CONCHA TISFAIER

Concha Tisfaier ANUNCIOS DE COPAS MENSTRUALES A ver, duda: ¿hay anuncios de copas menstruales en televisión? Pregunto porque yo no tengo tele y sólo me nutro de la gran inteligencia del big data de las redes sociales. No, no, no se confundan. No soy antitele, al contrario, me lo trago todo, igual que cualquier programa que echen. Y encima le hablo. Más aún, puedo eternizar el debate entre yo y una participante de First Dates invitando por otro lado a los pingüinos malignos de un documental. Es por eso que no tengo tele. Por eso y porque ese cuadrado negro en medio de mi salón me genera una ansiedad indescriptible. Quizá si tuviera forma ovalada o fuera como las antiguas, con su repisa para los recuerdos y las fotos del abuelo haciendo la mili, pero esas teles de ahora... No tienen alma, porque todas sabemos que el alma está en las tripas y una tele sin tripas, no es una tele. Por muchos puertos de conexión, ChromeCast y SmartPichurradas que tenga, no tiene tripas, no puedes imaginar que allí dentro haya mujercitas y hombrecitos representando los dibujos, enredando cables y encendiendo bombillas sin led. Ay, la nostalgia, cuando llega se queda bien pegada a la grasa del culo.

Sin embargo, de vez en cuando veo la tele en casas ajenas, las drogas cambian pero el vicio sigue. Busco casas con cómodos sofás, sin DVD ni cable HDMI ni ná. Televisión pura y dura. El anuncio machista de U-Power, el purplewashing de Pavofrío, la impecabilidad publicitaria (y genocida) de CocaCola, la inocencia de CompramosTuCoche... Pero no me ha tocado ver ningún anuncio de copas menstruales ni de compresas de tela. Y eso que mi Instagram está plagado de dichos artículos, con variantes cada vez más “pros”: la copa que se vacía sin sacarla, el hervidor para higienizarla, las bragas que ya llevan la absorción incorporada... Algunas de negocios txikis y ecobiosostenibletodoqueseaverde y otras de empresas ya más grandecitas que se suben al carro como adoradoras del capital que son. Pero a la tele no han llegado todavía. Vivo en una burbuja donde la menstruación es roja, marrón, densa a veces, tinta para cuadros, musa de poetas. Pero cuando voy a por mi droguita buena a sofás ajenos sigo viendo anuncios de compresas y tampones con líquido azul.

Adiós burbuja carmesí, bienvenidos recuerdos de Saldeva y TangaGirls.

Es entonces cuando pienso en los señoros de Evax reinventando la copa menstrual: Un poco de brilli brilli, que se vea que menstruar es chispeante, divertido y glamouroso. ¿Le ponemos alas? Creo que aquí no procede, Luis Enrique. ¿Y unas tiras de colores como las de los manillares de las bicis? Muy bien, JuanPe, eso sí lo veo útil a la par que joven y dinámico. Yo creo que deberíamos hacerlas azules, como la sangre, para que no se note si se manchan. ¡Cómo se nota ese curso en I+D+i que te hemos pagado, Casimiro! Hay que darle un acabado más redondeado, lo redondo les gusta a las chicas. La copa ya es redonda... Ponle bultitos. En los dildos les gustan y va al mismo sitio, ¿no? Mmmmhh... bueno, podría funcionar... Vale, chicos, vamos a resumir que no llegamos al tardeo: cintas de bici saliendo del pitorro, color azul y brillantina, bultitos alrededor de todo. ¿Lo has apuntado, Elena?

Imaginad el anuncio que saldría. Chavalas fibradas brindando con Blue Tropic de Rives en sus copas menstruales mientras hacen twerking con las cintas saliendo de sus vaginas. Una música desenfadada, actual y lo más neutra posible, con un toque étnico, echa un poco más de interracialidad, Fortunato, que nos vamos a ir yendo. La sonrisa de saberte “en esos días” en los que cualquier actividad es posible porque nunca se te triplica el tamaño del útero, ni cagas más y más blando que cuando cenas durum, ni te duelen las pestañas, ni se te hinchan las tetas que te roza hasta la camiseta que usas para limpiar el coche... Así que, por favor, si el anuncio aparece en vuestras televisiones, no cambiéis de canal.