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Plano y de calidad

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Un nuevo repunte

Un nuevo repunte

Convertido en uno de los principales dolores de cabeza de los industriales corrugadores, el cartón curveado tiene bastantes consecuencias dentro del proceso productivo. La meta es siempre lograr un buen corrugado, fuerte, flexible, elástico, liso, de calibre y uniforme, pero también plano.

Según los especialistas, por la naturaleza de sus componentes, el liner, el medium y el adhesivo, y lo que les sucede durante el proceso de corrugación y en el periodo inme- diatamente posterior a ese proceso, conspiran para deformar el cartón.

Para disminuir el curveado, hay que poseer un conocimiento pro- fundo a nivel operativo de lo que ocasiona las diferencias. En este sentido, es fundamental saber por qué sucede, cuan rápido y cuándo es más frecuente que se den los cambios dimensionales.

Por este motivo se debe tomar en cuenta que una lámina de papel es un sólido tridimensional con un contenido de humedad que no siem- pre se distribuye uniformemente. A medida que el papel se desplaza por el corrugador, esta distribución en- frenta cambios constantes. Además, la necesidad de aplicar o quitar calor y también humedad, alterna- tivamente, a lo largo de la secuen- cia de corrugación, se complica por factores como el contenido inicial de humedad del papel y la humedad relativa que prevalece en los alre- dedores de la unidad corrugadora.

El papel que se usa para hacer el corrugado es por su naturaleza dimensionalmente inestable; se ex- pande cuando se añade humedad, se contrae cuando se quita. También la capacidad del papel para absor- ber la humedad varía según quien lo suministre, su peso, su densidad, su calibre y su acabado. Lo mismo ocurre con el contenido de humedad; entre más húmedo esté el papel, absorbe el agua con más facilidad.

El curveado no puede elimi- narse totalmente, pero puede reducirse a proporciones casi insignificantes. La mejor forma de combatirlo es en la misma área de operación de la maquinaria.

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