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LA SITUACIÓN AMBIENTAL EN UN MUNDO CONVULSIONADO Ismael Vera

La situación ambiental en un mundo convulsionado

Ismael Leonardo Vera Puerto Director – Departamento de Obras Civiles Facultad de Ciencias de la Ingeniería Universidad Católica del Maule

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El 2019 será recordado como un año de convulsión social con manifestaciones alrededor del mundo: Hong Kong, Irak, Francia, Ecuador, Bolivia, Colombia, Chile, por mencionar algunos países. Si bien, las manifestaciones surgieron principalmente por razones políticas, dentro de las demandas ciudadanas de algunos de estos países, se incluyen demandas ambientales, o desde otro punto de vista, demandas por el derecho a vivir en sociedades que garanticen que su estado protege sus elementos ambientales, da acceso a parte de estos elementos ambientales, y finalmente, les permite vivir y desarrollarse en ambientes menos contaminados. Porque hay que ser claro, mientras exista presencia humana en el territorio se generará contaminación, por tanto, pensar en un ambiente 100% libre de contaminación con presencia humana, no es realista. Lo realista es vivir lo más armoniosamente posible con el entorno donde se desarrolla la sociedad.

Para Chile, el estallido social de octubre, puso sobre la mesa temas ambientales relevantes, que incluso, previo a este acontecimiento, ya habían estado en la palestra de los diferentes eventos preparatorios a la COP 25 que iba a realizarse en el país. Temas como el acceso al agua, la descarbonización de la matriz de generación de energía eléctrica, las zonas de sacrificio ambiental, el modelo país basado en una economía extractivista y no en una economía moderna de servicios con componentes de economía circular, son algunos temas que resonaron este 2019.

En el caso del acceso al agua, el factor agravante de los crecientes conflictos por este vital elemento ha sido la reducción de las precipitaciones (acentuada

“Mientras exista presencia humana en el territorio se generará contaminación, por tanto, pensar en un ambiente 100% libre de contaminación con presencia humana, no es realista”

en 2019) en la zona central del país, donde vive cerca del 80% de la población y donde se desarrolla la mayor actividad agrícola. Un caso emblemático de este conflicto por acceso al agua y como la forma de administración actual, emanada del código de aguas, una ley del siglo pasado que no toma los desafíos del siglo XXI, es la situación de la comuna de Petorca. En Petorca compiten por el acceso a este vital elemento la agricultura y los seres humanos, ya que, la ley no establece una prelación de uso, aun cuando el sentido común indicaría, que primero se garanticen las necesidades vitales del ecosistema y los seres vivos (incluidos los humanos), y luego si, las actividades económicas. Pero actualmente no es así, mostrando la desconexión de esta ley con la realidad actual y el sentido común.

De otro lado, la descarbonización de la matriz de generación eléctrica fue uno de los compromisos que tomó el estado chileno con miras a la COP25. Este hecho podría ser interpretado como un hito importante, pero especialistas cuestionaron el plazo fijado para el fin de operación de este tipo de generadoras, el 2040, ya que argumentan, para esa fecha, se habría dado el fin de la vida útil de dichas instala

ciones, señalando que un compromiso real, hubiera sido el 2030. Y en el caso de las generadoras, se liga un elemento triste del desarrollo económico, las zonas de sacrificio. Particularmente, me impactó la primera vez que pasé por Tocopilla al ver la monumental central termoeléctrica que se localiza junto al mar. Si bien, el gobierno ya anunció su cierre, fueron más de veinte años en que los vecinos de esa comuna tuvieron que convivir con esta obra.

Por lo expuesto, es claro que el 2019 mostró ciudadanos que reclaman a sus gobiernos cambios en las políticas públicas y legislaciones con el fin de mejorar su calidad de vida, lo que incluye demandas de tipo ambiental. Pero, así como los gobiernos deben hacer su trabajo y escuchar la voz ciudadana, queda a los mismos ciudadanos el enorme desafío de contribuir también con sus acciones diarias a vivir en un ambiente menos contaminado.

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