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UNA HISTORIA ENTRE PANDEMIAS

UNA HISTORIA ENTRE PANDEMIAS Por Carlos Zúñiga Polanco Magister en Historia UC

Hace años, Mark Twain, el célebre escritor norteamericano, nos dejó una frase que podría ser de mucha utilidad en el presenta: “La historia no se repite, pero rima”. Su aplicación práctica es perfecta para lo que hoy en día acontece. Hemos vivido epidemias y pandemias, pero el contexto y la situación siempre ha sido distinta. La principal pregunta es, ¿Cómo la disciplina histórica puede tener injerencia e importancia en temas relativos al mundo científico? Si consideramos que es imposible la repetición de la historia como una realidad, ciertos indicios pretéritos nos pueden ilustrar la manera en que debemos comportarnos frente a una eventual pandemia. Hace años, Mark Twain, el célebre escritor norteamericano, nos dejó una frase que podría ser de mucha utilidad en el presenta: “La historia no se repite, pero rima”. Su aplicación práctica es perfecta para lo que hoy en día acontece. Hemos vivido epidemias y pandemias, pero el contexto y la situación siempre ha sido distinta. La principal pregunta es, ¿Cómo la disciplina histórica puede tener injerencia e importancia en temas relativos al mundo científico? Si consideramos que es imposible la repetición de la historia como una realidad, ciertos indicios pretéritos nos pueden ilustrar la manera en que debemos comportarnos frente a una eventual pandemia.

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Entre la muerte negra y la gripe española Entre la muerte negra y la gripe española

Las dos grandes pandemias de la historia en los últimos mil años, tuvieron como epicentro al mundo Europeo. Si hacemos un poco de historia, podemos notar que en el siglo XIV la Peste Negra o Yersinia Pestis fue una peste originada en el Asia Central y llegó a Europa a través de rutas de comercio. Europa desde el siglo XII experimentó un auge del comercio y la vida urbana, por lo que la circulación de personas fue aún mayor, sin embargo tuvo un repentino fin con la llegada de un huésped inesperado y sorpresivo: la peste. Siglos más tarde, el científico francés Alexander Yersin descubriría que el bacilo que originó la gran Peste Negra en la Edad Media y en distintos brotes subsiguientes, estaba alojado en la sangre de las ratas negras. Fueron las pulgas alojadas en ellas quienes la transportaron a distintos lugares del mundo. Para algunos historiadores, la Peste Negra fue uno de los últimos golpes al sistema feudal y el principio del fin de la omnipotencia de la Iglesia Católica en Europa. El castigo divino cayó para todos igual, y el clero, que se suponía protegido por Dios también sucumbió y perdió Las dos grandes pandemias de la historia en los últimos mil años, tuvieron como epicentro al mundo Europeo. Si hacemos un poco de historia, podemos notar que en el siglo XIV la Peste Negra o Yersinia Pestis fue una peste originada en el Asia Central y llegó a Europa a través de rutas de comercio. Europa desde el siglo XII experimentó un auge del comercio y la vida urbana, por lo que la circulación de personas fue aún mayor, sin embargo tuvo un repentino fin con la llegada de un huésped inesperado y sorpresivo: la peste. Siglos más tarde, el científico francés Alexander Yersin descubriría que el bacilo que originó la gran Peste Negra en la Edad Media y en distintos brotes subsiguientes, estaba alojado en la sangre de las ratas negras. Fueron las pulgas alojadas en ellas quienes la transportaron a distintos lugares del mundo. Para algunos historiadores, la Peste Negra fue uno de los últimos golpes al sistema feudal y el principio del fin de la omnipotencia de la Iglesia Católica en Europa. El castigo divino cayó para todos igual, y el clero, que se suponía protegido por Dios también sucumbió y perdió ó credibilidad. La única solución más allá de orar a Dios era el aislamiento voluntario en bosques y campos. Más cerca de nuestra época, un nuevo brote pandémico de influenza hizo tambalear al mundo entero. En 1918, la Primera Guerra Mundial había terminado, pero desde Norteamérica otro huésped inesperado llegó a una Europa decaída y debilitada luego de un conflicto costoso en dinero y vidas humanas. En primera instancia obviado por especialistas e incluso censurado por gobiernos, adoptó su nombre porque España era el único país europeo que se abocó a informar sobre este problema. Era un virus respitarorio altamente contagioso que, lamentablemente, con los tratamientos existentes (Aspirinas) y con la poca inversión en salud pública de gran parte de las naciones del mundo occidental comenzó a llevarse una gran cantidad de vidas. Las estadísticas señalan que fueron aproximadamente 50 millones de personas en el mundo (en Chile aproximadamente 40 mil).

Representación de Médicos medievales. Se aprecia que sus atuendos están hechos para evitar cualquier contacto con los enfermos.

Una postal representativa del problema originado por la cantidad de muertes en las ciudades europeas. Uno de los problemas fue la crisis demográca y la pérdida de población

Esta catástrofe sanitaria, llevó a que gran parte de los países del mundo adoptaran medidas sanitarias para mejorar la salud pública. Invirtieron mayor dinero en tecnología, instalaciones, médicos e insumos, para así no depender de la caridad o del aporte de privados. ¿Aprendizajes para el hoy? El más obvio es que el mundo cambia luego de estas pandemias. Hoy en día hemos visto a un neoliberalismo en crisis por la mercantilización de elementos básicos como la salud y la vida humana. De seguro esto traerá consigo más de algún cambio en el modelo, así como fueron los cambios provocados en la Edad Media: el fin del feudalismo y la pérdida de credibilidad de la Iglesia Católica. El ejemplo de la Gripe Española, nos posiciona frente a una realidad que muchos tecnócratas habían querido obviar: la importancia del fortalecimiento del Estado de Bienestar o de un Estado Social, en desmedro del rol meramente subsidiario.

Graca que representa la mortandad de la primera oleada de la Gripe en Europa. El momento coincide con el n de la Primera Guerra Mundial en Noviembre de 1918.

Los Estados, han debido tomar decisiones drásticas para detener la pandemia en sus territorios, de seguro los resultados positivos llegarán en el mediano y largo plazo, pero lamentablemente, estar entregados al beneficio económico particular verán cada vez más cuesta arriba el retorno a la normalidad. Por último, algo tan simple como el aislamiento voluntario practicado por muchos en el peak de la peste negra, parece ser la solución en estos días en Chile y el mundo.

Un hospital de campaña durante el auge de la gripe en Europa. Las medidas de seguridad e higiénicas son escasas.

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