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Guía para no complicarte la vida Juan Miguel Pibernus

LETRAS

JUAN MIGUEL PIBERNUS

Soy estudiante del programa de Producción Digital del Departamento de Comunicaciones de la UAGM en el recinto de Cupey.

Follow through on one project; kill the rest.

Todos los estudiantes universitarios, todos los recién graduados y hasta los profesionales de todo tipo pueden identificarse con ese sentimiento: “Me estoy complicando la vida.” Terminamos aceptando más proyectos de los que podemos manejar, queremos unirnos a todas las organizaciones, participar en todo comité. Esto se acentúa cuando eres freelancer y dependes de gig work para pagar la renta. Todo esto sin mencionar los cursos regulares si estás estudiando.

Lo siguiente es algo que escribí en mi libreta de proyectos reflexionando sobre mi situación en un momento cuando estaba sobrecargado. Mira a ver si te identificas:

Tengo demasiados proyectos. Se me están enredando todos. No sé qué hacer en este momento. Un proyecto me lleva a otro y cuando me doy cuenta de que ya estoy en otro proyecto, ya estoy comprometido. Son tantos que no tengo suficiente tiempo para cumplir con ninguno. Pero aún: ninguno me está generando dinero o tiempo libre para el futuro. La mayoría me hacen sentir que estaré atado y atrapado por un tiempo indefinido. He visto a otros ya viviendo de esa manera: sin tiempo para sí mismos, sin ver el final del trabajo y sin retiro. No quiero terminar así. Son pocos los proyectos que tengo que me brindan conocimiento nuevo o un sentido de propósito y cumplimiento. Quiero tener tiempo para poder dedicarme a explorar temas de mi interés. Quiero tiempo de ocio para darle atención a proyectos artísticos y personales. ¿Conclusión? I need to focus. Follow through on one project. Kill the rest of them.

Tengo que concentrarme. Debo comprometerme terminar un proyecto y aniquilar el resto. Ya tengo claro qué tengo que hacer. La pregunta ahora es “¿cómo?”.

Para responder a esto, tomé notas y desarrollé en mi libreta, para mí mismo, una guía para no complicarme la vida con proyectos. Aquí la comparto contigo, estimado lector, con la esperanza de que también te pueda ayudar a organizar tu vida.

Criterios para escoger con cuál proyecto comprometerse:

A continuación, están esbozadas cuatro categorías de proyectos que se definen por los diferentes aspectos en los que los puedes aprovechar. Estas categorías también sirven de herramienta para evaluar cada proyecto y así escoger cuáles vas a aceptar. Las Cuatro Categorías son:

1. Rentabilidad directa o Produce ganancias económicas en neto. i. Ejemplo: Me ofrecen un trabajo en Plaza donde gano $80 diarios y lo único que tengo que invertir es 20 dólares de gasolina a la semana. 2. Adquisición de destrezas o Propone adquirir destrezas las cuales abren nuevas puertas de rentabilidad económica. i. Ejemplo: Me ofrecen un trabajo donde estaré trabajando como asistente de un ojalatero. Aunque pierdo dinero en neto, porque me queda lejos y gastaré mucho dinero mensualmente en Uber, podré aprender destrezas de hojalatería que me permitirán montar mi propio taller y negocio en el futuro.

3. Disfrute y experiencia o La participación produce gratificación emocional directa o Al terminar el proyecto tienes mayor experiencia de vida y conocimiento vivencial nuevo o El proyecto te estimula de forma artística y personal. i. Ejemplo: Hay una organización sin fines de lucro cocina platos de comida para individuos sin hogar. Impactar esas vidas me llena el corazón de alegría. 4. Rentabilidad futura* o Supone, con alta probabilidad, la oportunidad de entrar prontamente en otro proyecto de rentabilidad directa. i. Ejemplo: Hay un internado en la Fundación de Arte del Municipio de Caguas. La posición no incluye paga, pero al completar el internado y cumplir con las expectativas automáticamente me consideran con prioridad para una plaza en el Museo de Arte de Santurce.

*Comentario sobre la Categoría/Criterio 4: El Criterio 4 no puede ser el único. Depende de una posibilidad, no hay nada asegurado. Puedes llevar algo y salir con las manos vacías. Si andas de proyecto en proyecto de la Categoría 4, sin tener otra fuente de ingreso, te mueres de hambre. Úsalo solo en conjunto con otro de los 3 criterios, (preferiblemente 2 o más). Es decir, el Criterio 4 sí puede ser el criterio decisivo entre dos proyectos que son idénticos en todos los demás aspectos.

Solo debes aceptar un proyecto de Criterio 4 (sin los otros criterios) bajo tiempo muerto1; no debes dedicarle tu tiempo libre2. Es esencial entender la diferencia entre los dos.

Regresando a como no complicarte la vida: no debes ser absolutista con estas cuatro categorías. Es posible que un proyecto cumpla con estos criterios solo al momento de ser evaluado o al inicio de tu participación dentro del mismo. Asimismo, es posible que según progrese tu participación y evolucione el proyecto, también cambien tus necesidades. Por lo tanto, tienes que saber cuándo rechazar un proyecto, y en el caso de aceptarlo, reconocer cuando abandonarlo.

Cabe destacar también que estas cuatro categorías no son mutuamente exclusivas. No representan las razones de porque tomar un proyecto, solo es una forma de clasificar cada proyecto. Es decir, tu razón por tomar un proyecto no es solo la rentabilidad económica, pero si tienes necesidades económicas, tienes que estar consciente de como cada proyecto las afecta. Mientras más el proyecto o trabajo cumple con cada criterio, mejor opción.

Ejemplo si tienes una oferta de empleo o proyecto que: 1) te genera dinero en neto, 2) te enseña nuevas destrezas que pueden resultar en más opciones de empleo, 3) disfrutas, te estimula intelectual o artísticamente y te provee experiencia de vida, y 4) está atado a una oferta de una mejor plaza en el futuro próximo… ¡Pues es el proyecto ideal!

No obstante, casi nunca es así (en mi experiencia). Lo más seguro cumplan con las características de Categoría 1 o Categoría 2 solamente. Entonces, tendrás que evaluar cada proyecto, considerar tus prioridades y necesidades para escoger bien. También puede pasar que al evaluar Oferta A y Oferta B ambos son idénticas en que cumplen con uno de las primeras dos categorías, pero solo uno te ofrece 3) disfrute y experiencia o 4) Rentabilidad futura. En este caso, puedes usar las últimas dos categorías como las decisivas y escoger un proyecto con confianza.

Puedes hasta ponerlo en una tablita para tenerlo todo claro, listando las ventajas de cada proyecto.

En este caso hipotético, la única opción que ofrece rentabilidad directa en neto es la opción C, el trabajo en Plaza. No obstante, al parecer la mejor opción parece ser la B, el internado en la Fundación de Arte. No obstante, cada uno tiene sus propias necesidades. Puede ser que la mejor opción sea cumplir primero con lo económico (opción C) y ahorrar para luego dedicarme a otros proyectos similares a las otras opciones.

Sobre la caducidad y el rechazo de proyectos:

Si respetas tu tiempo, cada proyecto y tu participación dentro de él debe estar acompañado de una fecha de expiración. Según caduca cada proyecto, se puede renovar para continuar o terminar para abrir espacios para nuevos proyectos (o tiempo libre). Si ningún proyecto caducase, se acumularían y eventualmente todos colapsarían. Esto lo conozco de experiencia propia; en base a estas experiencias desagradables, desarrollé a continuación una lista de pistas que uno puede tomar como indicativos para identificar cuales proyectos conviene rechazar o abandonar.

8 pistas para abandonar o rechazar un proyecto:

A veces te vas a sentir como que no puedes dejar ningún proyecto porque otras personas dependen de ti. En algunos cumplir con tus obligaciones o necesidades financieras dependerán de X o Y trabajo. Sin embargo, aun si esas son las únicas preocupaciones en mente, no podemos cumplir con nadie ni continuar trabajando si colapsamos por exceso de carga física o emocional. ¿Cómo sabemos cuál proyecto debemos abandonar?

1. No eres quien buscan o No eres la persona indicada; no tienes las destrezas o experiencia necesarias. 2. Perjudica tu salud física o Te provoca enfermedad, heridas, estrés en el cuerpo, dolor, etc. o No es compatible con tus alergias, asmas, discapacidades u otras condiciones. o Te expone constantemente a peligro físico. o No te permite suficiente descanso o te provoca falta de sueño. 3. Perjudica tu salud mental o Te provoca ansiedad extrema. o Te deposita una carga emocional excesiva. 4. Deshumanizante o Te sientes esclavizado o explotado. o Es un ambiente donde ocurre frecuentemente las faltas de respeto y la falta decencia humana. 5. Disponibilidad o Compromete proyectos previos (ejemplo: por disponibilidad). o Supone tener menos de 12 horas libres al día (8 para dormir y 4 recreación).

6. Dispensable o No eres parte esencial del equipo. o Nadie depende de ti. o El proyecto es sustentable o se recupera sin tu presencia. 7. Compromiso o No hiciste ningún acuerdo verbal o escrito que requiera tu presencia en el proyecto. o El abandonar el proyecto no perjudica tu relación o estima con otras personas o colegas. 8. Cambio o ambigüedad o Cambian tus responsabilidades dentro del proyecto sin tu consentimiento. o Cambian inesperadamente tus necesidades personales fuera del proyecto. o El proyecto no tiene una fecha clara de caducidad o para evaluar renovación. o Ambigüedad en responsabilidades, acuerdos y roles dentro del proyecto.

Cada una de estas pistas por su cuenta es suficiente razón para abandonar o rechazar un proyecto. Cuidarse y ser responsable con uno mismo es ser responsable con el trabajo y los proyectos (propios o de otros). La mayor parte del tiempo estamos conscientes de todo esto, pero no tomamos acción porque sentimos que no sabemos cómo hacerlo.

Cómo rechazar o salir de un proyecto:

Muchas veces no rechazamos un proyecto porque nos sentimos intimidados ante la posibilidad de cerrar puertas a futuras oportunidades o a quedar mal con otros. Solo recuerda que (probablemente) abandonar un proyecto no es tan grave como parece. Sobre todo, si lo haces correctamente. Aquí algunas sugerencias que puedes aplicar (si la situación lo amerita, claro está): 1. Comunicación clara y sincera a. Si sientes que no sabes articular la razón por la cual quieres salir del proyecto, puedes citar cualquiera que sea la razón como están escritas arriba en las 8 Pistas. b. Ejemplo: “No quiero continuar trabajando aquí porqué siento que es un ambiente donde frecuentan las faltas de respeto y no me siento cómodo”. c. Ejemplo: “Al principio habíamos acordado ciertas responsabilidades dentro de este proyecto y ahora siento que este acuerdo no se ha respetado”. 2. Avisa con tiempo a. Procura no ser precipitado en tu anuncio cuando vayas a salir. b. Si tienes la oportunidad de hacerlo, anuncia tu retiro del proyecto con tres semanas de anticipación o cualquiera que sea el tiempo suficiente para que los demás puedan hacer los ajustes necesarios. c. Sin embargo, no dejes que abusen de esto. Se firme en el plazo que quieres dar para salir del proyecto. Alguien a cargo del proyecto puede tratar de estirar el tiempo de “transición” de tu salida del proyecto, de poquito en poquito hasta que te das cuenta de que nunca saliste. 3. Recomienda a otra persona a. En el mismo momento en que avisas que te retiras del proyecto, provee contactos que te puedan remplazar o di cuándo podrás referirle a alguien. b. Solo debes hacer esto con el consentimiento de la persona que piensas recomendar.

N O T A S A L C A L C E: 1. tiempo muerto: Como en la obra del dramaturgo puertorriqueño Manuel Méndez Ballester, el tiempo muerto es el periodo entre los tiempos de producción de una industria, caracterizado por la carencia de ingreso económico. En el caso de los maestros de escuela, algunos dicen que el tiempo muerto ocurre en el verano. 2. tiempo libre: Es tu tiempo de ocio, de disfrute y recreación. Debe incluir más que solo el tiempo esencial de descanso, de comer y de dormir. Debes sacar tiempo para hacer lo que quieras.

c. También procura no recomendar a alguien si piensas que el ambiente de trabajo no es adecuado para ellos (ejemplo: si es un ambiente tóxico, no envíes un colega a trabajar ahí). d. Lo mismo al rechazar un proyecto; tu cliente o potencial colaborador apreciará mucho si, aun cuando no serás partícipe, tienes interés genuino en su éxito. Si consigues a alguien adecuado para el proyecto, te confiarán para futuras oportunidades. e. Otra vez, aquí un poco de ayuda sobre cómo articular tus razones si sientes se te hace difícil rechazar proyectos: i. Ejemplo: “Aunque me encanta el proyecto no lo puedo aceptar porque compromete mi disponibilidad para otros proyectos que tengo pendientes. Sin embargo, te puedo recomendar a Fulana de Tal que ofrece los mismos servicios que yo y debe estar disponible.” ii. Ejemplo: “Gracias por la oferta, pero no soy la persona indicada para este proyecto. No cuento con suficiente experiencia en esta área. No obstante, conozco a varias personas en la industria que sí tienen las destrezas que buscan. Si así lo desea, para el próximo martes puedo referirles a varios colegas que podrían estar interesados en este proyecto”.

4. Vete en buenos términos a. Al concluir resalta lo que aprendiste, contribuiste y aprecias del proyecto. b. Si hubo algo particularmente grave, también puedes especificar qué fue lo que te hizo tomar la decisión de salir del proyecto (ejemplo: si decidiste irte porque te exponías a perjurio físico constantemente, exprésalo; tal vez puedan arreglar eso). c. Si así lo deseas, aclara que estarás disponible para futuras colaboraciones y precisa cuáles son el tipo de colaboraciones en las que sí puedes participar o los servicios que sí puedes ofrecer. d. Finalmente, si insisten ábrete a negociación. Si se da el caso que te piden, que te ruegan que te imploran que permanezcas en el proyecto, es por alguna razón. Tal vez te valoran a ti y a tus destrezas más de lo que pensabas. Esto te pone en posición de ventaja. Puedes exigir más recompensa por tus servicios, menos o más responsabilidades, más control del proyecto o más tiempo libre (entre otras cosas).

Conclusión

Primero, sé prudente al escoger los proyectos con los cuales te vas a comprometer. Cuando sí aceptes un proyecto, ponle fecha de caducidad y renovación. Segundo, mantente alerta para identificar las señales que indican que algún proyecto no es para ti. No hay nada malo con rechazar o salir de un proyecto; solo recuerda hacerlo de forma correcta, articulando sinceramente tus razones. Tercero, vete sin cerrar puertas y quédate en buenos términos. Uno jamás puede predecir las vueltas que da la vida.

Eso es todo lo que tengo que compartir sobre mi experiencia personal, complicándome la vida con proyectos. Muchas gracias por tomar de tu tiempo personal para leer este artículo. Espero que le puedas sacar provecho.

Reconozco que esto no será aplicable a la vida de todos. Cada uno tiene sus circunstancias y razones. Si no te sirve lo que esbocé, espero que te sirva de estímulo y reflexión; me puedes escribir para discutir cualquier cosa de esta guía y ayudarme a mejorarla. Puedo hacerle un follow-up a esta guía en el futuro. jmpibernus@gmail.com

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