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S.E.R. MONSEÑOR BERNARDITO AUZA

Nuncio Apost Lico De Su Santidad En Espa A

Al expresar a todos los presentes mi más sentida bienvenida a esta Representación Pontificia, la Casa del Papa en España, tengo el alto honor de saludar, con especial deferencia, a Su Alteza Real, la Infanta Doña Elena de Borbón. Muchas gracias Alteza por su presencia, por haber aceptado, en gesto que nos honra, venir a hacerme entrega de su propia mano - dada mi condición de Representante del Santo Padre el Papa Francisco - el galardón que el Patronato del “Premio Embajador José María Velo de Antelo”, dedica a su inmediato y venerado Antecesor, el Papa Benedicto XVI en recuerdo agradecido.

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Mi saludo también a Vuestras Eminencias y Excelencias, los Sres. Cardenales y Obispos aquí presentes, sensibles a este homenaje póstumo a Su Santidad Benedicto XVI. La acogida a la invitación quiere mostrar un sensible agradecimiento por el luminoso pontificado del Papa para la acción pastoral, la preciosa ayuda de su Magisterio y rica teología, su ejemplo entrañable de Sacerdote y pastor. También manifiesta el aprecio por el mismo galardón y la estima de la iniciativa y acción de la Junta de Embajadores de la Academia de la Diplomacia del Reino de España, a los que quiero también saludar muy distinguidamente:

A Don Santiago Velo de Antelo, Presidente ejecutivo de la Academia de la Diplomacia y editor de la revista Diplomacia,

A Su Excelencia Don Eduardo de Laiglesia y del Rosal, Marqués de Villafranca del Ebro, Presidente del Patronato del Premio,

A Su Excelencia Don José Carlos Ruiz-Berdejo y Sigurtá, Vicepresidente de la Academia y Consejero del Patronato del Premio,

A Su Excelencia Don Juan Antonio Martínez-Cattáneo, Consejero de la Academia de la Diplomacia y Consejero del Patronato del premio.

A Vuestras Excelencias, Miembros del Patronato del “Premio Embajador José María Velo de Antelo”, muy sentidas gracias por saber valorar, con sentir unánime, la contribución del Papa Benedicto XVI en su prosecución en el nobilísimo esfuerzo por la paz en el concierto de las naciones. Me conmueve, Don Santiago de Antelo, que, en la propuesta de este gesto, Vuestra Excelencia, haya notado no solo las grandes Virtudes del Pontífice, sino también el haber manifestado que, en el fondo, se pretende con este “Premio” reconocer un bien recibido de la inspiración que, a través del más profundo humanismo cristiano, el Papa Benedicto ha ofrecido en este campo, fortaleciendo al Patronato en sus anhelos e impulsos por una diplomacia eficaz para la paz.

Reciban todos los presentes, Señoras y Señores, con mi cálida bienvenida, mi afectuoso saludo, en especial al Exmo. Sr. Don Alfredo Dagnino, que, señalado por el Patronato en consideración de sus reconocidos méritos, pronunciará la “Laudatio”.

El distinguido ponente referirá, dentro de un momento, cuanto conviene a este acto en la intención del Patronato. Solamente de mi parte señalar sobre el Papa Benedicto XVI en continuación de lo que ya he señalado, el cariño que tuvo por España a la que visitó seis veces como cardenal, y que manifestó sobre todo en tres Viajes Apostólicos. Primero Valencia para el V Encuentro mundial de las Familias en el año 2006. Después, en 2010 Santiago de Compostela y Barcelona, y en el tercero, la inolvidable veintiséis Jornada Mundial de la Juventud en Madrid el año 2011. En estos contactos multitudinarios, en los que el pueblo español manifestó de nuevo los vínculos históricos con la Santa Sede, se apreció la precisa y delicada forma en su relación con las autoridades de la Nación mirando el bien de todos los españoles. Se notaba en todo momento su empatía con los miembros de la Familia Real, con los que pudo gozar también visitando el Palacio de la Zarzuela, con ocasión de su estadía para la Jornada Mundial de la Juventud.

Su paso por España será en Santiago recuerdo de la peregrinación de la Fe. Su paso por Madrid, deja a España el recuerdo de la huella inmortal de esta Nación en la historia, acudiendo en particular al Monasterio de El Escorial. Muchos recordarán el encuentro en Cuatrovientos y en otros puntos en los que recibieron el espaldarazo para el compromiso cristiano, conjuntado con inteligencia y sabiduría las energías de la mente y del corazón. En Barcelona cumplió un anhelo querido, consagrar la Basílica de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, modelo para toda familia, como dijera en Valencia. Alteza, Eminentísimos Señores, Excelencias, Señoras y Señores, en nombre del Santo Padre, el Papa Francisco, muchas gracias por la presencia, y muy sentidas a la distinguida Academia de la Diplomacia del Reino de España por la nobleza gentil de este reconocimiento. Dios les bendiga.

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