21 | Violencia | Revista Diez4

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NĂşmero 21 | Noviembre de 2011


Directorio Marco Tulio Castro Director marco@diez4.com Wilberth Chong Jefe de diseño wilberth@diez4.com Carlos Aguilar Webmarketing carlos@diez4.com Alejandra Del Toro Editor alejandra@diez4.com

Violencia

Elma Correa Coeditor web Jesús Brijandez Coeditor web Lina Contreras Jefa de ventas lina@diez4.com

Hablemos de la violencia que no acapara las tapas de los diarios ni los horarios estelares de la radio. Hablemos de lo que no se lee en el teleprompter de Joaquín López Dóriga. México es todo lo que tú quieras, sí, y para decir que es un país violento no se necesita hablar de los 50 mil muertos del alcornoque de Calderón: hablemos de la tranza, del desorden social, como se verá acá adentro. Dejemos a los esbirros del narcotráfico a un lado, que eso ya se ha contado. Vayamos a la violencia quedita: a la laboral, a la política, a la extorsión en los medios, al arte plástico, a la literatura. Escuchemos la justa rabia del vendedor de rosas. Del jodido. Usemos su lenguaje para entender lo que no vivimos. Violencia +surrealismo, una combinación quizá un poco forzada para algunos pero alternativa para abordar la otra cara del fenómeno. El surrealismo como manifestación que en si misma podría considerarse un acto violento, a manera de reacción contra un arte acartonado y caduco así como contra la decepción ante la guerra y los ideales de progreso, resulta pertinente en su aplicación al tema de esta edición. Y que mejor catarsis ante la violencia que el acto de escribir. Las historias que leerás a continuación tratarán la violencia desde lapsos oníricos ficcionales y hombres que implotan, hasta historias verdaderas de compatriotas reajustando su cultura de violencia en Suiza y call centers con ideas un tanto heterodoxas de servicio al cliente.

Diez4 se incubó en: Diez4, año 1, número 21. Noviembre de 2011. Revista mensual editada y publicada por Editorial Diez4. Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier sistema o método del contenido, incluyendo cualquier medio electrónico o magnético sin previa autorización por escrito del director. Derechos de autor reservados en forma y concepto. El contenido de las imágenes, la publicidad y los artículos incluidos en Diez4 reflejan solamente la opinión de sus autores o anunciantes y no representan el punto de vista de Editorial Diez4. Esta publicación se encuentra protegida y registrada ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor, Secretaría de Educación Pública, según consta en la Reserva de Derechos No. 04-2011-090909291600-102. Esta revista es producida gracias al Programa “Edmundo Valadés” de Apoyo a la Edición de Revistas Independientes 2011, del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Diez4 se imprime en Cias. Periodísticas del Sol del Pacífico S.A. de C.V. Dirección: Rufino Tamayo #4 Zona Urbana Río Tijuana.

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Dalia Chávez Editor de foto dalia@diez4.com Luis Mario Sarmiento Ilustrador sarmiento@diez4.com

VENTAS Lina Contreras lina@diez4.com Rigoberto Soria rigo@diez4.com Abril Valdez Ventas y cobranza abril@diez4.com PORADA Luis Mario Sarmiento COLABORADORES Daniel Tavares Luna, Dulce Lozano, Julio Sueco, Krystel Gómez, Samantha Luna, Jorge Damián Méndez Lozano, Vladimir Galindo, Erick Alejandro Alvarado, Ivan Vazquez Manjarrez y Maci Macias. CONSEJO EDITORIAL Juan Pablo Proal, Rafael Fregoso, Ruth Ramírez, Quitzé Fernández. Diez4

Realidades y casualidades de la urbe. www.diez4.com. buzon@diez4.com. Sirak Baloyán #1917, interior 210. Zona Centro, Tijuana, Baja California, México. Código postal 22000. Tel: (664) 378-2524



Gobierno jijoeturrepérramare

El VENDEDOR DE ROSAS

Daniel Tavares Luna Fotos: Dalia Chávez

Jijoesupérramare reglamentoh me quitó lahrosah. Taba qui vendiendo peh bien chilo y se llevaron todo el pishi cargamento los hihoh de su Perra mare, loco. Nombre hahta la pishi feria me quitaron los hijoh de su reperra mare. Ochocientoh peso se fueron ahí. Mechó el pitazo mi compa el de lah gorditah de nata pero peh ya ehtaban aquí los hijoh de su perra mare reglamentoh encima de mí. Nombre bierandado bien me la pelan loh putoh pero peh ya me ve, la pishi pierna madreada, loco, peh no pude con lah pinshih rosah. Cojeando con la pishi cubeta llena desah madreh y en el brazo apretadah las otrah pero peh ya no alcancé. Me tumbaron todo, loco. Loh ochoscientoh pesoh que llevaba de venta y lah rosah que quedaban. Así peh ta cabrón. ¿Cómo quieren que la arme uno? Venía el otro día bajando, de acá de la Jaramillo, y ehtaba una plebe enchinga rompiendo lah pinshih bolsah de basura. hincada en la banqueta en pleno bulevar: Trague y trague el coshinero jadiando, loco, como un pishi animal. Gobierno jijoeturrepérramare. Así hah de hacerle para darnoh shamba pero pura verga, loco, nomás se la pasan chingándolo a uno. Parece que no exihtimoh, loco, leh vale verga. Sale en la pishi tele quel PAN quel PRI. Valen pa Pura verga todoh los hijoh de su Perra mare no hacen ni verga, loco. Todo lleno de pinshih tecatos y puro pishi malillón peh cómo no si se la pasan shingándolo a uno. Gobierno jijoeturrepérramare míranos cómo andamos: tragando mierda. ¿Ora boa llegar a mi casa y qué le voy a dar a mi morro? no hay nada, loco. Pañaleh, leshi, unoh huevitoh: nada, loco. Ora, otra cosa, ¿cómo shía boa surtir si se llevaron todo? peh a buhcarle no hay deotra. ¿Darle a mi vieja? nada ¿Darle al morro que va a la ehcuela? nada. ¿Pa surtir pa sacar pa la renta, pa la señora, pal morro, pal que va a la ehcuela, peh de dónde verga? Gobierno jijoeturre Bomba mare tú y todoh los hijoh de su perra mare lacras policías valen pa setentamil chingadas, váyanse mucho a chingar a su mare.


Vida: un baño fuera de servicio «PARA QUE PUEDAS ESCAPAR REQUERIRÁS SER OTRO»


Jorge Damián Méndez Lozano Ilustración: Erick Alejandro Alvarado

Cuando la amargura y el rencor me invaden, ir al mercado, empujar un carro con viandas, apretar delicadamente la carne molida y elegir entre los tomates rojos y maduros suele ser un pasatiempo útil para recuperar el ánimo. Y vaya que la energía la puedo perder casi por cualquier situación. Siempre los mismos factores fluctuantes: los zapatos se me desabrochan, un perro destrozado en alguna banqueta emite fétidos aromas y me provoca náusea, una llanta se me desinfla mientras me dirijo al trabajo, el alcohol se termina antes de lo previsto o el detergente para lavar se agota a las tres de la mañana, hora en que la ropa debe lavarse. Nada más palpitante que el sonido de una lavadora en el sigilo de la oscuridad, casi tan espantoso y cautivador como el ajetreo de una metralleta. Ojalá pudiera darle un uso más interesante a mi lavadora, como lavar los calcetines de todas las mujeres hermosas que he conocido y que no conozco todavía, por ejemplo. A todos nos espera pacientemente una bala dentro del cañón de una pistola. Ayer soñé que un hombre sostenía un revolver y apuntaba al rostro de mi vecino. Saber qué adrenalina se experimenta al matar. Jalar pacientemente la cuerda alrededor del cuello ajeno hasta sentir los bíceps inyectados de sangre, como alguien que te raya con una navaja el rostro sin que nada puedas hacer. Por mero compromiso con la mafia italiana y la cautela de la narrativa, a mi vecino lo rompería a batazos y al final lo asfixiaría. ¡Carajo! Nada de actitudes imitadas de los rituales prehispánicos, la brutalidad policiaca y el cine de acción. Mientras escribo esto, mantengo puestos unos lentes oscuros que compré dentro de un Oxxo. Gracias a ellos puedo soñar despierto y dejar correr un western cerebral en medio de la niebla química llamada mente. En tal película, un puñado de vaqueros se mata por tres kilos de oro. Pinches vaqueros, nunca respetaron nada. Los repartidores de pizza tampoco respetan nada ni a nadie. Ayer casi atropello a uno. Hubiera querido crucificarlo en el metal de su motocicleta. Si tan sólo no encarnaran el futuro de nuestra península, pero bueno, las cosas ya están dadas y entre las estilistas de los salones de belleza y los jóvenes repartidores surgirá un nuevo líder. Así son las cosas y no hay mucho qué hacer. La vida es un baño fuera de servicio en un 7-Eleven. La certeza de morir de cáncer de garganta es similar a la de ser decapitado. Nuestra cabeza cualquier día puede rodar por el piso en vueltas tan perfectas que simulan el movimiento de las puertas que hay a la salida de California hacia México. Trucha cabroncito. Los platos de la mesa pueden cambiar en cualquier momento de lugar. Pon atención: salimos a matar, no a otro infeliz sino a uno mismo. Se mata a nuestra variante, por eso los crímenes quedan impunes. No hay asesinatos, hay suicidios. No hay víctimas, todos son victimarios. De muy lejos vendrán dos patrullas por ti. Para que puedas escapar requerirás ser otro. Para ser otro necesitas una máscara idéntica a tu propia intimidad, pero al final, tu rostro, pretexto facial, será demolido a golpes. Esto es un revoltijo, no de géneros sino de certezas. Pero, ¿quién piensa claramente? Cerebro de humo, a veces, un sujetable mazo de apio. Sólo si prometes trapear mi recámara con la lengua podrás salvarte.

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¡Pinche prensa vendida! VIOLENCIA: PERIODISMO DE EXTORSIÓN Krystel Gómez Sevilla Ilustración: Wilberth Chong No se trata de los 40 mil muertos del ‘narco’, de cubrir una balacera en la casa de la Cúpula ni de las amenazas de muerte por lo publicado en un medio; la violencia se vive bajito, por debajo de la mesa y con muchos ceros a la derecha: Me ayudas, te ayudo; no me compras, te chingo. Aunque a estas alturas haya quien desestime el poder de la palabra escrita o las cápsulas informativas, el Poder aún le teme al qué dirán. Y muchos abusados, a costa de esa ingenuidad, convierten la función de informar en un excelente negocio. Anuncio clasificado ¡Trabaje desde casa! Se solicita reportero o similar para introducir grabadora en entrevistas banqueteras y enviar audio al equipo de trabajo de conocido legislador. Total discreción. Mande grabación, nosotros nos encargamos del resto. Ganancias desde diez mil pesos al mes. Ca$hin. Lengua larga, ¿cola corta? Yo no lo sé de cierto, pero dicen que hay algunas figuras políticas que se cuidan mucho las espaldas y ofrecen ciertas cantidades a posibles aliados, infiltrados en los medios de comunicación, para que pasen el dato de quién es quién y a quién le tira. ¿Fulanito le sacó ese dato? ¡A hablarle a su director! Después su gente bloqueará la información. Tampoco lo sé, pero lo supongo que existe aquel personaje que sale más listo y pedirá a cambio del bloqueo de información otra fuerte suma de dinero. Así el papel moneda fluye como lombriz de agua dulce, la libertad termina siendo una utopía y aunque el proceso antes descrito parezca muy automático, la verdad es que, dicen, es todo un ring de lucha libre tripe A. 8

“Oiga, señor delegado de cierta instancia de gobierno, tengo una información de su hija, le va a pegar, ¿eh? ¿Pero por qué no viene a mi oficina y platicamos para ver cómo le hacemos?”, salió del auricular de la dirección de un medio impreso de circulación regional. La violencia psicológica, la extorsión y el chantaje son camaleónicos. Y la forma de cobrar también. Titulares inflados para cumplir con su función de vendetta por encargo o notas fantasmas que jamás saldrán a la luz porque favor con favor se pagan. En el periodismo hay de todo menos lo que debería haber, dicen por ahí, y aunque aquí en Tijuana todavía falta mucho para llegar a un The News of the World…, la escuelita va que pinta para ser de las buenas. Bang. Bang. Al que no se ponga de modo, a sacarle sus verdades y sus mentiras. Las revanchas saben mejor si se llevan a cabo con lujo de tinta e imagen. En un caso reciente y muy sonado, el video de los polis que agazajan a una detenida, (¿qué más le iba a doler a la nueva administración municipal sino un golpe bajo a su Talón de Aquiles, la seguridad?) Así que filtrando el video de una detenida mostrando sus habilidades para desnudarse en una estación de policías, mientras los gendarmes festejan la travesura, se antoja más que una casualidad, como una causalidad. Ojo, antenas albiazules rondan por las dependencias municipales más sensibles en busca de datitos que tumben cabezas tricolores. Hay políticos, policías, empresarios que no pueden dormir todas las noches temiendo lo que se publicará al día siguiente, dice un anuncio. Yo le agregaría: y periodistas. Me decía el nuevo director de la Policía Municipal, Ricardo H. Garduño, “para tener la lengua larga, hay que tener la cola corta” y en el ámbito de la política más de uno queda fuera de esta premisa. Clasificado de ocasión ¿Está cansado de no figurar en la vida pública? ¿Sus gobernados no creen en sus propuestas o peor aún, no saben quién es ni en qué desquita su sueldo? ¿La grilla interna ya no le permite disfrutar de sus fines de semana fuera de la ciudad? ¡No se preocupe más! Sin billete no hay espacio Una mañana, una reportera de la


vieja guardia llegó hasta el área de los regidores en Palacio Municipal, ingresó a la oficina de aquella edil de la oposición y comenzó a entrevistarla sobre sus proyectos para los próximos meses. Agradable, la funcionara municipal comenzó a platicar de sus acciones en pro de la población vulnerable. Se apagó la grabadora de la entrevistadora y todo parecía normal hasta que pronunció: “bueno, regidora, aquí están mis tarifas, le voy a dar buen precio y un buen espacio”. “Qué raro, pero si los demás reporteros no me cobran”, cuestionó la servidora y ni modo, se quedó sin aparecer en aquel medio alternativo. Por eso, dicen, no es raro encontrar en algunos periódicos fuertes críticas a figuras públicas que nomás no aflojaron. Violencia mediática, difamación penada por la Ley, por cierto. Atención, sólo conocedores ¡Cayó en buenas manos! ¿Salió a una noche de fiesta y se le pasaron las copas? ¿Se le olvidó dejar su placa en la casa y en esas condiciones, con ese uniforme o con ese carro con insignia del gobierno, pues se ve muy mal? No se preocupe de las habladurías, las pruebas las tengo yo pero le cedo los derechos. Foto comprometedora por 500 pesos. El precio del silencio Todos llevamos un Perez Hilton, TMZ o Gordo De Molina dentro. Esta ciudad se presta para liberar al morboso interior aunque cuando salga de la jaula, no encontrará luminarias hermosas de cuerpos perfectos; sólo habrá funcionarios de piel quebrada, automóviles a la medida y la mayoría, no todos, mal gusto para vestir y cola que les pisen. Aquellos visionarios y oportunistas supieron, pues, que el dinero no vendrá a la bolsa por publicar la historia más

jocosa. El silencio cuesta más. Seguro que las ventas de un diario relatando los paseos lunamieleros en helicóptero del mayor Justo Buenaventura Jaimes, director de la Policía Estatal por ahí del 2008, fueron muy pobres comparado con lo que habría ganado un pillín que se hubiera dado cuenta antes que todos. “Señor, me urge hablar con usted, me pasaron un ‘tip’ y está grave”. En un solo pago en efectivo y nadie hubiera dicho nada. Pero al mayor de Infantería Justo Buenaventura se le salieron varios disparos en un restaurante de Mexicali y ni como callar la grilla. Salió de la corporación con la misma celeridad con que se repartían los diarios, revistas, semanarios que tuvieran más carnita. Hoy ya nadie se acuerda de eso, siempre hay otro funcionario con su propia historia, ¿o no, Lemus, Ramos, Pelayo? ¿Alguien recuerda la penosa detención

del ex funcionario hankista Jesús Beltrán Lachica por Otay Universidad, al parecer un poco tomadito, después de retener por la fuerza a una mujercita muchísimos años más joven que él y aparte, con una pistola en el carro? Como esa, debe haber mil historias pero por cada historia que no se cuenta, hay una cartera más y más gorda. La ONU dice que México es el país más peligroso para ejercer el periodismo. La organización no ha dicho cuántos reporteros se enriquecen de la noche a la mañana. Tampoco ha consignado la especialidad del periodismo mexicano: la extorsión. Anuncio de posdata ¿Tuvo la mala suerte toparse con un reportero que se levantó de mal genio? No se preocupe. Total, seguro terminará chingado este día. Mejor hágalo su amigo.


Hacer dinero It’s up to you UN CALL CENTER LIDEREADO POR DEPORTADOS Marco Tulio Castro Ilustración: Wilberth Chong

I — Axiom Ventures —¿Hola? Hablo aquí para lo del anuncio… — Sí… — … Sobre el puesto de trabajo; está en el periódico — Oh, yeah, sí. Do you speak english? — Sí, un poco. — Pardon me? — Yes, I do speak english: we live in Tijuana, afterall. — Percentage, please… — Umm... — Let’s say from one to then — Seven, may be. — How much? — Seven, sir. S-eee-v-eee-n —Oh, seventy? Conversation and written? — Yes, I can say seventy percent. — Ok, so you have to do a test, una prueba, examen, para calificar tu inglés. Poedes vener a la oficina? — Sí, yes. ¿De qué trata el trabajo? — It’s a call center. Sales, we sale products to the american people. — ¿Dónde están ubicados? — Ummm, estamos cá en la calle noeve, entre la Revolution y la Constitution, en el

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downtown. Be here at three a clock, ok? — Ok. How’s la paga? — Man, i ve been here for six years now. It’s a good job. Every fifteen days I earn 350 bucks. — ¿No importa si soy deportado? — … Bah, I’m deported, too. Fuck deportation, man. You got attitude. I think you’re sharp. — How hard is the job? — Peace of cake. We dont want momma’s boys, no cry babies. Al prensepio es defecil pero man, It’s the same in every job. The hard time it’s only at the begenning. So, you bring your ID. Te traete tu IFE credential, y tu acta nacimiento and a comprobante de domicilio too. — Ok, sir. I’ll be there at three for de interview. — So, whats your name? — I’m Marco Castro, sir, ¿y el suyo? — José Covarrubias. I’m in a higher postition in the call center now. — Great, see you! — Ok, nus veamos a las tres. Sharp, ok? — Sí, José. Ahí nos vemos.

II José es como lo esperaba: un mexicano con cuerpo cuadrado, estatura baja. Parece un barrote de 2 x 6 x 8. Creo que él cargó de esos cuerpos en Pomona, cuando se dedicaba al roofing. Como una descarga de metralla, suelta las palabras en un inglés arrastrado: So, you’re Marco? Yes sir, I’m. And he responds: I’ll be with you in a minute. Hay que ir antes, a la puerta de atrás: a la entrada. Dickies baggies, zapatos de casquillo, limpios como balas. Al rape. Voz: — “Zup, buddie, where ya heading?”

— Tengo entrevista de trabajo con José Covarrubias. — Oh, tha chieff, ugh? Antonsis como ti llamas? — Sí, me dijo por teléfono. Marco, me llamo Marco. ¿Qué pedo con este bato? Con un movimiento ágil, saca un radio de frecuencia de una de las bolsas de su pantalón loose, lo avienta al aire poco menos de un metro y lo cacha: “Here’s Marco. Interview with Covarrubias”. Este bato tiene cara de que hizo un chingo de malandradas en Los Ángeles. Se le ve la calle, al cabrón. Me lo imagino asaltando 7-Eleven y agarrándole las tetas a las empleadas mientras su socio de ocasión vacía la caja registradora. ¿Y si el bato era un conserje de iglesia? Vale verga. — Okay, dude, ya gotta go to the third floor at tha end of tha hall. Qué culero soy, a lo mejor el bato era carrocero hasta que un migra lo atoró rumbo a su cantón por pasarse un alto. Y así terminó aquí, deportado delante de mi, aventando al cielo un radio de frecuencia y dándose aires de guardia de seguridad de conciertos. Qué importa, lo que yo quiero es subir ya para resolver el misterio del anuncio clasificado más original que he visto en la pinchi prensa vendida local. —Hey, carnal, mascuchas? Tenes que subir al terser pisu y camenar hata el fin del hall. Okay, vayamos pues con el barrote latino remojado en brea para resistir las inclemencias del clima y la deportación.


III ¿Por qué todas las pochas se sacan la ceja igual, ese? En serio, ¿qué pedo con eso? Líneas de fierro café, delgadas como el cerco que se brincaron buscando chamba y curvas como las tetas que me detienen a la entrada: un par de senos ocre escotados con el tatuaje de una ¿escalopendra? ¿ciempiés? ¿miriápodo? No, por supuesto. ¿Dragón? Sí. Le digo a la mami que vengo a una entrevista con No Way José! —Jijiji —Ya, en serio, tengo cita con José a las tres. —Ok, déhame checar. Mentras tú puedes llanar this format. Escaneo: paredes color rojo, Let’s Boogie de fondo, mami latina con dragón en las tetas, el barrote detrás de su escritorio, allá atrás una güera oxigenada de cachetito redondo (ceja pocha), Play that funky music de fondo, computadoras seminuevas, dress code pegado en pared roja: no shorts, no tee’s, no tank tops, formal dress. Serie de cuadros cutrez ochentero: una cacatúa roja, un río con lanchas, un paisaje de campo. Entrego la solicitud de empleo. (Una sarta de mentiras: que soy deportado, que trabajé de reportero allá, que ya trabajé en telemarketing, que mi meta en la vida es “make a lot of money!”, que mi jefita está muerta y que mantengo al viejo). La mami del dragón que ahora canta Eminem se interrumpe para leer: — …Ok… Marco Tulio… Mr. Covarrubias will call you in a minute. — Aquí espero, gracias.

IV José Covarrubias en síntesis: “I close door at 7:30 am”. “500 pesos a week plus commission”. “Shave your self”. “You have to wear a tie”. “I dont ask much about the past”. “I did a lot of money. It’s up to you”. V Un deportado no la tiene fácil. Como expulsado de Estados Unidos, conseguir trabajo en Tijuana no es cosa fácil. Algunos con antecedentes penales, otros sin documentos, muchos sin estudio básicos y con un inglés muy rudimentario, terminan cargando cajas en centrales de abastos o limpiando carros en la calle. Las cifras oficiales ¡oficiales, he dicho! Dan cuenta que en cinco meses entraron a Tijuana 40 mil 239 deportados. ¿Qué porcentaje de estos tienen antecedentes penales? Ninguna autoridad sabe con exactitud. Se sabe que por semana, entrar unos 200 deportados que cometieron delitos graves. El problema al que se enfrenta el deportado es a la exclusión. ¿Qué pasa con aquel que no es malandro? Que se le trata como tal. Para muchos, Axiom es un respiro. A second chance. Y aunque Axiom no lo asume como un logro, reconoce que cumple una función importante en esta agresiva cadena fronteriza que azota a los marginados. Axiom es el éxito ante el fracaso del estado.

VI ¡Plumas! Bolígrafos con publicidad impresa en ellas. Ese es el negocio. A eso se dedican los 40 deportados que me rodean. Esta empresa, cuya base de operaciones está en Texas, tiene nueve años dedicándose a la venta de artículos promocionales. Ahora enfocan sus baterías en plumas de plástico con el nombre, dirección y teléfono del negocio que acepte su producto. La jornada inicia en una sala de juntas sacada de malgustolandia donde el líder en cuestión, un pit bull rubio enfundado en traje verde y zapatos noventeros (sí esos de punta chata con hebilla en lugar de agujetas) nos hace leer en voz alta el discurso con el que se vende. Estos batos me han dado la espalda. No parezco deportado, no muestro tatuajes y, pendejamente, le hecho caso a José. Visto con corbata, cuando aquí la estética es traer ropa unas tres tallas por encima de la personal, cachucha y tenis. El pit bull nos da la meta: dos ventas por día. Es muy fácil, yo ya lo hice, dice. Leemos. Todos leen como máquinas bien entrenadas para vender, dan énfasis donde se debe, exclaman, puntualizan, guardan silencio, avanzan. Los veo asombrado. Los marginados tienen ganas de trabajar. Un tatuado del cuello grita el texto como soldado. Está convencido que hoy venderá una caja con 250 plumas a algún comerciante de Estados Unidos. Vayamos, pues, a vender. (¿Quieres seguir leyendo la historia? Visita www.diez4.com)

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El hombre que desapareció VIOLENCIA: PERIODISMO DE EXTORSIÓN Vladimir Galindo Ilustración: Ivan Vázquez

Espero que ustedes tampoco vayan a pensar que estoy loco o que padezco de alucinaciones. Lo que estoy a punto de contarles me quitó todo prestigio como médico y arruinó mi vida por completo. Qué más puedo decir, si por este asunto me han condenado a este manicomio lleno de verdaderos enfermos y débiles mentales. La situación comenzó en un lunes de octubre, recuerdo que fue una noche más fría de lo normal y más oscura de lo habitual. Yo estaba guardando mis cosas. Metí mi bisturí con su estuche, el pequeño libro negro de medicina, un fórceps, mi estetoscopio y unas gafas de triple aumento a mi maletín negro que me habían dado al graduarme de aquella prestigiosa escuela. Cuando en medio del silencio letárgico escuché unos estruendosos golpes en la puerta. Alguien llamaba y por el sonido de los nudillos golpeando pude constatar que se trataba de una emergencia. Volví a sacar mi bisturí y me acerqué a la puerta del vestíbulo de mi oficina. “¿Quién toca a esta hora?” Hubo un breve silencio hasta que respondió una mujer. “Doctor, somos nosotros, los McLuhan” dijo esa voz agitada. Dudé por un momento de la veracidad del mensaje pero accedí a abrir. Los McLuhan siempre me traían costales de verduras y frutas de sus campos como regalo por haber salvado la vida de uno de sus hijos en un terrible accidente al tratar de herrar a un burro. Desde aquel día yo había ganado su confianza y ellos la mía. Abrí la puerta y vi a Leslie con su largo ropón de dormir con varios tintes de sangre. Inmediatamente pensé en algún tipo de aborto o un simple sangrado vaginal, cualquier otra cosa y no lo que me revelaría su esposo, Lenny. “Ayúdelo doctor, ayúdelo” Decía Leslie apuntando hacia el suelo. Yo no me había percatado que él se encontraba tirado con una palpitante mancha de sangre en el tiro de su overol. El charco escarlata que atravesaba la gruesa tela de mezclilla ya corría por el tapete que fríamente decía “Que tenga un buen día”. Entre Leslie y yo arrastramos a Lenny por el resbaladizo mármol de la 12

sala de espera de mi viejo consultorio. Con fuerzas sobrehumanas lo llevamos hasta mi pequeño cuarto de emergencias donde tengo un taburete y ahí lo recostamos entre gritos escalofriantes y dientes apretados. Corrí por unas tijeras y al regresar le recorté su atuendo por la mitad dejándolo semidesnudo. Al principio no lograba distinguir lo que sucedía hasta que la sangre dejó de brotar a borbotones. Lenny había perdido su pene de tajo. Voltee a ver a su esposa para ver si encontraba en sus ojos una especie de culpa o sentimiento de arrepentimiento, pero todo lo que observé en sus temblorosos ojos fue horror y el abismo que se produce en el alma cuando se topa con lo desconocido. Sin embargo, tenía que continuar; mi pericia médica me obligaba a hacerlo. Le pedí a Leslie, casi a gritos, que me pasara el hilo y aguja que se encontraba en un gabinete detrás de ella. Suturé las venas principales y el agujero donde debería estar el miembro de la virilidad. Poco a poco la piel de Lenny fue recuperando aquel rosado virtuoso, dejando de lado el amarillo fatalista con el que había llegado. Mandé a ella a dormirse en el sofá de mi oficina y yo me quedé con el herido para estarlo revisando cada cierto tiempo sólo para percatarme de que la sutura funcionara y que

no se gangrenara la zona afectada. Pasé casi toda la madrugada en vela, despertándome de vez en cuando por aquella vieja costumbre galena que te advierte de toda negligencia médica. El sol salió un poco más temprano de lo usual al día siguiente. Desperté a Leslie y también a Lenny para irnos todos a la casa de ellos para que él pudiera descansar en su cama. Los llevé en mi viejo carro; apenas podía creer que habían llegado caminando a mi consultorio con Lenny casi minusválido cruzando diez cuadras y un pequeño puente. Leslie realmente era una mujer bien hecha, de aquellas que sacan la fuerza de un hombre cuando la situación lo amerita. Dejamos al pobre aquel sobre el colchón y lo tapamos bien. Colocamos unas cuantas cubetas en el suelo a su costado por si quisiera vomitar y lo dejamos dormir. En cuanto cerramos la puerta del cuarto, ella me preguntó “¿Se va a recuperar, doctor?” le contesté que sí, pero que me tenía muy asombrado el estado en el que llegó, entonces le pregunté si sabía algo al respecto. “No sé qué pasó doctor, yo estaba haciendo de comer mientras él se bañaba, cuando de repente oí que gritó y cuando subí a ayudarlo, sólo vi a mi esposo tirado en la tina y un río rojo que se iba por el caño” Cogí un poco de valor y le pregunté por el pene. “Pues, debe


de seguir en el baño… ya que no lo busqué… salimos rápido hacia su consultorio… ¿quiere ir a ver?” asentí con la cabeza y ella me guió. Entramos a la recamara principal y luego al baño donde había sucedido aquel terrible evento. La bañera estaba manchada de sangre seca, cuarteada como si fuese pintura de agua. Por el piso estaban las huellas de Lenny, incoherentes, sin dirección, tambaleándose. Pude seguir la línea de cómo salió y calló a un lado del escusado. Pude verlo gritando de horror. Di unos pasos evitando las manchas y me asomé con cierta cautela hacia el interior de la tina. La recorrí con la mirada de un lado a otro en varias ocasiones para asegurarme. Me fijé en la coladera destapada y tampoco había nada. El pene de Lenny no estaba ahí. Volteé a ver a Leslie quien sólo apuntó con las comisuras de sus labios hacia abajo y subió un poco los hombros en señal de despiste. Concluimos en que lo más probable es que Lenny lo había rejuntado y se lo había llevado consigo hasta el consultorio o tirado por accidente sobre la carretera. Lo cual sería sumamente grave, con esto se perdería cualquier posibilidad de reimplantación. Salimos del cuarto de baño y caminamos por la recamara. Antes de que Leslie abriera la puerta, se detuvo un momento y se dio la

vuelta en torno a mí. “Doctor, ¿Qué voy a hacer ahora?” La preocupación más severa finalmente la había abordado así que traté de calmarla. “Mira, Leslie, no te preocupes, Lenny se va a recuperar y podrá seguir trabajando sin ningún problema, no es el fin del mundo”. De repente, aquella preocupación desapareció de su rostro y se acercó un poco más a mí, a escasos centímetros de mí. “No estoy hablando de eso, Jaime, tu sabes a lo que me refiero, de mi condición” bajó su mano por mi pelvis hasta sujetar mis genitales. La aparté de inmediato y me hice hacia atrás. “Contrólate, mujer, no es ni el momento ni el lugar indicado”. Ella se volvió a acercar bajándose un poco su blusón para que su gran par de tetas se asomaran por arriba de los olanes. “Vamos, Jaime, tu sabes que necesito un hombre, necesito mis cinco polvos al día, tu sabes que no me puedo controlar. Ahora con Lenny así, tendrás que ayudarme más que antes” se colocó las manos en su busto y se apretó su rosados pezones mientras caminaba hasta donde yo no pude hacerme más para atrás. Se estrujó en mi cuerpo como un gato aplastándome contra la pared y no pude resistir más. Le subí la falda y la penetré hasta correrme sobre la cama dónde ella y Lenny nunca más volverían a fornicar. Como ya se podrán imaginar, no soy

del todo un santo, ni una monedita de oro. Pero soy como cualquier hombre que no puede dejar que una mujer esté insatisfecha sexualmente y Leslie había estado acudiendo desde hace un par de años muy a menudo a mi consultorio para saciar aquel mal diabólico que la había apresado. Lenny hacía lo que podía pero ella nunca estaba satisfecha, por eso iba a consulta, para que yo la follara un par de veces más. Ahora con Lenny siempre en cama, recuperándose, yo iba siempre a verle para asegurarme de que todo estuviese correcto. En ocasiones lo revisaba muy superficialmente sólo para irme rápido a la habitación del primer piso y acostarme con Leslie. Sabía que lo que hacíamos era incorrecto desde cualquier ángulo, pero el fuego interno de cada alma es tan espontáneo como las bacterias sobre la sopa de un muerto. Sin embargo, de manera inevitable, como ya sabía que ocurriría, todo se fue al carajo en un abrir y cerrar de ojos. Un sábado, cinco días después del primer incidente, acudí a mi rutina diaria de sexo y consulta a la casa de los McLuhan. Toqué varias veces pero nadie abrió. Tiré unas piedras a las ventanas del segundo piso pero seguí sin recibir respuesta. Rodeé la casa y entré por la puerta trasera. La cocina estaba un poco sucia, como si Leslie se hubiese quedado a la mitad de la elaboración de un pastel. Había harina por toda la barra y una bandeja con varios huevos batidos. No sabía mucho de cocina pero estaba seguro que esos dos elementos son necesarios para hacer un pastel. Me seguí derecho y entré a la sala donde tampoco había nadie. “ ¡Leslie!” grité sin la esperanza de escuchar nada más que el eco de mi propia voz. Comencé a subir las escaleras percibiendo una calma que tensaba mis músculos y agudizaba los tímpanos de mis orejas. Llegué al segundo piso y entré a la recamara; no estaba Leslie. Con una sensación escalofriante que surgió en la boca de mi estómago, fui dando pasos hasta llegar a la puerta de la habitación de Lenny. Cerré los ojos y giré la chapa. Los abrí y empujé la pesada puerta de roble dejándome ver una pintura escarlata digna del reflejo de una 13


tortura. Sobre el piso, absolutamente bañada de sangre, se encontraba ella desmayada. Sobre la cama estaba su esposo destapado. Él estaba despierto pero no pronunciaba ni una palabra, sólo emitía gemidos de desesperación e impotencia a través de una cara que expresaba más allá de la agonía de la vida. De la cintura para abajo, Lenny estaba manchado de sangre seca, al igual que la mitad de la cama, un poco el techo y parte de la ventana por donde entra el sol hacia la cama. Las piernas de Lenny habían desaparecido por completo. Primero me acerqué a Leslie y revisé su pulso, el cual estaba normal. Aparentemente ya sólo se encontraba dormida. Después fui hacia Lenny. Saqué un pañuelo del bolsillo de mi saco para taparme la boca debido al asco que poco a poco fui sintiendo. En toda mi maldita vida nunca había sido testigo de algo siquiera similar. Lenny estiró su brazo violentamente y me sujetó con fuerza de la manga izquierda. Seguía sin decir nada. Solo gemía y me apuntaba hacia su cadera. Puedo afirmar que por la forma en que se observaban las manchas, la sangre venía del cuerpo de él. Pero en esta ocasión no había ninguna sutura qué hacer. Ya había cicatrizado en un enorme muñón. Cargué a Lenny como un pequeño chimpancé y lo llevé a la recamara consiguiente. Después regresé y desperté a Leslie con sumo cuidado para no hacerla caer en algún estado de shock. “Leslie, ¿Estás bien?” le preguntaba mientras agitaba un poco su pierna. Lentamente sus ojos se fueron abriendo y lo primero que dijo fue: “Tuve una asquerosa pesadilla”. Lamentablemente, después se pudo dar cuenta que no tuvo una pensadilla, que en realidad un mar rojo que había salido a propulsión del cuerpo de su esposo, la había arrollado soezmente. A pesar de las infidelidades, Leslie amaba a Lenny y la situación subnormal que estábamos presenciando, la estaba volviendo loca. Noté que estaba a punto de un colapso nervioso, por lo que le di

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unas píldoras que prácticamente la convirtieron en una muerta viviente. Inmediatamente me di cuenta que este caso iba más allá de mis aptitudes y conocimientos médicos, así que decidí ir a mi despacho a consultar mis viejos mamotretos de medicina y a escribirle una carta a mi antiquísimo amigo galeno sobre lo que estaba viviendo para que acudiese a mi rescate. Le dije a Leslie que regresaba mañana. Ella sólo asintió. Le dije a Lenny lo mismo pero él sólo me volteó a ver con la misma cara de angustia. Aterrado, bajé casi corriendo y salí por la entrada principal donde unos vecinos me interceptaron. “Doctor, buenos días, ¿Está todo bien?” me preguntó Jacobina, quien iba agarrada del brazo de su huesudo esposo. “Sí, sí, todo de maravilla” le contesté rápidamente tratando de librarme de su hostigosa incumbencia. “Ayer por la noche escuchamos un grito que incluso despertó a Arsenio” le apuntó con el índice a su esposo quien parecía estar ahí por obligación. “No se preocupe, señora. Todo está bien, ahora váyase a descansar. Buenos días” los esquivé y

me fui en mi carro viejo. Redacté rápido la carta, detallando cada evento. Por supuesto desde mi perspectiva ya que no había sido testigo del hecho de la desmembración del cuerpo de Lenny. Pero le narré desde el momento en que golpearon a la puerta de mi consultorio aquella noche, hasta el día de hoy donde pareciese que habían instalado un matadero en el cuarto de los McLuhan. Saqué mis libros y por horas estuve tratando de encontrar algo que pudiese explicar la desaparición de miembros sin ningún rastro aparente. Poco a poco fui ojeando todas las teorías quirúrgicas sin encontrar nada útil, pero muy lentamente el cuerpo de Leslie vino a mi mente haciéndome imposible concentrarme del todo en mi investigación. Al concebir que mi viril amigo entre mis piernas estaba inquietándose, decidí cerrar los libros, escribirle una propuesta de la “teoría de la desaparición espontánea” en la carta y largarme a fornicar. Volví a entrar por la parte trasera. Subí al cuarto dónde había dejado a Leslie por última vez. Ella aún seguía ahí


echada sobre la cama. Cerré la puerta y me abalancé sobre ella rasgando su vestido. Me bajé la bragueta, levanté un poco mi pansa con las manos y logré introducir mi pene en su vagina. Ella no opuso ninguna resistencia, ni hizo ningún gesto de placer. Al parecer estaba ida en alguna idea descarriada. Yo seguí agitándome con fuerza hasta que pude sentir el orgasmo correr por mis muslos. Me levanté y la observé; tenía la mirada hacia un lado, observando nada. Me dio un poco de angustia y pena tan solo verla acabada en segundos por la crisis. Metí a mi pegajoso amigo y subí el zíper. Después fui al cuarto de Lenny a ver cómo seguía. El eco de mis movimientos y pasos agitados resonaban en toda la casa haciendo que mis bellos se erizaran del miedo. Llegué a donde había dejado a Lenny y no lo observé sobre la cama. Pensé que como ya no tenía la mitad de su cuerpo, se había caído en algún movimiento torpe. Me acerqué a la cama y levanté un poco las cobijas para asomarme por el suelo. Al agacharme y colocar mi rostro casi sobre los tablones, la cabeza de Lenny

llegó rodando y gritando hacia mí de forma despavorida. Sólo se callaba para tomar aire y después seguir gritando. Lo pateé por instinto, por temor, por horror. Fue espeluznante. Pero volví a controlar mis nervios, me sujeté los cojones y fui a ver dónde había caído la cabeza. Estaba a un lado del buró, aturdida, volteando hacia todos lados y sacando la lengua sin algún sentido aparente. Traté de levantarla pero Lenny, o la cabeza de Lenny, trató de morderme de forma feroz. Lo esquivé y lo sujeté de su cabellera. No podía creer lo que tenía frente a mí, era médicamente imposible, no era correcto. Pensé que Dios realmente me estaba haciendo pagar mis pecados con esa terrible pesadilla. No sabía lo que debía de hacer a continuación, en la vida no había preparación para lo que me encontraba viviendo. Cuando de la nada, sin ninguna oportunidad de comenzar a solucionar mi problema, un ensordecedor ¡BANG! resonó a mis espaldas y la cabeza de Lenny explotó. Mi cara, mi ropa, mis manos y el techo se llenaron de vísceras y sangre espesa. Entre mis dedos pude sentir pedacitos

de cerebro que casi me hicieron vomitar. Tambaleante, volteé hacia el pasillo pero no había nada ni nadie que hubiese producido tal sonido como pensé que habría. Salí hacia la habitación de Leslie y la encontré tirada en el suelo. Había sacado de su armario una escopeta, seguramente de su marido, y se había volado la tapa de los sesos. Pude reconocer las vísceras embarradas en la pared blanca de un solo vistazo. Estuve a punto de llorar pero el sonido de las sirenas me hizo reaccionar. Corrí por la escopeta y coloqué la salida del cañón en mi boca. Apreté el gatillo esperando que Dios me perdonara, sin embargo, no lo hizo. Escuché el percutor del arma atorarse y yo me desmallé. Cuando desperté, supe que los vecinos de los McLuhan habían llamado a la policía y que estos me arrestaron bajo los cargos de asesinato en primer grado de Leslie y Lenny McLuhan. De este último nunca encontraron el cuerpo, sin embargo, mi ropa estaba empapada de su sangre por lo que todo llevaba a la misma conclusión. Yo era un violador y un asesino. Mi colega, el médico al que le había escrito la carta, al conocer los hechos de mi terrible situación, habló con las autoridades y mostró la carta como evidencia. Lo único que pudo lograr fue que me transfirieran a este manicomio y evitar que una bola de salvajes me mataran en alguna celda de la penitenciaría. Ya han pasado dos años y poco a poco, todos, mi familia, mis amigos, me han dejado de visitar porque cada día trataba de convencerlos de que yo estaba diciendo la verdad, de que realmente había sido testigo de cómo la cabeza de un sujeto se había desintegrado en mis propias manos. Pero nunca me creyeron. Así fue como mi credibilidad desapareció junto con el cuerpo de Lenny. Y lo más triste, es que ante esto, poco a poco comencé a tener dudas de mí mismo y así fue como yo desaparecí. Ahora estoy solo, con la idea de que la cabeza de Lenny sigue rodando bajo mi cama.

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Ilustraci贸n: Ivan V谩zquez 16


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Un paseo por el surrealismo LA EXPRESIÓN DEL INCONSCIENTE Alejandra Soto del Toro Ilustración: Diez4 El surrealismo ha sido quizá el movimiento de vanguardia que más influencia ha ejercido en el arte del siglo XX. Sin embargo, sus intenciones iban más allá de las manifestaciones artísticas, al pretender transformar la vida a través de la liberación de la mente del hombre de aquello que lo esclaviza, específicamente de la razón. El hartazgo con las tendencias del siglo XIX, en especial con el realismo, provocó un deseo de romper con el pasado. Pero esa ruptura que ocasionaron

las vanguardias estaba muy ligada a los cambios sociales y políticos del siglo XX, de ahí la necesidad de una nueva concepción del mundo, luego de que el positivismo (la fe en el progreso, la felicidad a merced de los avances científicos y tecnológicos) se resquebrajara. El colmo de lo anterior llegaría en 1914 con la Primera Guerra Mundial, cuando el tan alabado progreso contribuía a la guerra misma. Oficialmente, todo empezó en París en 1924 con la aparición de las revistas Surréalisme y Révolution surréaliste así como con la publicación del primer manifiesto surrealista de André Bretón, quien consideraba que la situación histórica de posguerra demandaba un arte nuevo, capaz de indagar en 18

lo más profundo del hombre para comprenderlo, una poesía que rompiera con las formas caducas y que recuperara el sentimiento que late siempre en la auténtica poesía. El surrealismo, tal como él lo concibió, osciló entre la idea de extraer todo lo que el inconsciente puede aportar y expresarlo en al arte sin interferir de ninguna manera. Las ideas de Bretón a su vez provenían de las teorías de Sigmund Freud, ya que el descubrimiento de este último de los procesos inconscientes que comandan la mente rompió con la idea que se tenía del hombre como dueño de la razón. Este movimiento a su vez surgió de otro anterior, el dadaísmo, que quería acabar con el arte, bueno o malo, así como con la noción misma de literatura. Representaron la negación absoluta (o nihilismo, para ponernos pedantes). Sin embargo, uno de sus puntos básicos fue también punto base para el surrealismo: el azar contra la lógica, el escándalo y la onda experimental, que a su vez procedía del futurismo. Hubo algunas cosas que se quedaron del dadaísmo, como los collages, la escritura

la vigilia, hablando así de la poética del sueño, por lo que producían obras extrañas dominadas por la irracionalidad y la no lógica. Seguramente se deben preguntar qué diablos es eso de la escritura automática. Esta se refiere al poder que ofrecían las frases al aproximarse el sueño. El escritor escribía lo primero que llegaba a su mente, sin ninguna preparación anterior y ninguna corrección posterior. Otra técnica importante fue el uso el monólogo interior, que es el método de reflejar los pensamientos de los personajes con una escritura sin puntos ni comas, muy utilizado posteriormente en la novela psicológica. También le entraron a los mitos, el folklore, las leyendas y otros tipos de creación colectiva. Predominó en el uso de imágenes perturbadoras, la presencia de profecías, los sueños y el humor negro. Otras fuentes de inspiración fueron el pensamiento oculto y prohibido, el erotismo y el sexo.

automática y los poemas abstractos.

ser espontánea y lúdica surgió una de las técnicas más conocidas y practicadas por los surrealistas y, al igual que con la escritura automática, esta técnica buscaba reducir al mínimo la intervención consciente del autor. Consistía en una creación colectiva que se iba continuando sin que los autores conocieran lo escrito por el autor anterior. Escribían en un papel, lo doblaban para ocultar lo escrito y así el siguiente continuaba la obra, de manera que al desdoblar la hoja lo que quedaba era un montón de imágenes incoherentes que a su vez formaban una nueva imagen. Se creía que el cadáver exquisito podía revelar el inconsciente del grupo que lo había creado, concretamente aspectos como

Entrando en terreno: el surrealismo Para intentar liberar al ser humano de sus represiones personales y sociales los surrealistas se valieron de técnicas concretas, como la ya mencionada escritura automática, el ensamblaje involuntario de palabras, la unión de elementos incongruentes, relaciones entre desnudos y maquinaria, la liberación del lenguaje por medio de metáforas insólitas y la asociación de términos sin relación aparente. ¿Y qué pretendían lograr con esto? A ellos les tenía sin cuidado si eran entendidos o no. Lo que ellos querían era provocar reacciones. Para ellos el universo del subconsciente era más importante que

El cadáver exquisito En esta cura de que la creación debía


la angustia y el deseo de sus miembros. Una de las “reglas” era no preocuparse por cuestiones de moral, de estilo o coherencia de significado, debía ser un acto intuitivo, ya que se trataba de un experimento de principio a fin. Para Tristan Tzara, en el momento en que dejara de ser divertido y empezara a convertirse en literatura convencional, ese era el momento de abandonarlo. Uno de los poemas que mejor reflejan las posibilidades líricas del automatismo es el de “La unión libre”, de Andre Bretón: Mi mujer con cabellera de llamaradas de leño con pensamiento de centellas de calor

con talle de reloj de arena mi mujer con talle de nutria entre los dientes de un tigre mi mujer con boca de escarapela y de ramillete de estrellas de última magnitud con dientes de huella de ratón blanco sobre la tierra blanca con lengua de ámbar y vidrio frotados mi mujer con lengua de hostia apuñalada con lengua de muñeca que abre y cierra los ojos con lengua de piedra increíble (...) En este fragmento se encuentran algunas de las modalidades del poema surrealista mencionadas antes: la fórmula base (“Mi mujer con…”) es el enlace de otras imágenes que surgen

como resultado de la libre asociación. Además no hay rima, ni mayúsculas, ni puntuación y tampoco encontramos regularidades métricas, como lo haríamos con la poesía tradicional. Tiene una estructura de acumulación de imágenes, generando el efecto de no acabar nunca y pareciera que todo el poema surgiera de una sucesiva suma de fragmentos. España fue el país europeo en que el surrealismo tuvo mayor repercusión, sobre todo con la Generación del 27. En el caso de estos poetas ellos no siguieron al pie de la letra los postulados del surrealismo, ya que no llegaron al extremo de la creación inconsciente ni

de la escritura automática. Siempre se puede ver por ahí en sus creaciones un hilo conductor. Federico García Lorca fue uno de los miembros de esta generación y también le entró al surrealismo, siendo su libro Poeta de Nueva York uno de los libros fundamentales de este periodo. Su poema La Aurora es uno de los más representativos del surrealismo español. Expresa mediante visiones en apariencia incoherentes toda la desesperación que Lorca percibe en Nueva York. Las visiones del poema giran en torno a las ideas de suciedad, violencia y dolor, por lo que la falta de cohesión gramatical se compensa con una coherencia semántica (de significado, pues) que sólo es percibida en un nivel

interpretativo profundo, renunciando a la comprensión literal del mensaje. Una figura retórica surgida en esto del surrealismo son las jitanjáforas, palabra propuesta por Alfonso Reyes en 1929, la cual se refiere a palabras o frases sin significado pero con un sonido melódico y rítmico (lenguaje musical). Y, aunque el no inventó el término, sí lo tomó del siguiente poema del poeta cubano Mariano Brüll: Filiflama alabe cundre ala olalúnea alífera alveolea jitanjáfora liris salumba salífera. Otro lenguaje musical es el glíglico (palabra inventada por Cortázar), el cual pretendía comunicar un significado por medio del sonido de sus sílabas y el ritmo de su prosodia, sin renunciar a una armazón sintáctica lógica, lo que ayuda a que cada lector le asigne su propio significado. El capítulo 68 de Rayuela está escrito en este lenguaje.

Como los ejemplos anteriores podrían mencionarse muchos otros. Me queda claro que la información se queda corta pero al intentar hablar del surrealismo en unas cuantas páginas siempre es bajo riesgo de generalizar. Como sea, el surrealismo fue un movimiento artístico que si aún en un principio no consideraba convertirse en objeto de estudio de la academia o tema para un artículo como este, al final (y como sucede con todos los movimientos, literarios o no) el tiempo logró justo lo contrario a lo que ellos querían. Como sea su influencia es indiscutible y ojalá esto sirva como motivación para que el lector vaya y lea algo, la invitación queda abierta. 19


porque su misión no es explicar, ¿correcto? Como quiera que sea, aquí preparo una brevísima explicación de lo que significa la reforma política, en sus puntos más importantes. Más trabajo, menos cocaína ¿Recuerdan al diputado mexicalense que lo detuvo la policía con un guato de periquito y harto intoxicado? El policía que lo atoró lo grabó con su celular. Pues el legislador Víctor González Ortega no tuvo castigo ni rehabilitación, siguió cobrando 110 mil 500 pesos mensuales hasta que terminó la legislatura. Eso fue el año pasado y me han dicho que ahora anda de dealer al interior del PAN. Ahora los diputados aprobaron que todos los candidatos a ocupar un puesto de elección popular tendrán que hacerse un examen antidoping para ver cómo llegan antes de ocupar un cargo. Aquellos que salgan limpios y además ganen la elección se van a someter a un examen anual antidroguis. También van a ver qué traen en la sangre los servidores de primer y segundo nivel de los ayuntamientos y del gobierno del estado. Y que ni crean los jueces y magistrados que ellos se salvan.

Una herramienta para patear a políticos BREVE INTRODUCCIÓN A LA REFORMA DE ESTADO Alejandra Soto del Toro / Marco Tulio Castro Ilustración: Diez4 Seguramente ya sabes que hace un par de meses el congreso del estado modificó la constitución de Baja California y con ello le dio en la madre a una serie de vicios que sólo beneficiaban a la clase de vividores de allá arriba. Hablo de la famosa reforma política; esa que sólo se publicó en una especie de código cerrado, como para no entenderse, indescifrable para los mortales, en las tapas de los periódicos locales. No es que esté en contra de los lineamientos que usan para difundir información los gobiernos. Los hechos prueban que sus políticas de comunicación son un éxito,

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Adiós al manto sagrado ¿Prepotencia de la clase política? Ahora se la van a pensar dos veces. ¿Qué pasaría si el presidente municipal de nuestra ciudad, el señor empresario Carlos Bustamante Anchondo, decide construir el mentado zócalo 11 de Julio en el parque central aunque miles de firmas lo rechacen? Se lo cargará el payaso, así de fácil. Primero, si lo demandan por la vía civil (esa que no implica cárcel) podrá perder el fuero, sí, sí, ese manto sagrado que los protege de prácticamentetododesmadrecivilypolítico. Supervisión a políticos mentirosos El alcornoque de Calderón prometió más empleos. Su altivez llegó al grado de autonombrarse el presidente del empleo. ¿Se referiría al empleo de panistas? Eso parece. Esta reforma dice que los candidatos van a tener que registrar ante el Instituto Electoral (ese que se encarga de las votaciones a nivel estado) sus promesas de campaña. Los que resulten ganadores serán supervisados por el Instituto. Cito la reforma: -De acceder al cargo, el Instituto dará seguimiento al cumplimiento y emitirá informes anuales, debiendo remitirlos al Congreso del Estado”. Habrá que estar al pendiente de que los diputados los sancionen porque la reforma no detalla qué pasará con los incumplidos. Vete a casa, grandísimo inútil Si en algún momento te han dado ganas de quitar de su cargo a algún servidor público te tenemos buenas noticias, esta reforma política también contempla esto. Pues bien, uno de los puntos de la reforma es la revocación de mandato, lo que significa que tú ciudadano puedes enjuiciar a los representantes populares y a los funcionarios (electos por el voto directo de la ciudadanía) si no están haciendo bien su trabajo y con sus acciones perjudican a la población, o


simplemente por incapacidad para ejercer el cargo. Para ejemplos recientes está el del año pasado, cuando se intentó llevar a cabo en todo el territorio nacional una consulta ciudadana para mandar al presidente Felipe Calderón a su casa. Los motivos sobran, pero lo importante aquí es que se tiene un referente sobre la percepción que tiene el pueblo de su gobierno. Un gabinete sin compadres ¿Sabías que el alcalde de Tijuana tiene a cinco de sus familiares en la nómina del gobierno? Hasta hoy, la máxima a seguir en el estado es que los alcaldes y el gobernador incluyan en su gabinete no a los más capaces para resolver las necesidades, sino al compañero de partido o a sus familiares. La reforma incluye que los diputados avalen al gabinete que deberá proponer el gobernador del estado. En teoría, ¡oh, democracia! Los diputados deberán aprobar sólo a aquellos funcionarios que convenzan con el curriculum. Exigirle al gran huevón Sí, estamos hablando del empoderamiento del pueblo, pues son tus derechos y hasta el momento no los

habías reclamado. Esta reforma incluye mecanismos de participación ciudadana, los cuales se refieren a las acciones o iniciativas con las que la comunidad forma parte del quehacer político sin necesidad de pertenecer a un partido. Porque, ¿quién mejor para ver los intereses de los ciudadanos más que el ciudadano mismo? ¿Y más o menos cómo se puede hacer esto? Uno de los mecanismos es el plebiscito, que no es más que una resolución tomada por todos los habitantes de un país por mayoría de votos. Supongamos que a ti te convence un candidato de x partido pero los miembros del partido de tu candidato favorito no quieren proponerlo. Con la participación ciudadana (el mismo nombre lo dice, ¿no?) puedes lograrlo por mayoría de votos de los ciudadanos. Eso se oye muy bien, ¿verdad? Gobierno en equipo Si el gobernador del estado tiene una revelación y propone alguna política pública útil, importante y viable, el gobierno de coalición (figura que incluye esta reforma) faculta al góber acordar con los diputados las propuestas para que el congreso no las aviente en su mar de retrasos y estas se aprueben y apliquen en lo inmediato.

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Adaptación a la repugnancia LA VIOLENCIA AQUÍ Y EN SUECIA, NO ES IGUAL

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Julio Sueco Ilustración: Jorge Macias Perez

En la preparatoria donde imparto clases de inglés y español acá en Suecia siempre me preguntan de dónde vengo. De Tijuana, México, les digo. Y como acá en las altiplanicies de Suecia tengo finta de ser felón por el simple hecho de tener pelo corto y ser moreno siempre salen preguntas, como si soy tan canijo como aparento. Mi dedo medio les causa curiosidad, pues parece que le ando dando el dedo a medio mundo. No lo puedo doblar. El accidente ocurrió durante una bronca callejera con otro barrio en la Tijuana de los 80. Me tocó llevar una botella de vidrio que marcó mi vida. Resultó que nos corretearon y yo con botella en mano me caí y me corté un tendón del dedo medio. Así que preguntan por ello. Los estudiantes suecos no se la pueden creer que se hayan dado esas broncas. Acá la violencia de las calles está estrictamente controlada. Para ellos la violencia como la que yo viví en aquellos años sólo existe en la televisión o películas, más en este pueblo de unos 20 mil habitantes en donde todos se conocen y tal pareciera que viven una pequeña era de inocencia. Recuerdo que la violencia formó parte de mi crianza, desde pequeño hasta muy grande, pero era una violencia sancionada por la cultura. Enterarme de lo que hoy ocurre en México como violencia y lo que mi familia me cuenta hace que aquellos días parezcan días de paz y de gloria. No puedo ni empezar a imaginarme lo que mis conciudadanos sufren hoy en día. Lo que se consume como violencia no es comprable a lo que yo viví. Las calientes, los madrazos inesperados, las golpizas o catizas de parte de otros barrios y el ocasional piquete de nalga eran cosas comunes que hasta toques nostálgicos adquieren por estos días. Si uno era muy sanguinario para las broncas era tachado y visto de otra forma. Por ejemplo, aquel que se animaba a traer filero o dar piquetes de nalgas causaba pavor entre nosotros que éramos más calmadillos. Pero más miedo daban esos que derramaban aceite en gatos para verlos quemar en vivo por puro placer. También había las reglas de honor. Por aquellos días qué bien se cumplían y se honraban, y si no se hacían se rompía el prestigio del miembro del barrio. Hasta las broncas se negociaban para darse un tiro, pero tiro de puños, no

tiros de esos de los de hoy. La defensa del barrio lo era todo. Hoy en día tengo entendido que ya no es así. Y los suecos se admiran si les digo que usar un bat, cables de frenos o cadenas en las broncas no era inusual. Para ellos, en su imaginación, eso es muy extremo, muy violento. Los suecos tienen una concepción de la violencia totalmente ajena a la de uno. Nosotros tenemos permisiones que ellos no gozan. Cosas como no dejarse amedrentar por otros les es ajeno. Acá la onda es que nadie debe de amedrentar a nadie y así se las gastan, así sea otra la realidad. En Tijuana la mayor parte de las veces es permitido no dejarse, hasta sacar los puños para enfatizar el principio. No hay que dejarse porque la alternativa es una violencia verbal de improperios que destroza orgullos y autoestimas. Otra permisión es soltar un coscorrón, darle una nalgada a los menores y quizá recibir una cachetada por impropio. Eso sería en Suecia justificación para acabar en un juzgado y recibir justicia de las autoridades. Sí, se toman el tiempo para ello, pero Suecia tampoco cuenta con cien millones de habitantes y pico, acá solo son 9 millones, así que hay tiempo para administrar esas ofensas. No es que esté ofreciendo una apología del sistema judicial de México, que bien merece una reforma total de sus métodos administrativos y mucho más para casos de violencia intrafamiliar. Acá me tuve que readaptar a responder cuando se me confrontaba. Lo que yo consideraba como violencia aceptable o lo que mi cultura me enseñó a aceptar como violencia aceptable es todo un crimen en este país. Fue un reajuste mental. En pocas palabras, si alguien me suelta un golpe mejor espero a que la policía intervenga, inicio el proceso de cargos contra el perpetrador y espero a que la justicia se haga cargo de mi venganza. Creo que para la cultura latina dar una nalgada o un jalón de orejas no es muy severo, pero para los suecos sí lo es. Lo menciono porque este último verano un turista italiano le dio un jalón de orejas a su hijo en Estocolmo y la ciudadanía ni tarde ni perezosa denunció al malandrín del acto. Y esto no acabó ahí, sino que fue el inicio de mucha discusión tanto de Suecia como de parte de Italia, pues se les hacía un escándalo que un padre haya terminado en los juzgados para ser procesado por tan sólo haberle dado un tironcillo de orejas a su hijo.

En Suecia la violencia está tan apegada al Código Penal que si un policía le pega a un criminal el policía suele acabar sin profesión alguna y hasta remuneración económica recibe el delincuente. No es que la policía no use la violencia para solucionar los problemas que requieren de ella sino que la violencia no puede ser mal usada ni para satisfacer placeres personales. Y no es por exagerar pero una vez en mi casa, uno de esos pleitos entre hombre y mujer derivó con la policía en mi hogar. Escandalizado por el hecho de que la policía hubiera entrado sin mi permiso empecé a reclamar muy al estilo americano que me mostraran la orden de cateo para allanar mi domicilio. No pasó nada y los policías prometieron dar parte del incidente mediante correo. Al recibir el informe me causó indignación que los policías me hubiesen tachado de agresivo por el simple hecho de reclamar mis derechos. Así se leía: agresivo ante la autoridad. Aparentemente utilizar ademanes como levantar los brazos y usar las manos al hablar cuando les reclamaba mis derechos se les hizo un acto de agresión. Tan sólo murmurar una amenaza es causa de denuncia. En fin, acá la violencia se acota. Así que mi reajuste mental siempre me causa problemas cuando viajo a Tijuana para pasar unos días con los míos. No ya a ese nivel de estar constantemente bombardeado de noticias de violencia o la proximidad de saber que un cercano ha sufrido las embestidas del México Bronco light, sino a ese nivel cotidiano, de escuchar gritos de ya no, de ver intimidaciones para hacer valer la voluntad de otro o ver padres de familia amonestar a los hijos mediante castigos corporales. La violencia será parte de la vida pero por lo visto las culturas de este planeta tienden a confrontarla mediante distintos mecanismos. ________________________________ *Julio Sueco es el apodo internauta de Julio César Martínez. Tijuanense y sueco-mexicano por decisión personal. Es profesor de idiomas como segunda lengua en una preparatoria sueca en los altiplanicies de Suecia. Si quieres escribirle: julio.martínez@spray.se no promete responder pero venga puede que sí y lo haga.

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Un primer adiós al redondeo LA OPCIÓN: COBRO POR SEGUNDO EN CELULARES

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Alejandra Soto Ilustración: Diez4 A todos nos ha pasado que estamos hablando por el celular y al momento de terminar la llamada aparece que consumiste tantos segundos pero a la hora de revisar tu tiempo aire resulta que te cobraron el minuto completito, sesenta segundos, no más, no menos. Seguramente ya escucharon que recientemente el senado aprobó modificar la ley de telecomunicaciones para que las compañías de telefonía cobren por segundo. Una buena noticia: sí y no. Y es que la reforma aprobada dice que las compañías de telefonía celular deben ofrecer entre sus planes tarifarios al menos una opción en la que se cobre por segundo y no solamente por minuto, es decir, por redondeo. ¡Muy bien! Parece que los senadores pensaron en el sueldillo de los que taloneamos la semana, aunque habrá que hacer unas observaciones. Habrá que explicar que esta iniciativa no sirve si los usuarios (¡oh, pequeñoburgueses portadores de iPhone, Blackberry o Android!) no van a la compañía de telefonía celular a solicitar el cambio en el sistema de cobro. El argumento que ofrecen en el senado es que los usuarios se verán beneficiados cuando las compañías telefónicas compitan para brindar un mejor servicio y a un menor costo, por lo que un principio para alcanzar tal objetivo, radica en obligar a las empresas de telefonía fija y móvil a que oferten al usuario distintas opciones de cobro, entre las que se encuentren las de por segundo. El senador promotor de la iniciativa, Fernando Castro Trenti, dijo estar dispuesto a hacer las reformas necesarias en beneficio de los usuarios de telefonía celular así como garantizar la competitividad y el cobro justo en el sector. Hasta aquí todo bien, pues Telcel, Nextel, Movistar y Iusacell tienen para principio del próximo año para sujetarse a esta reforma. ¿Qué debemos saber? Para empezar, quiero decirles que de acuerdo a información de la Comi-

sión Federal de Telecomunicaciones (la Cofetel dice que su misión en la vida es “que todos los mexicanos tengan acceso a servicios integrales de telecomunicaciones, prestados en un ambiente de sana competencia y donde prevalezcan condiciones propicias para el desarrollo de mayor infraestructura, la eficiente prestación de los servicios y la introducción de nuevas tecnologías”) en México hay aproximadamente 90 millones de líneas de telefonía celular, así que esta reforma, definitivamente, tiene impacto. De hecho, según datos de la reforma aprobada, se lograrán ahorros de hasta 54 millones de pesos al año, si se suma la cantidad de líneas en el país. ¡Yujú! La cuestión aquí es, repito, que la reforma no tendrá beneficio práctico si no vas a la compañía que regentea tus minutos y pides que te cobren por segundo, en vez del molesto y abusivo redondeo. De hecho, Irene Levy, presidenta de Observatel, ha dicho en W Radio que no es como que los legisladores hayan descubierto el hilo negro al aprobar esta iniciativa pues las compañías grandes ya ofrecen ese esquema tarifario. Lo interesante aquí, es que ahora todas deberán competir por segundo. Cuales son los pasos a seguir Ahora, vayamos a lo que falta: senadores y diputados deberían dedicarse a revisar el abuso de las compañías al brindar uno de los servicios más caros a diferencia de otros países y con menos competitividad en cuanto a rendimiento se refiere. A ver, ¿cómo está eso de que el tiempo aire tiene “vigencia”? Porque eso de que tienes que acabártelo en un determinado plazo si no terminas perdiéndolo como que no va. Eso sí que es una soberana estupidez y no es lo que podríamos llamar un servicio de calidad o en beneficio para el cliente. ¿Qué tal si no tengo a nadie a quien llamar en ese momento? ¿Tengo que hacer llamadas a lo pendejo para que al menos el dinero que metí de tiempo aire al celular tenga algún propósito? Eso sí que debería revisarse, señores

legisladores. Esta tentación por regular los precios al usuario final se olvidó de la tarifa de interconexión o terminación de llamadas en otras redes (eso de llamar de un Telcel a un Movistar, por ejemplo), lo cual sí sería un avance considerable a favor del usuario, porque si se elimina el redondeo de esta tarifa se podrá llamar a otras redes a un precio más bajo, pagando ahora sí sólo los segundos que se utilicen, ya que este es un servicio regulado en precio. Y ahí lo tienes: se dio un pasito, pero para que te beneficies tienes que preguntar en la compañía a cuánto te van a cobrar el segundo y, si realmente te conviene, exigir el cambio de tarifa.

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Los cuerpos violentos EL ARTE QUE ES GROSERO Dulce Lozano Fotos: La red ¿Se acuerdan? En la preparatoria cualquier material o instrumento se convertía en arma: una pluma, papel con saliva, un compás, un plumón. El arte es violencia, irrumpe y deconstruye, perfora y vulnera la realidad. El arte es muy mal educado. Las obras que nos marcan son groseras y nos escupen un papelito con baba directo a la cara. Recordemos: este es el mundo cruel

en el que para respirar por primera vez hay que llorar. Es importante la protesta. En una sociedad donde lo relevante de nuestras vidas no depende de cada uno, nuestro cuerpo es la resistencia. Por medio del cuerpo diversos artistas han tratado la sexualidad, la muerte, la enfermedad, la violencia. No son pocos los creadores que se han convertido en víctimas de sus obras. Gina Pane se mostró en un trabajo fotográfico martirizada por espinas de rosa, vidrios y navajas en un afán por hacer reaccionar al espectador ante la indiferencia con que procesamos la violencia. Günter Brus se auto mutiló como protesta a los distintos tipos de opresión que nos sujetan. Chris Burden, en su obra Shoot, le pidió a su amigo que le disparase con un rifle. Con ello pretendía retomar el dominio del destino que se vuelve cada vez más incontrolable conforme la violencia se apodera del entorno. El cuerpo ha resultado un material apropiado para estos fines, permite

explorar las diferentes facetas de lo humano. Es activo, ambiguo, vulnerable, real y simbólico. Se ha utilizado eficazmente como soporte para un análisis de la violencia y el dolor pero lejos del arte. Sobre, en contra o desde la violencia, existe otra historia dentro de la transgresión artística de lo corpóreo: el conflicto de poder entre la mente y el cuerpo. Diagnosticado con esquizofrenia desde los 19 años, David Nebreda se ha dedicado a sobrevivir su condición sin tratamiento y a dejar un registro fotográfico de ello. Su materia plástica: excremento, saliva, sangre, piel. La técnica: ayuno extremo, cercenamiento, tortura. “El alma es la prisión del cuerpo”, escribió Michel Foucault. Los autorretratos de Nebreda muestran el lado tormentoso de la relación con uno mismo. Es cierto que las amenazas externas abundan, sobre todo en un país como el nuestro. Pero es cierto también que la mente puede ser donde se libre la batalla más atroz.


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G端nter Brus

Gina Pane


G端nter Brus

David Nebreda

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David Nebreda



Opinión SÁLVESE QUIEN PUEDA Samantha Luna

Parranda de letras Este año no podía faltar el aclamado y bien recibido encuentro de literatura “Tiempo de Literatura MXL 2011”, que en esta su cuarta edición convivieron y bebieron más de sesenta escritores de todo el país durante los últimos días de octubre. Este encuentro, iniciativa de la escritora Elma Correa, abarcó las ciudades de Tijuana, Ensenada y su cede principal, Mexicali, con todo y que no se consiguieron los apoyos esperados por parte de algunas grandes instituciones. Esta gran fiesta siguió su camino viento en popa, con presentaciones de novedades editoriales, conferencias, mesas de lectura de obra, pero sobre todo celebrando el espíritu de este encuentro: la literatura. Rata cínica (y de dos patas) A propósito de Mexicali, mientras que unos presentaban novelas, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari presentó su libro ¿Qué hacer? La alternativa ciudadana dentro de las instalaciones del CETYS Universidad, en medio de aplausos y un auditorio lleno. La Rata Mayor declaró que “la mayor violencia que sufre México es la pobreza”. Vaya que sí sabe de lo que habla, ¿quién no se acuerda de la crisis del 93? Ah, sí, también aprovechó la ocasión para reconocer a Felinillo por su lucha contra el crimen. ¡Qué gente! Día de muertos…de miedo Muy vivito el señor Bustamante, alcalde de nuestra ciudad, aprovechó el día feriado para sacar –voluntariamente a fuerzas- a los protestantes que desde hace más de un año se instalaron en los jardines de Palacio Municipal en pro del respeto a la fauna que allí habita. El palacio municipal quedó cerrado durante dos días más aparte del que por ley corresponde para los ciudadanos y quedó custodiado por policías y granaderos. ¿A qué le sacan? IX FeLiNo Ya viene el noveno Festival de Literatura del Noroeste, con un programa de 85 escritores de todo el país, principalmente del Noroeste. Se trata de uno de los festivales más importantes que el Centro Cultural Tijuana organiza. La cita es el 9, 10 11 y 12 de noviembre, con un cartel de lujo que promete ser, como siempre, un agasajo literario.

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CINE PARA TODOS Jesús Brijandez

VALERIA Y SU SEMANA MARAVILLOSA

Cuando pensamos en el surrealismo en el cine nuestra mente por lo regular o se pone en blanco o se llena de imágenes desastrosas. Desde una navaja rebanando un ojo; un costal de arroz; un vaquero zen enseñándole a su hijo a enterrar la foto de su madre y su primer juguete; un delfín que salta no hacia el mar sino hacia una bahía de estrellas; un grupo de burgueses en una cena elegante sentados no en sillas sino en inodoros; motociclistas anunciando el fin de fiesta; un director de cine fantaseando con la vida en el circo; doctores tocando bongós preparándose para un viaje de LSD; Valeria y su semana de maravillas. La velocidad del tiempo si el tiempo fuera más lento y todas las cosas que tienen oportunidad de pegarte en la cara. No nomás Dalí y toda esa info que vimos en el History Channel. La violencia en un montaje destinado a bajarte sin permiso de la realidad llevándote al sur profundo, al rincón donde se fecundan los pensamientos. Las ánimas de vidas pasadas que no fueron nuestras. Legados que pesan más que todos nuestros padres juntos, conspirando, cantando la misma canción. Un cinema que significa plantear las cosas como van. Al chile, sí, pero al chile de nuestra mente. No nomás beyondearte con una premisa absurda sino una contestación a lo absurda que resulta la vida misma. El shock de la proyección no por la innaturalidad (ya que todo lo filmable es en teoría real desde que se monta para filmarse) pero por la yuxtaposición de las imágenes. Film editing. Amor y muerte puros como se sienten, no como hemos aprendido a verlos. Desde mis tiempos (y todavía unos necios modernos) cuando las cámaras empezaban a volverse amistosas para la billetera, en un screening o dos, antes de que se inventara youtube y todos dejaran de creer en las proyecciones caseras, los videoastas (bien servido me daría si al menos alguno hubiese leído el manifiesto de Bretón) nos atacaban con historias cortas que según ellos eran “surreales” cuando yo sólo veía una excusa para no tener los huevos de contar algo macizo. Y testigos de Jehová saben que para historias macizas no soy un humano difícil de complacer. Tuve la oportunidad de trabajar con un compañero que desafortunadamente ya ha pasado a mejor vida, o sea, de lleno a su eterno amor por la música. Julio Pillado era el único cineasta que su piratees hacía cremar tus pantalones. Era todo sobre la espontaneidad de sorprender a la cámara y al director, para sorprender también a la audiencia. Sus movies posiblemente son un so what? viéndolas por internet, pero jamás fueron construidas para ese público. En una casa llena, el humor y el desconcierto se respiraban en el viento. Recordar me pone la piel chinita. Más allá de ponerme nostálgico, indeed los tiempos no han cambiado pero sí la tecno y mi dosis de surreal vienen en su mayoría de conocer mi meme. Si vivimos en la era electrónica qué mejor momento para poner de moda el elemento del shock. Cuando Jodorowsky dijo “zoom back camera” fueron sus testículos los que nos sobaron la nariz. El significado de la vida fue revelado pero nadie prestó atención. Verás, lo que observas y lo que sientes se vuelve meaningless. Son esas secuencias sin sentido aparente las que acechan en la parte de atrás del cerebro y quieren salir. Ábreles la puerta, sólo así sabrás a qué se parecen.




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