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Análisis de riesgos,
Herramienta Fundamental En La Prevenci N De Incendios En Edificios De Gran Altura
Por: Jaime Rivera Cruz
Hoy en día, hablar de incendios urbanos es hablar de fuegos fuera de control en complejas construcciones de uso mixto, inmersas en manchas urbanas que se caracterizan por su aglomerada población, en infinidad de edificaciones Con alturas considerables y formas icónicas, que rebasan La capacidad de respuesta de los grupos de atención a emergencias.
PPara entrar en contexto, como gestor integral de riesgos e investigador forense en incendios, explosiones y explosivos (ANIFIEE), realicé una estancia, a finales del año 2022 y principios del año en curso, en la ciudad de Chicago, Illinois; una de las tres principales ciudades de los Estados Unidos de Norteamérica, pionera en la edificación de gran altura y estructuras muy altas, vanguardista, resiliente y con importantes expectativas de desarrollo económico. Dicha metrópoli, fue conocida como la ciudad de madera durante el Siglo XIX, es ejemplo de una población resiliente y proactiva que al haber sido el escenario del gran incendio de Chicago, en octubre de 1871, que terminó con una tercera parte de la ciudad; hoy es uno de los complejos habitacionales de gran altura y muy altos de los Estados Unidos, con una excelente edificación arquitectónica, que cuenta con sistemas contra incendios para el combate desde el interior de los inmuebles, trazos urbanos reconocidos en sus grandes avenidas para una respuesta rápida de los departamentos de bomberos, con una estructura angular de acero en su red de transporte ferroviario, que ilustra los paisajes de la gran ciudad y que yo propondría para el transporte de insumos o recursos ante la necesidad en una emergencia mayor, y desde luego, no se puede pasar por alto su funcional red hidráulica para la provisión del líquido vital (agua) para la minimización y neutralización de las emergencias químico – tecnológicas (incendios) de la urbe del lago Míchigan. Que desde luego, es ejemplo a seguir para los países en vías de desarrollo, y que fue mi inspiración para apoyar en México, el proyecto de establecer el “Día nacional de la prevención de incendios”.
Dada la problemática que representan los incendios estructurales en la actualidad y siguiendo con esta tesitura, es importante entender a qué nos referimos técnicamente con edificios de gran altura y muy altos; de acuerdo a la NFPA (National Fire Protection Association) 101, conceptualizamos a las edificaciones que superan los 23 metros (75ft) como de “gran altura”; ahora bien, se consideran como edificaciones “muy altas”, las comprendidas en la NFPA 20, donde refiere que son las que superan los 91 metros (300 ft); con esta proyección de alturas, desde el nivel de suelo o superficie, se determina un claro panorama donde los voluntarios protectores de civiles se ven rebasados en sus capacidades para las evacuaciones de los inmuebles; además, los integrantes de los cuerpos de bomberos urbanos, ocupan al máximo sus capacidades, habilidades, conocimientos técnicos, estrategias, y muchas veces, escaso y limitado equipo, para contrarrestar la calamidad térmica, radiológica, de asfixia y corrosividad de los incendios.
A lo largo de mis 25 años en el ámbito de la prevención de riesgos y seguridad humana, he caminado holísticamente (analizando la infraestructura vital en su conjunto) en distintas ciudades con importantes construcciones que forman parte de sus instalaciones estratégicas por sus funciones, o simplemente, por su posición geográfica para el desarrollo sustentable del país; realizando recorridos con integrantes de unidades internas de protección civil, seguridad física y directores responsables de obras para determinar los factores de riesgos (peligro, exposición y vulnerabilidad) de los inmuebles y su población; a través de la recolección de datos e información en beneficio y garantía de los activos vitales (personas, información, equipos y procesos). Por ello, recomiendo como herramienta sustantiva la realización del análisis de riesgos y su posterior actualización (año con año, o bien, cuando ocurra una importante modificación en la estructura o complejo que ocupamos) como actividad preventiva de una infraestructura que para el caso que nos ocupa, nos permitirá detectar y trabajar sobre las brechas o áreas de oportunidad. Consistente en cinco pasos fundamentales para el estudio del riesgo, las amenazas y eventos no deseados, sus daños y consecuencias:
I. PLANIFICACIÓN
1. Formar equipos de trabajo.
2. Solicitar datos del inmueble de gran altura o estructuras muy altas.
3. Diseñar un recorrido por las instalaciones.
Ii. Revisión de datos
1. Condiciones físicas de la instalación de gran altura o estructuras muy altas.
2. Operaciones de la infraestructura vital.
3. Políticas y procedimientos de su organización.
4. Requisitos normativos para el buen funcionamiento.
5. Aspectos de seguridad interna y externa.
6. Aspectos jurídicos del inmueble.
III. Visita a la instalación
1. Recorrido con expertos (diversas disciplinas en materias de gestión de riesgos, construcción y seguridad) en las áreas de exclusión, limitadas y controladas de la instalación.
2. Entrevistas aleatorias (personal seleccionado).
3. Detectar brechas - riesgos (áreas de oportunidad).
IV. Evaluación de la información
1. Informes de incidentes in situ .
2. Informes delictivos.
El análisis de riesgos, resulta una herramienta sustantiva para la prevención de afectaciones en una infraestructura y debe contemplar: la planificación, revisión de datos, visitas a la instalación, evaluación de la información e informe final.
3. Informes de inteligencia.
4. Datos históricos.
5. Niveles de riesgo (alto, medio y bajo).
V. Informe final
1. Alternativas y soluciones (áreas de oportunidad).
2. Recomendaciones (áreas de mejora).
3. Propuestas de ejercicios o simulacros de seguridad.
Retomando etimológicamente lo ocurrido del 8 al 10 de octubre de 1871, en la ciudad de madera, hoy ciudad de los vientos, el gran incendio como se le llamó para la época, acabó con las edificaciones de madera fina provenientes de los bosques de Wisconsin y Michigan, dejando alrededor de 300 personas fallecidas y 100,000 damnificados, como se encuentra plasmado en el museo de la historia de Chicago; y haciendo alusión para determinar, en primer orden, el origen y posteriormente la causalidad del siniestro como lo establece la NFPA 921; teóricamente y como una de las versiones que se manejan en la ciudad, todo se originó en el granero de Patrick y Catherine O´Lear, por la caída de un quinqué que pateo una vaca, generando un incendio incontrolable a causa de la configuración de la tríada en la larga temporada de sequía (altas temperaturas de otoño, bancos de combustible por la caída de hojas y pirólisis de la madera con la que estaba construida la ciudad, así como el comburente a través de las fuertes rachas de viento). Esta tragedia citadina, dio origen a los nuevos códigos de construcción para la moderna edificación de la metrópoli, bajo estándares estrictos de seguridad humana, que hasta la fecha, son primordiales para garantizar la seguridad de los habitantes de esta importante urbe.
Esta semblanza histórica nos da un referente actual para la aplicación de normas en materia de construcción y protección civil, y para la prevención de incendios y explosiones; donde la población se concentra en edificaciones verticales de gran altura o estructuras muy altas con uso mixto de suelo; que al mismo tiempo, concentra un estacionamiento subterráneo con grandes acometidas y transformadores eléctricos, que alberga un centro comercial en la planta baja, con un complejo de oficinas en la parte media, casas habitación en la parte alta y, en ocasiones, con la existencia de helipuertos en la parte superior que dejan ver contenedores estacionarios de gas LP (para el suministro de algunas áreas) generando un verdadero riesgo latente en alturas; esto, a su vez, se le suma la compleja red eléctrica o de comunicaciones, de gas natural o LP, de agua potable y residuales, de aire acondicionado y extractores, cubos de escaleras o elevadores; donde los materiales, en su mayoría de los casos, son inflamables por estar confeccionados a base de polímeros sintéticos, que hacen vulnerable a su población por el alto grado de intoxicación al momento de propagarse un fuego fuera de control, y que, aunado a ello, en el exterior está la existencia de mufas que generan explosiones por la acumulación de gas metano derivado de la descomposición anaeróbica de las plantas por la acumulación de aguas residuales. No obstante, la ausencia o falta de capacitación de una unidad interna de protección civil, que en la mayoría de los casos es incapaz de evacuar en el menor tiempo posible a su población ante un agente perturbador químico-tecnológico; esto hace que el riesgo se vuelva parte de la vida cotidiana de los citadinos; que como bien lo refieren estudios de la Organización de las Naciones Unidas del año 2017, siguen aumentando las concentraciones humanas en las grandes metrópolis, por la comodidad de tener en su principal círculo concéntrico sus actividades laborales, de esparcimiento y de habitación.
Concluyo con un análisis prospectivo para las edificaciones verticales de gran altura o estructuras muy altas, desde un enfoque como gestor integral de riesgos, refiriendo la aplicación de las fórmulas del análisis de peligro y análisis de la vulnerabilidad, como bien lo establecen los especialistas del Centro Nacional de Prevención de Desastres en México, de donde me siento orgulloso haber formado parte de la subdirección de riesgos químicos:
• Análisis de peligro, es igual a la suma del origen del agente perturbador, más la recurrencia y la magnitud del mismo.
• Análisis de la vulnerabilidad, es igual a la suma de la exposición al agente perturbador, más las capacidades resilientes y herramientas para afrontarlo.
A todo esto, reconozco la importante labor y profesión del Fire Chief de Elmwood Park Fire Department, Michael T. Terzo; quien con sus finas atenciones conocí su trabajo, sus instalaciones, su equipo de colaboradores y su loable labor en beneficio de la población en una importante zona urbana del estado de Illinois, USA. Así mismo, en México, agradezco al Segundo Inspector Filiberto Castañeda Rivas, ex jefe de la estación Iztapalapa II (Vulcano 16) y al Suboficial Juan Carlos López García, Jefe de Servicio de la Central de Bomberos (Guardia Roja) ambos integrantes del Heroico Cuerpo de Bomberos de la CDMX, con quienes he compartido experiencias técnicas de capacitación sobre incendios estructurales y materiales peligrosos.
De igual manera, aprovecho este espacio de análisis y reflexión, para agradecer la hospitalidad y largas charlas de café con la periodista Leticia Espinosa Cruz, del diario Chicago Tribune, en las que me compartió el panorama de la evolución que se ha manifestado en la gran ciudad de Chicago. Y cómo olvidar los recorridos en una tarde fría, por la magnífica construcción de Avenida Michigan 605, en el centro de la ciudad de los rascacielos, que alberga la tienda de colores mexicanos, donde Erika Espinosa Cruz y Gabriel Neely Streit me invitaban a conocer sus medidas de seguridad para prevenir un fuego incipiente y garantizar la seguridad de sus visitantes.
ABRIL
INVESTIGADOR FORENSE EN INCENDIOS, EXPLOSIONES Y EXPLOSIVOS POR LA ANIFIEE Y GESTOR INTEGRAL DE RIESGOS POR LA ESCUELA NACIONAL DE PROTECCIÓN CIVIL (ENAPROC) DEL CENTRO NACIONAL DE PREVENCIÓN DE DESASTRES (CENAPRED). POLITÓLOGO POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA (UAM).
JUNIO
NFPA 20 “Norma para la instalación de bombas estacionarias de protección contra incendios”
CERTIFICACIÓN, 19 AL 22, EN LÍNEA
NFPA 10 “Norma para extintores portátiles de incendios”
CERTIFICACIÓN, 7 AL 10, EN LÍNEA
JULIO
NFPA 101 “Código de seguridad humana”
CERTIFICACIÓN, 12 AL 14, PUEBLA, PUE.
JUNIO
JULIO
56-2017-2179
56-1098-0854
Instituto Internacional de Administración de Riesgos, S.A. de C.V. Único representante en México
NFPA 14 “Norma para la instalación de sistemas de tuberías verticales y de mangueras” y NFPA 22 “Norma para tanques de agua para la protección contra incendios privada”
CERTIFICACIÓN, 14 AL 17, EN LÍNEA
NFPA 72 “Código nacional de alarmas de incendios y señalización”
CERTIFICACIÓN, 26 AL 28, GUADALAJARA, JAL.