metáfora-, el mal gusto mediático, violento y pornográfico, las neo-pobrezas del primer mundo, las carreteras ellas mismas como continentes desolados y absurdos a lo Cormac McCarthy. La humanidad no es hoy mejor ni peor que ayer en términos morales. Es quizás la misma de siempre en su trágica ambivalencia. La diferencia es que hubo un tiempo en que para la modernidad la ciudad era el lugar de la Esperanza y la Luz de la Razón, mientras que hoy es el lugar del sinsentido, del nihilismo ambulatorio y una alta dosis de desesperanza. Perviven en ella el bien y el mal en su eterno retorno. Ocurrió Auschwitz y todo quedó en penumbra. Los imaginarios de progreso moral acumulativo sin retorno a la barbarie quedaron derrotados, desmentidos. Los criminales nazis eran ilustrados. La humanidad más culta y
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civilizada entró en guerra. Se desencadenó un nuevo tipo de destructividad que la técnica y la ciencia hicieron aún más bárbara, sofisticada y eficiente. Los campos de exterminio se convirtieron en paradigma de gestión, de eficacia y eficiencia administrativas. La música que ambientaba el exterminio era la de Richard Wagner. No pocos, de los más elegantes e ilustres matones carniceros eran discípulos de Kant y se comportaban de conformidad con el imperativo categórico. Muchos se carcajearon delante del confesado “kantismo” de estas bestias iluminadas por el furor romántico. El desconcierto fue total. El Siglo XX, el gran siglo de la esperanza moderna de occidente, de las espléndidas ciudades, pasaba a convertirse en la metáfora más acabada del infierno. Según Georg Steiner (1990) es más fácil, pero sobre todo más fascinante imitar en la tierra el infierno que el cielo. La metáfora del infierno resultó mucho más contagiosa y atractiva. La teoría psicoanalítica interpreta esto como el frenesí desatado de la pulsión de destructividad y de muerte. Y todo lo anterior en medio de libros sabios, pinturas conmovedoras, museos espléndidos, músicas cultas y bibliotecas llenas de Luz como “Templos del Saber” ¿Qué pensar, entonces, qué hacer? Más que en los campos, la barbarie moderna se concentró en las ciudades. Y, sin embargo, en medio de todo el desconcierto sigue siendo imperativo leer. No tengo al respecto la menor duda. Debemos leer, ser ilus-
trados. Aunque no ahora para garantizar el progreso moral y espiritual de la humanidad, sino apenas para no terminar perdiendo del todo la esperanza y darle a la existencia la dignidad que se merece. Leer es ahora una actividad que se realiza absolutamente por fuera del mito moderno del progreso moral y espiritual de la humanidad. O, quizás, para tan sólo conseguir que dos, cinco, un puñado de niños, un ciento incluso, puedan sobrevivir dignamente en medio de los contrastes y la complejidad de la vida, y consigan comprender que la dimensión trágica y fáustica es propia de la condición humana, en donde conviven simultáneamente lo peor y lo mejor. Los fundamentos sobre los cuales se levantó la modernidad se comportaron durante sus siglos de esplendor como axiomas indiscutibles. Eran tan evidentes, que no requerían prueba. Pero hoy, la crítica implacable de esos fundamentos axiomáticos y los “tozudos hechos” dejaron reducidos estos axiomas en simples mitos, imaginarios de época, hermosos relatos a través de los cuales la modernidad anunció por anticipado lo que soñaba ser, lo que con tanto entusiasmo prometía. La modernidad “futurizó” su propia historia para empezar a vivirla, a intentar cumplirla. Pero la historia otra vez fue implacable. Y lo que parecía axiomático y además obraba como promesa que legitimaba la totalidad del proyecto moderno, tanto en sus vectores culturales como económicos –el capitalismo-, hoy apenas
es realidad trágica travestida en promesa incumplida. Este incumplimiento se expande ante nuestra mirada, convertido en hiper-modernidad. Su mejor escenario son las ciudades contemporáneas. La ciudad hizo suya por entero la promesa moderna del progreso material y moral de la humanidad. Hela ahí, ahora, rindiendo cuentas de aquella responsabilidad asumida. Los “crímenes municipales” de Darío Ruiz Gómez, hacen parte de esa implacable rendición de cuentas, en una “tierra de paganos” absorta ante la progresiva desacralización de la vida, las adolescencias bandidas urbanas desconectadas del legado moderno de los derechos humanos. Esta peligrosa ruptura con la tradición humanista moderna se debe no sólo a la pobreza y la marginalidad, sino ante todo a la caída del puente de la cultura que en otros tiempos tenía la misión de
unir épocas diferentes con sus correspondientes cambios mediante entramados invisibles no obstante las rupturas. En términos de Fernand Braudel 1984), me estoy refiriendo a la historia de larga duración, aquella que permanece más allá de las rupturas. Preocupa así el anuncio hecho por Marcola, capo del crimen brasilero, en una entrevista ofrecida a un diario de Río de Janeiro hace unos meses. Allí dijo el criminal lúcido, que a su modo de ver estaba naciendo una nueva especie humana: la que no cree en los derechos humanos ni hace parte de esa tradición. En muchas ciudades de América Latina existen barriadas y territorios que no son más que campos de muerte, asalto y bandidaje al margen de toda culpa, respeto y arrepentimiento. Ha desaparecido el sujeto moral que se pregunta por la ética de sus actos. Presenciamos la emergencia de generaciones enteras que borraron de
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un plumazo el puente que debió haberlas unido, cultural y espiritualmente, con la tradición moderna según la cual todo ser humano es digno de respeto y reconocimiento. Entre tanto, las escuelas y universidades enclavadas en las ciudades alfabetizaban bajo el himno del progreso. Las ciudades seguían considerándose ellas mismas el brazo armado del progreso. Los educadores cumplían allí su encomiable labor, bajo el supuesto de que estaban formando los niños del futuro. Lo desconcertante es que esta fue la misma tarea educadora y formativa que cumplieron, en su momento, los educadores de Hitler y su pandilla de bandidos, legitimados en sus crímenes por el delirio de la pureza étnica y la recuperación de la dignidad alemana herida; análoga labor a
la cumplida por los educadores de los jóvenes soldados norteamericanos que terminaron torturando en Irak, tomándose fotografías entre ellos mismos, a las carcajadas; por los profesores rectos y católicos del Pinochet chileno, del Galtieri argentino, de los Castaños y Marulandas colombianos, cuyos discípulos un día fritaron carne humana con papitas a la francesa o jugaron a la pelota con las cabezas de los soldados caídos en combate mientras se fumaban un cigarrillo. Duele decirlo, desconcierta admitirlo, pero la educación en todos ellos, incluso religiosa, fue incapaz de inhibir los sentimientos de venganza, resentimiento y odio, reunidos alrededor de la pulsión de destructividad y de muerte. Las ciudades contemporáneas no son ya el lugar histórico donde habría de producirse el progreso material y moral de la humanidad. Son apenas lo que son: lugar de concentración de lo sublime y lo peor. Ellas son expresión cabal de la condición humana. El esfuerzo sostenido de educar en los buenos sentimientos, en el uso de la razón crítica y el hábito de las lecturas que encantan y desencantan el mundo, hay que mantenerlo. Catastrófico sería abandonarlo. Cada que nace un niño hay que empezar de nuevo, trayéndolo a la humanidad. No es este quizás el momento para describir como es que un niño que nace es por fuerza traído a la humanidad. Pero este esfuerzo no es garantía de eliminación en el futuro adulto de las eventuales prácticas inhumanas inherentes a la pulsión de destructividad.
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En medio de los dispositivos de la cultura letrada e incluso trepados en ellos, cabalgan los jinetes de la barbarie intemporal. Paralelo al hábito de la buena lectura, contra la barbarie parece más eficaz la educación en los buenos sentimientos. La educación sentimental existe y es posible. Muchos de nosotros provenimos de este mundo. Pero en innumerables ciudades contemporáneas de diversos continentes, ha ocurrido la caída de los puentes culturales que debieron haber conectado la modernidad con los nuevos tiempos históricos denominados hiper-modernos. No dudo al decir que la llamada “post-modernidad” es precisamente el resultado de la caída de esos puentes. A esto ha contribuido la marginalidad, la miseria, la exclusión, el abandono afectivo infantil, la idiotez moral, el arte contemporáneo de “reducir cabezas”, la cultura mediática que coquetea impúdicamente con la extrema crueldad. Todo esto, por lo demás, se levanta como una barrera en contra del proyecto de educación sentimental. Este es el contexto histórico y cultural que hoy debe enfrentar nuestra niñez y nuestra juventud. Delante de este panorama, que no estimo pesimista sino apenas realista e informado para evitar la ingenuidad y la inocencia, lo único que por ahora se me ocurre es que cada uno de quienes pensamos de esta forma, nos convirtamos nosotros mismos en individual contexto histórico. Tal vez así podamos abandonar este mundo convencidos de que fuimos útiles.
Lectura y ciudadanía Programa Medellín Lectura Viva Por: Herman Montoya Gil Antropólogo - Coordinador Plan de lectura Municipal Secretaría de Cultura Ciudadana
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n las últimas décadas Medellín se ha consolidado como uno de los escenarios más importantes en la formulación de políticas culturales. La característica fundamental de este hecho social ha sido la participación ciudadana. En estas formulaciones han concurrido un amplio y variado número de investigadores, gestores, creadores, artistas, instituciones privadas, ONGs, grupos comunitarios y el propio sector público. Todos estos actores han apostado a la construcción de una ciudad en la que la cultura y lo cultural se piensan como eje fundamental del desarrollo, la democracia y el fortalecimiento de la ciudadanía.
Uno de los más recientes procesos de formulación de políticas culturales en la ciudad ha sido el diseño del Plan Municipal de Lectura y Escritura 2009 – 2014 “Medellín una ciudad para leer y escribir”. En este proceso, iniciado en el año 2005, participaron un sinnúmero de instituciones y ciudadanos comprometidos con el desarrollo de importantes experiencias de promoción de la lectura y la escritura en la ciudad. Entre ellos podemos destacar las Cajas de compensación familiar Comfenalco y Comfama, las Secretarías de Educación y de Cultura municipales, los promotores de lectura de las bibliotecas, las bibliotecas populares, los representantes de los consejos de literatura y
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bibliotecas del Consejo Municipal de Cultura, investigadores representantes de las universidades locales, talleres literarios, profesores de literatura y afines, revistas literarias, entidades culturales que desarrollan actividades de promoción de la lectura y la escritura, representantes de la cadena del libro – creadores, escritores, libreros, editoriales, editores, ilustradores, editores independientes, traductores, etc. -, medios de comunicación y representantes de la sociedad civil. Entre todos estos actores se propuso una intensa discusión que buscaba establecer unas primeras definiciones conceptuales alrededor de la problemática de lectura y la escritura que sustentara el diseño de esta nueva política cultural. Los primeros encuentros de discusión pública descentraron la mirada de la lectura y la escritura del viejo paradigma que ubica estas prácticas culturales en el meridiano de la ilustración de los individuos para comprenderlas como “…elementos fundamentales en la formación de sujetos autónomos y críticos que actúan como ciudadanos activos y participativos”1. De esta manera, se logró construir un concepto renovado que res1. Documento en revisión del “Plan Municipal de Lectura 2009 – 2014. S.p.
tablece la dimensión política de la lectura y la escritura para el ejercicio de la ciudadanía. Del mismo modo, la formulación del Plan recogió el acumulado y las experiencias institucionales y ciudadanas de la promoción de la lectura y la escritura en Medellín. Se diseñó
una propuesta que dialoga con el Plan Maestro de Bibliotecas de Medellín, con las directrices del Ministerio de Cultura y su plan nacional de lectura y bibliotecas, con el Plan departamental de cultura “Antioquia en sus diversas voces”, con las ideas y conceptos que se estaban debatiendo en América
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Latina a través de entidades como el Cerlalc - Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe - , y con los debates propuestos desde la Cámara Colombiana del Libro. Todos estos referentes programáticos y estratégicos del orden local, nacional e internacional alimentaron la propuesta del Plan y permitieron consolidar una política de lectura y escritura diversa que refleja igualmente el estado de la discusión ciudadana alrededor de estas prácticas culturales, con avances importantes en algunos campos, por ejemplo, en los programas para la promoción de la lectura, y con debilidades significativas en otros como en el de la cultura digital, la formación de mediadores y la investigación, seguimiento y evaluación de las experiencias locales de promoción de la lectura y la escritura. Sin embargo, debemos destacar que lo más significativo de este Plan es el establecimiento de un acuerdo social alrededor de la política de lectura y escritura. Así, en el marco de la Tercera Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, el día 11 de septiembre del año 2009, se firmó el Acuerdo de Voluntades institucionales y
ciudadanas para sacar adelante esta nueva política cultural de ciudad. Técnicamente el Plan se estructuró con un objetivo estratégico que definió la lectura y la escritura como prácticas para la educación y la cultura que contribuyen al ejercicio de una ciudadanía solidaria, crítica y participativa que incrementa la calidad de vida de la sociedad. Igualmente, se establecieron cuatro objetivos específicos alrededor de: 1) la articulación de las entidades que desarrollan programas de promoción de lectura y escritura; 2) la elevación de los niveles de lectura y escritura en la ciudad; 3) la generación de oportunidades para el acceso a la lectura y la escritura mediante la promoción en distintos escenarios y soportes y por ultimo; 4) la formulación de la política pública de lectura y escritura. Cada uno de estos
objetivos se reflejó en metas de corto y mediano alcance que, en general, daban cuenta de muchas de las acciones que se venían desarrollando en la ciudad de manera desarticulada y que con el Plan lograron estructurarse alrededor de unos propósitos comunes. Más adelante el Plan fue legitimado por el Acuerdo Municipal 079 de 2010 y su Decreto reglamentario 0917 de 2011 que propuso siete grandes líneas de acción: articulación interinstitucional; promoción de los servicios bibliotecarios; fomento de la lectura y la escritura; formación de mediadores; eventos del libro y estímulos a la creación; investigación, seguimiento y evaluación y; la dimensión política e intersectorial. Estas líneas establecieron, por su parte, unas acciones e identificaron los públicos a los que ellas debían dirigirse con
el propósito de lograr mejores resultados en la aplicación del Plan. La formulación de esta política cultural se ha visto fortalecida con la conformación del Comité Interinstitucional del Plan Municipal de Lectura y Escritura, que se ha convertido en el escenario de debate permanente de la política de lectura y escritura municipal. En conclusión, podemos afirmar que esta experiencia de diseño consensuado de la política pública de lectura y escritura ha permitido consolidar el ejercicio de la ciudadanía a través del fortalecimiento de la participación social que genera, a su vez, una cultura política que compromete a los ciudadanos, las organizaciones de la sociedad civil y al Estado en la resolución de las necesidades de la sociedad.
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Tiempo marcado y pintado 1963 – 2013
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ntre el 16 de julio y el 16 de agosto de este 2013 estuvo expuesta la obra pictórica de María Carmenza López Gómez en el auditorio cultural Diego Echavarría Misas de Itagüí María Carmenza López Gómez es Maestra en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín 1990. Gestora Cultural Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín 1996-1997. Construcción de cuento y novela Universidad de Antioquia 1996 – 1999. Gestión de la Informática Educativa Universidad Eafit 1999. Pedagogía Waldorf Centro Humanístico Micael 2004. Especialista en la administración de informática educativa Universidad e Santander 2012.
Ha participado en más de 15 exposiciones colectivas y en 4 individuales, a nivel local y departamental.
Distinciones: Reconocimiento de la Fundación Diego Echavarría Misas por la exposición pictórica “Bus San Jerónimo” 1992 De la Gobernación de Antioquia por la cartilla local Paco Del Concejo Municipal de Itagüí por su gestión cultural de más de diez años en la municipalidad, destacándose el proyecto de acuerdo “Sistema municipal de cultura”, 2002
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Tiempo marcado y pintado 1963- 2003 es una obra que expresa emociones y sentimientos simples en la cotidianidad normal de vecindad y paisanaje en los cuales están patéticos el horror de la guerra y las guerras diarias, y las agradables mieles de un auténtico y caluroso encuentro, el drama de la muerte y el júbilo del nacimiento en, a veces, abigarradas imágenes que cautivan en atención al espectador desprevenido. Y que hacen vibrar de ira ante las inauditas injusticias e ignominia diarias y la mascarada de las gobernanzas La policromía de esta obra y sus claroscuros dan luz y ponen al descubierto imágenes de sucesos olvidados o relegados a los polvorientos anaqueles de los recuerdos y desmemoria, por dolorosos, pero que en la manera de Carmenza, es una fusta a la resistencia, a no domeñarse, a no abdicar ni caer en llanto de plañidera. ¡A no olvidar! No hincando las rodillas, estas pinceladas maestras son un canto solidario y libertario que invita a la común unión y común unidad de accionares por enaltecer la existencia individual y social, que conmueven con su acendrada sensibilidad, como lo corrobora en esta TIEMPO MARCADO Y PINTADO y en toda su trayectoria pictórica. Son un grito en canto a la vida sin aspavientos. Un airado canto de resistencia en búsqueda de las utópicas libertad y convivencia, desde el laborioso y silencioso hacer pictórico que son constancia de intensa vitalidad. Edición 21 Especial 30 años • ISSN: 0123-238X Ciudad, revista de asuntos urbanos 31
La participación ciudadana, el urbanismo y la perspectiva de género Por: Amantina Osorio Ramírez Doctora en antropología social
Mesa redonda URBANISMO Y CULTURA CIUDADANA EN MEDELLÍN 30 años de la Revista Ciudad
La Ilustración y la ciudadanía
iversos autores y autoras (Aguado, 2005) señalan la importancia y la necesidad de la construcción de un nuevo concepto de ciudadanía. Si bien la definición de ciudadanía puede tener múltiples significados, lo que se puede señalar es que dicho concepto no es neutral y tradicionalmente ha eludido la perspectiva de género, es decir, el análisis de los derechos de las mujeres en tanto que derechos humanos y, en tanto que derechos ciudadanos.
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mente, el punto de referencia del cual se parte son las transformaciones que se fueron dando durante el Renacimiento y la Ilustración (siglo XVIII) en lo económico, en la distribución de roles según el sexo, y la delimitación de los espacios de lo público y lo privado. Cambios que tuvieron repercusiones para las mujeres en lo que a ciudadanía, igualdad, liberalismo y democracia se refiere. En ese sentido, la integración de la historia de las mujeres en la historia definida como ‘historia política’ implica una reconceptualización general y global, en clave de género (Aguado, 2005).
Si se caracterizan las relaciones de género como relaciones sociales entre hombres y mujeres, construidas cultural y social-
Los discursos jurídico-políticos del nuevo sistema que se estaba implementando van a delimitar conceptos como ciudadanía,
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Era fundamental una retroalimentación entre estas esferas: la esfera pública ‘masculina’ sólo podía funcionar, en la medida en que se apoyase y se retroalimentase sobre una esfera privada ‘femenina’. Es decir, el ciudadano (hombre), para poder ejercer su condición de tal, necesitaba que la mujer le resolviera su vida doméstica y le otorgara estabilidad en este ámbito. Ambas esferas se componían entonces, en una relación dialógica y dinámica, en escenarios en donde se ponen en juego estrategias de poder.
esfera pública, esfera privada, derechos civiles y concomitantes a ellos van a definir quién o quiénes son los sujetos de los nuevos espacios. Para Hegel, la división sexual de las funciones femeninas y masculinas se apoya en sus ‘caracteres naturales’, de acuerdo con la dicotomía pasivo/activo, interior/exterior, privado/público, naturaleza y cultura. Lo ‘público’- la política, la ciudadanía, el poder- las formas más ‘prestigiadas’ de sociabilidad y de cultura- se vinculará por ‘naturaleza’ a la identidad social masculina; en tanto que lo ‘privado’- entendido como
‘doméstico’ y no ‘civilizado’ -ni civil en el caso de las mujeres- iba a identificarse con la identidad social femenina (Aguado, 2005). Esencializarán esas diferencias, como dos realidades dicotómicas y diferentes, haciéndolas derivar de la naturaleza, de la biología, de la especie, porque desde esa argumentación, las mujeres no son ‘individuos’ con voluntad propia, sino que son ‘especie’, son ‘idénticas’, por ser ‘naturaleza irracional’ (Aguado, 2005). Nueva y específica división sexual del trabajo adecuada y coherente con el desarrollo de la economía capitalista.
Los primeros liberalismos (revolución francesa y Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano de 1789 en el que los derechos del ‘hombre’ son, efectivamente, del hombre varón), fueron excluyentes, no sólo en función del sexo, sino también en función de la raza, renta, propiedades, independencia personal y género. Sólo los varones podían ser valorados positivamente como ‘hombres públicos’, los ‘llamados a ejercer los derechos políticos’ y- los menores de edad, deficientes mentales, condenados y mujeres – no podían ser considerados como ciudadanos. Las mujeres debían ser representadas en lo público por un varón, padre, marido, hermano. Paradójicamente, el ideario liberal situaba como eje de su propuesta al “yo” individual, libre de jerarquías y “vasallajes” lo que posibilitó que se comenzara a cuestionar por parte, de una minoría de ilustrados y liberales, así como
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de los primeros movimientos feministas, la exclusión de las mujeres de la ciudadanía y de la esfera pública burguesa y exigir la demanda de igualdad (Declaración de derechos de la mujer y de la ciudadanía de Olympe de Gouges 1791. Su propuesta fue bastante clara y contundente: libertad, igualdad y derechos políticos, especialmente el derecho de voto para las mujeres). A lo largo del siglo XX se logró plasmar a nivel jurídico el reconocimiento de los derechos de las mujeres como sujetos activos de la ciudadanía (La II Conferencia Mundial de Derechos Humanos, Viena, 1993; la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer Beijing, 1995, entre otras). La realidad actual es que si bien ha habido avances en elementos jurídicos -el principio de igualdad formal- éstos no son suficientes ya que se ha partido desde un marco conceptual que necesita ser revisado. La ciudadanía no es un término neutro desde el punto de vista del género y, lo que está en juego como lo plantea Ana Aguado (2005), es la ‘relegitimización del Estado constitucional para la consecución de la igualdad real en todos los ámbitos entre una mitad de la población y la otra.
La génesis y el desarrollo de la ciudadanía y de los derechos individuales no ha sido un proceso lineal ni inevitable; la “universalidad” de los derechos de ciudadanía no garantizaba automáticamente que las mujeres fueran sujetos activos de ésta; la distinción entre la esfera
privada y la esfera pública ha operado como barrera, tanto desde el punto de vista teórico como en el ejercicio concreto de la ciudadanía. El hecho de que la ‘historia haya dejado de lado a las mujeres’ y por consiguiente, las necesidades diferenciadas de ellas,
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refuerza las inequidades obstaculizando participar en condiciones de igualdad respecto a los varones en la vida pública.
La ciudad, el espacio urbano y las mujeres Tratar de definir la ciudad es algo complejo ya que responde a conceptos y desarrollos históricos diferentes (Navarro Elio,s.f). La ciudad más allá de concebirla como espacios físicos, agrupaciones urbanas, patrimonios históricos o meros entornos construidos, se puede entender a partir de la vida que en ella se genera, de la posibilidad de que todos y todas las ciudadanas participen en las decisiones que les conciernen, de la creación de una cultura e identidad propia y del uso de sus servicios por parte de todos. La ciudad es el espacio en el que los individuos adquieren la condición de ciudadanos, esto es, la condición de ser personas titulares de derechos políticos, sociales y culturales (Sala y López 2005). Al ser la ciudad un espacio urbano mayoritariamente habitado por los hombres a partir de la división sexual y de género de los espacios y de los roles, ha sido un espacio que ha sido proyectado, gestionado y
articulado sin tener en cuenta deseos, necesidades y actividades diversas de las mujeres. En las conclusiones de las Jornadas “Urbanismo y Género”, Barcelona, 27-29 de abril 2005 se reconoce el déficit histórico de la participación de las mujeres en el diseño del espacio (www. urbanismeigenere.net). Michel Foucault (2004) en su concepción del urbanismo señala que es probablemente el dispositivo más potente de que dispone el biopoder. Con él se distribuyen usos en el espacio, se incide en el modo en el que las personas se mueven y se desplazan y se imponen determinados modos de vida. Por consiguiente el espacio urbano es un espacio físico y político que no es fijo y estable, sino que es producto de las dinámicas urbanas y condiciona la construcción de las relaciones sociales, y entre ellas, particularmente las de género. ‘El urbanismo como disciplina y la planificación como método, han desplegado un código lingüístico de poder, que se resiste a aceptar otro basado en el género’ (García y Royo, 2012). Hombres y mujeres usan el espacio urbano de forma diferente, tienen distintas necesidades y aspiraciones y diversas posibilidades de acceder a los bienes y recursos de la ciudad. Integrar la perspectiva de género en el urbanismo plantea la necesidad de que se tome en consideración y preste atención a las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto al uso y la planificación del territorio. La
perspectiva de género se convierte así en una herramienta útil para todos aquellos que aspiran a mejorar las condiciones de vida en la ciudad, pues lo que esta perspectiva ofrece es un diagnóstico cualitativo de la ciudad y la identificación de muchos problemas de grupos que normalmente permanecen ocultos en la planificación y en la gestión de la ciudad. La perspectiva de género se concreta en cambios en los planteamientos del urbanismo actual, introduciendo en dichas agenda prioridades de temas importantes de la vida cotidiana como la seguridad, la proximidad, el tiempo y la organización de los servicios, así como la mezcla de usos que ayude a cubrir la diversidad de actividades de mujeres y hombres (Massolo, 2004). Si bien los movimientos feministas han luchado no sólo por la obtención del voto sino por la autonomía de la mujer, porque se le considere como sujeto de derecho, que tenga acceso a la educación, libertad sobre su cuerpo y sexualidad y por su participación equitativa en la vida laboral, económica, civil y política, en la práctica las preocupaciones de las mujeres no están representados a los niveles de la ‘formulación de políticas y la brecha en materia de equidad de jure (igualdad de Derecho) y de facto (de hecho) en la esfera del ejercicio del poder y la adopción de decisiones sigue siendo amplia’ (Giraldo, 2007). En la búsqueda de una propuesta práctica sobre los aspectos
que deberían ser tratados por el urbanismo a través de la perspectiva de género, en el diseño de los espacios públicos y los equipamientos se pueden señalar de manera somera tres líneas de trabajo (García y Royo, 2012). 1. La primera tiene que ver con la movilidad. Probablemente la limitación en la capacidad de movilidad es en la actualidad una de las causas de discriminación urbana más dramáticas y a la vez invisibles. La ciudad es el entorno donde se desarrolla la vida cotidiana, y donde se encuentran la mayoría de barreras o impedimentos que limitan la autonomía, el bienestar y la capacidad de elección. Estas barreras o impedimentos, pueden ser referidos tanto a la movilidad y manipulación como a los sentidos y al conocimiento, y pueden limitar libertades tan fundamentales de la persona como el derecho a la participación, a la cultura, a las actividades recreativas o deportivas a la relación en libertad, a la información etc. Investigaciones realizadas sobre los desplazamientos, se han encontrao que las mujeres lo suelen hacer de manera poligonal, enlazando distintos recorridos para realizar distintas funciones –de casa al colegio, del colegio al trabajo, del trabajo a la tienda, de la tienda al colegio, del colegio a casa-, mientras que los desplazamientos de los varones
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suelen ser de tipo pendular –de casa al trabajo, del trabajo a casa-. El porcentaje de usuarias de transporte público es mayor que el de usuarios y a eso se añade el hecho de que muchas veces esos desplazamientos se realizan acompañando a niños y niñas, personas mayores, personas enfermas o con movilidad reducida. Las mujeres se ven obligadas a adaptarse según sus lógicas de funcionamiento. Por ello, en los aspectos que tienen que ver con la movilidad es fundamental la aplicación de la perspectiva de género en la identificación de pautas de desplazamientos, flujos e itinerarios. 2. La segunda cuestión tiene que ver con la seguridad. La autora Olga Segovia Marín (s.f) señala que por lo general el concepto de seguridad ciudadana ha sido sinónimo
de seguridad en el espacio público. Esta perspectiva reafirma la idea de que es allí donde están la violencia y la inseguridad, y que el hogar es el lugar acogedor, el espacio del refugio, exento de violencia. De esta manera se ignora que el hogar es un foco importante de inseguridad para las mujeres. La violencia contra las mujeres no es solo física o
verbal, sino que incluye también, la desigualdad y la discriminación en todas las esferas (laboral, académica, sentimental). La percepción de las mujeres en cuanto al riesgo de ser víctimas de una agresión las ha llevado a poner en práctica innumerables estrategias de autoprotección, que limitan gravemente su libertad y autonomía per-
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sonal. Por tanto, es clave reconocer que el temor de las mujeres no aparece en forma espontánea, sino que es parte de un proceso aprendido y socializado (Dammert, 2004). La seguridad tiene un componente real-objetivo –aquellos puntos de la ciudad que son verdaderamente peligrosos por los colectivos que los ocupan-, pero también tiene una componente percibidasubjetiva. La mujer no sólo debe estar segura, sino que debe sentirse segura. Incluir la voz y la experiencia de las mujeres, es fundamental pues su percepción del miedo y la particular apropiación que hacen de la ciudad puede determinar la forma en que se detecten y reconozcan los riegos, lectura de contexto que incluye la relación de los actores y circunstancias en que se inscriben (Gómez et
al, 2009). Cuestiones como una adecuada iluminación no sólo de los recorridos principales, y no sólo en función de las demandas escenográficas del turismo urbano, sino de los recovecos, calles secundarias, salidas de metro, paradas de autobús, etc. deberían ser contempladas por los proyectos de urbanización y detectados en los estudios de desarrollo urbanístico. 3. El tercer grupo de medidas tiene que ver con la accesibilidad. Se entiende por ello la condición que deben cumplir los espacios, servicios y equipamientos municipales para garantizar su uso y disfrute de forma cómoda y segura a todos los ciudadanos en igualdad de condiciones. La falta de accesibilidad limita tanto la autonomía de las personas, como su capacidad de elección e interacción con el entorno y sus oportunidades de participación en la vida social, factores que conforman la base para el ejercicio igualitario de las libertades fundamentales. La incompatibilidad de la localización entre la vivienda, el empleo y las actividades urbanas con sus consecuencias en el “recurso tiempo”, es uno de los principales obstáculos de las mujeres para su autonomía y ciudadanía activa. Se tiene un concepto limitado de vivienda, no se considera la interdependencia de la misma con el
acceso al empleo, la cultura, la recreación y la seguridad como condición para la participación ciudadana. Apostar por una ciudad accesible, es apostar por una mayor calidad de vida, en la medida que los equipamientos, servicios y espacios son más cómodos, más seguros y más fáciles de usar y por lo tanto, promueven la autonomía de las personas. Una ciudad accesible y segura constituye un derecho humano a ser garantizado (Massolo, 2004).
Políticas públicas con perspectiva de género El derecho a la ciudad es un derecho complejo, un derecho político y cultural impensable sin la creación de la ciudadanía como objeto del espacio público y como camino para poner al servicio de las mujeres y los hombres concretos su creación colectiva más compleja: la ciudad. Las políticas y programas no son neutrales, sino que reflejan y reproducen normas, valores y
sesgos vigentes en la sociedad. Por consiguiente las políticas públicas son productos sociales que surgen en contextos específicos, en una estructura de poder y en un proyecto político concreto. Desde hace algunas décadas las condiciones históricas, sociales y políticas actuales plantean la redefinición de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, y la concepción de un nuevo “Derecho a la Ciudad”. Concebido como un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades a alcanzar un digno patrón de vida y un modelo sustentable de sociedad y de vida urbana basado en los principios de equidad, dignidad, solidaridad, libertad, justicia social, el respeto a la diversidad de las culturas urbanas y el respeto al entorno ambiental. El fortalecimiento de una convivencia social diversa en espacios públicos seguros a escala de barrios y a escala de la ciudad es un desafío para las políticas sociales en su conjunto: políticas habitacionales, urbanas, sociales y culturales (Segovia, s.f).
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Desde un enfoque de género se propone, por un lado, un urbanismo que oponga al lenguaje de la técnica y orden que reparte el espacio y los aprovechamientos, el lenguaje de la vida y de los efectos del urbanismo sobre las personas (García y Royo, 2012) Y por otro lado, un enfoque de género que sustituya la reivindicación de espacios de poder para las mujeres frente a los espacios de poder de los hombres por la reivindicación de una habitabilidad plural de la ciudad que utilice la mirada de las mujeres como herramienta útil de diagnóstico. La perspectiva de género podría suponer la incorporación de un aspecto fundamental al urbanismo: la vida. Un urbanismo en el que las necesidades de todas las mujeres y hombres, de todas las generaciones y procedencias, sean valoradas es la mejor vía para conseguir la mejor calidad de vida y la sostenibilidad de nuestras ciudades. Una ciudad más segura, más accesible, en la que sea más fácil combinar la vida personal y familiar con el trabajo, es una buena ciudad no para las mujeres, sino para toda la ciudadanía. La incorporación de la condición de Accesibilidad Universal en la planificación, organización y gestión de la ciudad, facilita una convivencia humana sin jerarquías ni roles preestablecidos, adaptada al ciclo de la vida, y sin segregaciones o discriminaciones de determinados colectivos, promoviendo para ello la participación, e incluso
la visibilidad de las diferentes identidades existentes en la población. En definitiva, se puede afirmar que la ciudad, su estructura, gestión y organización, deben estar orientados hacia la diversidad de ciudadanos y ciudadanas que la pueblan, puesto que, ni la población es una masa homogénea, ni tiene las mismas posibilidades y capacidades para ejercer sus derechos, y en cambio, los derechos y libertades de las personas, sí son universales y deben desarrollarse en igualdad de condiciones. Y como lo señala Alejandra Massolo (2004), “en todas las experiencias municipales innovadoras que asumen el principio de equidad de género y que implementan acciones afirmativas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, se presenta un factor clave e imprescindible: la voluntad política de los actores políticos, sobre todo del acalde o alcaldesa. Voluntad política más sensibilidad ante problemáticas como la violencia de género, son detonadores de procesos de apertura, cambio institucional y nuevas formas de interlocución e interrelación con las comunidades, que incluso rebasan las fronteras locales y se vinculan con redes nacionales e internacionales”.
Bibliografía Aguado Ana (2005) ‘Ciudadanía, Mujeres y Democracia’ Revista Electrónica de Historia Constitucional Número 6 Septiembre Centro de estudios políticos y constitucionales. Universidad de Valencia, España. Foucault, Michel (2004) 1978-1979. Naissance de la biopolitique.Paris: Gallimard.
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Cursos College de France. Se cita versión castellana Nacimiento de la biopolítica. (2009) Madrid: Akal. Dammert, Lucía, ed. (2004). Seguridad ciudadana: experiencias y desafíos. Valparaíso: Red 14 “Seguridad Ciudadana en la Ciudad” / Urb-Al / I. Municipalidad de Valparaíso. García Bujalance Susana y Lourdes Royo Naranjo (2012) La-perspectivade-género en el urbanismo una aproximación conceptual-adaptada. Ponencia presentada en el IV Congreso universitario nacional Investigación y género Sevilla 21 y 22 de junio. Giraldo Fabio (2007) ‘Prólogo’ pp 13-20. En: Cordy Alberto y García Jon Hábitat y espacio público El caso de los vendedores informales en el espacio público físico de Bogotá Bogotá. Gómez Ramírez, Heidy Cristina (2009) Diagnóstico de seguridad pública para las mujeres de Medellín INER, Universidad de Antioquia. Massolo, Alejandra Género y seguridad ciudadana: el papel y el reto de los gobiernos locales http://www.bvsde. paho.org/bvsacd/cd53/massolo.pdf Massolo, Alejandra (2004) “Introducción. Los temas de la ciudad desde la perspectiva de género”. En Una mirada de género a la ciudad de México, Alejandra Massolo (comp), UAM-Azcapotzalco/ RNIU, México, Navarro, Herminio Elio, La Ciudad http://club. telepolis.com/geografo/urbana/ciudad. htm >(visitado 10 junio 2013) Sánchez, Muñoz, Cristina (2000) “La difícil alianza entre ciudadanía y género”. En Pérez Cantó, Pilar: También somos ciudadanas, Madrid, Instituto Universitario de Estudios de la Mujer, Universidad Autónoma de Madrid,. pp. 3-25. Sala Mozos Elisa y Fernando Alonso López (2005) La accesibilidad universal en los municipios: guía para una política integral de promoción y gestión Instituto universitario de estudios europeos Universidad autónoma de Barcelona Segovia Marín, Olga (s.f) Políticas de seguridad ciudadana y género documento en pdf
Revista ciudad 30 años
Por: María Victoria Álvarez
A
partir de un manifiesto ciudadano que hiciera en 1982, Guillermo Alvarez le pide al estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia, John Jairo Hoyos Ochoa, hacer su práctica universitaria con una revista que debía ser propositiva, tener un lenguaje critico, no academicista ni esclerótico, que pudiera leer el ciudadano de a pie. Es así como nace, en abril de 1983, “Ciudad, revista de asuntos urbanos”, propuesta editorial a la que se sumaron como cofundadores, entre otros, Estanislao Zuleta, Manuel Mejía Vallejo, Rogelio Salmona, Darío Ruiz Gómez, Fernando
Cruz Kronfly, Silvia Arango, Elsa Ruiz, Amantina Osorio, Germán Colmenares, Juan Luis Mejía, Jaime Jaramillo Panesso, Gustavo Vivas, Gloria Gaitán, Alberto Aguirre, Aura López, Fernando Viviescas, y Osvaldo León Gómez. La presentación de la revista fue hecha en Medellín, en la sede del Museo de Arte Moderno, así como también en Bogotá, Manizales y Cali y a su equipo de colaboradores se sumaron poetas, artistas, pensadores, investigadores, urbanistas, arquitectos, entre muchos otros personajes de la cultura ciudadana en nuestro país.
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Con esta idea, Luis Guillermo Álvarez, promotor cultural, pensador e investigador de asuntos urbanos, formado como economista en la Universidad de Medellín, y quien se ha desempeñado como docente universitario, quiso reivindicar lo que se constituyó en el lema de la revista: La ciudad para los ciudadanos. Ciudad, como su nombre lo indica, buscó desde sus inicios explorar ese múltiple y abigarrado territorio en el cual todos los asuntos imaginables acontecen. De esta manera no es una revista especializada, sino que trata asuntos de ciudad, entre los cuales cabe hablar de temas como arquitectura, gastronomía, moda, espacio público, paisajismo, arte y folclor, entre muchos otros. La publicación se describe como “una publicación que revela, en palabras e imágenes, el devenir de las ciudades colombianas y que se propone articular discusiones sobre la vida urbana con el interés de hacer de la ciudad una humana y digna residencia para el ciudadano.” Aunque desde su nacimiento Ciudad tuvo una gran acogida en un amplio público, en términos comerciales no contó con la misma suerte, a pesar de que en 1984 se había creado la Corporación Ciudad, como músculo financiero para fortalecer la publicación. Esto llevó a sus editores a suspenderla a partir de la tercera edición, durante un lapso de diez años. En 1994 y en gran parte debido a las reiteradas reclamaciones de
los simpatizantes, suscriptores y amigos, se reinició la publicación de la revista. Desde ese año se ha publicado al menos una edición anual. La revista siempre ha abogado por la igualdad de género y por visibilizar el papel de la mujer en la ciudad. Al respecto, el equipo editorial está preparando una edición especial. “Ciudad” se ha ocupado de hacer conciencia de la deuda ambiental que tiene la ciudad con la ruralidad, de donde provienen los bienes y servicios ambientales que aquella consume y disfruta; de destacar la riqueza de la vida barrial y de entender el lugar en el que esta transcurre, como territorio de solidaridad, diálogo y comunicación, como un microcosmos de ciudad donde se ejerce efectivamente la cultura. Temas como el patrimonio cultural, el paisaje urbano, el caos del centro, la movilidad, la seguridad, los planes de ordenamiento territorial y una ciudad a escala, el papel de los medios de comunicación como espacio público de la democracia, conceptos de ciudad región, región urbana, y gran región metropolitana, han ocupado la atención de la publicación durante estos treinta años. Ya en 1984, una nueva y necesaria visión de la participación ciudadana fue expresada como un elemento fundamental para la afirmación de la ciudad abierta y múltiple, como reza en el editorial de la edición No. 3: “Es esta perspectiva de la
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nueva ciudad, de la ciudad de la participación, de la ciudad para los ciudadanos la que juzgamos imperativo respaldar y defender. En esa perspectiva es que la Revista Ciudad ha querido servir de instrumento de análisis y controversia, para que en efecto se abra un rico proceso de participación ciudadana en la gestión de la vida en la ciudad.” Adicionalmente la revista ha impulsado eventos académicos y culturales de diferente orden como el Seminario de Cultura Urbana, en sus tres versiones, el foro sobre espacio público y las tertulias ciudadanas en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín y en el auditorio Diego Echavarría Misas, de Itagüí. Además de la revista Ciudad, Luis Guillermo Alvarez ha publicado: Cultura Urbana en Colombia, “El cuento del cuento, una antología del cuento antioqueño”, y “De Panidas y poetas”, antología a, compilación de ensayos. Para conmemorar estos 30 años de Ciudad, el 18 de abril se llevó a cabo un seminario de urbanismo y medio ambiente, una mesa redonda sobre urbanismo y cultura ciudadana en el Medellín actual, y un homenaje a Darío Ruíz Gómez, en el aula múltiple del Paraninfo de la Universidad de Antioquia. Diferentes personalidades del mundo académico, cultural y político e instituciones públicas y privadas se sumaron a estas efemérides como una forma de resaltar la labor cívica y cultural que viene desarrollando Ciudad, revista de asuntos urbanos.
Canción triste Poema de Oleg Echeverrig
“Cadáveres amados los que un día ensueños fuisteis de la patria mía…” José Martí Debiéramos andar en puntas de pie para no profanar los huesos de los muertos perdidos bajo la tierra. Debiéramos sobrenadar los ríos para no profanar los huesos de los muertos tirados en sus aguas. Debiéramos también mirar con cuidado las montañas y notar la luz blanca de los barrancos. Debiéramos aprender a gritar como el sirirí cada mañana hacer la algarabía de las pavas de monte y persistir como la lechuza en medio de la noche para estar a la altura de la voz humana y no profanar el silencio de las voces perdidas y enterradas en las cañadas. A Doña Fabiola Lalinde quien después de muchos años encontró los huesos de su hijo desaparecido.
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¡Añoranza de mis barrios de familia! Por: Ivoneyda Álvarez
M
i niñez y juventud las viví en barrios, donde los vecinos compartían todo, menos “los trapitos sucios que se lavan en casa”. De todos ellos tengo maravillosas experiencias. De niña, vivía en una casa inmensa, con seis habitaciones grandísimas (en las cuales acomodaban tres camas y un chifonier), tres patios, la cocina abierta que daba al patio trasero donde había un árbol de limas, en el centro; nos trepábamos a este árbol a ver cocinar a mi mamá, pues la cocina era el albergue de toda la familia; al fondo lindaba el solar con grandes árboles de níspero, mangos, naranjas, zapotes y otros; y una quebrada, donde nos bañaban los fines de semana, aún recuerdo el
agua fría casi helada, lloraba con el primer chapuzón y después disfrutaba del baño dominical veraniego; así eran las casas de antaño, edificaban para las exigencias de la época, casas para familias numerosas como las típicas familias antioqueñas. Todas las vecinas eran amigas, se contaban sus cuitas, las pilatunas de sus muchachos, hablaban de sus matas, cuál había florecido, cuál marchitado, los aconteceres diarios del barrio y se prestaban un poco de azúcar, un poco de sal, un tomatico, una cebollita; en fin, se ayudaban entre sí con lo que necesitaran mientras iban al mercado o le pagaran a sus maridos, porque ninguna mamá trabajaba, ellas se ocupaban de la crianza de sus hijos y los quehaceres de su casas. Las puertas siempre estaban abiertas
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exhibiendo sus corredores amplios y limpios, su exuberante jardín. Las visitas anunciadas eran frecuentes y bien atendidas con arepa, parva, quesito y chocolate espumoso. Mi mamá era la más amable, simpática, la más señora, toda una dama, la mejor conversadora del barrio, no la más cotorra, hay un abismo entre estos términos, la primera con quien se hablaba de todos los temas importantes, de actualidad, interesantes; y la segunda, la que repite y pondera o exagera todos los chismes que oye del tendero, de la servidumbre, de los choferes, etc., etc., etc. Cuando llegaba una nueva familia al barrio, las más influyentes de la comunidad, entre ellas mi mamá, le hacían una visita de cortesía para darle la bienvenida. (Ahora no sólo es cursi, sino que las tachan de entrometidas). Nos fuimos para otro barrio, añorábamos nuestros viejos amigos, calles, casas, árboles, tiendas, a todos los que habíamos dejado atrás. Soy muy afortunada de ser parte de una familia bastante numerosa, dieciséis, casi siempre con dos o más primos que iban a “temperar ” a nuestra casa, y como si fuera poco, contábamos con todos los hijos de los vecinos, nuestros mejores amigos y compinches para las travesuras; cómo no añorar esos barrios, si todos los días nos la pasábamos trepados en los árboles comiendo fruta, demos-
trando hasta dónde éramos capaces de subir (hoy le disparan a quiénes se atreven a hacerlo); jugando pelota envenenada y ganaba el que más contendores ponchara (si esto pasa hoy, el papá de tu amiguito te daría una paliza); mamacita con las muñecas y utensilios de cocina de “peltre o lata” y los mayores nos daban frutas y galletas con qué alimentarlas de mentiritas
(hoy, son madres desde los 10 años); la vuelta a Colombia con tapas de gaseosas, las rellenábamos con esperma (de cebo) o con cáscaras de naranja, pintando con tizas las respectivas etapas y la meta final en la calle o andenes; lo mismo hacíamos con la golosa; saltando la cuerda en grupos, la gallina ciega, que pase el rey, el lobo está, la
ronda, escondrijo, montar en triciclo por turnos, pues sólo había uno para todos, (en ese tiempo la paciencia, la disciplina y el respeto no eran virtudes, sino una forma de vida); aprender a montar en bicicleta, apostar carreras en el carro de rodillos que hacía uno de mis hermanos, era el mejor carro, con los mejores frenos, con los asientos forrados en tela, pintado en colores fuertes, y cabíamos cinco o seis, en fin, un sinnúmero de juegos más; todos gozábamos, disfrutábamos, aprovechábamos las calles porque la calles eran de la ciudad y la ciudad para los ciudadanos y el tiempo de los niños era para jugar, disfrutar, gozar, charlar, reír, comer, rezar y dormir; teníamos la fortuna de no tener la televisión. Años después, en edad de ir al colegio o escuela, lo hacíamos todos juntos, íbamos con los hermanos y hermanas mayores a pie, las caminatas de diez, quince, veinte o treinta cuadras, eso no importaba porque de todo se disfrutaba, hasta ir a estudiar era un paseo, el trayecto se hacía cuatro veces al día porque estudiábamos a mañana y tarde; los carros particulares eran para los curas, médicos, políticos y ricos y nosotros no lo éramos. La gran riqueza que sí disfrutamos fue contar con el cuidado de nuestros padres todo el tiempo, porque la mamá era de la casa, del
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hogar, la encargada de sus hijos y su esposo, al que atendían como a un rey cuando llegaba de trabajar “bien cansao”. No se avergonzaban de que las denominaran amas de casa, todo lo contrario, eso las enorgullecía. Nos pasamos de barrio y de colegio, las monjas y “señoritas”, eran quienes instruían a las niñas, a las damas, porque la educación, los modales eran obligación de los padres y el colegio de la cívica y urbanidad, (ahora no se responsabilizan, ni preocupan de esas cosas) y; para los hombres, profesores o hermanos franciscanos, maristas, recoletos, etc., tanto las unas como los otros, eran súper estrictos, no podíamos armar desorden en el salón, hablar a deshoras, pararnos del pupitre, tener el uniforme más arriba de la rodilla, los zapatos sin embetunar, comer chicle en clase, el cinturón sin hebilla, ir a orinar sin permiso, tirar saetas a las compañeras, tener la camisa por fuera de la falda o pantalón, etc., etc., etc., casi todo era prohibido, menos jugar, jugar y jugar… en los recreos; para eso era los recreos, para jugar y como yo era una niña obediente, jugaba en los recreos y también precoz para la época, conseguí, un amiguito en el recreo para jugar, y cada que salía al recreo a jugar yo iba a conversar y jugar en el recreo con mi amiguito, quien resultó vecino de mi ba-
rrio, de mi querido barrio; era nadie más, ni nadie menos que el hijo de la pitonisa, la maga, la adivina, la bruja de la otra cuadra, la satanizada vecina, sin embargo eso a mí no me importó. Después de la jornada estudiantil, llegábamos a la casa, al hogar, dulce hogar, (a quitarnos el uniforme porque éste era la imagen del colegio, a ningún lugar a excepción de la biblioteca podíamos ir con él); tomar el algo; hacer las tareas y una vez termináramos nuestras obligaciones propias a la edad; salíamos a jugar con todos los amigos del barrio incluido el hijo de la pitonisa, a asar papas en candeladas; disfraces de viejitos con ropa vieja; tocar puertas y timbres, correr, brincar, gozar, en la calle de los ciudadanos de la ciudad, porque las ciudades eran para los ciudadanos; cuando se iba oscureciendo el
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día, entonces sabíamos que se acercaba la hora de llegada de mi papá, el mejor de todos los papás, un papá cariñoso, amoroso, jovial, era todo un señor, un caballero a carta cabal, era mi papá y por ser mi papá, era un rey al igual que mi mamá, la reina; los reyes de mi casa. Algunos sábados nos organizaban tarimas para obras de teatro como el Rin Rin Renacuajo, Simón El Bobito, El Principito, libros que nos ponían a leer como tareas del colegio y ellos como reyes y padres muy sabios por cierto, optaron por la forma más simple de que entendiéramos, comprendiéramos y disfrutáramos la importancia de los libros. Leer era el descubrimiento al mundo, la lectura era la vía más cercana al entendimiento, al disfrute de la vida, la mejor compañía; (como si nosotros necesitáramos compañía) y actuando, dramatizando los libros era la mejor manera de comprenderlos; el público no era problema, estaba asegurado, contábamos con lleno total del “teatro en casa” con los vecinos y amigos y como si fuera poco, en algunas ocasiones cobrábamos la función, las boletas las hacíamos en recortes de hojas de cuaderno, el costo era más simbólico que económico. (Hoy se alquilan o compran las películas más violentas y sanguinarias y temerarias, haciendo
partícipes también a los niños del espectáculo). El ritual nocturno familiar; ah ¡qué dicha la comida en familia! Teníamos que estar muy puntuales a la hora de siempre en la mesa, en el puesto de siempre, comiendo en paz como siempre; disfrutando de la conversación de los mayores y del menú que con tanto cariño cocinaba la muchacha con supervisión de mi madre para su amada familia; terminábamos agradeciendo a Dios por el favor recibido. Luego de un pequeño reposo en la pieza (ahora habitación o alcoba) de mis papás y mientras ellos leían en el periódico las noticias más importantes en voz alta para enterar a los más grandes, nosotros jugábamos alrededor de la cama, qué cama, era la mejor cama de la casa, donde todos queríamos dormir, pero imposible porque no había preferencias y éramos un batallón para una cama. Después del reposo en familia, hora de rezar el rosario en familia con mucha fe y devoción. Al iniciarlo nos daba sueño y en la última oración estábamos con los ojos bien abiertos porque seguía el mejor acto, escuchar las historias familiares, qué agradable era oír a mis padres hablar de la familia, sobre los bisabuelos, abuelos, tíos, amigos, vecinos, de ellos mismos, de cómo se conocieron, su noviazgo, los sucesos habidos y por haber; luego venían los cuentos de espantos en familia y después… a dormir en familia. Llegué a mi juventud, ¡maravillosa juventud! ¡La tan esperada
juventud! ¡Ya estaba en bachillerato! Ya era grande, salía del colegio con mis mejores compañeras a comer mango viche y mamoncillos en el toldillo más cercano y podía ir, con el permiso de mi mamá, a consultar las tareas en la biblioteca, porque en aquellos tiempos no pedían libros en el colegio, (ahora todo es gracias a la internet). Todas teníamos el álbum “Conozca a Colombia” y gracias a éste conocimos varios muchachos, (ahora sardinos) con el pretexto de intercambiar caramelos; entre ellos, al hermano de una de mis compañeras, también lo hacíamos de miradas, sonrisas y hasta las “últimas” que no era más que mirar hacia atrás varias veces después de despedirnos, fue entonces cuando entendí la tan mencionada juventud, la esperada pubertad; pues el sonrojo, la vergüenza, el cosquilleo, la combinación de estas y muchas cosas más, por la pillada de esas “últimas”, fue lo más fuerte y agradable que nunca antes había sentido en mi vida. Los tenderos del barrio nos guardaban los sobres que tenían los caramelos más escasos, garantizándonos que no saldrían repetidos, claro que más costosos… y preciso, los que necesitábamos salían de esos sobres, qué suerte, qué sabios y considerados don Salvador, don Bernardo don Joaquín, don Octavio y todos ellos con nosotros! Después nos dimos cuenta que abrían los sobres y los organizaban según la demanda, cosa que no me importó, porque
gracias a ellos terminé llenando felizmente mi álbum. Siempre nos encontrábamos en la misma cuadra con “los muchachos”, coincidíamos en los horarios escolares y gracias a esto, las miradas de reojo y sonrojadas sonrisas diarias; vinieron después las ayudas en matemáticas, las visitas a la biblioteca, la acompañada a la casa, la arrimaita, que no era otra cosa que ser amiguitosnoviecitos, (en el mejor de los sentidos), el pretexto siempre eran las tareas porque novios a esa edad, nunca, eso era ¡inaceptable! Varios años después, nos trasladamos a un apartamento, a una mole de cemento, con algunos árboles alrededor no para beneficio personal sino para embellecer la unidad residencial de la comunidad. Me sentí nuevamente como en el colegio, también era prohibido: conversar en voz alta, el equipo de sonido a cierto volumen, taconear en la noche, colgar cuadros o mover muebles a ciertas horas, correr por las áreas comunes o parqueaderos, horarios para jugar, lo importante es no incomodar a los vecinos y menos aún a los de la junta; ya no se trata de una familia, sino de una comunidad, con reglamentos de propiedad horizontal, disciplina y convivencia; la relación con los vecinos es limitada a unos buenos días, buenas tardes, buenas noches; ya no se va a la tienda, ésta manda los pedidos a domicilio, ya en las urbanizaciones nada es como antes, como mis añorados barrios de antaño.
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Huella estampida, obra poética 2012-1980 de Omar Castillo
S
e publicó en Medellín, por Ambrosía Editores, en su colección Ciudad escrita, el libro: Huella estampida, obra poética 2012-1980 del poeta Omar Castillo. En el libro, edición impresa de 1.000 ejemplares, se reúne la obra poética publicada por el autor en más de 30 años de intensa creación. Y, como nos dice Óscar Castro García en la nota de contracarátula: “Omar Castillo ha dedicado gran parte de su vida a la poesía. Puede afirmarse que ésta es su documento de identidad. Es la suya una poesía de la oquedad, de las cavernas, de las ciudades, y de los orígenes de la humanidad, del fuego y de la palabra misma. Es el canto que busca el momento inicial, cósmico, mítico. Otros asuntos también recorren la poesía de Omar Castillo: la ciudad con su tráfago, sus especies, sus delirios, sus
encantos. El hombre en ella, como un extraño, títere en un laberinto de puentes, calles, edificios y soledades, anonimatos y encuentros fugaces. La soledad es el precio de la ciudad. El viaje, el modo de ser. El comercio, el mayor delito. El caos, el hábitat. Y, por encima, hay quienes algún lucro sacan del desorden, de la violencia, del consumo y de la miseria. Quedan algunos refugios: el mundo interior, el encuentro erótico, la infancia, el bar, la poesía, y la eterna lucha entre la permanencia y la fugacidad, la rutina y la eternidad, lo efímero y el recuerdo, el enigma y su desciframiento. Y en el recuerdo cobran vida también estos poemas entrañables, las pocas grandes obras de quienes ya partieron, los amores sencillos y esplendorosos con que los dioses nos premiaron en la tierra, la compañía de los amigos, los paisajes de nuestra geografía, los rostros de la gente
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anónima, algunas calles, ciertos momentos en parques o tabernas, los amaneceres, los atardeceres lluviosos o calurosos... Y, de nuevo, esta poesía de Omar Castillo, que acentúa siempre el sabor agridulce de la vida, el mismo que advertimos con inquietud cada que despertamos, o en nuestro más profundo sueño”. Óscar Castro García
Fragmentos tomados de su ensayo: Omar Castillo: Una vida, un oficio y un poema. A continuación ofrecemos el texto de presentación con el que se abre el libro, escrito por el director editorial de Ambrosía Editores: Carlos Alberto Álvarez Muñetón
PRESENTACIÓN Este texto sale de una mirada sobre algunos de los poemas de Omar Castillo reunidos en Huella estampida, obra poética 2012-1980. Y desde ahí, desde esa escritura leída quieren compartir con el lector la emoción que despiertan en mí. Omar Castillo es la palabra disuelta que rezuma nuevos vigores y resemantiza conceptos ya manidos, ya vueltos frases de cajón, como: y no todo lo que brilla se hace realidad sobre una valla que arenga la costumbre, como tampoco es verdad que no hay nada nuevo bajo una lámpara o el sol
Él nos devuelve a la tradición, pero con la clara intención de romper con ella, y de decirnos que hay otra manera de ver y de decir aquello que el tiempo ha conservado en teoría y práctica.
Cada línea de Omar Castillo es bisturí que rasga, es decir, corta y destruye los esquemas psicosociales, rasga las costumbres y la piel de las “criaturas hospedadas en las vallas / consumiendo el eslogan de sus días y noches”. Su poesía, que obliga a una nueva lectura tanto en la forma como en el contenido, requiere un lector pausado y cuidadoso, e intertextual, capaz de captar y copar la música y los sentidos que colman su decir. En cada poema suyo las actualizaciones y las contextualizaciones aparecen, pa-
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recen, fáciles: “tanto va el botón al ojal / hasta que se rompe la camisa”. Sabemos que ya hemos escuchado eso o algo parecido en otro momento, y, sin embargo, nos toca quedarnos allí un momento, para dilucidar sus nuevos significados. La poesía de Omar Castillo no es azarosa. Es la visión vuelta pensamiento, es la transmutación a la que obliga, a la que lleva, una observación penetrante y lúcida del diario vivir, del común acontecer que es: “no sumiso, no entregado a la costumbre”. Siempre atento. Omar Castillo, como el viento en su poesía: “in daga el vi en to las perforaciones”, los resquicios, los lugares comunes que se nos pasan por alto. Su mirada es daga penetrante, sutil, oportuna, actualizadora. Con Omar Castillo nos damos cuenta que estamos: “óptimos para el consumo laboral”, que caminamos por esta ciudad y por la vida como autómatas, como si contáramos los pasos y siempre preguntándonos: “¿Será que algún día será el siguiente?” La búsqueda rutinaria del pan de cada día no se detiene y la poesía de Omar Castillo nos muestra que lo hace a pasos dantescos: “trabaja para trabaja para trabaja para”, y no se para, y nos separa, ¡y no!, separa. Ciegos continuamos la marcha, seguimos el juego que muele segundos, minutos, horas, días, meses, años, sueños, vidas, y aunque Omar Castillo retorne a ese otro juego de la infancia para preguntarnos: “¿Es verdad que tú te quieres salir / es verdad
que tú te quieres salir de aquí?”, nada detiene esta máquina despiadada: ni los vivos ni los muertos, que pasan con pena y con gloria, ¿Gloria?, al inevitable lugar de encuentro, de encierro, de condena. Algunos no queremos dejar la vida, pero sí su malestar. Escapar no es fácil: “Quisiera cerrar esta ventana pero la ciudad / ociosamente me reclama y vomita”. Nos envuelven necesidades que no son tales y vanos e inútiles espejismos nos arrastran por el deterioro del sin sentido, dejándonos llenos de ambiciones hueras, sin un por qué ni un para qué. Omar Castillo sabe que en el retorno al origen está la esencia; y que la palabra primera es a la vez reveladora y encubridora del ser: “porque al fin, una palabra no es propiedad y, / lo es tanto”. A veces uno lamenta que no le hubieran alertado sobre la conciencia y los riesgos de las palabras, de su poder evocador y creador, de las implicaciones de su uso o no; y para colmo de lucidez, llega Omar Castillo con su estilete y nos ajusta, nos pasa la cuenta: cuando se ha pagado el costo de la educación impartida como una marca candente en la palabra primera que memorizamos, palabra que va creciendo en obediencia y que es visible en nuestra piel, sin importar cuantas prendas llevemos encima; Palabra que nos sacrifica en la conversación, cuando penetra con sus signifi-
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cados hasta la empuñadura del habla y hace posible la cicatriz del sentido o su ausencia Y en otro de sus poemas nos dice: “Inclusive las palabras con que nos pronunciamos, nos exigen hacer saber de quién son propiedad y fuente”. Es doloroso sentirse como uno de: “los pollos dando vueltas en el asador”, presa confusa y difusa: rutino-rodante. Incluso los poderosos: “cumplen su rol / de pollitos en el asador de los acontecimientos, desde donde entonan pío pío pío, / pidiendo de la masa el maíz y el cuido”, nadie se escapa, todos estamos atrapados en la misma máquina, en el mismo espacio tiempo, con más o con menos. De allí que, con versos sacados de algunos de sus poemas, nos diga: “Juego una frase, cambio una frase, de todos / modos me sobran y me faltan frases”; “¿Quién de estos caminos conserva la primera imagen? / ¿Qué huidizos pasos nos dejan quedamente en el aire fisuras de adiós? / ¿Cómo saber si las moras arrojadas pudieron haber sido más saboreadas por mí?”, vemos como el exceso y la escasez nos afectan por igual: decirlo o hacerlo todo, decirlo o hacerlo a medias o no hacer, o callar. Luego la reflexión: “Que conste, no existen palabras soeces, / y en el caldo del habla los gritos, los quejidos / o las bellas formas se cuecen por igual”, claro, clarísimo, pero después de leerlo la vida es una sola, con sus variantes: “La totalidad en el fragmento / dios va dios viene / ¿quién lo tiene?”.
Y sigue el poeta con sus palabras auscultando los filos de la realidad:
Aquella noche pensaba (digo, era un taladro en mi cuerpo), Que todo no es más que una erizada tarántula en la inmensa mano del tiempo, Ajena a nuestros intentos y sufrimientos. Auscultando márgenes del tiempo establecido como una huella sumisa: Se alejan cruzando ventanas que ningún viento reintegra la mano de las cosas da su insinuación final vieja flauta que el viento desecha arruga en la frente del hombre se alejan cruzando ventanas los años. Y este otro intertexto que nos trae de manera exquisita a Heráclito: “No se imprime en el mismo sitio dos veces la huella”; y para un cierre perfecto: “No siempre los cabos están atados o sueltos como es usual, como es normal”. Y en medio de todo el escenario de la vida, aparecen los juegos de la infancia sonando como una canción que no termina: “Sana que sana culito de rana / si no sana hoy sanará mañana”; “Una cabrita ética pelética peluda tuvo tres hijitos / éticos peléticos peludos, verdad que sí, verdad que no”; “Cuando marucha se fue a darle vuelta al yucal / me dijo que eran pa’ mí todas las que iba arrancar // oye marucha dame conejo yo te lo cojo y ahí te lo dejo”; “Es verdad que tú te quieres salir
de aquí”, sí, de allí, de la infancia, también nos quisimos salir, porque no siempre fue placentera, como sucede con la vida. La poesía de Omar Castillo también es un curso de lectura intensivo y a profundidad: “La memoria en cualquier instante / Revienta y nos deja leer”, si tenemos los sentidos abiertos: Olores a comidas Avisos fijados en las paredes Buzones de correo Señales de tráfico Bolsas de basura Escombros todos hacen señas e indican Un sentido o su ausencia El poeta no deja escapar ningún instante, todos le dicen, y él nos lo transmite: Ella lleva el café a las mesas acompañado por un vaso de agua, mientras, los usuarios aglutinan primeras frases que, en la mañana, acomodan y desacomodan la realidad, el principio o el fin de la existencia, y otros catan silencio; los poetas suelen ostentar el misterio, los intersticios del asombro, ella solo lleva el café a las mesas. En sus poemas también hay tiempo para la sátira: Por aquella época el mundo se encontraba sumido en la más aberrante de sus mañanas; Es cuando Europa y Estados Unidos deciden tecnificar su repartición colonial, momento en el que incrementan
y amparan las normas para los derechos humanos; Es así como establecen un primer un segundo y un tercer mundo; Desde entonces todos somos felices. Y tiempo para la resistencia: Y es propia nuestra región natal No podrán hacernos daño; Sólo poseen la fuerza; No podrán dañarnos; Sólo consumen la pulpa No a la semilla De la cual poco o nada saben; No podrán hacernos Con sus luces Nada distinto Aun se esfuercen a una explosión O sus ecos; Lo único que pueden es matarnos; Y eso no significa; Un cuerpo se desintegra En el universo Y no es de dios su esfinge No les será posible Es nuestra región natal. Y tiempo para el afecto: He sido amado He vivido instantes suficientes Para contrarrestar las malas pasadas He sido amado Las imágenes que moviliza Mi vida son testimonio de ello He sido amado Hoja de la cual el viento es simple azar Y el árbol circunstancia He sido amado Avenida infranqueable Raptada por el sol mediodía Astilla incrustada al ojo He sido amado Y viceversa.
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Habitar verde Por: ingeniero ambiental Edwin Diéz de Fundación Amigos del Medio Ambiente AMAFoto: Edwin Díez
P
artir de renunciar al título otorgado por los organizadores del evento “ Revista Ciudad 30 años “ de CIUDADES VERDES, pues sería darle continuidad al discurso institucional de hacer las ciudades más amigables ambientalmente pero conservando el modelo consumista y exterminador de vida promovido por el llamado desarrollo sostenible o crecimiento sustentable que agencian los agentes del capital. La charla, pues parte de desconocer la dicotomía creada entre ciudad/campo, urbano/rural y otras denominaciones y se pretende por lo contrario superar estas en construcción de nuevas visiones complejas y ambientales. A lo largo del siglo XX se profundizó en la sociedad la contradicción entre capital y trabajo tal como lo había anunciado Marx en sus obras. Con esta contradicción antagónica e irreconciliable se generaron las
más grandes movilizaciones sociales de la historia expresadas en las revoluciones rusa, alemana, China, cubana, la guerra civil española, el Cordobazo argentino, los movimientos de liberación nacional en los llamados países tercermundistas, Mayo del 68 y otras tantas revueltas algunas triunfantes y otras derrotadas. Fines del siglo XX e inicios del XXI se evidencia embrionariamente la contradicción antagónica e irreconciliable entre Capital y Naturaleza, desplazando en términos históricos las potencialidades de transformación social de aquella que dinamizó la sociedad explotada. Las revoluciones surgidas en los últimos 100 años transformaron la posesión de los medios de producción, la distribución de la tenencia de la tierra y ante todo la organización del poder del estado, pero profundizaron al igual que el capitalismo
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Foto: Edwin Díez
la contradicción entre capital y naturaleza al punto tal que los Estados Unidos y China compiten con sus dinámicas productivas y de consumo por cual extermina la vida en el planeta. El soporte a la contradicción descrita podríamos resumirla en dos fundamentos: El eterno crecimiento y desarrollo capitalista dentro de un planeta de bienes y recursos naturales/ambientales limitados y finitos y la segunda la evidencia del Calentamiento Global y sus implicaciones en el Cambio Climático. Podemos “ visionar “ de acuerdo con las grandes discusiones del mundo científico que si antes de 40 años no se construye una Sociedad Ambiental alterna que detenga conscientemente la actual lógica mediante la transformación de la vida cotidiana, que en su batallar con el orden
capitalista experimente nuevas formas de vida y consumo, para de este modo proponer y convocar antes de que se llegue al Punto de No Retorno ( Momento en el cual las concentraciones de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global lleguen a un punto tal que en su vida molecular ya no hay reversa en la continuidad de la invernación planetaria independientemente de las políticas y medidas de control ambiental que los seres humanos tomen ). Si no se detiene el calentamiento global y se mantienen las formas de producción y consumo, cada día se hace más inviable el retorno a la temperatura media del planeta que ha hecho posible la vida y de hecho la naturaleza del planeta como lo ha venido demostrando en su lógica potenciará cada día más como lo ha iniciado ya sus propios ajustes mediante la mo-
dificación del clima en forma de : Huracanes, sequias, altas precipitaciones, detención de las corrientes oceánicas, derretimiento de glaciares, elevación de la cota del mar, bajas y altas temperaturas críticas, tornados, cambios en la humedad relativa, etc. de una forma tal que se desencadenará una tragedia ambiental nunca antes conocida o más bien vivida por la especie humana y pudiera esperarse de esta mega tragedia la extinción de miles de especies naturales y la mortalidad de varios miles de millones de seres humanos. La visión ambientalista en construcción social precisa de: 1. Hacer rupturas con la lógica capitalista y encontrar el rol que ha jugado La Ciudad como base de la concentración de seres humanos y del capital.
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2. Romper la y las dualidades filosóficas de nuestro pensar para poder tener una mejor interpretación de la realidad histórica de nuestro tiempo y dentro de ellas la dualidad urbano/rural. A partir de los elementos del Pensamiento Complejo y Ambiental podemos de este modo adentrarnos en la formulación de propuestas de modelos alternos para habitar el planeta. 3. Rescatar, Socializar y Defender el legado ancestral de nuestras comunidades originarias que aún se resisten a las dinámicas del capital y que tienen en sus cosmogonías las mejores propuestas de un Buen Vivir alterno al Mejor vivir capitalista. 4. Profundizar en la evaluación de las ecoaldeas y sus experiencias desde sus inicios con algunas corrientes anarquistas, con el movimiento del hippie norteamericano y actualmente con las corrientes libertarias verdes. 5. Valorar los comportamientos sociales en la planeación territorial por naturalistas de pequeños poblados que construyen su economía en base al ecoturismo y que se han constituido en preservadores de armonía entre habitar y naturaleza. Transformar la vida cotidiana en construcción de Sociedad Ambiental parte del reconocimiento de que nuestra existencia tanto social como individual genera una Huella Ecológica que deberá ser no solamente
disminuida sino que también borrada con acciones ambientales mediante una política de Decrecimiento, que esté en contravía al modelo capitalista de desarrollo, consumismo y crecimiento y de un actuar individual en Simplicidad Radical y Voluntaria para optar por Un Buen Vivir. La propuesta está direccionada hacia un activismo ambiental que incorpore la disminución del consumismo, el hacer uso del transporte colectivo, aumentar los tiempos libres mediante la reducción de tiempos de trabajo asalariado, accionar en voluntariados ambientales, aumentar tiempos para la recreación, las artes y la contemplación, crear acciones solidarias con los movimientos ambientales embrionarios de nuestro tiempo, contribuir a la producción y consumo de productos orgánicos, fortalecer el conocimiento en las ciencias ambientales que contribuyan a la denuncia y resistencia frente a los mega proyectos del capital como la minería a cielo abierto, las mega represas, la agricultura transgénica, los agro combustibles y toda una serie de programas que incluyen a la geo ingeniería destinada a “disminuir o eliminar la acción de los gases de efecto invernadero”, etc., como también a la gestación de organizaciones ambientalistas no institucionales que contribuyan a la construcción de un gran movimiento ambiental con capacidad de convocatoria social por la transformación de esta sociedad del capital en una sociedad que pueda vivir en armonía con la naturaleza.
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Esto supone ir construyendo ese pensamiento y accionar ambiental, camino que es exploración y búsqueda, es individual y colectivo y no va en línea reta sino en trasegares que se cruzan, bifurcan, yuxtaponen, interrelacionan interactúan en abigarradas y múltiples determinaciones, incluyendo revisión a asuntos de vida cotidiana como: buen vivir autonomía personal ayuda mutua solidaridad autogestión empoderamiento de las comunidades no delegación, nadie nos representa decisiones por consenso, no por mayorías manufacturadas pensamiento ambiental decrecimiento economía solidaria o comunera disminuir la velocidad simplicidad radical voluntaria reducir mi huella ecológica reducir mi consumo, comprar solo aquello que me sea necesario alimentación saludable dignidad integridad sensatez decencia
¡Aquí…Cosquin…! Por: Edwin Diez, reportero de Revista Ciudad, enviado especial a Cosquín
¡
Aquí...Cosquínnnnnnnn!, Es el grito que se lanza al viento de las pampas y a las altas montañas de la cordillera de los Andes, grito que emerge de las voces de los seres que se dan cita anualmente desde hace 53 años en un pequeño poblado llamado Cosquin, en las cercanías de la batalladora e histórica ciudad de Córdova, Argentina. Festival Nacional del Folklore – Cosquin, es un evento de primer nivel musical que se realiza entre el 20 y 29 de enero de cada año, en el que se dan cita todas las grandes expresiones musicales no solo de Argentina sino que también tienen invitados del contexto internacional que expresen de una u otra forma el canto latinoamericano. Son “Nueve Lunas “en las que se da rienda suelta al canto, a la danza, a las luces, a la instrumentación y al grito permanente de ¡Aquí Cosquin! que no es otro que el clamor de la Unidad latinoamericana
lanzado desde la Argentina. Son esas raíces de las comunidades originarias, del hombre gaucho, de emigrantes con sentido de pertenencia y de todas esas comunidades creadas a partir del encuentro de seres tolerantes de la diversidad de razas, de cultos, de costumbres y de otras tantas esencias básicas de la coexistencia humana, las que han hecho posible que por más de medio siglo se den cita en ese pequeño poblado que abre sus puertas, ventanas, vías, teatros, peñas y sobre todo el espíritu y sus corazones a cientos de miles de viajeros de toda la Argentina y a otros visitantes de Latinoamérica, de Europa e incluso asiáticos que se miran en el espejo del “ Cosquin japonés “ ( Evento replica en esa nación ) . Evento que tiene por programa base un “Pre-Cosquin “donde se selecciona a partir de cientos de participantes a los elegidos anuales que tendrán el honor de participar en el certamen central. Son nueve noches, que desde primeras horas
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se extiende hasta altas horas de la madrugada, donde desfilan por el escenario Atahualpa Yupanqui de la plaza Próspero Molina una media de 25 entre agrupaciones musicales, solistas, delegaciones culturales de las provincias argentinas y delegaciones internacionales.
tóctono que se vive en decenas de peñas musicales que se dan al interior de establecimientos abiertos en su mayoría, donde debutan grupos y vocalistas que están programados en el evento central o que no alcanzaron a calificar y que encuentran en las peñas su oportunidad y si no lo tienen en estos, pues
Cada noche/luna cuenta con al menos dos o tres invitados especiales de reconocida trayectoria nacional como: Abel Pintos, Soledad Pastorutty, Los Tekis, Chaqueño Palavecino, Jorge Rojas, Raly Barrionuevo, Peteco Carvajal, León Gieco, Los Nocheros, Juan C. Baglieto, Bruno Arias y otro tanto de altos interpretes no solo del folklore argentino sino de Latinoamérica como lo han sido. Illapu, Grupo Suramérica, Inti Illimani, Kjarkas, Quilapayun. etc. Ha sido este escenario el que escucho el cantar de Horacio Guarany, Mercedes Sosa, Víctor Heredia, Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune, Los ChalchaleFoto: Edwin Díez ros, Alfredo Zitarrosa, entre otros. las calles son el gran escenario durante todas la noches, donde Cosquin, poblado que en su plaalrededor de cafés, boliches y za/coliseo al aire libre Próspero restaurantes discurre el gran Molina cobija en su interior Cosquin con miles de turistas 10.000 asistentes que a precios y residentes que danzan al son módicos, hace accesible a una de la chacarera, la samba, caro a la totalidad de las nueve navalito, la saya, el gato y otras noches/lunas, pero miles de expresiones musicales propias viajeros prefieren el folklore audel folklore latino que son in-
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terpretadas por todos aquellos que anhelan embriagar la vida de otros con su canto. Hombres, mujeres, jóvenes, viejos, niños y niñas , bebes de brazos y de amamantar se encuentran para el delirio, el goce pagano y la embriaguez de la vida al ritmo de bombos legueros, flautas, quenas, charangos, violines, pianos, guitarras, zampollas, que al paso del taconeo y la danza crean la magia de una noche que precisa de pocas copas de vino para alcanzar el delirio y la alegría tan arrebatada en tantos territorios de Latinoamérica, donde solo se alcanza el goce bajo la embriaguez del licor o las drogas que arrastran a la fantasía y violencia que brota de una existencia negada. ¡Aquí Cosquin!, es pues el proyecto de encuentro de las comunidades latinoamericanas para la construcción de un modelo de evento, que replique por todos los poblados de nuestras tierras tan maravilloso espectáculo de voces, luces, gritos, susurros, silencios que se lanzan a la defensa de los bosques, de los ríos, de los glaciares, y de todos aquellos seres que claman por un mundo mejor con un buen vivir como el que se percibe en aquel pequeño poblado situado al Sur del Sur de este planeta y llamado COSQUIN.
Ex-libris Domingo de este sueño roto
Musica
Por: Oscar Jairo González Hernández
Por: Víctor Bustamante
“El tema que aborda en cada uno de los cuentos es muy claro. No existe la más mínima duda: sueños hermosos y oscuros, pesadillas (Pesadilla de aire acondicionado, Miller), ciudad fascinante y truculenta, realidad caótica y pesada, violencia condenable y miserable, muerte violenta y amorosa (interioridad o intimidad indescriptible), sexo provocador y arte amatoria, bares, sótano y alcohol apollinaresco, dudas metódicas (certezas de la vida, de la experiencia de la vida y de la realidad política y social…),y Everardo Rendón lo hace muy bien, cuando caracteriza a los personajes: Ricardo Barrientos, Polo, Chucho, Francis, Silvio, Margarita, Pastora, etc. Eso es muy importante, porque de no caracterizarlos bien, esos personajes podrían ser cualquier personaje, y esos cuentos tienen esa virtud y mérito literarios, son personajes con un, co mo lo llamaríamos, dramatis personae…”
Aquí, en este puñado de poemas, se perciben temas que de una u otra forma reaparecen. Y que a lo mejor, por tal persistencia, es que no he logrado escribir el poema total que exprese lo deseado; para algunos puede ser reiteración pero sólo son instantes fallidos. Perduran las calles, la obsesión de Medellín, el deseo implanta su huella hacia las mujeres desconocidas que traen otras noticias de su imperio, la música se resiste a ser dejada de lado como una de las artes que acompañan en la extrema realidad de un escritor, porque al fin y al cabo este es un solitario, ya que pocos confían en sus sueños de expresar un mundo mediante algo tan sencillo y a la mano como son las palabras.
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Virginal
Obsidianna
Aunque desde hace años se sabe que la música modifica la química del cerebro al hacer que éste libere endorfinas, los científicos aún no encuentran el mecanismo con el cual el cerebro responde a la música y de qué forma los estudios y habilidades musicales influyen en los circuitos nerviosos y por qué el cerebro de los músicos es diferente al de los que están negados para este arte.
Por Anna Francisca Rodas Iglesias
Piensa en las propiedades ocultas del sonido, y acepta que afectan el orden moléculas y los procesos fisicoquímicos de los cuerpos. Cierto el ritmo es el elemento cautivador de las energías, y el cerebro funciona en base a estas leyes.
A las parte un barco Y en él un equipaje para cubrir los días. Si acaso una lágrima desborde la lluvia, suelta entonces los remos, atiende esta urgencia húndete en corales no importe la deriva …inúndame de pájaros Al inminente naufragio Sin ruta a la mar vencida
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Los procesos de planeación participativa Medellín como patrimonio cultural de las y los medellinenses Por: Marcela Ruiz Saldarriaga Claudia Ma. Yela Cardona Corporación GAIA
M
edellín está en construcción, en permanente remodelación, sus barrios y veredas se mueven entre el color, las texturas y las estructuras de múltiples formas. La ciudad conjuga la diversidad en todos sus rincones, la región se expresa en los balcones, en las veraneras florecidas y en las multitudes que recorren las calles, en la ciudad el mundo se manifiesta como una colorida foto de la carretilla curiosamente cuidada de quien vende las fresas de Santa Elena, los aguacates de Marinilla, el banano de Urabá, las manzanas y uvas chilenas, los estuches chinos para el celular, las reproducciones de películas americanas y una amplia gama de dulces “garotos” hechos en Brasil.
y deseos de las personas que nacieron en ella, eligieron fundar su historia o vivir parte de ella estas constantes aún están vigentes. Con cada puñado de familias recién llegadas y con cada generación que nace una nueva historia da forma a la ciudad.
La ciudad se ha construido barrio a barrio y de múltiples maneras, entre acuerdos y confianzas, desde las promesas, sueños
La búsqueda del desarrollo como el ideal de las sociedades no desarrolladas es hoy una de las razones que orientan las
Los procesos sistemáticos que construyen la ciudad real y cotidiana emergen en las esquinas, las veredas y barrios y aunque estas vivencias suelen diferenciarse geográficamente, históricamente sus fines convergen en la ilusión de una vida mejor, con mayores posibilidades de realizar los ideales humanos más nobles y justos que con el tiempo han quedado reducidos al concepto técnico del desarrollo, el cual está lejos de recoger esta vivencia poética del espacio.
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como propios los sueños colectivos, que están convencidos de su valor y que han asumido un rol de alta complejidad no vean frustrada su capacidad de incidir en el logro de un diálogo fluido entre las diferentes visiones de ciudad.
Esta fue tomada en el Mirador Altos de Calazans, durante un recorrido zonal con líderes y lideresas de las comunas 11 Laureles Estadio, 12 La América y 13 San Javier, de la zona 4, el sábado 16 de marzo de 2013) y fue tomada por: Claudia Yela.de GAIA
estructuras gubernamentales y el actuar de muchas de las instituciones sociales de nuestros tiempos, en esta medida los países en vías de desarrollo han debido enfocarse en dar solución a problemas básicos de la población como educación, atención en salud, saneamiento, vías, vivienda. No obstante pocos gobiernos le han apostado a recoger en las soluciones sus propias formas históricas de atender estas necesidades y más aún pocos gobiernos han promovido y fortalecido la participación de las comunidades como artífices de sus propios procesos de desarrollo. Para el caso de Medellín los procesos de desarrollo local, propios de las comunidades, han favorecido una múltiple gama de maneras ejercer la democracia participativa, además de la construcción de ciudadanía y el empoderamiento de los procesos participativos, a tal punto que las agendas locales se visibilizan a escala de ciu-
dad, son referente en el ámbito internacional y han dado pie a la formulación de políticas públicas y desarrollos normativos que han permitido que las comunidades avancen en un trabajo articulado y sinérgico para el desarrollo local, zonal y regional. Los procesos participativos locales han propiciado el fortalecimiento de personas que ejercen liderazgos en sus barrios quienes han asumido un compromiso con los espacios de participación, enriquecen los espacios de discusión acerca del desarrollo local porque confían en que sus opiniones y aportes serán tenidos en cuenta por los entes gubernamentales y porque le aportan a ese sueño colectivo. Sin embargo es necesario avanzar mucho más en el fortalecimiento de la institucionalidad pública y privada para que esté en capacidad de hacer sinergia con los procesos participativos locales de manera que los actores que han asumido
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Así, los procesos de la planeación participativa en Medellín son hoy parte de su patrimonio cultural pues dan cuenta de unas maneras históricas de adaptación al medio, de organización social, de apropiación territorial y de llegar a acuerdos para el logro de los ideales colectivos de las comunidades que habitan los territorios. De la riqueza cultural que se puede encontrar en los procesos participativos hablan las escuelas, los caminos, los acueductos, las iglesias, las fiestas, la defensa del patrimonio, las empresas sociales, los parques, los árboles de la ciudad y los hombres y mujeres que participaron en los convites que hicieron posible este sueño de ciudad. Vale la pena entonces reconocer que el valor de la planeación participativa del desarrollo local se encuentra en la diversidad de propuestas y maneras, en los saberes que se construyen y en los que se recuperan, en la reflexión que cada día se le pone a la ciudad, en la presencia activa de aquellos que cuestionan desde sus propias vivencias los instrumentos y los modelos extrapolados, en aquellos que buscan espacios para la escucha, el diálogo franco y la crítica propositiva y en todos aquellos que precisan de un ideal común para vivir su ciudadanía.
Historia de la playa
La Corporación GAIA en sus 15 años agradece a quienes han hecho parte de esta realización con su compromiso, acompañamiento, confianza, aportes, estímulos, ideas, presencias, augurios. En estos 15 años le hemos apostado al merito, a la capacidad técnica y al compromiso en cada uno de los propósitos que emprendemos, con sus retos, desilusiones, aprendizajes y realizaciones. Les participamos nuestra nueva imagen, retomada de un figura ancestral, registrada en algunos países de América, que alude a la rueda de la medicina (magia / sobrenatural / ritual - sagrado), también creadas con propósitos astronómicos para marcar el sol del solsticio de verano y la salida de ciertas estrellas.
Ante la inclemencia del diluvio para contener el mar cada cual puso un grano de arena
Gracias por hacer parte de esta historia…
John Galán Casanova Libro Árbol talado. Premio Villa de Cox “Alicante” 2009.
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