Juan Lozano Ramírez

LEY MARÍA: AMPLIACIÓN RESPONSABLE

Juan Lozano Ramírez Exsenador de la República

Por unanimidad, en el último debate de Senado y con aval del Ministerio de Hacienda fue aprobada la ampliación a dos semanas de la ley María, es decir, de la licencia de paternidad. Gracias, de todo corazón.

Es, sin duda, un triunfo del amor, una confirmación de los beneficios que la ley María ha traído a lo largo de estos años y una determinación correcta en los propósitos de generar un país más equitativo, una mayor protección de los derechos de los niños y una sociedad más amorosa, más solidaria y menos violenta.

El complejo y exitoso proceso de concertación en el tramo agónico de la legislatura que acompañamos minuto a minuto deja, además, una interesante figura de progresividad referida al comportamiento del empleo que debería ser un ejemplo para muchas leyes futuras.

Me explico. La ley María pasa de 8 días a 2 semanas, pero la norma trae una posibilidad de extenderse a cinco semanas. La novedad consiste en que la ampliación del tiempo de licencia no opera automáticamente, sino que está condicionada por el desempeño adecuado del mercado laboral, es decir, por la reducción del desempleo. Así las cosas, si se mantiene el desempleo estructural en los niveles que tenemos hoy, la licencia se mantendrá en dos semanas, pero si se reduce el desempleo estructural, en los años siguientes la licencia se irá ampliando progresivamente. Este mecanismo se convierte en un referente necesario en un país que debe incrementar sus umbrales de protección y beneficios sociales, pero requiere un mejor desempeño en materia de empleo, crecimiento y produc-

tividad. El mecanismo aprobado respeta las voces que desde la empresa privada y la academia han advertido sobre el riesgo que se corre por el incremento de costos para la generación del empleo formal.

Hace casi una década, cuando logramos la aprobación de la ley de Familias en Acción, de la que también fui autor, gracias a las reflexiones de Fedesarrollo logramos formalizar el mecanismo de los subsidios condicionados. Fue un gran salto en la legislación social.

En ese momento, frente al programa social de mayor impacto redistributivo, lo novedoso consistía en elevar a la categoría de ley un mecanismo que no implicaba, simplemente, regalar dinero a las familias más pobres, sino condicionar la permanencia del beneficio al desempeño adecuado de los hogares beneficiarios frente a los indicadores de nutrición, peso y talla de los niños, así como su permanencia en el sistema escolar. Estas dos innovaciones legislativas trazan una ruta para que el Estado no se convierta en un prodigador de limosnas, sino en un generador de oportunidades de educación, nutrición y progreso a partir de las ayudas económicas, con la colaboración y la responsabilidad de los beneficiarios, por una parte, y para que la ampliación progresiva

de beneficios sociales consulte y esté atada a la realidad del sector productivo y de la generación de empleo. Son, además, antídotos contra el populismo.

En el momento de escribir esta columna aguardo esperanzado que la conciliación

La unanimidad en la votación es un triunfo del amor.

sea aprobada en Senado en estas últimas horas de la legislatura, y espero que pronto se surta el proceso para que la ley sea firmada por el presidente Duque y se produzca la reglamentación de las nuevas figuras sobre la licencia compartida y la licencia flexible.

Frente al proceso legislativo, justo es agradecer el apoyo de José Manuel Restrepo y su viceministro; el liderazgo de los representantes coautores del proyecto, José Daniel López y Juanita Goebertus; la diligencia de la senadora ponente, Laura Fortich, la solidaridad de las mesas directivas y secretarías generales de Senado y Cámara, la compañía del senador Honorio Henríquez y el representante Ricardo Ferro, así como el voto de todos y cada uno de los parlamentarios que, en medio de tantas tormentas, hicieron posible este inmenso beneficio para los padres, las madres y los niños de Colombia.

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GIRALDO AVANZA AL CAMBIO

Alcalde de Giraldo (Antioquia), Jorge Alconides Usuga Carmona. El municipio de Giraldo, localizado en la subregión Occidente del departamento de Antioquia, a 127 kilómetros de la ciudad de Medellín, ha venido avanzando hacia el cambio, gracias a la inversión social y la gran apuesta por el campo que ha hecho su alcalde Jorge Alconides Usuga Carmona para volverlo más competitivo en el mercado nacional. La pandemia no ha sido obstáculo para que la localidad antioqueña siga caminando hacia el desarrollo, impulsada por la agricultura y el turismo.

Aunque el municipio es reconocido por la producción de su café exótico y el anís, ha venido posicionándose a lo largo de los últimos años como destino turístico por sus balnearios, cavernas, reservas naturales, gastronomía y tradiciones. De eso es consciente el alcalde Jorge Alconides Usuga, quien desde que se puso al frente de la administración ha tocado puertas en diferentes entidades gubernamentales para gestionar recursos que le permitan emprenden proyectos y programas que le ayuden a cumplir con los objetivos trazados.

Es así como logró la firma de un convenio interadministrativo con el Instituto Nacional de Vías-Invías para el mantenimiento de la malla vial terciaria a instancias del programa “Colombia Rural”, con el fin de facilitar el transporte de los productos agrícolas desde el campo a la ciudad y de esa manera dinamizar la producción y comercialización de lo que se cosecha en la región. Con los recursos se busca mejorar las vías de acceso a las veredas Sierra, Sierrita, Cuajarón y los parajes El Pino, La Brisa, El Hoyo, El Filo, Los Coloraos, Río Valle y Quiebritas, dijo el mandatario local, quien destacó el acompañamiento del presidente de la Cámara de Representantes, Germán Blanco Álvarez a cada uno de los procesos emprendidos para ofrecer mejores condiciones de vida a los habitantes del municipio. Y es que por su topografía agreste y de ladera, Giraldo requiere una mayor conectividad y accesibilidad vial entre las diferentes veredas y la cabecera municipal, lo que le permitirá a los campesinos abaratar el costo de transporte de los productos agrícolas y aumentar el flujo de turistas para mover la economía de la región.

Un municipio boyante

El propósito del alcalde es convertir a Giraldo en un municipio boyante como lo fue a finales del siglo XVIII. Por eso le ha venido apostando a obras de gran envergadura como la construcción y mejoramiento de los sistemas de alcantarillado rural, la Planta de

Germán Blanco, representante a la Cámara por Antioquia, hace acompañamiento al alcalde Jorge Usuga, en su región Tratamiento de Aguas Residuales y la implementación de programas y proyectos del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos (PGIRS). También a la construcción de nuevas viviendas urbanas y rurales. La idea es elaborar un inventario de los terrenos propios del municipio, donde se puedan adelantar proyectos habitacionales, así como apoyar la gestión para la legalización de escrituras y demás trámites.

Las acciones gubernamentales incluyen la ejecución de escenarios deportivos y recreativos para contribuir a la sana convivencia. Se destaca, por ejemplo, la firma del acta de compromiso con el ministro del Interior, Daniel Palacios, para la ejecución de un proyecto “Sacudete al parque tipo 1” en el municipio. La iniciativa tiene un valor de mil doscientos cincuenta millones de pesos (1.250.000.000) aportados en su totalidad por el Fondo de Seguridad y Convivencia Ciudadana del Ministerio. “Hoy podemos decir que nuestra vereda la Sierra, tendrá un Coliseo para el fomento de espacios culturales, deportivos y recreativos que continuará motivando a la comunidad giraldina”, precisó el alcalde.

Producción agropecuaria

Giraldo es reconocido por su vocación agrícola, razón por la cual el mandatario busca diversificar su producción en los cuatro años de gestión como alcalde. Y es que además de poseer diferentes pisos térmicos, su suelo permite el cultivo de diferentes tipos de hortalizas, frutas, verduras y pastos. Consciente de que la productividad es un medio para alcanzar mejores niveles de bienestar en la población, el mandatario quiere apuntarle a la diversificación de los cultivos, con el apoyo de entidades del orden nacional como el Ministerio de Agricultura y el ICA, y del orden departamental como la secretaría de Agricultura, Antioquia Siembra y el comité de cafeteros.

También al fortalecimiento de las asociaciones agrarias y a la gestión de recursos para apoyar a medianos y pequeños productores de alimento animal como los cerdos, gallinas ponedoras y pollos de engorde, al igual que ampliar la cobertura de la asistencia técnica al pequeño y mediano productor de cebolla, granadilla, cítricos y aguacate. Además promover el cultivo de huertas escolares y familiares, así como la capacitación, apropiación tecnología avanzada y asesoría empresarial, mejorando las cadenas de producción y las cadenas de venta al público consumidor final. “En nuestra visita de gestión a la ciudad de Bogotá, nos reunimos con la Subdirectora Administrativa del Ministerio de Agricultura Yudy Pulgarín gestionando proyectos productivos agropecuarios para las mujeres rurales y un sistema de riego en las veredas Sierra, Sierrita y Cuajarón”, resaltó el alcalde.

Inversión social

En ese frente se destacan sectores como la educación, la salud, la recreación y el apoyo a la población vulnerable. Y es que para el funcionario, el proceso formativo es fundamental para la transformación que se busca. Por eso trabaja en la reducción de la deserción escolar a través de la financiación de proyectos como restaurantes, transporte y kits escolares, entre otros, así como en establecer alianzas con los diferentes sectores e instituciones que garanticen la consecución de recursos para el sector educativo, al igual que en el mantenimiento, mejoramiento, y ampliación de la infraestructura y dotación de los centros académicos.

No menos importante es la salud, sobre todo en medio de una pandemia como la que azota al país. Por eso el alcalde no ha escatimado esfuerzos para garantizar el acceso a los servicios médicos de la población y en incrementar las brigadas para prevenir el contagio del Covid-19 y de otro tipo de enfermedades. “Estamos seguros que seguiremos avanzando en mejorar la calidad de vida de los giraldinos y contribuir con la creación de diferentes escenarios y obras que fomenten el crecimiento del municipio” puntualizó el mandatario local, cuyo trabajo ha girado sobre pilares como la transparencia y el buen gobierno.

COLOMBIA REDUCIRÁ LA JORNADA LABORAL

A pesar de la oposición de los sectores empresariales, el Congreso de la República dio luz verde al proyecto que busca reducir de manera gradual la jornada laboral en Colombia de 48 a 42 horas semanales.

La polémica iniciativa fue presentada por el expresidente, Álvaro Uribe Vélez, con el argumento de que los colombianos debían tener mayor tiempo libre con sus familias, pero además se podría contribuir a una mayor productividad en el país. Es importante aclarar que la reducción de la jornada laboral no implica ningún cambio en los salarios que actualmente devengan los trabajadores, lo que quiere decir que los empleados seguirían ganando lo mismo, pero con menos tiempo de trabajo. Según lo establecido por la Ley, la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo es de cuarenta (40) horas a la semana, que podrán ser distribuidas, de común acuerdo, entre empleador y trabajador, en 5 o 6 días”. Sin embargo, esta reducción no sería de inmediato, sino que se haría de forma progresiva. El primer año de la vigencia se establecería un máximo de 45 horas semanales, el siguiente año se pasaría a 42 horas y en el tercero se llegaría al propósito del proyecto de establecer las 40 horas

semanales. “A partir del segundo año de la entrada en vigencia de la presente ley, será de hasta 42 horas y a partir del tercer año, la jornada laboral será de hasta 40 horas a la semana, conforme a lo establecido en el artículo 2”, señala el texto aprobado.

¿Es viable reducir la jornada laboral en Colombia?

Los autores del proyecto que fue presentado en 2019 al Congreso de la República, aseguraron que trabajar largas jornadas es agotador, puede aumentar el riesgo de que los trabajadores cometan errores y causa fatiga física y mental, que podría dar lugar a que los empleados padezcan problemas de salud. Con la regulación laboral, Colombia pasa a igualarse a la de otros países como Canadá y Estados Unidos que tienen un límite de 40 horas semanales de trabajo. Además, se ajusta un poco más al promedio de los Estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que es de apenas 36,8 horas a la semana.

Qué opinan los empresarios

La propuesta fue rechazada por la ANDI, Acodrés, Fenalco y otras agremiaciones, que consideran que el costo de una medida de esta naturaleza dará una dura estocada a los empresarios. “Las actividades requieren de estudios y capacitaciones, el costo será mayor porque deberán pagar horas extras y recargos a los empleados para lograr cumplir las necesidades de los siete días a la semana por 24 horas. El comercio y los sectores de atención al público no tendrán facilidades para continuar con sus operaciones y también optarán por pagar horas extras y no contratar empleados que cumplan las ocho horas adicionales semanales¨, sostuvo la ANDI.

Reacciones en el Congreso

Durante los debates, los congresistas de diversas bancadas advirtieron que una disminución de los horarios de trabajo implicaría que el sector privado tenga que pagar mayores recursos, con el fin de contratar a más personal que cubra el tiempo no laborado de otros empleados y esto en plena crisis económica por la pandemia y los bloqueos de vías y movilizaciones sociales que golpearon la actividad comercial, podría ser devastador para las empresas. “Recuerden que siempre va asociado el tema de la jornada laboral al elemento productividad y la flexibilización laboral, es decir, el manejo de sus horarios. Me preocupa la coyuntura actual con sectores muy afectados con estos paros”, dijo el representante de Colombia Justa Libre, Carlos Eduardo Acosta. Por su parte, Jorge Enrique Benedetti, de Cambio Radical, aseguró que la norma “está debidamente sustentada en experiencias internacionales muy positivas, pero la actual coyuntura de crisis económica no se presta para generar este impacto sobre el sector productivo”.

El proyecto obliga a que no se reduzcan los salarios por el recorte de la jornada laboral en Colombia.

La idea es fomentar la productividad, aumentar la contratación y reducir la informalidad laboral.