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TEPPO TAURIAINEN
Entrevista de Meri Beridze. Especializada en Relaciones Internacionales.
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El 30 de junio de 2023 finalizará la Presidencia sueca del Consejo de la UE, que el país asumió el 1 de enero de 2023 en tiempos muy difíciles para toda la región europea. ¿Cuáles han sido las principales prioridades de Suecia en su tercera Presidencia del Consejo?
Hemos identificado cuatro áreas prioritarias: el primero es la seguridad interior y exterior, el segundo la competitividad, el tercero la transición ecológica y energética y el cuarto la defensa de los valores europeos. Queremos una Europa más segura, más verde y más libre. Para todas las Presidencias, las prioridades son importantes, pero siempre hay que recordar que cuando uno está en la Presidencia, sirve a toda Europa, gestiona la agenda europea y los expedientes que están sobre la mesa, por lo que a veces hay que dejar de lado las prioridades nacionales y trabajar para el gran grupo europeo, pero aun así creo que se pueden combinar las dos cosas, porque muchas veces las prioridades definidas por las Presidencias también son aceptadas por los demás Estados miembros, porque son temas muy generales. Aún no conocemos las prioridades de la Presidencia española, pero creo que serán bastante parecidas a las nuestras, porque deben ser de carácter general, para abarcar todo lo que está en la agenda.
¿Cuáles cree que fueron problemas y desafíos más difíciles a los que se enfrentó Suecia durante su presidencia?
La agresión rusa y la guerra en Ucrania han tenido mucho impacto en nuestra Presidencia, y eso que llega después de la pandemia, cuando aún estábamos lidiando con sus consecuencias en Europa. Obviamente, esto ha cambiado toda la agenda y casi todos los asuntos que hemos tratado durante la Presidencia se han visto influidos por la guerra de Ucrania.
Siempre existe el riesgo de que, cuando hay una crisis como la de Ucrania, uno tenga que concentrar todos sus recursos en hacer frente a las consecuencias de la guerra, y no quede tiempo para hacer cosas "normales", digamos. Es evidente que la guerra ha afectado a nuestra agenda prevista, pero hemos intentado encontrar un equilibrio y no perder los temas que teníamos en planteados. Las consecuencias de la guerra son muy graves, tanto en términos de seguridad, tensiones geopolíticas, inseguridad económica (precios de la energía, electricidad, etc.), cadenas de suministro, que ya tuvimos durante la pandemia, e incluso suministro global de alimentos, que también es muy preocupante, especialmente para los países en vías de desarrollo. Luego están los efectos de la inflación y los tipos de interés. Hay una larga lista de consecuencias de la guerra que han influido en la agenda de la Unión Europea.
Creo que, en general, un reto de cualquier Presidencia es que, aunque planifiquemos la agenda, siempre ocurrirán cosas que no hemos podido prever. Por ejemplo, durante este semestre, aparte de la guerra y sus consecuencias, tuvimos una minicrisis con los bancos estadounidenses que también influyó en la situación de Europa y tuvimos que manejarla en el contexto europeo. Toda presidencia tiene que estar preparada para lo inesperado, porque siempre hay algo imprevisto a lo que hay que hacer frente.
Creo que, con la guerra y sus profundas consecuencias, todo lo que tiene que ver con cómo hemos conocido Europa desde la caída del Muro de Berlín, esa tranquilidad que vimos al menos durante un periodo en los años noventa, parece haber desaparecido. El orden de seguridad europeo que hemos conocido desde entonces parece haber dejado de existir. Lo que Rusia pone en duda son los valores y principios fundamentales de nuestro sistema: la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho, que son la base de la cooperación en la UE. Obviamente, esto tiene una gran influencia en nuestras actividades como Presidencia de la Unión Europea.
En su opinión, ¿cuáles son los retos principales a los que se enfrenta hoy la Unión Europea mientras se prolonga la guerra en Ucrania?
El problema es que mientras continúe la guerra, todos estos retos que hemos mencionado seguirán existiendo. Tenemos que pensar también en el sufrimiento del pueblo ucraniano, ya que es el que está sufriendo las consecuencias más directas de la guerra. Los soldados ucranianos no sólo defienden su integridad territorial y su independencia, sino que también luchan por nuestros valores.
Por otro lado, podríamos decir que la guerra ha demostrado cómo puede funcionar la UE, porque el apoyo de la Unión ha sido incondicional. Incluso hubo muchos que pensaron que tal vez no íbamos a tener esa unidad en la UE, pero creo que hemos demostrado que sí, que podemos estar unidos cuando se trata de nuestros principios.
Hemos sido capaces de tomar decisiones sobre 10 paquetes de sanciones y ahora estamos negociando otro nuevo paquete. También es increíble que lo hayamos conseguido. Tenemos que continuar en este proceso, apoyando a Ucrania en general, y también con armas, ayuda económica y humanitaria, y sobre todo permanecer unidos en la condena de la agresión rusa. Rusia siempre intenta dividirnos, pero mientras no lo consiga, seremos fuertes como Europa. Creo que esta vez hemos demostrado que hemos sido capaces de permanecer unidos y hacer frente a Rusia en esta injusta agresión.
También hay aquí otra dimensión de la que hemos hablado mucho durante la Presidencia, que es la consecuencia y el impacto de la guerra en los países vecinos de Ucrania. Por ejemplo, Moldavia se encuentra en una situación muy delicada, al igual que Georgia, y nosotros, la Unión Europea, tenemos que ayudarles. Aunque la guerra nos afecta a todos, a los vecinos les afecta aún más. Tenemos que asegurarnos de que estamos ahí para apoyarles.
Otro aspecto presente es el proceso paralelo de Ucrania en su camino hacia la adhesión a la Unión Europea. Se trata también de un proceso que debemos apoyar durante esta Presidencia. Por un lado, tenemos que seguir el proceso normal de adhesión a la UE, el proceso definido por los méritos, pero, por otro lado, también tenemos que tener en cuenta que Ucrania se encuentra en una posición muy delicada y que están haciendo esfuerzos para actuar de acuerdo con las indicaciones de la UE. Ucrania, como todos los candidatos que quieren entrar en la Unión, tiene que llevar a cabo ciertas reformas de sus sociedades económicas para preparar la adhesión. Si Ucrania hace lo que tiene que hacer tenemos que reconocerlo, pero hay un proceso que seguir: durante el primer semestre del año hay un informe oral de la Comisión sobre la situación de los distintos candidatos y luego, en el segundo semestre del año, siempre hay un informe escrito de la Comisión. Esperamos que en el próximo mes haya alguna información sobre cómo ven el proceso en Ucrania y entonces veremos si podemos avanzar.
Debemos recordar que, al mismo tiempo, tenemos una larga lista de otros países candidatos, especialmente en los Balcanes. Es muy importante seguir trabajando con ellos y asegurarnos de que hacen todo lo necesario para cumplir los requisitos de adhesión a la Unión Europea. Es cierto que este proceso siempre ha tenido un aspecto geopolítico, pero hoy lo tiene aún más. No se trata sólo de Ucrania, sino también de los Balcanes Occidentales. Tenemos que estar ahí, apoyándoles y manteniendo estrechos contactos con estos países.
Otro reto que vemos en esta situación en la que continúa la guerra en Ucrania es el siguiente: si estamos tan ocupados con las consecuencias de la guerra en Ucrania, existe un cierto riesgo de que perdamos un poco nuestra perspectiva general. En esta situación creemos que, sí, tenemos que tomar medidas a corto plazo para mitigar los efectos, pero no debemos perder nuestra perspectiva a largo plazo. Si actuamos a corto plazo de forma que impidamos un desarrollo positivo a largo plazo, esto sería un problema. Vemos este tipo de riesgo en dos áreas e intentamos asegurarnos de que esto no ocurra. Un área principal es nuestra competitividad, que es una de las prioridades importantes de nuestra Presidencia. Creemos que es fundamental para el futuro de Europa que trabajemos en nuestra competitividad y nos aseguremos de que podemos seguir siendo competitivos en el mundo. En este sentido, estamos muy satisfechos de haber podido incluir el tema de la competitividad en la agenda europea. Durante el último Consejo Europeo de marzo, los líderes hablaron de competitividad y ahora la Comisión y la Presidencia volverán a tratar este tema en el Consejo de finales de junio. Tenemos que hacer todo lo posible para asegurarnos de que no vamos a perder competitividad a largo plazo, porque en los últimos 10-15 años hemos quedado un poco por detrás de Estados Unidos o de nuestros otros socios en Asia. Ahora tenemos que actuar para asegurarnos de que vamos a poder competir en el mundo. Otro ejemplo es la transición verde. En Europa somos líderes en este ámbito, pero en el periodo de crisis hemos oído algunas voces que decían que no era el momento adecuado de tomar más medidas al respecto. Creemos que esto no puede funcionar así y que tenemos que seguir nuestro plan con la transición verde según lo previsto. En primer lugar, porque es necesario para nuestro clima, pero también para nuestra competitividad. Si nuestras empresas se adaptan a las nuevas condiciones de la transición verde tendrán una ventaja competitiva en el mundo global, teniendo en cuenta que la demanda de soluciones sostenibles aumentará. Creo que las empresas europeas pueden tener un éxito en el mercado mundial en este ámbito.
Aquí podría hablar de nuestra propia experiencia: Las empresas suecas tomaron hace 10-15 años la decisión de adaptarse a la transición verde, aunque supusiera un coste algo superior a corto plazo, pero sabían que se beneficiarían a medio y largo plazo. La historia ha demostrado que tomaron la decisión correcta, porque hoy son líderes en todas sus áreas con soluciones sostenibles y ahora son más asertivas en el mercado. Estos son sólo dos ejemplos de cómo tenemos que pensar, aunque estemos en una situación de crisis, de guerra. Tenemos que pensar en cómo deberíamos actuar para asegurar nuestro futuro a largo plazo.
España asume la siguiente presidencia de turno del Consejo de la UE del 1 de julio de 2023 al 31 de diciembre de 2023. ¿Cómo cooperaron ambos países en materia de coordinación y transferencia de expedientes para garantizar una transición fluida?
Creo que la continuidad y la coherencia son extremadamente importantes. Desde el principio hemos intentado mantener un buen diálogo con nuestros amigos españoles. Tenemos la ventaja de que, en las reuniones en Bruselas, según el orden de sitting estamos uno al lado del otro, así que hay varias ocasiones para hablar. Por otra parte, hemos tenido muchas delegaciones españolas en Suecia para hablar de coordinación. Lo importante es lo que comentaba antes, cuando asumimos la Presidencia había 350 expedientes abiertos y hemos intentado cerrar varios de ellos , pero la lista sigue siendo muy larga.
Especialmente en las últimas semanas hemos intensificado nuestros contactos.El Ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, viajó a Suecia para reunirse con el Ministro sueco de Asuntos Exteriores Tobias Billström y la Ministra de Asuntos Europeos, Jessica Roswall. De hecho, la Ministra estuvo aquí hace un mes hablando con sus homólogos españoles. Hemos tenido este tipo de contactos tanto al más alto nivel político como a nivel de funcionarios, y eso es realmente muy importante. Aunque no formamos parte del mismo trío (en Bruselas se trabaja en tríos y nosotros estamos en el trío con la República Checa y Francia), pero siempre hemos dicho que con España intentaremos tener la mayor coordinación posible. Como he dicho antes, los dos vamos a trabajar por Europa.
Esta vez nos encontramos en una situación especial, en el sentido de que nos acercamos a la recta final de la actual legislatura. Las elecciones al Parlamento Europeo se celebrarán a principios de junio del próximo año. Esto significa que, en la práctica, España será la última Presidencia de esta legislatura. Después vendrá Bélgica y al cabo de 3 meses comenzará la campaña electoral. En este sentido, Suecia y España tienen la responsabilidad de intentar cerrar el mayor número de expedientes posible, porque los expedientes que no estén listos cuando empiece el proceso electoral tardarán un año en poder empezar de nuevo. Después de las elecciones viene una nueva Comisión, y pasará mucho tiempo antes de que podamos volver a trabajar en estos temas. Por eso hubo cierta presión sobre nuestra Presidencia, pero también sobre la Presidencia española. Hay varios expedientes muy importantes, por ejemplo, el de medio ambiente, el paquete " fit for 55" . Otro sería el Pacto de Migración, del que tanto se habla. También en este caso parece que hemos avanzado algo. Es un expediente muy importante para el funcionamiento de la Unión Europea. Por otro lado, no hay que olvidar que esto no depende sólo de la Presidencia, depende también de las posiciones de los Estados miembros.
Como Presidencia, hay que intentar facilitar y mediar en el proceso para encontrar una posición común. Lo que siempre supone una dimensión adicional en la UE es que, cuando los Estados miembros se ponen de acuerdo, llega la segunda fase, la negociación con el Parlamento, y a veces éste tiene posiciones ligeramente diferentes. Este es también un papel muy importante para la Presidencia, dirigir estas negociaciones trilaterales, ya que la Comisión también está implicada. En este contexto, la Presidencia tiene que defender la posición del Consejo y a veces puede ser complicado porque las posiciones son un poco diferentes. A pesar de ello, la Unión Europea ha demostrado que, aunque a veces es difícil, al final encontramos soluciones que son aceptables tanto para el Consejo en este caso como para el Parlamento y la Comisión.
El 16 de mayo de 2022 el Gobierno sueco, con un amplio apoyo en el Riksdag, decidió solicitar el ingreso en la OTAN. ¿Cómo es el camino de Suecia hacia la adhesión a la OTAN y qué significa para el país el ingreso en la Alianza Atlántica?
Nuestro interés por ingresar en la OTAN es consecuencia directa de la agresión rusa en Ucrania. Nuestra situación de seguridad ha cambiado y empeorado con esta guerra. Se trata de una violación flagrante del derecho internacional y del orden de seguridad europeo. Me han preguntado muchas veces cómo es posible que Suecia, un país neutral, entre ahora en la OTAN. Siempre respondo que "neutral" es una palabra que no hemos utilizado en los últimos 20 años, porque en realidad no hemos sido neutrales. Tenemos un acuerdo de cooperación con la OTAN desde 1994, y en 2014 firmamos otro acuerdo individual con la alianza atlántica que profundizó aún más nuestra relación. En este sentido no hemos sido neutrales, pero es cierto que no éramos miembros oficiales. Ahora el principal cambio es que queremos convertirnos en miembro de la alianza. Tras la agresión rusa en Ucrania, para nosotros es una continuación natural de lo que hemos estado haciendo durante muchos años. De hecho, hemos firmado acuerdos bilaterales de cooperación en materia de defensa con algunos países. En este sentido, ya hemos participado en esta idea de que, si se produce una crisis en un país vecino o en uno de nuestros socios, seremos solidarios y ayudaremos a este Estado.
Lo importante es que queremos adaptarnos y queremos contribuir, ese es casi el mensaje más importante de la alianza atlántica. Es cierto que para nosotros la OTAN significa protección, pero nosotros también contribuiremos a sus esfuerzos. Si nos fijamos en el mapa, después de que Finlandia entrara en la organización, sólo haría falta Suecia para cubrir todo el norte de Europa.
Ahora estamos a la espera de la ratificación. De momento faltan Turquía y Hungría, y en esto dependemos de la voluntad de estos dos países. Apreciamos mucho que los demás aliados, incluida España, nos hayan apoyado siempre, incluidos sus esfuerzos en las negociaciones con turcos y húngaros para facilitar la ratificación. Junto con Finlandia, Suecia llegó a un acuerdo con Turquía en la Cumbre de Madrid y creo que hemos cumplido nuestra parte de este acuerdo.
Por nuestra parte y también por parte de la OTAN, sería bueno que esta cuestión se resolviera antes de Vilna para que podamos participar en esta cumbre. Como he dicho antes, esto depende de Turquía, no depende mucho de nosotros. Creo que hemos hecho todo lo que podíamos hacer para resolver las dudas que Turquía tenía con Suecia y Finlandia. Parece que todavía hay algunas cuestiones, pero creo que son cosas que van a ser muy difíciles de resolver para Suecia de la manera que Turquía quiere que se resuelva. Por ejemplo, se trata del proceso de extradición y aquí tenemos un sistema europeo, son los tribunales los que al final deciden si una persona puede ser extraditada a otro país, así que no es una decisión del gobierno.
En cuanto a la cuestión del terrorismo, hay que señalar que Suecia está totalmente en contra del terrorismo y hemos tomado medidas para intentar eliminarlo en la medida de lo posible. Tenemos una ley antiterrorista que entró en vigor el 1 de junio, según la cual sólo sería delito ser miembro de una organización terrorista.•