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Ciudad de San Juan de Puerto Rico: 500 años después Martín Cruz Santos

Ciudad de San Juan de Puerto Rico: 500 años después

“Hecha en la ciudad de San Juan de Puerto Rico…”; “la ciudad de San Juan de Puerto Rico de la Isla de San Juan” o simplemente, Puerto Rico, era el modo de referirse a la capital de nuestra Isla durante los primeros tiempos de su fundación y hasta, probablemente, los siglos posteriores, a juzgar por la documentación oficial de la época. El funcionario colonial radicado en La Española que ostentaba el título de gobernador de las Islas y Tierra Firme, Nicolás de Ovando, ordenó bautizar el lugar como Caparra, dedicado a la memoria de la ciudad española de Capera fundada antiguamente por los romanos, según la usanza renacentista valoradora de las gestas fundadoras del pasado. Sin embargo, el nombre de Caparra no se mudó a la Isleta ni era de uso frecuente entre los habitantes del asentamiento original. En el poblado antiguo al igual que el nuevo, la bahía, el puerto rico, que lo era por lo esplendido del cuerpo de agua y su ecosistema, capaz de recibir embarcaciones de envergadura, pero también porque sería la escala obligatoria entre el Nuevo Mundo y la península ibérica en el ir y venir centrado en las riquezas de estas tierras recién descubiertas, fue la razón que dio nombre al asentamiento convertido en ciudad. Aquel Puerto Rico, posteriormente intercambiado como nombre del País, y San Juan pasaría a ser el de la ciudad capital, conmemora en 2021 los 500 años de su fundación, traslado o mudanza al otro lado de la bahía, lo que hoy conocemos como el Viejo San Juan. Reconocemos

Ciudad de San Juan de Puerto Rico: 500 años después

Por: Martín Cruz Santos

que el historiador Francisco Moscoso publicó recientemente una investigación cuya tesis central postula el año de 1522 como el fundacional (Moscoso, 2020). Una u otra fechas aluden a igual propósito. Una ciudad en ciernes echó a andar por la ruta de la construcción de su historia. El quehacer humano, colectivo, retante, esperanzador, y conflictivo de una comunidad que contravino los deseos casi impositivos de su primer gobernador, Juan Ponce De León, quien hasta el último momento apostó por la permanencia en su Caparra escogida, logró cambiar el rumbo hacia el porvenir. Una migración interna, el traslado geográfico, expandió los límites territoriales, pero también los imaginarios de una aventura extranjera en tierras isleñas del Caribe. Inició allí el devenir sanjuanero que transita entre continuidades y discontinuidades hasta nuestros días. Las efemérides fundacionales guardan similitud con los aniversarios de las graduaciones. Nos encontramos con la clase graduada de un año determinado para festejar y rememorar. Brotan los recuerdos de la juventud mientras una retahíla de anécdotas van y vienen. El presente es un pretexto para el encuentro. Dónde estamos y hacia dónde vamos suele no ser parte de la agenda. Una Ciudad envejecida, renovada, anquilosada, añorada, pretendida, conquistada y cambiante apela a otras reflexiones, además, de la narrativa histórica y un tanto mítica de su fundación. Conmemorar implica actualizar la mirada del presente con las aspiraciones hacia el futuro.

La ocasión propicia una reflexión sobre la práctica de la vida ciudadana en San Juan. Desde la fundación hasta el presente, la expansión continua tras rebasar las murallas en 1897 ha sido la dinámica demográfica, urbanística, económica, política, comercial, en fin, cultural. Ciudad de Puerto Rico transformó el entorno jurisdiccional aledaño en parte de su zona metropolitana. En este quinto centenario cabe recordar que San Mateo de Cangrejos, fundado por una población negra libre con la presencia de libertos, fue un municipio fundado en 1773 y suprimido en 1862 para anexar porciones de su territorio a San Juan. De sus barrios, Hato Rey fue cedido a Río Piedras, Ciudad Universitaria – municipio fundado en 1714 y anexado a la Capital en 1951- y Cangrejos Arriba (Isla Verde) pasó a formar parte del municipio de San Fernando de la Carolina, fundado en

1857. Cangrejos es conocido como Santurce en alusión al político e inversionista español Pablo Ubarri y Capetillo, quien invirtió en el desarrollo de la zona. En 1880 a Ubarri le concedieron el título nobiliario de Conde de San José de Santurce, nombre del municipio español ubicado en Vizcaya donde él nació en 1824. Desde la década de 1880 el nombre de Cangrejos transmutó paulatinamente a Santurce. En su evolución histórica, la Ciudad con tantos intentos de invasión, unos frustrados y otros logrados, ha resistido ataques navales, bombardeos e incursiones militares terrestres. Construyó defensas otrora inexpugnables y edificios de valor arquitectónico sin parangón. Segmentó las clases sociales en zonas urbanas privilegiadas para unos pocos y marginadas para muchos. Hubo desde la última década del siglo XIX un San Juan de calles adoquinadas ahora emblemáticas y, previamente, la planificación de edificaciones públicas monumentales y casas de fachadas neoclásicas junto a barrios intramuros de pobreza notable, como Ballajá, al norte de la Ciudad, desaparecido para dar paso a la construcción del cuartel militar homónimo y otros edificios públicos. A orillas del Atlántico crecería La Perla, y algunos kilómetros hacia el este nació Puerta de Tierra como barriada obrera. A esa categoría pertenecen Barrio Obrero, Villa Palmeras y el Falansterio (Puerta de Tierra) entre otras. No olvidamos el desarrollo urbano del Condado y Miramar, así como también las primeras urbanizaciones (Roosevelt y Puerto Nuevo) y el posterior desparrame de construcciones de viviendas y locales por toda la Ciudad. De modo que en 2021, cuando aún sufrimos una pandemia que ha circunscrito las conmemoraciones al espacio virtual, cabe hurgar en los significados de la vida en la Ciudad, de la diversidad cultural en un espacio habitado por nacionales e inmigrantes, de las luchas por un Puerto Rico más justo y solidario cuyas manifestaciones públicas multitudinarias tienen su epicentro en San Juan, sede del poder gubernamental estatal, la centralización del motor económico y el quehacer de la cultura igualmente centralizado. La historia como diálogo continuo entre el presente y el pasado con objetivos de proseguir la marcha incesante rumbo al futuro no se agota en la conmemoración

del punto de partida, sino que abre líneas de acción con expectativas cifradas en el acontecer actual y sus repercusiones. El historiador Edward H. Carr propuso el entendimiento del presente como “una existencia conceptual, como línea divisoria imaginaria entre el pasado y el futuro”. (Carr,2006). Si visualizamos esta etapa de la historia sanjuanera mediante esa perspectiva, ubicamos el caminar nuestro en la ruta de una ciudad de cinco siglos de historia en construcción social permanente. Una historia inconclusa de capítulos por ser iniciados. En los barrios y las barriadas de Río Piedras, los residenciales públicos y las vecindades de acceso controlado; de norte a sur y del occidente al oriente de la Ciudad, de los centros escolares y universitarios a los lugares de trabajo y los espacios recreacionales hay protagonistas por doquier de este proceso histórico. San Juan celebra lo vivido y sigue edificando posibilidades inéditas. No conmemoramos lo ocurrido en 1521 solamente, sino la carrera de relevos múltiples, distantes, próximos y distintos iniciada en Caparra y de la que somos partícipes quinientos años después.

Referencias:

Carr, Edward. (2006). ¿Qué es la historia? Barcelona: Editorial Ariel, S. A.

De Hostos, Adolfo. (1948). Ciudad murada. Ensayo acerca del proceso de la civilización en la ciudad española de San Juan Bautista de Puerto Rico [1521-1898]. La Habana: Editorial Lex.

Moscoso, Francisco. (2020). Fundación de San Juan en 1522. San Juan: Ediciones Laberinto.

Picó, Fernando. (2014). Santurce y las voces de su gente. Río Piedras: Ediciones Huracán.

Sepúlveda Rivera, Aníbal. (1989). San Juan: historia ilustrada de su desarrollo urbano (1508-1898). San Juan: Centro de Investigaciones CARIMAR.

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