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Todo de Riego

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Plagas

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CRECIMIENTO SOSTENIDO

DEL SECTOR AGROPECUARIO CON SISTEMAS DE RIEGO SOSTENIBLE

Además de que el riego permite la accesibilidad del cultivo donde no es viable por las características climáticas, también permite intensificar la producción en las áreas de cultivo. Por ejemplo el 17% de las tierras cultivables del mundo, se obtiene más del 50% de toda la producción agrícola. En los países del Cercano Oriente las tierras irrigadas ocupan un 36% de los campos agrícolas y suministran un 70% de la producción agrícola.

En México, se estima que de 3.5 millones de unidades de cultivo, de los cuales sólo el 7.1% se podría calificar como tecnificado, 40% como de tipo tradicional y el resto, 52.4%, como unidades de agricultura de subsistencia. Esto indica que un pequeño número de agricultores aportan cerca del 45% de la producción agrícola comercial del país, utilizando para ello únicamente el 30% de la superficie agrícola total. De las alrededor de 200 millones de hectáreas de superficie total que existen en México, para efectos agropecuarios, las zonas áridas ocupan el 50%; las semiáridas, 14%; 19% corresponden a las zonas templadas y las zonas tropicales húmedas son equivalentes al 12.5%. Solo el 16% es potencialmente cultivable y de ese porcentaje el 82% ya están abiertas al cultivo, por lo que quedan tan solo 18% de la tierra arable para expansiones futuras. Existen distintas formas de riego, mediante

el uso de bombas eléctricas, bombas de diesel, uso de canales o la combinación de cualquiera de los tres. Sin embargo, independientemente de la forma de riego que se utilice, se observa que el ingreso promedio de los campesinos es casi tres veces mayor a su contraparte sin irrigación y la proporción de sus costos con respecto a sus ingresos disminuye sustancialmente para cualquier extensión de tierra. Esto se debe principalmente a que incrementa los retornos por unidad de tierra cultivada y la variedad de granos utilizados, particularmente los intensivos en agua, manteniendo todo lo demás constante y ayudando a reducir el riesgo asociado con las variaciones de las lluvias. Son tres los métodos básicos para regar cultivos a cielo abierto: superficial, en el que el agua se aplica sobre la superficie del suelo; presurizado o localizado, el agua es conducida a presión por tuberías, hasta un emisor en el punto de aplicación; y subsuperficial, en el que el agua se aplica por debajo de la superficie del suelo. Los sistemas de riego más importantes para cada método son el sistema de riego por gravedad (superficial), los sistemas de riego por aspersión, microaspersión y goteo (presurizado) y el riego subterráneo (subsuperficial). Estos serán descritos detalladamente más adelante.

Como podemos ver, el acceso al riego permite practicar la agricultura donde no es viable, intensifica --generando incrementos en la productividad-- y diversifica las cosechas, así como también contribuye al incremento del ingreso de los campesinos. Son por estas razones que el riego no solo contribuye a la tecnificación del campo, sino también al crecimiento sostenido del sector agropecuario. Por otra parte, el cambio climático y el deterioro ambiental han planteado nuevas urgencias, que en el caso agrícola están directamente relacionadas con el uso de agua, pues este sector abarca entre 70 y 80 por ciento del uso total de este recurso en el País. Para lograr un mejor cuidado de los recursos hídricos, ayudaría que el sector agrícola transitase con rapidez a sistemas de riego sostenibles. De las 25 millones de hectáreas sembradas, 75 por ciento son de agricultura de temporal, mientras que el 25 por ciento, es decir 6.2 millones de hectáreas, corresponden a agricultura de riego con diferente grado de tecnificación, según el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura en México.

AGRICULTURA DE RIEGO CON DIFERENTES GRADOS DE TECNIFICACIÓN

A nivel mundial la agricultura es el mayor consumidor de agua y eficientar el uso de este recursos es crucial para mantener tanto la seguridad hídrica como la alimentaria. Cerca de un millón de hectáreas de las que cuentan con sistemas de riego no está en funcionamiento, pues su infraestructura está subutilizada o tiene defectos en su diseño que requieren de ajustes en términos de ingeniería. El 70 por ciento de los 5 millones de hectáreas restantes usa sistemas de riego por gravedad o canales, que resultan poco eficientes y son propensos a fugas. El 11 por ciento funciona por aspersión, que requiere vigas de riego presurizado; 8 por ciento por goteo, de los más

eficientes por medio de una red de tuberías que dosifican el agua; y sólo un 5 por ciento por microaspersión, el sistema más sofisticado que se vincula a los cultivos protegidos.

"El grueso del riego en México tiene 30, 40 años de haberse iniciado, en su momento fue lo correcto, pero hoy en día tenemos que transitar de ese sistema de riego por canales a uno que utilice menos tierra y haga un uso mucho más eficiente del agua", comentó Diego Montenegro, representante del IICA en el País. Para que se dé esta transición es necesario contar con un manejo del agua ligado al manejo del suelo que permita evaluar la aplicación adecuada de mecanismos de riego, generar más conciencia e impulsar la capacitación técnica para la gestión de los recursos hídricos, agudizar el marco jurídico hídrico y ambiental, y una mayor coordinación interinstitucional. Adicionalmente, añadió el especialista, falta demostrar que los sistemas de riego sostenibles son rentables en el tiempo, pues se trata de tecnologías más intensivas que producen más en menos espacio, además de activar líneas de financiamiento para facilitar el acceso de los productores a la tecnología. Entre los tipos de cultivos que poco a poco han migrado a sistemas de riego protegidos están frutas, hortalizas y legumbres. Como ejemplo está el caso del jitomate, cuyo rendimiento medio a cielo abierto es de 74 toneladas por hectárea, mismo que con tecnología mínima de agricultura protegida sube a 120 toneladas por hectárea, con tecnología media aumenta a 150 toneladas por hectárea y con la tecnología más avanzada puede alcanzar hasta 600 toneladas por hectárea. de temperaturas, humedad y otros factores ambientales habitualmente está dotado de una cubierta exterior translúcida de vidrio o plástico, permitiendo un control más exhaustivo del cultivo en cuestión y favorecer su crecimiento óptimo. Esto impide el transporte del calor acumulado hacia el exterior y obstruye la salida de una parte de la radiación infrarroja. El efecto es la acumulación de calor y el aumento de la temperatura del recinto. En definitiva, las ventajas son la intensificación de la producción, permite establecer las condiciones óptimas para el buen desarrollo de la producción; el aumento de los rendimientos. Se consigue un rendimiento por unidad de superficie hasta tres veces mayor comparado con campo abierto. Menores riesgos en la producción. Los daños causados por factores climatológicos se minimizan debido a la protección de la producción. Uso eficiente de los productos. Optimización del agua y fertilizantes necesarios para cada etapa de desarrollo del cultivo con un sistema de riego más controlado, eficiente y preciso. Mayor control de plagas y enfermedades. Facilidad en el control de plagas y enfermedades debido al aislamiento del cultivo con el exterior y su cuidado sistema de control. Posibilidad de cultivar todo el año. El cultivo en invernadero tiene independencia del medio exterior, pues controla factores como las bajas temperaturas del invierno o las altas del verano, ya que aísla e implementa sistemas de calefacción, ventilación y enfriamiento.

El sistema de riego idóneo para un cultivo en invernadero viene influido por diversos factores, entre los que se encuentran el tipo de invernadero --las necesidades de riego varían según superficie y altura del invernadero--, tipo de suelo (un suelo arenoso se encharca con más dificultad que un suelo arcilloso), labranza (con la preparación del suelo se puede favorecer la estructura y mejorar la capacidad del suelo), climatología (dependiendo de la zona o de la estación, penetrará más calor o menos al interior del invernadero, aunque existen sistemas de control de que regular las temperaturas del interior), tipo de cultivo y estado de desarrollo (según el cultivo en cuestión y su estado de desarrollo necesitará unas necesidades hídricas u otras) y, finalmente, el comportamiento del agua en el suelo (según el tipo de riego que se utilice, en el riego mediante aspersión el agua tienda a moverse hacia abajo, mientras que en el riego localizado por goteo tiende a moverse de forma más horizontal).

SISTEMAS DE RIEGO MÁS UTILIZADOS EN CONDICIONES DE PRODUCCIÓN PROTEGIDA

tero integrado en la tubería y gotero pinchado, o gotero de botón. La opción más común en riego en invernadero es tubería con gotero integrado turbulento, no autocompensante, puesto que no hay alteraciones en el terreno al ser un cultivo concentrado en invernadero.

El sistema de riego localizado por goteo se utiliza para aportar a pie de planta la cantidad de agua y nutrientes que exactamente esta necesita. Dentro del sistema de riego localizado por goteo existen dos alternativas: GoEl sistema de riego localizado por goteo tiene como principal ventaja el ahorro de agua y nutrientes --mediante el aporte exacto de los mismos para el crecimiento óptimo de la planta-- y, además, mantiene un nivel de humedad constante en el suelo sin provocar charcos o sequedad. Otro sistema de riego localizado por goteo y también común en invernadero es el riego subterráneo. Estas tuberías son especialmente diseñadas para trabajar bajo tierra, lo que provoca una proporción de agua y nutrientes exactamente a la raíz de la planta, ahorrando aún más en ambas cantidades al no evaporarse con tanta facilidad y quedando en la tierra. Además, se trata de un sistema de riego que permite un manejo más fácil en el cultivo y en las tareas cotidianas del mismo, evita roturas en la tubería de roedores que se puedan colar en el invernadero y aporta una visión más estética. El riego hidropónico cada vez tiene más participación en los cultivos en invernadero. Mediante un sistema de tuberías de microirrigación, goteros pinchados, microtubos y piquetas llega el agua directamente a la raíz de la planta. El riego con hidroponía va destinado a cultivos de alta precisión evitando encharcamientos. Además, proporciona fácil manejo en su uso permitiendo combinaciones más fáciles en los cultivos, caudales, precisiones. Finalmente, otro sistema de riego menos preciso pero también común en el riego en invernadero es el riego mediante micro-aspersión. Se trata de un riego menos preciso porque su suministro de agua es aéreo y no garantiza el aporte exacto a pie de planta.

A nivel mundial las zonas secas y semisecas con precipitaciones menores de 500 mm ocupan cerca del 60% de la superficie de la tierra firme

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