4 minute read

CABEZAFUEGO

Next Article
EL LAMONATORIO

EL LAMONATORIO

En julio de 2019 IÑIGO GARCÉS (Mermaid, Bizardunak, Atom Rhumba…) y su perro montaron en su destartalada furgoneta rumbo a Armenia. Por delante tenían un trayecto de 4 meses por carreteras secundarias cuyo fin era grabar todo tipo de sonidos para luego hacer música con ellos. De Atarrabia a Ereván, concretamente hasta el centro artístico Nest (donde realizó una residencia de 5 semanas) y vuelta para casa. Esta es la historia del proyecto “10.146 RUIDOS”.

Leyendo tu blog parece que ha sido una experiencia que te ha cambiado. ¿Cómo lo ves con la distancia que da el tiempo? ¿Piensas diferente o “It was the heat of the moment”?

Advertisement

El tiempo me ha reafirmado en mis primeras sensaciones. Me tomo absolutamente todo con una velocidad de crucero, lo bueno no es tan fantástico y lo malo no es tan terrible. No me enfado por nada y estoy con una sonrisa boba constante.

Se hace raro verte en proyectos como este o GPS ya que Bizardunak os cagabais en los músicos subvencionados.

(risas) Ya, los barbudos nos hemos cagado en muchas cosas, sí. Podría defenderme diciendo que lo mío han sido cosas puntuales y que no mamo de la teta institucional en cantidades industriales,

pero eso sería un poco fariseo. Ahora me parece bien aprovechar el dinero del Santo Oficio para realizar proyectos que no tienen un modo claro de generar dinero. Todo cuesta en esta vida... Con esas subvenciones me permito sólo el poder hacerlo, ni tan siquiera dan para llevarme un sueldo.

¿Qué estás haciendo con todo lo que has grabado? ¿Utilizas los sonidos en canciones, mezclados con otros instrumentos “normales” o los usas sin nada más para hacer una especie de sinfonía bizarra?

Estoy construyendo canciones hechas únicamente con esos sonidos, sin instrumentos ni informática adicional. También me dejan meterlos en otras locuras, como el nuevo disco del grupo madrileño Mohama Saz o con artistas como Beatriz Sánchez

o Mireya Martín. Es muy emocionante darle tantos tentáculos a este banco de sonidos.

¿Cuál ha sido el sonido más raro que has registrado?

Ninguno es raro y todos lo son. Del interior de un hormiguero al canto enajenado de un pastor turco, cada ruido era extraño y curiosamente familiar al mismo tiempo.

¿Y alguno que se te haya quedado pendiente?

Perdí sonidos gloriosos por no sacar la grabadora a tiempo o por no querer hacerlo. A veces era mágico quedarse escuchando sin estropearlo con ese afán de querer registrarlo todo, como si fuese un trabajo monótono. Cuando grabas, muchas veces no estás disfrutando la escucha, te pierdes muchos matices, muchas experiencias maravillosas.

Tengo la sensación de que tus proyectos cada vez son menos convencionales, cada vez son más enrevesados y se van alejando del concepto tradicional de canción. ¿Dónde puede terminar esto? ¿Grabando el silencio? ¿Registrando tus propias pedorretas?

No creo que grabe mis pedos, pero el silencio ya lo he hecho, claro... Ahora estoy con estas pedradas y, aunque he vuelto a hacer canciones, estoy como que me aburro y sé que tengo que dejarlo. Cuando me salen ya me conozco, ando como poseído, me entra el vudú y no puedo hacer otra cosa. Por suerte me pasa poco, cada cierto tiempo. Así que no me agobio.

¿Cuál ha sido el país o lugar que más te ha sorprendido?

Obviamente Armenia. Estuve cinco semanas y sentí que vivía allí, en el barrio de Sebastia. Me recordó mucho a La Milagrosa cuando era crío.

¿Cuál ha sido el momento más chungo del viaje?

Pasé tres días al llegar a Armenia con Pachuco, mi perro, sin sitio donde quedarme. Fuimos un poco homeless en una gran ciudad, con mucho calor y un par de situaciones muy feas. Nos persiguieron varias veces jaurías de perros callejeros y en una tuvimos accidente (yo iba en bici). También a Pachuco le dieron en el ojo con un tirachinas, estuvo tuerto una semana.

¿La persona más guay que has conocido allí?

Mi amigo Armen. Estuvimos juntos las cinco semanas y desde el primer minuto demostró un amor incondicional al prójimo.

¿Crees que algún día volverás a Armenia?

Estoy convencido.

Creo que pillaste a una pareja mancillando tu furgoneta... ¿Cómo fue aquello?

Lo que no dije es que no eran personas, sino animales.

Siempre estás metido en mil cosas a la vez... ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

En septiembre comienzo un viaje igual o más largo, pero por el estado. Seguiré grabando sonidos y disfrutando de la conversación con el paisanaje rural. Andaré dando tumbos como un juglar borracho, daré charlas improvisadas en casas de col egas, tugurios e iglesias. Y esta vez sin subvención.

This article is from: