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Cinéfilo multicultural
La inclusión del quechua en el cine peruano ha sido un trabajo constante. Al principio, las cintas en idiomas originarios no eran valoradas, pero poco a poco se ganaron el cariño de la gente.
EscribE cYnthia aFaraYa
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En un país multicultural como el nuestro, parece un pecado hablar en lenguas originarias. La discriminación y el racismo siempre han estado presentes. Hoy nos centraremos solamente en el quechua que, a pesar de todas las tormentas, está tomando protagonismo en la sociedad. Está desarrollándose en el cine, aunque hace años no todos teníamos un gusto por ver películas en otra lengua.
Recuerdo que, cuando estaba en el colegio, la primera película que vi en quechua fue «La teta asustada». Para ser sincera, no entendía la historia. Estoy segura de que no fui la única. A mí no me interesaba nada sobre este idioma, sin embargo; luego me di cuenta de que era importante porque es parte de nuestra identidad y cultura. El hecho de incluirlo en películas era una manera de captar la atención de las personas.
Dejando de lado ello, me centraré en la participación de este dialecto en la industria del cine peruano. La primera película grabada en su lengua original fue «Kukuli». Dos jóvenes enamorados asisten a una fiesta de la Virgen del Carmen en Paucartambo. Desafortunadamente, son asesinados por un ser mítico. La población andina se indigna y van en busca del ukuko al mando de un cura.
En 1979, se estrenó «Laulico». Una cinta desarrollada en el pueblo de Fuerabamba, ubicado en la región de Apurímac. Cuenta la historia que la tierra estaba seca porque los conquistadores ibéricos habían capturado al Wamani en una hacienda. Los pobladores de esa ciudad se convirtieron en abigeos. Diversas generaciones intentaron liberar a su dios y recuperar la condición de agricultores. Después de varios intentos fallidos, aparece Laulico, quien toma la hacienda. Los resultados no se dieron como esperaba.
«La teta asustada», estrenada en el 2009 y dirigida por Claudia Llosa, está ba- sada en los miedos que padecen las mujeres andinas tras las violaciones que sufrieron en la época del terrorismo. El filme recibió el Oso de Oro a mejor película en el festival de cine en Berlín y en el 2010 fue nominado a los Premios Óscar en la categoría a mejor película extranjera.
En el 2015 salió «Magallanes», dirigida y producida por Salvador del Solar, donde también incluyeron el quechua. Un taxista llamado Magallanes se encuentra de casualidad con una mujer, a quien él conocía desde hace más de 20 años cuando era parte del Ejército del Perú. Él quie- re ayudarla económicamente, pero ella lo rechaza porque en el pasado guardaron un secreto.
En el 2017 se estrenó «Retablo», una cinta que generó múltiples comentarios y críticas. La historia es narrada desde la perspectiva de un adolescente que descubre el secreto de su padre. Este filme fue seleccionado para los Premios Óscar por mejor película internacional y nominado al premio Goya por mejor película iberoamericana.
El año pasado nos sorprendió con «Willaq pirqa», una película perua- na-boliviana en idioma quechua dirigida por César Galindo. Se convirtió en la favorita de muchos cinéfilos e, incluso, tuvo más de 10 semanas en cartelera. Presenta un pueblo donde solo hablan quechua y por primera vez descubren que existe el cine. Sin embargo, no todos entendían el español. Sistu, un niño que comprendía mejor el idioma, los ayuda a contar la historia.
El cine desaparece, por lo que el protagonista decide crear una película con personajes que él quiere y con la lengua que todos comparten. La cinta ganó 3 premios en el Festival de Cine de Lima, y fue nominada a los Premios Luces en la categoría de mejor película, mejor actor y mejor actriz.